Arte Mobiliar
Arte Mobiliar
Arte Mobiliar
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Arte mobiliar. Rodetes. Magdaleniense Medio.
En la clasificación que hace L. Gourhan del
arte mobiliar por su soporte y finalidad, estarían
en el grupo II, en los objetos para colgar y
aparecen con el homo sapiens en Europa. Son
circulares y con un agujero en el centro a modo
de botón y también, unidos por un cordel
fino, servir de sonajeros como instrumento
musical, pero su finalidad se desconoce.
Están hechos de hueso y suelen estar
decorados por las dos caras con figuras de
animales o con decoraciones geométricas. La imagen corresponde a tres rodetes, de los cuales uno
tiene la figura de una cabra, otro de un uro y el último, incompleto, la imagen de un antropomorfo.
Los rodetes con las imágenes de la cabra y el antropomorfo se adaptan al soporte, mientras que
el uro, solo tiene grabado medio cuerpo. Para adaptar la cabra al soporte, el artista busca una
posición de este, sin forzarlo y lo representa apaciblemente recostado. Tiene incisiones que
marcan el pelaje del animal y el agujero central coincide con la unión de las patas plegadas en el
centro. La cabra está de perfil absoluto, esto es que el artista representó una de cada par de
extremidades y un solo cuerno. La figura es naturalista. El uro está realizado hábilmente
con muy pocos y definidos trazos en perfil absoluto, también tiene un estilo naturalista. El
antropomorfo del rodete incompleto es la representación del ataque de un oso a un hombre, del que sólo
se ve la zarpa. Técnica: grabado. Incisiones suaves y poco profundas. También una serie de incisiones
triangulares o motivos geométricos en los bordes. Las figuras tienden hacia el naturalismo, un
menor detallismo y la representación de un humano, según la clasificación de estilos de L. Gourhan estarían
en el estilo IV reciente, por lo que pertenecerían al periodo magdaleniense medio o final.
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Arte mueble. Mamut y caballo de la cueva de
Vogelherd, Alemania. Paleolítico superior
Auriñaciense, 40.000-28.000BP. Según la
clasificación de H. Deporte, pertenecerian al grupo
renano-danubiano. El la clasificación que hacer L.
Gourhan del arte mobiliar según el soporte y finalidad
del objeto, estarían en el grupo III de las
esculturas de animales. Las dos son esculturas
de bulto redondo de eboraria, mafil de mamut. Este
material soporte, es muy duro y su dificultad para
darle forma es extrema con las herramientas
utilizadas, buriles y piedras de silex, que necesitaría de mucha constancia, tiempo y destreza por parte del
artista.. No se sabe la utilidad y la finalidad de estos objetos, ni si se realizaba algún tipo de culto con ellos,
pero la representación de estos dos animales en el arte parietal del paleolítico, tienen un lugar
significado en los santuarios. Es una de las primeras piezas encontradas del homo sapiens en un soporte
duro y duradero como el marfil. La alta calidad y cuidado minucioso del detalle, hace pensar en un
abundante arte mueble perecedero (madera, cuerdas, etc) muy elaborado, como un soporte donde entrenar
y adquirir la destreza necesaria para elaborar estas obras;lamentablemente esas piezas y objetos se han
perdido con el paso del tiempo. El mamut presenta unas incisiones a modo de X sucesivas en el lomo y en
los cuartos traseros. La trompa no ha llegado a nuestra época y se observa la fractura en su lugar de unión
con la figura. El caballo muestra un elegante cuello de cisne, que añade dificultad a la elaboración y las
patas, si fuero talladas, no han llegado a nuestra época y se han perdido. Junto a estas piezas también se
ha encontrado bisonte de las mismas proporciones y soporte, otro destacado protagonista del arte mueble
del paleolítico. En época auriñaciense convivieron neandertales y homo sapiens, pero la autoría de
estos objetos es atribuída al homo sapiens.
3
Arte mobiliar. Venus de Caldas, Asturias
Magdaleniense Medio, 13.000BP. Posibles
propulsores. Figuras femeninas bestializadas
con cuernos y pezuñas de cábrido. En la
clasificación que hace L. Gourhan del arte
mobiliar del paleolítico, según su soporte y
finalidad, estaría en el grupo I, de los objetos
para la caza de uso prolongado o de larga
duración. Tallada sobre asta dos figuras
femeninas con herramientas de sílex.
Es de las pocas representaciones femeninas
en arte mobiliar paleolítico de la península
Ibérica. L. Gourhan llamaba a estas piezas
representaciones humanas compuestas. Las
combinaciones de motivos representados
encierran una complejidad desconocida. Se
aprecian dos cuerpos opuestos, uno muy
deteriorado e incompleto y una sola cabeza.
Una figura, la menos visible, está en
posición invertida en la lámina. Su cabeza
está ocupada por el hueco del propulsor y solo
son visibles el tronco y las piernas, que las
mantiene juntas y rectas. La figura visible
combina partes de una mujer y una cabra
hembra. Las proporciones y la disposición del cuerpo son de un humano, de una mujer en concreto. La
zona púbica, la forma del tronco, los hombros, la vulva y las proporciones del cuerpo son humanas. Las
pezuñas y la cabeza triangular, son de cabra. Los cuernos son de una cabra hembra, cortos y rectos,
mientras que los de un macho serian curvos hacia atrás. En la cabeza aún con cuernos y forma triangular,
el artista consiguió con incisiones en el lugar preciso, dotar al rostro de barbilla, nariz y ojos, dándole el
aspecto bello e inquietante que podemos ver. Aunque se la nombre como venus, no se la suele encontrar
en los listados de venus europeas y sí en listados de antropomorfos medio humanos, medio animal, en
compañía del Hechicero con cabeza de lechuza y el Brujo con instrumento musical de la cueva de les trois
Freres, el Hombre-león de Stadel, el Hombre pájaro de la escena del pozo de Lascaux, etc.
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separadas. El resaltado triángulo invertido en la zona genital, ha suscitado la teoría de que se trate de una
leona. No se sabe de su finalidad, pero los expertos que la han analizado y estudiado, sostienen que sufrió
un gran desgaste, como si hubiese pasado por muchas manos, lo que le da el poder de compartir y de
fortalecer al grupo. El antropomorfo de cuerpo erguido con cabeza de león, podría tratarse de una
herramienta para despertar la abstracción de la fuerza grupal en un momento determinado, como
preparación para la caza o el instigador silencioso para hablar y compartir alrededor de una
hoguera. Es posible que pasar de generación en generación y fuera parte del equipaje de un grupo
cazadores recolectores que seguía las migraciones de los animales que les proporcionaban sustento, al
igual que hacen los leones actuales. Las técnicas de caza de este grupo, podrán haberse
nutrido de la contemplación de las técnicas de caza de los leones cavernarios, siendo esta pieza, más
que un utensilio de poder, un objeto de devoción y empatía a este animal.