Paradigma Sociocultural pp.211-245
Paradigma Sociocultural pp.211-245
Paradigma Sociocultural pp.211-245
INTRODUCCIÓN
1 En este capítulo se usará el término sociocultural para referirse al paradigma vigotskyano. Otros
autores han elegido expresiones como sociohistórico o histórico-cultural para hacer alusión al mismo.
2 Nos apegamos en este capftulo (as! como en el resto deJa obra) a las recomendaciones hechas
en Castorina et al. 1996, relativas a la correcta ortograffa en espaftol (con caracteres latinos) de1 ape-
llido del autor soviético (a saber: Vigotsky). Esta propuesta también se ha aplicado a las referencias do-
cumentales escritas en espaftol (en las que prevalece, equivocadamente por cierto, la versión e inglesa•
con dos cya, es decir, Vygotsky), pero no asf a las de otro idioma (p. ej. en inglés), en las cuales se con-
servará )a convención aceptada en la lengua de que se trate.
a
212 LOS PARADIGMAS CON IMPUCACIONES EDUCATIVAS
puede rastrearst· en algunos de los escritos del autor (véase Vigotsky l926b).3
Para Vígotsk~'· las relaciones entre esas disciplinas serían de influencia mutua,
;K>i. lo que el problema de b aplicación o el uso de la primera sobre la segund:.i.
quedaría anulado desde el inicio. Esto se debe, con toda seguridad, a que en su
~.:squem a teórico. usa una forma integrada para relacionar cuestiones como el
~tprendizajc, el desarrollo psicológico, la ed ucación y b cul tura . Según sus pro-
pi"s palabras, en su «nueva psicología» (el planteamien to marxista de la psico-
logía sociocultural. que él defendió), la «solución a] problema pedagógico está
contenida en su propio núcleo teórico» (p. 144, las cursivas son mías).
En segundo lugar, entre sus múltiples inquietudes académicas, a Vigotsky
s iempre lo atrajo profundamente la actividad educativa, al grado incluso de
que se dedicó a ejercerla directamente (en varias disciplinas) durante varios
años de su vida académica y profesional. Como veremos, ya en plena actividad
en el ámbito psicológico, Vigotsky se interesó en cómo hacer uso de principios
y normas psicológicas en el campo pedagógico, en parte quizá por intereses
prácticos, manifestados por sus compromisos y convicciones de coadyuvar acti~
vamente en el proceso histórico de la construcción de una sociedad nueva, y tam-
bién, en parte, por el interés teórico-académico de buscar afanosamente la
cgmprensión y la mejora de las distintas situaciones y prácticas educativas (edu-
cación básica, educación especial y educación científica).
Por último, otras importantes cuestiones que seguramente influyeron en el
desarrollo de su paradigma, y, por ende, en su concepción de la educación, son las
siguien tes: una amplia formaci ón adquirida en distintas disciplinas sociales (his-
t01ia, economía política) y humanas (filosofía, lingüística, literatura, teatro), así co-
mo el contexto y el momento histórico de la época posrevolucionaria del fervor so-
cialista, en la cual desarrolló su obra. Quizá estas dos situaciones le permitieron
rel1exionar ele una forma oliginal en torno a Jas relaciones entre contexto so-
ciohistórico, cullllra, educación y psiquismo. La situación de movimiento genera-
li:wdc que se vi\'ía en la entonces Unión Soviética, con gente comprometida por le-
''antar al país de las ruinas en que se encontraba después de la Revolución de
Octubre, de sacarla adelante de las confrontaciones de la guerra civi l y de construir
~m nuevo régimen sociopolítico, provocó una atmósfera intelectual muy especial
que sin duda impulsó y animó el desarrollo ele los tt·abajos que Vigotsky y su grupo
(lo que después sería la «escuela de Moscú») realizén-on en d campo de la educación.
Para varios autores , la construcción del paradigma sociocultural se esque-
matiza en líneas muy generales y, por lo tanto, se considera aún inacabado; no
obstante, como dice Blanck (1993) «es perfectamente habitable». En tales con-
dir::íon,~s y a pesar de lo promisorio que pudiera parecer para el caso educat1vo.
so n necesarias nuevas inves tigaciones en los distintos contextos y escenarios
educativos, inspiradas por una lectura crítica del paradigma, para que se corro-
boren y profundicen sus hipótesis principales y para que tam b ién sirvan para
impulsar prácticas educativas innovadoras m5s potentes y amplias que las que
actualmente se ofrecen .
.l L:1s citas de los textos de Vigotsky tomadas de lns Obras escogidas se lwrán anotando las fechas
originales en que dichos textos ~parecieron públicamente.
..
EL PARADIGMA SOCIOCULTURAL 213
~
l ANTECEDENTES
1 cuando Vigotsky era un adolescente, demostró un profundo interés por las artes
y las humanidades. Pueden ponerse de relieve varios hechos que influyeron no-
tablemente en su formación, y que también se ven reflejados en su obra psico-
lógica (véase Kozulin 1994).
4 El autor bielorruso cambió su apellido (de Vigodsky Vigotsky), pues según había descubierto. el
7Antes de esta obra Vigotsky Y" habfa escrito varios documentos de importancia: por un lado se
encuentran sus publicaciones sobre la cultur~ y la poesía hebrea (esclitos en 1916 y otros posterior·
mente) en la revista C(lmino Nuevo, además. por supuesto, de las obras sobre la h-agedia de Hamlet ~·
la Psicología del m·te (esta última fue presentada como tesis doctoral en Moscú en 1925).
8 Vale la pena señalar que después de la revolución se acentuaron las querellas por hacer de la psi·
cologfa una disciplina compatible con la ideología del nue,·o régimen (véanse Garcfa Vega 1993, Rosa
EL PARADIGMA SOCIOCULTURAL 215
y Montero 1993). A grandes rasgos, hay que recordar que a finales de los años veinte h,_bía tres ten- .
dencias: a) la primera representada por Chelpanov (quien fue director del Instituto de Psicología Ex-
perimental de Moscú, antes y unos cuantos anos después de la Revolución de Octubre), de carácter
idealista, quien mantuvo tal postura aún después de la revolución; b) la posició·n objetivista basada en
un materialismo biológico, sustentada en general por Pavlov y Bechterev, la cual alcanzaría la simpa·
tía del régimen de Stalin varias décadas después, para convertirse en la postura •oficial.. y e) la pro-
puesta de ·Kornilov, discípulo de Chelpanov, quien propuso un programa para hacer de la psicología
una disciplina marxista, el cual fue aceptado y le sirVió para asumir la dirección del instituto que dejó
su antiguo maestro.
216 LOS PARADIGMAS CON IMPLICACIONES EDUCATIVAS
Sobre esta cuestión, Minick (1987) declara que pueden identificarse con re-
lativa claridad tres etapas de investigación temática en su obra general, las cua-
les, aunque se distinguen entre sí, sin duda se relacionan:
Hay que recordar que la obra vigotskyana fue censurada en la URSS durante
el régimen de Stalin. En general, los ataques contra la psicología y la paidología
se acentuaron desde 1932; como consecuencia se suprimieron revistas impor-
tantes y se publicaron sólo las de carácter oficialista. Se dice, incluso, que Vi:-
gotsky a sabiendas del posible debate que generaría su postura teórica entre
1933 y 1934, estaba decidido a responder a dichos ataques defendiendo con ab-
soluta convicción sus ideas y propuestas. Además de los ataques ideológicos,
poco antes de su muerte, Vigotsky resintió la separación teórica de algunos
de sus colaboradores (p. ej. la de A.N. Leontiev) y discípulos (p. ej. la escuela de
Jarkov) (véase Kozulin 1994). No obstante, en realidad Vigotsky recibió los ata-
ques más directos post mortem,9 lo que afectó notablemente el desarrollo y la di-
vulgación posterior de su obra. Los escritos· de Vigotsky fueron tildados de
revisionistas y reacCionarios (p. ej. los resultados de los estudios transculturales
realizados en Uzbekistán y encabezados por Luria fueron interpretados tenden-
ciosamente, y se les calificó de «reaccionarios>>, <tenemigos del proletariado»,
etc.), se le impugnaron las profusas citas de psicólogos extranjeros, y se le cri-
ticó también, en voz de los psicólogos del «régimen», por la ausencia de las ci-
tas «oficiales» o ideologizantes.
Con el avance del stalinismo, el resultado fue que la psicología soviética en
gran medida se «oficializó>> y los escritos de Vigotsky publicados hasta entonces
quedaron prohibidos; durante la gestión stalinista se suspendió también lapo-
sible publicación de cualquier manuscrito elaborado por él. Después de veinte
años, cuando Stalin murió, la obra de Vigotsky se desenterró y se «redescubrió»
en Oriente y en Occidente. La publicación de sus obras escogidas, en las déca-
das recientes, ha sido lenta y tortuosa; primero se dieron a conocer en 1982 en
la todavía URSS, luego se publicaron en inglés y recientemente están siendo di-
vulgadas más ampliamente en otros idiomas como es el caso del españoJ.l 0
En la actualidad, nadie pone en duda la vigencia de la obra vigotskyana; no obs-
tante, de acuerdo con varios autores (véanse Werstch 1988 y Pozo 1989), algunos
9 Vigotsky murió elll de junio de 1934. B.W. Zeigamik, quien estuvo muy cerca de él en los últi·
mos días de su vida, relata dramáticamente su opinión sobre lo que a Vigotsky le aquejaba en los dfas
próximos a su muerte: •debo decir que la pasó muy mal. Se le acusó de no ser marxista cuando era un
marxista de verdad. Sufrió mucho por esa falta de comprensión. Y la verdad es que se suicidó o, para
ser exactos, hizo todo lo posible para acortar su vida)J (Kozulin 1994, p. 2.29).
10 Existe una versión previa en español que es de origen cubano; fué traducida directamente del
ruso, pero se conoce muy poco en los países de habla hispana.
218 LOS PARADIGMAS CON IMPLICACIONES EDUCATfVAS
A pesar de que a Vigotsky se le conoce usualmente por sus trabajos sobre psicolo-
gía evolutiva, psicolingüística (son famosos sus estudios sobre lenguaje egocén-
trico e interno) y sobre cuestiones relativas a la educación, sus inquietudes en el
campo de la psicología iban un poco más allá de todo esto. Ya hemos dicho cómo
en esta disciplina a Vigotsky le interesaba desarrollar una psicología general qu.e
. tuviera como núcleo el estudio de la conciencitf (Lee 1987, Wertsch 1988) en todas
sus dimensiones. Según Zinchenko ( 1985), la conciencia:
Desde la época en que fueron más marcados sus precoces intereses estéticos,
literarios y semiológicos, se aproximó paulatinamente a la psicología para bus-
car una respuesta al problema de la conciencia e intentando encontrar en ella
un tratamiento científico de este tema, por parte de las distintas teorías psicoló-
gicas vigentes (Riviere 1985). Sin embargo, al no encontrar un tratamiento siste-
mático en las teorías psicológicas, Vigotsky. ~e pregunta'Qa cómo era_pos!ble que
no existi<:se, e~ la discip~i~a psicológic_a, l,l.? a expli~ació.~I1 só~id_a_Jio?.re Ji!.~fu. ~.-:~
dones psicológicas supenores y la conc1enc1a, que es. lo que d1stmgue alliombre.
de los animales, y en ]a ,que además se considerara, cozpo ~art~ .~e. ~u ~~pl~~a;·
ción científica,. las producciones específicamente hum'a nas como la cwturá
(véase Garcfa 1994).
Wertsch ( 1988) m enciona al respecto que Vigotsky, en los años en que elabo-
ró la Crisis, consideraba que en los planteamientos reduccionistas de los distintos
paradigmas psicológicos de la década de los veinte (reflexología, conductis-
mo, etc.), se hacía una especie de disolución u olvido de la conciencia, y que si
bien en otras corrientes se reconocía su existencia, se la concebía cargada de
EL PARADIG MA SOCIOCULTURAL 219
Como hemos dicho, las ideas de Vigotsky recibieron la influencia del materia-
lismo dialéctico y esto se manifiesta muy claramente en sus concepciones teóri-
cas y metodológicas.
11
Según Wertsch, la conciencia ocupa el lugar supremo de una jerarquía de lo psicológico, y sub-
s ume la afecti\'icl ad y el intelecto . A su yez. e n el intelecto se incluyen las funciones psicológic<\S
supe1iores en las cuales él centró la mayor parte de su obra psicológicn. El reduccionismo de la expli-
cación de la conciencia, así como la fragmentación en el estudio de las funciones psicológicas superio-
res fueron cuestiones que Vigotsky criticó severamente en las demns posturas psicológicas.
12 La teoría d el reflejo d e Lenin ha sido tildada de empirismo, en ta nto que se entiende que el su-
jeto refleja pasi\'amen te el influjo del objeto de conocimic-to sin ningún [iltm intermedio. En realidad,
la idea leninista, o al menos la idea vigotsk~'<ma que e,o;;tamO!> inten t~ndo exponer aquí, no adopta tal in-
terpretación: el reflejo de la realidad es esencialmente recoi!Strttctim (e11 tal se111ido subieti11o). Cuando
abordemos la noción de intemalización más adelante (concepto que, fuera de] contexto de este para-
digma, tiene tintes empiristas), abundaremos más al respecto.
220 LOS PARADIGMAS CON IMPLICACIONES EDUCATIVAS
análisis de varios autores (Baquero 1996; Blanck 1993; Cole 1993; Kozulin 1994;
Wertsch 1988, 1993) puede argumentarse que el núcleo teórico del programa vi-
gostkyano está compuest? por los siguientes temas:
Wertsch (1988) aduce que los tres temas están en interacción, sin embargo,
señala que el tema de la mediación es el que se debe considerar de mayor rele-
vancia en el paradigma, dado que los dos últimos no pueden ser explicados si no
se invoca a éste. En este sentido, expondremos primero algunas ideas respec-
to del primer punto y luego nos remitiremos a hacerlo sobre los dos últimos.
El propio Vigotsky reconocía que el tema de la mediación era central en su obra
y, al mismo tiempo, de importancia fundamental para toda la disciplina psicológi-
ca. En el apartado anterior comentamos la existencia de dos tipos de instrumentos
o artefactos que emplea el hombre y cómo cada uno de ellos tiene consecuencias
distintas, ya sea en la realidad o en el psiquismo del sujeto que las emplea.
Como señala Cole (1993), la mediación cultural es un hecho común demostra-
do en todos los hombres de todas las culturas; la diferencia ide ntificable entre
las formas en que se expresa dicha m ediación en cada formación sociocultural
se debe a que en algunas se desarrollan formas específicas de mediación que en
otn1s no existen, o en otras ocasiones son sólo simples variaciones de tipo cua-
litativo. Lo que es un hecho indiscutible es que cada forma de mediación cultu-
ral tiene un proceso histórico en la vida cultural del hombre.
De manera particular, Vigotsky estaba interesado en el estudio de la impor-
tancia de la mediación de los instrumentos psicológicos o signos en las funcio-
nes psicológicas superiores y en la conciencia . Algunos ejemplos de distintos
tipos de instrumentos psicológicos son los siguientes: los sistemas numéricos
desarrollados para contar, la escritura, las mnemotecnias, desde sus formas sim-
ples hasta sus formas complejas, los s ímbolos algebraicos, las not~s musicales,
los sistemas de comunicación de diferente tipo (p. ej. el lenguaje de signos, el
lenguaje de banderas, etc.) y el lenguaje oral. Los signos sirven para regular las
t·elaciones con los objetos físicos, así como para regular nuestras propias con-
ductas y la de los demás (Blanck 1993, Cote 1993).
Entre los signos, ni d uda cabe, el lenguaje destaca de manera especial; de he-
cho, para Vigotsky, tiene un lugar fundamental en el proceso de aculturació n de
los hombn!s y en el desarrollo de las funciones psicológicas superiores. Desde
q ue los individuos participan de la cultura a la que pertenecen, entran en con-
tacto y poco a poco usan y se apropian del sistema lingüístico. El lenguaje, en el
contexto del desarrollo ontogenético, se usa primero con fines comunicativos so-
ciales para influir en los demás y para comprender la realidad circundante, lue-
222 LOS PAP.ADfGMAS CON IMPLICACIONES EDUCATIVAS
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:ni::n'' '· Se h:t ~sr:ug idn •;~_,;:; l:':;p :··:~i :ín po;·(ll k ' ·~ ... m<ÍS pre·,·i.s:1 qu:? In ant•:>rior.
EL PARADIGMA SOCIOCULTURAL 223
lógica existen dos líneas de desarrollo, una «natural» v la otra «cultural o so·
ci;l>>': Como consecuencia del proceso de desarrollo nat~ral, que ocurre en la fi-
loge nia, se desarrollan las funciones psicológicas inferiores, las cuales son
comunes en los animales y el hombre; en cambio, con el proceso de mediación
cultural, gracias a las actividades mediatizadas por instrumentos (especial-
mente el lenguaje y el trabajo) en prácticas colectivas, se originan l<:ls funciones
psicológicas superiores, que son específicamente humanas. Puede decirse que
las funciones psicológicas inferiores son producto directo de una «línea natural
C.e desarrollo» que engloba aspectos de desarrollo y maduración, mie ntras que .
las funciones psicológicas superiores son producto de una «línea 4.e 9e.s.~:rrQllp ·~
o',ci.íltúral:> eii~ la~ ·qu~ ··rnterv'iénerr·fos"proc~sos 'de mediación cultÚ'i·~í (~é~s~~~\h- :
gotsky 1931).
Las funciones psicológicas superiores no deben considerarse una simple
prolongación de las funciones psicológicas naturales (Kozulin 1994, Wertsch
1988). De acuerdo con Baquero (1996), las funciones psicológicas naturales son
condición necesaria pero no suficiente para la constitución y el desarrollo de las
superiores. Lo verdaderamente determinante es la condición socioc ultural en
que se desarrollan, en tanto que el sujeto, miembro de la cultura usa distintos
mediadores en situaciones de aprendizaje compartido. Durante cierto periodo,
después del nacimiento del niño, las dos líneas de desarrollo de las que habla-
mos líneas antes operan en forma aislada y, poco a poco. penetran en el plano
ontogenético para dinamizarlo y provoca r cambios en d psiquismo. Así, paula-
tinamente e mergen las funciones psicológicas superiores.
Wertsch (1988, p. 42) propone cuatro criterios para distinguir las funciones
psicológicas superiores de las inferiores; éstos son los siguientes:
a) el paso del control del entorno al individuo (regulación voluntaria);
b) la realización consciente de las funciones psicológicas;
e) su origen social y naturaleza social;
el) el uso de signos como m ediadores.
Pensemos, por ejemplo, en la memoria como función psicológica; a partir de
ella p ueden distingu irse dos tipos: el p rim ero llamado muchas veces memoria
primaria o involuntaria, y el segundo denominado memoria voluntaria. La me-
moria prima ria es parte del equipo básico del sis tema cognitivo humano (p. ej.
la memoria sensorial). está determinada biológicamente:; se caracteriza por la
formación de huellas mnémicas (p. ej. el icón, para el caso de la modalidad vi-
sual); además, como tal, está muy cerca de los procesos perceptivos. El fun-
cionamiento de este tipo de memoria depend e de la influencia directa de los
(~stímulos (impresión del icón), no es consciente, es casi automática, está de-
terminada biológicamente por los sistemas sensoriales, y no trabaja empleando
algún tipo de mediadores. En oposición, la memoria voluntaria puede ser regu-
lada consciente y voluntariamente (criterios a y b) con el fin de mejo rar el re-
cuerdo, sustenta su funcionamiento en el empleo de ciertos signos (por ejemplo,
alguna estrategia mnemotécnica simple o compleja), los cuales son mediadores
(criterio d) aprendidos en contextos escolares gracias a la influencia o inducción
de otros que saben más (criterio e).
224 LOS PARADIGMAS CON IMPLICACIONES EDUCATIVAS
1
~ s~~:ín Ko7.ldin (! 9Y4). dL'h~- reconocerse que \'ig!lt:-ky extrajo \':'1:\ e:.;presíón e iJea de los co-
:1Jo.!ntal'ios ~ ~-nort:tdon·:s del p s ícúlogo alem~í n H. v\'ern·:r.
1' '·."¡\Ir_• h !'•". ' l !<l h:.t..:..:r 1111 (;l)lllenl ario :r: np\io, a !"';Jrti r <.k llll ínt c 1·~·s~Hil C at·ticulo t'SCI'ÍIO p fl¡-
l.awrc iH.' C ~· V;:i:-.ilh:r !" i 9<)3.l ·.:'n ,_.¡ qm' •..; lasi fk:m ~n d tis :t!~ rn xi nlal.'i onl's b:isic:ts las dis tintas po.,tm ~ts
¡)..; j._·<i\ógkn.;; ~!u ..; hnn utilizado t>l•:•mccpto d l' internaliz:t•: i<; n. S<.?g.ún l~Sl():' ~Hl iOr~s. 1::\<; dos aproxima-
dones son: !os qu0 <.>nikndt!n d pnKeso dl~ intcrnali··.a~·icin con1o un ar;to d\! tmllslllisióu cultllmllllli-
·li rcccioll•ll .'· los que.; ~osticncn u:-~a postur<t de traus/;.>r: t l(lcit)•¡ cllllllml !Jidin•ccimwl. En 141 prim\.'rJ
:ll)ro.x im¡l~·l!.i n , d pnx.:\~ ,.;o <k intc nJal i7~<: iÓ il se entiende t:•>!no un pn·.c~·~o ~..i.:' tn:msmi,.;i,ín (a c~rgo del
,.;nci;.tiz::J<If'r o :1cu lturador) ·'· t'\:'c,·pción-copbdo (que re::~l ii'a d su_kt11 ~o.- i; dizado). l\-lit!ntt·as qne b ~e
~und:t, en k• que . s~·~1tn dio~. se in~cribc la ilk'~ (k int~r !>:tli7.~ldó n Yi!!otsk·-:ana (<t~í co•no lll d~ P. J<'nct
,. J .M. Balc!h·in), consiste <.'n un prnet•so dl· t'l.•con'ilnrc·~iün .' · tran~fm-n-w chn dd in:;umn culturul. E$ta
;·¡J 1ima ~rrm:in, :· <.:ión SIJSI knc ,-arios punws: <1) lo externo, que es Jo ¡woü··to por la cultur<l. Ik·~a a ser
Í!IIC!'llo por un p ro::..:-~o d..: coconsLrucción (l'Dn.struccion ~..·on ol ro s), lo ct•al ocu¡-r.; en el conocimiento
r•rg>:tnizad.) dd ~t1j;:> tn: h ., el in st•mo cul!nr:JI t's transfonnado ,. transform:t las eslntct tn-as de conoci-
, .. i ,~ nto pr~~¡-i:H"ll•.' llh.: t'XÍ~tcni L'S; e} lo:.; uso~ pDstcriot\'.' (:.!X lt'!-n:-;!izacitin) ._),:: ! insumo cultur.:\1. \';l trnns-
~- ··rm:.1do st<hjeth·:tmt'llt<.:'. ocun-~· n d·! k> indiddtml ;t !o socbl ~· coaéhm·an e~ tnmsformar los proce.5os
cul t\ tr~lll.'s. Por lo í"n;r¡, <:.~: considC'ra qu•.' ~·n es ta aproxim:ldfJI' (de :1hi S\t ca.·úcter bidireccional) hay
EL PARADIGMA SOCIOCULTURAL 225
Por último, respecto del tercer tema señalado, el relativo al anális is genético,
Vigotsky cons ideraba que para estudiar objetivamente las funciones psicológi-
cas superiores era necesario investigar su proceso de constitución, su historia.
Vigofsky (193 1) señaló al respecto lo siguiente:
Son aún muchos los que siguen interpretando erróneamente la psicología histótica.
Identifican la historia con d pasado. Para ellos. estudiar algo históricamente signi-
fica el estudio obligado de uno u otro hecho del pasado. Consideran ingenuamente
que hay un límite infranqueable entre el estudio histódco y el estudio de las formas
-.)Xistentes. Sin embargo, el esttLdio histórico, dicho secl de paso, simplemente sigttifica
aplicar las ca tegorías del desarrollo a la ínvestigació1t de los fenó menos. Estudiar algo,
históricn111e11te 5igl1lfica esw.diarlo en movimiento. Ésta es la exigencia fundamenta l
del método dialéctico. Cu~ndo en una investigación, se abarca el proceso de desa-
tTollo de algún fenómeno en todas sus fases y cambios, desde que surge hasta que
desaparece. ello implica poner de manifiesto su naturaleza, conocer su esencia. ya
que sólo en movímien lo demuestra d cuerpo que existe. Así pues, la investigacióll
histórica de la conducta 110 es algo que co111ple111erzta o oyltda al esflldio teórico, si110
(/lit!. cu;zslituye su fiutdamell lO (pp. 67-68, las cut·sivas son mías).
Wertsch (1988) y Cole (1993) comentan qu~ Vigotsky sostenía qQe, par3:des-
cribir objetivamente el desarrollo de.l .psiquismo humano, se debe considerar la
participación necesaria de cuatro domi·n.i os evolutivos: ·
una influencia reciproca de lo social a lo indh•idual y vice\'ers::~. Unn idea similar a la de intemali z<~ción
es In qnc propone A.N. Leontie,·, en el mismo paradigma, cunndo usa el \·ocablo apropi11ciúu. Según
Newman, Griffin y Cole, el proceso de apropiación insiste también en que los sujetos «hacen su~·os» los
1
instrumentos al part icipa~· en contextos culturales (en interacciones sociales) donde éstos se emplean
según ciertos usos determinados por el grupo cultural; de es te modo, los aprendices tendrán que apro-
pi<~rse de los usos funcionales de dichos instrumentos parn voh-er\os a utilizar crentivamente (incluso
tendr-;'in que depurar o transformar el uso del instrumento o el instrumento mismo) en nuewts sittla-
ciones cotidianas. Newman y colaboradores también insisten en que el proceso es de «ida y vuelta», o
sea de transf01mación bidireccional en el mísmo sentido explicado po1· Lawrence y Valsiner.
226 LOS PARADIGMAS CON IMPLICACIONES EDUCATIVAS
De entre todos eiJos. Vigotsky sólo tuvo tiempo de explorar con cierta pro-
fundidad el dominio ontogenético (usando el último). Del primero, salta a la
vista su planteamiento de que el desarrollo humano debe entenderse corno un
proceso dialéctico de internalización de la cultura provista por un contexto so-
ciohistórico determinado. La participación del niño en escenarios y en ac tivida-
des socioculturales organizadas, con la intervención y el apoyo de los otros más
aculturados, le pe1mite apropiarse activamente de los dist intos ins trumentos fí~
sicos y psicológicos que en dicho contexto sociocultural se consideran valiosos
(véase Rog~ff 1993).
Según \Vet·tsch ( 1993), respecto a la relación de cada dominio genético, Vi-
gol<;ky no aceptaba ni la interpretación recapitulacionista (es decir, la ontogenia
recapitula la historia cultural) ni la versión paralelista (esto es, leyes similares
rigen el desarrollo ontogenético y filogenético). Más bien él optó por- una tercera
vereda en la que se acepta que cada dominio está gobernado por una serie de
principios y leyes específicas; lo que hacía falta, según Vigotsky, era encontrar
una explicación sobre cómo se int\!rrelacionan dichos pdncipios. Vigotsky tam-
bién reconoció que entre dominios puede haber ciertas semejan7.a.s y paralelis-
mm;, pero insistía que enm más destacables ias diferen:.::ias.
Finalmente, an tes de pasar " la secció n d e proyecdotles al caso ec.lw.:atiYo,
~xpondrem os algunos comentari·:..>$ sobre ot;-o de lo~ conceptos medulares dd
p<:tradigm<l: la ZOIIct de desa:·rollo pró:dn;o (ZDP). Moll (1993) comenta que el con-
O;!plo tk nc una importancia pocas veces interpretada en ~; u exacto dimt:nsión.
~or U it L\dc. es un concepto CJL 1 ~ aparece en la última de las l~tapas del paréidigma
\·igotskyano descritas por M:n.ick ( 1987); es decit~ en la de los últi r.1os '~scritos de
"i./!gotsk:; (vé.:tnse Vigotsky 1934, 1979). Esa etapa ~s en la que el autor intentó
concentrr,!"St.! <;!11 el análisis tlel s·_: jet'-~ en el cor~texto de s:tuaciones concretas es-
, ...
pet.:Hlcas.
Moll (1993) aduce que el concepto ZDP puede cor:sideran;e una prolongación
del método de doble (; ~>t in1liladún el '.:ual fue utilizado sistemáticamente en las pri~
meras ~:tap<i3 de desa:Tollo de b cbra vigotskyana. Como ya se comentó, dicho mé-
t!Y::lo Fu:.: muy usado para est ud iar co n ch: rta profun di dad los procesos de media-
dón pm ::itpw.s :·eali:!:ados por :.:ujc1~ls !ndh·iduales en contex~os de in,·estigación
t.!xrerirn~ntaL Con d empleo del con cerA c. ZDP. según Moll, h ay un cambio de rum-
bo notahle. A través d el conce pto de zona, (;Obró irnportancia también el estudio
ck-: la rncdiación p:~ro en contextos socüo.ks; esto .:-.ígnifica un viraju en ell.!nfoque
que consiste en moverse del estudio de la mediación de signos h~cia el estudio de la
mediación social. Continuidad y profundi7..ación, ni más ni menos. En el uso de am-
bos métados·existía el firme propósito de "nalizar los proc::!sos de cambio ocu-
rridos, en el primer caso de manera individual .y en el segundo ..... en la interacción
::;ocial (gradas a la ayuda dt->. otro, en el plano de lo intersubjetiva).
EL PARADIGMA SOCIOCULTURAL 227
Podemos decir, siguiendo a Cole y Scribner (citados en Wertsch 1988) que, en pri-
mera instancia, cuando se habla del método genético en el paradigma de Vigotsky,
éste no se debe entender en el sentido típico de método de desarrollo infantil, sino
en otro mucho más amplio, es decir, como un planteamiento metodológico defini-
torio del paradigma. Como ya señalamos en el punto anterior, su perspectiva ge-
nética completa abarcaba en realidad varios dominios además del ontogcnético.
En este contexto, en las investigaciones reali zadas con el paradigma se utili-
zaron diversas estrategias metodológicas y propuestas concretas de investigación,
todas ellas encaminadas en el sentido designado en el párrafo anterior. En parti-
cular, en la ontogénesis, el dominio que ha sido más investigado a la luz de estepa-
radigma, se han propuesto tres métodos de gran potencialidad heurística (Wertsch
1988, Vigotsky 1979), a saber:
Este vocablo n.tso significa enseiiauza y aprendizaje a la vez; es dech~ implica al que aprende. al
t
16
p:-o'..:'...:~:(y;;, :/ =::-, Lro :-,; :~:..tj:.: tos en q<.t~e n:~: : n:~ h.·:·. '.)•..:uiTÍ(_;e- di-,·:¡:\ <•' :,;ré .<.:ió;: 1 (p¡>:.:·.;~:·; ..k
:!c:..~,·~~ ~~·;. ; l}~; n.::,.rn1 a l).
,.- \1 F l m·:: t-- ri o microgenético· cs tu'i¡:) d " h n~;, .t·c euér· e•.. '·-:
J ·· • ,_.. .....J - '· dl! un·1 : qn··i:'¡:·t 'l
· \...· - • · ~ · · - .... ·- - · · • - ) 4 • · "" ..... · .. ""'
ope ra~ ión p::>icológica con detaHe (_ anü iisis del proceso de cunstiluciim a corto
plazo en una situación experimental).
;;,_:; ~-' ;·'.C'-YEC~!C: :L2S ~' E r\ ?LlC..\ C1Ót-i DE:.. l".- '.' ;\l.:·! G;\ti..i, S OC'!OCUL'P •Rt\L
,\L C:Ot,l'f~,'"~-~· c ~~ DUC!:Tl\-'0
• 7
·: :::. .o"..'211 l.~~3 co~-n·.;nto." o·::.ntc
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¡_¡)
. · · 011:::-llta
·· a · l'1-
:!ad t_:n !: í tr~~t<•.:-:l.i:..:: nto <.le cada uno de ell o~;;. A partir de ::u obra escrita y sus
·~ ••:;;:..:fí;:u -.~as . pu. ~d ·.:: n •Jlt:-ontn~rse ic.k:.ts, C0!1Ce ptos y pr:lp :.;~~~ las qu;;: han resul-
. ~,.l/·. ,.,,_, -~ ¡,, . ....,¡ "' d · l'ü" d" l "' . f• ' ~ . ¡·.,. .i . ··1 , t' ,-.
. •: :·.. , ,, i''·! ~ ~ . ._.s ,__.u._a._.:, ._..:;, e 1v)i, - ' - ::-lat1 pO t euCl<l . .p.,.ICd
h..d ....; e:, ' t'1\a y 1eUriS.l-cl 11 . • •
i ' o:":,.,... ' .¡ Í;, -: i:; ·· , ..,l :l·'i ·"~" ·: "11i!'i"' d ·• ·. ':':· , .. ¡¡,) .. ;· ,...,.,.11 ')¡ - . ;, · .....
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~Y>~_¡;iar ~;-; i. ·.:n.~s p ( Jl' ei dc :;~nToilo :q·:r:..~Ust6 rko» ~íe In es·..:-ri lt.::·~t. la in t~:,!'p roladón
:k ,_, ,.., ;;·: :~v :: i'.! <'t ' .'i l'll1 clinf.mica. el pa r)'.~ l .·_! d len!Zt!2k como sist•:::n':l lx'tsi -::_:, :\uton·e-
,· -~f:--;
~·:-l.. · . .. l _· ,n ·\,:· •:· ··~u<: est·¡-i;,-.
......... ,1... ,.'e-. ·. :;- J l. '- ····_-.~ .)·r)L~1 ·l·"
... .. . -. _ - ,:-,1'.~l-:;.\D7.-:'I
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,) ,<.• , . .... ._ ,-·m¡"~Pt')iadones
..... l· '-"..·cral
; .. ''"'J• ·- .. .., ... JC. - . ""
a ti}'icas). :.:.'. u,::·, ~•s de es t<~:.:; ideas han sido :/ continúan siendo e;;!udiadas y enri-
'·1'-~~:cid.::-.:~ D:::r s:..r:> segtw):)r es en O ri~.!ntc y en Occidente. A continuación aborda-
remes smn·~n1mente l8.s implicaciones de algu nas de las p ropuestas educati vas
des::..;::·ol lad.o.s en las ú!tima.s décadas~ a part ir de l'.>S trabaj os realizados en los
.. _ct'd
')' .. ,,. <)r
p ,:.b.:...:. .. en_,t-.J,,.:.s.
,, ·
Gr2..n V ti'le de las propuestas educatiYas de las que estafi1o.s hablando giran
~ n i.~··~·r; o al :;opce pto dave de ZDP. E n un princ ipio, duran tl! la cléc<.ld¡t de los se-
EL PARADIGMA SOCIOCULTURAL 229
~·,~!~~~Jíi~t:i~6i~;&UtMaSJ~28ift:itfJ~f&~¿~~~aifú;~y~~lJ~ ~::ri~~· 9
230 LOS PARADIGMAS CON IMPLICACIONES EOUCATfVAS
merso, el cual trde consigo una serie de instrumentos y prácticas sociales hisí.6-
ricamente determjnados y organizados (Rogoff 1993).
El sc1· hu mano se (ksarrolla en la medida en que se apropia d e una seriL· d (;:
in:5lm mentos (físicos .v psicológicos) de índole sociocultura l, ~'cua ndo part.ic!pa
en dichas acli vidades prácticas y rdaciones sociales con o tros qul! sa be n más
que él acerca de esos instrumentos y de esas prácticas. Las distintas sociedades
y grupos culturales siempre se han preocupado por cómo transmitir su identi-
dad, sus valores y saberes culturales a las siguientes generaciones; las propuesta'l
educativas variarán desde las que proponen que los sujetos más jóvenes pai1ici-
pen directamente en los contextos y las prácticas culturales genuinas, hasta las
q ue sostienen la necesidad de un aprendizaje formal descontcxtualizado.
Con hase en lo anteri01~ nos parece válida la afirmació n de Bruner (1988) de
en tender los procesos educativos en ge neral como «foros culturales» . Es decir,
como espacios e n los que los enseli.antes y los aprendices negocian, discuten, com-
parten y contribuyen a reconstruir los códigos y contenidos curriculares en su
sentido más a mplio: los saberes en los que se incluyen no sólo conocimientos
de tipo conceptual, sino también habilidades, valores, actitudes, normas, etc.
Dichos saberes, entiéndase, no son simplemente tl~ansmitidos por unos y rcpro-.
ducidos por otros, sino que en torno se crean interpretaciones y as imilaciones
de significados, gmdas a la participación conjunt¿-l de a r!.lbos participantes; así,
los aprendices tiene oportunidad, una y varias veces, de recrearlos en formas va-
ri as durante su participac~ón y mientras efectúan la. reconstiiución de la cultura
en que se desarrollan (véanse tam 1Jién Edwards y Mercer 1988, Medina 1996).
Uno de los espacios institucionales diseñado ex profeso en las sociedades in-
du strializadas, el cual conjunta una s<::de de prácticas socioculturales específi-
cas con !41. inlcndún de negociar lo~; currículos culturales (específicos), son iM
e~;.;\.ldas. 1\ Lavé:::; d~.: esas instituciones se transmiteu y recrean los saberes a;.·u-
mula::los y orga niz~do3 cultura1m ~ nte qu;; St) consideran legitimados (p. ej. d
conoc imien ~o ci,.:. ntil"ic:>); son t c. mhi~n los ·.::on':•::xtos m {ts propicios donde ~ ~
entretejen los p ro~csos de desarrollo culturnl-soci2.l con los de desarrollo pcrso-
iFd, los cual e ...;, segú n la cxpi:csi6n de Co!r: ( 1985), se v~tn <<generando mutua-
m c:~nk'JJ. Por lo tan to, !a escuela d~~sempeñ;, ~m papd crucial en la prnmoción ele
arn.mdizaje:~ t;;;pccífi•:os y de! desarro llo gencml de cada i.\lu mno.
Grac i:.'ls <.1 " ' e n ~;ei'ían z:1 ~JCU!Tida en las instituc iones, y a lo que ello conlleva,
se desmTdi<.~ :• l2~ b rrnu:; madura::: d~ las [·u nciones psicológicas superiores (Ba-
quero 19<:16). En las pr<.'ict icas educat iv~s S<.; crea el contexto !lecesario y prop.kio
pc:~r:."l que se df5 !a recsl ruc tm·ación de las funcio nes psicológicas superiores ru-
dimentaria:; I1-8Lia m odos más avan7.ados que s~ carac t<..:l"izan por un control
cons·.;ientc y voluntario. Asimismo, h i parti.:ipadón de los aprendices en tc:.les
p:-úcticas le~: pe;·mik el acceso a cierto:; instrumen tos d e mediación cultural (en-
• tre los qtle destaca :a ~f..crituru) con un carácter creciente de desconkxtuali-
zación, y qu e ta mbién imp ulsan el desarrollo de su psiquismó, así como sus
posibilidades de acceso a formas de conocimiento más elaborado dentro de esa
cultura (por ejemplo, el pensamiento letrado).
Por último, como producto d e la participación del niño en los cor.textos
~~sco l ares ocm-r·: la transición d e los conceptos espontáneos hacia los concep-
EL PARADIGMA SOCIOCULTURAL 231
tos científicos (véanse Panofsky et al. 1993; John-Steiner y Mahn 1996). Los
conceptos espontáneos son. de naturaleza denotativa, están elaborados prin-
cipalmente sobre aspectos perceptivos, funcionales o contextuales; y se desa-
n·olla n, como su nombre lo dice, espontáneame nte como consecuencia de las
experiencias cotidianas que tienen los niños/ En oposición, si bien los concep-
tos científicos se .construyen sobre la base de los conceptos espontáneos, los
cuales se emplean como signos mediadores para dicho aprendizaje, se organi-
zan en formas de sistemas complejos, estableciendo entre sí relaciones lógicas
y coheren tes. Estos conceptos científicos no se desarrollan espontáneamente
como los o tros, sino que se aprenden a través de experiencias y dermmdas de
reflexión sui gen.eris que sólo ocurren en los espacios escolares. En la situación
de enseñanza formal, el niño se ve impelido a tomar los conceptos como obje-
tos de aprendizaje per se; sobre ellos trabaja y los manipula conscientemente
para tratar de aprenderlos en relación con otros conceptos; al mismo tiempo
desarrolla su explicación, la cual explícitamente le demanda (y le corrige) el
agente de enseñanza. En otras palabras,Jp~_,p:,m~.eJ?tOs ·-~-~~~-t.!pf.q~·'·~~ ~J?:t.yi¡tJleq_.
sobre u.~~..Pa..~t;..Aingii.í§!~.!;ªY·f.acrjp¡¡al.. cqp ~l.ap.oyo _d,e ~n .d<?s~.n{e, .e.n. iJii._c;o!l~· .•
texto cultural (la es,cy.~lé<\). ~sp~cialmente diseñado para trabajar con los concep-- . ·
tos ·.Por. los··éoncepto·s ;~·úsmos·~-
n.1c innr.;s, lo cu~d alteraní el proceso ele aC.. illl 1.tl:.~,jón S<.Kiohi s\:'l rica hasta enton-
• ' t -
ce::; •..:onseguw: •. ·'
D~.:::;d-.: b ópt ic c.~. ck este parad igma, el a!umno debe se r entc n.d ido como u n s~r s~.~
cial, producto y protagonis ta de las múltiples intcracci on~s sociales e n que se
involucra a lo largo de su vida escolar y extraes colar. De hecho, las funciones psi-
cológicas s uperiores son producto de estas interacciones sociales, con las que ade-
mú:-; m a n t ienen propiedades organi zativas en com ú n . G ra cias a la participación
:.::n los proce:sos '.::ducél.Ciona les sustent3dos en distin U:\S prácticas :v procesos s ::>-
c i ~dcs, en los que _e;•.! involucran disti n tos age ntes .v a r t•.:Jactos cultun.1.les, el nii1o-
ann~ndiz consi~Lk' acu ltu rarse v ~oci ~l i zarsc (y así se conYierte e n miembro de esa
J ..... ... •
c i..¡!t un:t) y '"¡ n1 ~;;:::n0 liempo se indi vidualiza .v dcsm-roll <~ Stl p ropia personalidad.
Aunque (;li r:.::a!iclad, a: prirtcipio y al fi nal del h echo. los saheres o instru-
m~ ntos se e n c uent ra n distribuidos e n un ll ujo sociocultu ra l ( m a nua(c::;, libros,
pt·ogTa mas computaciona les, discos compactos, gén eros discursi\·os, s istemas
~cmióticos , e!c.) del que tambíén fornia parte el sujeto que ap rende.
Por co nsigui e nte , el pa pe l de la interacción soc i'd con los otros (especial~
m e nte los q üe s'lb:~ n m2s: c~·: perto , maestro, pa d r,~ s. niños m ayores, iguales, e tc.)
tiene imp0rtaPci a fundamentni para :.::1 desarrollo psicolúgico (cognitivo, afec-
tiw;, ele.) clci ~-,iii o - a 1urnno .
D~ lo -:ti ~;he> •;; n los párrafos C~ntcrio•·cs puec.k: n es t,tbh.~~-erse dos h t?c h os s u ~-
1::t,1daks: a) ei :.du mno rcconslruye l\Js s aberes , pero no !o hB.cc solo, p or':r . .te ocu-
rre n pto·::\~S~lS c--)rlpiejos ~n los qu!? b) se entrcmczcb n proceso.s de cons trucciún
p¡;~rs,nnl :;· ;Ji'O•.:•.";<)S :->.utén ticos de cocon.struccid P e n :.: n lnboración c on los otrns
:ltt·· int ; • ¡-;: i • 1it~•·n p dr• 'tr.:\ o el·· Ol l .. l fu,-n, ·; ··n ·~s ·· n ny·. ·s o (·\_'. t,rtsrh 19°l )
... - • ,._ ..__ .... ' • - • .. • 1 • • - '- ~. ..... ' - • -" -: , .,.. ~. ·~ 6 •• - .._. • • .... ..... ' .... / ._} •
Los :;aben~:-; c:,.:: di,:erso tip(i que ini.:iaime nt.:..> l'ucrnn u·<m smit idos , cornpm·-
tido~~ .~-, h;,•sl e:1 ':io: rto punto , re~~-dad o!" cxt e rn a r;·¡~_~n t ·..: '.' disp·.:nsados po r otro ~.
p-~_,: ; t ,.) t· íorn·.,~n t •.:- , grnt.:i<:~.s a hs p roceso:..; 'J·.: in lcrn:.diza<.:i<')n, termin;.m siend o pro-
.,,¡ . ·.·l :; ! i ¡!_, ~ ~'·\ •'r'·
• . ........ . - .... t. --· l ¡c:•n
. ~ ... · -··· rJo-;
' · .. . . , ;11 . elTrt\cJO
t. df' (; ¡!(-'~S( ~· ~
........ , .... ... '='4 . . '., Sí'l. í "l])étCL!S de ¡,,l CPC U SO
:)". IJ•-•U'111 c.:. ..... -~ •. • ..... .. •
·'cti-·r\
t.t. .. \ , ,¡,,
... .., t'll:·
• • .... . _ n; ~,,·,en
· ,¡,. _ . . .. . ''On
- ~ ·cir•nt•
. ..,. ~ ·• •\' \'Gbl'~ t·,;·h (!1 L tl ,:>~"l''r.l<'~ o nutorreoulad·l·)
...,.. t ... • ... '· . (. . '- . c..
\ .. .e . • .. ,_ '- ~
r~o sólo lo:-; ~~d;,..d t-:·1 .-: .:1 u·~den l)romove r la creéH.:iú t. ck; 'lD P, :--: im' ta mbi é n los i::wa -
~ ~
' 17 Est;:, t'tllim~l idea ~,~~ import ~mte porqu~,-, no pocas n·:c:es, algunos autores h a n malint l~rprl'tado el
pan-tdigm ~l. c o ns idl'r:tnd o que tie ne tl'nclencias •• reproc.Juccionis tas, en b ~ que se supo ne q ue d t>d~l
-.:ando c::s u n Sl?r pasin1 qu;_• r:.-procluc:é los sahcres sodr.c:Hittn';l\ment\' •;;~\orados ~' ~s t á :-~ expcns:-~s de l¡1
cu lt u r::~ en qu ~· ntiCt' .' · ~é d ::scm·ueh·e. Tambi0n t'S justo decir que el p:'l r<~digm ;~ hn puesto m ucha m<ís
a t~nción <'11 l'l aprcndi7.aíc' el\' lo :-·a construicln soc.:ioctllturalmenll:. qt:t.: ·~n los ns pectos crea liros e in·
n ontdorc~ d e IÍ!JO p~t ·so 1 w l pcw p:l rlc.: del sujeto ('<_;ase Baq wJn> 1996).
El PARADIGMA SOCIOCULTURAL 233
nitivas, y las tutorías entre uno que sabe más y otro(s) que sabe(n) menos (véase
Tuclge ~. Rogoff 1995). En el caso de la primera, se ha demostrado, de forma sis-
temática, que la actividad colaborativa desarrollada con base en la inters ubjeti\'i-
dad creada conjuntamente por los participantes ha resultado muy fructífera para
solucionar tareas de diversa índole. Relativo al caso de la segunda, se ha demos-
lrado que las relaciones de tutoría entre niños más capacitados y otros que lo son
rnenos frente a una tarea determinada, producen resultados o avances cog nitivos
significativos en .los menos capacitados 18 y también en los más capacitados (véan-
se Tuchze 1993 .v Coll y Colomina 19~0). En estos últimos trabajos,
'-' ~ .. no obstante.
también se ha demostrado que intervienen otras cuestiones relevan tes, como ]a
dificultad de la tarea, el grado de motivación de los participan tes, el compromiso
asumido, la reciprocidad y la igualdad, entre otros, que es preciso considerar pa-
ra poder valorar la afirmación anterior en toda su extensión.
Según Tudge (1993) las investigaciones recientes sobre los procesos de inte-
racció n entre iguales parecen interesarse cada vez más en cómo ocurren los pro-
cesos de interacción y cómo se llegan a establecer sistemas de compart ición de
significados entre los pares participantes.
Lo que ha sido puesto de relieve en los trabajos sobre la interacción entre igua-
les desde esta perspectiva, para comprender y mejorar los contextos de interacción,
son varias cuestiones que merece la pena mencionar. Primero, las actividades re-
alizadas por los miembros participantes tem1inan siendo una actividad conjunta,
enriquecida por las aportaciones activas de cada uno de los involucrados (sea en
parejas o en pequeños grupos). En las interacciones ocurridas entre iguales, se re-
crean zonas de construcción relativas a la comprensión y solución de la tarea, que
amplían las posibilidades que los sujetos por sí mismos (individualmente) no ten-
drían. Segundo, gracias a que el lenguaje es un instrumento mediador y posibili-
t~.clor de las interacciones, los miembros prestan, solicitan y 1·ecihen ayuda, mejo-
ran y reconstruyen la representación cada vez más diferenciada de la tarea o
situación acometida conjuntamente, en una relación bastante más simétrica qu e
la que ocurriría entre profesor (o enseñante adulto) y alumno. El lenguaje, como
se sabe, permite regular la ejecución de los otros e influir en ella, y además en la
ejecución interna de uno mismo. Por lo tanto, en esa relación más cercana y más
hori zontal creada entt·e pares, cuando se crean las condiciones apropiadas (en las
que necesariamente tiene que intervenir el profesor como organizador y promotor
externo de las mismas), es posible el uso del lenguaje en todo su valor instrumen-
tal, ya sea si se usa el lenguaje propio para influir sobre los demás, si se emplea el
lenguaje de los o tros para influir en uno mismo, si se recupera el lenguaje creado
colectivamente para intluir en el proceso de solución, o si es utilizando el lengua-
je propio, desarrollado sobre la marcha en la tarea, para influir en uno mismo (véa-
se Coll y Colomina 1990).
1
~ Sin embnrgo, como señalan Tudge (1993) y Tudge y Rogoff {1995), c!ndo que la concepción del
desan-ollo de Vigotsb:y no es unidireccional, también cabe la posibilidad, y de hecho. se ha demostr::ldo,
de qlle las interacciones entre iguales no produz.can r-esultados de ::wance cognitivo, sino incluso "re-
gresiones» en la complejidad de respuestas de los participantes, en condiciones «en que los interlocu-
tores, supuestamente más hábiles. se equh·ocun. o cuando los adultos eludan de que el niño sea capaz
de lograr un .mayor desarrollo .. (Tudge y Rogoff 1995, p. 111 ).
234 LOS PARADIGMAS CON IMPLICACIONES EDUCATIVAS
Ei profesor debe ser entendido como un agente cultural que enseña en un con-
texto de prácticas y medios socioculturalmente determinados, y como un me-
diador ese ncial entre el saber sociocultural y los procesos de apropiación de los
alumn -:)S (véase Medina 1996). Así, n través de acti\'idades conjuntas e intera•:ti-
vas, el docente procede promoviendo zonas de construcción (Ncwman et al. 1991)
para que el alumno se apropie de los saberes, gracias a sus aportes y ayudas
estructurados en las actividades escolat·es, siguiendo cierta dirección 'intencio-
nalmente determinada.
Su participación en el proceso educativo para la e nse ñanza de algún con-
tenido o saber curricular (conocimientos, habilidades, procesos, :tctitudes, ins-
trumentos, etc.) se plantea de inicio como una relación asimétrica con los .
alumnos. No podría ser de otra manera puesto que e l docente debe conocer d
uso funcional d~:: .ios :saberes e instrumentos culturales, y planear una serie (~e
acciones que, junto con las curriculares institucionales, tendrán por objeto
promover el desarrollo de las funciones psicológicas superiores en cierta direc-
ción, y ]a apropiación dd uso ad~cuado de los instrumentos y saberes socio·- .
culturales segú n la interpretación específica de la cultura eri que se encuentran"_
insertos. En ese sentido, el enseñante sabe, desde el inicio mismo del encuen-
tro educativo con el alumno, hacia dónde deberá dirigir los procesos educati-
vos y tiene claras :sus in tenciones educativas. Esto. por supu~sto, no ocurre así
con el aprendiz, quien tendrá que percatarse de ellas progresivamente a través
dd diálogo (rn~canismos de mediación semiótica apropiados) y úe las interac~
~icncs y experi..!ncie:~s cornpartidas con d ensei"'!a nte.
En unc.t serie de t~·abajos realizados por Br~m er, vVo(xt y colaboradores (véase
:Lir:;.\za 19~4), se e:;tudinron c0n cierto dctalic las carac terísticas de la n~laciún
:t.:;imétnt.:;.' pbnteacla entre U!1 cxpert~)-ensc:iatli'~ y un nO\"<:tto-aprcndiz. En su
::!xrlicac i ~'m sobr•: cómo el nov~1to !le;~'-' conoc•.' r o dominar los contenidos qw~ el
~nscil.ante le propone, emrlearon un con,_·cpto mclafórico que ha sido comúnmen-
~~.: aso.; iado a l<.1 íd.:a de L:DP d·~ Vigotsk:•- El conccplo e~ ci ele andan2iaje. Según
'.::sta idea, el exr ,:;J.-i.o-ensefw.nL, \.m S 1~ intc11t0 por cnseñ~r determinados saberes r)
'.:::ont~nidos (habilidades, concepws o actitudes), c~·,.!a un sistema de ayudas y
apoyos necesarios para promover el traspélt:O del cont,.ol sc:0re el m c..nejo de Ji-
:...·h.os C '.) nf· •.J " p.__.
. ,~Cnh.IO-> ·• •. ¡· p~ .... a l um11Cr!:O\
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· ..,. .tn t erac t:.,,,
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:/ dialoga!1te en g u.e s~ Gas.:~ la cnseiléu!za, d ex:perto~ensefia;-¡te tiende estt·att:gi-
catr.~n le u n conjunto ele a ndamios por medio de los cuaJ e~ el alumno-novato va
da;Junndo las consi.ruccio nes nec~~':\<:LÜi.s paia aprender los contenidos. Ba-
quero (1996) ~cñala que ci andamiaje creado por el ens~üa n te tiene tres cat-ac-
terísticas <.~:;;,~ ncialc:; que a 4.:ont i mwción se (ks-::ribcn:
b) Debe ser transitorio o temporal. Esto quiere decir que en los momentos
en que los alumnos ya no requieran el sistema de apoyos o ayudas propuesto
por el enseñante para el aprendizaje y dominio de los contenidos. dada su me-
jora ostensible en e l control y el manejo de ellos, deberán retirarse en forma
progresiva.
e) Debe ser explicitado (audible y visible) y tematizable. Esto es, que el alum-
no tome conciencia de que en la realización y mejora de su aprendizaje ha ocu-
rrido un proceso de ayuda prestada por alguien que sabe más (el enseñante) y
que, por tanto, es producto de una situación colaborativa. 19
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, '1 • • 'J. .. - · · ._f. . ) .. t .... \,... ) . : t ...
GriFfin ,~ Cole ( 1991 ). donde hL1ya cicrtfl. indct ·~rm in ación ;n r~l ! O'.I~l siluL\d6n de
enseñanza (v no un solo arreglo p1·establecido de andamios y ayudas) y en don-
ci~. si r:H.~!:.áneamente, haya una influencia mutua de los e nsei1antes y los partíci-
p~r-:~·:::.-:~prendices e n d proceso mis mo. Podrí~i d ecirse que, al inicio, d profesor
emp!-:::J i.!n~ ~speci·~ dt! guión o m arco qu e usn com o un s imple <~rtil ugio para ne-
g·:y:i~.~r :· C!'i.'8.l' situaciones de int ~ rsuhjeti'.1 ÍCbd, r c·m ':·; -"~ )brc la mm·cha, y po r
rumbos 0. \'CCes no e~•r:erados . dadas \as inHuenci8.s P'.!i'SO'lales t~nto del ense-
ñant r.: C(,!T'!~) de !o~; :\pr~~ndiccs ~~ •_: ·~l ~~ ')'1lc~: to que 1-.:.~·~C!l r.~l uno\' io.s 0\ro s, cerno
s~~ ·v~\ o rientan dr) h si ttwción de enseftanz a.
P oclríamo::; C<"ncluir ~st~~ apartad0 seiiahndo a !'!"1;.\nCra d~ resum..::n que el
profesor deberá i-atentar en su ens~ñ~nza , la creac~ún y construcción conjun-t a .•
de zonas de desarrc llo próximo con los a lumnos, p o r medio de Ia estnictui·a~ *-:.
ción ele sistemas de andamiaje flexibles y estratégicos . No hay que olvidar, como ~
se ha expl:cado ~~l principio de este apartado, que si bien las zonas estm·án en-
c:m1ina(1as sob r(' 1:v.:h a prom~\·e r el ¡_·:_\mbio cogn itiw: :.:>.n cierta direcc ión (la de
k .'-' int·~n::inn'~S curriCI.dnre.':'), t;.lm bi5n pueden se r con<: id cradas -:.rmos de cm1S-
rr•¡-:·c((Í I1 crnrjw11r' ~.'!l b. medi da en que la ¡n~rtic! p~ ·:i(ll ::k los alurnnns también
r?.:.ld .e (.L•nsminante y pueda inHuir e n !:.1 estn.tt..:tu r:.l.·.:i\')n ele la<; a ctividades;
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tos: a) los que mo~ti·aban cierta propensión a cons iderar el desarrollo o J()s
procesos madurativos como los conceptos deten11inantes en la relación con el
aprendizaje, de modo que este último simplemente ida por detrús de los logros
conseguidos por la propia dinámica del primero (según este enfoque, el aprendi-
zaje no influye dec isivc..tmente ni es un proceso externo a la dinúmica d~ los pro-
c;:!sos de desarrollo espontáneos que son los que sí cuentan); frente a b) los que
proponían que el desarrollo debía ser visto como la simple acumulación de
aprendizajes de respuestas específicas y proponían así una identidad entre am-
bos, de modo que el nivel de desarrollo dependía de la cantidad de repertorios
de actividades aprendidas. 20
A juicio de Vigotsky, cualquiera de los tipos anteriores de reduccionismo
constituyen un error de aproximación grave y, desde su postura teórica, son inad-
misibles. De manera general puede decirse que aprendizaje y desarrollo estable-
cen una relación indisociable de influencia recíproca desde el momento mismo
dd nacimiento del niño; esto es, en los contextos extraescolares y escolares.
Aprendizaje y desarrollo forman así una unidad (que no una identidad), in-
terpenetrándose en un patrón de espiral complejo (véase Brown y Reeve 1_987).
Como señala Palacios (1987);~~g~q~~.»JL.~--~pr~.P.dx.r e,~t~.-~.Q ~tr~cha _r:el~~jó.n}
~~~11e!~~~~~ ;~:~~;¡;;¡!4J~~Ii~!!:~?~~~:::~!P!::!~'!!:~!~'!~;:¡
circunstancias en que se ha logrado cierto grado de desarrollo potencial. No hay !1
aprendizaje sin un nivel de desarrollo previo y tampoco hay desarrollo sintapfen.:·r~
11
Por ello los animales son incapaces de aprendec en d sentido humano cld Lérmino;
el a:mmdiz.aje ltit11Wil0 presupo11e llila 1/Ctlltralc;:,a social especiii'ca-" un proceso, me-
dial'lte el cual/os nilios acceden a la 1•ida illteh•ciual de aquellos que los rodean (p. 136.
las cursivas son cid texto original).
2n Vigots"-"Y señab como autor representativo del primer planteamiento u Piaget. de quien sólo co .
noció sus primeros trab:~íos (principalmente Jos raalizados sobre el pensamiento ,·erbal), y cuyos trn-
b;.•jos de v<~ria s décadas después sobre el paradigma no pudo conocer (iniciados a partil· de la década
de los cincuenta); en estos últimos se estudiaron sistemáticamente las relaciones entre desarrollo y
apt·endizaje (véase el capítulo nnterior). Como ejemplo ele\ segundo planteamiento, VigotSh")' cita la
postum de Thorndike. que conoció con ciert::. amplitud. Otro planteamiento diferente de los dos cita-
dos es el suscrito por Koffka, quien propone una relación de influencia mutua en tre los do!' conceptos.
pem que , sin embargo, Vigotsky criticó por ser demasiado general. Hay que decir. de paso, que una de
las ~.-ríl h:as que Vigotsky d irigió a este L"dtimo autor fue que consideraba insostenible tHl<l teoría del
apt·endízaje independiente del contenido, cu:vos a\'ances influyen en el des<~noll o y son transferibles a
din!rsos dominios (algo así como la teoría de las facultades). Sobre estas críticas hay que d~c ü; por qué
no. que Vigotsky incluye en ellas vmios comentarios interesantes. adelantándose val'ias décadas en el
tiempo, e instalándose de lleno en las querellas actuales sobre estructuras generales en oposición a es-
tructuras modulares, h abilidades generales de aprend~zaje o conocimiento en oposición a habilidades
específicas de dominios de aprendizaje; en las que se afilia. por supues to, a las segundas .
-------·
21
Resnick y Klopfer ( 1996) señalan que, históric¡,mentc, las familins y otros contextos como los
np¡mmticf!.ships (contextos de aprendizaje de oficios, como s<~strelia o carpintci'Ín} surgieron antes qt1c
las instituciones escolnres como ámbitos en los que se prcpanlba a bs generaciones nuevas en distin-
tas habilidades y <.:<~ paci cbd~s. En estos cont extos informales, los al•.tmnos urrcndían dichas h<tbilida-
dt!s ~·capacidades en situaciones rc<~les de tr;1bc.jo, mientr<ts que t'n las escuelas. por rcgJ;:¡, difícilm~nte
or::tJrre asf. Sin embargo. dados los a\·~mces dt• las soc icc.l<~des occidentales. los contextos de nppr!!llfi·
cc·ship son difícilt:s dé rccn•ar, pero algunos autores (Brown ~:t al. 1989. Collins ct al. 19~9) h::m dicho
que es posible introducir Yari<~s car:¡ctcrístic~s de esos cont .'xtos en los ¡\mhitos escolares (\·éasc la nota
19, para un<~ di sct~ sió ·, al re;o;pt·~· t n) . Asf. las csc11ebs debcr:an omponcr la ~rc>ación de nppre1Hiccslrips
cogniti\·os que tcng:m en cuenta las siguiente: caracterís tic;;~s: a) el (IJ1JHt!!llic<·ship cognitivo debe im-
plknr el enfr~ntamiento a prohicrnas o tareas reales; b) clap¡m:micesftip l,,mbién implica la ejercitación
de <~ct h·idades globales en prácticas contextualizadas, no s:mplemcnte J¡t ej~t-citación de habilidades
puntuales, extrapoladas de acti\'idades más complejas y ele los contextos reales en que se emplean. y
• 4) el appreuticeship implic;:t que los aprendkes se im·olucren acti\'amente dm·;tnte un tit•mpo con!'idt•·
r<tble en la obserYación de las ejecuciones de los más ct~paces, p<~ra infe¡·ir lo!' (.:rlteríos di! desempeño
t~decuados que luego utili zarán para valornr sus propios logros.
2l Rogoff ( 1993) entiende por participación guiada lo siguiente: "Planteo el concepto de pnrticipa-
cióu guiada parn sugerir que tanto la guía como In participación en actividades culturalmente valio~as
son esenciales p~ra poder considerar al nilio como un aprendiz ·del pensamiento. La guín puede estar
implícita o explícita, y el tipo de participación puede Yaria r. ~·:1 que los niños o sus cuid~dores son t:.es-
ponsables del modo en que ésta se organiza~ (p. 31).
EL PARADIGMA SOCIOCULTURAL 239
~:~s~~:o~el'~;¿~';,~~~;;.~;:::i!e~e'::ó~u~!~~~~~~~~~::
para determmados dormmos y actlvtdades de conocimiento {vease, por eJemplo,
Gallimore y Tharp 1993). Se supone que el profesor debe ser un agente experto
encargado de mediar la situación de encuentro entre el alumno y los contenidos
socioculturales que forman parte .de Jos currículos escolares. En ese sentido, el
profesor deberá construir un contexto de aprendizaje en conjunción, desde lue-
go, con los alumnos, para aproximar el conocimiento particular, y manejar pro-
cedimientos instruccionales óptimos que faciliten la negociación de las zonas.
Hay que tener presente que la creación de las ZDP ocurre siempre en un con~
texto de interactividad entre maestro~~umno(s) (experto~novato(s)eri general), y
el interés del profesor consiste en trasladar al educando
.
de
. .
los niveles
.. ·.,, inferiores
....... ·. .... ....... ,
~~~~ez~i~a~:~~g:f~[~Étrrf~~i~~~~~~~~~~tYif~&~~~Ii;~~~it~~$1t
dad muy fina (y una evaluación fon:nativa.constante), para valorar los niveles de
desempeño alcanzados pa~latinamente por los alumnos. Esta situación de tras-
paso se debe estructurar de tal manera que se procure la cesión de la responsabi-
lidad y el control en el desempeño de la tarea o del contenido por aprender. Esto
es, lo que el alumno al inicio no era capaz de realizar o entender por sí solo, y en
cambio si podía realizarlo con la ayuda del maestro (actividad exorregulada), pos-
teriormente llega a ser capaz de desarrollarlo o entenderlo por sí mismo sin ne-
cesidad de la ayuda previa (actividad autorregulada).
240 LOS PARADIGMAS CON IMPLICACIONES EDUCATIVAS
Ci)n base en di~lintos trabajos referidos al terna, OnruGia ( 1993) sci'í<da una
sei·ie \.Le ct'i teri\lS cl;.; ini.ervem::ión para que la a~'üda asistida pú)~"Joi'~t(J llaci;,¡ ..::n ia
CJ nst¡·•_:;xión t:unj~¡i'!t:.t ele ZDP desemboque, verdaderamenk, en ~tprcndizaj es
signiFi·.::.!li•:u:-; :.:n hs <dumnus. Algunos de h.,~~ c ri te rios aportndos p:..¡r este autor
n1k:n t.o d'.! pregunt~l~, cierto grado de .sl!nsibilidad) que permita establec~..~r un s~
gu[rnit.:.: m r.; de bs a:.:tividades de los alumnos desde que empiezan a participar en
h ZDP. ND puede haber una ayuda ajustada si no existe un mínimo de valoración
sobre el nive l de participadón del st•jeto en la iarea. Es perFectamente posible
concilia;· Ir: plancnción didáctica previa (la cud es un ajuste didáclico en sí mis-
Ela) e~>··, ia rea!>~:.ción de actividades evaluativa:.; y de aplicación de lo;> ajustes
d!d;i::: tic..::'s ciu c;.uw.~ el acto de enseñanza, si el fin principal es fomentar en los
dumnc..; u t~ tTICjüi·at-rüento en la apropiación ck: ias tareas de aprendiz<~je.
d) I-bc~r· uso explicito y diáfano dellcngu"-je con la inte~1eión de promover
1a ~\ii.LWt..:i<>~ neccs,J ricl de intersubjetividad (enln-: ensefianr<.: y aprendices) y la ·
nq::::)cir:c.ión de s~gnificados en el sentido esperado, y evitar las t·upturas e
, , ,.!'·''' : .l . j;.' C'"'~Cr~o"i nza . El ! oap•"l c.\": l~''11CTL\''J· t··s·· ¡'~'t'tl"tl t~"1lrt "1.1 l'l
• ..... . .,. .;·r1. -"1!";"·
l'nr-- r ..... ,--. ..:..
t .. ""'' ' - - .... 1 . . . . . . ..
sil;;¡ y i<"~sp aso del control de los contenidos, desde la situación en ia que el
~n~l!ií.ant.~ ayur:.b y orienta hasta aquella en la :iue los aprendices mejoran os~
tcnsiblementt: su competencia gracias a esa ayuda asistida. Edwards y Mercer
(1988) han ana li z~~du cómo a través de los diálogos ocurridos entre d profesot·
---- -----------
..
y los alumnos en las aulas regulares es posible identificar la manera en que és-
tos llegan a compartir una serie de comprensiones (un marco interpretativo
común, un contexto intermental), y cómo se pueden preservar y les dan conti-
nuidad durante una secuencia didáctica completa. Tales comprensiones con-
juntas son esenciales para que ocurra o se obstaculice el proceso de enseñanza
de los contenidos curriculares. E n realidad, la construcción del marco inter-
pretativo común es una construcción conjunta basada en lo que dicen y hacen
los profesores y los alumnos du ra nte el proceso de enseñanza y aprendizaje,
pero guiada por el docente, que sabe más y que sabe hacia dónde debe ir el
ejercicio educativo (Coll et .al. 1995). . . .. . . . '1.
iJ~~irMJi~fi:~:~~~~~!~~h~~=~;
.
, ..... ' • " A• •->·' ...,.. ,.,,. .,... ·• ,_ '=-# ~ .•
* * *
Como ya lo hemos dicho, la aproximación sociocultural al campo educativo, se-
gún la interpretación reciente, ha inspirado varias líneas de trabajo educativo
que a la fecha muestran gran productividad y se encuentran en pleno desa-
rrollo. Citaremos dos que resultan, como lo sugiere Baquero (1996), muy repre-
sentativas:
Hay que reconocer que muchas de las ideas del paradigma se han asimilado
o amalgamado con líneas de trabajo provenientes de otros paradigmas. Tal es
el caso del paradigma cognitivo: en varias propuestas instruccionales concretas
se advierte cierto aire vigotskyano (p. ej. la enseñanza recíproca de Palincsar y
Brown en comprensión y aprendizaje de textos, la enseñanza dialógica de
Englert y Raphael en composición escrita). También se ha considerado que
muchas de las ideas de Vigotsky son compatibles con la oleada constructivis-
ta sajona y europea que viene desarrollándose desde la década de los ochenta
(véanse Coll 1993 y 1996, Dixon-Krauss 1996).