Unidad 1 Uso Del Agua en La Agricultura

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Unidad 1.

- Uso del agua en la


agricultura.
INSTITUTO TECNOLÓGICO DE LA ZONA OLMECA

MATERIA: USO EFICIENTE DEL AGUA


NOMBRE DEL ESTUDIANTE: VIRIDIANA
MAGAÑA GARCÍA
INGENIERÍA EN AGRONOMÍA
17950082: AGRÓNOMO ZOOTECNISTA
TITULAR DE LA MATERIA: ING. HÉCTOR
ANDRADE PRADO
Índice

1.1. Importancia del agua en la agricultura............................................................2


1.2. La agricultura de riego en México...................................................................3
1.3. Desarrollo de la irrigación en México..............................................................4
1.4. Criterios para seleccionar los métodos de riego.............................................6
Tipo de cultivo.....................................................................................................6
Topografía...........................................................................................................6
Tipo de suelo.......................................................................................................6
Disponibilidad de agua........................................................................................7
Costos.................................................................................................................7
Otros criterios......................................................................................................7
1.5. Programación de los riegos.............................................................................7
Bibliografía.................................................................................................................8
1.1. Importancia del agua en la agricultura.

En todo el mundo, el empleo del agua y su gestión han sido un factor esencial
para elevar la productividad de la agricultura y asegurar una producción previsible.
El agua es esencial para aprovechar el potencial de la tierra y para permitir que las
variedades mejoradas tanto de plantas como de animales utilicen plenamente los
demás factores de producción que elevan los rendimientos.

El agua es esencial para toda actividad agropecuaria (agricultura y alimentos),


alrededor del 70% de agua potable disponible para el ser humano es utilizada en
la agricultura, además se calcula que aumentará en un 14% en los próximos
treinta años.

La cantidad de agua se necesita para cosechar distintos alimentos:

 Entre uno y tres metros cúbicos para producir un kilo de arroz.

 Mil toneladas para una tonelada de grano.

 16,000 litros para un kilogramo de carne de res.

1.2. La agricultura de riego en México.

En tiempos de nuestros abuelos, la agricultura en México se adaptaba a las


diferentes estaciones del año, así especificaban qué cultivar y los meses para su
óptimo desarrollo, dependiendo la cantidad de lluvia que necesitaría el cultivo, sin
embargo, estas parcelas, se veían afectadas por la variación de la temporada de
lluvia o alguna sequía.
Para minimizar el impacto ambiental a lo largo del tiempo, se adaptaron diferentes
sistemas de riego, que consisten en suministrar la cantidad necesaria de agua a
los cultivos a través de métodos artificiales.
Uno de los sistemas más utilizados es el riego por surcos, en el cual el agua se
transporta por pequeños canales que se crean al interior del cultivo.
Otro sistema, es el riego por aspersión, el cual imita el efecto de la lluvia, aporta la
humedad en toda la planta y no sólo en las raíces.
Además, podemos hablar del riego por goteo, en este sistema se emplean una
serie de conductos y dosificadores que aplican gotas de agua en las raíces de los
cultivos ¡es muy útil en las zonas en donde el líquido es escaso!
Los sistemas de riego mejoran la producción en las zonas semi-áridas o secas y
son una mejora importante en la eficiencia del uso del agua.
México tiene una extensión de territorio total de 2 millones de km² y está
clasificado como país árido y semiárido. El sector agrícola desempeña un papel
importante en el desarrollo económico del país y representa 8,4 puntos del
producto interior bruto (PIB) agrícola y emplea al 23% de la población activa. La
agricultura de regadío aporta cerca del 50% del valor total de la producción
agrícola y representa cerca del 70% de las exportaciones agrícolas.
Además, México cuenta con 194 millones de hectáreas productivas, de las cuales
el 57 por ciento se destina a la producción de alimento para consumo humano o
animal, de acuerdo con el Censo Agropecuario 2017 del INEGI. Es decir, casi 6 de
cada 10 hectáreas de tierra productiva del país se usa para sembrar. 
¿Cómo se hace rendir a esos terrenos de cultivo?
El estudio Estadísticas del Agua en México Edición 2016 asegura que esto
depende de su sistema de riego: las superficies que son regadas por medio de la
infraestructura hidráulica con la que cuenta el país tienen un rendimiento de 2.2 a
3.3 veces mayor que aquellos cultivos que dependen del temporal.
México cuenta con una infraestructura hidráulica que comprende más de 5 mil
presas y bordos de almacenamiento de agua, distribuidos en 86 distritos de riego
(DR) y 40 mil unidades de riego (UR). A todas estas obras de infraestructura
hidráulica que surten de agua al campo mexicano se le conoce como
infraestructura hidroagrícola. 
Los distritos de riego datan de 1926 e
incluyen obras como vasos de
almacenamiento, derivaciones
directas, plantas de bombeo, pozos,
canales y caminos, entre otros. El
último construido es de 2012. El agua
empleada en estos distritos se
aprovecha por gravedad o por
bombeo de dos fuentes: una
superficial, que puede ser una presa,
derivación o bombeo directo de la corriente, o una subterránea que se aprovecha
a través del bombeo de pozos.
Las unidades de riego cuentan con la misma infraestructura que los distritos de
riego, pero tienen menor superficie y son manejados por productores organizados
que se asocian para gestionar y operar dicha infraestructura para la captación,
derivación, conducción, regulación, distribución y desalojo de las aguas nacionales
destinadas al riego agrícola.
Adicionalmente, en las planicies tropicales y subtropicales del país, en donde
existe un exceso de humedad y constantes inundaciones, se crearon los distritos
de temporal tecnificado (DTT), en los que se construyeron obras hidráulicas para
el desalojo de los excedentes de agua que son manejados por los usuarios
organizados. El gobierno de México ha puesto en marcha una serie de reformas
estructurales en el sector del agua dirigidas a introducir administración y sistemas
de riego modernos.

1.3. Desarrollo de la irrigación en México.

Los primeros registros del riego en agricultura se remontan al año 6000 a.C. en
Egipto y en Mesopotamia (Irak e Irán en la actualidad) cuyos pobladores utilizaban
los patrones de riada del Nilo o del Tigris y Éufrates, respectivamente. Las
inundaciones que ocurrían de julio a diciembre, eran desviadas hacia los campos
durante unos 40 ó 60 días. Luego se drenaba el agua hacia el río en el momento
preciso del ciclo de cultivo.
En el año 3500 a.C. aparece se empieza a utilizar el nilómetro, una medida del
nivel de agua del río Nilo. Este indicador de inundación consistía en una columna
vertical sumergida en el río con marcas de profundidad, en intervalos.
Un segundo diseño consistiría en una serie de escaleras descendiendo en el río.
Cuatro siglos después, en la primera dinastía de Egipto, se construyó el primer
proyecto de riego a gran escala, bajo el reinado del rey Menes. Se utilizaron
presas y canales para dirigir las aguas de inundación del Nilo hacia el lago Moeris.
Sería ya un milenio más tarde cuando aparecieron las tuberías de cemento y de
roca molida. Los famosos acueductos, una invención construida por los ingenieros
romanos, permitía transportar el agua salvando los desniveles del terreno.
El rey babilónico Hamurabi, autor del famoso código jurídico, fue quien elaboró las
primeras regulaciones sobre el agua. Tenía en consideración la distribución del
agua de una manera proporcional, con base en la superficie labrada, también se
definía la responsabilidad del agricultor de realizar mantenimiento de los canales
de propiedad, así como la administración colectiva del canal por parte de todos
sus usuarios.
En este punto de la historia, el desarrollo agrícola radicaba en una serie de
técnicas para manejar el agua de riego a través de los sistemas de distribución y
en la construcción de terrazas de cultivo. Se desarrollaban tecnologías enfocadas
a mitigar los efectos de la erosión, aminorar las inundaciones, retener humedad, y
permitir captaciones, traslados y almacenamientos.
Po otro lado, en México las obras para riego se desarrollaron antes de la llegada
de los españoles la cultura azteca destacó el conocido como cultivo por
chinampas, que consistía en una construcción de campos elevados dentro de una
red de canales dragados sobre el lecho del lago. Así se reciclaban los nutrientes
arrastrados por las lluvias, con las cuales formaron sistemas de irrigación
comunes a varios pueblos (INEGI, 1994). Los Mayas, que estaban asentados en
la selva tropical, establecieron diferentes técnicas adecuadas para cada tipo de
terreno: campos elevados en zonas inundables y terrenos con desnivel en zonas
de excesiva humedad. Construían terrazas de cultivo sostenidas por muros, así
podían modificar la pendiente del terreno, contribuyendo a preservar la humedad y
a mejorar la fertilidad del suelo.
Del siglo XVI hasta el siglo XVII se realizaron grandes esfuerzos para desarrollar
obras de irrigación y se construyó en Yuriria un lago artificial, hoy está en
Guanajuato. Durante el siglo XVIII no hubo ningún avance considerable y en el
siglo XIX los primeros gobiernos independientes no contaban con los recursos
económicos necesarios para construir obras de riego, por lo que la construcción
de dichas obras prácticamente se detuvo.
En 1908 se crea, bajo el gobierno de Porfirio Díaz, la Caja de Préstamos para
Obras de Irrigación y Fomento de la Agricultura. Al finalizar la dictadura porfiriana
en 1910, México contaba con una infraestructura hidroagrícola con una capacidad
para regar un millón de hectáreas. Sin embargo, las obras disponibles eran muy
deficientes y apenas permitían regar alrededor de 700 mil hectáreas (INEGI,
2000).
Sin embargo, no fue sino hasta después de la Revolución Mexicana que se inicia
la construcción de las grandes obras de riego, con la formación de la Comisión
Nacional de Irrigación en 1926. Al crearse la Secretaría de Recursos Hidráulicos
en 1946 nacen los distritos de riego, dando así mayor fortaleza institucional al país
para el mejor aprovechamiento del agua en las áreas de riego. En 1976, las
Secretarías de Agricultura y Ganadería, y de Recursos Hidráulicos se fusionan en
la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, en donde la Subsecretaría de
Infraestructura Hidráulica continuó con la construcción de los distritos de riego. En
1989 se creó la Comisión Nacional del Agua como la autoridad ejecutiva única del
agua.
El México moderno las construcciones de obras de irrigación que se han realizado
en función de las necesidades y del potencial de desarrollo social y económico de
las diferentes regiones del país. Sin embargo, el mayor desarrollo hidráulico del
país se logró durante el siglo pasado. En este periodo se construyó la
infraestructura hidroagrícola para el riego de 6.4 millones de hectáreas.
Infraestructura de riego y superficie de regadío

Origen del DR Superficie UR Superficie Sistema Superficie


agua (%) (%) (%) (%) (%) (%)

Presas 56 46 4 14 4 41

Derivación 17 11 7 20 8 16

Aspersión 1 1 4 6 2 3

Bombeo 1 2 8 10 10 6

Pozos 10 10 74 47 73 27

Agua
superficial +
15 12 3 4 3 7
Agua
subterránea

84 3.300.000 39.490 2.956.032 39.574 6.256.032


TOTAL
DR ha UR ha sistemas ha

Fuente: FAO
Los proyectos de riego más importantes de México son: Proyecto San Lorenzo-
Río Culiacán-Río Humaya, Proyecto Río Yaqui, Proyecto Río Fuerte, Proyecto Río
Colorado, Proyecto curso bajo del Río Bravo, Proyecto del curso alto del Río
Lerma, Proyecto Región Lagunera, Proyecto Guasave, Proyecto Río Mayo,
Proyecto Lázaro Cárdenas y Proyecto Delicias. Las áreas de regadío de estos
proyectos van de unas 250.000 hectáreas hasta alrededor de 80.000 hectáreas
cada una.

1.4. Criterios para seleccionar los métodos de riego

La selección del método de riego más apropiado es con el propósito de conseguir


que la producción de los cultivos alcance los máximos beneficios, sin causar
daños al medio ambiente (erosión, salinización, contaminación de aguas
superficiales y subsuperficiales). Básicamente los criterios de selección tienen
relación con el cultivo, suelo, topografía, y disponibilidad de agua; sin embargo, la
selección de un determinado método de riego implica considerar otros factores
tales como inversiones en equipos de riego, nivelación de tierras, obras
hidráulicas, drenaje, etc. Por lo tanto, la selección del método de riego más
conveniente deberá hacerse en base al análisis de los siguientes factores:
Tipo de cultivo
Dado que existen cultivos que pueden regarse por un sólo método de riego y otros
por varios métodos, el tipo de cultivo es el primer criterio que determina el método
de riego. Por ejemplo, el arroz generalmente se riega por inundación (melgas o
pozas). Cultivos en hileras como la papa es conveniente regar por surcos. Cultivos
densos como pastos y cereales pueden regarse por aspersión o inundación.
Frutales y hortalizas cultivados en hileras pueden ser regados por goteo y
microaspersión.
Topografía
Las restricciones impuestas por la topografía comprenden: ubicación de la fuente
de agua, pendiente de la parcela, relieve y microrrelieve del terreno. En general, el
riego por superficie puede adaptarse a terrenos con relieve que va de plano a
ondulado. Así, una topografía plana con pendiente de 0.2% es ideal para el riego
por surcos y melgas rectas; contrariamente una topografía irregular con fuerte
pendiente (8-10%), la alternativa sería el riego en contorno.
El riego presurizado se adapta a varias condiciones de topografía y pendiente. Así
por ejemplo el riego por aspersión se puede implementar en suelos con pendiente
hasta del 20%; en tanto que el riego por microaspersión y goteo en terrenos con
pendientes de hasta el 60%.
Tipo de suelo
En este aspecto se deben considerar las características internas del perfil del
suelo: Textura, estructura, infiltración, nivel freático, entre otros. En general, suelos
poco profundos y con alta velocidad de infiltración, no se adaptan bien al riego por
superficie; bajo tales condiciones será preferible regar por aspersión y en casos
especiales por microaspersión, ya que este tipo de suelos por su baja capacidad
de retención de humedad requieren aplicaciones de agua frecuentes y pequeñas.
Los métodos de riego gravitacionales se adaptan mejor a suelos de textura media
a pesada, con baja capacidad de infiltración; mientras que en suelos arcillosos
compactos no se recomienda el riego por aspersión.
Disponibilidad de agua
La cantidad de agua disponible, en términos de caudal, tiempo e intervalo de
entregas, puede ser un factor determinante en el método de riego a utilizar. La
disponibilidad de un caudal elevado, en un tiempo reducido y con grandes
intervalos de entrega, permite el empleo del riego por inundación (melgas, pozas,
desbordamiento). Cuando el caudal disponible es escaso, por períodos largos de
tiempo y entregas frecuentes, es posible regar eficientemente por surcos. Si el
caudal es muy escaso y de entrega continua, será preferible utilizar el riego
presurizado para aumentar la eficiencia.
Costos
Si el agua es cara, debido a las obras generales del sistema de riego, obliga un
uso eficiente del agua y lo recomendable será regar por métodos tecnificados.
Contrariamente, si el agua es barata no existirá mayor interés por una tecnificación
del riego; aun cuando la experiencia ha demostrado que el riego tecnificado
resulta finalmente ser más rentable. Los costos de implementación y operación a
nivel predial, también inciden en la selección del método de riego. Así, por
ejemplo, terrenos nivelados y con una adecuada red de distribución del agua,
permitirán el manejo de grandes volúmenes de agua como el caso del riego por
inundación.
Otros criterios
Existen otros factores que pueden determinar la conveniencia o no de un método
de riego en particular. Así, por ejemplo. sitios que estén afectados por alta
velocidad del viento, el riego por aspersión estaría descartado; ya que bajo tales
condiciones la eficiencia de aplicación resultaría muy baja. Otro factor de gran
importancia en la selección del método de riego son los conocimientos,
habilidades y destrezas del agricultor para manejar el riego. Si éstas condiciones
son favorables entonces será posible introducir el riego tecnificado (aspersión,
microaspersión, goteo); caso contrario habrá que pensar en el mejoramiento de
las técnicas de riego tradicionales.

1.5. Programación de los riegos.

La programación del riego es una metodología que permite determinar el nivel


óptimo de riego a aplicar a los cultivos. Esta consiste en establecer la frecuencia
(¿Cuándo regar?) y tiempo de riego (¿Cuánto regar?) de acuerdo a las
condiciones edafoclimáticas del predio. Una apropiada programación del riego
permite optimizar el uso del agua y maximizar la producción y calidad de los
productos agrícolas.
La importancia de la programación de los riegos
La programación del riego tiene como objeto central el que se tomen decisiones
orientadas a determinar las cantidades de agua por aplicar y las fechas de
aplicación de cada riego con la intención de minimizar deficiencias o excesos de
humedad en el suelo que pudieran causar efectos adversos sobre el crecimiento,
rendimiento y calidad de los cultivos. Con una adecuada programación del riego
se puede lograr un importante ahorro en el agua, se disminuyen costos por ahorro
de energía y mano de obra, se minimiza estrés hídrico y maximizan rendimientos,
así como la calidad, rentabilidad e ingresos.
Cómo se realiza la programación de los riegos
Para la programación de los riegos se pueden seguir dos métodos distintos:
1. Los que se basan en la medición y monitoreo, en el suelo o las plantas, de la
evapotranspiración y de algunas variables relacionadas con la demanda hídrica
del cultivo.
2. Los que se basan en el balance de la humedad en el suelo.
Los métodos del primer tipo se apoyan en el
uso de sensores para medir variables como
el contenido de humedad, tensión de
humedad y resistencia eléctrica del suelo, o
bien, temperatura del follaje. Por su parte, el
método del balance de la humedad en el
suelo se basa en la estimación de las
entradas y salidas de agua en el perfil del
suelo ocupado por las raíces del cultivo.
Bibliografía

http://www.fao.org/WorldFoodSummit/sideevents/papers/Y6899S.htm#:~:text=El
%20agua%20es%20esencial%20para,producci%C3%B3n%20que%20elevan
%20los%20rendimientos.
https://fandelagua.com/el-agua-en-la-agricultura/
https://coin.fao.org/coin-static/cms/media/6/12859485096620/23.grullo-
la_agric_de_riego_en_mxico_27ago10.pdf
http://bosques.ciren.cl/bitstream/handle/123456789/9924/CNR-0287.pdf?
sequence=1&isAllowed=y#:~:text=La%20programaci%C3%B3n%20del%20riego
%20es,las%20condiciones%20edafoclim%C3%A1ticas%20del%20predio.
Existen diferentes sistemas de riego en la agricultura | Servicio Nacional de
Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria | Gobierno | gob.mx (www.gob.mx)
https://www.traxco.es/blog/noticias-agricolas/historia-ancestral-del-riego

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