Informe 3
Informe 3
Informe 3
La designación
del tribunal ante quien se entabla; 2. El nombre, domicilio y profesión u oficio del demandante
y de las personas que lo representen, y la naturaleza de la representación; 3. El nombre,
domicilio y profesión u oficio del demandado; 4. La exposición clara de los hechos y
fundamentos de derecho en que se apoya; y 5. La enunciación precisa y clara, consignada en la
conclusión de las peticiones que se sometan al fallo del tribunal. Los documentos
acompañados a la demanda deberán impugnarse dentro del término de emplazamiento,
cualquiera sea su naturaleza. Puede el juez de oficio no dar curso a la demanda que no
contenga las indicaciones ordenadas en los tres primeros números, expresando el defecto de
que adolece.
Renuncia de responsabilidad
El sistema legal estadounidense incluye dos tipos de causas muy distintas: las civiles y las
penales. Las causas penales involucran actos que son considerados como dañinos para la
sociedad en su conjunto y, en consecuencia, son considerados ofensas en contra del Estado o
la jurisdicción del organismo persecutor. Por otro lado, las causas civiles generalmente
involucran conflictos entre particulares con respecto a los deberes y responsabilidades legales
entre ellos. Si bien el derecho penal y el derecho civil son diferentes, hay algo de superposición
entre ambas materias. Es importante entender las diferencias y similitudes, que están
resumidas en las siguientes secciones.
Las Diferencias Clave Entre una Causa Penal y una Causa Civil
Aquí mencionamos algunas de las diferencias clave entre una causa penal y una causa civil:
3. Prueba. El grado de prueba también difiere en gran medida entre una causa penal y
una civil. En general, los delitos deben probarse “más allá de toda duda razonable”,
mientras que las causas civiles se comprueban mediante grados de prueba menos
estrictos, tales como “la preponderancia de la prueba” (que básicamente significa que
es más probable que haya ocurrido de determinada manera que de otra). Los distintos
grados existen debido a que la responsabilidad civil se considera menos reprochable y
debido a que las sanciones son menos graves.
4. Jurado. Las causas penales casi siempre permiten un juicio por jurado. Las causas
civiles permiten jurados en algunos casos, pero muchas causas civiles serán juzgadas
por un juez.
En general, debido a que las causas penales tienen mayores consecuencias (la posibilidad de ir
a prisión e incluso la muerte), las causas penales ofrecen más protecciones y son más difíciles
de probar.
Si bien las causas civiles y penales se tratan de manera muy distinta, muchas personas no
entienden que la misma conducta puede generar una responsabilidad penal y civil al mismo
tiempo. Quizás uno de los ejemplos más famosos de esto es el juicio a OJ Simpson. La misma
conducta provocó un juicio por homicidio (penal) y un juicio por homicidio culposo (civil). En
parte debido a los distintos grados de prueba, no hubo suficiente evidencia para que el jurado
determinara que OJ Simpson era culpable “más allá de toda duda razonable” en la causa penal
por homicidio. Sin embargo, en el juicio civil, el jurado determinó que la evidencia era
suficiente como para llegar a la conclusión, mediante una “preponderancia de la evidencia”, de
que OJ Simpson había provocado la muerte de su esposa de manera culposa.
Civil
Penal
En un caso civil, la persona inicia una demanda contra alguien para recibir una indemnización,
normalmente daños económicos. Mientras que; en los casos penales, el estado inicia la acción
(llamada acusación) contra la persona que se cree violó la ley penal.
El castigo en un caso penal puede ser menor como una pequeña multa o grave como tiempo
en prisión o incluso la muerte (dependiendo el estado).
Tanto en los tribunales civiles como en los penales, la persona acusada de cometer un delito se
denomina “acusado.”
Cuando se lo acusa de un delito, hay mucho en juego. Necesitará un buen abogado
especializado en derecho penal que proteja sus derechos, ya que este está familiarizado con
los caminos del funcionamiento del sistema.
Ser acusado bajo la ley penal es un tema serio y tener un abogado defensor exclusivo puede
hacer una enorme diferencia en los resultados.
El procedimiento penal varía según la jurisdicción (la autoridad de administrar justicia, como es
la federal o la estatal) en la que la persona es acusada.
Un caso penal generalmente se inicia cuando el fiscal presenta una demanda penal o una
acusación formal ante el jurado de acusación.
Una vez presentados los cargos, los casos suelen continuar de forma similar.
En términos generales, la gente puede esperar que los casos procedan de la siguiente manera:
Se emite el veredicto.
Si el acusado es condenado, se determinan las penas de acuerdo con las pautas para el
establecimiento de las penas a discreción del juez.
Las penas pueden ser tiempo en prisión, multas, libertad condicional, tratamiento o algún tipo
de castigo o programa.
Un proceso penal es todo aquel conjunto de actuaciones que se ejecutan por parte de un
órgano judicial y el resto de intervinientes según los momentos y los métodos regulados
legalmente, cuyo fin es la función sancionadora del Estado. Esta se desarrollará si las acciones
u omisiones enjuiciadas se consideran constitutivas de delito o de delito leve.
Esto implica que el objetivo básico del proceso penal es constatar si efectivamente se ha
producido un delito, la identificación del criminal o delincuente, su grado de responsabilidad
en la comisión del tipo penal, la imposición de la pena o de la medida de seguridad
correspondiente y asegurar la ejecución y el cumplimiento del castigo. Una vez iniciado el
procedimiento penal, este puede ser de diferentes tipos. Podría tratarse de un juicio rápido, un
procedimiento abreviado o un sumario ordinario, entre otros. Además, se ha de tener en
cuenta que en el procedimiento penal español se diferencian dos fases: la instrucción o el
sumario, que consiste en la parte de investigación, y el juicio oral. No obstante, antes de todo
esto tenemos que abrir este cauce jurídico. ¿Pero qué formas de iniciar un proceso penal
existen? Te lo explicamos a continuación.
Tanto la denuncia como la querella forman parte de los métodos para iniciar el proceso
judicial. A través de su interposición, se investigan los hechos. Y, en su caso, se procede a la
depuración de las responsabilidades penales.
La denuncia y sus mecanismos legales se regulan en los artículos 259 a 269 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal, en el Título I del Libro II. En su virtud, quedan obligados a poner
inmediatamente en conocimiento de instrucción o el funcionario fiscal más próximo aquellos
que presencien la perpetración de cualquier delito público. Ante este precepto existen varias
excepciones. Es el caso de los menores de edad, los incapaces, el cónyuge del delincuente y
todos aquellos trabajadores que conozcan los secretos de sus clientes en el ejercicio de su
profesión. Un buen ejemplo de esto son los abogados penales, procuradores, eclesiásticos y
ministros de cultos.
El inicio del proceso penal a través de la querella
Por otro lado, la querella se encuentra regulada a continuación en la misma ley, de los artículos
270 a 281. Según indican sus preceptos, todos los ciudadanos españoles, hayan sido ofendidos
o no por el delito en cuestión, pueden querellarse. La principal distinción con la denuncia
consiste en que con la querella la persona manifiesta su voluntad de ser parte en el
proceso. Es decir, a diferencia de la denuncia, en la querella el sujeto interviene
personalmente como parte acusadora en el desarrollo del proceso penal. De esta forma, el
querellante solicita al juez las diligencias que estime oportunas para la correcta investigación
del caso. Asimismo, la querella se ha de interponer ante el juez de instrucción competente. Se
requiere la intervención de abogado y procurador (recuerda que ponemos a tu disposición un
enorme listado de expertos en derecho penal) y se presenta por escrito, donde deben constar
los siguientes datos:
Los datos del querellado o toda la información que se pueda aportar al respecto.
La relación del hecho punible, así como el lugar y el momento de la comisión del
delito, si se conocieran.
Las diligencias que se estiman oportunas para realizar la comprobación del hecho.
Aunque la ejecución del delito se puede denunciar ante el Ministerio Fiscal, el tribunal que
corresponda o ante el juez de paz o instrucción, lo más habitual es acudir a una comisaría de
policía. La persona que haya presenciado la comisión del delito solo ha de ponerlo en
conocimiento de la autoridad competente. Esto implica que no queda obligado a probar los
hechos ni a formalizar una querella. Por otro lado, la denuncia se puede presentar de forma
oral o escrita. Si el hecho constituye un delito, una vez formalizada la denuncia, se ha de
investigar por parte del juez o del funcionario.
Otra de las formas de iniciar un proceso penal más habituales es el atestado policial. Este
aparece regulado en los artículos 292 y siguientes de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. A
través del atestado, la policía judicial ejecuta un conjunto de prácticas cuyo fin es averiguar y
comprobar si efectivamente se ha perpetrado un hecho delictivo. Al mismo tiempo, han de
descubrir e identificar a los posibles culpables. La policía judicial extenderá en papel sellado o
común una relación de las diligencias que se practiquen. Aquí se debe expresar con la mayor
exactitud posible los hechos averiguados, además de las declaraciones, informes y
anotaciones pertinentes.
Este atestado se firma por quienes lo hayan escrito. También se invita a que lo hagan las
personas presentes, los peritos y testigos que hubieren intervenido en las diligencias
relacionadas. Por su parte, las manifestaciones realizadas por parte de los funcionarios de la
policía judicial se consideran denuncias a efectos fiscales, a consecuencia de las
investigaciones que se hubiesen practicado.
Entre las formas de iniciar un proceso penal, el inicio de oficio es la menos frecuente. A través
de esta figura es el juez el que decreta la incoación del proceso. Esto se produce por su
conocimiento personal de la comisión de un delito. Suele suceder por estos casos:
En estos casos el juez pone en conocimiento del fiscal el inicio del proceso penal y se inicia la
fase de investigación. Como regla habitual, la práctica de estas diligencias será ordenada de
oficio por el juez de instrucción del caso. Sin embargo, las partes personadas en el proceso y el
propio Ministerio Fiscal pueden solicitar que se realicen pruebas y comprobaciones que se
estimen oportunas en el caso concreto.