Apuntes Asturiano

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Dialectología Sincrónica del español 2019-2020

RASGOS FONÉTICOS DE LAS VARIEDADES ASTURIANAS

Diptongación
El asturiano diptongó Ě, Ŏ, breves tónicas latinas, en sílaba libre y trabada
(coincidiendo con el castellano pero a diferencia del gallego-portugués), y también ante
yod1 (a diferencia del castellano): pueblo, fuente, tierra, nueite, nueche, ‘noche’, tienga,
etc.
Se pueden señalar casos de ausencia del diptongo extendidos por todo el dialecto:
Pola < PŎPULAM, (no Puebla). También hay casos de no diptongación ante -NT- o
ante -N-, sobre todo en el centro y oeste de Asturias: bono (extendido por todo el
dominio, en coincidencia con su abundancia en testimonios del castellano medieval),
trono, fonte, ponte, vento, dente, etc.

Diptongación de Ǒ
El diptongo procedente de Ŏ fue ue, junto a ua y uo; todavía hoy, en el occidente
del dominio asturiano persisten uo, ua, junto al más general ue.
Además, en las comarcas del dominio asturiano central que presentan metafonía,
hoy hallamos ui (puirtu), procedente de ue.

Diptongación de Ě
La forma ie convive desde antiguo con ia y hoy se hallan restos de ia solo en el
asturiano occidental: pia, tiampus, amariallos, ya < ĚT, yara < ĚRAT, ya < ĚST. La zona
de mantenimiento de ia coincide aproximadamente con la uo, ua; el uso de ia se reduce
a unos cuantos casos: conjunción copulativa, ya, presente e imperfecto del verbo ser, ia,
ya,’es’, yara, ‘era’, PĚDEM > pia, DĚCEM > diaz, BĚNE > bian, TAM BĚNE >
tambián. En algunas de las comarcas que conservan ia se ha producido una dislocación
acentual, pasando el acento a la vocal más cerrada, deshaciéndose el diptongo: pía, díaz,
ía, yía, ‘es’.
En las hablas asturianas se ha producido la diptongación de algunas formas del
verbo ser, ĚS, ĚST, ĚRAM, yes, ye, yera, yeras, y de la conjunción copulativa ĚT, que
no suelen diptongar en otras lenguas romances. El fenómeno de diptongación de las
formas del verbo ser (con resultados en ie, ia: ye, yes, yera, ya, yara) es propio del
asturiano central y occidental. El área de diptongación de ĚT, ye, ya, es más reducida,
pues ocupa el occidente de Asturias.

Diptongación ante yod


La diptongación de Ŏ ante yod es frecuente en los textos antiguos: nueche <
NǑCTE, cueya, ‘coja’ < CŎLI(G)AT, ue, uey, güey, ‘hoy’< HǑDIE, (g)ueyo <
ŎCULUM, frente a lo que sucede en castellano, donde la yod impidió la diptongación.
En el siglo XX la diptongación ante yod era característica del habla viva de
Asturias central y occidental, vacilando al este.
La diptongación de Ě ante yod solo se produce en el verbo (tiengo, vienga) por lo
que parece más un fenómeno analógico que fonético-histórico.

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YOD: elemento semiconsonántico o semivocálico palatal de un diptongo (p. ejemplo ciego, reino) que
unido a una consonante puede provocar su palatalización ( VINEA> viña, MULIERE > muller). NǑCTE >
noite, nueite; ǑCULUM > oilo, ollo, uello, güello, ueyo, güeyo.

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Conservación del diptongo ie


Frente al castellano que, desde el siglo XIV, redujo a i el diptongo ie en
determinados contextos fónicos, sobre todo ante palatal lateral y –s, el asturiano puede
conservar el diptongo, especialmente el occidental; ante ll se ha conservado
prácticamente en toda la provincia de Asturias ie (o ia): portiella, amariella, oriella,
dubiellu, ‘ovillo’ (también ante –ll- > -ḓ- cacuminal en Sisterna, cancieḓa, duvieḓu,
etc.). Ante –s implosiva se conserva el diptongo en Asturias: aviespa, riestra, priesa,
etc.

Conservación de los diptongos decrecientes ou, ei


Los diptongos decrecientes ou, ei se conservan solo en el asturiano occidental,
cousa, poucu, primeiro, cantei, etc. Proceden del latín AU, AL + cons. > ou: cousa,
outuño, outorgar, outro, etc. y A + yod > ei: mandei, ‘mandé’, carreira, tendeiro,
xeneiro, ‘enero’, etc. Las variedades central y oriental ofrecen resultados coincidentes
con los castellanos o, e: cosa, otoño, otorgar, otro, mandé, carrera, tendero, enero, etc.

La metafonía vocálica
Antes de caracterizar el fenómeno de la metafonía extrema asturiana, sería
conveniente hacer alguna precisión de tipo terminológico. Como señala C. Fernández
Juncal 1999: 145-155), para la denominación de este uso lingüístico se han empleado
tres términos: armonización, inflexión y metafonía. Los tres sirven para referirse a la
modificación y cierre del timbre de la vocal por influjo de otra, también cerrada. Ahora
bien, hay algunas pequeñas diferencias de matiz entre los tres términos:
La armonización hace referencia a un fenómeno más general, que consiste en la
igualación de timbre (apertura o cierre) de los sonidos vocálicos dentro de la palabra,
fundamentalmente, pero no siempre, por la influencia de la vocal tónica: añidir por
añadir, lición por lección, pulítica por política, etc.
La inflexión hace referencia sobre todo al cierre de una vocal, sea por influjo de
la vocal final, sea por el de un sonido vecino: jibia < SEPIA, etc.
Metafonía se ha utilizado como sinónimo de los dos anteriores, pero en la
dialectología hispánica se ha especializado para remitir al fenómeno propio del dialecto
asturiano, especialmente en Asturias. Es un fenómeno que consiste en el cambio de
timbre de las vocales tónicas, que se aproximan progresivamente al siguiente grado de
cierre por la influencia de una vocal final cerrada (-u, -i en todas sus variantes).
Fernández Juncal caracteriza la metafonía por las siguientes notas:
a) Las vocales ó y é inflexionan en ú e í respectivamente: putru, ‘potro’, tsubu,
‘lobo’, pirru, ‘perro’, diniru, ‘dinero’.
La vocal á puede cerrar hacia la serie palatal (kerru, ‘carro’, zapetu,
‘zapato’) o hacia la serie velar (rou, ‘rabo’, sopu, ‘sapo’). Esta distinción
permite diferenciar dos zonas de metafonía: el paso a > e está más
extendido y aparece con más frecuencia en la zona del Caudal mientras que
la transformación de a > o es propia de la cuenca del Nalón.
La reducción de la vocal tónica ocurre también si esta forma parte de un
diptongo: we > wi y je > i (o ji): pañuilu, ‘pañuelo’, abirtu, abierto’. Y lo
mismo cuando la vocal va en hiato: peezu, ‘pedazo’, fuíu, ‘fuego’, etc.
No se produce homonimia ni homofonía entre términos en conflicto porque
el cierre afecta a todos, de manera que palo es pelu pero el pelo es pilu.
b) La metafonía demuestra su vitalidad en que afecta a las formas tradicionales
de las palabras (por ejemplo, a los diptongos je, we) y a voces de
incorporación reciente al dialecto. Tiene que darse la condición de que la

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vocal final sea –u, es decir que –o se convierta en –u: silicusu, ‘que padece
silicosis’, roseriu, ‘rosario’, etc.
c) Se cierran las vocales tónicas de los participios, puistu, y en los infinitivos
con el enclítico lu: voy dexelu, ‘voy a dejarlo’, etc.
d) La influencia metafónica es también marca de singular y de masculino en el
asturiano; allí la terminación –u del singular se opone a la del plural –os, que
no provoca metafonía: guetu / gatos, pirru / perros; y lo mismo ocurre con la
distinción de género: guetu / gata, pirru / perra.
e) No hay metafonía cuando la vocal final es –o, vocal que aparece en algunos
préstamos (radio, teléfono, etc.), en la 1ª pers. sing. del presente (cato, fago,
etc.) y en un grupo de palabras que designan tiempo (febrero, ogaño, etc.).
En las zonas en que se da el neutro de materia, que veremos más adelante,
con la oposición morfológica –o / -u nos encontraremos con oposiciones del
tipo arroz bueno – un pirru buinu; el queso blanco – un quisu blancu.

En cuanto a la distribución geográfica, queda reflejada en el siguiente mapa, tomado de


Fernández Juncal (1999: 166)
Van en negro o rayado los municipios en los que algún estudio ha documentado metafonía.
El negro señala los municipios en que la metafonía se ajusta más al modelo asturiano.

Tenemos, pues, que en Asturias occidental la zona de metafonía no extrema


comprende la franja que marcan, por el oeste (límite con el gallego) los municipios de
Navia, Villayón, Allende e Ibias y, por el este, (límite con el asturiano central) los
municipios de Castrillón, Illas, Las Regueras, Grado, Santo Adriano y Quirós. En esta
zona NO se produce la metafonía en grado extremo, es decir con cambio de timbre; los
dialectólogos perciben aquí cambios en las vocales tónicas cuando la vocal final es
cerrada, cambios que pueden considerarse como de metafonía no intensa.

Asturias central:
Gozón, Carreño: en esta zona se produce el cambio de timbre de la vocal tónica
por efecto de la vocal final cerrada. En 1955 Rodríguez Castellano concretó el área de
inflexión en el centro-sur de Asturias y estableció la distinción entre la cuenca del
Caudal, con los municipios de Lena, Quirós, Riosa, Morcín, Mieres y Aller, en la que

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por influjo de la –u final á > é (guetu) frente a la cuenca del Nalón, con los municipios
de Sobrescobio, Laviana, San Martín del Rey Aurelio y Langreo, en la que á > ó (gotu).
Incluyó también en el área los municipios de Bimenes y Siero, cuya metafonía tiene la
misma forma que la cuenca del Nalón.

Asturias oriental:
Cabrales, Peñamellera Baja, Llanes, Amieva, Piloña, Ribadesella y Caso. En el
oriente de Asturias la metafonía NO llega al grado extremo, es decir, no se produce
cambio de timbre en la vocal tónica.

Cantabria:
Valle de Pas, Selaya, Villacarriedo, Luena, Soba, Arredondo, Saro, Santa María
de Cayón, Penagos, Liérganes, Riotuerto, Ruesga, Voto, Campoo de Yuso, Santiurde de
Reinosa, Tudanca, Cabuérniga y toda la parte oriental (con distinta intensidad y
resultados, que van desde la armonización en el cierre al cambio de timbre).
Penny (1970: 61-65) estudió la metafonía en los valles altos de los ríos Pas,
Miera, Asón y las aldeas de Espinosa que limitan con los valles de Pas y de Soba y halló
que por influjo de –u, á > á (a palatal), é > í, wé > wi, ié > ií, ó > ú: babiru, ispiju,
frisnu, nigru, cistu, agüilu, güibu, puiblu, suigru, abjirtu, njitu, agustu, arruyu, golusu,
muzu, etc.
Fernández Juncal (1999) publicó su estudio sobre el oriente de Cantabria y
señaló que pueden encontrarse distintos grados de metafonía en esta zona. En el más
extremo, con cambio de timbre de la tónica, tenemos los siguientes resultados: á > é, é
> í, ó > ú, ié > í, ué > uí: guetu, quisu, usu, hilu, ‘hielo’, pañuilu. Pero, además, existen
casos de cierre de la vocal tónica sin llegar a convertirse en otro fonema y otros en los
que se produce un simple “oscurecimiento” del timbre de la vocal originaria. Estos tres
grados de inflexión conviven con la pronunciación que sigue las pautas normativas, que
es evidentemente la más prestigiosa y la que demuestra más empuje en la zona.

En definitiva y por lo que se refiere al dominio dialectal que nos ocupa, la


metafonía extrema, con cambio de timbre de la vocal tónica, se ha recogido en el siglo
XX en comarcas fragmentadas del asturiano central, lo que llevó a D. Catalán a pensar
que se trataba de un rasgo típico de todo el asturiano central, relegado después a áreas
marginales y aisladas por el influjo de la lengua oficial y de las hablas urbanas de la
propia Asturias.

Epéntesis de yod en la terminación


Este es un rasgo frecuente en las hablas asturianas: governio, prazio, altio, etc.,
que aparece también en gallego y portugués vulgar: landria, ‘bellota’, acasio, blusia,
etc. Pueden hallarse hoy ejemplos del fenómeno por todo el dominio: candelabrio,
bracio, blandiu, urnia, etc.

Vocales finales
Como en todas las hablas occidentales, en las asturianas hay una fuerte tendencia
al cierre de las vocales finales –o > -u, -e > -i.
En general, en todo el dominio asturiano –o tiende a cerrarse, lo mismo que –e,
presentando el cierre diversos grados que van desde -o, -e hasta –u, -i, con grados
intermedios.
Por lo que se refiere a Asturias, aunque los datos son ya antiguos, se suelen
distinguir apartados distintos, de los que nos interesan sobre todo dos:

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1) Oposición sing. –u / pl. –os.


2) Oposición masc. –u / neutro –o.
1) En el occidente de Asturias la vocal final del masculino singular está
representada por un sonido intermedio entre –o, -u, con oscilaciones que van de –o a –u,
mientras que la vocal final del masculino plural puede conservar el timbre –o. Esto dio
lugar a una oposición fonológica sing. –u, -o / pl. –os, pero esta oposición se ha anulado
en muchos lugares del occidente igualándose los finales -u / -us.
En la zona central la mayoría de los casos apuntan a una oposición sing. –u / pl.
–os. Aquí hay que tener en cuenta dos fenómenos ligados histórica y genéticamente,
como son el cierre de la vocal final y la inflexión metafónica. Parece que en el asturiano
central presentan matices que van desde –u hasta –o aquellas zonas en que no hay
inflexión metafónica, mientras que las zonas inflexionantes presentan –u media en el
masculino singular solo en las palabras con vocal tónica inflexionada.
La zona oriental del asturiano presenta una oposición del tipo llobu / llobos, con
lo que coincide sincrónicamente con el asturiano central, pero no diacrónicamente,
porque aquí no hay metafonía extrema, lo que podría indicar que la fijación de la
oposición sing. –u / pl. –os sería más tardía.

2) Oposición masc. –u / neutro –o.


¿Qué es el llamado neutro de materia? Ya hemos hablado del tema a propósito
de la descripción de algunas características lingüísticas de la comunidad castellano-
leonesa. Fernández Juncal (1999: 81-90) lo explica de la siguiente manera: existe en las
hablas del norte de la península un comportamiento especial de determinados
sustantivos, encuadrados tradicionalmente dentro del grupo de los continuos. Son
nombres que se refieren a sustancias incontables, como leche, metal, barro, pintura.
También pueden referirse a realidades de carácter abstracto, como verdad, miedo. Por
último, se incluyen en el mismo grupo sustantivos que tienen diferente conducta
dependiendo de si son utilizados como contables o como incontables; es el caso de
hierba, melón, queso o cuajada, denominaciones que pueden ser aplicadas tanto a la
sustancia como al objeto singular. De esa manera, encontramos dobletes como queso /
un queso o hierba / una hierba, en los cuales el primer elemento se refiere a la sustancia
y el segundo elemento alude a un solo ejemplar de esa sustancia.
Como ha señalado Fernández Ordóñez (2006, 65-118), el conjunto de
concordancias conocidas como neutro de materia no debe confundirse con la existencia
de un tercer género neutro, ya que todos los nombres que reciben interpretación
continua son, desde el punto de vista léxico, masculinos o femeninos, tal como
muestran los determinantes, los cuantificadores y los adjetivos prenominales (el/ este/
mucho/ buen pelo; la/ esta/ mucha/ buena lana, frente a *lo/esto/mucho/bueno pelo o
*lo/esto/mucho/bueno lana). Cuando el nombre masculino o femenino se interpreta
como discontinuo, los elementos concordantes emplean una morfología diversa (-u / -a:
un ~ el pelu blancu, una ~ la manzana madura) que cuando se interpreta como continuo
(-o: el pelo blanco, la manzana maduro). Se trata, por tanto, de una concordancia
basada en rasgos de carácter semántico, no léxico, y equiparable a otras concordancias
ad sensum.
Determinados comportamientos de tipo sintáctico y fonológico que muestran
estos sustantivos continuos han sido analizados bajo la denominación de neutro de
materia, que hace referencia a un fenómeno muy característico y que ha despertado el
interés de los dialectólogos. Se llama neutro de materia, pero no es exclusivamente una
cuestión de género gramatical y no afecta exclusivamente a sustantivos de materia.

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a) En determinadas zonas de Asturias la –o final aparece en los sustantivos de


materia y la –u final en los sustantivos contables, de manera que nos
encontramos con casos como los de tabaco, vino, dinero, frente a prau, vasu
o pozu. La oposición sirve para distinguir el uso continuo y discontinuo de
los sustantivos que tienen ambos significados, como queso / un quesu o pelo
/ un pelu. La oposición –o / -u finales no es sistemática y no comprende toda
la zona de expansión del neutro.
b) El sistema con el que con más claridad se manifiesta el neutro de materia es
la adjetivación: los sustantivos de materia van acompañados de un adjetivo
que formalmente tiene forma masculina (la –o final en todas las variantes) o,
en su caso y en las zonas donde existe la oposición fonológica, terminación –
o frente a las terminaciones –u del masculino y –a del femenino. Al igual
que ocurre con el sustantivo, en estas zonas la terminación del adjetivo puede
indicarnos si un sustantivo se usa como discontinuo o no: (un pan bien cocíu
frente a pan cocío). La forma neutra se respeta incluso en aquellos casos en
que los sustantivos de materia son formal y normativamente femeninos. La
aparente falta de concordancia en el género fue lo primero que llamó la
atención de los dialectólogos, que apuntaron ejemplos como los siguientes:
mantega rancio / ranciu; la leña está seco; gústame sembrá la cebolla
blanco, frente a apúrreme la cebolla blanca, ‘dame la cebolla blanca’.
c) El fenómeno solo se produce si el sustantivo en cuestión está en singular. Si
está en plural, se comporta como el resto de los sustantivos discontinuos.
d) El comportamiento normativo también se repite en el caso de los elementos
prenucleares y, así, la concordancia del artículo responde al uso habitual en
español: el cristal, la pasta, el agua, etc. Lo mismo ocurre en general con los
cuantificadores indefinidos, los demostrativos, etc.; se dice esta carne, toda
la leche, mucho pelo, etc.
e) Se encuentra también el neutro en los participios que hacen el oficio de
adjetivos: comío, batío, rompío, etc.
f) Se respeta la terminación de neutro en los adjetivos con aumentativos,
diminutivos y superlativos: leche calentuco, la sopa tá calentino, la gasolina
tá carísimo.
g) En la zona del oriente de Asturias y occidente de Cantabria, aparece la
oposición de los pronombres /lo/ neutro / /lu/ masculino, de manera que el
primero queda reservado para los nombres continuos y el segundo para los
discontinuos: el jatu lu he comprau en Torrelavega frente a Yo la leche ni lo
pruebo. En cambio, en el oriente y centro de Cantabria, donde está muy
extendido el leísmo, varía la oposición, pero /lo/ se usa casi sistemáticamente
para referirse a los nombres continuos: la harina hay que colarlo; coges el
arroz y lo cueces; si quieres buena madera tienes que secarlo.
h) El pronombre ello sirve para referirse a los nombres incontables (Mari no
vino por la leche y me quedé yo con ello), frente a los pronombres él, ella,
que se refieren a nombres contables (se me ha estropeado el coche y no sé
qué voy a hacer sin él; cogió la alfombra y tiró de ella).
i) Los posesivos también están bajo el influjo del neutro de materia: la leche
mío es mucho mejor.
j) Los cuantificadores mucho, poco, tanto, demasiado adaptan su terminación
al tratamiento dialectal de los continuos: yo, leche, es que tomo poco.
k) En algunas zonas de Asturias se establece oposición entre /cuál/, /cuála/
/cuálo/ dependiendo del género del sustantivo: en el Cabo de Peñas: ¿Cuál

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ye? (para preguntar por una persona) frente a ¿Cuálo ye más güeno? (para
preguntar por dos telas).

Después de que Menéndez Pidal llamara la atención sobre la existencia del


fenómeno en 1906, han sido muchos los dialectólogos que se han ocupado del tema,
aclarando progresivamente su funcionamiento y reparto geográfico. Fernández Ordóñez
(2006, 65-118) ha certificado la existencia del fenómeno, con distintas manifestaciones,
en una amplia franja “que discurre desde la cornisa cantábrica hasta Toledo”; al menos
en los pronombres de objeto (no en adjetivos), la concordancia de materia se da en toda
Castilla occidental y central, desde Palencia y Burgos hasta Toledo.

Manifestación del neutro de materia en adjetivos y participios


Tomado de I. Fernández Ordóñez, RHLE 2, 2007, p. 31

Vocales finales palatales


En las formas nominales y adverbiales, en el asturiano occidental hay vacilación,
con mayor frecuencia de –e: tseite, nueite, anueiti, fonti, etc.
En Asturias central y oriental, en general –e > -i, aunque con excepciones (Lena,
por ejemplo, conserva –e).

Cierre de –as, -ais, -an


En un territorio reducido que coincide más o menos con el asturiano central, la –
-a de estas desinencias palataliza en –e (-es, -eis, -en). Ejemplos actuales son: cases
blanques, fabes, les cabres, yeres, ‘eras’, decíes, cantabes, cantabeis, canten, ‘cantan’,
tiraes, ‘tiradas’, etc.
En Asturias este fenómeno se conoce hoy por la costa desde Avilés hasta
Ribadesella, y por el interior desde Pola de Lena hasta Cangas de Onís; no practican el
cambio la parte sur de los concejos de Lena y Aller. Se desconoce en todo el occidente
de Asturias y en todo el oriente asturiano a partir del límite de los concejos de
Ribadesella y Llanes.

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Conservación de –e tras –d
Un fenómeno vocálico relativamente frecuente en asturiano, aunque esporádico,
es la conservación de –e tras –d, que aparece sobre todo en comarcas occidentales de
Asturias, con terminación en –e, -i: parede, paredi, rede, redi, etc. Hoy en buena parte
de esta zona se conserva la vocal final solo cuando la tónica es é: rede, sede, parede,
céspedi, huéspede, etc.

F- inicial latina
En el siglo XX la conservación de F- comprendía el asturiano occidental y
central mientras que se aspiraba, confundiéndose la aspiración con la velar fricativa
sorda /x/, en el oriental.

Palatalización de L-
La palatalización de [l-] inicial latina, común a todo el dominio asturiano leonés
bajo distintos resultados fonéticos, es uno de los rasgos más definitorios de la variedad
frente a los romances vecinos. En el siglo XX la palatalización de L- inicial se
mantenía, con variantes fonéticas: [l̮ ], [y], [ŝ], [ĉ], [ḓ] cacuminal.
La palatalización en [y] corresponde a una zona del gallego-asturiano occidental:
Coaña, Armental, Villacondide y Navia: yareira, yingua, yao, ‘lado’, etc.
La palatalización en [l̮ ], palatal lateral sonora, es propia del área más extensa: en
el gallego-asturiano desde el Porcia hasta el Navia, en la parte nororiental de la variedad
asturiana occidental, en el asturiano central y oriental: llado, llargo, llombo, lluz,
llamber, llengua, llobo, lluna, etc.
Otras soluciones a las que ha llegado la primitiva palatalización de L- inicial son
las soluciones africadas sordas, que van de la dentoalveolar a la palatal propiamente
dicha. Estas soluciones son propias de una gran parte del asturiano occidental y del
asturiano central meridional.
La articulación primitiva debía de ser [ŝ], pero por influencia de [ĉ],
característico de la lengua oficial (procedente de otras etimologías) y también del propio
dialecto, la [ŝ] y la [ĉ] se han interferido con frecuencia, dándose en unos casos la
asimilación de [ŝ] a [ĉ], que ha sido lo más frecuente, y en otros casos la asimilación
contraria. Dado el estado de confusión, ya hace muchos años que Rodríguez Castellano
señaló que posiblemente en una generación más el fonema /ŝ/ desaparecería, sustituido
por / ĉ /, lo que no ha sucedido hasta ahora. Ejemplos: ŝinu, ‘lino’, chobu, ŝobu, ŝingua,
ŝaciana, ŝana, ŝuiñi, ‘lejos’, chombu, ‘lomo’, etc.
Hay que tener en cuenta que el mismo fenómeno (realización [ŝ], [ĉ]) se da en
numerosas palabras con –LL- latina y /l̮ /, palatal lateral sonora, en castellano, en
posición intervocálica, e incluso en palabras que en castellano tienen [x], velar fricativa
sorda, procedente de –LY-, -C’L- y –G’L-, de modo que confluyen en un mismo
resultado chobu, vache, ovecha, ‘lobo’, ‘valle’, ‘oveja’.
Por lo que se refiere al asturiano, Viejo (2005: 240) destaca que en la mayor
parte del occidente y zonas del asturiano central la palatalización de [l-] inicial latina
presenta como resultado la llamada che vaqueira, “denominación bien confusa que
esconde en realidad varias articulaciones fonéticas distintas que reduzco a dos tipos
básicos: la más extendida ͡ʦ/ [ŝ], prepalatal-alveolar, junto con su correspondiente
sonora /ʣ̑/”. En su opinión, el valor fonológico de las soluciones de /l-/ por los distintos
subsistemas locales tiene que entenderse en relación con otros fonemas palatales,
históricamente originados en distintas unidades o grupos latinos con los que, en alguna
ocasión, converge o diverge; se refiere a los resultados de [-ll-] y de [-lj-, -k’l, -g’l-]. Es
interesante destacar su observación de que en el área de la llamada che vaqueira, este

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resultado puede convivir con [l̮ ]. “En alguna ocasión – señala – la alternancia de [ŝ] y [l̮ ]
se rige por la variable de edad, siendo la segunda más propia de generaciones más
jóvenes. En otros casos, [l̮ ] muestra un mayor grado de penetración en el habla de villas
cabeza de comarca o lugares cercanos (más afines, por tanto, a los usos del asturiano
central, frente a otros lugares más rurales de su entorno […] Otras veces son diferencias
locales de registro estilístico las que favorecen [l̮ ]”.
Otra solución, menos frecuente, es la retrofleja o cacuminal [ḓ], que aparece en
parte de los concejos suroccidentales de Degaña y San Antolín de Ibias (Sisterna, El
Bao, Tablado, El Corralín) y en el sur del concejo centro asturiano meridional de Aller
(Felechosa y Casomera). Esta solución presenta dos variantes:
- oclusiva, fundamentalmente sonora, típica de Sisterna [ḓ]: ḓuna, ḓeiti, ḓabrar,
ḓingua; lo mismo sucede cuando se trata de –LL- latina, vaḓi, ‘valle’.
- africada semisorda o sorda, característica del sur del concejo de Aller (Felechosa y
Casomera) [dŝ]: dŝeña, dŝau, dŝimaz, ‘limaco’; también en posición intervocálica
procedente de –LL- latina, vadŝe, ‘valle’.
Recordemos que la solución retrofleja se da también, en las mismas
circunstancias, en sardo y en siciliano y que la africada palatal sorda, procedente de
otras etimologías, se halla también en el Alto Aragón.

Palatalización de N-
Palatalización paralela a la anterior, si bien de carácter esporádico, de la que
encontramos ejemplos en Juan del Enzina y Lucas Fernández: ño, ñascer, ñombre,
ñubloso. Lo más probable es que el fenómeno estuviera reducido a algunas palabras, es
decir que estuviera lexicalizado, y que fuera propio, más que del dialecto, del castellano
vulgar de todas las regiones, ñudo, ñuca, ñogal.
El fenómeno tiene una cierta vitalidad en el centro y oriente de Asturias, a partir
de Pola de Lena, sobre todo en Piloña, Infiesto, Cangas de Onís y Cabranes: ñarigudu,
ñeñu, ñata, ñudu, ñegru, ñube, ñaide, etc.

J-, G+e, i
El asturiano, de acuerdo con la generalidad de las lenguas románicas, pero en
oposición al castellano, conserva ante vocal de la serie anterior la consonante palatal
nacida de G+ e, i, J- iniciales latinas. El dialecto antiguo daba a estos sonidos la solución
palatal fricativa sonora, lo mismo que el portugués y, por lo que respecta a J-, tanto si le
seguía vocal anterior como posterior, mientras que en castellano la solución es distinta
según sea la vocal anterior o posterior. (Recordemos GENESTA > hiniesta, ‘retama’;
GENUCULU > hinojo; JENIPERU > enebro; JECTARE > echar, pero JURARE >
jurar; JUGU > yugo; JAM > ya, etc.)
El asturiano moderno, lo mismo que el gallego, ha ensordecido la palatal.
Actualmente /š/, grafía x, es normal en todo el asturiano: xelar, xente, xineru,
xineiru, xinoyu, xigante, xudiu, xueves, xuncir, etc.

Grupos iniciales PL-, CL-, FL-


Los grupos latinos PL-, CL-, FL- tienen distintas soluciones.
En Asturias, la solución africada palatal sorda /ĉ/ es propia del occidente de
Asturias, tanto del área del gallego-asturiano como del asturiano occidental.
Encontramos /ĉ/ en Castropol, Luarca, Belmonte, Teberga, Sisterna, Somiedo y Quirós.
En algunas ocasiones el resultado es la africada /ŝ/ y en otras, donde hay dental africada
sorda [ŝ], [ĉ] y [ŝ] se confunden en uno u otro sentido.

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Dialectología Sincrónica del español 2019-2020

El límite oriental de PL-, CL-, FL > /ĉ/ no está muy bien establecido pero
sabemos que en la mayor parte del asturiano central hay /l̮ /, palatal lateral sonora,
solución que es la única en la parte oriental. En el Alto Aller la solución castellana, que
es la primitiva, ha dado lugar a la palatal central, es decir, hay yeísmo: yorare, yaneza.
Ejemplos del asturiano occidental son chanu, chenu, chamar, chover, chantén, chamar,
chegar,etc.

Sonidos o secuencias de sonidos que dan la solución /š/, prepalatal fricativa sorda,
(en posición interior o inicial).
Este fonema, tan característico del asturiano y de las hablas altoaragonesas, es el
resultado de la neutralización de /ž/ y de /š/ en un solo fonema, el fonema sordo, que no
evolucionó a /x/, velar fricativa sorda, en áreas dialectales.
Procede de los siguientes sonidos o grupos latinos:
1º) De /ks/ (x ortográfica en latín): dixo, deixar, coxo, enxame, ‘enjambre’, etc.
2º) De –SS-: baixo, baxo, paxaru, etc.
3º) De –SC + e, i-: pexe, peixe, eixada, ‘azada’.
4º) De J-, G + e, i-, iniciales o mediales: xente, fuxir.
En la actualidad /š/ tiene bastante vitalidad en Asturias.

Consonantes interiores dobles y agrupadas

-LY-, -C’L-, -G’L-


El resultado ll, /l̮ /, palatal lateral sonora, puede considerarse como el normal en
asturiano, pero sufrió distintas evoluciones en diferentes áreas.
En el asturiano nos encontramos con un área de /l̮ / > /ŝ/, /ĉ/, el área centro-sur
más occidental, allí donde L- > /ŝ/, sobre todo Luarca, Cangas de Narcea, Belmonte,
Lena, Somiedo y suroeste de Asturias), identificándose así tsobu y uretsa, ‘oreja’;
excepcionalmente aparecen casos de /y/: fiyu.
En el norte del asturiano occidental, en el asturiano central y en el oriental
encontramos siempre /y/: aguya, muyer, panoya, fiyu, fueya, etc.
En algunos puntos de esta área de /y/, este sonido se ha perdido tras [i], e incluso
tras [e]: fiu, guiada, ‘aguijada’, tea, ‘teja’, uvea, ‘oveja’, fuea, ‘hoja’, etc.

-LL- latina
En parte del gallego-asturiano, de Castropol a Tapia, -LL- > /l/, como en gallego
y portugués: bulir, portela, martelo, amarelo, etc.
En Asturias, de Tapia a Navia –LL- > / l̮ /, palatal lateral sonora; en el resto de
Asturias puede aparecer /y/ donde –C’L-, -G’L- y –LY- > /y/ y /ŝ/, /ĉ/ donde –C’L-, -
G’L- y –LY- dan /ŝ/, /ĉ/.
Un caso especial es el de Sisterna donde –LL- coincide con L- en el resultado
cacuminal: gaḓía, ‘gallina’, vaḓi, ‘valle’, gaḓegu, ‘gallego’, etc.

El grupo –MB- latino


Es característica del asturiano su conservación
Hoy todavía quedan voces con mantenimiento de -MB- en Asturias: llamber,
lamber, palomba, camba, tsombu, chumbo, ‘plomo’, etc.

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-CT-, -ULT-
La solución –it- ha sido siempre occidental en el dominio asturiano.
Actualmente la mayor parte del dominio presenta la solución /ĉ/, con la variante
/ŝ/ en algunas zonas donde aparece este fonema. Solo la franja más occidental a lo largo
del dominio conserva –it-: Luarca, Pola de Allande, Santa Olaya, Villaoril, alto curso
del Narcea, Somiedo, Sisterna: feito, tseite, truita, peito, oito, feleitu, ditu, etc.

Grupos romances de fricativas a consecuencia de la pérdida de una intertónica


Es muy típico de las hablas asturianas la conversión en /l/ de la primera de dos
consonantes en contacto de los grupos p’t, b’t, u’t, p’d, u’d, u’c, t’c, d’c, t’m:
-b’d- > -ld-: recaldo, delda, caldal, ‘caudal’.
-d’g- > -lg-: julgar, julgado, portalgo.
-d’m- > -lm-: selmana
Se modifica la primera de las consonantes del grupo. Hoy se conservan palabras
que muestran el fenómeno en asturiano central y occidental: selmana, pielga, ‘cosa de
poco valor’, recoldo, mayoralgo, caldal, xulgar, etc.

Grupo romance –m’n-


La solución extrema –m- de este grupo aparece hoy aisladamente en asturiano
occidental y central: nome, ome, fame, etc.

Fonética sintáctica. Encuentro de consonantes en posición final de palabra e inicial


de otra.
La asimilación de preposición + artículo se produce hoy en gran parte de la
provincia de Asturias; con las preposiciones en, con, por las contracciones dan lugar a
nu, na, eno, ena, cunu, cuna, pol, pola, etc.
Estas asimilaciones son en general de carácter progresivo, ya que el elemento
inductor precede al inducido, pero también las hay regresivas, pola, ‘por la’, aunque en
menor proporción.
En Asturias hoy es bastante abundante la pérdida de –r del infinitivo ante
cualquier enclítico, incluso ante los artículos: matalu, quemate, lavanos, mata’l carneru,
etc.; lo mismo sucede cuando el enclítico comienza por y: pegayes, ‘pegarles’, o por
vocal, pega-is, pega-i,).

EQUIVALENCIAS RFE / AFI

Nasal palatal sonora: /n̮/ /ɲ/


Lateral palatal sonora: /l̮ / /ʎ/
Fricativa palatal sonora: /y/ /ʝ/
Africada palatal sorda /ĉ/ /ʧ̑/
Prepalatales fricativas sorda / sonora: /š / /ž / /ʃ/ /ʒ/
Dentoalveolares africadas sorda / sonora: /ŝ / /ẑ/ / ʦ͡ /ʣ̑/

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BIBLIOGRAFÍA CITADA

FERNÁNDEZ JUNCAL, Carmen (1999): Variación y prestigio: estudio sociolingüístico en


el oriente de Cantabria. Madrid: CSIC.
FERNÁNDEZ ORDÓÑEZ, Inés (2006, 2007): «Del cantábrico a Toledo: El neutro de
materia hispánico en un contexto románico y tipológico», Revista de Historia de
la Lengua Española 1: 67-118 y 2: 9-81.
PENNY, Ralph J. (1970): El habla pasiega. Ensayo de dialectología montañesa.
Londres: Tamesis Books Limited.
VIEJO, Xulio (2005): La formación histórica de la lengua asturiana. Uviéu: Trabe.

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