Cientifico Rebelde
Cientifico Rebelde
Cientifico Rebelde
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EL CIENTÍFICO REBELDE
En este texto nos presentan a la ciencia como un gran descubrimiento de la
humanidad, ofrece soluciones para los desafíos de la vida cotidiana y nos ayuda a
responder a los grandes misterios de la humanidad.
La ciencia se presenta como un mosaico, donde varias opiniones o visiones, se
pueden confrontar. Aun así, hay un factor común en estos puntos de vista: la
rebelión contra las restricciones impuestas por la cultura dominante en el ámbito
local, occidental u oriental, según el caso.
Es así, como en las primeras generaciones de científicos japoneses del siglo xix,
la ciencia era una rebelión contra su tradicional cultura de feudalismo. Para los
grandes físicos indios de este siglo (Raman, Bose y Saha), la ciencia fue una
doble rebelión: primero contra la dominación inglesa, y en segundo lugar contra la
ética fatalista del hinduismo. Y también en Occidente, desde Galileo hasta
Einstein, ha habido grandes científicos que han sido rebeldes.
De ahí que la ciencia no está gobernada por las reglas de la filosofía o la
metodología occidentales. La ciencia es una alianza de los espíritus libres de
todas las culturas, y se rebela contra la tiranía local que cada una de ellas impone
a sus hijos. Es por ello, que en la medida en que soy un científico, mi visión del
universo no es reduccionista ni antirreduccionista.
Por su parte, la visión de la ciencia como rebelión fue articulada con gran claridad
en Cambridge, el 4 de febrero de 1923, en una conferencia pronunciada por J. B.
S. Haldane ante la Society of Heretics.
Por lo tanto, es importante considerar la ciencia desde tres puntos de vista: En
primer lugar, es la libre actividad de dos facultades humanas que compartimos
con la divinidad: la razón y la imaginación. En segundo lugar, es la respuesta de
unos pocos a las exigencias de riqueza, confort y victoria que muchos tienen,
dones que solo se concederán a cambio de paz.
seguridad y estancamiento. Finalmente, se trata de una conquista gradual del ser
humano: primero, del espacio y del tiempo; después, de la materia como tal; más
adelante, de su propio cuerpo y del de los demás seres vivos, y, en última
instancia, de los elementos oscuros y malvados de su propia alma
CONCLUSIONES