Clase 10. Cultivos de Cobertura y Mulch
Clase 10. Cultivos de Cobertura y Mulch
Clase 10. Cultivos de Cobertura y Mulch
DE MOQUEGUA
ESCUELA PROFESIONAL
DE INGENIERIA
AMBIENTAL
CURSO: AGROECOLOGIA
TEMA: CULTIVOS DE COBERTURA Y
UTILIZACIÓN DE MULCH
DOCENTE: Dr. EDUARDO LUIS FLORES
QUISPE
ILO NOVIEMBRE DEL 2017
CULTIVOS DE COBERTURA Y
UTILIZACIÓN DE MULCH
Se le llama cultivo de cobertura a la
técnica de sembrar plantas herbáceas
perennes o anuales en cultivos puros o
mezclados para cubrir el suelo durante todo
o parte del año. Las plantas pueden
incorporarse al suelo (abono verde) por
medio de la labranza, como en el cultivo
de cobertura por estaciones, o pueden
conservarse por una o varias temporadas.
Son cultivos de cobertura las leguminosas, los
cereales o las mezclas que se plantan
específicamente para proteger el suelo contra
la erosión; mejorar su estructura; aumentar su
fertilidad y controlar plagas, que incluyen
malezas, insectos y agentes patógenos.
Algunos de estos son: centeno (Secale cereale
L), trébol (Trifolium spp), arveja (Vicia spp),
alfalfa (Medicago sativa), leguminosas, como la
Pueraria, Stylosanthes y Centrosema, y los pastos
como la Brachiaria, Melinis y Panicum
BENEFICIOS
Mejoramiento de la estructura del suelo
Mejora la agregación del suelo.
Aumenta los macroporos.
Mejora la infiltración de agua.
Reduce el enconstramiento.
Disminuye el escurrimiento.
Reduce la erosión dentro y entre los
surcos.
Aumento de la fertilidad del suelo
Provee mulch residual que regula la temperatura
y conserva el agua.
Aumenta la fijación de nitrógeno.
Reciclaje de nutrientes.
Mantiene la materia orgánica del suelo.
Manejo de plagas
Conserva un balance favorable entre las plagas y
sus depredadores.
Aumenta la diversidad biológica.
Efectos sobre la fertilidad del
suelo
El valor del cultivo de cobertura para
mantener la fertilidad del suelo en los huertos
depende de la producción razonable de
toneladas de materia orgánica. La Vicia
atropurpurea puede producir 20 toneladas
de abono vegetal por acre, mientras que
otras leguminosas producen entre 12 a 13
ton. por acre. La Vicia atropurpurea y el
trébol dulce pueden producir anualmente
ganancias netas de nitrógeno por encima de
las 150 libras por acre.
Las plantas que son útiles bajo algunas condiciones,
pueden ser una desventaja bajo otras. Los cultivos de
cobertura usados en huertos y viñedos pueden competir
por nutrientes y agua con los árboles y las vides, pudiendo
proliferar ciertas malezas reduciendo substancialmente la
biomasa del cultivo de cobertura. En áreas donde no
resulta práctico cultivar leguminosas, puede ser
recomendable reemplazarlas por mostaza, malva y nabos.
Estas plantas contienen altos porcentajes de nitrógeno y
son de rápida descomposición si se cortan antes que
maduren.
La mostaza crece rápidamente y puede ahogar otras
malezas indeseables. El cultivo de cobertura también
puede interferir en la cosecha de frutas y nueces.
Efectos sobre poblaciones
insectiles
Los investigadores soviéticos descubrieron
que la efectividad del parásito, Aphytis
proclia, para controlar la Escama de San
José en los Huertos, mejoró como resultado
de haber sembrado un cultivo de cobertura
de Phacelia tanacetifolia. Tres siembras
sucesivas del cultivo de cobertura Phacelia
aumentaron el parasitismo de la escama
desde un 5 % en huertos cultivados
limpiamente hasta un 75% donde las plantas
melíferas productoras se sembraron y
florecieron completamente.
Por lo general, los sistemas con cultivo de
cobertura se caracterizaron por una baja
densidad de insectos fitófagos, por un daño
menor en la fruta provocado por los insectos de
los árboles, por poblaciones mayores y más
especies de enemigos naturales, y una mayor
depredación de presas artificiales. Los cultivos de
cobertura que permanecieron florecidos durante
toda la estación, que produjeron más biomasa y
sustentaron una mayor cantidad de presas
alternativas, parecieron contener el mayor
complejo de depredadores y parásitos.
Pareciera que la manipulación de los cultivos de
cobertura puede afectar directamente a las
colonias de plagas insectiles que diferencian
entre árboles con y sin protección en el suelo, y
que también pueden ayudar a mantener
poblaciones de enemigos naturales, que habitan
en el suelo y en el follaje, entregándoles alimentos
y hábitat alternativos.
El diseño adecuado de una mezcla de cultivo de
cobertura/huerto puede aumentar el control
biológico de plagas específicas existentes en
huertos y viñedos (Altieri y Schmidt 1985).
Tipos de manejo de cultivos
de cobertura
Las desventajas de los sistemas de cultivo de cobertura se pueden
reducir o eliminar con manejos y prácticas agrícolas cuidadosas. Las
limitaciones son pequeñas comparadas con las alternativas. Los
sistemas de manejo de cultivo de cobertura más comunes son (Finch y
Sharp 1976):
Sistemas sin Labranza. En un sistema de manejo sin labranza el
cultivo de cobertura se siega en el suelo, en vez de que se cultive
con escarificador de discos.
Sistema de siegas frecuentes. En este sistema el cultivo de
cobertura se siega de 4 a 7 veces a comienzos de la primavera.
Sistemas sin siegas frecuentes. En este sistema, el cultivo de
cobertura no se siega con frecuencia, por lo general esto se realiza
a principios de la primavera como protección contra las heladas y
a fines de ella, como control de residuos.
Sistemas con labranza. En un sistema con labranza, se rastrea el
cultivo de cobertura en el suelo después que las semillas han
madurado.
Cultivo de cobertura sembrado anualmente
durante el otoño. En este sistema el cultivo de
cobertura que se siembra en el otoño se rastrea
en el suelo a principios de la primavera, se sigue
con un barbecho estival hasta el otoño o bien un
crecimiento anual de verano voluntario.
Cultivo de cobertura anual con replantación
invernal. En este sistema, las replantaciones
invernales anuales se rastrean a fines de la
primavera seguido por un período de barbecho
desde el verano hasta el otoño o de crecimiento
de voluntarias anuales de verano, las que se
siegan y luego se rastrean en el otoño.
Sin cobertura invernal. En este sistema se elimina
la cobertura invernal mediante labranza o control
químico.
Eliminación del cultivo de cobertura. Para que un
cultivo de cobertura resulte beneficioso, este
debe descomponerse en el huerto o en el viñedo.
Para ayudar a la descomposición, el material se
debe incorporar con tierra húmeda. Por lo tanto,
se recomienda incorporar el cultivo de cobertura
más profundamente que aquel que resultante de
la labranza superficial de verano.
Plantas para cultivo de
cobertura
Los pastos tienen sistemas de raíces fibrosas, lo
que resulta particularmente útil para formar la
estructura del suelo, brindar control contra la
erosión y mejorar la penetración del agua. Las
leguminosas no resultan tan eficaces como los
pastos para mejorar la penetración del agua,
pero sí contribuyen con nitrógeno para el suelo y
sus residuos se descomponen con mayor rapidez.
Las plantas útiles como los cultivos de cobertura,
pueden clasificarse como leguminosas y pastos
de crecimiento invernal con siembras anuales,
leguminosas y pastos anuales con replantación
invernal, anuales de verano, leguminosas y pastos
perennes y otras plantas de cultivo de cobertura.
Mulches vivos
Se le llama mulch vivo a los cultivos de
cobertura de leguminosas asociadas con
cultivos anuales.
La mayoría de las investigaciones sobre estos
sistemas se han realizado con trigo, soya y
cultivos de hortalizas.
Las especies de leguminosas usadas
comúnmente como Mulch vivo incluyen el
trébol blanco, la arveja hairy y el trébol
rosado.
La producción de materia seca varía desde 2,3 toneladas
por hectárea de trébol dulce a 10 toneladas por hectárea
de alfalfa y veza. Basándose en el contenido de nitrógeno
de los tejidos y la producción de materia seca, estas
leguminosas fijan desde 76 a 367 kilogramos de nitrógeno
por hectárea. Esta cantidad es suficiente para satisfacer
los requerimientos agronómicos de nitrógeno necesarios
para los cultivos de hortalizas (Palada et al. 1983).
La mayoría de los cultivos de cobertura no toleran el suelo
árido o seco pero sí toleran la sombra y el tráfico en el
predio, características ideales para los cultivos
intercalados.
La resistencia a las fuertes heladas de invierno es
importante si las leguminosas se van a sembrar para fijar
nitrógeno al suelo.
Sistemas con cultivos de
cobertura de leguminosas
Los cultivos de cobertura de leguminosas
pueden incorporarse en sistemas de
cultivo anuales mediante la siembra
intercalada (entresiembra), rotaciones de
leguminosas basadas en la cubierta del
suelo, cultivo en hileras intercaladas o
sistemas de mulch vivo en hortalizas
(Palada et al. 1983).
Rotaciones con cultivos de
cobertura basados en
leguminosas
Las leguminosas en rotaciones o como
abono verde son de gran utilidad para
controlar la erosión del suelo y mantener su
materia orgánica. Un cultivo típico de
rotación de 3 a 6 años comúnmente usado
por los agricultores orgánicos del medio oeste
y del noreste de EE.UU incluyen la alfalfa o el
trébol, el maíz, la soya y los granos pequeños,
aumentando los años de inclusión de alfalfa
o trébol en los suelos con laderas más
pronunciadas.
Las leguminosas bien inoculadas entregan nitrógeno
en abundancia para el siguiente cultivo de
gramíneas. Por ejemplo, un primer año de alfalfa,
que produzca de 7 a 11 toneladas por hectárea,
cubrirá especialmente las necesidades de nitrógeno
del siguiente cultivo de maíz con una producción
igual o mayor que la del maíz fertilizando
continuamente con 150 a 200 kg. de nitrógeno por
hectárea.
Las mezclas leguminosas/pastos y tréboles, en
donde predominan las leguminosas, resultan tan
eficaces para fijar nitrógeno como los cultivos de
alfalfa puros que produce la misma cantidad de
forraje.
Cultivo intercalado de franjas
con cobertura de suelo
En los cultivos en franjas, éstos crecen simultáneamente en
diferentes franjas, tan anchas como para permitir una
labranza independiente, pero lo suficientemente angostas
como para que 2 o más cultivos diferentes interactúen
agronómicamente. Los componentes pueden ser una
combinación de cultivos por hileras, o una mezcla de
cultivos por hileras y leguminosas, o pastos. Desde el punto
de vista del nitrógeno del suelo, resulta más conveniente
utilizar una cubierta de leguminosas. En predios con
laderas y declives, se debe limitar el cultivo intercalado en
franjas a una producción de cultivos en hileras. Estos
sistemas reducen la erosión considerablemente, al reducir
el flujo de las corrientes que bajan por las laderas.
Por medio de la manipulación del ancho
de labranza, la productividad total del
sistema se puede ajustar para satisfacer
las necesidades de granos y forraje del
predio. Además, el ancho de labranza se
puede ajustar para adecuarlo a la
maquinaria de que se disponga sin que el
suelo y el rendimiento del cultivo sufran
efectos negativos.
Sistema de Mulch vivo
Para los horticultores un sistema de mulch
vivo puede ser una forma económica de
reducir la erosión del suelo, aumentar la
materia orgánica y mantener los
rendimientos compatibles con los
sistemas convencionales.
Los efectos de los Mulch vivos
sobre las poblaciones
insectiles
Aunque aún se tiene poco conocimiento sobre las
ventajas entomológicas de los sistemas de mulch vivos, los
trabajos experimentales sugieren que muchos de estos
sistemas han incorporado varias ventajas en el control
biológico. La mayoría de los científicos se han basado en
los cultivos de Brassica. Por ejemplo, Dempster y Coaker
(1974) descubrieron que manteniendo una cubierta de
trébol ayudaba a la disminución de tres insectos plagas
(Brevicoryne brassicae, Pieris rapae y Erioschia brassicae)
En el caso del P. rapae, su disminución se atribuyó al
aumento en cantidad del escarabajo del suelo
depredador, Harpalus rufipes, en los terrenos sembrados
con cobertura. Se observaron aumentos similares al plantar
trébol entre hileras de coles, lo que significó un aumento
del 34% en la depredación de los huevos de la mosca de
los tallos de la col, Delia brassicae (Cromartie 1981).
GRACIAS