El Juego en El Desarrollo Infantil

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EL JUEGO EN EL DESARROLLO INFANTIL

Evolución del juego durante el desarrollo infantil: hay una evolución del juego a través del desarrollo infantil. Piaget ha
realizado una descripción completa de los principales tipos de juegos que van apareciendo cronológicamente en la infancia.
Para ello, ha establecido unos estadios evolutivos en los que predomina una forma determinada de juego. La secuencia
establecida es: a) Estadio sensorio motor: entre 0 y 2 años, donde predomina el juego funcional o de ejercicio. b)Estadio
preoperacional: entre los 2 y 6 años, donde predomina el juego simbólico. c)Estadio de las operaciones concretas: entre los 6
y 12 años donde predomina el juego de reglas. Simultáneamente a los demás tipos de juego, va apareciendo el llamado
“juego de construcción”, aproximadamente a partir del primer año de vida. La secuencia de aparición de los tipos de juego es
invariable, en todos los niños sigue el mismo orden. Pero varía la edad de inicio.

El juego funcional o de ejercicio: los juegos de ejercicio, propios del estadio sensoriomotor son aquellos que consisten en
repetir una y otra vez una acción por el puro placer de obtener el resultado inmediato. Esas acciones se pueden realizar tanto
con objetos como sin ellos: 1-Arrastrarse, gatear, caminar, balancearse… son acciones que se consideran juego de ejercicio
con el propio cuerpo donde se denomina el espacio gracias a los movimientos. 2-Morder, chupar, lanzar, golpear… son
acciones que se consideran juegos de ejercicio con objetos, donde se manipula y se exploran sensorialmente las cualidades
de los objetos. 3-Sonreir, tocar, esconderse… son acciones que se consideran juegos de ejercicio con personas, donde se
favorece la interacción social.

Beneficios del juego funcional o de ejercicio: el desarrollo sensorial, la coordinación de los movimientos y los
desplazamientos, el desarrollo del equilibrio estático y dinámico, la comprensión del mundo que rodea al bebé, la
autosuperación: cuanto más se practica, mejores resultados se obtienen, la interacción social con el adulto de referencia, la
coordinación óculo manual.

Evolución del juego funcional o de ejercicio: -Desde el nacimiento hasta los 4 meses: hasta el primer mes de vida, el bebé
tiene unos reflejos involuntarios y automáticos que aparecen ante cualquier estímulo. Más tarde, algunos de esos reflejos se
volverán más útiles. En este momento los adultos presentamos todo tipo de objetos ante su mirada, y en ocasiones, los
desplazamos de un lado a otro para estimular su visión y su audición. Entre los 2 y 4 meses, el bebé pone en marcha la
llamada “reacción circular primaria”. Se trata de una conducta que, siendo realizada originariamente al azar y sin ningún
propósito, produce un resultado tan placentero que motiva al niño a repetirla hasta conseguir el mismo efecto. La conducta
se efectúa sobre su propio cuerpo.

-Desde los 4 meses hasta los 8 meses: aparece la “reacción circular secundaria” en la que el bebé vuelve a descubrir una
conducta que le interesa, pero esta vez sobre el entorno físico y social. Ahora el bebé, toma y manipula los juguetes u objetos
con los que mejora la coordinación de sus movimientos. Entonces empieza un juego en el que actúa sobre los objetos. En
este periodo, los adultos empiezan a ofrecerle al bebé diferentes objetos que estimulen la exploración sensorial de los
mismos. A partir de ahora es posible que cada vez que el adulto interrumpa la acción, el niño emita la misma conducta para
conseguir la repetición de la acción del adulto. Esta conducta del bebé se denomina “procedimiento para prolongar un
espectáculo interesante”. Aaprovechando que el bebé empieza a imitar al adulto, se busca su participación más activa.

-Desde los 8 hasta los 12 años: la atención a lo que ocurre alrededor del bebé está más acentuada y empieza a realizar
acciones para conseguir un fin. La acción del bebé trata de conseguir un objetivo. En este momento aumenta
significativamente su interés por los objetos en sus acciones. Al mismo tiempo se produce, una mayor comprensión de la
realidad, de manera que el bebé puede: encontrar un objeto escondido ante su vista, dejar caer y tirar objetos. Además, en
este momento las posibilidades de locomoción del bebé aumentan: puede arrastrarse, gatear o comienza a andar. Estas
acciones permitirán aumentar la exploración del espacio y de otros objetos que están por descubrir.

-Desde los 12 a los 18 meses: el niño de un año experimenta nuevas coordinaciones de acciones. Hacia el final de este
periodo, su juego con los objetos se vuelve más instrumental. Los niños de estas edades pueden: intentar localizar, en un
espacio cercano, un objeto que ha desaparecido; tirar de una cuerda para alcanzar un objeto alejado. El niño también
empieza a imitar gestos o movimientos que no puede ver en sí mismo, como sacar la lengua o mover los ojos.

-Desde los 18 hasta los 24 meses: las acciones son representadas mentalmente por el niño antes de actuar. A estas edades
podemos observar las siguientes competencias en el juego: activar objeto mecánico por sí mismo, buscar juguetes en varios
lugares, combinar dos o más objetos en sus juegos. En cuanto a la imitación, comienza a ser diferida. El niño es capaz de
imitar todo tipo de acciones en ausencia total del modelo. Este tipo de imitación abre las puertas a los niños al desarrollo del
juego simbólico.

El juego simbólico: es propio del estadio preoperacional, abarca entre los 2 y los 6/7 años. Es aquel que consiste en estimular
situaciones, objetos y personajes que no están presentes en el momento de juego. Beneficios del juego simbólico:
comprender y asimilar el entorno que nos rodea, aprender y practicar conocimientos sobre los roles establecidos en la
sociedad adulta, desarrollar el lenguaje, ya que los niños verbalizan continuamente mientras los realizan, favorecer la
imaginación y la creatividad. Evolución del juego simbólico: en esta franja de edad tan amplia, se producen cambios
secuenciales en este tipo de juego. Se considera que existe juego pre simbólico antes de los 2 años.

Etapa 1: juego presimbólico: Nivel I: categorías pre simbólicas (12-17 meses): empieza a identificar el uso funcional de los
objetos de la vida diaria, de forma que realiza acciones o gestos asociados con esos objetos fuera del contexto real en que
son usados. Por ej: bebe de un vaso vacío. Nivel II: acciones simbólicas sobre su propio cuerpo (16- 18/19 meses): realiza las
mismas acciones simbólicas anteriores, centradas en su propio cuerpo, pero de una forma muy exagerada, usa
adecuadamente los objetos y juguetes grandes.

Etapa 2: juego simbólico: Nivel I: integración y descentración (desde los 18-19 meses): el juego simbólico comienza de forma
muy simple y ahora se refiere a escenas vividas por el niño de forma cotidiana, y, conocidas; aplica esas acciones conocidas a
un agente pasivo. Por ej: da de comer a una muñeca. Nivel II: combinación de actores y de juguetes (desde los 20-22 meses):
realiza actividades simuladas sobre una persona u objeto, por ejemplo, le da de comer a su madre, luego a la muñeca;
comienza a combinar dos juguetes en un juego simulado. Por ejemplo, pone la cuchara en la cacerola. Nivel III: inicios de
secuenciación de acciones o esquemas de acción (desdel os 22-24 meses): comienza a representar un rol, por ej juega a la
mamá. Son acontecimientos de 2 o 3 acciones; esas secuencias son a menudo ilógicas; los objetos usados son todavía
realistas y de tamaño grande; comienza a dar un papel más activo a los muñecos, atribuyéndoles sentimientos; empieza a
sustituir objetos, pero deben tener una forma parecida al objeto que sustituye.

Nivel IV: secuenciación de acciones y objetos sustituidos (desde los 30/36 meses): en este periodo se produce una inclusión
de nuevos personajes de ficción en sus roles y disminuye el juego de ficción referido a acciones cotidianas realizadas en casa;
secuencia acciones. La secuencia se va produciendo sobre la marcha, no está planificada. Los muñecos tienen un papel
activo; después de los 3 años, el juego gana en tipos de argumentos y en secuencias más amplias y detalladas de acción.
Gracias a la mejora de las habilidades de comunicación, los niños podrán marcar, definir y adoptar mejor los diferentes roles,
hacer explícito lo ficticio de la situación y entender mejor las intenciones de los otros dentro del juego de ficción.

Nivel V: sustitución plena de objetos y planificación (desde los 4 años): se produce un aumento progresivo de la complejidad
de los temas y la relación con los iguales; al principio se emplean gestos y el lenguaje para establecer las diferentes escenas
del juego, sin que sea necesaria la existencia de objetos; los niños son capaces de planificar el juego y de ir improvisando
soluciones; la interacción con iguales permite la realización de un juego de ficción completo y largo en el que los niños ya
comprenden que cualquiera puede representar varios papeles y que cada rol precisa de un lenguaje y actitudes diferentes;

El argumento en el juego simbólico: en el juego simbólico los niños reflejan el conocimiento de la realidad que les rodea.
Cuanto más variada es la realidad que conocen, más variados son los argumentos que utilizan. Se puede establecer tres
categorías de argumentos del juego simbólico: 1) Un primer grupo está formado por argumentos que son una especie de
resumen o versión simplificada de la realidad social, observada o experimentada por los propios niños. 2) Un segundo grupo
está menos ligado a la realidad de los niños. Por ejemplo, jugar a superhéroes. Este tipo de argumentos exige que se vaya
estableciendo entre los jugadores un mundo de ficción compartido que tiene poco que ver con su experiencia directa. 3)Un
tercer grupo lo constituyen los argumentos inventados por cada niño. Cuando el argumento es menos cotidiano, es necesario
que se produzca entre los niños una negociación más explícita del significado de las situaciones, del valor de los objetos y del
rol de cada uno de los papeles asignados. La selección y el desarrollo del argumento del juego demuestra que el niño
comprende cada vez mejor la vida de los adultos.

La relación con los otros en el juego simbólico: antes de llegar a hacer un juego compartido, las relaciones que se
establecen entre los niños cuando juegan siguen un proceso: -Al principio, el niño juega solo, hace un juego individual sin
tener en cuenta a los demás. Es frecuente antes de los dos años. -Después, los niños hacen un juego paralelo que es un tipo
de juego individual, ya que, aunque parece que los niños juegan juntos, no hay relación entre ellos. Es más frecuente entre
los niños de 2 a 4 años. Finalmente, los niños juegan juntos organizando entre todos, el juego, dando lugar al juego
compartido. Se observa a partir de los 4 años.

En el juego simbólico individual, el niño tiene libertad para establecer cualquier clase de ficción, para definir en qué se puede
convertir cada objeto, para desarrollar cualquier clase de acción o para introducir cualquier personaje que se le ocurra. El
adulto suele permitir al niño que sea él quien establezca el contexto del juego y las regulaciones pertinentes. Negociar el
juego entre compañeros de la misma edad es más difícil. Esa coordinación de acciones y papeles fingidos por los jugadores
solo se logra por una continua referencia a lo que sucede de verdad en el mundo real. Esta referencia se convierte en una
regla asumida por los jugadores. A medida que los niños se hacen mayores, se sustituye la referencia a la vida real para guiar
el juego por un acuerdo común particular en la que basar el juego. Esto demuestra que los niños empiezan a utilizar sus
propias reglas de juego en el juego simbólico.

El juego de reglas: el uso de las reglas aparece mucho antes de que el niño llegue al periodo de las operaciones concretas a
partir de los 6 o 7 años. A partir del uso de esas primeras reglas decididas y utilizadas por los jugadores en el juego simbólico,
los niños pueden empezar a realizar otros juegos reglados con la participación o no del adulto. En estos juegos de reglas, los
jugadores saben antes de iniciar el juego lo que cada uno tiene que hacer. La obligatoriedad de estas reglas, a partir de los 6
años, no resulta del acuerdo entre jugadores, sino que tiene un carácter de verdad absoluta. Los niños creen que solo existe
una forma de jugar cada juego, la que ellos conocen.

Beneficios del juego de reglas: son elementos socializadores que enseñan a los niños a ganar y perder, a respetar turnos y
normas y a considerar las opiniones o acciones de los compañeros de juego. Son fundamentales en el aprendizaje de
distintos tipos de conocimientos y habilidades; favorecen el desarrollo del lenguaje, la memoria, el razonamiento, la atención
y la reflexión. Evolución del juego de reglas y la conciencia de la regla: Piaget detalla este aprendizaje desde antes de los 2
años: etapa 1 (antes de los dos años): su actividad es individual y lanza, chupa, empuja, etc. –etapa 2 (entre dos y cinco años):
los niños reciben la regla del juego por otra persona, pero ellos desarrollan el juego individualmente, aunque jueguen con
otros al mismo tiempo. –etapa 3 (a partir de 6/7 años): se trata de jugar unos contra otros para ver qué jugador es el ganador
respetando la regla que han aprendido respecto al juego. En cuanto a la conciencia de la regla, es obligatoria y no se puede
modificar.

El juego de construcción: aparece alrededor del primer año y se realiza simultáneamente a los demás tipos de juego.
Primero, los niños apilan un objeto encima de otro perfeccionando únicamente la acción. Superados los 6 años, el niño suele
construir para ejercitar otras capacidades cognitivas. Las construcciones se hacen tanto en el plano horizontal como vertical.

Beneficios del juego de construcción: potencia la creatividad, facilita el juego compartido, desarrolla la coordinación óculo-
manual, aumenta el control corporal durante las acciones, mejora la motricidad fina, aumenta la capacidad de atención y
concentración, estimula la memoria visual, facilita la comprensión y el razonamiento espacial. Evolución del juego de
construcción: a partir del año, empieza a utilizar juguetes apilables con los que intenta realizar torres. A partir de los 18
meses intenta hacer puzles de encaje. A partir de los 2 años puede alinear objetos. A los 3 años intenta representar la
realidad lo que demuestra mayor comprensión espacial entre los objetos. Desde los 4 años intentará crear construcciones
con cualquier material que se pueda combinar. A partir de los 6 años puede utilizar materiales comercializados complejos.

Aportaciones del juego al desarrollo: el juego además de aportar al niño placer y momentos de distracción, estimula y exige
diferentes componentes del desarrollo infantil. Es el escenario en el cual los niños pueden practicar la experiencia de medir
sus propias posibilidades en muchos ámbitos de la vida. Aportaciones al desarrollo cognitivo: el juego pone en marcha las
habilidades cognitivas del niño, en cuanto que le permiten comprender su entorno y desarrollar su pensamiento.
Aportaciones al desarrollo social: el niño puede jugar solo con los juegos, pero cuando algún compañero participa en su
actividad, es la ocasión de compartir, de comunicarse. Le permite relacionarse con los otros. Facilita su desarrollo social, en
cuanto que aprende los rudimentos de la reciprocidad y de la empatía.

Aportaciones al desarrollo emocional: el niño decide la historia de los personajes de su juego. Además, les presta sus
sentimientos y sus emociones. Por otra parte, el equilibrio emocional que se consigue con el juego es un estado placentero
que siempre se tiende a buscar. El juego domina una realidad que, le domina a él. Aportaciones al desarrollo motor: el juego
estimula el desarrollo motor del niño ya que constituye la fuerza impulsora para que realice la acción deseada. El deseo de
alcanzar un objeto deseado le lleva a practicar los distintos modos de sujeción, a planificar y coordinar sus movimientos y a
desarrollar sus reacciones de protección. Por tanto, el desarrollo psicomotor es algo que el niño va a ir produciendo a través
de su deseo de actuar sobre el entorno, de poner en marcha sus capacidades motoras, de ser cada vez más competente.

El adulto y la estimulación del juego: ya desde los primeros meses del niño, la figura del adulto está presente en sus juegos
de interacción. Hacia los cuatro meses el adulto empieza a hacer juegos con el bebé en los que se establece una interacción
mutua satisfactoria adulto-niño. En estos juegos, se establece un lazo afectivo entre ambos.

El papel del adulto en el juego: en el juego todos tienen un papel: el niño, protagonista y el adulto, facilitador de que se dé
esta situación lúdica.

¿Cuál es el papel del adulto?: el educador tiene el papel de mediador entre el juego y el desarrollo del niño, y la función
como profesional de utilizar estrategias variadas y originales para promover el juego creativo e intervenir en los diferentes
momentos del juego de los niños. El educador: sugiere nuevas tareas o variantes del juego, mejora su desarrollo y busca
afianzar los aprendizajes; favorece en los niños la expresión y la comunicación en el desarrollo de sus juegos; crea un
ambiente relajado; ajusta los tipos de juego a las posibilidades del niño. La actitud del educador: Su actitud ha de servir para
estimular y guiar al niño en los procesos que su actividad lúdica conlleva procesos emocionales, afectivos y cognitivos. El
educador debe ser capaz de disfrutar el juego con y para los niños.

El papel de las familias: el juego es una actividad que permite crear un lazo rico entre padres-hijo y que establece una
interacción mutua satisfactoria. Tanto los padres como el niño hacen descubrimientos en el juego. El niño sabrá sorprender
al adulto con su ingenio y su imaginación y ser el centro de atención del adulto lo cual le procurará confianza y seguridad. Ello
además le permite llevar a cabo un desarrollo integral.

La importancia de los juegos con bebés: la educación temprana: la educación temprana se trata de abrir canales sensoriales
como el tacto, movimiento, olor, para que el niño adquiera mayor información del mundo que le rodea.

Los juegos más importantes con el adulto durante los tres primeros años: siempre es una experiencia emocional y
socialmente importante, lo que la convierte en una experiencia integral. Los juegos más importantes con el niño durante los
tres primeros años de vida y la manera en que el adulto puede estimular al niño son:

FALTA TABLA

Una pequeña guía para que el adulto juegue con el niño: -Que el niño guíe. –El juego no es una tarea. –No es necesaria la
estimulación constante ya que no tiene que estar siempre activo, porque también necesita momentos de inactividad,
soledad. –La importancia del tiempo. –El respeto teniendo en cuenta las preferencias de los niños. –Es una actividad
agradable.

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