Poemas para Terminar Nuestro Año
Poemas para Terminar Nuestro Año
Poemas para Terminar Nuestro Año
Entre los siguientes poemas elegí uno o dos que te gusten. Te sugiero
practicar su lectura en voz alta para compartirlo en clase. Pensá ¿qué significa
y qué trae a tu mente esta composición? ¿Por qué la elegiste? ¿Hay alguna
palabra que haya quedado enganchada en tu mente? ¿Hay algo que te lleve a
pensar en expresarlo con un lenguaje artístico?
En la última hoja te hago una pregunta que quiero que pienses después
de leer los haikus (poemas japoneses breves que suelen mostrar escenas de la
naturaleza o la vida cotidiana).
LIVIANA
Una mari mariposa
que volando mariposa
se mariposa en mi mano
¡y no maripesa nada!
Cecilia Pisos
Argentina
VERDAD DE VERDAD LA MADRE COTORRA
No para de hablar ¡será lora!
Si Pinocho nos dijo la madre cotorra sin pausa
la verdad que habla sin prisa y sin causa.
Peter Pan era mayor No piensa que estoy esperando,
de edad. no tiene consideración,
No fue el loco mambrú si encuentra una amiga en el horno
a la guerra ya sé que me toca plantón.
ni el famoso Aladino entró Me salen raíces al suelo
a la cueva. y ramas entre los tendones,
Era un perro con botas ella hablando por los codos
no gato y yo anidando gorriones.
y era feo el gran buitre Sigue hablando sin parar:
no el pato. se construyen los ratones
El zapatito de cristal una casa y su balcón
se rompió con la puerta en mis talones.
y con la bruja el príncipe Prosigue su blablabá,
se casó. sonriendo gesticula,
El lobo feliz era amigo llega un dragón a mis ramas
de la abuela a hacerse la manicura.
y la tal Caperucita Pasan años y hasta siglos,
una locuela. vuelven las eras glaciales,
La bella fue la bestia nos invaden los marcianos
del cuento con sus naves espaciales.
y la que tanto dormía ¡Soy un fósil ambarino!
un esperpento. un vestigio del pasado,
¿Blanca como la nieve? la cotorra sigue hablando
linda mulata y yo sigo aquí plantado.
¿y el príncipe azul? Ya no lo soporto más
toda una lata. ¿cómo se puede hablar tanto?
Soplaron los tres chanchitos Me montaré en el dragón
para derribar mi versión y me iré de aquí volando.
y este problema… digo, este poema Mar Benegas
a su fin llegó. España
Edgar Allan García
Ecuador
LA POBRE VIEJECITA
Érase una viejecita
sin nadita que comer,
sino carne, frutas, dulces,
tortas, huevos, pan y pez.
Bebía caldo, chocolate,
leche, vino, té y café,
y la pobre no encontraba
tqué comer ni qué beber.
Y esta vieja no tenía
ni un ranchito en qué vivir
fuera de una casa grande
con su huerta y su jardín.
Nadie, nadie la cuidaba
sino Andrés y Juan y Gil
y ocho criadas y dos pajes
de librea y corbatín.
Nunca tuvo en qué sentarse
sino sillas y sofás
con banquitos y cojines
y resorte al espaldar.
Ni otra cama que una grande
más dorada que un altar,
con colchón de blanda pluma,
mucha seda y mucho holán.
Y esta pobre viejecita
cada año, hasta su fin,
tuvo un año más de vieja
y uno menos que vivir.
Y al mirarse en el espejo
la espantaba siempre allí
otra vieja de antiparras,
papalina y peluquín.
Y esta pobre viejecita
no tenía qué vestir
sino trajes de mil cortes
y de telas mil y mil.
Y a no ser por sus zapatos,
chanclas, botas y escarpín,
descalcita por el suelo
anduviera la infeliz.
Apetito nunca tuvo
acabando de comer,
ni gozó salud completa
cuando no se hallaba bien.
Se murió de mal de arrugas,
ya encorvada como un tres,
y jamás volvió a quejarse
ni de hambre ni de sed.
Y esta pobre viejecita
al morir no dejó más
que onzas, joyas, tierras, casas,
ocho gatos y un turpial.
Duerma en paz, y Dios permita
que logremos disfrutar
las pobrezas de esa pobre
y morir del mismo mal.
Rafael Pombo
Colombia
(holán: Lienzo muy fino; papalina: Cofia de mujer; escarpín: Zapato de una
sola suela y de una sola costura; turpial: ave nacional de Venezuela)
NO SE VALE
En la fuente un angelito
hace pis, nadie se enoja.
Y encima tiran monedas
por si la suerte las moja.
Cecilia Pisos
Argentina
ESTORNUDINO
Pájaro estornudador,
alérgico a las ciudades.
Estornudan día y noche
y echan mocos a raudales.
Mar Benegas
España
—¡¿QUIÉN ANDA ESTORNUDANDO?!—
—¡¿Quién anda estornudando?!—
grita el rododendro, rodando
de un lado para otro.
—¡Soy yo!—
contesta el pobre regaliz,
que pasa regalando
agua por la nariz.
Y el rododendro grita: —¡Que se vaya
bien lejos de este prado!
¡O mejor, del país!
El regaliz sólo contesta: —¡Atchís!—
y deja al rododendro rociado.
Aramís Quintero
Cuba
(rododendro. regaliz)
7 ¿DÓNDE?
Oliverio Girondo
LA NIÑA DEL ESPEJO YONOFUÍ
La niña del espejo ¿Quién sacó el dragón
me mira muy callada de mi galera?
cuando yo —Yonofuí.
sin decir nada ¿Quién desenredó
me paro frente a ella. la enredadera?
Pero se aleja si me alejo —Yonofuí.
y si me acerco, se acerca. ¿Quién sirvió mi té
¡Qué niña tan terca! en la regadera?
Aunque —Yonofuí.
la encuentro muy hermosa, ¿Quién lió este lío
¿saben una cosa?… por aquí?
Parece que se aburre, —Yonofuí.
porque no se le ocurre Mano invisible
ninguna idea propia: toca por mí…
¡Todo, todo me lo copia! Pícaro duende
¡Hasta usa mi vestido! que nunca vi…
¡Qué se habrá creído! Sólo su apodo
Sonríe si sonrío, pronto aprendí.
¿Ven?: me imita. De cualquier modo,
¡Y claro!, tirita se esconde aquí…
cuando tengo frío. ¡Tiene la culpa de todo
Se enoja mucho el famoso Yonofuí!
si me enojo. Elsa Isabel Bornemann
Argentina
Pero entonces
yo le cierro un ojo
y ella me hace un guiño
con tanto cariño…
Saúl Schkolnik
Chile
En Poemas para volar
YOLLEO
Eh vos
tatacombo
soy yo
dí
no me oyes
tataconco
soy yo sin vos
sin voz
aquí yollando
con mi yo sólo solo que yolla y yolla y yolla
entre mis subyollitos tan nimios micropsíquicos
lo sé
lo sé y tanto,
desde el yo mero mínimo al verme yo, harto en todo
junto a mis ya muertos y revivos yoes siempre siempre yollando
y yoyollando siempre
por qué
Si sos
por qué dí vos
no me oyes
tatatodo
por qué tanto yollar
responde
y hasta cuándo...
Oliverio Girondo
TROPOS
Toco
toco poros
amarras
calas toco
teclas de nervios
muelles
tejidos que me tocan
cicatrices
cenizas
trópicos vientres toco
solos solos
resacas
estertores
toco y mas toco
y nada
Prefiguras de ausencia
inconsistentes tropos
qué tú
qué qué
qué quenas
qué hondonadas
qué máscaras
qué soledades huecas
qué sí qué no
qué sino que me destempla el toque
qué reflejos
qué fondos
qué materiales brujos
qué llaves
qué ingredientes nocturnos
qué fallebas heladas que no abren
qué nada toco
en todo.
Oliverio Girondo
QUE LOS RUIDOS TE PERFOREN LOS DIENTES...
Oliverio Girondo
LLORAR A LÁGRIMA VIVA...
Oliverio Girondo
Selección de Haikus
Y de repente No me alojaron.
una hoja tardía Vi luces, y en la nieve
vuela del árbol casas en fila.
11 12
Llegó el otoño:
una lluvia tranquila
limpia las uvas.
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