Dermatofitosis Del Conejo

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Dermatofitosis del conejo, micosis o tiña

Autor/es: Dr. Sergio A. Samus - Director técnico de LaDiPreVet

La tiña del conejo es hoy la enfermedad más distribuida en los criaderos


industriales y familiares del país que, junto con la pasteurelosis produce las
mayores pérdidas económicas en la explotación cunícola.
En los últimos años la infección llegó a las granjas y se diseminó o se instaló en
muchos criaderos desde su fundación a partir de reproductores enfermos o
portadores.
La infección puede llegar con herramientas, jaulas o materiales contaminados
provenientes de criaderos enfermos con restos de pelo contraminado con
esporas de los hongos productores de la enfermedad.

Los síntomas típicos de la tiña son depilaciones o calvas localizadas en la cara,


manos, orejas y con menor frecuencia en el resto del cuerpo. La zona afectada
muestra la piel enrojecida o rosada o con una costra fina que no debe
confundirse con la sarna que es mucho más gruesa. Pero los primeros síntomas
son más importantes, ya que nos permiten hacer un diagnóstico temprano de la
enfermedad, los conejos, muchas veces gazapos antes del destete muestran un
material pastoso, pegajoso en el pelo desde la raíz, en el hocico, cara, orejas,
etc. que en pocos días se caerá dejando la zona depilada con forma circular.
Ese material blancuzco o amarillento es precisamente una gran acumulación de
micelio y esporas del hongo Trichophyton mentagrophytes var, granulare que
con el pelo se diseminará en las instalaciones del criadero.

En las granjas infectadas es difícil ver animales adultos afectados, ya que estos
adquieren cierta inmunidad y el pelo vuelve a crecer, pero se miramos con
atención la zona mamaria, axilas e ingles de las conejas veremos zonas con
escaso pelo y descamaciones de piel que no son mas que el reservorio de la
infección con que se contagia a los gazapos durante la lactancia.
¿Cuál es la gravedad de la enfermedad?

Primero debemos decir que se trata de una zoonosis, o sea que es una
enfermedad transmisible al hombre en el que produce lesiones en la piel de las
manos cara y zonas expuestas al contagio y en niños de corta edad estas
lesiones tienden a complicarse con infecciones bacterianas secundarias de
mayor gravedad.

En segundo lugar los animales afectados por esta enfermedad presentan un


retraso en el crecimiento que varía entre 7 a 10 días o más según el caso,
incrementando los costos de producción, consumo de alimento y utilización de
instalaciones.

En tercer lugar debemos considerar los gastos en mano de obra y


medicamentos que debemos disponer para controlar la enfermedad que afecta a
la totalidad de las camadas.

Y en cuarto lugar, aunque no menos importante, consideremos el sufrimiento


animal, el stress que produce y nuestra responsabilidad al respecto.

Tratamiento: La tiña es una enfermedad que responde relativamente bien al


tratamiento individual pero prácticamente no responde al tratamiento
poblacional, con esto queremos decir que es fácil curar un conejo y casi
imposible curar un criadero, y la diferencia radica en que las formas
reproductivas del hongo, las esporas, además de ser muy resistentes se
diseminan con el pelo en las instalaciones del criadero y sus alrededores, por
otra parte afecta a la totalidad de las camadas generando una diseminación
continua de material contaminante.

La topicación de las lesiones, especialmente las incipientes, con yodoforos (yodo


povidona) o con imidazólicos (Ketoconazol, Miconazol, clotrimazol, etc) o
pomadas con griseofulvina, nos permitirá curar a los enfermos.
La detección y tratamiento de las madres portadoras y la aplicación de azufre en
los nidos, nos permitirá cortar el ciclo de transmisión vertical (madre-gazapo)
pero difícilmente se podrá erradicar el problema. Solo la higiene y desinfección
completa de las instalaciones nos permitirá llegar a eliminar todas las fuentes de
contagio. El yodo y el enilconazol se usan en aspersión para el tratamiento
ambiental.

Para esterilizar completamente un criadero, debemos utilizar desinfectantes


poderosos que nos obligan a desalojar los animales, por lo tanto llegamos a la
situación de vacío sanitario que consiste en la eliminación de todos los animales,
la higiene, desarmado, desinfección de todas las jaulas e implementos, la
reparación y reacondicionamiento de las naves, la esterilización de todos los
elementos que componen las instalaciones tanto fijas como móviles, el rearmado
y la repoblación con animales libres de tiña.

Prevención: Si nos encontramos frente a un criadero libre de tiña debemos


implementar y hacer cumplir todas las normas de bioseguridad para impedir que
la enfermedad ingrese, dichas normas consisten en prohibir el ingreso de
personas ajenas a la explotación, y de personas que pudieran haber visitado
otras granjas cunícolas, que el personal que trabaja en la granja no visite otras
granjas ni frigoríficos o exposiciones de conejos, etc. Implementar medidas para
la desinfección de camiones proveedores de alimento o del frigorífico,
desmalezar y desratizar periódicamente, y no ingresar reproductores de dudoso
origen o sin respetar la debida cuarentena y análisis correspondientes.

Si en cambio nos encontramos ante la fundación de un nuevo criadero que


implica un proyecto económico, debemos comenzar con animales
completamente sanos avalados por una garantía y una certificación profesional y
con instalaciones que permitan implementar las medidas de bioseguridad desde
un principio.

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