Mundos Del Sefirot

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Kabbalah 4: Las partes del árbol de


la vida
LOS MUNDOS DEL ÁRBOL DE LA VIDA
El Árbol de la Vida representa simbólicamente cuatro mundos:

1. EL MUNDO ESPIRITUAL

Este espacio del árbol de la vida representa la vibración más alta y está formado por las
sefirot también situadas en la parte más elevada del Árbol de la Vida: kéter, Jojmá y
Binah.
El nombre que se le da a esta franja vibracional es ATSILUT y refleja el mundo de
la emanación, el mundo del que surge todo. Atsilut, por tanto, es un mundo dador.

De ese mundo de la emanación fluye todo lo que se desplaza por los diferentes
senderos del árbol y va llenando cada sefirá hasta llegar al espacio de la materia.
Atsilut se relaciona con el elemento FUEGO, la pasión de la que surge todo. Dios
entregándose en todo lo que es al ser humano.

2. ZEIR AMPIN

Es el mundo del astral y del Tikún (karma). Está formado por el mundo


intelectual (Beryah) y el mundo emocional (Yetsirah). Es un espacio de engloba 6
sefirot: Jesed, Guervurá, Tiferet, Netsaj, Hot, y Yesod.

2.1 EL MUNDO INTELECTUAL / Beryah


Este espacio del árbol de la vida alude al mundo de la creación y está formado por
tres sefirot llamadas: Jesed, Guevurá y Tiferet. Estas sefirot están relacionadas con el
elemento AIRE .

2.2 EL MUNDO EMOCIONAL


En este espacio dedicado a las emociones (Yetsirah), el árbol de la vida nos muestra
las sefirot: Netsaj, Hot y Yesod que están relacionadas con el elemento AGUA y el
mundo de la formación.

3. EL MUNDO FÍSICO


Dentro del Árbol de la Vida El mundo físico es conocido como ASIAH. En este plano
sólo encontramos una sefirá llamada Maljut que representa el mundo de la creación
material, por lo que está ligada al elemento Tierra. Maljut es el mundo físico en el que
vivimos.
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La simbología de Árbol de la vida no es más que una manera de decirnos que somos
un árbol viviente con múltiples posibilidades vibracionales y plena capacidad para
materializar aquello que piense nuestra mente, digan nuestras palabras y sienta
nuestro corazón.

Aunque de la fuente de Keter fluya todo, nosotros pensaremos algo, lo expresaremos


con el aire de nuestras palabras (Beryah), lo desearemos con la fuerza de nuestras
emociones (Yetsirah) y lo materializaremos para poder verlo en Maljut.

Recordemos, sin embargo, que por ley de afinidad sólo materializaremos aquello que
tenga la misma frecuencia vibracional que nosotros. De la Fuente divina de Keter
surgen todos los potenciales, pero sólo podremos atraer a nuestra vida aquello que sea
afín a nosotros.

Cuando una persona vibra en queja, victimismo, envidia, falta de autoestima, miedo…
Recibirá creaciones de esa frecuencia, por tanto, sus creaciones es probable que no
sean lo que pidió su mente.

Es importante revisar nuestro punto de partida, lo que nos mueve y cómo estamos
vibrando. Todos queremos cosas buenas, pero debemos ser sinceros y mirar si
estamos en coherencia y sentimos y damos cosas buenas a los demás y a nosotros
mismos.

Miremos el fondo del corazón. Analicemos nuestra motivación más profunda con
absoluta desnudez de ego, sin intención de cubrir heridas y de decir como niños
inmaduros “yo no he sido” “yo no hago eso…”.

Averigua en qué te engañas, en qué te robas a ti mismo. Investiga de qué te proteges y


-en humildad y verdad- deja que la sanación que hay en Keter para ti llegue hasta
Maljut.

Después podrás crear cosas maravillosas porque tendrás conexión directa desde keter
hasta Maljut y vibrarás en confianza.

Este Árbol de la vida es un símbolo que recorremos cada día con más o menos acierto,
mira tus estados emocionales y de consciencia y aprende de los noes y de los sies que
te da la vida porque tú has creado ese No y también puedes crear ese SÍ. En Maljut
puedes experimentar todas las vibraciones, busca la más alta para entrar en Atzilut y
atraer lo mejor a tu vida.
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El Arbol de la Vida ¿que es?


El árbol de la vida es quizá el código o diagrama simbólico más popular y conocido de este
texto es el 10 Sephirot (sephirot = numeraciones); los 10 aspectos de la personalidad de
Dios, un mapa del cuerpo de dios. Para algunos representa a la totalidad e integridad del
cosmos.
 El diagrama se compone de diez sephirot sagradas («diez emanaciones sagradas») y 22
líneas que las interconectan entre sí. Cada uno de estos círculos representa un paso a la
evolución de la consciencia:
 Kéter (‘corona’; ‫)כתר‬
Jojmá (‘sabiduría’; ‫)חכמה‬
Biná (‘entendimiento’; ‫)בינה‬
Jesed (‘compasión’; ‫)חסד‬
Gevurá (‘valentía’; ‫)גבורה‬
Tiféret (‘esplendor/belleza’; ‫)תפארת‬
Netsaj (‘eternidad’; ‫)נצח‬
Hod (‘majestuosidad’; ‫)הוד‬
Yesod (‘fundación’; ‫)יסוד‬
Maljut (‘realeza’; ‫)מלכות‬
 El Árbol de la vida consiste de 10 círculos ubicados en 3 columnas verticales y conectadas
mediante 22 líneas o senderos. Los 10 círculos son llamados Sephiroths (palabra que
proviene de Sapphire [Zafiro]) y cada círculo está numerado del 1 al 10. Las 3 columnas
verticales son llamadas Piedad (columna de la derecha), Severidad (columna de la
izquierda), y, entre ellas, Mildness. También se dice que las columnas representan la
Sabiduría, la Fuerza, y la Belleza, que forman la trinidad que conforma el universo. Las 22
líneas o senderos son las 22 letras del alfabeto hebreo.
 Sumando las 10 esferas Sephirot y los 22 senderos, veremos que nos da resultado 32, el
mismo número de los 32 caminos a la sabiduría mencionados en el Sepher Yetzirah.. De
acuerdo con los Cabalistas el nombre de Dios aparece 32 veces en el primer capítulo del
Génesis.
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 En el análisis místico del cuerpo humano, de acuerdo a los rabinos, 32 segmentos
espinales conducen hasta el Templo de la Sabiduría; el cráneo.
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