El-Credo, Tercer Artículo
El-Credo, Tercer Artículo
El-Credo, Tercer Artículo
a) Por nosotros
Dios quiso revestirse del hombre que había caído para que
«como por un hombre entró el pecado en el mundo y por el
pecado la muerte, alcanzando a todos los hombres... Así, y
mucho más, la gracia de Dios se desbordó sobre todos por un
solo hombre: Jesucristo» (Rom 5,12.15ss). «Porque, habiendo
venido por un hombre la muerte, también por un hombre viene
la resurrección de los muertos. Pues del mismo modo que en
Adán mueren todos, así también todos revivirán en Cristo» (1Cor
15,21-22). En un bello texto, dirá San Ambrosio:
b) Verdadero hombre
a) Madre en la fe y en su seno
b) Madre Virgen
A los Padres les gusta repetir que «la profecía de Isaías preparó
la credibilidad de algo increíble, explicando lo que es un signo:
«Pues el Señor os dará un signo: He aquí que una virgen
concebirá en su seno y dará a luz un hijo» (Is 7,14). Un
signo enviado por Dios no sería tal, si no envolviese alguna
novedad extraordinaria. ¡No es un signo lo que todos los días
sucede, es decir, que una joven no virgen conciba y dé a luz!
Pero ¡sí es un signo el que una virgen sea madre!» 20.
¡Un parto nuevo fue dado al mundo! Y no sin razón. Pues quien en
el cielo es el Hijo único, también en la tierra nace único y de
modo único. De todos conocidas y evocadas en los Evangelios (Mt
1,22ss) son, a este respecto, las palabras de los profetas,
afirmando que «una virgen concebirá y dará a luz un hijo» (Is
7,14). Pero también el profeta Ezequiel había preanunciado el
modo admirable del parto, designando simbólicamente a María
«puerta del Señor», es decir, a través de la cual el Señor entró en
el mundo: «La puerta que da al oriente estará cerrada y no se
abrirá ni nadie pasará por ella, porque el mismo Señor Dios de
Israel pasará a través de ella, y estará cerrada» (Ez 44,2). ¿Pudo
decirse algo más claro sobre la consagración de la Virgen? En ella
estuvo cerrada la puerta de la virginidad; por ella entró en el
mundo el Señor Dios de Israel y, a través de ella, salió del vientre
de la Virgen, permaneciendo asimismo cerrada la puerta de la
Virgen, pues conservó la virginidad 21.
c) Madre de Dios
e) Madre de la Iglesia
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1. Cfr. Mt 7,15; 2Jn 7,8; pues «todo espíritu que confiesa a Jesucristo, venido
en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa a Jesús no es de Dios; ese
es del Anticristos, dice IJn 4,1-3.
2. SAN JUSTINO, 2 Apol 5,5;SAN IGNACIO DE ANTIOQUIA, Tral. 9,1; Esm. 1,1.
3. Rom 1,1.3; 2Tim 2,8; He 1,14; 13,23; Mt 1,1.6-25; Lc 1,26-38; 2,1-7; 3,23-
38; Mc 3,31-32; 6,3; Jn 2,1.3.12;19,25-26.