Ortuño Merged
Ortuño Merged
Ortuño Merged
)
© Vicepresidencia del Estado / Centro de Investigaciones Sociales
© Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
La Paz, Bolivia. Diciembre, 2016.
Pp. 149-186
ISBN 978-99974-62-22-0
Ortuño, Armando
[email protected]
Palabras clave:
Acceso y uso, Internet, desigualdades, brecha digital
Capítulo 1
Resumen
La investigación ha explorado las principales tendencias de cambio de las desigual-
dades en el acceso y uso de Internet en Bolivia en el último quinquenio (2010-
2015), a partir de un análisis de encuestas cuantitativas. Se ha analizado la rela-
ción entre estas disparidades y las desigualdades históricas y estructurales del país
en términos de género, nivel socioeconómico, educación, lugar de residencia y
edad.
Se ha evidenciado una reconfiguración en el uso de Internet durante ese
periodo. Los factores sociodemográficos o de equipamiento tecnológico aso-
ciados con las desigualdades de acceso y uso han ido variando en su impor-
tancia: las variables ligadas con la localización del usuario o la disponibilidad
de infraestructuras tecnológicas tradicionales están perdiendo fuerza, mientras
que aumenta la importancia de las diferencias socioeconómicas y generaciona-
les entre los usuarios. Parecen convivir en el país dos tendencias simultáneas:
una primera de convergencia de todos los grupos hacia un nivel de uso más
frecuente pero aún mediocre con relación a los estándares regionales, y una
segunda relacionada con la aparición de grupos minoritarios vanguardistas que
están alejándose rápidamente de ese promedio. Estos últimos están compuestos
mayormente por jóvenes de clase media y alta. La expansión de las tecnologías
móviles y las disparidades por edad y nivel socioeconómico tienen un rol clave
en ambos procesos.
El perfil de utilización de Internet se concentra en actividades de entreteni-
miento y de interacción en las redes sociales. Hay una incipiente aplicación para
prácticas educativas, laborales y empresariales complejas. En la educación formal
tiene limitados impactos, pues estas transformaciones están siendo impulsadas
sobre todo por mejoras en el ámbito de la infraestructura tecnológica, por la ex-
pansión de los mercados de telecomunicaciones y por la iniciativa y motivación
individual de los usuarios.
Palabras clave: acceso y uso, Internet, desigualdades, brecha digital.
150 | Bolivia digital
Abstract
Access and Use of the Internet in Bolivia: Old and New Inequalities
This research has explored the major trends of change in inequalities in regard to access and
use of the Internet in Bolivia in the last years (2010-2015), based on an analysis of several
quantitative surveys. We have analysed the relationship between these disparities and the histori-
cal and structural inequalities in the country in terms of gender, socioeconomic status, education,
place of residence and age.
This study builds on evidence that an Internet use reconfiguration has taken place in this
period. Sociodemographic or technological equipment factors associated with inequalities in access
and use have varied in importance: the variables linked to user location or availability of traditional
technological infrastructure are breaking down, while increasing the importance of socioeconomic
and generational differences among users. Two simultaneous approaches seem to coexist in the
country: the first approach would be the convergence of all groups aiming at a level of more frequent
used but still lackluster compared to regional standards; the second approach would be related to the
appearance of avant-garde minority groups that are rapidly receding from the average. The latter
are mostly composed of young people from the middle and upper classes. The expansion of mobile
technologies and disparities of age and socioeconomic status play a key role in both processes.
The Internet user profile focuses on entertainment and interaction in social networks. There
is an emerging application to complex educational and employment/business practices. It would
have a limited impact in formal education, as these changes would be driven primarily by im-
provements in the area of technological infrastructure, through the expansion of telecommunica-
tions markets and by individual initiative and user motivation.
Keywords: Access and use, Internet, inequalities, digital gap.
Introducción
Desde hace 30 años, la constante expansión y desarrollo de las Tecnologías de
Información y Comunicación (TIC) se ha convertido en un elemento fundamen-
tal de las transformaciones que están experimentando las sociedades humanas
contemporáneas. Las TIC se suelen referir a un conjunto bastante amplio de
herramientas, infraestructuras y programas que tratan, administran, transmiten y
comparten información mediante soportes tecnológicos. Las telecomunicaciones,
la informática y sobre todo Internet son las más sobresalientes.
Como cualquier tecnología, las TIC modernas son el producto de los pro-
cesos históricos y sociales que han reestructurado la naturaleza del capitalismo
global y del funcionamiento de las sociedades desde mediados de la década de
los setenta del siglo XX. El surgimiento y desarrollo de estas tecnologías ha sido,
desde sus inicios, un proceso social complejo en el que los individuos y grupos se
han ido apropiando de ellas, adaptándolas y modelándolas de acuerdo con sus
necesidades, expectativas, cultura y valores.
La particularidad de este momento histórico es que Internet se habría cons-
tituido en “el corazón de un nuevo paradigma sociotécnico que constituye en
El acceso y el uso de Internet en Bolivia: antiguas y nuevas desigualdades | 151
1 El Barómetro de las Américas realizado por el Proyecto de Opinión Pública de América Latina
(LAPOP), www.lapopsurveys.org. Para más detalles, véase el Anexo 1.
2 Para más detalles, véase el Anexo 5.
El acceso y el uso de Internet en Bolivia: antiguas y nuevas desigualdades | 153
4 “providing software and hardware and not paying enough attention to the human and social
systems which must change for technology to make a difference […] characteristics of Internet
users play a more important role in shaping Internet adoption and use than the characteristics of
the network” (Nemer, 2015: 2).
El acceso y el uso de Internet en Bolivia: antiguas y nuevas desigualdades | 155
Así pues, las políticas de inclusión digital implican una combinación de inicia-
tivas en el ámbito de las infraestructuras, redes y equipamientos que facilitan el ac-
ceso a las TIC, en la mejora de las habilidades, la educación y los activos culturales,
y en la promoción de la participación e involucramiento de los ciudadanos en las
decisiones tecnológicas que les conciernen (Parsons y Hick, 2008; Nemer, 2015).
De esta manera, el sesgo tecnocéntrico y de arriba-abajo de las políticas sobre las
TIC está evolucionando hacia una visión en la que lo estratégico es la articulación
armónica de sus componentes técnicos, educativos y socioculturales con la parti-
cipación de los propios usuarios y de las comunidades que aspiran a beneficiarse
de ellos. Solo así las TIC podrían aportar efectivamente a una mayor autonomía y
desarrollo de las capacidades de los ciudadanos, superando la visión que las entien-
de únicamente como un problema de consumidores o de desarrollo de mercados.
5 “In order to include someone digitally […] seeks perspectives and policies that create opportunities
so that the marginalized are able to participate, question, produce, decide, change and become
an integral part of social dynamics in all instances. Such perspectives are summarized in one
ideology: appropriation of technology” (Nemer, 2015: 3).
156 | Bolivia digital
Durante mucho tiempo se asumió que los beneficios de las TIC llegarían a
todos en la medida en que su acceso se fuera generalizando en un esquema similar
al que se estaba produciendo en los países de mayor desarrollo. Se recomendaban
paquetes estándar de políticas públicas para enfrentar la brecha digital según el
nivel de desarrollo: los países de rentas bajas debían preocuparse de introducir y
financiar infraestructuras públicas y privadas de TIC; los de rentas medias-bajas,
fomentar capacidades en el manejo de TIC y adecuarlas al contexto local; los de
rentas medias-altas debían avanzar hacia el acceso universal y a una diversifica-
ción de los servicios en estas plataformas; y los de rentas altas, promover el acceso
universal a la banda ancha y a una sociedad del conocimiento.
Esta visión escalonada tenía un sesgo ideológico, puesto que recomendaba la
regulación y participación pública en los estados iniciales, pero al final proponía
avanzar hacia una desregulación y privatización del sector.
La continua innovación en el mundo de las TIC está también contribuyendo
a descomponer estos enfoques restringidos. El costo de las infraestructuras y los
equipamientos se está reduciendo a un ritmo inédito, así como la revolución de
los móviles está transformando el panorama de las TIC de manera estructural y
disminuyendo los costos de su expansión. Buena parte de este nuevo contexto,
que está en pleno desarrollo en la actualidad, no ha sido producto de políticas
públicas, sino de la fuerza del mercado, en particular debido al crecimiento de la
industria de telecomunicaciones móviles.
La mayor parte de los países en desarrollo están avanzando rápidamente en
la mejora de la cobertura de sus redes e infraestructuras de TIC, impulsados por
el desarrollo de los dispositivos móviles. La utopía de una computadora en cada
aula o para cada estudiante se ha vuelto una política al alcance de la mayoría de
los países. Sin embargo, estos avances están poniendo cada vez más el foco en las
capacidades de los ciudadanos para aprovechar estas oportunidades en contextos
de mayor complejidad y diversidad tanto cultural como social.
No comprender las relaciones entre las desigualdades e inequidades estruc-
turales y esta nueva realidad tecnológica podría hacer que la proliferación de
smartphones baratos y escuelas con Internet sean solo un espejismo de progreso
y que el fortalecimiento de la autonomía de las personas y comunidades se siga
postergando.
nera en la que estas tecnologías irrumpen en las vidas de estos jóvenes, y cómo
son adaptadas e incorporadas a sus prácticas culturales y expectativas. En este
estudio pionero, Internet ya aparece como un espacio central e insoslayable de las
prácticas sociales y de comunicación de los jóvenes de barrios populares, pese a
las grandes limitaciones de conectividad que debían enfrentar. Hay evidencias de
aprendizajes valiosos en esas dinámicas, pero concentradas en prácticas lúdicas
o de entretenimiento, y muy poco utilizadas para el desarrollo de capacidades
educativas y laborales. Se trataría de procesos sin ningún encuadramiento público
o del sistema educativo, donde son determinantes los intereses y las habilidades
individuales, el apoyo del grupo de amigos o la colaboración –no siempre altruis-
ta– de algunos operadores privados: los dueños de los cibercafés.
En los últimos años han aparecido investigaciones que continúan en la senda
abierta por los dos textos anteriormente reseñados, con diverso grado de comple-
jidad metodológica. Hay, por ejemplo, algunos reportes que se han enfocado en
levantar información por medio de encuestas y sondeos sobre las prácticas y com-
portamientos de los estudiantes con relación a las TIC (Terrazas e Ibarra, 2013;
Farfán, Medina y Cacheiro, 2015). El estudio de Farfán et al. es quizás el más
completo; se trata de una exploración exhaustiva de las dimensiones estratégicas
de la inclusión digital en el ámbito escolar de Tarija, basada en encuestas sobre el
uso de TIC por estudiantes y profesores, y una recopilación de información sobre
el equipamiento y la formación en estas tecnologías en esa ciudad. El reporte
profundiza la cuestión de los usos educativos de estos medios, pero no desarrolla
las diferencias sociales o de género existentes.
Mamani, Gutiérrez y Vaca (2015) exploran cinco ejemplos de movilizaciones
ciudadanas con alta participación de los jóvenes en Santa Cruz, en las que se uti-
lizaron intensamente redes sociales. Es una interesante radiografía de la creciente
importancia de estas herramientas en la vida pública de los jóvenes urbanos y
también es un estado de situación de la aparición de vanguardias de usuarios que
las están empezando a aplicar en una gama cada vez más relevante de actividades
ya no solo de entretenimiento.
Todos estos trabajos recientes evidencian la creciente importancia de los mó-
viles y de las redes sociales en los patrones de uso de estas tecnologías por par-
te de los jóvenes. Estas tecnologías aparecen en el centro de las experiencias de
comunicación y de entretenimiento más relevantes de este segmento social. Se
identifica también la necesidad de intensificar los esfuerzos para acompañar y
reforzar la mejora del equipamiento en TIC en los centros educativos con nuevos
programas de capacitación e instrumentos pedagógicos para que tanto docentes
como alumnos los aprovechen eficazmente. El uso educativo de Internet aparece
todavía muy ligado con la iniciativa individual de los propios jóvenes y de algunos
profesores.
Finalmente, Osorio (2013) realiza una de las pocas –si no única– evaluaciones
con métodos multivariados de las brechas en el uso de las TIC en función de va-
160 | Bolivia digital
de estratos sociales con ingresos que les permiten ya no ser considerados pobres,
pero que siguen siendo vulnerables a los vaivenes de la coyuntura (del 28% al
45% entre 2000 y 2012). La educación primaria casi se ha universalizado y dos de
tres bolivianos completaron la educación media, evolución que está erosionando
lenta pero constantemente las brechas en esta crucial dimensión entre las zonas
urbanas y rurales, y sobre todo entre hombres y mujeres (véase Cuadro 2.1.1.
para mayores detalles).
Por supuesto que hay aún mucho por resolver, considerando la magnitud de
los rezagos de inicio, pero los impactos de estas transformaciones no son menores
y recién se están percibiendo en toda su dimensión con la aparición de nuevos
patrones de consumo, comportamientos diferentes frente a los bienes públicos y
al mercado, y variaciones en las expectativas de bienestar e incluso en las estéticas
y las identidades. La generación boliviana de mediados de este decenio es posi-
blemente la más educada, joven, urbana y con mayores ingresos y expectativas de
la historia del país.
Paralelamente, el impulso de la inversión pública y la expansión simultánea
del mercado están mejorando en poco tiempo la disponibilidad de infraestruc-
turas modernas, principalmente en vías de comunicación, telecomunicaciones y
energía. En un decenio, gran parte del territorio está logrando acceso a electri-
cidad (90% de la población en 2013) y la cobertura de la telefonía celular se ha
expandido hasta llegar a 103 conexiones por 100 habitantes, casi al nivel de los
países más avanzados de la región. Hay que precisar que esto no solo ha sido po-
sible por el aumento de los recursos en el país, sino también por el abaratamiento
que muchas tecnologías han experimentado en ese mismo periodo.
En resumen, Bolivia es un país donde la modernización infraestructural-tec-
nológica y la movilidad social son fenómenos relativamente recientes. Como se
verá más adelante, este no es un dato menor a la hora de evaluar la manera en
la que se están configurando las desigualdades en el acceso y uso de Internet en
interacción con las viejas y nuevas inequidades, producto de la manera en la que
su desarrollo económico y humano se está produciendo.
Telefonía móvil
Nro. de abonos telefonía celular 582.620 9.493.207 10.425.704 10.729.635 ATT
(*)
Abonos de telefonía celular por cien 7 94 102 103 Elab. propia
habitantes
% de “teléfonos inteligentes” en 0,0% 4,8% 11,4% 17,1% ATT
los abonos de telefonía celular (*)
164 | Bolivia digital
Acceso a Internet
Nro. de conexiones/abonos a 71.495 1.966.732 3.559.239 4.981.685 ATT
Internet (*)
Coneciones de Internet por cien 1 20 35 48 Elab. propia
habitantes
% Conexiones a Internet en 7,8% 4,6% 3,6% ATT
terminales no móviles (ADSL, wifi
y otros) (*)
% Conexiones a Internet en 11,8% 8,2% 5,7% ATT
modem USB (2.5-4G) (*)
% Conexiones a Internet en 80,4% 87,1% 90,3% ATT
terminales móviles (GPRS/EDGE y
2.5-4G) (*)
% Conexiones con Internet mayor a 59,0% 54,1% 39,2% ATT
256 kbps (*)
% Conexiones con Internet entre 38,1% 45,3% 72,0% ATT
256 y 1024 kbps (*)
% Conexiones con Internet mayor a 2,9% 0,6% 1,2% ATT
1024 kbps (*)
% de sitios web visitados desde 0,0% 5,6% 17,9% 39,5% 48,6% gs.statcounter.com
dispositivos
móviles (**)
(*) Dato a diciembre de cada año.
(**) Dato a diciembre de cada año hasta 2014 y de abril de 2015.
Fuente: elaboración propia, 2016.
140
121
120 115
103
100
78 78
80
69
60
47
39
40
19 22
20 13 11
0
Suscriptores de móviles Usuarios de Internet Hogares con Internet
(por cien personas) (por cien personas) (por cien personas)
Países desarrollados (**) América Latina y El Caribe (*) Bolivia (***) África (**)
Fuente: elaboración propia a partir de datos de ITU y BID (*) 2011-2013, (**) 2013-2014, (***) 2013-2014.
El acceso y el uso de Internet en Bolivia: antiguas y nuevas desigualdades | 165
6% 8%
100 16%
12% Todos los días
28% 14% 31% 39%
80 10% 16% Alguna vez por semana
9%
18% 7% Alguna vez al mes
16%
60
13% Rara vez
40 Nunca
55% 53% 48%
20
0
2010 2012 2014
Fuente: elaboración propia a partir de datos de Barómetro de las Américas por el proyecto LAPOP. Disponible en www.lapopsurveys.org.
166 | Bolivia digital
2010 2014
Fuente: Elaboración propia con datos del Barómetro de las Américas para el Proyecto LAPOP. Disponible en www.lapopsurveys.org.
Las mayores brechas son las socioeconómicas y por edad, en las cuales las
diferencias en el nivel de utilización son significativas. Existen también dispa-
ridades según lugar de residencia, autoidentificación indígena y por género,
aunque relativamente menos marcadas que las dos primeras. El Cuadro 2.1.2
muestra que se ha producido una tendencia de aumento de usuarios en casi
todos los segmentos durante el periodo 2010-2014, incluso entre los más desfa-
vorecidos, como es el caso de las zonas rurales, de los pobres o de los mayores
de 40 años.
7 Se ha construido un indicador para el nivel socioeconómico a partir de datos sobre el acceso del
hogar del entrevistado a servicios básicos y la cantidad de bienes que posee.
168 | Bolivia digital
Figura 2.1.3 Relación entre nivel e intensidad de uso de Internet en Bolivia (2014)
80
NSE Alto/M. alto
15-18 años
Nivel de uso (% de usuarios de Internet)
60
No indígena
Hombre
40 26-39años Ciudad capital
NSE Medio Ciudad mediana
Mujer
Aymara Quechua
Rural Ciudad pequeña
20
NSE Pobre más de 40 años
10 20 30 40 50 60 70
Intensidad de uso (% de uso diario)
Fuente: Elaboración propia con datos del Barómetro de las Américas para el Proyecto LAPOP.
de intensidad (en otras palabras, cuatro de cada diez usuarios entra diaria-
mente a la red).
Estos resultados ratifican que los usuarios más frecuentes pertenecen sobre
todo a grupos de población joven y/o con niveles socioeconómicos elevados,
mientras que los más rezagados provienen de los segmentos más pobres y rurales.
Para finalizar, es importante ensayar un balance algo más complejo, evaluan-
do la manera en la cual varias características sociodemográficas podrían explicar
simultáneamente un mayor o menor uso de Internet. En los anteriores párrafos se
han realizado evaluaciones parciales de estas desigualdades, pero aún no se sabe
cuál sería la probabilidad que tiene una persona de utilizar Internet de manera
frecuente según sea indígena, viva en una gran ciudad y sea mujer, por ejemplo,
o si algunas de estas características son más influyentes en la frecuencia de uso.
Para responder estas cuestiones se ha recurrido a un modelo multivariado que
explica la probabilidad que tiene una persona de ser usuaria de Internet en función
de variables socioeconómicas, educativas, demográficas (género y edad), de resi-
dencia geográfica, autopertenencia a un grupo indígena y de equipamiento tecno-
lógico en el hogar (computadora y acceso a Internet). Se ha aplicado una técnica de
regresión logística binaria a datos de 2012 y 2014 del Barómetro de las Américas.
Los resultados finales del modelo se encuentran en el Cuadro 2.1.3: un signo
positivo en B indica que la presencia de esa variable aumenta la probabilidad de
ser usuario de Internet, y si el signo es negativo, que es un factor desfavorable.
Los valores E(B) son medidas estadísticas que cuantifican el riesgo (efecto) que
representa poseer el factor correspondiente o no poseerlo en relación a la posibi-
lidad de ser usuario de Internet, suponiendo que el resto de variables del modelo
permanecen constantes.8
En función de estos criterios, los modelos sugieren lo siguiente acerca de las
múltiples fuentes de desigualdad asociadas con las disparidades en el uso de In-
ternet y sobre sus cambios entre 2012 y 2014:
En 2012, las variables que más incidían positivamente en la probabilidad
de que una persona sea usuaria de Internet tenían que ver primordialmente
con la edad (mientras más joven mayor efecto positivo) y con el grado de
equipamiento tecnológico en el hogar. En un segundo nivel de influencia
positiva se situaban el lugar de residencia (vivir en una ciudad del eje u otra
capital), el ser hombre y los años de educación. Es llamativo que el modelo
haya excluido, por poco significativas, todas las variables relacionadas con el
nivel socioeconómico y la autoidentificación como no indígena.
2012 2014
Género (ser hombre) 0,733 (*) 0,117 2,082 0,602 (*) 0,111 1,825
Ciudad eje metropolitano 0,493 (*) 0,154 1,637 0,311 (**) 0,145 1,365
Ciudad capital fuera del eje 0,860 (*) 0,219 2,363 0,489 (**) 0,205 1,630
Edad (c)
18-25 años 2,295 (*) 0,164 9,926 2,741 (*) 0,155 15,507
26-40 años 1,242 (*) 0,167 3,462 1,090 (*) 0,143 2,975
Años de educación 0,258 (*) 0,019 1,295 0,256 (*) 0,019 1,291
Tiene computadora 1,114 (*) 0,134 3,046 0,649 (*) 0,136 1,913
Tiene Internet en casa 1,485 (*) 0,187 4,414 1,396 (*) 0,141 4,038
Estadísticas
Estadísticamente significativas al nivel p < 0,01 (*), p < 0,05 (**) y al p < 0,1 (***).
La categoría de referencia (con la que se comparan los coeficientes de las otras variables) es “zona rural”. En (c) es “mayor de 40
años” y en (d) “NSE pobre”.
Fuente: elaboración propia, 2015.
El acceso y el uso de Internet en Bolivia: antiguas y nuevas desigualdades | 171
En 2014, buena parte de las variables que fueron significativas dos años antes
siguen siendo relevantes, pero ahora los factores socioeconómicos aparecen
con gran importancia, lo que contrasta con la pérdida de peso de las va-
riables relacionadas con el lugar de residencia. Por otra parte, el tamaño
del efecto de las variables ha experimentado algunos cambios relevantes: ser
joven, con acceso a Internet en casa y pertenecer a un nivel socioeconómico
medio-alto se constituyen en las variables con mayor incidencia positiva so-
bre la probabilidad de ser usuario de la red. En un segundo nivel de efecto se
ubican ser hombre, poseer una computadora, vivir en una gran ciudad y los
años de educación.
Comparativamente, los factores que pueden determinar una mayor probabili-
dad de ser internauta asiduo se tornan complejos entre 2012 y 2014. En 2012
el peso de los factores asociados con el acceso a equipamientos tecnológicos y
con el lugar de residencia –acceso que tiene que ver, obviamente, con aspectos
de infraestructura y costo– era mucho más decisivo. En 2014 varios de ellos
siguen pesando, pero aumenta la importancia de las variables generacionales
(“ser joven”) y socioeconómicas.
Figura 2.1.4 Dispositivos desde los que se usa Internet con mayor frecuencia en Bolivia
Computadora en hogar
y teléfono celular
18% 21% Computadora en lugar público
y teléfono celular
Teléfono celular
18%
Figura 2.1.5 Porcentaje de personas en Bolivia que usan Internet entre 5 y 7 días por semana,
según dispositivos (2014)
100%
90%
80% 76%
70% 65% 64%
60% 58%
50%
50%
36%
40%
30%
20%
10%
0
Computadora Computadora Celular Computadora Computadora MUESTRA
en hogar lugar público en hogar lugar público TOTAL
y celular y celular
la poca frecuencia de uso de Internet para trabajar, opinar o incluso leer noticias,
frente a la intensa práctica de entretenimiento o de interacción con amigos y co-
nocidos (Figura 2.1.6).
66%
Leer y enviar emails 59%
46%
Jugar juegos 35%
Curso online 3%
5%
45%
41%
40%
36%
35%
30% 28%
26%
25% 24% 23%
20%
15% 17%
15%
10%
6%
5%
1%
0
Amistades Nadie, Familia Profesores de Colegas
aprendió solo colegio o de de trabajo
universidad
Toda la muestra 14-19 años
El balance que hacen los encuestados sobre la utilidad del sistema educativo
para aprovechar esta tecnología es mediocre: solo un tercio considera que ayuda
“mucho”. Los jóvenes en edad escolar (14 a 18 años) o universitaria (19 a 25 años)
no son mucho más optimistas que el promedio, lo cual es un dato relevante conside-
rando que son los que quizá tienen la información o experiencia directa para valo-
rar dicha cuestión (Figura 2.1.9). Las diferencias sociales son muy marcadas en este
punto: un 43% de los internautas de clase media-alta evalúa positivamente las ense-
ñanzas del sistema educativo, lo que contrasta con el 26% de similar opinión entre
los más pobres. Hay insatisfacción entre los ciudadanos más pobres respecto a la
capacidad del sistema educativo para facilitar a sus hijos el uso de este instrumento.
Aunque se trate solo de percepciones y no de análisis más robustos sobre las
disparidades en la manera en que la educación incide en las capacidades digitales
de las personas, este dato es un indicio de la aparición de un sesgo importante
de naturaleza social en la satisfacción de la gente con la educación que reciben
como instrumento para una mayor calidad en el manejo y aprovechamiento de
Internet.
El sistema educativo formal tiene un gran reto para adecuarse a la expansión
del uso de estas tecnologías de comunicación y de gestión de información. Hasta
ahora, estos espacios tienen una influencia todavía pequeña en la orientación de
las experiencias digitales de los jóvenes. Hay mucho por avanzar en este punto,
considerando que la educación es clave para que este proceso sea un elemento
determinante para la generación de nuevas capacidades humanas en el país.
El acceso y el uso de Internet en Bolivia: antiguas y nuevas desigualdades | 177
Figura 2.1.9 ¿Cuánto cree que el sistema educativo ayuda para que
se aproveche al máximo Internet?
100%
12% 7% 12% 12% 13% 8%
90%
80%
70% 50% 54%
50%
60% 56% 62% 57%
50%
40%
30%
20% 43% 39%
33% 38%
26% 31%
10%
0
Toda la NSE Medio- NSE Medio NSE pobre 14-18 años 19-25 años
muestra alto
70%
67%
63%
60%
50%
40%
30% 29%
20% 18%
12%
10%
5% 4%
0
Quisiera usar Falta Conexión Internet No tiene No es No tiene
más, pero... de tiempo lenta caro conocimientos interesante computadora
propia
0,6 0,573
0,547 0,547 0,540 0,547
0,5 0,450 0,453
0,450 0,450
0,4 0,389
0,306 0,289
0,3
0,2
0,1
0
Teléfono celular Computadora Computadora Computadora Computadora MUESTRA
en hogar en lugar público en hogar en lugar público TOTAL
y tel. celular y tel. celular
A veces se piensa que el acceso a la red desde móviles implica un uso limitado
o básico de Internet, pero los datos muestran lo contrario: estos usuarios obtienen
los puntajes más elevados en ambos índices. Este es un indicio de que el móvil tie-
ne un potencial interesante para incentivar un mayor aprovechamiento de la red,
dado que su uso frecuente implica desarrollar prácticas de interacción multitarea
y multiplataforma.
Combinando ambos indicadores se ha clasificado a los internautas bolivianos
en tres grupos: a) Los que practican un “uso complejo e intenso” de la red, corres-
pondiente a aquellos que tienen un puntaje por encima del promedio en los dos
indicadores (29% del total); b) los que efectúan un uso “pasivo” por encima del
promedio, pero una baja utilización “proactiva” (36%), y c) los que realizan un
“uso limitado”, con bajos valores en ambos indicadores (36%).12
En la Figura 2.1.13 se observa la combinación de los porcentajes de entre-
vistados categorizados en los dos grupos polares (utilización “compleja e intensa”
versus “uso limitado”), según variables sociodemográficas y de tipo de conecti-
vidad. Sobre la base de esos criterios es posible identificar al menos tres grandes
agrupaciones:
Una primera en la que confluyen sobre todo usuarios mayores de 40 años
o que se conectan en computadoras públicas, que mayormente efectúan un
“uso limitado” de Internet y una muy reducida “utilización compleja e in-
tensa”. Este es posiblemente el segmento con menor potencial de aprovecha-
miento de estas tecnologías.
Una segunda agrupación, en el otro polo, está conformada principalmente
por personas de entre 19 y 25 años, de nivel socioeconómico medio-alto, que
prefieren conectarse simultáneamente en computadoras y celulares. En este
segmento hay un alto porcentaje de gente que practica un uso complejo y
una reducida proporción de personas que efectúan un uso limitado. También
los internautas hombres, con estudios universitarios en curso, y que navegan
por celular o en combinación con computadoras en lugares públicos, tienen
un comportamiento que se acerca a este patrón. Estos dos segmentos son
posiblemente los que más están aprovechando este medio para desarrollar
habilidades y nuevas interacciones sociales.
Finalmente, hay grupos de personas que se ubican en torno a los promedios
de ambos indicadores, conformando una suerte de segmento intermedio en
el que no hay predominancia ni de los usuarios “complejos” ni de los “limi-
tados”. Se trata de internautas mujeres, de nivel socioeconómico pobre y
medio, de entre 14 y 19 años o entre 26 y 39, con estudios básicos, medios y
universitarios aprobados, o con una conexión en computadoras en el hogar.
12 Se ha identificado un cuarto grupo que presenta un elevado uso “proactivo”, y por ende bajo uso
“pasivo”, pero se refiere a apenas el 1% del total. Este segmento se ha adicionado al grupo 1.
El acceso y el uso de Internet en Bolivia: antiguas y nuevas desigualdades | 181
Uso complejo
20%
28% Uso limitado
36%
36%
más de 40 años
50 Comp. pública
NSE Pobre
40 Ed. básica
% Uso “limitado”
10 15 20 25 30 35 40
% Uso “complejo e intenso”
Figura 2.1.14 Categorías de complejidad de uso según educación de padres o jefes de hogar
45%
42%
40% 37% 38%
34%
35% 33% 33%
31%
30% 28%
25%
25%
20%
15%
10%
5%
0
Primaria aprobada Secundaria aprobada Estudios técnicos
o universitarios
Conclusiones y recomendaciones
La investigación se propuso explorar los principales rasgos de las desigualdades en
el acceso y uso de Internet en Bolivia; se intentó contextualizarlos en el momento
de desarrollo tecnológico y de transformación social que está experimentando
el país. El punto de partida era un panorama en el que lo usual era referirse a
que los pobres, las personas de edad mayor y quienes vivían en zonas rurales
o alejadas de los grandes centros urbanos eran naturalmente desfavorecidos en
este ámbito, en un contexto de baja densidad de infraestructuras de conectividad
para Internet y con la gran mayoría de la población sin ningún tipo de relación o
experiencia con este medio.
El último quinquenio ha sido clave para modificar sensiblemente este pano-
rama inicial, sobre todo por la expansión de las tecnologías móviles, asociada con
la coyuntura de alto crecimiento económico, fuerte movilidad social y elevada
inversión en infraestructura de comunicación. Hoy, casi un 55% de la población
adulta dice tener algún tipo de experiencia con la red de redes, un 40% la utiliza
con cierta frecuencia y casi un millón (16%) lo hace diariamente. Sin olvidar el
persistente rezago de cuatro de cada diez bolivianos, esta expansión está creando
un piso social diferente para pensar en un mayor desarrollo del sector y en una
acelerada inserción de la población, sobre todo la más joven, en el universo de las
prácticas digitales y de la navegación virtual.
Por supuesto, este proceso está reconfigurando las disparidades en el uso de
la Web por género, edad, nivel socioeconómico, educación y lugar de residencia.
Algunos de estos factores siguen siendo determinantes, pero su incidencia está
variando. Las variables ligadas con la localización o la disponibilidad de infraes-
tructuras/dispositivos tecnológicos están perdiendo peso, mientras que aumenta
la importancia del nivel socioeconómico y de la edad como poderosos elementos
de diferenciación.
Se entiende que se están desarrollando dos grandes tendencias simultáneas.
Por una parte, una lógica de convergencia hacia un nivel de utilización y de com-
plejidad media en la mayoría de categorías sociodemográficas, la cual sigue sien-
do, no obstante, de menor frecuencia y calidad comparada con estándares regio-
nales. Por otra, la aparición de un grupo de vanguardia que está aprovechando
al máximo las posibilidades de estas tecnologías, conformado principalmente por
internautas hombres, de nivel socioeconómico medio-alto y en edad de estudios
medios o universitarios.
Conviven en el país dos lógicas paralelas de convergencia y de polarización en
las que la expansión de las tecnologías móviles, la edad y el nivel socioeconómico son
factores determinantes. Este panorama coexiste con un perfil de utilización fuerte-
mente concentrado en actividades de entretenimiento y de participación en redes
sociales, transversal a todos los segmentos sociales, y con una incipiente aplicación
de estos instrumentos en prácticas educativas y laborales/empresariales complejas.
184 | Bolivia digital
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