Resumen Segundo Parcial Grupo Pareja y Flia
Resumen Segundo Parcial Grupo Pareja y Flia
Resumen Segundo Parcial Grupo Pareja y Flia
UNIDAD 8
A partir de la institución de los primeros dispositivos grupales, puede observarse que a lo largo de los
últimos 50 años se implementaron formas de trabajo muy diversas. En el campo de la clínica se
multiplicaron diferentes dispositivos de pequeño grupo con fines psicoterapéuticos, apoyados en
distintos referentes teóricos.
Los múltiples campos de intervención instituidos, las variadas técnicas implementadas, la enunciación
de discursos teóricos de diverso origen dibujaron un cierto recorte disciplinario; sin embargo, no
puede considerarse - hasta el presente- que sea pertinente hablar de un cuerpo teórico sistemático
de lo grupal.
Existen líneas problemáticas en el campo de lo grupal, para lo cual se propone trabajarlas con un
criterio de elucidación crítica:
Elucidar es una labor propositiva, una exploración acerca de… inacabada, sujeta a revisiones y
ajustes provisorios, aunque no por eso menos rigurosos. La tarea central es una actividad de-
constructiva (hechos que deberán ser deshechos, para entender su irradiada composición).
Ideas que otorgan instrumentos básicos para pensar una teoría de lo grupal:
.Las diferentes teorías sobre lo grupal no solo producciones discursivas, son por el contrario, el
resultado de una serie de factores articulados.
.una indagación que se propone crítica lejos estará de buscar acuerdos o desacuerdos con los
autores abordados. Desplegará sus reflexiones en los pliegues de visibilidades y enunciados.
Un trabajo de elucidación crítica abre la posibilidad de focalizar entre los cursos y recursos de los
grupos, de aquellas áreas de visibilidad sobre los acontecimientos grupales que determinados
dispositivos grupales han posibilitado y cuales han quedado necesariamente invisibles.
Necesariamente se deben buscar criterios de lectura que se aparten del texto-verdad, es decir, se
distancien del supuesto por el cual la práctica de lectura es un acto de revelación.
Estos momentos, más que indicar un sentido cronológico, expresan ciertas formas características de
pensar las legalidades grupales. Si bien es posible delimitarlos con cierta claridad, frecuentemente se
pueden encontrar rasgos de un momento epistémico en los siguientes.
Los autores o corrientes que se analizan en cada uno de ellos no son excluyentes –
1) Pensar al grupo como un todo el todo es más que la suma de las partes. Existe un plus
irreductible a la suma de sus integrantes. La nueva tecnología es el Dispositivo Grupal y el
nuevo técnico es el Coordinador de Grupos. El grupo en tanto todo, es más que la suma de las
partes. Tal plus grupal hace de los grupos espacios tácitos con los que se intentará dar
respuesta a múltiples problemas que el avance de la modernidad despliega. Este es fácil de
poner en evidencia pero se vuelve difícil producir enunciados teóricos que den cuenta de él y
del orden de legalidades que lo sostienen.
2) Búsqueda de organizaciones grupales intentos que buscan dar cuenta de las instancias
de determinación que hacen posibles los movimientos grupales que habían cobrado visibilidad
en los dispositivos que se instituían por doquier. El psicoanálisis hace aquí aportes
insustituibles, tanto en el plano teórico como en el diseño y difusión de dispositivos grupales
en el área de la clínica psicoterapéutica. También Pichón Riviere hace sus aportes en el área
de educación, salud, intervenciones comunitarias, etc.
3) Dificultades problemáticas que presentan las disciplinas de objeto discreto para abordar
ciertas realidades disciplinarias sin caer en algún reduccionismo (psicologismo, sociologismo,
psicoanalismo)
El campo grupal, en la búsqueda de su legitimidad, se despliega hoy en la compleja labor de
desmontar dos ficciones siempre recurrentes: la ficción del individuo, que impide pensar en cualquier
plus grupal y la ficción del grupo como intencionalidad que permite imaginar que el plus grupal
radicaría en que ese colectivo –como unidad- posee intenciones, deseos o sentimientos.
El análisis crítico de tales ficciones implica un cambio de paradigma y una profunda revisión de las
prácticas grupales instituidas.
Tiempo de entreguerras
Las primeras formulaciones de Freud sobre la psique de grupo y sobre la ps. de las masas
proporcionarán las bases teóricas para introducir a algunos psicoanalistas en el camino de la
aplicación terapéutica de tales propuestas.
Salvson (1934) fue uno de los primeros que puso en marcha un tratamiento de niños y adolescentes
por procedimiento de grupo. Su objetivo era lograr que, en un clima permisivo, y bajo la presencia de
un terapeuta neutro, los niños establecieran buenas relaciones entre ellos. El modelo subyacente es
el del funcionalismo de la Ego Psychology. El grupo, organizado para restaurar y consolidar esas
funciones integrativas del yo, mejora el control de las pulsiones, asegura la catarsis de los conflictos,
refuerza la adaptacion a la realidad y desarrolla las capacidades de sublimacion. Desde esta
perspectiva, la interpretacion psicoanalitica se remite casi siempre al individuo y raramente al grupo:
este no tiene vida propia y no es objeto de una teorización especifica.
Los trabajos y las experiencias de estos precursores otorgan al grupo una importancia funcional para
la terapia individual. Habrá que esperar al comienzo de la decada de 1940 para que el dispositivo de
grupo sea pensado como entidad específica.
En 1940, pocas semanas de la muerte de Freud, meses despues de comenzar la Segunda GM, Bion y
Foulkes ponen en marcha un dispositivo de grupo al que instituyen según el modelo de la cura: a
partir de esta nueva situacion psicoanalitica fundan las bases de una teoria de grupos.
Bion (1961) desarrolló un vigoroso modelo teórico dirigido a explicar las formaciones y los procesos
de la vida psiquica de los grupos. Distingue dos modalidades del funcionamiento psiquico en los
pequeños grupos: el grupo de trabajo, donde predominan las exigencias de los procesos secundarios
que originan la representacion del objeto y del objetivo del grupo, la organización de su tarea y de
los sistemas de comunicación requeridos para su realización. Y el grupo básico, donde predominan
los procesos primarios bajo la forma de supuestos básicos en tensión con el grupo de trabajo. El
pasaje del grupo básico al grupo de trabajo se efectúasegún una oscilación que no implica una
dialéctica de superación.
Bion elaboró el concepto de supuesto basico para designar los diferentes contenidos posibles de la
mentalidad de grupo. Estan constituidos por emociones intensas de origen primitivo, que cumplen
un papel determinante en la organización de un grupo, en la realizacion de su tarea y en la
satisfaccion de las necesidades y deseos de sus miembros. Los supuestos basicos son tambien
reacciones grupales defensivas contra las angustias psicóticas reactivadas por la regresión impuesta
al individuo en la situacion de grupo.
La corriente del Group-analysis fue instituida por Foulkes, Rickman y Ezriel, sobre bases teóricas y
metodologicas diferentes a las de Bion. En sentido amplio, el grupoanálisis es un método de
investigacion de las formaciones y de los procesos psíquicos que se desarrollan en un grupo. En un
sentido más restringido, el grupoanálisis es una técnica de psicoterapia psicoanalítica de grupo.
El psicoanalisis en su conjunto está atravesado por los aportes de Pichon Riviere y J.Bleger: su
contribución especifica es haber intentado una articulación consistente entre el espacio psíquico
individual y el espacio psiquico del grupo y de las instituciones.
Pichon Riviere postula una psicología social cuyo objeto de estudio es el desarrollo y la
transformacion de una relación dialéctica entre la estrcutura social y la configuracion del mundo
interno del sujeto, relacion que es abordada a traves de la nocion de vinculo. Propone una teoria del
sujeto en el cual este no es solo un sujeto de relacion sino tambien un sujeto producido en una
praxis: resultante de la interaccion entre individuo, grupos y clases.
La experiencia hospitalaria lleva a Pichon Riviere a inventar lo que el llamará grupos operativos.
Propone en 1958 la nocion de esquema conceptual referencial y operativo. El esquema conceptual es
un grupo organizado de conceptos generales acerca de las condiciones en las que los fenomenos
empíricos aparecen y se asocian entre sí; el esquema es referencial en la medida en que se remite al
campo (o al hecho concreto) sobre el que se reflexiona y opera, a los conocimientos sobre cuya base
se reflexiona y opera; el esquema es operativo en la medida en que manifiesta la adecuacion del
pensamiento y del enunciado a su objeto, siendo esta operatividad fuente de descubrimiento. Pichon
Riviere desarrollará las aplicaciones de este modelo en diversos dominios: grupos familiares y de
aprendizaje, teoria del vinuclo, teoria de los grupos internos, teoria de la comunicación.
Uno de los aportes fundamentales de J. Bleger a la teoria psicoanalitica del grupo es la distincion
entre dos niveles o modalidades de sociabilidad: la sociabilidad sincrética y la sociabilidad por
interacción. La noción de sincretismo , central en la teoria de Bleger, define un estado de no-
discriminación que compone la realidad psiquica del individuo, de todo grupo y de toda institucion. En
el individuo ese estado está constituido por partes del yo sincrético depositadas en un continente. En
cuanto a la sociabilidad por interacción implica una relacion de objeto interna, una diferenciacion en
el espacio psíquico y en el espacio intersubjetivo.
Las hipotesis que organizan los trabajos de los psicoanalistas franceses sobre el grupo a mediados de
los 60 pueden resumirse en:
1) El pequeño grupo como objeto. Pontalis resitituyó al grupo su valor de objeto psíquico para
sus sujetos. El grupo es considerado ante todo como un objeto de investiduras pulsionales y
de representaciones inconscientes.
2) El grupo como realización de los deseos inconscientes. El grupo es como el sueño, el medio y
el lugar de la realizacion imaginaria de los deseos incnscientes infantiles. Es un escenario de
proyección de las tópicas internas
3) El acoplamiento grupal de las psiques. El grupo es la sede de una realidad psiquica propia.
Esta realidad especifica es producida, contenida, transformada y administrada por lo que él
llamo aparato psiquico grupal, en el principio del cual actúan organizadores inconscientes
descriptos como grupos internos.
El modelo de acomplamiento psiquico grupal se centra en las articulaciones entre el sujeto y el
grupo, precisamente en los anudamientos de los efectos de grupo con los efectos del inconsciente.
UNIDAD 9
El concepto de FANTASIA ocupa un lugar relevante desde el punto de vista de la comprensión de las
representaciones psíquicas y de la organización de los procesos grupales. Todos los autores
consideran a la fantasía como uno de los factores del imaginario grupal, sin embargo pueden tener
entre los autores diferencias conceptuales, que van desde la concepción de la existencia de una
fantasía inconsciente grupal, hasta la hipótesis del papel de la fantasía como organizador del grupo.
DEFINICION
Para Laplanche y Pontalis (1967), la fantasía constituye “una escenificación imaginaria, en la que se
halla presente el sujeto y que representa, en forma más o menos deformada por los procesos
defensivos, la realización de un deseo y en última instancia de un deseo inconsciente”. La vida de
una persona aparece modelada o estructurada por una determinada fantasmática. Esta fantasmática
básica constituye lo que se denomina realidad psíquica, diferente a la realidad material y de los
pensamientos de mediación. Esta fantasmática básica tiene un papel importante en la estabilidad y
organización de la vida psíquica.
Las fantasías pueden ser conscientes o inconscientes. Los ensueños diurnos, ciertas imaginaciones
perversas o delirantes, constituyen fantasías conscientes o preconscientes.
El desarrollo del sujeto se produce a lo largo de una relación de oposición entre las exigencias del
mundo externo y las del mundo interno. La fantasía es una de las formas de organización de la vida
psíquica en la que predomina el principio de placer, la tendencia a la satisfacción ilusoria del deseo
inconsciente, aunque la presencia de mecanismos de defensa promovidos por el principio de realidad,
evidencia la necesidad de realizar transacciones.
CARACTERISTICAS DE LA FANTASIA
En el sueño, la fantasía constituye el verdadero núcleo, sobre la cual se produce una elaboración
secundaria.
Como puede observarse, las fantasías inconscientes incluyen dos grupos diferentes. Las más
cercanas al polo fusional, las fantasías originarias no han sido nunca conscientes ni reprimidas
por efecto de la censura. Estas constituyen una pertenencia colectiva, transindividual, tienen que
ver con situaciones presentes en todos los seres humanos y no están condicionadas por la historia
personal. No todo lo transindividual corresponde a lo originario, pero en cambio, todo lo
imaginario es transindividual.
Las fantasías secundarias inconscientes, están definidas desde la historia individual. Surgen
a partir de la represión secundaria, por efecto de la censura. Tienen en común con las fantasías
originarias la cualidad de inconscientes y con las conscientes preconscientes, el hecho de estar
determinadas por la historia personal, y el tener al sujeto como protagonista.
El deseo de perpetuar el placer está vinculado a una situación en aquel objeto que da placer.
Desde la subjetividad no hay diferenciación yo no yo, porque concierne al periodo simbiótico o
fusional del desarrollo.
El deseo tiene así su origen y modelo en la satisfacción alucinatoria producida luego de la primera
falta, y el primer deseo, por lo tanto, está ligado a la carga alucinatoria del recuerdo del placer
producido por la satisfacción de la necesidad.
Las características de estas fantasías primitivas o protofantasías son las de un esquema básico
anterior a la experiencia de individuación, y por lo tanto común a todos los sujetos. Se lo puede
pensar como un modelo universal, que marca el comienzo de la experiencia de individuación.
Según Laplanche y Pontalis, las fantasías originarias son estructuras fantasmáticas típicas (vida
intrauterina, escena primaria, castración, seducción), que el psicoanálisis reconoce como
organizadoras de las fantasías.
Estas fantasías se constituyen en el preciso momento de la represión primaria; son parte del
inconsciente no reprimido, se trata de esquemas previos a la experiencia de individuación.
Constituyen una formación del inconsciente de cada sujeto, pero son simultáneamente
universales. Son fantasías mixtas: individuales y colectivas-
Freud planteaba, que habría existido en la historia infantil una escena real de seducción del niño
por parte del adulto. Seducción sexual-pre sexual, no traumática en ese momento, que es re
significada en la adolescencia, en ocasión de una u otra escena real, de carácter sexual, que
otorgaría a la primera, en aprés-coup, un carácter traumático. Luego ubica estas fantasías dentro
de lo filogenético. Para Freud, las protofantasias serían recuerdos o esquemas de recuerdos
heredados filogenéticamente.
Los autores, piensan que las fantasías originarias son adquisiciones de la especie humana en
tanto esquemas de desarrollo que predisponen a aquellas tareas psíquicas básicas que todos los
seres humanos tenemos que resolver en el momento del nacimiento.
Existe una cierta confusión entre protofantasias y fantasías de los orígenes. Estas últimas
pretenden dar respuesta o solución a enigmas que se le presentan al niño en relación a los
orígenes. En cuanto su contenido, se trata de temas universales: la escena primaria en relación al
origen del sujeto, la seducción en relación a la sexualidad y la castración en relación a la
diferencia sexual anatómica. Por eso han sido también llamadas teorías sexuales infantiles.
Ambas, son transindividual, aunque en cada sujeto están sostenidas por su fantasmática
secundaria.
Nos interesa destacar el hecho de que para la construcción de la fantasía de los orígenes, es
necesario contar con un sistema ideativo con cierto grado de desarrollo, que construye o se
apropia de sistemas de creencias aportados por la cultura.
La denominación de teorías alude al aspecto argumental, ideativo de las fantasías. Los sistemas
de creencias, provienen del orden histórico social, del ya dicho socio-cultural, lo que permite que
sean transinviduales. Por otra parte, la construcción de la escena imaginarizada es siempre
individual, y requiere la participación del aparato perceptivo.
Las fantasías de origen, como respuesta a los enigmas infantiles, requieren entonces un cierto
acceso al orden simbólico. Están apoyadas en las protofantasias o fantasías originarias.
Alaugnier, ubica a la representación fantaseada en una segunda etapa del desarrollo del aparato
psíquico, posterior a la etapa que denomina originaria, y en la cual la actividad de representación
está caracterizada por el pictograma. Describe tres modos de funcionamiento. El pictograma
característico de lo originario, la fantasía característica de lo primario y la actividad ideativa,
propia de lo secundario.
La producción fantaseada, es, en cambio, una puesta en escena en la que existe una
representación de dos espacios, pero estos dos espacios, están sometidos al poder omnímodo del
deseo de uno solo.
FANTASIAS SECUNDARIAS
Como señalamos previamente, existe un continuum entre las fantasías originarias y las
secundarias. Este continuum determina que si analizamos el contenido de cualquier fantasía
secundaria compleja podemos llegar, por reducción, a encontrar una fantasía originaria. Pero si
nuestro interés incluye el reconocimiento de lo subjetivo individual, esta reducción solo da cuenta
de una parcialidad, y no abre el acceso al reconocimiento de lo particular y diferente de cada
sujeto.
La fantasía tiene un argumento, un guion que le otorga significado. Para que la fantasía tenga
poder estructurante no basta con que sea una escena tiene que haber una determinada
significación que le dará su peso y su importancia en la historia del sujeto.
El sujeto intenta realizar el guíon imaginario de sus fantasías en su conducta, en sus síntomas, en
sus sueños nocturnos. Las posiciones que hace que ocupen los otros y el mismo son permutables.
Cada personaje del guion resulta de una o varias identificaciones con personajes reales
importantes del entorno y de una o varias figuraciones de procesos psíquicos internos que se
encuentran así personificados.
Es de destacar entonces el papel del otro y del vínculo en la significación de la fantasía. Todo
encuentro vivido como intenso por dos o más seres humanos, despierta, moviliza y activa en ellos
sus fantasías conscientes e inconscientes. Vinculo y fantasía constituyen una unidad cuya
relevancia para el psiquismo trasciende entonces lo genético, reactualizándose permanentemente.
Susana Isaacs, sostiene que las fantasías constituyen el contenido primario de los procesos
mentales inconscientes. Son representantes psíquicos de instintos libidinales y destructivos y,
simultáneamente, se elaboran también desde el comienzo del desarrollo como defensas y como
realizaciones de deseos y contenidos de ansiedad.
Esta autora define a la fantasía como el vínculo activo entre instinto y mecanismo del yo. El
instinto es un proceso psicosomático limítrofe que tiene un fin corporal dirigido a objetos
externos. Y los mecanismos del yo son términos abstractos que definen métodos fundamentales
de funcionamiento de la vida mental, tales como la proyección y la introyección.
Por lo tanto, la fantasía es el vínculo entre el impulso del ellos y el mecanismo del yo por cual
uno se transmuta en el otro.
Al ser, en primer lugar, representantes psíquicos de los instintos, las fantasías se elaboran y
expresan a través de la experiencia. Las fantasías inconscientes, para Klein, ejercen una influencia
continua durante toda la vida, en todas las personas, marcándose las diferencias individuales y los
diferentes tipos de estructuración psicopatológica posible, por el carácter específico de las
fantasías dominantes, por le deseo o ansiedad asociados a ellas, y por su interrelación mutua y
con la realidad externa.
FANTASIA Y GRUPO
Así como la fantasía juega un papel estructurante desde el punto de vista del psiquismo
individual, en el proceso grupal constituye uno de los principales organizadores de los aspectos
imaginarios del grupo, los que inciden en la manera como este aborda su tarea manifiesta.
Es necesario tener en cuenta que el grupo presenta un doble aspecto: constituye un espacio de
posibilidades progresivas para los individuos que lo componen y para el grupo mismo en cuanto al
proyecto o tarea que se propone, al tiempo que favorece la aparición de fenómenos regresivos en
los que se activan deseos, angustias y mecanismos defensivos primarios. En los primeros
momentos del grupo, de vive una situación equivalente a las primeras angustias infantiles:
angustia de no encontrar un lugar de reconocimiento en su vínculo con los otros, necesidad y
temor de no ser tomados en cuenta en el deseo del otro, reactivándose las vivencias básicas de
indefensión presentes en el psiquismo. Esto conforma lo que en el proceso grupal denominamos
angustia de no asignación.
Superpuestas a las fantasías originarias, y en correlato con ellas, en el grupo están presentes las
fantasías de los orígenes también transindividual por contenido y equivalentes en función y
estructura.
De acuerdo al tipo de grupo que se trate y al momento evolutivo, tienen predominancia uno u
otro tipo de escenificación fantasmática. Las condiciones del funcionamiento grupal, favorecen la
perdida de los aspectos más discriminados de la identidad personal, en favor de los aspectos más
indiscriminados, más fusiónales.
Así, en momentos regresivos, en los que se presentan las angustias más primarias de indefensión,
de desamparo, de aniquilamiento, son las fantasías originarias y las de los orígenes, en las que se
pueden descubrir deseos fusiónales y defensas muy primitivas, las que organizan el proceso
grupal.
El despliegue de estas fantasías en la situación grupal evidencia, por ejemplo, como el grupo, al
ser vivido ilusoriamente como un todo omnipotente, sirve de sustituto imaginario de las primeras
imagos parentales, poderosas, capaces de otorgar o quitar protección, de apuntalar o
desapuntalar el psiquismo infantil; o como metáfora corporal cuya compleción garantiza a sus
miembros la resolución de las vivencias de inermidad y fragmentación.
En un nivel análogo, están presentes en el grupo las fantasías secundarias, que corresponden a la
historia personal de cada uno de los integrantes, es decir, son elaboraciones individuales. Pueden
ser más claramente identificables en grupos que tienen un funcionamiento prolongado, y en los
que se busca o se posibilita una mayor discriminación de sus miembros, como por ejemplo, un
grupo terapéutico.
Es decir, cada miembro del grupo tiene una determinada fantasía, asumiendo un determinado rol
que incluye varios lugares o posiciones. En el grupo, esa persona tendera a identificarse con
alguna de sus posiciones de su fantasía asumiendo un determinado rol en escena, e intentará que
los otros asuman los roles que él requiere para poner en escena su fantasía.
El contenido de su fantasía puede, por resonancia, activar fantasías en los otros miembros del
grupo, que asumirán o no roles complementarios, intentando poner en escena sus propias
fantasías.
Si el mecanismo funciona, varios, o todos los miembros del grupo van a construir una estructura
de roles complementaria que permitirá dramatizar una escena vincular, que corresponde a
diferentes fantasías secundarias de cada uno. Uno o más miembros pueden quedar fuera de la
dramatización, si las fantasías no encuentran resonancia en ellos. La resonancia fantasmática
permite entonces el análisis, en la situación grupal, de las fantasías secundarias. Las resonancias
fantasmáticas, son un mecanismo presente en cualquier grupo.
Los supuestos básicos, descriptos por Bion como presentes en todos los grupos, aparecen como
consecuencia de la intensa regresión que el grupo provoca en sus participantes. Tanto el
supuesto básico de dependencia como el de apareamiento pueden ser la dramatización de
fantasías de fusión, de escena primaria; en el primer caso, fusión silenciosa con el coordinador del
grupo, en el segundo, de fusión o apareamiento, como su nombre lo indica, con algún otro
miembro del grupo. El supuesto de lucha y fuga puede ser entendido también como determinado
por fantasías de castración, y el mesiánico en relación con la seducción producida por un objeto
idealizado.
LA CONCEPCION DE H. EZRIEL
El enfoque de Ezriel (1952), está basado en la teoría de las relaciones de objeto inconsciente. Su
hipótesis es que cuando un individuo se encuentra con otro intentara establecer un tipo de
relación que tienda a disminuir la tensión provocada por sus relaciones con sus objetos
inconscientes. En el grupo terapéutico, cada uno trae a la sesión la relación con los objetos de su
propia fantasía inconsciente, relación que es dominante en su psique en ese momento.
Inconscientemente, cada uno trata de actuarla, manejando a los otros miembros del grupo y
colocándose y colocándolos en ciertas posiciones. De esta manera trata de que cada uno asuma
un rol que le permita aliviar sus tensiones internas.
Cualquiera sea el contenido manifiesto de lo que se dice en un grupo, aparece un problema
grupal común subyacente, una tensión común grupal inconsciente para el grupo, que determina
el comportamiento del mismo. Ezriel denomina a esta tensión grupal común como el
denominador común de las fantasías inconscientes dominantes de todos los miembros.
Al comenzar una sesión grupal, el comentario de alguno de sus integrantes puede o no ser tenido
en cuenta por los otros, según “encaje” o tome contacto, o no, con la fantasía inconsciente de
algún otro. Si es tomado también por un tercero, se convierte en un tema que “prende en el
grupo”. Cuando esto ocurre un aspecto de este tema representa algo en relación a la fantasía
predominante en cada miembro del grupo, que asumirá un papel particular determinado por su
estructura de personalidad y por sus fantasías sobre las relaciones del grupo.
Cada miembro aceptara un papel asignado por otro solamente si este papel coincide con sus
propias fantasías y si le permite asignar a los otros papeles que le convienen a él.
La tensión grupal común inconsciente llevara a interacciones manifiestas entre los diferentes
miembros del grupo, interacciones que tienden a resolver o disminuir el aspecto de la tensión
individual de cada uno que está incluido en ese denominador común. El denominador común está
referido en este caso a los contenidos de las fantasías. El papel particular que cada miembro
adopta corresponde a sus mecanismos de defensa ante los temores inconscientes despertados
por este problema grupal.
Ezriel propone interpretar a cada participante los mecanismos de defensa que pone en juego al
enfrentarse con la tensión común grupal.
Por un lado, a lo que fuera conceptualizado anteriormente como “resonancia fantasmática”, para
que haya de la misma tiene que haber algo en común en la conflictiva de los fantaseantes, como
podría ocurrir con ciertos aspectos del conflicto edipico.
Para esta autora, solo hay fantasías individuales. Al estar presente el sujeto en escena y por
tratarse de un guion imaginario, la fantasía tiene una organización grupal interna. Piensa que la
organización grupal interiorizada de la fantasía es la base que permite el fenómeno de la
resonancia fantasmática en los grupos.
Considera que es la fantasía secundaria de alguno de los miembros de un grupo la que opera
como el primer organizador psíquico inconsciente de un grupo.
Según Anzieu, el hecho de que la fantasía inconsciente individual, secundaria, sea el primer
organizador grupal en el nivel fantasmático, estaría en realcion con la tendencia a la isomorfia que
R. Kaes describiera, según la cual se hacen coincidir narcisista e imaginariamente los espacios
psíquicos individual y grupal, y que es típica de este primer momento. La autora afirma que la
fantasía individual inconsciente opera también en los grupos naturales cuando es posible
reconocer con relativa facilidad, cmo se ha institucionalizado la fantasía de los fundadores.
Prefiere sostener la existencia de una estructura fantasmática con diferentes planos. Coincide con
la distinción entre fantasías originarias y secundarias.
Dorey otorga un papel importante al rol inductor de uno o alguno de los participantes, que
verbaliza una fantasía que le es propia, y que la situación de regresión presente en el grupo
permite aflorar. Por lo tanto, el sujeto revelador de la fantasía es tanto inductor, como inducido.
CAP 5: LOS GRUPOS INTERNOS
Introducción
Si una de las condiciones para la existencia de un grupo es la presencia en sus miembros de una
común representación interna del conjunto al que pertenecen, el concepto de grupo interno pretende
dar cuenta de la descripción y funcionamiento de esa representación, desde un enfoque ligado a la
estructura de la fantasía icc, y a la construcción del aparato psíquico a partir de la experiencia grupal.
Primero en utilizarlo Enrique Pichón Riviere 1971: en pacientes psicóticos vio la existencia de objetos
internos. Ese mundo interno se configura como un escenario en el que es posible reconocer el hecho
dinámico de la internalización de objetos y relaciones. Se intenta reconstruir la realidad exterior, pero
los objetos y los vínculos aparecen con modalidades diferentes.
El mundo interno se construye a partir de la internalización progresiva de los objetos y los vínculos.
A través de la capacidad de diferenciar entre grupo interno y el externo, el sujeto adquiere identidad
y autonomía.
Grupo interno sinónimo de mundo interno. La diferencia de este grupo interno con respecto al mundo
externo es que da al sujeto su sentimiento de mismidad. El grupo interno tiene su primer origen en
las experiencias del sujeto con su familia de origen.
El grupo interno parece estar formado por personajes, imagos comparables con los del mundo
exterior del que formarían una especie de doble, maso menos modificado en el proceso de
internalización.
La dialéctica es la dialéctica del grupo cuya crónica es la fantasía ICC. Por dicha dialéctica cada
integrante alcanza una totalización, una síntesis que hace al grupo como grupo, Que lo constituye. La
tarea y la mutua representación interna hecha en relación con la tarea, constituye al grupo como
grupo.
El grupo interno está constituido por imagos de estos objetos familiares, relacionados a través de
una compleja red vincular, agrupados en escenas dramáticas significativas, que son la esencia de la
problemática icc. Pasibles de ser proyectados sobre el grupo externo, producen fenómenos
transferenciales, cuya elucidación e interpretación forman la materia prima del proceso de curación.
El malentendido, resultado de estos fenómenos transferenciales, surge de la mayor o menos
distorsión que se produce en la percepción de los vínculos en los que participa el sujeto, a partir de
su proyección sobre ellos de estos engramas vinculares internos.
Kaes puede afirmar el carácter eminentemente grupal de estas fantasías. A los organizadores
grupales intrapsiquicos los llama grupos internos, o grupos del adentro subrayando el carácter
grupal.
Kaes: designó con el término de grupos internos las formaciones intrapsiquicas dotadas
de una característica grupal y cumpliendo funciones de ligazón en el aparato psíquico.
Para que haya grupo interno se requieren tres condiciones:
El infans reencontrará la primitiva seguridad en el vínculo simbiótico que establece con su madre.
Este vínculo que pronto comienza a ser internalizad, tiene una doble función:
El concepto de Kaes es más abarcativo, incluye fantasías originarias y secundarias, la imagen del
cuerpo, los complejos familiares, las imagos y la representación del aparato psíquico. Los grupos
internos para Kaes agrupan objetos, funciones de objetos, objetos parciales, etc.
El trabajo con los grupos muestran permanentemente la importancia que estos pueden llegar a
asumir en relación al funcionamiento del psiquismo. Es en las situaciones de carencias en las que
probablemente esto se pone más en evidencia. La ruptura con un grupo de pertenencia puede llegar
a afectar los núcleos más básicos de la identidad personal.
Kaes retoma para el retrabajo de este concepto, no solo la hipótesis del apoyo de la pulsión en las
funciones biológicas, sino también la relación que establece Freud (en el provenir de una ilusión)
acerca de que ante las vivencias de desamparo, la ayuda y la protección son buscadas y
reencontradas por medio de la proyección común sobre las creaciones colectivas.
Apoyo- fue posteriormente sustituida por la palabra APUNTALAMIENTO. Esta tiene una acepción más
compleja que incluye la idea del apoyo.
Freud utilizo el término anlehnung, que significa: apoyo, modelo y resquicio o entreabertura:
Kaes: apuntamiento- apoyatura en doble apoyo; depende de la existencia del espacio intermediario
de apoyo que es la base del “contrato de apoyatura”. Este contrato implica reciprocidad en el placer y
en el beneficio del doble apoyo. El doble apoyo se produce por la complementariedad o el
antagonismo.
Kaes -Entreapertura: o espacio intermediario, equivalente a espacio transicional (Winnicott). Entre las
estructuras de apoyatura también existe un espacio. Esta transcripción aparece en relación a los
movimientos de ruptura crítica.
Las características del apuntalamiento se ponen en evidencia con mayor claridad en las situaciones
de crisis. Esta implica una perdida, una falta, una ruptura en relación a los apoyos con que cuenta el
psiquismo. Colocando al psiquismo ante una vivencia de desamparo. Crisis se articula con
transicionalidad, ya que la última implica la existencia de un espacio de elaboración de la experiencia
de ruptura tanto en la continuidad de sí mismo, como en la continuidad de las relaciones con los
objetos.
El grupo es utilizado como recurso durante las crisis, es también un instrumento privilegiado para el
trabajo terapéutico en estas instancias. Este permite una experiencia de reapuntalamiento de aquello
que no llego a constituirse como realidad psíquica. La eficacia del proceso de grupo es función de su
capacidad de contener y de transformar los objetos internos, de su aptitud para crearlos y para
constituir los eslabones no advenidos en el psiquismo. El grupo cumple para muchos sujetos una
función analítica.
Contrato narcisista (Aulagnier): existe un acuerdo entre el sujeto y la cultura por el cual aquel se
compromete a transmitir los enunciados fundamentales del discurso social dominante, a cambio de
ser reconocido narcisisticamente en su pertenencia a dicha cultura. Kaes toma este concepto como
ejemplo de como el narcisismo materno, parental, familiar, hallan su expresión y su satisfacción en el
marco de un sistema socio-cultural.
La problemática del apuntalamiento está vinculada a la relación entre grupo interno con el grupo
externo. Kaes propone la denominación de Isomorfica o Homomorfica para las dos modalidades de
relación (fusional o discriminada) del sujeto con el grupo.
UNIDAD 10
EDELMAN Y KORDON / TRABAJANDO EN Y CON GRUPOS. VÍNCULO Y HERRAMIENTAS.
CONSIDERACIONES GENERALES
Para nuestras intervenciones tenemos que tener en cuenta que éstas comienzan aun antes de que se
configure el trabajo grupal como tal. Cómo somos convocados o cómo convocamos a la formación
del grupo, qué tipo de dispositivo elegimos implementar, ya implica una intervención.
Hay, un plus en las intervenciones. Depende de la subjetividad del coordinador y del vínculo que se
configura. Este plus incluye estilos personales, modos de saludar, inclusión o no de comentarios.
Es deseable que las intervenciones se correspondan con una inteligibilidad, una interpretación
conceptual de lo que ocurre en el grupo, es decir que se puedan apoyar en un modelo teórico desde
el cual se comprendan los fenómenos que se despliegan.
En nuestro caso partimos de una concepción vincular del sujeto y el psiquismo. Nuestra atención está
dirigida selectivamente a las formaciones inter y transubjetivas, al desciframiento de la escena, de la
cual nosotros también participamos y en la que no solo hay palabras, sino también acción. En los
grupos terapéuticos también se dirige a los procesos psíquicos personales.
Nuestra presencia en el grupo despierta una particular significación para sus miembros. Nuestra
palabra es vívida como ´´palabra autorizada´´, nuestras miradas se siguen especialmente y pueden
ser interpretadas como signos de preferencias, de validación, de reconocimiento. Por lo tanto,
tenemos que prestar especial atención a nuestro lenguaje no verbal, ya que nuestros gestos,
actitudes, miradas, pueden tener un efecto tan potente como las palabras y, en algunos casos, hasta
contradictorias respecto de ellas.
Es importante una actitud de flexibilidad, sustentada en una mirada y una escucha rigurosa de los
distintos fenómenos emergentes.
Modalidad de comunicación
Nuestras intervenciones van dirigidas a los contenidos y a la escena que se configura. A veces hay
coincidencia entre contenido y escenificación y otras no.
Aun en dispositivos grupales en los que se sostiene un fuerte liderazgo del coordinador consideramos
conveniente estimular la comunicación en red.
Eludimos asumir estas funciones demandadas, explícita o implícitamente, en las cuales se nos intenta
colocar frecuentemente para definir lo que está bien o mal o es apropiado o inapropiado.
Una de las riquezas de los dispositivos grupales es la presencia, de diversos modelos operacionales,
es decir, diversas maneras de encarar y resolver una situación problemática. Una intervención
dirigida a poner en relieve estos aportes permite legitimar la importancia de la diversidad de
posibilidades, a partir del peso específico que tiene la palabra del coordinador.
Es frecuente que en determinados momentos exista en el grupo una comunicación en red mientras
se discuten temas generales (por ejemplo, diferencias entre hombres y mujeres, algo de lo ocurrido
en el medio social, etc.). En estos casos, la intervención, ya sea hecha en forma de pregunta o de
señalamiento, tenderá a facilitar la subjetivación.
CUÁNDO INTERVENIR
El manejo del silencio es complejo. Es importante tolerarlo y no llenar el aparente vacío con nuestras
palabras. Pero este tiene un límite: en algunos momentos el silencio adquiere un carácter.
GRUPO DE REFLEXIÓN
Se reflexiona sobre las fantasías, pactos y acuerdos, y sobre la dramática y estructura de roles que
de ellos derivan. Trabajamos también sobre la articulación de dichos aspectos con los organizadores
socioculturales, con las representaciones sociales, con las variables institucionales y con los sistemas
de ideales.
Es frecuente que en el desarrollo del grupo de reflexión algunos de sus integrantes hagan referencias
a las motivaciones personales que lo llevan a sostener fantasías omnipotentes.
La realización o no de una devolución por parte de los coordinadores al finalizar una reunión. La
devolución produce un efecto de restablecimiento de una piel grupal. Sería un aporte de los
coordinadores al trabajo de ligadura, a la recomposición de una imagen de totalidad frente a las
vivencias de fragmentación. Tiene un efecto unificador y en ese sentido, reduce la angustia. Puede
ser o no necesaria.
Las intervenciones del terapeuta tienen que tener en cuenta siempre que el grupo terapéutico es un
dispositivo dirigido a promover modificaciones en cada una de las personas que lo integran y que han
concurrido a ese grupo con la decisión de hacer un tratamiento psicoterapéutico a raíz de dificultades
en su vida y en sus vínculos que les producen sufrimiento. Por lo tanto, nuestra tarea está dirigida a
aliviar ese sufrimiento, facilitar el reconocimiento y abordajes de su conflictiva personal y promover
plasticidad y pertinencia en las conductas.
La función interpretante no es solo del terapeuta. Los compañeros de grupo también pueden
asumirla, ejerciéndola entre sí, a veces con singular agudeza.
En este dispositivo, las interpretaciones reconocen diferentes niveles: las fantasías originarias, las
fantasías secundarias (que marcan el perfil, la estructura fantasmática individual, incompartible), lo
histórico-genético individual y la estructura de roles superpuesta dada por la puesta en escena de lo
originario y lo secundario, esto último a través de la denominada resonancia fantasmática.
Pensamos que la interpretación de la escena a partir de las fantasías secundarias en juego apunta a
una compresión más abarcadora de las diferentes estructuras de personalidad, de las diferentes
conflictivas individuales y las modalidades vinculares que se ponen en movimiento.
También es necesario tener en cuenta factores como el tiempo que ocupamos con nuestras
intervenciones o cuántas veces nos dirigimos al mismo paciente.
Los dispositivos grupales pueden estar basados en distintos modelos teóricos y técnicos que
requieren características específicas según sus objetivos. Por DISPOSITIVO se entiende:
Todo dispositivo grupal define al sujeto como sujeto de vínculo; implica un espacio de
apuntalamiento e identificatorio, en el que adquiere importancia la presencia real de un tercero. Se
concibe al psiquismo como construido a partir de una matriz grupal, la familia o el grupo primario, en
el cual se van a desarrollar las primeras configuraciones vinculares y se va a construir la identidad
personal. Es decir que el psiquismo se constituye en el interior de una relación intersubjetiva.
El trabajo grupal con la subjetividad tiene una función proteica, de enriquecimiento de la identidad
personal, y una función protésica de soporte (cuerpo grupal). Los grupos constituyen un escenario de
dramatización de los ámbitos intrapsíquico, inter y transubjetivo. Es a partir de esta dramatización
que se abren las posibilidades de modificación.
Los dispositivos grupales implican una relación de intercambios y afectos en los que el coordinador se
encuentra incluido. Se configura una trama vincular en la que van adquiriendo significaciones las
palabras, gestos, acciones en las que nosotros participamos y que necesitamos comprender. No
somos espectadores de esta escena, sino que nos incluye.
PREGUNTA DE PARCIAL ¿Cuáles son los niveles con los que se trabaja en el dispositivo
grupal?
Lo intrapsíquico
La intersubjetividad
Lo transubjetivo
La resonancia fantasmática, propia de la intersubjetividad, es el fenómeno por el cual las fantasías de
cada uno tienen un efecto sobre los otros, que en el proceso de apropiación del mensaje que reciben,
lo modifican y a su vez responden con otro mensaje en el que se juega su propia fantasmática. Se da
así un proceso intersubjetivo de articulación de las diferentes fantasmáticas en el cual se configura
una determinada estructura de roles por atribuciones recíprocas, estructura de roles que se despliega
en la escena grupal, que es diferente de la estructura de los roles manifiesta.
GRUPOS OPERATIVOS
La fantasía constituye uno de los principales organizadores de los aspectos imaginarios del grupo. Por
su carácter escénico las fantasías son dramatizadas por los miembros del grupo, asumiendo a partir
de ello función organizadora del proceso grupal.
En los primeros momentos de un grupo sus integrantes viven una situación equivalente a las
primeras angustias infantiles: angustia de no asignación producida por el temor del sujeto a no
encontrar un lugar en el deseo de los otros.
La dramatización grupal de las fantasías de origen da cuenta de los aspectos trasnindividuales de
la subjetividad, sin que importe la historia personal de los miembros del grupo. De lo que se trata
es que estas fantasías constituyan una pertenencia colectiva, universal, aunque siempre son
vividas por cada sujeto del grupo de acuerdo a su importancia singular.
En los grupos se ponen en juego también las fantasías secundarias que corresponden a la historia
personal de cada integrante. Se produce un despliegue del grupo interno de cada paciente en la
estructura de roles grupal. Se establece aquí un abanico de roles que permite asumir posiciones
complementarias a los miembros del grupo en la dramatización de sus fantasías secundarias,
sobre la base de la resonancia fantasmática. ES DECIR, CADA MIEMBRO DEL GRUPO
TIENE DETERMINADA FANTASÍA Y EN FUNCIÓN DE ELLA ASUME DETERMINADO ROL.
El contenido de la fantasía de cada sujeto puede por resonancia activar fantasías de otros
miembros del grupo, que asumirán o no roles complementarios, intentando a su vez poner en
escenas sus propias fantasías.
El grupo alberga los aspectos del sujeto en situación de sufrimiento e indefensión. La construcción
imaginaria grupal y los otros participantes pueden contener la angustia del sujeto. La puesta en
palabras, las significaciones, las construcciones de sentido que proceden de otros ayudan al
trabajo de ligadura y transformación que está momentáneamente dificultado para uno de ellos
cuando se trata de una problemática que lo inunda.
Hipótesis sobre a) el papel de las representaciones sociales en la subjetividad, en particular su articulación con las
fantasías; b) la idoneidad de los grupos de reflexión como dispositivos de abordaje de esta problemática; c) el
macrocontexto como encuadre psicosocial, y d) dada la diversidad de grupos que hoy reciben esta denominación
esbozamos una clasificación de acuerdo al tipo de tarea que abordan.
ANTECEDENTES
Grupos operativos iniciados por Enrique Pichon Rivière. Estos se han desarrollado como instrumento
que intenta resolver los obstáculos que dificultan el aprendizaje
Década del setenta, A. Dellarrosa comienza con la práctica de grupos de reflexión, como parte de
proyectos formativos para terapeutas de grupo. Se intentaba favorecer el pasaje de lo vivencial a lo
conceptual intentando analizar los dinamismos grupales que se ponían en juego.
Posteriormente, en la AAPPG, se realizan desarrollos técnicos y conceptuales sobre los mismos.
En la actualidad, existe una amplia oferta de grupos de reflexión con considerable confusión acerca de
objetivos, dispositivos y resultados.
La existencia creciente de este tipo de grupos forma parte de las búsquedas colectivas de mecanismos de apuntalamiento
grupal, que restauren de alguna manera la pertenencia a un nosotros frente a la crisis social y a los interrogantes de nuestra
época. Estas búsquedas requieren de espacios transicionales de discriminación y reflexión.
Para poder comprender lo que pasa en cada uno de estos grupos es necesario tener en cuenta el problema de la identidad
personal, del apuntalamiento grupal del psiquismo, de la alienación, y el de las representaciones sociales en su
articulación con distintos tipos de fantasías.
La pertenencia social reconoce una tensión permanente entre dos polos. Uno está dado por el remanente sincrético
(identidad por pertenencia; Bleger-Bernard), y otro por la pertenencia madura en el que se preserva la capacidad crítica
(identidad discriminada). Este último implica la decisión de compartir un ideal común.
Las diferentes escenas significativas, placenteras o displacenteras, que pueblan la vida psíquica, ponen en evidencia, en la
experiencia clínica individual o grupal, la presencia de las fantasías. Las fantasías pueden ser conscientes o inconscientes.
Las fantasías de los orígenes pretenden dar respuesta o solución al enigma que se le presenta al niño en relación a los
orígenes. En cuanto a su contenido, se trata de temas universales: la escena primaria en relación al origen del sujeto, la
seducción en relación con la sexualidad y la castración en relación con la diferencia sexual anatómica. Por eso han sido
también denominadas teorías sexuales infantiles.
Los sistemas de creencias provienen del orden histórico-social, cultural, es decir del ya dicho socio-cultural, lo que
permite que sean transindividuales. Por otra parte, la construcción de la escena imaginarizada es siempre individual y
requiere la participación del aparato perceptivo (sensaciones visuales, auditivas, quinestésicas, etc.).
Preferimos el nombre de fantasías originarias para denominar a las protofantasías o fantasías más primitivas, y el de
fantasías sobre los orígenes a las llamadas teorías sexuales infantiles.
Se consideran a la fantasía como uno de los factores básicos del imaginario grupal. En el grupo de reflexión como en todo
grupo, se funciona simultáneamente en dos niveles, el fantasmático y el simbólico. Por un lado el grupo es espacio de
dramatización espontánea, el escenario en el que se dramatizan fantasías.
Las fantasías originarias cumplen una primer función específica como organizadoras del proceso grupal. Contribuyen a
conformar los primeros entramados intersubjetivos y el lazo transubjetivo, y aplacan la angustia de no asignación,
angustia que se incrementa cuanto mayor sea el grado de regresión que favorezca el dispositivo grupal.
Superpuestas a las fantasías originarias se dramatizan las fantasías de los orígenes, también transindividuales por
contenido y equivalentes en función y estructura. Por lo tanto, la dramatización grupal de las fantasías originarias y de las
fantasías de los orígenes, da cuenta especialmente de los aspectos transindividuales de la subjetividad, sin que importe la
historia personal de los miembros del grupo.
Lo que interesa en el grupo de reflexión es el carácter de pertenencia colectiva, universal, que caracteriza a la fantasmática
originaria, ya sea fantasías originarias o protofantasías o fantasía sobre los orígenes, aunque ésta sea vivida por cada
sujeto del grupo de acuerdo a su impronta singular. En la dramatización de la fantasmática originaria se produce la
máxima indiferenciación de sujeto a sujeto; lo que los atraviesa es precisamente lo indiferenciado, se produce un
borramiento de los límites intersubjetivos. Es esto precisamente lo que apuntala el sentimiento de pertenencia
Las fantasías originarias y aquellas sobre los orígenes, transindividuales y subjetivizadas, encuentran un argumento, un
contenido y un código en el sistema social de representación, también común.
ALIENACIÓN
Hablamos de alienación, en el plano psicosocial, en tanto las personas se desapropian de parte de sí mismas, en el ámbito
del proceso secundario, es decir en el orden del pensamiento, perdiendo la capacidad de sostener con autonomía sus
propias ideas, y de conservar el pensamiento crítico en relación a ciertas ideas que se les imponen desde el exterior.
Piera Aulagnier define la alienación como una patología de la idealización, y, por lo tanto, de la identificación.
No consideramos la alienación sólo desde el punto de vista de la patología, ya que existe siempre un grado de alienación
inevitable.
En la alienación se impone un discurso al sujeto desde el exterior, y éste lo asume como propio, convirtiéndose a su vez
en portavoz. El sujeto atribuye un valor de certeza al discurso de la fuerza alienante.
Apoyado en la expectativa narcisista de fusionarse con los ideales grupales, el sujeto tiende a adaptarse a los sistemas de
ideales hegemónicos.
Los enunciados identificatorios, implementados como instrumentos para el ejercicio de violencia secundaria, son eficaces
para inducir esta actividad de dominio sobre la subjetividad.
Los enunciados identificatorios juegan un papel fundamental en la constitución del psiquismo, y provienen
originariamente de las figuras parentales, portadoras del discurso social. Son juicios que a través de determinados códigos
valorativos atribuyen identidad, señalando permanentemente, desde un otro, quién es el sujeto y cuáles son los valores
sociales y culturales que éste debe asumir. Transmiten implícitamente un conjunto de reglas, para que el sujeto pueda
construir diferentes representaciones del yo y de su inscripción como miembro de un determinado grupo social.
El tipo de relación que se establezca con los ideales colectivos transmitidos a través de los enunciados identificatorios,
está dado por lo que podemos denominar metaideales, es decir, creencias no formuladas conscientemente que determinan
el grado en que un sujeto se puede apartar del ideal sin perder la pertenencia al grupo social de que se trate.
ALGUNAS HIPÓTESIS
Los grupos de reflexión son una instancia adecuada para el análisis de estos fenómenos, vinculados a los sistemas de
pertenencia e idealización en los diferentes tipos de instituciones y de pequeños grupos sociales.
En los diferentes grupos de reflexión que hemos realizado se evidencia cómo ciertos enunciados producidos desde el
poder se constituyen en verdaderos enunciados.
También se evidencia cómo la representación intrapsíquica requiere del otro, de los otros, no sólo en el proceso de su
génesis, sino también para su confirmación. El consenso social sostiene la representación, le da crédito, haciéndola
significante y significativa en el lazo interpersonal, grupal y social.
El grupo en sí mismo puede, a la vez, constituirse en uno de los articuladores psicosociales y simultáneamente permitir en
tanto dispositivo grupal el doble acceso, a las formaciones grupales del psiquismo, originadas en los vínculos primarios, y
a ciertos niveles de enlace con lo macrocontextual
El objeto de análisis son las fantasías originarias, y las fantasías de los orígenes, en su articulación con las
representaciones sociales.
Los sistemas sociales de representación resultan de la elaboración colectiva de las diferentes prácticas sociales. Estas
representaciones sociales, son producto de las prácticas sociales y tienen un papel específico en el proceso de
organización de las relaciones psico-sociales, cumpliendo funciones psíquicas y sociales. Constituyen hitos
identificatorios para los miembros de un grupo, de una categoría o de una clase social.
Las representaciones sociales tienen apoyatura en lo ideológico, en el sentido de que llevan las huellas o los trazos que los
niveles del funcionamiento social dejan en el discurso social.
Para Freud se transmite generacionalmente a través del Superyo. Si pensamos que cada sujeto es parte del conjunto social
a partir de un contrato narcisista (Piera Aulagnier), y ve en ese conjunto el soporte ofrecido a una parte de su líbido
narcisista, se hace más comprensible el peso de la relación entre representación social, proceso identificatorio y
alienación. Todas las formas de práctica social producen representaciones sociales.
Desde el punto de vista psíquico las representaciones sociales se articulan con las fantasías. Las representaciones
psíquicas inconscientes de los integrantes de un grupo social pueden articularse y codificarse, de acuerdo a una
representación social predominante. Esta puede ofrecer un código, un sentido y un contenido común, disponible y
necesario para la elaboración psíquica. A su vez, la construcción de la representación social está infisionada por la fantasía
y ésta es una de las razones que explican su eficacia para incidir en la subjetividad.
La estabilidad constituye una representación colectiva colocada a través de una lógica binaria en el lugar del ideal. Ofrece
a la subjetividad la ilusión de completitud, en oposición a la fantasía de cuerpo fragmentado producida por el efecto
traumático de las situaciones de inestabilidad.
Cuando la situación macrocontextual es crítica, la codificación que ofrece la representación social se hace más evidente.
El macrocontexto, considerado así como encuadre psicosocial, está organizado a través de instituciones, formalizadas o
no.
La continua movilidad del contexto demanda un esfuerzo de adaptación sobreexigido y obstaculiza la depositación de los
aspectos más regresivos en el marco que él otorga. Así, la descentración narcisista que producen los cambios sociales
actuales requieren un reforzamiento de la función contenedora del dispositivo grupal.
C) Grupos de Reflexión
Los grupos de reflexión constituyen una de las formas de elaboración de la crisis y de apoyo del psiquismo. Desde una
perspectiva psicoanalítica, todos los grupos de reflexión trabajan sobre lo transubjetivo, cumpliendo simultá- neamente y
en distintos grados, diferentes formas de apuntalamiento de la identidad personal. Entendemos por transubjetivo, aquello
que corresponde “a la apertura máxima de las subjetividades parcialmente abolidas por la ausencia de un espacio de
transcripción o de diferenciación. Lo que atraviesa a los sujetos es lo indiferenciado. Este atravesamiento supone el
borramiento de los límites del self y la abolición del objeto. Este atravesamiento narcisista es necesario para fundar el
sentimiento de pertenencia para los investimientos más fusionales y más adhesivos a un conjunto que funciona como
continente de contenidos indiferenciados”.
Se reflexiona sobre las fantasías; sobre las fantasías subyacentes, en algunos casos, en el desarrollo de la tarea compartida
por los miembros del grupo, o sobre las fantasías dramatizadas en la dinámica del grupo de reflexión, siempre en su
articulación con el organizador sociocultural (representación social).
Teniendo en cuenta que la fantasía constituye una forma de organización de las representaciones psíquicas inconscientes y
es un organizador del proceso grupal, y que las representaciones sociales operan también como organizador
(sociocultural) con funciones psíquicas y sociales, el grupo de reflexión constituye un espacio privilegiado para observar
la articulación entre ambas.
El coordinador de grupos de reflexión se encuentra en la difícil posición de, al mismo tiempo que descubre la expresión de
fantasías secundarias de los miembros del grupo, abstenerse de interpretarlos ya que el deslizamiento hacia
interpretaciones personalizadas puede resultar persecutorio o confusional.
Según como sean coordinados estos grupos se propiciará en mayor o menor grado la identidad por pertenencia o la
pertenencia discriminada, es decir, el funcionamiento isomórfico u homomórfico del grupo.
Si bien estos grupos no tienen objetivos terapéuticos y sus integrantes no se consideran a sí mismos pacientes, producen,
siempre y cuando no haya un congelamiento burocratizado del grupo, efectos terapéuticos. Efectos terapéuticos que están
dados por los procesos de desidentificación-reidentificación, apuntalamiento grupal, movimientos en la relación yo
idealideal del yo, etc.
René Kaës, retomando a Winnicott, sostiene que “los intermediarios pueden operar en un campo homogéneo y
discontinuo, en el interior de una misma estructura, o articulando dos conjuntos heterogéneos, heterónomos, de niveles
lógicos diferentes, como en el caso de la articulación psicosocial”. Los grupos de reflexión operan en el nivel de estos
intermediarios, ya que “la noción de intermediario es particularmente adecuada a la localización de formaciones o de
procesos que plantean un problema de articulación entre diferentes niveles de organización”.
Grupos cuyos integrantes comparten una tarea en un ámbito físico o en una institución formalizada:
Se abordan tres dimensiones de análisis: la normatividad institucional, las representaciones sociales y la
fantasmática originaria y de los orígenes. El análisis del dispositivo institucional, y su incidencia en la
subjetividad y en el modo de abordaje de la tarea tienen un papel relevante. Bleger insiste en considerar una
característica general de lo que él denomina organizaciones, la de desplazar los objetivos explícitos para las
cuales han sido creadas a un segundo plano, pasando a primer plano la perpetuación de la organización
como tal. Se produce una burocratización de la institución y se tiende a reforzar los aspectos de pertenencia
más primitivos de sus miembros en desmedro de sus capacidades operacionales.
El grupo de reflexión constituye una instancia privilegiada para el análisis de estos fenómenos, funcionando
como un acto desalienatorio que puede ayudar a recuperar la creatividad en el sujeto y en el grupo
institucional de que se trate.
Analizar el entorno como primer paso a partir de la queja, la justificación, la idealización, etc., tratando de
develar la fantasmática institucional, el sentido de su organización jurídico material, y la presión de su
ideología, permite ir generando un espacio intermediario donde recuperar la capacidad yoica estrangulada y
facilitar un grado de discriminación sin riesgo de la pertenencia.
En cuanto a la dinámica de funcionamiento del grupo, pensamos que para estos grupos, también se aplica la
idea de que una coordinación con criterio psicoanalítico, debería facilitar o promover un movimiento de
conceptualización-desidentificación-regresión-dramática-interpretación-conceptualización.
Grupos cuyos miembros comparten una problemática y abordan una tarea común en función de ella,
habitualmente a partir de una crisis social:
Denominados grupos comunitarios de reflexión. Ya que las situaciones de crisis producen modificaciones,
tanto en el plano de lo transubjetivo como en el campo de lo vincular y de lo subjetivo individual, es
especialmente importante el papel de apoyo que el grupo presta al psiquismo, apoyo que puede impedir que
la catástrofe social se transforme en catástrofe psíquica.
Estos grupos permiten a los afectados acceder a los articuladores psicosociales que se ponen en juego, a la
modalidad que adquieren las representaciones sociales en cada situación, y a poder visualizar las diferentes
formas y grados de identificación con éstas y su incidencia en la elaboración personal de una situación por
lo general traumática.
El grupo de reflexión se presenta como la posibilidad de construir un espacio para dilucidar los
fenómenos inherentes a la dinámica grupal dentro del contexto en que el grupo está inserto. Se
crean condiciones que hacen posible la observación y experimentación de conductas vinculadas a la
pertenencia a grupos.
El encuadre da lugar a un espacio poco definido, facilitador de las proyecciones. Estos grupos están
enmarcados por su objetivo formativo, que deslinda la inclusión de la historia personal.
Es frecuente el trabajo en equipo coordinador-observador. Este último devuelve al grupo una síntesis
del desarrollo grupal. Estos dos lugares pueden ser ocupados por dos personas, pero son funciones:
la función interpretante y la función observadora. El encuentro posterior entre ambos da lugar a un
espacio intertransferencial que enriquece el abordaje grupal.
Otra alternativa, sería el posicionarse frente a estos ámbitos como sujeto conocedor de su deseo, con
posibilidad de analizar desde la transferencia y la contratransferencia el impacto de la inserción en un
grupo.
1) Grupos operativos: surge con Pichon Riviere en la década del 50. Los definió como grupos
centrados en la tarea. Señalaba que en la realización de una tarea o en el tratamiento de un
tema se daban cierto tipo de dificultades (lagunas, cortes en la red de comunicación), que
aparecían como obstáculos epistemológicos que denunciaban una actitud de resistencia al
cambio centraba básicamente en el miedo a la pérdida de lo conocido.
El objetivo operativo implica resolver tensiones que surgen frente a un tema o tarea
específica.
El agente de cambio asume un aspecto “corrector” para operar la transformación del campo
con el fin de remover los obstáculos afectivos que se oponen al funcionamiento adecuado.
Diferencias entre el grupo operativo y el grupo psicoanalítico de reflexión:
2) Grupos BST (Basic Skill Training Groups): surgen en EEUU en la década del 40. Su objetivo era
ofrecer un espacio para el aprendizaje de habilidades y conceptos inherentes al agente de
cambio.
De estos grupos se desprenderán los grupos T cuya propuesta era la captación de los sucesos
interpersonales y grupales con el objetivo de desarrollar nuevas conductas.
Se diferencian de los grupos psicoanalíticos de reflexión ya que incluyen técnicas de
conducción activas, que los apartan del enfoque psicoanalítico.
3) Grupo de formación para las actitudes sociales o grupos de base: creados en Francia. Son
grupos de diagnóstico que tienen objetivos de formación y tienden hacia un diagnostico de la
percepción de los fenómenos de grupo. Utilizan como marco de referencia, la teoría
psicoanalítica.
4) Grupos de reflexión: en la década del 70. Surgen como parte de un proyecto de formación,
como un espacio para que los integrantes puedan repensar las vicisitudes de su formación en
una institución.
Si bien un grupo así implica una búsqueda de un cambio, éste implica siempre una amenaza de
desestructuración. La búsqueda de formación tiene que ver con una conciencia de insatisfacción y
carencia. Existe una fantasía de empezar de nuevo, que a veces va acompañada de una negación de
lo existente, de la historia, con fantasías de autogeneración o con el anhelo de un ideal. La búsqueda
de conocimientos fáciles y rápidos que obturen la dolorosa sensación de no saber es un intento de
negar esta ruptura.
La posibilidad de formarse no implica adquirir una forma concreta a través del conocmiento, sino que
implica ir adquiriendo nuevas formas, una plastilidad hacia lo nuevo. Es lograr a través del pasaje por
el grupo una individuación enriquecida.
Se diferencian:
Un grupo que se instala en la ilusión grupal, en lo indiscriminado, difícilmente podrá acceder a una
formación, que implica movilización, dolor, cambio, conciencia de finitud pero también noción de
posibilidad.
La situación grupal reedita la fusión de los orígenes, de donde se puede sostener el carácter
estructural de la ilusión grupal. Esta idealización representa también una defensa contra la angustia y
da cuenta de una urgencia identificatoria.
Las ansiedades que se movilizan tienen que ver con escenas primitivas. Esto implica un movimiento
constante de desestructuración y reestructuración personal, una constante ruptura de las estructuras
previas que despliega fantasías orientadas hacia la búsqueda de una fusión grupal de la cual
desprenderse, sucedáneo de las primeras fantasías originarias estructurantes del psiquismo.
La recuperación de significados reprimidos por un sujeto, al ser retomada por otros, ofrece
posibilidades de comprensión y re transcripción de situaciones inconscientes.
CAP 1
1. Definiendo el taller
a. Es un aprender haciendo
Los conocimientos se adquieren en una práctica concreta que implica, la inserción en un campo de
actuación directamente vinculado con el futuro quehacer profesional de los estudiantes. El taller se
fundamenta en el llamada “aprendizaje por descubrimiento”.
Implica:
Una superación de la actual división entre formación teórica y formación práctica, mediante
una adecuada integración y globalización de ambas a través de la realización de un proyecto
de trabajo.
Una alternativa a una enseñanza excesivamente libresca centrada en los contenidos ya
elaborados, otorgando prioridad a los objetivos mediante la utilización de una metodología de
apropiación del saber.
Los conocimientos teóricos, métodos, técnicas y habilidades se adquieren en un proceso de
trabajo y no mediante la entrega de contenidos.
La superación de la clase magristal y del protagonismo del docente, por la formación a través
de la acción/reflexión acerca de un trabajo realizado en común por los participantes del taller,
en el que predomina el aprendizaje sobre la enseñanza.
Una actitud frente a las ciencias, los métodos y el conocimiento, que nunca se presentan como
un conjunto de respuestas definitivas, sino como algo que se esta haciendo no ajeno al
sujeto /observador /conceptuador que utiliza los métodos y se apoya en determinados
conocimientos teóricos y supuestos metateoricos.
EL TALLER REEMPLAZA EL MERO HABLAR RECAPITULATIVO / REPETITIVO, POR UN HACER
PRODUCTIVO EN EL QUE SE APRENDE HACIENDO.
La participación activa de todos los talleristas (docentes y alumnos) es un aspecto central y se aprende a
través de una experiencia realizada conjuntamente.
Debemos aprender a desarrollar conductas, actitudes y comportamientos participativos. Esto implica dos
dimensiones principales:
Una vez que uno ha desarrollado el reflejo investigador, es decir, que ha aprendido a hacer preguntas
(relevantes, sustanciales y apropiadas) ha aprendido a aprender, o apropiarse del saber. Cuando se logra esta
metodología de aprendizaje, se esta en condiciones de seguir aprendiendo, porque se ha desarrollado la
actividad intelectual más importante: el arte de hacer preguntas.
facilitando que se articulen e integren diferentes perspectivas profesionales en la tarea de estudiar y actuar
sobre un aspecto de la realidad.
El taller tiende a la interdiciplinariedad en cuanto es un esfuerzo por conocer y operar, asumiendo el carácter
multifacético y complejo de toda realidad.
El abordaje tiene que ser necesariamente globalizante: la realidad nunca se presenta fragmentada de acuerdo
a la clasificación de las ciencias o la división de las disciplinas académicas, sino que todo está
interrrelacionado. Esta globalización consiste en adquirir el conocimiento de un tema desde multiplex
perspectivas.
Es necesario desarrollar un pensamiento sistémico y un modo de abordaje sistémico, considerado en sus
cuatro formas principales:
e. La relación docente – alumno queda establecida en una realización de una tarea común
los protagonistas del proceso de enseñanza/aprendizaje son tanto los docentes como los alumnos. Supone
la superación de todo tipo de relaciones dicotómicas jerarquizadas y la superación de relaciones
competitivas entre los alumnos.
la modalidad operativa del taller, crea las condiciones necesarias para desarrollar la unidad del enseñar y el
aprender también para superar las disociaciones y dicotomías que suelen darse entre:
El taller es un grupo social organizado para el aprendizaje y como todo grupo alcanza una mayor productividad
y gratificación grupal si usa técnicas adecuadas. Si no se consigue constituir el grupo de aprendizaje, la tarea
educativa puede llegar a frustrarse o a sufrir deterioro.
Si bien el trabajo grupal es una de sus notas características, eso no excluye actividades y tareas que se
realizan individualmente. Por una parte hay que aprender a pensar y a hacer (actuar) juntos, por otra, supone
un trabajo individual del educando, y un trabajo pedagógico individualizado/personalizante de parte del
educador que atiende a las peculiaridades de cada uno y evita la homogeneización/standarizacion que podría
producir el trabajo conjunto.
h. Permite integrar en un solo proceso tres instancias como son la docencia, la investigación y la práctica
Lo sustancial del taller es realizar un proyecto de trabajo, en el que docentes y alumnos participan activa y
responsablemente. La docencia se ejerce a partir de la situación de enseñanza-aprendizaje que supone el
proyecto a realizar, a través de la reflexión teórica sobre la acción que se lleva a cabo. La investigación es
exigencia previa de la acción, y la práctica son las actividades y tareas que se llevan a cabo para realizar el
proyecto.
CAP 2
taller total: incorporar a todos los docentes y alumnos de un centro educativo en la realización de un
programa o proyecto
taller vertical: comprende cursos de diferentes años, pero integrados para realizar un proyecto en común
taller horizontal: abarca o comprende a quienes enseñan o cursan un mismo año de estudios
Taller total (que generalmente esa nivel universitario o terciario), no es conveniente incorporar a los alumnos del ciclo
básico, o de primer año, por dos razones principales: carecen de los conocimientos e instrumentos necesarios para trabajar
en un proyecto concreto, y en segundo lugar, porque al inicio de las carreras universitarias se suelen producir muchas
deserciones (perturbaría el funcionamiento del taller).
Para que realmente sea factible, el taller total hace falta un programa suficientemente rico, amplio y flexible, que tenga
posibilidad de integrar en él todas las necesidades curriculares.
Recomendamos que la tarea del taller (y el taller mismo), esté vinculado al conjunto del pensum o plan de estudios, o sea,
que en el taller (sea horizontal o vertical) se integren y desarrollen los conocimientos adquiridos en asignaturas que
utilizan otras formas pedagógicas.
A nivel primario y secundario, los talleres más útiles son el horizontal y el vertical.
Para que se pueda desarrollar en la escuela primaria un taller de tipo vertical, es necesaria la existencia de un proyecto de
investigación o de trabajo que abarque a más de un curso, y en ese sentido la organización del taller implicará
adaptaciones del diagrama organizativo de las clases en el centro educativo. En la modalidad horizontal la realización del
taller solo afecta a modificaciones en el diagrama de clases de un solo grado o curso sin afectar el resto del centro
educativo.
El taller para formar profesionalmente o técnicamente en prácticas sobre terreno, dentro de cualquier
disciplina.
El taller para adquirir destrezas y habilidades técnico-metodológicas que podrán ser (o no) aplicadas
posteriormente en una disciplina científica, en una práctica profesional o en una práctica supervisada.
En el primer tipo de taller, se requiere un proyecto específico de trabajo de intervención sobre terreno, mientras que en el
taller para adquirir destrezas y habilidades técnicas, ello no es absolutamente necesario,
Cuando se trate de talleres a nivel universitario o profesional avanzado, siempre tendrán que ser talleres de práctica sobre
terreno. En cambio, en los niveles primarios y secundarios (o universitarios de primer o segundo año) los talleres serán
por lo general de segundo tipo: para adquirir destrezas o habilidades.
Lo que caracteriza a este modo de enseñanza-aprendizaje es un “aprender haciendo”, o sea, es una práctica educativa que
se lleva a cabo mediante la realización de un proyecto concreto considerado como una situación de aprendizaje”. Esta
relación será “directa” si el taller consiste en “hacer algo”, o “indirecta” si se trata de adquirir habilidades para la
actuación profesional.
Y como es obvio, del tipo de profesores y alumnos que harán la experiencia. Un taller se lleva a cabo organizando
“equipos de trabajo formados por docentes y alumnos.
Para “buscar soluciones” que es propio del sistema de taller, profesores y alumnos deben trabajar de manera diferente a la
forma de “dar y recibir respuestas”,
en la estrategia pedagógica
en los relaciones educativas
Para el logro de sus objetivos la realización de un taller supone una estrategia pedagógica. Puede sintetizarse en los
siguientes aspectos:
El taller, por su modalidad operativa, puede realizar tres tipos de funciones: docencia, investigación y servicio.
Lo que caracteriza a la docencia dentro del taller, es una pedagogía que reemplaza la clase magistral por la educación
mediante la realización de un trabajo conjunto. De una manera inductiva van surgiendo problemas, que, en la reunión del
taller, se transforman en temas de reflexión sobre la acción realizada y a realizar.
Los problemas no se plantean a partir de teorías o principios que el docente entiende que debe transmitir, o de
conocimientos que el alumno adquiere a través de sus lecturas, sino a partir de cuestiones concretas que suscita una
práctica sobre el terreno que lleva a que cada uno se interrogue y reflexione sobre lo que se está haciendo y su significado.
No hay que incurrir en el error de concebir el taller, o mejor dicho, a los participantes del taller como personas que pueden
adquirir conocimientos sin un mínimo de instrumental teórico y metodológico. El otro error es el de creer que la práctica
por si sola es fuente de teoría y origen del conocimiento científico.
Si la docencia del taller privilegia la práctica presentando epecia1 interés por el hacer, no por ello descuida la formación
teórica. Hemos de señalar que en el taller la teoría está referida a una práctica concreta que se presenta como problema y
como situación de aprendizaje. La teoría aparece como una necesidad para iluminar la práctica. En el taller, práctica y
teoría son dos polos en permanente referencia uno del otro, ya que se trata de dos aspectos que carecen de sentido el uno
sin el otro.
Otro aspecto a considerar es el relativo a la investigación. Esto transforma al taller, en una instancia en La que el
estudiante se ve precisado a aplicar los conocimientos adquiridos en lo referente a métodos y técnicas de investigación.
Para realizar el proyecto, los talleristas deben desarrollar las capacidades de observación, experimentación contacto con la
realidad, en fin, desarrollar la capacidad de investigar. Pero la Investigación en el taller no es para descubrir nada nuevo,
sino es un conocer para actuar.
Como ocurre con la teoría, la formación metodológica se enriquece con la experiencia inmediata del trabajo sobre el
terreno, puesto que la índole del trabajo exige la aplicación y perfeccionamiento de los métodos y tinca aprendidas.
Por último, el servicio en terreno o práctica de campo realizada en torno a un proyecto, constituye el modo pedagógico
para adquirir habilidades y destrezas profesionales. En este sentido, adiestrar a los estudiantes en las labores específicas de
la profesión.
A través del taller es posible conectar el Centro de Enseñanza con la comunidad a la que pertenece a través de los
servicios de acción directa o del trabajo sobre terreno que exige la realización del taller. Otra función o incidencia del
taller, se refleja en las tareas de supervisión (orientación, coordinación y control de prácticas), puesto que la supervisión
queda integrada en el taller, mediante cambios sustanciales y principales:
Antes de iniciarlo es necesario preguntarse: ¿quiénes son los destinatarios?, ¿dónde lo voy aplicar? Y en ese preguntarse
por el dónde hay que tener particularmente en cuenta el centro educativo y el entorno inmediato. Eso depende también de
los recursos humanos y materiales disponibles.
Un mismo taller, sobre un mismo tema, con el mismo profesor o profesores, puede ser realizado de manera diferente
según sean los destinatarios y su circunstancia.
Con esta información es posible plantearse seriamente qué tipo de taller se va a proponer y cuáles serían las líneas
generales de la estrategia pedagógica a seguir.
CAP 3
La redefinición de roles del educador / docente y del educando / alumno que supone el taller, en
relación a las formas clásicas de la pedagogía tradicional.
Ahora bien, si el taller es un aprender haciendo con el protagonismo de todos sus implicados, esto
solo puede llevarse a cabo a partir de una redefinición de roles tanto de educador como de
educando.
El educador à animador que incita, motiva e interesa para que el educando desarrolle sus
capacidades y potencialidades.
El educando à se inserta en el proceso pedagógico como sujeto de su propio aprendizaje. El taller
debe crear las condiciones para el trabajo autónomo y el desarrollo de la personalidad a través del
contacto directo y sistemático con situaciones – problemas.
· Sensibilizar y motivar, animar y suscitar el trabajo de los educandos para que tiendan a hacerse
responsables de su propia formación.
· Animar que los educandos vayan autodeterminandose, es decir, que decidan por sí mismos, que
cumplan con las responsabilidades asumidas y que auto critiquen cuando no lo han hecho
El docente constituye un modelo en dos sentidos para sus alumnos: de coherencia respecto a los
valores que dice sustentar y por su competencia profesional expresada principalmente en el
conocimiento de la asignatura que enseña y la forma de enseñar.
En una pedagogía autogestionaria, no hay alumnos depositarios / receptores. Sus roles y funciones
se redefinen de acuerdo a ciertos lineamientos fundamentales resumidos en lo siguiente:
· Hacer propuestas inventivas y orginales basadas en la capacidad de dar una respuesta a una idea o
situación nueva; resolver problemas concretos en situaciones concretas; aplicar los conocimientos en
las actividades concretas que se realizan y en algunos casos evaluando lo que se hace.
· Tener una actitud de libertad, de no sumisión, pero sí de respeto hacia los profesores.
¿Cuándo y cómo debe intervenir el profesor en los momentos destinados al diálogo y a la discusión?
Si el profesor interviene mucho, no deja participar y hasta puede inhibir; si no interviene nada o muy
escasamente es probable que el proceso de enseñanza – aprendizaje no avance muy
consistentemente. Al entender del autor (Egg) hay que intervenir para proporcionar información o
corregir errores de información; para hacer aportes metodológicos o técnicos; alentar a que las
intervenciones sean argumentativas y no basadas en criterios de autoridad; cuando se hacen
digresiones inútiles que desvían el tema.
DOCENTE – ALUMNO Docente y alumno no son los mismos en cuanto a los roles y responsabilidades,
por lo que afirmar que tienen los mismos roles, y peor aún, practicarlo, sería una burda demagogia.
En el acto de enseñar la responsabilidad principal es del docente lo que implica competencia
profesional. La responsabilidad de aprender es un proceso eminentemente personal que debe asumir
cada alumno.
DOCENTE – DOCENTE El taller exige otro tipo de relaciones entre los docentes como consecuencia
del trabajo conjunto que deben realizar; trabajo que los enriquece científica, pedagógica y
humanamente, a condición de que haya un mismo espíritu de equipo.
ALUMNO - ALUMNO Toda dinámica del proceso de aprendizaje está centrada en el docente,
consecuentemente este tipo de comunicación entre alumnos no se considera como parte sustancial
del proceso de enseñanza / aprendizaje. El conocimiento de cada uno y de todos confluye en el
trabajo colectivo. Ya no tienen que repetir los textos sino hacerse responsables de su propio
aprendizaje. Para comenzar una nueva forma de aprendizaje en cuanto a los roles es necesario
hablar de una pedagogía compartida; lo que supone un
(1907-1977)
Algo de su biografía
Fue uno de los introductores del psicoanálisis en la Argentina, y uno de los fundadores de la
APA, de la que luego tomó distancia para dedicarse a la construcción de una teoría social que
interpreta al individuo como la resultante de su relación con objetos externos e internos. En
este marco fundó la Escuela de Psicología Social.
Principales Aportes
I. Psicología Social
Objeto de estudio:
“La psicología social que postulamos, en función de su abordaje del sujeto en condiciones concretas
de existencia, se define como crítica de la cotidianeidad. Su tarea implica un análisis objetivo- de allí
“crítica”- de las formas en que cada formación social concreta, organiza materialmente la experiencia
de los sujetos, determinándose así el interjuego fundante para la constitución de la subjetividad entre
necesidad y satisfacción vincular social de esa necesidad” Pichón Riviere y A. Quiroga, 1985
II. Vínculo
El ser humano es un ser de necesidades que sólo se satisfacen socialmente, en relaciones que lo
determinan.
El sujeto no es sólo un sujeto relacionado, es un sujeto producido en una praxis: “nada hay en él que
no sea la resultante de la interacción entre individuo, grupos y clases”
GRUPO:
“Es un conjunto restringido de personas que, ligadas por constantes de tiempo y espacio, y
articuladas por su mutua representación interna, se proponen en forma implícita o explícita una tarea
que constituye una finalidad, interactuando a través de complejos mecanismos de asunción y
adjudicación de roles” P. Riviere
P. Riviere utiliza este concepto como sinónimo de mundo interno, el cual se construye a partir de la
internalización progresiva de los objetos y los vínculos. A través de la capacidad de discriminar entre
grupo interno y grupo externo, el sujeto adquiere identidad y autonomía.
“El grupo interno tiene su origen en las experiencias del sujeto con su familia de origen. Está
constituido por imagos de estos objetos familiares, relacionados a través de una compleja red
vincular, agrupados en escenas dramáticas significativas que son la esencia de la problemática
inconsciente. Pasibles de ser proyectados sobre el grupo externo, producen fenómenos
transferenciales cuya elucidación e interpretación forman la materia prima del proceso de curación.”
Bernard, M; 1995
IV. ECRO
Finalidad: Aprender a aprender, a pensar. Una tarea constituye su finalidad: explícita e implícita.
Interrogar al ECRO.
Jacobo Levy Moreno, creador del psicodrama y sociodrama, es un ej. de creatividad y dedicación a la
investigación psicológica y social.
Desafió las críticas, las “conservas culturales” de su época, logrando desarrollar una teoría basada en
una concepción del hombre y de la salud que tienen como núcleo la espontaneidad, el optimismo
acerca de lo vital, el amor, la catarsis y los roles que van formando el yo del individuo.
El sociodrama
La psicoterapia de grupos
El psicodrama
Se referirá a los puntos salientes de la teoría y técnica morenianas para luego desarrollar la
orientación a la que pertenece: el psicodrama psicoanalítico aplicado a la clínica y docencia grupales.
Los aportes más conocidos y medulares de la teoría de Moreno devienen de la nueva mirada que
este autor fue capaz de dar a la improvisación dramática, retomando el concepto de catarsis.
Este concepto significa purificación, emociones que surgen de la participación activa (identificación)
en la acción dramática.
En el teatro clásico, el espectador al identificarse proyectiva con lo representado por los actores,
logra una catarsis y cierta concientización.
En el caso del psicodrama, si bien el público resuena con lo representado (ese es su valor en la
terapia grupal) es el protagonista, en primer lugar el que logra una catarsis ya que representa su
propio drama.
Para que a través del drama representado se produzca un verdadero efecto catártico, tiene que
existir verdadera espontaneidad y creatividad, dice Moreno, pues de lo contrario es una mera
repetición que no aportará nada nuevo ni a los protagonistas ni al público.
- En los protagonistas, que mientras se desarrolla el drama, crean el mismo, lo cocrean con los
demás, expresándose a través del tratamiento de la temática y de los juegos vinculares.
- En la creación espontánea misma, que mediatiza el vínculo del hombre con el mundo.
a) Teoría de la espontaneidad
- la espontaneidad a través del juego dramático del “como si” simbólico, donde logra escapar al
determinismo asfixiante de ciertas condiciones de la realidad.
- el contacto consigo mismo y con los demás al reecontrarse con la creatividad, donde surgirán
nuevos roles y restas nuevas, libres de estereotipos, donde lo real e imaginario coexisten.
La psicología genética: El niño nace con una capacidad creadora propia del ser humano que irá
completando con la madurez, y con la ayuda de los otros. El primer yo auxiliar es el de la madre,
función imprescindible para que el niño pueda desarrollar la espontaneidad.
o Además la madre cumple la función de representar para el niño una imagen de sí mismo.
Siguen siendo uno, hay una identidad del yo con el tú, no se diferencia el niño de su entorno.
Moreno dice que esta primera experiencia primigenia de la identidad configura su destino. En
toda esta primera etapa los roles son psicosomáticos.
o La segunda etapa es la del reconocimiento del yo. El niño observa al otro (madre) como algo
diferente de él. Integra las diferentes partes de su cuerpo en una unidad y es a partir de allí
que se distingue. Es en la segunda etapa que aparecen los roles psicodramaticos.
o En una tercera etapa el niño reconoce al otro. Ya no solo se vivencia separado del resto sino
que también reconoce a los otros.
Moreno hace una descripción de la evolución del mundo del niño, distinguiendo:
1) Matriz de identidad total: Primer universo: todo es uno. Las configuraciones están
configuradas por los actos.
2) Matriz de identidad total diferenciada: Segundo tiempo del primer universo: se diferencian
las unidades pero tienen el mismo grado de realidad: los individuos, los objetos imaginarios y los
reales.
La espontaneidad es el factor que puede asegurar este dominio, que consiste en trasladarse de uno a
otro, ir logrando un equilibrio.
Aparecen los roles psicodramaticos (reales e imaginarios, ej: Dios) y los sociales (la hermana, el
padre, la maestra). Esto sucede cuando ya hay una diferencia entre fantasía y realidad. El niño
entonces está en el segundo universo.
- Los primeros roles son los psicosomáticos: ingeridor, durmiente, defecador. Son los que se
desarrollan a partir de las necesidades y funciones básicas y de las primeras relaciones con la madre.
El rol del niño y dela madre forman todavía una matriz de identidad indiferenciada.
En esta teoría se toman los roles como eje del yoico y, a medida que el niño crece y se diferencia, va
pudiendo ampliar su abanico de roles. Alguno roles quedarán inhibidos, necesitando posteriormente
ser rescatados (función del psicodrama).
Cuanto más sano es un individuo, más posibilidad tendrá de desempeñar diferentes roles, tendrá un
abanico de roles más amplio. Roles creativos y no repetitivos.
De las experiencias infantiles surgen algunos conflictos para desempeñar roles en el futuro, por ej. si
el rol de la madre en el juego ha sido indiferente o inhibidor puede provocar al adulto una inhibición
en su creatividad adulta.
c) La psicoterapia grupal
o “Es un método para tratar concientemente, en el marco de una ciencia empírica, las
relaciones interpersonales y los problemas psíquicos de los individuos de un grupo.
Todos en el grupo son agentes terapéuticos, y todo grupo lo puede ser con respecto a otro.
No trata solamente a los individuos sino a todo el grupo y a los individuos que están en relación con
él.
o Valor de fuerzas inmanentes al grupo: vivimos en grupo desde que nacemos y nuestros
problemas provienen de ese mundo.
Método psicodramatico:
- El método general del psicodrama cuenta con diferentes técnicas para desarrollar al máximo la
exploración y la creatividad, posibilitando una catarsis de integración.
1) Caldeamiento:
Es la primera fase, donde se prepara el clima del grupo. Se elige un tema y un protagonista y
se intenta adentrar al mismo en el mayor nivel de espontaneidad posible.
Aquí cobran importancia los yo- auxiliares, que serán los encargados de encarnar los
personajes para los que el protagonista los eligió: personajes reales o fantaseados, aspectos
del paciente, símbolos de su mundo.
El psicodrama posibilita desplegar en la escena el vínculo con estos personajes, a los que el
protagonista, incluso, puede encarnar (inversión de roles). El reordenamiento interior, más
integrado, provoca un esclarecimiento que alivia y lleva a recobrar lo perdido. Cuando se
produce este hecho, se logra una catarsis de integración que, según Moreno, es una
purificación mediante el complemento. La posibilidad de integrar lo disociado, recobrar fuerza
y unidad.
3) El “compartir”
Aquí es donde el grupo participa terapéuticamente. Hasta este momento el que se expuso y
“desnudo” su intimidad fue el protagonista.
En esta etapa el grupo devuelve, comparte, sus sentimientos y vivencias, todo lo que les fue
sucediendo durante la escena, las resonancias que en ellos produjo. Los compañeros lo
acompañaran evitando que se sienta en desigualdad de condiciones.
Se logra así una catarsis grupal que comienza con el protagonista y continúa con lo que
sienten los demás y, todos juntos, durante los comentarios.
- Las diversas técnicas dramáticas que se utilizan durante la representación fueron pensadas
por Moreno en relación con su teoría de la evolución del niño. Cada una de ellas cumple una
función que corresponde a una etapa del desarrollo psíquico. El director de psicodrama
instrumentará, en cada situación, aquellas que le parezcan más adecuadas y
correspondientes al momento del drama, según el tipo de vinculación que en él se exprese.
Debe ser capaz de colocarse en ese lugar, sentir la situación del paciente “como sí” fuera su
doble real.
Se busca con esta técnica que el paciente se reconozca en dicha representación, así como en
su infancia se reconoció en el espejo.
En el momento en el que el niño reconoce el tú, simbólicamente puede ponerse en el lugar del
otro.
2) PROTAGONISTA
Se representa a sí mismo, y sus personajes son parte de él, donde palabra y acción se
integran, ampliando las vías de abordaje.
3) DIRECTOR
Tiene una doble función, según los momentos de la sesión. Aunque es un rol unitario, se
distinguen técnicamente los momentos en los que coordina la escena dramatica y cuando el
grupo está en tarea verbal.
Esta atento a toda la información que dé el protagonista, ayudando a llegar a la escena con
espontaneidad, a través del caldeamiento. Una vez comenzada la escena, se retira del
espacio dramático y solo interviene si es necesario incluir alguna técnica, de las
mencionadas, dando consignas al protagonista o yo-auxiliares.
4) YO AUXILIAR
Tiene la función de auxiliar al protagonista, dramatizando roles que éste le indique y que
necesita para realizar la escena. También recibe consignas del director.
Desde las vivencias de los roles desempeñados, que lo vinculan al protagonista, obtiene una
comprensión y visión del drama, que en el caso de los yo-auxiliares profesionales se asientan
a la vez, en sus conocimientos psicológicos.
En nuestra forma de trabajo, los yo-auxiliares son los mismos compañeros del grupo.
5) PÚBLICO
Es el grupo terapéutico.
El público, en ambos casos, resuena con lo que recibe desde la escena, aportando opiniones,
expresando afecto, asociando con su propia historia; contiene la escena. Es imprescindible
para la realización del psicodrama por que son parte del mismo, completan lo que sucede en
la escena.
Puede ser de pocas personas (flias, parejas, grupos terpeuticos, de formación) o de muchas
(psicodramas Público o grandes grupos)
PSICODRAMA PSICOANALÌTICO
- El contexto social es influencia en y está influido por la vida de los grupos. Parte de la tarea a
realizar es analizar las relaciones de los individuos que componen un grupo y del grupo como
unidad con el mundo exterior.
- El ser humano es gregario, siempre desde su nacimiento forma parte de grupos, y comienza
un lucha por la discriminación e individuación, y dialécticamente por pertenecer a grupos, ser
aceptado, vincularse. Además de los grupos primarios que van constituyendo nuestro mundo
interno, existen grupos sociales con los que establecemos lazos (políticos, religiosos).
- Nosotros pensamos que un criterio de salud que tome al hombre en su totalidad, no puede
olvidarse de que éste es un ser social.
- Se puede investigar el icc siempre y cuando rescatemos su conocimiento para integrarlo al
individuo como ser social.
Hay varias líneas que consideran al psicodrama como: algunos incluida en la estricta técnica del
psicoanálisis individual; otros intentaron adaptarla a lo dramático y grupal.
- Otra de ellas esta representada por el CEFRAP, fundado en 1962, al que pertenecen Anzieu,
Kaes, Missenard, etc. Sus investigaciones se centran en la dinámica de la personalidad y los
grupos. Dan al psicodrama, a la escena, el valor de una comunicación simbólica.
Dice Anzieu: “el psicodrama analítico favorece la expresión de los conflictos por intermedio de
imágenes simbólicas”. Caracteriza 4 aspectos importantes del psicodrama: dramatización de los
conflictos, comunicación simbólica, efecto catártico y naturaleza lúdica.
- Otras líneas también se han abierto en Francia y en otros países (entre ellos el nuestro)
tomando el trabajo corporal e integrándolo con el psicodrama psicoanalítico.
- La teoría moreniana, tiene algunos aspectos que se complementan, y en algunos casos son
parcialidades de conceptos psicoanalíticos no reconocidos y rebautizados con otros nombres.
El objetivo es que el individuo sea en escena lo que es, pero más profundamente, más claramente
que en la vida real; que se encuentre con partes de su yo y “personas reales e ilusorias”. La escena
dramática es leída desde el psicoanálisis, como una vía de abordaje a lo icc.
1) VALOR DE LA REPRESENTACIÓN
Como liberadora; segunda vez de un suceso, donde se encuentran aspectos nuevos y se crean
conductas nuevas. Es similar a explorar para recordar y no seguir repitiendo estérilmente, al conocer
a través de la escena, lo que del icc aflora a ella. Se integra lo disociado, dando lugar a mutaciones
basadas en la toma de cc. Posibilita lo creativo en vez de lo repetitivo.
A estos 2 niveles deseo referirme. Encuentro, para Moreno, es un vínculo yo-tú, libre de transferencia
(sabemos que transferencia hay siempre, en mayor o menor medida). Lo que podríamos entender
como cercano a este concepto dentro de nuestro trabajo grupal, son momentos en los que se llevan
a cabo desidentificaciones, donde los vínculos son explorados y esclarecidos dentro del grupo, por
alguna necesidad del proceso terapéutico (alianzas narcisistas por Ej.). También cuando el contexto
social, a través de algún acontecimiento, es tema grupal.
- Yo opino que no hay terapia posible que deje de lado la realidad circundante de la que el grupo es
parte. Pienso que lo importante es poder entrar y salir de las distintas áreas, poder conectarlas y no
quedar atrapado en ninguna de ellas. Es psicoanálisis aplicado a los grupos, pues tiene en cuenta las
leyes básicas del mismo, pero no interpolando el modelo clásico del psicoanálisis individual sin las
modificaciones necesarias.
Se tienen en cuenta la transferencia hacia el terapeuta, hacia el grupo, y cada uno de sus
integrantes, también hacia el exogrupo. La resistencia en la tarea verbal y dramática. Se trata de
hacer cc lo icc, sin desvalorizar ni dejar de lado en nuestra concepción de salud mental y terapéutica,
la relación dialéctica del hombre con el entorno social.
3) CON RESPECTO A LA TRANSFERENCIA
Para Moreno, es lo patológico del factor Tele, es estar conectado consigo mismo, no con el otro. Para
el psicoanálisis, la transferencia es de contenidos icc. En la medida que la transferencia se esclarezca,
se logra un vínculo más maduro, menos narcisista, se reconoce más al otro. Hasta aquí la semejanza.
La diferencia está en que el psicoanálisis se vale de la transferencia, la privilegia, trabaja con ella y
desde ella. Moreno la ve como algo a eliminar.
¿Cómo nos manejamos con la transferencia en psicodrama psicoanalítico? En este punto hay
diferencias según los autores, en cuanto a como lograr la integración psicodrama-psicoanálisis,
Tenemos entonces: transferencias de los terapeutas entre sí; de cada uno de los integrantes con
cada uno de los demás; con el grupo como unidad; con el terapeuta o los terapeutas; con el
exogrupo; del de los terapeutas con el grupo y cada uno de sus miembros.
- Sólo podemos conocer una parte de lo que se está dando en un momento en una red
transferencial. Generalmente, esos datos nos ayudan en el análisis grupal en general y el
análisis de la escena dramática, en particular.
- Las proyecciones transferenciales, en la que la energía pulsional toma al objeto como pantalla
que posibilita el retorno de lo reprimido, es uno de los aspectos fundamentales de nuestro
trabajo en los grupos, no el único, hay momentos de alianza yoica donde en términos
morenianos la relación es más “telética” que transferencial, donde la tarea terapéutica toma
otros caminos técnicos, reflexivos, de intercambio con los otros, de “encuentro”. Contamos
también al trabajar con la escena dramática, con la posibilidad de investigar los datos que el
cuerpo nos brinda en el espacio dramático, reveladores de lo icc.
Esto nos conecta con otro tema: el de la interpretación en psicodrama psicoanalítico. Lemoine dice
que los que hacen “las 2 cosas” (interpretar y dramatizar) perjudican ambos caminos. Pienso que no
se trata de “hacer las 2 cosas”, psicodrama y psicoanálisis, sino 1 sola: psicodrama psicoanalítico,
integrando las reglas del juego de lo dramático y lo verbal, donde la interrupción de las asociaciones
verbales para dramatizar es tal, si la dramatización es defensiva y frena las asociaciones del análisis.
Pero si la dramatización y el momento son pertinentes, son leídas como asociaciones dramáticas que
amplían el proceso.
Al decir “transferencia del coordinador”, me estoy refiriendo a las múltiples escenas a las que
éste se enfrenta, las diferentes escenas que re-vive en su trabajo, las cuales, inevitablemente,
golpearán a las puertas de su icc, despertando sus fantasmas. Un coordinador que interpreta la
transferencia de sus pacientes, pero ignora la suya y desconoce cómo el acontecer grupal resuena en
su modo interno, y qué imagos personales se conmueven en cada circunstancia, coordina
generalmente un tipo de relación estereotipada y pierde “el rumbo” del grupo, negando así su aporte
a las transferencias grupales.
A través del análisis de las transferencias pueden ir conociéndose las fantasías o formaciones
imaginarias icc compartidas, y las fantasías individuales de los integrantes, en las distintas etapas del
desarrollo de un grupo. Esta tarea cuenta con dificultades obvias por la complejidad del campo en el
que se trabaja.
En este sentido, en lo que se refiere a las dificultades de aprehensión del fenómeno grupal, la
aplicación del psicodrama es un elemento de gran valor terapéutico, ya sea que se llevan a cabo
dramatizaciones grupales o individuales.
Jacob Levy Moreno nació en Bucarest en 1889, y fue quien desarrollo el método del psicodrama y
emprender un trabajo pionero en la psicoterapia de grupo.
Podría decirse que el psicodrama como método terapéutico fue desarrollado por Moreno a partir de
sus experiencias tempranas en el teatro de la espontaneidad y en la terapia comunitaria.
Tres partes:
1. la atemperación
3. El intercambio
Moreno se atribuye el haber ido más allá de las curas tipo de la época en dos aspectos:
Moreno se basa en el origen etimológico de la palabra “psico” y “drama” tomada del griego que
significa: acción, obra (teatral).
Definiciones:
- espontaneidad
- creatividad
- rol
Los primeros psicoanalistas en interesarse por el psicodrama han sido aquellos dedicados al trabajo con niños
y adolescentes. Estos terapeutas de grupo, todos ellos con una amplia formación psicoanalítica buscaban una
técnica y no una teoría. El psicodrama analítico tomo la técnica creada por Moreno, considerándola como un
modo profundamente rico para el abordaje de la fantasía icc. Descubrieron la riqueza para la emergencia de
los afectos al permitir la adecuada movilización del cuerpo.
1. contextos:
- Contexto social: se entiende por “extragrupo” a la realidad social. El material que vamos a recibir de las
personas que componen un grupo terapéutico proviene d ese contexto. En este contexto viven, en el han
enfermado también,
- Contexto grupal: sujetos que conforman el grupo terapéutico, tanto pacientes como terapeutas. Cada
grupo con su idiosincrasia va a crear un contexto con su particular dramática, vínculos y procesos.
Las personas tienden a agruparse por intereses propios, sectoriales, ligados a las
problemáticas que intentan resolver. Algunas personas se agrupan para afrontar desafíos
o crisis personales, familiares o sociales a través del pequeño grupo.
Las personas que se agrupan “para ayudarse” están parcial o totalmente, de manera
transitoria o permanente desapuntaladas psíquicamente. El psiquismo se gesta y se
sostiene multiapoyado.
Los grupos como los vínculos deberán ser lugares de anclaje y equipos de travesía:
lugares paradojales que se sostienen para dejarse partir.
GRUPOS DE AUTOAYUDA Y AYUDA MUTUA (GAAM)
Podríamos decir que el verdadero nombre GAAM seria Grupos de Ayuda Mutua y Autoayuda. Esta
definición estaría incluyendo dos conceptos claves para el funcionamiento de este tipo de grupo:
ayudarse-ayudando, idea que une la autoasistencia con el servicio al prójimo.
Las personas acuden a los GAAM porque en ellos encuentran: (ES LO MISMO PARA GRUPO DE
AUYOAYUDA)
1. Autogestivos
2. Estructura Fraternal: Tienen una gran flexibilidad de autogestión: entendida como la capacidad
de un grupo de fijar sus reglas y organizar sus acciones en función de un objetivo que sus
miembros tienen en común. Horizontalidad de vínculos entre los miembros del grupo. El
encuadre es acordado por los propios miembros
3. Voluntarios
4. Crisis
5. Similitud en el sufrimiento: GRUPOS HOMOGENÉOS
El sostén emocional es el generador de una red vincular de contención afectiva que proporciona la
solidez y la continuidad del grupo.
Normas explicitas
Son personas que se reúnen afectadas por una misma situación, patología o rasgo común (adicción,
gays, víctimas de violencia, depresión, etc.) de la que cada sujeto ha tomado conciencia y desea
superar y aliviar mediante el intercambio activo de información y mutua cooperación con un amplio
sostén emocional
CRISIS SOCIAL:
Ruptura de la continuidad.
Vivencia de incertidumbre.
Rupturas que entrañan algo del orden de lo catastrófico.
Modificación persistente de las condiciones materiales de existencia.
Intervalo entre una pérdida segura y una adquisición incierta.
CRISIS CATÁSTROFES
Se pierden referentes identificatorios Sucesos que alteran un orden regular
inmediatos. produciendo efectos graves de
Tiene efectos en la estructura vincular- destrucción.
familiar-grupal-social. Es siempre social, aún en hechos de la
Angustia catastrófica referida al futuro. naturaleza produce efectos en lo social.
Pérdida de apuntalamiento. Incluye una crisis pero están vinculadas
Se afecta el contrato narcisista. a la problemática de lo traumático.
No hay condiciones y garantes Quedan afectadas la auto-conservación
intersubjetivos del espacio en el cual el y la auto-preservación.
yo puede advenir.
LAZO SOCIAL:
GRUPALIDAD (herramienta)
La transformación de la realidad
La tramitación de los procesos de la subjetividad
Ante la crisis, los agrupamientos producen un reapuntalamiento que contrarresta los sentimientos de
inermidad, indefensión y la angustia de no asignación, entendida como sentimiento de pérdida, de
falta de reconocimiento en el conjunto social.
Estos grupos funcionan de manera autogestiva y en los cuales la presencia de un analista es aleatoria y en muchos casos es
reemplazada por el colectivo mismo o por un miembro que haya atravesado con éxito la problemática que los reúne.
Las personas tienden a agruparse por intereses propios, sectoriales, ligados a las problemáticas que intentan resolver.
Algunas personas se agrupan para afrontar desafíos o crisis personales, familiares, sociales a través del pequeño grupo.
En 1981, en EEUU y Canadá se registraron 500.000 grupos de autoayuda, lo cual obligo a la OMS a incluir esta categoría
dentro de su proyecto de salud para el año 2000.
Las personas que se agrupan “para ayudarse” están parcial o totalmente, de manera transitoria o permanente
desapuntaladas psíquicamente. El psiquismo se gesta y se sostiene multiapoyado, allí acudirá el grupo como acople
psicosocial para colaborar en la invención o reinvención de los soportes protésicos vinculares de reemplazo psíquico.
Winnicott: serian “grupos suficientemente buenos” aquellos que permitan desarrollar la omnipotencia desfalleciente y la
capacidad ilusional, ofreciendo un cuerpo-grupo maternante que permita reposicionar al narcisismo y éste en tanto
acumulador de libido, favorezca el fortalecimiento yoico y abra paso a un proceso de recomposición en los sistemas de
investidura pulsional e identificatoria en el régimen de los vínculos intra e intersubjetivos.
Los grupos de autoayuda más optimistas son objetos transicionales, en tanto categoría de objeto “creado para ser
utilizado” según las necesidades de las personas que participan en él. Es parte del sí mismo y del otro, y apuntala a una
unidad entre el deseo y el encuentro con el objeto que requiere por tanto ser un objeto básicamente gratificador. La
transicionalidad como espacio intermediario requiere el trasfondo de un sostén narcisistico que podría serlo un analista o
un grupo de autoayuda y que debiera tender hacia el autocuidado como tramitación del apuntalamiento en un
autoapuntalamiento en los grupos internos.
Kaes plantea que uno de los organizadores de los vínculos grupales, son los pactos denegativos y diferencia tres tipos de
negatividad:
EDELMAN & KORDON / TRABAJANDO EN Y CON GRUPOS (CAP: INTERVENCIONES DEL TERAPEUTA
Y DEL COORDINADOR DE GRUPO)
CONSIDERACIONES GENERALES
Para nuestras intervenciones tenemos que tener en cuenta que éstas comienzan aun antes de que se configure el trabajo
grupal como tal. Cómo somos convocados o cómo convocamos a la formación del grupo, qué tipo de dispositivo elegimos
implementar, ya implica una intervención.
Nuestras intervenciones son producto de un trabajo de construcción común entre el o los coordinadores y los miembros
del grupo, producto de un trabajo intersubjetivo, que incluye el reconocimiento de distintos saberes.
Hay, un plus en las intervenciones. Depende de la subjetividad del coordinador y del vínculo que se configura. Este plus
incluye estilos personales, modos de saludar, inclusión o no de comentarios.
Es deseable que las intervenciones se correspondan con una inteligibilidad, una interpretación conceptual de lo que ocurre
en el grupo, es decir que se puedan apoyar en un modelo teórico desde el cual se comprendan los fenómenos que se
despliegan.
En nuestro caso partimos de una concepción vincular del sujeto y el psiquismo. Nuestra atención está dirigida
selectivamente a las formaciones inter y transubjetivas, al desciframiento de la escena, de la cual nosotros también
participamos y en la que no solo hay palabras, sino también acción. En los grupos terapéuticos también se dirige a los
procesos psíquicos personales.
Nuestras intervenciones se proponen, visualizar y comprender lo que hace obstáculo y promover efectos de apertura a lo
nuevo.
Nuestra presencia en el grupo despierta una particular significación para sus miembros. Nuestra palabra es vívida como
´´palabra autorizada´´, nuestras miradas se siguen especialmente y pueden ser interpretadas como signos de preferencias,
de validación, de reconocimiento. Por lo tanto, tenemos que prestar especial atención a nuestro lenguaje no verbal, ya que
nuestros gestos, actitudes, miradas, pueden tener un efecto tan potente como las palabras y, en algunos casos, hasta
contradictorias respecto de ellas.
Es importante una actitud de flexibilidad, sustentada en una mirada y una escucha rigurosa de los distintos fenómenos
emergentes.
Modalidad de comunicación
Nuestras intervenciones van dirigidas a los contenidos y a la escena que se configura. A veces hay coincidencia entre
contenido y escenificación y otras no.
Aun en dispositivos grupales en los que se sostiene un fuerte liderazgo del coordinador consideramos conveniente
estimular la comunicación en red.
Eludir funciones de árbitro
Eludimos asumir estas funciones demandadas, explícita o implícitamente, en las cuales se nos intenta colocar
frecuentemente para definir lo que está bien o mal o es apropiado o inapropiado.
Una de las riquezas de los dispositivos grupales es la presencia, de diversos modelos operacionales, es decir, diversas
maneras de encarar y resolver una situación problemática. Una intervención dirigida a poner en relieve estos aportes
permite legitimar la importancia de la diversidad de posibilidades, a partir del peso específico que tiene la palabra del
coordinador.
Es frecuente que en determinados momentos exista en el grupo una comunicación en red mientras se discuten temas
generales (por ejemplo, diferencias entre hombres y mujeres, algo de lo ocurrido en el medio social, etc.). En estos casos,
la intervención, ya sea hecha en forma de pregunta o de señalamiento, tenderá a facilitar la subjetivación.
CUÁNDO INTERVENIR
Generalmente, intervenimos en diferentes circunstancias, pero muy especialmente cuando comprendemos la significación
de una escena, cuando detectamos un punto de urgencia o cuando se presenta una situación que obstaculiza la tarea
grupal.
El manejo del silencio es complejo. Es importante tolerarlo y no llenar el aparente vacío con nuestras palabras. Pero este
tiene un límite: en algunos momentos el silencio adquiere un carácter.
GRUPO DE REFLEXIÓN
Se reflexiona sobre las fantasías, pactos y acuerdos, y sobre la dramática y estructura de roles que de ellos derivan.
Trabajamos también sobre la articulación de dichos aspectos con los organizadores socioculturales, con las
representaciones sociales, con las variables institucionales y con los sistemas de ideales.
Algunas intervenciones de los coordinadores tratan de esclarecer o explicitar situaciones conflictivas. Otras están dirigidas
a mostrar, partiendo de lo planteado por los miembros del grupo, diferentes repertorios de respuestas posibles frente a un
mismo problema. Se ayuda a descubrir de qué manera se articulan las representaciones sociales con las vivencias
subjetivas.
Se interpretan diferentes niveles de fantasías, procurando evitar las interpretaciones vinculadas a la historia personal de los
integrantes, dirigiéndose, en cambio, a los niveles transubjetivos y a veces intersubjetivos. También tendemos a establecer
la vinculación entre determinados afectos y las ideas conscientes o no en que aquellos se apoyan, las motivaciones
inconscientes de ciertas actitudes.
Cuando el nivel de exigencias idealizadas depositadas en la figura y en la función del coordinador se convierte en un
obstáculo para el intercambio, intervenimos, intentando disminuido.
Es frecuente que en el desarrollo del grupo de reflexión algunos de sus integrantes hagan referencias a las motivaciones
personales que lo llevan a sostener fantasías omnipotentes.
La realización o no de una devolución por parte de los coordinadores al finalizar una reunión. La devolución produce un
efecto de restablecimiento de una piel grupal. Sería un aporte de los coordinadores al trabajo de ligadura, a la
recomposición de una imagen de totalidad frente a las vivencias de fragmentación. Tiene un efecto unificador y en ese
sentido, reduce la angustia. Puede ser o no necesaria.
Las intervenciones del terapeuta tienen que tener en cuenta siempre que el grupo terapéutico es un dispositivo dirigido a
promover modificaciones en cada una de las personas que lo integran y que han concurrido a ese grupo con la decisión de
hacer un tratamiento psicoterapéutico a raíz de dificultades en su vida y en sus vínculos que les producen sufrimiento. Por
lo tanto, nuestra tarea está dirigida a aliviar ese sufrimiento, facilitar el reconocimiento y abordajes de su conflictiva
personal y promover plasticidad y pertinencia en las conductas.
Reiteramos que nuestras intervenciones son diversas y abarcadoras y que la interpretación no es el único instrumento.
Mostramos modelos identificatorios y operacionales que se ponen en juego en el aquí y ahora grupal; retomamos
intervenciones de compañeros de grupo, en algunos casos ampliándolas en contenido, hacemos preguntas y
señalamientos.
La función interpretante no es solo del terapeuta. Los compañeros de grupo también pueden asumirla, ejerciéndola entre
sí, a veces con singular agudeza.
En este dispositivo, las interpretaciones reconocen diferentes niveles: las fantasías originarias, las fantasías secundarias
(que marcan el perfil, la estructura fantasmática individual, incompartible), lo histórico-genético individual y la estructura
de roles superpuesta dada por la puesta en escena de lo originario y lo secundario, esto último a través de la denominada
resonancia fantasmática.
Con la nominación de fantasías originarias en la interpretación de éstas es necesario tener en cuenta la irrupción,
particularmente en los momentos críticos, de la angustia de no asignación. Esta angustia de no asignación abarca a todos,
incluido el terapeuta, por la falta o la pérdida de apuntalamiento en el cuerpo imaginario del grupo. La ¨regresión´´, es
decir la puesta en escena de fantasías originarias o su predominancia en la dramática grupal, tiene un sentido defensivo
funcional.
Pensamos que la interpretación de la escena a partir de las fantasías secundarias en juego apunta a una compresión más
abarcadora de las diferentes estructuras de personalidad, de las diferentes conflictivas individuales y las modalidades
vinculares que se ponen en movimiento.
También es necesario tener en cuenta factores como el tiempo que ocupamos con nuestras intervenciones o cuántas veces
nos dirigimos al mismo paciente.
Acerca de la formación:
1. Aspectos teórico-conceptuales
2. Experiencia de formación
A. Grupos de discusión
B. Grupos de reflexión
Promueve:
• Apoyaturas y desapoyaturas
• Encuentros
INTERVIENE:
• El coordinador dirige una operatoria; dirigir no es controlar sino más bien orientar, vectorializar,
orientar sus intervenciones en algún sentido.
1- Las intervenciones se orientaran a producir alojamiento subjetivo, tiempo en el que se produce trama
que constituirá al grupo
2- Implica la introducción de una demora. Cuando alguien estuvo alojado, es más probable que pueda hacer
un proceso de separación
OTRAS INTERVENCIONES:
diseño de dispositivo
contrato
consignas
silencios
preguntas
puntuaciones
interpretaciones
señalamientos
descripciones
conjeturas
propuestas
explicaciones
comentarios
narraciones
chistes
- Este listado adquiere jerarquización y orden lógico en relación con los tiempos grupales y con
la tarea del grupo.
- Por otro lado, el coordinador produce algo de una escena. La escena grupal es imprescindible,
pero no espontanea ni natural; prepararla con cuidado es también una intervención de
coordinador. Por ejemplo la realización de un contrato en los comienzos de un grupo que
marcan pautas como honorarios y otras.
- Uno interviene en un grupo de acuerdo con como lee. Se trata de ir más allá de la significancia
y no del significado. La significancia se produce entre dos
Intervenciones Habituales
modalidad de comunicación
trabajo de subjetivación
exceso de agresividad