Anarquismo

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Anarquismo

El anarquismo es una filosofía política y social que llama a la oposición y abolición del
Estado entendido como gobierno y, por extensión, de toda autoridad, jerarquía o control social
que se imponga al individuo, por considerarlas indeseables, innecesarias y nocivas.1 2
Sébastien Faure, filósofo anarquista francés, dijo: «Cualquiera que niegue la autoridad y luche
contra ella es un anarquista». Bajo una formulación tan simple, pocas doctrinas o movimientos
han manifestado una tan gran variedad de aproximaciones y acciones, que no siempre fueron
bien entendidos por la opinión pública. Históricamente hablando, el anarquismo se centra en
general en el individuo y en la crítica de su relación con la sociedad, su objetivo es el cambio
social hacia una futura sociedad, en palabras de Pierre-Joseph Proudhon, «sin amo ni
soberano».3

No existe acuerdo académico en cuanto a una taxonomía de las corrientes anarquistas;


algunos hacen una distinción entre dos líneas básicas de pensamiento, individualistas y
comunistas;4 también es común señalar las cuatro corrientes más importantes, el anarquismo
individualista, mutualismo, anarquismo comunista y anarcosindicalismo, y según algunas
fuentes, también el colectivismo.5

Con movimientos precursores desde la antigüedad, el punto de partida del debate


doctrinal sobre un pensamiento anarquista moderno se remonta a finales del siglo XVIII, en la
obra de William Godwin,6 aunque el anarquismo se desarrolla en el siglo XIX a través de
distintas corrientes, dándose algunas de las experiencias libertarias más significativas a lo largo
del siglo XX.7 Tras el declive del anarquismo como movimiento social en la década de 1940, las
ideas anarquistas han sido recuperadas y reelaboradas por estudiosos y pensadores, y han
estado continuamente insertadas en multitud de doctrinas y movimientos contemporáneos,
especialmente tras su emergencia en el contexto de los movimientos estudiantiles y
antiautoritarios de la década de 1960.8

Pierre-Joseph Proudhon
Pierre-Joseph Proudhon (15 de enero de 1809 – 19 de enero de 1865), filósofo político
y revolucionario francés, y, junto con Bakunin y Kropotkin uno de los padres del pensamiento
anarquista y de su primera tendencia económica, el mutualismo.

Nació en Besanzón, en el seno de una familia de artesanos y campesinos. Su padre,


Claude Proudhon, era tonelero y cervecero, y consideraba que la cerveza que fabricaba debía
venderse por un valor que agregaba al precio de costo, tan solo el salario de su trabajo, ya que
«hubiera creído robar si hubiese cobrado más al comprador».1 Esta conducta paterna influirá
a Pierre-Joseph, en cuya obra se evidenciará esta búsqueda del justo precio como estricta
remuneraciòn del trabajo, considerando toda «ganancia» como «ingreso no ganado».2 Su
madre era cocinera y sirvienta. Él mismo trabajó toda su vida manualmente: primero, como
guardador de vacas y boyero hasta la edad de 12 años, y después como tonelero, junto a su
padre; después, como mozo de labranza, luego, como tipógrafo.

Originario, como Charles Fourier, del Franco Condado, en el que, como dice G. Lefranc,
«hasta la revolución de 1789, hubo siervos al servicio de las abadías, pero que desde la Edad
Media iba orientándose hacia fórmulas cooperativas, mediante la constitución de fruterías»,
sus concepciones económicas y sociales tienen una primera y profunda raíz en las
observaciones de su infancia sobre el trabajo, la propiedad, la venta, el valor. Gracias a una
beca en 1820 pudo ingresar a estudiar durante algún tiempo en el Colegio de Besançon, pero
razones económicas le impidieron concluir allí su bachillerato. A los 19 años ingresó a una
importante imprenta de Besanzón, trabajando de corrector, mientras aprendía el arte de la
tipografía. Como la casa editorial preparaba una edición de la Biblia, aprovechó la ocasión para
aprender el idioma hebreo, nociones de teología y también iniciarse en filología comparada y
lingüística.3 Básicamente se le debe considerar, pues, como a Fourier un autodidacta. El
carácter no sistemático, las contradicciones (reales o aparentes), el vuelo grandioso y el
brillante rigor de su estilo son el resultado de su genio, campesino-artesanal, autodidáctica.

Entre 1831 y 1832 hizo un viaje por Francia en busca de trabajo, recorriendo París,
Lyon, Neuchâtel (Suiza), Marsella y Tolón. De regreso a Besanzón, el fourierista Just Muiron le
ofreció trabajo como redactor jefe del periódico El Imparcial. Durante todo este tiempo no
cesó de instruirse y profundizar sus conocimientos de los clásicos como Descartes o Rousseau.
Luego de otro breve viaje por Francia, fundó con otros dos socios una pequeña imprenta. La
primera obra que Proudhon escribió fue un Ensayo de gramática general(1837), publicado
como apéndice a una obra de lingüística del abate Bergier. En 1838 tuvo que cerrar la imprenta
por sus dificultades económicas y el suicidio de su socio. El 23 de agosto de ese año obtuvo la
beca Suard de la Academia de Besanzón, que le permitió disfrutar durante 3 años de una renta
de 1500 francos. En 1839 publicó un trabajo de carácter histórico-sociológico, De la utilidad de
celebrar el domingo, que, igual que el primero, no llamó mucho la atención, aunque obtuvo
una mención académica.4 Pero su tercera obra, ¿Qué es la propiedad?, aparecida en 1840, le
hizo repentinamente famoso en París, en Francia y en el mundo. Al año siguiente, en 1841, y
luego en 1842, completó las teorías allí expuestas con una Segunda y Tercera memoria.

En 1843 escribió dos obras importantes: La creación del orden en la humanidad y El


sistema de las contradicciones económicas o la Filosofía de la miseria. Esta última dio lugar a
una dura respuesta de Marx, quien escribió su Miseria de la filosofía, precisamente un año
después de publicada Filosofía de la miseria (1844).

Proudhon conoció a Marx en París; luego de la muerte de Proudhon, Marx escribiría


una carta a Herr Schweitzer comentando sobre sus apreciaciones a la obra del francés, la carta
concluía:
Proudhon tenía una inclinación natural por la dialéctica. Pero como nunca comprendió
la verdadera dialéctica científica, no pudo ir más allá de la sofística. En realidad, esto estaba
ligado a su punto de vista pequeño burgués. Al igual que el historiador Raumer, el pequeño
burgués consta de «por una parte» y de «por otra parte». Como tal se nos aparece en sus
intereses económicos, y por consiguiente, también en su política y en sus concepciones
religiosas, científicas y artísticas. Así se nos aparece en su moral y en todas las cosas. Es la
contradicción personificada. Y si por añadidura es, como Proudhon, una persona de ingenio,
pronto aprenderá a hacer juegos de manos con sus propias contradicciones y a convertirlas,
según las circunstancias, en paradojas inesperadas, espectaculares, ora escandalosas, ora
brillantes. El charlatanismo en la ciencia y la contemporización en la política son compañeros
inseparables de semejante punto de vista. A tales individuos no les queda más que un acicate:
la vanidad; como todos los vanidosos, sólo les preocupa el éxito momentáneo, la sensación. Y
aquí es donde se pierde indefectiblemente ese tacto moral que siempre preservó a un
Rousseau, por ejemplo, de todo compromiso, siquiera fuese aparente, con los poderes
existentes.

Tal vez la posteridad distinga este reciente período de la historia de Francia diciendo
que Luis Bonaparte fue su Napoleón y Proudhon su Rousseau-Voltaire.

Ahora hago recaer sobre usted toda la responsabilidad por haberme impuesto tan
pronto después de la muerte de este hombre el papel de juez póstumo.5

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Política

En 1848 Proudhon es elegido diputado a la Asamblea Nacional, al proclamarse la


Segunda República. En el seno de ese cuerpo legislativo combate la propuesta del reformista
«cuyos talleres nacionales adormecen a los proletarios sin concederles nada de lo esencial». En
ese medio republicano-burgués aparece como un extraño disidente. Él mismo escribe en sus
Carnets: «Estos diputados se asombran de que yo no tenga cuernos y garras». Sin embargo,
sus ideas, a través del periódico que publica, Le representant du peuple, llegan a tener
entonces gran influencia en los estratos populares de París. Cuando el general Louis Eugène
Cavaignac reprime violentamente la revuelta Popular del 23 de junio, 691 de los 693 diputados
de la Asamblea aprueban su conducta mientras que Proudhon es uno de los dos que la
condena.

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Cárcel, exilio y libros


Pierre-Joseph Proudhon, 1862

El 10 de diciembre de aquel mismo año, Luis Napoleón es proclamado Presidente de la


República por la Asamblea Nacional. Dos años y medio después este Presidente se convertiría
en Emperador, del mismo modo que el primer Napoleón había pasado del Consulado al
Imperio.

Proudhon ataca duramente a Luis Napoleón en su periódico La voix du peuple, y lo


considera como el peor enemigo del proletariado y del socialismo. Por esta razón es
condenado, en 1849, a varios años de cárcel. Huye a Bélgica, donde vive en el anonimato
durante un tiempo, ganándose la vida como profesor particular de matemáticas.

En una ocasión, al regresar por motivos privados a Francia, es descubierto, y encerrado


en la famosa prisión de Santa Pelagia. Allí se dedica con apasionado fervor al estudio y escribe,
entre otros libros, La idea general de la revolución. Mantiene también una nutrida y
clandestina correspondencia con muchas figuras de la oposición, y propicia una alianza del
proletariado con la clase media para derrocar a Luis Napoleón, actitud que le será reprochada
por algunos socialistas, los cuales recordaban que pocos años antes Proudhon había
contrapuesto de un modo tajante el proletariado y la burguesía.

En 1858 escribe, contra el católico Mirecourt, una de sus más extensas e importantes
obras histórico-filosóficas: Sobre la Justicia en la Revolución y en la Iglesia, la cual le vale una
nueva condena, por su ataque contra la religión del Estado, y un nuevo exilio en Bélgica. Una
amnistía le permite retornar a su país, donde en 1863 publica otra de sus obras
fundamentales: El Principio federativo. En ella desarrolla ampliamente su concepción del
federalismo integral, que pretende no sólo descentralizar el poder político y hacer que el
Estado central se disgregue en las comunas o municipios, sino también, y ante todo,
descentralizar el poder económico y poner la tierra y los instrumentos de producción en
manos de la comunidad local de los trabajadores. Este concepto del federalismo es quizá el
que mejor resume esa totalidad móvil que es el pensamiento de Proudhon.

En los últimos dos años de su vida escribe otra obra de gran importancia doctrinal, que
influye decisivamente en la formación ideológica de los fundadores de la Primera
Internacional: De la capacidad política de la clase obrera, aparecida en 1865.

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Pensamiento
El pensamiento de Proudhon parte, ante todo, de la filosofía de la Ilustración. Los
empiristas ingleses (Locke, David Hume, etc.) y los enciclopedistas franceses, como Voltaire,
Helvetius, y particularmente Diderot, son con frecuencia el presupuesto tácito o explícito de
sus desarrollos doctrinales. Ataca duramente a Rousseau (como antes Godwin y después
Bakunin), pero toma de este algunas de sus ideas básicas.

También influyen sobre Proudhon las agudas críticas de los socialistas utópicos, como
Saint-Simon y Fourier, aunque nadie más renuente que él a las construcciones ideales y al
trazado de brillantes cuadros futurísticos.

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Principales obras

¿Qué es la propiedad? (1840)

Sistema de contradicciones económicas o Filosofía de la Miseria. (1846)

De la justicia en la Revolución y en la Iglesia (1858)

El manual del especulador de la Bolsa (1853)

La Guerra y la Paz (1861)

El principio federativo. (1863)

De la capacidad política de la clase obrera. (1865)

Teoría de la Propiedad. (1866)

Del principio del arte y su destino social. (1875)

La Pornocracia, o las mujeres en los tiempos modernos. (1875)

Correspondences (1875)

Amor y matrimonio. (1876)

Cesarismo y cristianismo. (1883)

Jesús y los orígenes del cristianismo. (1896)

Comentarios sobre las memorias de Fouché. (1900)

Etimologia
La palabra «anarquía» deriva del griego «ἀναρχία» («anarkhia»).9 Está compuesta del
prefijo griego ἀν- (an), que significa «no» o «sin», y de la raíz arkhê (en griego ἀρχή, «origen»,
«principio», «poder» o «mandato»).10 11 La etimología del término designa, de una manera
general, aquello desprovisto de principio director y de origen. Esto se traduce por «ausencia de
apriorismo»,12 «ausencia de norma»,12 «ausencia de jerarquía»,13 «ausencia de
autoridad»14 o «ausencia de gobierno».11

Los términos «anarquía» y «anarquista» fueron usados libremente, en un sentido


político, durante la Revolución francesa, en términos de crítica negativa, relacionados con los
abusos empleados por varios partidos para dañar a sus oponentes; así, tanto los Enragés, que
desconfiaban del poder excesivo, como Robespierre, que lo buscaba, fueron tachados de
anarquistas. Este sentido negativo cambió cuando Pierre Joseph Proudhon publicó ¿Qué es la
propiedad? (1840), el libro que le estableció como un pionero del pensamiento libertario. Tras
responder al título («la propiedad es un robo»), el autor se convierte en el primer hombre que
se autodeclara anarquista y precisa qué es lo que entiende por anarquía: «una forma de
gobierno sin amo ni soberano».3

Antecedentes del anarquismo moderno

Si bien el desarrollo formal del anarquismo como movimiento e ideología política,


social, económica y filosófica data del siglo XIX, la base de las ideas anarquistas está presente
en mayor o menor medida en todos los periodos de la Historia.15

¡Devolvednos, ricos de los siglos, avaros, usurpadores, los bienes que injustamente
retenéis! Thomas Müntzer.

Los pensamientos, reflexiones e ideas anarquistas más antiguas de que se tiene


constancia proceden del filósofo chino Lao Tsé, opuesto al Estado y a la autoridad religiosa o
de cualquier otro tipo.16 17 En la Antigua Grecia podemos encontrar a Zenón de Citio, que
opuso una concepción de comunidad libre de gobierno a la utopía estatista de Platón.18 19 A
la Antigua Grecia pertenece también el primer uso conocido de la palabra «anarquía», en la
obra Los siete contra Tebas (467 a. C.) de Esquilo,20 si bien es cierto que el término se utilizaba
entonces con un sentido negativo, no como referente a una doctrina contraria a la autoridad.
Algunos historiadores encuentran en el discurso y la figura de Jesús de Nazaret una gran
presencia de los valores anarquistas.21

En el marco del reformismo religioso y social del siglo XVI en Europa, la primera
presentación literaria de una ideal sociedad igualitaria es la Utopía de Tomás Moro (1516);22
los anabaptistas son a veces considerados como precursores religiosos del anarquismo
moderno,23 24 destacando especialmente el teólogo y activista político Thomas Müntzer, líder
revolucionario durante la Guerra de los campesinos alemanes que sacudió el Sacro Imperio
Romano Germánico.25 En 1532 fue escrita la obra Gargantúa y Pantagruel, de François
Rabelais, en la que se describía la Abadía de Thélema como un lugar donde sus habitantes
vivían sin necesidad de gobierno, leyes o religión. También en esa misma época puede
considerarse como un precursor del anarquismo a Étienne de La Boétie,26 así como al
reformador protestante Gerrard Winstanley, fundador de los Igualitarios Auténticos, quien
publicó un panfleto llamando por la propiedad comunal y social y una organización económica
forjada a partir de pequeñas comunidades agrícolas en el siglo XVII. Tanto el socialismo
utópico así como el liberalismo radical presentan asimismo grandes semejanzas con el
anarquismo moderno.27

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Siglo XVIII: la Ilustración y la Revolución francesa

En el siglo XVIII, con la Ilustración, se pusieron las bases del anarquismo: la confianza
en la naturaleza racional del ser humano conllevaba la creencia en su progreso moral e
intelectual. Uno de los primeros teóricos que influiría en al anarquismo sería Jean-Jacques
Rousseau, especialmente en cuanto a su teoría sobre la naturaleza bondadosa del hombre y
sobre la organización cooperativista y desinteresada de las sociedades primitivas.28

William Godwin, considerado por algunos autor del primer tratado anarquista.

En 1793, en el marco de la Ilustración británica, William Godwin publicó Una


investigación acerca de la justicia política (An Enquiry concerning political Justice), en el cual
presentaba su visión de una sociedad libre además de una crítica del gobierno, y que ha sido
reconocido como la primera articulación y defensa del anarquismo contemporáneo.29 30 La
obra de Godwin se transformó en la Biblia del movimiento radical inglés y sus ideas eran parte
de una cosmovisión antijerárquica y antiestatal. Si bien Godwin nunca utilizó la palabra
«anarquismo», no otorgó al término «anarquía» un sentido peyorativo.31

No obstante, la influencia de Godwin en el movimiento anarquista se hizo esperar;


tanto Stirner como Warren y Proudhon tomaron sus propios puntos de partida en el camino al
anarquismo.32

Durante la Revolución francesa, Sylvain Maréchal se constituiría en pensador y


activista proto-anarquista y así escribió el «Manifiesto de los iguales» (1796), por el que
reivindicaba «el disfrute comunal de los frutos de la tierra» y deseaba la desaparición de «la
repugnante distinción entre ricos y pobres, de los grandes y pequeños, de los amos y mozos,
de los gobernadores y los gobernados.»33
La Revolución francesa proporcionó al anarquismo el ideal revolucionario como
método rápido y efectivo de lograr el desarrollo social, hecho que lo vinculó de forma implícita
al uso de la violencia. Ciertos elementos como los “enragés” (rama extremista de los “sans-
culottes”, liderados por Jacques Roux), iniciaron la vía de la actuación anarquista. Babeuf
también insistió en la abolición de la propiedad privada, así como en aunar revolución política
con la económica y social. Desde la Revolución Francesa se impulsó el uso de la violencia,
plasmado a principios del siglo XIX en la acción conspirativa y las sociedades secretas (Filippo
Buonarroti).34

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Del socialismo utópico al anarquismo moderno

La primera oposición a la revolución industrial fueron los ludditas, movimiento obrero


de carácter espontáneo que se dirigía a la destrucción de las máquinas, que en aquel momento
llevaban a la miseria a los artesanos.35 Su auge se sitúa en la Inglaterra de 1811 a 1816
extendiéndose posteriormente por toda Europa, siendo a partir de 1817 el precursor de los
primeros sindicatos obreros. La táctica del sabotaje permanecería en el movimiento obrero, y
sus planteamientos se reflejan en el primitivismo.

Dentro de los pensadores y activistas del socialismo utópico destaca como


antecedente libertario Charles Fourier; proponía una organización política basada en
comunidades que denominó «falansterios», enlazadas entre sí de forma descentralizada. Por
otro lado criticaba la división del trabajo dentro de los esquemas del feudalismo y del
capitalismo, así como la moral cristiana, y proponía un orden social basado en el ejercicio
pleno de la subjetividad.36 37

En su obra más conocida, ¿Qué es la propiedad? o Investigaciones sobre el principio


del derecho y del gobierno (1840), Proudhon denunciaba: «la propiedad es un robo», palabras
que, según Max Nettlau, «tenían la fuerza de una revolución».38

Junto a los socialistas utópicos, los filósofos hegelianos alemanes aportaron el corpus
teórico del anarquismo de la primera mitad del siglo XIX: la dialéctica histórica hegeliana
aportó un sentimiento de optimismo en cuanto a la evolución social del devenir histórico, que
favorecería en aquel entonces a la nueva clase obrera (concepto marxista de “lucha de
clases”). Wilhelm Weitling, influido por el cristianismo primitivo, defendía una sociedad ideal
basada en principios morales: “la sociedad perfecta no requiere gobierno, sino sólo una
sencilla administración; carece de leyes y, en su lugar, existen obligaciones; no tiene sanciones,
sino sólo medios de corrección”.39
A mediados del siglo XIX, el tejido industrial aún era débil, predominando artesanos y
campesinos. En la década de 1840, Pierre-Joseph Proudhon en Francia y Josiah Warren en
Estados Unidos alcanzaron el anarquismo independientemente a partir de la crítica de las
doctrinas utópicas socialistas, particularmente las de Charles Fourier y Robert Owen
respectivamente.40 Para ambos, el ideal de generosidad colectiva del comunismo era un
máximo utópico, y abogaban por comenzar con una más inmediata y accesible reciprocidad, el
camino equitativo de Warren y el mutualismo de Proudhon.38 Por su lado, en Alemania, el
filósofo Max Stirner partió del hegelianismo para alcanzar su inversión completa en El único y
su propiedad (1844), negando todos los absolutos e instituciones, en un individualismo
extremo que ha sido denominado como Egoísmo.40

Pierre-Joseph Proudhon fue el primer individuo en denominarse a sí mismo


«anarquista»,41 motivo por el cual es considerado por algunos como el fundador de las teorías
anarquistas modernas. Proudhon, considerado como próximo al socialismo por él mismo y por
los críticos e historiadores posteriores42 abogaba por una economía no opresiva donde los
individuos intercambiaran el producto de su propio trabajo. El valor de intercambio de los
bienes sería determinado por la teoría del valor-trabajo.43 El pensamiento de Proudhon,
enfrentado tanto con el Estado como con el socialismo autoritario que se iba configurando,
tuvo especial repercusión entre los socialistas no autoritarios de Bélgica y Francia. En 1843
escribió El sistema de las contradicciones económicas o la Filosofía de la miseria, que dio lugar
a una dura respuesta de Marx, La miseria de la filosofía (1844). Tras la Revolución francesa de
1848, Proudhon continuó su labor de difusión del anarquismo durante la Segunda República
Francesa en una serie de diarios, e intentó poner en marcha en 1849 el «Banco del Pueblo»,44
modelo que lo que actualmente se conoce como banco mutualista, que fracasó antes de que
empezara a funcionar. Los artículos que escribió en enero del mismo año contra Luis Napoleón
Bonaparte, el «Príncipe Presidente», en Le Peuple le valieron una condena de tres años en
prisión.45

El pensamiento de Proudhon impresionó fuertemente a Marx (quien trató de


demolerle teóricamente en 1847), a Stirner en Alemania, y a Bakunin en Rusia. También
tuvieron gran acogida en España, en la figura de Pi y Margall, a través de su obra La reacción y
la revolución. Estudios Políticos y Sociales (1854), y sus traducciones al español de los libros de
Proudhon.38 Otro anarquista francés conocido de esta época fue Joseph Déjacque, el primero
que se autodescribió como libertario. Escribió una utopía anarquista intitulada El
Humanisferio, y criticó la visión patriarcalista acerca de la familia de Proudhon.46 47

El pensamiento de Proudhon tuvo poca repercusión en Inglaterra y Estados Unidos,


donde percibían el anarquismo como una extensión lógica del liberalismo de John Locke y la
democracia jeffersoniana. Los «derechos naturales» a la vida, libertad y propiedad eran
sacrosantos, y consideraban que el Estado en vez de defenderlos había llegado a ser
destructivo respecto a dichos fines, y debía por tanto abolirse para permitir que se alcanzara
una armonía natural.48 Desilusionado del socialismo utópico tras el fracaso de la comunidad
experimental de Robert Owen, «New Harmony», uno de los colonos, Josiah Warren, había
concluido la imposibilidad de la convivencia social desinteresada, y a partir de 1825 abogó por
la individualización completa de la vida social, tomando como modelo de su primer
experimento socioeconómico, la «Cincinnati Time Store», el intercambio equitativo basado en
la teoría del valor-trabajo, sistema económico que se encuentra plasmado en sus obras
Equitable Commerce (1846) y Practical Details in Equitable Commerce (1852). El anarquismo
individualista de Warren tuvo cierta repercusión en Inglaterra, pero pasó desapercibido para el
socialismo europeo hasta 1885. Sus ideas fueron desarrolladas posteriormente en Estados
Unidos por otros anarquistas individualistas como Lysander Spooner y Benjamin Tucker, quien
tradujo también la obra de Proudhon.49

En Alemania, como reacción a la filosofía hegeliana, unido a la crítica al cristianismo y


al estatismo y burguesismo imperante, nació un sentimiento libertario original, sobre la década
de 1840, en el ambiente de los hermanos Bruno y Edgar Bauer, un grupo que al que se llamaba
«los libres de Berlín» del que fue pilar Max Stirner. El grupo desarrolló un nihilismo crítico que
en 1842 desembocó en un repudio completo del Estado.50 El «egoísta» stirneriano se asemeja
al «superhombre» de Nietzsche, quien lo consideró una de las mentes no reconocidas del siglo
XIX. El radical individualismo de Stirner llegó a alarmar a algunos anarquistas, como Kropotkin,
por la ferocidad de sus enseñanzas.51 Cabe destacar también a Ludwig Feuerbach como una
fuente de las ideas libertarias en Alemania, acabando con el autoritarismo hegeliano mediante
el restablecimiento del papel principal del hombre.52

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Hacia la Primera Internacional

«La libertad de cada uno necesariamente asume la libertad de todos, y la libertad de


todos no llegará a ser posible sin la libertad de cada uno... No hay libertad real sin igualdad, no
sólo de derechos sino en la realidad. Libertad en igualdad, ahí está la justicia.»Mijaíl Bakunin53

Hacia mediados del siglo XIX había algunos grupos de anarquistas comunistas en
Francia, alrededor del diario L'Humanitaire, el primer órgano del comunismo libertario francés.
En 1846-47, algunos ilegalistas fueron condenados por ciertos actos. Tras la revolución de
febrero de 1848, el fin de la monarquía y la instauración de la Segunda República Francesa,
surge en Toulouse la figura de Anselme Bellegarrigue, quien formó en 1850 en París la
«Asociación de libres pensadores», que publicó varios folletos en los que repudiaba el
gubernamentalismo francés floreciente apelando a la abstención completa, lo que más tarde
se llamó huelga política, como medio para paralizar al gobierno. Autor y editor de Anarchie,
Journal de l'Ordre y de Au fait ! Au fait ! Interprétation de l'idée démocratique, Bellegarrigue
escribió un precoz Manifeste de l'Anarchie (Manifiesto de la anarquía) en 1850.
La democracia desembocó en el golpe de Estado militar de 1851 y el subsiguiente
Segundo Imperio Francés de Napoleón III, lo que provocó una crítica que propugnaba el
abandono del parlamento y la legislación directa por el pueblo. El socialismo autoritario de
Marx y Engels (quienes publicaron el Manifiesto Comunista en 1848) se enfrentaba al
mutualismo proudhoniano, y son en este tiempo importantes las figuras de los
anarcocomunistas Eliseo Reclus, Joseph Déjacque y Ernest Coeurderoy. 54

En España, desde la restauración absolutista de 1814, la monarquía y el aparato de


poder que la rodeaba fueron combatidos a lo largo de todo el siglo por federalistas como Pi y
Margall, que pragmáticamente dejó a un lado sus concepciones sociales para cohesionar el
partido federalista, del que era jefe. En las zonas industrializadas, especialmente en Cataluña,
se empezaron a difundir desde 1840 las asociaciones de obreros, que continuaron abierta o
clandestinamente hasta la revolución de septiembre de 1868 y acabarían en gran parte
uniéndose a la Primera Internacional.55

Entre los pueblos eslavos debido la opresiva supremacía de la gran Rusia y Polonia la
federación se convirtió en un sueño para muchos. Fue entre la nobleza que las ideas
humanitarias del siglo XVIII, en imitación de París, encontraron eco. La lectura de Feuerbach
fue un espaldarazo para que Bakunin se librara de las concepciones y filosofías absolutas que
hasta entonces le dominaron, y su pensamiento se volvió profundamente anarquista y
revolucionario. Pero en ausencia de otras figuras libertarias con que colaborar, desde 1846, en
París, Bakunin continuó madurando su pensamiento al tiempo que se sumergía en la
fraternización de los pueblos eslavos en una utopía federalista.55

Antes de la muerte de Proudhon en 1865 el mutualismo proudhoniano estaba en


manos de figuras de menor espíritu, y en 1864, durante la preparación de la Internacional, el
talento de Marx le ayudó a imponer sus ideas propias en la redacción de los primeros
documentos de la sociedad.56

Hacia fines de 1863 Bakunin centró su interés en los movimientos sociales que
renacían y pretendía obrar sobre las fuerzas democráticas y socialistas por medio de militantes
infiltrados. Sus ideas se centraban en la asociación y federación como base de la
reconstrucción tras la eliminación del sistema vigente. En 1868 entró en la Internacional, y con
sus camaradas se separó de la Liga de la Paz y la Libertad para fundar la «Alianza
internacional» que se afiliara e ingresara en la Internacional, donde supuestamente ya estaba
infiltrado en lo que se llamaba la «Fraternidad». Se iniciaba así un conflicto entre los
partidarios de Bakunin y los de Marx por el control de la organización que acabó con la ruptura
de la Internacional en 1872, cuando Marx lanzó sobre Bakunin una acusación fundada en
documentos secretos llegados a sus manos, facilitando la expulsión de Bakunin de la
Internacional.56

La visión de Bakunin del ser humano como un ser social por naturaleza trasladaba la
unidad básica de la sociedad del individuo a la comunidad, y la asunción de sus tesis por parte
de los proudhonianos durante la Primera Internacional marcó un cambio en el pensamiento
anarquista del individualismo al colectivismo.57 Por otro lado, el conflicto entre el estatismo
autoritario de la «dictadura del proletariado», propuesta por Marx, y la inmediata destrucción
del estado que defendía Bakunin, acabó propiciando el distanciamiento entre anarquismo y
marxismo y la salida de los anarquistas de dicha organización; para el socialismo
antiautoritario de Bakunin, «la dictadura del proletariado estaba abocada a convertirse en
dictadura sobre el proletariado».58 El sindicalismo iba extendiéndose entre el movimiento
obrero, especialmente en España, sobre todo en Cataluña y Andalucía. Tras la derrota francesa
en la Guerra Franco-prusiana, tuvo lugar la Comuna de París en la primavera de 1871, una
breve revolución y gobierno popular y federativo, reivindicado tanto por marxistas como por
colectivistas.59

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Desarrollo del anarcoindividualismo estadounidense

Artículo principal: Anarquismo en Estados Unidos.

El anarcoindividualismo estadounidense presentaba diferencias respecto al europeo;


se continuaban usando algunos conceptos e ideas proudhonianos para atacar la relación
patrón-trabajador asalariado, mientras el ascendente capitalismo monopolista y sus
corporaciones sustituían a los productores familiares y locales.

En Estados Unidos, Henry David Thoreau expresó en su ensayo Desobediencia Civil


(Civil Disobedience, 1866) un alegato a favor de la resistencia individual al gobierno en
oposición a una situación injusta. Su pensamiento, crítico con la industrialización y el progreso,
pone el énfasis en la experiencia individual del mundo natural, como se aprecia en su conocido
libro Walden (1854), y se convirtió en un antecedente del anarquismo ecologista.

Para Lysander Spooner (1808 - 1887), la cuestión clave para un anarquista es cómo
combinar la completa libertad individual con alguna forma de cooperación social efectiva.60

En 1845, el abogado Lysander Spooner escribió un ensayo radical contra la esclavitud,


Unconstitutionality of slavery. Instalado firmemente en la tradición de la ley natural y
enfrentado desde el principio de su carrera profesional e ideológica con los monopolios
protegidos por el Estado, en 1870 escribió No Treason: The Constitution of No Authority,
donde explica que toda legislación se opone al derecho natural, y es por tanto criminal. Un
ejemplo de su lucha contra los monopolios fue la compañía que fundó en 1844, la American
Letter Mail Company, que compitió con el monopolio legal del Servicio Postal de los Estados
Unidos en violación del «Estatuto de Envíos Privados», que restringe en Estados Unidos el
transporte y entrega de cartas por cualquier organización ajena al Servicio Postal. Spooner
consideraba que los monopolios eran una restricción inmoral, y aunque tuvo cierto éxito
abaratando los precios, el gobierno de los Estados Unidos desafió a Spooner con medidas
legales, obligándole a cesar sus operaciones en 1851.61 También se enfrentó con el tema de la
propiedad intelectual. En su más larga e incompleta obra, The Law of Intellectual Property
(1855), expresaba que el producto de la mente, no menos que el del trabajo manual, es
propiedad, y por tanto un derecho inalienable del individuo. Denunciaba que la legislación
fracasaba en proteger la propiedad intelectual de los ciudadanos: aquellos pensadores al
servicio del status quo eran recompensados con riqueza, mientras que los que servían a la
humanidad se empobrecían, si no eran maltratados.60

Su abolicionismo le llevó a criticar los motivos de la Guerra de Secesión (1861-1865):


entendía que se luchaba por el falso tema de la unión, cuando debía haberse luchado por el
tema de la esclavitud. Spooner pensaba que los esclavistas no se habrían atrevido a rebelarse
frente a un gobierno que diera libertad a todo el mundo, mientras que, defendiendo su propia
libertad, los sureños ganaron una ventaja moral y psicológica que los sostuvo durante la
guerra. Así, en 1864 publicó una Carta a Charles Sumner en la que acusaba a los políticos del
norte de tener «sobre vuestras cabezas, más incluso, si es posible, que sobre la de los mismos
esclavistas, (quienes han actuado de acuerdo a sus asociaciones, intereses, y declarados
principios como esclavistas) descansa la sangre de esta horrible, innecesaria, y por tanto
culpable, guerra».62

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Surgimiento y evolución del anarcocomunismo

Tras la expulsión de los anarquistas de la Internacional, estos fundaron la Internacional


antiautoritaria o Internacional de Saint-Imier en 1873, que fue disuelta en 1877, tras la muerte
de Bakunin.63 El Consejo General de la AIT se trasladó en 1872 a Nueva York, donde se disolvió
oficialmente en 1876.64

Piotr Kropotkin

Hacia 1880 había tres concepciones anarquistas vigentes, el colectivismo en España; la


individualista-mutualista en Estados Unidos y el anarcocomunismo, que se difundía en el resto
de Europa.65 Formulado por primera vez en la sección italiana de la Primera Internacional por
Carlo Cafiero, Errico Malatesta y Andrea Costa, entre otros, tuvo como pensadores esenciales a
Piotr Kropotkin, Élisée Reclus y al ya mencionado Errico Malatesta. Inicialmente convivió con el
colectivismo, y no sería hasta después de la muerte de Bakunin que comenzaron las disputas
entre ambos movimientos.63 Para Kropotkin y Reclus, la cooperación y la ayuda mutua eran
un factor evolutivo que había permitido triunfar al ser humano como especie.66

El comunismo de los anarcocomunistas lo era en más en un sentido moral y


fundamental que material y formal; muchos de ellos aceptaban el colectivismo como una fase
en la evolución natural a una sociedad comunista y libertaria.67

El congreso de Berna de 1876 estableció el respeto recíproco a los medios de acción


empleados en cada país; los italianos, con Cafiero y Malatesta al frente, defendían el hecho
insurreccional como el medio de propaganda más eficaz, la propaganda por el hecho,68 que
había sido defendida previamente por Bakunin en 1870 y por Kropotkin y Malatesta
después.63 En primera instancia algunos anarcocomunistas criticaban a los sindicatos como
posibles acomodamientos dentro del sistema capitalista, al observar el comportamiento de
sindicatos reformistas o apolíticos de ese entonces. Posteriormente muchos de estos,
incluyendo a Kropotkin, vieron necesario el participar dentro de los sindicatos para así lograr
influenciar a los trabajadores y campesinos. El anarcocomunismo posteriormente sería
adoptado como propuesta de sociedad alternativa por sindicatos anarcosindicalistas como la
CNT de España y la FORA de Argentina.

En Estados Unidos, el individualista Benjamin Tucker tomó el relevo de Warren, siendo


uno de los más importantes anarquistas estadounidenses de finales del siglo XIX. Como
Warren, contemplaba sus ideas como socialistas, aunque estaba más comprometido con el
libre mercado, arguyendo que la razón de que produjera explotación era la distorsión
provocada por los monopolios, de los que responsabilizaba al gobierno. En 1881 Tucker fundó
el periódico Liberty, que se convirtió en uno de los foros del pensamiento radical de su época.
El anarquismo comunista y las teorías de activismo violento llegaban desde Europa,69 y Tucker
utilizó Liberty para combatirlos, negando el derecho a llamarse anarquista a colectivistas y
anarcocomunistas, a Kropotkin mismo, y fue replicado por estos del mismo modo, por
reconocer la propiedad privada, etc.49

Representación artística de la revuelta de Haymarket

Sin embargo, con las fuertes emigraciones europeas hacia los países americanos el
anarcosindicalismo arraigó en EEUU, y así tuvo lugar la famosa huelga por la jornada laboral de
ocho horas del 1 de mayo de 1886 que llevó tres días más tarde a la Revuelta de Haymarket y a
la muerte de los llamados mártires de Chicago (1886-87), escalera de acontecimientos que dio
origen a la actual celebración del 1 de mayo como Día Internacional de los Trabajadores.
Destacó la figura del alemán Johann Most, que comenzó a difundir desde 1882 el colectivismo
anarquista, aunque lo llamaba anarquismo comunista porque el término colectivista no era
familiar para los estadounidenses. Criticado por los anarcocomunistas alemanes, sólo a partir
de 1888 comenzó a propagar el comunismo anarquista de Kropotkin. Los mártires de Chicago
fueron pues colectivistas en su mayor parte.70

La Internacional fue declarada disuelta por el gobierno español en 1874, teniendo que
pasar la organización a la clandestinidad. Volvió a la vida pública a principios de la década de
1880 como la Federación de Trabajadores de la Región Española. En las zonas más deprimidas,
se dieron estallidos de violencia; en Andalucía, varios incendios y muertes fueron atribuidas a
«La Mano Negra», provocando la represión contra el anarquismo y arrestos de miembros de
todos los matices de la organización, que se posicionó claramente en contra de las acciones
violentas y delictivas. El anarcocomunismo fue aceptado poco a poco por el anarquismo
colectivista rígido que primaba en las organizaciones. Tras la muerte de Alfonso XII, la agitación
por la jornada de ocho horas y el 1 de mayo de 1886 y los sucesos posteriores en Estados
Unidos dieron un nuevo impulso al movimiento, especialmente en Cataluña, donde se fundó la
revista Acracia. 71

François Claudius Koënigstein (1859 - 1892), más conocido como Ravachol, anarquista
francés famoso por sus atentados.

Kropotkin fue detenido en 1882, acusado de pertenecer a la Internacional, y fue


encarcelado en Francia tres años, trasladándose a Inglaterra en 1886. Allí trabó amistad con el
socialista William Morris, de tendencias libertarias, y fundó el periódico Freedom (Libertad).
Elaboró sus ideas en una serie de artículos del Révolté y La Révolté, reunidos finalmente en
1892 en el volumen La conquista del pan, y en una numerosa y prolífica obra que incluye El
apoyo mutuo: un factor en la evolución,65 donde refutaba la tesis de la naturalidad de la
desigualdad social, a partir de sus observaciones en Siberia de las diferentes comunidades
humanas y animales; señalaba que la cooperación entre individuos es común entre las
especies animales, en respuesta a teorías como el darwinismo social y el laissez-faire liberal,
centradas en la competencia constante entre individuos y sostenidas por partidarios del
capitalismo.

Descubrió mayores elementos libertarios en el socialismo inglés que en el continental,


provenientes de la influencia soterrada de William Godwin, a quien llegó a reconocer como un
ancestro que confirmaba sus propias ideas. Frente a la mala prensa que el anarquismo
empezaba a adquirir debido a las primeras operaciones de «propaganda por el hecho» en
Europa, el aspecto benigno y el tono razonable de Kropotkin contribuían a transformar la
imagen del anarquismo.72

En Francia el anarcocomunismo había reemplazado por completo al colectivismo; su


pasado y existencia bien sólida en España eran desconocidos. Los anarquistas franceses de la
década de 1880 fueron socialistas de toda procedencia, sin tradición, partidarios de ir hasta el
fin en teoría, anarquía y comunismo; no organización y vida libre en la práctica. Esto les aisló
del pueblo, que prefirió el socialismo autoritario, que no exigía un esfuerzo intelectual y
revolucionario. Aunque ya voces como la de Emile Pouget, atento a las reivindicaciones de los
trabajadores, comenzaban a postular un sindicalismo de acción directa. Una primera
generación de ilegalistas, Ravachol, Émile Henry, Auguste Vaillant y Geronimo Caserio surgió
en Francia. La «propaganda por el hecho» provocó una persecución de los anarquistas que
conllevó, tras el asesinato del presidente francés Marie François Sadi Carnot, el destierro de
gran número de anarquistas a Londres en 1894.65

En Rusia, el anarquismo revolucionario se acabó concentrando en un terrorismo


focalizado en acabar con el zar Alejandro II, que falleció finalmente en 1881. A partir de 1891
empieza a difundirse el anarcocomunismo de la mano de Varlaam Cherkesov, amigo de
Kropotkin y Malatesta, que combatió el marxismo que iba ganando poco a poco influencia en
el socialismo ruso, planteando en 1900 que el Manifiesto del Partido Comunista de Marx y
Engels era un plagio de una obra del fourierista Victor Considerant. Cherkesov quedó
finalmente fascinado por el sindicalismo francés, llegando a considerar que «el sindicalismo es
socialismo popular». A partir de 1905, el anarquismo revolucionario de Kropotkin fue seguido
por jóvenes militantes ansiosos de acción, frustrando sus intentos de establecer cierta
organización de los trabajadores, al tiempo que los actos colectivos del pueblo seguían las
iniciativas de los socialistas autoritarios.7

Anarcosindicalismo, anarquismo sin adjetivos

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Anarquismo sin adjetivos

Artículo principal: Anarquismo sin adjetivos.

Max Heinrich Hermann Reinhardt Nettlau (1865 - 1944), importante historiador del
anarquismo, partidario del anarquismo sin adjetivos y el panarquismo.

Hacia finales de la década de 1880 en España, anarcocomunistas y colectivistas dejaron


de enfrentarse por los planteamientos económicos postrevolucionarios, como por otro lado
también Kropotkin y otras voces en el anarquismo internacional propugnaban. En 1889, la
Federación regional (heredera de la Internacional) es reemplazada por la Organización
Anarquista de la Región Española, sin distinción de procedimientos revolucionarios ni escuelas
económicas. Fernando Tarrida del Mármol fue nombrado delegado a las reuniones anarquistas
internacionales de París, y planteó que ningún régimen económico especial debería ser
impuesto a la sociedad nueva, y que todo trabajo sobre economía no debía ser considerado
más que como estudio.71 En una carta enviada por Tarrida a La Révolte el 7 de agosto de
1890, plantea el anarquismo sin adjetivos como el modelo español de superar diferencias
entre las distintas corrientes anarquistas: «creemos que ser anarquista significa ser enemigo
de toda autoridad e imposición, y por consecuencia, sea cual sea el sistema que se preconice,
es por considerarlo la mejor defensa de la Anarquía, no deseando imponerlo a quienes no lo
aceptan».74 En el continente europeo el anarquismo sin adjetivos tuvo como importantes
propulsores a Élisée Reclus, Max Nettlau y a Errico Malatesta. En EE. UU. en los debates entre
comunistas como Johann Most e individualistas como Benjamin Tucker se reprodujo esta
situación, que también cobró vigencia especialmente propulsada por Voltairine de Cleyre y
Rudolf Rocker. En una conferencia sobre la anarquía dada en Filadelfia en 1902, de Cleyre
explicó las diversas concepciones (individualista, mutualista, colectivista y comunista) en
igualdad, explicando las diferencias debidas a los ambientes y personalidades que las
gestaron.70

Hubo difusión de periódicos anarcocomunistas italianos, como La Questione Sociale de


Gaetano Bresci (que asesinó en 1900 al rey de Italia Humberto I de Saboya), o la Cronaca
Sovversiva de Luigi Galleani a partir de 1903.70 Galleani, de ideas ilegalistas, fue un conocido
propulsor de la «propaganda por el hecho», alrededor del cual gravitaron otras figuras como
Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti, injustamente ejecutados en 1927 por asalto y homicidio.
Pese a que el anarquismo no tuvo entre la clase obrera estadounidense la difusión que tenía
en Europa, el sindicalismo revolucionario de la Industrial Workers of the World —Trabajadores
Industriales del Mundo— (IWW), promotora de la solidaridad obrera en la lucha revolucionaria
en Estados Unidos, contó con anarquistas como Lucy Parsons entre sus referentes
principales.70 Cabe destacar también en el anarquismo estadounidense a la pensadora,
conferencista y propagandista de origen lituano Emma Goldman. Pacifista y pionera de la
emancipación femenina, fue autora de Anarquismo y otros ensayos (1910) y Mi desilusión con
Rusia (1922), donde narró su experiencia y rechazo del autoritarismo estatista que siguió a la
Revolución rusa de 1917.75

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España

Artículo principal: Anarquismo en España.

Entre finales del siglo XIX y principios del XX se sucedieron las revueltas y proliferó la
realización de atentados con bomba: el 24 de septiembre de 1893 un anarquista atentó en
Barcelona contra el general Martínez Campos, que resultó herido, a la vez que moría un
guardia civil. El autor del atentado, Paulí Pallàs, fue fusilado, hecho que comportó la represalia
de otro anarquista, Santiago Salvador Franch, que el 7 de noviembre de 1893 lanzó una bomba
en el interior del Teatro del Liceo, causando 20 muertos. Igualmente en la ciudad condal, el 7
de junio de 1896, el anarquista Tomás Ascheri hizo explotar una bomba en la procesión de
Corpus, con un resultado de seis muertos. Otra serie de atentados en los siguientes años
condujeron de nuevo a una dura represión gubernamental, ejecuciones, encarcelamientos y
destierros masivos a Inglaterra, que debilitaron el movimiento anarquista en España unos
años, hasta la fundación en 1900 de la Federación de Trabajadores de la Región Española. La
Federación se extinguió como organismo en 1905 o 1906, pero las distintas secciones o
sindicatos, que persistieron pese a la falta de organización, comenzaron a federarse de nuevo
en Cataluña alrededor de Solidaridad Obrera.71

Explosión de la bomba en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona por el anarquista


Santiago Salvador Franch, en la portada del periódico Le Petit Journal (1893).

En 1905 y 1906 se produjeron sendos atentados contra el rey, el segundo perpetrado


por Mateo Morral el día de la boda de Alfonso XIII y Victoria Eugenia en la calle Mayor en
Madrid, a resultas del cual fallecieron treinta personas. Los atentados fueron el resultado de
una amplia conspiración y ejecutados por anarquistas, pero los republicanos al parecer
estaban informado de antemano, como también pareció estarlo el pedagogo Francisco Ferrer
Guardia, de cuyo centro educativo era bibliotecario Morral, con vistas a una posible intentona
revolucionaria si los regicidios hubieran tenido éxito.76

Protesta en París por la ejecución del famoso pedagogo libertario Francisco Ferrer
Guardia (17 de octubre de 1909).

En 1909, la movilización de los reservistas para la Guerra de Marruecos provocó


tumultos populares, que se agravaban con las noticias sobre las numerosas bajas en el
conflicto. En Barcelona, Solidaridad Obrera convocó un paro de 24 horas el lunes 26 de julio,
una semana antes de la fecha acordada en Madrid, que degeneró en una insurrección general
que es conocida como la Semana Trágica de 1909. Durante la represión subsiguiente, acusado
de haber sido el instigador de la revuelta, Francisco Ferrer Guardia ( que no tuvo relación con
los hechos) fue fusilado en la prisión del Montjuïc. Esta ejecución forma parte del imaginario
colectivo de los anarquistas, y para múltiples grupos anarquistas de acción por todo el mundo
fue un acicate, generando una efervescencia de complots dedicados a vengar su muerte. La
muerte de Ferrer tuvo un fuerte impacto y dio lugar desde su detención a una gran campaña
de protesta internacional.77
En otoño de 1910 se constituyó la Confederación Nacional del Trabajo (C.N.T.) Su vida
pública fue corta debido a los arrestos que se hicieron días después, pero los sindicatos y
secciones comenzaron de nuevo el proceso de reconstitución, primero en Cataluña en 1913-
1914, y ya nacionalmente en 1915 en Ferrol. Para 1931, tras una difícil trayectoria llena de
luchas y de mártires, de huelgas generales y persecuciones, clandestinidad y vida pública, la
cifra de miembros de la CNT rondaba el millón de afiliados.71

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Francia

Artículo principal: Anarquismo en Francia.

Puede considerarse a Émile Pouget un antecedente del anarcosindicalismo francés


desde la década de 1880, así como lo fue también en la siguiente década el periodista Fernand
Pelloutier, líder de la Federación de Bolsas de Trabajo, una federación de grupos sindicales que
se fusionaron en 1902 con la Confederación General del Trabajo (CGT), fundada en 1895 y que
en aquel momento acogía toda la vida revolucionaria de los sindicatos.78

Cubierta de una reedición de Le Sabotage, obra del revolucionario y sindicalista


francés Émile Pouget.

Pelloutier rechazaba el anarquismo individualista y el terrorismo,79 y en L'Organisation


corporative et l'Anarchie (1896), planteó la asociación voluntaria y libre de productores como
la primera y transitoria forma de la futura sociedad anarquista. También Paul Delesalle apoyó
esta teoría, y Pouget, secretario adjunto de la CGT de 1901 a 1908, planteaba el mismo
concepto «embrionario» del anarcosindicalismo; en el Congreso de Amiens en 1906 fue
presentada la resolución conocida como la Charte d'Amiens, que planteaba el papel
embrionario de los sindicatos como base de la reconstrucción social, en tanto grupo de
producción y distribución. En la línea del anarquismo sin adjetivos, planteaban también que la
acción económica directa contra la patronal era lo único importante, y que las distintas
tendencias políticas y filosóficas de los trabajadores podían desarrollarse al margen del
sindicato. De ese modo, pretendían impedir la injerencia ideológica del socialismo en los
sindicatos, sin que hubiera por ello impedimento a que, como trabajadores, pudieran entrar en
los mismos.78

Para los anarcocomunistas Kropotkin y Malatesta, que habían elogiado y promovido la


«propaganda por el hecho» como estrategia revolucionaria, el fracaso y la represión
subsiguiente a los atentados e insurrecciones anarquistas les habían llevado a concluir que una
revolución comunista breve era impracticable: «Una estructura basada en siglos de historia no
puede ser destruida con unos cuantos kilos de explosivos», publicó Kropotkin en La Révolte.80
Por ello, apoyaron el sindicalismo como estrategia revolucionaria que aglutinase a la clase
obrera para acabar con el Estado, previa al establecimiento de la anarquía y el comunismo,
que entendían como inevitable.78 El anarcosindicalismo terminó convirtiéndose en la forma
de organización sindical compartida por todas o casi todas las corrientes anarquistas, con
sindicatos que llegaron a alcanzar gran fuerza y un importante número de afiliados.

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Anarquismo en Latinoamérica

Categoría principal: Anarquismo por país.

Desde la década de 1860 el anarquismo empezó a introducirse en Latinoamérica,


debido a las fuertes emigraciones, especialmente desde España y con un papel particular de
los emigrantes italianos en Argentina,81 concretándose los primeros grupos de acción. En
México se difundieron las ideas de Proudhon y Bakunin, provocando la aparición de
organizaciones obreras, campesinas y estudiantiles libertarias, y en la década siguiente la
presencia en Argentina y Uruguay de núcleos anarquistas se hizo manifiesta. No debe
considerarse tampoco una mera importación ideológica; su rápida asunción por las masas
autóctonas e indígenas, que habían pasado de las antiguas monarquías a las oligarquías
republicanas, fue debida en parte a la coincidencia del colectivismo autogestionado con los
antiguos modos de organización de los indígenas de México y Perú, «calpulli» y «ayllu»,
anteriores incluso a los imperios de los aztecas y de los incas.82

La Protesta, considerado el vocero no oficial de la FORA, era el periódico anarquista


más significativo de la época en Argentina.

México, Argentina, Uruguay y Cuba se encontraban representandos en el último


congreso de la Internacional de Saint-Imier en 1877, y una Liga Bakuninista se fundó en Ciudad
de México en 1878.81 La ideología libertaria fue la predominante en el movimiento obrero
regional, que se organizó bajo su influencia como fuerza social naciente,83 tanto en los países
mencionados como en Perú, Bolivia y Chile, e incluso en otros donde no se logró un arraigo
sindical tan fuerte, como Ecuador, Panamá o Guatemala.82

Las mayores aportaciones de Latinoamérica al anarquismo se produjeron a nivel


organizativo, destacando el caso de la FORA, Federación Obrera Regional Argentina, fundada
en 1901, que fue la mayor fuerza sindical latinoamericana durante las tres primeras décadas
del siglo XX, con una organización diferente tanto de la CNT y el resto de centrales
anarcosindicalista europeas como de la IWW norteamericana, sin concesión alguna a la
burocracia sindical. También el Partido Liberal Mexicano, que bajo la influencia de Ricardo
Flores Magón adoptó una ideología anarquista, criticado por la ortodoxia anarquista europea
por conservar sin embargo el nombre y presentarse como partido político.82

Los hermanos Ricardo (izquierda) y Enrique Flores Magón (derecha), periodistas y


anarquistas mexicanos.

Dentro del periodo de la Revolución mexicana el magonismo lideró la constitución de


las comunas revolucionarias de Baja California en 1911 que serían derrotadas posteriormente.
También el importante líder revolucionario Emiliano Zapata se acercaría a las ideas anarquistas
de Magón, abrazando su agrarismo revolucionario, en tanto el marxismo todavía no tenía una
presencia importante en México. Zapata fue un revolucionario casi instintivo, que partiendo de
las ideologías indígenas ya mencionadas enarboló el lema anarquista «Tierra y Libertad»,
propio del magonismo, que llegó a conocer a través del secretario del ejército zapatista,
Antonio Díaz Soto y Gama.84

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Primeras revoluciones

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Ilinden. La revolución en Macedonia y Tracia

Artículo principal: Revuelta de Ilinden.

A finales del siglo XIX el Imperio otomano en decadencia endurecía sus políticas, y en
Macedonia, una de sus regiones, el declive económico era evidente, con un estancamiento de
la manufactura a pequeña escala y la agricultura, base de la economía, que sufría por el
sistema de latifundios en manos de una minoría musulmana que oprimía el resto de etnias
(cristianos, judíos, griegos, valacos, turcos, albanos, romaníes). En respuesta a esta situación,
surgió en 1893 la Organización Interna Revolucionaria de Macedonia, OIRM, operativa
principalmente en Macedonia y Tracia, que perseguía la independencia de los otomanos y su
posible integración en la vecina Bulgaria. Las vecinas Serbia y Grecia se oponían a la posible
integración en Bulgaria, y propugnaban una partición de Macedonia.85

Delegados del OIRM en el congreso de Petrova Niva.

El OIRM se desarrolló en la siguiente década, mientras el uso de la fuerza y de la


violencia por parte de bandas armadas musulmanas aterrorizaba a la multiétnica población
macedonia, convirtiéndose en parte de la cotidianeidad hacia 1900. Centrado en la liberación
nacional, comprendió diferentes orientaciones ideológicas, desde conservadores y clericales a
socialistas y anarquistas. En enero de 1902, tras apresar a uno de sus líderes, las autoridades
otomanas iniciaron una persecución de los miembros del grupo y sus principales líderes, lo que
hizo que se abandonara la idea de una preparación calmada, paciente y sistemática a favor de
un levantamiento inmediato, que fue anunciada en el congreso celebrado en Salónica a finales
de ese mismo año para la primavera de 1903. Desde finales de abril de 1903, una serie de
atentados con bombas organizados por sectores revolucionarios anarquistas del grupo dieron
la señal de alarma, y el 2 de agosto de 1903, el día de San Elías o Ilinden, se produjo el estallido
en Bitola, que se mantuvo como el punto focal del levantamiento. El 3 de agosto se instaló un
gobierno provisional en Kruševo, proclamando la «República de Kruševo», y la revolución se
extendió por toda Macedonia.85 Cabe destacar también la paralela insurrección en Tracia,
donde durante el levantamiento se fundó la República de Strandzha, y en cuya preparación y
bajo la influencia de las ideas libertarias, el pueblo había formado espontáneamente comunas
libertarias, compartiendo tierra y ganado en propiedad comunal.86

La extensión e intensidad de la Revuelta de Ilinden sorprendió a los poderes europeos,


partidarios de preservar el estatus quo; a los vecinos estados balcánicos y las autoridades
otomanas, que aunque en franco declive, todavía tenían un poder militar substancial. Pese a la
aplastante superioridad numérica de las fuerzas militares otomanas, la vigorosa y tenaz
resistencia de los insurgentes prolongó el conflicto durante el mes de septiembre y buena
parte de octubre, hasta la supresión final de todo rastro de la revolución. Las consecuencias
inmediatas fueron desastrosas para la población, pero el levantamiento de Ilinden representó
un hito en la historia de los macedonios, modificando la visión internacional de la cuestión y
definiendo la identidad nacional de Macedonia.85

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Revolución rusa de 1905

Artículo principal: Revolución rusa de 1905.

Los manifestantes disparados por la guardia frente al Palacio de Invierno en el


Domingo sangriento (reproducción).

A principios del siglo XX Rusia era una de las grandes potencias europeas, aunque
estaba saliendo recientemente del feudalismo, y su nivel de industrialización era muy
retrasado en comparación a Gran Bretaña, Alemania y Francia. Bajo la intensa presión
proveniente de las bases sociales que buscaban un cambio político y económico, desde el
otoño de 1904 el gobierno autocrático imperial osciló entre la represión y la indulgencia, pero
ninguna de estas posturas tuvo éxito en acabar con el desasosiego generalizado entre varios
grupos sociales: la burguesía liberal, los trabajadores industriales, el campesinado y las
minorías nacionales.87 El 22 de enero de 1905, liderados por el sacerdote ortodoxo ruso
Georgi Gapón, un líder popular de la clase obrera, una pacífica manifestación masiva frente al
Palacio de Invierno de San Petersburgo fue considerada como una sublevación y atacada por
las tropas que guardaban el palacio, en lo que dio en llamarse el Domingo sangriento,
generalmente considerado el inicio de la fase activa de la revolución.88

Aunque varios de los principales pensadores anarquistas eran rusos, no fue hasta 1903
que el anarquismo apareció en Rusia, con muy pocos seguidores. Con el inicio de la Revolución
de 1905 comenzó a extenderse, y miembros del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia y del
Partido Social-Revolucionario se adhirieron a la ideología. Aunque un pequeño grupo de
anarquistas siguieron las más benignas ideas de Kropotkin, destacaron especialmente los que
siguieron la estrategia de la propaganda por el hecho, convencidos que los actos de violencia
estimularían el alzamiento de las masas contra sus explotadores. Las explosiones del Hotel
Bristol en Varsovia y el Café Libman en Odessa son dos de los atentados más espectaculares
que se produjeron en los violentos últimos meses de 1905.89

Sello de la Unión Soviética de 1985, conmemorando el 80 aniversario del motín del


acorazado Potemkin.

En octubre de 1905, tras una serie de huelgas generales en diversos puntos del imperio
ruso promovidas por los trabajadores industriales en respuesta a los sucesos de enero, se
fundó el Soviet de San Petersburgo. La idea de un soviet como un órgano que coordinase las
actividades de los obreros en huelga surgió durante los encuentros de trabajadores con el
eserista, y posteriormente anarquista, Volin, entre enero y febrero de 1905.90

La revolución se extendió por todo el imperio. El 15 de junio se amotinó el acorazado


Potemkin; un decreto imperial creaba el 6 de agosto la Duma del Imperio, una asamblea
consultiva que el 12 de octubre, tras la aprobación del Manifiesto de Octubre, propuesta del
conde Sergéi Witte, se elevó a la categoría de asamblea legislativa, extendiendo el derecho de
sufragio a la pequeña burguesía ciudadana y a los obreros; de hecho, quedaron conquistadas
las libertades democráticas, y surgió una prensa revolucionaria que tuvo que ser tolerada por
las autoridades. Mientras el Soviet de San Petersburgo perdía empuje, en diciembre de 1905
una huelga general en Moscú se convirtió inmediatamente en una fuerte insurrección que
provocó que hubiera de recurrirse a la artillería para dominarla. A principios de 1906 se
acababa con los restos de levantamientos en el imperio, con expediciones punitivas que
restablecieron el orden. La primera revolución rusa se saldó con cerca de 15.000 muertos, más
de 18.000 heridos y 79.000 encarcelados, pero las masas de obreros y campesinos rusos
habían perdido el temor hacia el gobierno autocrático, y el núcleo del partido bolchevique se
templó para luchas futuras.91

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El anarcoindividualismo europeo

Émile Armand, anarcoindividualista francés y propagandista del amor libre

A partir de los escritos pioneros de William Godwin, Pierre-Joseph Proudhon, Max


Stirner y Anselme Bellegarrigue el anarcoindividualismo europeo desarrollo una ecléctica
teoría y práctica.

Una importante corriente especialmente dentro de los grupos anarcoindividualistas


franceses y españoles fue el naturismo.92 El naturismo promovía un punto de vista ecologista,
pequeñas comunas ecológicas, y más prominentemente el nudismo como una forma de evitar
la artificialidad de la sociedad industrial de masas.93 Los anarcoindividualistas naturistas veían
al individuo en sus aspectos biológicos, físicos y psicológicos y trataban de evitar las
determinaciones sociales.93 Importantes promotores anarcoindividualistas franceses del
anarconaturismo fueron Henri Zisly y Emile Gravelle los cuales colaboraron en publicaciones
como La Nouvelle Humanité followed by Le Naturien, Le Sauvage, L'Ordre Naturel, y La Vie
Naturelle.94

El ilegalismo95 es una corriente anarquista que se desarrolló primeramente en Francia,


Italia, Bélgica y Suiza durante la primera década del siglo XX, como un desprendimiento del
individualismo stirneriano.95 Influenciados por el teórico Max Stirner (filósofo del egoísmo) así
como por la frase de Proudhon ("la propiedad es un robo"), Clément Duval y Marius Jacob
propusieron la teoría de la reprise individuelle (ver Expropiación individual).

La banda de Bonnot asaltando la agencia de Chantilly, según el suplemento ilustrado


del Petit Journal

El ilegalismo alcanzó primero prominencia en la generación de europeos inspirados en


las tensiones sociales de la década 1890, durante la cual Ravachol, Émile Henry, Auguste
Vaillant, y Sante Geronimo Caserio cometieron desafiantes crímenes en nombre del
anarquismo,96 dentro del marco de la propaganda por el hecho. La banda francesa de
asaltantes de Jules Bonnot fue el más famoso grupo en practicar el ilegalismo.

La tradición del anarcoindividualismo francés continuó con intelectuales como Albert


Libertad, André Lorulot, Émile Armand, Victor Serge, Zo d'Axa y Rirette Maitrejean
desarrollando la teoría en el principal periódico anarcoindividualista en Francia, L’Anarchie en
1905. Por fuera de esta publicación, Han Ryner escribió un Petit Manuel individualiste (1903).
"En este sentido, las posiciones teóricas y las experiencias vitales del individualista francés son
profundamente iconoclastas y escandalosas, incluso entre buena parte de los medios
libertarios. La reivindicación del naturismo nudista, la defensa a ultranza de los medios
anticoncepcionales, la idea de “uniones de egoístas” con la finalidad exclusiva de la práctica
sexual (camaradería amorosa), que tratará de poner en práctica, no sin dificultades, marcarán
su forma de pensar y actuar, y propiciará admiración entre unos, y un fuerte rechazo entre
otros."92

En Italia el anarquismo individualista tenía una fuerte tendencia hacia el ilegalismo y la


violencia, mediante la propaganda por el hecho, similar al anarquismo individualista francés,
pero quizás algo más extremo.97 En los inicios del siglo XX fue importante el trabajo
intelectual de Renzo Novatore que estaba influenciado por Stirner, Friedrich Nietzsche,
Georges Palante, Oscar Wilde, Henrik Ibsen, Arthur Schopenhauer y Charles Baudelaire.
Colaboró en numerosos periódicos anarquistas y participó en las corrientes futuristas de
vanguardia. España recibió influencias del individualismo anarquista estadounidense, pero
estuvo más vinculado con las corrientes francesas. Al inicio del siglo XX el individualismo en
España tomó auge gracias a los esfuerzos de hombres como Dorado Montero, Federico Urales,
Miguel Giménez Igualada y J. Elizalde, traduciendo a los individualistas franceses y
americanos.92 Importantes en este sentido fueron publicaciones periódicas como La Idea
Libre, La Revista Blanca, Ética, Iniciales, Al margen y Nosotros. Los pensadores que más
influyeron en el individualismo hispano fueron Stirner, Emile Armand y Han Ryner. Al igual que
en Francia, la difusión del esperanto tuvo su importancia, lo mismo que movimientos
culturales como el naturismo y el amor libre.92 El escritor anarquista irlandés Oscar Wilde,
perteneciente al movimiento vanguardista del decadentismo, influyó a anarcoindividualistas
como Renzo Novatore98 y ganó la admiración y el apoyo de Benjamin Tucker.99

En Alemania el más importante propagandista de los ideales del individualismo


anarquista fue el germano-escocés John Henry Mackay. Adolf Brand fue un anarquista
stirneriano y uno de los primeros activistas homosexuales y el primero en el mundo en editar
de forma regular una revista para homosexuales100 llamada Der Eigene (1896-1932). El
nombre se remonta a la obra de Max Stirner Der Einzige und sein Eigentum (El único y su
propiedad).

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El periodo de entreguerras

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La Revolución Majnovista

Artículo principal: Revolución majnovista.


Artículo principal: Anarquismo en Rusia.

Límites geográficos aproximados del Territorio Libre ucraniano, también denominado


Makhnovia.

A nivel teórico, en los escritos y vidas de Bakunin, Kropotkin y Tolstoy, Rusia


contribuyó probablemente más que cualquier otro país al desarrollo del anarquismo como
movimiento internacional. No obstante, en la misma Rusia el movimiento anarquista tardó en
aparecer, y se mantuvo en un segundo plano frente a los mencheviques y bolcheviques del
Partido Social Demócrata en las ciudades, el Partido Social Revolucionario en las zonas rurales
y el Bundismo en Polonia. Sólo al final de su trayectoria, durante la Guerra Civil Rusa que siguió
a la Revolución de Octubre, entre 1918 y 1921, el anarquismo ruso tuvo una breve y repentina
gloria, cuando los campesinos de Ucrania se unieron por decenas de miles a las banderas del
Ejército Negro, la guerrilla anarquista liderada por Néstor Majnó.101

Néstor Majnó (1889 - 1934), líder de la Revolución majnovista, impulsor del


plataformismo.

Además de las obvias diferencias de doctrina, bolcheviques y anarquistas estaban


enfrentados por sus opiniones sobre el problema campesino. Mientras los bolcheviques
propugnaban la nacionalización, los campesinos que apoyaron a Majnó querían que tanto la
tierra como los medios de producción permanecieran en su poder; partidarios de los
bolcheviques que les dieron la tierra, estaban contra los comunistas que trataban de
quitárselas. La incapacidad de Majnó de comprender los problemas de los obreros urbanos y la
falta de una estructura organizativa que sostuviera una estructura estatal fueron los factores
que beneficiaron el socialismo autoritario de los comunistas. Mientras los bolcheviques
necesitaron el apoyo anarquista en su lucha en el sur del antiguo imperio ruso, cooperaron con
Majnó, pero cuando la derrota del Ejército Blanco se hizo evidente, procedieron a la
eliminación total del majnovismo, en una sangrienta limpieza llevada a cabo tanto por la Cheka
como por el Ejército Rojo de Lenin. No obstante, la organización social y económica libertaria,
basada en comunas autónomas, fueron dominantes entre el campesinado hasta el periodo de
colectivización forzosa estalinista.102

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Plataformismo y sintetismo

Artículos principales: Plataformismo y Sintetismo.


Tras la victoria bolchevique en la Guerra Civil Rusa, los anarquistas fueron bien
encarcelados, soterrados o se unieron a los vencedores. Algunas figuras, como Emma Goldman
y Alexander Berkman escribieron contra el creciente autoritarismo bolchevique, viendo como
las predicciones de Bakunin sobre las consecuencia de un gobierno marxista se cumplían. La
victoria bolchevique dañó seriamente los movimientos anarquistas a nivel internacional,
cuando los trabajadores y activistas interpretaron su éxito como el ejemplo a seguir; en Francia
y Estados Unidos algunos miembros de los sindicatos mayoritarios (CGT, IWW) abandonaron
las organizaciones para unirse a la Internacional Comunista. En París, un grupo de anarquistas
rusos exiliados, el Dielo Truda (Causa de los trabajadores), entre los que se encontraba Majnó,
llegaron a la conclusión de que los anarquistas necesitaban desarrollar nuevas formas de
organización, en respuesta a las estructuras bolcheviques.103

Entendían que el anarquismo estaba representado por una serie de organizaciones


locales que advocaban teorías y prácticas contradictorias, sin perspectivas de futuro ni
constancia en el trabajo militante, que desaparecían sin dejar huella tras de sí, en lo que
describían como «desorganización crónica». En el manifiesto Plataforma Organizativa para una
Unión General de Anarquistas, los exiliados del Dielo Truda propusieron una organización
anarquista basada en principios como unidad ideológica y táctica; acción colectiva; disciplina y
federalismo.104 El plataformismo fue apoyado por algunos anarcocomunistas, aunque con la
oposición de bastantes otros. La tradición del plataformismo continúa hasta hoy en
federaciones en distintos países que se basan en estos principios.103

Vsevolod Mikailovitch Eichenbaum, más conocido como Volin. Antiguo compañero de


Majnó, defendió posteriormente el sintetismo.

La idea de organizarse fue bien recibida, aunque generó cierta crítica por parte de la
mayoría de pensadores y grupos anarquistas. Errico Malatesta, partidario del anarquismo sin
adjetivos, planteó que era erróneo e impracticable desear unir a todos los anarquistas en «una
agrupación revolucionaria activa y única», debido a las diferencias entre distintas corrientes.
Señaló que una tal unión sería autoritaria, «un gobierno y una iglesia», y que sus efectos
educativos serían antianarquistas. Para Malatesta, una organización anarquista debería
fundarse sobre la plena autonomía, independencia y responsabilidad de los individuos y del
grupo.105 La respuesta de Volin y Sébastien Faure fue la síntesis anarquista. Plantearon la
existencia de tres ramas principales en el anarquismo, el comunista, el anarcosindicalista y el
individualista, y veían que el enfrentamiento interno entre ellas había conducido al
debilitamiento del anarquismo. En la línea convivencial del anarquismo sin adjetivos,
señalaban que la fusión teórica y filosófica de las enseñanzas de estas tres ramas permitiría
abordar la estructura y formato de una organización que representara las tres tendencias.106

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Otras revoluciones y hechos anarquistas


Artículos principales: Anarquismo en Corea, Anarquismo en Italia y Anarquismo en
Argentina.

En Corea los anarquistas de la Federación Anarquista Coreana inmigrantes en la región


de Shinmin (en Manchuria, China) organizaron la Provincia Libre de Shinmin, a fines de 1929.
Se declararon autónomos política y económicamente, asociándose en una estructura
descentralizada y federativa bajo la administración de la Asociación del Pueblo Coreano en
Manchuria (APCM); abarcó una población de cerca de dos millones de personas. También se
organizó un ejército guerrillero popular liderado por el anarquista Kim Jwa-jin, que se enfrentó
a las fuerzas japonesas de ocupación y a los estalinistas chinos.107

En Italia, la revolución soviética tuvo una profunda repercusión, especialmente entre


los metalúrgicos del norte. En 1919, la Federación Italiana de Obreros Metalúrgicos (FIOM)
firmó un acuerdo por el que se establecía que en las empresas se designaran “comisiones
internas” electivas, que posteriormente, tras una serie de huelgas que ocuparon las empresas,
se intentó transformar en consejos de fábrica que dirigieron las empresas, desarrollando la
autogestión de las mismas, la posesión común de los medios y materiales y el reparto
equitativo, en lo que fue llamado el biennio rosso. Dentro de esta insurrección la
anarcosindicalista Unione Sindacale Italiana tuvo un papel importante así como los anarquistas
organizados en la Unión Anarquista Italiana.108

Foto tomada durante la Semana Trágica de Argentina en 1919.

También en Argentina la revolución rusa generó un entusiasmo inicial que pronto fue
sustituido por una actitud crítica, al entender el rumbo autoritario del bolchevismo,
denunciado por Kropotkin en su correspondencia con Lenin, y en el congreso de 1923 la FORA
rechazó «la llamada dictadura del proletariado». En enero de 1919 se produjo en Buenos Aires
la Semana Trágica, tras la muerte de varios obreros debido a la violencia de la policía, que
protegía a los esquiroles en una huelga en los talleres metalúrgicos Vasena. La FORA declaró
una huelga general, seguida unánimemente por la clase trabajadora porteña; la ciudad quedó
en manos de los obreros, orientados por los anarquistas. Pero el movimiento acabó por
agotarse, unos 55.000 trabajadores fueron detenidos, y la isla de Martín García se llenó de
anarquistas. El miedo del gobierno, el ejército y la burguesía se convirtió en sed de venganza, y
surgió la primera de las organizaciones fascistas argentinas, la «Liga Patriótica», que con el
apoyo de las fuerzas armadas reprimieron con violencia inusitada no sólo a los trabajadores,
sino también a mucha gente ajena a la huelga.109
Titular de La Protesta sobre el asesinato del anarquista Kurt Wilckens, en venganza
por el asesinato del teniente coronel Varela.

En 1921, en la Patagonia, una gran cantidad de peones y trabajadores rurales en


huelga por el logro de mejoras en sus condiciones de trabajo fueron muertos por el ejército.
Los promotores de la huelga y de la insurrección que le siguió, la Patagonia rebelde, fueron
anarquistas de diversas nacionalidades, entre los que había algunos criollos argentinos. El
teniente coronel Héctor Benigno Varela, protagonista de las muertes de los huelguistas, fue
asesinado el 23 de enero de 1923 por el anarquista Kurt Wilckens, que fue asesinado a su vez
por un miembro de la Liga Patriótica en junio de ese mismo año.109 110 A partir del golpe de
estado del general José Evaristo Uriburu contra el presidente Hipólito Yrigoyen en 1930, una
feroz represión se desató sobre las organizaciones que integraban la FORA, asesinando,
torturando y encarcelando a sus militantes, clausurando locales y periódicos libertarios. En
1931 fue fusilado Severino Di Giovanni, un hecho que causó sensación en la Argentina, junto a
otros militantes en diversos juicios sumarios.111 Algunos grupos anarquistas, liderados por
figuras como Miguel Arcángel Roscigna, Gino Gatti y Juan Antonio Morán, se enfrentaron a las
fuerzas policiales pero fueron desarticulados por la dictadura hacia 1935.112

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Revoluciones anarquistas en España

Artículos principales: Revolución social española de 1936 y Anarcosindicalismo en


Cataluña durante la Guerra Civil Española.

Buenaventura Durruti, figura referencial del anarquismo revolucionario español


durante la Guerra Civil Española, en la portada del periódico El Amigo del Pueblo, editado por
el grupo anarquista Agrupación de los Amigos de Durruti entre mayo de 1937 y febrero de
1938.

El anarquismo encontró en la tierra y el espíritu español el más congenial de los


hogares, y durante cincuenta años, bastante después de que comenzara a declinar su
importancia en el resto del mundo, aportó en España una idea que contó con cientos de miles
de adherentes entre los trabajadores de Barcelona y Madrid, y sobre todo entre los
campesinos de Andalucía, Aragón, Levante y Galicia, con una intensidad moral en muchas
partes que alcanzaba la forma espiritual de una nueva religión.113 Entre los primeros
apóstoles del anarquismo en España conviene recordar a Rafael Farga Pellicer, Anselmo
Lorenzo, Fermín Salvochea, José Sánchez Román y Salvador Seguí. Con una tradición liberal
débil y la sistemática paralización que la iglesia y el ejército habían ejercido durante el siglo XIX
sobre una posible constitución liberal, se había generalizado un fuerte escepticismo hacia los
procesos políticos convencionales. Cuando el Partido Comunista Español se fundó en 1921 los
anarquistas eran cuatro veces más numerosos que los socialistas; las masas de obreros y
campesinos habían seguido a Bakunin en su ruptura con Marx. En época de la Primera Guerra
Mundial la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) tenía un millón de miembros.114

Tras los intentos de liberación de Casas Viejas y la Revolución de Asturias de 1934 que
fueron suprimidos por el ejército de la Segunda República, el ambiente político en España se
encontraba muy polarizado. Cuando el 16 de febrero de 1936 el Frente Popular (una alianza de
fuerzas liberales y de izquierda apoyada por los socialistas y anarquistas revolucionarios) ganó
las elecciones con un programa de reforma radical, se creó un clima pre-revolucionario que fue
respondido con un levantamiento militar cuyo fracaso dio origen a la Guerra Civil Española, y
en su marco a la llamada Revolución Española de 1936, una de las más importantes
experiencias libertarias de todos los tiempos.114

Durante la Revolución social española los sindicatos anarquistas pudieron desarrollar


una política de colectivizaciones.

Socialistas y comunistas eran fuertes en Madrid, pero los anarquistas controlaban


Barcelona, donde todas las grandes industrias pasaron al control de la CNT, y la expropiación
fue considerada norma. Se produjeron varios asesinatos115 así como la destrucción de
iglesias; en algunos lugares el dinero fue reemplazado por cupones, mientras en Andalucía,
donde los anarquistas también estaban fuertemente implantados, cada población actuaba
bajo su propia responsabilidad. Los anarquistas adoptaron métodos de organización militar
(Cipriano Mera), y en septiembre de 1936 entraron en el gobierno catalán, para pasar a
denominarlo «Consejo de Defensa Revolucionario», para indicar que no se habían unido a un
gobierno real. Posteriormente entraron en el gobierno central en Madrid: Joan García Oliver
como ministro de Justicia, quien estableció un nuevo código de leyes estatales y defendió la
necesidad de una disciplina de hierro en el Ejército Popular de la República; Joan Peiró como
ministro de Industria; Juan López Sánchez como ministro de Comercio; y Federica Montseny
como ministra de Salud Pública. La CNT reconoció el estado republicano como «un
instrumento de liberación».114

Lo que los anarquistas españoles intentaban alcanzar en julio de 1936 era una
revolución social masiva, que culminara en la formación de una forma de socialismo no
autoritario, reconociendo los pueblos, vecindarios y lugares de trabajo como unidades
autogobernadas federadas a través de redes económicas y sociales cooperativas, una visión de
la economía enteramente nueva en aquel tiempo, basada en un concepto social alternativo. La
colectivización agraria buscaba desarrollar un modelo de producción agrícola que
proporcionara el final del hambre y la base para una sociedad libre de clases. Buscaron
desarrollar vínculos entre las ciudades y las zonas rurales; los sindicatos urbanos
proporcionaban ayuda técnica a las colectividades rurales en proyectos acuíferos, trabajo en
las cosechas y ayuda médica, y las industrias colectivizadas recibían frutas y vegetales a cambio
de maquinaria y productos manufacturados.116

Representación de la situación de la Revolución social española en Aragón durante el


verano-otoño de 1936.

La participación en el gobierno ha sido señalada como un inicio del decaer del


anarquismo; para 1937 alrededor de tres millones de personas vivían en colectividades rurales,
pero el enfrentamiento entre los anarquistas, partidarios de la revolución, y los comunistas
que apoyaban el regreso del gobierno republicano crecía, y en mayo estalló en Barcelona una
revuelta civil con un resultado de sobre quinientos muertos, en lo que ha sido conocido como
las Jornadas de mayo de 1937. La influencia anarquista acabó decayendo, la revolución
terminó y aunque la CNT continuó colaborando con el gobierno no volvieron a tomar
responsabilidad nominal por sus acciones. Con el retorno de la república en mente, las
colectivizaciones fueron anuladas, y las milicias populares integradas en el Ejército Popular.114

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Después de la Segunda Guerra Mundial

El movimiento anarquista histórico falló en la creación de una alternativa a la nación-


estado o la economía capitalista que convenciera duraderamente a ningún gran sector de la
población mundial; también en la competición con los otros movimientos radicales que eran
sus contemporáneos históricos: el éxito revolucionario del marxismo autoritario en la Europa
del este fue la primera derrota del anarquismo, y atrajo a la juventud revolucionaria y la clase
obrera de que se nutrían sus bases. La segunda y definitiva fue la derrota en España de la
revolución social anarquista frente al comunismo republicano y la subsecuente victoria del
fascismo en la Guerra Civil Española. El sindicalismo, hasta entonces dominado por las ideas
anarquistas, se diluyó bajo el peso del reformismo, siendo el acuerdo en España entre la CNT y
la UGT en 1938 un exponente de su fin. El anarquismo había logrados éxitos locales y limitados
en la aplicación de las ideas libertarias en proyectos y momentos concretos e inmediatos,
probando que en ciertas circunstancias los métodos voluntarios de organización económica y
relaciones industriales pueden funcionar mejor que los métodos autoritarios. Tras el fin de la
Segunda Guerra Mundial el movimiento estaba prácticamente desmantelado, quedando tan
solo anarquistas individuales o pequeños grupos esparcidos por el mundo, y la idea anarquista
como piedra de toque, el conocimiento de la existencia y de la fuerza autoritaria del
movimiento hacia la centralización universal que tiene el mundo controlado y su rechazo en
pro de una visión de pura libertad.117 La reconstrucción económica tras la guerra también
influyó en el severo retroceso del anarquismo, que afloró de forma marginal en las luchas anti-
imperialistas del sur, dominadas en gran parte por influencias pro-soviéticas.118 Los
anarquistas buscaron reorganizarse tras la Segunda Guerra Mundial. A comienzos de la década
de 1940 se unieron la Solidaridad Internacional Antifacista de Cuba y la Federación de Grupos
Anarquistas de Cuba, creando la organización nacional Asociación Libertaria de Cuba, la cual
tenía miles de miembros.119 Entre 1944 y 1947 la Federación Anarco-Comunista de Bulgaria
volvió a surgir, como parte del movimiento de comités de fabrica y de puestos de trabajo, pero
fue reprimida por el nuevo régimen marxista-leninista.120 En 1945 la Fédération Anarchiste
fue establecida en Francia, así como la también sintetista Federazione Anarchica Italiana en
Italia; anarquistas coreanos formaron la Liga de Constructores Sociales Libres en septiembre de
1945120 y en 1946 anarquistas japoneses de distinta tendencia se unieron bajo la Federación
Anarquista Japonesa.121 Un Congreso Internacional Anarquista con delegados europeos fue
realizado en mayo de 1948.120 Entre 1956 se fundó la Federación Anarquista Uruguaya,122 y
en 1955 la Federación Anarco-Comunista de Argentina cambió de nombre a Federación
Libertaria Argentina.

El anarquismo continuó siendo una influencia en importantes personalidades de la


literatura y la intelectualidad de este periodo, como Albert Camus, Herbert Read, Paul
Goodman, Dwight Macdonald, Allen Ginsberg, Julian Beck y el grupo surrealista francés,
liderado por André Breton, quien se alineó abiertamente con el anarquismo y colaboró en la
Fédération Anarchiste.123 124

El anarcopacifismo tuvo su influencia en el movimiento contra la energía nuclear y


contra el militarismo de la Guerra Fría,125 126 127 como puede apreciarse en el activismo y
escritos de Alex Comfort, miembro anarquista de la británica Campaign for Nuclear
Disarmament, o en el similar activismo del anarquista católico estadounidense Ammon
Hennacy.

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Época contemporánea

Murray Bookchin, importante teórico anarquista ecologista de este periodo

Destaca la labor de difusión del anarquismo de historiadores como Daniel Guérin,


militante en organizaciones anarquistas francesas como ORA, y UTCL (predecesora de la actual
Alternative libertaire), el cual participó en las revueltas de mayo del 68. Una cierta cantidad de
antologías publicadas durante las décadas de 1960 y 1970 presentaron de nuevo a un público
moderno no solo los más conocidos textos anarquistas, sino también otros que llevaban
tiempo sin publicarse; destacaron Irving Horowitz con su antología The Anarchists (1964),
Patterns of Anarchy, editada por Leonard Krimerman y Lewis Perry (1966), The Essential Works
of Anarchism, editada por Marshall Shatz (1971) o The Anarchist Reader, por George
Woodcock (1977). Desde entonces, figuras menores pero interesantes del pensamiento
anarquista han sido redescubiertas.128
El Congreso Anarquista Internacional de Carrara, Italia, celebrado entre el 30 de agosto
y el 8 de septiembre de 1968, daría surgimiento a la Internacional de Federaciones
Anarquistas, de carácter marcadamente sintetista. El congreso de Carrara tuvo una amplia
cobertura por la prensa europea contemporánea a la luz del Mayo francés; participaron
conocidas figuras libertarias, como Daniel Cohn-Bendit y Federica Montseny.129

El anarquismo tendría influencia en tendencias revolucionarias como el situacionismo,


y también en las revueltas de los años setenta que llevaban dentro de si prácticas
autonomistas. En Inglaterra obtuvo fuerte repercusión durante 1970 y 1972 la Brigada
Iracunda, con acciones directas que incluían ataques a bancos, embajadas y políticos
conservadores, siendo finalmente detenidos y condenados a prisión sus principales líderes.130
También hubo anarquistas implicados en las revueltas alrededor del fin de dictaduras como las
de Franco en España o La Junta Militar Griega; o resistiendo contra el ascendente neo-fascismo
y nuevas dictaduras como las de Uruguay131 y Argentina.132

Pintadas contra la policía en las paredes de Atenas durante los disturbios de diciembre
de 2008.

Aunque en la lucha de los 60 y 70 las tendencias anarquistas estuvieron presenten en


grupos como el movimiento anti-guerra, el feminismo, el situacionismo, el Black Power, etc.,
no se dio nada que pudiera identificarse como anarquismo; los grupos explícitamente
anarquistas se encerraron y adoptaron rígidas posiciones deudoras del anarquismo clásico,
como el plataformismo makhnovista.118 En su libro Anarquismo: Una historia de las ideas y los
movimientos libertarios, Woodcock dice que así como el anarquismo histórico fue fuerte en
países que, exceptuando Francia, eran en su momento tecnológica y socialmente atrasados
(como España, Italia y Ucrania), el nuevo anarquismo se ha desarrollado más en países
tecnológicamente avanzados, donde la juventud se indignaba frente a un Estado que
entendían que había asumido una máscara de bienestar que ocultaba su asociación con el
capitalismo corporativo multinacional.128

Centro Social Okupado en Barcelona. El anarquismo es una de las ideologías que


impregnan el movimiento de okupación.

Actualmente coexisten dos tendencias en el anarquismo. Una es la de aquellos


formados políticamente en los años 60 y 70, que subsiste en diferentes federaciones
anarquistas, como la sintetista Internacional de Federaciones Anarquistas, los plataformistas
de Solidaridad Internacional Libertaria y la Asociación Internacional de los Trabajadores
(internacional de sindicatos anarcosindicalistas); la segunda es evidente en las redes de los
nuevos movimientos sociales.118 En las décadas de 1980 y 1990 y los primeros años del siglo
XXI, la caída de la Unión Soviética desacreditó al comunismo autoritario y el anarquismo
retomó cierta influencia en las protestas en todo el mundo contra la consolidación del modelo
económico neoliberal: el levantamiento zapatista (1994), la batalla de Seattle (1999), la
expansión del movimiento de okupaciones y del movimiento de ecoaldeas principalmente por
Europa y Norteamérica, colectivos que promueven el ciclismo urbano, la distribución y el uso
del software libre y el desarrollo de la Web 2.0, la difusión del conocimiento libre, la energía
verde y el desarrollo sostenible, o el desarrollo de la economía social y el comercio justo, el
argentinazo (2001-2002) con sus asambleas barriales y fábricas recuperadas, el conflicto
magisterial de Oaxaca con sus asambleas populares, las movilizaciones estudiantiles chilenas,
las universitarias francesas en París (las tres en el año 2006) o los disturbios y movilizaciones
griegas de diciembre de 2008, así como otras iniciativas y movimientos como el anarco-punk,
la propuesta de Reclaim the Streets, o los ateneos libertarios/infoshop son considerados
fenómenos con influencias anarquistas.

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Corrientes principales de pensamiento

William Godwin (1756-1836) entendía que la naturaleza coercitiva y autoritaria del


gobierno era un obstáculo para la realización de la verdadera naturaleza humana, por lo que
debía ser abolido.133

Según la Enciclopedia Oxford de Filosofía, no hay una sola posición definida que todos
los anarquistas mantengan, y lo más que tienen en común los que son tenidos por anarquistas
es un cierto aire de familia. Las posturas anarquistas pueden ser de carácter global, predicando
una revolución y cambio total de la sociedad, o más restrictivas, centrándose en unidades
pequeñas y cambios parciales.30

Es generalmente aceptado que el punto de partida del debate doctrinal sobre un


pensamiento anarquista moderno se remonta a finales del siglo XVIII, en la obra de William
Godwin Enquiry Concerning Political Justice and its Influence on Modern Morals and Manners
(1793),6 4 aunque el primer autor en autodenominarse anarquista fue Pierre-Joseph
Proudhon.134

Las fuentes académicas no se ponen de acuerdo en cuanto a la taxonomía de las


corrientes anarquistas. Algunas hacen una distinción entre dos líneas básicas de pensamiento,
individualistas y comunistas,4 con Max Stirner y Piotr Kropotkin como figuras representativas
de ambas ideologías,133 situando entre ambos extremos del espectro anarquista otras
corrientes clásicas, como el mutualismo de Pierre-Joseph Proudhon y el colectivismo de Mijaíl
Bakunin. También es común como forma de clasificación señalar las cuatro corrientes más
importantes, que son el anarquismo individualista, mutualismo, anarquismo comunista y
anarcosindicalismo, y según algunas fuentes, también el colectivismo.5

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Anarquismo individualista

Lo divino mira a Dios, lo humano mira al hombre. Mi causa no es divina ni humana, no


es ni lo verdadero, ni lo bueno, ni lo justo, ni lo libre, es lo mío, no es general, sino única, como
yo soy único.

Nada está por encima de mí.

Max Stirner, Der Einzige und sein Eigenthum (El único y su propiedad), Leipzig, 1844.

Artículo principal: Anarquismo individualista.

El término individualismo abarca numerosas corrientes, doctrinas y actitudes cuyo


factor común es la prioridad del individuo sobre cualquier determinante externo.135 136 Tuvo
su origen en la Francia post-revolucionaria, señalando la disolución de los lazos sociales;
continuó en el romanticismo alemán, centrado en la unicidad y original individual; en
Inglaterra fue contrastado con el colectivismo, refiriéndose a la iniciativa y autosuficiencia y
asociándose al liberalismo en las esferas económica y política.134

El anarquismo individualista o anarcoindividualismo alude a un grupo de ideologías


que tienden a manifestarse más como corrientes filosóficas y literarias que como movimientos
sociales.137 138 Además de la exaltación de la experiencia y la búsqueda individuales tienen
otros principios en común: la elevación del individuo sobre toda clase de construcción o
realidad social y exterior: moralidad, ideología, costumbres, religión, metafísica, las ideas o la
voluntad de otros;139 el rechazo y reservas hacia la idea de revolución,140 prefiriendo un
desarrollo gradual de la sociedad para alcanzar la anarquía;141 el punto de vista de que las
relaciones con otras personas o grupos deben ser libremente contratadas,142 en propio
interés y pueden ser tan transitorias y sin compromisos como se desee.

El egoísmo del pensador alemán Max Stirner (1806-1856) sostiene que los individuos
deben hacer aquello que desean, sin hacer caso a Dios, Estado o regla moral algunos.143 Para
Stirner, los derechos naturales son falacias, rechazaba todas las instituciones sociales y
nociones metafísicas, y sostenía que la sociedad en verdad no existía, sólo los «individuos y su
realidad», refiriendo la propiedad por la fuerza al derecho moral.144 Defendía la auto-
afirmación y preveía «asociaciones de egoístas» relacionándose entre sí mediante el respeto
mutuo, y sostenía que no hay motivos racionales de cualquier persona a reconocer ninguna
autoridad por encima de su propia razón, o ninguna meta antes que su propia felicidad.145 El
pensamiento de Stirner es considerado a menudo como el origen del anarquismo
individualista, aunque la radicalidad de sus postulados dejaba poco margen al desarrollo de
propuestas constructivas.2

Entre los principales individualistas anarquistas europeos se encuentran los franceses


Albert Libertad, Anselme Bellegarrigue (autor del Manifeste de l'Anarchie, 1850),146 Émile
Armand y Han Ryner, el ruso Lev Chernyi, el italiano Renzo Novatore y el escocés/alemán John
Henry Mackay.

El anarquismo individualista estadounidense del siglo XIX enfatizó fuertemente el


principio de no-agresión y la soberanía individual.147

El Liberty, publicado por Benjamin Tucker, fue instrumental en el desarrollo y


formalización del anarcoindividualismo en Estados Unidos. En su cabecera, una cita de
Proudhon: «La Libertad no es la hija, sino la madre del orden».

Algunos individualistas estadounidenses, como Henry David Thoreau (1817-1862), no


solo rechazaron el Estado, sino toda asociación organizada de cualquier tipo, invocando la
autosuficiencia individual completa.148

Aunque Thoreau fue ignorado en su tiempo, su tratado Desobediencia civil (Civil


Disobedience) influyó fuertemente en figuras políticas del siglo XX, como Mahatma
Gandhi.149 Josiah Warren (1798-1874) incidió en su «teoría del valor-trabajo», abogando por
un sistema de «comercio equitativo», en la que el intercambio de bienes entre «productores»,
individuales o asociados, se diera con base en el «tiempo de trabajo» dedicado a su
elaboración;2 entendía las ganancias obtenidas sin trabajo –el interés del prestamista- como
explotación.150 Lysander Spooner (1808-1887) se situó en la tradición de la «ley natural»,
denunciando la teoría contractual del estado2 y el daño que los monopolios estatales sobre la
tierra y el dinero hacían al país.151

Nota de intercambio de trabajo de la Cincinnati Time Store, extraída del libro


Equitable Commerce (Comercio equitativo), de Josiah Warren, (1846).
Benjamin Tucker (1854-1939) desarrolló el anarquismo individualista en una serie de
artículos recopilados en Instead of a Book (1893). Su principio básico era que cada individuo
debía disfrutar del máximo de libertad compatible con una libertad igual para los otros,
implicando en particular derechos ilimitados para adquirir y disponer de bienes en el
mercado.2 Como Warren, Tucker consideraba sus ideas como socialistas, aunque estaba
comprometido con la idea de un mercado libre, que no había sido posible por la distorsión
producida por los monopolios, de los que responsabilizaba altamente al gobierno.149 En la
tradición americana hay una aserción del valor de la propiedad privada;152 Tucker y otros
«anarquistas bostonianos», influenciados por Warren y la teoría del valor-trabajo,
consideraban que la propiedad de la tierra es justificable cuando el poseedor la esté
utilizando.153

Como Spooner, Tucker atacó los monopolios creados por el estado, especialmente
sobre la tierra y el dinero; sin estado, cada persona podría ejercitar su derecho a proteger su
propia libertad, utilizando los servicios de una asociación privada de protección si fuera
necesario.2

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Mutualismo

Artículo principal: Mutualismo.

El mutualismo surge con las ideas del francés Pierre-Joseph Proudhon (1809–1865),
que imaginaba una sociedad en la cual cada persona pudiera poseer los medios de producción,
individual o colectivamente, el intercambio de bienes y productos se produciría a través de una
forma ética de negociación o regateo, en la que cada parte buscaría tan solo un equivalente de
lo que ofrecerían.154 2 155 Ha sido contemplado por algunos autores como un punto
intermedio entre las versiones individualistas y comunistas del anarquismo.2

Yo creo que ni el trabajo, ni la ocupación, ni la ley, pueden engendrar la propiedad,


pues ésta es un efecto sin causa. ¿Se me puede censurar por ello? ¿Cuántos comentarios
producirán estas afirmaciones?

¡La propiedad es un robo! ¡He aquí el toque de rebato del 93! ¡La turbulenta agitación
de las revoluciones!...

Proudhon, ¿Qué es la propiedad? (1840)

Para Proudhon, que conocía a Marx y Bakunin, la tesis del capitalismo garantiza la
libertad aboliendo la igualdad, mientras la antítesis comunista sufre la contradicción opuesta;
aplicando la dialéctica hegeliana en su libro Sistema de las contradicciones económicas o
filosofía de la miseria (1847), señaló que sólo con la síntesis del mutualismo se pueden resolver
estas contradicciones, lo que provocó la ruptura de Marx con Proudhon, expresada en su
escrito crítico Miseria de la filosofía (1847).156

Proudhon afirmó que la propiedad es un robo, entendiendo como «propiedad» el mal


uso o abuso de objetos en el sentido de explotación, mientras que entendía la «posesión»
como el uso legítimo de un objeto. Proudhon se opuso tanto a la propiedad capitalista como a
la colectiva, porque siempre «abusa» y «roba» de los individuos.156 Su principio consiste en
que cada persona debe poseer sus medios de producción (herramientas, tierra, etc.) ya sea
individual o colectivamente, pero debe ser remunerado por su labor, eliminado el provecho y
la renta, lo que asegura un alto grado de igualdad.2 Esta teoría del valor-trabajo, que
compartía con los individualistas, postula que cuando el trabajo o sus productos son
intercambiados o vendidos, deben recibirse bienes o servicios incorporando «la cantidad de
trabajo necesario para producir un artículo de la misma e igual utilidad».157

Una sociedad mutualista consistiría en una economía de libre intercambio entre


productores,156 en la que la producción sería llevada a cabo por artesanos y campesinos
autónomos, pequeñas cooperativas de productores, negocios pequeños, empresas grandes
controladas por los trabajadores y cooperativas de consumidores,158 porque de otro modo,
«se establecerían relaciones entre subordinados y superiores, de lo que se seguirían dos...
castas de amos y obreros asalariados, lo cual repugna a una sociedad libre y democrática».159
Todos los productores obtendrían el producto completo de su trabajo y por lo tanto los
intercambios serían de trabajo por trabajo, sin que hubiese lugar para márgenes o plusvalías,
rentas, intereses o beneficios derivados del capital. Todas las asociaciones entre individuos
serían de carácter voluntario y libres.160

Proudhon tenía también ideas sobre la educación del proletariado, y lanzó un proyecto
para un banco del pueblo,156 que realizaría préstamos a los productores a un interés mínimo,
cubriendo solamente sus costes de administración. A pesar de las fallas prácticas de los
experimentos de Proudhon, sus discípulos franceses tuvieron un papel influyente en los
primeros años de la Primera Internacional, antes de que las tesis mutualistas fueran
desplazadas por el colectivismo de Bakunin.2 161

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Anarquismo comunista

Artículos principales: Anarquismo colectivista y Anarcocomunismo.

Tumba de Mijaíl Bakunin (1814-1876), en Berna.


«Acordáos de aquel que sacrificó todo por la libertad de su país.»

El colectivismo se convirtió en una corriente dominante del movimiento anarquista


bajo la influencia del aristócrata revolucionario ruso Mijaíl Bakunin, discípulo de Proudhon,149
que abandonó la atención por los campesinos y artesanos, con miras a un futuro en el que el
trabajo organizado hubiera expropiado el capital, y cada grupo de trabajadores administrara
sus propios medios de producción.2 El colectivismo proponía la propiedad colectiva de la
tierra, las materias primas y los instrumentos de trabajo, y la apropiación del producto integral
del trabajo por los trabajadores, deducido el costo.162 La distribución de las ganancias se
realizarían por decisión colectiva, pero se asumía que la retribución sería proporcional al
trabajo realizado.2

Los colectivistas se oponían al comunismo de Marx y sus seguidores, entendiendo que


sólo podía imponerse mediante un estado autoritario, concepción que fue desafiada por la
siguiente generación de anarquistas, especialmente Malatesta, Reclus y Kropotkin.2 El
colectivismo pronto sería reemplazado por el anarquismo comunista (también conocido como
anarcocomunismo o comunismo libertario), cuando los propios seguidores de Bakunin de la
Primera Internacional criticasen la teoría del valor-trabajo y el mantenimiento de una
retribución de tipo salarial. «A cada cual según sus necesidades»; el comunismo libertario
defendía que el producto del trabajo de todos pertenece a todos por igual, y cada uno tiene
derecho a tomar libremente su parte.163 Los anarcocomunistas no descartaron por completo
el colectivismo, sin embargo, considerándolo una etapa intermedia que evolucionaría hacia el
comunismo;2 el historiador e ideólogo Daniel Guerin señala en su obra El anarquismo que esta
idea fue finalmente la que se llevó a la práctica durante la colectivización en España entre 1936
y 1939.164 165

«No queremos despojar a nadie de su sobretodo; pero queremos devolver a los


trabajadores todo lo que pueda permitir a cualquiera el explotarlos; y haremos todos nuestros
esfuerzos para que, no faltándole nada a nadie, no haya un solo hombre que se vea forzado a
vender la fuerza de sus brazos para proveer a la existencia de sus hijos y a la suya.»

Piotr Kropotkin, La conquista del pan

El anarquismo comunista promueve la asociación voluntaria sin Estado, sin diferencias


de clase e igualitaria, a través de la propiedad comunitaria o socialización de los medios de
producción, servicios y bienes de consumo. El anarcocomunismo enfatiza la experiencia
colectiva como distinta e importante en la búsqueda de la libertad individual.166 Algunos de
los teóricos anarcocomunistas más famosos fueron Piotr Kropotkin, Luigi Fabbri, Errico
Malatesta, Sébastien Faure, Volin y Carlo Cafiero.
Partiendo del pensamiento de Proudhon y Bakunin, el príncipe Piotr Kropotkin fue uno
de los más importantes teóricos del comunismo anarquista.149 Inspirado por teorías sociales
evolucionistas, en vez de glorificar la competición, como la mayoría de los darwinistas sociales,
Kropotkin entendía que la cooperación es la clave del éxito evolutivo, y que los seres humanos
eran la especie de mayor éxito por su capacidad de cooperar efectivamente; de ese modo,
Kropotkin creía que el último estadio evolutivo en las sociedades humanas era una vida social
donde la competición no existiría y la gente cooperaría en igualdad de términos, libre y
naturalmente.167 En su libro Palabras de un rebelde (1885), llamó a la abolición de la
propiedad privada a través de la «expropiación del total de la riqueza social» por el pueblo
mismo.168 En La conquista del pan (1888), planteaba que la ruptura con la propiedad privada
conduciría a la anarquía; «La anarquía conduce al comunismo, y el comunismo a la anarquía, y
una y otro no son más que la tendencia predominante en las sociedades modernas, la
búsqueda de la igualdad.»169 Kropotkin argumentaba que no hay ninguna forma válida o hay
poco margen para medir el valor de la contribución económica de una persona, debido a que
«cada descubrimiento, cada progreso, cada aumento de la riqueza de la humanidad, tiene su
origen en la conjunción del trabajo manual e intelectual del pasado y del presente. Entonces,
¿con qué derecho alguien se apropia de la menor parcela de ese inmenso todo y dice: Esto es
sólo mío y no de todos?»;170 también abogaba por que la economía se coordinara a través de
una red horizontal de asociaciones voluntarias, en la cual los bienes serían distribuidos de
acuerdo a las necesidades del individuo, en vez de en función del trabajo.171 Los individuos y
comunidades dispondrían del uso y control de cualquiera de los recursos que necesitasen,
«dejando a cada uno la libertad de consumirlos como ellos lo deseen en sus propias casas».172

«Nuestro destino es llegar a ese estado de perfección ideal en que las naciones no
tendrán ya necesidad de hallarse bajo la tutela de un gobierno o de otra nación; es la ausencia
de gobierno, es la anarquía, la más alta expresión del orden.» Elisée Reclus (1830-1905), uno
de los primeros anarcocomunistas franceses.

Según explicaba Sébastien Faure en su Enciclopedia anarquista (1934), el comunismo


tiende a sustituir el sistema de explotación capitalista por una forma de sociedad igualitaria y
fraterna, sobre la base de la abolición de la propiedad privada de los medios de producción, el
dinero y el trabajo asalariado, y la puesta en común de todos los medios de producción y de
todos los productos. Cada individuo y grupo sería libre de contribuir a la producción y
satisfacer sus necesidades, basadas en sus propias elecciones; los sistemas de producción y
distribución serían manejados por sindicatos y asociaciones de productores, así como por
cooperativas y asociaciones de consumidores. Faure diferenciaba dos tipos de comunismo: el
autoritario, que precisa del mantenimiento del Estado y las instituciones que conlleva, y el
comunismo libertario, que implica su desaparición.173
El punto de vista anarcocomunista de la naturaleza humana es opuesto al egoísmo de
Stirner y los individualistas, y presupone que las personas trabajarían sin necesidad de
incentivos materiales y que, en ausencia de la propiedad privada, el problema del crimen
disminuiría hasta tal punto que podría ser abordado informalmente, sin recurrir a un aparato
legislativo. Esta teoría ha sido entendida por muchos como una forma de utopismo, aunque los
anarcocomunistas aducen que ninguna sociedad humana habría podido sobrevivir a menos
que la gente sea cooperativa y altruista en un grado substancial.2 Sin embargo, no todos los
anarcocomunistas tienen una filosofía comunitaria; algunas formas de anarquismo comunista
tienen fuertes influencias de la ética del individualismo egoísta.174 Anarcocomunistas como
Emma Goldman combinaron las filosofías de Max Stirner y Kropotkin.175

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Anarcosindicalismo

Artículo principal: Anarcosindicalismo.

El periódico anarquista en yiddish Zsherminal (Germinal), fundado en Londres por


Rudolf Rocker en 1900.

El anarcosindicalismo es un movimiento de organización y lucha de los trabajadores a


través de sindicatos autónomos del poder político, resultado de la síntesis del anarquismo y la
acción sindical revolucionaria.176 Algunos de los teóricos y personalidades más reconocidos
del anarcosindicalismo fueron Rudolf Rocker, Diego Abad de Santillán, Emilio Arango,
Buenaventura Durruti y Ángel Pestaña.

La teoría sindicalista se desarrolló en Francia como un unionismo sindical


revolucionario, que giraba alrededor de la guerra de clases, y que a base de huelgas, boicots,
sabotaje y, donde fuese necesario, violencia personal, luchaba por mejores condiciones y
preparar a los trabajadores para la huelga general revolucionaria que finalmente acabaría con
el capitalismo. Desconfiaban de los partidos políticos, y veían que la emancipación de la clase
trabajadora debía ser alcanzada por la propia clase trabajadora y sus propias instituciones.177

Tanto Proudhon como Bakunin y Kropotkin coincidían en que la revolución anarquista


debería ser espontánea y fluir «de abajo arriba», y no estar sujeta a ningún tipo de liderazgo
susceptible de evolucionar en un nuevo gobierno.133 Una de las estrategias de subversión y
cambio revolucionario del anarquismo fue la propaganda por los hechos, que Malatesta
entendía como el fomento de rebeliones locales que sirvieran de modelo y estímulo para las
masas. En las décadas finales del siglo XIX derivó en actos individuales de terrorismo, como el
asesinato de líderes políticos (el zar Alejandro II (1881), el presidente francés Marie François
Sadi Carnot (1894), el primer ministro español Antonio Cánovas del Castillo (1897), la
emperatriz Isabel de Baviera (1898), Humberto I de Italia (1900), William McKinley (1901), el
archiduque Francisco Fernando (1914), etc.) o industriales prominentes; la injusta asociación
popular del anarquista con la violencia no produjo ningún beneficio para el anarquismo.2
Enfrentados a la represión consecuente, algunos anarquistas adoptaron la estrategia
sindicalista para despertar el espíritu revolucionario;178 los anarcosindicalistas contemplaban
el movimiento sindical al mismo tiempo como un medio para organizar al proletariado para la
revolución, y un armazón alrededor del cual se podía construir la subsiguiente sociedad.2 30

El objetivo revolucionario anarcosindicalista es la conquista de los medios de


producción y distribución por parte de los trabajadores y la abolición del sistema salarial y de
las clases sociales, tras lo cual se reorganizaría la sociedad según los principios federalistas y de
democracia directa, gestionando todas las estructuras políticas y económicas por parte de los
mismos trabajadores, en un planteamiento conocido como autogestión. Esta oposición al
estatismo la explica Rudolf Rocker, uno de los principales pensadores del anarcosindicalismo,
en Anarcosindicalismo (teoría y práctica) de la siguiente manera:

Los anarcosindicalistas están persuadidos de que ni por decretos ni por estatutos


otorgados por el Gobierno puede crearse un orden de economía socialista, sino en virtud de la
colaboración del cerebro y de la mano de obra de todos los trabajadores, desde cada ramo de
la producción; es decir, posesionándose de las fábricas para regentarlas los obreros por sí
mismos, en tal forma que todos los grupos separados de fábricas y ramos industriales sean
miembros independientes del organismo económico general y efectúen sistemáticamente la
producción y la distribución de los productos en interés de la comunidad, a base de libres
acuerdos mutuos.

Rudolf Rocker, Anarcosindicalismo (teoría y práctica)179

Las tácticas usadas son el federalismo, la autogestión, el principio de la solidaridad de


clase, la herramienta de la huelga general, la toma y recuperación de los lugares de trabajo, la
acción directa (tratamiento de los conflictos laborales entre empleador y trabajadores, sin el
concurso de terceros «representantes» que pudieran obstruir a los trabajadores organizados
en asamblea), el apoyo mutuo, el antiestatismo y el internacionalismo. Es compatible con otras
tendencias anarquistas tal como el anarcocomunismo, el mutualismo y el colectivismo.180

El anarcosindicalismo deriva de los postulados originales de la Primera Internacional,


luego retomados por la Asociación Internacional de los Trabajadores, adoptando al sindicato
como el medio de lucha de la clase obrera. Tuvo un papel prominente en la organización
sindical francesa CGT (Confédération Générale du Travail) antes de 1914.2 Excepto en España,
las tendencias sindicalistas en los movimientos de trabajadores occidentales se vieron
debilitadas por el fervor nacionalista desencadenado por la Primera Guerra Mundial. El éxito
de la Revolución bolchevique en Rusia en 1917 llevó a muchos sindicalistas a adherirse al
modelo comunista de Lenin, y los sindicalistas que rechazaron la vía comunista formaron en
1922 la AIT (Asociación Internacional de Trabajadores), siendo su mayor sección nacional hasta
1939 la CNT (Confederación Nacional de Trabajo),181 que a mediados de la década de 1930
contaba con aproximadamente un millón de afiliados.177

El anarcosindicalismo tuvo un papel importante en Argentina, Italia, Estados Unidos,


Uruguay, Francia, Rusia, Corea y España, donde tras el estallido de la Guerra Civil Española en
1936, los anarcosindicalistas probaron su efectividad como fuerza revolucionaria,
colectivizando muchas fábricas y poblaciones, generalmente con cierto éxito.2 Desde el final
de la Guerra Civil Española no ha habido otro movimiento político significativo en ninguna
parte del mundo en términos de política de masas, aunque la teoría anarquista continuó a
través de muchas trayectorias.177

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Nuevas corrientes de pensamiento anarquista

Tras el eclipse del anarcosindicalismo, las ideas anarquistas reemergieron en el


contexto de los movimientos estudiantiles y antiautoritarios de la década de 1960.8 Su
influencia continúa en movimientos de autogestión de trabajadores, liberación animal,
pacifistas, feministas, de liberación homosexual, ecologistas radicales e incluso el
individualismo anarquista estadounidense fue retomado por el anarcocapitalismo, una
tendencia significativa del libertarianismo de Nueva Derecha estadounidense.182 152 También
se ha recuperado el concepto de acción directa, alternativa anarquista clásica a la acción
política convencional.

Se han creado también organizaciones e institutos enfocados en el desarrollo de


pensamiento anarquista entre las cuales destacan en EE.UU. el Institute for Anarchist Studies o
en España la Fundación de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo (ligada al sindicato CNT) y la
Fundació d'Estudis Llibertaris i Anarcosindicalistes.

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Anarquismo ecologista

Véanse también: Anarquismo y medio ambiente y Anarcoprimitivismo.

Walden (1854) es la obra más representativa del anarcoindividualista estadounidense


Henry David Thoreau, considerado uno de los precursores del ecologismo y del anarquismo
primitivista.
El anarquismo verde183 o ecoanarquismo184 es una corriente de pensamiento dentro
del anarquismo que pone énfasis en los temas medioambientales. Una importante influencia
fue el pensamiento del anarcoindividualista estadounidense Henry David Thoreau y su libro
Walden, donde abogaba por una vida simple y autosuficiente, integrada con el entorno
natural, resistiéndose al avance de la civilización industrial.185

El anarquismo verde incorpora una serie de teorías políticas relacionadas que se deriva
o inspira en movimientos filosóficos y sociales como el anarcoprimitivismo, la ecología
profunda, la ecología social, el feminismo, el egoísmo, el anarquismo post-izquierda, los
situacionistas, el surrealismo, el neoludismo, la desindustrialización y sociedades cazadoras-
recolectoras.

Entre los ecoanarquistas se da una fuerte crítica hacia la tecnología moderna, aunque
no todos la rechazan por completo. Algunos anarquistas verdes pueden ser descritos como
primitivistas o anarquistas anticivilización. Los primitivistas mantienen que el cambio de caza-
recolección hacia la subsistencia de la agricultura dio lugar a la estratificación social, coacción y
alienación, y abogan por el retorno a una sociedad preindustrial y en ocasiones, preagraria, de
caza y recolección. Desarrollan temas presentes en la acción política de los luditas, y los
escritos de Jean-Jacques Rousseau, aunque en su emergencia el primitivismo fue más
directamente influido por el trabajo de teóricos como Theodor Adorno y Herbert Marcuse, de
la escuela marxista de Frankfurt, y antropólogos como Marshall Sahlins y Richard Borshay
Lee.186 Uno de los principales exponentes en el primitivismo estadounidense es el filósofo
John Zerzan, señalado por ciertos medios de comunicación como una especie de «gurú de la
antiglobalización» después de la protestas de 1999 contra la Organización Mundial del
Comercio en Seattle, quien en su libro Futuro primitivo articula una nostalgia de lo pre-
humano, antes del desarrollo del lenguaje y la cultura: «Provenimos de un lugar de magia,
entendimiento y plenitud, y hemos tomado un camino monstruoso que nos ha llevado al vacío
de la doctrina del progreso, arrastrados por la cultura simbólica y la división del trabajo. Vacía
y alienante, la lógica de la domesticación, con su exigencia de controlarlo todo, nos muestra
ahora la ruina de la civilización, que pudre todo lo demás.»187

Los primitivistas critican al anarquismo tradicional su apoyo a la civilización y la


tecnología moderna, las cuales consideran inherentemente basadas en la dominación y la
explotación. La mayoría de los anarquistas rechazan esta crítica radical de la civilización; Noam
Chomsky opina en su libro Chomsky on anarquism, que aunque simpatiza con ellos, no cree
que se den cuenta que «están abogando por el genocidio masivo de millones de personas
debido al modo en que se estructura y organiza la sociedad actualmente, la vida urbana y
demás. Si eliminas esas estructuras todo el mundo muere.»188 Otros autores, aunque no se
consideren a sí mismos primitivistas, como Wolfi Landstreicher o personajes del anarquismo
insurreccionalista (otra tendencia antirracionalista), la apoyan.

Evolucionando desde un marxismo tradicional hacia el socialismo libertario, Murray


Bookchin fue el fundador de la ecología social y uno de los pioneros del movimiento
ecologista.

Muchos ecoanarquistas prefieren no enfocarse en temas filosóficos futuros, e


implicarse en la defensa de la tierra y la revolución social en el presente, y en crear maneras de
vivir alternativas y sostenibles. Hay corrientes ecoanarquistas que comparten posturas con
ramas radicales del movimiento ecologista, en sí mismas con fuertes características
anarquistas, y que son defendidas por mucha gente aun desconociendo dicha tradición. Para
muchos verdes, en todos los países, una futura sociedad sostenible pasaría por la eliminación
del estado y la creación de una red de comunas autosuficientes, basada en la igualdad,
participación y democracia directa.189

Destaca la figura del anarquista Murray Bookchin y su propuesta de ecología social,


que incluye el municipalismo libertario. Para Bookchin, fundador del Institute for Social
Ecology, el auténtico movimiento verde, o «ecología social», como él mismo la denomina, es la
culminación de los varios movimientos radicales surgidos durante la década de 1960 y de la
tradición anarquista, insistiendo en que no son los individuos los responsables de la
lamentable condición del mundo, sino el sistema racista, sexista y capitalista.189 La fe en la
naturaleza de anarquistas clásicos como Kropotkin y Elisée Reclus encuentra eco en los escritos
de Bookchin cuando señala que en la naturaleza no hay escalas jerárquicas:190 Bookchin
arguye que el estado expresa y refuerza un principio de jerarquización que, aplicado a la
relación del hombre con la naturaleza, alienta que la relación adecuada de la humanidad con el
mundo natural es la de control y conquista, produciendo la devastación del medio ambiente.
Entiende la sociedad ecológica como una sociedad anarquista, dado que el repudio de los
valores jerárquicos que amenazan el entorno conllevaría el abandono de las jerarquías que
oprimen a los seres humanos.191

Algunos ecoanarquistas como Brian Dominick entienden que el veganismo es una


parte intrínseca de la lucha por un modo de vida libre y saludable. Contemplan el estado como
innecesario y dañino para los animales, humanos o no humanos, y practican la dieta vegana.
Los veganarquistas ven su ideología como una teoría combinada, o perciben que ambas
filosofías son esencialmente lo mismo. Ha sido descrito como una perspectiva antiespeciesista
del anarquismo ecologista, o una perspectiva anarquista de la liberación animal.192
La mayoría de los ecoanarquistas sostienen sus ideales apasionadamente, y algunos se
implican en la acción directa. Organizaciones como Earth First!, Root Force o las más radicales
Frente de Liberación de la Tierra, Ejército de Liberación de la Tierra o el Frente de Liberación
Animal desarrollan la acción directa (normalmente, aunque no siempre, no violenta) contra lo
que entienden como sistemas de opresión, como la industria maderera, las industrias
ganadera y láctea, la experimentación con animales, instalaciones de ingeniería genética y,
más raramente, instituciones del gobierno. El matemático y crítico de la sociedad
estadounidense Theodore Kaczynski, conocido con el sobrenombre de Unabomber, llevó a
cabo una campaña de terrorismo de 1978 a 1995 usando bombas para denunciar la sociedad
moderna tecnológica. En su Industrial Society and Its Future (también llamado el «Manifiesto
Unabomber»), argüía que las bombas eran medidas extremadas pero necesarias para atraer la
atención sobre la erosión que sufría la libertad humana, erosión regida por la alta tecnología
que precisaba una organización a gran escala.

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Feminismo anarquista

Artículo principal: Anarcofeminismo.

Jóvenes anarcofeministas en una marcha antiglobalización cintando a Emma


Goldman. Abril del 2000.

La emergencia de la primera oleada de feminismo vino de la mano de Mary


Wollstonecraft, esposa del predecesor del anarquismo William Godwin. En su libro Vindication
of the Rights of Women (1792), Wollstonecraft afirmaba que las mujeres son, como los
hombres, seres esencialmente racionales, y por tanto capaces de autodeterminación y
merecedoras de libertad, derechos y, por encima de todo, educación.193

El feminismo anarquista o anarcofeminismo, inspirado en los escritos de fines del siglo


XIX de las primeras feministas anarquistas como Lucy Parsons, Emma Goldman y Voltairine de
Cleyre, e incluso Dora Marsden, considera que la emancipación de la mujer sólo podrá ser
alcanzada mediante la abolición del estado, que consideran una dimensión del patriarcado y
expresión de la dominación masculina.189 Al igual que otros feminismos radicales, critica y
promueve la abolición de las concepciones tradicionales de familia, educación, sexualidad y
género.

La pionera del anarcofeminismo Emma Goldman consideraba característica una ética


masculina de «justicia» impersonal respaldada por la violencia, que contrastaba con los
instintos e ideales femeninos (como la sexualidad y maternidad) que consideraba no
jerárquicos y antiautoritarios, actitudes típicamente anarquistas. Esta teoría es vulnerable a las
mismas objeciones que se señalan en todas las formas esencialistas de feminismo, dado que
no existe una evidencia conclusiva de la existencia de unas naturalezas masculina y femenina,
ni, por tanto, una ética masculina o femenina.191 Goldman también criticó el matrimonio, un
puro acuerdo económico en el que la mujer «paga por él con su nombre, su privacidad, su
autorrespeto, su propia vida.»194 La defensa del amor libre y la liberación frente a los roles
sexuales establecidos son puntos de conexión entre el anarcofeminismo y el anarquismo LGBT.
Así, Emma Goldman hizo campaña por los derechos individuales, especialmente por los
colectivos a los que les eran negados, y tomó la defensa del amor homosexual ante el público
general.195

Además de la existencia de una vertiente específica y conscientemente anarquista


entre el feminismo radical, las ideas y actitudes anarquistas han tenido influencia en todo el
movimiento, como su rechazo a las formas políticas convencionales (encarnadas por los
partidos políticos) y un énfasis en una organización descentralizada y cooperativa de pequeños
grupos feministas.189 Dentro del floreciente anarcosindicalismo español durante la Guerra
Civil Española, la organización Mujeres Libres constituyó una de las organizaciones clásicas del
movimiento libertario español.196 197 Desconfiadas de la idea establecida de que la liberación
de la mujer vendría a consecuencia del triunfo de la revolución, Mujeres Libres se basaba en la
idea de una doble lucha, por la liberación de la mujer y la revolución social, que debían
abordarse por igual y en paralelo.198 El carácter de Mujeres Libres era único entre las
organizaciones de mujeres anarquistas en la España de la época, al mantenerse
independientes de las organizaciones dominadas por los hombres como la CNT, FAI o FIJL.

Más recientemente, la escritora y teórica anarcocomunista canadiense Susan Brown


ha manifestado que como filosofía política opuesta a toda relación de poder, el anarquismo es
inherentemente feminista.199 Desde una postura cercana al anarcocapitalismo, Wendy
McElroy ha definido una postura que describe como ifeminismo o feminismo individualista,
sosteniendo que un antiestatismo procapitalista implica igualdad de derechos y
apoderamiento para la mujer.200

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Insurreccionalismo

Artículo principal: Anarquismo insurreccionalista.

Policía lanzando aerosol de pimienta a los manifestantes en las manifestaciones


contra la cumbre de la OMC en Seattle.

El insurreccionalismo o anarquismo insurreccionalista es una estrategia revolucionaria


anarquista que se remonta a las primeras ideas de cambio revolucionario de Bakunin y
Kropotkin, y a la propaganda por el hecho que Enrico Malatesta intentó llevar a la práctica a
principios del S. XX,2 68 y heredera del antiorganizacionismo italiano y del ilegalismo francés,
así como de insurreccionalistas en Estados Unidos como el italiano Luigi Galleani. El principal
teórico del insurreccionalismo contemporáneo es el italiano Alfredo M. Bonanno, autor de
varios escritos donde expone los principales argumentos de esta corriente. Otras fuentes
insurreccionalistas son los magazines «Killing King Abacus» y «Willfull Disobedience»,201
publicado entre 1996 y 2005, cuyo editor publica actualmente bajo el seudónimo Wolfi
Landstreicher.202

Presentan algunas influencias individualistas,203 del anarquismo post-izquierda y la


crítica posmoderna a la modernidad.204 Frente al egoísmo individualista y las organizaciones
permanentes en el anarquismo clásico y el anarcosindicalismo, los insurreccionalistas conciben
las relaciones individuales basándose en «grupos de afinidad»,205 206 que se organizan
informalmente mediante la discusión y profundización en los problemas y las acciones a
realizar juntos.207 De acuerdo a la estrategia insurreccionalista, los anarquistas, actuando con
base en los grupos de afinidad u otras pequeñas organizaciones informales, preparan acciones
que puedan inducir alzamientos espontáneos en varios sectores de la sociedad. Al tiempo que
las insurrecciones localizadas crecieran y se esparcieran, se combinarían en una revolución
total que derrocaría el estado y el capital, haciendo posible la creación de una sociedad
libre.208

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Anarquismo posizquierda y posanarquismo

Véanse también: Postanarquismo y Anarquía postizquierda.

Desde la década de 1980 ha habido una serie de aproximaciones a la filosofía


anarquista por parte de pensadores postmodernistas y postestructuralistas, que son
denominadas como postanarquismo o anarquismo postestructuralista. A partir de los análisis
sobre la naturaleza del poder de autores como Michel Foucault y Jean-François Lyotard, se
realizaron intentos de describir una clase de política «más local y difusa que la política a gran
escala que está diseñada para discursos garantistas». Al tiempo que los centros de poder y
opresión son descentralizados, debe serlo también la resistencia, produciendo una
micropolítica de difusión y multiplicidad, enfocada sobre múltiples luchas que escapan más allá
de los niveles del estado y la economía para entrar en otros territorios como el psicológico,
sexual, ético, religioso, etc.209

Hakim Bey, proponente del postanarquismo y la anarquía postizquierda.


Uno de sus principales desarrolladores es Saul Newman, y ha sido relacionado con
pensadores como Todd May, Gilles Deleuze y Félix Guattari. Abarca un abanico de ideas que
incluyen el autonomismo, el situacionismo, el postcolonialismo, el zapatismo y la anarquía
postizquierda.210 El término «postanarquismo» fue acuñado por el filósofo anarquista
postizquierda Hakim Bey en su ensayo Post-Anarchism Anarchy (1987). Bey argumentaba que
el anarquismo se había vuelto insular y sectario, confundiendo las varias corrientes anarquistas
con la experiencia real de la anarquía viva. Por su lado, Bob Black propuso un «Anarquismo
tipo 3», ni individualista ni colectivista, y en su ensayo Anarchism and other impediments to
anarchy, tras una crítica al anarco-izquierdismo denominaba a los proponentes
contemporáneos de la anarquía como «anarquía postizquierda». Otros teóricos radicales
contemporáneos como Fredy Perlman no sólo rechazan ser etiquetados sino que se distancian
de la tradición clásica anarquista.211 También cabe señalar la red activista y editorial
estadounidense CrimethInc, y en menor medida las experiencias creadas en torno del grupo
Columna Negra de Valparaíso, Chile, más cercanas al Autonomismo.

La anarquía postizquierda promueve una crítica de la relación del anarquismo con el


izquierdismo tradicional. Algunos posizquierdistas intentan escapar de los confines de la
ideología en general. El anarquismo postizquierda destaca por su enfoque en la insurrección
social y un rechazo de la organización social izquierdista.212

Pueden considerarse también esfuerzos intelectuales recientes de características


diversas, como la detallada propuesta de puesta en práctica del anarquismo conocida como
Parecon elaborada por el estadounidense Michael Albert en la que examina como podrían
funcionar la economía y la política de acuerdo con principios libertarios.213 Un similar
esfuerzo teórico es el de la democracia inclusiva elaborada por Takis Fotopoulos.214 En
España, cabe destacar a Miquel Amorós, desde una perspectiva cercana al situacionismo, y
desde un enfoque más filosófico el nihilista Agustín García Calvo, en obras como Contra el
tiempo y Contra la Realidad, o el anarquismo cristiano de Carlos Díaz.215

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Anarcocapitalismo

Artículo principal: Anarcocapitalismo.

Murray Newton Rothbard (1926 - 1995), economista, historiador y teórico político, uno
de los principales teóricos del anarcocapitalismo.

En el otro extremo del espectro político,182 el anarcocapitalismo o anarquismo


capitalista es una ideología política y económica que remonta su origen al anarquismo
individualista estadounidense,216 217 2 218 219 abandonando la teoría del valor-trabajo
tradicional178 por el laissez faire de Gustave de Molinari y la escuela económica austríaca.220
Los investigadores y académicos no han llegado a un acuerdo o consenso sobre el
anarcocapitalismo; las opiniones y actitudes varían desde la omisión total dentro del ideario
anarquista,221 222 223 224 hasta el reconocimiento pleno como tendencia.225 226 133 152
219 227 228 229 230

La denominada «Nueva Derecha» ha buscado una reducción del papel del estado en
favor del libre mercado (retomando el camino trazado por la Old Right americana). Teóricos
como Robert Nozick, en su libro Anarquía, estado y utopía (1974) señalaban que las funciones
del Estado (y los impuestos correspondientes) debían limitarse a la provisión de ley y orden.
Un paso más allá, David Friedman y Murray Rothbard se mostraron en contra de toda forma
de Estado, dejando todo en manos del capitalismo de libre mercado.231 Para Rothbard, uno
de los principales autores y fundadores del anarcocapitalismo, los impuestos son una
sofisticada forma de robo;232 como Godwin y Stirner, considera la cooperación o la acción
colectiva como intrínsecamente desconfiada.233 En este sentido, algunos autores señalan que
esta concepción de la naturaleza humana como egoísta y competitiva en vez de cooperativa
diferencia el libertarismo234 del anarquismo clásico.221 235

Journal of Libertarian Studies, una publicación del Ludwig von Mises Institute, con una
orientación predominantemente anarcocapitalista.

Rothbard adoptó la acepción libertarismo o libertarianismo, con la intención de


diferenciarse de los anarquismos históricos de tradición europea, debido a su mala prensa en
la sociedad estadounidense.236 No obstante, Rothbard siguió utilizando los términos anarquía
y anarcocapitalismo para definir su propuesta.237 Desde el libertarismo se contempla también
la denominación de anarquismo de mercado, que aplican a anarcoindividualistas
estadounidenses decimonónicos como Spooner y Tucker, diferenciándola del anarquismo
filosófico representado por Godwin y Stirner,238 y contraponiéndola a los anarquismos que
denominan socialistas.239

Estas denominaciones han generado un profundo rechazo desde el anarquismo


clásico;2 la mayoría del pensamiento anarquista, especialmente el anarcocomunista, niega o
no considera que el anarcocapitalismo pertenezca al conjunto de corrientes del
anarquismo.240 Sus críticas se basan en impugnar la posibilidad de combinar el anarquismo
con el capitalismo, señalando que la utopía capitalista de los libertarianos (liberales
antiestado) no puede competir con el Estado.241 El anarquismo tradicional entiende el
capitalismo como parte del sistema de explotación contra el que luchan, y consideran que el
capitalismo desregulado de los anarcocapitalistas reproduciría los horrores de la revolución
industrial: pobreza, explotación y miseria volverían a ser la carga de los trabajadores.231
Los anarcocapitalistas sostienen sin embargo que el capitalismo real (libre para
desarrollarse en ausencia de fuerzas monopolísticas protegidas por el Estado, incluso el
mínimo que sostienen los libertarios liberales), proporciona una sociedad libre y no
explotadora.242 Para ellos, su principal preocupación es la libertad humana, y como todos los
anarquistas ven el estado como su enemigo principal; entienden el capitalismo como benigno,
culpando al Estado de todas las fallas del mismo, señalando que crea monopolios o reduce el
número de productores de múltiples formas, y que es esa situación la que conlleva la
explotación. En una situación sin estado, las únicas diferencias de riqueza provendrían de
diferencias en el talento o la aplicación al trabajo, y la sociedad se caracterizaría por una
armonía espontánea.231

Otras figuras relevantes en el anarcocapitalismo son Lew Rockwell, director del Ludwig
von Mises Institute; los economistas Hans-Hermann Hoppe y Bruce Benson; el activista Karl
Hess, amigo y colaborador de Rothbard; y Walter Block, cuya radical adhesión a la libertad
contractual incluye incluso la esclavitud voluntaria.243 Otras instituciones que recogen el
pensamiento anarcocapitalista son los liberales Cato Institute en Estados Unidos y el Instituto
Juan de Mariana en España.

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El anarquismo en la cultura

Artículo principal: Anarquismo y cultura.

Las ideas anarquistas han tenido una gran influencia en la cultura y han inspirado a un
gran número de en diversos países y a lo largo de la historia. Tanto los artistas de ideas
libertarias como aquellos que simpatizaban sin declararse abiertamente anarquistas, han
dejado una vasta y significativa contribución en diversas disciplinas, en especial, la literatura, la
dramaturgia, las artes visuales y la pintura, el cine y la música. Esta producción artística ha sido
de lo más variada, abarcando temáticas de hondo contenido social y antiautoritario, ha sido
vehículo de valores y de ideas revolucionarias, alternando la denuncia de la opresión y la
explotación con la propaganda de los ideales utópicos. También la historia del movimiento
anarquista y sus ideas han sido la fuente de inspiración de autores ideológicamente cercanos
al anarquismo, pero que no se reivindicaban como tales. En estos casos la obra, más que los
artistas, presenta fuertes componentes y valores libertarios.

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Literatura

Albert Camus
Uno de los escritores libertarios de mayor relevancia literaria fue el ruso León Tolstoi,
anarquista pacifista de raíz cristiana, precursor de las tendencias naturalistas libertarias, autor
de grandes clásicos de la literatura universal, como Guerra y Paz y Ana Karenina. También es
enormemente conocido George Orwell, quien a pesar de no haberse autodeclarado
anarquista, destaca por su enorme carácter antiautoritario y sus críticas al comunismo
autoritario de Stalin. Orwell estuvo presente en la Revolución social española de 1936 y en la
Guerra Civil española, experiencia que le serviría para escribir Homenaje a Cataluña. Otros
libros suyos muy conocidos son 1984 y Rebelión en la granja. Dentro de este mismo período
tomaría importancia ligado a la filosofía y literatura existencialista la figura de Albert Camus,
quien escribió la novela La peste la obra de teatro Estado de sitio y el ensayo explícitamente
libertario El hombre rebelde, aparte de sus obras filosóficas y colaboraciones en periódicos y
organizaciones libertarias.244

Otros literatos que se pueden incluir son Octave Mirbeau (novelista y dramaturgo),
Henry Thoreau, Oscar Wilde y William Morris, críticos de la sociedad capitalista industrialista y
defensores de la soberanía individual. En el terreno de la poesía se destaca Voltairine de
Cleyre, aunque también se podrían considerar a Percy Bysshe Shelley, Lord Byron, William
Blake, León Felipe y Allen Ginsberg, cuya poesía presenta una gran afinidad con el anarquismo.
En periodismo y ensayo, podemos incluir a Rafael Barret, autor de una extensa y variada obra,
a Manuel González Prada, Rodolfo González Pacheco, Ricardo Mella, Fernando Tarrida del
Mármol y al geógrafo Élisée Reclus. También se han realizado obras con temática muy cercana
al anarquismo en otras plataformas literarias como es el cómic, donde se puede citar V de
Vendetta, escrita por Alan Moore y dibujada por David Lloyd. Uno de los personajes mas
trascedentales dentro de la historia, tuvo un espacio en la Literatura, se trata de Jose
Ingenieros,argentino de raices italianas, sus obras unas verdaderas piezas de gran valor son un
llamado a tomar conciencia socre la realidad social en que vivimos actualmente, sus obras mas
destacadas son: El hombre mediocre, Las fuerzas morales,La simulación de la locura, La locura
en Argentina, etc, sus obras ayudaron al desarrollo social de Argentina y es fuente de
inspiración de la juventud de este siglo.

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Teatro

El más importante dramaturgo nórdico, y uno de los más importantes de la historia del
teatro moderno fue el anarquista Henrik Ibsen, autor de conocidas obras como Casa de
Muñecas y Un enemigo del Pueblo. En el Río de la Plata fue Florencio Sánchez la figura más
descollante. Entre sus obras más destacadas se encuentran M'hijo el dotor, Canillita y Los
derechos de la salud. Florencio Sánchez ejerció además el periodismo y la militancia social,
colaborando en el periódico anarquista La Protesta. El multifacético escritor anarquista y
director del periódico La Antorcha, Rodolfo González Pacheco, también incursionó en la
dramaturgia, aunque con obras menores.

En 1946 Julian Beck y Judith Malina fundan el Living Theater, inspirado en principios
libertarios. Se basaba en temas controversiales, apelando a la improvisación y la participación
del público. Si bien fue concebido como teatro experimental, en la década del sesenta obtuvo
bastante popularidad. El Living Theater influenció a muchas compañías teatrales de las
décadas siguientes hasta la actualidad.

Una obra de teatro de especial relevancia para el anarquismo es la famosa novela


Morte accidentale di un anarchico del ganador del premio nobel de literatura Darío Fo. La obra
es una comedia (con una fuerte presencia de crítica social) inspirada en los hechos que
tuvieron lugar en 1969 en Milán, Italia, en donde murió el anarquista Giuseppe Pinelli a manos
de la policía cuando era interrogado acerca de la explosión de una bomba en la Piazza Fontana.

Howard Zinn es el autor de Emma (1976), una obra teatral basada en la vida de la
anarquista Emma Goldman.

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Cine

No se puede hablar propiamente de directores declaradamente anarquistas, con


excepción de Jean Vigo, cuya obra Cero en conducta es un clásico del cine francés. Muchos
cineastas, en cambio, han tomado temáticas relacionadas con la historia del anarquismo. Lina
Wertmüller, con Amor y anarquía, y Giuliano Montaldo, con Sacco y Vanzetti, constituyen el
principal aporte desde Italia. La multipremiada La Patagonia rebelde, de Héctor Olivera y con
guion de Osvaldo Bayer, y el filme Quebracho, de Ricardo Wullicher, se centran en las huelgas
de obreros y peones rurales argentinos inmediatamente posteriores a la Primera Guerra
Mundial. La Revolución social española de 1936 ha sido tema recurrente de la filmografía
postfranquista, y al respecto destacan Libertarias, de Vicente Aranda, La mujer del anarquista,
de Peter Sehr y Marie Noëlle, y sobre todo Tierra y libertad, de Ken Loach. Salvador (Puig
Antich), de Manuel Huerga, se enfoca en la resistencia al régimen franquista. Battle in Seattle,
de Stuart Townsend (2008), cuenta los acontecimientos de la manifestación contra la
Organización Mundial de Comercio de 1999.

Existen muchas películas cuyo argumento y propuesta tienen fuertes afinidades con el
anarquismo: 1984, basada en la novela de George Orwell, ha sido filmada por Michael
Anderson (1956) y por Michael Radford (1984); Farenheit 451, del laureado director François
Truffaut (1966); El club de la lucha, de David Fincher (1999); La estrategia del caracol, de Sergio
Cabrera (1993), y V de Vendetta, basada en el cómic del mismo nombre, etc.

Durante la Revolución Española la producción cinematográfica anarcosindicalista


autogestionada se articulaba a través de las productoras SIE Films, FRIEP y Spartacus Films.
Entre agosto de 1936 y junio de 1937 se produjeron 84 filmes, entre los que destaca la película
Aurora de esperanza, de Antonio Sau, una joya del cine clásico español.245

Hay además una gran cantidad de documentales que cuentan la historia del
anarquismo, entre los que se puede mencionar Vivir la utopía, Ácratas, 1937 - Un pueblo en
armas, Néstor Makhno, un campesino de Ucrania (de Helene Chatelain), Buenaventura
Durruti, anarquista (Els Joglars), etc.

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Artes plásticas

Desde el siglo XIX se iniciaron numerosos contactos entre el anarquismo y el mundo


del arte: Proudhon trató en sus obras la teoría del arte, influyendo en los ideales estéticos del
realismo pictórico y, más adelante, en el realismo socialista. Para Proudhon, el arte debía servir
a unos objetivos sociales y morales, rechazando el «arte por el arte» y defendiendo la figura
del artista como un ser de rectos principios que contribuye como todos al desarrollo de la
sociedad. Para él, el arte «es una representación idealizada de la naturaleza y de nosotros
mismos con el objetivo de perfeccionar física y moralmente nuestra especie».246

Proudhon influyó especialmente a Gustave Courbet, amigo personal suyo; tanto él


como Camille Pissarro, Georges Seurat, Paul Signac, etc, desarrollaron conceptos estéticos
libertarios. Courbet es autor del famoso cuadro Pierre-Joseph Proudhon et ses enfants
(Retrato de Proudhon y sus hijos), de 1865. Signac expresó en 1902: «el pintor anarquista no
es aquel que pinta cuadros con motivos anarquistas, sino el que sin ánimo de lucro, sin esperar
ninguna recompensa, lucha con todo su individualismo y todo su esfuerzo personal contra la
burguesía y los convencionalismos oficiales».

Durante el siglo XX hubo algunos vínculos entre las corrientes dadaísta, surrealista y el
anarquismo, aunque no siempre muy explícitos, especialmente en la década del '50 en
Francia.247 Durante esos años se destaca la producción artística de Miguel García Vivancos, ex
integrante del grupo de Durruti, exiliado en Francia.
Una mención aparte merece el arte desarrollado en función de la propaganda
revolucionaria y de los ideales anarquistas, en especial en la ilustración de publicaciones
periódicas libertarias y los afiches callejeros. Esta última expresión tuvo su apogeo en España
durante la Guerra Civil.

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Música

En la música relacionada con el anarquismo, han existido desde el siglo XIX músicos,
compositores y temas muy conocidos. Dentro de éstos últimos, han alcanzado especial
importancia las canciones en castellano «A las barricadas» e «Hijos del pueblo», ambas muy
populares durante la Guerra Civil Española y la Revolución Española de 1936, y que han
sobrevivido hasta nuestros días convirtiéndose en auténticos himnos del anarquismo y siendo
versionadas innumerables veces.

En Estados Unidos la canción de protesta libertaria tuvo como principales exponentes


a Joe Hill y a Woody Guthrie. En Argentina destacaron el payador Martín Castro y el
compositor de tangos Juan de Dios Filiberto, autor de célebres obras como Caminito y
Malevaje. En Francia el movimiento musical conocido como «la chanson» tuvo entre sus
principales exponentes a Georges Brassens248 y Léo Ferré. En Argentina el cantautor pacifista
Facundo Cabral manifestó su adhesión a las ideas anarquistas.

La banda británica Crass. Pionera del anarco-punk

En recientes décadas dentro de círculos de jóvenes anarquistas la subcultura punk


tomo relevancia y así dentro de esta apareció un subgénero específicamente anarquista
conocido en sus inicios como Peace Punk y después evolucionaría a llamarse de manera
general como anarcopunk, en el cual destacan las letras comprometidas y sus actividades
políticas y de ruptura con el ideario anarquista y la denuncia de la opresión estatal y
capitalista.249 Los pioneros de este estilo fueron bandas como Crass ya desde 1977, y un poco
después bandas como: Flux of Pink Indians, Poison Girls,Conflict, y SubHumans en el Reino
Unido. Posteriormente dentro de este género también emergería el crust punk y así destacan
grupos como Nausea, Oi Polloi, o Aus Rotten. En países de habla castellana bandas dentro de
este género también comenzaron a aparecer como por ejemplo Sin Dios, Puagh, o Los Muertos
de Cristo en España, Desobediencia Civil y Fallas del Sistema en México o Apatía No en
Venezuela. Posteriormente aparecería la Internacional Anarco Punk la cual es una red que
aglutina a grupos de América y Europa.
Por otro lado músicos, fanáticos y organizadores de eventos anarquistas han aparecido
en géneros contemporáneos tan diversos como el folk-rock, la nueva trova,250 el Hip-Hop, el
tecno/psytrance/freetekno, o en si rock alternativo y rock experimental influenciado por el
situacionismo en bandas como Negativland y Chumbawamba.[cita requerida]

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Críticas al anarquismo

Artículo principal: Críticas al anarquismo.

Tanto el anarquismo como el comunismo buscan en última instancia la acracia o


sociedad sin autoridad. No obstante, anarquistas y marxistas han estado enfrentados desde
que Marx atacó a Proudhon en La miseria de la filosofía (1846), enfrentamiento que alcanzó su
clímax en el enfrentamiento entre marxistas y bakuninistas por el control de la Primera
Internacional, y que acabó con la ruptura de la misma en 1872. La base del conflicto se centra
en que, así como los marxistas creían en la necesidad transicional de un estado de los
trabajadores (la «dictadura del proletariado»), los anarquistas pensaban que el camino al
socialismo (o al comunismo) pasaba por la destrucción del estado. Para los anarquistas, un
estado socialista repetiría las características de opresión y privilegio contra las que luchaban, al
tiempo que, al extender los poderes a la organización de la vida económica, resultaría ser
incluso más opresivo.2 Para los marxistas, la desorganización de los anarquistas les impediría
alcanzar ningún logro.177

Contemplado como fuente de ideas críticas para otras ideologías y movimientos, el


anarquismo ha tenido el éxito que no tuvo como ideología. El anarquismo clásico nunca atrajo
grandes números de adherentes, y su influencia en el curso de la historia mundial fue mínima.
The Blackwell Encyclopaedia of Political Thought dice que la idea anarquista de una sociedad
organizada sin una autoridad central va contra el desarrollo del papel del estado paralelo al de
la industrialización experimentado en las sociedades avanzadas, y que requiere un enorme
salto de fe.2 A este respecto, el historiador anarquista George Woodcock dice que el
anarquismo fue más un movimiento de rebelión que de revolución; una protesta y resistencia
frente a la revolución social que desde mediados del siglo XVIII, con la contribución del
progreso científico y tecnológico, conduce al mundo hacia una centralización económica y
política, con lo que implica de subordinación del individuo hacia el estado. Señala que frente a
esta negativa revolución, los anarquistas protestaron en nombre de la dignidad humana,
siendo este posiblemente su mayor logro.251

Woodcock dice también que el anarquismo sufrió de las debilidades de sus tácticas
revolucionarias, una completa falta de coordinación que provocó que las rebeliones y acciones
anarquistas en ocasiones sirvieran para mantener un estado de tensión, pero no producían
resultados duraderos. La propaganda por el hecho en demasiadas ocasiones se convirtió en
propaganda negativa, y el éxito del sindicalismo de hecho representaba un compromiso con la
tendencia a la centralización: Woodcock dice que el mismo Malatesta sugería que, al imitar las
formas políticas e industriales de su tiempo, eventualmente formarían parte del orden
centralista al que se oponían. Así, la CGT francesa acabó en manos de reformistas, y finalmente
en las de comunistas; e incluso la CNT envió a sus líderes a la coalición gubernamental durante
la Guerra Civil Española.251

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