La Dinamica de Los Pequeos Grupos en El Aula
La Dinamica de Los Pequeos Grupos en El Aula
La Dinamica de Los Pequeos Grupos en El Aula
Joan Bonals
Por una parte disponemos, ahora más que nunca, de un marco teórico
prometedor y lleno de posibilidades, que nos muestra, en su inagotable
caleidoscopio, cómo hacer posible, en un futuro no muy lejano, el trabajo en
pequeños grupos en las aulas y las relaciones de cooperación entre el
alumnado –y no sólo entre el alumnado, sino también entre todos los
implicados en la educación–. Tenemos a nuestro alcance los conocimientos y
técnicas necesarios para introducir en los centros la cooperación como forma
de ser predominante entre todos los que estamos implicados. El marco legal,
de manera explícita lo posibilita. En los centros también tenemos posibilidades
de aproximamos a los conocimientos y procedimientos necesarios para hacer
realidad un trabajo que enfatice la cooperación, de optar por unas actitudes
bien predispuestas hacia la manera de ser que esto supone, de entender la
cooperación como un valor y de instalar las normas que más la favorezca
En lo que se refiere a lo que da, entendemos que cada uno debe favorecer:
En lo que se refiere a lo que se recibe o lo que se apropia, cada uno debe ser
capaz de resolverlo satisfactoriamente:
Querríamos que este texto ayudara a la formación de personas –en este caso
alumnos y alumnas– que sepan estar y trabajar en grupo, que sea una
aportación a la difícil tarea de compatibilizar los deseos personales con los de
los demás, y que facilitara la práctica del trabajo en grupo en las aulas, como
vía para el enriquecimiento del alumnado en los ámbitos cognitivo, afectivo, y
relacional.
Tan importantes como las habilidades sociales, son las actitudes de procurar
por los demás, y la consideración de este «procurar por» como un valor en sí.
Pensamos que el trabajo en grupo es una de las situaciones más adecuadas
para trabajar la disposición del alumnado a ayudarse mutuamente en sus
aprendizajes y, en general, en todas aquellas necesidades e intenciones que
se dan en la vida en grupo. Así mismo, consideramos que se trata de
predisponerlos a cooperar para llegar a fines comunes. Podemos poner como
valor la cooperación y la buena disposición de mostrarse a favor de las
intenciones y necesidades de los demás.
Por último, podríamos añadir, todavía, que esta manera de trabajar predispone
a una vida más cooperativa e integradora de la diversidad, porque ponemos al
alumnado en situación de máxima diversidad, y cada uno se da cuenta de que
puede aprender junto con los demás compañeros de ritmos y niveles no
coincidentes. Esto afecta no sólo al alumnado, sino a todas las personas que
directa o indirectamente nos relacionamos con el mundo de la educación. Al
mismo tiempo, desplaza el peso del individualismo o las relaciones
competitivas a aquéllas en las que domina la cooperación.
Función socializadora
Estas dificultades se dan en. un contexto que, muchas veces, no favorece nada
que el profesorado incorpore esta manera de trabajar: el contexto es poco
adecuado en la medida en que los docentes sienten una presión excesiva por
los niveles de los alumnos y alumnas, han de dar respuesta a encargos que
viven como formalidades burocráticas que no les servirán, quedan
desbordados por el trabajo o les faltan los recursos materiales o personales
para posibilitar el ejercicio de la profesión de una manera razonablemente
tranquila. Desde nuestra experiencia práctica hemos podido comprobar que
estas condiciones tienen una gran importancia en el momento de facilitar o
dificultar el trabajo en pequeños grupos en el aula.
En primer lugar porque pueden ayudarse entre ellos: pueden aprender mucho
si cogen el hábito de fijarse cómo trabajan los demás, preguntarse lo que no
entienden y explicar a los compañeros lo que los otros no saben, no saben
hacer o no saber ser, Al mismo tiempo, es una situación idónea para conocerse
mejor a sí mismo, sus habilidades y capacidades, para tomar conciencia de
qué conocimientos tienen que ir adquiriendo o desarrollando y para aceptar sus
diferencias. Pero también es importante porque se vuelven más capaces de
participar y de dejar participar, ayudarse, y adquirir muchas de las habilidades
que los hacen sentirse bien en grupo. Aprenden, también, a responsabilizarse
individualmente, a valorar el trabajo en grupo y a estar predispuestos a llevarlo
a cabo. Se lo pasan muy bien en clase, porque trabajar en pequeños grupos
los suele motivar mucho más. Y, finalmente, aprenden a resolver trabajos en
grupo, habilidad que bien seguro necesitarán toda la vida.
Se tendrá que informar sobre la previsión de los espacios que dedicarán a esta
modalidad de trabajo: en qué materias, qué tipos de actividades, qué
periodicidad, etc.