La Libertad
La Libertad
La Libertad
INTRODUCCIÓN
Los llamados técnicos en educación utilizan el juego y la comunicación humana para que
la persona alcance su autorrealización mediante la comprensión de los otros,
la tolerancia y la reflexión constante.
I. El concepto de libertad
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" Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar".
"Estado o condición del que no es esclavo". "Estado del que no está preso". "Facultad de
hacer y decir cuanto no se oponga a las leyes ni a las buenas costumbres".
...de conciencia, derecho de profesar cualquier religión, sin ser inquietado por
la autoridad pública.
...de cultos, derecho de practicar públicamente los actos de la religión que cada uno
profesa.
...de pensamiento, derecho que tiene cada uno de sostener o propagar sus propias ideas.
"Estado de aquel que, tanto si obra bien como si obra mal, se decide tras una reflexión,
con conocimiento de causa. Es el hombre que sabe lo que quiere y por qué lo quiere, y que
no obra más que en conformidad con las razones que aprueba" – A. Lalande
"Tomás de Aquino distingue entre libertad de toda violencia exterior y libertad frente a la
necesidad interna; que es la que constituye en exclusiva la esencia de la libertad humana"
– E. Coreth
"Spinoza entiende como "libre lo que existe únicamente por necesidad de su naturaleza y
sólo por ella se determina a la acción, necesario, o por mejor decir, obligado; es algo que
está determinado de una manera segura y precisa por otra cosa para ser y actuar" – E.
Coreth
La filosofía moderna intentó forjar una nueva concepción del mundo y de la sociedad y,
aunque inicialmente no prescindió absolutamente de la influencia religiosa, postuló la
resolución de los problemas mediante la libertad de razonamiento. Abandonó así
progresivamente las verdades absolutas o reveladas, intentando sustituir lo sobrenatural
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por lo natural, lo divino por lo humano, lo celeste por lo terrenal, resolviendo zanjar
definitivamente la polémica entre la fe y la razón a favor de esta última.
Para los idealistas como Hegel, toda realidad es absolutamente cognoscible. La realidad
es la autocreación de Dios, es Dios en devenir. De esta forma el hombre individual no es
más que un elemento del proceso absoluto del espíritu. En los idealistas se reproducen
aún los rasgos panteísticos.
Spinoza es el prototipo del pensador panteísta, quien como tal defiende una rígida y
absoluta determinación.
Desarrolló la idea cartesiana que consideraba a Dios como sustancia infinita. Así, Dios es
la única sustancia que abarca todo cuanto es. Dios es el sumo ser; es una sustancia
absolutamente infinita.
Al tratar el tema de la libertad, Spinoza señala: "... se dice libre la cosa que existe por la
sola necesidad de su naturaleza y que se determina a obrar por sí misma".. En lo que se
refiere a la libertad humana, Spinoza concluyo de modo determinante que el hombre no
es libre porque "no se puede considerar un imperio dentro de otro imperio". Considerando
que la libertad es exclusiva de Dios. Sólo Dios es libre.
De esta tesis puede deducirse que, mientras Dios exista, el hombre nunca podría ser libre.
Es decir, en el plano de la libertad la afirmación divina es la negación humana. Dos siglos
más tarde, Nietzsche, afirmó que la libertad humana solamente puede alcanzarse con la
"destrucción de Dios".
Según Spinoza, el hombre, pues, no es libre, ni el mundo tiene por que tener una
finalidad que cumplir. Cree que la vida es necesaria y que está causalmente determinada.
Contraria a la afirmación hecha por Albert Camus, ya en el siglo XX, de que la vida es
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innecesaria por su reducción al absurdo; señala que el hombre es una paradoja: un
esclavo porque se cree libre y está dominado y condicionado por la necesidad.
V. La libertad en el existencialismo
En el proceso de educar toman parte los profesores, los alumnos, la familia, la institución
educativa, la sociedad, etc. Cada una de estas esferas debe posibilitar un clima de respeto
y tolerancia, de autonomía e independencia para la educación en libertad.
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El educador debe tener respeto a su ideología, a su persona, a su concepción política, a sus
iniciativas y al ejercicio profesional.
El educando debe cumplir dos condiciones: respeto al docente y autonomía propia. Debe
ser tolerante con las opiniones del profesor, siempre que éste no quebrante
conscientemente los derechos del alumno.
El compromiso del maestro es doble: asistir y ayudar al alumno a que corra su riesgo y
arriesgarse él mismo ante sí y ante el alumno. Este compromiso ha de ser liberador y no
manipulador; el docente ha de buscar la independencia de juicio y acción, porque cuanto
menos necesite el alumno su apoyo, a medida que progresa cronológica y escolarmente,
tanto mayor ha sido el provecho obtenido en el proceso educativo.
Es bastante visto, en los últimos años, la agresividad con que responde el alumno
universitario ante la falta de compromiso del equipo docente o de alguno de los
profesores.
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De aquí que educar en libertad sea educar en responsabilidad y en compromiso; es
arrancar de la tierra el ingente número de los amorfos e indecisos, de los arribistas y de
los aprovechados, cuando otros se han quemado por el progreso.
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negativismo, como única manera de afirmarse como sujeto y persona. Los mayores han de
aceptarle y él ha de ir comprobando las limitaciones e inseguridades que le rodean y de
las que es portador.
La tercera infancia (7-11 años) no es una etapa en la que pueda hablarse de una
auténtica educación de la libertad, sino de lo que se denomina "espontaneidad dirigida".
El niño no posee aún el pensamiento universalizador y abstracto que le capacite para las
elecciones maduras. Sin embargo, es un período en el que puede hacerse una
preeducación de la libertad mediante la adquisición de hábitos de orden, disciplina,
regularidad, aceptación de la autoridad, responsabilidad de sus propios actos, respeto de
los demás... El niño ejercita su iniciativa de múltiples maneras, siendo una de las
principales el juego, donde crea, se recrea y autorrealiza. La tensión de los juegos entre
sus reglas e iniciativas es un entrenamiento eficaz de las antinomias libertad – autoridad,
libertad – disciplina, espontaneidad – normatividad.
La pubertad (12-14 años) con sus cambios somáticos y sexuales conlleva el sentimiento
de disgusto e incomodidad ante la disciplina, acatada únicamente con la condición de que
el educador haya ganado al púber afectivamente. El púber confunde la libertad con el
libertinaje e irresponsabilidad, si no se aprovechan las circunstancias y se le hace
profundizar en la naturaleza de la libertad, a la que ha de llegarse basándose en madurez
y compromiso.
Es por ello que la sociedad y la comunidad deben dar al niño que nace, las condiciones
para que encuentre lo necesario para realizarse como persona en vistas a una integral
realización.
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Yo en relación con un Tú. Existe en el mundo con los demás para realizarse personal y
comunitariamente.
Uno vive en libertad cuando renuncia a sus propios intereses para actuar en el ámbito de
personas que tienen derechos y que lo llaman, lo necesitan a uno.
El hombre se transforma al elegir, porque es más él y menos los demás que le oprimen y
la naturaleza que le domina. Sólo cuando elige, es él mismo, el hombre, con autonomía
frente al mundo para construir y elaborar su propio mundo.
"Es por ello que la libertad humana adquiere un carácter de conquista personal y se
traduce en tarea permanente; como nos lo señala Juan Pablo II cuando concibe
la función del bien y le asigna por objeto el amor traducido en donación y servicio
desinteresado a los demás"..
X. A manera de conclusión
Es difícil hablar con propiedad de la libertad, sobre todo considerando que todo el mundo
habla de ella; libertad para elegir, libertad para salir, libertad para volver, libertad para
comprar, libertad para comer, libertad para decir, libertad para hacer, libertad para
sentir, libertad para escribir, libertad para leer, libertad para crecer, libertad para..., es
difícil.
Más aún cuando estamos tan condicionados en nuestro actuar, en nuestro hacer, decir y
sentir; por la familia, la sociedad social, la sociedad de consumo, los medios de
comunicación, etc.
Cuando planteamos la responsabilidad que tenemos de atender el llamado del otro, del
que está bien cerca nuestro o bien apartado de uno pero que igual nos necesita;
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planteamos nuestra necesidad de sentirnos útiles, de ser parte de otro u otros que
también atienden nuestro llamado.
Descubrir que soy con los demás en el mundo, que no puedo circunscribirme a mi mundo
egoísta, es asumir que puedo darme a los demás sin pedir nada a cambio.
El docente que tiene a su cargo 40 o más niños, que no posee materiales didácticos, el
alumno que debe recorrer varias "leguas" para poder aprender; nos impele a reformular
nuestra visión de docentes universitarios, formadores de adultos profesionales, quizás
futuros dirigentes del país; nos impulsa a enfrentarnos a una revisión del cómo estamos
atendiendo a los derechos de esos alumnos, cómo estamos preparando las clases a dictar,
cómo nos estamos preparando para responder a sus llamadas; creo que en la medida en
que seamos nosotros mismos, auténticos y nos aceptemos como individuos dadores y no
sólo espectadores, podremos asumir la responsabilidad de dar al otro su "libertad"
(cualquiera sea la que el otro elija utilizar).