BALDIVIESO, SELMA - en El Viejo Cuarto de Infancia - BOLIVIA

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En el viejo cuarto de infancia

Escrita por: Selma Baldiviezo Cassís


Personajes

Él: Hermano mayor de Ella y Nos. El Resentimiento

Ella: Hermana de El y Nos. (murió después del parto). La impotencia.

Nos: Hermano menor de El y Ella. La inocencia.

Los tres personajes son viejos recuerdos de niños que fueron abortados y que aún
habitan en el vientre de su madre, amnésicos.

Hay un personaje al que hacen referencia, la pequeña hermana que no logró nacer.

Los personajes están atrapados en un cuarto de juegos, con juguetes viejos y rotos
tirados en el piso...

Confusión

Ella: No abriremos esa puerta, aunque golpeen, aunque griten.

Él: Tendremos que hacerlo algún día.

Nos: Quizás ni se den cuenta, si tardamos será peor, lo sabrán de inmediato.

Él: Sí, los padres tienen un olfato distinto, huelen el miedo...

Nos:... la mentira.

Ella: ...el fracaso...¡ven! Debemos tapar las puertas, que sus narices no lleguen a
nosotros... a ella.

Nos: Y si lo toman con naturalidad... muchos lo hacen... es un designio de Dios


quizás...es él el culpable...¡eso diremos!

Ella: Nuestras manos nos delatarán, hablarán por nosotros.

Él: Ella ahora está en un largo sueño... ¡no podrán echarnos la culpa!

Nos: A mí menos que a nadie... yo también dormía.

Él: Entonces, ¿quién lo hizo? Si no fuiste tú...

Ella: Uno de los dos... no lo recuerdo... pero este maldito cobarde no lo haría... o esta
vez fuiste capaz?

Nos: Estaba dormido, aún lo estoy

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Él: No interesa quién fue, de todas formas todos estamos manchados, nos escurren sus
auxilios, sus ganas locas de defenderse, su rabia...

Ella: Su primera palabra

Nos: Y cuál fue?... dijo mi nombre?

Él: ¿los llamó a ellos?

Ella: No, sólo balbuceó su nombre

Él: Ni siquiera llegó al bautizo, ¿cómo podría decir su nombre?

Ella: Lo supo desde antes... ya habían elegido su nombre desde antes, mucho antes.

Él: Fue por envidia...eso es seguro!

Nos: Por piedad querrás decir.

Ella: ¡Por cobardía!

Él: ¡Callen! Alguien se acerca.

Nos: Es papá...

Ella: Nunca se dará cuenta... simulemos que estamos jugando y pasará de largo.

Él: De todas formas nunca escuchará nuestras risas.

Nos: Y los llantos de ella qué, notará la quietud.

Él: Llora tú y todos en paz.

Nos llora como un bebé . Frenéticamente lloran los tres.


Luego Nos echado solloza.

Viejos recuerdos

Ella: Aquella esquina del cuarto... siempre te supliqué que no te acerques a aquella
esquina del cuarto... ahí yacía envuelta en telas color pastel, en encajes, entre figurines
ridículos, sonrisitas piadosas...donde acaba todo, donde no fuiste capaz de sacarme...
maldita cuna ...maldito ataúd... maldito cobarde!... nunca olvidaré tu rostro grande
acercándose a mí con aquel almohadón rosa... había odio en tus ojos... balbuceabas una
excusa para que ellos no te crean demente, te recibía contenta iba a ser libre al fin...
maldita cuna...maldito ataúd...maldito cobarde!...te echaste para atrás, no hiciste nada...
lloré, grité todos escucharon menos tú, no pedía clemencia ...quería que lo hagas, que
me sofoques hasta volver, que no quede un pedazo de garganta, que el almohadón
absorba mi último pensamiento... no te apiadaste de tu pequeña hermana... me dejaste
detrás de la puerta y ahora vuelves a aquella esquina como un mal recuerdo que no me
dejas borrar...

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Nos: si te hubieses quedado dormida...o si nunca se te hubiera ocurrido venir...nadie te
habría sacado del cuarto...

Ella: Yo no vine sola...ellos me trajeron hasta aquí, y nos encerraron.

Él: Pero aquí se la pasa bien... no tenemos frío, ni hambre, sólo un poco de calor...

Nos: Y un poco de sueño

Ella: ...y un poco de miedo.

Él: De qué? Si ya casi nunca abren la puerta, sólo el llanto de mamá nos despierta a
veces...y los gritos de papá son la vieja rutina...

Ella: Hasta que se dé cuenta de lo que hicimos...

Nos: Se enojarán mucho

Él: Pero el dolor no será nuestro, será de ellos.

Ilusiones (más allá de la fuerte luz)

Nos: Se imaginan? Que allá afuera esperen por ti, que cuenten los días por ti, los
minutos, los latidos, las patadas... los susurros que dibujen una esperanza.

Ella: Fantasear con el futuro, “tú futuro”, tus anhelos, sueños, “sus sueños”... lo grande
que llegarás a ser.

Nos: Yo sería un gran músico... de mi cabeza saldrían un sin fin de


melodías...armoniosos movimientos, brotarán lágrimas, cantos, aplausos, críticas...

Él: ¿Y si te quedaras sordo?

Nos: ...No me importaría quedarme sordo... sus rostros me mostrarían cómo sienten mi
música, sus rostros me dejarían escuchar.

Él: Yo asesinaría... lo haría con gusto, con la mirada, con el deseo, gritaría a todos en la
calle...no estaría de acuerdo con nadie. Escupir, patear, robar, correr...para que me
alcancen y me odien como yo a ellos...¡como yo a ellos!

Ella: Yo estoy bien aquí, no dejaría este cuarto nuevamente, aunque me abracen,
aunque me besen, aunque me den ilusiones...o por lo menos un nombre... del que me
acuerde, con el que sonría...la fuerte luz detrás de la puerta no la quiero volver a ver.

Él: Al menos te dejaron verla...los viste a ellos...a los ojos... ¿viste una lágrima?

Nos: ...o una sonrisa?

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Ella: Nada...la fuerte luz detrás de la puerta te deja ciego...para qué ver esa luz, es peor
sentirla y que luego te la arranquen de tajo o en un lento asfixio; odios, impotencias que
aprietan el cuello... es mejor no verla nunca y creer que sigues dormido...aunque no lo
estés.

Él: Ya decía yo que fue pura envidia... tú lo hiciste, no dejarías que ella atravesara la
puerta... no dejaste que ninguno de nosotros lo hiciera... qué maldita hermana nos dieron
nuestros padres! Yo no cargaré una culpa que no es mía.

Nos: Yo dormía... yo no lo hice

Ella: Tampoco fui yo...yo jugaba...

Nos: ¿A qué?

Él: Seguro era la heroína del cuento

Ella: No, drogas no... corría con mi cometa y volaba alto

Él: Estúpida!, aquí no hay campo para cometas.


Ella: Tú qué sabes? Nunca jugaste con una

Nos: Y era de colores?

Ella: Sí, tantos y tan brillantes que parecían un sol...

Nos: ...y me llevas de la mano

Ella: Y en tu otra mano está la de él

Él: A mí no me metan!

Nos: Y corríamos tanto que nos caímos...

Ella: Y la cometa se fue volando...

Él: Un momento...

Nos: Y lloramos otra vez

Él: ¿Que no se dan cuenta? Si estuvimos jugando los tres no es posible que alguno de
nosotros lo haya hecho.

Nos: Quizás ella quiso alcanzarnos y no lo logró

Él: Y se cayó rompiéndose en pedacitos

Nos: O la hicimos caer...

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Él: Ella no se cayó estúpido! Nadie da pelea por una caída, pero sí por un inminente
adiós...

Ella: No entiendo...si a ella sí la querían todos...

Nos: Tenía nombre...

Él: Hasta el futuro soñado...

Ella: Ella no es como nosotros...

Él: Y si realmente fue Dios...

Nos: Por qué no hizo lo mismo por nosotros?


Ella: Mamá ya no puede más... ya dejó que nos sacaran una vez de nuestro viejo cuarto
de infancia... y que sólo queden pedacitos...ya no tendremos más recuerdos...ni ellos una
hija esperada...

Él: Esto se caerá a pedazos

Ella: Con los años... con el tiempo

Nos: Por qué no entran para darnos la cara? ¿Por qué no escuchan por lo menos detrás
de la puerta, para que sepan lo que sentimos

Él: Lo que dejamos de sentir, dirás...

Ella: La cuna cálida y ligera...

Él: El ataúd pesado y frío...

Nos: El vientre de mamá... los gritos de papá

Para escuchar detrás de la puerta.

Los tres dan golpes, gritan y hacen aún más ruido.

Ella: No puedes tapar los odios como tapas ahora tus oídos papá, los odios gritan más
fuerte que cualquier sonido, se huelen, se ven, se tocan ... pero tus sin sentidos crearon
una coraza, dime ¿es fuerte?, ¿por qué no me la prestas?, o ¿puedo entrar también en
ella?, dime ahí dentro ¿hay campo?, nunca fui muy grande ¿recuerdas? Una flemita
viscosa... un cuerpecito frágil... nada más, nunca fui nada más...

Él: El error de tu vida he sido yo mamá... tus mentiras, tus fracasos, tus miedos... nunca
vi ni tus ojos, o una lágrima tuya... escuchar un perdón sería como una canción de cuna
para mí... para que me quede dormido... pensando en ti... en un beso, en un susurro...

Nos: Un nombre... la gente te recuerda por el nombre, no importa lo que hiciste o lo que
pudiste ser... le rezan a Dios por tu nombre, dejan flores, comida, agua...llanto, sonrisas

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a tu nombre... y uno duerme tranquilo recordando el almohadón rosa que vela por los
sueños... pero nosotros no podemos dormir... no tenemos ni siquiera un nombre...

Él: Un error más, eso es ella, y yo

Nos: Y nosotros

Ella: Piedritas que estorban

Él: Extractos de deseo

Nos: Creo que no nos escuchan

Él: Nunca lo harán... ellos tienen olfato pero no oídos, los tapan siempre...

Ella: ¡Maldita cuna!

Él: ¡Maldito ataúd!

Todos: ¡Malditos cobardes!

Todo queda en silencio

Nos: Una oportunidad

Él: Sólo una...

Los tres comienzan a quedarse dormidos

Ella: Te quiero papá

Él: Te quiero mamá

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