Coto Vedado Resumen
Coto Vedado Resumen
Coto Vedado Resumen
Podría decirse entonces que el coto vedado protege el ámbito de la PRIVACIDAD. Funciona
como garantía del principio de no intervención en la vida privada de las personas: asegura el
ejercicio de la autonomía individual excluyendo de las decisiones mayoritarias el recorte del
goce de los derechos incluidos en el coto vedado. Dado que el ámbito de lo privado es aquél
en donde con mayor libertad puede ejercitarse la autonomía personal, en el sentido de que en
él valen con mayor fuerza las preferencias individuales, el coto vedado es también garantía de
privacidad, si es que se entiende el ámbito de lo privado como ámbito “despolitizado”.
Por otra parte, los principios y valores contenidos en el coto vedado requieren de la
intervención política a fin de lograr vigencia efectiva. Ello es necesario porque una
DEMOCRACIA REPRESENTATIVA sólo puede funcionar si la sociedad que la práctica es una
SOCIEDAD HOMOGÉNEA en el sentido de que cada miembro de la sociedad debe tener la
posibilidad de acceder al goce de los derechos que postulan los principios y valores contenido
en el COTO VEDADO.
El coto vedado es, por ello, no sólo una barrera frente a la pretensión dictatorial de la mayoría
sino también fuente de exigencias de normación positiva. Cuando este costado del coto
vedado no se efectiviza, es decir, cuando se convierte en una declaración puramente retórica,
la sociedad tiende a deslizarse por una peligrosa ladera que conduce a la exclusión de la
mayoría de sus miembros. Vistas, así las cosas, ambos aspectos del coto vedado apuntan en
direcciones que podrían ser consideradas como opuestas: la prohibición de politizar lo no
negociable y la exigencia de asegurar políticamente la realización efectiva de los derechos que
intenta proteger.
1. Los derechos básicos son límites para políticas basadas en costo-beneficio, es decir que
esos derechos involucran bienes que deben ser incondicionales para cada individuo, es
decir, los límites entre las libertades individuales y el poder coactivo del Estado.
2. Los derechos básicos son limites infranqueables cuando se pone en practica el
procedimiento de la toma de decisiones por mayoría, es decir limitan el perímetro de
lo que la mayoría no debe decidir.
Ernesto Garzon, lo denomina “coto vedado” y parte de la idea del papel preponderante de la
justicia en cuanto a derechos básicos, es decir de la estructura del concepto constitucional que
permite decir que los derechos básicos, permiten retirar ciertos temas de la agenda político-
ordinaria para trasladarlos a esa esfera que denomina “coto vedado”.
A continuación, se busca analizar, la relación entre ese IDEAL MORAL SUSTANTIVO que es LA
TESIS DEL COTO VEDADO y LA ELECCIÓN DE UN DISEÑO INSTITUCIONAL específico para una
COMUNIDAD POLÍTICA.
Entonces, con la existencia de constitucionalismos, más o menos fuertes, dan lugar al PRIMER
PROBLEMA: EL DISEÑO INSTITUCIONAL que requiere el ideal moral sustantivo del coto
vedado: ese diseño institucional convierte en intangible (tenue) la idea del coto vedado,
cuestionándose ¿no requiere que el constitucionalismo sea lo más fuerte posible y que
disponga la inmodificabilidad del catalogo de derechos básicos? (caso de la constitución
alemana), si no es así, ¿por qué no requiere de tantos requisitos? ¿cómo debe ser de fuerte el
constitucionalismo para el ideal del coto vedado? Según el autor, las respuestas sugieren que
las afirmaciones del ideal moral del coto vedado en el constitucionalismo son incompletas. El
problema que plantea el autor es que, aunque se determine el grado de rigidez de una
constitución, existe una relación problemática entre el ideal del coto vedado y el diseño
institucional o lo que es lo mismo, surge una relación problemática entre la supremacía
constitucional y el control jurisdiccional de constitucionalidad, al punto que la impugnación de
ese sistema significaría el rechazo previo de la tesis de derechos como ideal moral sustantivo.
El autor indica, si con los ideales morales, se parte no solo de los derechos, sino también del
valor de la democracia, entonces el camino del constitucionalismo es menos llano de lo que
parece.
Waldron, sostiene que esa intuición es engañosa, ya que en primera instancia antes de la
unanimidad, debe decidirse qué es lo que la mayoría no debe decidir y luego, discutir la
delimitación genérica de lo que sí puede decidir: es decir, antes de organizar la vida política de
una comunidad en la que reina el desacuerdo acerca de qué es lo justo, antes de decidir la
sustancia, hay que decidir los procedimientos.
DESDE EL PUNTO DE VISTA DEL AUTOR : considera que debe dejar de usarse y adoptar
otra regla que considere que las decisiones colectivas se adopten por mayoría y por un
procedimiento de decisión mayoritario; propone considerar una regla de decisión continúa
(una comunidad no debería dejar de decidir por mayoría debe ser continúa para decidir) y
cerrada al cambio (consiste en aceptar que toda decisión futura será decidida por mayoría). El
autor justifica que la regla de la mayoría, posee una calidad moral que carecen otros
procedimientos de decisión, entre las razones que la justifican y avalan su versión continúa o
cerrada al cambio de la regla de la mayoría, es propugnar la idea de supremacía parlamentaria:
expresión en el viejo principio de Blackstone, que dice que no existen materias que no
permitan al parlamento decidir por mayorías, con la salvedad de sustituir ese procedimiento
por otro que consista en permitir el ejercicio de la decisión a otro, criticando así, al
fundamento del Constitucionalismo que fundamenta un procedimiento de decisión
democrática originaria.
El primero de ellos, el de las decisiones superiores, son las relacionadas con las “estrategias
Ulises”: Ulises para resistir la atracción al canto de las sirenas se hizo atar al mástil y evitar las
fatales consecuencias de esa influencia. Las estrategias de Ulises son decisiones racionales
indirectas: mecanismos de prec-compromiso o de auto-incapacitación que asume
voluntariamente un individuo, entendiendo así, que por esas razones (las de Ulises), una
comunidad necesita de una constitución.
DESDE EL PUNTO DE VISTA DEL AUTOR refuta este concepto del constitucionalismo
argumentando que la relación del plano individual y colectivo es engañosa. La sociedad no es
la misma por un largo tiempo, por lo tanto, su opinión va cambiando en el tiempo. En cuanto al
dualismo, indica que es arbitrario otorgar mayor importancia a las reformas constitucionales
que las ordinarias, indicando que es contingente, ya que las primeras operan por mayoría
reforzada y las segundas, no.