INTRODUCCIÓN Mateo 16

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 INTRODUCCIÓN Mateo 16:18

Jesucristo fue enviado al mundo con una misión específica. Durante su ministerio aquí en la tierra, Jesús dedicó toda
su vida al trabajo de transformar vidas. Él dijo que vino a buscar y salvar a todo aquél que se había perdido.

Antes de retornar al cielo, Cristo capacitó y perfeccionó a un pequeño grupo de personas para continuar la tarea que
había iniciado. Para congregar a este grupo, creó y edificó la Iglesia, como un organismo vivo, que sería Su Cuerpo
aquí en la tierra.

Así que, después del retorno de Cristo al cielo, su obra continuaría aquí en la tierra, por medio de la Iglesia.

En este estudio introductorio sobre ECLESIOLOGIA, estaremos estudiando la Iglesia como un organismo vivo,
capacitada por el Espíritu Santo y que posee las armas espirituales para vencer todas las batallas.

El vocablo griego es "EKKLESIA". Está formado por el prefijo "ek" que significa "fuera de" y la forma nominal "klesia" que se
deriva del verbo "kaleo" cuyo significado es "llamar". Etimológicamente, "iglesia" significa "los llamados fuera".Ç

Ekklesia fue la traducción de la voz hebrea "qajal" que designaba a la congregación de Israel. En el A.T. tienen el
mismo significado "QAJAL" (hebreo), ekklesía (griego) o congregación (español) y aparecen por ejemplo en 1R. 8:14,
1 Cr.13:2-4, Sal. 22:22, etc.

La Iglesia esta compuesta tanto por judíos como por gentiles que aceptaron a Jesucristo como Señor y Salvador único
y suficiente de sus vidas (Hch. 4:12).

NACIMIENTO DE LA IGLESIA.

Nacimiento Histórico: En este punto concuerdan con los realistas al señalar el Pentecostés como el día de fundación
de la Iglesia solo que los idealistas van a enfatizar por sobre todas las cosas el bautismo en Espíritu Santo y Fuego que
recibió la Iglesia, pasando el elemento doctriniano y organizativo a tener un carácter complementario. El recurso
tipológico se encuentra al orden del día en esta línea teológica y al explicar la fundación de la Iglesia, sostienen que así
como David reunió los materiales para la construcción del Templo y la obra fue realizada por Salomón, su sucesor, así
también Jesús reunió los materiales (el componente humano que eran los discípulos) y el edificio espiritual que es la
Iglesia, lo construyó el Espíritu Santo, edificando sobre el fundamento de los apóstoles y profetas (Ef. 2:20). Este
fundamento es la predicación, la enseñanza y la organización llevada a cabo bajo la guía del Espíritu de Cristo.

REQUISITOS PARA SER MIEMBROS DE LA IGLESIA


Cada Iglesia debe recibir su modelo del reino de gracia, de la cual es un tipo. El reino de gracia se compone de los que
son humildes, quebrantados de corazón, arrepentidos, y creyentes.

"Y Pedro les dice: Arrepentidos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los
pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo... Así que los que recibieron su palabra, fueron bautizados: y fueron
añadidos a ellos aquél día como tres mil personas" (Hechos 2:38, 41).

Los miembros de una Iglesia de Cristo deberían ser personas que verdaderamente se arrepienten de sus pecados y
gozosamente reciben la palabra del evangelio, y son bautizados conforme al mandamiento de Cristo.
LA IGLESIA ILUSTRADA EN VARIOS CONCEPTOS

a.
b. Templo de Dios: La omnipresencia es un atributo de Dios por el cual está presente en todo lugar (Sal. 139: 7-
12). Salomón, al dedicar el Templo, lo expresa al decir "Los cielos y los cielos de los cielos no te pueden
contener" subrayando la grandeza de Dios. Atento a esto es que podemos definir a un templo como el lugar en
el cual Dios se ubica a sí mismo para que los hombres le puedan encontrar. De igual modo que el Señor habitó
en el Tabernáculo (Ex. 25:8) y en el Templo (1R. 8:27), ahora
c. Vive por su Santo Espíritu en la Iglesia (1 Cor. 3:16-17 y Ef. 2:21-22). En ese Templo espiritual, los hijos de
Dios, en condición de sacerdotes ofrecen sacrificios espirituales de oración, de alabanza y buenas obras (1P.
2:5-6).
d. La esposa de Cristo: ya en Antiguo Pacto, Dios se presentaba a sí mismo como el esposo de Israel (Jer. 3:14)
ilustrando de esta manera la unión de Dios y su pueblo. Al repetirse el concepto en el Nuevo Pacto se quiere
poner de relieve la devoción fidelidad de la Iglesia a Cristo y la familiaridad del Señor con sus escogidos con
quienes convive, protege y sustenta (2Cor. 11:2; Ef. 5:22-27; Ap. 19:7-9, 22:17 y 21:2)
e. El Cuerpo de Cristo: (Ef. 1:22-23) Esta imagen de la Iglesia ilustra la unión vital de sus miembros con Jesús
el cual es la cabeza de ese cuerpo (1 Cor. 6:15, 10:16-17 y 12:12-27). Esa unidad sustancial queda manifiesta
en la expresión de Cristo "El que os recibe a vosotros, a mí me recibe" (Mt. 10:40). En su ministerio terrenal
Jesús testificó del Reino de los Cielos desde un cuerpo humano, y ahora testifica a través de su cuerpo místico:
La Iglesia; de la misma manera que Jesús fue ungido por el Espíritu Santo, la Iglesia; fue ungida también;
Jesús en el Jordán, la Iglesia en Pentecostés. Esa identificación plena es acentuada por el Apóstol Juan en su
primera carta cuando afirma:... como Él es, así somos nosotros en este mundo" (1 Jn. 4:17 in-fine). Todo esto
nos lleva a sostener que la Iglesia es un organismo, no una organización, es algo vivo, pues tiene a Cristo, la
piedra viva, como cabeza y ordenador, y a sí como todo cuerpo tiene alma (pensamiento, sentimiento y
voluntad), así la Iglesia tiene al Espíritu Santo en esa función vigorizante que nos hace pensar lo bueno (Fil.
4:8), nos guía al verdadero Amor (1 Cor. 13) y guía nuestra voluntad (Fil. 2:13) "por que por un Espíritu somos
todos bautizados en un cuerpo" (1 Cor. 12:13)

 UN CUERPO. Hay "un cuerpo" (Ef. 4:4). "Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo" (1
Cor. 12:20). "Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo
cuerpo; y sed agradecidos" (Col. 3:15).

       ¿QUÉ ES EL UN CUERPO? "y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia" (Col. 1:18). "...Cristo por su
cuerpo, que es la iglesia" (Col. 1:24). Como Cristo tiene solamente un cuerpo, así también tiene solamente una
iglesia.

       CRISTO ES LA CABEZA DE LA IGLESIA. "Y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia" (Col. 1:18). "...y
lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo" (Ef. 1:22,23). "Porque el marido es
cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia" (Ef. 5:23). El oficio de la cabeza es gobernar y
controlar al cuerpo, y todo cuerpo funciona según mande la cabeza. Por eso la iglesia ha de mirar a Cristo para
recibir de él dirección en todo asunto de obra y adoración. La iglesia no es institución democrática; tampoco es
una aristocracia; y los miembros no tienen derecho de gobernar al cuerpo. No debe de intentar una
congregación, o parte de ella, imponer a la iglesia una doctrina o llevar a cabo un programa que el Nuevo
Testamento no autorice. Esto sería gobierno de tumulto.

LA OBRA DE LA IGLESIA.
a. Predica la salvación: La Iglesia a sido comisionada para predicar el Evangelio a toda criatura y testificar sobre
la salvación tal como enseña la Biblia (Mt. 28:19-20). Jesús concretó la salvación con su muerte y resurrección
y la Iglesia la pone al alcance de los hombre mediante la proclamación de esa verdad.
b. Provee la manera de adorar a Dios: La Iglesia se conforma de adoradores en Espíritu y Verdad (Jn. 4:24), en
Espíritu quiere resaltar el contraste con los antiguos medios formales, materiales y ritualistas y en verdad hace
referencia a la sinceridad de la adoración que contrasta con la falsedad y la hipocresía. La Iglesia instruye al
creyente con el objeto de brindar a Dios lo que Dios busca en el adorador, que lo haga bajo la guía de Espíritu
Santo y en la verdad de la Palabra del Señor.
c. Brinda comunión religiosa: Como ser social, el hombre tiene una faceta de integración que lo impulsa ala
convivencia y al compañerismo con aquellos que expresan su mismo interés. La Iglesia proporciona al
cristiano la comunión de intereses basados en la Escritura, resaltando la Paternidad de Dios, el Señorío de
Cristo y la fraternidad de una experiencia espiritual en común, que produce un sentimiento de pertenencia que
posemos definir como la familia del Señor. (Mat. 12:50).
d. Sostiene el Nivel Moral: La Iglesia instruye y mantiene en vigencia los valores cristianos actuando contra la
profanación, el actuar impío y la secularización, enseñando el plan de Dios para la plena realización del
hombre en todos los aspectos de su vida. Ella es la "sal del la Tierra" que preserva de la corrupción moral y es
la "luz del mundo" que disipa las tinieblas de la ignorancia moral, siendo fiel exponente de la nueva vida que
Cristo le dio. (2Cor. 5:17)(Col. 3:1-6).

LA IGLESIA COMO EDIFICIO

El apóstol Pablo compara a la Iglesia con un edificio bien construido y solidificado, cuya piedra principal y angular es
Cristo (Ef. 2.:20 – 22). San Pedro siguiendo la idea llama al Señor Jesús Piedra Viva (1P.2:4).

Luego de colocada la piedra principal (Cristo) sobreviene el fundamento puesto por los apóstoles y profetas, aquellos
que fueron los primeros mensajeros, testigos y representantes autorizados por Cristo. El mensaje por ellos legado, fue
preservado y contenido en los Escritos neotestamentarios inspirados por el Espíritu Santo. Dotados de validez
universal, más allá de los tiempos y las fronteras, constituyen el testimonio original y fundamental del Evangelio de
Cristo.

CARACTERÍSTICAS DE UNA VERDADERA IGLESIA PARTICULAR.

Estas características normas eclesiales se pueden resumir en 15 puntos:

1. La Iglesia está formada por personas orgánicamente insertadas en congregaciónes locales, unidas por el
Espíritu Santo y perseverando en mantener una relación fiel y personal con Dios (Hech. 13:2, 16:4-5 2Cor.
11:28 y 1COR. 16:19).
2. Por su testimonio de Poder, la Iglesia, mediante el evangelismo, convierte pecadores a Cristo, llevándolos a la
salvación y al nuevo nacimiento, al bautismo en agua para una incorporación plena al Cuerpo de Cristo con la
consiguiente participación en la Santa Cena del Señor, enseñándoles a esperar y anhelar el regreso de Cristo
(Hech. 2:41-42 y 4:43, 1 Cor.11:26, Ap. 22:17)

1. El bautismo en el Espíritu Santo (que no es para salvación sino para capacitación ) debe ser predicado y
enseñado a los nuevos creyentes para manifestar la presencia y el poder del Espíritu Santo, comunicado a todo
nacido de nuevo la necesidad de buscar, esperar y experimentar la promesa del Padre (Hec. 1:4-8, Jl. 2:28, Mt.
3:11) la cual es para todos los hijos de Dios (Hech. 2:39).

1. Se manifiestan los Dones del Espíritu Santo en la vida de la Iglesia (Rom. 12:6-8), 1Cor. 12:4-11 y Ef. 4:11-
12), tanto los carismáticos como los ministeriales o personales con la consecuente producción de señales,
prodigios y sanidades (Hec. 2:18 y 43, Hch. 4:30).
2. Los creyentes expulsarán demonios (Mr. 16:17, Hech. 5:16 y 8:7 y 16:18).
3. Existirán lealtad al Evangelio, esto es a la enseñanza original de Cristo y los Apóstoles (Hch. 2:42, Ef. 2:20)
donde es estudiar y obedecer la Palabra de Dios (Hch. 6:4 y 18:11, Rom. 15:18, Col. 3:16 y 2Tim. 2:15) es
llevar el yugo fácil y la carga ligera del aprendizaje o discipulado (Mt. 11:29-30)
4. Se reunirán los creyentes (al menos) el primer día de la semana (Hech. 20:7 y 1Cor. 16:2) para adorar a Dios y
edificarse en su Palabra escrita y en las manifestaciones del Espíritu Santo (1Cor. 12:7-11 y 14:26, 1Tim.
5:17).
5. La Iglesia buscara permanecer en reverencia, humanidad y temor ante su Dios Santo (Hch.5: 11)mostrando
profundo interes por la pureza de la vida eclisial, disciplinando a los miembros pecadores y los falsos maestros
que se apartan de la Fe bíblica a los creyentes (1Cor. 5 y Hch.:20:28).
6. Aquellos que han sido llamados para un ministerio personal para la edificación de la Iglesia y el
perfeccionamiento de los Santos (Ef. 4:11- 12)y que han manifestado un carácter piadoso y obediente a las
normas de justicia establecidas por los Apóstoles (1 Tim. 3:1 - 7, 1Tém. 1:5 y Hch. 14:23), llegan a ser
confirmados como lideres de la Iglesia, en la convicción de que de que por el Señor fueron llamados y
constituidos para supervisar las Iglesias locales, asegurando la vida espiritual de ellas.
7. La Iglesia cuenta con Diáconos, responsables de asuntos temporales y materiales que ayudan en su
administración (Hch. 6:2 y Tim. 3:8).
8. Caracteriza a la Iglesia, el amor y el compañerismo en el espíritu entre creyentes de una congregación local
(Hch. 2:42 44 - 46) y aun con los de otras congregaciones de Fe Bíblica (1Jn. 3:23 y 4:7 - 21, 1 Cor. 13, Gal.
6:2, 1P. 1:2).
9. La Iglesia contará con armas espirituales como la oración y ayuno (Hch. 1:14, 6:4 y 13:2).
10. La Iglesia se aparta de concesiones humanas limpias y de tendencia materialistas de la cultura que promueve
sentimientos e intereses egoístas, egocéntricas y ególatras (Hch. 2:4, Rom. 12:2 y Gal. 1:4).
11. Sobrellevara el sufrimiento y la aflicción a causa del mundo sus costumbres (Hch. 4:1 - 3, 5:4, 9:16 y 14:22).
12. La Iglesia debe contribuir en el envió de misioneros a otros lugares con el objetivo de difundir el Evangelio,
dar a conocer la obra y la persona de Jesus y esablecer nuevas Iglesias locales (Hch. 2:39. y 13:2 - 4).

La Gracia de Dios
en el Nuevo Testamento
 
por
Fred R. Coulter

www.iglesiadedioscristianaybiblica.org

 
 
 
Nota: Todas las Escrituras han sido traducidas de The Holy Bible In Its Original Order (La Santa Biblia en Su
orden Original), primera edición.
 
 
Entender la GRACIA de Dios tal como es revelada en el Nuevo Testamento es comprender unos de los más
maravillosos atributos de Dios; y es la CLAVE para una relación personal y profunda entre Dios el Padre y cada
cristiano, a través de Jesucristo.
 
¡La GRACIA de Dios expresa la GRANDEZA DE SU AMOR y la riqueza de Su misericordia! Vivir dentro y bajo
la GRACIA de Dios es experimentar y apreciar el AMOR fantástico de Dios y Su bondadosa misericordia.
 
Contrario a las especulaciones religiosas, la gracia no es solamente una creencia teológica o tema de argumento
que traza líneas de batalla de denominaciones; de hecho, ¡la GRACIA DE DIOS significa LA MISMA VIDA! Sin
gracia no habría salvación, NI CRISTIANISMO...¡NI VIDA ETERNA!
 
En verdad, la GRACIA ES EL FUNDAMENTO del verdadero cristianismo. El Nuevo Testamento revela que la
GRACIA de Dios el Padre es una cualidad que TODO LO ABARCA.
 
La GRACIA de Dios tiene un significado tremendo para aquellos que en verdad la entienden. A través de
Jesucristo, el regalo de la GRACIA de Dios es otorgado para que podamos CRECER hacia Él, Jesucristo—el HIJO
DE DIOS—quién es la CABEZA de la iglesia de Dios, en TODAS LAS COSAS.
 
La VERDAD Bíblica es que Dios el Padre, a través de Su GRACIA y salvación, compartirá Su vida eterna, su
existencia y gloria con todos los seres humanos que verdaderamente lo aman con todo su corazón, mente y ser.
 
El potencial de nuestro destino para llegar a ser literalmente hijos de Dios a través la GRACIA de Dios es la más
INCREÍBLE y menos entendida VERDAD de la Biblia. El apóstol Juan escribió, “¡He aquí! ¡Que glorioso amor
nos ha dado el Padre, que deberíamos ser llamados los hijos de Dios! Por esta misma razón, el mundo no nos
conoce porque no lo conoce a El. Amados, ahora somos los hijos de Dios, y no ha sido revelado aun lo que
seremos; pero sabemos que cuando El sea manifestado, seremos como El, porque Lo veremos exactamente como
El es.” (I Juan 3:1-3).
 
Por esto fue que Pedro fue inspirado a exhortarnos a CRECER en LA GRACIA y conocimiento de nuestro Señor y
Salvador Jesucristo. “...estén creciendo en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A El
sea la gloria ahora y en el día de la eternidad.” (II Pedro 3:18).
 
La gracia está basada en el amor
 
El amor es la base para la relación y compañerismo entre Dios del Padre, Jesucristo y la persona que ha sido
llamada a la salvación. DIOS ES AMOR. “Aquel que no ama no conoce a Dios porque ¡DIOS ES AMOR!. En esta
manera el amor de Dios fue manifestado hacia nosotros: que Dios envió Su único Hijo engendrado al mundo, para
que pudiéramos vivir a través de El. En este acto esta EL AMOR—no que nosotros amamos a Dios; sino, que El
nos amó y envió a Su Hijo para ser la propiciación por nuestros pecados. Amados, si Dios nos amó tanto, nosotros
también estamos obligados a amarnos unos a otros. Nadie ha visto a Dios en ningún momento. Aun así, si nos
amamos unos a otros, Dios vive en nosotros, y Su propio amor es perfeccionado en nosotros.” (I Juan 4:8-12).
 
¡Nuestra relación con Dios DEBE estar basada en el AMOR! “Y AMARÁN al Señor su Dios con TODO su
corazón, y con TODA su alma, y con TODA su mente, y con TODA su fuerza.’ Este es el primer mandamiento.”
(Marcos 12:30). ¡El AMOR es el FUNDAMENTO de la gracia y sin éste fundamento no hay NADA!
 
Como tal, la GRACIA es la principal cualidad o atributo; la primera extensión o expresión del AMOR DE DIOS.
Por tanto, la GRACIA, es la principal cualidad y función de la relación espiritual y el compañerismo entre Dios el
Padre y la persona que Él llama a través de Jesucristo.
 
La definición de gracia en el Nuevo Testamento
 
La GRACIA, como es revelado el Nuevo Testamento, tiene una aplicación y significado extenso. GRACIA viene
de la palabra Griega, “CHARIS,” que significa: “La gracia, el favor y la bendición divina de Dios; cuidado
graciable, ayuda, buena voluntad, beneficio, regalo, bondad, donación y dotación” (Léxico Griego de Arnt y
Gingrinch). Por tanto, gracia, es una palabra multifacética, mostrando muchos aspectos del AMOR graciable de
Dios el Padre como es manifestado misericordiosamente a través de Jesucristo.
 
La gracia de Dios el Padre solamente viene a través de Jesucristo
 
La GRACIA de Dios, como esta revelada a través de Jesucristo, fue profetizada por los profetas del Antiguo
Testamento. “En esto ustedes mismos se alegran grandemente; aunque por el momento, si es necesario, están en
aflicción por un rato sometidos a varias pruebas; para que la prueba de su fe, la cual es mucho mas preciosa que el
oro que perece, aunque está siendo probada por fuego, pueda ser encontrada hacia alabanza y honor y gloria en la
revelación de Jesucristo; a Quien, no habiendo visto, ustedes aman; en Quien, aunque por el momento no Lo ven,
creen, y se alegran con gozo indecible, y llenos con gloria; y están recibiendo el fin de su fe—la salvación de sus
almas; concerniente a tal salvación los profetas que profetizaron de LA GRACIA que vendría a ustedes han
diligentemente buscado y atentamente preguntado, buscando en que forma y que manera de tiempo estaba
indicando el Espíritu de Cristo el cual estaba en ellos, testificando de antemano de los sufrimientos de Cristo, y
esas glorias que seguirían; a quienes fue esto revelado, no para si mismos, sino que ellos estuvieron ministrando
estas cosas para nosotros, las cuales ahora les han sido anunciadas por aquellos que les han predicado el evangelio
por el Espíritu Santo, enviado desde el cielo—dentro de tales cosas los ángeles desean mirar. Por esta razón, estén
preparados en sus mentes, sean auto controlados, y estén esperando totalmente en LA GRACIA que les será
traída en la revelación de Jesucristo.” (I Pedro 1:6-13).
 
La primera venida de Jesucristo fue una expresión de amor por Dios el Padre revelando Su gracia y salvación a
través del nacimiento, vida, crucifixión, muerte y resurrección de Jesucristo. Por eso fue que Juan escribió que,
“Por este mismo acto hemos conocido EL AMOR DE DIOS.”
 
“Porque Dios amó tanto al mundo, que dio Su único Hijo engendrado, para que todo el que crea en El… [Griego:
pisteuon eis, aquel que está creyendo a Él. Esta creencia es una profunda interacción, fe y creencia dinámica. Esta
clase de creencia es más que un concepto mental, es una interacción espiritual entre el creyente y Jesucristo]… no
pueda morir, sino pueda tener vida eterna.” (Juan 3:16).
 
Jesucristo es la expresión completa de la GRACIA y verdad de Dios. “Y la Palabra se hizo carne, e hizo
tabernáculo entre nosotros (y nosotros mismos vimos Su gloria, la gloria como del único engendrado con el Padre),
lleno de GRACIA y VERDAD..... Y de Su plenitud todos hemos recibido, y gracia sobre gracia… LA GRACIA
Y LA VERDAD vinieron a través de Jesucristo” (Juan 1:14,16-17).
 
¡Una multitud de bendiciones espirituales fluyen para cada cristiano como resultado del AMOR Y GRACIA DE
DIOS! Esto es como estar debajo de una cobertura protectora o una sombrilla de refugio. Las bendiciones de la
gracia de Dios incluyen: El llamado personal de Dios el Padre, amor, arrepentimiento, perdón, justificación,
santificación; el recibimiento del Espíritu Santo de Dios, misericordia, compasión, bendiciones, esperanza, fe,
gozo, salvación, redención, guardar los mandamientos y leyes de Dios en el espíritu de la ley. ¡Y finalmente el
regalo de Dios de la vida eterna, como un mismísimo hijo o hija espiritual de Dios el Padre nacido en la Familia de
Dios en la resurrección!
 
Somos llamados a través de la gracia
 
El llamado de Dios es el principio de Su gracia en nuestra vida. Dios el Padre personalmente inicia nuestro
llamado, acercándonos espiritualmente a Él con Su Espíritu Santo, a través de Jesucristo.
 
“Nadie puede… [Griego, dunamai tener el poder o habilidad dentro de uno mismo]… venir a Mí… [Jesucristo]…
a menos que el Padre, Quien Me envió, lo LLAME… [alcance y traiga, o seleccione]... (Juan 6:44).
 
Pablo entendió esto y lo explica muy claramente: “Entonces estamos obligados a dar gracias a Dios siempre
concerniente a ustedes, hermanos, quienes son amados por el Señor, porque Dios desde el comienzo los ha
LLAMADO hacia salvación a través de la santificación del Espíritu y creencia de la verdad hacia la cual El los
LLAMÓ por nuestro evangelio para la obtención de la gloria de nuestro Señor Jesucristo...Entonces pueda nuestro
Señor Jesucristo, y Dios—incluso nuestro Padre, Quien nos amó y nos dio ánimo eterno y buena esperanza a
través de la GRACIA— animar sus corazones y establecerlos en cada buena palabra y obra.” (II Tesalonicenses
2:13-17).
 
Gálatas 1:15 muestra que Pablo fue llamado por GRACIA. “...[Dios el Padre] me llamó por Su gracia.”
 
Aquí, el apóstol Pablo está mostrando que el llamado de Dios es cumplido a través de la operación de la GRACIA
de Dios el Padre. Esta es una de las funciones de Su misericordia e intervención graciable en nuestras vidas.
 
Creemos en Jesucristo través de la gracia
 
Por todo el Nuevo Testamento, la creencia en el Señor Jesucristo es mostrada como absolutamente necesaria para
la salvación. Juan fue inspirado a escribir, “Pero estos han sido escritos, para que puedan creer que Jesús es el
Cristo, el Hijo de Dios; y que creyendo puedan tener vida a través de Su nombre.” (Juan 20:31).
 
¿De dónde viene esta creencia en Jesucristo? ¿La tenemos o la poseamos nosotros? ¿Cómo es que llegamos a
creer? ¿La encontramos? ¡No, no lo hacemos!
 
De hecho, no podemos encontrar esta creencia nosotros mismos. ¡Creemos en Jesucristo, nuestro Salvador a través
de la GRACIA de Dios! “...y [Apolos] después de llegar [a Acaya], ayudó grandemente a aquellos que habían
creído A TRAVÉS DE LA GRACIA” (Hechos 18:27).
 
Como vemos, es a través de la GRACIA de Dios, Su bendición y bondad, lo que hace posible esta creencia.
 
Arrepentimiento y gracia
 
La gracia de Dios es magnánimamente otorgada sobre nosotros dirigiéndonos al arrepentimiento: “¿O desprecian
las riquezas de su bondad e indulgencia y paciencia, no sabiendo que LA GRACIA DE DIOS LOS GUÍA AL
ARREPENTIMIENTO?” (Romanos 2:4).
 
Entonces, es a través de la gracia de Dios que somos guiados a ver la maldad de nuestra propia naturaleza humana.
¡Somos capaces, con el Espíritu de Dios, de comprender la dimensión y consecuencias de nuestros pecados!
 
¡A través de la gracia de Dios, Él nos guía a entender las profundidades de nuestro ser y que es pecado
verdaderamente! El apóstol Juan escribió una definición clara de pecado: “Todo aquel que practica pecado esta
también practicando ilegalidad, pues pecado es ilegalidad.” (I Juan 3:4).
 
Cuando, a través de la GRACIA de Dios, caemos en cuenta que nuestros pecados causaron la muerte de
Jesucristo; Él nos otorga el arrepentimiento. “Y después de escuchar estas cosas, estaban mudos; y glorificaron a
Dios, diciendo, “Entonces para los gentiles ciertamente Dios también ha otorgado arrepentimiento hacia vida.”
(Hechos 11: 18).
 
Esta clase de arrepentimiento piadoso es un resultado de la intervención personal de Dios el Padre en nuestras
vidas. Mientras puede que no sea tan directo como lo fue en la vida de Job, donde Dios le habló personalmente a
Job, no obstante podemos aprender de su ejemplo y arrepentimiento.
 
“Y Job le respondió al SEÑOR y dijo, ‘Se que puedes hacer todas las cosas, y que ningún pensamiento puede ser
retenido de Ti....He escuchado de Ti por el oír del oído; pero ahora mis ojos Te ven… [entender la grandeza,
bondad, misericordia y gracia de Dios comparado a su propia miseria pecaminosa]… Por tanto me aborrezco, y me
arrepiento en polvo y cenizas.’ ” (Job 42:1-2,5-6).
 
Esta clase de arrepentimiento profundo y sincero es parte de la gracia Dios, y solo Él la puede otorgar.
 
La gracia y el perdón de los pecados
 
Cuando nosotros, en arrepentimiento, en fe, aceptamos el sacrificio de Jesucristo como el pago total por nuestros
pecados, esos pecados son puestos sobre Él, porque solo Él pagó el precio por nuestros pecados a través de Su
crucifixión, muerte y resurrección. Cuando a través de la gracia de Dios somos guiados al arrepentimiento,
debemos entonces ser sepultados en la muerte de Jesucristo a través del bautismo en agua.
 
Pablo escribió de esta muerte: “¿Qué diremos entonces? ¿Continuaremos en pecado, para que la gracia pueda
abundar? ¡NUNCA PUEDA SER! Nosotros quienes morimos al pecado, ¿Cómo viviremos mas en el? ¿O son
ustedes ignorantes que nosotros, como tantos que fuimos bautizados en Cristo Jesús, fuimos bautizados en Su
muerte? Por tanto, fuimos sepultados con El a través del bautismo en la muerte; para que, así como Cristo fue
levantado de los muertos por la gloria del Padre, en la misma forma, deberíamos también caminar en novedad de
vida. Porque si hemos sido unidos juntamente en la semejanza de Su muerte, así también lo seremos en la
semejanza de Su resurrección. Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue co-crucificado con El, para que el
cuerpo de pecado pudiera ser destruido, para que ya no pudiéramos ser esclavizados al pecado;  porque quien ha
muerto al pecado ha sido justificado del pecado. Entonces si morimos junto con Cristo, creemos que también
viviremos con El” (Romanos 6:1-8).
 
¡En este punto, cada pecado que hemos cometido es totalmente y completamente perdonado a través de la
maravillosa GRACIA de Dios!
 
“En Quien tenemos redención a través de Su sangre, incluso la remisión de los pecados, de acuerdo a las riquezas
de SU GRACIA” (Efesios 1:7).
 
El apóstol Pablo escribió, “Porque todos hemos pecado, y estamos destituidos de la gloria de Dios; pero estamos
siendo justificados gratuitamente por Su gracia a través de la redención que está en Cristo Jesús; a Quien
Dios ha manifestado abiertamente ser una propiciación a través de la fe en Su sangre, para demostrar Su justicia,
respecto a la remisión de pecados pasados.” (Romanos 3:23-25).
 
Sin embargo, porque todavía estamos en la carne, tenemos la debilidad de la carne y las tentaciones y los arrastres
de la naturaleza humana están aún activos, nos encontramos aún pecando, aunque no queremos pecar. Pero, porque
todavía estamos firmes en esta gracia y se nos ha imputado el regalo de la justicia, Dios nos guía al arrepentimiento
de nuestros pecados para que podamos tener perdón.
 
El apóstol Juan escribió que si continuamos caminando en el camino de Dios, la GRACIA de Dios es
misericordiosamente y desinteresadamente extendida cuando nos arrepentimos y confesamos nuestros pecados.
“Sin embargo, si caminamos en la luz, como El está en la luz, entonces tenemos compañerismo unos con otros, y
la sangre de Jesucristo, Su propio Hijo, nos limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, estamos
engañándonos a nosotros mismos, y la verdad no esta en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, El es fiel y
justo, para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda injusticia.....tenemos un Abogado con el Padre,
Jesucristo el Justo; Y El es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por nuestros pecados, sino
también por los pecados del mundo entero” (I Juan 1:7-9, 2:1-2).
 
Este indulto y perdón misericordioso de nuestros pecados, a través de la sangre de Jesucristo, revela la bondad y
gracia de Dios el Padre hacia nosotros. Por esto no continuamos viviendo en pecado.
 
El apóstol Pablo escribió, “¿Qué diremos entonces? ¿Continuaremos en pecado, para que la gracia pueda abundar?
¡NUNCA PUEDA SER! Nosotros quienes morimos al pecado… [a través de la GRACIA y MISERICORDIA de
Dios]… ¿Cómo viviremos mas en el?” (Romanos 6:1-2).
 
Justificación a través la gracia
 
La Justificación es el acto de Dios el Padre por el cual nosotros como pecadores somos justificados de la penalidad
del pecado. Este proceso es llamado “una ley de fe” (Romanos 3:27). ¡La vida de Jesucristo y Su sacrificio son
imputados a aquellos que son llamados por Dios! Después del arrepentimiento sincero y profundo, el bautismo a
través de la sumersión en agua y la imposición de manos para recibir el Espíritu Santo, Él perdona nuestros
pecados a través de la sangre de Jesucristo. ¡Entonces somos aceptados individualmente como si cada uno de
nosotros fuéramos Jesucristo mismo! Esta justificación significa que hemos sido puestos en una relación espiritual
recta con Dios el Padre en el cielo arriba. Dios el Padre imputa la justicia, significando que Él nos esta otorgando
la misma justicia de Jesucristo. Este es el regalo de justicia el cuál recibimos a través de la gracia abundante
del Padre (Romanos 4:24; 5:17).
 
¡Así es como un pecador arrepentido es justificado de sus pecados y puesto EN UNA RELACIÓN CORRECTA
CON DIOS EL PADRE!
 
De todos los múltiples aspectos de la GRACIA de Dios, la JUSTIFICACIÓN con el subsecuente regalo de justicia
espiritual, es el más importante mientras estamos viviendo en la carne. “Porque nosotros también fuimos una vez
tontos, desobedientes, engañados, sirviendo toda clase de lujurias y placeres, viviendo en malicia y envidia,
odiosos y odiando uno al otro. Pero cuando la gracia y el amor de Dios nuestro Salvador hacia el hombre apareció,
no por obras de justicia las cuales practicábamos, sino de acuerdo a SU MISERICORDIA El nos salvó, a través
del lavado de regeneración y la renovación del Espíritu Santo, el cual El derramó sobre nosotros ricamente a través
de Jesucristo nuestro Salvador; para que, HABIENDO SIDO JUSTIFICADOS POR SU GRACIA, llegáramos a
ser herederos de acuerdo a la esperanza de vida eterna.” (Tito 3:3-7).
 
Este ese el regalo gratuito de la gracia a través de Jesucristo. “Pero ¿no debería el regalo gratuito ser igual como
lo fue la ofensa? Porque si por la transgresión de aquel hombre muchos murieron, ¿Cuanto más abundó a muchos
la gracia de Dios, y el regalo de gracia, el cual es por aquel hombre, Jesucristo?” (Romanos 5:15).
 
Solo Él fue perfectamente justo en el espíritu de la ley, en perfecto amor y perfecta devoción a Dios el Padre.
Solamente Él calificó. Aquí hay una verdad espiritual profunda: NUNCA NADA PUEDE SUSTITUIR LA
VIDA, SACRIFICIO, MUERTE, Y RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO—¡NADA! Por esto es que la
justificación viene a través de la gracia por Jesucristo.
 
La justificación trae reconciliación
 
La justificación de pecados pasados, a través del sacrificio de Jesucristo, nos reconcilia con Dios el Padre. No
solamente Él perdona nuestros pecados, sino que Dios el Padre realmente imputa la JUSTICIA de Jesucristo a
nosotros.
 
“Y todas las cosas son de Dios [el Padre], Quien nos ha reconciliado con EL MISMO a través de Jesucristo, y nos
ha dado el ministerio de RECONCILIACIÓN; el cual es, que Dios [el Padre] estuvo en Cristo [Juan 14:10],
RECONCILIANDO al mundo para SI MISMO, no imputándoles sus transgresiones; y nos ha confiado este
mensaje de reconciliación... Les rogamos en nombre de Cristo, ‘ESTÉN RECONCILIADOS CON DIOS.’ Porque
El [Dios el Padre] hizo que Quien [Jesucristo] NO CONOCIÓ PECADO ser pecado por nosotros, para que
PUDIERAMOS LLEGAR A SER LA JUSTICIA DE DIOS en El.” (II Corintios 5:18-21).
 
Solo Dios el Padre puede extender esta graciable reconciliación a nosotros. ¡Es un regalo de gracia! Tal relación
especial de tener la justicia de Jesucristo gratuitamente imputada a nosotros no puede ser ganada a través de
ninguna clase de obra. ¡Jesucristo la ha ganado para nosotros! ¡Es el regalo gratuito de Dios el Padre a través de Su
GRACIA!
 
“Pero Dios nos encomienda Su propio AMOR porque, cuando éramos aun pecadores, Cristo murió por nosotros.
Mucho mas, por tanto, habiendo sido ahora justificados por Su sangre, seremos salvos de la ira por medio de El.
Porque si, cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios a través de la muerte de Su propio Hijo, mucho
más entonces, habiendo sido reconciliados, seremos salvos por Su vida. Y no solo esto, sino también nos gloriamos
en Dios a través de nuestro Señor Jesucristo, por Quien hemos recibido ahora la reconciliación.” (Romanos 5:8-
11).
 
¡A través de la operación del amor y gracia de Dios El Padre, El nos redime de la muerte por el pecado y a través
de Su gracia y Espíritu Santo, nos extiende la vida eterna a través de Jesucristo!
 
El pecado de Adán trajo muerte
La gracia de Dios trae vida eterna
 
Pablo contrasta el pecado de Adán con la justificación de Dios a través de Su GRACIA. El pecado de Adán trajo
muerte a todos los hombres; la GRACIA de Dios traerá VIDA ETERNA a través de Jesucristo. “Pero ¿no debería
el regalo gratuito ser igual como lo fue la ofensa? Porque si por la transgresión de aquel hombre muchos murieron,
¿Cuanto más abundó a muchos la gracia de Dios, y el regalo de gracia, el cual es por aquel hombre, Jesucristo? Y
¿No debería el regalo gratuito [de gracia] ser como el regalo que vino por aquel que había pecado? Porque por un
lado, juicio fue por uno hacia condenación; pero por otro lado, el regalo gratuito [de gracia] es por uno para la
justificación de muchas ofensas. Porque si por la ofensa de aquel hombre… [el pecado de Adán]… muerte reinó
por aquel, ¿Cuanto mas aquellos que reciben la abundancia de gracia y el regalo de justicia reinarán en vida por
aquel, Jesucristo.) Así entonces, incluso como por aquella trasgresión condenación vino a todos los hombres, en la
misma manera también, por el acto de justicia… [la vida, crucifixión, muerte y resurrección de Jesucristo]…
justificación de vida vendrá a todos los hombres. Porque incluso como por la desobediencia de aquel hombre
muchos fueron hechos pecadores, en la misma manera también, por la obediencia de aquel Hombre muchos serán
justificados. Mas aún, la ley entró, para que la trasgresión pudiera abundar; pero donde el pecado abundó, la
gracia de Dios sobreabundó; para que incluso como el pecado ha reinado hacia muerte, así también pudiera la
gracia de Dios reinar mediante justicia hacia vida eterna a través de Jesucristo nuestro Señor.” (Romanos
5:15-21).
 
En el plan de Dios el Padre y en Su tiempo, como esta demostrado por los Días Santos, Él extenderá una
oportunidad a cada persona  para recibir el regalo de perdón y gracia hacia vida eterna.
 
Los cristianos permanecen en gracia
 
Los cristianos en realidad permanecen en un estado “continuo” o condición de GRACIA delante de Dios. “Por
tanto, habiendo sido justificados por fe… [esto es, puestos en posición correcta con Dios a través del perdón de
pecados por la sangre de Jesucristo]… tenemos paz con Dios a través de nuestro Señor Jesucristo. A través de
Quien también tenemos acceso por fe dentro a esta gracia en la cual permanecemos, y nos gloriamos en la
esperanza de la gloria de Dios. Y no solo esto, sino también nos gloriamos en las tribulaciones, dándonos cuenta
que la tribulación da a luz resistencia, y la resistencia da a luz carácter, y el carácter da a luz esperanza. Y la
esperanza de Dios nunca nos avergüenza porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones a través
del Espíritu Santo, el cual nos ha sido dado.” (Romanos 5:1-5).
 
Estando en este continuo estado de gracia, el regalo gratuito de Dios, es como somos capaces de permanecer
delante de Dios en Cristo Jesús nuestro Señor.
 
“Porque han sido salvos por gracia”
 
El Nuevo Testamento revela que hay tres fases o pasos de salvación. Todas las tres fases de salvación son a través
de GRACIA, “porque han sido salvos por gracia.”
 
La primera fase es siendo salvo de nuestros pecados pasados como esta revelado en el Segundo Capítulo de
Efesios. Lo que está siendo discutido no es la resurrección como el aspecto de la salvación, sino la fase de inicio de
la salvación; siendo salvos de nuestros pecados.
 
“Ustedes estaban muertos en transgresiones y pecados, en los cuales caminaron en tiempos pasados de acuerdo al
curso de este mundo, de acuerdo al príncipe del poder del aire, el espíritu que esta ahora trabajando dentro de los
hijos de desobediencia; entre quienes también todos nosotros una vez tuvimos nuestra conducta en las lujurias de
nuestra carne, haciendo las cosas deseadas por la carne y por la mente, y éramos por naturaleza los hijos de ira, así
como el resto del mundo. Pero Dios, Quien es rico en MISERICORDIA, por causa de Su GRAN AMOR con el
cual nos AMÓ, aun cuando estábamos muertos en nuestras ofensas, nos ha dado vida junto con Cristo. (Porque
HAN SIDO SALVOS POR GRACIA).” (Efesios 2:1-5).
 
¿De qué habían sido ellos salvos? ¡El contexto nos da la repuesta! Ellos habían sido salvos de estar muertos “en
transgresiones y pecados”, de “la ira” de Dios y del “príncipe del poder del aire”—Satanás y su influencia en sus
vidas. Esta es la PRIMERA fase del proceso de salvación, a través de la gracia de Dios.
 
Ciertamente Pablo proyecta al cumplimiento de la salvación, en anticipación de estar en el Reino de Dios, pero él
claramente muestra que esto va a ocurrir en los siglos que vienen, y NO en aquel tiempo o ahora.
 
Continuando en versículo 6, “Y nos ha levantado juntos y nos ha hecho sentar juntos en los lugares celestiales en
Cristo Jesús,” ¿Pero CUÁNDO ocurrirá esto? ¿Fue en aquel tiempo? ¿Es ahora en este tiempo? ¿Cuándo? ¡La
repuesta es dada en el versículo 7! “Para que en LOS SIGLOS QUE VIENEN pudiera mostrar las excesivas
riquezas de SU GRACIA en Su bondad hacia nosotros en Cristo Jesús.” (versículo 7).
 
Jesús les dijo a los apóstoles que ellos se sentarían con Él a Su mesa después que Él regresara y trajera el Reino de
Dios. “Y Yo les asigno, como Mi Padre Me ha asignado, un reino; para que puedan comer y beber en Mi mesa en
Mi reino, y puedan sentarse sobre tronos [celestiales] juzgando las doce tribus de Israel.” (Lucas 22:29-30).
 
Los cristianos después de la resurrección en realidad se sentarán en tronos celestiales con Jesucristo después de Su
segunda venida. “Y vi tronos; y a los que se sentaron sobre ellos, y juicio les fue dado... y vivieron y reinaron con
Cristo mil años. (Pero el resto de los muertos no vivieron de nuevo hasta que los mil años fueron completados.)
Esta es la primera resurrección. Bendito y santo es el que tiene parte en la primera resurrección; sobre este la
segunda muerte no tiene poder. Sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con EL mil años”
(Apocalipsis 20:4-6).
 
Pablo quiere que entendamos que no podemos salvarnos nosotros mismos por ningún medio, es regalo de Dios.
“Porque por gracia han sido salvos [de sus pecados pasados y transgresiones y de Satanás el diablo] a través de fe,
y esta no es de ustedes mismos; es el regalo de Dios, no de obras, para que nadie pueda jactarse. Porque somos Su
hechura, creados en Cristo Jesús hacia las buenas obras que Dios ordenó de antemano para que pudiéramos
caminar en ellas.” (Efesios 2:8-10).
 
La GRACIA de Dios NOS OBLIGA a vivir y caminar en esas BUENAS OBRAS. ¿Cuales son estas buenas obras?
Jesús claramente las definió para nosotros en el sermón del monte como se encuentra en Mateo cinco, seis y siete.
 
La segunda fase de salvación es el proceso de crecimiento y superación cristiano. Mientras vivamos en el
CAMINO DE VIDA DE DIOS, por cada palabra de Dios, a través del poder del Espíritu Santo, estamos
desarrollando carácter piadoso.
 
¡Pablo les dijo a los Corintios que ellos estaban siendo salvos si permanecían y vivían en las enseñanzas de Dios!
“Ahora estoy declarándoles, hermanos, el mismo evangelio que les proclamé, el cual también recibieron, y en el
cual ahora están permaneciendo; por el cual también ESTÁN SIENDO SALVOS, si se están aferrando a las
palabras [del evangelio] que les proclamé…” (I Corintios 15:1-2).
 
Esta es la parte de la salvación la cuál debe ser trabajada por los individuos con el poder de el Espíritu Santo en
ellos. Esto es hecho diariamente mientras se crece en la gracia y conocimiento de Jesucristo y vive en el camino de
Dios. “Así entonces, mis amados, incluso como ustedes SIEMPRE HAN OBEDECIDO, no como en mi presencia
solamente, sino ahora mucho mas en mi ausencia, TRABAJEN SU PROPIA SALVACIÓN con temor y temblor.
Porque es Dios quien trabaja en ustedes es querer como el hacer de acuerdo a Su buena voluntad.” (Filipenses
2:12-13).
 
Una vez estamos bajo la gracia de Dios, debemos esforzarnos para hacer la buena voluntad de Dios. “Por cuya
causa estamos también orando continuamente por ustedes, para que nuestro Dios pueda contarlos dignos de su
llamado, y pueda cumplir en ustedes toda la buena voluntad de Su bondad, y el trabajo de fe con poder; para que el
nombre de nuestro Señor Jesucristo pueda ser glorificado en ustedes, y ustedes en El, de acuerdo a la gracia de
nuestro Dios y del Señor Jesucristo.” (II Tesalonicenses 1:11-12).
 
La tercera fase de la salvación es la resurrección al regreso de Jesucristo cuando “seremos salvos.” “Porque aún
cuando estábamos sin fuerza, en el tiempo señalado Cristo murió por los impíos. Porque raramente alguien morirá
por un hombre justo, aunque de  pronto alguien pueda tener el coraje incluso de morir por un buen hombre. Pero
Dios nos encomienda Su propio amor porque, cuando éramos aun pecadores, Cristo murió por nosotros. Mucho
mas, por tanto, habiendo sido ahora justificados por Su sangre, seremos salvos de la ira por medio de El. Porque
si, cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios a través de la muerte de Su propio Hijo, mucho más
entonces, habiendo sido reconciliados, seremos salvos por Su vida.” (Romanos 5:6-10).
 
Pablo clarificó esto cuando escribió, “...aparecerá la segunda vez sin pecado hacia salvación para aquellos que
están esperándolo ansiosamente” (Hebreos 9:28). En la resurrección el proceso de salvación será finalizado. “Por
esto, soporto todas las cosas por el amor de los elegidos para que puedan obtener LA SALVACIÓN que es en
Cristo Jesús con gloria eterna.” (II Timoteo 2:10).
 
Justo antes de morir, el apóstol Pablo sabía que su salvación sería completa en la resurrección. “De ahora en
adelante, una corona de justicia es guardada para mí, la cual el Señor, el Juez justo, me dará en aquel día [el día de
la resurrección]—y no solo a mi, sino también a todos que aman Su aparición.” (II Timoteo 4:8).
 
Recibimos salvación a través de la gracia de Dios. Como hemos visto, el proceso es cumplido en estas tres fases.
Uno, “Ha sido salvo.” Dos, “Está siendo salvo.” Tres, “Será salvo.”
 
La MAXIMA bendición de la GRACIA de Dios es VIDA ETERNA a través de la resurrección. Esto solamente
puede ser comprendido como Pablo expresó, “¡LAS INCOMPARABLES RIQUEZAS DE GRACIA!”
 
Necesitamos apreciar profundamente el AMOR de Dios y Su GRACIA con todo nuestro corazón. Necesitamos
acercarnos a Dios el Padre y Jesucristo en oración, en adoración, en acción de gracias por Su graciable BONDAD
y Su amorosa AMABILIDAD. Necesitamos alegrarnos en la salvación de Dios la cual Él nos extiende.
 
Los cristianos que están bajo la gracia
deben guardar los Mandamientos de Dios
 
Con un conocimiento parcial de lo que Pablo escribió en el libro de Romanos, la mayoría de los Protestantes
cometen el error fatal de asumir que la ley y la observancia de los mandamientos no son más requeridos. Pues con
esto, ellos razonan incorrectamente que porque “la justicia de Dios” es imputada como un regalo de Dios, todas las
leyes y mandamientos de Dios “se han descartado, abolido, clavado a la cruz, Jesucristo cumplió tan perfectamente
la ley por nosotros, que como cristianos no tenemos en absoluto ningunas leyes ni mandamientos que guardar—
Cristo lo hizo todo por nosotros.”
 
¡Pero tal cosa no es el caso en absoluto! ¡El apóstol Pablo lo dejó abundantemente claro! Él escribió, “Ya que es
ciertamente un Dios Quien justificará la circuncisión por fe, y la incircuncisión a través de fe. ¿ESTAMOS
NOSOTROS, ENTONCES, ABOLIENDO LEY… [o haciéndola sin efecto, o clavándola a la cruz]… A TRAVÉS
DE FE? ¡NUNCA PUEDA SER! MÁS BIEN, ESTAMOS ESTABLECIENDO LEY.” (Romanos 3:30-31).
 
Aquí está como estamos confirmando ley a través de fe y gracia: Como sirvientes de Jesucristo, permaneciendo en
la gracia de Dios, debemos vivir en esta justicia de Dios  conforme a un estándar espiritual mas alto guardando las
leyes y mandamientos de Dios. No solo guardar las leyes y mandamientos de Dios en la letra de la ley—Dios
requiere eso de todos en el mundo. ¡Él requiere un estándar más alto para nosotros! Debemos “servir en novedad
de espíritu, y no en antigüedad de la letra” (Romanos 7:6). Jesús dijo, “Si me aman, guarden los mandamientos—a
saber, Mis mandamientos.” (Juan 14:15). Jesús continuó mostrando la condición espiritual básica de aquellos que
no guardan Sus mandamientos. “Quien NO ME AMA, no guarda MIS PALABRAS; y la palabra que ustedes
escuchan NO es Mía, sino del Padre, Quien Me envió” (Juan 14:24).
 
El apóstol Juan amplificó aun más como debemos guardar los mandamientos de Dios basados en el amor. “Por este
estándar sabemos que amamos a los hijos de Dios: cuando amamos a Dios y guardamos Sus mandamientos.
Porque este es el amor de Dios: que guardemos Sus mandamientos; y Sus mandamientos no son pesados.” (I
Juan 5:2-3). La verdad es que ninguno de los mandamientos de Dios son pesados, porque ellos están basados en el
amor (Mateo 22:37-41).
        
El libro de Apocalipsis muestra que la observancia de los mandamientos y la fe de Jesús van mano a mano. “Aquí
esta la paciencia de los santos; aquí están aquellos que guardan LOS MANDAMIENTOS DE DIOS Y LA FE DE
JESÚS” (Apocalipsis 14:12). Esta es una descripción profética de los verdaderos creyentes en Dios al final del
tiempo justo antes del regreso de Jesucristo—¡los mismos días en los cuales estamos viviendo!
 
Cuando es correctamente entendido, a la luz del Nuevo Testamento, ¡guardar los mandamientos y leyes de Dios es
parte de la GRACIA de Dios! Justo como el apóstol Pablo escribió, que a través de fe por gracia “estamos
estableciendo la ley.”
 
¡Piense por un momento! Uno de los aspectos de la GRACIA de Dios es tener a Cristo en nosotros a través del
poder del Espíritu Santo. “A quien Dios quiso dar a conocer cuales son las riquezas de la gloria de este misterio
entre los gentiles; el cual es Cristo en ustedes, la esperanza de gloria” (Colosenses 1:27). Adicionalmente, debemos
tener la mente de Cristo. “Esté esta mente en ustedes, la cual estuvo también en Jesucristo” (Filipenses 2:5).
 
¿Qué significa esto?
 
La respuesta es encontrada en el libro de los Hebreos. Debemos tener las leyes y mandamientos de Dios escritos en
nuestros corazones y mentes. “ ‘Este es el pacto…  [el Nuevo Pacto a través de Jesucristo, el pacto de gracia]…
que estableceré con ellos después de aquellos días,’ dice el Señor: ‘YO DARÉ MIS LEYES DENTRO DE SUS
CORAZONES, Y LAS INSCRIBIRÉ EN SUS MENTES” (Hebreos 10:16).
 
La conversión de la mente, a través de la gracia de Dios, por el poder del Espíritu Santo, remueve la hostilidad y
enemistad de la mente carnal hacía los mandamientos y leyes de Dios. Entonces las leyes y mandamientos de Dios
pueden ser inscritos sobre las tablas de nuestros corazones. “Para que la justicia de la ley pueda ser cumplida en
nosotros, quienes no estamos caminando de acuerdo a la carne, sino de acuerdo al Espíritu: porque aquellos que
caminan de acuerdo a la carne se preocupan por las cosas de la carne; pero aquellos quienes caminan de acuerdo al
Espíritu se preocupan por las cosas del Espíritu. Porque ser guiado carnalmente es muerte, pero ser guiado
espiritualmente es vida y paz, Porque la mente carnal es enemistad contra Dios, porque no esta sujeta a la ley de
Dios; ni en verdad puede estarlo. Pero aquellos que están en la carne no pueden agradar a Dios. Sin embargo,
ustedes no están en la carne, sino en el Espíritu, si el Espíritu de Dios está ciertamente viviendo dentro de ustedes.
Pero si cualquiera no tiene el Espíritu de Cristo, no pertenece a El” (Romanos 8:4-9).
 
Sin importar lo que los hombres profesen con sus labios, aquellos que no estén haciendo como Jesús dijo, NO
pertenecen a Él. “No todo el que me dice, ‘Señor, Señor,’ entrará en el reino del cielo; sino aquel que esta haciendo
[practicando] la voluntad de Mi Padre, Quien está en el cielo. Muchos me dirán en aquel día, ‘Señor, Señor, ¿No
profetizamos por medio de Tu nombre? Y ¿No echamos demonios por medio de Tu nombre? Y ¿No hicimos
muchas obras de poder por medio de Tu nombre?’ Y entonces les confesaré, ‘NUNCA LOS CONOCÍ. Apártense
de Mí, ustedes quienes obran ilegalidad [Transgresión de los mandamientos de Dios].’ ” (Mateo 7:21-23).
 
Como podemos ver en las Escrituras, la GRACIA de Dios nos obliga a guardar los mandamientos y las leyes de
Dios en el espíritu y en su intención total como fueron magnificados por Jesucristo. Así es como la gracia
verdaderamente establece la ley.
 
Existe una bendición final de la gracia de Dios para aquellos que están guardando los mandamientos de Dios.
“Benditos son aquellos que guardan Sus mandamientos, para poder tener el derecho a comer del ÁRBOL DE
VIDA, y poder entrar por las puertas a la ciudad.” (Apocalipsis 22:14).
 
Dios le da gracia al humilde
 
La gracia no puede ser ganada, pero Dios voluntariamente y entusiásticamente la da a los humildes; aquellos que
buscan Su voluntad. “Pero El da mayor gracia. Esta es la razón por la que dice, ‘Dios se coloca a Si mismo contra
el orgulloso, pero da gracia al humilde.’ Por tanto, sométanse a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes.
Acérquense a Dios, y El se acercará a ustedes. Limpien sus manos, ustedes pecadores, y purifiquen sus corazones,
¡ustedes de doble mente! Aflíjanse y lamenten y lloren; su risa sea convertida en aflicción, y su gozo en lamento.
Humíllense a si mismos delante de Dios, y El los exaltará.” (Santiago 4:6-10).
 
Tanto como nos rindamos a Dios en arrepentimiento y busquemos humildemente Su voluntad y Su camino, la
gracia de Dios será derramada sobre nosotros. Esto ocurrió con los primeros cristianos y los apóstoles tal como fue
registrado en el libro de los Hechos. “Y cuando habían orado, el lugar en el cual estaban reunidos fue sacudido; y
todos ellos fueron llenos con el Espíritu Santo, y hablaron la Palabra de Dios con audacia. Y la multitud de
aquellos que creyeron era de un corazón y un alma... Y con gran poder los apóstoles testificaron de la resurrección
del Señor Jesús, y GRAN GRACIA esta sobre todos ellos.” (Hechos 4:31-33).
 
Esa es la clase de GRACIA que todos necesitamos en nuestras vidas—individualmente y colectivamente.
 
La gracia de Dios puede ser pervertida y rechazada
 
Contrario a las enseñanzas de algunos teólogos y religiosos, una persona puede rechazar la GRACIA de Dios. Tal
rechazo puede ocurrir en dos maneras:
 
La primera manera en que uno puede caer de la GRACIA es a través del pecado y rechazo de la salvación de Dios,
su primogenitura en el reino de Dios. “Buscando diligentemente, no sea que cualquiera caiga de la GRACIA de
Dios… [por no rendirse a la corrección de Dios]… no sea que cualquier raíz de amargura brotando los intimide, y por
medio de esto muchos sean profanados. No sea que haya cualquier fornicario o persona impía, como Esaú, quien por
una comida vendió su primogenitura; porque también saben que después, cuando el deseó heredar la bendición, FUE
RECHAZADO; y no halló espacio para arrepentimiento, aunque lo buscó sinceramente con lágrimas.” (Hebreos
12:15-17).
 
La segunda manera que uno puede rechazar la GRACIA de Dios es convirtiendo la gracia en licencia para hacer el
mal y pecar. Esto es una PERVERSION DE LA GRACIA DE DIOS.
 
Falsos maestros entraron clandestinamente en las congregaciones de Dios para pervertir la gracia de Dios y
cambiarla en libertinaje—indulgencias para pecar. Note la advertencia de Judas cuando escribió a los hermanos:
“Amados, cuando estaba personalmente ejerciendo toda mi diligencia para escribirles concerniente a la común
salvación, fui impulsado a escribirles, exhortándolos a pelear fervientemente por la fe, la cual una vez por todo
tiempo ha sido entregada a los santos. Porque ciertos hombres se han deslizado sigilosamente, aquellos de quienes
hace tiempo ha sido escrito, condenándolos a este juicio. Ellos son hombres impíos, quienes están pervirtiendo la
gracia de nuestro Dios, convirtiéndola en libertinaje, y están personalmente negando al único Señor Dios y a
nuestro Señor Jesucristo.” (Judas 3-4).
 
Esta es una gracia ilegal, la cual niega la necesidad de guardar los mandamientos de Dios. Esta es la misma clase
de gracia que los católicos y protestantes creen y enseñan. Los líderes de la cristiandad de hoy necesitan recordar
las palabras de advertencia que Jesús habló a los escribas y fariseos durante su ministerio. Como los auto-justos
líderes judíos, los líderes de las iglesias cristianas han adoptado tradiciones y dogmas que están en conflicto con
los mandamientos de Dios. Un profundo examen de la historia del cristianismo mostrará que las doctrinas y las
prácticas tradicionales de las iglesias de este mundo no son las enseñanzas de Jesucristo. El verdadero cristianismo,
como fue originalmente enseñado por Jesucristo y sus apóstoles, fue subvertido desde adentro por los falsos
maestros de ilegalidad. Las enseñanzas de estos "hombres impíos” de quienes Judas y Pedro escribieron fueron
pasadas a través de los años en las escrituras de los primeros “padres de la iglesia” y fueron aceptadas por la iglesia
romana como tradiciones autoritarias. A través de los siglos la iglesia romana creció en poder, usando su influencia
para apagar con fuerza cada vestigio restante de las verdaderas enseñanzas de Jesucristo. Después de una lucha por
el poder entre el obispo de Roma y el obispo de Constantinopla, la iglesia se dividió en la iglesia Católica Romana
y la iglesia Ortodoxa Oriental.
 
Como la influencia de la iglesia Ortodoxa dominó el Oriente, las enseñanzas de la iglesia católica romana
moldearon el pensamiento de todo el mundo occidental. La autoridad de la doctrina Católica y de la tradición no
fue seriamente confrontada sino hasta el tiempo de Martín Lutero. Cuando Martín Lutero rechazó la corrupción e
ilegalidad de la Iglesia Católica Romana, él pareció estar buscando la verdad de Dios. Él trabajó diligentemente
para traducir las Escrituras al lenguaje Alemán para que la gente común pudiera leer y aprender de la Palabra de
Dios. Pero la religión que se desarrolló como resultado de las enseñanzas de Martín Lutero, conocida como
Luteranismo, no restauró las verdaderas enseñanzas de Jesucristo. La reforma que Martín Lutero empezó no fue
completa, porque él todavía rechazó el Segundo y Cuarto Mandamiento. Como resultado, la nueva religión que
fundó comenzó a promover otra forma de ilegalidad.
 
Lutero enseñó que una persona que había sido salva a través de la gracia de Dios no podía perder la salvación, sin
importar el grado o intensidad de los pecados que pudieran ser cometidos. Esta enseñanza perversa está claramente
expresada en una carta escrita por Lutero: “Se un pecador, y deja a tus pecados ser fuertes, pero deja que tu fe
en Cristo sea más fuerte, y regocíjese en Cristo quien es vencedor sobre el pecado, muerte y el mundo.
Cometeremos pecados mientras estemos aquí, porque esta vida no es un lugar donde la justicia puede
existir....Ningún pecado nos puede separar de Él, aun si fuéramos a matar o cometer adulterio mil veces
cada día” [Martín Lutero, Saemmtliche Schriften, Carta 99, 1 de agosto 1521, traducida por Erika Flores en The
Wittenberg Project, The Wartburg Segment, publicada en Gracia y Conocimiento, Numero 8, Septiembre del
2,000, Articulo “Ecclesiasticus: The Wisdom of Ben-Sirach,” p. 27].
 
Las palabras de Martín Lutero revelan la profundidad de la ilegalidad que Judas condenó y a la cual muchos líderes
religiosos han descendido. Esta enseñanza es el epítome de la “gracia” pervertida, la cual rechaza los
mandamientos de Dios y otorga licencia para cometer pecado sin límite alguno. La enseñanza de Lutero con
respecto del homicidio y adulterio son diametralmente opuestas a las enseñanzas de Jesucristo, Quien
magnificó y expandió grandemente el Sexto y Séptimo Mandamiento para mostrar su aplicación espiritual.
 
Los promotores de ilegalidad han tenido éxito en engañar a la vasta mayoría de los que profesan ser cristianos para
aceptar una gracia falsa. Tal como el Nuevo Testamento muestra, esta vista distorsionada de la gracia no lleva a la
salvación. En el día del juicio, los maestros de ilegalidad, quienes han sido honrados como líderes religiosos y han
hecho aún notables obras en el nombre de Jesucristo, serán rechazados: “Muchos me dirán en aquel día, ‘Señor,
Señor, ¿No profetizamos por medio de Tu nombre? Y ¿No echamos demonios por medio de Tu nombre? Y ¿No
hicimos muchas obras de poder por medio de Tu nombre?’ Y entonces les confesaré, ‘Nunca los conocí.
Apártense de Mí, ustedes quienes obran ilegalidad.’ ” (Mateo 7:22-23).
 
Los obreros de ilegalidad serán echados al lago de fuego para sufrir el juicio de la muerte eterna, de la cual no hay
resurrección: “Pero el cobarde, e incrédulo, y abominable, y asesinos, y fornicarios, y hechiceros, e idólatras, y
todos los mentirosos, tendrán su parte en el lago que quema con fuego y azufre; la cual es la segunda
muerte.” (Apocalipsis 21: 8).
 
¿Como debemos vivir en la gracia?
 
Porque la GRACIA y bendiciones de Dios conducen a la vida eterna, ¿entonces cómo deberíamos estar viviendo?
Dios inspiró a Pablo a escribir la repuesta para nosotros en Romanos capítulo seis. Él enseña el camino de vida
completo que debemos vivir, en dedicación absoluta y amorosa a Dios el Padre y Jesucristo caminando en fe
obediente a través de la gracia:
 
1. ¿Qué diremos entonces? ¿Continuaremos en pecado, para que la gracia pueda abundar?
2. ¡NUNCA PUEDA SER! Nosotros quienes morimos al pecado, ¿Cómo viviremos mas en el?
3. ¿O son ustedes ignorantes que nosotros, como tantos que fuimos bautizados en Cristo Jesús, fuimos bautizados
en Su muerte?
4. Por tanto, fuimos sepultados con El a través del bautismo en la muerte; para que, así como Cristo fue levantado
de los muertos por la gloria del Padre, en la misma forma, deberíamos también caminar en novedad de vida.
5. Porque si hemos sido unidos juntamente en la semejanza de Su muerte, así también lo seremos en la semejanza
de Su resurrección.
6. Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue co-crucificado con El, para que el cuerpo de pecado pudiera ser
destruido, para que ya no pudiéramos ser esclavizados al pecado;
7. Porque quien ha muerto al pecado ha sido justificado del pecado.
8. Entonces si morimos junto con Cristo, creemos que también viviremos con El,
9. Sabiendo que Cristo, habiendo sido levantado de los muertos, no muere más; la muerte ya no tiene dominio
sobre El.
10. Porque cuando murió, murió al pecado una vez por todas; pero en lo que vive, vive hacia Dios.
11. En la misma forma también, ustedes ciertamente deberían considerarse a si mismos muertos al pecado, pero
vivos para Dios a través de Cristo Jesús nuestro Señor.
12. Por tanto, no dejen que el pecado gobierne en su cuerpo mortal obedeciéndolo en su lujuria.
13. Así mismo, no cedan sus miembros como instrumentos de injusticia para pecar; sino, cédanse a si mismos a
Dios como aquellos que están vivos de los muertos, y sus miembros como instrumentos de justicia para Dios.
14. Porque el pecado no gobernará sobre ustedes porque no están bajo ley, sino bajo gracia.
15. ¿Entonces que? ¿Pecaremos porque no estamos bajo ley, sino bajo gracia? ¡NUNCA PUEDA SER!
16. ¿No se dan cuenta que a quien ustedes ceden como siervos para obedecer, son siervos de aquel que obedecen,
si es de pecado hacia muerte, o de obediencia hacia justicia?
17. Pero gracias a Dios, que eran siervos de pecado, pero han obedecido de corazón esta forma de doctrina la cual
fue entregada a ustedes;
18. Y habiendo sido librados del pecado, se convirtieron en siervos de justicia.
19. Hablo desde un punto de vista humano por la debilidad de su carne; porque así como una vez cedieron sus
miembros en esclavitud a la impureza, y a la ilegalidad hacia la ilegalidad, así ahora cedan sus miembros en
esclavitud a la justicia hacia la santificación.
20. Porque cuando eran siervos del pecado, eran libres de justicia.
21. Por tanto, ¿Que fruto tuvieron entonces en las cosas de las cuales ahora están avergonzados? Porque el
resultado final de aquellas cosas es muerte.
22. Pero ahora que han sido librados del pecado y se han convertido en siervos de Dios, tienen su fruto hacia la
santificación, y el resultado final es vida eterna.
23. Porque la paga del pecado es muerte, pero el regalo de Dios es vida eterna a través de Cristo Jesús nuestro
Señor.
 
Ahora podemos ver claramente como debemos vivir nuestras vidas delante de Dios el Padre. Debemos hacer como
si estuviéramos vivos de la muerte; en entrega voluntaria y amorosa a Dios para vivir acuerdo a la voluntad y
gracia de Dios.
 
La expresión más completa y descripción de la múltiple GRACIA de Dios, la cual resalta cada faceta de la gloriosa
GRACIA de Dios, se encuentra en Efesios capítulo primero. ¡Todo lo que habla el apóstol Pablo en este capítulo es
parte de y es una expresión de la GRACIA de Dios el Padre a través de JESUCRISTO!:
 
1. Pablo, un apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos que están en Efeso y a los fieles en Cristo
Jesús:
2. Gracia y paz sean a ustedes de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
3. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Quien nos ha bendecido con toda bendición espiritual
en las cosas celestiales con Cristo.
4. De acuerdo a como El personalmente nos ha escogido para Si mismo antes de la fundación del mundo para que
pudiéramos ser santos e inocentes delante de El en amor;
5. Habiéndonos predestinado por filiación para Si mismo a través de Jesucristo, de acuerdo al buen placer de Su
propia voluntad,
6. Para alabanza de la gloria de Su gracia, en donde nos ha hecho objetos de Su gracia en el Amado Hijo;
7. En Quien tenemos redención a través de Su sangre, incluso la remisión de los pecados, de acuerdo a las riquezas
de Su gracia,
8. La cual ha hecho abundar hacia nosotros en toda sabiduría e inteligencia;
9. Habiéndonos hecho saber el misterio de Su propia voluntad, de acuerdo a Su buen placer, el cual se propuso en
Si mismo.
10. Que en el plan divino para el cumplimiento de los tiempos, pudiera traer todas las cosas juntas en Cristo, ambas
las cosas en los cielos y las cosas sobre la tierra.
11. Si, en El, en Quien también hemos obtenido una herencia, habiendo sido predestinados de acuerdo a Su
propósito, Quien esta haciendo todas las cosas de acuerdo al consejo de Su propia voluntad;
12. Para que pudiéramos ser para la alabanza de Su gloria, quienes confiamos primero en el Cristo;
13. En Quien también confiaron ustedes después de oír la Palabra de la verdad, el evangelio de su salvación; en
Quien también, después de creer, fueron sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
14. El cual es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión comprada, para la alabanza de Su
gloria.
15. Por esta causa, yo también, después de oír de la fe en el Señor Jesús que está entre ustedes, y el amor hacia
todos los santos,
16. No ceso de dar gracias por ustedes, haciendo mención de ustedes en mis oraciones;
17. Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, pueda darles el espíritu de sabiduría y revelación en
el conocimiento de El.
18. Y puedan los ojos de su mente ser iluminados para que puedan comprender cual es la esperanza de Su llamado,
y cual es la riqueza de la gloria de Su herencia en los santos,
19. Y cual es la excesiva grandeza de Su poder hacia nosotros que creemos, de acuerdo al trabajo interno de Su
enorme poder,
20. El cual El forjó en Cristo, cuando Lo levantó de los muertos, y Lo colocó a Su mano derecha en los lugares
celestiales,
21. Muy por encima de todo principado y autoridad y poder y señorío, y de todo nombre que es nombrado—no
solo en este siglo, sino también en el siglo por venir;
22. Porque El ha subordinado todas las cosas bajó Sus pies, y Le ha dado ser cabeza sobre todas las cosas a la
iglesia,
23. La cual es Su cuerpo—la plenitud de El Quien llena todas las cosas en todo.
 
Para aquellos que están viviendo bajo la gracia de Dios, ellos deben continuar amando a Dios el Padre y a
Jesucristo, vivir en Su gracia por fe y vivir por cada palabra de Dios tal como fue magnificado por Jesucristo.
Luego, en la resurrección, cada persona fiel recibirá el regalo más grande de la gracia sobreabundante de Dios el
Padre—vida eterna en gloria y esplendor.
 
Que bendición más maravillosa, que Dios ha otorgado este regalo magnífico de justicia—la misma justicia de
Jesucristo a través Su gracia—¡siendo escrita en nuestros corazones y mentes por el Espíritu Santo de Dios el
Padre! ¡Que tremenda expresión y demostración del amor de Dios y gracia hacia nosotros! ¡Pueda esto inspirarnos
para amar a Dios el Padre y a Jesucristo aún más y para hacer nuestro llamado y elección seguros!
 
¡Para aquellos que desean estar bajo la verdadera GRACIA DE DIOS, necesitan arrepentirse de sus pecados a
Dios el Padre, pidiendo Su perdón! Dios el Padre extenderá Su GRACIA hacía usted, si Lo busca CON TODO SU
CORAZÓN. Luego necesita aceptar a Jesucristo como su Salvador personal, y aceptar Su sacrificio como pago
total por sus pecados, pidiéndole a Dios que borre sus pecados a través de la sangre de Jesucristo. ¡Después,
necesita ser bautizado, según el mandato bíblico, y ser sepultado por el bautismo en la muerte de Jesucristo! Solo
hasta ese entonces la gracia salvadora de Dios puede ser imputada a usted para vida eterna a través de Jesucristo
nuestro Señor.
 
Dios el Padre y Jesucristo están esperando extender Su gracia y salvación eterna hacia usted.
 
Ahora que entiende la GRACIA de Dios, ¿QUÉ VA A HACER?

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