Clemente Palma Filosofia y Arte

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UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS

FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS HUMANAS

Filosofía y arte

TESIS para optar el Grado de Doctor


AUTOR
Clemente Palma
LIMA – PERÚ 1897
SUMARIO . . 1

Filosofía y arte . 3
SUMARIO

SUMARIO
Proemio 1 - Gestación de nuevos ideales en todo orden.- condición psíquica y moral del hombre
moderno.-Agitación que se observa en el espíritu actual.-En el orden político: la inquietud de las
potencias.-En el orden económico y social: el comunismo, el socialismo.-El la familia: la
preponderancia de la mujer; sus pretenciones.- Afeminamiento del hombre; androginismo moral.-
En el orden religioso: mezcolanza de ideas religiosas.-Tendencias a la emancipación y al
análisis.-La duda, enfermedad del siglo.-En el orden artístico: confusión de ideales y tendencias
a la disociación y al individualismo.- La poesía: complejidad, refinamiento, sutileza, exotismo.-
La pintura: sensualismo; pintura filosófica, decorativa simbólica y religiosa.- Música:
intelectualismo, quietismo, melodía sentimental.- Los esfuerzos de la música moderna se
resuelven en un eclecticismo débil.-Los problemas político y social son los mas trascendentales.-
Los problemas religioso y artístico son mas reveladores de la condición actual del espíritu. 2
I
Ateismo.- El ateismo es la forma menos artística de las lubricaciones filosóficas.- El
problema divino.- El pro y el contra.-Persistencia del sentido religioso.-Solo en los pueblos
civilizados existe el ateismo razonado.-Dios no es una necesidad de la razón, sino de la
imaginación y del sentimiento. Necesidad del concepto de Dios en la infancia de los pueblos,
para fundar en él la organización social y legal.- Génesis del ateismo.- Los legisladores antiguos
necesitaron apoyarse en la sanción religiosa.- Zoroastro, Moisés, Manco.-El terror a la divinidad
fue el fundamento del respeto á las leyes.- Por costumbre, hábito o conveniencia transijese con la
presión religiosa.-Llegan á hacerse los pueblos intelectuales y se desarrolla el espíritu de análisis
y libre examen.-Entonces surge el ateismo.-Desaparición de la sanción religiosa.-Más morales
son las buenas acciones faltando esta sanción.-Conciencia que se adquiere del esfuerzo propio.-
Todo esto es defendible en un orden puramente teórico.-Desigualdad y lentitud en el desarrollo
intelectual de la humanidad.-Se oponen al ateísmo las mujeres, el pueblo, los pusilámines, la
burguesía, los poetas y los artistas.-El ateísmo canallesco.-El ateísmo en la Revolución
Francesa.-El ateismo es la enseña de una aristocracia intelectual.-Pseudo-ateísmo.-Opiniones de
Mrs.Le Bon y Guyan.-Impotencia de las religiones sin rito.-El rito sin la religión .- El ateísmo
todo lo que ha conseguido en el alma popular es darle una ligera afición al diletantismo herético.
II
El satanismo.- Es inoficioso ocuparse hoy de él en América.- Durante la época colonial
estuvo muy en boga en América.-Los autos de fe.-El satanismo actual de Paris.-El origen
psíquico de esta aberración de la fe.-Es un misticismo morboso revertido.-Los ateos y
materialistas no son satanistas.-Las mujeres, los artistas y el pueblo prefieren creer en el diablo a
no creer en nada.-El fanatismo divino conduce al satanismo.-El cristianismo 3 encierra un
germen fecundo de maniqueísmo.-El satanismo ante la ciencia.-Libros que tratan de magia y
diabolismo.-Rápido bosquejo del satanismo en los cuatro últimos siglos.-Libros teológicos que
se ocupan de estas materias.-La misa negra: páginas de La Bas.-El origen de estas aberraciones

1 Caja 79 (183/227) Inicio del folio 713

2 Inicio del folio 714 ídem.

3 Inicio del folio 715 ídem.

"Programa Cybertesis PERÚ - Derechos son del Autor" 1


está principalmente en los nervios.-La filosofía, la religión y el arte en función del estado
patológico de los nervios.-Hay bondad, verdad y belleza en todos esos estados.
III
Poetas y artistas ateos y satánicos.- Lucrecia: De Rerum natura.-Los enciclopedistas
franceses.- Richepin: las Blasfemias.- Carducci: Himno á Satán.- Baudelaire: Letanias de Satán,
Las Flores del mal, Poe.- Rollinat: las Neurosis.- Madame Vallet (Ratchilde): sus novelas.-
Huysmans: La Bas.- Felicien Rops y sus dibujos.- Sar Peladan, Jules Bois, Guaita, Thierry,
Olcott, Wilde, etc.
IV
El androginismo.- El misticismo, directo o revertido, conmueve violentamente el sentido
sexual.- Las religiones se dirigen más a los nervios que al cerebro.- Todas las religiones legislan
sobre el amor.- El Kama Sutra.- El androginismo, teoriza de los ocultistas magos y satanistas
modernos.- En la práctica es una aberración monstruosa del instinto genesico.- Teóricamente es
muy aceptable.- La unión sexual es una modalidad de la vida. Las razas no mueren.- El amor es
el mismo instinto brutal de los animales exornado con los refinamientos del elemento psíquico
del hombre.- El alma, espiritual, no cambia la naturaleza del amor.-Cuestiones capitales de la
teoría androginista: ¿El androginismo es superior a la división de sexos?¿Es posible obtener el
andrógino con la fuerza vital suficiente para perpetuar el tipo?-Unión de la fuerza y la gracia .-
El adolescente es la imagen del andrógino.- El androginismo arquitectónico es el periodo más
hermoso del arte griego.-Aspecto ridículo con que se nos presenta el concepto del andrógino por
efecto de los prejuicios.- El andrógino de Platón en el Banquete.- Objeción fundada en la
sexualidad de las especies inferiores.- Superioridad en todo orden del andrógino sobre el hombre
y la mujer actuales.-Desde el punto de vista práctico es una utopía.- Los casos anómalos de
hermafroditismo han sido estériles e infecundos.-Lo que es perfecto ante el concepto filosófico
no lo es ante los intereses de la Naturaleza.- No hay una impulsión física suficientemente
enérgica para obligar á la Naturaleza a evolucionar en el sentido de la androginia orgánica.- La
androginia de las formas en el esquimal y en el salvaje.- A ser posible, la base seria la mujer.- La
obtención del androgino es un pretexto para cometer monstruosidades.- Lo único que puede
obtener el hombre es la androginia moral.- En qué consiste.- La raza sajona y la raza latina.-
Conclusión.
Filosofía y arte

Filosofía y arte

Señor Decano: 4
Señores;
Os presento un trabajo desordenado, casi sin tesis, y que solo vuestra benevolencia
puede aceptar. Es una serie de estudios de las diversas manifestaciones del arte en las
evoluciones religiosas y filosóficas del espíritu moderno tan complejo, tan sutil, tan
desequilibrado. Ello mismo, aparte de mi incompetencia para ahondar en materias tan
árduas, hace deficiente este estudio. La psiquis del siglo XIX no es ya la virgen candorosa
de la Mitología, la amada sencilla de Cupido: es ya la esposa hastiada de las delicias
nupciales y que lleva en su seno los gérmenes de mil infantes. Se siente la lenta
gestación de los ideales en todo orden, todo se agita bulle, palpita: es el movimiento
doloroso de la madre queriente próximo el momento del alumbramiento. En el orden
político observáis a las potencias inquietas, como husmeando la aproximación de un
fantasma vago en la sombra. En el orden económico y social veis destacarse en el cielo
las rojas llamaradas de un incendio que carboniza las entrañas de la sociedad, y a esa
luz siniestra la silueta desmelenada, haraposa y hambrienta del obrero, aullando por una
nueva organización social que destruya las bases de la actual repartición de la propiedad.
La mujer que, allá en la edad de piedra, era una humilde bestia que se entregaba sumisa
en la caverna a la voracidad sensual del macho, que en épocas de mayor civilización
llego a ser una entidad poderosa y un factor importante en la historia, la mujer repito,

4 Inicio del folio 716 Pág. 1 ídem.

"Programa Cybertesis PERÚ - Derechos son del Autor" 3


sube hoy en importancia, sube más aun, se masculiniza, invade los puestos públicos,
ejerce profesiones propias del varón, enseña en las cátedras, sale de la pasividad feliz en
que antes estaba, pues hija, esposa, querida o madre era sostenida por el varón, para
empeñarse en las campañas activas del Strugle for life. En Estados Unidos, en Alemania,
la mujer pretende derechos políticos. Al mismo tiempo que la mujer crece, el hombre se
empequeñece, se afemina: vamos pues en la familia á una especie pues en la familia a
una especie de androginismo moral, en el que el hombre y la mujer serán entidades
iguales, sin más diferencias que las biológicas necesarias para que sea posible la
conservación la conservación de la Humanidad. En el orden religioso no es menos
curioso el espectáculo: todas las religiones se agitan en el cerebro del hombre moderno,
en extrañas combinaciones. La fe, al calor de la ciencia, se ha fundido como las alas de
Icaro, y el señor de los ejércitos, el Joven formidable ha desarrugado el ceño y arrojado el
haz de los rayos justicieros. Hoy Dios no es sino un buen señor muy discutible, de cuya
omnipotencia se ríen los neo-filósofos, de cuya sabiduría reniegan los pesimistas, de
cuya sabiduría reniegan los pesimistas, de cuya infinitud cuestionan los sacerdotes y los
incrédulos, echando mano los uno de los textos de la Biblia y los apolillados palimpsestos
de los Santos Padres; y los otros de las argucias y sutilezas más picarescas para
derrumbar la religión entre un coro de carcajadas. Y lo más curiosa es que allí donde hay
mas fanatismo hay menos, y donde hay más incredulidad, la fe tiene destellos más vivos.
El hombre moderno no es nada definido y completo: todas las creencias y todos los mitos
cubiertos por el caparazón de la duda, han hecho madriguera en su corazón y en su
cerebro. Positivista ¿y por qué ora? Ateo ¿y por qué espera? Creyente ¿Y por qué
analiza? En el orden artístico 5 observareis igual cosa: la misma confusión en los ideales
y la tendencias á la disociación. En pintura, en música, en literatura, los artistas buscan
desesperados la forma que debe traducir esa penumbra en que se encuentra el espíritu,
esa agitación a causa de la duda. Á causa del fracaso de todas las escuelas, de la
explotación de todos los ideales. La poesía la tenéis entregada a un libertinaje explorador,
en el que salta de un espiritualismo refinado á un sensualismo sutil y complejo, desde los
psicologías profundas de Bourget hasta el materialismo brutal de Zola y los refinamientos
mórbidos de Huysmans, desde la oración a la blasfemia, desde la plegaria en las
catedrales góticas hasta las infamias hereditales de la misa negra. La pintura moderna,
eminentemente sugestiva, tiene pasión por el desnudo violento, ha creado sombras claro-
oscuros de un efectismo sorprendente, aunque poco veraces, se pierde en las
ensoñadoras combinaciones del gris, se hace filosófica con Beraud, simbolista con
Rochegrosse, religiosa con Moreau y Muntkassy, decorativa y medieval con Puvis de
Chavannes, sensual con Bougerau y toma mil formas más, pero revelando en todas las
torsiones febriles del ideal, la pugna sorda y agitada del espíritu para encontrar la fórmula
nueva del Arte. De la música perfectamente sabéis que hoy cada maestro nuevo es un
esfuerzo para encontrar la melodía permanente. Hoy el ideal musical vaga entre el
sensualismo nervioso de Chopin, el quietismo religioso de Mozart, el intelectualismo de
Wagner y la melodía sentimental de los viejos maestros románticos de Italia, para
sumergirse por último en un eclecticismo pálido y tembloroso.
De todos estos problemas, que se presentan en el alma moderna de la Humanidad,

5 Inicio del folio 717 Pág. 3 ídem.


los más trascendentales son el social y el económico: ellos preocupan colectivamente a
los hombres, colectivamente luchan en pos de ese ideal nuevo de sociabilidad y de vida
futuras. No se asesinan czares, reyes y presidentes, no se vuelan con dinamita los
palacios, los templos y los teatros, ni se hacen esas huelgas terribles por la neurosis,
capricho, locura o instintos destructores de un solo hombre. Es la Humanidad la que es
loca, enferma o asesina; es una numerosa agrupación de hombres la que llega a esos
extremos, violentada por un estado social deficiente; las treguas son cortas, porque la
depresión material y moral de las clases pacientes es cada día mayor. Al fin vendrá el
estallido formidable de todas las angustias fermentadas, y la nueva organización será la
redención de los aplastados hoy, más bien que el aterrador misil de Bakounime. Los
problemas filosófico y artístico son menos trascendentales, por cuanto ellos pertenecen a
un orden más individual y, por lo mismo, son más reveladores y expresivos de la
verdadera condición psicológica del hombre actual. Ellos se refieren a estados más
íntimos, más profundos, a necesidades de un orden distinto de las que construyen la vida
inmediata de la sociedad. De ellos, señores, es de lo que me voy a ocupar ligeramente en
este desaliñado estudio, para el que nuevamente reclamo vuestra benevolencia.
I
El ateismo es la forma menos artística de las lucubraciones filosóficas y religiosas. El
mundo sin Dios, sin ordenador, sin creador, surgiendo del abismo por fuerzas inmanentes
y eternas. En torno de la pregunta ¿hay Dios? Han girado todas las filosofías sin resolver
el intrincado problema de la existencia divina: la fe no es solución de la inteligencia.
Tantas sutilezas en el escolasticismo para la afirmativa, cuántas en las teorías modernas
sobre la eternidad de la materia y la fuerza 6 para la negativa. El espectáculo del universo
es argumento tanto en pro como en contra. No le hay ¿Y cómo ese orden admirable, ese
encadenamiento invisible, esa misteriosa correlación de todas las cosas que tanto
entusiasma a Cortes, De Maestre y Balmes? Le hay ¿Y por qué el mal, el infortunio, la
debilidad, la muerte, la lucha insaciable, la decoración sempiterna de unos seres a otros,
como si la tierra fuera un circo hacho para la diversión de un Cesar sanguinario? ¿Por
qué ese mundo que se desmorona ante el análisis, ese mundo que, en detalles, el más
torpe de los hombres habría sabido hacerlo mejor? ¿Por qué esa duda, ese dolor en todo
que hacia cavilar a Schopenhauer hasta buscar el remedio del mal en el aniquilamiento
de la voluntad, en la inmersión en la inconsciencia, y a Hartman en su lúgubre proyecto
del suicidio universal? Y sin embargo de todo, sin embargo de esa negación desesperada
que surge en el corazón del desdichado, de esa negación convencida, que brota del
cerebro del filósofo angustiado por los dolores, la desolación y la duda, por el espectáculo
de lucha y muerte que ofrece el mundo, hay siempre, en lo más intimo del alma, un
despertar de la bestia religiosa que tiende a poblar los cielos y a ver allá, en las alturas, la
faz bondadosa de un Creador que se preocupa por nuestra suerte. Puede el
razonamiento traernos la convicción de que no existe tal Hacedor y que el universo es
padre de si mismo, la negativa jamás será completa por que hay algo que se rebela
contra el vacío, que se subleva contra el aislamiento, y ese algo es la imaginación, es el
sentimiento. Y efectivamente, jamás ha sido la creencia de Dios una necesidad de la
inteligencia. De allí que, en los pueblos civilizados y pensadores, en los pueblos
6 Inicio del folio 718 Pág. 5 ídem.
meditadores y fríos, que han llegado a un alto grado de cultura, ha florecido la adelfa del
ateísmo. Para la inteligencia Dios una simple idea, que puede servir de clave á muchos
razonamientos, si ella encuentra otra clave más lógica, más aceptable, más eficaz para
solucionar los problemas que se agitan en el espíritu, la idea de Dios es arrojada sin
escrúpulo alguna por el pensador al estercolero de las ideas vacías e inútiles, y queda
reducida a una simple palabra de hojarasca, a una denominación vulgar, sin más objeto
que hacer de puente entre dos palabras. La imaginación, siempre en pos de fantasmas,
de creaciones extraordinarias, siempre pugnado por salir de las esferas posibles de la
idea para sumergirse en las nebulosidades de lo maravilloso y supra-sensible, es el alma
de toda religión. La imaginación es quien hace á Dios, quien estimula al razonamiento en
la creación o suposición de los atributos divinos. Después de esta labor práctica de la
fantasía, el sentimiento experimenta la necesidad de dirijirse a ese ser creado para
hacerlo árbitro de nuestro destinos, dispensador de venturas y males, y radicar en él, ese
principio de justicia al que aspiran todos los hombres en sus momentos de filantropía. La
justicia es como el principio del equilibrio en toda organización social. De allí que los
pueblos nacientes jamás son ateos. En la infancia los pueblos necesitan del concepto de
Dios para constituirse, pues en él fundan la autoridad de la legislación. ¿Con qué titulo un
legislador impondría á una agrupación informe y heterogénea de hombres una divino de
castas, una repartición de los bienes y de la tierra, el respeto á los derechos ajenos, la
legislación penal, la forma de gobierno y la constitución de la familia? No es el título de la
superioridad intelectual, porque superiores á ella son los instintos y nesecidades de una
colectividad brutal y violenta, como son los pueblos nacientes; no es el titulo de la fuerza,
porque más fuertes es una tribu que un hombre; no es sino ese nimbo de divinidad que
envuelve la cabeza del legislador con el que deslumbra y hiere la imaginación de los
pueblos infantes. Por eso Moisés, Zoroastro, Manco-Cápac y todos los legisladores
primitivos, en primer lugar se han exhibido como hijos ó enviados de Dios, y en segundo
lugar han dado á su legislación la sanción divina. Hipnotizadores de talento, han
sugestionado y operado a bestias 7 catalépticas deslumbradas con el resplandor del
principio religioso, no bajo el aspecto meramente especulativo, forma impropia para
cerebros en gestación, sino bajo la forma eminentemente sensible que hiciera honda
huella en la imaginación y en los nervios de una raza. Los pueblos antiguos no gozaban
de la visión beatifica, placida, de la divinidad. Dios no es el principio impersonal y
puramente intelectivo. Era un ser sobre todo perceptible por los sentidos, abrumador en
su poder, inexorable en su justicia, temible en sus castigos. El temor a éstos, cuando se
infringía la ley divina, y el placer por sus premios, eran la base de la sensación y el
respeto a la legislación. Pasan los siglos, el nivel intelectual sube, y los pueblos aceptan
ya con más conciencia el principio religioso, bien por un utilitarismo práctico que les hace
comprender que él ha sido benéfico; bien por la costumbre, hábilmente sostenida por los
sacerdotes, que viven del culto. La religión se hace más intelectual, se modifica para
satisfacer mejor las necesidades morales nuevas, y sostiene un paralelismo constante
con la marcha de la Humanidad por el perfeccionamiento. Pero llega un momento en que
el hombre es más intelectual que sensible; llega un momento en que el espíritu vuelve la
vista á todos los lados en busca de ese ideal compañero que le ha hablado durante

7 Inicio del folio 719 Pág. 7 ídem.


muchos siglos, que le ha guiado, que ha estado acurrucado en lo más ardiente de sus
afecciones, al que ha acudido en sus alegrías y en sus tristezas, que le ha consolado
unas veces y amenazado otras; le busca y encuentra el vacío, la sombra, el misterio;
entra la duda, se convence de que todo lo debe a sus esfuerzos, de que antes que todo
debe confiar en la fuerza de sus brazos ó de su cerebro; el espíritu se reconcentra,
penetra candil en mano a la oscura cueva de Psiquis, y frente a frente con el concepto de
Dios le pregunta:-¿Quién eres?¿Dónde estás?-Comienza el análisis, la disección, el
juzgamiento de Dios; el que fue durante muchos siglos juez, pasa á ser objeto de un
proceso doloroso, de un examen detenido, escrupuloso, lógico frío en el que la
inteligencia falla casi siempre una negación seca.
Tal es, señores, el proceso del ateísmo en la vida de los pueblos. Sólo llega a surgir
razonado y frío, en pueblos que han llegado a un alto grado de cultura intelectual, pues
sólo en esta condición puede el hombre llegar á sacudirse de las preocupaciones
seculares que han fermentado en su raza; sólo así puede llegar a la conciencia de su
propio valor y de la intensidad de sus fuerzas. Desde luego, aunque en el concepto de los
ortodoxos sea imposible toda moralidad sin el concepto de Dios, es indudable que el
ateísmo, así, como resultado de un desarrollo intelectivo superior, tiene una moralidad
profunda. Primeramente desaparece la sanción religiosa, que como toda sanción no es
sino el apuntalamiento de una moralidad que necesita garantías. Más moralidad hay en
proceder bien, sabiendo que los cielos están vacíos, que cuando se presiente, allá en las
tenebrosidades de ultra-tumba, la faz severa de un juez que compulsa nuestra vida, juzga
y falla la gloria ó la condenación, según los quítales que pesan nuestras acciones en la
balanza de su inexorable justicia. ¿No dirías que la Humanidad era más perfecta desde el
punto de vista de la justicia jurídica, cuando fueran innecesarios los tribunales, los
abogados, los jueces, las cárceles, la policía y los ejércitos permanentes, de los que hoy
no se puede prescindir, para obligar al hombre a que no hinche el colmillo en la propiedad
o en la ventura ajena, para obligar a los pueblos a respetar los fueros de los demás
pueblos? Desapareciendo la sanción religiosa, la limosna y los actos de caridad serán
expresión de la filantropía más pura. No hay premios futuros: las acciones buenas tiene
que ser más laudables, más morales, porque no significaran, ni vagamente, un pago
parcial y adelantado de nuestro alojamiento en el cielo. Por otra parte hay como una
significación moral, como un sentimiento de noble altivez en el hombre, al sentirse hijo de
si mismo, al tener conciencia de que todo lo debe a 8 si mismo, al sentir que puede
trastornar el mundo sin que haya un padre oficiosa que se lo impida; al saber que nada se
le espera detrás del último estertor de la muerte, al sentirse independiente, sin
preocupaciones, sin estremecimientos de terror al calcular las probabilidades de su suerte
ultra-terrena, sin parpadear medroso ante la mirada iracunda de un padre que descarga
en él la responsabilidad de sus propias imperfecciones. Eso debe ser la satisfacción
elevada del polluelo que siente en las alas el vigor suficiente para volar y dejar el nido; la
alegría del hijo al emanciparse de la tutela tenáz de un padre oculto y misterioso. El
hombre así entregado a sus propias energías, haciendo el bien ya que porque a él le
arrastra la naturaleza moral que se ha formado a la sombra de esa religión misma que
abandona, ya porque instintivamente comprenda que el bien es la ley de la

8 Inicio del folio 720 Pág. 9 ídem.


conservación y la perpetuidad de las cosas, realiza, sin las esperanzas de una
remuneración extra-terrestre, mayor moralidad que el creyente.
Todo esto, señores, no es sino en un orden puramente teórico. Perfectamente sé que
no hay ni puede haber (por lo menos en la condición actual de la humanidad) pueblos
ateos; el perfeccionamiento de los hombres es paulatino y desigual: la ola del análisis no
sube al mismo tiempo á los cerebros; mientras una clase llega á las mayores
lucubraciones intelectuales, otra, y es la más numerosa, permanece en la ignorancia
entregada a las rudezas de la lucha activa por la vida, y apegada por educación, hábito o
debilidad, a las preocupaciones; otra gran parte de la humanidad tiende, por
temperamento, a esa sumisión ciega del adepto; otra, eminentemente fantasista, no
puede aceptar la negación seca y tranquila del ateo; otra, desvalida y tímida, busca un
consuelo en esas idealizaciones místicas, viajeros eternos por el desierto de la vida,
sienten redobladas sus fuerzas durante la peregrinación a Damasco con las visiones
placenteras de los mijares religiosos; otra parte de la humanidad sensible, imaginativa,
artística, necesita dar vuelo a la imaginación y solazarse en las altas regiones de la
inspiración con los cuadros místicos y sensacionales de la fe; y por último, el sacerdocio
es el mas activo vestal del fuego divino, como que en sus brasas cuece su alimento.
Todas estas entidades existen y existirán siempre, siempre habrá pueblo y burgueses,
siempre habrá neuróticos y locos, mujeres, poetas, artistas y sacerdotes, que son los
mantenedores de la fe y el espíritu religioso.
Y aunque no fuera así, aunque no existiera una corporación encargada de velar por
la conservación de la fe, es indudable que el ateismo jamás sería popular para dicha de la
civilización, del arte y del perfeccionamiento moral de la humanidad. Desde que el
ateísmo es el último tramo en la escala intelectual, sólo la filosofía puede llegar a él por
las gradaciones paulatinas del análisis; y los pueblos no son filósofos. Que el pueblo
llegara al ateismo significaría un salto violento, en el que derrumbaría bruscamente los
viejos ídolos, arrastrando en ese derrumbamiento su corazón, como el atleta bíblico
sepultaría entre las ruinas del templo su propio ser. ¿Cómo concebir que el ateismo sea
doctrina popular cuando es el pueblo quien más necesita de los ideales religiosos, de las
fantasmagorías de la fe? El pueblo, que no puede llegar a las altas lucubraciones
teológicas y metafísicas, necesita llenar aunque sea con viento el vacío de instrucción
superior; por una dislocación infantil en el orden moral, tiene el corazón ingerido en el
cerebro. Como los niños tienen horror á la oscuridad, al vacío, necesita poblar las noches
de visiones, las horas de descanso con ensoñaciones consoladoras, las treguas de los
placeres materiales con locas lucubraciones religiosas, que jueguen con sus sentidos.
Niño perdido en el desierto de la vida, presiente espantado el abismo negro que se abre
con la tumba, y quiere salvarlo atravesándolo en puentes que forjan los mirajes del miedo
y las exaltaciones del sentimiento y la fantasía desvelados; hay que salvar el abismo,
porque es horrible la oscuridad; instintivamente retrocede 9 espantado ante la idea de
arrojarse de cabeza en la noche negra, sin fin, silenciosa y fría de la anonadación. No,
hay que poner luz, mucha luz, para que no se ennegrezcan nuestras preocupaciones
actuales; hay que poner dicha, mucha dicha, para consolarnos de nuestras actuales
amarguras; es preciso que el mármol del sepulcro sea, No el trampolín en que se da el
9 Inicio del folio 721 Pág. 11 ídem.
salto mortal a la nada, sino el puente blanco entre dos vidas, la triste conocida, y la
inefable y venturosa presentida. Ese pueblo que hace los cuentos de hadas, que cree en
las almas que penan en torno nuestro, que da significado al canto o graznido de las aves
agoreras, que ve una vida extra-natural en las sombras informes de los cuerpos en la
noche, ese pueblo es el que jamás será ateo; para que lo fuera sería necesario que
dejara la sierra, el arado o el martillo y cojiera el libro, abandonara el taller y se absorbiera
en meditaciones abstrusas, dejara de ser soñador y fuera pensador, tuviera el vientre
alegre y la cabeza triste, mas cerebro y menos corazón; en una palabra, que fuera todo
un filósofo, y entonces ¿cuál sería el pueblo en esta refinada república de Plutón, en la
que de rey a vasallos todos tienen las cabezas calvas de tanto meditar en la creación y
en la existencia de las cosas, y concluido con una negación tranquila, después de una
jornada larguísima de disecciones, sutilezas, dudas y análisis? De allí que no pudiendo el
pueblo llegar, por su temperamento exaltado, al ateismo sereno, sea tan peligroso el
ateismo burgués y canallesco, ateismo que es casi siempre revelador de una depravación
moral que busca en la negación la impunidad de los vicios y los crímenes.
0
He aquí la opinión de Mr. Le Bon: (1) 10 “Si fuera posible que las multitudes
aceptaran el ateismo, tendría éste todo el ardor intolerante de un sentimiento religioso y
sus formas exteriores revestiría las apariencia de u culto. La evolución de la pequeña
secta positivista nos suministra una prueba curiosa. Al positivismo le ha acontecido lo que
a ese nihilista cuya historia nos refiere el profundo Dostoiewsky. Iluminado un día por las
luces de la razón, rompió las imágenes de divinidades y santos que adornaban el altar de
una capilla, extinguió la luz de los cirios, y sin perder momento, reemplazo las imágenes
destruidas por las obras de algunos filósofos ateos , tales como Buchner y Moleschott;
después volvió a encender los cirios piadosamente. El objeto de sus creencias religiosas
se había transformado; pero sus sentimientos religiosos ¿puede decirse que
verdaderamente habían cambiado? Tal es lo que sucedería en el espíritu popular en el
momento en que el ateismo se apodera de él. Esencialmente religioso, en la vida pública,
en los hechos prácticos procedería como si no hubiera un Dios para él; es decir:
prescindiría del juez terrible de las acciones humanas, pero en el fondo lo que habría
hecho es añadir á los atributos de ese Dios que no puede expulsar de su alma, los
atributos de injusticia, indiferencia; indolencia, en una palabra la inactividad más
completa, pero la premisa de su existencia la llevaría oculta e inamovible.
Un pueblo ignorante no puede ser ateo: el ateismo es contrario á la naturaleza de las
cosas, rompería bruscamente la evolución gradual del alma popular; es como exigir
frialdad, experiencia, cálculo, gravedad al niño. El ateismo es el resultado de una
profunda meditación, es un fin de fines, la quinta esencia de las lucubraciones
intelectuales en el orden religioso. Ahora bien: como todo ello no puede resultar del
pensamiento popular, solo puede concebirse allí como un medio, y cuando el ateismo es
solo un medio es altamente nocivo e inmoral. El pueblo ateo significaría la ruptura de
todos los vínculos morales, el cataclismo de los respetos, el estallido impune de las
pasiones. Cuando se rompe la jaula de la fe, en que están encerradas esas bestías
feroces que se llaman egoísmo, sensualidad, rencores, instintos sanguinarios, envidias
1
etc, de que es criadero fecundo el alma 11 popular; cuando la sanción religiosa
0
10 (1) Pychologie des foules, par Gustave Le Bon, Paris, 1896.
desaparece, sin que esa desaparición sea el resultado de una alta ascensión del nivel
intelectual y moral de un pueblo, la sanción civil por severa, por rigurosa y enérgica que
sea, es ineficaz para imponer el respeto ageno y amordazar las ferocidades rugientes de
un pueblo desenfrenado. ¿Habría poder humano suficiente para contener el hambre de
riqueza del mendigo, la envidia del pobre ante la bolsa repleta del rico, habría cadena
suficiente para encadenar, tanto en el hombre como en la mujer, la bestia de la lujuria
ante el incentivo de las carnes que se atraen, si la justicia jurídica no estuviera apoyada
en los conceptos morales de una religión? Indudablemente que no, porque esa misma
justicia estaría contaminada con en virus disolvente de la incredulidad. Y no se diga que
la moral es independiente de la religión. Esto es rigurosamente cierto, y nadie mas que
yo, es enemigo de esas torpes confusiones que se acostumbra ha hacer de principios
que coexisten, pero que no están fundidos el uno en el otro en una sola entidad
ontológica. Es rigurosamente cierto en un orden puramente teórico; pero, entrando en el
orden de los hechos reales, os encontrareis que los principios de moral y religión siempre
están unidos íntimamente en el corazón del pueblo de asociaciones misteriosas. Hay así
en los intelectos infantiles fusiones indestructibles, asociaciones inquebrantables, de
elementos, principios y conceptos completamente independientes en un intelectualismo
perfecto: así, por ejemplo ¿por qué se asocia siempre á la idea de Dios la figura de un
rostro venerable de anciano?
El ateísmo de la canalla sería la desilusión de las sociedades, porque, repito, quizá
es más fuerte el respeto á esa justicia misteriosa e inexorable que presiente el pueblo allá
en las alturas, que la justicia civil cuyas manos toscas reobrar en plena luz. Además,
suprimida la sanción religiosa, suprimido al principio procreador de la justicia, el modelo
ideal aceptado por las masas y los legisladores ¿en qué fuentes beberían estos? No por
ciertos en principios puramente intelectuales, porque ellos no existen en el pueblo con el
desarrollo suficiente para crear una moral independiente, ni tiene la fuerza de voluntad
necesaria para respetarle. Tendría el legislador que sujetarse a los caprichos del pueblo,
y todas esas bestias feroces que tienen su madriguera en la carne de los instintos de las
masas populares, estarían sueltas hincando el diente a diestro y siniestro, destruyéndolas
instituciones seculares, sin crear nada sólido, pues nada sólido puede salir del capricho
elevado a ley. L´esquisse d´une mórale sus obligation ni santion de Guyau sería un
ensueño, dada la actual condición de la Humanidad, dada la organización infantil del
pueblo, dados sus apasionamientos, su volubilidad, sus instintos pocos intelectuales y
demasiado sensibles y afectivos. No es preciso ir muy lejos para encontrar ejemplo de lo
pernicioso que es ateismo canallesco. Allí tenemos el ateismo de la Revolución Francesa,
manchándose con todas sus ferocidades más sangrientas y criminales. Se creyó que
podría convertirse la Francia entera en el gabinete de estudio del barón de Holbach,
donde honrados filósofos discutían tranquilos el problema de la existencia divina, y n al
negación más completa de Dios no turbaba la tranquilidad fría de esos nervios
equilibrados, ni las pulsaciones isócronas de esos corazones inalterables. La lección fue
expresiva: el pueblo metido a filósofo ateo fue sanguinario, sensual, injusto y feroz. El
ateismo, que en el cerebro del pensador y del hombre ilustrado es la desnudez casta
vigorizadora y noble, fue perfectamente simbolizado en la Revolución Francesa por una

1
11 Inicio del folio 722 Pág. 13 ídem.
prostituta. Si, eso es el ateismo canallesco, la desnudez infame revolcándose en las
impurezas, las aberraciones y los crímenes. Por haber vuelto Francia a la fe popular, es
que hoy ocupa un lugar prominente entre las naciones progresistas y liberales. La fe,
indudablemente, constituye un principio intenso de sociabilidad, de unión, de fuerza
2
colectiva y expansiva. No así el ateismo que es un principio de 12 aislamiento,
concentración de fuerza que requieren un espíritu suficientemente enérgico,
suficientemente templado para contenerlo y resistirlo, sin que la maquina humana estalle
y se desborde en los horrores de la guerra rencorosa del hombre al hombre; un alto vigor
intelectual, una voluntad serena, educada, obediente, que pueda en nombre de un
utilitarismo moral, profundo, ceñirse á los preceptos de una Etica intelectual, sin
esfuerzos, sin desgarramientos, sin luchas, por una convicción intima de la necesidad de
amar al prójimo, de ser filántropo, sin los halagos de recompensas ulteriores, sin las
responsabilidades consiguientes á la infracción, sin mas perspectiva que un nihil
silencioso y oscuro en medio del misterio de la evolución cosmológica. Limitarse á saber
que en esta activa labor del universo, nada se pierde porque todo se transforma: el
cuerpo del hombre vuelve a ser un ingrediente químico en el laboratorio del cosmos; de
su alma, es decir, de todas esas fuerzas psíquicas que obraron un tiempo en virtud de
una necesaria y determinada combinación de la sustancia, quedará, no una entidad
concreta que sufre ó goza allá en las ignotas regiones de la visión beatifica, sino una
entidad puramente ontológica, constituido por el recuerdo de las obras que en la vida
realizo, quedara el resultado de las energías que puso en juego. Esto para el sabio es
mayor goce, goce mas puro que la contemplación llena de estupor de la faz de Dios, y
que la absorción del ser en la sustancia divina de que hablan los budistas. Por esto,
afirmo, señores, que el ateismo es en el pueblo ignorante y apasionado, una enseña roja
de revolución contra la moral, contra el orden, contra la sociabilidad, contra la vida
intelectual misma, y contra la civilización. Es un manjar pesado que, ingerido en el
cerebro de las masas, trae la destrucción del organismo social. En cambio, entre los
sabios, los pensadores y filósofos, es la enseña de una aristocracia intelectual: allí no
ofrece los peligros de intoxicación; allí al seguir las corrientes tranquilas del razonamiento
analítico, al acariciar severamente la especulación filosófica, al ser Dios una incógnita
imaginaria cuya eliminación en nada turba el problema de la vida, no es peligrosa, no
produce esas sublevaciones, esas tempestades en que se aniquila toda fuerza moral. Allí
el ateismo no es un simple medio de engañarnos a nosotros mismos, para buscar en la
impunidad de la nada la irresponsabilidad de nuestras faltas; no, todo lo contrario, el
ateismo tonifica el espíritu con la conciencia de sus propias fuerzas; lo ennoblece, porque
le hace comprender que nada hay superior a él, que en esa infinita evolución del mundo
desde la eternidad, en esa incansable creación del Cosmos en virtud de las fuerzas
inmanentes y eternas que lo rigen, el espíritu o sea la vida psicológica, es la quinta
esencia, el summun, la floraron mas perfecta y acabada, la cúspide más alta á que ha
llegado la actividad de la Naturaleza. Un espíritu superior cuan humillado ha de sentirse,
que empequeñecido, que miserable al saber que todo su intelectualismo, que toda su
fuerza y energía son una insignificante fracción de la insignificancia comparada con una
sabiduría tan infinitamente superior a la suya, como la inmensidad abrumadora de los

2
12 Inicio del folio 723 Pág. 15 ídem.

"Programa Cybertesis PERÚ - Derechos son del Autor" 11


Filosofía y arte

espacios, al grano leve de polvillo que flota y brilla en un rayo de sol!...


Al lado de este ateismo que, repito, significa una aristocracia intelectual, se puede
considerar ligeramente el ateismo de los necios, que creen llegar a una condición
superior, con la ostentación aparatosa de una falta de fe que no sienten, de una
incredulidad que solo tienen en los labios , y de la que, para atemorizar a los fanáticos y
bienquistarse con los pensadores, creen que la blasfemia ondeando siempre en su boca
es como una patente de pensador y racionalista, y hacen el efecto de aquellos
mercachifles enriquecidos que creen entrar en la nobleza con la compra ruidosa de un
blasón. Hay que desconfiar siempre del ateismo vocinglero: generalmente hay, debajo de
esas apariencias de despreocución, infinidad de supersticiones ridículas y un estado
3
religioso 13 muy inferior, por cierto, a la fe de los creyentes sinceros. Existe más pobreza
de espíritu, más pequeñez de alma y más petulancia en los que niegan sin saber por qué
creen. Si penetraos en la vida interna del creyente os encontrareis con una mitología más
o menos poética, con un conjunto más o menos ilógico y absurdo de ideas religiosas
cosidas las unas á las otras con cierto ingenio candoroso. La fe sabe dar una lógica
especial en la sucesión y casualidad de los principios; allí no encontráis nada repugnante,
nada que rechace vuestro espíritu por que la ignorancia, la absurdidad filosófica, la
mezcolanza de ideas, la explicación mítica de los fenómenos, la fácil adaptación de todos
los hechos con la acción de los seres sobrenaturales, todo eso se ha halla perfumado por
una fe leal: todo lo perdonáis, desde la ignorancia hasta la estupidez, en aras de una
sinceridad que os agrada. Pero entrad en la vida interna de esos pseudos-ateos, y allí os
encontrareis la misma ignorancia, la misma estupidez, la misma necedad, ocultando
vergonzosamente sus miserias bajo el ropaje de una apostacia desleal.
He sostenido que el ateismo no puede ser una religión universal. Esta forma de
expresión quizá os parezca paradójica, pues no hay conciliación entre la negación
rotunda que envuelve el ateísmo y la afirmación fatal que encierra toda idea de religión.
Pero no, señores, no son antitetánicas las ideas de ateismo y religión. Creo, con Mr. Le
Bon, que toda idea, cualquiera que ella sea, que se apodera del pueblo y le sugestiona e
impulsa a obrar, es una idea religiosa.”No se es religioso únicamente-dice Le Bon(1) 14
4
-cuando se adora una divinidad, sino cuando se ponen en juego las energías del
espíritu, todas las sumisiones de la voluntad, todos los ardores del fanatismo, al servicio
de una causa o de un ser qué se hace objeto o guía de los pensamientos y las acciones.”
Y añade:-“La intolerancia y el fanatismo constituyen el cortejo del sentimiento religioso:
son inevitables en los que creen poseer el secreto de la felicidad terrestre o eterna. Estas
dos características las hallamos en toda multitud, cuando una convicción cualquiera las
anima. Los jacobinos del Terror eran tan acendradamente religiosos como los Católicos
de la Inquisición y su cruel ardor tenía origen en la misma fuente.” El ateismo para
apoderarse del alma de las multitudes tendría que prescindir del culto, y esto hace
imposible su generalización. Para los pueblos, para las mujeres para los artistas, es mil
veces preferible un absurdo con formas, con apariencias, que una verdad incontrovertible
que no tiene forma que la de un principio intelectivo. La Humanidad preferiría el culto al
3
13 Inicio del folio 724 Pág. 17 ídem.

4
14 (1) Le Bon. Pychologie des foules.
mal, el culto al diablo de los maniqueos, el satanismo (del que me ocupare más adelante)
a una religión puramente ideológica. La corteza sensible del alma femenina y del alma
popular es difícilmente impresionable para los conceptos secos, descarnados, desnudos;
en cambio, si a lo que fué puro intelectualismo, se le da las formas sensibles, se le viste
con pomposidades vivas, esas mismas almas vibran, se conmueven, se agitan,
convulsionadas, impelidas por una sugestión poderosa. Ejercida en sus nervios. No les
deis á las multitudes, símbolos abstractos, milagros metafísicos, ni santidades meramente
intelectuales, porque ellos dejan frías sus energías negativas y sentimentales. Jamás
tendrá veneración y respeto por un símbolo de la Humanidad que sustituyera a Jesús,
Jamás atraerá su admiración como milagro, la fusión de dos ideas abstractas,
antagónicas, en una entidad, por ejemplo lo finito y lo infinito; jamás Kant será un santo, a
pesar de su gran inteligencia y del bien que hizo a la filosofía con su criticismo luminoso.
El Nazareno sufriendo dolores horribles en la cruz, el milagro de los cinco panes, y
Domingo de Guzmán matando Albigenses en la fiebre de su histerismo religioso, todo eso
5
que tiene formas vivas, calientes y palpitantes, hace vibrar el alma de los 15 pueblos en
un culto lleno de visiones que toman la forma de una ideal reproducción más o menos
convencional en el rito.
Suprimido el rito queda suprimida la religión en los espíritus sentimentales. En un
principio, el rito Cristiano se redujo a una simple reunión de fieles que se consagraban
para hacer en común la oración. Después fue renuandose el espíritu cristiano, no bastaba
la reunión severa de catecúmenos, era necesario constituir una frane-masonería, con sus
frases misteriosas y sus signos de reconocimiento. Luego no bastó esto: eran precisas
las ceremonias públicas, vinieron los templos suntuosos, los santos, las pompas, la
intrusión aparatosa en todos los actos de la vida civil y privada: en una palabra la
complicación del culto, que se “hace estético” como dice Guyau que acude a todas las
artes para ser “ más simbólico y expresivo” “ esto es lo que le hace durable” “Pileiderer,
en su filosofía de la Religión ha demostrado que lo que domina en el culto es el elemento
dramático, la dramatización de alguna escena mitológica o legendaria. Principalmente
entre los arios es que predomina este elemento, los arios tenían amor a los grandes
epopeyas y a los y a los grandes dramas, los semitas son mas bien líricos; de ahí la
importancia que adquiere entre ellos el profetismo.
El elemento dramático es visible en ciertas ceremonias simbólicas del judaísmo y del
cristianismo, la misa ha sido en otro tiempo un verdadero drama de la pasión en el que
los espectadores eran al mismo tiempo actores. Las procesiones semi-cristianas, tienen
aun, para las multitudes, el atractivo de decoraciones de ópera. La comunión de los fieles
6
es una dramatización de la Cena.”(1) 16
Si tan íntimamente unidos están el sentido religioso y el sentido estético en los
pueblos, siendo el culto la estética de la religión, es imposible que subsistan las religiones
sin ritos, fuera del cenáculo de los intelectuales, y con más razón el ateismo que
prescinde lógicamente de todo culto desde que prescinde de Dios mismo. Pero—se

5
15 Inicio del folio 725 Pág. 19 ídem.

6
16 (1) Guyau. L’ irreligión des …..

"Programa Cybertesis PERÚ - Derechos son del Autor" 13


podría decir—puede haber un ateismo formulista que tuviera sus ritos, no para adorar a
Dios, sino para honrar a los grandes hombres, que tuviera sus símbolos, convencionales
es cierto, pero que al fin, como ha sucedido siempre, se llegarían a apoderar del alma del
pueblo. El positivismo, por ejemplo, ha hecho de la humanidad un grandioso símbolo y
tributa una especie de culto a la memoria de los grandes hombres sustituyendo así, en su
calendario, con el nombre de ellos el de los santos del cristianismo. De este modo podría
llegarse al culto sin la religión, quedando así satisfecha la necesidad estética de los
pueblos. —Creo que tal cosa jamás podría realizarse, porque requeriría un alto grado de
intelectualismo para que se pudiera hacer le deslinde prefecto de lo que pertenece a un
orden puramente especulativo y lo que corresponde á la sensibilidad ó sensualismo de
las multitudes. Seria imposible que un pueblo, en el orden de las ideas, llegara á la
conclusión de la no existencia de Dios, y en orden de la vida pública realizara un culto
que no satisfacía á necesidad religiosa alguna. Extinguido el ideal religioso, el culto es un
convencionalismo vació e innecesario, y nadie más refractario a los convencionalismos
que el pueblo. Por eso le tachamos de inculto y soez; y es que el pueblo, con menos
fuerza de voluntad fría para adaptarse a las formulas sociales y á los convencionalismos
de la vida culta, tiene un vocabulario escasísimo para expresar las falsas delicadezas y
los disimulos corteses de que hacen tanto gasto las gentes educadas; en cambio, las
palabras rudas y vibrantes para la alegría, y las brutales y enérgicas para la cólera, el
insulto y el escarnio, abundan en su leguaje. Si esa hipocresía discreta de la vida social
es inadaptable a la corteza grosera de las multitudes, con mas razón lo seria á un culto
7
que no expresara una viva idea religiosa, que solo fuera 17 una necesidad creada por el
espíritu educado de sabios y filósofos.
El ateismo, pues, dada la condición actual de la Humanidad, está lejos de
popularizarse. No es esto decir que el catolicismo este muy arraigado en el espíritu
moderno; al contrario, nunca ha estado la fe católica en mas peligro que hoy por los
ataques del volterianismo, con la especulaciones archi-filosóficas de Kant, con las
lucubraciones desconsoladoras del pesimismo, con los nuevos puntos de vista de la
filosofía positiva; pero el peligro ha sido en las clases intelectuales á donde han llegado
los fulgores reveladores de la ciencia. Las multitudes han permanecido en la penumbra
fantástica de la fe, y apenas si una que otra carcajada burlona, uno que otro libro de
popularización y los extravíos de los encargados de mantener el fuego del ara, han
logrado hacer nacer en su espíritu los gérmenes de la duda y la desconfianza, e iniciarle
el gusto por las picaras travesuras del diletantismo herético. Repito, seria necesario hacer
al pueblo mas intelectual para que le ateismo echara en su cerebro sólidos brotes. Al
contrario, sea el cansancio de la razas producido por el desgate de muchos siglos, sea
que el alcohol, el tabaco, el opio y los demás excitantes de que se hace consumo
creciente, hayan irritado la sensibilidad de los nervios poniéndonos á todos en estados
mas o menos morbosos, lo cierto es que hoy hay un acrecimiento de sensibilidad que
aleja á los hombres del ateismo, conduciéndolos mas bien, como en una reacción contra
la ciencia actual, á las aberraciones de la fe espoleada por la duda. Una de estas
aberraciones es el satanismo.
II
7
17 Inicio del folio 726 Pág. 21 ídem.
Hablar de satanismo, aquí, en donde ni la raza, ni la educación, ni la juventud de los
pueblos americanos, permite que nos formemos un juicio exacto de él, ni comprender su
verdadero valor moral ni su significación intima, es ocioso! Sin embargo, esta aberración
del sentido religioso, que consiste en el culto del diablo y en la solicitud de su auxilio, no
ha sido extraña en estos países, principalmente en la época colonial. Puede decirse que
el cincuenta por ciento de los autos de fe que celebró la Inquisición versaron sobre
causas de brujería y satanismo. Hoy mismo, y quizá si por causa de la corriente de
curiosidad y duda que envuelve los espíritus, no faltan casos ocultos de satanismo bajo la
capa del espiritismo, esto prescindiendo de la charlatanería de las viejas agoreras; pero
son escasos. Los que creen aquí a pie juntillas en la existencia real y en la fuerza visible
del diablo son las personas más ignorantes del pueblo; en las clases media y alta que
blasonan de cierta ilustración, de cierta aristocracia intelectual y positivista, hay por lo
menos las apariencias de una incredulidad de buen gusto, desde luego, no muy sincera;
es en ellas en donde el psicólogo puede encontrar algunos casos raros, pero dignos de
estudio. En la vieja Lutecia, si, es el satanismo; u ocultismo una institución formada, con
templos, con innúmeros adeptos, con cultos y ceremonias, á las que acuden los
prosélitos animados de verdadera fe, o mejor dicho, de verdadera neurosis. Allí parece
que los hombres, y más que los hombres, las mujeres procuraran salvarse en esta
marejada de las creencias, acogiéndose a las viejas aberraciones y preocupaciones
religiosas: es preferible creer en algo a no creer en nada o a no saber que creer. ¿Qué
8
hacer, cuando Dios parece que no se ocupara del 18 mundo, cuando la Virgen Maria no
intercede por nos ante su Divino Hijo, cuando los santos parece que, sumidos en la
egoísta dicha de la visión beatifica, nos volvieran las espaldas, y no oyeran nuestros
gritos de angustia, y no vieran nuestros rebatimientos de desesperación, y se burlaran de
nuestros anhelos de felicidad? ¿Nos resignaremos á que nuestros esfuerzos para
alcanzarla sean estériles a que la marcha de los acontecimientos y de la vida sigan la ley
inexorable y silenciosa que siguen los astros en su ruta curvilínea por el abismo? ¿Habrá
una fuerza o entidad, independiente de ese Dios sordo y ciego, que pueda alterar ese
deslizamiento de la vida en los rieles de la fatalidad? Si le hay, si Dios no nos oye, si no
llegan a los cielos nuestros dolores y aspiraciones, si solo es un fatalismo mecánico o una
casualidad demente lo que rige el curso normal de la vida ¿Por qué no tocar en la
estancia del diablo y decirle: “Tú que reinas también en la vida, tu que eres el padre de
los placeres, tu que puedes alterar la marcha de las cosas, tu que eres también
omnipotente, auxílianos, ya que Dios no nos oye!. . . .” Indudablemente, señores, que
este es le proceso intimo que sigue el satanismo, para caer al fin en todas las
extravagancias, obsesiones, rituales, irritaciones de sensualidad y perversiones morbosas
que son ya obra de una neurosis violenta mas que de un intelectualismo filosófico.
Principia el satanismo en un razonamiento provocado por el dolor ó la curiosidad, y acaba
en una crisis nerviosa. No recurren al Diablo los ateos y los materialistas; no recurren al
Diablo los que saben que la mecánica del Universo físico, así como la del moral, se funda
en un engranaje de causas y efectos, de selecciones incansables, de agotamientos y
resurrecciones de las fuerzas; no recurren al Diablo los que saben que en la lucha por la
vida no hay Dios ni Diablo que puedan alterar la ley de

8
18 Inicio del folio 727 Pág. 23 ídem.
que los débiles deben alimentar el vientre de dos fuertes y que solo escalan las cumbres
los dotados de fuerza física, intelectual o de carácter. Y como este positivismo brutal es
desconsolador, no solo para las multitudes, agolpadas en las faldas de la escabrosa
montaña de la vida, sino que lo es para la fantasía del artista y á imaginación femenina,
se hace necesario crear aquello que no se tiene; se hace necesario idealizar, llevar el
espíritu a regiones fantásticas, a los países misteriosos de la ilusión, sea hermosa u
horrible, sea divina o diabólica, pero siempre lejos de ese abismo en cuyo fondo no hay
sino unas cuantas leyes generales que se desenvuelven con inexorable frialdad; es
necesario alocarse, ensordecerse con el bullicio que forman esas creaciones
imaginativas, que violentan los nervios hasta la enfermedad, porque ellas son preferibles
a ese impasible silencio de las leyes que no hablan pero obran. Por eso el creyente, al
encontrarse con que la vida, arrastra por leyes inalterables sigue su curso, sin
preocuparse de sus angustias, de sus gritos de desesperación, sin darle gusto cuando le
pide que desvíe un poquito su camino y satisfaga sus ensueños y ambiciones; cree que
es Dios el que esta sordo, y recurre al Diablo que quizás tenga mejor el oído. El fanatismo
divino es el que mas directamente conduce al fanatismo satánico. Los poseídos de la
Edad Media, en su mayoría, han sido frailes o monjas. Puede decirse que el cristianismo
con su concepción del Diablo y su noción del pecado fundad, mas que en la libertad y en
la índole personal de los hombres, en la acción de espíritus malignos, ha hecho de todo
creyente un maniqueo. En vano han sido las persecuciones á esta herejía, porque ella
existe necesariamente en germen, más que en germen, completamente desarrollada en
el cuerpo mismo de la fe cristiana. Todo creyente es maniqueo, y de allí no se esta sino a
un paso del satanismo.
Desde luego ante la ciencia medica el satanismo, clarividencia, magia, espiritismo y
todos esos estados psico-fisiológicos, en que juega un gran papel lo sobrenatural, no son
sino casos patológicos, verdaderos estados mórbidos de excitación cerebral propios de
9
temperamentos 19 nerviosos: casos de encéfalo-neurastenia.
La magia y el y el diabolismo han dado tema para multitud de libros como la
Operatione daemonium de Lancre, las Disquitiones magice del jesuita Martín del Río muy
consultado antiguamente por los nigromantes. De locis infestis daemonorum por el P.
Thireo, la Demonologia de Bodin, el Libro de las maravillas del mundo, los libros de Porta
y Nostradamus, el Arte cabalística del portugués Mascarenhas, la Filosofía oculta de
Rodríguez, el Diccionario Infernal, Los Espíritus de Mirville, Practicas y costumbres de los
demonios de Mousseaux, y tantos más que cansaría vuestra atención; esto fuera de la
infinidad de libros teológicos y místicos, de las vidas de santos en que se refieren
largamente los procedimientos para ponerse en relación con los malos espíritus y atraer
su protección. Respecto á las personas que han practicado las ciencias ocultas, la lista
seria interminable. Son celebres los nombre de Enguerrando de Mariguy, Picatrix, Lord
Soulis, Michel Scot, Jacques Jodot, Jacques Dulot, Pavito, Jean de Bar y sobre todo el
prototipo de Barbazul, el abominable Pilles de Laval, Mariscal de Rez, quemado en 1440,
quien, de acuerdo con un satanista florentino llamado Prelati, mezclaba la nigromancia y
la magia á horribles asesinatos y crímenes contra la naturaleza, en sus castillos se
Machecul y Champroce, en Bretaña.
9
19 Inicio del folio 728 Pág. 25 ídem.
“Ya en el siglo XV el satanismo había tomado grandes proporciones. Conocidos son
en el siglo XVI los pactos demoníacos de Catalina de Medicis y los Valois, el proceso de
Jean de Vaulx, las requizas de Sprenger y Lancre, esos doctos inquisidores que hicieron
quemar millares de brujos y demoniacos. El sacerdote Benedictus que tenía relaciones
con la diablesa Armellina. . En el siglo XVII los procesos de brujería y satanismo de
multiplican; los casos ya son no solo aislados sino de instituciones: muy conocida es, en
la Historia, el proceso de las de las poseídas de Loudun.”
“Cierto abad Guibourg era una especialidad en la misa negra. Guibourg celebro
muchas de estas misas ante Mnes de Montespan, de Argenson y de Saint-Pont, y ante el
Gran Rey. El ritual de estas misa era atroz: se cojia á un niño, se le quemaba en un horno
y se guardaban sus cenizas; se degollaba a otro niño, y se guardaban sus cenizas; se
degollaba á otro niño, y con su sangre y las cenizas de aquel se hacia una pasta: tal era
la materia del Sacramento. ”
“...........La voz del septena de 1843 refiere que, durante 25 años, había en Agen una
sociedad satánica que no dejo de celebrar misas negras, é hizo en ese tiempo el gasto de
3320 hostias robadas por las mujeres que comulgaban en las iglesias cristianas”
“La más vasta de estas sociedades, cuya fundación remonta al año 1855, es la
sociedad de los Retheurgistas Optimatos. Esta sociedad existe en América, y fue dirigida
un tiempo por Longfellow, quien se titulaba Gran Sacerdote del Nuevo Magismo
Evocador: ha tenido la sociedad ramificaciones en Francia, Italia, Alemania, Rusia,
Austria y hasta en Turquía.”
“Fuera de asociaciones universales y las asambleas locales, los casos aislados
abunden. Hace algunos años murió en al penitencia un conde Lautrec, que hacia
donaciones á las iglesias de estatuas piadosas que maleficiaba para satanizar a los
fieles”. . .
. . . “En fin se puede citar un caso muy curioso de posesión: es el de Cantianille que,
en 1865 conmovió no solo la ciudad de Auxerre sino toda la diócesis de Sens. Cantianille
fue perjudicada (violée) por un sacerdote que la inicio en el diabolismo. Este sacerdote, á
su vez, había sido corrompido por otro que formaba parte de una secta de poseídos
creada en al noche misma en que se guillotino a Luís XVI. Lo que pasó en el convento en
que estaba Cantianille con las muchas monjas que se asociaron a sus demencias
sacrílegas, es semejante a lo que se descubrió en los procesos seguidos, antaño, a las
poseídas de Loudun Cantianille fue exorcizada por un sacerdote de la diócesis, Thorey,
0
que parece no pudo resistir y se hizo también satánico 20 . Pronto fueron en Auxerre
tales los escándalos y las crisis diabólicas, que el obispo intervino. Cantianille fue
expulsada del país, Thorey castigado y el asunto pasó a Roma. Lo mas curioso es que el
obispo se aterro tanto con lo que había visto, que dimitió, se retiró Fontainebleau, y murió
allí del espanto dos años después.”
. . . . . .”La misma sacrílega, los maleficios y el sucubato constituyen la quinta esencia
del satanismo.”
Estas noticias las he tomado de un libro muy extraño, La Bas, y muchas de ellas las
0
20 Inicio del folio 729 Pág. 27 ídem.
he visto comprobadas en libros religiosos que versan sobre esta materias, como la
Practica de conjurar del padre Luís de la Concepción, la Practica de exorcistas y
ministros de la Iglesia del P. Benito Remigio (Madrid, 1666), y otros muchos que tengo a
la vista.
El estudio de todas estas aberraciones del sentido religioso (que Guyau niega y
sustituye con el sentido filosófico y moral) es de lo más entretenido. Si no temiera
fatigaros, os hablaría de los estudios tan típicos que hacen de los demonios, de su
naturaleza, poder, modo de relacionarse con ellos, expulsarlos, distinguirlos, halagarlos,
seducirlos, etc, los libros citados. Casos muy curiosos sobre estas materias contienen
también los libros El Ente Dilucidado del P.A. Fuente la Peña, Milicia espiritual del P.
Andrade, El discernimiento de los Espíritus, El Anticristo, Ceremonias de la Misa y
Prosapia de Cristo.
Sobre la misa negra, no puedo resistir al deseo de traducir los párrafos de La Bas
que tratan de esta ceremonia. He aquí como describe Huysmans la misa negra moderna,
tal como la celebran hoy los iniciados en el diabolismo:
. . . “Un niño de coro, vestido de rojo, avanzó al fondo de la capilla y encendió una
hilera de cirios. Entonces Aparicio el altar, un altar corriente de iglesia, que soportaba un
tabernáculo, y encima del cual se dibujaba la figura de un Cristo, irrisorio, infame. Se le
había levantado la cabeza, alargado el cuello y pintado pliegues en las mejillas, lo que
trocaba su faz dolorosa en un rostro contraído por una riza innoble. Estaba desnudo. . .
Delante del tabernáculo un cáliz cubierto por el palio; el monago sacudía el paño del altar,
agitaba la cintura, se paraba en pie como para volar, y se subía encima de los querubines
con el pretexto de alcanzar a poner unos cirios negros cuyo olor a pez y betún se
mezclaba á las pestilencias sofocantes de la pieza. Después otro monago, más odioso
aun, apareció. Extenuado, carcomido por la tos, el rostro reparado con afeites de carmín
y blanco grasiento, cojeaba cantando en voz baja. Aproximó los trípodes que estaban a
los lados del altar, removió las brasas y espolvoreo resina, hojas de ruda, beleño,
solanáceas secas y mirra, que son los perfumes agradables a Satanás, Precedido de
otros dos monagos, cubierto de un bonete de escarlata, del que se desprendían dos
cuernos rojos de bisonte, entró el canónigo. Se inclinó solemnemente ante el altar, subió
las gradas y comenzó la misa. Baja los vestidos del sacrificio, estaba desnudo. La casulla
tenia la forma ordinaria de las casullas, pero era de un rojo sombrio de sangre seca y, en
el medio, en un triangulo, rodeado de una vegetación de sabinas y euforbias, una cabeza
de macho cabrio negro presentaba los cuernos. El canónigo hizo las genuflexiones e
inclinaciones ordenadas por el ritual; los monagos, de rodillas, declamaban los responsos
latinos con una voz cristalina que cantaba al fin de las palabras. Al cabo de un momento
los monagos pasaron detrás del altar, y sacaron, el uno braseros de cobre, y el otro
incensarios que distribuyeron entre los asistentes. Todas las mujeres se envolvieron en
humo; algunas mujeres acercaron ávidas las cabezas a los braseros para aspirar el olor a
plena nariz, y después, desfallecidas, se desabrocharon el pecho, lanzando suspiros
roncos.
“Entonces el sacrificio se interrumpió un momento: el sacerdote bajo las gradas, de
espaldas, se arrodilló en la última, y con voz trepidante y aguda, gritó:
1
“---Señor de los Escándalos, Dispensador de los beneficios 21 del crimen,
Intendente de los suntuosos pecados y de los grandes vicios. Batan, es á ti á quien
adoramos, Dios lógico, Dios justo. Legado admirable de las falsas angustias, tú acoges la
mendicidad de nuestras lágrimas, tú salvas el honor de las familias por el aborto de los
vientres fecundados en los olvidos de las buenas crisis, tú insinúas al apresuramiento del
mal parto á las madres, y ahorras así el dolor de la vida y las angustias de la vejez a los
niños que mueren antes de nacer.
“Sostén del pobre exasperado. Cordial de los vencidos, eres tu quien les dota de
hipocresía, ingratitud y orgullo, a fin de que puedan defenderse contra los ataques de los
hijos de Dios, los ricos. Soberano del menosprecio, Contador de humillaciones, Teniente
de los odios guardados, tu solo fertilizas el cerebro de los hombres que la injusticia
aplasta; tu le inspiras las ideas de venganzas preparadas, de fechorías seguras; le incitas
a los asesinatos, le das la exuberante alegría de las represalias, la hermosa embriaguez
de los suplicios y las lagrimas que causa.”
“Esperanza de las virilidades, Angustia de las matrices vacías, Satán, tú no exiges
las inútiles pruebas de los riñones castos, no te halagan las demencias de las cuaresmas,
solo recibes las suplicas carnales y los ruegos de los pobres concupiscentes. Tú
determinas a la madre a vender a su hija, a ceder a su hijo; tú ayudas los amores
estériles reprobados. Tutor de las estridentes Neurosis, Torre de plomo de la Histeria,
Vaso ensangrentado de las Violaciones! .”
“Señor, tus fieles creyentes, de rodillas te imploran. Ellos te suplican que les
asegures la alegría de sus delectaciones que la justicia ignora; te suplican les ayudes en
los maleficios, cuyas huellas desconocidas desvían la razón del hombre: en fin te piden
gloria, riqueza, poder, a ti el Rey de los desheredados, a ti el Hijo expulsado por el Padre
inexorable”
“Después el canónigo se levanto, y dirigiéndose al Cristo vocifero con voz clara y
rencorosa:
“ Y tu, tu, a quien en mi calidad de sacerdote te obligo, quieras que no, á bajar á
esta Hostia, á encarnarte en este Pan, Jesús artesano de supercherías, ladrón de
homenajes, ratero de afectos, escucha. Desde el día en que surgiste de las extrañas de
una Virgen has faltado á tus ofrecimientos, mentido a tus promesas; los siglos han
sollozado esperando las ciumplieras, Dios prófugo y mudo! Debías redimir a los hombres
y nada has redimido; debías interceder por nos en la gloria, y te has dormido. “Espera,
ten paciencia, sufre, el Hospital de las almas te recibirá, los ángeles te asistirán y el cielo
se abrirá.” Impostor! Sabes bien que los ángeles disgustados de tu inercia se alejan.
Debías ser el Portador de nuestras plegarias, el Chambelán de nuestros llantos, el
Conductor de nuestras quejas y angustias ante el Padre, pero no lo has hecho, porque
sin duda esta intercesión turbada tu sueño de Eternidad hipócrita.”
“Has olvidado esa pobreza que predicabas, vasallo enamorado de la Banca; has
visto bajo la presión del agio triturarse a los débiles, has oído el hipo de los infelices,
baldados por el hambre, y de las mujeres, echando los bofes por un pedazo de pan, y has
hecho responder por la cancelaría de tus simoniacos, por tus representantes de
comercio, por tus Papas, con excusas dilatorias, con promesas evasivas, curial de

1
21 Inicio del folio 730 Pág. 29 ídem.
Filosofía y arte

sacristía, Dios de negocios.”


“Monstruo, cuya inconcebible ferocidad engendró la vida y la infligió a inocentes, á
quienes condenan en nombre de no se sabe que pecado original, que osas castigar en
virtud de no se sabe que cláusulas; querríamos hacerte confesar tus impudentes
mentiras, tus inexplicables crímenes, querríamos golpear tus clavos; apoyarnos sobre tus
espinas, hacer correr de nuevo la sangre dolorosa de los bordes de tus llagas secas”
“Y eso lo podemos y vamos a hacerlo, violando la quietud de tu cuerpo, Profanador
de los amplios vicios, Nazareno maldito, Rey holgazán, Dios infame”. . . .
2
“- -Amen! 22 Contestaron las voces cristalinas de los monaguillos.”
“Después de este torrente de blasfemias, insultos a inmundicias, siguió un momento
de silencio. La capilla se esfumaba entre el humo de los incensarios. Las mujeres, hasta
entonces taciturnas, se agitaron, cuando el canónigo volviéndose á ellas las bendijo con
la mano izquierda. Súbitamente los monagos tocaron las campanillas. Esta fue la señal;
las mujeres se arrojaron al suelo y rodaron; una parecía movida por un resorte, se tiró al
suelo sobre el vientre y azoto el aire con sus piernas; otra, acometida súbitamente de un
estrabismo horrible, cloqueo, después, de quedo afónica con la mandíbula abierta y la
lengua doblada, con la punta pegada al paladar; otra, hinchada, lívida, las pupilas
dilatadas, torció la cabeza hacia las espaldas, la enderezo bruscamente y se arañaba
delirante el cuello con las uñas. ”
“. . Como un viento de locura sacudía la sala; al aura de la gran histeria siguió al
sacrilegio y se apodero de las mujeres. ”
“Cuando acabo la ceremonia infame y quedo en sombras la capilla, una niña que no
se había movido, se coloco en cuatro pies en el suelo y se puso, como una perra, á aullar
á la Muerte.”
Los que hayan leído algo de Medicina legal y los estudios antropológicos de Tardieu,
Matta, Lombroso. Despine y de las escuelas positivistas criminológicas, comprenderán
que no son estas paginas que acabo de copiar, (haciendo las supresiones que la
decencia académica exige) un simple derroche de la imaginación de Huysmans. Mayores
depravaciones y horrores he leído, que han sido comprobados, ya en las clínicas, ya en
los procesos. Nada es inventado en el sugestivo romance de Huysmans.
Podrán estas blasfemias y aberraciones religiosas ser, no una desviación del sentido
religioso, sino una superchería de algunos explotadores de la credulidad humana; una
débil evolución de la Humanidad, que busca en las regiones diabólicas la satisfacción de
ambiciones nunca contentas; podrán no tener la trascendencia filosófica que el psicólogo
cree encontrar; podrán por ultimo ser simples locuras, simples desarreglos orgánicos,
manifestaciones de un histerismo sensual, o de una neurosis aguda; pero lo cierto es que
ellas refluyen poderosamente sobre la vida psíquica de las multitudes. Si, señores, los
nervios son el alma del alma: en ellos encontrareis la llave de muchos acontecimientos
políticos, artísticos, filosóficos y religiosos. El Paraguay, por ejemplo, fue durante muchos
años un mecanismo, cuyo motor era el mórbido sistema nervioso de un histérico

22 2
Inicio del folio 731 Pág. 31
ídem.
"Programa Cybertesis PERÚ - Derechos son del Autor"
20
visionario: el dictador Francia. ¿Nervios sanos?, pues allí tenéis la fe siguiendo ya en el
sabio, ya en el ignorante, una marcha tranquila sin sacudirlas, paralela del camino
tranquilo también de la razón. De allí surge la filosofía de los Descartes, Spinoza,
Spencer y Darwin; surge el libre examen en religión; surge la poesía robusta de
Shakespeare, Cervantes, Hugo y Zola. ¿Nervios finos, sensibles, próximos a la
enfermedad? ¿Pues allí tenéis la fe desviándose algo para sumergirse en las demencias
poetisas de la imaginación; tenéis las fantasmagorías del dogma católico; tenéis la
filosofía optimista de Leibnitz; la de Rousseau, sedienta de la vida primitiva, en cuya
sencillas formas encuentra la salvación de la Humanidad; la de Kant, esfuerzo gigantesco
para encontrar, en lo mas recóndito del espíritu, la verdad de las representaciones
intelectuales y de las cosas mismas; tenéis á Hegel internándose en las nebulosas
regiones de un panteísmo metafísico idealista; en el arte tenéis a Goethe, a Lecomte, a
Flaubert. Nervios violentos, excitables, enfermos? pues tenéis á Pascal angustiado,
creando y demoliendo con la incansable inquietud de un filosofo que sabe que el mundo
es digno de admiración o de desprecio, y no puede adaptarse ni á uno ni á otro;
Shopenhauer, tétrico y amargo, arrastrando en pos de si á dos generaciones de
3
escépticos y desengañados que ven en su libro la Biblia del infortunio y del 23 mal;
tenéis a los Verlaine, a los Gancourt, a los artistas nuevos en el Arte; tenéis en la fe las
aberraciones mas aterradoras y ese satanismo de que acabo de hablaros.
Ahora bien: en donde esta la verdad religiosa, el verdadero concepto filosófico de la
vida, la legitima belleza poética? En todas partes, señores. Colocadas en el centro mismo
de la vida psíquica parten de ellas radios en todas direcciones. Si, señores; la belleza y la
verdad son centros á los que se llega por todos los caminos, tanto por la vía recta que
sigue un espíritu sano, como por la ruta torcida por la que se encaminan las almas
enfermas y las razas degeneradas: no se puede crear un absurdo tan completo que no
encierre algo de verdad, ni existe algo en el Arte que sea desprovisto en lo absoluto de
belleza, ni se pude realizar una acción tan mala, tan depravada, tan criminal, que no deje
brillar siquiera un punto de bondad.
III
En el Arte, el ateismo ha producido poco. La negación, como he dicho antes, es poco
fecunda. Las obras de la imaginación necesitan e una base real o imaginaria, cuya
solidez se funda no tanto en su valor metafísico, cuando en el valor subjetivo que
adquiere por el papel que desempeñan en nuestra vida interna. El poeta Lucrecio fue uno
de los primeros artistas del paganismo que se rió de los dioses y de la ficción mitológica,
en su profundo poema De rerum naturae. ¿A que hablaros de este poema, cuya belleza e
importancia habréis podido apreciar perfectamente, reconociendo el gran ingenio y la
poderosa intuición de Lucrecio que se adelantó en algunos conceptos científicos a
Newton y a otros sabios prestigiosos de la ciencia moderna?
Feuerbach y los enciclopedistas franceses provocaron en el espíritu una sublevación
ateísta, que tuvo también sus escritores artistas: Diderot, apasionado y audaz;
D’Alembert, profundo y reflexivo; Voltaire, acerado, sarcástico, burlón, dotado de un alma
eminentemente artista, que puso al servicio de la incredulidad. En puridad de la verdad,
23 3
Inicio del folio 732 Pág. 33 ídem.
Filosofía y arte

puede decirse que ninguno de estos escritores fue abiertamente ateo. Así Voltaire
consideraba al ateismo y el fanatismo como dos calamidades del espíritu, siendo la
segunda más detestable.
Después en estos tiempos, un poeta ha trasladado a los versos ese espíritu de
hostilidad al cielo, y es Richepin, cuyas Blasfemias horrorizan a los poetas cristianos. Más
fecundo han sido el satanismo, la magia y el ocultismo en obras artisticas, sugestivas.
Debo advertir que muchos de los escritores que han espigado en el campo rojo del
diabolismo, que se han deleitado entregándose a la inspiración macabrita y
abracadabrante, lo han hecho sin que ello interese profundamente su fe y el concepto
religioso de su alma. Algunos han cantado con el mismo entusiasmo a Jesús y a la Virgen
que al Demonio.
Entre los cantores del diablo, Carducci hizo furor un tiempo con su Himno a Satán, lo
que le valió algunos disgustos. Carducci tenía un odio profundo por la religión cristiana,
que había hostilizado tanto a su padre por pertenecer a la masonería, y que le envolvía a
él en esa persecución. Inspirada en este himno es la poesía del insigne Baudelaire,
titulada: Letanías a Satán. Baudelaire peise a Nurdau, es un poeta de inspiración
verdaderamente artística: comprendió que en la maldad, que en todo aquello que
repugna a la vulgaridad, hay una belleza enterrada que podrá ser aterradora, que podrá
4
ser mórbida, pero que al fin es una 24 belleza capaz de producir la emoción estética: se
dedico á desentrañarla y logró, como dijeron Vicfrisson. Entonces surgió de su
temperamento, eminentemente nervioso, esa floración de adelfas que llamo Flores del
Mal. Macábrico satanista y exótico, es el padre intelectual de la nueva raza de escritores
que se ha apoderado del Arte, con las banderas de la rebelión desplegadas y ondeando
al viento de histeria y de neurosis que sopla en el espíritu moderno. A su vez,
intelectualmente, Baudelaire fue hijo del americano Edgard Poe, quien tuvo el mismo
espíritu, sólo que él varió algo al combinarse con la sangre latina.
Rollinat, poeta de menos vuelo, de una visión más caprichosa y al mismo tiempo más
limitada, está considerado también en la lista de los poetas satánicos. Para Max Nourdau,
Rollinat no pasa de la categoría de un imbecil. Rollinat más que por las regiones de los
diabolismos y la ciencia oculta, pasea su musa por entre los bosques de cipreses
funerarios, entre las tumbas, celebrando orgías macábricas á la luz de fuegos fatuos, y en
que es anfitriona Mille. Espuelette.
Satánica, no en el sentido de la fe sino como apologista de las voluptuosidades del
mal, y de esas depravaciones sexuales que constituyen el lado impúdico y enfermizo del
satanismo, es Mme.Ratchilde, novelista francesa de gran renombre. Virgen de cuerpo y
alma, tenía la intuición de las aberraciones y extravíos del amor, como si fuera ella el fruto
de un incubato misterioso, del que hubiera sacado en las venas el virus del amor vedado.
Hoy es una ejemplar madre de familia, sin que eso obste para siga escribiendo sus
novelas pérfidas.
Más que ellos, el que ha hecho un verdadero estudio del satanismo e inspirándose
en él para escribir una de las novelas más sugestivas y extrañas, es Huysmans, el autor

"Programa Cybertesis PERÚ - Derechos son del Autor" 23


de A Rebours y de La Bas. Este último estudio sumerge al lector en un mundo
completamente nuevo, en el que se ve agitarse, como en una clínica psicológica,
enfermos de la fe en las contorsiones diabólicas de la posesión. Lo que todos hemos
leído con sonrisas de incredulidad, lo que todos hemos considerado como casos raros y
antiquísimos de una locura sin importancia ni trascendencia en la vida normal de la
Humanidad, lo que sólo hemos visto como leyendas de fanatismos pasados, como
consejos de abuelas chochas, o como cuentos de nodrizas regañonas, palpita allí con
una realidad y con actualidad aterradoras, que denuncian un alarmante estado nervioso
en la Humanidad. Si fuéramos solamente á juzgar por los datos de esta novela (datos
todos comprobados perfectamente) pecaríamos de soñadores y poetas que nos
dejábamos arrastrar por los caprichos de una imaginación poderosa, como la de
Huysmans; pero nó; nos acompañan para nuestros juicios una infinidad de libros médicos
Hay una infinidad de procesos extraños, y a cada rato publican los periódicos narraciones
de hechos en que juegan gran papel el exoterismo de los neo-místicos, los fenómenos de
espiritismo, sugestión, hipnotismo y todas esas ciencias aun tímidas y misteriosas que
seducen á los temperamentos enfermos . . . Diariamente salen libros nuevos sobre
espiritismo, isismo, diabolismo etc.; diariamente se fundan capillas de cultos misteriosos y
nuevos, si puede llamarse novedad a la resurrección de cultos de ahora cincuenta o cien
siglos. Puede decirse que estamos en plena palingenesia de las religiones; y que el
espíritu moderno, envuelto en una aura de histeria, vuelve á la Edad Media, llevando
como contingente las ciencias prodigiosas de hoy. Nordau demasiado medico para ver el
lado artístico de este ricorsi, demasiado germano, demasiado judío, para ver el lado
hermoso de este viaje retrospectivo de la raza latina y católica, ha hecho un estudio
5
patológico bastante 25 apasionado, injusto y desprovisto de criterio honrado, de este
misticismo revertido y extraño del Paris moderno, misticismo que comprende y explica tan
bien Huysmans en la narración de aberraciones horribles, pero artísticas.
Figuran, también, como escritores de gran prestigio en las capillas ocultistas, el Dr.
Papus, que ha escrito un enorme libro sobre magia; el coronel Olcott que, con una mujer,
la Blatwaski, hizo maravillas de espiritismo y sugestión entre los iniciados; Guaita, escritor
brillante y convencido hierofanta.
Entre los pintores, es digno de ser mencionado por espresar vivamente el mismo
estado psíquico de los escritores citados, Felicien Rops. Los dibujos de este pintor son
sugestivos y dejan, como los cuadros de Rochegrosse, sugestivos y dejan, como los
cuadros de Rochegrosse, sumergido el espíritu del que los contempla en una atmósfera
acre y voluptuosa, como el perfume de ciertas flores tóxicas. Felicien Rops es el dibujante
que ilustra las obras del mago Sar Poladán, caballero Rosa+Cruz, y de los demás
apóstoles del esoterismo nuevo.
IV
He dicho que una de las características de este misticismo desviado, era también
una desviación o una exacerbación del sentido sexual, como sucede en todos los
misticismos, por lo menos en la sangre latina. Las grandes crisis del fanatismo cristiano
casi siempre han ido acompañadas de una irritación álgida de la sensualidad. En las
25 5
Inicio del folio 734 Pág. 37 ídem.
Filosofía y arte

épocas de mayor fanatismo es cuando el amor ha perdido más de su espiritualismo y se


ha encenegado más en las impurezas carnales y en las aberraciones más brutales. Ved
la Edad Media en el que el espíritu de la Humanidad estaba encerrado entre los brazos
de la cruz de un monaterio y los brazos de la diosa Lujuria. Las religiones, que se dirigen
á los nervios más que el cerebro, lo primero que enferman es el instinto genésico. El
misticismo nuevo, como el fanatismo medieval, ha dogmatizado sobre el amor; y para dar
valor filosófico a sus extravíos, ha establecido también varias teorías curiosas al respecto.
Una de ellas es la teoría del androginismo, que tiene defensores muy notables, como el
esteta inglés Oscar Wilde, el Sar Peladan, Jules Bois y otros. Actualmente hay en París
una capilla llamada “Le Carmel” que celebra dos misas negras por semana, y en la que
se procura dar origen al andrógino que ha de constituir el tipo primitivo de la perfección
sexual, de que hablaba Platón en su Banquete. Repito, siempre el miticismo ha legislado
en las uniones sexuales. Los griegos, los romanos, los germanos, los americanos, los
hebreos, el cristianismo, el mahometismo, todos han tenido una especial legislación
mística e íntimamente relacionada con los conceptos religiosos. Los indios, pueblo
eminentemente religioso, tuvieron y tienen un ritual erótico, que contiene cuanto es
posible concebir tratándose de esta materia; ese ritual está contenido en un libro
teológico: el Kama Soutra (Reglas del amor) de Vatsyayana, que revela un refinamiento
erótico, mayor por cierto, que el que tuvieron los griegos y los romanos.
Qué es la unión sexual sino una de tantas modalidades de la vida y una de las tantas
maneras de evolucionar de la Naturaleza? Las razas no mueren. Es un error creer en el
fallecimiento de las razas: el pueblo asirio con sus idolatrías monstruosas, el fenicio con
sus cultos sangrientos, el egipcio con su culto á la muerte, existen hoy, así mismo como
los feroces masagetas que hicieron llorar á Kambises, todas viven aun; no formando un
tipo integral, sino en una disolución complejísima, que palpita en el cuerpo y en el alma
6
de los pueblos 26 contemporáneos. Los momentos históricos de un grupo humano son
los que desaparecen, después de haber llenado una fracción de tiempo en lo
inconmensurable de la eternidad. Las razas no mueren, no pueden morir; sólo morirán
cuando la castidad sea un instinto universal, y como eso sería una tendencia al
anonadamiento que no es concebible en el hombre, es seguro que mientras no
explosione el globo terrestre, mientras una crisis de locura cosmológica no trastorne el
orden de la gravitación y arroje a la tierra en las fauces ardientes del sol; mientras un
cometa forajido no tenga la ocurrencia de cascar como una nuez el globo, seguiremos
viviendo y afanándonos por la perduración de las razas. Eso se presenta como un trabajo
inconciente en medio de las angustias, en medio de nuestra debilidad actual, en medio de
esa corriente de disolución, de aniquilamiento y degeneración, que parece arrastrar más
bien á la Humanidad á la desaparición o a la locura. Ese imperioso instinto genésico
existe con todas las brutales apariencias de una impulsión ciega en los animales, á
medida que descienden más en la escala zoológicas; en el hombre esa fuerza, sin perder
su carácter necesario, se presenta insinuante, dulce, reflexiva , vestida con ropajes
seductores y delicados, suplicante unas veces, amenazadora otras, tiene pudores y
coqueterías, prestándose a complacer las exigencias de nuestra fantasía, haciendo
transacciones con nuestro temperamento y adaptándose con facilidad al curso y vigor de
26 6
Inicio del folio 735 Pág. 39 ídem.

24 "Programa Cybertesis PERÚ - Derechos son del Autor"


nuestras facultades. En la bestia es instituto brutal, en el hombre amor; no hay diferencia
esencial entre ambos: las diferencias son de modo, de intensidad o cantidad; diferencias
muy explicables, por que todas las actividades psíquicas que en el animal se bocetan,
llegan en el hombre a su máximum de perfección, requiriendo, por tanto, en esos
fenómenos, un mecanismo más fino y complicado. El alma misma como principio
espiritual, como entidad independiente capaz de una vida autonómica, como suponen los
teólogos y espiritistas, en nada altera la naturaleza íntima del amor, porque su papel, a lo
sumo, sería el de tamizar esa fuerza que Shopenharner llamaba el grito de la especie, y
depurarla de esa brutalidad torrentosa que junta sin reflexión á un macho con cualquier
hembra; quiere decir que el alma añade un elemento, no en nombre del mejoramiento de
ella, o en nombre de la comodidad moral, individual: el de la selección. Ahora bien: ¿Esta
división de la Humanidad en sexos, es la más conveniente estudiada de un modo
filosófico? ¿No sería preferible la unidad?¿La unidad no es la perfección, y la dualidad no
significa un principio de disolución? A Dios, que es lo más perfecto que podemos
nombrar, no le suponemos único?¿No comienza la imperfección de Dios desde que
admitidos otro principio divino, como hace el maniqueísmo?¿Teórica y prácticamente
sería posible ir transformando lentamente la Humanidad hasta obtener el tipo androgino,
con la suficiente energía vital para perpetuar la perfección sexual? Estas son las dos
cuestiones capitales de la teoría androginista.
¿Sería más perfecta la Humanidad si fuera monosexual ó si cada individuo encarnar
los dos sexos? El primer punto de vista que necesariamente salta en nuestro cerebro, al
tratar la condición de una Humanidad andrógina, es el del amor. Desde luego lo que hoy
nos parece chocante y denigrante no lo seria: al contrario, el androginismo significaría
una prueba de armonía en la naturaleza, al conciliar en un solo sujeto humano la gracia y
la delicadeza con la fuerza y la severidad: lo que sucede en el niño y en el adolescente,
que son mas hermosos, mas armónicos, durante ese periodo en que la rudeza viril se
encuentra dulcificada con ciertos rasgos suaves de femineidad; pues aunque varones la
pubertad con sus revelaciones trastornadas, aun no ha venido a dar rigidez a las
curvaturas graciosas del infante, ni el músculo enérgico rompe con su empuje la
7
continuidad de la línea, ni las aspiraciones de combate, ni las audacias del strugle 27 for
lifeur vienen a pintar en el rostro terso del niño las ansiedades dolorosas de la vida. La
esplendidez y apogeo del arte griego estuvo en el periodo jónico; cuando la tosquedad
vigorosa de la columna dórica se suavizó, la recta inflexible se redondeo, el capitel y la
base adquirieron elegancias que no tenían. El arte dórico, severo y fuerte, significaba la
virilidad; el corintio, con su coquetería abigarrada, el feminismo; el jónico es la armonía, la
transición, el androginismo arquitectónico que concilió la voluptuosidad y la fuerza,
atenuando o haciendo desaparecer tanto la rudeza como la coquetería, con una hábil
compenetración que acentuaba las bellezas y ventajas de cada arte. Lo mismo habría
sucedido en la Humanidad. El hombre y la mujer son dos contrastes, dos puntales mal
puestos para sostener el edificio de la raza, que necesitan ayudarse, complementarse
para formar la entidad en su aspecto integral. El tipo andrógino significaría una unidad
sólida y hermosa, en lugar de dos fracciones, inútiles y estériles cuando el amor no las
junta. Casi todas las mitologías antiguas han considerado el androginismo como una

27 7
Inicio del folio 736 Pág. 41 ídem.
condición superior. El divino Platón creía que hubo un androginismo primitivo y que, por
causa de una violenta cision, el tipo se dividió. De allí que los hombres busquen a la
mujer que compartió con él las dichas de la unidad. Con pocas variantes, esta es la
misma teoría de Shopenhauer sobre el principio intimo que preside la unión de los sexos;
sobre esa voz profunda de la especie que habla en le seno de las mujeres. La diferencia
estriba en que para Platón se unen los sexos en pos de ese androginismo primitivo, es
como un regreso a la perfección pasada; para Shopenhauer es como una investigación
instintiva de la raza en pos de una perfección futura. Los hombres y las mujeres son
mitades que se buscan: no encontrarse es un dolor: lo justo, lo lógico es suponer que el
estado feliz, que el estado perfecto es aquel en que las dos medias entidades no
necesitan buscarse, porque nacen juntas. Podría objetarse que el monosexualismo y el
hermafroditismo (que representa en los animales el androginismo) son características de
las especies inferiores como la ostra, algunos anélidos y gasterópodos. Yo creo que no
son las funciones reproductoras las que señalan los linderos precisos de la perfección
entre las especies. Además, la división de los sexos se encuentra también en especies
muy inferiores, así como el hermafroditismo en especies relativamente superiores. Por
otra parte, teóricamente eso nada significaría, desde que la androginia trae nuevas
fuentes de dichas y un motivo menos de dolor.
Desde luego la primera tendencia del pensamiento es rechazar una forma de
sexualidad que se nos presenta invenciblemente con los colores mas ridículos y
denigrantes para nuestra condición actual de varones. Sentimos repugnancia al
considerarnos formando parte de una Humanidad en que los dos sexos estuvieran
fundidos en cada sujeto, en que la delicadeza, tersura y elegancia de curvas de la mujer
se amalgamara á la constitución vigorosa del hombre. ¡Sufrir los dolores del parto, las
enfermedades de las mujeres, sus ataques de nervios, sus pudores y las pequeñeces
propias de su sexo! Ante estas ideas que nos ocurren en bochornoso conjunto, sentimos
sublevarse toda nuestra dignidad varonil, nos sentimos pequeños, rebajados. . . Las
mujeres, á su vez, á impulsos de ideas semejantes, protestarían se esa condición nueva
en que las pondría el androginismo:--¿Tener el rostro cubierto de vellos, la voz ruda, la
cintura tosca y en los labios la impúdica franqueza del hombre? No, dirían, es preferible
nuestro estado actual en el que nuestra misma debilidad es una garantía de respeto y
nuestra arma de dominio sobre el hombre: no, es preferible encantar con las gracias
propias del feminismo, vencer con la refinada astucia de nuestro espíritu sutil y con los
movimientos, entre inocentes y maliciosos, de nuestras curvas: es preferible la condición
pasiva, á la lucha constante y ruda del hombre, generalmente mortal: el androgino tendría
8
que luchar para vivir: la 28 mujer no lucha porque el padre, el hermano, el marido o el
hijo se echan á cuestas la tarea de alimentarla, vestirla, complacerla y enterrarla.
Esta repugnancia al androginismo se presenta porque partimos á hacer
consideraciones sobre él, de la coedición actual de los sexos y de los alimentos que la
civilización ha dado á cada uno. El hombre no ve en el androginismo sino una adición de
las cargas y debilidades de la mujer a su coedición varonil; y la mujer no ve sino las
inconveniencias del macho sumadas á su feminismo, todo esto á través del prisma de la
sexualidad actual y de las condiciones de la vida moderna. Repito: considerado el
28 8
Inicio del folio 737 Pág. 43 ídem.
androginismo á la luz de los prejuicios, tiene que sernos repugnante; no hay mayor
enemigo de la verdad, que los juicios previos, hijos de la educación y de las
preocupaciones de raza. Supongamos que la Naturaleza, en ves de haber creado una
Humanidad bi-sexual, la hubiera hecho andrógina; si nuestros padres, nuestros abuelos,
nuestros antepasados en general, nuestros hijos, los que nos rodean, los que nos
sucederán hasta la eternidad fueran andróginos, no encontraríamos ridículo ni
vergonzoso el androginismo. Nuestro modo de pensar no lo llevamos en nosotros
mismos, como una planta espontánea: es una floración de plantas, cuyas raíces están en
la raza y el tronco en el medio en que se vive; el contacto con ambas se verifica por la
boca y el oído: desde que nacemos,(además del legado de sangre,) nos ponemos en
relación con todos nuestros antepasados por el seno de nuestra madre, y con el medio,
por las palabras tiernas con que celebran, la comadrona y los acólitos, las aparentes
condiciones biológicas con que venimos, o la semejanza de nuestro rostro con el del
abuelito u otros parientes. Si la Humanidad hubiera nacido andrógina, que ridículos,
deformes e incompletos nos parecerían los infelices que nacían hombres ó mujeres!
Diríamos, con mucha razón, humanos a medias. Se les guardaría muy bien envasados en
frascos de alcohol, como anomalías, como bromazos de la Naturaleza, al igual que se
conservan en los museos y droguerías á los carneros de dos cabezas, á los fetos
deformes, y sin ir mas lejos, a los mismos andróginos que representan, en verdad, el tipo
de la perfección sexual, de la entidad integral de la Humanidad.
¿Seria posible obtener el tipo andrógino con las condiciones biológicas y fisiológicas
de perpetuidad? Esta es la preocupación de los fanáticos, de las modernas sectas
ocultistas y satánicas de Paris. Creen que obtenido el tipo, en virtud de la fuerza
expansiva que adquiere todo aquello que representa una mejora biológica, todo estado
mas perfecto, con el transcurso de unos pocos siglos, la ley profunda de selección iría
anonadando el tipo actual, y la Humanidad se haría andrógina y, por consiguiente, mas
feliz: la vida psíquica seria mas amplia, la vida fisiológica tomaría nuevos rumbos, el amor
cambiara de aspecto, y por consiguiente, la vida social entraría en una nueva
organización, que seria como una renovación de sus muelles gastados por el curso de
tantos siglos. A ser sincero tal ideal seria nobilísimo, y lo serian los honrados esfuerzos
que se hicieran para su realización. Pero, prácticamente, es una utopía peligrosa, un
ensueño de curiosidad preserva que ha surgido en al fiebre nerviosa de unos cuantos
desequilibrados, extraviados entre las exigencias morbosas de un sensualismo torcido y
ávido de novedades sensacionales. La ciencia demuestra, a la luz de la experiencia, que
los pocos casos de hermafrodismo completo, o sea de androginismo, han sido estériles e
infecundos. La anomalía ha nacido sin las fuerzas necesarias de perpetuidad. Por otra
parte, en su vida psíquica los andróginos no han revelado esa anormalidad del
pensamiento y del sentimiento que debiera ser paralela á su condición fisiológica: en una
palabra, el androginismo en esos casos raros no ha sido completo: si la persona física ha
sido bi-sexual, la persona moral no ha sido doble: han predominado bien el feminismo
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como en la Mademoiselle Maupin, de 29 Gautier, bien la virilidad, como en el caso de
0
Alexina de que habla el Dr. Goujón.(1) 30 Parece que la madre Naturaleza, en la
impasibilidad de su sabiduría inconciente, procediera de acuerdo con una filosofía ignota,
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que no es por cierto la nuestra. Nada le importa que tal ó cual estado signifique la
felicidad de la Humanidad, sin ella encarna una desviación, aunque sea levísima, de las
leyes biológicas que ha impuesto al Universo. Todos los esfuerzos del hombre se
estrellan ante la inexorabilidad de su criterio, ante la inflexibilidad de sus leyes, ante ese
interés profundamente oculto al que sirve. Ella que “con tanta indiferencia mira el
nacimiento de un microbio, como la desaparición de un astro, y rellenaría un abismo con
1
el cadáver de la Humanidad, para que sirviera de puente á una hormiga”(2) 31 se niega
á acudir y auxiliar al hombre en la creación del andrógino; y sin embargo, de vez en
cuando le arroja uno a sus plantas, pero infecundo, incapaz de reproducirse y perpetuar
una nueva raza quizá más feliz.
En las razas inferiores se observan ciertos rasgos físicos muy superficiales de
androginismo, rasgos desde luego debidos no a un trabajo intencionado del hombre, sino
a condiciones del medio. Así, entre los esquimales es muy difícil distinguir a una mujer de
un hombre: ambos son lampiños, los cuerpos son idénticos, a excepción de los miembros
reproductores; visten igualmente, y la estatura y voz son casi iguales. Las esquimales,
pescan, cazan, y navegan, mientras el marido duerme ó se embrutece bebiendo el
repugnante aceite de foca. Parece que la única misión de ellos es engendrar. Igual cosa
sucede entre algunas tribus salvajes de África y de Australia. Aquí mismo, en América,
muchas tribus de indios apenas presentan signos diferenciales entre el hombre y la mujer:
las líneas de la femineidad han desaparecido completamente en la mujer, por lo menos
antes del alumbramiento, observándose la misma angulosidad en los hombros, caderas y
rostro, la misma carencia de curvas en la cintura, y hasta el pecho de los hombres; sea
porque la ociosidad favorece el desarrollo de la grasa, sea por otras causas, es
prominente como simulando mamas. Todo esto lo hemos comprobado en las fotografías
de grupos de indios que se han exhibido con frecuencia. En las razas superiores se
observa hoy el afán de la mujer de asimilarse la vida psíquica y aun social del hombre; la
mujer de hoy es mas activa, particularmente en la raza sajona: es escritora, medico,
abogado, comerciante, y desde ha mucho tiempo es labradora, y se dedica a faenas
rudas que requieren bíceps forzudos de varón. Esto demuestra que, en el fondo, no hay
incompatibilidades entre los sentimientos e ideas de la mujer y los del hombre, que las
fuerzas físicas podrían llegar a desarrollarse grandemente en ella, y por ultimo, que a ser
posible la creación del andrógino, el alma femenina seria la que mejor se adaptaría a esa
condición. La vida sexual, en un orden puramente moral, es obra del hombre, como lo es
la civilización; si ella es modificable es fácil romper las vallas y linderos que ya por
comodidad moral, o por egoísmo o por otras causas, ha puesto la Humanidad a los
sexos; pero cuando se trata de penetrar en los dominios de las leyes de la vida
fisiológica, cuando el hombre á nombre de la filosofía, a nombre de sus aspiraciones de
dicha, intenta violar la serenidad impasible de la Naturaleza, fracasan su esfuerzos, se
estrellan sus ansias contra lo insuperable. Si el hombre tiene su filosofía, la enorme
Madre también la tiene: si el hombre tiene anhelos y curiosidades infinitas, la Madre tiene
designios inalterables y planes misteriosos que se desarrollan con inexorable

0
30 (1) V. Goujon Etude d' un cas d' hermaphrodisme bisexual por l' homme.

1
31 (2) Gonzáles Prada. La vida y la muerte
Filosofía y arte

firmeza en medio de nuestras plegarias y maldiciones. Quizá en la larga sucesión de


2
siglos que se vayan despeñando en las fauces negras del olvido, venga alguno 32 que
traiga la evolución, ya realizada, de la Humanidad al androginismo fisiológico y
psicológico. El representa indudablemente en estado superior, puesto que significa la
unión en una entidad de las perfecciones de ambos sexos: es muy posible que la
Naturaleza, en su trabajo sordo y lento de evolución, conduzca a la Humanidad hacia la
androginia: es muy posible que la degeneración actual de las razas sea las postrimerías
de una especie vieja que va a trasformarse para entrar de nuevo, con nueva existencia,
en el concierto eterno de la vida universal. Que distancia tan grande hay entre los
primeros filamentos de materia orgánica asexuales y la sexualidad actual, con sus
espasmos no solo fisiológicos sino psíquicos! Es imposible para el hombre intervenir en al
obra silenciosa, “de la Naturaleza: toda su ciencia, acumulación de tantos siglos de
esfuerzos especulativos, no hace adelantar en una millonésima de milímetro su marcha;
toda su fuerza intelectual, todas las violaciones de que hace uso son gramos de polvo
arrojados en el engranaje formidable de un mecanismo colosal. . .! Esto no puede
ocultarse a los defensores prácticos de la teoría del androginismo, y por eso creo que
solo han buscado en ella la justificación de ciertas aberraciones monstruosas, la sanción
de prácticas impúdicas que son el resultado de una depravación sexual, degeneración
nerviosa, curiosidad enfermiza o intelectualismo morboso.
Lo que si se observa es la tendencia de la mujer moderna a asimilarse al hombre.
Una de las razones de ello es indudablemente el acrecentamiento de la población, que
obliga á la mujer á buscar por si misma los medios de subsistencia que no le pueden
proporcionar ni sus allegados, ni las labores propias de su sexo. De allí que haya invadido
el campo de la actividad varonil. Como consecuencia de esa campaña por la vida ha
venido el aumento de intelectualismo y de energía en el carácter, una visión más practica
y menos sentimental de las cosa, y mayor libertad é independencia en el hogar. Desde
luego esto se observa en la raza sajona. Por dicha, esa tendencia al androginismo moral
no se ha apoderado de la mujer latina; de manera que conserva aun todo el encanto
propio de su debilidad, todo el refinamiento y delicadeza de sentimientos, toda la
coquetería, la gracia y el apasionamiento que le hacen tan adorablemente tirana. Pero,
por desgracia, el hombre latino al contacto de ella se ha afeminado, se ha doblegado, se
ha inoculado en el alma los gérmenes de la debilidad con detrimento del carácter, al
mismo tiempo que con un aumento de sensibilidad. Renán confesaba, con una
ingenuidad encantadora, que sentía agitarse dentro de su alma una mujer. Estamos,
pues, en las vías de una androginia moral, alarmante por parte de la mujer en la raza
sajona, y por parte del hombre en la latina. He dicho alarmante, porque ella no se traduce
en una suma de cualidades sino en una resta. La mujer se hace productora y activa, pero
pierde su poesía, su fragancia: el hombre se hace más sensible, más sutil, más complejo
en sus sentimientos, pero en cambio pierde en energía, en fuerza productora y
emprendedora.
Tal es, señores, el estado actual de la Humanidad desde el punto de vista de la
sexualidad. Desde la brutalidad primitiva del amor, hasta el refinamiento sexual moderno,
ha habido un proceso lógico. La evolución ha ido adaptándose a los diferentes estados
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Inicio del folio 739 Pág. 47 ídem.

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psicológicos de la Humanidad. A la rudeza del hombre de la edad de piedra
correspondían las violencias en el amor: la mujer fue una presa arrebatada por el amante,
conducida sobre los hombros ó sobre el anca del caballo, al fondo del bosque o á la
oscuridad de la caverna, y disputada allí á hachazos á los hambrientos congéneres. La
inteligencia oscura, los nervios groseros, los músculos acerados: era justo que la
sexualidad no tuviera refinamientos y el amor tuviera toda la brutalidad de las dieras en la
3
época de la brama. Se dulcifico algo el hombre: salió del bosque á la llanura, se 33
constituyó en tribus patriarcales, hizo leyes, y el amor también tuvo un hogar, tuvo un
principio de garantías y entro como elemento de sociabilidad. Añádase á esto, que la
religión comenzó á legislar sobre el amor. Vinieron la vida de ciudad, la vida artística, la
filosofía, entro la luz á borbotones en el cerebro, vino una civilización eminentemente
sensual y delicada, como la griega, y entonces la mujer fue objeto de un culto artístico,
por la hermosura de su cuerpo: el amor comenzó a tomar un tinte poético y a perder
mucho de su primitiva rudeza. Entró en la vida social la religión cristiana, y su nuevo
espiritualismo, hostil en un principio a la unión del hombre y la mujer, transigió con ella, e
hizo intervenir nuevos elementos en el amor: los morales y espirituales. Por su parte, las
razas fuertes y sanas del norte, al entra en la vida civilizada del imperio romano,
aportaron tres elementos importantísimos: el respeto a la mujer, los sentimientos de
honor y caballerosidad, y el principio de la independencia. La combinación de todos ellos
produjo ese apogeo del amor, que constituyo la Edad Media, llena de poesía, de
espiritualismo refinado, tan refinado, que daba cierta fragancia vaga aun a esos mismos
extravíos sensuales que legara el imperio en su decadencia. Era natural, pues, que toda
esa fiebre de amor, de sensualismo espiritual, hiciera honda huella, no sólo en el alma,
sino en el mecanismo nervioso de las razas futuras. Añádase que la exacerbación del
sentido religioso tenia que producir, (porque es ley comprobada por la experiencia, que el
misticismo y el sensualismo son hermanos gemelos), grandes desarreglos en la vida
nerviosa, y se tendrá una lógica explicación de ese Gilles de Laval, que despobló de
niños y niñas la Bretaña, para satisfacerse con las mas siniestras voluptuosidades; se
tendrá la explicación del cinismo que tuvo la galantería y de sus aberraciones en la Edad
Moderna. Nuestro siglo es el vástago predilecto de todas esas edades; es el heredero de
mil generaciones, que han gastado en mil excesos la salud del músculo y el vigor de la
sangre. Su herencia es todo el intelectualismo acumulado por las razas, pero también la
excitabilidad nerviosa del desgaste, una curiosidad creciente, un vehemente deseo de
explorar los últimos rincones del amor y el placer. Agotadas las fuentes de la naturaleza,
penetra en la peligrosa región de los artificios y los desvaríos, guiado por la pérfida
Neurosis. ¿Cuándo reaccionará sobre si misma esta Humanidad que se precipita loca
como Ofelia, a la muerte, regando las rosas de su salud entre cantares histéricos y risas
de demencia? ¿Cuándo comprenderá que es en vano que la medicina encuentre el
remedio de las enfermedades particulares, si la enfermedad que ella tiene no se cura con
pócimas ni inoculaciones antimorbosas? ¡Cuándo comprenderá que para vivir necesita
hacer una marcha retrospectiva, y que la salud de las razas estaba allá en la vida brutal
de los bosques y no en el intelectualismo mórbido de los pueblos modernos? Por eso el
filósofo Rousseau, aun cuando no conoció este siglo tan lleno de dudas y de

33 3
Inicio del folio 740 Pág. 49 ídem.
Filosofía y arte

enfermedades psíquicas y nerviosas, encontraba la felicidad en la sencillez de la vida


primitiva. Hoy la Humanidad, la raza latina por delante, camina con la faz sonriente, los
ojos ávides y fulgurantes, pero el alma llena de dudas, los nervios llenos de
estremecimientos voluptuosos y álgidos, y el cerebro lleno de curiosidades, á las
regiones, quizá dichosas, de la locura y la epilepsia. Ya no puede pararse; todos los
siglos muertos la empujan; todos esos siglos que agotaron los placeres la impelen á la
exploración del placer nuevo, aunque él se encuentre entre las angustias y estertores de
la muerte. No importa. Con la muerte, como dice Guyau, vendrá nuestra última
curiosidad. Entretanto, la Naturaleza, la gran madre Naturaleza, impasible, en la actitud
de una esfinge dormitando, mientras en su vientre se verifica la digestión de las leyes
inexorables de la vida cosmológica, medita en la nueva forma que dará a esa Humanidad
4
que pasa 34 , á esa Humanidad á la que no oye, y que le dice, entre una carcajada y un
sollozo:-¡Madre inflexible, los que se van te saludan! . . . . .

SEÑORES:
Cuando comencé esta disertación me proponía un plan vastísimo, como era el de
estudiar todas la teorías filosóficas y artísticas que predominan en el espíritu moderno,
para después avanzar algunos juicios sobre la Filosofía y Arte futuros. En el orden
filosófico había seleccionado los conceptos budistas sobre la moral, sobre la significación
de la vida, la muerte y el mundo que forman la esencia del neo-budismo francés, el
panteísmo actual, el positivismo como religión, las variadas fases del misticismo nuevo, el
pesimismo de Shopenhauer, Hartman y Mainlaender, el optimismo, el materialismo, el
positivismo filosófico, y por ultimo el espiritismo, a la luz del concepto de Crookes sobre la
materia radiante. En el orden artístico me proponía ocuparme de los mejores artistas,
hijos de estas filosofías tan complejas; del naturalismo con Zola, del egotismo con Barrés,
de la estética del dolor con Leopardi, del psicologismo con Bourget, del pre-rafaelismo
con Burne Jones y Swintburne, del neo-clasicismo con Heredia, Lecomte y Moreas, del
colorismo con Flaubert y Gauthier; en una palabra, de todas las escuelas filosóficas y
artísticas que, en el ultimo cuarto del siglo, han regido el movimiento intelectual en
Europa y, por reflexión, en América. Iba a resultar un estudio de lo más complejo y de
dimensiones poco apropiadas para la índole de una tesis. Aparte de esto había el
inconveniente insalvable de mis cortos conocimientos, y de lo aventurado que, en esas
condiciones, tenia que ser mi juicio, tratándose de teorías tan opuestas y variadas, juicio
mas aventurado aun en el momento de deducir los caracteres de la Filosofía y Arte que
deben surgir de esa heterogeneidad en que se extravía el cerebro mas firme y el criterio
más imparcial. Sin embargo, no desespero de emprender mas tarde la continuación de
esta tesis, en la que solo me he ocupado ligeramente de tres de los puntos que me
proponía estudiar.
Explicaba así la deficiencia de mi trabajo no me queda mas que suplicaros, señores,
que disimuléis sus incorrecciones.
Lima, Agosto de 1897.

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Inicio del folio 741 Pág. 51 ídem.

"Programa Cybertesis PERÚ - Derechos son del Autor" 31


CLEMENTE PALMA.
Vº. Bº.
SALAZAR.

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