Lectura, Novel y Alteridad

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 9

Ensayo

Fragmentos (inconclusos) sobre lectura, alteridad y novela


Alex Silgado Ramos
Profesor Universidad del Tolima, IDEAD

Momento ojearlo; sin embargo, no es posible, no asió las


diminutas palabras, ni siquiera las más grandes,
Pero ¿De veras, de veras son ustedes tan crédulos las que componen el título.
que creen que les voy a permitir que lean todo cuanto
escribí?
Leo sin leer, sin poder ver todo, sin
El hombre del subsuelo
Dostoievski
comprender. La poca luz, mis desgastados ojos,
el espacio, el libro, la novela… en cada elemento
La única luz que entra por la ventana son de ese cuadro que conformamos hay siempre
los rayos plateados de la luna. Luna plena, llena, un impedimento para acceder. Es imposible. La
argéntea, redonda, infinita, que se adentra en mi impaciencia llega. Dejo el libro en la mesa. De
estudio. Y yo, sentado en medio de la penumbra, pie, camino hacia un lugar que conozco, suena
sólo interrumpida por una tenue luz. Y en mis un clic y se hace la luz. El tenue claro de luna
manos, un libro; una viejísima novela que adquirí queda eclipsado por la refulgente luz que expulsa
pero que aún no he sacado de la envoltura que el diminuto bombillo. Volteo hacia la mesa y
la conserva nueva. Lo hago. Paso hojas tras ahí está el libro, una novela junto a un papel
hojas y el libro se convierte en un abanico que traslúcido, arrugado, destrozado.
sopla. Prosigo hojeando el libro, mientras intento

23
Pag
Leo el título y descubro (aunque en realidad modo de consejo que no aconsejan nada:
rememoro) que este mismo libro lo he tenido al
menos diez veces, con la salvedad de que cada Y le voy a dar un consejo, amigo: no crea que se las
vez, era una edición diferente. Era otro aunque sabe de todas todas y que puede decir quién es quién.
Todos a la larga somos todos, y en cierto infinito
fuese el mismo. Cambia la portada, la tipografía mar de las transfiguraciones nos repetimos, con una
usada en el título y la editorial; el nombre y el terca obstinación. De suerte que el ‘yo’ tarde que
que la sigue escribiendo permanece inmutable. temprano se hace usted. (Vallejo, 2008, p.40)
Leo el inicio, las primeras líneas (que son de mis
preferidas) y son las mismas. Se dibuja una sonrisa Se hace nosotros…
en mi ceño cómplice, sonrisa equiparable a las
lágrimas, la ira, el hastío, el disgusto, el acuerdo y Lectura (alteridad y novela)
desacuerdo; que algunas veces han acompañado
la lectura de esas mismas líneas. Hoy mis líneas Lo que no sabe es si encontrará la paciencia necesaria
favoritas no dicen nada. El libro no dice nada. No para leer el libro con el espíritu que pide
obstante, el silencio, esa supuesta nada dice más Trilogía de Nueva York
que cualquier palabra. Paul Auster

La lectura es un instrumento que nos permite llorar por


Esas mismas primeras líneas que me han aquellos que no somos nosotros y no son los nuestros
dicho tantas cosas, hoy me dicen otras que no Susan Sontag
puedo comprender del todo.
La lectura (la novela y la relación de
¿Cambió el libro? ¿Cambié yo? ¿Ambos? alteridad) va en búsqueda irremediablemente de
¿Juntos? ¿Nosotros? ¿Al tiempo? Releo las líneas la genialidad, del genio o de lo genial, que no es
y en lugar de leer lo que está, emergen otras más que aquello que hace nacer, nacer de nuevo;
palabras de esa nada que poco entiendo, líneas a es lo que nos da a luz o hace que demos. (Se trata

Ergoletrías
Año 6. - No. 6 - Semestre B de 2019
24
Pag
Ensayo

de dar. Dar es siempre dar-se). En busca siempre


de la lectura de una novela genial, genital,
génesis, genética, ingenua. De repente allí, se
situé la tan cacareada transformación. Luego de
leer a Kafka dice Stainer que “Quien haya leído
La Metamorfosis de Kafka y pueda mirarse
impávido al espejo, ese es capaz técnicamente
de leer letra impresa, pero es un analfabeto en
el Único sentido que cuenta.” (1994, p.26), es
decir, si no resultamos paridos como un bicho o
un insecto no hallamos lo genial en Kafka (ni en
nosotros). Si nos vemos en el espejo y miramos
nuestro rostro como un total conocido y nos
reconocemos más humanos que nunca, Kafka
y su metamorfosis1 fue una lectura más (o una
lectura menos).

Bernardo Soares dijo: “Estoy escribiendo,


a fin de cuentas, como fuga y refugio. Evito las
ideas. Olvido las expresiones exactas, y ellas se
me abrillantan en el acto físico de escribir, como
si fueran producto de la pluma misma” (Pessoa,
2013, p.33). Inevitable convertir el escribir en
leer. La lectura como fuga de… de la actualidad
y su vertiginoso tiempo; refugio para… para
detenerse. Leer literatura como un arte del durante su vida no ha dejado de correr, esta carrera
demorarse. Nada tiene que ver con la prisa es también su muerte. La prisa, la aceleración,
maratónica en que ha devenido la figura de ese es el signo de nuestro tiempo. Por eso, no hay
lector que llaman competente. No, leer literatura algo que irrite más al hombre de estos tiempos
configura un espacio de rebeldía respecto al que la demora. El imperativo está en el ya, en
tiempo. No es el tiempo del correr sino del el ahora. El imperativo está en la rapidez, en lo
caminar. Quien camina pone en consonancia cada que se haga explícito y expedito. Este imperativo
paso con su respiración y sus latidos, se integra hace corresponder la economía del tiempo con la
al camino que inventa su andar, se hace uno con economía del mercado; acelerar el tiempo de la
el paisaje. Quien camina desafía la aceleración producción es entrar en sincronía con el tiempo
de este tiempo abismal. Quien camina aprende el del consumo. No se trata de ahorrar tiempo sino
arte de demorarse, es decir, se hace uno con la de hacerlo eficaz y efectivo. Más tiempo más
respiración y pulsaciones del texto que lee, del producción, bajo la promesa del tan anhelado
texto que él mismo es... tiempo de ocio, esto es, tiempo para el consumo.
Demorarse nada tiene que ver con los afanes que
La imagen que se me viene a la cabeza corren y nos hacen correr a diario. Demorarse
la heredé de un cuento de Andrés Elías Flórez nada tiene que ver con esa idea de ocio que un día
Brúm: La carrera, en él se narra la historia de encarnó dicha palabra. Demorarse es quizá una
un hombre cuya vida está cifrada por la prisa; de las pocas formas de resistencia que aún nos
quedan. Demorase no para consumir, sino para
1 O para concordar con Borges (1983), la transformación.
contemplar, para cerrar los ojos; una pausa que

25
Pag
nos vuelve la atención. Una pausa, una demora
que podemos encontrar en la lectura…pues, el
tiempo de la lectura es el tiempo de la demora.
Leer requiere atención. Requiere hacerse presente
en lo que se lee. El tiempo de la lectura en tanto
tiempo de la demora se mantiene solo a través de
un gesto poético. En otras palabras, el tiempo de
la lectura es el tiempo de la tortuga, no el de la
liebre.

Solo es posible la lectura donde hay


metáfora, donde no todo está dicho en lo dicho.
El juego de la metáfora hace de la lectura un acto
erótico. En ese recubrimiento y descubrimiento
de los pliegues la seducción sostiene el deseo. El
deseo es pulsión de vida, tensión hacia el sentido.
El sentido que siempre es las posibilidades de dar
sentido. La metáfora instaura en el tiempo de la
lectura la demora. La demora es trayecto preciso
para construir sentido. Y solo se construye sentido
cuando hay un otro. Toda lectura es un gesto de
alteridad. Leer es una acción que altera. Un gesto
que nos otrea.

Alteridad (lectura y novela)

Yo soy tú cuando soy yo. (Paul Celan) En relación con lo otro, se hallan especie
de obstáculos (que paradójicamente tampoco
Yo es otro. (Rimbaud) son prefijados e inamovibles, pues, también son
incomprensibles) que no permiten un acceso
Lo otro. Digo lo otro como si supiera qué total, una comprensión integral, un acercamiento
es. Pronuncio lo otro y lo enmarco, lo limito. veraz y total, en otras palabras, tener control.
Convoco lo otro y lo desvirtúo. Evoco lo otro y El control es una ilusión, sobre todo cuando
lo hago un conocido, un invitado, un sujetado. en frente tenemos lo otro, o mejor dicho, la
¿Dónde (y no es en el discurso) lo otro se nos experiencia con lo otro. Incluso, decir tener en
presenta como lo otro, lo radicalmente otro? frente a lo otro, es también una ilusión. ¿Quién
¿Dónde se nos presenta como un intruso? dice que lo otro sólo está en el ex/terior y no en
Un intruso que “Se introduce a la fuerza, por el in/terior? Pensando y sintiendo radicalmente lo
sorpresa o engaño, en caso, sin derecho y sin otro, acaso ¿Está trazado con certeza el ex y el
estar previamente admitido.” (Nancy, p.129). in? ¿Hay afuera y adentro de manera separada?
El pensamiento platónico y cartesiano (Piedra
Lo otro es lo extraño, lo que permanece en angular de la moral cristiana) expulsa lo otro
su extrañeza. Y si acaso eso extraño nos invade, (Han, 2017) afuera, para preservar la armonía de
su misterio no toma claridad; por el contrario, nos adentro, de esa polis que creemos erigida en cada
sume en ella haciéndonos unos extraños para los uno, en el mismo, en el yo.
otros, para nosotros mismos.

Ergoletrías
Año 6. - No. 6 - Semestre B de 2019
26
Pag
Ensayo

En ese sentido, derridianamente lo otro, o leemos, en cuanto a la vida tampoco entendemos


la relación con lo otro, es imposible. Sin embargo todo lo que acontece en ella.
esa imposibilidad es todo lo que tenemos para
aproximarnos a lo distinto. Resta sólo caminar. La lectura literaria
puede que sea eso, dar pasos junto a otros que
Una aproximación a esa experiencia a vamos encontrando en ese camino incierto
lo otro (y no lo expreso con certidumbre) es la y sin embargo, nos hacemos compañía,
lectura, particularmente la lectura literaria que trabajamos cooperativamente mientras hilamos
es una lectura entre otras. Lectura próxima a la conversaciones, en ocasiones dialécticas y
ética, próxima a lo otro; alejada de lo mismo, es dialógicas (Sennett, 2012), pero la mayoría de las
decir, de la moral. En palabras de Melich lo ético veces, ilógicas.
emerge:
Quizá, porque la literatura tiene que ver
…en una situación en la que uno no puede encontrar con la vida. Y la vida es lo que no está resuelto,
a priori una respuesta a la pregunta ¿Qué debo lo que acontece. Por ello, leer literatura es una
hacer? En otras palabras: no hay ética porque
sepamos lo que debemos hacer, sino precisamente
forma de exposición, es un abrirse a lo que
porque no lo sabemos, porque no somos capaces irrumpe y descubrirnos en nuestra contingencia.
de responder con seguridad (de forma clara en Quizá leer literatura sea una de las formas que
términos cartesianos) a la pregunta kantiana ¿Qué hemos hallado para vivir sin vacilaciones nuestra
debo hacer? No es posible responder por adelantado condición ambigua y ambivalente; es decir,
a una situación ética. Por eso, si hay ética, si la asumir nuestra radical alteridad y la alteridad
ética tiene sentido, es porque frente a una situación
nos quedamos perplejos y nos damos cuenta de que
radical de los otros.
las normas, el marco normativo, nuestra gramática,
fracasa radicalmente. (Melich, 2010, p.p.89-90)

En y con las palabras de Mèlich, la lectura


literaria se dilucida de una manera no tan clara
como un gesto de alteridad. Nos revelamos
como otros, nos rebelamos como otros, nos
transformamos en otros; percibimos lo otro
sin encasillarlo en categorías imperativas. Al
contrario, la alteridad se hace presente a través
de la ambigüedad, de lo contradictorio, de lo
paradójico, de lo contingente, de lo abierto y de
lo múltiple; dinámicas propias de la vida, de una
vida que en ocasiones parece olvidada gracias
a la lógica que buscamos darle. ¿Qué acontece
cuando leemos una novela, un cuento, un
aforismo… aquello que consideramos literario?
¿Hallamos una ruta predeterminada que nos lleve
a comprensiones eficaces y óptimas de la vida?
¿O encontramos un recetario moral sobre cómo
se debe vivir la vida? De repente ese cliché que
dice que leer literatura es vivir, sí diga algo. Nos
dice que al igual que no entendemos todo lo que

27
Pag
Novela (lectura y alteridad) to) de aproximarme a la lectura, a la alteridad y
a la novela, esta última ha estado latente en cada
La novela es más un acto ético que un acto una de las palabras escritas, pensadas y sentidas.
estético Dándole la vuelta al cogito ergo sum de Descartes,
Héctor Rojas Herazo
al siento luego existo de Kundera, digo más bien:
La única moral de la novela es el conocimiento; leo novelas mientras siento, pienso y existo.
es inmoral aquella novela que no descubre parcela alguna
de la existencia hasta entonces desconocida; así pues: La novela como género literario, que en
llegar al alma de las cosas otras palabras equivale a decir literatura, es
Milán Kundera aquello que nos forma (o bien nos deforma), nos
dice, nos muestra, nos adentra (o expulsa) a la
alteridad radical y nos sitúa marginalmente de la
moralidad. En ese sentido, decir que la novela es
(solamente) un género es sólo entrar en ese juego
de clasificar, ubicar, diseccionar científicamente.
Ya lo dijo mefistofélicamente Lord Henry:
“Definirse es limitarse” (Wilde, 2010, p.206). Y
es eso lo que “encontramos” en la lectura literaria,
la lectura literaria de novelas: incertidumbre,
ambigüedad, esa cuestión Hamletiana “Ser o no
ser” (Shakespeare, 1997, p.206) a la que Cioran
contesta “Ni lo uno ni lo otro” (2011, p.88)

Mèlich, retoma “el espíritu literario o


narrativo” que es el necesario al leer, al estar en
presencia de los acontecimientos de una novela,
de la literatura o, siguiendo a Kundera (2007), del
arte; un espíritu:

Más atento a los grandes escritores que a los


pensadores sistemáticos, un “espíritu” que no
tema las contradicciones, las páginas en blanco,
los momentos de incertidumbre, los prejuicios
biográficos, las situaciones siempre singulares y
únicas. Éste espíritu encuentra sus referentes tanto
en Heráclito como en la tragedia griega, tanto en
Montaigne como en Cervantes y Shakespeare, tanto
en Klesit como en Dickens, tanto en Rilke o Canetti
como en Kafka o Musil, tanto en Joyce como en
Beckett. (Melich, 2010, p.79)

Es decir, un espíritu próximo a la literatura,


a la novela que “Nos sirva para comprender la
ética de otro modo”. (p.79), la radical alteridad
Sería incauto enunciar que comenzaré
del otro, despojado de moralidad, claridad y
este apartado (que apartado no está, sino ligado
prejuicios.
intrínsecamente) pronunciándome sobre la
novela; pues de este intento (este texto, este t(ex)

Ergoletrías
Año 6. - No. 6 - Semestre B de 2019
28
Pag
Ensayo

También, para Carlos Fuentes (1995), de la ambigüedad, multiplicidad e inestabilidad


“La novela nace cuando ya no nos entendemos de nuestro carácter. (…). La novela se ha vuelto
indispensable para la comprensión de la vida: es
porque el lenguaje ortodoxo se ha resquebrajado.
la única fuente a la cual podemos dirigirnos para
Imponer un lenguaje unitario es matar a la verificar cómo viven los demás su vida entera”.
novela, pero también es matar a la sociedad”. Un (Vásquez, 2018: 25).
lenguaje resquebrajado, heterodoxo, como el que
la novela nos revela es aquel lenguaje que quiebra Así, la lectura de novelas es solidaria (toda
su aparente representación y transparencia, para solidaridad nos altera, nos otrea). Gratuitamente
traducirse (o traslucirse) en refracción. Y como nos pone a disposición vidas infinitas que
bien lo sabemos, solo es posible la aparición podemos vivirlas como propias.
del otro como distinto, en su radical diferencia,
a través de los matices, énfasis, tonalidades, de Cuando leemos novelas no somos los que somos
un lenguaje poroso , agrietado, lleno de aristas,
2 habitualmente, sino también los seres hechizados
entre los cuales el novelista nos traslada. El traslado
hecho de curvaturas, como el que nos ofrece esas
es una metamorfosis: el reducto asfixiante que es
sondas morales que llamamos novelas: nuestra vida real se abre y salimos a ser otros, vivir
vicariamente experiencias que la ficción vuelve
“Las novelas son sondas (…). Las enviamos a nuestras. Sueño lúcido, fantasía encarnada, la
lugares oscuros o desconocidos; las iluminaciones ficción nos completa, a nosotros, seres mutilados a
que nos traen nos permiten un renovado aprendizaje quienes ha sido impuesta la atroz dicotomía de tener
del mundo, de sus complejidades y las nuestras, una sola vida y los apetitos y fantasías de desear mil.
Ese espacio entre nuestra ida real y los deseos y las
2 Para Byung-Chul Han (2017), la expulsión o aniquilación del otro como fantasías que le exigen ser más rica y diversa es el
distinto se da precisamente por el exceso de transparencia, de lisura, de que ocupan las ficciones. (Vargas Llosa, 2015: 22).
positividad, de lo igual.

29
Pag
Nos revelamos, entonces, como otros, alteridad, lectura, novela, escritura… como Vida.
nos rebelamos como otros, nos transformamos
en otros; percibimos lo otro sin encasillarlo en ***
categorías imperativas. Al contrario, la alteridad
se hace presente a través de la ambigüedad, lo Vale despedir estos fragmentos, girones de
contradictorio, lo paradójico, lo contingente, lo pensamiento, resaltando y recalcando el valor de
finito, lo abierto y lo múltiple; dinámicas propias la lectura de novelas para abrirnos a la alteridad.
de la vida, de una vida que en ocasiones parece Que sea un novelista desde su propia experiencia
olvidada gracias a la lógica que buscamos darle. de lectura y escritura el que nos convide a esta
¿Qué acontece cuando leemos una novela, un aventura (la aventura en tanto viaje de formación
cuento, un aforismo… aquello que consideramos es la que nos permite regresar ilesos, siendo los
literario? ¿Hallamos una ruta predeterminada mismos). Apertura:
que nos lleve a comprensiones eficaces y óptimas
de la vida? ¿O encontramos un recetario moral “Leer una novela significa mirar el mundo a través
sobre cómo se debe vivir la vida? De repente ese de los ojos, la mente y el alma de los personajes
de la novela. (…) Visto a través de los ojos de los
cliché que dice que leer literatura es vivir, sí diga personajes, el mundo de la novela nos parece más
algo. Nos dice que al igual que no entendemos próximo y comprensible. Es esta proximidad la que
todo lo que leemos, en cuanto a la vida tampoco otorga al arte de la novela su poder irresistible. Sin
entendemos todo lo que acontece en ella. embargo, el foco principal no es la personalidad y
la moralidad de los personajes principales, sino la
Por eso, volviendo a Melich, él se sitúa en la naturaleza del mundo. La vida de los protagonistas,
su lugar en el mundo, el modo en que sienten, ven
prosa para aproximarse a la novela; no obstante, y se relacionan con su mundo: este es el tema de la
la prosa no como técnica narrativa, sino como novela literaria” (Pamuk, 2011: 51-52).
la vida. “En la prosa, mi vida está implicada en
otras vidas. Mi vida no es sólo mía. En la prosa, Leer novelas, un gesto solidario,
mi vida necesita apoyo de las de los otros, es una cooperativo, alterado. De apertura a la
vida inclinada al otro, a su compasión y también imaginación compasiva3…
a su violencia” (2016, p.38). Prosa como ética,

3 Valgan las palabras de Compagnon (2008: 57), para corroborar este camino: “Por su parte, la teoría moral analítica y la teoría de las emociones em-
plean cada vez más textos literarios; esta vez estoy pensando en las investigaciones de nuestros colegas Jacques Bouveresse, sobre Musil, Jon Elster,
sobre Stendhal, o Thomas Pavel, cobre la novela; y muchos otros más, tanto aquí como en los Estados Unidos. La lectura de novelas –porque se trata
sobre todo de ese género- sirve, dicen ellos, de iniciación moral en Occidente desde dos siglos. Fuente de inspiración, la literatura contribuye al desa-
rrollo de nuestra personalidad, o a nuestra ‘educación sentimental’, como hacían las lecturas devotas entre nuestros antepasados. La literatura permite
acceder a una experiencia sensible y a un conocimiento moral que sería difícil, incluso imposible, adquirir en los tratados filosóficos. Contribuye, por lo
tanto, de forma insustituible tanto a la ética práctica como a la ética especulativa”.

Ergoletrías Año 6. - No. 6 - Semestre B de 2019


30
Pag
Ensayo

Referencias bibliográficas

Auster, P. (2011) La trilogía de Nueva York. Anagrama. Barcelona, España.


Borges, J. L. (1983) Un sueño eterno. Periódico El País de España.
Celan, P. (2008) Alabanza de la lejanía. Recuperado de: http://www.poesiaspoemas.com/paul-celan/
alabanza-de-la-lejania
Cioran, E. (2011) Ese otro maldito yo. Editorial Sartoris. Buenos Aires. Argentina.
Compagnon, A. (2008). ¿Para qué sirve la literatura? Barcelona: Acantilado.
Han, B. C. (2017) La expulsión de lo distinto. Herder editorial. Barcelona, España.
Dostoieski, F. (2015) Memorias del subsuelo. Cátedra Letras universales. Madrid, España.
Esquirol, J. M. (2015) La resistencia íntima: Ensayo de una filosofía de la proximidad. Acantilado.
Barcelona, España.
Flórez Brúm, A. E. (1999 ) Los perseguidos y otros cuentos. Gente Nueva Editorial, Bogotá.
___________ (2010) La metamorfosis y otros relatos. Biblioteca LA Nación. Madrid, España.
Kundera, M (1986) El arte de la Novela. Editorial Busquets. Barcelona, España.
___________ (1986) El telón. Ensayo en siete partes. Editorial Busquets. Barcelona, España.
Melich, J-C. (2010) Ética de la compasión. Herder editorial. Barcelona, España. __________ (2015)
La lectura como plegaria. Fragmenta editorial. Barcelona, España.
__________ (2016) La prosa de la vida. Fragmenta editorial. Barcelona, España.
Nancy, J.L. (2001) El intruso. Nombres: Revista de filosofía. Núm.16. Año 2001.
Nietzsche, F. (1979) Así habló Zaratustra. Biblioteca contemporánea. Clásicos Best-sellers. Madrid,
España.
Pamuk, O. (2011). El novelista ingenuo y el sentimental. Barcelona: Mondadori.
Pessoa, F. (2013) El libro del desasosiego. Acantilado. Barcelona, España.
Rimbaud, A. (1995) Iluminaciones y Cartas del vidente. Hiperion.
Stainer, G. (1994) Lenguaje y silencio. Ensayos sobre la literatura, el lenguaje y lo inhumano.
Gedisa. Barcelona, España.
Sennett, R. (2012) Juntos. Anagrama. Barcelona, España,
Sontag, S. (2017) Kafka sobre la lectura. Recuperado de: https://www.culturamas.es/blog/2017/03/02/
kafka-sobre-la-lectura-un-libro-debe-ser-el-hacha-que-rompa-el-mar-helado-dentro-de-
nosotros/
Vallejo, F. (2008) Los días azules. Alfaguara. Bogotá, Colombia.
________ (2008) El fuego secreto. Alfaguara. Bogotá, Colombia.
Vargas Llosa, M. (2015). La verdad de las mentiras. Colombia: Debolsillo.
Vásquez, J. G. (2018). Viajes con un mapa en blanco. Bogotá: Alfaguara.
Wilde, O. (2010) El retrato de Dorian Grey. Editores mexicanos unidos, México.

31
Pag

También podría gustarte