Campaña Admirable Por Maria Alej Medina Alaya
Campaña Admirable Por Maria Alej Medina Alaya
Campaña Admirable Por Maria Alej Medina Alaya
La Campaña Admirable
Desde finales del siglo xv, países como Inglaterra, Holanda, Por-
tugal, Francia y España se han encargado de la colonización de otros territorios
para la obtención de, principalmente, poder político y económico, con el fin de
ejercer una supremacía en el área y poder explotar sus riquezas, encontrar ma-
teria prima para su producción y tener nuevas rutas de comercialización para
que, de esta manera, se estableciera como una potencia hegemónica.
España colonizó muchos países, dentro de estos, Venezuela, donde los es-
pañoles impusieron sus costumbres quitándoles su cultura, idioma, los evan-
gelizaron, es decir, les pusieron otra religión (la católica) a la que tenían, los
torturaron, esclavizaron y les robaron sus riquezas para llevarlas a España.
Cansados de esto, los venezolanos y granadinos, con la ayuda de Simón
Bolívar obtuvieron la independencia en la campaña admirable, que fue la ac-
ción militar y la ruta que tomaron los soldados patriotas para poder liberarse
del poder español, recorriendo todo el occidente de Venezuela, actualmente San
Cristóbal, Mérida, Trujillo, Barinas, Barquisimeto, San Carlos, Valencia, La Vic-
toria y Caracas. Lo que dio origen a la segunda república de Venezuela.
Estos grandes personajes como Simón Bolívar, Rafael Urdaneta, Antonio
Ricaurte y José Félix Ribas definieron el futuro del país por sus grandes contri-
buciones en esta campaña, ya que guiaron a los patriotas en las batallas reali-
zadas, aportando todo su conocimiento en la estrategia militar y combatiendo
fuertemente para vencer al enemigo.
La primera república comenzó desde el 19 de abril de 1810. Estaba cons-
tituida por un poder legislativo en el que cual tenía un congreso bicameral de
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María Alejandra Medina Olaya
esto decidió sacrificar su propia vida por el bien de los patriotas ya que si se
las llegaban a quitar el armamento iban a quedar en gran desventaja porque
no iban a tener nada con que defenderse en los siguiente enfrentamientos, por
consiguiente, le prendió fuego a la casa para que también muriese parte del
ejército español.
Y por último está Rafael Urdaneta, que gracias al empleo que tenía su tío
(Tribunal de Cuentas) obtuvo grandes conocimientos en la administración de
personal militar lo que hizo que quisiera encaminarse en ese tema. Al principio
se incorporó al primer batallón de la Nueva Granada como teniente, en com-
pañía de Atanasio Girardot, Francisco de Paula Santander, Antonio Ricaurte y
Luciano D’Elhuyar.
Cuando Urdaneta se unió a Bolívar para liberar a Venezuela del poder es-
pañol, estuvo bajo las órdenes del comandante José Félix Ribas donde participó
en la batalla de Niquitao y en la de Los Taguanes y salieron triunfadores contra
las fuerzas realistas.
Bolívar describió a Urdaneta como “digno de recomendación y acreedor
de todas las consideraciones del gobierno por el valor e inteligencia con que se
distinguió en la acción”.
Fue general a la edad de 26 años, presidente del Senado, comandante gene-
ral de Cundinamarca, secretario de Guerra y Marina de la República de la Gran
Colombia y miembro del Congreso Constituyente. Llegó a ser presidente de la
Gran Colombia en 1830. Y recibió apoyo de Camilo Torres para que sus tropas
siguieran luchando y no se rindieran.
Urdaneta se dirigió a España al ser nombrado delegado extraordinario
de Venezuela para demostrar y reafirmar el tratado de reconocimiento, paz y
amistad. En esos momentos se sintió enfermo y decidió ir al médico, el doctor
le aconsejó una intervención quirúrgica, pero lamentablemente este luchador
incansable, al no poder soportar los síntomas, falleció el 23 de agosto en París
después de operarlo de un cálculo en la vesícula.
De acuerdo con esto, se puede concluir que durante la campaña admirable
hubo muchas batallas y en todas ellas el ejército realista superaba a los patriotas
en número de soldados y en armas, pero aun así, no se rindieron, ellos lucha-
ron por su sueño, que era independizarse y liberarse del poder español. No fue
fácil, pero lo lograron, la valentía que demostraron durante los combates es de
admirar, les ayudó y les dio motivación para seguir adelante, estos hombres
guerreros no dejaron que el rey los dominara, ellos sabían que tenían que hacer
algo al respecto y no podían quedarse de brazos cruzados esperando que un
“milagro” sucediera, por eso, con la ayuda del libertador Simón Bolívar y los
generales como Urdaneta, Ribas, Ricaurte y Urdaneta, todos con un papel muy
importante en cada enfrentamiento, guiaron a los patriotas y granadinos a la
victoria. Indiscutiblemente, hubo muchos fallecidos, pero ellos no iban hacer
que sus muertes fueran en vano, por eso sobrepasaron todas las adversidades y
dificultades que se interponían ante ellos, luchando con coraje, valor y audacia
para vencer a los españoles.
Estas gestas son motivos de enorgullecimiento y admiración por su apoyo
incondicional que le dieron a su pueblo, lastimosamente, en la actualidad ya no
se ven este tipo de actos heroicos, estas virtudes como la lealtad, valentía, perse-
verancia, solidaridad, entre otras, se han perdido. Ahora todo el mundo piensa
en sí mismo y en su propia satisfacción y no como una misma comunidad para
buscar el bienestar común. Lamentablemente, esta es la triste realidad.
Bibliografía