Via Crucis Vertical

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INTRODUCCIÓN

El misterio de la cruz es tan grande, que nunca lo


agotaremos. El misterio de la cruz es tan piadoso,
que de él nunca nos cansaremos. El misterio de la
cruz es tan nuestro, tan humano y tan cercano, tan
vivo y tan actual, que siempre lo comprenderemos.
El misterio de la cruz es tan divino, que nunca lo
terminaremos de entender.
La cruz está hoy ahí, en el centro de esta comunidad
y en el centro del corazón, para ser venerada y
querida. Pero no la cruz sola. La cruz sola es
insufrible y temible. Lo que está ahí, en el centro, es
la cruz de nuestro Señor Jesucristo, o nuestro Señor
Jesucristo en la cruz. Así todo cambia. Con Cristo, la
cruz se ilumina. Cristo es el único que puede dar
sentido y gracia a la cruz, a la suya y a la nuestra, a
todas.
Al seguir los pasos de la cruz, los que están fundamentados en el evangelio, nos
fijamos solamente en algún detalle, alguna palabra, una sencilla pincelada, sea de
luz o de tiniebla, o ambas a la vez.

Canto
Juntos como hermanos miembros de una Iglesia,
vamos caminando al encuentro del Señor.
Un largo caminar por el desierto bajo el sol,
no podemos avanzar sin la ayuda del Señor.

Primera estación
JESÚS EN GETSEMANI

V/ Te adoramos. Cristo, y te bendecimos.


R/ Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Llegaron a una finca que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos:


-Sentaos aquí mientras yo voy a orar.
Se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, empezó a sentir horror y angustia, y les dijo:
-Me muero de tristeza; quedaos aquí y estad en vela.
Adelantándose un poco, cayó a tierra, pidiendo que si era posible se alejase de él
aquella hora; decía:
-jAbba! ¡Padre!: todo es posible para ti, aparta de mí este trago, pero no se haga lo
que yo quiero, sino lo que quieres tú.

La situación del hombre difícil y extrema: profundo desconcierto, angustia, "me


muero de tristeza". Los que han visto su gloria, dormidos. ¿En quién confiar
ciegamente? Es la situación en la que todos los seres humanos nos encontramos
alguna vez. La soledad. La noche. La oscuridad. La acción de Jesús: la oración

Todos
Padre, necesitamos ser sensibles a los momentos de angustia y tristeza,
danos sabiduría para descubrir tu voluntad, haznos insistentes en la
oración, ayúdanos a aceptar tu voluntad, y que tu espíritu nos inunde de
fortaleza para afrontarla. Por Jesucristo nuestro Señor.

Canto
Hacia ti, morada santa, hacia ti, tierra del Salvador,
peregrinos, caminantes, vamos hacia ti.
Venimos a tu mesa, sellaremos tu pacto,
comeremos tu carne, tu sangre nos limpiará.

Segunda estación
JESÚS ES ENTREGADO POR JUDAS Y ARRESTADO

V/ Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R/ Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Aún estaba hablando cuando se presentó Judas, uno de los Doce, acompañado de
un tropel de gente con machetes y palos, de parte de los sumos sacerdotes, los
letrados y los senadores. El traidor había quedado en darles una señal, diciéndoles:
-El que yo bese, ése es: detenedlo y conducidlo con cautela.
En cuanto llegó, se acercó y le dijo:
-¡Maestro! Y le besó.

La mayoría, ante la minoría. La multitud, ante los once. Algo bonito de la amistad
(beso) es el cauce para la traición. Y Jesús, sereno. Desenmascarando la mentira,
razonando, desnudando la incoherencia: "A diario me teníais en el templo
enseñando y no me prendisteis".
Y dando testimonio de aceptar la voluntad de Dios: "que se cumpla la escritura". No
aceptar por resignación, sino aceptar por ser voluntad del Padre.
Quizá la traición sea el acto por el que el hombre desconfiará de todos los hombres.
Pero Dios sigue confiando en el hombre.

Todos:
Padre, tú que conoces nuestra debilidad, no permitas que nuestra
conducta haga que los hombres desconfíen de ti Haznos permanecer fieles
en cumplir tu voluntad. Ayúdanos a soportar las traiciones y engaños.
Danos capacidad para descubrir el mal oculto tras una falsa máscara
bonita y fuerza para denunciarla. Por Jesucristo nuestro Señor.

Canto
Danos un corazón grande para amar, danos un corazón fuerte para luchar.
Hombres nuevos, creadores de la historia,
constructores de nueva humanidad; hombres nuevos
que viven la existencia como riesgo de un largo caminar.

Tercera estación
JESÚS ES CONDENADO POR EL SANEDRÍN

V/ Te adoramos, Cristo, y le bendecimos.


R/ Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Los sumos sacerdotes y el Sanedrín en pleno buscaban un testimonio contra Jesús


para condenarlo a muerte, y no lo encontraban.
El sumo sacerdote se puso en pie en el centro e interrogó a Jesús:
-¿No tienes nada que responder? ¿Qué significan estos cargos en contra tuya?
Pero él seguía callado y no respondía nada
El sumo sacerdote reanudó el interrogatorio preguntando-
-¿Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios bendito?
Jesús contestó:
-Yo soy.
El sumo sacerdote se rasgó las vestiduras, diciendo:
-¿Qué falla hacen más testigos? Habéis oído la blasfemia. ¿Qué os parece?
Todos sin excepción pronunciaron sentencia de muerte.
Un juicio con sentencia previa. La opinión ya está formada antes de comenzar. Han
funcionado a la perfección los creadores de opinión, desde el poder, por supuesto.
¡Cuántas opiniones nos formamos sin conocer! ¡Qué fácil dejarnos llevar por los
creadores de opinión! También estamos en el "sanedrín". Van a bastar dos
palabras, "Yo soy", y un golpe de efecto teatral para que se pronuncie la sentencia.
Culpable por blasfemo: muerte. Jesús con la elocuencia del silencio. ¿Para qué
hablar si no hay quien quiera escuchar? ¿Por qué participar en la farsa?

Todos:
Padre, ayúdanos a no juzgar lo que no conocemos. A no condenar. A callar
a tiempo. A salvar en cualquier caso la dignidad de todo ser humano. Que
el Espíritu nos haga ser testigos de nuestra identidad de hijos. Por Jesu-
cristo nuestro Señor.

Canto
Levanto mis ojos a los montes, ¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra (bis).

Cuarta estación
JESÚS ES NEGADO POR PEDRO

V/ Te adoramos. Cristo, y le bendecimos.


R/ Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Mientras Pedro estaba abajo en el patio llegó una criada del sumo sacerdote y, al
ver a Pedro calentándose, se le quedó mirando y le dijo:
-También tú andabas con Jesús el Nazareno.
El lo negó diciendo:
-¡Ni sé ni entiendo de qué hablas! Salió fuera, al portal, y un gallo cantó. Pero la
criada lo vio y volvió a decir a íos allí presentes:
-Este es uno de ellos.
El lo volvió a negar. Al poco" rato, también los allí presentes empezaron a decirle:
-Tú eres de ellos, seguro, pues eres galileo. Pero él se puso a echar maldiciones y a
jurar:
-¡No conozco a ese hombre del que me habláis!
Y en seguida, por segunda vez, cantó un gallo. Pedro se acordó de las palabras de
Jesús: "Antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres", y se echó a llorar.

También nosotros, muchas veces, negamos conocer a Jesús, quizás no con la


palabra, pero sí con la vida.
Jesús, que ni siquiera está presente, con sus palabras en la mente de Pedro, y su
vida coherente compartida con él, provoca y transforma. La "piedra" se deshace en
ternura. "Pedro recordó... y se echó a llorar".

Todos:
Padre, ayúdanos a encontrar la verdad en los sencillos, a los que a veces ni
siquiera tenemos en cuenta ni escuchamos,. Que aprendamos a reconocer
nuestras negaciones y a sentirlas con profundidad desde nuestro ser.
Por Jesucristo nuestro Señor.

Canto
La misericordia del Señor, cada día cantaré.

Quinta estación .
JESÚS ES JUZGADO POR PILATO

V/ Te adoramos, Cristo, y le bendecimos.


R/ Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Pilato interrogó a Jesús:


-¿Eres tú el rey de los judíos? Jesús le contestó:
-Tú lo estás diciendo. Pilato tomó de nuevo la palabra y preguntó a la gente:
-Y ¿qué hago con el que llamáis rey de los judíos? Ellos gritaron:
-¡Crucifícalo! Pilato les replicó:
-Pero ¿qué ha hecho de malo? .
Ellos gritaron más y más: -¡Crucifícalo!
Pilato, queriendo dar satisfacción a la gente, entregó a Jesús para que lo azotaran y
lo crucificaran.

Pilato no busca la verdad, ni la justicia, quiere sólo mantenerse al margen y


"satisfacer a la multitud". Cuesta ir contracorriente.
¿Qué pudo sentir Jesús después de vivir abriendo los ojos a los ciegos, devolviendo
el oído a los sordos, curando enfermos, limpiando leprosos, expulsando demonios,
liberando oprimidos... cuando escuchó a la multitud a la que había servido y amado
gritar ¡crucifícalo!, ¡crucifícalo! Solo. Abandonado. Negado. Repudiado.

Todos:
Padre, que nuestra guía sea la búsqueda de la verdad y la justicia. No
permitas que nos dejemos llevar por la multitud manipulada, ni que
permanezcamos indiferentes ante la injusticia. Que tu Espíritu nos haga
ser críticos y nos dé fuerzas para desarrollar con responsabilidad,
honestidad y profesionalidad nuestro trabajo, nuestra autoridad. Por
Jesucristo nuestro Señor.

Canto
Libertador de Nazaret, ven junto a mí, ven junto a mí.
Libertador de Nazaret, ¿qué puedo hacer sin ti?
Yo sé que eres camino, que eres la vida y la verdad;
yo sé que el que te sigue sabe a dónde va.
Quiero vivir tu vida, seguir tus huellas, tener tu luz, quiero beber tu cáliz,
quiero llevar tu cruz.

Sexta estación
JESÚS ES FLAGELADO Y CORONADO DE ESPINAS

V/ Te adoramos, Cristo, y le bendecimos.


R/ Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Los soldados se lo llevaron al interior del palacio y convocaron a todo la compañía;


lo. vistieron de púrpura, le pusieron una corona de espinas que habían trenzado, y
comenzaron a hacerle el saludo:
-¡Salve, rey de los judíos! Le golpeaban la cabeza con una caña y le escupían, y,
arrodillándose, le rendían homenaje. Terminada la burla, le quitaron la púrpura y le
pusieron su ropa.

La situación del hombre que es apaleado, insultado, ultrajado. Los soldados


ocupantes de Israel hacen una representación de pleitesía ante "el rey de los
judíos", con todos los detalles, corona incluida. Parodia insultante, para humillar
más si cabe a Jesús. Esta escena, que hiere cualquier sensibilidad humana, la
seguimos encontrando hoy en nuestro mundo, y tenemos ejemplos en nuestro
siglo: torturas, violencia, vejaciones... y muchas veces de forma institucionalizada.
Y vamos descubriendo que es frecuente. ¿Estamos perdiendo la sensibilidad, la
compasión?

Todos:
Padre, tú que conoces por tu Hijo las situaciones extremas de sufrimiento
y dolor, ultraje y humillación de tantos hombres y mujeres, te pedimos que
nunca nos aprovechemos del débil, que no nos ensañemos con la caña
quebrada, que evitemos, denunciemos y combatamos cualquier trato
vejatorio a nuestros semejantes. Por Jesucristo nuestro Señor.

Canto
Yo pensaba que el hombre
era grande por su poder,
grande por su saber,
grande por su valor;
yo pensaba que el mundo era grande
y me equivoqué,
pues grande sólo es Dios.
Sube hasta el cielo y lo verás, qué pequeñito el mundo es,
sube hasta el cielo y lo verás; como un juguete de cristal
que con cariño hay que cuidar, sube hasta el cielo y lo verás.

Séptima estación
JESÚS CARGA CON LA CRUZ

V/ Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R/ Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

- Entonces se- lo entregó para que lo crucificaran.


Y con eso se hicieron cargo de Jesús. Él, llevando a cuestas la cruz, salió para un
lugar que llamaban la Calavera (que en arameo se dice Gólgota).

Jesús no se lo pone difícil, ha aceptado el camino que ha trazado el Padre, y él


mismo carga con la cruz. No se rebela, no se niega, sino que acepta y asume que
ése es el camino. Él mismo da la vida. Él mismo ofrece su vida.

Todos:
Padre, que seamos capaces de descubrir, aceptar y asumir nuestra cruz,
que no queramos retener nuestra vida, sino ofrecerla, darla, entregarla.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Canto
El Señor es mi fuerza, mi roca y salvación, (bis)
Tú me guías por sendas de justicia, me enseñas la verdad.
Tú me das el valor para la lucha, sin miedo avanzaré.
Iluminas las sombras de mi vida, al mundo das la luz.
Aunque pase por valles de tiniebla yo nunca temeré.

Octava estación
JESÚS ES AYUDADO POR EL CIRENEO A LLEVAR LA CRUZ

V/ Te adoramos. Cristo, y te bendecimos.


R/ Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Pasaba por allí de vuelta del campo un tal Simón de Cirene, el padre de Alejandro y
de Rufo, y lo forzaron a llevar la cruz.

El Hombre ha llegado a la extenuación, necesita ayuda. Un campesino pasa por allí


y se encuentra con lo que no quiere: "lo forzaron a cargar con su cruz". No tiene
que ser agradable volver del trabajo cansado y que le obliguen a arrastrar el peso
de un instrumento que supone la muerte de un hombre. El consuelo de Simón de
Cirene es seguir a Jesús con la cruz, pensando que sin su ayuda su sufrimiento
sería mayor. ¿Cómo se puede pensar en el cansancio de uno mismo ante las cruces
mortales que soportan otros hombres?

Todos:
Padre, que estemos más dispuestos que Simón a llevar las cruces más
pesadas de nuestros hermanos más débiles. Y que nuestro orgullo no nos
impida dejar cargas en otras manos más fuertes que las nuestras en
nuestro camino de la cruz. Por Jesucristo nuestro Señor.

Canto
Cuando el pobre nada tiene y aun reparte, cuando un hombre pasa sed y
agua nos da, cuando el débil a su hermano fortalece,
va Dios mismo en nuestro mismo caminar (bis).
Cuando un hombre sufre y logra su consuelo, cuando espera y no se cansa
de esperar, cuando amamos aunque el odio nos rodee,
va Dios mismo en nuestro mismo caminar (bis).

Novena estación
JESÚS ENCUENTRA A LAS MUJERES DE JERUSALÉN

V/ Te adoramos. Cristo, y le bendecimos.


R/ Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Lo seguía gran gentío del pueblo y muchas mujeres que se golpeaban el pecho y
gritaban lamentándose por él.
Jesús se volvió hacia ellas y les dijo:
-Mujeres de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad mejor por vosotras y por vuestros
hijos, porque mirad que van a llegar días en que digan: "Dichosas las estériles, los
vientres que no han parido y los pechos que no han criado". Entonces pedirán a los
montes: "Desplomaos sobre nosotros", y a las colinas: "Sepultadnos"; porque si
con el leño verde hacen esto, con el seco, ¿qué irá a pasar?

En el camino al Calvario, "una gran muchedumbre del pueblo" provoca las pocas
palabras de Jesús. Y precisamente a estas mujeres conmovidas por lo que están
viendo y que al parecer es la única expresión de ternura y sensibilidad ante tal
crueldad.

Todos:
Padre, que nuestro llanto sea profundo, sentido; que nos lamentemos no
por lo que vemos, sino por el significado de lo que vemos. Haz que incluso
en nuestro cansancio saquemos fuerzas para decir palabras que den vida
para otros y denuncien injusticias. Por Jesucristo nuestro Señor.

Canto
Alma mía, recobra tu calma, que el Señor fue bueno contigo;
alma mía, recobra tu calma, que el Señor escucha tu voz.
Amo al Señor porque escucha mi voz suplicante,
porque inclina su oído hacia mí el día que lo invoco.

Décima estación
JESÚS ES CRUCIFICADO

V/ Te adoramos. Cristo, y te bendecimos.


R/ Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Condujeron a Jesús al Gólgota (que significa "La Calavera") y le ofrecieron vino con
mirra, pero él no lo tomó. Lo crucificaron y se repartieron su ropa, echándola a
suertes para ver lo que se llevaba cada uno.
Era medía mañana cuando lo crucificaron. En el letrero estaba escrita la causa de
su condena: EL REY DE LOS JUDÍOS.
Crucificaron con él a dos bandidos, uno a la derecha y el otro a la izquierda.

Jesús es clavado en la cruz. Es un despojo absoluto. Hasta las ropas se las


repartieron. ¿Qué le queda? No le queda nada, como a tantos pobres de la historia
crucificados cada día. Sin poder moverse. Casi sin poder hablar. Sin nada. "Y Dios
se rebajó... en la cruz". Sólo desde el amor, que no desde la razón, lo
entenderemos. Contemplemos a Dios en la cruz, pasando por uno de tantos.

Todos:
Padre, nos cuesta reconocerte en el despojo total, nosotros, que
anhelamos vanidades. Danos sabiduría, entendimiento, para reconocer en
todos los crucificados con los que nos encontremos a ti, Creador de la vida
y del amor, y aceptar así nuestra cruz como camino de donación, de
entrega, de amor. Por Jesucristo nuestro Señor.

Canto
Cristo nos da la libertad, Cristo nos da la salvación,
Cristo nos da la esperanza, Cristo nos da el amor.
Cuando luche por la paz y la verdad, la encontraré.
Cuando cargue con la cruz de los demás me salvaré.
Dame, Señor, tu palabra; oye, Señor, mi oración.

Undécima estación
JESÚS PROMETE SU REINO AL BUEN LADRÓN

V/ Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R/ Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo:


-¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti y a nosotros.
Pero el otro lo increpó:
-¿Ni siquiera tú, sufriendo la misma pena, tienes temor de Dios? Y la nuestra es
justa, nos dan nuestro merecido; en cambio éste no ha hecho nada malo. Y añadió:
-Jesús, acuérdate de mí cuando vuelvas como rey. Jesús le respondió:
-Te lo aseguro: Hoy estarás conmigo en el paraíso.

Dos reacciones distintas ante el encuentro con Jesús. Uno, desde la clave egoísta,
"sálvate a ti mismo y a nosotros", el que no acepta su realidad y quiere evadirse;
otro, desde la clave de Dios, "¿no tienes siquiera temor de Dios?; éste no ha hecho
nada malo". Y ante la cercanía del mismo destino, y crucificado, se produce el
encuentro donde el malhechor se pone en manos de Jesús, confiándose a Él:
"Acuérdate de mí cuando vengas como rey" y obtiene palabras de salvación: "Hoy
estarás conmigo en el paraíso". Jesús se sigue dando.
Todos:
Padre, que seamos capaces de llevar palabras de salvación aun en los
momentos extremos. Que no nos encerremos en nuestro dolor y seamos
capaces de compartir el dolor de nuestros hermanos y transformarlo en
esperanza de salvación. Que ningún ser humano se encuentre solo ante la
muerte. Por Jesucristo nuestro Señor.
Canto
Mi alma espera en el Señor, Si llevas cuenta de los delitos,
mi alma espera en su palabra; Señor, ¿quién podrá resistir?
mi alma aguarda al Señor, Pero de ti procede el perdón
porque en él está la salvación. y así infundes respeto.

Duodécima estación
JESÚS CRUCIFICADO, LA MADRE Y EL DISCÍPULO

V/ Te adoramos. Cristo, y le bendecimos.


R/ Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Estaban junto a la cruz de Jesús su madre; la hermana de


su madre, María de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a su
madre y a su lado al discípulo que tanto amaba, dijo Jesús:
-Mujer, ahí tienes a tu hijo. Y luego dijo al discípulo:
-Allí tienes a tu madre. Desde entonces el discípulo la tuvo
en su casa.

El crucificado también está acompañado por su madre y la


hermana de su madre. ¡Una madre viendo ejecutar a su
hijo, y además sin causa justa! es imposible captar el
sentimiento de María. La mujer que sufre por el hijo la
seguimos encontrando y admirando hoy en las asociaciones de madres de hijos:
víctimas de la droga, desaparecidos, enfermos, perseguidos por la paz y la justicia.

Todos:
Padre, haz que nos sintamos Iglesia, que nos sintamos consolados y
reconfortados por la madre que tu Hijo nos dio. Que estemos cerca de
todas las madres que sufren por sus hijos, como el discípulo amado. Por
Jesucristo nuestro Señor.
Canto
Mientras recorres la vida tú nunca sólo estás,
contigo por el camino Santa María va.
Ven con nosotros al caminar, Santa María ven (bis).

Decimotercera estación
JESÚS MUERE EN LA CRUZ

V/ Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R/ Porque por tu santa cruz redimiste al
mundo.

Era ya eso de mediodía cuando se oscureció


el sol, y toda la región quedó en tinieblas
hasta la media tarde. La cortina del santuario
se rasgó por medio. Jesús gritó muy fuerte:
-Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu.
Y dicho esto, expiró. Viendo lo que sucedía, el
centurión confesó:
-Realmente, esté hombre era inocente. La
muchedumbre que había acudido al
espectáculo, al apreciar lo ocurrido, se volvió
a la ciudad dándose golpes de pecho. Sus conocidos se mantenían a distancia, y
también las mujeres que lo habían seguido desde Galilea, y que estaban mirando.

Del mediodía hasta media tarde en tinieblas. Un mundo sin luz. "La cortina del
santuario se rasgó", el templo ya no sirve, Dios está en la cruz. El pagano, un
centurión romano, reacciona y alaba a Dios: "Realmente este hombre era justo".
Las multitudes van volviendo a la ciudad "dándose golpes de pecho": no han
entendido nada.
Todos:
Padre, que nos encontremos con la satisfacción de haber hecho lo que
teníamos que hacer. Queremos reconocerte en la cruz de tantos hombres
de nuestro -tiempo. Permítenos asociarnos al centurión y alabarte
siempre.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Canto
Victoria, tú reinarás, oh, cruz, tú nos salvarás.
El Verbo en ti clavado muriendo nos rescató.
De ti, madero santo, nos viene la redención.
Extiende por el mundo tu reino de salvación.
Oh, cruz, fecunda fuente de vida y bendición.

Decimocuarta estación
JESÚS ES DEPOSITADO EN EL SEPULCRO

V/ Te adoramos. Cristo, y le bendecimos.


R/ Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Después de esto, José de Arimatea,


discípulo de Jesús, pero clandestino por
miedo a las autoridades judías, le pidió a
Pilato que le dejara hacerse cargo del cuerpo
de Jesús. Pilato lo autorizó. El fue y se llevó
el cuerpo de Jesús.
Fue también Nicodemo, aquel que la primera
vez había ido a verlo de noche, llevando
unos 30 kilos de una mezcla de mirra y áloe.
Cogieron el cuerpo de Jesús y lo vendaron
de arriba abajo echándole aromas, como
acostumbran a enterrar los judíos. . -
En el sitio donde lo crucificaron había un
huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo
donde todavía no habían enterrado a nadie.
Como para los judíos era la víspera de la
fiesta y el sepulcro estaba cerca, pusieron
allí a Jesús.
José de Arimatea, discípulo clandestino de
Jesús, y Nicodemo, fariseo y jefe de los
judíos, son los protagonistas de esta escena.
José ruega a Pilato poder retirar el cuerpo
de Jesús colgado de la cruz.

Jesús está muerto. Estos dos hombres no


son funcionarios, nadie les impone la
obligación de dar sepultura. ¿De dónde
sacan fuerzas para sepultar a un hombre
que ha pasado por todo el camino de la
cruz?; el crucificado no merece ser tratado
tan deshumanizadamente. Jesús, inmóvil, inerte, silencio, descanso, ¿todo ha
terminado?, ¿hay ataduras capaces de sujetar al Amor, a la Vida?

Todos:
Padre, que seamos auténticos discípulos de Jesús, que no nos paralice el
miedo a la violencia del poder ni el miedo a la muerte. Jesús en la cruz no
es una víctima, sino nuestro Salvador. Que el vía crucis sea una fuente
presente y permanente de fuerza y de vida para todos nosotros. Por
Jesucristo nuestro Señor.

Elaborado por la Parroquia de Ntra. Sra. de Lujan (Madrid)

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