Alternativas Socio Ambientales de La OMC

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Alternativas Socio ambientales de la OMC

Integrante:
Ketty Pirela. C.I.: 24.549.408
Sección: IAG4402

Profesor: Yusbeli Briseño

Barquisimeto, Abril de 2021


Alternativas Socio ambientales de la OM

Muchos economistas que no apoyan que se vinculen las políticas comerciales con las
ambientales en realidad comprenden los argumentos de por qué incluir los temas
ambientales en el contexto del comercio. Sin embargo, temen la posibilidad que los
proteccionistas interfieran en el sistema de comercio, disfrazándose de ambientalistas. Otro
argumento relacionado es el temor a que el libre comercio se deprima bajo el peso de la
carga ambientalista. Los economistas que desean separar el comercio y el medio ambiente
argumentan que los problemas ambientales deben ser resueltos con instrumentos de política
ambiental y no valerse del comercio para fortalecer los acuerdos internacionales de medio
ambiente. También temen que los países con altos ingresos impongan estándares
ambientales muy altos a los países de bajos ingresos, privándolos de aquello que les
confiere una ventaja comparativa natural y sujetándolos a las barreras del comercio en caso
que fallen en el desarrollo de dichos estándares.

Si bien estas preocupaciones tienen bases reales, no proveen la justificación para una
completa separación entre comercio y medio ambiente. Ciertamente, la protección al medio
ambiente no debe ser utilizada para disfrazar barreras al comercio, ni los esfuerzos
ambientales a escala mundial deben significar una reducción en los estándares de vida en
los países de bajo ingreso. Pero estos no son argumentos para ignorar el ineludible vínculo
entre comercio y medio ambiente. Son argumentos para tratar de integrar la política
comercial y las políticas ambientales de forma sensata.

Como se mencionó, muchos ambientalistas apoyan el concepto de “desarrollo sostenible” y


creen que el crecimiento puede contribuir a mejorar el medio ambiente si es manejado con
propiedad. Existen también quienes mantienen el paradigma de limitar el crecimiento, en el
cual la liberalización comercial contribuye a una mayor actividad económica y por lo tanto
a más contaminación y a un consumo insostenible de recursos naturales. A pesar de estas
dos posturas, aun quienes encuentran atractiva la idea del desarrollo sostenible, temen que,
en la práctica, los instrumentos de política ambiental no estén lo suficientemente
desarrollados para soportar las presiones de la globalización.

El Desarrollo sostenible ha sido difícil de definir y aún más difícil ha sido ponerlo en
práctica. Está claro que la pobreza puede forzar a las personas a tomar decisiones de corto
plazo que degradan el medio ambiente; por ejemplo, la tala de árboles para utilizar la
madera como fuente de energía (estufas de leña, generación de calor, etc.), sin tomar en
cuenta la probabilidad de una futura erosión de la tierra. Sin embargo, la esperanza de que
la liberalización comercial vaya a conducir a un crecimiento económico que alivie la
pobreza y genere recursos para inversiones ambientales, algunas veces parece descansar en
una tenue cadena de eventos, la cual puede presentar dificultades bajo las condiciones del
mundo real.

La estrategia de desarrollo que ha sido implementada en américa latina y el caribe en los


últimos 15 años ha puesto un énfasis especial en las relaciones económicas internacionales
como forma de alcanzar el desarrollo. Los proceso de apertura, desregulación y promoción
de las exportaciones han sido las formas concretas como se han manifestado estas políticas.
Los problemas de eficiencia asociados con la degradación de suelos, deforestación y
prácticas agrícolas, así como los problemas de contaminación asociados a la urbanización e
industrialización, entre otros, ha obligado cada vez más los países a reconocer y enfrentar
los problemas ambientales, para permitir una sustentabilidad en el uso de los recursos y
evitar perjuicios a la salud a la población y daños irreversibles a los ecosistemas.

La OMC, como el GATT anteriormente, realiza su trabajo a través de negociaciones entre


gobiernos. Los mecanismos para la participación de organizaciones no gubernamentales,
incluyendo a los grupos ambientalistas y otros elementos de la sociedad civil, han sido
limitados. Sin embargo, la naturaleza cerrada del sistema tiene una lógica: protege al
régimen de comercio de intereses especiales o particulares y de manipulaciones. Ahora, el
futuro de la organización depende de que la esta llegue a ser más transparente, más allá de
construir una aceptación y una comprensión pública. El que la OMC tenga un proceso de
creación de políticas más abierto tiene otras virtudes. Las organizaciones no
gubernamentales proveen notables críticas y competencia intelectual a quienes toman
decisiones en el ámbito intergubernamental y a escala nacional. Al presentar datos, análisis
de política y otras opciones desde una perspectiva alterna, estas organizaciones no
gubernamentales obligan a los funcionarios públicos a explicar y justificar sus elecciones
de política.

Ahora el trabajo de la OMC tiene impactos mucho más amplios, y la agenda de comercio
abarca barreras no arancelarias y otros temas que recaen en actividades gubernamentales y
de comercio interno que van más allá del campo del comercio internacional. Anteriormente,
la legitimidad de la OMC giraba en torno a su capacidad de producir resultados
satisfactorios desde la perspectiva del comercio. Ahora, la organización está sujeta a un
escrutinio mucho más amplio. Si la OMC va a jugar su nuevo rol como una de las
organizaciones internacionales clave para el manejo de la interdependencia económica
debe, entonces, encontrar un nuevo centro gravitacional.

Las reglas de medio ambiente no deben ser vistas como el simple control de la
contaminación o de los estándares para la administración de los recursos naturales. Estas
reglas proveen, en términos coloquiales, “las reglas del juego” para el comercio
internacional y sirven como un muro protector en contra de las fallas de mercado en el
sistema económico internacional. Construir una sensibilidad ambientalista dentro del
régimen comercial debería, por tanto, ser de interés para la comunidad del comercio, así
como para quienes abogan por el medio ambiente. Los economistas podrían jugar un papel
preponderante en el camino hacia un mundo de protección efectiva del medio ambiente y
simultáneamente libre del proteccionismo comercial.
Reflexiones finales

 Los problemas ambientales son el resultado de nuestra forma de valorizar el ambiente


y de actuar frente al mismo

 Las evaluaciones de impacto ambiental son herramientas disponibles para mejorar


nuestra acciones desde la etapa de diseño de las mismas

 Se necesita de leyes que las incorporen a los procedimientos administrativos, de


voluntad de incorporar la dimensión ambiental a las políticas de estado y del
compromiso de todos los ciudadanos para proteger el entorno en que vivimos.

 Los profesionales tenemos una gran responsabilidad frente a la situación, porque se


supone que disponemos de la necesaria capacidad de análisis crítico sobre lo que nos
muestra la realidad y sobre nuestro propio desempeño profesional, y porque el
conocimiento científico viene aportando sistemáticamente herramientas adecuadas
para mejorar nuestras prácticas.
Referencias Bibliográficas

Alternativas Socio ambientales de la OM


https://www.wto.org/spanish/tratop_s/envir_s/envt_rules_exceptions_s.htm

Desarrollo sostenible OMC

https://www.wto.org/spanish/tratop_s/envir_s/sust_dev_s.htm

Normas de la OMC y políticas ambientales

https://www.wto.org/spanish/tratop_s/envir_s/envt_rules_intro_s.htm

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