Que Es El Arte
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Arte
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Para otros usos de este término, véase Arte (desambiguación).
La noción de arte continúa sujeta a profundas disputas, dado que su definición está
abierta a múltiples interpretaciones, que varían según la cultura, la época, el
movimiento, o la sociedad para la cual el término tiene un determinado sentido. El
vocablo ‘arte’ tiene una extensa acepción, pudiendo designar cualquier actividad
humana hecha con esmero y dedicación, o cualquier conjunto de reglas necesarias
para desarrollar de forma óptima una actividad: se habla así de “arte culinario”,
“arte médico”, “artes marciales”, “artes de arrastre” en la pesca, etc. En ese
sentido, arte es sinónimo de capacidad, habilidad, talento, experiencia. Sin
embargo, más comúnmente se suele considerar al arte como una actividad creadora del
ser humano, por la cual produce una serie de objetos (obras de arte) que son
singulares, y cuya finalidad es principalmente estética. En ese contexto, arte
sería la generalización de un concepto expresado desde antaño como “bellas artes”,
actualmente algo en desuso y reducido a ámbitos académicos y administrativos. De
igual forma, el empleo de la palabra arte para designar la realización de otras
actividades ha venido siendo sustituido por términos como ‘técnica’ u ‘oficio’. En
este artículo se trata de arte entendido como un medio de expresión humano de
carácter creativo.
Índice
1 Concepto
1.1 Evolución histórica del concepto de arte
1.2 Visión actual
2 Clasificación
3 Elementos del fenómeno artístico
4 Disciplinas artísticas
5 Estilos artísticos
6 Géneros artísticos
7 Técnicas artísticas
8 Restauración
9 Estética
10 Sociología del arte
11 Psicología del arte
12 Crítica de arte
13 Historiografía del arte
14 Historia del arte
14.1 Arte en la prehistoria (ca. 25000-3000 a. C.)
14.2 Arte antiguo (ca. 3000-300 a. C.)
14.3 Arte clásico (1000-300 d. C.)
14.4 Arte en la Alta Edad Media (siglo IV-siglo X)
14.5 Arte en la Baja Edad Media (900-1400)
14.6 Arte en la Edad Moderna (1400-1800)
14.7 Arte no europeo
14.8 Arte en la Edad contemporánea (1800-actualidad)
15 Véase también
16 Referencias
17 Bibliografía
18 Enlaces externos
Concepto
Artículo principal: Teoría del arte
El término arte procede del latín ars, y es el equivalente al término griego τέχνη
(téchne, de donde proviene ‘técnica’). Originalmente se aplicaba a toda la
producción realizada por el hombre y a las disciplinas del saber hacer. Así,
artistas eran tanto el cocinero, el jardinero o el constructor, como el pintor o el
poeta. Con el tiempo la derivación latina (ars -> arte) se utilizó para designar a
las disciplinas relacionadas con las artes de lo estético y lo emotivo; y la
derivación griega (téchne -> técnica), para aquellas disciplinas que tienen que ver
con las producciones intelectuales y de artículos de uso.3 En la actualidad es
difícil encontrar que ambos términos (arte y técnica) se confundan o utilicen como
sinónimos.
Con el manierismo comenzó el arte moderno: las cosas ya no se representan tal como
son, sino tal como las ve el artista. La belleza se relativiza, se pasa de la
belleza única renacentista, basada en la ciencia, a las múltiples bellezas del
manierismo, derivadas de la naturaleza. Apareció en el arte un nuevo componente de
imaginación, reflejando tanto lo fantástico como lo grotesco, como se puede
percibir en la obra de Brueghel o Arcimboldo. Giordano Bruno fue uno de los
primeros pensadores que prefiguró las ideas modernas: decía que la creación es
infinita, no hay centro ni límites –ni Dios ni hombre–, todo es movimiento,
dinamismo. Para Bruno, hay tantos artes como artistas, introduciendo la idea de
originalidad del artista. El arte no tiene normas, no se aprende, sino que viene de
la inspiración.9
A finales del siglo XIX surgió el esteticismo, que fue una reacción al utilitarismo
imperante en la época y a la fealdad y el materialismo de la era industrial. Frente
a ello, surgió una tendencia que otorgaba al arte y a la belleza una autonomía
propia, sintetizada en la fórmula de Théophile Gautier “el arte por el arte” (l'art
pour l'art), llegando incluso a hablarse de “religión estética”.15 Esta postura
pretendía aislar al artista de la sociedad, para que buscase de forma autónoma su
propia inspiración y se dejase llevar únicamente por una búsqueda individual de la
belleza.16 Así, la belleza se aleja de cualquier componente moral, convirtiéndose
en el fin último del artista, que llega a vivir su propia vida como una obra de
arte –como se puede apreciar en la figura del dandi–.17 Uno de los teóricos del
movimiento fue Walter Pater, que influyó sobre el denominado decadentismo inglés,
estableciendo en sus obras que el artista debe vivir la vida intensamente,
siguiendo como ideal a la belleza. Para Pater, el arte es “el círculo mágico de la
existencia”, un mundo aislado y autónomo puesto al servicio del placer, elaborando
una auténtica metafísica de la belleza.18
La estética sociológica tuvo una gran vinculación con el realismo pictórico y con
movimientos políticos de izquierdas, especialmente el socialismo utópico: autores
como Henri de Saint-Simon, Charles Fourier y Pierre Joseph Proudhon defendieron la
función social del arte, que contribuye al desarrollo de la sociedad, aunando
belleza y utilidad en un conjunto armónico. Por otro lado, en el Reino Unido, la
obra de teóricos como John Ruskin y William Morris aportó una visión funcionalista
del arte: en Las piedras de Venecia (1851-1856) Ruskin denunció la destrucción de
la belleza y la vulgarización del arte llevada a cabo por la sociedad industrial,
así como la degradación de la clase obrera, defendiendo la función social del arte.
En El arte del pueblo (1879) pidió cambios radicales en la economía y la sociedad,
reclamando un arte “hecho por el pueblo y para el pueblo”. Por su parte, Morris –
fundador del movimiento Arts & Crafts– defendió un arte funcional, práctico, que
satisfaga necesidades materiales y no solo espirituales. En Escritos estéticos
(1882-1884) y Los fines del arte (1887) planteó un concepto de arte utilitario pero
alejado de sistemas de producción excesivamente tecnificados, próximo a un concepto
del socialismo cercano al corporativismo medieval.21
Wilhelm Dilthey, desde la estética cultural, formuló una teoría acerca de la unidad
entre arte y vida. Prefigurando el arte de vanguardia, Dilthey ya vislumbraba a
finales del siglo XIX cómo el arte se alejaba de las reglas académicas, y cómo
cobraba cada vez mayor importancia la función del público, que tiene el poder de
ignorar o ensalzar la obra de un artista determinado. Encontró en todo ello una
“anarquía del gusto”, que achacó a un cambio social de interpretación de la
realidad, pero que percibió como transitorio, siendo necesario hallar «una relación
sana entre el pensamiento estético y el arte». Así, ofreció como salvación del arte
las “ciencias del espíritu”, especialmente la psicología: la creación artística
debe poder analizarse bajo el prisma de la interpretación psicológica de la
fantasía. En Vida y poesía (1905) presentó la poesía como expresión de la vida,
como ‘vivencia’ (Erlebnis) que refleja la realidad externa de la vida. La creación
artística tiene pues como función intensificar nuestra visión del mundo exterior,
presentándolo como un conjunto coherente y pleno de sentido.25
Visión actual
Fuente, de Marcel Duchamp. El siglo XX supone una pérdida del concepto de belleza
clásica para conseguir un mayor efecto en el diálogo artista-espectador.
El siglo XX ha supuesto una radical transformación del concepto de arte: la
superación de las ideas racionalistas de la Ilustración y el paso a conceptos más
subjetivos e individuales, partiendo del movimiento romántico y cristalizando en la
obra de autores como Kierkegaard y Nietzsche, suponen una ruptura con la tradición
y un rechazo de la belleza clásica. El concepto de realidad fue cuestionado por las
nuevas teorías científicas: la subjetividad del tiempo de Bergson, la Teoría de la
relatividad de Einstein, la mecánica cuántica, la teoría del psicoanálisis de
Freud, etc. Por otro lado, las nuevas tecnologías hacen que el arte cambie de
función, debido a que la fotografía y el cine ya se encargan de plasmar la
realidad. Todos estos factores producen la génesis del arte abstracto, el artista
ya no intenta reflejar la realidad, sino su mundo interior, expresar sus
sentimientos.26 El arte actual tiene oscilaciones continuas del gusto, cambia
simultáneamente junto a este: así como el arte clásico se sustentaba sobre una
metafísica de ideas inmutables, el actual, de raíz kantiana, encuentra gusto en la
conciencia social de placer (cultura de masas). También hay que valorar la
progresiva disminución del analfabetismo, puesto que antiguamente, al no saber leer
gran parte de la población, el arte gráfico era el mejor medio para la transmisión
del conocimiento –sobre todo religioso–, función que ya no es necesaria en el siglo
XX.
Isla Pagoda en la desembocadura del río Min (1870), de John Thomson. La fotografía
supuso una gran revolución a la hora de concebir el arte en el siglo XIX y el XX.
Representante del pragmatismo, John Dewey, en Arte como experiencia (1934), definió
el arte como “culminación de la naturaleza”, defendiendo que la base de la estética
es la experiencia sensorial. La actividad artística es una consecuencia más de la
actividad natural del ser humano, cuya forma organizativa depende de los
condicionamientos ambientales en que se desenvuelve. Así, el arte es “expresión”,
donde fines y medios se fusionan en una experiencia agradable. Para Dewey, el arte,
como cualquier actividad humana, implica iniciativa y creatividad, así como una
interacción entre sujeto y objeto, entre el hombre y las condiciones materiales en
las que desarrolla su labor.30
Como conclusión, cabría decir que las viejas fórmulas que basaban el arte en la
creación de belleza o en la imitación de la naturaleza han quedado obsoletas, y hoy
día el arte es una cualidad dinámica, en constante transformación, inmersa además
en los medios de comunicación de masas, en los canales de consumo, con un aspecto
muchas veces efímero, de percepción instantánea, presente con igual validez en la
idea y en el objeto, en su génesis conceptual y en su realización material.35
Morris Weitz, representante de la estética analítica, opinaba en El papel de la
teoría en la estética (1957) que «es imposible establecer cualquier tipo de
criterios del arte que sean necesarios y suficientes; por lo tanto, cualquier
teoría del arte es una imposibilidad lógica, y no simplemente algo que sea difícil
de obtener en la práctica». Según Weitz, una cualidad intrínseca de la creatividad
artística es que siempre produce nuevas formas y objetos, por lo que «las
condiciones del arte no pueden establecerse nunca de antemano». Así, «el supuesto
básico de que el arte pueda ser tema de cualquier definición realista o verdadera
es falso».36
Las siete artes liberales, imagen del Hortus deliciarum (siglo XII), de Herrad von
Landsberg.
La clasificación del arte, o de las distintas facetas o categorías que pueden
considerarse artísticas, ha tenido una evolución paralela al concepto mismo de
arte: como se ha visto anteriormente, durante la antigüedad clásica se consideraba
arte todo tipo de habilidad manual y destreza, de tipo racional y sujeta a reglas;
así, entraban en esa denominación tanto las actuales bellas artes como la artesanía
y las ciencias, mientras que quedaban excluidas la música y la poesía. Una de las
primeras clasificaciones que se hicieron de las artes fue la de los filósofos
sofistas presocráticos, que distinguieron entre “artes útiles” y “artes
placenteras”, es decir, entre las que producen objetos de cierta utilidad y las que
sirven para el entretenimiento. Plutarco introdujo, junto a estas dos, las “artes
perfectas”, que serían lo que hoy consideramos ciencias. Platón, por su parte,
estableció la diferencia entre “artes productivas” y “artes imitativas”, según si
producían objetos nuevos o imitaban a otros.38
Durante la era romana hubo diversos intentos de clasificar las artes: Quintiliano
dividió el arte en tres esferas: “artes teóricas”, basadas en el estudio
(principalmente, las ciencias); “artes prácticas”, basadas en una actividad, pero
sin producir nada (como la danza); y “artes poéticas” –según la etimología griega,
donde ποίησις (poíêsis) quiere decir ‘producción’–, que son las que producen
objetos. Cicerón catalogó las artes según su importancia: “artes mayores” (política
y estrategia militar), “artes medianas” (ciencias, poesía y retórica) y “artes
menores” (pintura, escultura, música, interpretación y atletismo). Plotino
clasificó las artes en cinco grupos: las que producen objetos físicos
(arquitectura), las que ayudan a la naturaleza (medicina y agricultura), las que
imitan a la naturaleza (pintura), las que mejoran la acción humana (política y
retórica) y las intelectuales (geometría).39
Sin embargo, la clasificación que tuvo más fortuna –llegando hasta la era moderna–
fue la de Galeno en el siglo II, que dividió el arte en “artes liberales” y “artes
vulgares”, según si tenían un origen intelectual o manual. Entre las liberales se
encontraban: la gramática, la retórica y la dialéctica –que formaban el trivium–, y
la aritmética, la geometría, la astronomía y la música –que formaban el
quadrivium–; las vulgares incluían la arquitectura, la escultura y la pintura, pero
también otras actividades que hoy consideramos artesanía.40
Durante la Edad Media continuó la división del arte entre artes liberales y
vulgares –llamadas estas últimas entonces “mecánicas”–, si bien hubo nuevos
intentos de clasificación: Boecio dividió las artes en ars y artificium,
clasificación similar a la de artes liberales y vulgares, pero en una acepción que
casi excluía las formas manuales del campo del arte, dependiendo este tan solo de
la mente. En el siglo XII, Radulfo de Campo Lungo intentó hacer una clasificación
de las artes mecánicas, reduciéndolas a siete, igual número que las liberales. En
función de su utilidad cara a la sociedad, las dividió en: ars victuaria, para
alimentar a la gente; lanificaria, para vestirles; architectura, para procurarles
una casa; suffragatoria, para darles medios de transporte; medicinaria, que les
curaba; negotiatoria, para el comercio; militaria, para defenderse.41
Las Meninas (1656), de Velázquez, fue un alegato de la figura del pintor como
artista inspirado, frente a la condición de simple artesano que hasta entonces se
tenía del oficio de pintor.
Sin embargo, faltaba aglutinar estas artes del diseño con el resto de actividades
consideradas artísticas (música, poesía y teatro), tarea que se desarrolló durante
los dos siglos siguientes con varios intentos de buscar un nexo común a todas estas
actividades: así, el humanista florentino Giannozzo Manetti propuso el término
“artes ingeniosas”, donde incluía las artes liberales, por lo que solo cambiaba el
vocablo; el filósofo neoplatónico Marsilio Ficino elaboró el concepto de “artes
musicales”, argumentando que la música era la inspiración para todas las artes; en
1555, Giovanni Pietro Capriano introdujo en su De vera poetica la acepción “artes
nobles”, apelando a la elevada finalidad de estas actividades; Lodovico Castelvetro
habló en su Correttione (1572) de “artes memoriales”, ya que según él estas artes
buscaban fijar en objetos la memoria de cosas y acontecimientos; Claude-François
Menestrier, historiador francés del siglo XVII, formuló la idea de “artes
pictóricas”, remarcando el carácter visual del arte; Emanuele Tesauro ideó en 1658
la noción de “artes poéticas”, inspirado en la célebre cita de Horacio ut pictura
poesis (la pintura como la poesía), describiendo el componente poético y metafórico
de estas artes; ya en el siglo XVIII, coincidieron en un mismo año (1744) dos
definiciones, la de “artes agradables” de Giambattista Vico, y la de “artes
elegantes” de James Harris; por último, en 1746, Charles Batteux estableció en Las
bellas artes reducidas a un único principio la concepción actual de bellas artes,
remarcando su aspecto de imitación (imitatio).43
Batteux incluyó en las bellas artes pintura, escultura, música, poesía y danza,
mientras que mantuvo el término artes mecánicas para el resto de actividades
artísticas, y señaló como actividades entre ambas categorías la arquitectura y la
retórica, si bien al poco tiempo se eliminó el grupo intermedio y la arquitectura y
la retórica se incorporaron plenamente a las bellas artes. Sin embargo, con el
tiempo, esta lista sufrió diversas variaciones, y si bien se aceptaba comúnmente la
presencia de arquitectura, pintura, escultura, música y poesía, los dos puestos
restantes oscilaron entre la danza, la retórica, el teatro y la jardinería, o, más
adelante, nuevas disciplinas como la fotografía y el cine. El término “bellas
artes” hizo fortuna, y quedó fijado como definición de todas las actividades
basadas en la elaboración de objetos con finalidad estética, producidos de forma
intelectual y con voluntad expresiva y trascendente. Así, desde entonces las artes
fueron “bellas artes”, separadas tanto de las ciencias como de los oficios
manuales. Por eso mismo, durante el siglo XIX se fue produciendo un nuevo cambio
terminológico: ya que las artes eran solo las bellas artes, y el resto de
actividades no lo eran, poco a poco se fue perdiendo el término ‘bellas’ para
quedar solo el de ‘artes’, quedando la acepción ‘arte’ tal como la entendemos hoy
día. Incluso sucedió que entonces se restringió el término “bellas artes” para
designar las artes visuales, las que en el Renacimiento se denominaban “artes del
diseño” (arquitectura, pintura y escultura), siendo las demás las “artes en
general”. También hubo una tendencia cada vez más creciente a separar las artes
visuales de las literarias, que recibieron el nombre de “bellas letras”.44 Se
podría decir que las “bellas artes” son aquellas que cumplen con ciertas
características estéticas dignas de ser admiradas: tienen como objetivo expresar la
belleza aunque esta sea definida por el artista o por la particular perspectiva del
observador, cayendo en la ambigüedad de lo que es bello. Gary Martin señaló que
debido a que constituye una experiencia subjetiva, a menudo se dice que «la belleza
está en el ojo del observador». Las “bellas artes” han tenido históricamente tal
adjetivo debido a que representan la máxima expresión sentimental del ser humano
desde épocas remotas.
Cinco artes son comúnmente citadas en el siglo XIX, a las cuales en el siglo XX se
le añadirán cuatro más para llegar a un total de nueve artes, sin ser capaces los
expertos y críticos de ponerse de acuerdo sobre la clasificación un "décimo arte".
Al final del siglo XX, la siguiente lista establece las nuevas clasificaciones, al
igual que el número de musas antiguas:
Arquitectura
Escultura
Artes visuales, que incluyen la pintura, el dibujo y el grabado
Música
Literatura, que incluye la poesía
Artes escénicas, que incluyen el teatro, la danza, el mimo y el circo
Cinematografía
Fotografía
Historieta
Ciertos críticos e historiadores consideran otras artes en la lista, como la
gastronomía, la perfumería, la televisión, la moda, la publicidad, la animación y
los videojuegos. En la actualidad existe aún cierta discrepancia sobre cuál sería
el “décimo arte”.46
Artes visuales
Arquitectura: es el arte de proyectar y construir edificios. Denominada a veces
como el “arte del espacio”, la arquitectura es un proceso técnico y de diseño que
procura mediante diversos materiales la construcción de estructuras que organizan
el espacio para su utilización por el ser humano. Inicialmente destinada a la
construcción de viviendas, con el tiempo se ha ido diversificando en distintas
tipologías con fines muy diversos, desde espacios de culto religioso hasta
instalaciones militares, pasando por edificios públicos (ayuntamientos, escuelas,
universidades, hospitales, bibliotecas, museos, etc.), fábricas, instalaciones
deportivas, obras de ingeniería (puentes, carreteras), estaciones de transporte
(ferrocarriles, puertos, aeropuertos), etc. Igualmente, la arquitectura ha asumido
con el tiempo diversas competencias, como el urbanismo, el paisajismo, obras de
salud pública (alcantarillado, canalizaciones), etc.
Arte corporal: es el que utiliza el cuerpo humano como soporte. Incluye actividades
como el maquillaje, el vestuario, la peluquería, el tatuaje, el piercing, etc.
Arte digital: es el realizado por medios digitales, como el vídeo o la informática,
vinculado a menudo a las instalaciones, o que utiliza diversos soportes, como
Internet, un ejemplo son los videojuegos.
Arte efímero: es el que tiene una duración determinada en el tiempo, ya que en la
génesis de su concepción estriba ya el hecho de que sea perecedero. Incluye
diversas formas de arte conceptual y de acción, como el happening y la performance.
También engloba diversas actividades como la gastronomía, la perfumería, la
pirotecnia, etc. Un punto esencial de este tipo de actividades es la participación
del público.
Artes decorativas o aplicadas: término aplicado preferentemente a las artes
industriales, así como a la pintura y la escultura, cuando su objetivo no es el de
generar una obra única y diferenciada, sino que buscan una finalidad decorativa y
ornamental.
Artes gráficas: son las que se realizan por medio de un proceso de impresión; así,
son artes gráficas tanto el grabado como la fotografía, el cartelismo o el cómic, o
cualquier actividad artística que utilice un medio impreso. En su realización
intervienen, por un lado, la creación de un diseño y, por otro, su traslado a un
determinado sustrato —como el papel—. Las artes gráficas aparecieron con la
invención de la imprenta por Johannes Gutenberg hacia 1450, agrupando todos los
oficios que se relacionaban con la impresión tipográfica. Más tarde, la necesidad
de generar impresiones de mejor calidad propició la aparición de la preprensa o
fotomecánica.
Artes industriales: son las desarrolladas con una elaboración industrial o
artesanal pero persiguiendo una cierta finalidad estética, sobre todo en la
elaboración de determinados objetos como vestidos, viviendas y utensilios, así como
diversos elementos de decoración. Muchas artes decorativas son también
industriales.
Artes y oficios: son las que comportan un trabajo manual, que puede tener un
carácter artesanal o industrial. Engloba diversas actividades como la cerámica, la
corioplastia, la ebanistería, la forja, la jardinería, la joyería, el mosaico, la
orfebrería, la tapicería, la vidriería, etc.
Cinematografía: técnica basada en la reproducción de imágenes en movimiento, el
cine surgió con el invento del cinematógrafo por los hermanos Lumière en 1895. Si
bien en principio únicamente suponía la captación de imágenes del natural, como si
fuese un documental, enseguida la cinematografía evolucionó hacia la narración de
historias mediante la utilización de guiones y procesos técnicos como el montaje,
que permitían rodar escenas y ordenarlas de forma que presentase una historia
coherente. Con la incorporación de elementos tomados del teatro —proceso iniciado
por Méliès—, el cine alcanzó un grado de auténtica artisticidad, siendo bautizado
como el séptimo arte, término propuesto por Ricciotto Canudo en 1911.
Dibujo: representación gráfica realizada por medio de líneas, trazos y sombras,
elaborados mediante lápiz, pluma u objetos similares. El dibujo está en la base de
casi cualquier obra artística, pues la mayoría de obras pictóricas se realizan
sobre un esbozo dibujado sobre el lienzo, sobre el que posteriormente se pinta;
igualmente, muchas esculturas son diseñadas primero en dibujo, e incluso la
arquitectura se basa en planos dibujados. Aparte de esto, el dibujo tiene una
indudable autonomía artística, siendo innumerables los dibujos realizados por la
mayoría de grandes artistas a lo largo de la Historia.
Diseño: es la traza o delineación de cualquier elemento relacionado con el ser
humano, sea un edificio, un vestido, un peinado, etc. Utilizado habitualmente en el
contexto de las artes aplicadas, ingeniería, arquitectura y otras disciplinas
creativas, el diseño se define como el proceso previo de configuración mental de
una obra, mediante esbozos, dibujos, bocetos o esquemas trazados en cualquier
soporte. El diseño tiene un componente funcional y otro estético, ha de satisfacer
necesidades pero ha de agradar a los sentidos. Comprende multitud de disciplinas y
oficios dependiendo del objeto a diseñar y de la participación en el proceso de una
o varias personas o especialidades.
Escultura: es el arte de modelar figuras en volumen, mediante diversos materiales
como el barro, la piedra, la madera, el metal, etc. Es un arte espacial, donde el
autor se expresa mediante volúmenes y formas dimensionales. En la escultura se
incluyen todas las artes de talla y cincel, junto con las de fundición y moldeado,
y a veces el arte de la alfarería. Puede ser en talla exenta –también llamada de
bulto redondo– o en relieve sobre diversas superficies.
Fotografía: es una técnica que permite capturar imágenes del mundo sensible y
fijarlas en un soporte material –una película sensible a la luz o un sensor
digital–. Se basa en el principio de la cámara oscura, con la cual se consigue
proyectar una imagen captada por un pequeño agujero sobre una superficie, de tal
forma que el tamaño de la imagen queda reducido y aumentada su nitidez. La
fotografía moderna comenzó con la construcción del daguerrotipo por Louis-Jacques-
Mandé Daguerre, a partir de donde se fueron perfeccionando los procedimientos
técnicos para su captación y reproducción. Pese a tomar sus imágenes de la
realidad, la fotografía fue enseguida considerada un arte, pues se reconoce que la
visión aportada por el fotógrafo a la hora de elegir una toma o encuadre es un
proceso artístico, realizado con una voluntad estética.
Grabado: el grabado es una técnica de elaboración de estampas artísticas mediante
una plancha de madera o metal trabajada según diversos procedimientos: aguafuerte,
aguatinta, calcografía, grabado al buril, grabado a media tinta, grabado a punta
seca, linograbado, litografía, serigrafía, xilografía, etc.
Historieta: la historieta o cómic es una representación gráfica mediante la cual se
narra una historia a través de una sucesión de viñetas, en las que mediante dibujos
–en color o blanco y negro– y textos enmarcados en unos recuadros llamados
“bocadillos” se va presentando la acción narrada, en un sentido lineal. Derivada de
la caricatura, la historieta se desarrolló a partir del siglo XIX sobre todo en
medios periodísticos, en tiras insertadas generalmente en las secciones de
entretenimiento de los periódicos, aunque pronto adquirieron autonomía propia y
empezaron a ser editadas en forma de álbumes. Aunque comenzó dentro del género
humorístico, posteriormente aparecieron historietas de todos los géneros,
alcanzando gran éxito a nivel popular durante el siglo XX.
Pintura: es el arte y técnica de crear imágenes a través de la aplicación de
pigmentos de color sobre una superficie, sea papel, tela, madera, pared, etc. Se
suele dividir en pintura mural (fresco, temple) o de caballete (temple, óleo,
pastel), e igualmente puede clasificarse según su género (retrato, paisaje,
bodegón, etc.). La pintura ha sido durante siglos el principal medio para
documentar la realidad, el mundo circundante, reflejando en sus imágenes el devenir
histórico de las distintas culturas que han sucedido a lo largo del tiempo, así
como sus costumbres y condiciones materiales.
Artes escénicas
Danza: la danza es una forma de expresión del cuerpo humano, que consiste en una
serie de movimientos rítmicos al compás de una música –aunque esta última no es del
todo imprescindible–. Entre sus modalidades figura el ballet o danza clásica,
aunque existen innumerables tipos de danzas rituales y folclóricas entre las
diversas culturas y sociedades humanas, así como infinitud de bailes populares. Las
técnicas de danza requieren una gran concentración para dominar todo el cuerpo, con
especial hincapié en la flexibilidad, la coordinación y el ritmo.
Teatro: es un arte escénico que tiene por objetivo la representación de un drama
literario, a través de unos actores que representan unos papeles establecidos,
combinado con una serie de factores como son la escenografía, la música, el
espectáculo, los efectos especiales, el maquillaje, el vestuario, los objetos de
atrezzo, etc. Se realiza sobre un escenario, siendo parte esencial de la obra el
dirigirse a un público. El teatro puede incluir, en exclusiva o de forma combinada,
diversos tipos de modalidades escénicas, como la ópera, el ballet y la pantomima.
Artes musicales
Canto coral: es el realizado por un grupo de voces, bien masculinas o femeninas, o
mixtas, que interpretan una canción o melodía de forma conjunta, aunando sus voces
para ofrecer una sola voz musical. Entre las diversas formas de canto coral figura
el canto gregoriano.
Música sinfónica: la música es el arte de organizar sensible y lógicamente una
combinación coherente de sonidos y silencios utilizando los principios
fundamentales de la melodía, la armonía y el ritmo. En su vertiente sinfónica, se
considera que es la música instrumental interpretada por una orquesta formada por
los principales instrumentos de viento (madera y metal), cuerda y percusión.
Ópera: es un arte donde se combina la música con el canto, sobre la base de un
guion (libreto) interpretado según los principios de las artes escénicas. La
interpretación es realizada por cantantes de diversos registros vocales: bajo,
barítono, tenor, contralto, mezzosoprano y soprano.
Artes literarias
Narrativa: es el arte de escribir en prosa, recreando en palabras sucesos reales o
ficticios, que el escritor dispone de forma adecuada para su correcta comprensión
por el lector, con finalidades informativas o recreativas, expresadas con un
lenguaje que puede variar desde un aspecto descriptivo hasta otro imaginario o de
diversa índole. Entre las diversas formas de narrativa se encuentran la novela y el
cuento.
Poesía: es una composición literaria basada en la métrica y el ritmo, dispuesta a
través de una estructura de versos y estrofas que pueden tener diversas formas de
rima, aunque también pueden ser de verso libre. Su contenido puede ser igualmente
realista o ficticio, aunque por lo general la poesía siempre suele tener un aspecto
evocador e intimista, siendo el principal vehículo de expresión del componente más
emotivo del ser humano.
Drama: es una forma de escritura basada en el diálogo de diversos personajes, que
van contando una historia a través de la sucesión cronológica y argumental de
diversas escenas donde se va desarrollando la acción. Aunque tiene un carácter
literario autónomo, generalmente está concebido para ser representado de forma
teatral, por lo que el drama está íntimamente ligado a las artes escénicas.
Estilos artísticos
Artículo principal: Movimiento artístico
Cada periodo histórico ha tenido unas características concretas y definibles,
comunes a otras regiones y culturas, o bien únicas y diferenciadas, que han ido
evolucionando con el devenir de los tiempos. De ahí surgen los estilos artísticos,
que pueden tener un origen geográfico o temporal, o incluso reducirse a la obra de
un artista en concreto, siempre y cuando se produzcan unas formas artísticas
claramente definitorias. ‘Estilo’ proviene del latín stilus (‘punzón’), escrito en
época medieval como stylus por influencia del término griego στύλος (stylos,
‘columna’). Antiguamente, se denominaba así a un tipo de punzón para escribir sobre
tablillas de cera; con el tiempo, pasó a designar tanto el instrumento, como el
trabajo del escritor y su manera de escribir. El concepto de estilo surgió en
literatura, pero pronto se extendió al resto de artes, especialmente música y
danza. Actualmente se emplea este término en su sentido metonímico, es decir, como
aquella cualidad que identifica la forma de trabajar, de expresarse o de concebir
una obra de arte por parte del artista, o bien, en sentido más genérico, de un
conjunto de artistas u obras que tienen diversos puntos en común, agrupados
geográfica o cronológicamente. Así, el estilo puede ser tanto un conjunto de
caracteres formales, bien individuales –la forma de escribir, de componer o de
elaborar una obra de arte por parte de un artista–, o bien colectivos –de un grupo,
una época o un lugar geográfico–, como un sistema orgánico de formas, en que sería
la conjunción de determinados factores la que generaría la forma de trabajar del
grupo, como en el arte románico, gótico, barroco, etc. Según Focillon, un estilo es
«un conjunto coherente de formas unidas por una conveniencia recíproca, sumisas a
una lógica interna que las organiza».
Estilos artísticos
Fase preclásica:
Kurós del Asclepeion de Paros.
Fase clásica:
Discóbolo, de Mirón.
Fase manierista:
Apolo Sauróctono, de Praxíteles.
Fase barroca:
Laocoonte y sus hijos, de Agesandro, Polidoro y Atenodoro de Rodas.
Fase arcaizante:
Grupo de San Ildefonso, escultura romana inspirada en modelos griegos.
Fase recurrente:
Napoleón divinizado, de Antonio Canova, escultura neoclasicista inspirada en
modelos clásicos grecorromanos.
Géneros artísticos
Artículo principal: Tema artístico
Un género artístico es una especialización temática en que se suelen dividir las
diversas artes. Antiguamente se denominaba “pintores de género” a los que se
ocupaban de un solo tema: retratos, paisajes, pinturas de flores, animales, etc. El
término tenía un cierto sentido peyorativo, ya que parecía que el artista que
trataba solo esos asuntos no valía para otros, y se contraponía al “pintor de
historia”, que en una sola composición trataba diversos elementos (paisaje,
arquitectura, figuras humanas). En el siglo XVIII, el término se aplicó al pintor
que representaba escenas de la vida cotidiana, opuesto igualmente al pintor de
historia, que trataba temas históricos, mitológicos, etc. En cambio, en el siglo
XIX, al perder la pintura de historia su posición privilegiada, se otorgó igual
categoría a la historia que al paisaje, retrato, etc. Entonces, la pintura de
género pasó a ser la que no trataba las principales cuatro clases reconocidas:
historia, retrato, paisaje y marina. Así, un pintor de género era el que no tenía
ningún género definido. Por último, al eliminar cualquier jerarquía en la
representación artística, actualmente se considera pintura de género cualquier obra
que represente escenas de la vida cotidiana, temas anecdóticos, al tiempo que aún
se habla de géneros artísticos para designar los diversos temas que han sido
recurrentes en la Historia del arte (paisaje, retrato, desnudo, bodegón), haciendo
así una síntesis entre los diversos conceptos anteriores.62
Retrato:
La Gioconda (1503), de Leonardo da Vinci.
Paisaje:
Puerto con el embarque de la Reina de Saba (1648), de Claudio de Lorena.
Desnudo:
Venus del espejo (1647-1651), de Diego Velázquez.
Bodegón:
Bodegón con cebollas (1895-1900), de Paul Cézanne.
Técnicas artísticas
Vidriera: Moisés en el monte Sinaí y Moisés ante el faraón (siglo XIII), Catedral
de Colonia, Alemania.
Vidriera: se realiza sobre cristales engarzados en madera, yeso, oro o plomo, los
cuales se van encajando con láminas de plomo, estañándolos, con una capa de masilla
(blanco pintor con aceite de linaza). Las vidrieras antiguas tienen grisallas,
óxido férrico líquido, aplicado para dibujar con precisión detalles pequeños; hacia
1340 se sustituyó por el óxido de plata y, a partir de aquí, ya no se hacen
cristales de colores, sino que se colorea sobre cristal blanco.
Esmalte: es una pasta de vidrio (sílice, cal, potasa, plomo y minio), sobre soporte
de metal, trabajado según diversas técnicas: cloisonné, pequeños filamentos de oro
o cobre, con los que se dibuja la figura sobre el soporte, para separar el esmalte
en tabiques; champlevé, rebajando el soporte en alvéolos, ahuecando el material en
concavidades, rellenadas con el esmalte; ajougé, superficie de oro donde se
recortan las formas con sierras o limas, rellenando con esmalte la parte eliminada.
Cerámica
Se realiza con arcilla, en cuatro clases: barro cocido poroso rojo-amarillento
(alfarería, terracota, bizcocho); barro cocido poroso blanco (loza); barro cocido
no poroso gris, pardo o marrón (gres); barro cocido compacto no poroso blanco medio
transparente (porcelana). Se puede elaborar de forma manual o mecánica —con torno—,
después se cuece en el horno –a temperaturas entre 400º y 1300 º, según el tipo–, y
se decora con esmalte o pintura.69
Orfebrería
Es el arte de confeccionar objetos decorativos con metales nobles o piedras
preciosas, como el oro, plata, diamante, perla, ámbar, coral, etc.
Restauración
Artículo principal: Restauración (arte)
Estética
Artículo principal: Estética
Según Arnold Hauser, las «obras de arte son provocaciones con las cuales
polemizamos», pero que no nos explicamos. Las interpretamos de acuerdo con nuestras
propias finalidades y aspiraciones, les trasladamos un sentido cuyo origen está en
nuestras formas de vida y hábitos mentales. Nosotros, «de todo arte con el cual
tenemos una relación auténtica hacemos un arte moderno». Hoy día, el arte ha
establecido unos conjuntos de relaciones que permiten englobar dentro de una sola
interacción la obra de arte, el artista o creador y el público receptor o
destinatario. Hegel, en su Estética, intentó definir la trascendencia de esta
relación diciendo que «la belleza artística es más elevada que la belleza de la
naturaleza, ya que cambia las formas ilusorias de este mundo imperfecto, donde la
verdad se esconde tras las falsas apariencias para alcanzar una verdad más elevada
creada por el espíritu».
El arte es también un juego con las apariencias sensibles, los colores, las formas,
los volúmenes, los sonidos, etc. Es un juego gratuito donde se crea de la nada o de
poco más que la nada una apariencia que no pretende otra cosa que engañarnos. Es un
juego placentero que satisface nuestras necesidades eternas de simetría, de ritmo o
de sorpresa. La sorpresa que para Baudelaire es el origen de la poesía. Así, según
Kant, el placer estético deriva menos de la intensidad y la diversidad de
sensaciones, que de la manera, en apariencia espontánea, por la cual ellas
manifiestan una profunda unidad, sensible en su reflejo, pero no conceptualizable.
Para Ernst Gombrich, «en realidad el arte no existe: solo hay artistas». Más
adelante, en la introducción de su obra La historia del arte, dice que no tiene
nada de malo que nos deleitemos en el cuadro de un paisaje porque nos recuerda
nuestra casa, o en un retrato porque nos recuerda un amigo, ya que, como humanos
que somos, cuando miramos una obra de arte estamos sometidos a un conjunto de
recuerdos que para bien o para mal influyen sobre nuestros gustos. Siguiendo a
Gombrich, se puede ver cómo a los artistas también les sucede algo parecido: en el
Retrato de un niño (Nicholas Rubens), el pintor flamenco Rubens lo representó
hermoso, ya que seguramente se sentía orgulloso del aspecto del niño, y nos quiso
transmitir su pasión de padre a la vez que de artista; en el Retrato de la madre,
el pintor alemán Alberto Durero la dibujó con la misma devoción y amor que Rubens
sentía por su hijo, pero aquí vemos un estudio fiel de la cara de una mujer vieja,
no hay belleza natural, pero Durero, con su enorme sinceridad, creó una gran obra
de arte.
Crítica de arte
Artículo principal: Crítica de arte
En la génesis de la crítica de arte hay que valorar, por un lado, el acceso del
público a las exposiciones artísticas, que unido a la proliferación de los medios
de comunicación de masas desde el siglo XVIII produjo una vía de comunicación
directa entre el crítico y el público al que se dirige. Por otro lado, el auge de
la burguesía como clase social que invirtió en el arte como objeto de ostentación,
y el crecimiento del mercado artístico que llevó consigo, propiciaron el ambiente
social necesario para la consolidación de la crítica artística. La crítica de arte
ha estado generalmente vinculada al periodismo, ejerciendo una labor de portavoces
del gusto artístico que, por una parte, les ha conferido un gran poder, al ser
capaces de hundir o encumbrar la obra de un artista, pero por otra les ha hecho
objeto de feroces ataques y controversias. Otra faceta a remarcar es el carácter de
actualidad de la crítica de arte, ya que se centra en el contexto histórico y
geográfico en el que el crítico desarrolla su labor, inmersa en un fenómeno cada
vez más dinámico como es el de las corrientes de moda. Así, la falta de
historicidad para emitir un juicio sobre bases consolidadas, lleva a la crítica de
arte a estar frecuentemente sustentada en la intuición del crítico, con el factor
de riesgo que ello conlleva. Sin embargo, como disciplina sujeta a su tiempo y a la
evolución cultural de la sociedad, la crítica de arte siempre revela un componente
de pensamiento social en el que se ve inmersa, existiendo así diversas corrientes
de crítica de arte: romántica, positivista, fenomenológica, semiológica, etc.81
Para ser justa, es decir, para tener su razón de ser, la crítica debe ser parcial,
apasionada, política; esto es: debe adoptar un punto de vista exclusivo, pero un
punto de vista exclusivo que abra al máximo los horizontes.
Charles Baudelaire, Salón de 1846.82
Entre los críticos de arte ha habido desde famosos escritores hasta los propios
historiadores del arte, que muchas veces han pasado del análisis metodológico a la
crítica personal y subjetiva, conscientes de que era un arma de gran poder hoy día.
Como nombres, se podría citar a Charles Baudelaire, John Ruskin, Oscar Wilde, Émile
Zola, Joris-Karl Huysmans, Guillaume Apollinaire, Wilhelm Worringer, Clement
Greenberg, Michel Tapié, etc.; en el mundo hispanohablante, destacan Eugeni d'Ors,
Aureliano de Beruete, Jorge Romero Brest, Juan Antonio Gaya Nuño, Alexandre Cirici,
Juan Eduardo Cirlot, Enrique Lafuente Ferrari, Rafael Santos Torroella, Francisco
Calvo Serraller, José Corredor Matheos, Irma Arestizábal, Ticio Escobar, Raúl
Zamudio, etc.83
Durante el siglo XIX, la nueva disciplina buscó una formulación más práctica y
rigurosa, sobre todo desde la aparición del positivismo. Sin embargo, esta tarea se
abordó desde diversas metodologías que supusieron una gran multiplicidad de
tendencias historiográficas: el romanticismo impuso una visión historicista y
revivalista del pasado, rescatando y poniendo nuevamente de moda estilos artísticos
que habían sido minusvalorados por el neoclasicismo winckelmanniano; así lo vemos
en la obra de Ruskin, Viollet-le-Duc, Goethe, Schlegel, Wackenroder, etc. En
cambio, la obra de autores como Karl Friedrich von Rumohr, Jacob Burckhardt o
Hippolyte Taine, supuso un primer intento serio de formular una Historia del arte
basada en criterios científicos, basándose en el análisis crítico de las fuentes
historiográficas. Por otro lado, Giovanni Morelli introdujo el concepto del
connoisseur, el experto en arte, que lo analiza en base tanto a sus conocimientos
como a su intuición.87
Venus de Willendorf
Arte prehistórico: es el desarrollado por el ser humano primitivo desde el
paleolítico superior hasta el neolítico, periodos donde surgieron las primeras
manifestaciones que se pueden considerar como artísticas por parte del ser humano.
En el paleolítico, el ser humano se dedicaba a la caza y recolección, y vivía en
cuevas, elaborando la llamada pintura rupestre. En el neolítico, se vuelve
sedentario y se dedica a la agricultura, con sociedades cada vez más complejas
donde va cobrando importancia la religión, como se puede ver en los monumentos
megalíticos, y comienza la producción de piezas de artesanía.90
Arte antiguo (ca. 3000-300 a. C.)
Artículo principal: Arte antiguo
En Egipto y Mesopotamia surgieron las primeras civilizaciones, y sus
artistas/artesanos elaboraron complejas obras de arte que suponen ya una
especialización profesional.
El puente Ōhashi en Atake bajo una lluvia repentina (1857), de Utagawa Hiroshige,
Brooklyn Museum of Art, Nueva York.
Arte precolombino: las primeras grandes civilizaciones surgieron en México: los
olmecas realizaban esculturas de piedra de gran naturalismo (Luchador, hallado en
Santa María Uxpanapán), así como colosales cabezas monolíticas de hasta 3,5 metros
de altura; los zapotecas construyeron el magnífico conjunto de la Ciudad de los
Templos, en el Monte Albán. Posteriormente, los mayas desarrollaron un arte de
signo religioso, donde destacaban los templos, de forma piramidal (Tikal, Uxmal,
Templo de Kukulcán en Chichén Itzá). Los toltecas construyeron el Templo del Dios
de la Estrella Matutina en Tula, y nos han dejado una de las mejores muestras de
escultura precolombina: el Chac Mool. Los aztecas consagraron el arte a la
expresión del poder, destacando su capital, Tenochtitlán. En Perú la primera
cultura de relevancia fue la de Chavín de Huántar (900 a.C.), complejo religioso
donde destaca el templo, edificado sobre tres pisos de galerías. Otras culturas
remarcables de la región fueron la de Paracas, la moche y la nazca –con sus
enigmáticas líneas de Nazca–. Más adelante, los incas crearon una cultura muy
desarrollada, con una notable arquitectura e ingeniería civil, destacando la ciudad
de Machu Picchu.97
Arte africano: su principal peculiaridad ha sido siempre su carácter mágico-
religioso, con obras de madera, piedra o marfil, en máscaras y figuras exentas de
carácter más o menos antropomórfico. La primera producción de cierta relevancia fue
la cultura Nok, en el primer milenio a.C., situada en el norte de la actual
Nigeria. En Sudán se desarrollaron las culturas kerma y meroe, caracterizadas por
sus monumentales construcciones en barro, sus armas y su cerámica. En Etiopía
destacó la ciudad de Aksum, siendo de remarcar sus estelas en forma de pilares
monolíticos, de carácter funerario, de hasta 20 metros de altura. En Zimbabue
floreció la cultura Monomotapa (siglos XI-XV), cuya capital, Gran Zimbabue, fue una
de las ciudades más grandes de toda África. En Ifé (Nigeria), de cultura yoruba,
surgió en los siglos XII-XIII una notable escuela de figuras en terracota, de gran
naturalismo. De esta época datan también las iglesias talladas en la roca de
Lalibela, en Etiopía. En Malí destacaron las construcciones en adobe, como la Gran
Mezquita de Djenné, datada inicialmente del siglo XIII pero reconstruida varias
veces.98
Arte indio: tiene un carácter principalmente religioso, sirviendo como vehículo de
transmisión de las distintas religiones que han jalonado la India: hinduismo,
budismo, islamismo, etc. La primera gran civilización se produjo en la ciudad de
Mohenjo-Dāro, que muestra un planificado urbanismo, con edificios públicos
construidos en barro cocido y ladrillo. Entre los siglos III y II a.C. se
desarrolló el arte maurya, de signo budista, destacando como monumento
característico la stūpa, túmulo funerario de carácter conmemorativo, generalmente
recubierto de relieves con escenas de la vida de Buda, como la Stūpa de Sānchi.
Otras muestras de arte budista fueron: el arte de Gandhāra, con influencia
helenística y sasánida; el de Mathurā, que mezclaba elementos tradicionales indios
con motivos grecorromanos; y el de Amarāvatī, igualmente de influencia
grecorromana, destacando la gran stūpa de Amarāvati, de 50 metros de altura. Entre
los siglos IV y VIII se desarrolló el arte gupta, donde destacan los grandes
santuarios rupestres o vihara (Ajantā, Ellorā, Elephanta). El arte hindú tuvo su
apogeo entre los siglos VIII y XII, con un tipo de santuario característico
denominado śikhara, como el de Udaipur. Entre los siglos X y XI se produjo el arte
de Khajurāhō, máxima expresión del arte indoario por la elegancia formal y estética
de sus templos, así como de la escultura que los adorna. Por último, tras la
invasión musulmana se produjo el arte mogol, de formas islámicas, destacando el Taj
Mahal (siglo XVII).99
Arte chino: como la mayoría del arte oriental tiene un fuerte sello religioso –
principalmente taoísmo, confucianismo y budismo–. Se suele estudiar por etapas, que
coinciden con las dinastías reinantes: la Dinastía Shang (1600-1046 a.C.) destacó
por sus objetos y esculturas en bronce, especialmente vasijas decoradas en relieve
y máscaras y estatuas antropomórficas, como las halladas en la zona de Chengdu. La
Dinastía Zhou (1045-256 a.C.) creó un estilo decorativo y ornamentado, de figuras
estilizadas y dinámicas, continuando el trabajo en cobre. La Dinastía Qin (221-206
a.C.) destacó por la construcción de la Gran Muralla, así como el hallazgo
arqueológico del Ejército de terracota de Xian. La Dinastía Han (206 a.C.-220 d.C.)
vio la introducción del budismo, destacando por la pintura y los relieves en
santuarios y cámaras de ofrendas. Durante el Periodo de las Seis dinastías (220-
618) se difundió más ampliamente el budismo, construyéndose grandes santuarios con
estatuas colosales de Buda (Yungang, Longmen). La Dinastía Tang (618-907) fue uno
de los periodos más florecientes del arte chino, destacando por su escultura y sus
célebres figuras de cerámica, mientras que en arquitectura la tipología principal
fue la pagoda (Hua-yen, Hsiangchi), y en pintura apareció el paisaje. En la
Dinastía Song (960-1279) se alcanzó un nivel de elevada cultura que sería recordado
con gran admiración en posteriores etapas, destacando igualmente la cerámica y la
pintura de paisaje. Durante la Dinastía Yuan (1280-1368) se desarrollaron
especialmente las artes decorativas, principalmente alfombras, cerámica y obras de
metalistería, y en pintura proliferaron los temas religiosos. En la Dinastía Ming
(1368-1644) se construyó el Palacio Imperial (la Ciudad Prohibida), y la pintura
era tradicional, de signo naturalista y cierta opulencia; también destacó la
porcelana. Por último, la Dinastía Qing (1644-1911) supuso la continuidad de las
formas tradicionales: la pintura era bastante ecléctica, dedicada a temas florales
(Yun Shouping), religiosos (Wu Li), paisajes (Gai Qi), etc.; continuó la tradición
en las artes aplicadas, especialmente ebanistería, porcelana, tejidos de seda,
lacas, esmalte, jade, etc.100
Arte japonés: también cabe estudiarlo por períodos: el Período Jōmon (5000 a.C.-200
a.C.) estuvo marcado por la producción de cerámica, la más antigua producida por el
ser humano, decorada con incisiones o impresiones de cuerda. Durante el Período
Yayoi (200 a.C.-200 d.C.) se difundió un tipo de sepulturas de gran tamaño con
cámara y túmulo ornamentado con cilindros de terracota. En el Período Kofun (200-
600) destacan las grandes sepulturas llamadas kofun, así como unas figuras de
terracota llamadas haniwa; en arquitectura destaca el santuario de Ise. En el
Período Asuka (552-646) se introdujo el budismo, destacando el templo de Hōryū-ji
(607) y las estatuas de Buda. En el Período Nara (646-794) tuvo su apogeo el arte
budista, plasmado igualmente en arquitectura (Pagoda del Este de Yakushi-ji, templo
de Tōdai-ji) y escultura (Buda de Tachibana, Bodhisattva Gakko). El Período Heian
(794-1185) fue el más clásico del arte japonés: monasterio de Byōdō-in, escuela
pictórica de yamato-e. En el Período Kamakura (1185-1333) se introdujo la secta
zen, que influyó poderosamente en el arte figurativo: en escultura destacó Unkei,
en arquitectura el conjunto de cinco grandes templos de Sanjūsangen-dō (1266), y en
pintura el retrato y el paisaje. En el Período Muromachi (1333-1573) floreció
notablemente la pintura, enmarcada dentro de la estética zen, apareciendo el estilo
sumi-e, representado fundamentalmente por Sesshū; también se desarrolló el arte de
la jardinería, y cobraron importancia los objetos de laca y metal. Durante el
Período Momoyama (1573-1615) el arte se alejó de la estética budista, remarcando
los valores tradicionales japoneses: se construyeron grandes castillos, como el de
Himeji y el de Fushimi-Momoyama; en pintura continuó la tradición épica japonesa,
la cerámica alcanzó un momento de gran apogeo, y en laca destacó Honami Kōetsu. En
el Período Edo (1615-1868) Japón se cerró a todo contacto exterior, aunque fue una
época de gran prosperidad: se desarrolló notablemente la pintura, que adquirió gran
vitalidad, destacando Tawaraya Sōtatsu y Ogata Kōrin, así como la escuela de ukiyo-
e, que destacó por la representación de tipos y escenas populares ( Kitagawa
Utamaro, Katsushika Hokusai, Utagawa Hiroshige).101
Arte oceánico: está marcado por la multiplicidad de territorios insulares que
jalonan el Océano Pacífico, destacando las islas de Australia y Nueva Zelanda, y
tres principales áreas de islas y archipiélagos: Polinesia, Melanesia y Micronesia.
La primera cultura desarrollada en la zona fue la lapita (1.500-500 a.C.), que se
caracteriza por su cerámica decorada con motivos dentados hechos con peines o púas,
así como objetos de obsidiana y conchas. En Australia destacan las pinturas
rupestres, que son bastante esquemáticas, llegando a la simplificación geométrica.
Más adelante continuó la expansión hacia la periferia oceánica, produciéndose una
gran diversificación cultural. La mayoría de manifestaciones artísticas eran de
carácter ritual, relacionadas con danzas y ceremonias de tipo religioso: en
Micronesia se produjeron elaborados complejos arquitectónicos con esculturas de
piedra y megalitos; en Guam y las islas Marianas destacan las casas sobre columnas
de piedra (latte); en Hawái se construyeron grandes templos (heiau), con esculturas
de madera de hasta tres metros que representaban a sus dioses; en Nueva Zelanda,
los maoríes desarrollaron un tipo de talla de madera con figuras de líderes
políticos y religiosos; en la isla de Pascua se construyeron las famosas cabezas
monolíticas (moái) entre el año 900 y el 1600; en Melanesia destacan las grandes
casas de reunión o «casas de los espíritus», dedicadas a ceremonias relacionadas
con el culto a los antepasados; las máscaras fueron características de Nueva Guinea
(mai), Nueva Irlanda (malanggan) y Nueva Caledonia (apuema); los asmat de Irian
Jaya (Nueva Guinea) construían unos postes conmemorativos (bisj) de entre 5 y 10
metros de altura, tallados con figuras antropomórficas; en las islas Salomón se
dieron estatuas de madera (indalo) de figuras humanas o animales, con
incrustaciones de conchas.102
Arte en la Edad contemporánea (1800-actualidad)
Arquitectura del siglo XIX: la arquitectura decimonónica sufrió una gran evolución
debido a los avances técnicos que comportó la Revolución industrial, con la
incorporación de nuevos materiales como el hierro y el hormigón, que permitieron la
construcción de estructuras más sólidas y diáfanas. Estilísticamente, la primera
mitad de siglo vio un cierto eclecticismo de las formas, así como un revival de
estilos anteriores reinterpretados según conceptos modernos: es el llamado
historicismo, que produjo movimientos como el neorrománico, el neogótico, el
neobarroco, etc. A finales de siglo surgió el modernismo, que supuso una gran
revolución en terreno del diseño, con nombres como Victor Horta, Otto Wagner,
Antoni Gaudí, Lluís Domènech i Montaner, Josep Puig i Cadafalch, etc.103
Romanticismo: movimiento de profunda renovación en todos los géneros artísticos,
los románticos pusieron especial atención en el terreno de la espiritualidad, de la
imaginación, la fantasía, el sentimiento, la evocación ensoñadora. En pintura,
después de una fase prerromántica donde podríamos citar a William Blake y Johann
Heinrich Füssli, destacaron Eugène Delacroix, Théodore Géricault, John Constable,
Joseph Mallord William Turner, etc. Una derivación del romanticismo fue el
movimiento alemán de los Nazarenos.
Realismo: desde mediados de siglo surgió una tendencia que puso énfasis en la
realidad, la descripción del mundo circundante, especialmente de obreros y
campesinos en el nuevo marco de la era industrial, con un cierto componente de
denuncia social, ligado a movimientos políticos como el socialismo utópico. En
pintura destacan Camille Corot, Gustave Courbet, Jean-François Millet, Honoré
Daumier y Mariano Fortuny. En Gran Bretaña surgió la escuela de los prerrafaelitas,
que se inspiraban –como su nombre indica– en los pintores italianos anteriores a
Rafael, así como en la recién surgida fotografía. En escultura, destacó Constantin
Meunier.
Impresionismo: fue un movimiento profundamente innovador, que supuso una ruptura
con el arte académico y una transformación del lenguaje artístico, iniciando el
camino hacia los movimientos de vanguardia. Se inspiraban en la naturaleza, de la
que pretendían captar una ‘impresión’ visual, la plasmación de un instante en el
lienzo –por influjo de la fotografía–, con una técnica de pincelada suelta y tonos
claros y luminosos. Cabe mencionar como principales representantes a Édouard Manet
–considerado un precursor–, Claude Monet, Camille Pissarro, Pierre-Auguste Renoir y
Edgar Degas. Igual de renovador fue en el terreno de la escultura el papel de
Auguste Rodin, que sentó las bases de la escultura del siglo XX.
Neoimpresionismo: evolucionando desde el impresionismo, los neoimpresionistas se
preocupan más de los fenómenos ópticos, desarrollando la técnica del puntillismo,
como se puede apreciar en la obra de Georges Seurat y Paul Signac.
Postimpresionismo: son artistas que, partiendo de los nuevos hallazgos técnicos
efectuados por los impresionistas, los reinterpretan de manera personal, abriendo
distintas vías de desarrollo de suma importancia para la evolución del arte en el
siglo XX: Henri de Toulouse-Lautrec, Paul Gauguin, Paul Cézanne, Vincent Van Gogh,
Joaquín Sorolla, etc.104
Simbolismo: corriente de corte fantástico y onírico, surgió como reacción al
naturalismo de la corriente realista e impresionista, poniendo especial énfasis en
el mundo de los sueños, así como en aspectos satánicos y terroríficos, el sexo y la
perversión. Destacaron Gustave Moreau, Odilon Redon, Pierre Puvis de Chavannes y
Gustav Klimt.