Insecta

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Insecta
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Diversos órdenes de Insectos
Taxonomía
Dominio: Eukaryota
Reino: Animalia
Filo: Arthropoda
Subfilo: Hexapoda
Clase: Insecta
Linnaeus, 1758
Clados
Archaeognatha
Zygentoma
Pterygota
(Ver Taxonomía para una clasificación detallada)

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Los insectos (Insecta) son una clase de animales invertebrados del filo de los
artrópodos, caracterizados por presentar un par de antenas, tres pares de patas y
dos pares de alas (que, no obstante, pueden reducirse o faltar). La ciencia que
estudia los insectos se denomina entomología. Su nombre proviene del latín
insectum, calco del griego ἔντομα, 'cortado en medio'.1

Los insectos comprenden el grupo de animales más diversos de la Tierra con


aproximadamente un millón de especies descritas,23 más que todos los demás grupos
de animales juntos, y con estimaciones de hasta treinta millones de especies no
descritas, con lo que, potencialmente, representarían más del 90 % de las formas de
vida del planeta.4 Otros estudios más recientes rebajan la cifra de insectos por
descubrir a entre seis y diez millones de especies.56

Los insectos pueden encontrarse en casi todos los ambientes del planeta, aunque
solo un pequeño número de especies se ha adaptado a la vida en los océanos. Hay
aproximadamente seis mil especies de odonatos7 (libélulas, caballitos del diablo),
20 000 de ortópteros (saltamontes, grillos), 120 000 de lepidópteros (mariposas y
polillas), 160 000 de dípteros8 (moscas, mosquitos), 9800 de dictiópteros
(cucarachas, termitas, mantis), 5200 ftirápteros (piojos), 1900 sifonápteros
(pulgas), 82 000 de hemípteros (chinches, pulgones, cigarras), 375 000 de
coleópteros (escarabajos, mariquitas), y 153 000 especies de himenópteros (abejas,
avispas, hormigas). La biodiversidad de los insectos disminuye.910

Los insectos no solo presentan una gran diversidad, sino que también son
increíblemente abundantes. Algunos hormigueros contienen más de veinte millones de
individuos y se calcula que hay 1015 hormigas viviendo sobre la Tierra. En la selva
amazónica se estima que hay unas 60 000 especies y 3,2 × 108 individuos por
hectárea. Se estima que hay 200 millones de insectos por cada ser humano.

Artrópodos terrestres tales como los ciempiés, milpiés (Myriapoda), arañas,


escorpiones (Chelicerata) y las cochinillas de humedad (Crustacea) se confunden a
menudo con los insectos debido a que tienen estructuras corporales similares, pero
son fácilmente distinguibles, ya que los insectos presentan tres pares de patas,
mientras que los escorpiones y las arañas tienen cuatro pares y no poseen antenas,
las cochinillas de humedad poseen diez pares de patas y pueden enrollarse, los
ciempiés y milpiés tienen muchos pares de patas.
Índice
1 Anatomía externa
1.1 Exoesqueleto
1.2 Cabeza
1.2.1 Ojos
1.2.2 Antenas
1.2.3 Piezas bucales
1.2.4 Tipos principales de aparatos bucales
1.3 Tórax
1.3.1 Patas
1.3.2 Alas
1.4 Abdomen
2 Anatomía interna
2.1 Aparato digestivo
2.2 Aparato respiratorio
2.3 Aparato circulatorio
2.4 Aparato excretor
2.5 Sistema nervioso
3 Percepción
4 Comportamiento social
5 Cuidado parental
6 Reproducción
7 Huevos de insectos
8 Metamorfosis
9 Ecología
9.1 Alimentación
9.2 Relaciones interespecíficas
9.3 Estrategias defensivas
10 Importancia de los insectos para el ser humano
10.1 Insectos polinizadores
10.2 Plagas de los granos almacenados
10.3 Insectos que transmiten enfermedades
10.4 Plagas para la agricultura
10.5 Plagas de la madera y los bosques
10.6 Insectos como alimento
10.7 Insectos como medicina
11 Desventajas de los insectos para el ser humano
11.1 Control de insectos nocivos
11.1.1 Medios culturales
11.1.2 Insecticidas
11.1.3 Medios biológicos
11.1.4 Medios preventivos y cuarentenas
12 Récords
13 Registro fósil
14 Reducción de volumen
15 Taxonomía
16 Filogenia
17 Véase también
18 Referencias
19 Bibliografía
20 Enlaces externos
20.1 Sociedades entomológicas de habla hispana
Anatomía externa
El cuerpo de los insectos está formado por tres regiones principales (denominadas
tagmas): cabeza, tórax y abdomen, uniformemente recubiertas por un exoesqueleto.
Esquema de un coleóptero en vista dorsal para mostrar la morfología externa de un
insecto. Referencias: A: Cabeza, B; Tórax, C: Abdomen; 1: antena, 2: mandíbula; 3:
Labro; 4: Palpo maxilar; 5: Clípeo, 6: Frente; 7: Vértex; 8: Pronoto; 9: Escutelo;
10 élitro (= primer par de alas); 11: abdomen; 12: estigma; 13, 14 y 15: patas
(pares anterior, medio y posterior).
Exoesqueleto
El exoesqueleto o ectoesqueleto es el esqueleto externo que recubre todo el cuerpo
de los insectos y demás artrópodos, también es conocido como integumento. En
insectos está formado por una sucesión de capas; de adentro hacia afuera estas son:
la membrana basal, la epidermis o hipodermis y la cutícula; la única capa celular
es la epidermis; el resto no posee células y está compuesto por algunas de las
siguientes sustancias: quitina, artropodina, esclerotina, cera y melanina. El
componente rígido, la esclerotina, cumple varios papeles funcionales que incluyen
la protección mecánica del insecto y el apoyo de los músculos esqueléticos, a
través del llamado endoesqueleto; en los insectos terrestres, el exoesqueleto
también actúa como una barrera para evitar la desecación o pérdida del agua
interna. El exoesqueleto apareció por primera vez en el registro fósil hace unos
550 millones de años y su evolución ha sido crítica para la radiación adaptativa y
la conquista de casi todos los nichos ecológicos del planeta que los artrópodos han
venido realizando desde el Cámbrico.

Véase también: Cutícula (artrópodos)


Cabeza
Artículo principal: Céfalon
La cabeza es la región anterior del cuerpo, en forma de cápsula, que contiene los
ojos, antenas y piezas bucales. La forma de la cabeza varía considerablemente entre
los insectos para dar espacio a los órganos sensoriales y a las piezas bucales. La
parte externa endurecida o esclerosada de la cabeza se llama cráneo.

La cabeza de los insectos está subdividida por suturas en un número de escleritos


más o menos diferenciados que varían entre los diferentes grupos. Típicamente hay
una sutura en forma de "Y" invertida, extendiéndose a lo largo de la parte dorsal y
anterior de la cabeza, bifurcándose por encima del ocelo para formar dos suturas
divergentes, las cuales se extienden hacia abajo en los lados anteriores de la
cabeza. La parte dorsal de esta sutura (la base de la Y) es llamada sutura coronal
y las dos ramas anteriores suturas frontales. Por otra parte, la cabeza de los
insectos está constituida de una región preoral y de una región postoral. La región
preoral contiene los ojos compuestos, ocelos, antenas y áreas faciales, incluido el
labio superior, y la parte postoral contiene las mandíbulas, las maxilas y los
labios.

Internamente, el exoesqueleto de la cápsula cefálica de los insectos se invagina


para formar las ramas del tentorio que sirven como sitios de inserción muscular.

Ojos
Véanse también: Ojo compuesto y Ojo simple.

Ojos compuestos de un odonato.


La mayoría de los insectos tienen un par de ojos compuestos relativamente grandes,
localizados dorso-lateralmente en la cabeza. La superficie de cada ojo compuesto
está dividida en un cierto número de áreas circulares o hexagonales llamadas
facetas u omatidios; cada faceta es una lente de una única unidad visual. En
adición a los ojos compuestos, la mayoría de los insectos posee tres ojos simples u
ocelos localizados en la parte superior de la cabeza, entre los ojos compuestos.

Antenas
Artículo principal: Antena (artrópodos)
Son apéndices móviles multiarticulados. Se presentan en número par en los insectos
adultos y la mayoría de las larvas. Están formadas por un número variable de
artejos denominados antenómeros o antenitas. El cometido de las antenas es
eminentemente sensorial, desempeñando varias funciones. La función táctil es la
principal, gracias a los pelos táctiles que recubren casi todos los antenómeros;
también desempeñan una función olfativa, proporcionada por áreas olfativas en forma
de placas cribadas de poros microscópicos distribuidas sobre la superficie de
algunos antenómeros terminales. También poseen una función auditiva y a veces una
función prensora durante la cópula o apareamiento, al sujetar a la hembra. Están
formadas por tres partes, siendo las dos primeras únicas y uniarticuladas y la
tercera comprende un número variable de antenómeros y se denominan respectivamente:
escapo, pedicelo y flagelo o funículo.

Anatomía de un insecto. A.- Cabeza; B.- Tórax; C.- Abdomen; 1.- Antena; 2.- ocelo
inferior; 3.- Ocelo superior; 4.- Ojo compuesto; 5.- Cerebro; 6.- Protórax; 7.-
Arteria dorsal (aorta); 8.- Tráqueas; 9.- Mesotórax; 10.- Metatórax; 11.- Alas
anteriores; 12.- Alas posteriores; 13.- Estómago; 14.- Corazón; 15.- Ovarios; 16.-
Intestino; 17.- Ano; 18.- Vagina; 19.- Cadena ganglionar ventral; 20.- Tubos de
Malpighi; 21.- Tarsómero; 22.- Uña; 23.- Tarso; 24.- Tibia; 25.- Fémur; 26.-
Trocánter; 27.- Buche; 28.- Ganglio torácico; 29.- Coxas; 30.- Glándula salival;
31.- Collar periesofágico; 32.- Piezas bucales; de izquierda a derecha: labro,
mandíbulas, maxilas y labio.
Piezas bucales
Artículo principal: Piezas bucales de los insectos
Son piezas móviles que se articulan en la parte inferior de la cabeza, destinadas a
la alimentación; trituran, roen o mastican los alimentos sólidos o duros y absorben
líquidos o semilíquidos. Las piezas bucales son las siguientes:

Labro (labio superior o labio simple). Es un esclerito impar de forma variable con
movimientos para arriba y para abajo; es el techo de la boca y se articula con el
clípeo. En su parte ventral o interna está localizada la epifaringe, que no es una
pieza libre, está levemente esclerosada; su función es gustativa.
Mandíbulas. Son dos piezas simples, dispuestas lateralmente bajo el labio superior,
articuladas, resistentes y esclerosadas. Su función es masticar, triturar o lacerar
los alimentos. En algunos adultos pueden faltar siendo totalmente ausentes o
vestigiales en la totalidad de los lepidópteros y efemerópteros.
Maxilas. En número de dos, están situadas detrás de las mandíbulas. Articuladas en
la parte lateral inferior a la cabeza, son piezas auxiliares durante la
alimentación. La hipofaringe es una estructura saliente, localizada sobre el mentón
con función gustativa. Se asemeja a la lengua. Las maxilas poseen un palpo maxilar
cada una.
Labio (labium). Estructura impar resultado de la fusión de dos apéndices situada
bajo las maxilas y que representa el suelo de la boca; presenta dos pequeños palpos
labiales.
Tipos principales de aparatos bucales
El aparato bucal de los insectos se ha ido modificando en varios grupos para
adaptarse a la ingestión de diferentes tipos de alimentos y por diferentes métodos.
Aquí se citan los tipos más diferenciados e interesantes, escogidos para ilustrar
las diversas formas adoptadas por partes homólogas, y los diferentes usos a que
pueden ser aplicadas. Existen muchos otros tipos, gran cantidad de los cuales
representan estados intermedios entre algunos de los aquí citados.

Tipo masticador. En este tipo de aparato bucal los apéndices son esencialmente las
mandíbulas, las maxilas y el labio. Las mandíbulas cortan y trituran los alimentos
sólidos y las maxilas y el labio los empujan hacia el esófago. El aparato bucal de
tipo masticador es el más generalizado entre los insectos y, a partir del mismo, se
han desarrollado los otros tipos (ver figura abajo a la derecha). Este punto de
vista se sustenta en dos clases de pruebas importantes. En primer lugar, este
aparato bucal es el más semejante en su estructura al de los miriápodos que son los
parientes más cercanos de los insectos. En segundo lugar, el aparato bucal
masticador se encuentra en casi todos los órdenes de insectos como los ortópteros,
los coleópteros y las larvas de lepidópteros.

Radiación adaptativa de las piezas bucales de los insectos. A: tipo masticador, B:


tipo cortador-chupador, C: en espiritrompa, D: tipo picador-suctor. a:antena, c:
ojo compuesto
lr (rojo): labro, md (verde): mandíbulas, mx (amarillo): maxilas, lb (azul): labio,
hp (azul oscuro): hipofaringe.
Tipo cortador-chupador. Este tipo de aparato bucal se encuentra en los tábanos
(Diptera Tabanidae) y algunos otros dípteros, las mandíbulas se presentan en forma
de hojas afiladas y las maxilas en forma de largos estiletes sonda. Ambas cortan y
desgarran el tegumento de los mamíferos, haciendo fluir la sangre de la herida.
Esta sangre es recogida por la protuberancia esponjosa del labio y conducida al
extremo de la hipofaringe. La hipo y la epifaringe se ajustan para formar un tubo a
través del cual la sangre es aspirada hacia el esófago.
Tipo chupador. Un gran número de moscas no picadoras, entre ellas la mosca
doméstica, tienen este tipo de aparato bucal adaptado solo para la ingestión de
alimentos líquidos o fácilmente solubles en saliva. Este tipo es el más similar al
cortador chupador, pero las mandíbulas y las maxilas no son funcionales, y las
partes restantes forman una probóscide con un ápice en forma de esponja (denominado
labelo). Esta se introduce en los alimentos líquidos que son conducidos hacia el
canal alimenticio por diminutos canales capilares existentes en la superficie del
labelo. El canal alimenticio también está formado por la trabazón alargada de la
hipo y epifaringe que forman un tubo hacia el esófago. Las moscas y otros insectos
con este tipo de aparato bucal pueden ingerir también alimentos sólidos como el
azúcar. Para ello, arrojan sobre el alimento una gota de saliva, que lo disuelve, y
luego la solución es succionada hacia la boca.
Tipo masticador-lamedor. Este tipo de aparato bucal, adaptado a la absorción de
líquidos, se encuentra en las abejas y avispas, ejemplificado por la abeja común.
Las mandíbulas y el labro son de tipo masticador y las emplean para sujetar las
presas y para amasar la cera u otros tipos de materiales con que construyen sus
nidos. Las maxilas y el labio forman una serie de estructuras deprimidas y
alargadas de las cuales una de ellas forma un órgano extensible acanalado. Este
último se emplea como una sonda para llegar a los profundos nectarios de las
flores. Las otras lengüetas de las maxilas y el labio forman una serie de canales
por los que desciende la saliva y asciende el alimento.
Tipo picador-chupador. El aparato bucal de muchos grupos de insectos está
modificado para taladrar tejidos y chupar jugos. Entre ellos los hemípteros
(pulgones, chinches, cochinillas), predadores de muchas clases, piojos y pulgas que
chupan la sangre de mamíferos y aves. En este tipo de aparato bucal, el labro, las
mandíbulas y las maxilas son delgados y largos, y se reúnen para formar una
delicada aguja hueca. El labio forma una vaina robusta que mantiene rígida esta
aguja. La totalidad del órgano se llama pico. Para alimentarse, el insecto aprieta
la totalidad del pico contra el hospedador, inserta de esta forma la aguja en el
interior de los tejidos del mismo y chupa sus jugos a través de la aguja hasta el
interior del esófago.
Tipo tubo de sifón. Los lepidópteros adultos se alimentan de néctar y otros
alimentos líquidos. Estos son succionados por medio de una larga probóscide
(espiritrompa) compuesta solamente por un tubo que desemboca en el esófago.
Tórax
Artículo principal: Tórax (artrópodos)
El tórax es la región media del cuerpo y contiene las patas y las alas (en algunos
insectos adultos no hay alas y en muchos insectos inmaduros y en algunos adultos no
hay patas). El tórax está compuesto de tres segmentos, protórax, mesotórax, y
metatórax, cada segmento torácico tiene típicamente un par de patas y meso y
metatórax un par de las alas cada uno (cuando están presentes); cuando hay un solo
par de alas, están situadas en el mesotórax, excepto en los estrepsípteros que solo
conservan las alas metatorácicas; el protórax nunca tiene alas.
El tórax está unido a la cabeza por una región del cuello, membranosa, el cerviz.
Hay generalmente uno o dos escleritos pequeños en cada lado del cuello, los cuales
ligan la cabeza con el protórax.

Cada segmento torácico está compuesto de cuatro grupos de escleritos. El noto


dorsalmente, las pleuras lateralmente y el esternón ventralmente. Cualquier
esclerito torácico puede ser localizado en un segmento particular por el uso de
prefijos apropiados: pro-, meso- y meta-. Por ejemplo, el noto del protórax es
llamado pronoto.

Los notos del mesotórax y metatórax están frecuentemente subdivididos por suturas
en dos o más escleritos cada uno. La pleura es un segmento portador de alas, forma
un proceso alar-pleural que sirve como sostén para el movimiento del ala.

En cada lado del tórax hay dos aberturas en forma de hendiduras, una entre el
protórax y el mesotórax y la otra entre el meso y el metatórax. Estas son los
estigmas, o sea las aberturas externas del sistema traqueal.

Pata de un insecto
1: Coxa; 2: Trocánter; 3: Fémur; 4: Tibia; 5: Tarso (5a-e: tarsómeros); 6: Uña.
Patas
Artículo principal: Pata (artrópodos)
Consisten típicamente en los segmentos siguientes:

Coxa, segmento basal


Trocánter, segmento pequeño, (raramente dos segmentos), siguiendo a la coxa
Fémur, primer segmento largo de la pata
Tibia, segundo segmento largo de la pata
Tarso, compuesto de una serie de pequeños segmentos (tarsómeros) después de la
tibia. El número de segmentos tarsales en los insectos diferentes varía de uno a
cinco. El último segmento tarsal generalmente contiene un par de garras o uñas y
frecuentemente uno o más estructuras en formas de almohada, entre o en la base de
las uñas. Una almohada o lóbulo entre las uñas es generalmente llamada arolium y
almohadas localizadas en la base de las uñas son llamadas pulvillos.
Alas
Artículo principal: Ala (insectos)

Anatomía del movimiento alar; a: alas; b: articulaciones de las alas; c: músculos


transversales; d: músculos longitudinales.
Las alas de los insectos son evaginaciones de la pared del cuerpo localizadas
dorso-lateralmente entre los notos y las pleuras. La base del ala es membranosa,
esto hace posible el movimiento del ala.

Las alas de los insectos varían en número, tamaño, forma, textura, nerviación, y en
la posición en que son mantenidas en reposo. La mayoría de los insectos adultos
tienen dos pares de alas, situadas en el meso y metatórax; algunos, como los
dípteros, tienen un solo par (siempre situado en el mesotórax salvo en
estrepsípteros que las poseen en el metatórax) y algunos no poseen alas (por
ejemplo, formas ápteras de los pulgones, hormigas obreras, pulgas, etc.).

En la mayoría de los insectos las alas son membranosas y pueden contener pequeños
pelos o escamas; en algunos insectos las alas anteriores son engrosadas, coriáceas
o duras y en forma de vaina, esa estructura es conocida como élitro (en los
coleópteros). Las chinches tienen el primer par de alas engrosado en su base; a
este tipo de alas se les llama hemiélitros. Las langostas, grillos, cucarachas,
entre otros insectos primitivos tienen el primer par de alas angosto y con la
consistencia de un pergamino; estas reciben el nombre de tegminas. Las alas
membranosas de los insectos son usadas para volar, aquellas endurecidas como es el
caso de los élitros, hemiélitros, tegminas, cuando plegadas sirven de protección al
segundo par de alas que es delicado por ser membranoso y también al abdomen. Las
alas son también importantes para producir ciertos sonidos, para dispersar olores
y, por su diseño, tienen importancia en el camuflaje y el mimetismo.

La mayoría de los insectos son capaces de doblar las alas sobre el abdomen cuando
están en reposo, pero los grupos más primitivos, como libélulas y efímeras, no
pueden hacerlo y mantienen las alas extendidas para afuera, o reunidas encima del
cuerpo.

Algunos insectos como grillos y langostas machos, son capaces de producir un sonido
característico con las alas friccionando las dos alas anteriores entre sí, o las
alas anteriores con las patas posteriores.

Muchos insectos como las moscas y abejas, mueven las alas tan rápidamente que se
produce un zumbido. El zumbido, por su frecuencia sonora, es un carácter específico
y en insectos como los mosquitos o zancudos hembras, es un elemento usado por las
hembras para atraer a los machos que vuelan en un enjambre.

Los insectos son los únicos invertebrados capaces de volar. En el Carbonífero,


algunas Meganeura (un grupo relacionado con las libélulas actuales) tenían una
envergadura de 75 cm.; la aparición de insectos gigantes parece tener una relación
directa con el contenido de oxígeno de la atmósfera, que en aquella época era del
35 %, comparado con el 21 % actual; el sistema traqueal de los insectos limita su
tamaño, de modo que elevadas concentraciones de oxígeno permitieron tamaños
mayores.11 Los mayores insectos voladores actuales, como algunas mariposas
nocturnas (Attacus atlas, Thysania agrippina) son mucho menores.

Además del vuelo activo, muchos pequeños insectos son también dispersados por el
viento. Este es el caso de los pulgones que a menudo son transportados largas
distancias por las corrientes de aire.12

Abdomen
Artículo principal: Abdomen (artrópodos)
El abdomen de los insectos posee típicamente 11 segmentos, pero el último está muy
reducido, de modo que el número de segmentos raramente parece ser más de 10. Los
segmentos genitales pueden contener estructuras asociadas con las aberturas
externas de los conductos genitales; en el macho estas estructuras se relacionan
con la cópula y la transferencia de esperma a la hembra; y en las hembras están
relacionados con la oviposición.

En el extremo del abdomen puede haber apéndices, los cuales surgen del segmento 10
y son los cercos, que son de valor taxonómico.

Anatomía interna
Aparato digestivo
Artículo principal: Aparato digestivo (insectos)
El aparato digestivo de los insectos es un tubo, generalmente algo enrollado que se
extiende desde la boca al ano. Se divide en tres regiones: el estomodeo, el
mesenterón y el proctodeo. Algunas porciones están ensanchadas, sirviendo de
almacenaje, por ejemplo el Buche. Separando estas regiones hay válvulas y
esfínteres que regulan el paso del alimento de una a otra. Hay también una serie de
glándulas que desembocan en el tubo digestivo y que ayudan a la digestión.

Aparato respiratorio
Artículo principal: Sistema respiratorio (insectos)
Véase también: Tráquea (artrópodos)
El aparato respiratorio de los insectos está compuesto por tráqueas, una serie de
tubos vacíos que en su conjunto forman el sistema traqueal; los gases respiratorios
circulan a través de él. Las tráqueas se abren al exterior a través de los estigmas
o espiráculos, en principio un par en cada segmento corporal; luego van reduciendo
progresivamente su diámetro hasta convertirse en traqueolas que penetran en los
tejidos y aportan oxígeno a las células. En la respiración traqueal el transporte
de gases respiratorios es totalmente independiente del aparato circulatorio por lo
que, a diferencia de los vertebrados, el fluido circulatorio (hemolinfa) no
almacena oxígeno.

Aparato circulatorio
Véanse también: Fisiología (insectos)#Sistema_circulatorio y Hemolinfa.
Como en los demás artrópodos, la circulación es abierta y lagunar, y en los
insectos está simplificada. El líquido circulatorio es la hemolinfa que llena la
cavidad general del cuerpo que por esta razón se denomina hemocele que está
subdividida en tres senos (pericárdico, perivisceral y perineural). El corazón se
sitúa en posición dorsal en el abdomen dentro del seno pericárdico; tiene una
válvula en cada metámero que delimita varios compartimentos o ventrículos, cada uno
de ellos con un par de orificios u ostiolos por los que penetra la hemolinfa cuando
el corazón se dilata (diástole). El corazón se prolonga hacia adelante en la
arteria aorta por la que sale la hemolinfa cuando el corazón se contrae (sístole);
suele ramificarse para distribuir la hemolinfa a la región cefálica. Pueden existir
órganos pulsátiles accesorios en diferentes partes del cuerpo, que actúan como
corazones accesorios que aseguran la llegada de la hemolinfa a los puntos más
distales (antenas, patas).

Aparato excretor
Artículo principal: Tubos de Malpighi
El aparato excretor de los insectos está constituido por los tubos de Malpighi. Son
tubos ciegos que flotan en el hemocele, de donde captan los productos residuales y
desembocan en la parte final del tubo digestivo donde son evacuados y eliminados
con las heces. Son capaces de reabsorber agua y electrolitos, con lo que juegan un
importante papel en el equilibrio hídrico y osmótico. Su número oscila entre cuatro
a más de cien. Los insectos son uricotélicos, es decir, excretan principalmente
ácido úrico. Excepcionalmente, los tubos de Malpighi se modifican en glándulas
productoras de seda u órganos productores de luz.

Algunos insectos poseen órganos excretores adicionales e independientes del tubo


digestivo, como las glándulas labiales o maxilares, y los riñones de acumulación
(cuerpos pericárdicos, nefrocitos dispersos por el hemocele, oenocitos epidérmicos
y células del urato).

Sistema nervioso
Artículo principal: Sistema nervioso (insectos)
El sistema nervioso consta del cerebro y de una cadena ventral de nervios. El
cerebro está en la cabeza, se subdivide en protocerebro, deutocerebro y
tritocerebro y en el ganglio subesofágico. Todos están conectados por comisuras
nerviosas. La cadena nerviosa es como una escalera de cuerdas con pares de ganglios
que corresponden a cada segmento del cuerpo del insecto. Además hay órganos
sensoriales: antenas para la olfacción, ojos compuestos y simples, órganos
auditivos, mecanorreceptores, quimiorreceptores, etc.

Percepción
Muchos insectos poseen órganos muy refinados de percepción; en algunos casos sus
sentidos pueden percibir cosas fuera del rango de percepción de los sentidos de los
humanos. Por ejemplo, las abejas pueden ver en el espectro ultravioleta y captar
los patrones de polarización de la luz, y ciertas polillas macho tienen un sentido
especializado del olfato que les ayuda a detectar las feromonas de las hembras a
muchos kilómetros de distancia; las hormigas pueden seguir en la oscuridad los
rastros olorosos dejadas por sus compañeras.
Debido al pequeño tamaño y la simplicidad de su sistema nervioso, el procesamiento
que puedan hacer de las percepciones es muy limitado. Por ejemplo, en general se
acepta que la visión de los insectos ofrece muy baja resolución de los detalles,
especialmente a grandes distancias.

Por otra parte son capaces de dar respuestas sorprendentemente rápidas ante
estímulos específicos. Por ejemplo, el reflejo de correr de las cucarachas al
percibir en sus cercos posteriores cualquier movimiento de aire que delata la
presencia de un peligro a su alrededor, o el reflejo de las moscas y libélulas
durante el vuelo de esquivar obstáculos a alta velocidad.

Comportamiento social

Nido de termitas (Isoptera).


Véase también: Eusocialidad
Los insectos sociales, como las termitas, hormigas y muchas abejas y avispas son
las familias más conocidas de animales sociales.13 Viven juntos en grandes colonias
altamente organizadas y genéticamente similares a tal punto que en algunos casos
son consideradas superorganismos. Se dice que la abeja doméstica es el único
invertebrado que ha desarrollado un sistema de símbolos abstractos de comunicación
en que un comportamiento se usa para representar y transmitir una información
específica acerca del ambiente. En este sistema de comunicación, llamado danza de
la abeja, el ángulo de la posición de la abeja danzante representa la dirección en
relación al sol y la duración de la danza representa la distancia a la fuente de
alimento de flores.14:309-311

El sistema de comunicación de los abejorros no es tan avanzado como el de la abeja


doméstica pero ellos también tienen medios de comunicación. Por ejemplo, Bombus
terrestris aprende más rápido como manipular flores cuando visita un grupo de
flores desconocidas si ve a un coespecífico forrajeando en tales flores.15

Solamente los insectos que viven en nidos o colonias demuestran una verdadera
capacidad de orientación espacial o de navegación fina. Esto les permite retornar a
su nido que puede estar a unos pocos milímetros de muchos otros similares de los
demás miembros de la agregación de nidos después de un viaje de varios kilómetros.
En el fenómeno conocido como filopatría los insectos que hibernan o pasan un
período de dormancia demuestran una habilidad de recordar una localidad determinada
hasta un año más tarde de la última vez que la vieron.16 Algunos insectos emigran
largas distancias a otras regiones geográficas cuando el cambio de estación (por
ejemplo la mariposa monarca14:14 y la esfinge colibrí).

Cuidado parental
Artículo principal: Cuidado parental

Elasmucha grisea (familia Acanthosomatidae) hembra cuidando sus huevos


Los insectos eusociales (abejas, avispas, hormigas, termitas) construyen nidos,
protegen los huevos y proveen alimento a la cría. En cambio, la mayoría de los
insectos llevan vidas muy cortas como adultos y raramente interactúan con su cría
después de la puesta de huevos. Además de los insectos eusociales un pequeño número
de insectos presentan comportamiento parental, al menos vigilan los huevos y en
algunos casos continúan cuidando a los inmaduros y aún alimentándolos hasta su
madurez. Otra forma simple de cuidado parental es la construcción de nidos o
refugios y almacenamiento de provisiones antes de depositar los huevos. El adulto
no entra en contacto con su cría pero le ha proporcionado todo el alimento
necesario. Este comportamiento es característico de las especies solitarias que
constituyen la mayoría de las abejas y de las avispas de la superfamilia
Vespoidea.17

Varias familias de Hemiptera tienen representantes que practican cuidado parental.


Esto se ve en algunas chinches de la superfamilia Pentatomoidea en que la madre
permanece con los huevos y después las ninfas. En la familia Belostomatidae es el
macho que lleva los huevos en el dorso hasta que emergen las ninfas, o sea que se
trata de cuidado paternal.18

Tres grupos de insectos tienen especies que practican cuidado biparental, es decir
que ambos padres cuidan a la cría: Blattodea, Coleoptera e Hymenoptera. En la
familia Blaberidae de Blattodea, ambos padres alimentan a las ninfas por
trofalaxis, transmitiendo secreciones y alimento de boca a boca. En Coleoptera, los
escarabajos peloteros de la familia Scarabaeidae preparan una pelota de heces para
la cría y permanecen con ella. El escarabajo enterrador (Nicrophorus y otros de la
familia Silphidae) proveen carroña a la cría. Entre algunos miembros de la familia
Sphecidae de Hymenoptera, como Polistes, los machos vigilan y protegen el nido.19

Reproducción

Plecópteros apareándose.

Ooteca de Mantodea.
Artículo principal: Aparato reproductivo (insectos)
La mayoría de las especies de insectos tienen sexos separados, morfológicamente
diferenciados entre sí, y deben aparearse para reproducirse. No obstante, además de
este tipo de reproducción sexual, existen especies que pueden reproducirse sin
aparearse e, incluso, este puede ser el proceso típico de reproducción en varias de
ellas. Estas especies se denominan partenogenéticas y su tipo de reproducción es
eminentemente asexual. Este mecanismo de reproducción está bastante distribuido en
la mayoría de los órdenes de apterigotos. Aunque todavía mucho menos frecuente,
existen especies de insectos que son hermafroditas, es decir, llevan los dos sexos
funcionales en el mismo individuo (como por ejemplo Icerya purchasi y Perla
marginata).

Un buen ejemplo de especie partenogenética es el insecto palo (Dixppus morosus).


Los machos en esta especie son sumamente escasos y las hembras comienzan a poner
huevos no fertilizados en cuanto maduran. Estos huevos se desarrollan y abren con
normalidad, dando origen a nuevas hembras. De este modo una generación de hembras,
genéticamente idéntica a la anterior, sucede a otra ininterrumpidamente. Este tipo
de partenogénesis, en la cual los óvulos se producen sin reducción del número
cromosómico (sin meiosis) y las hembras dan origen a más hembras, se denomina
partenogénesis telitóquica y es el mecanismo usual de reproducción entre los
áfidos.

De un modo algo diferente, una abeja reina (Apis mellifera) puede poner huevos
fertilizados (diploides) de los que surgen hembras, y huevos sin fecundar
(haploides) de los que surgirán machos (los zánganos). En este caso, en el que la
partenogénesis se produce a partir de óvulos que han surgido por meiosis por lo que
hay reducción del número cromosómico, la partenogénesis se denomina arrenotóquica.
Este sistema de determinación de sexo en el que las hembras son diploides y los
machos son haploides se denomina haplodiploidía. El mismo combina la reproducción
sexual y asexual de un modo adaptativo y se halla bastante distribuido entre los
himenópteros.

La mayoría de las especies de insectos ponen huevos (son ovíparas). No obstante,


hay casos en los que las hembras paren a sus crías, como por ejemplo en los áfidos.
Los ejemplos de viviparidad, si bien escasos, son también muy diversos. En algunos
casos el huevo se abre inmediatamente antes de ser puesto; en otros, como en la
mosca tse-tse, se desarrolla dentro del cuerpo de la madre y la cría no nace sino
hasta el estado de pupa. En algunos insectos parásitos (Strepsiptera, himenópteros
parásitos) un solo huevo puesto del modo acostumbrado se divide repetidamente hasta
alcanzar una progenie de hasta 2000 individuos, de igual genotipo y sexo, fenómeno
conocido como poliembrionía. Las larvas poliembriónicas son a veces caníbales, por
lo que se logran establecer pocos adultos.

Un método muy singular de reproducción es el proceso conocido como paidogénesis.


Las larvas de Miastor metraloas, por ejemplo, pueden reproducirse por sí mismas a
partir de huevos no fertilizados existentes en el interior de una gran larva viva.
Las nuevas larvas crecen como parásitos en el cuerpo de su semejante y cuando se
hallan maduras para emerger, la larva original muere. Las crías repiten el proceso,
de modo que el número de larvas continúa incrementando, hasta que se transforman en
insectos adultos.2021

Los huevos pueden ser colocados solitarios o en grupos, a veces dentro de una
estructura protectora llamada ooteca. La forma y el tamaño de los huevos son tan
variados como los insectos que los ponen. Los huevos de las mariposas, por ejemplo,
suelen presentar intrincados dibujos, con una superficie cubierta de numerosos
realces y nerviaciones. Muchos insectos ponen sus huevos en las raíces, o en los
brotes y tejidos tiernos de las plantas, o dentro de los granos de los cereales e
incluso, dentro de otros animales. El lugar donde los insectos deponen los huevos,
si bien variado, no es de ningún modo aleatorio. El objetivo de escoger
cuidadosamente el lugar de la puesta es siempre el mismo: poner los huevos en el
lugar dónde las larvas recién nacidas estén rodeadas de alimento.

En la mayoría de los insectos la vida reproductiva de una hembra es muy breve y


todos los huevos producidos son puestos en rápida sucesión en un lapso muy corto.
No obstante, en algunas otras especies, especialmente en los denominados insectos
sociales como abejas, hormigas y termitas, la vida reproductora de una hembra dura
hasta tres años. Se calcula que la reina de las termitas, por ejemplo, pone un
huevo cada dos segundos, día y noche, durante un período de 10 años. Como en la
comunidad es el único adulto procreador, la población del termitero decrecería
rápidamente sin ese ritmo de fertilidad.20

Huevos de insectos
Artículo principal: Huevo de insecto
El huevo de insecto es el estadio de la vida del insecto que comienza cuando la
gameta femenina (“ovocito”) del insecto, y luego de la fecundación el embrión en
desarrollo, viven protegidos por una cáscara externa llamada corion, y finaliza
cuando, al terminar el desarrollo del embrión, ocurre la eclosión del primer
estadio juvenil fuera del corion. Durante el estadio de huevo el embrión se
desarrolla a expensas de los nutrientes depositados dentro del corion junto con el
ovocito, y debe poseer la permeabilidad suficiente para que ocurra el intercambio
de gases y agua. El huevo como tal nace en el aparato reproductor de la madre,
cuando los nutrientes y la cáscara externa alrededor del ovocito se terminan de
formar y las células que los forman mueren por apoptosis celular. Luego, por
mecanismos variados, el huevo es fecundado con semen proveniente del padre, que
entra hasta el ovocito a través de un poro en el corion (la entrada del semen puede
ser facilitada por mecanismos diversos). En ese momento se forma el embrión que se
desarrolla a expensas de los nutrientes contenidos dentro del corion. En general la
fecundación ocurre dentro del aparato reproductivo de la madre y luego de ella esta
deposita el huevo (“ovipone”) en un ambiente externo seleccionado por ella. El
huevo debe poseer una morfología y elasticidad suficientes como para pasar por el
ovipositor de la madre. En el ambiente externo el huevo inmóvil está expuesto al
ataque de predadores y patógenos, en consecuencia evolucionaron adaptaciones que
aportan al huevo de protección mecánica, química, o de cuidado parental. El huevo
también está expuesto a la futura competencia de las larvas por el alimento (las
larvas en general tienen poca movilidad, sobre todo cuando están recién
eclosionadas), por lo cual la hembra grávida está adaptada a depositar los huevos
de forma estratégica, por ejemplo los ubica espaciados entre sí, o cerca de una
fuente importante de alimento para los futuros juveniles.
La morfología del huevo maduro es muy variada entre órdenes de insectos. El huevo
en un esquema generalizado consta de un ovocito con nutrientes, envuelto por la
membrana vitelina (que contiene más nutrientes), y 4 capas de corion protector. La
ovogénesis (el proceso de formación del huevo) también se encuentra bastante
conservada evolutivamente.

En el momento de la oviposición se pueden liberar volátiles que sean captados por


individuos de la misma o de otra especie, que pueden modificar su comportamiento de
acuerdo a la información obtenida.

El canibalismo de huevos no es un fenómeno extraño entre los insectos, lo cual


sugiere que tendrá un valor adaptativo.

El todavía nuevo campo de la ecología química nos permite echar luz sobre las
relaciones del huevo depositado en su sustrato y el ambiente y sus organismos
asociados, situación que ocurre desde el momento de la oviposición hasta que emerge
el juvenil del huevo. Se han encontrado relaciones complejas y de carrera
armamentista con predadores, parásitos, patógenos, competidores, microorganismos
asociados, y hospedadores y plantas hospedadoras cuando las hay.

Metamorfosis
Artículo principal: Metamorfosis (biología)

Diferentes estadios del desarrollo postembrionario de un himenóptero.


La metamorfosis es un proceso de desarrollo postembrionario mediante el cual los
insectos alcanzan su fase adulta (imago), durante la cual llegan a la madurez
sexual y en los pterigotos se desarrollan las alas. De acuerdo al tipo de
metamorfosis que experimentan los insectos se clasifican en:

Ametábolos: los juveniles no se diferencian de los adultos salvo por la madurez


sexual y el tamaño.
Hemimetábolos: metamorfosis gradual en la cual las tecas alares y los órganos
sexuales se van desarrollando poco a poco, si bien las diferentes fases juveniles
son semejantes entre sí y el adulto, los cambios en la última muda son más marcados
(e.g. aparición de alas); los juveniles se llaman ninfa y no existe estadio de
pupa.
Holometábolos: metamorfosis completa (huevo, larva, pupa y adulto), en la cual los
tejidos del adulto se originan a partir de grupos especiales de células llamadas
discos imaginales, durante una fase del ciclo de vida conocida como pupa.

Las larvas de los lepidópteros consumen grandes cantidades de hojas. En la imagen


se observa a la larva de Macrothylacia rubi devorando una hoja.
Ecología
Alimentación
El régimen alimenticio de los insectos es sumamente variado. A grandes rasgos
pueden diferenciarse los siguientes:

Fitófagos. Se alimentan de todo tipo de productos vegetales y muchas veces causan


plagas en los cultivos; destacan los comedores de hojas (filófagos, como muchas
orugas de lepidópteros, ortópteros y coleópteros crisomélidos) y madera donde
excavan galerías (xilófagos, corticícolas, lignícolas, como las carcomas); también
los hay granívoros (comen grano y otras semillas, como muchos gorgojos) o
carpófilos que comen polen y néctar y poseen piezas bucales especializadas para tal
fin (himenópteros, lepidópteros). Otros comen frutos (larvas de lepidópteros,
dípteros y coleópteros) o raíces (rizófagos), y muchos hemípteros se alimentan de
la savia, para lo que disponen de un aparato bucal en forma de estilete que perfora
los tejidos vegetales. Diversas especies de dípteros y coleópteros son micetófagos
y viven sobre hongos, alimentándose de sus hifas y esporas.
Carabus auratus devorando una lombriz.
Zoófagos. Los carnívoros pueden alimentarse de presas vivas que ellos mismos
capturan (depredadores, como los odonatos o los coleópteros carábidos) o bien de
sus fluidos, como la sangre (hematófagos, como dípteros, hemípteros). En esta
categoría debe también contemplarse los parásitos, tanto ectoparásitos, que se
alimentan desde el exterior (pulgas, chinches), como los endoparásitos, que
penetran en el interior de sus hospedadores (estrepsípteros, algunos himenópteros).
Cabe destacar también algunas especies con regímenes particulares, como Aethina
tumida, pequeño escarabajo que se alimentan de cera y produce graves destrozos en
las colmenas (aethinosis), los coleópteros derméstidos que comen queratina (plumas,
pelo, lana, cuernos) o las larvas de lepidópteros que devoran telas.

Escarabajo pelotero.
Omnívoros. Tienen un régimen alimentario variado, tomando todo tipo de productos
vegetales y animales.
Saprófagos o descomponedores. Se alimentan de materia orgánica, animal o vegetal,
en descomposición. Entre ellos destacan los necrófagos, que descomponen cadáveres,
los saproxilófagos que comen madera en descomposición, y los coprófagos que
reciclan los excrementos.
Relaciones interespecíficas
Véase también: Interacción biológica

Hormiga cuidando de sus pulgones.


Los insectos establecen relaciones muy diversas con otros organismos, que actúan
como hospedadores, para conseguir un beneficio. Dependiendo del tipo de relación,
pueden distinguirse varios niveles de asociación, aunque muchas veces el límite
entre ellos es difícil de establecer.

Los insectos comensales aprovechan el alimento sobrante o las descamaciones, mudas,


excrementos, etc.; de su hospedador, al que no perjudican. Los hormigueros y
termiteros alojan muchos insectos comensales, donde en general se alimentan de la
comida almacenada; se denominan, respectivamente, mirmecófilos y termitófilos. Los
insectos foleófilos viven en madrigueras de mamíferos y los nidícolas en nidos de
aves, siendo a veces difícil de precisar si se trata de comensales o de parásitos.

El mutualismo, en que dos especies obtienen beneficio mutuo de su relación, está


también presente entre los insectos; muchas hormigas apacientan pulgones, a los que
defienden de otros insectos y obtiene a cambio un líquido azucarado que los
pulgones segregan. Algunas hormigas y termitas crían hongos en sus nidos, de los
que se alimentan; los hongos encuentran un ambiente estable y protegido para su
desarrollo. La polinización puede también considerarse como mutualismo entre
insectos y vegetales.

Muchos insectos poseen protozoos, bacterias y hongos simbiontes en el tubo


digestivo, tubos de Malpighi, gónadas, hemocele, etc.; los simbiontes les facilitan
la digestión de la celulosa o de la sangre y les proporcionan nutrientes esenciales
para su desarrollo, hasta el punto que no pueden vivir sin ellos.

Una ladilla, ectoparásito de los humanos.


El parasitismo está también muy extendido entre los insectos; en este caso, el
hospedador sale perjudicado por el parásito, que puede considerarse como un
depredador muy especializado. Los ectoparásitos viven fuera del hospedador y
generalmente son hematófagos (se alimentan de sangre) o dermatófagos (se alimentan
de la piel); hay grupos enteros de insectos que son ectoparásitos (pulgas, piojos,
chinches); cabe destacar también los parásitos sociales, en que especies de
himenópteros sociales no tienen obreras y se hacen adoptar por otras especies
coloniales o reclutan esclavos entre las obreras de otras especies (hormigas
esclavistas). Los endoparásitos viven dentro del cuerpo de sus hospedadores donde
se alimentan de sus órganos o líquidos internos; es un fenómeno corriente entre las
larvas de ciertos dípteros, coleópteros y estrepsípteros y de muchos himenópteros.
El hiperparasitismo se da cuando un insecto parásita a otro insecto que a su vez es
parásito. Estas relaciones tienen gran importancia en la regulación de las
poblaciones de insectos y se utilizan en el control biológico de plagas.

Estrategias defensivas
Véase también: Defensas contra la depredación

Un insecto hoja (Phasmatodea).


La reacción más común frente a un peligro es la huida. Algunos insectos se
defienden produciendo secreciones repugnantes (malolientes, irritantes, etc., como
muchos coleópteros y ortópteros), mediante actitudes intimidantes (como las mantis
que levantan sus patas delanteras y muestran sus alas posteriores de colores
llamativos) o inmovilización refleja. Otros inoculan substancias tóxicas mediante
sus piezas bucales (hemípteros) u ovipositores modificados para tal fin
(himenópteros). Algunas larvas de lepidópteros poseen pelos urticantes que se
clavan en la boca de sus enemigos. Algunos lepidópteros, ortópteros y coleópteros
acumulan en sus tejidos sustancias tóxicas, generalmente procedentes de su
alimentación.22

¿Avispa o mosca? Un Syrphidae (díptero inofensivo) que parece una avispa


Muchos insectos tóxicos o picadores poseen coloraciones vistosas y llamativas que
advierten a sus depredadores potenciales de su peligrosidad; este fenómeno es
conocido como aposematismo, y es una estrategia que maximiza la efectividad de los
mecanismos defensivos, ya que muchos animales aprenden que tal combinación de color
les produjo una experiencia desagradable y tienden a evitar repetirla. A este
respecto, cabe destacar que muchos insectos inofensivos se parecen en forma, color
o comportamiento a insectos peligrosos, con lo que engañan a sus depredadores, que
los evitan (por ejemplo, dípteros, lepidópteros y coleópteros que parecen avispas);
este fenómeno se denomina mimetismo mülleriano y está muy extendido entre los
insectos.

Los insectos son los maestros indiscutibles de la cripsis, adaptación que consiste
en pasar inadvertido a los sentidos de otros animales. Son extraordinarias las
morfologías que imitan objetos del entorno, como en los Phasmatodea (insecto palo e
insecto hoja) y algunos ortópteros y lepidópteros que se asemejan también a hojas.
Muchos insectos imitan los colores de su entorno (homocromía), lo que se acompaña
con frecuencia de una inmovilización refleja ante situaciones de peligro.

Importancia de los insectos para el ser humano

Un himenóptero cargado de polen.

Anopheles stephensi chupando sangre.

Larvas de escarabajo de la patata devorando una hoja.

Madera dañada por un escolítido o escarabajo de la corteza.


Los insectos constituyen una de las clases de animales que más interrelacionados se
hallan con las actividades humanas. Desde los insectos útiles que nos proveen miel
o seda hasta los insectos que son venenosos o transmisores de enfermedades
mortales, existe un sinnúmero de especies que se hallan directa o indirectamente
asociadas al ser humano.20

Insectos polinizadores
Artículo principal: Polinizador
Desde hace millones de años que las plantas con flor y los insectos han iniciado
una asociación sumamente estrecha que ha determinado un mecanismo de coevolución
muy singular. Las plantas, por su condición de organismos sésiles, necesitan que
sus gametos masculinos (los granos de polen) sean transportados de una planta a
otra para que pueda ocurrir la polinización y, por ende, la generación de nuevos
descendientes. En muchísimas especies de plantas (las que se denominan entomófilas,
o "amantes de los insectos") pertenecientes a muy diversas familias este transporte
está a cargo de diversas especies de insectos. La planta necesita atraer a los
insectos a sus flores para que estos se cubran de granos de polen, los que más
tarde serán transportados a otras plantas. Para atraerlos hacen uso de una cantidad
de mecanismos, entre ellos la forma de la corola, el color de los pétalos o tépalos
y la fragancia de sus flores, si bien el más importante de todos ellos es el
alimento que pueden proveerles: el néctar, utilizado como "recompensa" por su
función. La extrema diversidad de tipos, colores y aromas de flores que pueden
apreciarse en las angiospermas se debe, justamente, a la necesidad de atraer
diferentes especies de insectos polinizadores. La función de polinización de los
insectos se utiliza en agricultura ya que permite la producción de muchos cultivos,
entre ellos el girasol, muchas especies hortícolas y frutales.

Plagas de los granos almacenados


Las hembras de muchas especies de insectos (como por ejemplo los gorgojos) perforan
los granos de cereales (trigo, maíz, arroz, cebada, entre otros) y leguminosas
(garbanzos, porotos, por ejemplo) para depositar en ellos sus huevos. Luego de un
período de incubación de algunos días, nacen las larvas que inmediatamente
comienzan a alimentarse del endosperma y del embrión de las semillas, causando
cuantiosas pérdidas económicas.23

Insectos que transmiten enfermedades


Muchas especies de insectos hematófagos (esto es, que se alimentan de sangre) son
vectores de enfermedades infecciosas graves para el ser humano, tales como el
paludismo (transmitida por los mosquitos del género Anopheles), la enfermedad de
Chagas (transmitida por algunas especies de la familia Reduviidae), la enfermedad
del sueño o tripanosomiasis africana (cuyo vector es la mosca tse-tse), la fiebre
amarilla y el dengue (el mosquito Stegomyia aegypti), tifus (transmitido por las
piojos, pulgas y garrapatas), peste bubónica (pulgas de las ratas), Leishmaniasis
(mosquitos Phlebotomus), filariasis y elefantiasis (mosquitos Anopheles, Culex,
Stegomyia, Mansonia), etc.24

Plagas para la agricultura


Desde los orígenes de la agricultura los insectos han venido ocasionando perjuicios
graves a los cultivos. Existen aproximadamente 5000 especies de insectos (ejemplo,
las larvas de muchas especies de lepidópteros o los adultos de los ortópteros) que
se alimentan tanto de las hojas, como de los tallos, raíces, flores y frutos de las
especies cultivadas. Los daños que ocasionan pueden ser indirectos (disminución de
la superficie fotosintética, reducción de la capacidad de extracción de agua y
nutrientes del suelo) como directos (pérdida de flores que van a dar frutos o los
mismos frutos).

Además, muchas especies (tales como los áfidos) se alimentan de la savia de las
plantas (un perjuicio directo ya que extraen los nutrientes que deberían dirigirse
a las hojas y frutos) y también transmiten un sinnúmero de enfermedades,
particularmente virosis que tienden a deprimir aún más los rendimientos potenciales
de los cultivos. Algunas de las plagas más devastadoras han sido la filoxera (vid)
y el escarabajo de la patata, sin olvidar las plagas de langostas que
periódicamente asuelan muchos países africanos20

Plagas de la madera y los bosques


La producción y recolección de madera no es más que una cosecha a largo plazo y,
debido a los años en que esta "cosecha" tarda en madurar, se halla expuesta durante
mucho tiempo a numerosos peligros, de los que el más serio es el ataque de los
insectos. Durante su crecimiento los árboles son atacados por dos grandes grupos de
insectos: los que atacan el follaje y los que perforan la corteza o la madera. Los
primeros suelen ser larvas de mariposas e himenópteros. El segundo grupo está
constituido por insectos perforadores, en su mayoría larvas de coleópteros, como
los bupréstidos, anóbidos, bostríquidos, cerambícidos y escolítidos. Los más
dañinos de los insectos que atacan la madera, sin embargo, son las termitas.20

Insectos como alimento

Gusanos de maguey en un restaurante en Polanco, ciudad de México.


Artículo principal: Entomofagia
Los insectos siempre han formado parte de la dieta humana, y actualmente se
consumen en muchas partes del mundo, principalmente en los trópicos, debido a que
en esas regiones los insectos son más abundantes y grandes.25En Europa se sabe que
los romanos y los griegos tenían costumbres entomofágicas, e incluso Aristóteles
hace mención del uso culinario de las cigarras. Se sabe que los romanos comían
Lucanus cervus.26No obstante, hoy en occidente la sola idea de comer insectos causa
repugnancia, si bien la degustación de otros artrópodos, como la langosta de mar,
se considera un manjar. Sin embargo, en otras regiones del globo los insectos
sirven como alimento para algunos grupos humanos (costumbre denominada entomofagia)
y para algunos animales domésticos (peces, por ejemplo). Esas regiones del mundo
incluyen a África, Asia, Australia y América Latina.27 Algunos isópteros son
ingeridos en Angola, ciertas especies de orugas en Camerún, una especie de hormiga
llamada coloquialmente hormiga culona (Atta laevigata) es asimismo ingerida en el
departamento de Santander (Colombia) y en Congo ciertas especies de insectos son
muy apreciadas por su alto contenido proteico, grasas, niacina y riboflavina.28

Insectos como medicina


La utilización de insectos y de sus productos como remedio para usos terapéuticos
se conoce como entomoterapia; se trata de un sistema médico tradicional en el cual
están también involucradas prácticas como amuletos, hechizos, etc. Muchas especies
de insectos son empeladas en diversas culturas como ingredientes de recetas o como
elementos terapéuticos en el tratamiento de enfermedades tanto físicas como
espirituales, en muchos casos solo como parte de un ritual, y en otros debido a que
los insectos pueden contener principios activos de relevancia médica.25

Musca domestica.
Desde tiempos inmemoriales los insectos y algunos productos extraídos de ellos se
han usado como medicinas en muchas culturas alrededor del mundo. El papiro Ebers,
un tratado médico egipcio datado del siglo XVI antes de Cristo contienen varios
remedios obtenidos de insectos y arañas. El gusano de seda ha sido usado en
medicina tradicional china desde hace por lo menos 3000 años; las larvas de las
moscas de la carne (Calliphoridae) han sido apreciadas desde hace siglos para la
curación de heridas infectadas. Muchas especies se usan vivas, cocidas, molidas, en
infusión, pomadas y ungüentos, tanto en medicina preventiva como curativa, así como
en rituales mágico-religiosos destinados a mantener o mejorar la salud del
paciente.29

Los insectos son utilizados especialmente para el tratamiento de afecciones


respiratorias, renales, hepáticas, estomacales, cardícas, endocrinas, neuronales,
circulatorias, dermatológicas, oftalmológicas, pancreáticas, del aparato
reproductor, etc.29

Lytta vesicatoria
Según Medeiros et. al.29 estos son algunos ejemplos del uso de insectos como
medicinas: Las hormigas son útiles para aliviar numerosas afecciones, como el asma,
bronquitis, ciática, cefalea, faringitis, tuberculosis escorbuto, gota, parálisis,
reumatismo, lepra y verrugas. Las moscas comunes (Musca domestica) aplastadas se
usan para eliminar los forúnculos inmaduros y para tratar la calvicie. El aceite
obtenido de las larvas del coleóptero Melolontha vulgaris se ha usado tópicamente
en rasguños y heridas y como tratamiento para el reumatismo, y los adultos
embebidos en vino se creen útiles para tratar la anemia. Las cucarachas cocidas o
molidas con aceite se han empleado en el tratamiento de la epilepsia y el dolor de
oído, las tijeretas para curar la otitis y las cigarras fritas en las dolencias de
la vejiga urinaria. La miel de Apis mellifera se usaba durante las Cruzadas para
tratar dolencias del estómago, de la piel y de los ojos. La chinche de cama Cimex
lectularius para tratar la obstrucción de las vías urinarias y la fiebre
cuaternaria. El coleóptero Lytta vesicatoria se ha usado tradicionalmente de forma
tópica como vesicante y para tratar la alopecia y, por vía oral, se ha prescrito
como diurético y contra la incontinencia urinaria; durante la Edad Media fue el
afrodisíaco por excelencia por su acción sobre el aparato urogenital que, entre
otros efectos, produce priapismo (erección espontánea del pene).

Se sabe que los insectos son especialmente hábiles en la síntesis de compuestos


químicos (feromonas, substancias repugnatorias, venenos, toxinas) y en secuestro de
tóxicos de las plantas que son luego acumulados, concentrados o transformados;
además, dada su enorme diversidad genética, cabe suponer que encierran valiosos
compuestos farmacológicamente activos; no obstante la investigación farmacológica
moderna ha prestado poca atención a este inagotable potencial.

Desventajas de los insectos para el ser humano


Desde su origen, la humanidad ha sido afectada, directa o indirectamente, por los
insectos. Al transcurrir los siglos y evolucionar el hombre, estos pequeños seres
lo han hecho también, convirtiéndose en sus competidores más eficientes y poniendo
a prueba la habilidad de aquel para sobrevivir. Los insectos hicieron su aparición
en la Tierra hace aproximadamente 300 millones de años, mientras que el hombre es
tan joven que apenas cuenta con 1 millón de años. En la actualidad, las tres de
cuartas partes de todos los animales vivientes son insectos; se conocen
aproximadamente más de 1 millón de especies, pero aún quedan muchas por descubrirse
y clasificarse. De esta cifra, se calcula que menos del uno por ciento de las
especies son perjudiciales para el hombre y sus pertenencias: los cultivos, los
animales domésticos, los granos almacenados, etc.

Este número relativamente pequeño de especies nocivas resulta, sin embargo, de


mucha importancia económica cuando se considera su gran habilidad para adaptarse,
la capacidad de reproducirse rápidamente en muy corto tiempo y su gran poder de
dispersión; factores todos ellos que influyen para que los insectos desarrollen
poblaciones enormes, que afectan a la salud del hombre y compiten con él para
arrebatarle lo que necesita y desea. A título de ejemplo, se puede citar que una
hembra de la mosca doméstica (Musca domestica), eficaz diseminadora de gérmenes
patógenos, en condiciones favorables y en el paso de solo tres semanas ha
completado su ciclo de huevo adulto y, en solo nueve generaciones (más o menos seis
meses), considerando que no haya mortalidad, sus descendientes dan lugar a la
fantástica cifra de 324 billones de individuos.[cita requerida] Asimismo, se ha
estimado que la descendencia de una pareja del picudo del algodonero (Anthonomus
grandis) es aproximadamente de 13 millones de seres en una estación, suficientes
para destruir muchos campos de ese cultivo.

Control de insectos nocivos


La lucha contra los insectos nocivos ha evolucionado desde la recolección manual,
que aún se practica en algunos lugares, hasta métodos tan modernos como la
aplicación aérea de insecticidas, el desarrollo de variedades predadoras
resistentes, el uso de enemigos naturales, la liberación de insectos sexualmente
estériles y el establecimiento de cuarentenas y reglas de limiten la introducción o
dispersión de plagas. Tales métodos de lucha se pueden agrupar de la siguiente
manera: a) Culturales; b) Uso de insecticidas; c) Biológicos ; y d) Preventivos y
cuarentenas.30

Medios culturales
La lucha cultural incluye las prácticas rutinarias o esporádicas usadas consciente
o inconscientemente, que destruyen mecánicamente los insectos perjudiciales o
evitan su daño.

Conociendo el agricultor las plagas y sus hábitos, puede destruir buen número de
ellas, a través de las prácticas que sigue para la preparación de su terreno.
Muchos de los estados de desarrollo de los insectos nocivos a los diversos cultivos
se efectúan en el suelo; de esta manera el agricultor, a medida que barbecha,
rastrea, ara y cultiva su terreno, saca muchas de esas delicadas especies a la
superficie, dejándolas expuestas a la voracidad de los pájaros y a la acción del
sol o de otros agentes desfavorables para su desarrollo. Los riegos por inundación
son también efectivos contra los insectos que viven en el suelo.

Insecticidas
La lucha contra los insectos por medio de sustancias químicas (insecticidas) data,
por lo menos, desde el 1.000 a. C., cuando ya se hablaba de usar el azufre como
fumigante para combatir las plagas. Los romanos llegaron a utilizar el veratro,
planta de la familia de las liliáceas, para destruir ratas o insectos. Hacia el año
900 d. C., los chinos usaban el arsénico contra las plagas que dañaban sus jardines
y fueron ellos quienes descubrieron las propiedades tóxicas de las raíces de la
leguminosa Derris elliptica (Roxb). Antes de 1800, los persas descubrieron las
propiedades tóxicas del piretro. Este insecticida de origen vegetal que aún tiene
mucha importancia, se prepara pulverizando o extrayendo el principio tóxico de las
flores de la planta Crysanthemum cinerariaefolium (Trev) de la familia de las
compuestas.

El progreso de la industria de los insecticidas en el mundo fue lento hasta el


redescubrimiento, en 1939, por el químico suizo Muller, del famoso DDT, sintetizado
por primera vez por el químico alemán Zeidler, en 1874.

Medios biológicos
Entre los métodos biológicos figuran los encaminados a la reducción o supresión de
los insectos nocivos por medio del incremento artificial de sus enemigos naturales
o por introducción y fomento de estos. Los enemigos naturales pueden ser animales,
como protozoarios, nematodos y otros insectos, o patógenos, como hongos, bacterias
y virus.

Este medio de lucha se ha extendido recientemente, y en la actualidad abarca tanto


al desarrollo de plantas resistentes al ataque de las plagas como “principio de
autodestrucción” de los insectos que se constituyen en plagas. Está dedicándose
mucha atención a este procedimiento y se llevan a cabo estudios en las diversas
partes del mundo, en los siguientes aspectos:

1. Desarrollo y diseminación de sustancias químicas u otros agentes que provoquen


esterilidad sexual, aunque no afecten e otra forma la vida del insecto.

2. Producción y liberación de individuos que posean genes letales que actúen


durante el desarrollo del insecto.

3. Liberación de insectos que distribuyen agentes patógenos específicos a ellos


mismos.

4. Distribución de preparados hormonales que interfieran en el desarrollo del


insecto y

5. Producción y liberación de insectos que han sido esterilizados sexualmente por


medio de radiaciones gamma. Este último método ha sido utilizado con gran éxito en
la lucha contra la “mosca de las heridas” en la isla de Curazao y en Florida (EE.
UU.) regiones de las cuales ha sido erradicado este insecto, que tanto daño causa
al ganado.

Medios preventivos y cuarentenas


En este apartado se consideran incluidas las actividades por medio de las cuales se
restringe la introducción y dispersión de los insectos nocivos. A tal fin, los
diversos países han establecido leyes que regulan el tratamiento, manejo y tráfico
de semillas, plantas, animales y productos derivados. A causa del mayor movimiento
comercial y turístico y de la rapidez de los transportes modernos, existen muchas
más oportunidades para la introducción de insectos en áreas en las que puede
prosperar y convertirse en plagas. Esto implica que un mayor número de inspectores,
bien adiestrados y que cuenten con los elementos técnicos necesarios, han de
ejercer en cada país estrecha vigilancia, cuidando de aplicar con rigor las normas
dictadas y de establecer las leyes de cuarentena respectivas, Para que las
cuarentenas sean efectivas, deben estar basadas en estudios que determinen la
distribución geográfica, vehículos de transmisión y biología del insecto.

Se comprende que las cuarentenas pueden ser de carácter internacional, nacional o


de ambos. Las de carácter internacional tienen por objeto impedir la introducción
de plagas de un país a otro, las domésticas tratan de evitar la dispersión de
insectos nocivos dentro del país. Con objeto de dar una idea de la importancia que
tienen estas medidas preventivas y del trabajo que implican, baste citar que en
1960 el servicio de cuarentena de los EE. UU. inspeccionó 139 000 aviones, 60 000
barcos, 83 000 embarques de plantas y sus derivados y varios millones de vehículos
provenientes de México y del Canadá.30

Récords
Se considera que los insectos más grandes son los coleópteros del género Goliathus
por su tamaño de adulto y su peso de larva, unos 100 g. El más largo es
Phryganistria chinensis, midiendo 640 mm y el más pequeño es el himenóptero
Dicopomorpha echmepterygis de apenas 139 µm.

El insecto de mayor tamaño que haya existido fue Meganeura, un protodonato


(similares a las libélulas actuales), con una envergadura de 75 cm, que vivió en el
Carbonífero hace más de 300 millones de años.

Registro fósil
Artículo principal: Insectos prehistóricos

Coleóptero fósil (Buprestidae).

Insectos fosilizados en ámbar.


Los primeros hexápodos conocidos son el colémbolo Rhyniella y el insecto
Rhyniognatha, que datan del Devónico Inferior (hace unos 400 millones de años); el
primero es una especie bastante derivada y parecida a los actuales Isotomidae y
Neanuridae; no está clara la posición de Rhyniognatha, aunque posee unas mandíbulas
dicóndilas similares a las de los monuros, tisanuros y pterigotos. También del
Devónico inferior son los restos de un arqueognato, Gaspea palaeoentognatha.31

Pero la diversificación inicial de los insectos debió ocurrir mucho antes, tal vez
en el Silúrico; las alas fosilizadas más antiguas son del Carbonífero pero, dado
que hay indicios de que Rhyniognatha pudo tener alas, la radiación de los insectos
alados (Pterygota) debió ocurrir en el Devónico.3233

Los primeros pterigotas (insectos alados) aparecieron en los inicios del


Carbonífero. En el Carbonífero medio existían ya numerosos insectos, perfectamente
diferenciados en al menos 11 órdenes entre los que destacan los Palaeodictyoptera†,
Diaphanopterodea† y Megasecoptera†, que recuerdan a los odonatos actuales y que en
algunos casos alcanzaron envergaduras de 75 cm, y los Ephemeroptera que llegaron a
alcanzar los 45 cm de envergadura y de los que existen representantes actuales,
mucho menores.31

Del Carbonífero superior data el primer hallazgo de un insecto holometábolo; se


trata de una larva eruciforme (en forma de oruga) de tipo mecopteroide-
himenopteroide.34

Durante el Carbonífero superior y el Pérmico inferior aparecen en el registro fósil


grandes artrópodos terrestres (protodonatos de más de 70 cm de envergadura, arañas
de más de 50 cm y miriápodos de más de 1 m).31 Este hecho se explica, según Graham
et al.,35 porque en aquella época, los niveles de oxígeno atmosférico eran muy
superiores a los actuales (del orden del 35 % frente al 21 % actual); este valor
tan alto favoreció el gigantismo de los artrópodos, al poder incrementar la
dimensión de su sistema traqueal.

A lo largo del Pérmico se produjo una progresiva desertización, lo que condujo a


importantes cambios en la flora y en la fauna. Los grandes bosques de licopodios se
redujeron y fueron reemplazados por gimnospermas; los insectos sufrieron una rápida
evolución y se diversificaron mucho. Así, a finales del Paleozoico existían ya 27
órdenes y tuvo lugar la radiación de los insectos holometábolos y la extinción de
los paleodictiópteros.31

Durante el Mesozoico aparecieron nuevos órdenes como los dípteros, tisanópteros,


odonatos en sentido estricto, himenópteros, isópteros, matodeos, etc., pero también
se extinguieron órdenes paleozoicos (protodonatos, paraplecópteros, miomópteros,
etc.). La gran radiación de los insectos modernos empezó en el Triásico; durante el
Jurásico aparecen algunas de las familias actuales, y en el Cretácico, la mayoría
de las familias modernas ya existían. Hace 100 millones de años, la organización
trófica de los insectos estaba ya bien definida, antes de que las angiospermas
aparecieran en el registro fósil.36

Los insectos se vieron poco afectados por la extinción masiva del Cretácico-
Terciario (la que extinguió a los dinosaurios y a otras muchas criaturas); así, la
entomofauna del Cenozoico está compuesta principalmente por las familias actuales,
al igual que hace 100 m.a. (84%). En el Jurásico y épocas anteriores la mayor
diversidad de fauna de insectos es de familias extintas al presente.36

Reducción de volumen
Los insectos alcanzaron su máximo tamaño en el Carbonífero Superior y el Pérmico
Inferior (hace unos 300 millones de años), debido a que en estos periodos el
contenido de oxígeno en la atmósfera era muy superior al actual (un 35 % frente al
21 % de hoy) y, dado que su aparato respiratorio es un sistema de tubos vacíos que
recorren todo el cuerpo (sistema traqueal), si el tamaño del animal aumenta mucho,
el aire tiene dificultades en difundirse libremente y llegar a oxigenar todos los
órganos internos; al haber más concentración de oxígeno en el aire puede aumentarse
el tamaño corporal, ya que, aunque llegue poco este contiene una proporción mayor
de oxígeno.31

Taxonomía
Los insectos son la clase de organismos con mayor riqueza de especies en el planeta
(ver Tabla 1). La clasificación de los insectos, como se puede esperar de un grupo
tan vasto y diverso, es intrincada y varía según los autores, distando mucho de ser
definitiva.

Tabla 1. Número de especies de insectos descritas en los 4 órdenes que incluyen


mayor riqueza de especies según diferentes autores (tomado de WCMC, 1992).37
Órdenes Southwoood (1978) Arnett (1985) May (1988) Brusca & Brusca (2005)38
Coleópteros 350 000 290 000 300 000 350 000
Dípteros 120 000 98 500 85 000 150 000
Himenópteros 100 000 103 000 110 000 125 000
Lepidópteros 120 000 112 000 110 000 120 000
En la siguiente lista, de corte tradicional, se han señalado con un asterisco las
agrupaciones que probablemente sean parafiléticas, y por tanto, sin valor
taxonómico:

Un pececillo de plata, lepismátido del orden Zygentoma.


(Subclase) Apterygota*. Son un grupo parafilético que incluye a los insectos más
primitivos que en el curso de la evolución nunca han estado provistos de alas ni
experimentan metamorfosis (insectos ametábolos). Aparte de estas dos
características, claramente plesiomórficas, no comparten ningún carácter derivado
(apomorfía) que justifique la existencia de este grupo como entidad taxonómica. Los
grupos parafiléticos de esta índole no son aceptados por la actual taxonomía
cladística.

Órdenes
Archaeognatha (=Microcoryphia + Monura †)
Zygentoma (=Thysanura s.str.)
Subclase: Pterygota (del griego pterigotos, alado) es el nombre que recibe el grupo
de los insectos alados, los miembros del cual se caracterizan por presentar alas en
los segmentos torácico segundo (mesotórax) y tercero (metatórax). La presencia de
alas siempre va acompañada de un refuerzo del exoesqueleto (esclerotización) en
esos segmentos torácicos, los cuales usualmente se encuentran unidos formando la
estructura conocida como Pterotorax. Pueden tener desde una metamorfosis simple a
una compleja.

Un odonato.

Mántidos apareándose.

Un ortóptero.
(Infraclase): Palaeoptera* (del griego palaeos, "antiguo" y pteron, "ala") es el
grupo donde han sido tradicionalmente incluidos los insectos alados más primitivos.
La mayoría están extinguidos y se caracterizan porque no pueden plegar las alas
sobre el abdomen y por ser hemimetábolos (metamorfosis incompleta).
Órdenes
Ephemeroptera (efímeras)
Odonata (libélulas y caballitos del diablo)
Coxoplectoptera † (moscas quimera o alas quimera)
Diaphanopteroidea †
Palaeodictyoptera †
Megasecoptera †
Archodonata †
Infraclase: Neoptera (del griego neos, nuevo y pteros alas; "alas nuevas") son una
agrupación taxonómica que a aquellos insectos alados, que pueden abatir las alas
sobre el abdomen.
(Superorden): Exopterygota*, incluye los insectos neópteros con metamorfosis simple
o incompleta (hemimetábolos).
Órdenes
Blattodea (cucarachas)
Isoptera (termitas)
Mantodea (mantis)
Dermaptera (tijeretas)
Plecoptera (moscas de la piedra)
Orthoptera (langostas y saltamontes)
Phasmatodea (insectos palo)
Embioptera
Zoraptera
Grylloblattodea
Mantophasmatodea
Psocoptera (piojos de los libros)
Thysanoptera
Phthiraptera (piojos)
Hemiptera (chinches)

Un coleóptero.

Un himenóptero.
Superorden: Endopterygota, incluye a todos los insectos con metamorfosis completa
(holometábolos). Sin duda agrupa a los órdenes con mayor número de especies.
Órdenes
Raphidioptera
Megaloptera
Neuroptera (hormigas león)
Coleoptera (escarabajos)
Strepsiptera
Mecoptera (moscas escorpión)
Siphonaptera (pulgas)
Diptera (moscas)
Trichoptera
Lepidoptera (mariposas y polillas)
Hymenoptera (abejas, hormigas, etc.)
Miomoptera †
Protodiptera †
Filogenia
Véase también: Evolución de los insectos
Con la aparición de los primeros estudios basados en datos moleculares y análisis
combinados de datos morfológicos y moleculares, parece que la antigua polémica
sobre monofilia y polifilia de los artrópodos ha quedado superada, ya que todos
ellos corroboran que los artrópodos son un grupo monofilético en el que incluyen
también los tardígrados (el clado se ha dado en llamar panartrópodos); la mayoría
también proponen la existencia del clado mandibulados. Dentro de los mandibulados
tradicionalmente se consideraba que los miriápodos y hexápodos eran grupos hermanos
debido a sus similitudes morfológicas,39 sin embargo varios estudios moleculares y
fósiles han demostrado que los parientes cercanos de los hexápodos (incluido
insectos) son los crustáceos con quienes forman el clado Pancrustacea. La hipótesis
de que los miriápodos y hexápodos son grupos se ha descartado en gran medida debido
a evidencias fósiles, en el cual sugieren que los hexápodos evolucionaron de un
grupo de crustáceos.4041 También se ha propuesto que los miriápodos podrían tener
una relación genética más próxima a los quelicerados.42

Las relaciones filogenéticas de los artrópodos en cuanto a estudios moleculares


recientes serían las siguientes:



Onychophora


Arthropoda

Trilobita†




Chelicerata


Mandibulata

Myriapoda


Pancrustacea

Crustacea



Hexapoda (incluido Insecta)






En lo que respecta a la filogenia interna de los insectos, el siguiente cladograma


muestra las relaciones entre los diferentes grupos y las probables agrupaciones
monofiléticas según estudios moleculares recientes:4344

Insecta

Archaeognatha


Dicondylia

Zygentoma


Pterygota

Ephemeroptera


Metapterygota

Odonata


Neoptera

Parametabola


Dermaptera



Zoraptera





Plecoptera



Orthoptera




Dictyoptera

Blattodea



Mantodea



Idioprothoraca

Notoptera




Embioptera



Phasmatodea







Eumetabola
Paraneoptera

Psocoptera




Phthiraptera




Thysanoptera


Hemiptera





Endopterygota


Coleopterida

Coleoptera



Strepsiptera



Neuropterida

Raphidioptera




Neuroptera



Megaloptera







Hymenoptera


Panorpida
Antliophora

Diptera




Siphonaptera



Mecoptera




Amphiesmenoptera

Trichoptera



Lepidoptera













Nótese como Apterygota (Archaeognatha + Thysanura), Palaeoptera (Ephemeroptera +


Odonata) y Exopterygota (Plecoptera → Grylloblattodea) aparecen como probables
grupos parafiléticos.

Véase también
Ver el portal sobre Artrópodos Portal:Artrópodos. Contenido relacionado con
Artrópodos.
Artrópodos
Insectívoro
Arácnidos
Entomología
Biología
Termorregulación de los insectos
Myriapoda
Fisiología (insectos)
Biodiversidad de los insectos
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Categoría: Insecta
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