Jurisprudencia de Acción Pauliana
Jurisprudencia de Acción Pauliana
Jurisprudencia de Acción Pauliana
Sala de lo Civil, Corte Suprema de Justicia, San Salvador a las nueve horas y diecisiete
minutos del veinte de diciembre de dos mil siete.
aun cuando no haya cesión de bienes o declaratoria de quiebra. Las principales razones que
se dan, son: a) El articulo 2,468 está en un título donde las demás disposiciones vecinas se
aplican a cualquier acreedor: el 2,465 habla del derecho de prenda general que tiene el
acreedor, independientemente de la cesión de bienes y la declaratoria de quiebra; el 2,466,
de la acción subrogatoria, aplicable aunque haya un solo acreedor, independientemente de
la quiebra o la cesión de bienes; el 2,469, consecuencia del 2,465, manifiesta que el
acreedor tiene derecho a rematar los bienes del deudor para pagarse de su crédito,
disposición que también se aplica independientemente de la quiebra y la cesión de bienes.
Es lógico concluir que no se ve por qué se quiera restringir la aplicación del artículo 2,468.
b) Este es un medio que el legislador usa para establecer la diferencia que existe en ese caso
y el del artículo 2,467, que dice que son nulos los actos ejecutados por el deudor después de
la cesión de bienes o de la apertura del concurso; y entonces, si el 2,468 se refirió
nuevamente a la cesión de bienes o al concurso, fue para dejar de manifiesto la diferencia
que existe con respecto a los actos se ejecutan antes del concurso o de la cesión de bienes y
los que se realizan después de ellos; porque, si son posteriores, conforme al artículo 2,462,
son nulos, y, en cambio, si son anteriores, se aplicará la acción pauliana, c) Finalmente, el
propio plazo de prescripción para su ejercicio es otro argumento a favor de la aplicación
amplia de la acción pauliana. Esta acción prescribe en un año, contado desde la celebración
del acto o contrato, (No. 3, artículo 2, 468). Ahora bien, si para entablar la acción pauliana
fuera necesaria la declaratoria de quiebra o la cesión de bienes, en el hecho acontecería que
la disposición no tendría aplicación, porque la acción pauliana ya se encontraría prescrita en
virtud de este plazo perentorio de prescripción que fija el legislador. Alessandri, Claro
Solar y Somarriva adhieren a esta doctrina." (Los subrayados son míos). ---La conclusión
del tribunal de alzada, en el sentido de estimar que la acción es inepta por no haberse
cumplido con los requisitos que menciona el art. 2215 C. referidos a la cesión que ha hecho
el deudor de sus bienes a sus acreedores o a la realización del concurso de acreedores –
concurso voluntario o necesario-, está equivocada por adición, ya que a las normas les ha
dado un alcance mayor que, como lo dije anteriormente, no lo tienen, y por consiguiente la
ineptitud que se ha hecho de la acción promovida por mi mandante de ninguna manera
existe; por el contrario, es tan procedente como lo ha reiterado la doctrina,
consiguientemente debió haber entrado a considerar el fondo de la impugnación que motivó
su conocimiento. La solución que se pretende entonces, al conocer la Sala de lo Civil del
presente recurso, es de reconocer que el sentido correcto que tienen las disposiciones
legales dichas es en que el texto del art. 2215 C. no hay nada que literalmente restrinja el
ejercicio de la acción pauliana a los casos de cesión de bienes y de concurso, y que si lo
hace es para determinar los actos y contratos a que va a referirse, y de modo alguno para
declarar que es requisito para la procedencia de la acción revocatoria de los actos
fraudulentos realizados por el deudor, como habría tenido que hacerlo si tal hubiera sido el
propósito del legislador.---El error interpretativo es determinante del fallo injusto puesto
que de no haber mediado se habría llegado a la conclusión correcta que consiste en que no
es requisito para el ejercicio de la acción pauliana o revocatoria la apertura del concurso de
acreedores, sino que se trata de una acción autónoma que puede ser instaurada por
cualquier acreedor que llene los requisitos de legitimación activa, independientemente de la
participación de otros.---Deberá, en consecuencia, el tribunal de casación casar la sentencia
impugnada, otorgándole a las disposiciones legales citadas la interpretación correcta que
tienen, y ordenándole, consiguientemente, al tribunal de segunda instancia que entre a
conocer el fondo del punto litigado.—
IV.- Por resolución de esta Sala, pronunciada a las once horas y treinta minutos del
diecisiete de agosto de dos mil seis- fls. 15 de esta pieza- el recurso fue admitido por la
causa genérica de infracción de ley por el sub motivo Interpretación Errónea de Ley, siendo
el precepto infringido el contenido en el artículo 2215 del C.C. N° 1; habiéndose corrido el
término para que las partes expresaran sus alegatos habiendo hecho únicamente el
impetrante, abogado Rodolfo Alfredo García Flores, quien alegó lo pertinente a su
pretensión.
V.- SINTESIS DEL CASO: Al juzgado de lo Civil de San Marcos, fue presentada
demanda suscrita por el señor Pablo Alberto Gómez Castro, conocido por Pablo Alberto
Gómez, en su carácter personal, en contra del señor Alfredo Armando Villatoro Velásquez
y la señora María Santana García Reyes, ya que dicho señor vendió a la segunda dos
inmuebles de su propiedad, supuestamente en perjuicio del demandante en este juicio. Los
hechos se hacen consistir en que el señor Pablo Alberto Gómez Castro, teniendo un
negocio de venta de harina, vendió cierta cantidad de este producto al señor Alfredo
Armando Villatoro Velásquez y este le canceló con cheques que no estaban provistos de
fondos, por lo que el señor Gómez Castro inicio Acción Ejecutiva contra el señor Villatoro
Velásquez, librándose el mandamiento de embargo correspondiente en el respectivo juicio
Ejecutivo, anterior a la presente demanda, encontrándose que en un principio pertenecieron
al señor Alfredo Armando Villatoro Velásquez, fueron vendidos a favor de María Santana
García Reyes, por lo que estimando que dicha negociación se hizo en su fraude, ha iniciado
posteriormente Acción Pauliana o Revocatoria, a fin de que se rescinda el contrato en
mención, celebrado a las diecisiete horas del tres de julio del año dos mil tres. En primera
Instancia la sentencia fue adversa, al actor, ya que se absolvió a los demandados; en la de
segunda Instancia, la Cámara respectiva declaró inepta la pretensión, por lo que se revocó
la sentencia de que se conoció en apelación.
"El proceso de mérito, el demandante con base al transcrito Art. 2215 C.C., como se ha
dicho, solicita se rescinda el contrato de Compraventa realizado entre los demandados
señores ALFREDO ARMANDO VILLATORO VELASQUEZ Y MARIA SANTANA
GARCIA REYES. Al respecto, es de subrayar que la facultad de ejercer la acción de
rescisión de contrato establecida en el transrito Art. 2215 C.C., se encuentra establecida
específicamente para los casos (actos o contratos) relativos a los bienes de que el deudor ha
hecho una cesión o se ha abierto el concurso de acreedores; o sea que éstas situaciones
prácticamente se erigen como requisitos o presupuestos de procesabilidad o de
procedibilidad para promover la Acción Pauliana.---El demandante manifiesta en la
demanda de fs. 1 a 2 p.p., que por operaciones mercantiles realizadas con el demandado
Villatoro Velásquez ha entablado Juicio Ejecutivo Mercantil, habiéndose decretado
embargo en bienes del deudor demandado; específicamente en el segundo párrafo de fs. 2
p.p., DICE: "El oficio contentivo de la medida cautelar en referencia se presentó al
Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas de la Primera Sección del centro con
fecha cinco de los corrientes mediante asiento de presentación número DOS CERO
CERO TRES CERO SEIS CERO SIETE DOS CUATRO CINCO NUEVE
(200306072459),
habiendo hecho notar verbalmente el empleado que recibe la documentación
pertinente en el registro público inmobiliario en el momento de hacerse la
presentación de la orden de embargo relacionada, que el primero de los inmuebles
tenía en trámite una escritura de compraventa otorgada por el ahora demandado,
señor Villatoro Velásquez, a favor de la otra demandada señora Garcia Reyes,
presentada al Registro según asiento de presentación número DOS CERO CERO
TRES CERO SEIS CERO CINCO SEIS SEIS CINCO CERO (200306056650); cuya
información precisa es la que he brindado en la presente demandada en los primeros
párrafo de ésta...". Conforme a lo anterior, es obvio que el actor acepta que lo que se ha
iniciado, promovido y existe, es un Proceso Ejecutivo Mercantil y no una cesión de bienes
o un concurso de acreedores; y siendo que, tal como se dijo anteriormente, es requisito
sine-quanon, que para que un acreedor tenga derecho a gozar de la facultad establecida en
el Art. 2215 C. C., es necesario que exista una cesión de bienes o un concurso de
acreedores, y en el caso de mérito, resulta notorio que no exista ninguno de los dos, ya que
los hechos planteados no son los establecidos en el supuesto hipotético planteado por la
norma, lo cual deviene en una ineptitud de la pretensión.---Es de aclarar que aún cuando el
demandante es acreedor, sus demandados no están concursados; y, además cuando ya existe
concurso, solamente al síndico del Concurso corresponde solicitar la nulidad.---En
consecuencia, habiéndose establecido la ineptitud de la pretensión contenida en el libelo de
demanda, conforme a lo expuesto en los considerandos anteriores debe declararse la misma,
y siendo que la sentencia dictada en primera instancia no ha sido pronunciada en
conformidad, se impone revocar la misma y pronunciarse la que conforme a derecho
corresponde."""""
En el presente caso, el señor Pablo Alberto Gómez Castro, conocido por Pablo Alberto
Gómez, ha demandado la rescisión (entiéndase resolución) de un contrato de compraventa,
fundamentado en la llamada acción Pauliana, contenido, en el artículo 2215 N° 1 del
Código Civil, basado en que el señor Alfredo Armando Villatoro Velásquez, vendió a la
señora María Santana García Reyes, un inmueble ubicado en la jurisdicción de San Marcos,
de este Departamento, por escritura pública, otorgada a las dieciséis horas del tres de julio
de dos mil tres, ante los oficios del notario Luis Alfonso Valle Deras, todo debido a que con
dicho señor, el demandante sostenía relaciones mercantiles, consistentes en que el señor
Pablo Alberto Gómez Castro, conocido por Pablo Alberto Gómez, vendía cantidades de
harina al señor Alfredo Armando Villatoro Velásquez y éste le pagaba con cheques, pero
que en las últimas transacciones hechas, los cheques no le fueron pagados al vendedor, por
lo que lo demandó en juicio ejecutivo y fue allí en donde al fracasar un embargo en bienes
del deudor, el señor Gómez Castro, se dio cuenta de que coincidiendo con el no pago de su
deuda, dicho señor Villatoro Velásquez, enajenó, dos bienes inmuebles a favor de la que el
considera, compañera sentimental del demandado. Esto hizo que el actor iniciara la
presente acción, al verse defraudado en la persecución de los bienes de su deudor, tratando
por medio de la acción en referencia, de inmovilizar los bienes de su deudor y de quienes le
acompañaron en el supuesto defraudamiento, mediante la acción que hoy utiliza. Como se
ha señalado, en la primera Instancia fue la pretensión declarada sin lugar, mediante
resolución de fondo y en segunda Instancia, esta ha sido declarada inepta, por cuanto la
Cámara, según dice el recurrente, ha interpretado incorrectamente el artículo 2215 N° 1 del
C.C. el cual literalmente dice: En cuanto a los actos ejecutados antes de la cesión de bienes
o la apertura del concurso, se observarán las disposiciones siguientes: 1ª) Los acreedores
tendrán derecho para que se rescindan los contratos onerosos, y las hipotecas, prendas y
anticresis que el deudor haya otorgado en perjuicio de ellos, estando de mala fe el otorgante
y el adquiriente, esto es, conociendo ambos el mal estado de los negocios del primero.
Esta Sala, considera que esta disposición es distinta del contenido del artículo 2214 del
Código Civil, el cual se está refiriendo, cronológicamente, a un momento distinto de las
oportunidades sancionadas y que la Cámara ha hecho precisamente por ello, una relación
que en nada le sirve para resolver el caso de autos. En efecto, el presente caso de
compraventa se ha dado en un momento en que no consta que haya habido cesión de bienes
o apertura de concurso; es más, se ignora si se dará o no cualquiera de esas situaciones,
pero en cualquier momento que sea (con exclusión de los eventos dichos), el acreedor tiene
la facultad de demandar la rescisión (entiéndase la resolución), en este caso del contrato
oneroso de compraventa, entre el señor Villatoro Velásquez y la señora Santana Reyes,
estando como se dirá, si el caso es necesario, de mala fe comprador y vendedor, conociendo
ambos los malos negocios del primero, debiendo entenderse, recalcamos, antes de la cesión
de bienes o la apertura del concurso, no constando en este caso que se haya dado ninguno
de esos acontecimientos e ignorándose si van a suceder o no, diferenciándose esta acción
de la de nulidad que se puede pedir, respecto de los actos ejecutados por el deudor, en
relación a los bienes, ocurridos después de que ha hecho cesión o de que se ha abierto
concurso a los acreedores. Siendo así, la Cámara debió aplicar lisa y llanamente el N° 1 del
Art. 2215 del C.C., pues a más de que de la letra de Ley se colige claramente lo dicho, y
que el recurrente ha ilustrado con abundante doctrina de eminentes expositores del
Derecho, esta Sala, transcribe lo que sobre el particular, ha dicho el tratadista chileno
Ramón Meza Barros, en su manual de Derecho Civil, de las obligaciones, 6° Edición, de la
Editorial Jurídica de Chile, cuando a las páginas 332 y 333 bajo el N° 462, textualmente
dice: """""Para intentar la acción no es menester que el deudor esté en quiebra o
haya hecho cesión de bienes.- El art. 2467 (2214 Ley salvadoreña) dispone que "son nulos
todos los actos ejecutados por el deudor relativamente a los bienes de que ha hecho cesión
o de que se ha abierto concurso a los acreedores ". La Ley de Quiebras ha reemplazado el
concurso por la quiebra, aplicable hoy tanto a los deudores civiles como comerciantes.---
Sancionados con la nulidad los actos del deudor posteriores a la cesión de bienes o a la
declaratoria de quiebra, se ocupa al art. 2468 (2215 del Código Civil salvadoreño) de la
suerte de los actos anteriores que son atacables por la acción revocatoria, ejecutados en
perjuicio de los acreedores y en fraude de sus derechos.---Fraude y perjuicios son los
fundamentos de la acción y nada justifica que, para intentarla, sea menester que el deudor
haya sido declarado en quiebra o haya hecho cesión de bienes. "(el subrayado es de la
Sala). En ese sentido, la Sala no tiene ningún reparo en subrayar que la Cámara
sentenciadora, interpretó erróneamente la Ley, al exigir requisitos adicionales a los
solicitados por el legislador y declarar por ello la ineptitud de la pretensión, por lo que así
habrá de declararse, casándose
la sentencia de mérito y pronunciándose, la que conforme a derecho corresponda, por
interpretación errónea del N° 1 del Art. 2215 del Código Civil.
Siendo que la sentencia será casada, la Sala se vuelve Tribunal de Instancia, por lo que
fallará con la prueba que aparece en autos, por lo que se procederá a analizar la que aparece
principalmente en la pieza de 1ª. Instancia, así:
1) Corre agregada prueba fehaciente, que el deudor Alfredo Armando Villatoro Velásquez,
otorgó contrato de compraventa del inmueble de que se trata, a la señora María Santana
García Reyes, según escritura pública otorgada en esta ciudad, a las dieciséis horas del tres
de julio de dos mil tres, ante los oficios del notario Luis Alfonso Valle Deras, extendida por
el Registro de la Propiedad Raíz e Hipoteca de la Primera Sección del Centro, bajo la
matrícula sesenta millones sesenta mil setecientos veintisiete cero cero cero cero cero,
asiento dos, lo cual le causa daño al acreedor, ya que estando a nombre de la compradora,
no pudo ser utilizado como medio de pago de la deuda reclamada anteriormente por el
actor; que asimismo, la mala fe de los señores Alfredo Armando Villatoro Velásquez y
María Santana García Reyes y que el conocimiento del mal estado de los negocios del
referido señor, motivó la realización de la escritura pública de compraventa relacionada y
que lo traspasó el comprador a su conviviente, con la finalidad de evadir la deuda con el
señor Gómez, quedó comprobado con las deposiciones de los testigos señora Cruz
Mercedes Palacios de Díaz y de don Natividad de Jesús Interiano.
Santana García Reyes, lo que imposibilitó dicho embargo, ocasionando perjuicio a los
intereses patrimoniales del señor Pablo Alberto Gómez Castro, conocido por Pablo Alberto
Gómez, por lo que habiéndose probado la relación contractual de los demandados, la mala
fe de los otorgantes del mismo, el conocimiento del mal estado de los negocios del señor
Alfredo Armando Villatoro Velásquez, así como que tal operación fue en perjuicio del
demandante procede acceder a lo solicitado por la parte actora, debiendo declararse la
rescisión de la escritura pública de compraventa otorgada en esta capital entre el señor
Alfredo Armando Villatoro Velásquez, a favor de la señora María Santana García Reyes, a
las dieciséis horas del tres de julio de dos mil tres, en los oficios del notario Luis Alfonso
Valle Deras, inscrita bajo la matricula sesenta millones sesenta mil setecientos veintisiete
guión cero cero cero cero cero, asiento dos en el Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas
de la Primera Sección del Centro con las consecuencias legales.
POR TANTO:
HAGASE SABER.-