Micaela García Rechazo Corte

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"WAGNER, Sebastián José Luis, PAVON, Néstor Roberto, OTERO

Gabriel Ignacio - Abuso sexual con acceso carnal...; para PAVON


altern. Encub. agravado y... -Recurso de Casación S/IMPUGNACIÓN
EXTRAORDINARIA".-
Expte. N° 4943.
_________________________________________________________________________
///C U E R D O:
En la ciudad de Paraná, Capital de la Provincia de Entre
Ríos, a los veintiún días del mes de diciembre del año dos mil veinte,
reunidos los señores Miembros de la Sala Nº 1 en lo Penal del Excmo.
Superior Tribunal de Justicia, a saber: Presidente, Dr. MIGUEL ÁNGEL
GIORGIO, y Vocales, Dres. CLAUDIA MÓNICA MIZAWAK y DANIEL OMAR
CARUBIA, asistidos por la Secretaria autorizante, Dra. Noelia V. Rios, fue
traída para resolver la causa caratulada: "WAGNER, Sebastián José Luis,
PAVON, Néstor Roberto, OTERO Gabriel Ignacio - Abuso sexual con
acceso carnal...; para PAVON altern. Encub. agravado y... -Recurso
de Casación S/IMPUGNACIÓN EXTRAORDINARIA" N° 4943.-
Practicado el sorteo de ley, resultó que la votación tendría
lugar en el siguiente orden: Dres. CARUBIA, GIORGIO, MIZAWAK.-
Estudiados los autos, la Excma. Sala planteó la siguiente
cuestión:
¿Qué corresponde resolver?.-
A LA CUESTIÓN PROPUESTA, EL SEÑOR VOCAL, DR.
CARUBIA, DIJO:
I.- Esta Sala N° 1 del Superior Tribunal de Justicia,
mediante sentencia del 31 de julio de 2020, hizo lugar a la impugnación
extraordinaria articulada por la defensa técnica de Néstor Roberto Pavón
contra la sentencia de Casación de fecha 21/5/19 y declaró mal admitidos
por la Sala I de la Cámara de Casación Penal, los recursos de casación
oportunamente interpuestos por el Ministerio Público Fiscal y por la querella
particular, la nulidad parcial de la sentencia en lo que respecta al
tratamiento y decisión de ellos, así como del consecuente rechazo del
recurso de casación interpuesto por la defensa técnica de Néstor Roberto
Pavón. Asimismo, rechazó la impugnación extraordinaria interpuesta por la
defensa técnica de Sebastián José Luis Wagner contra la misma sentencia
de Casación, reenvió las actuaciones a la Sala I de la Cámara de Casación
Penal, a fin de que, debidamente integrada, renueve los actos pertinentes
para tratar y pronunciarse respecto del recurso de casación interpuesto por
la defensa técnica de Néstor Roberto Pavón. Ello implicaba la confirmación
de la condena impuesta a Sebastián José Luis Wagner, por el Tribunal de
Juicio y Apelaciones de Gualeguay, por los delitos de ABUSO SEXUAL CON
ACCESO CARNAL EN CONCURSO IDEAL CON HOMICIDIO AGRAVADO POR
ALEVOSIA, CRIMINIS CAUSA Y VIOLENCIA DE GENERO, que tuvo como
víctima a Micaela García, imponiéndole la PENA TOTAL y ÚNICA DE PRISIÓN
PERPETUA y ACCESORIAS LEGALES, en orden a los delitos de ABUSO
SEXUAL CON ACCESO CARNAL -DOS HECHOS- EN CONCURSO REAL Y ABUSO
SEXUAL CON ACCESO CARNAL EN CONCURSO IDEAL CON HOMICIDIO
CALIFICADO POR SER CON ALEVOSIA, CRIMINIS CAUSA Y VIOLENCIA DE
GÉNERO, comprensiva de lo que restaba cumplir de la pena de 9 años de
prisión y accesorias legales que, por los delitos de abuso sexual con acceso
carnal en concurso real -dos hechos- le impuso previamente el Tribunal de
Juicio y Apelaciones de la ciudad de Concepción del Uruguay en Legajo N°
12856.-
II.- Contra este pronunciamiento se alzaron el Ministerio
Público Fiscal y la querella particular, interponiendo sendos recursos
extraordinarios; en tanto que el encartado Sebastián José Luis Wagner, al
ser notificado de la sentencia de fecha 31/7/20, manifestó literalmente
“apelo”, por lo que se le dio intervención a la defensa oficial actuante para
que fundamente dicha intención recursiva -in pauperis- (cftr.: fs. 673/674 y
702/703vlto.).-
II.1.- La señora Procuradora Adjunta, Dra. Cecilia
Goyeneche, y el señor Fiscal Coordinador Interino de la jurisdicción
Gualeguay, Dr. Jorge Gamal Taleb, interpusieron recurso extraordinario
federal para ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación y, luego de
reseñar los antecedentes de la causa y los requisitos de admisibilidad del
pretendido recurso, manifestaron la existencia de lo que consideraron una
evidente cuestión federal, postulando que la interpretación correcta del art.
513 del C.P.P.E.R. debe ser hecha a la luz del principio y garantía de la tutela
judicial efectiva -cfme.: arts. 8 y 25, Convención Interamericana de
Derechos Humanos-, estimando que la decisión atacada es contraria a la
inteligencia de dicha cláusula convencional y, además, la limitación de la
facultad recursiva que emerge de la sentencia impugnada, en un caso de
violencia de género, quebranta la obligación de debida diligencia estatal
para sancionar la violencia contra la mujer (art. 7, inc. b, Convención de
Belem do Pará).-
Destacaron que concurriría una cuestión federal suficiente
en razón de que lo decidido se aparta de la clara jurisprudencia de la
C.S.J.N., en un tema central para la resolución del litigio, esto es, la
improcedencia de la restricción de la facultad recursiva por motivos de
orden local, para rehusar el abordaje de la interpretación correcta del
derecho federal invocado, cuestionando asimismo el fallo del S.T.J.E.R. por
arbitrario, expresando que no constituye una derivación vigente del derecho
aplicable a la causa toda vez que, el art. 513 del ordenamiento procesal
local, de ningún modo contiene la restricción de la potestad recursiva del
Ministerio Público Fiscal en los casos de acusaciones alternativas
subsidiarias.-
Señalaron que, el fallo impugnado pierde de vista la
esencia de la acusación alternativa ya que, entre las dos tesis postuladas
por el órgano de persecución existe una relación de subsidiariedad donde la
principal desplaza a la secundaria, lo que supone que la pretensión no es
idéntica, demostrando que concurre un concreto agravio para el M.P.F. y la
querella particular, pues su petición principal no ha sido satisfecha al
rechazársela por medio de una valoración arbitraria del material probatorio
que incrimina a Néstor Roberto Pavón como coautor de los delitos de abuso
sexual y homicidio calificado, existiendo un severo error conceptual sobre la
naturaleza y esencia de la acusación alternativa al afirmar que las hipótesis
se presentan como disyuntivas.-
En este sentido, expresaron su disconformidad con lo
expresado en la sentencia, aseverando que el carácter disyuntivo de las
proposiciones en disputa resulta un componente fundamental de la
acusación alternativa y si no fuera de oposición lógica y exclusión mutua, no
habría alternatividad y subsidiariedad y, en este caso, las figuras que
sostienen la imputación -delitos de homicidio y encubrimiento- se intersecan
y repelen.-
Censuraron lo que considera exigencia de esta Sala Penal
de requerir que la acusación alternativa debe dejarse de lado al efectuar el
alegato final, refirieron a la arbitrariedad, entendiendo que esa construcción
teórico-conceptual no se apoya en ninguna norma procesal vigente, sino en
la mera voluntad del juzgador.-
Citaron a los arts. 8 y 25 de la Convención Americana de
Derechos Humanos, invocando que, a la luz de la tutela judicial efectiva
debe desentrañarse el sentido de la norma procesal local referente a la
capacidad recursiva de los acusadores, adunando que el recurso es un
medio válido de hacer valer una posición central de las víctimas de violencia
de género frente al Estado, incluyendo en el análisis y aplicación de la
norma del art. 513 C.P.P.E.R., el modo en que la interpretación literal de la
regla de derecho impacta en la garantía de la tutela judicial efectiva y el
deber estatal de diligencia reforzada en la investigación y sanción de delitos
de género, y si existe entre ellas una relación de tensión.-
Remarcaron que, en un caso de violencia de género, el
recurso de la víctima y de la Fiscalía en sentencias que no acogen la
pretensión punitiva es un instrumento decisivo para evitar la impunidad de
estos hechos y los Estados tienen la obligación de organizar las
“posibilidades del recurso judicial” (cfme.: art. 25, C.A.D.H.) de manera tal
de cumplir con el estándar de debida diligencia en materia de investigación
y sanción de delitos de género (art. 7, Convención Belem do Pará), debiendo
ser reforzadas estas potestades a través del establecimiento de un recurso
efectivo a favor de las víctimas y de sus familiares; en ese sentido, afirman
que el reconocimiento de la facultad recursiva a los acusadores es una de
las determinaciones imprescindibles de la tutela judicial de las víctimas y de
la obligación estatal.-
Agregaron que la Sala Penal, al entender que no hubo
agravio casatorio para la acusación porque la pretensión de la misma fue
acogida por el Tribunal de Juicio, incurre en la falacia de la verdad de a
medias ya que afirmar que la hipótesis de la acusación alternativa fue
receptada sólo es correcto en parte y omite considerar el efecto de
impunidad que tiene el rechazo de la acusación más grave respecto de los
delitos que sí implican el ejercicio de violencia de género, erigiéndose el
argumento de la referida Sala como una fundamentación aparente puesto
que el encubrimiento, en sí, no es un delito de género, sino que es una
figura que representa un hecho posterior punible.-
Insisten en que la valoración de la prueba fue realizada de
manera superficial y la conclusión acerca de la falta de certeza suficiente
para condenar a Néstor Roberto Pavón asume la forma de una afirmación
voluntarista que carece de justificación mínima que lo explique, habiéndose
confirmado en juicio la hipótesis acusatoria por intermedio de un plural y
convergente caudal de evidencias, omitiendo considerar una de las
garantías procesales de las que gozan las mujeres víctimas de violencia de
carácter federal -cfme.: Ley N° 26.485 y Convención de “Belem do Pará”-,
esto es, la amplitud probatoria para acreditar los hechos denunciados. Por
ello, la resolución criticada pierde de vista que existe un agravio que
justifica la revisión de la sentencia cuando queda parcialmente impune una
violación sexual y un femicidio, siendo este resultado consecuencia de una
arbitraria evaluación del material probatorio.-
Finalmente, criticaron la interpretación literal del art. 513
del C.P.P.E.R. efectuada por la Alzada, negando legitimación impugnaticia de
los acusadores porque la sentencia condenatoria de Pavón por el delito de
encubrimiento no aplica una pena inferior a la mitad de la solicitada,
aseverando que es arbitrario basar la solución del caso en la supuesta
literalidad de la norma, porque no se reguló en nuestro Código la acusación
alternativa, siendo un yerro argumental apelar a su voluntad histórica
objetivada para afirmar que dicho instituto se encuentra abarcado por la
norma procesal referida; manifestando, por otra parte, que la acusación del
Ministerio Público fiscal contiene dos magnitudes distintas, que se
corresponden a hechos cualitativamente distintos, por lo que no es
razonable tomar como punto de comparación a una sola de las magnitudes -
y decir que, habiéndose acogido la pena por el delito menos grave, no
existe la diferencia pensada por el legislador local para situaciones fácticas
distintas-, pretendiendo que se interprete que, al existir una divergencia
entre el monto de pena superior a la mitad entre la tesis principal de la
acusación y la secundaria que fuera receptada, y teniendo en cuenta la
tutela judicial efectiva y la obligación de diligencia reforzada en tanto
válidas argumentaciones sistemáticas, iusfundamentales y teleológicas,
existe una legitimación recursiva en los acusadores, ante la posibilidad del
error judicial.-
II.2.- Por su parte, el representante de la querellante
particular, Dr. Jorge Rubén Impini, en representación de Andrea Lezcano y
Néstor García, en colaboración y con el patrocinio letrado de las Dras. Diana
Lucrecia Dappen y Daniela Verón, integrantes del Cuerpo de Abogadas y
Abogados para Víctimas de Violencia de Género del Ministerio de Justicia y
Derechos Humanos de la Nación, presentan un libelo cuya impresión ha sido
mal compaginada -algunas de sus páginas no se corresponden con la
inmediata siguiente-, ofreciendo severa dificultad para su correcta lectura.-
No obstante, con esfuerzo es posible reseñar que, luego
de referir a los antecedentes procesales y a los requisitos de admisibilidad,
expresa que la sentencia puesta en crisis no se encuentra debidamente
fundada ni constituye una derivación razonada del derecho vigente,
incurriendo en arbitrariedad, considera que no se aplicó la perspectiva de
género, apartándose de los estándares constitucionales y convencionales
que rigen en materia federal y su aplicación concreta para casos de
violencia de género, agraviándose en que la decisión recurrida dejó de lado
el plexo federal invocado e importó que la misma se convierta en un acto
inválido, no sólo por desatender los planteos de la querella sino también por
convalidar una sentencia de una instancia inferior que contraría los
derechos de las mujeres, existiendo cuestiones de gravedad institucional ya
que, el interés de lo ocurrido excede a las partes.-
Señala que la arbitrariedad se manifiesta en la evaluación
de admisibilidad del recurso interpuesto por la querella, sin examinar el
aspecto central planteado por dicha parte procesal, tal como la procedencia
del recurso de casación porque la sentencia del Tribunal de Juicios es
arbitraria por descartar la tesis principal de la acusación omitiendo brindar
fundamentos al respecto, condenando a Pavón por encubrimiento -tesis
secundaria-. Por ello, manifiesta que, de conformidad con el art. 457, incs. c
y d, del C.P.P.E.R., el S.T.J.E.R. debió entender que correspondía mantener la
nulidad parcial de la sentencia de primera instancia, conforme a la omisión
referida existente en dicho pronunciamiento.-
Agrega que el pronunciamiento recurrido obstaculiza el
acceso al recurso por aplicación literal del art. 513 del C.P.P.E.R.,
sustentándose la solución final en un una norma procesal provincial
erróneamente aplicada, privándose a la actora del acceso a la jurisdicción,
postulando como correcta interpretación de la norma procesal, la propuesta
por el Ministerio Fiscal, a la luz de la garantía de la tutela judicial efectiva
(arts. 8 y 25, CADH).-
Por último, remarca que existe prueba de cargo de que en
el hecho participaron dos personas, pero el Tribunal irrazonablemente, deja
de lado la propuesta de la acusación sin exponer prueba que la desacredite
y menciona que, para condenar a Sebastián José Luis Wagner, fue utilizado
un criterio de valoración probatoria que no se mantuvo para desincriminar a
Néstor Roberto Pavón, no habiéndose cumplido el estándar de debida
diligencia reforzada, estando impregnando el pronunciamiento del Tribunal
de Juicio en estereotipos sobre las características de personalidad y
comportamiento que se espera de un agresor sexual y femicida.-
II.3.- El señor Defensor de Casación, Dr. Luis Francisco
Pedemonte, fundó el recurso extraordinario interpuesto in paureris por el
imputado Sebastián José Luis Wagner y advirtió que la sentencia impugnada
da sólo una respuesta aparente a las cuestiones planteadas por la defensa
desde el debate y mantenidas en Casación, afectando la garantía del doble
conforme, apoyándose el rechazo a la impugnación extraordinaria en el
argumento de que los agravios, si bien apuntaron a señalar contradicción
argumental en el fallo casatorio anulado parcialmente, no demostraron el
perjuicio concreto que generaban a su defendido, existiendo un abordaje
insuficiente, y reiteró que, conforme su opinión, la sentencia de Casación
debía ser anulada íntegramente por fundamentación inválida.-
Opinó que el Tribunal de Juicio no efectuó una correcta
crítica de la valoración de la prueba, afirmando irrazonable considerar a
Néstor Roberto Pavón como encubridor, si se tienen en cuenta los datos
objetivos que indican con certeza su protagonismo central en el suceso
intimada como primer hecho.-
III.- Corrido traslado a las partes de los recursos incoados
por su orden y por el término de ley, se expidieron las defensas técnicas de
ambos coimputados.-
III.1.- El Dr. Luis Francisco Pedemonte, Defensor de
Casación, ejerciendo la defensa técnica de Sebastián José Luis Wagner,
contestó traslado y sostuvo que la trascendencia institucional del caso exige
la mayor amplitud posible en el examen de admisibilidad, para que sea la
C.S.J.N. la que brinde una respuesta final respecto a las cuestiones
constitucionales esgrimidas, remarcando que la Fiscalía y la querella
demuestran, en relación a la intervención que le cupo a Néstor Roberto
Pavón, una irrazonable respuesta judicial que presenta un defecto de orden
público y pone en juego el respeto al principio de legalidad y seguridad
jurídica.-
Señaló que existe parcial coincidencia entre los intereses
de la defensa con los de los acusadores al sostener el defecto de
fundamentación en la sentencia puesta en crisis ya que, si bien se parte de
teorías del caso distintas sobre la intervención concreta que le cupo a
ambos acusados en el hecho principal, se coincide en sostener que lo
resuelto por la Sala Penal del S.T.J., en relación a Néstor Roberto Pavón, peca
por defecto de fundamentación y requiere nuevo análisis, no encontrándose
satisfecha la necesaria explicación que indique, con motivos suficientes, por
qué se considera correcta la afirmación de duda razonable respecto de la
intervención directa del mencionado encartado en el femicidio.-
III.2.- Por su parte, el Dr. Gaspar Ignacio Reca, Defensor
Público N° 5, ejerciendo la defensa técnica de Néstor Roberto Pavón,
sostuvo que los agravios expuestos por las recurrentes debían ser
rechazados.-
En este sentido expresó, respecto de los agravios del
M.P.F., que la presente vía es inadmisible para el tratamiento de cuestiones
referidas a la interpretación de normas locales de derecho procesal,
pretendiendo la Fiscalía invocar a su favor disposiciones de la Corte
Americana de Derechos Humanos (arts. 8 y 25) para desentrañar el sentido
y alcance del art. 513 del C.P.P.E.R., argumentando que la interpretación
invocada por la Sala Penal del S.T.J. resulta contraria a las garantías
judiciales convencionales que lo amparan, y adujo que en honor a los
compromisos internacionales asumidos, nuestro país investigó, con extrema
celeridad, el hecho que tuvo por víctima a Micaela García y lo juzgó en un
debate oral con pleno respeto de las garantías de los imputados y de los
derechos de las partes acusadoras, no encontrándose nunca en duda el
contexto de violencia de género ni la normativa específica existente en la
materia. Asimismo, añadió que se acusó alternativamente a Néstor Roberto
Pavón por dos sucesos fácticos que, por su propia naturaleza, se
contraponen y repelen, surgiendo como tendencioso y sesgado el
razonamiento del M.P.F. al sostener que se incumplió la obligación
internacional de investigar y juzgar por no haber acogido el Tribunal de
Juicio una de las dos tesis enarboladas por la acusación.-
Remarcó que hoy ya no está en discusión que el derecho
al recurso de la acusación pública no tiene base constitucional ni
convencional y, por tanto, son legítimas las limitaciones consagradas por el
legislador nacional o provincial al respecto -como la prevista en el art. 513,
C.P.P.E.R.- y sostener livianamente que la Convención de “Belem do Pará”
vino a consagrar tácitamente un recurso amplio e ilimitado de las partes
acusadoras contra cualquier sentencia que no acoja la pretensión de la
víctima, constituye un argumento que no encuentra ningún apoyo
normativo más que en la sola voluntad de quién lo afirma.-
Respecto del agravio defensivo referido a la acusación
alternativa, señaló que la misma fue prevista para aquellos casos en los que
están en juego figuras típicas secantes, es decir, tipos penales que se
intersectan, que son muy próximos y están conectados, pero que su
aplicación al caso reclama los recaudos típicos particulares que, de no ser
parte del contradictorio, impiden al órgano jurisdiccional expedirse sobre
ellos; por lo tanto, la acusación alternativa, de ningún modo, supone la
existencia de dos proposiciones fácticas antagónicas como lo afirma la
recurrente. Consecuentemente, el tener que optar por una de las dos
acusaciones, ya que una excluye a la otra, pone al descubierto la ostensible
incertidumbre o vacilación que embargó al órgano acusador, quien no logró
definirse por una u otra acusación y es por ello que, para permitir el amplio
ejercicio del derecho de defensa del imputado y evitar un juicio de reenvío
innecesario, decidió acusar alternativamente por ambos hechos a la vez.-
Afirmó que la figura de la acusación alternativa fue
instituida en beneficio del imputado para garantizarle un amplio ejercicio del
derecho de defensa y de ser juzgado sin dilaciones indebidas, siendo por su
propia naturaleza de carácter excepcional. Además, se erige como un
impedimento a la hora de la admisibilidad de recurso extraordinario federal
de conformidad a lo previsto en la Regla N° 3, inc. c, de la Acordada 4/2007
C.S.J.N..
Nadie le impidió al M.P.F. acusar alternativamente durante
el juicio y jamás se declaró la nulidad de la acusación alternativa por
tratarse de proposiciones antagónicas. El Tribunal tuvo en cuenta y valoró la
prueba producida durante el plenario y llegó a la conclusión de que la
hipótesis acusatoria principal no logró ser demostrada en juicio con el grado
de certeza convictiva necesaria, habiéndose efectuado toda una valoración
probatoria y un razonamiento sentencial dirigido a fundamentar por qué la
hipótesis principal no pudo tenerse por acreditada y sí la alternativa del
encubrimiento.-
Queda claro que la recurrente tergiversa lo dicho por la
Sala Penal cuando en el fallo subraya el carácter disyuntivo de las
plataformas fácticas por las que acusó alternativamente el M.P.F. La Sala
Penal no declaró la nulidad de esa acusación ni le impidió al recurrente
efectuarla. Lo que destruyó y puso de relieve fue la indisimulable
contrariedad lógica que suponía tal postulación (afirmar, a la vez, como
verdaderos, dos sucesos fácticos que se excluyen y repelen entre sí).-
De lo dicho resulta incontrovertible que no es
consustancial a la acusación alternativa o subsidiaria que ambas
acusaciones contengan proposiciones fácticas antagónicas, sino que tal
posibilidad es excepcional por la contrariedad lógica que ello supone. Y
también resulta indiscutible que si se efectúan acusaciones alternativas por
distintos hechos que se excluyen y repelen entre sí, la única explicación
razonable es que el M.P.F. no logró decidirse por una u otra acusación. Esa
duda fue la que lo llevó a hacer uso de este excepcional instituto,
manteniendo acusaciones contradictorias con el único fin de permitir el más
amplio ejercicio del derecho de defensa del imputado y evitar la realización
de un juicio de reenvío innecesario.-
Por otro lado, la argumentación crítica en torno a la
interpretación del art. 513 C.P.P.E.R. resulta contradictoria ya que, para la
recurrente, la sola posibilidad de que existe un error judicial debe ser
fundamento suficiente para reconocer -siempre- un recurso amplio e
ilimitado a las partes acusadoras, derivado del derecho de acceso a la
justicia y al derecho a la verdad. Bajo este esquema, el art. 513 sería
directamente inconstitucional e inconvencional en todos los casos al
establecer límites a la facultad recursiva de las partes acusadoras. Además,
apelar a la falibilidad del conocimiento humano y la posibilidad de error
judicial como argumento para acceder a un recurso amplio e ilimitado a
favor de la acusación es un argumento inatendible.-
Con respecto a los agravios de la querella, señaló que el
agravio de dicha parte procesal respecto de la restricción a la facultad
recursiva que establece el art. 513 CPPER y su incompatibilidad
constitucional y convencional no resulta atendible dado que la Convención
de Belem do Pará no prevé alguna norma que consagre la recurribilidad de
una sentencia por fuera del régimen recursivo vigente en la materia, por lo
tanto, derivar sin más la existencia de un recurso amplio e ilimitado a favor
de las partes acusadoras constituye una afirmación carente de apoyo
normativo.-
En este aspecto, señaló que la Corte Suprema de Justicia
de la Nación ha considerado que el derecho al recurso en un proceso judicial
debe ser examinado en el marco de las reglas que gobiernan el debido
proceso, y si éstas establecen limitaciones razonables, ellas resultan
legítimas en tanto el derecho al recurso no tiene rango constitucional. Por lo
tanto, no es posible cuestionar las limitaciones que el legislador local o
nacional le impone al acusador público o privado.-
Si bien esta perspectiva sufrió modificaciones en lo que
hace al imputado con la consagración de su derecho al recurso (previsto en
el art. 8.2.h CADH y 14.5 PIDCP, la garantía constitucional de acceso a la
jurisdicción, en tanto posibilidad de acudir ante un órgano jurisdiccional en
procura de justicia, no comprende el derecho de impugnar toda sentencia
adversa. El debido proceso legal sólo exige que el litigante sea oído con las
formalidades legales y no depende del número de instancias que las leyes
procesales establezcan, por lo que el derecho al recurso no tiene base
constitucional, mutando por única vez tal criterio para reconocer
expresamente la vigencia del derecho al recurso del imputado de
conformidad a la ultragarantía consagrada en su favor por el art. 8.2.h
CADH y 14.5 PIDCP. En este sentido, de la jurisprudencia de la Corte IDH no
es posible deducir que el derecho al recurso del imputado pueda hacerse
extensivo a las partes acusadoras.-
En relación a las garantías judiciales consagradas en el
art. 8.1 CADH, sostuvo que la expresa literalidad de la norma es
demostrativa de que en ella no se encuentra contemplado el derecho al
recurso o a la segunda instancia como integrativo del debido proceso legal.
Cuando la CADH y el PIDCP quisieron consagrar un plus de protección en
favor de algún sujeto procesal expresamente así lo estipularon, limitándolo
exclusivamente al condenado, como ultragarantía previa a la aplicación de
la pena estatal. Por tanto, las garantías judiciales a que refiere el art. 8.1
CADH están en directa relación con el debido proceso legal como garantía
de las personas frente al Estado, y este debido proceso legal no presupone
el derecho a recurrir toda sentencia adversa.-
En lo que respecta a los mecanismos de protección del
art. 25 CADH, no se hace referencia a un recurso amplio e ilimitado para las
partes acusadoras en el marco de un proceso penal, sino que se trata de un
mecanismo de protección judicial ágil y expeditivo lo que no se compadece
con un recurso de apelación o casación contra una sentencia adversa en el
marco de un proceso penal.-
Añadió que tampoco la sentencia ha dejado sin tutela
judicial efectiva a los familiares de Micaela García habiendo las partes
acusadoras llevado adelante una investigación plena y exhaustiva, habiendo
ejercido en todo momento el amplio abanico de facultades procesales que
confiere el Cód. Proc. Penal de Entre Ríos y participando plenamente
durante el juicio, pudiendo formular su acusación libre de toda restricción
irrazonable.-
La tutela judicial efectiva supone el derecho a obtener una
sentencia fundada sobre el fondo de la cuestión, lo que no significa que la
decisión deba ser necesariamente favorable a la pretensión de la parte. Lo
esencial es que la resolución sea motivada. En este sentido, la sentencia del
Tribunal de Juicio se encuentra suficientemente fundada y terminó por
recoger expresamente una de las pretensiones formuladas por las propias
acusadoras.-
En virtud de lo expuesto manifestó que la tutela judicial
efectiva se interrelaciona con el derecho de acceso a la justicia, al debido
proceso legal y a la obtención de un pronunciamiento fundado y definitivo
que resulte ejecutorio. Por tanto, ella no guarda ninguna relación con la
cantidad de instancias procesales ni con el derecho a la revisión de una
sentencia judicial. La única excepción viene dada en el caso del condenado,
a quien los instrumentos internacionales le reconocieron un plus de
protección (derecho al doble conforme) como ultragarantía previo a la
aplicación de una pena estatal.-
En cuanto al derecho a la verdad, expuso que del mismo
no se deriva ningún derecho a un recurso amplio e ilimitado para las partes
acusadoras, sino que lo único que se ha reconocido en el ámbito
interamericano es que del derecho a la verdad se deriva la obligación de
debida diligencia que tienen los Estados en la investigación y juzgamiento
de graves sucesos, lo que trasunta en una obligación de medios y no de
resultados, acarreando solamente la obligación de los Estados de actuar
diligentemente en el esclarecimiento, investigación, juzgamiento y sanción
de las personas responsables en casos de graves violaciones a derechos
humanos. En el presente caso, las partes acusadoras llevaron adelante la
investigación del hecho de forma minuciosa y exhaustiva, sin que el Estado
haya impedido o dificultado la misma, ni existió violación a garantías
convencionales en el juzgamiento de esos hechos, el que fue realizado
conforme a los cánones constitucionales del debido proceso legal, y la
sentencia no dejó impune el hecho de violencia contra la mujer ni envió un
mensaje contradictorio a la sociedad argentina de que dicha violencia pueda
ser tolerada y admitida.-
Además, puso de resalto que fueron las propias partes
acusadoras las que, al momento de formalizar su alegato final, mantuvieron
dudas respecto del hecho por el que podía ser condenado Pavón y es por
ello que, amparándose en el instituto excepcional de la acusación
alternativa, acusaron simultáneamente a dicho imputado por dos hechos
distintos que se contradicen y repelen entre sí.-
Por lo tanto, las falacias que pretenden instar los recursos
de las acusaciones no pueden tener acogida ya que para ello debieron,
mínimamente, explicar cuáles obstáculos opuso el Estado para impedir la
correcta averiguación de lo ocurrido o que la presente causa tiene
semejanza con los supuestos de excepción admitidos convencionalmente.-
Finalmente, en cuanto al recurso del imputado Wagner,
señaló que sólo evidencia una simple disconformidad con el decisorio
atacado, reiterando una vez más su intención de que Pavón sea condenado
por el femicidio y que Wagner sea eximido de su responsabilidad penal por
este delito.-
IV.- Corrida vista al Ministerio Público Fiscal, la señora
Procuradora Adjunta, Dra. Cecilia Goyeneche, contesta y, en lugar de
limitarse aquí a dictaminar sobre el concreto objeto de esta vista que no es
otro que los recursos de la querella y del imputado Wagner, utiliza la ocasión
para ampliar, reforzar e insistir indebidamente en su propia postulación
impugnativa, razón por la cual y dada su absoluta impertinencia, no he de
referir esas argumentaciones.-
Finalmente, sobre lo que debía expedirse, esto es el
recurso extraordinario interpuesto por el condenado Wagner, señala
solamente que se trata de un agravio meramente aparente, ya que su
definición como autor del hecho no se vería modificada con el
reconocimiento de la existencia de una coautoría, de allí que el agravio de
dicha parte carezca de todo matiz federal.-
V.- Ingresando al análisis de la cuestión traída, es
necesario verificar si las impugnaciones deducidas en autos reúnen los
requisitos de admisibilidad del remedio extraordinario federal intentado, con
arreglo a las disposiciones previstas en los arts. 14 y 15 de la Ley N° 48.-
En ese sentido, debe acotarse que la vía elegida por los
recurrentes, es de naturaleza excepcional, de aplicación restringida y
circunscripta a la existencia de "cuestión federal". Así, el citado art. 14
limita esta impugnación a las sentencias definitivas emanadas de superiores
tribunales de provincia, cuando en ellas pueda verse plasmada alguna de
las situaciones previstas en cualquiera de sus tres incisos. Es decir, que el
objetivo fundamental del recurso extraordinario es afirmar la supremacía de
la Constitución Nacional; lo que esté fuera de este ámbito, como las normas
de derecho común o de fondo, las normas de derecho procesal local, o
casos que versen sobre cuestiones de hecho, su aplicación, interpretación y
tratamiento compete a los tribunales ordinarios resultando, por ello, materia
excluida del tratamiento del recurso extraordinario, salvo supuestos de
arbitrariedad o gravedad institucional.-
Además, debe verificarse la oportuna introducción de la
cuestión federal, a través de un concreto planteo federal correctamente
realizado desde la primera oportunidad que ofrece el proceso y su
mantenimiento en los actos sucesivos, mediante la formulación inequívoca,
explícita y precisa del mismo.-
Establecidos así los parámetros dentro de los cuales
corresponde examinar si es viable o no la apertura de la instancia
extraordinaria pretendida, cabe mencionar que, en aras de establecer la
concurrencia de los mismos, los recursos bajo examen no exhiben sus
respectivos oportunos planteos de la cuestión federal que, ahora, pretenden
señalar como fundamento de ellos.-
En efecto, el Ministerio Público Fiscal y la querella
particular, si bien incorporan argumentos de tinte constitucional en sus
intervenciones en instancia de Casación, no han efectuado ese oportuno y
concreto planteo de la cuestión federal, a punto tal que, en ocasión de
precisar la oportunidad de tales planteos y sus mantenimientos en las
respectivas carátulas (cfme.: CSJN, Ac. N° 4/2007), sus referencias muestran
significativa vaguedad (cftr.: fs. 635, MPF, y fs. 676, querella), sin poder
indicar con precisión dónde y cuándo concretaron sus respectivas
formulaciones; con mayor evidencia aun se advierte semejante déficit
formal en el recurso de la defensa del encartado Wagner (cftr.: fs. 706).-
Más allá de los defectos señalados, se interponen dentro
del plazo legalmente establecido, contra una sentencia definitiva o
equiparable, emanada del Superior Tribunal de Provincia, invocando la
existencia de cuestión federal a la que atribuyen relación con la materia y
solución dada al caso, contraria a los derechos federales esgrimidos y,
asimismo, se invoca la causal de "arbitrariedad" y ligeramente, también,
gravedad institucional.-
Un escrupuloso examen de los planteos impugnativos
articulados, confrontados con el pronunciamiento que intentan poner en
crisis y demás constancias pertinentes de la causa, permite destacar que si
bien es cierto que los recursos se interponen cumpliendo mínimamente esas
exigencias formales supra señaladas, debe liminarmente destacarse, sin
embargo, que no se advierte en el sub judice la argumentación
demostrativa de verdaderos supuestos de "cuestión federal", cuyo oportuno
planteo en el proceso no satisface la adecuada fundamentación y
mantenimiento, conforme la formulación que repetidamente ha enseñado la
Corte Suprema de Justicia de la Nación en su vasta jurisprudencia, lo cual no
se cumplimenta con la genérica argumentación de supuestas vulneraciones
de normas federales, sin practicar la debida y oportuna invocación que
exige la conocida doctrina del Alto Tribunal.-
Al respecto cabe recordar que la Corte Suprema de Justicia
de la Nación ha establecido como pauta a tener en cuenta que la cuestión
federal no está subordinada a solemnidades particulares ni requiere al
efecto términos sacramentales (Fallos: 211:640; 293:323; 302: 326;
304:148; 306:1069; 307:2080; 321:2131; 322:232, entre otros). De todos
modos, la pauta aludida resulta atendible cuando nos encontramos frente a
una formulación inequívoca y explícita, cuando se ha realizado una
manifestación concreta (quedando excluidas aquellas de carácter genérico)
y, por último, también debe desprenderse que la formulación se debe
vincular necesariamente con la materia del proceso; es decir, la
demostración de la conexión que guarda la cuestión constitucional que se
invoca con la materia del pleito, de allí que no resultara suficiente para
habilitar la instancia extraordinaria las genéricas formulaciones, dado que
ello no basta para considerar cumplido el requisito del planteamiento debido
y oportuno de la cuestión federal.-
Puesto a examinar los planteos impugnativos formulados,
a fin de decidir sobre la admisibilidad de cada uno de ellos, analizaré en
primer lugar los recursos de la acusación pública y privada y luego el de la
defensa técnica del imputado Wagner.-
V.1.- Para la primera faena propuesta, cabe señalar
inicialmente que, sin perjuicio de la extensa argumentación desplegada
intentando involucrar supuestas vulneraciones de instrumentos
internacionales constitucionalizados y de la Convención de “Belem do Pará”,
el agravio real motivante de las impugnaciones no es otro que la aplicación
de la norma procesal local del art. 513 del Cód. Proc. Penal, pretendiendo
que la misma se habría llevado a cabo sin perspectiva de género y en contra
del derecho al recurso de las víctimas, debiendo por el contrario brindarse
amplitud interpretativa para favorecer el acceso de esa parte a la
impugnación -en contra de lo establecido en la norma- en supuesto
cumplimiento del principio convencional de tutela judicial efectiva.-
Ello necesariamente traduce la convicción de que el
principio de tutela judicial efectiva importa un privilegio de la víctima y de
las partes acusadoras en el proceso, en lugar de imponer esencialmente
una garantía que, si bien puede aplicar para favorecer el acceso de la
víctima en el proceso y ejercitar en él toda gama de actividad probatoria y
la totalidad de sus derechos adversariales, aplica primordialmente respecto
de la persona sometida a proceso penal, conforme emerge del art. 8 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, no pudiendo tal principio
interpretarse como un desequilibrio de las garantías del proceso en
beneficio solamente de la parte acusadora y con la única finalidad de
brindar un tinte federal a una cuestión procesal de eminente competencia
exclusiva del Superior Tribunal local.-
Por lo demás, el discurso impugnativo de la acusación
pública y de la querella particular pretende descalificar la sentencia de esta
Sala invocando carecer de perspectiva de género; mas, sus agravios sólo
apuntan a sostener una diferente apreciación de los hechos, pruebas e
interpretación de derecho procesal local, presuponiendo incorrectamente
que la circunstancia de constatarse en el caso un hecho -incluso aberrante-
de femicidio, el peor de los supuestos de violencia de género, ello acarrearía
la eliminación de las garantías del proceso, las reglas de la prueba legal y la
libre convicción del juzgador, para concluir necesariamente en la condena
de la persona o de las personas involucradas en la investigación, al margen
de lo que efectivamente se haya logrado probar respecto de ellas, lo cual
evidencia un grado de voluntarismo que excede toda posibilidad de
calificación en términos de razonabilidad jurídica.-
Es así que, toda la extensa e intrincada soflama
impugnativa de las acusaciones solamente intentan confrontar la sentencia
atacada con sus propias dogmáticas postulaciones respecto de cómo debía
interpretarse el derecho, sin atinar a concretar una verdadera crítica puntual
y descalificante de todos y cada uno de los reales fundamentos que
sustentan el fallo impugnado.-Tales intentos, además, no logran construir la
denuncia de un supuesto de verdadera arbitrariedad de la sentencia en
crisis, limitándose a exponer en sustento de esa censura sólo una mera
disconformidad con el resultado arribado y la propuesta de una diferente
solución que adopte sus propias coincidentes teorías del caso,
desconociendo la realidad de los concretos fundamentos del
pronunciamiento atacado que no atinan razonadamente a descalificar
demostrando que no se expresan razones coordinadas y consecuentes o
intrínsecamente contradictorias, que lleven a un absurdo notorio en la
motivación y especialmente en la estructura lógica y legal del fallo o que
presente omisiones y desaciertos de gravedad extrema en que, a causa de
ellos, las sentencias queden descalificadas como actos judiciales (C.S.J.N.;
Fallos: 302:1191). Requiriéndose para ello, en general, un apartamiento
inequívoco de la solución normativa prevista para el caso o una decisiva
carencia de fundamentación (C.S.J.N.; Fallos: 300:535), extremos que no
revelan los recursos bajo examen, inobservando que “la doctrina de la
arbitrariedad no tiene por objeto corregir sentencias equivocadas o que el
recurrente considere tales, con sustento en su mera discrepancia con el
alcance atribuido por el a quo a principios y normas de derecho común o
con la valoración de la prueba, sino que reviste un carácter estrictamente
excepcional. En virtud de ello, su procedencia requiere un apartamiento
inequívoco de la solución normativa o una absoluta carencia de
fundamentación, pues de lo contrario se extendería la jurisdicción de la
Corte habilítándola para revisar todas las decisiones judiciales que se
dicten, con menoscabo de los límites establecidos por la Constitución y las
leyes” (del Dictamen de la Procuradora Fiscal, con cita de Fallos: 315:575;
326:2525, al que remite la Corte Suprema de Justicia de la Nación en fallo
del 30/7/2020, in re: “Temer, Pablo Fabián c/EN - PJN y otro s/daños y
perjuicios - Recurso de hecho”).-
Idéntica apreciación resulta aplicable respecto de la
incomprensible atribución de “gravedad institucional”, sin lograr
argumentar de qué manera caería el fallo impugnado en semejante y
trascendente vicio descalificante, lo cual evidencia responder
infundadamente a la simple voluntad de quien la invoca.-
Todo ello pone de relieve que, a pesar de la dilatada
dialéctica argumental de las partes acusadoras, sólo las mueve el mezquino
interés de imponer sus propios criterios discrepantes con el resultado
sentencial impugnado sin demostrar la subsistencia de una verdadera
cuestión federal en la especie que habilite su acceso a la instancia
excepcional de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, debiendo
denegarse la concesión de los recursos extraordinarios interpuestos por el
Ministerio Público Fiscal y por la querella particular, declarándose de oficio
las costas devengadas por el primero e imponiéndose a la recurrente las
correspondientes al segundo, sin regular honorarios a los profesionales del
derecho intervinientes, en razón de no haber sido ello expresamente
peticionado (cfme.: art. 97, inc. 1°, Dec.-Ley N° 7046/82, ratif. por Ley N°
7503).-
V.2.- En orden al recurso extraordinario deducido in
pauperis por el imputado Sebastián José Luis Wagner, fundamentado por la
Defensa Oficial, es menester precisar que ni siquiera intenta argumentar la
real existencia de un caso federal habilitante de la impugnación que
impulsa, esbozando únicamente su simple disenso con la decisión
condenatoria en su perjuicio, para lo cual acude a una crítica genérica por
entero insuficiente para demostrar mínimamente la procedencia del recurso
que ensaya y, más que atacar el fallo condenatorio en su contra, centra su
argumentación en el cuestionamiento del pronunciamiento dictado en favor
del coimputado Néstor Roberto Pavón desincriminándolo por el femicidio,
para lo cual carece por completo de legitimación, habida cuenta que esa
circunstancia -como bien destaca el Ministerio Público Fiscal- no afecta su
situación en la causa ni puede jugar en su favor o en su contra lo resuelto
respecto de Pavón, como tampoco lo que eventualmente se resuelva en
definitiva en relación a éste.-
Por consiguiente, la articulación impugnativa del
encartado Wagner deviene palmariamente inadmisible y debe denegarse su
concesión para ante la Excma. Corte Suprema de Justicia de la Nación, con
costas, aunque eximiéndolo de su pago.-
Así voto.-

A LA CUESTIÓN PROPUESTA, EL SEÑOR VOCAL,


GIORGIO, dijo:
Adhiero al voto precedente por análogas
consideraciones.-

A LA MISMA CUESTIÓN PROPUESTA, LA SEÑORA


VOCAL DRA. MIZAWAK, dijo:

I.- El Sr. Vocal preopinante ha reseñado los antecedentes


relevantes del caso y, a fin de evitar innecesarias reiteraciones, me remito a
lo allí consignado.-
II.- En primer término corresponde resolver la viabilidad
de los recursos extraordinarios federales incoados por la Sra. Procuradora
Adjunta y por el Sr. Fiscal de Coordinación -interino- de Gualeguay en
representación del Ministerio Público Fiscal y por el Dr. Jorge Rubén Impini,
letrado de los querellantes particulares Andrea Lezcano y Néstor García, en
colaboración y con el patrocinio letrado de las Dras. Diana Lucrecia Dappen
y Daniela Verón, integrantes del Cuerpo de Abogadas y Abogados para
Víctimas de Violencia de Género del Ministerio de Justicia y Derechos
Humanos de la Nación y analizar el cumplimiento de los recaudos formales
de admisibilidad, a la luz de lo establecido en los artículos 14 y 15 de la ley
48 y en la Acordada nº 4/07 de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.-
En este puntual aspecto, debe repararse en que ambos
recursos en examen se satisfacieron los requisitos de formalidad extrínseca
condicionantes de su admisibilidad, toda vez que se dirigen contra una
resolución emanada del más Alto Tribunal provincial, sobre la cual no
pueden deducirse otros recursos locales y se interpusieron en tiempo y
forma.-
Con respecto al fondo de las cuestiones planteadas, debe
tenerse en cuenta que los representantes del Ministerio Público Fiscal
basaron su pretensión extraordinaria en que, a su criterio, la resolución
adoptada este Superior Tribunal de Justicia es contraria a la garantía de la
tutela judicial efectiva y sostuvieron que la limitación de la facultad
recursiva de las partes acusadoras en un caso de violencia de género
quebranta la obligación de debida diligencia estatal para sancionar la
violencia contra la mujer, emanada de la Convención de Belem Do Pará.
Alegaron la existencia de un severo error conceptual sobre la naturaleza y
esencia de la acusación alternativa y consideraron que la sentencia contiene
una valoración superficial de la prueba y es arbitraria.-
A su turno, el Dr. Impini sostuvo que la sentencia es
arbitraria y no se aplicó la perspectiva de género. Estimó que es errónea la
interpretación del artículo 513 del CPPER, alertó acerca de la presencia de
estereotipos de género y denunció el incumplimiento del estándar de
debida diligencia reforzada, asumido por el Estado argentino.-
Emerge de la prieta síntesis efectuada precedentemente
que en los recursos extraordinarios articulados por la acusación pública y la
privada se invocaron infracciones a garantías constitucionales y
convencionales emergentes del fallo puesto en crisis y que, en principio,
encuadrarían en el artículo 14 de la ley 48.-
En efecto, en el caso sometido a decisión se investigó y
juzgó el femicidio de una joven de tan sólo veintiún años de edad, que fue
interceptada en la vía pública y obligada a ascender al vehículo en el que
se conducía Wagner, quien la sometió sexualmente y luego de ello, la
asesinó alevosamente, en un evidente contexto de género y con la
ultraintención de procurar su impunidad, abandonando y ocultando el
cadáver en una zona de árboles y pastizales altos, donde fue localizado
siete días después del homicidio.-
Estas circunstancias fácticas que agravan el luctuoso
homicidio y abuso sexual de Micaela García, sitúan la controversia
planteada en el especial marco de protección pergeñado a nivel
convencional y constitucional para los delitos cometidos en un contexto de
violencia de género. En estos casos, las obligaciones genéricas establecidas
en los artículos 8 y 25 de la Convención Americana de Derechos Humanos
se complementan y refuerzan con las obligaciones derivadas de la
Convención de Belém do Pará, que en su artículo 7.b obliga a los Estados
Partes a utilizar la debida diligencia para prevenir, sancionar y erradicar la
violencia contra la mujer.-
De tal modo, ante un acto de violencia de género, resulta
particularmente importante que las autoridades a cargo de la investigación
la lleven adelante con determinación y eficacia, teniendo en cuenta el deber
de la sociedad de rechazar la violencia contra las mujeres y las obligaciones
del Estado de erradicarla y de brindar confianza a las víctimas en las
instituciones estatales para su protección (CIDH, "Rosendo Cantú y otra Vs.
México", sent. del 31/8/2010).-
Es que la violencia contra la mujer no solo "constituye una
violación de los derechos humanos, sino que es una ofensa a la dignidad
humana y una manifestación de las relaciones de poder históricamente
desiguales entre mujeres y hombres" (caso "Rosendo Cantú", antes citado).-
Así las cosas, debo reconocer que en el caso en análisis se
han planteado cuestiones relacionadas con la violencia contra la mujer que
ha cobrado especial relevancia en la actualidad y ameritan -a mi criterio-
que se habilite la vía extraordinaria para que la Corte Suprema de
Justicia de la Nación emita opinión.-
Es menester resaltar que ese Alto Tribunal de la Nación ha
fallado que existe una cuestión federal en los términos del art. 14, inc. 3º,
de la ley 48, cuando los agravios planteados al impugnar una sentencia
absolutoria se relacionan con la inteligencia dada a la ley 26.485,
reglamentaria de la Convención para la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer, la Convención Interamericana para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer y la decisión fue contraria
a la pretensión que fundó en él y se agrega que: "la decisión del a quo está
también en tensión con el deber de "actuar con la debida diligencia para
prevenir, investigar y sancionar la violencia contra la mujer" que impone
sobre el Estado nacional la Convención de Belém do Pará (en particular, su
artículo 7, inciso b) tal como ha sido interpretado por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos (cf., por ejemplo, Corte IDH, "Caso
González y otras ['Campo Algodonero'] vs. México"... cuando en un caso de
violencia contra la mujer la parte acusadora impugna la sentencia de
absolución alegando, no un mero error en la valoración de la prueba, sino el
vicio de arbitrariedad, no es posible desoír el planteo... sin evaluar el mérito
de la petición..."(del dictamen del Procurador al que remite la C.S.J.N., in re:
"Ortega, Daniel Héctor s/ causa n° 1011/2013., sent. del 15/10/2015).-
Recientemente, la Corte Suprema de Justicia de la Nación
reafirmó su postura en los casos de violencia contra la mujer y se remitió a
la opinión del Procurador General de la Nación, quien sostuvo que el fallo
apelado no era una derivación razonada del derecho vigente con arreglo a
las circunstancias del caso y propugnó su descalificación como acto
jurisdiccional válido, resaltando que "... ese defecto adquiere especial
significación en el sub examine teniendo en cuenta el compromiso de
actuar con la debida diligencia para prevenir, investigar, sancionar y
erradicar la violencia contra la mujer plasmado en la Convención de Belém
do Pará (artículo 7, primer párrafo)..." (del dictamen del Procurador General
al que remite la CSJN in re: "S, J M s/ abuso sexual -art. 119 3° párrafo-" CSJ
873/2016/CS1, sentencia del 4 de junio de 2020).-
Los recursos bajo examen, también cumplimentaron los
restantes requisitos formales a los que se supedita la admisibilidad del
recurso extraordinario federal cuando se sostiene la existencia de agravios
de naturaleza federal. En efecto, realizaron un relato de los hechos
relevantes de la causa, mencionaron precisamente las cuestiones federales
en debate y argumentaron acerca de su vinculación con el resultado de la
causa; efectuaron una crítica concreta y razonada de todos los argumentos
utilizados en la sentencia cuestionada y demostraron la existencia de
interés jurídico concreto y la oportuna introducción y mantenimiento de la
cuestión federal suscitada en estos actuados.-
Todo lo expuesto me define a concluir que los remedios
intentados son formalmente admisibles toda vez que se planteó una
cuestión federal, al invocar la violación de la garantía de la tutela judicial
efectiva de la víctima y sus familiares y los especiales deberes de diligencia
asumidos por el estado Argentino para juzgar los casos de violencia de
género.-
Por otra parte, no puedo obviar en este análisis que, como
se ha dicho reiteradamente, el objetivo esencial del recurso extraordinario
federal es asegurar la supremacía de la Constitución Nacional, las leyes
dictadas por el Congreso y los Tratados Internacionales.-
Si bien es cierto que este control constitucional es ejercido
por todo el Poder Judicial, ya que todos los jueces pueden y deben
interpretar y aplicar las leyes y hacer el "análisis de adecuación" de las
mismas a las leyes fundamentales; es a la Corte Suprema de Justicia de
la Nación a quien le compete efectuar la interpretación final de las
cláusulas constitucionales, las leyes federales y los tratados
internacionales suscriptos por la República Argentina,
adicionándose al "control de constitucionalidad" el de
"convencionalidad".-
Esto es así porque resulta necesario mantener y
garantizar la supremacía de la Constitución Nacional y -sobre todo- asegurar
una uniforme interpretación de los derechos en ella reconocidos a lo largo y
a lo ancho del país. Precisamente, es el Recurso Extraordinario Federal, el
medio diseñado por el legislador para que la Corte Suprema sea la
intérprete final de la Constitución Nacional.-
Asimismo, cabe señalar que, en tanto medie una cuestión
constitucional oportunamente planteada, no corresponde vedar el acceso al
intérprete final de la Constitución. En palabras de la propia Corte "... la
custodia del principio contenido en el art. 31 cit. se encuentra depositada
en todos los jueces; empero, atento a que este Tribunal es, por la ley
Fundamental, supremo en tal cometido, y que éste es llevado a cabo bajo el
mandato directo de esa Ley y de las normas federales que reglamentan la
sumisión al art. 31, se concluye en que la extensión con que la Corte realiza
dicho control configura un marco ejemplar respecto de la magistratura
argentina toda. Por ello, en lo que a ésta concierne, tal marco no consiente
regulaciones que, en cuanto a su origen, provengan de otras fuentes so
pena de herir y tergiversar el recto sentido que cabe dar a la índole difusa
que informa al mentado control..." (CSJN, fallos 311:2478.).-
Este singular panorama planteado, justifica que sea la
Corte Suprema de Justicia de la Nación la que determine si la decisión
cuestionada vulneró o no las garantías constitucionales y convencionales
invocadas por los recurrentes y me determina a propiciar que admita
formalmente en esta etapa preliminar la instancia extraordinaria
pretendida.-
Por tales razones, voto por la concesión de los Recursos
Extraordinarios Federales interpuestos por los representantes del Ministerio
Público Fiscal y de la querella particular.-
III.- Finalmente, adhiero a la propuesta formulada por el
colega preopinante respecto del recurso extraordinario federal "in pauperis"
deducido por el imputado Wagner, al ser notificado de la sentencia en crisis,
y fundado en esta instancia ad quem por el Dr. Pedemonte, atento a que el
escrito recursivo no contiene una crítica concreta y razonada del acto
sentencial impugnado, que refute en forma clara y prolija cada uno de los
fundamentos esgrimidos por el Tribunal para arribar a las conclusiones y
solo reproduce los argumentos y los agravios ya planteados durante el juicio
oral y público, en el recurso de casación y en la impugnación extraordinaria,
los cuales versan sobre aspectos vinculados con la interpretación de normas
procesales y la invocada infracción a los principios que rigen la valoración
de la prueba, insistiendo en su particular evaluación del cuadro probatorio
de la causa.-
Emerge claro que lo alegado para demostrar que en la
especie existe una cuestión federal que justifique la intervención de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación resuelta manifiestamente insuficiente.-
En lo atinente a la alegada arbitrariedad de la sentencia,
reafirmo una vez más mi postura respecto a que, en principio, no podría el
mismo Tribunal que la dictó decidir si su propio fallo reviste o no aquel
carácter; es, sin embargo, potestad ineludible del mismo, examinar si el
planteo efectuado podría eventualmente encuadrarse dentro de alguna de
las hipótesis que la doctrina y jurisprudencia han considerado que
configuran "sentencia arbitraria" - cfrt. "MOREIRA" (sent. del 29/03/2011),
"CÓRDOBA" (sent. del 18/03/2013), “SANABRIA" (sent. del 19/8/2015),
"BROGGI" (sent. del 31/07/2019), "LEIVA" (sent. del 26/8/2019) y VITALE"
(sent. del 22/9/2020), entre muchos otros-.-
Dentro de ese limitado y acotado examen, se impone
precisar que el rechazo de la impugnación extraordinaria incoada por la
defensa técnica de Wagner, se dictó en consonancia con las facultades
jurisdiccionales otorgadas a este Tribunal ad quem por el ordenamiento
legal y constitucional vigente y de acuerdo a las constancias comprobadas
de la causa, sin que se haya logrado demostrar el apartamiento o
vulneración de las reglas lógicas que rigen en la materia ni una carencia de
fundamentación que lleve a considerar que estamos frente a un acto
jurisdiccional ilegítimo -CSJN: Fallos 270:176; 288:113; 295:278 301:542 y
303:1306-.-
En virtud de las razones expresadas la impugnación
deducida por el acusado Wagner, deviene inadmisible y propicio se
deniegue su concesión.-
Así voto.-
Con lo cual se dio por terminado el acto, quedando
acordada la siguiente sentencia:

SENTENCIA:
PARANÁ, 21 de diciembre de 2020.-

Y VISTOS:
Por los fundamentos del acuerdo que antecede;

SE RESUELVE:
I.- DENEGAR la concesión de los recursos extraordinarios
deducidos por el Ministerio Público Fiscal a fs. 636/654, la querella particular
a fs. 678/696 y la defensa técnica del encartado Sebastián José Luis Wagner
a fs. 707/722, contra la sentencia de esta Sala Nº 1 obrante a fs. 590/620.-
II.- IMPONER de oficio,, las costas devengadas por el
recurso del Ministerio Público Fiscal; a cargo de la recurrente las
devengadas por el recurso interpuesto por la querella particular y a cargo
del imputado Sebastián José Luis Wagner las devengadas por el recurso
interpuesto por su defensa técnica, exhimiéndolo de su efectivo pago.-
III.- NO REGULAR los honorarios de los profesionales
intervinientes por no haberlos peticionado expresamente.-
Regístrese, notifíquese y, oportunamente, bajen.-

Dejo constancia que la sentencia que antecede, ha sido dictada el día 21


de diciembre de 2020 en los autos "WAGNER, Sebastián José Luis,
PAVON, Néstor Roberto, OTERO Gabriel Ignacio - Abuso sexual con
acceso carnal...; para PAVON altern. Encub. agravado y... -Recurso
de Casación s/IMPUGNACIÓN EXTRAORDINARIA", Expte. N° 4943, por
los miembros de la Sala N°1 en lo Penal del Superior Tribunal de Justicia de
Entre Ríos, integrado al efecto por el señor Presidente, Dr. Miguel Angel
Giorgio, la Señora Vocal, Dra. Claudia Mónica Mizawak y el señor Vocal, Dr.
Daniel Omar Carubia, quienes suscribieron la misma mediante firma
electrónica, conforme -Resolución Nº 28/20 del 12/04/2020, Anexo IV-,
asimismo se protocolizó y se notificó a las partes electrónicamente.
Secretaría, 21 de diciembre de 2020.- Noelia V. Ríos -Secretaria

*** E S C O P I A ***

Noelia Ríos
-Secretaria-

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