Experiencia

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Experiencia, del latín experientĭa, es el hecho de haber presenciado, sentido o conocido algo.

La
experiencia es la forma de conocimiento que se produce a partir de estas vivencias u
observaciones.

Los tipos de experiencia

Distinguimos, por lo menos, tres tipos de experiencias:

La inmediata o ilógica: Cuando una persona sufre una quemadura, su experiencia inmediata es la
de “dolor”.

La relacional o lógica : Su experiencia mediata (que necesita del recuerdo del dolor) es ya de tipo
lógico, porque se establecen relaciones y se extraen conclusiones más o menos generales

La global o en espiral: Pero la experiencia global, aunque requiere de las dos anteriores,
difícilmente es lograda por el hombre normal, porque exige un tremendo esfuerzo sintetizador.

¿Cómo respondes normalmente a las malas experiencias? ¿te enfadas? ¿te vienes abajo
emocionalmente? ¿Lo ignoras?.

Cada vez que nos enfrentamos a una experiencia difícil, nos conocemos mejor a nosotros mismos.
La dificultad puede detenernos o puede provocar que tomemos decisiones que nos gustaría
posponer, enfrentarnos con situaciones con las que no querríamos encontrarnos, y hacer los
cambios que nos hacen sentir incobfortables. Lo que hacemos con ese tipo de experiencias define
quien llegamos a ser.

¿Qué aprendí de las malas experiencias?

1. Todo el mundo las tiene

La vida está llena de momentos de éxito y de momentos de dificultades. A todos nos gustaría vivir
continuos momentos de éxito, pero eso es imposible. No he visto a nadie que haya podido escapar
de alguna mala experiencia. Podemos hacer todo lo que está en nuestro poder para evitar
experiencias negativas. Tienes que tener expectativas realistas cuando hablamos de dificultades y
problemas. No puedes evitarlos.

2. A nadie le gustan
No nos sentimos bien cuando estamos viviendo una mala experiencia. Nadie se siente bien en ese
momento. Nadie espera que eso nos guste. Pero si gestionamos bien esa experiencia podemos
encontrar una manera de divertirnos sobre ello. Y puede convertirse en una gran historia.

3. Pocas personas hacen que las malas experiencias se conviertan en positivas

Las dificultades de la vida no nos permiten ser los mismos. Nos cambian. La pregunta es, en qué
dirección cambiaremos: ¿hacia adelante o hacia atrás? ¿en el momento en que vivimos malas
experiencias nos convertimos en mejores personas o en más amargas? ¿Nos ayudan esas
experiencias a crecer o a retroceder?

En tiempos difíciles mucha gente no responde bien. Si estás comprometido a crecer personal y
profesionalmente tienes que gestionar tus malas experiencias bien.

¿Cómo convertir mis dificultades en lecciones aprendidas?

Yo te sugiero cinco pasos para hacerlo:

1. Escoge una postura positiva

Si puedes mantener una actitud positiva en tu vida, estarás en la mejor posición para gestionar tus
malas experiencias y convertirlas en un crecimiento positivo. No demos controlar lo que pasa en
nuestra vida, pero si cómo reaccionamos ante ello. Piensa que podrás ayudar a otros en esas
circunstancias.

2. Aprovecha y desarrolla tu creatividad

La gente que convierte la mayoría de sus malas experiencias en buenas son aquellas personas que
encuentran formas creativas de hacerlo. Ven las posibilidades dentro de los problemas. John
Maxwell dice que la creatividad empieza al final de tu zona de confort.

3. Aprovecha el valor de las malas experiencias

Es siempre más fácil ver algo positivo en una experiencia negativa después de que ocurre. Donde
no hay problemas no hay progreso. Encontrarse con dificultades es inevitable, aprender es
opcional. Cada dificultad siempre ofrece una oportunidad para aprender.
4. Haz buenos cambios después de aprender de tus malas experiencias

La siguiente vez que te encuentres ante una mala experiencia, recuérdate a ti mismo que estás en
la cúspide de una oportunidad para cambiar y crecer. Si lo haces o no dependerá de cómo
reaccionas ante tu experiencia y de los cambios que hagas como resultado

5. Responsabilízate de tu vida

Tus circunstancias no te definen. Ellas están fuera de ti y necesitas que no te impacten de forma
negativa a tus valores y tus estándares. Debes tomar responsabilidad de tus actos y de tu vida para
poder crecer.

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