Síntesis Azconobieta
Síntesis Azconobieta
Síntesis Azconobieta
El interaccionismo
Está constituida por los defensores de la teoría de sistemas de desarrollo (DST por sus
siglas en inglés, Developmental Systems Theory) junto con otros autores, como
Lewontin o Levins, denominados "dialécticos", la cual, pugna por una "paridad
causal" entre todos los factores necesarios para la construcción de un organismo, es
decir, que el proceso de desarrollo se construye de la interacción entre genes,
productos génicos, sustratos y ciertos factores ambientales.
La DST aboga por una “democracia causal”, en el sentido de que no dota a ningún
recurso de un privilegio especial en el desarrollo (como los genes según la noción de
programa genético), por lo que hace énfasis en que un organismo se construye
haciendo uso de todo el conjunto de “recursos de desarrollo”, en el que se incluyen
tanto los genes como los demás factores heredados “fiablemente” generación tras
generación, tales como los elementos intracelulares, la maquinaria citoplasmática (que
interviene en la transcripción y traducción genética), así como también recursos
extracelulares, aportados por la población en la que el organismo está incluido y por el
entorno. Esta afirmación de que los organismos presentan herencia de recursos no-
genética es problemática, ya que éstos no se replican por sí mismos y además no
tienen el mismo potencial evolutivo para producir variación, es decir que son sistemas
de herencia "limitados". Pero, de hecho, además de ADN y junto a los elementos
citoplasmáticos, un organismo recibe o "hereda" multitud de recursos extracelulares
de la generación pasada, los cuales, incluye tanto los creados por las poblaciones así
como también otra serie de factores externos (como luz solar, temperatura, gravedad y
otros) que son de vital importancia para el desarrollo.
Así pues, los defensores del interaccionismo, abogan por una descentralización del
control en favor de un interaccionismo constructivo. Además, la lógica adaptacionista
se apoya en la idea de que existe una fuerza exterior, el ambiente preexistente, que
genera los “problemas” que debe resolver el organismo (adaptaciones a su entorno).
Desde este punto vista, el ambiente externo es la causa del cambio, en tanto que la
morfología, la fisiología y la conducta del organismo son sus efectos, siendo la
selección natural el mecanismo que conecta causa y efecto. La crítica va dirigida
fundamentalmente hacia esta asimetría entre causas y efectos inherentes a la
concepción heredada, ya que las interacciones entre genes, organismo y ambiente son
relaciones recíprocas en las que los tres elementos constituyen tanto causas como
efectos.
El internalismo
Los internalistas, tienen su interés en las propiedades genéricas del desarrollo, pero no
rechazan el papel causal de los genes en la construcción orgánica, aunque sí lo
limitan, reduciéndolo a la especificación de la composición molecular potencial del
organismo y a la definición de algunas de las secuencias temporales en las que los
componentes se construyen.
Para Goodwin los genes en la morfogénesis son necesarios, pero no suficientes, como
las palabras de un texto, que sin la existencia de reglas sintácticas, semánticas y
contextuales sólo podrían generar un sinsentido, donde el papel análogo al de estas
constricciones, vendría dado en el desarrollo por las ecuaciones del campo
morfogenético. Dichas constricciones de alto nivel serían comunes a un gran número
de phyla, desde los unicelulares hasta los vertebrados (a diferencia de los genes que
son específicos para cada especie), lo que sugiere que este orden proviene de ciertas
propiedades dinámicas “genéricas” de los campos morfogenéticos.
Si bien, los modelos de Kauffman son correctos, el genoma presentaría un alto grado
de organización espontánea, derivada de la interacción entre las diferentes unidades
que lo componen y de las propiedades de dichas relaciones. Por lo que si los sistemas
biológicos son sistemas de este tipo se tendría que ver qué tipo de interacción existe
entre la selección y las propiedades autoorganizativas de los mismos. Según varios
investigadores el trabajo de Kauffman proporciona una “hipótesis nula” para medir el
efecto de la selección natural, ofreciendo una reconstrucción teórica de cómo se
comportan los sistemas en ausencia de selección. Las desviaciones con respecto a este
patrón pueden ser usadas para detectar los efectos perturbadores de la selección y
otros agentes del cambio evolutivo. Considerando los resultados, se podría afirmar
que la selección natural no hace todo el trabajo en la evolución, sino que selecciona
entre entidades previamente autoorganizadas en virtud de sus propiedades intrínsecas,
que según Kauffman, dicha autoorganización podría ser una propiedad esencial para
que un sistema pueda evolucionar por selección natural.
Pere Alberch muestra con su trabajo cómo los sistemas de desarrollo podían servir
para entender el cambio evolutivo, desarrolló toda una serie de ideas sobre la
naturaleza del desarrollo y la configuración del espacio morfológico para explicar
cómo estas propiedades pueden establecer ciertas rutas evolutivas,
independientemente hasta cierto punto de la selección natural.
La pregunta que guía su investigación es, dada por supuesta la gran variabilidad
potencial que posee el genoma ¿por qué se observa únicamente cierto tipo de formas
en la naturaleza y no otras? La enorme diversidad de las formas orgánicas sólo cubre
una pequeña parte de la inmensidad del espacio fenotípico. La concepción heredada
asume que la selección natural es la principal responsable de la existencia de “huecos”
en el morfoespacio (espacio que representa las formas físicas de todos los organismos
posibles), que se interpretan como resultado de la eliminación de las formas
intermedias menos eficaces. Como las presiones selectivas dependen de factores
físicos y bióticos del entorno en el que se encuentra el organismo, la dinámica del
cambio evolutivo depende en último término, de factores externos al organismo. Para
que la selección natural pueda ser la principal rectora del cambio evolutivo, la
variación (material crudo sobre el que actúa la selección) debe ser "isotrópica", es
decir, debe presentarse en grandes cantidades, ser pequeña en tamaño y no estar
dirigida hacia la adaptación. Sin embargo, la variación presente en las poblaciones no
cumple estas características, ya que se encuentra constreñida o limitada por las
propiedades generativas de los sistemas de desarrollo. Según Alberch, muchas de las
regularidades y tendencias que se observan en la filogenia, no son productos de
selección natural, sino un reflejo de un conjunto de constricciones o reglas internas
(producto de interacciones fisicoquímicas a nivel genético y epigenético) generadoras
de patrones, las cuales definen el rango de la variación posible y establecen límites
sobre el proceso de adaptación.
Pere Alberch (1982, 1989) propone para estudiar la evolución morfológica, un método
centrado en la elucidación de las propiedades generativas de los organismos más que
en las propiedades selectivas del entorno. Estudia las reglas internas que controlan la
aparición de la variación morfológica, los mecanismos que sustentan estas reglas y las
consecuencias evolutivas de este orden interno. Este enfoque no es incompatible con
un enfoque externalista, simplemente se centra en diferentes temas, plantea diferentes
cuestiones y propone un programa de investigación cualitativamente diferente.
Las teratologías no sólo son generadas de una manera organizada y discreta, sino que
también exhiben reglas transformacionales generales, que resultan ser propiedades
generales de todos los sistemas de desarrollo. De hecho, la perturbación mediante
mutación genética o manipulación experimental puede tan sólo producir un conjunto
limitado de transformaciones, sin generación de todas las teratologías posibles.
Además, las teratologías pueden ser clasificadas de forma jerárquica (de manera
análoga al sistema de Linneo), pero dicha clasificación no refleja relaciones de
parentesco.
Alberch, presenta las teratologías como modelo de estudio de los patrones generados
por las propiedades del desarrollo, que aunque no piensa que son variaciones con
potencial evolutivo (la mayoría son letales), pueden servir para comprender dichas
“reglas de construcción”. Pero el trabajo de Alberch no se limita a las teratologías.
Uno de los problemas a los que ha prestado especial atención, es el análisis evolutivo
de las extremidades de los vertebrados, que realizó junto a otros colaboradores,
usando una metodología ecléctica, en la que combinaban conceptos matemáticos,
estudios evolutivos sobre anatomía comparada y aproximaciones genéticas.
Shubin y Alberch (1986) sostienen que durante toda la historia evolutiva de los
vertebrados las tres reglas morfogenéticas básicas no han variado, lo que varían son
ciertos parámetros de interacción.
El trabajo de Alberch es un ejemplo del tipo de investigación que se necesita para una
comprensión adecuada de las relaciones entre la evolución y el desarrollo, un tipo de
investigación capaz de integrar ambos principios de cambio para ofrecer una nueva
visión de la evolución.
La evo-devo o biología evolutiva del desarrollo, es una disciplina que intenta integrar
el desarrollo y la evolución. Proporciona una visión más sintética que la
interaccionista, en la que sin dejar de reconocer el importante papel de los genes en el
desarrollo y la evolución, la acción genética se interpreta siempre unida a una
dinámica autoorganizativa, bien sea en las propias redes genéticas o en sus
interacciones con el medio. Trata de entender cómo han evolucionado los sistemas de
desarrollo para producir un proceso evolutivo capaz de generar la compleja diversidad
formal y funcional de la vida.
Evo-devo
Su propuesta consiste en una agenda con cinco puntos clave como rectores de la
investigación: 1) Evolución del desarrollo. Estudio comparativo de características a
diferentes niveles de la jerarquía biológica (como genes, redes genéticas, patrones de
expresión, tejidos, genes, entre otros). 2) Establecimiento de homologías. 3) Mapa
genotipo-fenotipo. Para entender la arquitectura del desarrollo a nivel genético, que es
necesario para entender la dinámica de la adaptación. Las diferentes arquitecturas de
desarrollo entre especies pueden dar cuenta de las diferencias entre ellas. 4) Patrones
de evolución fenotípica. Los mecanismos de desarrollo pueden constreñir o facilitar el
cambio evolutivo. 5) Innovaciones evolutivas. La evo-devo trata de dar cuenta de los
mecanismos del desarrollo responsables del origen de nuevos rasgos.