Via Crucis Vertical
Via Crucis Vertical
Via Crucis Vertical
Canto
Juntos como hermanos miembros de una Iglesia,
vamos caminando al encuentro del Señor.
Un largo caminar por el desierto bajo el sol,
no podemos avanzar sin la ayuda del Señor.
Primera estación
JESÚS EN GETSEMANI
Todos
Padre, necesitamos ser sensibles a los momentos de angustia y tristeza,
danos sabiduría para descubrir tu voluntad, haznos insistentes en la
oración, ayúdanos a aceptar tu voluntad, y que tu espíritu nos inunde de
fortaleza para afrontarla. Por Jesucristo nuestro Señor.
Canto
Hacia ti, morada santa, hacia ti, tierra del Salvador,
peregrinos, caminantes, vamos hacia ti.
Venimos a tu mesa, sellaremos tu pacto,
comeremos tu carne, tu sangre nos limpiará.
Segunda estación
JESÚS ES ENTREGADO POR JUDAS Y ARRESTADO
La mayoría, ante la minoría. La multitud, ante los once. Algo bonito de la amistad
(beso) es el cauce para la traición. Y Jesús, sereno. Desenmascarando la mentira,
razonando, desnudando la incoherencia: "A diario me teníais en el templo
enseñando y no me prendisteis".
Y dando testimonio de aceptar la voluntad de Dios: "que se cumpla la escritura". No
aceptar por resignación, sino aceptar por ser voluntad del Padre.
Quizá la traición sea el acto por el que el hombre desconfiará de todos los hombres.
Pero Dios sigue confiando en el hombre.
Todos:
Padre, tú que conoces nuestra debilidad, no permitas que nuestra
conducta haga que los hombres desconfíen de ti Haznos permanecer fieles
en cumplir tu voluntad. Ayúdanos a soportar las traiciones y engaños.
Danos capacidad para descubrir el mal oculto tras una falsa máscara
bonita y fuerza para denunciarla. Por Jesucristo nuestro Señor.
Canto
Danos un corazón grande para amar, danos un corazón fuerte para luchar.
Hombres nuevos, creadores de la historia,
constructores de nueva humanidad; hombres nuevos
que viven la existencia como riesgo de un largo caminar.
Tercera estación
JESÚS ES CONDENADO POR EL SANEDRÍN
Todos:
Padre, ayúdanos a no juzgar lo que no conocemos. A no condenar. A callar
a tiempo. A salvar en cualquier caso la dignidad de todo ser humano. Que
el Espíritu nos haga ser testigos de nuestra identidad de hijos. Por Jesu-
cristo nuestro Señor.
Canto
Levanto mis ojos a los montes, ¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra (bis).
Cuarta estación
JESÚS ES NEGADO POR PEDRO
Mientras Pedro estaba abajo en el patio llegó una criada del sumo sacerdote y, al
ver a Pedro calentándose, se le quedó mirando y le dijo:
-También tú andabas con Jesús el Nazareno.
El lo negó diciendo:
-¡Ni sé ni entiendo de qué hablas! Salió fuera, al portal, y un gallo cantó. Pero la
criada lo vio y volvió a decir a íos allí presentes:
-Este es uno de ellos.
El lo volvió a negar. Al poco" rato, también los allí presentes empezaron a decirle:
-Tú eres de ellos, seguro, pues eres galileo. Pero él se puso a echar maldiciones y a
jurar:
-¡No conozco a ese hombre del que me habláis!
Y en seguida, por segunda vez, cantó un gallo. Pedro se acordó de las palabras de
Jesús: "Antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres", y se echó a llorar.
Todos:
Padre, ayúdanos a encontrar la verdad en los sencillos, a los que a veces ni
siquiera tenemos en cuenta ni escuchamos,. Que aprendamos a reconocer
nuestras negaciones y a sentirlas con profundidad desde nuestro ser.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Canto
La misericordia del Señor, cada día cantaré.
Quinta estación .
JESÚS ES JUZGADO POR PILATO
Todos:
Padre, que nuestra guía sea la búsqueda de la verdad y la justicia. No
permitas que nos dejemos llevar por la multitud manipulada, ni que
permanezcamos indiferentes ante la injusticia. Que tu Espíritu nos haga
ser críticos y nos dé fuerzas para desarrollar con responsabilidad,
honestidad y profesionalidad nuestro trabajo, nuestra autoridad. Por
Jesucristo nuestro Señor.
Canto
Libertador de Nazaret, ven junto a mí, ven junto a mí.
Libertador de Nazaret, ¿qué puedo hacer sin ti?
Yo sé que eres camino, que eres la vida y la verdad;
yo sé que el que te sigue sabe a dónde va.
Quiero vivir tu vida, seguir tus huellas, tener tu luz, quiero beber tu cáliz,
quiero llevar tu cruz.
Sexta estación
JESÚS ES FLAGELADO Y CORONADO DE ESPINAS
Todos:
Padre, tú que conoces por tu Hijo las situaciones extremas de sufrimiento
y dolor, ultraje y humillación de tantos hombres y mujeres, te pedimos que
nunca nos aprovechemos del débil, que no nos ensañemos con la caña
quebrada, que evitemos, denunciemos y combatamos cualquier trato
vejatorio a nuestros semejantes. Por Jesucristo nuestro Señor.
Canto
Yo pensaba que el hombre
era grande por su poder,
grande por su saber,
grande por su valor;
yo pensaba que el mundo era grande
y me equivoqué,
pues grande sólo es Dios.
Sube hasta el cielo y lo verás, qué pequeñito el mundo es,
sube hasta el cielo y lo verás; como un juguete de cristal
que con cariño hay que cuidar, sube hasta el cielo y lo verás.
Séptima estación
JESÚS CARGA CON LA CRUZ
Todos:
Padre, que seamos capaces de descubrir, aceptar y asumir nuestra cruz,
que no queramos retener nuestra vida, sino ofrecerla, darla, entregarla.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Canto
El Señor es mi fuerza, mi roca y salvación, (bis)
Tú me guías por sendas de justicia, me enseñas la verdad.
Tú me das el valor para la lucha, sin miedo avanzaré.
Iluminas las sombras de mi vida, al mundo das la luz.
Aunque pase por valles de tiniebla yo nunca temeré.
Octava estación
JESÚS ES AYUDADO POR EL CIRENEO A LLEVAR LA CRUZ
Pasaba por allí de vuelta del campo un tal Simón de Cirene, el padre de Alejandro y
de Rufo, y lo forzaron a llevar la cruz.
Todos:
Padre, que estemos más dispuestos que Simón a llevar las cruces más
pesadas de nuestros hermanos más débiles. Y que nuestro orgullo no nos
impida dejar cargas en otras manos más fuertes que las nuestras en
nuestro camino de la cruz. Por Jesucristo nuestro Señor.
Canto
Cuando el pobre nada tiene y aun reparte, cuando un hombre pasa sed y
agua nos da, cuando el débil a su hermano fortalece,
va Dios mismo en nuestro mismo caminar (bis).
Cuando un hombre sufre y logra su consuelo, cuando espera y no se cansa
de esperar, cuando amamos aunque el odio nos rodee,
va Dios mismo en nuestro mismo caminar (bis).
Novena estación
JESÚS ENCUENTRA A LAS MUJERES DE JERUSALÉN
Lo seguía gran gentío del pueblo y muchas mujeres que se golpeaban el pecho y
gritaban lamentándose por él.
Jesús se volvió hacia ellas y les dijo:
-Mujeres de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad mejor por vosotras y por vuestros
hijos, porque mirad que van a llegar días en que digan: "Dichosas las estériles, los
vientres que no han parido y los pechos que no han criado". Entonces pedirán a los
montes: "Desplomaos sobre nosotros", y a las colinas: "Sepultadnos"; porque si
con el leño verde hacen esto, con el seco, ¿qué irá a pasar?
En el camino al Calvario, "una gran muchedumbre del pueblo" provoca las pocas
palabras de Jesús. Y precisamente a estas mujeres conmovidas por lo que están
viendo y que al parecer es la única expresión de ternura y sensibilidad ante tal
crueldad.
Todos:
Padre, que nuestro llanto sea profundo, sentido; que nos lamentemos no
por lo que vemos, sino por el significado de lo que vemos. Haz que incluso
en nuestro cansancio saquemos fuerzas para decir palabras que den vida
para otros y denuncien injusticias. Por Jesucristo nuestro Señor.
Canto
Alma mía, recobra tu calma, que el Señor fue bueno contigo;
alma mía, recobra tu calma, que el Señor escucha tu voz.
Amo al Señor porque escucha mi voz suplicante,
porque inclina su oído hacia mí el día que lo invoco.
Décima estación
JESÚS ES CRUCIFICADO
Todos:
Padre, nos cuesta reconocerte en el despojo total, nosotros, que
anhelamos vanidades. Danos sabiduría, entendimiento, para reconocer en
todos los crucificados con los que nos encontremos a ti, Creador de la vida
y del amor, y aceptar así nuestra cruz como camino de donación, de
entrega, de amor. Por Jesucristo nuestro Señor.
Canto
Cristo nos da la libertad, Cristo nos da la salvación,
Cristo nos da la esperanza, Cristo nos da el amor.
Cuando luche por la paz y la verdad, la encontraré.
Cuando cargue con la cruz de los demás me salvaré.
Dame, Señor, tu palabra; oye, Señor, mi oración.
Undécima estación
JESÚS PROMETE SU REINO AL BUEN LADRÓN
Dos reacciones distintas ante el encuentro con Jesús. Uno, desde la clave egoísta,
"sálvate a ti mismo y a nosotros", el que no acepta su realidad y quiere evadirse;
otro, desde la clave de Dios, "¿no tienes siquiera temor de Dios?; éste no ha hecho
nada malo". Y ante la cercanía del mismo destino, y crucificado, se produce el
encuentro donde el malhechor se pone en manos de Jesús, confiándose a Él:
"Acuérdate de mí cuando vengas como rey" y obtiene palabras de salvación: "Hoy
estarás conmigo en el paraíso". Jesús se sigue dando.
Todos:
Padre, que seamos capaces de llevar palabras de salvación aun en los
momentos extremos. Que no nos encerremos en nuestro dolor y seamos
capaces de compartir el dolor de nuestros hermanos y transformarlo en
esperanza de salvación. Que ningún ser humano se encuentre solo ante la
muerte. Por Jesucristo nuestro Señor.
Canto
Mi alma espera en el Señor, Si llevas cuenta de los delitos,
mi alma espera en su palabra; Señor, ¿quién podrá resistir?
mi alma aguarda al Señor, Pero de ti procede el perdón
porque en él está la salvación. y así infundes respeto.
Duodécima estación
JESÚS CRUCIFICADO, LA MADRE Y EL DISCÍPULO
Todos:
Padre, haz que nos sintamos Iglesia, que nos sintamos consolados y
reconfortados por la madre que tu Hijo nos dio. Que estemos cerca de
todas las madres que sufren por sus hijos, como el discípulo amado. Por
Jesucristo nuestro Señor.
Canto
Mientras recorres la vida tú nunca sólo estás,
contigo por el camino Santa María va.
Ven con nosotros al caminar, Santa María ven (bis).
Decimotercera estación
JESÚS MUERE EN LA CRUZ
Del mediodía hasta media tarde en tinieblas. Un mundo sin luz. "La cortina del
santuario se rasgó", el templo ya no sirve, Dios está en la cruz. El pagano, un
centurión romano, reacciona y alaba a Dios: "Realmente este hombre era justo".
Las multitudes van volviendo a la ciudad "dándose golpes de pecho": no han
entendido nada.
Todos:
Padre, que nos encontremos con la satisfacción de haber hecho lo que
teníamos que hacer. Queremos reconocerte en la cruz de tantos hombres
de nuestro -tiempo. Permítenos asociarnos al centurión y alabarte
siempre.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Canto
Victoria, tú reinarás, oh, cruz, tú nos salvarás.
El Verbo en ti clavado muriendo nos rescató.
De ti, madero santo, nos viene la redención.
Extiende por el mundo tu reino de salvación.
Oh, cruz, fecunda fuente de vida y bendición.
Decimocuarta estación
JESÚS ES DEPOSITADO EN EL SEPULCRO
Todos:
Padre, que seamos auténticos discípulos de Jesús, que no nos paralice el
miedo a la violencia del poder ni el miedo a la muerte. Jesús en la cruz no
es una víctima, sino nuestro Salvador. Que el vía crucis sea una fuente
presente y permanente de fuerza y de vida para todos nosotros. Por
Jesucristo nuestro Señor.