Isaías 1,1-3
Isaías 1,1-3
Isaías 1,1-3
0808
ISAÍAS
Capítulo 1:1-3
En los últimos dos programas, amigo oyente, hemos estado hablando acerca de los
profetas y la profecía, y hemos presentado una introducción a este tema. Nos encontramos
ahora en nuestro estudio bíblico en la sección final del Antiguo Testamento, donde
encontramos los Libros Proféticos. En el día de hoy queremos hablar en particular del
profeta Isaías, y queremos mencionar algo acerca de su vida personal como profeta. La
mayoría de los profetas actuaban en una órbita de oscuridad y anonimato. Ellos no
proyectaban sus personalidades en las profecías que presentaban. Opinamos que
Jeremías y Oseas son excepciones en cuanto a esto, y ya veremos eso cuando nos toque
observar esos Libros. Pero Isaías menciona muy poco en cuanto a su carácter histórico, en
lo que concierne con él mismo. Hay muy pocas referencias a su vida y a su ministerio.
Algunas personas opinan que Isaías pertenecía a la familia real de David. Esto por
cierto no puede ser comprobado, es nada más que una suposición; y otros eruditos
observando lo que dice allá en Hebreos, capítulo 11, en el versículo 37, donde se habla de
algunos testigos que fueron aserrados por su fe, creen que Isaías es quien es mencionado
allí. Eso puede ser cierto y puede estar equivocado, no lo sabemos.
Pero el crítico de tendencia liberal ha tratado de cortarlo fraguando una tenue trama de
un papel doble de Isaías que es hipotético, y hay algunos que aún han ido más allá tratando
de fabricar un tercer Isaías, y no hay ninguna clase de evidencia documentada más allá del
escepticismo del crítico destructivo. Lo que ellos tratan de hacer es en realidad
despedazar al profeta Isaías. Pero la historia nos presenta sólo a un Isaías, y no hay dos ni
tres, solamente uno. Y debemos indicar que probablemente Isaías es el profeta con el
cual los eruditos trabajan más que con cualquier otro, en los pergaminos que fueron
hallados en el Mar Muerto; y allí se encuentra una gran parte de lo que escribió Isaías. Y
en esa época no había dos Isaías. Había solamente uno. Así es que, es muy interesante
notar que el Señor ha permitido que un pequeño pastorcito encontrara un cántaro de barro
donde se había colocado estos pergaminos, cerca del Mar Muerto, y de allí se toma uno de
estos pergaminos y se confunden los críticos. Opinamos que es necesario dejar que el
Señor se ocupe de todo esto. Nosotros vamos a seguir adelante.
Ahora, permítanos ilustrar eso de una forma más familiar. Supongamos que dentro de
El Apóstol Pedro, en su primera epístola, capítulo 1, versículos 10 al 12, nos dice: Los
profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente
indagaron acerca de esta salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el
Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de
Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos. A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino
para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas. Y en la profecía de
Isaías usted tiene eso. Usted encuentra allí los sufrimientos de Cristo y también la gloria
que vendrá.
Usted puede recordar que cuando el Señor Jesucristo se levantó en la sinagoga y leyó de
las Escrituras, como se menciona en Lucas capítulo 4, lo hizo leyendo un pasaje que se
encuentra en Isaías 61. En este Libro pues, vamos a encontrar mucho de profecía que ha
sido cumplida. Debemos decir que cuando se dio, era algo que estaba en el futuro. Pero
ya ha sido cumplida, y la profecía es el molde en el cual se derrama la historia, y vamos a
encontrar en este Libro que eso es cierto, lo veremos cuando comencemos a estudiarlo. Es
un Libro realmente emocionante y algo realmente maravilloso.
En la primera sección del Libro de Isaías, que comprenden los primeros 35 capítulos,
tenemos lo que se relaciona con el juicio, el juicio de Dios. En los capítulos 36 al 39
1
Visión de Isaías hijo de Amoz, la cual vio acerca de Judá y Jerusalén en días de Uzías,
Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá. (Isa. 1:1)
Si usted tiene el librito que hemos publicado de título “Abreviando la Biblia” donde se
presentan notas y bosquejos de cada uno de los libros de la Biblia, usted puede encontrar allí un
capítulo que habla de los reyes de Israel y de Judá, que eran buenos reyes y aquellos que eran
malos reyes. Entre los reyes de Judá, Uzías llegó a ser un leproso porque se entremetió en el
oficio sacerdotal. Él entró al santuario a tratar de quemar incienso, algo que no les era permitido
a los reyes. Uzías era en realidad un buen rey. Su hijo, Jotam, que ocupó el trono después de
2
Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí, y
ellos se rebelaron contra mí. (Isa. 1:2)
Dios está haciendo un llamado al mundo entero para que vaya al tribunal y se convierta en un
espectador y escuche lo que Él tiene que decir al acusar a Su propio pueblo. Esto es muy
interesante, porque al leer en el capítulo 32 de Deuteronomio, versículo 1; Dios en esta ocasión,
cuando estaba listo para permitirles que ellos entraran a la tierra prometida, dijo: Escuchad,
cielos, y hablaré; y oiga la tierra los dichos de mi boca. Y luego Dios señalaba las condiciones
con las cuales Él los estaba colocando en esa tierra. En realidad, Él les había dado la tierra, pero
la ocupación de la misma dependía de la obediencia que ellos le prestaran a Dios. Y hasta
ahora, después de 500 años, Él dice: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra
mí. Su acusación es que ellos se rebelaron, y la condición sobre la cual ellos debían ocupar la
tierra, era la obediencia a Dios.
Ahora, ellos han desobedecido; ellos se han rebelado contra Él, y según la ley de Moisés,
cuando un hijo se rebela contra su padre, tenía que ser muerto a pedradas. Así es que la
acusación que tenemos aquí es bastante seria, y eso es lo que Dios presenta contra Su propio
pueblo.
Y aquí Dios dice nuevamente: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí.
Luego presenta una declaración fuera de lo común. En realidad, la tensión que existía en ese
tribunal desaparece al presentar una nota humorística. Ah, amigo oyente, usted puede encontrar
cosas humorísticas en la Biblia, y si lo hace, eso hará que ella sea mucho más interesante para la
gente. Dios tiene un buen sentido del humor. Opinamos que cuando entremos a la eternidad,
cuando hayamos pasado por esa época de pecado en esta tierra, cuando hayamos terminado con
el programa que Dios está realizando en la eternidad; estamos seguros que vamos a pasar
momentos de mucho regocijo. Vamos a reírnos mucho. Habrá por cierto, momentos de mucha
algarabía. Y por cierto que no es algo malo al pasar por estos días en nuestra vida cristiana, el
tener un sentido del humor apropiado. Dios ha puesto mucho de eso en la Biblia. Por lo menos
lo podemos ver en la Biblia de ese modo.
Una señora en cierta ocasión que siempre se enojaba mucho cuando se le mencionaba que
había algo humorístico en la Biblia, ella decía que uno era irreverente cuando decía estas cosas
acerca de la Biblia. Ahora, no creemos haber sido irreverentes al encontrar algo de humor en la
Biblia, pero allí está. Y hubiera sido bueno que ella hubiera aprendido esto también. Ahora,
esta señora hace mucho tiempo que partió para estar con el Señor, y esperamos que se haya
podido sonreír por lo menos una o dos veces. Nunca lo hizo cuando estuvo en esta tierra. Era
una de esas personas que nunca encontraba nada en esta vida que fuera digno de un sonrisa de su
3
El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi
pueblo no tiene conocimiento. (Isa. 1:3)
El buey conoce a su dueño, y el asno – ese burrito de orejas muy largas conoce – el pesebre
de su señor. Estos dos animales no tienen la reputación de ser demasiado inteligentes; en
realidad, el cuociente de inteligencia de ellos no es muy elevado, y uno no lo puede encontrar de
una manera destacada o sobresaliente entre los bueyes tampoco. Y de seguro que usted
recordará los días de escuela, cuando al alumno más atrasado siempre se le llamaba un “burrito”.
Bueno, esos animales como el asno, no tienen la reputación de ser criaturas muy inteligentes.
Sin embargo, estos animales tienen el suficiente sentido común como para saber quién les da de
comer. El buey conoce a su dueño, él sabe quién le alimenta. Y el burrito también sabe quien
es su señor y dónde está su pesebre.
En cierta localidad había un hombre muy pobre que tenía un burrito, y todos los días lo
llevaba a un terreno vacío donde lo dejaba para que pudiera comer el pasto que allí crecía.
Todos los muchachos y muchachitas del vecindario iban a ese lugar para poder cabalgar un
poquito en ese burrito, y ese animal ni siquiera prestaba atención a ninguna de las personas que
así lo trataban. Pero cuando llegaba el atardecer y su dueño lo venía a buscar, ese asno
levantaba sus orejas largas, y sabía quién era su dueño; él sabía que iba a ser alimentado esa
noche. Pero, amigo oyente, hay muchas personas hoy que no saben que Dios es quien las
alimenta. Nunca le reconocen en ninguna forma.
Amigo oyente, Dios dijo eso de Su pueblo. Él dijo: El buey conoce a su dueño, y el asno el
pesebre de su señor. Pero Su pueblo Israel, no lo sabe. Hoy se nos dice que el hombre
desciende del animal. ¿Cómo puede ser eso? Se porta como un animal en el día de hoy, eso es
cierto. En realidad, los animales son muy inteligentes. Quizá en lugar de nosotros ser los
descendientes de los animales, los animales desciendan de nosotros, y ha evolucionado en algo
que es mucho mejor de lo que nosotros somos.
Ah, amigo oyente, en el día de hoy el hombre se encuentra en una posición muy baja.
Creemos que fue algo muy destacado lo que el Señor dijo aquí, al iniciar este juicio en el
tribunal. Él ha llamado a todo el mundo para que esté presente, y dice: “Este es mi plan
general”. Ahora, en nuestro próximo estudio, Dios mediante, vamos a hablar más de esto y
Pero siempre ocurre lo mismo. Primero se presenta una apostasía espiritual, hay una
decadencia moral, y luego una anarquía política. Y francamente vamos a ver las cosas no en la
capital de nuestro país, sino mucho más cerca que eso. Veremos eso pues, Dios mediante en
nuestro próximo estudio; le invitamos a que nos acompañe.
Mientras tanto, le sugerimos que usted se lea el resto de este capítulo uno de Isaías, para que
se familiarice con su contenido. Y si ya ha recibido las notas y bosquejos que ofrecemos a
cuantos nos escriban, pues, estúdielas juntamente con la lectura de este capítulo para que esté
mejor preparado para nuestro próximo programa. Si todavía no ha solicitado las notas y
bosquejos, pues le sugerimos que nos escriba cuanto antes, dándonos con toda claridad su
nombre y su dirección completos y en orden, para que así podamos enviarle este material y usted
pueda aprovecharlo en su estudio bíblico. Y debo agregar que este material que enviamos de las
notas y bosquejos, es sin costo alguno para usted. Todo lo que tiene que hacer es enviarnos una
carta, solicitándonos las notas y bosquejos de estos estudios bíblicos y con todo gusto, las
enviaremos a su dirección. Así es que, envíenos su carta cuanto antes. Será pues hasta nuestro
próximo programa, ¡que el Señor continúe bendiciendo su vida, es nuestra ferviente oración!