TSJ Regiones - Decisión
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Regiones Decisión
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
PODER JUDICIAL
I
Identificación de las partes y la causa.
DEMANDANTE: ADRIAN RAFAEL YZQUIEL BLANCO, venezolano, mayor de edad,
soltero, titular de la Cédula de Identidad N° V 1.030.315, y de este domicilio.
APODERADO JUDICIAL: ARGENIS RAFAEL PÉREZ, venezolano, mayor de edad, titular
de la Cédula de Identidad N° V 7.561.611, inscrito en el Inpreabogado bajo el Nº 86.131, y de
este domicilio.
Motivo: Nulidad De Contrato.
Sentencia: Definitiva.
Expediente Nº: 4863
II
Síntesis de la litis
Se inicia la presente causa mediante demanda incoada en fecha 28 de marzo de 2007, por el
ciudadano ADRIAN RAFAEL YZQUIEL BLANCO, debidamente asistido por el abogado
ARGENIS RAFAEL PÉREZ, ambos identificados y previa distribución de causas ante el
Juzgado Distribuidor de ésta misma Circunscripción Judicial fue asignada a éste Juzgado,
dándosele entrada en fecha 29 de marzo de 2007.
En fecha 10 de abril de 2007, la demanda fue admitida y se ordenó el emplazamiento de los
codemandados conforme a las reglas del Procedimiento Ordinario.
En fecha 24 de abril de 2007, el ciudadano YZQUIEL BLANCO ADRIAN RAFAEL, mediante
diligencia, le confiere Poder ApudActa al abogado ARGENIS RAFAEL PÉREZ, inscrito en el
Inpreabogado bajo el Nº 86.131.
Por diligencia de fecha 05 de junio de 2007, el Alguacil estampa diligencia consignando los
Recibos de Citación debidamente firmado por los ciudadanos CARLOS ALBERTO
RODRÍGUEZ y BELKYS RIVERO PINTO, Parte Codemandada en el presente juicio.
Por auto de fecha 14 de agosto de 2007, el juez provisorio de este Juzgado, se abocó del
conocimiento de la causa, ordenándose la notificación de las partes.
Por diligencia de fecha 19 de septiembre de 2007, el ciudadano ADRIAN RAFAEL YZQUIEL
BLANCO, mediante apoderado judicial, abogado ARGENIS RAFAEÑ PÉREZ, se da por
notificado, y solicita la notificación de los codemandados.
Por diligencia de fecha 09 de octubre de 2007, el abogado ARGENIS RAFAEL PÉREZ, en su
carácter de autos, solicita se habilite para el día 12 de octubre de 2007, a los fines de que
alguacil de este juzgado practique la notificación de los codemandados de autos, acordándose el
mismo por auto de fecha 10 de octubre de 2007.
Consta al folio cuarenta y cinco (45) del presente expediente, diligencia estampada por el
alguacil de este juzgado, donde deja constancia que la firma que aparece al pie de las boletas de
notificaciones que rielan desde el folio 46 al 49 pertenecen a los ciudadanos BELKYS
JOSEFINA RIVERO PINTO y CARLOS ALBERTO RODRIGUEZ, codemandados de autos.
En fecha 15 de octubre de 2007, el alguacil de este Juzgado, consigna la boleta de notificación,
motivado que el ciudadano YZQUIEL BLANCO ADRIAN RAFAEL, se dio por notificado
mediante su apoderado judicial, abogado ARGENIS RAFAEL PÉREZ.
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Por auto de fecha 09 de noviembre de 2007, se agregó a los autos el Escrito de Contestación
presentado por la ciudadana BELKIS JOSEFINA RVERO, parte codemandada en el presente
juicio.
En fecha 19 de diciembre de 2007, el ciudadano CARLOS ALBERTO RODRIGUEZ,
debidamente asistido por la abogada AMERICA PAEZ MORENO, inscrita en el Inpreabogado
bajo el Nº 46.217, le confiere Poder ApudActa a la referida abogada.
Por auto de fecha 22 de noviembre de 2007, se agregó a los autos el Escrito de Contestación
presentado por el ciudadano CARLOS ALBERTO RODRÍGUEZ, parte codemandada en el
presente juicio.
Por Sentencia Interlocutoria de fecha 27 de noviembre de 2007, el Tribunal declaró Inadmisible
la Reconvención formulada por el codemandadoReconviniente, ciudadano CARLOS
ALBERTO RODRIGUEZ.
En fechas 12 y 17 de diciembre de 2007, ambas partes presentan escritos de pruebas,
agregándose mediante auto de fecha 18 de diciembre de 2007 y admitiéndose las probanzas que
el Tribunal consideró pertinentes en fecha 09 de enero de 2006.
En fecha 03 de abril de 2008, se dio por concluido el lapso probatorio y se fijó el lapso legal
para que las partes presenten sus informes; sin que ninguna de las partes hiciera uso de este
derecho, fijándose en fecha 29 de abril de 2008 el correspondiente lapso para dictar sentencia de
conformidad con lo establecido en el artículo 515 del Código de Procedimiento Civil, siendo
prorrogado en fecha 30 de junio de 2008, conforme al artículo 251 eiusdem.
En el día de hoy, treinta (30) de julio de 2008, este Juzgado, previo el cumplimiento de las
formalidades de Ley y en observancia del requisito exigido por el ordinal 4° del artículo 243 del
Código de Procedimiento Civil, pasa a dictar sentencia en el presente proceso, de la siguiente
manera:
III
Alegatos de las partes en controversia.
III.1. Parte demandante.
Señaló la parte actora en su libelo de demanda que:
1) El 24 de junio del año 2003, siendo las 2:00 PM, aproximadamente se presentó el ciudadano
CARLOS ALBERTO RODRIGUEZ, con una comisión policial a su casa ubicada en la calle
Sucre del Baúl, Municipio Girardot del estado Cojedes, alinderada de la siguiente manera:
NORTE: Casa de Guillermo Rivero; SUR: Calle Sucre; ESTE: Callejón sin nombre y OESTE:
Casa de Julio Rojas, tal como consta de documento protocolizado por ante la Oficina Subalterna
de Registro Público del Municipio Girardot del estado Cojedes, en fecha 21 de septiembre del
año 1998, anotado bajo el Nº 18, a los folios 56 al 61, del protocolo primero del tercer trimestre,
que anexó marcado con la letra “A”.
2) Le ordenaron bajo amenaza de golpearlo, que desocupara el inmueble, ya que el mismo era
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propiedad del ciudadano CARLOS ALBERTO RODRIGUEZ, propiedad que acreditó con la
presentación de un documento mediante el cual había adquirido dicho inmueble por venta que le
hizo la ciudadana BELKIS RIVERO DE IZQUIEL, quien es su legítima esposa según acta de
matrimonio que anexó marcada en copia certificada, marcada con la letra “B”.
3) El documento de compra venta fue otorgado por ante la oficina subalterna del Registro
Público del Municipio Girardot del estado Cojedes, en fecha 09 de abril de 2003, anotado bajo
el Nº 12, a los folios 27 al 28, del protocolo primero del segundo trimestre, marcado con la letra
“C”.
4) Ante esta situación no le quedó más remedio que abandonar su hogar, ya que su esposa se
valió para vender la casa a sus espaldas, de que le firmara bajo engaño, ya que no sabía leer ni
escribir, un documento que fue registrado por ante la oficina Subalterna de Registro Público del
Municipio Autónomo Girardot del estado Cojedes, de fecha 09 de abril de 2003, quedando
registrado bajo el Nº 11, a los folios 25 al 26, del Protocolo Primero correspondiente al segundo
trimestre que anexó marcado con la letra “D”, donde consta que le cedió sus derechos de
propiedad sobre la casa, a su cónyuge siendo este acto contrario a le Ley, y para la fecha de hoy
no le ha sido posible lograr la solución a su caso.
5) Por tales hechos, formalmente demandó para que conviniera o en su defecto sea declarada la
nulidad del contrato de compra venta donde su cónyuge le vendió al ciudadano, CARLOS
ALBERTO RODRIGUEZ, la casa perteneciente a la comunidad conyugal, por estar viciado de
nulidad absoluta, el cual fue protocolizado por ante la oficina Subalterna de Registro Público del
Municipio Girardot del estado Cojedes, en fecha 09 de abril de 2003, anotado bajo el Nº 12, a
los folios 27 al 28 del protocolo primero del segundo trimestre, en el que se evidencia que su
esposa BELKIS RIVERO DE IZQUIEL, le vende al ciudadano CARLOS ALBERTO
RODRIGUEZ el inmueble cuyo contrato se demanda la nulidad.
6) Fundamentó la acción en los artículos 148, 168, 170 y 1.481 del Código Civil, y al pago de
los daños y perjuicios más las costas y costos que se originen.
IV
Acervo Probatorio y valoración.
IV.1 Parte demandante. Promovió conjuntamente con su libelo de demanda las siguientes
probanzas:
1) Copia simple del documento debidamente protocolizado por ante la Oficina Subalterna de
Registro Público del Municipio Girardot del estado Cojedes, de fecha 21 de septiembre del año
1998, el cual quedó registrado bajo el Nº 18, folios 56 al 61, Tomo 4º, Protocolo Primero del
Tercer Trimestre, marcado con la letra “A”.
2) Copia Certificada del acta de matrimonio contraído entre el ciudadano ADRIAN RAFAEL
YZQUIEL BLANCO, con la ciudadana BELKYS JOSEFINA RIVERO PINTO, marcada con la
letra “B”, en virtud de ser este una copia certificada de un documento administrativo público, se
le otorga plena validez salvo prueba en contrario para determinar el vínculo matrimonial
existente entre los indicados ciudadanos desde la citada fecha, en consecuencia, la presunción de
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existencia de una comunidad de gananciales entre ellos derivada del matrimonio. Así se valora.
3) Copia Simple del documento de compraventa emanado de la Oficina Subalterna de Registro
Público del Municipio Girardot del estado Cojedes, de fecha 09 de abril del año 2003, el cual
quedó registrado bajo el Nº 12, folios 27 al 28, Protocolo Primero, Tomo 1º, del segundo
trimestre, marcado con la letra “C”, donde la ciudadana BELKYS RIVERO DE IZQUIEL, le
vende al ciudadano CARLOS ALBERTO RODRIGUEZ, marcada con la letra “C”.
4) Copia Simple del Documento donde el ciudadano RAFAEL ADRIAN IZQUIEL, le cede y
traspasa en plena propiedad a su cónyuge ciudadana BELKYS RIVERO, el cincuenta por ciento
(50%) de sus derechos y acciones sobre el inmueble producto de litigio, la cual anexó marcada
con la letra “D”, protocolizado por ante la Oficina Subalterna de Registro Público del Municipio
Girardot del estado Cojedes.
Respecto a las instrumentales anteriormente señaladas, las mismas no fueron impugnadas por la
parte codemandada, siendo entonces valoradas plenamente como fidedignas copias del
documento de la cual se verifica la existencia y personalidad de la indicada persona jurídica,
conforme lo establece el primer aparte del artículo 429 del Código de Procedimiento Civil. Así
se determina.
En la oportunidad procesal correspondiente a la promoción de pruebas, enunció aportó las
siguientes:
1. El mérito favorable de los hechos narrados en el libelo de la demanda. Respecto a la indicada
probanza, este jurisdicente hace suyo el criterio pacífico de la jurisprudencia patria respecto a
que dicha mención no es más que la invocación del principio de comunidad de la prueba, por lo
que, debe quien quiera hacer valer las probanzas de la contraparte a su favor indicar
expresamente cual de ellas le beneficia, siendo impertinente alegar dicho mérito favorable en lo
que respecta a las probanzas que el mismo aportó, por cuanto, al promoverlas la parte, el
Tribunal está en la obligación de valorarlas en virtud del principio de Exhaustividad de la
Prueba contenido en el artículo 510 del Código de Procedimiento Civil, razón por la cual,
resulta Impertinente la simple invocación del mérito favorable sino se refiere a las pruebas
promovidas por la parte contraria o un tercero y que de alguna forma favorezcan la pretensión
del demandante. Así se decide.
2. Documentales. La parte actora produjo las siguientes documentales:
2.1. Documentos de Propiedad protocolizado ante la Oficina Subalterna de Registro del
Municipio Girardot del estado Cojedes, en fecha 21 de septiembre de 1999, anotado bajo el Nº
18, a los folios 56 al 61, del Protocolo Primero, Tercer Trimestre, mediante el cual se evidencia
la tradición del indicado inmueble constatándose que el Instituto Nacional de la Vivienda le
adjudicó al ciudadano RAFAEL ADRIAN IZQUIEL B.
2.2 Documento de Compra Venta protocolizado ante la oficina Subalterna de Registro del
Municipio Girardot del estado Cojedes, en fecha 09 de abril de 2003, anotado bajo el Nº 12, a
los folios 27 al 28, Protocolo Primero, Segundo Trimestre, donde la ciudadana BELKIS
RIVERO DE IZQUIEL le vende al ciudadano CARLOS ALBERTO RODRÍGUEZ, el inmueble
objeto de litigio y que el mismo forma parte de la sociedad conyugal.
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2.3. Copia Certificada del Acta de Matrimonio efectuado entre la ciudadana BELKIS RIVERO
DE IZQUIEL, con el ciudadano ADRIAN RAFAEL IZQUIEL BLANCO, donde se verifica la
unión matrimonial de ambos ciudadanos, la cual fue debidamente valorada supra.
2.4. Documento protocolizado por ante la oficina Subalterna de Registro del Municipio Girardot
del estado Cojedes, en fecha 09 de abril de 2003, anotado bajo el Nº 11, a los folios 25 al 26,
Protocolo Primero, Segundo Trimestre, donde consta que el ciudadano ADRIAN RAFAEL
YZQUIEL BLANCO, le cedió sus derechos de propiedad sobre el mencionado inmueble a su
cónyuge ciudadana BELKIS RIVERO DE IZQUIEL.
Todos estos documentos al ser originales o copia certificada de instrumento publico se valoran
plenamente para dar por demostrado los negocios jurídicos en ellos contenidos, conforme a la
regla valorativa contenida en el artículo 1357 y siguientes del Código Civil.
IV.2. Parte Codemandada ciudadano CARLOS ALBERTO RODRIGUEZ.
En la oportunidad legal para la promoción de pruebas, la parte demandada asistida de abogada,
promovió las siguientes probanzas:
1º Mérito Favorable. Respecto a la indicada probanza, este jurisdicente hace suyo el criterio
pacífico de la jurisprudencia patria respecto a que dicha mención no es más que la invocación
del principio de comunidad de la prueba, por lo que, debe quien quiera hacer valer las probanzas
de la contraparte a su favor indicar expresamente cual de ellas le beneficia, siendo impertinente
alegar dicho merito favorable en lo que respecta a las probanzas que el mismo aportó, por
cuanto, al promoverlas la parte, el Tribunal está en la obligación de valorarlas en virtud del
principio de Exhaustividad de la Prueba contenido en el artículo 510 del Código de
Procedimiento Civil, razón por la cual, resulta Impertinente la simple invocación del mérito
favorable sino se refiere a las pruebas promovidas por la parte contraria o un tercero y que de
alguna forma favorezcan la pretensión del demandante. Así se decide.
2º Testimoniales: Promovió las declaraciones juradas de los ciudadanos JOSÉ ANTONIO
RODRIGUEZ JIMENEZ, DENYS NOEL FIGUEREDO, JHONNY RAFAEL VELASQUEZ,
NOHE MIAS ELIUT LINARES RUIZ, VIRGILIO RAMÓN PACHECO y LUIS PARRA,
portadores de las Cédulas de Identidades Nos. V.8.617.756, V.12.767.093, V. 10.328.327,
V.16.976.035, y V. 5.747.020, respectivamente. No rindieron testimonio en su debida
oportunidad los ciudadanos JHONNY RAFAEL VELASQUEZ, NOHE MIAS ELIUT
LINARES RUIZ, VIRGILIO RAMÓN PACHECO y LUIS PACHECO, por lo que el Tribunal
comisionado para la evacuación de la prueba declaró desiertos los respectivos actos (folios
208,209, 210, 219).
En la oportunidad respectiva, rindieron testimonio los ciudadanos JOSÉ ANTONIO
RODRIGUEZ JIMENEZ, DENNYS NOEL FIGUEREDO, GAUDY MARISOL OLIVO
BRIZUELA, MARITZA RUIZ DE MAVARES y WILMER RAFAEL GUTIERREZ DE LA
CRUZ. Las mencionadas testimoniales a pesar de que no incurrieron los testigos en
contradicción, concuerdan entre sí, parecieran decir la verdad y no fueron objeto de tacha alguna
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al momento de ser evacuadas sus testimoniales, resultan inidóneas para desvirtuar la verdad
documental contenida en los documentos públicos que cursan en actas, por lo que deben ser
desestimadas conforme a la regla valorativa contenida en los artículos 507 y 510 del Código de
Procedimiento Civil. Así se declara.
3º Facturas de fechas 05 de febrero de 2007, 15 de abril de 2005, 27 de marzo de 2007 y 20 de
abril de 2007, emanadas la primera, por la Bloquera “EPIFANI”, marcada con la letra “A”, por
un monto de BOLIVARES TRES MILLONES OCHOCIENTOS TREINTA MIL CON CERO
CÉNTIMOS (Bs.3.830.000,00), invertido en compra de Camión de arena amarilla, un camión
de arena negra, novecientos (900) bloques, cuarenta (40)sacos de cemento; la segunda por el
Taller de Herrería “El Popular”, marcada con la letra “B” , por un monto de BOLIVARES UN
MILLÓN TRESCIENTOS MIL (Bs. 1.300.000,00), por elaboración de tres (3) puertas de
hierro, una (1) puerta protectora, Una (01) ventana y su respectivo protector; la tercera por
Comercial “Auristela”, marcada con la letra “C”, por un monto de BOLIVARES UN MILLON
DIECIOCHO MIL (Bs. 1.018.000,00), por la compra de quince (15) cabillas estriadas ½, seis
(06) rollos de alambres, doce (12) cerchas, dos (02) cajas de ganchos, cien (100) amarres, nueve
(09) tubos de 2/2, setenta (70) clavos de acero de ½ y dos (02) kilogramos de clavos de 3’ y la
cuarta por Ferrocerámica Valcro C.A., comprobante fiscal Nº 02076880 marcada con la letra
“D”, por la cantidad de BOLIVARES UN MILLÓN CUATROCIENTOS SESENTA Y SIETE
MIL DOCIENTOS NOVENTA Y NUEVE CON SETENTA CENTIMOS (BS. 1.467.299,70),
por la compra de 21 láminas de acerolit, canal ancho de 4 Mts. y Siete (07) láminas de acerolit
canal ancho de 3 Mts. La anterior probanza en virtud de ser una documental privada emanadas
de un tercero ajeno al juicio, debió ser ratificada mediante la Testimonial conforme lo dispone el
artículo 431 del Código de Procedimiento Civil, razón por la cual este sentenciador la desestima
del presente proceso. Así se decide.
IV.3 Parte Codemandada ciudadana BELKIS JOSEFINA RIVERO.
En la oportunidad legal para la promoción de pruebas, la parte demandada asistida de abogada,
promovió las siguientes probanzas:
1º Mérito Favorable. Respecto a la indicada probanza, este jurisdicente hace suyo el criterio
pacífico de la jurisprudencia patria respecto a que dicha mención no es más que la invocación
del principio de comunidad de la prueba, por lo que, debe quien quiera hacer valer las probanzas
de la contraparte a su favor indicar expresamente cual de ellas le beneficia, siendo impertinente
alegar dicho merito favorable en lo que respecta a las probanzas que el mismo aportó, por
cuanto, al promoverlas la parte, el Tribunal esta en la obligación de valorarlas en virtud del
principio de Exhaustividad de la Prueba contenido en el artículo 510 del Código de
Procedimiento Civil, razón por la cual, resulta Impertinente la simple invocación del mérito
favorable sino se refiere a las pruebas promovidas por la parte contraria o un tercero y que de
alguna forma favorezcan la pretensión del demandante. Así se decide.
2º Testimoniales: Promovió las declaraciones juradas del ciudadano WILMER GUTIERREZ,
portador de la Cédula de Identidad Nº V 13.182.045, en que la oportunidad respectiva rindió
testimonio y a pesar de que no incurrió el testigo en contradicción, concuerda entre sí, pareciera
decir la verdad y no fue objeto de tacha alguna al momento de ser evacuada su testimonial,
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resulta inidónea para desvirtuar la verdad documental contenida en los documentos públicos que
cursan en actas, por lo que deben ser desestimadas conforme a la regla valorativa contenida en
los artículos 507 y 510 del Código de Procedimiento Civil. Así se declara.
3º Prueba de Informe, se acordó librar oficio al Ministerio de Interior y Justicia, Registro
Inmobiliario del Municipio Autónomo Girardot del estado Cojedes, lo cual dieron respuestas
según oficio que corre inserto al folio 164 del presente expediente, recibido en esta instancia en
fecha 08 de febrero de 2008, dando respuestas al oficio librado en fecha 09 de enero de 2008,
ratificando la fecha y dato de otorgamiento del documento de compraventa celebrado entre los
codemandados protocolizado ante la oficina Subalterna de Registro del Municipio Girardot del
estado Cojedes, en fecha 09 de abril de 2003, anotado bajo el Nº 12, a los folios 27 al 28,
Protocolo Primero, Segundo Trimestre, donde la ciudadana BELKIS RIVERO DE IZQUIEL
vende al ciudadano CARLOS ALBERTO RODRÍGUEZ, el inmueble objeto de litigio y que el
mismo forma parte de la sociedad conyugal. La indicada probanza es valorada plenamente
conforme a la regla valorativa contenida en el artículo 433 del Código de Procedimiento Civil.
Así se aprecia.
V
Consideraciones para decidir.
Siendo la oportunidad procesal para que este Órgano Subjetivo Institucional Judicial Pro
Tempore Ex Necesse, se pronuncie conforme a lo establecido en el artículo 243 del Código de
Procedimiento Civil, procede a realizar las siguientes consideraciones de orden legal,
doctrinario y jurisprudencial, como de seguidas se desarrollan:
Nuestra norma sustantiva Civil establece en su artículo 1133 que “El contrato es una convención
entre dos o más personas para constituir, reglar, transmitir, modificar o extinguir entre ellas un
vínculo jurídico”. En el caso de marras, el negocio jurídico que pretende anular el demandante
es un contrato de compraventa sobre un inmueble que es de su copropiedad por pertenecer a la
comunidad de gananciales conyugales y que fue vendido por su cónyuge, hoy codemandada,
sin su autorización a un tercero, habiendo justificado su derecho de propiedad en un documento
de cesión del cincuenta por ciento (50%) del derecho de propiedad que le correspondía al
demandado y que le transmitió a la codemandada, el cual es nulo por estar expresamente
prohibida dicha cesión por la ley.
Respecto a la nulidad del contrato, existen causas de nulidad del contrato que versan sobre el
hecho de adolecer de los requisitos de existencia del mismo, establecidas en el artículo 1141 del
Código Civil el cual reza: “Artículo 1.141. Las condiciones requeridas para la existencia del
contrato son: 1°. Consentimiento de las partes; 2°. Objeto que pueda ser materia de contrato; y
3°. Causa lícita”. A tenor de la citada norma y en referencia al caso especifico de marras
observamos que la parte demandante alega que el contrato es nulo en virtud de que el bien
enajenado por su cónyuge pertenece a la comunidad conyugal y que no contó con su
autorización para ello, aunado al hecho de que la misma se arrogó la propiedad total del
inmueble, tal condición deviene de un contrato de Cesión de derechos celebrado entre el
demandante y su cónyuge, el cual es nulo de pleno derecho.
Ora, establece el artículo 1481 del Código Civil Venezolano que “Entre marido y mujer no
puede haber venta de bienes”, mientras el artículo 1155 ídem establece que “El objeto del
contrato debe ser posible, lícito, determinado o determinable”. Siendo ello así, corresponde a la
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parte demandante demostrar la existencia del vicio que afecta de nulidad el contrato de compra
venta validamente suscrito ante el Funcionario competente para dar fe pública de esa
negociación, por cuanto, dicho contrato goza de una presunción de legalidad salvo prueba en
contrario. En ese mismo orden de ideas, los artículos 168 y 170 íbidem, precisan que:
“Artículo 168. Cada uno de los cónyuges podrá administrar por sí solo los bienes de la
comunidad que hubiere adquirido con su trabajo personal o por cualquier otro título legítimo; la
legitimación en juicio, para los actos relativos a la misma corresponderá al que los haya
realizado. Se requerirá del consentimiento de ambos para enajenar a título gratuito u oneroso o
para gravar los bienes gananciales, cuando se trata de inmuebles, derechos o bienes muebles
sometidos a régimen de publicidad, acciones, obligaciones y cuotas de compañías , fondos de
comercio, así como aportes de dichos bienes a sociedades. En estos casos la legitimación en
juicio para las respectivas acciones corresponderá a los dos en forma conjunta”.
“El Juez podrá autorizar a uno de los cónyuges para que realice por si solo, sobre bienes de la
comunidad, alguno de los actos para cuya validez se requiere el consentimiento del otro, cuando
éste se encuentre imposibilitado para manifestar su voluntad y los intereses del matrimonio y de
la familia así lo impongan. Igualmente el Juez podrá acordar que el acto lo realice uno de los
cónyuges cuando la negativa del otro fuere injustificada y los mismos intereses matrimoniales y
familiares así lo exijan. En estos casos el Juez decidirá con conocimiento de causa y previa
audiencia del otro cónyuge, si éste no estuviere imposibilitado, tomando en consideración la
inversión que haya de darse a los fondos provenientes de dichos actos”.
Omissis…
“Artículo 170. Los actos cumplidos por el cónyuge sin el necesario consentimiento del otro y no
convalidados por éste, son anulables cuando quien haya participado en algún acto de disposición
con el cónyuge actuante tuviere motivo para conocer que los bienes afectados por dichos actos
pertenecían a la comunidad conyugal”.
“Quedan a salvo los derechos de los terceros de buena fe que, no habiendo participado en el acto
realizado con el cónyuge, hubiesen registrado su título con anterioridad al registro de la
demanda de nulidad”.
“En caso de bienes inmuebles se procederá a estampar en el protocolo correspondiente la nota
marginal referente a la demanda de nulidad; en los otros casos, se tomarán las providencias que
garanticen la protección de los terceros de buena fe”.
“La acción corresponde al cónyuge cuyo consentimiento era necesario y caducará a los cinco (5)
años de la inscripción del acto en los registros correspondientes o en los libros de las sociedades
si se trata de acciones, obligaciones o cuotas de participación. Esta acción se transmitirá a los
herederos del cónyuge legitimado si éste fallece dentro del lapso útil para intentarla”.
“Cuando no procede la nulidad, el cónyuge afectado sólo tendrá acción contra el otro por los
daños y perjuicios que le hubiere causado. Esta acción caducará al año de la fecha en que ha
tenido conocimiento del acto y, en todo caso, al año después de la disolución de la comunidad
conyugal” (Negritas y subrayados del tribunal).
El autor patrio Dr. Nerio Perera Planas en su obra Código Civil Venezolano (1992), al comentar
los citados artículos indicó, específicamente en lo concerniente al artículo 168 y la posibilidad
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de que el cónyuge llamado por ley a realizar conjuntamente el acto o negocio jurídico con el
otro, y aun así no haya participado en el mismo pueda atacar tal negociación en nulidad, lo
siguiente:
“5 Si uno de los esposos, vigente el matrimonio, ejecuta actos ajenos a la legitimidad de la
representación acordada por la reforma en relaciona a su validez dependiente de la actuación de
ambos esposos ¿el otro podrá intentar acción de nulidad? No veo por qué no. Sostener una tesis
contraria sería tanto como admitir una injusticia, ajena al espíritu del legislador”(p.114).
Nuestro Código de Procedimiento Civil establece la forma de valorar las pruebas y como esta
valoración influye directamente sobre le dispositivo a dictar, indicando expresa y taxativamente
en su principio de verdad procesal que:
“Artículo 12. Los jueces tendrán por norte de sus actos la verdad, que procurarán conocer en los
límites de su oficio. En sus decisiones el Juez debe atenerse a las normas del derecho a menos
que la Ley lo faculte para decidir con arreglo a la equidad. Debe atenerse a lo alegado y probado
en autos, sin poder sacar elementos de convicción fuera de éstos ni suplir excepciones o
argumentos de hecho no alegados ni probados, El Juez puede fundar su decisión en los
conocimientos de hecho que se encuentren comprendidos en la experiencia común o máximas
de experiencia”.
“En la interpretación de contratos o actos que presenten oscuridad, ambigüedad o deficiencia,
los jueces se atendrán al propósito y a la intención de las partes o de los otorgantes, teniendo en
mira las exigencias de la ley, de la verdad y de la buena fe”.
Continúa en su texto precisando respecto a las condiciones para declarar con lugar la demanda
que:
“Artículo 254. Los Jueces no podrán declarar con lugar la demanda sino cuando, a su juicio,
exista plena prueba de los hechos alegados en ella. En caso de duda, sentenciarán a favor del
demandado, y, en igualdad de circunstancias, favorecerán la condición del poseedor,
prescindiendo en sus decisiones de sutilezas y de puntos de mera forma”.
“En ningún caso usarán los Tribunales de providencias vagas u oscuras, como las de venga en
forma, ocurra a quien corresponda, u otras semejantes, pues siempre deberá indicarse la ley
aplicable al caso, la formalidad a que se haya faltado, o el Juez a quien deba ocurrirse”.
Las supra trascritas normas se constituyen en el sistema legal general de valoración de la prueba,
que condiciona el éxito o no de la demanda planteada por el accionante o el hecho de que la
misma pueda ser desvirtuada por la contraparte, mediante las probanzas que aporten al proceso
para sustentar sus argumentos de hecho, por cuanto, lo que no existe en actas no existe en el
mundo para el Juez, tal como reza del conocido aforismo jurídico “Quod Non Est In Actis Non
Est In Mundo” y no puede, conforme al principio de verdad procesal contenido en el artículo 12
del Código de Procedimiento Civil que rige ese procedimiento, establecer o sacar elementos de
convicción diferentes a los que cursan a las actas del expediente.
Respecto al deber del juez de declarar la nulidad del contrato celebrado en contra del orden
público y el carácter de orden publico de los contratos que versen sobre bienes de la comunidad
de gananciales, la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia en sentencia Nº 390
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de fecha 03 de diciembre de 2001, con ponencia del magistrado Dr. Franklin Arriechi G.,
expediente Nº 2000001047 (caso: Pablo Antonio Contreras Navarrete contra Neyra Aracely
Rivas), estableció que:
“Sabido es que según el artículo 12 del Código de Procedimiento Civil, el Juez debe atenerse a
lo alegado por las partes, en el sentido de que debe resolver sólo sobre lo alegado, y sobre todo
lo alegado. De esta regla surge el principio de la congruencia del fallo, cuyo irrespeto por el
sentenciador da lugar a la nulidad de la sentencia, por incumplimiento del ordinal 5º del artículo
243 del Código de Procedimiento Civil.
“Ahora bien, existen motivos de orden superior que suponen una excepción al principio de
congruencia del fallo, como ocurre por ejemplo cuando el Juez, habilitado por el artículo 11 del
Código de Procedimiento Civil, dicta oficiosamente en el curso de un proceso, alguna
providencia para salvaguardar el orden público”.
“Sobre ese aspecto, la Sala, en armonía con la mejor doctrina, tradicionalmente ha sostenido el
criterio de que la nulidad absoluta de los contratos puede ser declarada de oficio por el Juez,
aunque ninguna de las partes la hubiese alegado. En este sentido el Dr. José Melich Orsini en su
obra “Doctrina General del Contrato”, sostiene lo siguiente:
“...A. Según esto, los caracteres que distinguen a la nulidad absoluta son los siguientes:
1° La legitimación activa para hacer valer la nulidad absoluta corresponde a cualquiera que
tenga interés en hacerla valer. De la misma manera, la nulidad del acto podrá ser invocada
contra cualquier persona. Siendo inexistente el acto, esta inexistencia se impone a todos, por lo
que bastará que la nulidad haya quedado comprobada ante el Juez para que éste deba declararla
en cualquier estado y grado de la causa, aun de oficio...”. (José Melich Orsini. “Doctrina
General del Contrato”, Tercera Edición. 1997, Página 335); (subrayado de la Sala).
“Por su parte, el Dr. Francisco López Herrera indica:
“...El Juez puede declarar de oficio la nulidad absoluta, cuando ella aparezca de forma
manifiesta y sin necesidad de suplir prueba alguna.
“En nuestra legislación, creemos que esto no ofrece dudas, ya que estando interesados el orden
público o las buenas costumbres en la declaración de la nulidad absoluta, está el Magistrado
judicial autorizado para declararla de oficio por el artículo 11 del Código de Procedimiento
Civil...” (López Herrera, Francisco. La nulidad de los contratos en la Legislación Civil de
Venezuela. Empresa El Cojo, S.A., Caracas, 1952, páginas 111 y 112)”.
“En criterio de la Sala, los jueces pueden, en resguardo del orden público, declarar de oficio la
nulidad absoluta que adviertan en algún contrato, siempre que la nulidad aparezca de forma
manifiesta, sin necesidad de suplir prueba alguna, y que todas las partes que figuraron en el
contrato nulo sean parte en el juicio, a fin de que éstas puedan ejercer su derecho a la defensa
discutiendo, a través de los recursos respectivos, sobre la nulidad declarada por el Juez. Si se
cumplen todos estos extremos, el derecho de defensa de las partes estaría protegido, y la
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declaratoria de nulidad no les dejaría inermes”.
“En este sentido, la Sala, en sentencia de 30 de noviembre de 2000, caso Carmen García
Valencia contra William Raúl Lizcano, acogió el criterio establecido por la Sala Constitucional,
mediante fallo de 9 de marzo de 2000, expediente 000126 que transcrito textualmente dice:
“…Sin embargo, no escapa a esta Sala, como ya le ocurrió a la Sala de Casación Civil de la
extinta Corte Suprema de Justicia y que plasmó en fallo del 24 de abril de 1998 al cual luego se
hace referencia, que el conocimiento de unos hechos que no fueron alegados como supuestos de
hecho de las normas constitucionales denunciadas como infringidas, pueden y deben producir
otras situaciones a ser tomadas en cuenta por los sentenciadores, ya que a pesar de ser ajenas a
la pretensión de amparo, siempre que sean cuestiones de orden público, sobre las cuales el juez
puede de oficio resolver y tomar decisiones, si constata que las mismas no lesionan derecho de
las partes o de terceros. Cuando los afectados por las decisiones han sido partes en el juicio
donde se constatan los hechos contrarios al orden público, y ellos son generadores de esos
hechos, el derecho a la defensa y al debido proceso no se les está cercenando si de oficio el juez
cumpliera con la función tuitiva del orden público, ya que es la actitud procesal de las partes las
que con su proceder denota la lesión del orden público, entendido éste como el ‘…Conjunto de
condiciones fundamentales de vida social instituidas en una comunidad jurídica, las cuales, por
afectar centralmente la organización de ésta, no pueden ser alteradas por voluntad de los
individuos…’ (Diccionario Jurídico Venezolano D & F, pág. 57). La ineficacia de esas
condiciones fundamentales generaría el caos social….” (Subrayado de la Sala)”.
“Pues bien, aplicando estas ideas al caso bajo examen, se observa que el Juez de la alzada, sin
necesidad de suplir prueba alguna y sin lesionar el derecho de defensa de las partes, declaró la
nulidad absoluta del contrato celebrado entre las partes que, en su opinión, se le presentó de
forma manifiesta y que, mas aun, había sido alertada por el propio demandante en su libelo,
aunque no la incluyó de manera concreta como objeto de su pretensión. Por otro lado, las partes
del contrato de cesión de derechos fueron exclusivamente los ex cónyuges, quienes son
precisamente las mismas partes que se encuentran enfrentadas en este juicio, por lo que éstas no
sufrieron indefensión de ninguna especie”.
“Adicionalmente, estima la Sala que en el presente caso las nulidades advertidas por el Juez
Superior son ciertamente de carácter absoluto, pues: a) siendo la comunidad de gananciales una
institución de estricto orden público, es lógico que la nulidad con que se sanciona la liquidación
anticipada de la comunidad –antes de la extinción del matrimonio sea absoluta y no relativa; y
b) por lo que atañe a la prohibición de venta entre marido y mujer, estima la Sala que ella
también comporta una nulidad absoluta del contrato respectivo, porque detrás de dicha nulidad
subyacen dos instituciones de orden público, como lo son el carácter esencialmente revocable de
las donaciones entre cónyuges y la legítima. En este sentido, también expresa Francisco López
Herrera, en la misma obra antes citada, lo siguiente:
“...De los tres argumentos sobre los cuales se funda la prohibición que estudiamos, los dos
primeros señalados son indudablemente de orden privado: sólo se refieren a la protección de
intereses individuales: los del cónyuge influido por el otro y los de los acreedores de los
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esposos.
“Pero el tercer argumento, o sea, el de que esa prohibición tiende a evitar que se hagan
donaciones irrevocables bajo la apariencia de ventas, o dispongan más de lo que pueden de sus
bienes, tiene otra razón de ser muy diferente”.
“El carácter esencialmente revocable de las donaciones entre cónyuges es de orden público, por
basarse en la libertad contractual; así lo reconoce la doctrina”.
“Por otra parte, la institución de la legítima es igualmente de orden público, como se dispone de
la circunstancia de no poder disponer el causante de la cuota legitimaria, ni de poder privar de
ella a quienes “se debe en plena propiedad”, como dice la Ley (artículo 883 del Código Civil)”.
“En consecuencia, este último argumento que sirve de fundamento a la prohibición de realizar
ventas entre los esposos, está basado en el orden público y por su carácter superior se impone a
las otras fundamentaciones de la prohibición y la matiza con un sello mas elevado que una
simple protección de intereses individuales...”. (López Herrera, Francisco”: La nulidad de los
contratos en la Legislación Civil de Venezuela”, Empresa El Cojo, S.A., Caracas, 1952, páginas
124 y 125)”.
“De acuerdo con todo lo expuesto, estima la Sala que podía perfectamente el Juez, sin incurrir
en el vicio de incongruencia positiva, declarar de oficio la nulidad absoluta del contrato de
cesión de derechos que, a título de venta, se realizó entre los cónyuges”.
“No prejuzga la Sala sobre si existe en el caso de autos la nulidad absoluta que declaró el Juez
Superior; sobre ese aspecto se pronunciará al resolver el recurso por infracción de ley. Lo que si
quiere dejar establecido, es que los jueces tienen la facultad de declarar de oficio la nulidad
absoluta de algún contrato en el cual se contraríen disposiciones de orden público, siempre que
los contratantes figuren como partes en el juicio”.
Ahora bien, el presente caso se traduce en la comprobación de derecho de la existencia de la
causal de nulidad del contrato esgrimida por el demandante, por cuanto la misma versa sobre la
violación de una norma expresa que prohíbe la venta de un bien inmueble que pertenece a la
comunidad conyugal de gananciales y la ausencia del consentimiento del cónyuge que no
participó en el negocio jurídico de enajenación del indicado bien inmueble, procediendo en
consecuencia, a realizar las siguientes consideraciones:
1º El bien inmueble objeto del contrato de compra venta celebrado entre los ciudadanos
BELKYS JOSEFINA RIVERA PINTO y CARLOS ALBERTO RODRIGUEZ, le pertenecía a
la precitada ciudadana y al ciudadano RAFAEL ADRIAN IZQUIEL B., por cuanto su cónyuge
hoy demandante, obtuvo un crédito del Instituto Nacional de la Vivienda (INAVI) mediante
documento reconocido en fecha 12 de mayo de 1992 y debidamente registrado en fecha 21 de
septiembre de 1998, ante la Oficina Subalterna de Registro Público del municipio Girardot del
estado Cojedes, anotado bajo el número 18, folios 59 al 61, protocolo Primero, tercer Trimestre
de 1998 (folios 07 al 13), habiendo contraído nupcias por ante el Juzgado del municipio
Girardot de la circunscripción Judicial del estado Cojedes en fecha 26 de abril de 1967 (folio
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14). Posteriormente, en fecha 09 de abril de 2003, mediante Cesión el ciudadano RAFAEL
ADRIAN IZQUIEL B., traspasa en plena propiedad a la ciudadana BELKYS RIVERO, su
cónyuge, el cincuenta por ciento (50%) de todos los derechos y acciones que le corresponden
sobre la Casa que hubo por razón del crédito supra indicado, mediante documento protocolizado
ante la citada Oficina de Registro Publico quedando anotado en esa misma fecha bajo el número
11, folios 25 al 26, protocolo Primero, segundo Trimestre del año 2003 (folios 20 al 22). Así se
verifica.
2º Que ciertamente en el documento de compraventa celebrado por los hoy codemandados
BELKYS JOSEFINA RIVERA PINTO y CARLOS ALBERTO RODRIGUEZ, fue
protocolizado en la misma fecha en que el ciudadano RAFAEL ADRIAN IZQUIEL B., le cedió
sus derechos sobre el inmueble a su cónyuge, es decir, el 09 de abril de 2003, ante la Oficina
Subalterna de Registro Público del municipio Girardot del estado Cojedes, anotado bajo el
número 12, folios 27 al 28, protocolo Primero, segundo Trimestre de 2003 (folios 15 al 18), no
apareciendo en el mismo la autorización del hoy demandante para que se consumase la venta y
reservándose la vendedora un derecho de Comodato de dos (2) piezas integrantes del bien
inmueble, ejerciendo el hoy demandante su acción en contra de dicho contrato en fecha 17 de
marzo de 2008, dentro del lapso de cinco (05) años establecido en el artículo 170 del Código
Civil. Tampoco cursa en actas prueba alguna de que la comunidad de gananciales conyugales
haya cesado en virtud de la declaratoria con lugar y definitivamente firme de la ruptura del
vínculo matrimonial entre los ciudadanos BELKYS JOSEFINA RIVERA PINTO y RAFAEL
ADRIAN IZQUIEL B., lo cual hubiese sido la única forma de que los citados ciudadanos
hubiesen realizado el negocio jurídico de cesión a título de enajenación celebrado entre ellos.
Así se determina.
3º En el caso de marras nos encontramos ante la violación flagrante del contenido de la norma
establecida en los artículos 168 y 170 del Código Civil en lo que respecta al contrato de
compraventa celebrado entre los codemandados, al violentar normas de orden público referente
a los bienes gananciales de la comunidad conyugal y aún más, se advierte conforme lo indicó la
parte actora y de las probanzas que cursan a los autos, la nulidad del contrato de Cesión que
apareja transmisión de la propiedad (Enajenación) celebrada entre los cónyuges en franca
violación a la norma contenida en el artículo 1481, por lo que siendo ambos contratos contrarios
al orden público establecido en materia de Comunidad de Gananciales Conyugales en
concordancia con el requisito de validez del contrato conforme al artículo 1141 del Código
Civil, deberá este jurisdicente forzosamente declarar la nulidad del contrato de compraventa
denunciado como Nulo, sino también del contrato de Cesión de derechos celebrados por los
cónyuges previo a este en la misma fecha, por ser ambos contrarios al orden público, por lo que,
en cumplimiento y acatamiento a lo contenido en las citadas normas sustantivas, adjetivas y el
criterio jurisprudencial citado, resulta forzoso para este Órgano Subjetivo Institucional Judicial
decidir Con Lugar la presente demanda y así lo hará expresamente en la dispositiva del presente
fallo, ordenándose la notificación a la Oficina de Registro Inmobiliario respectiva por ser el
objeto del contrato un bien inmueble. Así se declara.
DECISIÓN.
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Por las razones antes expuestas, este Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil,
Mercantil, Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Estado Cojedes,
Administrando Justicia en nombre de la República Bolivariana, conforme a derecho y por
Autoridad de la Ley, declara: PRIMERO: CON LUGAR la demanda por Nulidad de Contrato
intentada por el ciudadano RAFAEL ADRIAN IZQUIEL B., en contra de los ciudadanos
BELKYS JOSEFINA RIVERA PINTO y CARLOS ALBERTO RODRIGUEZ, todos
identificados en actas.
SEGUNDO: SE ANULAN los contratos de Cesión y el de Compraventa celebrados por los aun
cónyuges BELKYS JOSEFINA RIVERA PINTO y RAFAEL ADRIAN IZQUIEL B., el
primero y el segundo, por la citada ciudadana y el ciudadano CARLOS ALBERTO
RODRIGUEZ, ambos protocolizados en fecha 09 de abril de 2003 ante la Oficina Subalterna de
Registro Público del municipio Girardot del estado Cojedes, suficientemente identificados en
actas, en consecuencia, ofíciese al indicado Registro y notifíquesele de la decisión.
TERCERO: No hay condenatoria en costas en virtud de la naturaleza del presente fallo.
Publíquese, Regístrese y déjese copia certificada por Secretaría de la presente decisión.
Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho del Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo
Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Estado Cojedes, en San
Carlos de Austria, a los treinta (30) días del mes de julo del año dos mil ocho (2008). Años 198°
de la Independencia y 149° de la Federación.
El Juez Provisorio,
La Secretaria Titular,
Abg. Alfonso Elías Caraballo Caraballo.
Abg. Soraya Milagro Vilorio R.
En la misma fecha de hoy, se publicó y registró la anterior decisión, siendo las 3:00 p.m.
La Secretaria Titular,
Abg. Soraya Milagro Vilorio R.
Expediente Nº 4863.
AECC/Smvr/zully herrera.
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