Resúmen General de Cuestión Social en La Historia - Odt
Resúmen General de Cuestión Social en La Historia - Odt
Resúmen General de Cuestión Social en La Historia - Odt
“Cuestión Social” es un término reciente, que según Netto comenzó a ser utilizada en la
tercera década del siglo XIX (1830) en Europa Occidental. Emerge casi al mismo tiempo
que el socialismo de F. Engels).
La expresión surge para dar cuenta al fenómeno del pauperismo, en este caso masivo de la
población trabajadora en Inglaterra. Fue el aspecto inmediato de la instauración del
capitalismo en su fase industrial – competitiva.
Dicho fenómeno lo comenzaron a experimentar los países con el impacto de la primera
revolución industrial, iniciada en Inglaterra en 1775.
El pauperismo afectaba a la población trabajadora, mayoritariamente empleada en fábricas
en el marco de la revolución industrial. Esta ultima aporto un cambio significativo en las
formas de producción, de concebir el trabajo, y ese proceso de cambios psicológicos que
atravesaron los trabajadores respecto al nivel de vida, entre otras cosas.
Explicación del estallido de la revolución industrial; entre 1780 y 1790 y por primera vez,
las sociedades humanas se liberaron de sus cadenas al poder productivo, y desde entonces
surgió una constante multiplicación de hombres, bienes y servicios hasta la actualidad.
El sometimiento de las fuerzas de la naturaleza, el empleo de máquinas, la aplicación de la
química ala industria y a la agricultura, la navegación por vapor, el ferrocarril, telégrafo, y la
apertura de los ríos a la navegación son solo algunos de los aspectos que generaron dicha
revolución.
Por primera vez en la historia, la pobreza crecía paralelamente con la capacidad de producir
riquezas.
La pobreza pre – industrial (en un sistema feudal) se identificaba en los indigentes, aquellos
que no quisieran trabajar, o quienes padecían deficiencias físicas, su situación era atendida
mediante redes familiares, o mecanismos de caridad principalmente religiosos.
En cuanto al resto de la población (campesinos – siervos) estaban vinculados a la tierra de
modo forzoso/hereditario, y el mínimo trabajo de la tierra (en manos de un señor
propietario) les aseguraba al menos subsistencia (vivienda, ropa, protección y parte de la
producción).
Esa pobreza acentuada y generalizada en el primer tercio del siglo XIX – pauperismo pasa a
designarse “cuestión social” por sus desdoblamientos (formación de 2 cosas a partir de 1)
socio – políticos.
Los pauperizados no se conformaban con su situación, desde la mitad del siglo XIX su
protesta tomó las más diversas formas, desde la violencia luddista hasta la constitución de
las trade unions configurando una amenaza real para las instituciones sociales existentes.
A partir de la segunda mitad del siglo XIX, la expresión cuestión social deja de ser usada
por un amplio abanico de posiciones ideo – políticas y pasa a formar parte del pensamiento
conservador. Comienza a ser naturalizada y los posicionamientos frente a la misma pierden
paulatinamente su carácter crítico.
Desde entonces sus representantes ideológicos colocan en primer lugar y con urgencia el
mantenimiento y la defensa del orden burgués.
Representantes del pensamiento conservador laico:
*Alexis de Tocqueville (1805 – 1859)
*Émile Durkheim (1858 – 1917)
En las sociedades anteriores al orden burgués, las desigualdades, privaciones, etc. Devenían
de una escasez que el bajo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas no podía suprimir
En el orden burgués constituido, las fuerzas productivas devienen de una escasez producida
socialmente, de una escasez que resulta necesariamente de la contradicción entre las fuerzas
productivas (crecientemente socializadas) y las relaciones de producción (que garantizan la
apropiación privada del excedente y la decisión privada de su destinación).
DIAPOSITIVA
Marx (con colaboración de Engels) publica en 1867 el primer volumen del “El Capital”.
Solamente con el conocimiento riguroso del “Proceso de producción del capital” Marx
puede aclarar con precisión la dinámica de la “cuestión social”.
El desarrollo capitalista produce necesariamente la “Cuestión Social” – diferentes fases
capitalistas producen diferentes manifestaciones de la misma. El pauperismo es una
manifestación inmediata.
La cuestión social no es una secuela adjetiva o transitoria del régimen del capital. La
Cuestión social es constitutiva del desarrollo del capitalismo.
De este análisis teórico queda claramente desechada cualquier ilusión acerca del alcance de
las reformas al interior del capitalismo.
La cuestión social está determinada por el trazo distintivo de la relación capital/trabajo: la
explotación (la explotación del trabajo por el capital).
Distintas formas de explotación precedieron a la sociedad capitalista. La explotación no es
un trazo distintivo del régimen del capital.
Lo que es distintivo de ese régimen es que, por primera vez en la historia es posible suprimir
la explotación sin que se supriman las condiciones en las que se crea la riqueza social.
En sociedades anteriores al orden burgués, las desigualdades devenían de una escasez que
el bajo nivel de las fuerzas productivas no podía suprimir. En el orden burgués, las
desigualdades devienen de una escasez producida socialmente, de una escasez que resulta de
la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción.
La memoria del pauperismo esta dividida en dos partes. En la primera discute sobre el
origen de la sociedad moderna, sostiene que la pobreza, al igual que la desigualdad, es una
de las consecuencias de la civilización.
El progreso de la civilización no solo expone a los seres humanos a nuevos infortunios,
también los lleva a intentar satisfacer necesidades y deseos que ni siquiera son imaginados
en sociedades menos avanzadas. Puesto que en las naciones ricas las necesidades aumentan
de manera exponencial, es inevitable que el pauperismo, la carencia de satisfactores
materiales también crezca aceleradamente. Mientras más próspera sea una nación, mayor
será el número de quienes soliciten caridad pública.
Crítica de la caridad pública y los efectos (produce más males de los que cura).
Degrada a los pobres, fomenta holgazanear y hace que el trabajo sea menos apetecible.
Observación empírica (experiencia de los hechos).
Caridad privada, no era viable para naciones industriales, y la caridad pública generaba
efectos perversos.
Se encargó de observar y explicar los efectos psicológicos de la beneficencia.
Las leyes de caridad legal (doscientos años de leyes isabelinas).
El hombre tiene una pasión natural por el ocio, sólo dos incentivos para trabajar. 1)
Necesidad de subsistir 2) deseo de mejorar sus condiciones de vida. La mayoría era por el
primer incentivo. La ley de ayuda pública afecta a esa necesidad de subsistir.
Es representativo de la posición liberal. “Puesto que los pobres tienen un derecho absoluto a
la ayuda de la sociedad y tienen una administración publica organizada para proveerla en
todos lados, uno puede. Observar en un país protestante (Inglaterra)… La generalización de
los abusos.
Cualquier medida que establezca la caridad legar de manera permanente y que le dé una
forma administrativa crea una clase ociosa y perezosa que vive a expensas de la industrial y
trabajadora.
Pero esto no es todo, la entrega individual de limosnas establecía valiosos lazos entre ricos y
pobres. El acto en si involucra al que da con el que recibe. Este último, mantenido por una
ayuda a la que no tenía derecho, y que no esperaba obtener, siente gratitud. Se establece un
lazo moral entre esas dos clases cuyos intereses y pasiones a menudo conspiran para
separarlas y, aunque divididas por las circunstancias, se reconcilian de buena gana. Esto no
ocurre con la caridad legal, que conserva las limosnas, pero desaparece su moral.
La ayuda pública, es indirectamente dañina para la sociedad, pero la inexistencia de la
misma lastima a los pobres y al superior.
Caridad legal; crea una clase ociosa y perezosa que vive a expensas de la industrial y
trabajadora.
“Deprava al hombre más de lo que lo enloquece”.
Derechos humanos – elevan y sostienen al espíritu humano.
El pobre exige limosna en nombre de la ley, dice Tocqueville, es aún más humillante que el
indigente que solicita misericordia y la obtiene (se crea un lazo moral entre dos clases que a
menudo conspiran para superarlas).
Esto no sucede con la caridad legal. A los ricos se les quita una parte de sus excedentes sin
consultarles.
La limosna pública no hace de la existencia más cómoda que la privada. Pobres (caridad
pública) es temor y repugnancia. En cambio indigencia (adversidad y envidia) son dos
formas de verlo.
Caridad legal afecta al pobre en su libertad y su moral. Esto se ve en las condiciones de
vida, incapacidad del progreso, hijos ilegítimos, criminales.
Las leyes de pobres inmoralizan a una sexta parte de población inglesa.
Mi objeto de estudio crece… La memoria ya excede sus límites impuestos. Segunda parte
de la memoria ¿Cómo combatir el pauperismo?
Emile Durkheim – La división del trabajo social
Iamamoto: “La cuestión social” no es otra cosa que expresiones del proceso de formación y
desarrollo de la clase obrera y de su ingreso al escenario político de la sociedad, exigiendo
su reconocimiento como clase por parte del empresariado y del Estado. Es la manifestación,
en el cotidiano de la vida social, de la contradicción entre el proletariado y la burguesía, la
cual pasa a exigir otros tipos de intervención, más allá de la caridad y represión.
Desde sus primeras manifestaciones, la cuestión social se presenta íntimamente vinculada a
la cuestión del trabajo, a la organización y movilización de la clase trabajadora. La violenta
y creciente industrialización engendró importantes núcleos de poblaciones no sólo
inestables y en situación de pobreza, sino también miserables desde el punto de vista
material y moral. Por eso, debe ser pensada, teniendo en consideración los procesos
estructurales que dan sustento a las desigualdades y antagonismos propios del orden
burgués. De esa forma, la cuestión social se vincula necesariamente a la aparición y
desarrollo de la clase obrera y su ingreso en el mundo de la política.
Con el objetivo de analizar el Estado y la cuestión social en el capitalismo monopolista,
Netto dice: El capitalismo monopolista, por su dinámica y contradicciones, crea condiciones
tales que el Estado por él capturado, al buscar legitimación política a través del juego
democrático, es permeable (influir) a demandas de las clases subalternas (sectores
marginados) que pueden hacer incidir en él sus intereses y reivindicaciones inmediatas. Y
que este proceso está en su conjunto tensionado no sólo por las exigencias del orden
monopólico, sino también por los conflictos que éste hace emanar en toda la escala
societaria. Es solamente en estas condiciones que las secuelas de la “cuestión social” se
tornan (…) objeto de una intervención continua y sistemática por parte del Estado.
Vemos la cuestión social, como totalidad procesal, remite a la relación capital/trabajo y es
por eso que las acciones estatales (como por ejemplo las políticas sociales) tienen como
primordial meta en enfrentamiento de aquellas situaciones que pueden colocar en riesgo el
orden burgués. Evidentemente esas intervenciones no van dirigidas a la raíz del problema,
contrariamente, son orientadas para las manifestaciones de la cuestión social como
demandas sociales como una forma de reprimir, calmar y acallar cualquier voz que atente
contra la cohesión y el orden socialmente establecido.
Todas estas definiciones y formas de concebir la cuestión social, más allá de sus diferencias,
tienen algunos ejes en común; en primer lugar, entender que la cuestión social propiamente
dicha remite a la relación capital/trabajo, ya sea vinculado con el trabajo o con el no trabajo;
en segundo lugar, que la atención de la cuestión social se vincula directamente a aquellos
problemas y grupos que pueden colocar en riesgo el orden socialmente establecido y la
cohesión social, y finalmente que ella es una manifestación de las desigualdades y
antagonismos arraigados en las propias contradicciones de la sociedad capitalista.
En la primera mitad del siglo XIX en el contexto de la revolución industrial, de las
consecuencias derivadas del desarrollo de la gran industria y de la organización de la clase
trabajadora urbana (en sindicatos y partidos proletarios) que luchaba por mejores
condiciones de vida y trabajo, que es colocada la cuestión social propiamente dicha,
vinculada al surgimiento del pauperismo y del peligro que este significaba. Pero es
necesario recordar que las manifestaciones de las desigualdades y antagonismos que
constituyen la cuestión social se encuentran apoyados en los procesos estructurales del
desarrollo capitalista. De esta forma, una vez que la cuestión social comienza a tomar estado
público, las medidas utilizadas para enfrentarla ya no pueden ser pensadas estrictamente
como mecanismos que contribuyen para la acumulación del capital, por el contrario deben
ser vista como una relación, como una mediación entre la sociedad civil y el Estado, que
refleja su doble característica de coerción y de consenso, de concesión y de conquista.
Ianni: “La misma fábrica del progreso fabrica la cuestión social” la misma sociedad que
fabrica prosperidad económica fabrica las desigualdades que constituyen la cuestión social”
(respecto a lo anteriormente dicho).
Ianni: “Las diversidades y los antagonismos sociales comienzas a ser enfrentados como
situaciones susceptibles de debate, control, cambio, solución o negociación. Aunque en la
práctica predominen las técnicas represivas, la violencia del poder estatal y la privada,
mismo de esa forma el derecho liberal adopado en las constituciones y en los códigos
supone la posibilidad de la negociación. Y la protesta social, bajo diversas formas, en el
campo y en la ciudad sugiere tanto la necesidad de la reforma como la posibilidad de la
revolución”.
Frente a estas situaciones conflictivas se buscan alianzas entre los diferentes sectores que
posibiliten calmar los conflictos que pueden dar lugar a la rebelión de la población
subalterna. Este proceso, que tiene como punto de llegada los beneficios otorgados por el
Estado (por vía de la política social, principalmente), tiene como punto de partida el
descontento social, que dará lugar a la lucha y posterior negociación entre los diferentes
sectores.
Ianni: “La cuestión social refleja las disparidades económicas, políticas, y culturales,
envolviendo clases sociales, grupos raciales y formaciones regionales. Siempre pone en
cuestión las relaciones entre amplios segmentos de la sociedad civil y poder estatal”.
El feudalismo, se desarrollo en Europa Occidental desde el siglo VI hasta los siglos XIV –
VX. Pasaje del esclavismo al sistema feudal. Consiste en concentración de grandes tierras
en manos de jefes militares – locales, regionales, de los representantes eclesiásticos (Iglesia)
o monasterios (también relacionado a la religión) trabajadas por campesinos que pagaban
renta a cambio de protección.
Base económica à agricultura.
Uso de armas en campesino à cuando se hartaban de su situación, se rebelaban.
La tercera forma de trabajo servil, luego del esclavismo y feudalismo es la renta en dinero
(mercantil). Se consolida durante XIII y XIV. Genera una nueva clase urbana y otras
actividades (artesanos, comerciantes y la usura – prestamos).
La elaboración de hierro condujo al perfeccionamiento en los instrumentos de trabajo en
todas las ramas de la economía, y eso incremento en la productividad del trabajo.
Desarrollo económico del comercio à generó excedentes producidos.
La desintegración del sistema feudal condujo al Estado absolutista (XV – XVIII)
implantando burocracia a gran escala, los ejércitos, sistemas nacionales de impuestos,
formas jurídicas uniformes y la unificación del mercado.
El absolutismo fue un aparato reorganizado y potenciado de dominación feudal.
La forma de trabajo explica la dinámica económica de la sociedad humana.
La producción mercantil; los productos son producidos con la finalidad de ser vendidos.
El mercado, es el escenario de los intercambios, más amplio y regular.
Siglos XVI y XVII – surge el trabajo asalariado que va a ser la forma principal de trabajo
con la expansión de la revolución industrial (S. XIX).
Las relaciones sociales de producción y su enfrentamiento con determinadas fuerzas
productivas marcan el ritmo y explican las transiciones de unas etapas a otras.
Cambios en el trabajo – evolución de la sociedad humana.
Ganancia como objetivo central a obtener.
Cambios agrícolas à Reforma religiosa, venta/regalo de tierras a terratenientes.
Transformación a propiedad privada por decretos à inflación (oro y plata ayudó a los
capitalista). Usura y comercio.
El surgimiento del capitalismo requirió de la concentración de un enorme volumen de
riqueza. El proceso de cambio hacia la sociedad capitalista no creo instantáneamente
trabajadores asalariados, más bien creo desocupados.
Además se implantaron leyes contra la “vagancia” que obligaban al desempleado a
acostumbrarse al trabajo asalariado, desistiendo del bavagundismo y la ociosidad.
Desde principios de 1500 se aplicaron penas de flagelación, torturas diversas,
esclavitud/muerte según los casos contra vagabundos.
El objetivo era generar una clase de trabajadores que no dispusieran de elementos para
subsistir de forma independiente. También hubo una separación del productor de la tierra
(medios de producción) por medios violentos.
El valor, una relación social...
Si bien se realizan trabajos individuales, solo el conjunto de ellos permite la existencia en
sociedad. Cada productor gasta, invierte su trabajo en forma individual, aislada pero debe
saber si ese trabajo es social, vale decir si es aceptado, reconocido como útil para satisfacer
necesidades. Coordinación entre productores y consumidores que oriente cuánto y qué
producir.
Feudal à renta en tiempo o en producto, el siervo estaba obligado a producir ciertas cosas y
en cantidades determinadas.
El carpintero hace una mesa que se le encarga expresamente. Ante se producían productos y
cantidades que de antemano se sabía que iba a satisfacer necesidades concretas de personas
o grupos determinados.
La producción es social desde un inicio, independientemente del carácter despótico que la
división social del trabajo pueda tener.
En la sociedad mercantil ocurre el intercambio en el mercado.
El carácter social de la producción y del trabajo solo surge como resultado del intercambio
(se produce y se pone en el mercado). No se sabe quien va a ser el consumidor de antemano.
Tampoco interesa ya que el objetivo puntual es vender.
El productor forma parte del conjunto social, si se aceptan sus productos en el mercado.
Una persona satisface sus necesidades en base a si se le reconoce en el mercado, o sea si
tiene poder de compra.
Cada producto tiene un valor de cambio que expresa la relación cuantitativa en que se
intercambian las mercancías.
Valor de uso, es la base necesaria para que se acepte como satisfactor de necesidades.
Valor de cambio; resultado de productores aislados que se vinculan entre sí solo por el
intercambio en el mercado.
Se contabiliza el esfuerzo productivo necesario para crear un bien, el que se intercambia por
otro en la proporción que indicará dicho esfuerzo.
Al mismo tiempo, algunos trabajadores laboran con más rapidez mientras que otros
holgazanean.
El tiempo de trabajo socialmente necesario para producir mercancías como base del valor de
cambio.
Los productores que obtienen el producto en menos tiempo podrán ofrecerlo más barato.
Los productores compiten entre ellos para colocar sus mercancías y se tiende a fijar como
norma de cambio, como valor, las condiciones medias de producción.
Los que invierten más tiempo tendrán un déficit y buscan formas de aumentar la
productividad o cambiar de actividad.
Los que producen en condiciones mejores que las medias se verán beneficiados.
A través del mercado, la sociedad reconoce el trabajo necesario, castigando a unos y
beneficiando a otros.
En un sistema capitalista, donde no se produce por encargo, ni se planifica la producción, lo
normal es que se produzcan más o menos productos (Ej. De los martillos) que lo necesario.
Al considerar la oferta y la demanda, vemos que el precio fluctúa y se desvía del valor.
¿El precio se fija independientemente del valor? No, el valor es la base, el precio se fija a
algo más alto o más bajo, debido a la anarquía de los productores independientes, pero no a
cualquier nivel.
El precio es un mecanismo necesario para cada productor y para reflejar las cambiantes
circunstancias que ocurren en el mercado.
Las alzas y bajas responden a fenómenos más profundos que no vemos a simple vista y que
refieren al valor de las mercancías.
Lo determinante es el valor y sus variaciones que son; 1) factores profundos o 2)
circunstancias (oferta y demanda). El precio es la apariencia, la forma que adopta el valor en
el mercado.
*Condición Proletaria
*Condición Obrera
*Condición Salarial
Una relación salarial supone un modo de retribución por la fuerza de trabajo, el salario (el
cual gobierna en gran medida el modo de consumo y de vida de los obreros y sus familias).
Además, una forma de disciplina del trabajo que regula el ritmo de la producción.
Y el marco legal que estructura la relación de trabajo, es decir el contrato de trabajo y las
disposiciones que lo rodean.
Para Castel, la relación salarial puede tomar configuraciones diferentes y el problema es
identificar las transformaciones que rigen del pasaje de una forma a otra (en este caso;
proletaria, obrera, y salarial).
Características de la “Condición Proletaria” (Inicios de la industrialización)
Ø *El salario deja de ser una retribución puntual y comienza a asegurar derechos
(enfermedad, accidentes, jubilación, vacaciones pagas).
Ø *Integración desde la subordinación: el consumo (pero de masas) la educación (pero
primaria), los ocios (pero populares), y la vivienda (pero obrera).
Ø *Integración inestable: al momento que se estructura la clase obrera, también se
afirma la consciencia de clase; entre “ellos” y “nosotros” no todo está jugado.
Castel habla de cinco condiciones que aseguraron el pasaje desde la relación salarial de
principios de la industrialización (condición proletaria) hasta la relación salarial “fordista”
(condición obrera).
La Condición Obrera
En Francia, en 1936, la coalición (unión por un fin en común) de izquierda gana las
elecciones. En efecto, allí puede verse a la vez un momento de cristalización y un punto de
viraje de esta relación salarial moderna que acaba de presentar.
Para Castel, 1936 marcó una etapa decisiva de su reconocimiento (de la clase trabajadora)
como fuerza social determinante, una ampliación de sus derechos y la toma de conciencia de
su poder, que podría hacerla soñar con convertirse en el futuro del mundo. Por otro lado,
1936 sancionó el particularismo obrero (preferencia excesiva por lo particular sobre lo
general), su asignación a un lugar subordinado en la división del trabajo social y en la
sociedad global.
Los patrones entran en pánico y creen ver llegar el reino del poder obrero. “Todo es
posible”… Pero no todo era posible.
La conquista de las vacaciones pagas significó una revolución cultural, algunos días por año
el obrero podía no hacer nada que se estuviera obligado a hacer, disfrutar la libertad de
existir por sí mismo. Inscribir esa posibilidad en la ley era reconocerle al trabajador el
derecho de existir sencillamente, es decir, igual que los otros, los rentistas, los “burgueses”,
los aristócratas, los propietarios, todos aquellos que por lo menos en el imaginario obrero,
disfrutaban de la vida por la misma y para sí mismos, desde la noche de los tiempos.
Otra conquista de la condición obrera fue la reducción del tiempo de trabajo o semana
laboral a 40 horas, se obtuvo también en 1936.
El acceso al consumo, derivado del aumento del salario. Esa financiación de un tiempo libre
equivalía al reconocimiento oficial de la humanidad del trabajador y de la dignidad humana
del trabajo. Más allá del “logro social” era una revolución cultural, equivalía a cambiar la
vida y las razones de vivir aunque sólo fuera unos días por año.
En ese breve tiempo de playa, la vida obrera adquiría una característica esencial de la
existencia “burguesa”: la libertad de elegir qué hacer o no hacer nada, porque la necesidad
cotidiana de subsistir aflojaba su opresión. Algunos días por año, la condición obrera
coincidía con la condición burguesa.
Subsistencia del sentimiento de dependencia: distracciones sí, pero distracciones
“populares” (orgullo de ser como los otros, pero con conciencia de que esa libertad lejos de
darse por sentada tenía algo de milagro) nada de tiempo muerto o puro disfrute.
Se mantiene una desvalorización del trabajo manual. La relación de trabajo era una relación
de subordinación que se extendía fuera de la fábrica.
La conciencia de clase se formó en el conflicto, a partir de la toma de conciencia colectiva
del hecho de que ellos, los obreros eran despojados de los frutos de su trabajo. De modo que
la propia postura reivindicativa implicaba la conciencia de la subordinación. El hecho de
sentirse dependiente era el motor de la lucha para recobrar la dignidad social del trabajo,
“alienado” por la organización capitalista de producción.
Comparado con la condición proletaria, los obreros habían logrado superar la inmediatez de
la miseria pero a partir de una integración desde la subordinación. Polarización de las
diferencias entre “ellos” y “nosotros”.
De la condición obrera a la condición salarial
La homogeneidad de la clase obrera favorece la identidad y consciencia de clase.
Las condiciones de vida obreras integran desde la subordinación. Pero la oposición entre
reforma y revolución se va erosionando progresivamente por una transformación de
naturaleza sociológica. Transformación producida en unos 40 años (1930 -1970) diríamos
que el particularismo obrero no fue suprimido, pero dejo de desempeñar el papel de
“atractor” (papel que tenían los asalariados obreros pero que fue reemplazada por los
empleados de la clase media). Es entonces que con la ampliación y heterogeneidad de los
asalariados, la clase obrera es destituida como punta de lanza (lo que va por delante en todo
momento) en la promoción del sector asalariado.
Esto sucedió por el gran crecimiento de la población económicamente activa. Se dan
procesos de diferenciación entre asalariados. Crecen los asalariados no obreros (2,7 millones
en 1931 y 7,9 millones en 1975).
El desarrollo de actividades “terciarias” (servicios en el comercio, bancos, administraciones
públicas locales y del Estado) generó la proliferación (reproducción) de asalariados “no
obreros”.
La condición obrera había quedado superada por una diversidad de categorías de asalariados
y peligraba su cohesión interna: obreros especializados, calificados y sin calificación;
inmigrantes, mujeres recién incorporadas al mercado de trabajo; empleados públicos.
El trabajo obrero dejó de ser el paradigma (modelo de algo) de la producción de “obras”. La
mayoría desarrollaba actividades “infraproductivas”: mantenimiento, embalaje, limpieza,
custodia, etc.
En general se ubica en 1973 la “crisis” a partir de la cual comenzó a degradarse la condición
salarial.
La condición obrera no sólo había quedado rodeada y superada por una gama de actividades
salariales en diversificación creciente, sino que también peligraba su coherencia interna.
La transformación decisiva que maduró durante las décadas de 1950 y 1960 no fue por lo
tanto la homogeneización completa de la sociedad, ni el desplazamiento de la alternativa
revolucionaria hacia un nuevo operador, la “nueva clase obrera”.
Consistió más bien en la disolución de esa alternativa revolucionaria, y la redistribución de
la conflictividad social según un modelo diferente del de la sociedad de clases; la sociedad
salarial.
Esta sociedad, no era homogénea ni estaba pacificada, pero sus antagonismos tomaban la
forma de luchas por los puestos de trabajo y las categorías, y no ya de lucha de clases. En
esa sociedad, el salariado dejó de ser un estado lamentable para convertirse en un modelo
privilegiado de identificación.
A partir de mediados de la década de 1950 emergió un nuevo discurso sobre “los hombres
del futuro” una especie de asalariados puros que habían logrado sus cartas de burguesía.
Asistimos entonces a una cuasi mitologización de un perfil de hombre (y, accesoriamente,
de mujer) eficaz, dinámico, liberado de arcaísmos (pasado) a la vez sereno y realizador, gran
trabajador, y gran consumidor de bienes prestigiosos, de vacaciones inteligentes y viajes al
extranjero, liberado de la ética puritana (reglas morales) y ahorrativa, del culto al patrimonio
y del respeto a las jerarquías consagradas, a diferencia de la burguesía tradicional.
Se trataba de distintas categorías de asalariados (ejecutivos, publicitarios, profesores,
profesionales, prestadores de servicios, ingenieros, médicos) constituidos en el núcleo más
dinámico de la sociedad.
“Aburguesamiento de la clase obrera”… Deseo de integrarse en una sociedad que primaba
la búsqueda del confort y el bienestar. Conducía a la clase obrera a fundirse
progresivamente en el mosaico de las clases medias.
La omnipresencia (presencia en todos lados) del tema del consumo en el curso de esos años:
la solidad del consumo expresa lo que podríamos denominar “principio de diferenciación
generalizada”. Los objetos poseídos eran marcadores de posiciones sociales.
El consumo de objetos significaba el valor de un individuo en función del lugar que ocupaba
en la división del trabajo.
Particularismo en los modos de vida y formas de sociabilidad, si se trataba de hábitos de
consumo, estilo de vida, de la utilización del espacio urbano. Todo el mundo consumía pero
no los mismos productos, había más diplomas pero tenían distinto valor, muchos se iban de
vacaciones, pero no a los mismos lugares, etc.
La “constelación central” seguía siendo un núcleo de posiciones dominantes, que
acumulaban y entrelazaban capital económico, capital social, y capital cultural, poderes
ejercidos en el aparato del Estado.
Un principio de distinción oponía y reunía a los grupos o “bloques” sociales. Existía un
continuum en las posiciones de la sociedad salarial.
El Estado de crecimiento
Modulo III
La metamorfosis de la cuestión social. La crónica del salariado
Prologo de Castel
● ¿Qué concepción tiene Castel del trabajo? ¿Por qué él entiende que el trabajo es “un
soporte privilegiado de la estructura”?
El trabajo es un factor determinante para asignar posiciones a los individuos en la dinámica
social (soporte de inscripción en la estructura social), existe una fuerte correlación entre el
rol que ocupa el individuo en la división social y la participación en las redes de sociabilidad
y en los sistemas de protección (cubren individuos de los riesgos de la existencia).
Tiene una concepción diferente a la de Marx.
● ¿Cómo concibe el autor las zonas de cohesión social? ¿Por qué considera que la
“zona de vulnerabilidad ocupa una posición estratégica”?
Las zonas de cohesión social es “la asociación entre el trabajo estable/inserción relación
solida” (la ubicación va a estar dada por la ubicación en la zona de trabajo), es decir, el
lugar en el que estan inscriptos los individuos por trabajar (división social del trabajo) y a
las redes de sociabilidad. Si el individuo tiene un trabajo estable, los vínculos van a ser
solidos, entonces estos se ubican en una zona de cohesión. Pero la ausencia de
participación o trabajo estable (improductividad o precarización del trabajo) provoca la
desafiliación o exclusión, se encuentran en una zona de vulnerabilidad social.
La zona de vulnerabilidad ocupa una posición estratégica ya que cuanto mas amplia es
esta mas riesgo tiene la sociedad de una fractura, pone en riesgo la cohesión social. Si la
zona es controlada o reducida, la sociedad esta en equilibrio. Se puede lograr con
herramientas como la solidaridad social, a través de políticas social (dispositivos montados
para promover la integración), en donde el Estado desempeña el papel de garante del
mantenimiento de la organización del trabajo y de regulación de la movilidad de los
trabajadores.
En resumen los individuos son asignados a la zona de cohesión social por el rol que ocupan
en la división social de trabajo, si esos individuos tienen un trabajo estable estarán en una
zona de cohesión sin riesgo, pero por el contrario si estos son vagabundos, pauperizados o
inempleables, estan en la zona de vulnerabilidad social, cuando mas se expande esta mas
riesgo tiene la sociedad. Por lo que Castel y su preocupación por la integración social, se
centrara en explicar la situaciones de disociación, los inútiles para el mundo.
● ¿Qué quiere decir “una problemática nueva” pero “no otra problematización”?
La problematización son las características comunes que tiene un proceso con otro,
entonces las problemática seria la manifestación de esta problematización, pero la
problematización sigue siendo la misma. Castel se basa el la historia para justificarse o
argumentar, utiliza procesos homólogos (haz de interrogantes) para identificar la
problematización y la problemática.
La sociedad toma conciencia 1830 de las condiciones de vida de los demás, en esta época
era la cuestión del pauperismo, la sociedad transitaba por la revolución industrial. La
sociedad liberal corría riesgo de estallar debido a las nuevas tensiones, se dio un divorcio
entre lo político y económico, por lo que se necesitaba dispositivos para restaurar los
vínculos. La cuestión social es la misma en el siglo XX y en el siglo XIX pero con diferentes
manifestaciones.
● ¿Qué quiere decir “lo social surge del hiato entre la organización política y el sistema
económico”?
Los supernumerarios son individuos que no gravitan en ningún sector de la vida social,
entonces se plantea una problemática teórica y practica, si no son actores, porque no
hace nada socialmente útil ¿Cómo existen? Para existir socialmente se debe ocupar un
lugar en la sociedad.
Los inútiles para el mundo son sujetos y grupos que se han convertido en supernumerarios
(personas que trabajan en negro/excedentes) como consecuencia de las nuevas
competencias económicas y sociales.
¿Qué quiere decir Castel con la siguiente afirmación? “La cuestión social se plantea
explícitamente en los márgenes de la vida social, pero pone en cuestión al conjunto de la
sociedad (...) Integrados, vulnerables y desafiliados pertenecen a un mismo conjunto,
aunque de unidad problemática
Capitulo 7
Castel describirá el proceso, considerando el caso francés por el cual se llega al pauperismo
de la clase trabajadora del siglo XIX a la condición salarial como relación de trabajo a partir
de la década de 1950, para luego comenzar su deterioro a partir de la segunda mitad de la
década de 1970. Por lo que describe el proceso a través de la condición proletaria,
condición obrera y condición salarial.
La condición proletaria era una situación de cuasi exclusión social, el proletario era un
eslabón esencial para el proceso de la industrialización. Pero este estaba desinado a
“acampar en la sociedad sin ubicarse en ella” (Comte). La cuestión social consistía en
tomar conciencia a través de la descripción del pauperismo. El proletariado tenia una
retribución mínima para la reproducción del trabajador, no tenia garantía legal (contrato
de alquiler), carácter débil de la relación del trabajador con la empresa (se alquilaba la
fuerza de trabajo mas barata).
En la condición obrera, el trabajador deja de tener un salario puntual para tener ciertos
derechos (jubilación, seguridad social), integración desde la subordinación, es decir, el
obrero tenia acceso al consumo en masas, a la educación, a los ocios y a la vivienda,
cuando se establece la condición obrera la integración sigue siendo inestable ya que se
diferencia entre “ellos” y “nosotros”.
En la condición salarial, la condición obrera no desaparece, sigue existiendo junto con
otras categorías sociales, el crecimiento económico y la protección social instalan el
sentimiento de la posibilidad de mejorar a través del esfuerzo y existe una identidad social
ligada al lugar ocupado en la relación salarial (modo de retribución de la fuerza de trabajo),
el salario es una forma de disiplinamiento del trabajo que regula el ritmo de producción y
en el marco legal lo regula un contrato.
Las cinco condiciones que aseguran el pasaje del proletario (relación salarial del inicio de la
industrialización) al obrero (relación salarial “fordista”):
3. El acceso a través del salario a nuevas formas de consumo: esto convierte al obrero
en el propio usuario de la producción en masa. El consumo del trabajador en los
inicios de la industrialización se reducía a lo necesario para la reproducción como
fuerza de trabajo (para sobrevivir), entonces el trabajador era concebido como
productor máximo y consumidor mínimo. La preocupación por el consumo de los
obreros aparece a principios del siglo (XIX) y responde a una transformación de los
modos de vida populares. Henry Ford sistematizo la relación entre la producción en
masa y el consumo en masa, por lo que había que darle al obrero moderno la
posibilidad de acceder al consumo de los productos de la sociedad industrial
(producción masiva- consumo masivo- aumento de salario). Esto permitió a varios
estratos de la sociedad salir de la miseria e inseguridad vivida durante siglos.
La condición obrera
En 1936 en Francia, la izquierda (el reformismo) llega al poder por lo que el proletariado
piensa en mejoras por lo que entran en huelga para presionar al Estado. Y los empresarios
por otro lado retirar su dinero del paisas también para presionar. Este conflicto culmina
con un pacto social, lo que permite avanzar. La clase obrera es punta de lanza, es la que
permite los cambios sociales.
Se obtuvieron ciertos acuerdos como la semana de cuarenta horas (reducción del tiempo
para que el trabajador recobre dignidad y luchar contra el desempleo), aumentos de
salarios, salario vacacional (financiación del tiempo libre), se trata de una revolución
cultural mas allá del logro social, equivalía a cambiar la vida y las razones para vivirla.
Aunque seguía existiendo el sentimiento de dependencia y subordinación, a pesar que la
condición obrera coincidía algunos días con la condición burguesa.
La relación del trabajo es de subordinación la cual se extiende más allá del trabajo, porque
el trabajo le da una posición en la sociedad relacionado a la desvalorización del trabajo
manual, las tareas manuales son poco dignas, no tienen valor. El trabajo del obrero es
grosero, indigno. El movimiento social afirmo la dignidad del trabajo manual y su valor
social como aquel trabajo creador de la riqueza, aunque esto no suprimía el sentimiento
de dependencia, ya que coexistía en la afirmación de dignidad, los obreros estan
despojados de los frutos de su trabajo (producción).
Para Castel existe la integración en la subordinación, se reconoce al trabajador, las
desigualdades disminuyen, ellos mismos son conscientes de la subordinación y quieren
pelear por su condición, este es un actor fundamental y lleva adelante el cambio social. La
condición obrera como clase social, ya no era una casta flotante. Los logros sociales
(alimentación, vivienda, trabajo, educación y salud) erosionaban la distancia entre “ellos” y
“nosotros”.
Se creía que mediante las garantías que presentaba el Estado como el aumento del salario
mínimo se reduciría las desigualdades, la evolución de los salarios acompaño la
productividad y todas las categorías se beneficiaron. La cuestión social parecía disolverse
en la creencia del progreso ilimitado. En 1975 (crisis del petróleo) la misma idea del
progreso se ha derrumbado.
Castel: El ascenso de las incertidumbres. ¿Mas allá del salariado mas acá del empleo?
Luego de 1970
El empleo clásico que adopto la sociedad salarial, era un empleo estable, a tiempo
completo, programado para durar (tiempo indeterminado) y estaba enmarcado en el
derecho del trabajo y la protección social (estatuto). Para cualquier jerarquía que ocupara
el trabajador en la división social de trabajo el estatuto del empleo representaba para
todos la base de la economía de la solidaridad, es decir, la solidaridad es un componente
fundamental de la ciudadanía que esta inscripto en el estatuto del empleo (regulaciones).
Es una estructura de continuum diferenciado de posiciones.
Se observa una transformación profunda en la condición salarial, una perdida hegemónica
del empleo clásico. Entonces según Castel existe un deslizamiento del empleo clásico hacia
otras formas de actividad por debajo del empleo, que desembocaría en una sociedad de
plena actividad no de pleno empleo. Las transformaciones son:
A fines de los años setenta se dio la explosión de los obreros- masa, eran la nueva clase
enmarcado en el binomio tarylorista- fordista. Aunque los obreros habían perdido la
identidad cultural de la era artesanal y manufacturera de los oficios, dicho obrero había
vuelto a sociabilizarse de un modo relativamente homogeneizado (por la perdida de
destreza y por la sectorización) y también fuera del espacio de la fabricas (sociabilidad
industrial). Los obreros- masa fueron el principal elemento para la expansión de
compromisos y también para la expresión de los movimientos por el control social de la
producción. Los trabajadores alcanzaron su punto de ebullición, al cuestionar los pilares de
la sociabilidad del capital (control social de la producción), los trabajadores obrero- masa
se encontraron en contra de los métodos tayloristas y fordistas de producción. Este patrón
realizaba una expropiación intensificada del obrero- masa privándolos de cualquier
participación en la organización del proceso de trabajo, el que se resumía en una actividad
repetitiva y desprovista de sentido.
La lucha de los trabajadores se desarrollo en el espacio productivo fabril, denunciando la
organización tarylorista y fordista del trabajo, lo que estaba en el centro de la acción
obrera era la posibilidad efectiva del control social de los trabajadores sobre los medio
materiales del proceso productivo, concretaba la idea del control social del trabajo sin
capital. Estas acciones encontraron límites que no pudieron trascender, la conflictividad
proletaria no consiguió consolidar formas de organización alternativas, la lucha de los
trabajadores no consiguió convertirse en un proyecto social hegemónico en contra al
capital y era difícil desmontar la estructura organización social demócrata. Como
consecuencia la acción de los trabajadores se debilito y retrocedió. Entonces con la derrota
de la lucha de obrera, estaban dadas las condiciones sociales y políticas para retomar el
proceso de reestructuracion del capital.
En síntesis el agotamiento económico del ciclo de acumulación y las luchas de clases que
socavaban por la base del dominio del capital produjo la imposibilidad de la permanencia
del ciclo expansionista del capital vigente desde la posguerra.
La falacia de la calidad total bajo la tasa de utilización decreciente del valor de uso de las
mercancías significa en cuanto mas calidad total deben tener los productos, menor debe
ser su tiempo de duración. La necesidad de reducir el tiempo de vida útil de los productos
buscando aumentar la velocidad del circuito productivo y de ese modo ampliar la
velocidad de producción de valores de cambio, los productos deben durar poco y tener
una reposición ágil en el mercado. Afectando tanto la producción de bienes y servicios
como la instalación informática y maquinarias y a la propia fuerza humana de trabajo.
La calidad total debe relacionarse con la producción destructiva, por eso el modo de
producción capitalista se convierte en el enemigo de la durabilidad de los productos.
El sistema de metabolismo del capital (relación hombre- naturaleza) se convierte en
descartable, superfluo y desperdiciable.
La clase que vive del trabajo, la clase trabajadora hoy, incluye a todos aquellos que venden
su fuerza de trabajo teniendo como núcleo a los trabajadores productivos aquel que
produce plusvalía y que participa directamente del proceso de valorización del capital (no
necesariamente manual) (proletariado industrial). Los trabajadores improductivos aquellos
cuya forma de trabajo es utilizada como servicio, el trabajo es consumido como valor de
uso y no como trabajo que crea valor de cambio, se encuentran un amplio abanico de
asalariados (bancos, servicios, comercio, turismo, servicios públicos).
Existe una creciente reducción del proletariado estable y especializado y un incremento del
nuevo proletariado fabril y de servicios, el cual ha sido denominado mundialmente como
trabajo precarizado (terciarios- subcontratados, part-time, etc.).
Se experimenta un aumento significativo del trabajo femenino, generalmente absorbidas
por los trabajos part-time, precarizado y desregulado. Las mujeres son asignadas a posición
donde se requiere de menos capacitación, mas elemental y fundada por trabajo intensivo
(repetitivo y manual). Estas sufren desigualdad salarial, sistema de remuneración de
acuerdo al sexo. También se las excluye de los sindicatos.
La mujer es doblemente explotada por el capital (trabajo productivo y reproductivo).
Porque tiene doble actividad laboral, como trabajadora dentro y fuera de su casa (no
directamente mercantil, necesario para la reproducción de la funciones del trabajo).
Se amplían los lazos y conexiones en la cadena productiva, que es cada vez mas
internacionalizada. El capital es un sistema global, el mundo del trabajo y sus desafíos son
también cada vez mas transnacionales, la mundialización de las plantas productivos, esto
reubica a la lucha de clases en un ámbito cada vez mas internacionalizado. Cuanto más
fragmentado y estratificado es el trabajo mayor va a ser la internacionalización del capital.
¿Quién mueve los hilos de las políticas sociales? Avances y limites en la categoría
“concesión- conquista”. A. Pastorini
Por otra parte no se puede separar los aspectos social y político de la política social,
solo se pude captar la complejidad de un fenómeno social si comprendemos la
TOTALIDAD del mismo, es decir, comprender los momentos de producción y
distribución, en su totalidad.
La política social como la articulación de procesos políticos y económicos. Son
entendidas como la meta de la secuela de la CUESTION SOCIAL (problemáticas
sociales, políticas y económicas) que se genera con el surgimiento de la clase obrera
dentro del capitalismo. Su OBJETIVO es asegurar las condiciones necesarias para el
desarrollo del capitalismo. La cuestión social es pensada de forma fragmentada y
parcializada; la política social es transformada en “políticas sociales” destinadas a
atender problemáticas particulares y específicas. Estas tienen tres funciones: social,
política y económica.
La perspectiva marxista nos permite analizar a las políticas sociales como la totalidad
social, al mismo tiempo incorporar la lucha de clases, factor que se entiende
determinante y decisivo para los instrumentos estatales. Se percibe al concepto
“concesión- conquista” como un binomio ambiguo y representativo de la realidad
social. Estos son dos conceptos excluyentes, es un binomio no dialectico, la
concesión se refiere al hecho de una persona dar, donar, u otorgar por voluntad
propia, por lo que el que concede evita el conflicto. La conquista implica usurpación,
tomar algo por la fuerza, no necesariamente física ni bélica sino intelectual, moral,
política, económica, cultural. Entonces estos conceptos no son compatibles, si una
parte conquista la otra no le concedió nada, y si una le concedió algo la otra no
conquisto nada. Todas y cada un de las políticas sociales existen aspectos de
conquistas y de concesiones. Relación en la cual todos los sujetos en lucha,
involucrados en esa negociación, conceden y conquistan al mismo tiempo, no es una
relación unilineal, con pasivos y activos.
Estado concede servicios y atención- población carente concede aceptación y
legitimación al sistema
Clases dominantes conceden recursos- clase subalterna concede aceptación orden
sociopolítico y económico, mantenimiento relación de explotación.
Estado conquista legitimación- clase dominante conquista acumulación capital.
Se incorpora entonces la visión de la totalidad y la lucha de clases, políticas sociales
pensadas como el proceso conflictivo atravesado por la lucha de clases, donde los
diferentes grupos obtienen ganancias y perdidas, al mismo tiempo luchan y
presionan, conquistan y conceden.