Analisis de Orina en El Laboratorio

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tema
Análisis de la muestra
de orina
Antonio Mesa Priego

Se pueden establecer en tres las principales funciones del riñón:


- Eliminación de las sustancias tóxicas producidas durante el proceso del
metabolismo o durante la ingestión.
- Producción de hormonas.
- Controlar el equilibrio ácido-base e hidroeléctrico como regulación del medio
líquido interno.
Junto al estudio de determinadas sustancias en la circulación sanguínea, es conveniente
conocer, al mismo tiempo, el estado de esos componentes en su eliminación renal. No obstante,
en ocasiones no se tiene en cuenta la importancia del estudio urinario para descartar o confirmar
una determinada patología, aportando su estudio una gran cantidad de datos clínicos del riñón
y de las enfermedades que pudieran afectar a su normal funcionamiento.
Su utilidad es muy importante, pues aporta una gran información de los componentes
fisiológicos o patológicos retenidos por el filtrado renal en el caso de existir un exceso de las
sustancias excretadas.
El análisis urinario conlleva el estudio de los componentes presentes en la orina, la
cantidad y la proporción en cuanto al volumen total de la muestra.

1. RECOGIDA DE LA MUESTRA
Como en el resto de muestras obtenidas de los pacientes, la debida recogida de
la muestra de orina es vital para desarrollar un estudio y análisis fiable de la misma. Los
errores cometidos durante este proceso preanalítico producen unos resultados erróneos o la
consiguiente repetición de la recogida de muestra, lo que deriva en una duplicación del gasto
y en el consiguiente perjuicio para el enfermo.

Tema 1. Análisis de la muestra de orina 1


Por ello, en el laboratorio deben de existir unos protocolos estandarizados con los que,
debidamente seguidos por el personal encargado de su obtención, se obtendrían unas muestras
aceptables para su debido estudio. Estas normas o pautas para la obtención de la muestra
deben estar difundidas entre el personal y aquellos pacientes sujetos al estudio analítico.
El paciente debe estar informado previamente, en todo momento y de forma oral o
mediante un protocolo escrito, de la manera correcta para recogerse la orina en unas condiciones
óptimas de esterilidad. Este conocimiento debe ser tenido en cuenta, sobre todo en el caso de
las muestras de orina de 24 horas, ya que el proceso ha de ser escrupulosamente seguido por
el paciente en su domicilio, en el caso de no estar ingresado. El hecho de que el bote donde
se recoja la muestra contenga algún tipo de conservante para preservar los componentes a
estudiar hace que este requisito sea imprescindible.
Para la recogida de la muestra de orina es conveniente que el paciente haya permanecido
en posición decúbito supino (acostado), facilitándose de esta forma la filtración glomerular.
La muestra debe ser recogida después de la limpieza de los genitales externos con agua
y jabón para evitar su contaminación con desechos celulares del meato uretral, y/o la secreción
vaginal u otros detritos extraños (cremas vaginales), pero sin utilizar ningún tipo de antiséptico.
Después de esta limpieza, se ha de recoger la orina de la parte media de la micción, es decir,
desechando el primer chorro que siempre arrastra células y otros elementos de descamación
que alteran el resultado.
Cuando en una paciente en gestación se realiza la toma de muestra para el estudio
del líquido amniótico mediante una punción, a veces es necesario distinguir si la muestra
es de orina o de líquido amniótico fetal. Hay una serie de factores que diferencian a ambos,
realizándose el estudio de las proteínas, urea y creatinina, principalmente.
En el líquido amniótico la concentración de proteínas es alta y los niveles de urea y
creatinina son similares a los hallados en sangre (0,7-1,5 mg/dl), mientras que en la orina las
proteínas casi están ausentes y los valores de urea y creatinina son elevados. Una concentración
superior a 4 mg/dl en el líquido amniótico nos indicaría una contaminación urinaria.
Hay que evitar los errores en la identificación de la muestra, siendo éste uno de los
errores más comunes; una errónea o insuficiente identificación de la muestra o una muestra
insuficiente implican el rechazo de la misma. En el laboratorio de urgencias es normal la
recepción de muestras de orina, posteriormente a la extracción de la sangre del mismo paciente,
debido a las condiciones fisiológicas propias de éste. Esto debe ser tenido muy en cuenta por el
personal encargado de su recogida para el debido etiquetado en el caso de venir identificadas
la muestra a mano y asignarle el mismo número de petición.
En general, se pueden dar los siguientes casos para adoptar un rechazo de la muestra:

2 Tema 1. Análisis de la muestra de orina


- Insuficiente o imposible identificación de la muestra, por falta de etiquetado o
nombre del paciente.
- Insuficiente volumen de recogida. En el caso de solicitar sedimento se requiere
un volumen mínimo de 10 ml, no pudiéndose realizar el estudio sedimentario
en el caso de existir una menor cantidad.
- Envase no adecuado. Para el sistemático de orina el tubo debe ser cónico, que es
donde se va a depositar el sedimento tras su centrifugación. Para la orina de 24
horas el recipiente debe ser opaco en el caso de solicitar determinadas sustancias
que lo requieran. En el urocultivo no se realizará la siembra si la muestra no se
ha tomado en un recipiente estéril.
- Transporte o conservación inadecuados, como es el caso de aquellas muestras
retrasadas y no refrigeradas convenientemente.
- Volante de petición no firmada por el médico solicitante o incompleto.
Actualmente se usan varios tipos de recipientes, de plástico y desechables,
dependiendo su esterilidad del tipo de análisis solicitado y de los que hay
varios tamaños. Estos vienen provistos de cierres herméticos que impiden la
contaminación bacteriana.
Además, teniendo en cuenta el estudio urinario solicitado, existen tres opciones
de análisis, según los parámetros a estudiar en la solicitud:
- Sistemático de orina y sedimento, si procede. Se utiliza un tubo cónico con
tapón.
- Urocultivo. Se utiliza un frasco estéril de 100 ml con tapón de rosca.
- Orina de 24 horas. Recogida en un recipiente estéril, con capacidad de más de
1.500 ml.
Por su parte, son varios los procedimientos para la toma de muestra urinaria,
dependiendo tanto de las circunstancias del paciente, como del tipo de petición solicitado.
Estas son las siguientes:
- Muestra de orina de la porción media de la micción. En el varón debe exponerse
el glande, limpiarse adecuadamente con una solución antiséptica suave y secarlo.
Se recoge la orina de la fase media de la emisión, una vez desechado el flujo inicial.
En el caso de la mujer, se le pide que se acuclille o arrodille sobre un orinal o que
se mantenga en pié sobre éste. Se separarán los labios menores, usando guantes
estériles, y se limpiará cada lado del meato urinario con torundas jabonosas,
enjuagando después con torundas estériles empapadas en agua. Igualmente,
se desechará el chorro inicial, recogiendo la micción media.
Esta orina se puede recoger en los siguientes recipientes:

Tema 1. Análisis de la muestra de orina 3


· Tubo cónico de 10 ml: para orinas normales con el consiguiente estudio del
sedimento, si procede (no estéril y, por tanto, no utilizable para urocultivo).
· Recipiente estéril de 100 ml con tapón de rosca: para urocultivo.
- Sondaje uretral. Se introduce una sonda estéril en la uretra, hasta la vejiga,
para recogida de la muestra. Se suele emplear esta técnica en pacientes que no
controlan sus esfínteres y cuando el enfermo no puede efectuar la micción por
sí mismo. Existe riesgo de provocar infección, por lo que debe ser efectuado con
una rigurosa asepsia.
- Aspiración o punción suprapúbica (ASP). Se aspira la orina con jeringa por
encima de la sínfisis del pubis y a través de la pared abdominal, hasta penetrar
en la vejiga. No suele presentar complicaciones. Esta técnica se usa para realizar
cultivos anaerobios, en los que hay que descartar la contaminación. Con él,
recuentos de 5.000 a 10.000/ml de un único microorganismo son significativos.
- Cateterización ureteral. Los catéteres ureterales se insertan mediante un
citoscopio por cada meatro ureteral. Primero se recoge la orina vesical y a
continuación una muestra de lavado vesical. La orina ureteral se recoge por
separado de cada pelvis renal y se etiqueta como de derecha o izquierda. Este
método se utiliza para distinguir la infección de la vejiga de la del riñón.
- Bolsa de polietileno: para pacientes pediátricos y seniles. Consiste en la
adaptación mediante una zona adhesiva de bolsas de plástico estériles
comercializadas a los genitales externos previamente lavados y secados.
- Muestra de emisión. Consiste en recoger la orina de una misma micción en tres
recipientes. Se orina de forma seguida en tres recipientes estériles. Esta técnica
se realiza para localizar una lesión, así como el origen de las células y de las
bacterias previamente halladas:
· 1ª parte: elementos uretrales, vesicales, ureterales y renales.
· 2ª parte: elementos vesicales, ureterales y renales.
· 3ª parte: líquido prostático, después de realizar un masaje prostático.

1.1. Sistemático de orina.


Dos son los principales requisitos para que la orina sea considerada óptima para su
análisis:
- Haber permanecido un mínimo de cuatro horas en vejiga, conservando así las
debidas condiciones de concentración y elementos formes.

4 Tema 1. Análisis de la muestra de orina


- Ser recogida entre las 22:00 y las 7:00 horas de la madrugada del día siguiente;
esta orina será la más concentrada, ya que ha estado acumulándose en vejiga
durante todo este tiempo, siendo la idónea para realizar un estudio de las
proteínas (con el movimiento se excreta mayor cantidad de proteínas), nitritos
y el estudio microscópico.
Sin embargo, la necesidad de su estudio con urgencia conlleva a la recogida y análisis
de la misma sin guardar ambos requisitos, obteniéndose unos resultados bastante aceptables.
Si por alguna razón el análisis urinario debiera retrasarse, la muestra deberá ser
refrigerada para su conservación (2-8 ºC) con el objeto de disminuir la multiplicación bacteriana
y su alteración. Aun con esto, se pueden utilizar otro tipo de conservantes comerciales como:
Mucolex, Saccomano, tolueno, fenol, timol y ácidos, dependiendo del tipo de análisis solicitado
y su posible alteración en los resultados.
La obtención de una muestra insuficiente hace que, aunque se pueda realizar su análisis
por la tira reactiva, se rechace el estudio del sedimento urinario, ya que su lectura se realiza
en base a una muestra de 10 ml, por lo que se debe informar con el comentario: «muestra
insuficiente para sedimento urinario».
En ocasiones, ocurre que se requiera dos solicitudes con una misma muestra debido
a dificultades en la obtención de la muestra por parte del paciente; esto es, el análisis del
urocultivo y el análisis cuantitativo de una única muestra de orina recogida en un frasco de
100 ml con tapón de rosca. En este caso se procedería a realizar en primer lugar la siembra del
urocultivo y, posteriormente, el análisis cualitativo de la misma.
Por último, tan sólo señalar un nuevo método de recogida conocido como método de
Nordin, que consiste en vaciar la vejiga de la primera orina de la mañana y desecharla. Beber
un vaso de 200 cc. de agua y recoger la orina siguiente (dos horas de permanencia la orina en
vejiga), enviando al laboratorio una alícuota de 10 ml de esta orina (fig. 1).

Fig. 1. Análisis rutinario de orina y de


orinas de 24 horas.

Tema 1. Análisis de la muestra de orina 5


Entre los errores más comúnmente encontrados durante este proceso destacan:
- No realizar el análisis de la orina normal en menos de una hora, o su no
refrigeración.
- No cerrar el recipiente herméticamente, con la consiguiente contaminación de
la muestra o del lugar de estudio.
- Recogida de la orina normal en un tubo no cónico por su parte inferior.
- Retraso en el envío al laboratorio.

1.2. Urocultivo.
Uno de los principales objetivos a la hora de recoger una orina para un urocultivo es
hacerlo en las más estrictas medidas de asepsia posibles, con el fin de obtener una muestra lo
más idónea posible para realizar la siembra e identificación del germen causante de la patología,
en su caso.
La orina para urocultivo se recogerá en un recipiente estéril, un vaso de plástico de 100
ml con tapón de rosca y en las mejores condiciones asépticas posibles.
La proliferación bacteriana que se produce conforme avanza el tiempo, nos obliga a
realizar la siembra en el menor tiempo posible, en todo caso antes de una hora de la recogida
de la orina. Sólo se permite la conservación entre 2-8 ºC en el caso de que se retrase su siembra
y nunca por un período superior a 24 horas.
La orina preferible es la primera de la mañana y, si no fuera posible, se recomienda la
que haya permanecido al menos 4 horas en la vejiga. Sin embargo, es preferible que la orina
no haya sido recogida forzando la micción.
Para la toma de muestra de orina en los niños pediátricos, los cuales no pueden controlar
sus esfínteres, se recomienda el uso de las bolsas de polietileno que se ajustan a los genitales
convenientemente, evitando al mismo tiempo su contaminación.
Entre los errores más frecuentes que nos podemos encontrar durante este proceso de
recogida de la muestra, destacan:
- No lavar previamente los genitales inmediatamente antes de la recogida de la
muestra, lo que se obtendría una muestra contaminada.
- No desechar la primera parte de la micción. Se obtiene una orina que contendría
una gran cantidad de células de vías bajas, no siendo patológica pero causando
un retraso del trabajo. Los casos de esta posible contaminación de la orina se
incrementan en el caso de las mujeres.
- Recoger un urocultivo en tubo cónico para orina normal, ya que éste carece de
las condiciones de esterilidad necesarias y se consideraría contaminada.
- Contaminación fecal de la muestra.
- No cerrar herméticamente el recipiente, con el posible vertido de la muestra
(fig. 2).

6 Tema 1. Análisis de la muestra de orina


Fig. 2. Siembra del urocultivo en la
campana.

1.3. Orina de 24 horas.


La recogida de una orina de 24 horas se realiza cuando se precisa cuantificar la excreción
de una determinada sustancia a lo largo del día. Esto se debe a que durante el día se producen
oscilaciones de excreción con respecto a los diferentes componentes de la misma, dependiendo
de la hora del día en que se realiza, como ocurre con las hormonas, proteínas y electrolitos.
Previamente a su recogida, el paciente debe de tomar una serie de medidas que
garanticen la obtención de una orina que reúna los requisitos exigibles. Por ello, el paciente
debe restringir la ingestión de líquidos y evitar el consumo de alcohol, de ciertos alimentos y
de fármacos.
La técnica apropiada para su estudio es la siguiente: se desecha la primera micción de la
mañana y se comienza a recoger todas las muestras de orina incluyendo la primera orina de la
mañana del día siguiente, no olvidando ninguna micción. Se mide y se registra el volumen total
de orina, invirtiendo varias veces el recipiente con el fin de que se mezclen los componentes
sedimentados por el paso del tiempo antes de tomar una muestra para su análisis.
Normalmente, la orina de 24 horas se recoge en un recipiente de 2.000-3.000 ml con
tapón de rosca, de un material opaco, generalmente de plástico consistente, con el fin de que
la luz solar no altere algunos de los componentes presentes en la misma y se puedan preservar
los elementos a estudiar mediante el uso de conservantes.
Entre los principales errores observados durante este proceso destacan los siguientes:
- Pérdida de una muestra del día de una orina de 24 horas durante el día de
recogida, lo que llevaría a la medición de una diuresis no exacta.
- Fallo al descartar la primera muestra de una orina de 24 horas.
- Mala conservación o refrigeración insuficiente de la orina de 24 horas.

Tema 1. Análisis de la muestra de orina 7


2. CONSERVACIÓN Y TRANSPORTE DE LA MUESTRA
2.1. Conservación.
Generalmente, en el departamento del laboratorio de urgencias se suelen recibir tan
sólo aquellas orinas que necesiten el estudio de los componentes y, en su caso, del sedimento.
Sin embargo, y dependiendo de los laboratorios, también se puede llegar a la siembra para el
urocultivo o la recepción de muestras de orinas de 24 horas para su conservación, por lo que
es preciso señalar las características de cada muestra.
Las orinas con estudio del sedimento deben ser procesadas lo antes posible, siendo
llevadas al laboratorio en cuanto que sean tomadas y siempre preservándolas de la luz para
la conservación de ciertos componentes, anteriormente mencionados. No obstante, ante el
inevitable retraso de su análisis por más de dos horas desde su recogida se debe de conservar
refrigerada entre 4-8 ºC, con el fin de evitar la proliferación bacteriana y el deterioro de
elementos celulares y químicos. Las principales alteraciones que se pueden observar durante
el retraso de su análisis y/o conservación destacan:
- Alteración o descomposición de los elementos formes.
- Aparición de cristales y desaparición de otros cristales (cistina, que es utilizada
como metabolito de las bacterias).
- Disminución de los valores de bilirrubina y urobilinógeno si no es preservada de
la luz.
- Desaparición de cilindros: por proteolisis bacteriana.
- Desaparición de hematíes: por hemólisis directa por enzimas bacterianos o por
aumento de la tonicidad de la orina.
- La multiplicación de las bacterias provoca una alcalinización de la muestra por
conversión de urea en amoniaco. El incremento en su número se debe a que
estas células utilizan la glucosa como fuente de energía para desarrollar sus
funciones metabólicas, alterando el pH y los nitritos.
- Descomposición de leucocitos a temperatura ambiente.
En ocasiones, para la realización de ciertas pruebas químicas cuantitativas se procede
a la conservación de la muestra de orina mediante su congelación, a través de alícuotas
debidamente guardadas. Sin embargo, para su utilización deben ser descongeladas y es
cuando éstas presentan una cierta turbidez que no desaparece, seguramente por la presencia
de proteínas coloidales.
Gracias a su congelación se puede conseguir retrasar la pérdida de sustancias como el
urobilinógeno, la bilirrubina y el porfobilinógeno, aunque no de forma total. Los pigmentos
sensibles se conservan en recipientes de color oscuro.
Por su parte, para la conservación de la orina de 24 horas es suficiente mantenerla
refrigerada, utilizándose ciertos conservantes dependiendo de los parámetros que pueden
alterarse durante su recogida y que quieren ser estudiados. Los principales son:

8 Tema 1. Análisis de la muestra de orina


- Floruro sódico. Inhibe la glucolisis de bacterias y células, manteniendo constante
la concentración de glucosa. Este componente no afecta las levaduras. Se utilizan
alrededor de 0,5 g de fluoruro sódico para cada envase de 3 a 4 litros. Este
compuesto inhibe el reactivo que se utiliza en las tiras para análisis de glucosa.
- Ácido clorhídrico o acético (HCL-). Conservación en pH<3 evita el crecimiento
bacteriano y estabiliza las sustancias tales como las catecolaminas, el ácido
vanilmandélico y los aminoácidos. La proporción será de 0,1 ml de ácido clorídrico
por cada 10 ml de orina.
- Ácido acético o carbonato sódico (CO3Na2). Para la determinación de porfirinas,
porfobilinógeno y ácido gamma-aminolevulínico, manteniendo un pH de 6-7.
Son preferibles los envases oscuros. La proporción será de 0,30 ml de carbonato
sódico, 150 g/l por cada 10 ml de orina de 24 horas.
El bajo pH presente con este tipo de conservantes inhibe el crecimiento bacteriano y
estabiliza las sustancias referidas. Pueden obtenerse resultados fiables cuando la muestra ha
sido apropiadamente refrigerada hasta 48 horas.

Sin conservantes. Conservantes. 10 ml. Cl. 5 g. CO3Na2. 10 g. Ácido
bórico.

Amilasa. Ácido 5-OH-indolacético X
17-cetosteroides. Catecolaminas X
17-OH-corticosteroides. Glucosa X
b-microglobulina. Ácido homovanílico X
Calcio. Ácido vanilmandélico X
Cortisol libre. Porfirinas X
Creatinina.
Fósforo inorgánico.
Hidroxiprolina.
Iones (Na, K, Cl).
Microalbuminuria.
Proteínas totales.
Proteinograma:
Proteína de Bence-Jones.
Urea
Ácido úrico

2.2. Transporte.
Las muestras de orina pueden ser recibidas de dos formas en el laboratorio:
- A través del tubo neumático. Se reciben así las muestras urgentes recogidas en
tubo cónico de 10 ml, con el objeto de recortar el tiempo de espera del paciente.
En este caso se deben tener en cuenta los cambios de presión que sufren los

Tema 1. Análisis de la muestra de orina 9


tubos neumáticos durante su recorrido por el conducto, cambios debidos a la
presión negativa ejercida para su transporte y a los cambios de recorrido bruscos
que experimentan, por lo que es conveniente cerrar adecuadamente los tapones
que eviten su vertido.
- Entrega en mano. Se recibirán en mano aquellas muestras de orina recogidas
tanto en los recipientes estériles de 100 ml como en los de 2.000-3.000 ml,
debido a su considerable volumen de muestra y teniendo en cuenta su posterior
manipulación en la sección de microbiología.
En el caso de envío de muestras de orina a otros laboratorios especializados en la
determinación de ciertos componentes no realizables en el propio laboratorio, se debe tener
en cuenta el tipo de transporte utilizado, ya que, por ejemplo, para su transporte en avión
el embalaje tendrá que prever los defectos debidos a la reducción de la presión atmosférica,
vibraciones, agitación y variabilidad de la temperatura.

3. EXAMEN FÍSICO DE LA MUESTRA


Cuando la muestras de orina es recibida en el laboratorio se debe comprobar
seguidamente si la misma está correctamente etiquetada con respecto al volante de petición
recibido, o bien identificada con el nombre del paciente en el caso de asignarle nosotros mismos
el código de identificación de la petición. Además, se debe tener en cuenta que el envase sea
el adecuado, que se haya conservado convenientemente y que carezca de signos visibles de
contaminación.

3.1. Volumen.
El volumen excretado en un adulto normal al día oscila entre los 850 ml. y los 2.000
ml, dependiendo de las condiciones fisiológicas de cada persona, y con un promedio de 1.500
ml.
Teniendo en cuenta el volumen de la cantidad de orina emitida, se suelen utilizar los
siguientes términos que describen el tipo de diuresis:
- Diuresis: secreción de orina por el riñón. Es el volumen total de la orina emitida
en 24 horas.
- Poliuria: aumento anormal del volumen de orina en 24 horas, de más de 2 litros.
Se puede clasificar en hiperdensa (orina concentrada), o hipodensa (con cifras
cercanas a las del agua). Al mismo tiempo, las cifras de creatinina y BUN (urea)
séricos se encuentra cada más aumentados.
- Oliguria: disminución anormal de la orina, de menos de 500 ml/24 h. Puede ser
bien por retención renal o prerrenal, o bien por deshidratación.
- Anuria: ausencia de eliminación urinaria, de menos de 100 ml/24 horas.

10 Tema 1. Análisis de la muestra de orina


- Optiuria: retardo de la diuresis después de la ingestión de líquidos.
- Polaquiuria: emisión anormalmente frecuente de orina.
Los individuos normales suelen presentar entre 3 y 4 micciones diarias, con un volumen
en cada una de ellas entre 200-400 ml. En algunas condiciones patológicas (hipertrofia
prostática, cistitis, etc.) pueden observarse micciones más frecuentes con escasa emisión de
orina.
En ocasiones se debe de tener en cuenta también el flujo de orina, o sea, el volumen de
orina eliminado en un intervalo de tiempo determinado (que se reduce en caso de hipertrofia
prostática u obstrucciones de la uretra), junto a la relación entre el flujo y la presión del chorro
de orina (que también disminuye en el caso de obstrucciones de la uretra y en la disfunción
de la vejiga).
Otro de los parámetros relacionados con el volumen de la orina es el volumen residual
post-micción, que está igualmente relacionado con la disfunción de la vejiga o la hipertrofia
prostática.
Ante la escasez de orina hay que discernir entre la existencia de una retención urinaria
y un problema en su formación. Por ello se debe realizar un sondaje del paciente, tras el cual si
la orina se normaliza es indicativo de que se trata de una retención urinaria y no un problema
en la formación de la orina.
Cuando se realiza el estudio de la orina de 24 horas, o de algún parámetro que deba ser
estudiado en la misma, lo primero que hay que realizar es la medición de la diuresis, la cual se
realizará en el propio laboratorio, utilizando una probeta. Una vez medida se invierte varias veces
con el fin de que se mezclen todos sus componentes y se toma una o varias muestras para las
posibles determinaciones bioquímicas, además de guardar una muestra por si necesitáramos
repetir otro día el análisis o cualquier otra discrepancia.
Se suele dar el caso de que el paciente haya orinado una cantidad superior a la que se
pueda recoger en un mismo recipiente, por lo que recibiríamos dos. En este caso, tras la medición
de la diuresis total, se mezclarán ambas orinas para obtener unas muestras homogéneas para
su debido análisis, ya que, como hemos indicado anteriormente, a lo largo del día se excretan
diferentes cantidades de aquellos parámetros que vamos a investigar y cuantificar.
También y en ocasiones, se suele recibir el resto de la orina de 24 horas en un segundo
recipiente no estéril (hay muchos ejemplos que se han dado: recipientes de bebidas, etc.). En
este caso se debe desechar esta muestra recibida al no ser considerados estériles, haciéndolo
constar en el informe emitido, aunque se anote la diuresis total medida.
Respecto al volumen de la orina eliminado, debemos decir que está influenciado por la
ingestión de líquidos del paciente, provocando un aumento de la diuresis, y por la temperatura
o el trabajo muscular elevado, los cuales aumentan la sudoración y, por tanto, reducen la

Tema 1. Análisis de la muestra de orina 11


cantidad de orina excretada. Estas variaciones no se consideran patológicas, ya que indican la
adaptación del organismo a las condiciones metabólicas o ambientales.
En otras ocasiones, las variaciones del volumen excretado sí que indican ciertas
condiciones patológicas con una poliuria (eliminación de más de 2 litros de orina al día), como
ocurre en la diabetes mellitus o en la diabetes insípida), en la glomerulonefritis crónica, en la
pielonefritis, y otras enfermedades.
Por el contrario, en algunos procesos patológicos se presenta la situación inversa, es
decir, una emisión de 400 ml o menos de orina (oliguria), como ocurre en la nefrosis o en la
glomerulonefritis aguda. Cuando la emisión de orina es menor de 100 ml al día (anuria) refleja
una condición extremadamente grave, que puede ser debida a una obstrucción de las vías
urinarias o a una severa glomerulonefritis.
La emisión de orina disminuye durante la noche (nicturia) debido a una reducción
fisiológica de la filtración renal. Un aumento de la orina nocturna podría indicar cardiopatías,
hipertensión o otras enfermedades renales.

3.2. Color.
La coloración de la orina varía dependiendo de su concentración en cromógenos o
pigmentos (urocromo principalmente, urobilinógeno y coproporfirina) y del volumen de
muestra. Se observará oscura cuando exista una concentración de cromógenos, y clara en el
caso de cromógenos diluidos.
Normalmente es amarilla o ambarina por la presencia de pigmentos. Sin embargo,
puede tener varias coloraciones patológicas:
- Rojo-púrpura: en las porfirias, que son un trastorno hereditario en la síntesis
del grupo hemo de la hemoglobina.
- Roja, como agua de lavar carne: hematurias y hemoglobinurias.
- Parda: hematurias macroscópicas y bilirrubinemias (exceso de bilirrubina directa).
Para intentar localizar el origen de la sangre podría utilizarse la técnica de los
tres vasos. Esta consiste en recoger tres micciones en vasos diferentes. Si la
hematuria se presenta tan sólo en el primer vaso la lesión se localiza en la uretra.
Si la hematuria se presenta en el tercer vaso su localización es en la vejiga. Por
último, si la hematuria existe en los tres vasos no se puede especificar el foco
de la lesión.
- Pardo-naranja o rojo-naranja: presencia de urobilina, mediante la conversión
del urobilinógeno, presenciando una espuma blanca.
- Pardo-amarillo o pardo-verdosa: por la bilirrubina, presenciando una espuma
amarilla.
- Verde oscuro: ictericia obstructiva.

12 Tema 1. Análisis de la muestra de orina


- Negra o marrón oscura: metahemoglobina, alcaptonuria o melanoma.
- Lechosa:
· Lipiduria: presencia de colesterol y triglicéridos.
· Quiluria: presencia de linfa.
· Parafina: procedente de cremas vaginales.
· Piuria: presencia de pus en orina, debida a los leucocitos.
- Turbia. Se puede deber a la presencia de numerosas células o artefactos, como:
· Bacterias.
· Leucocitos.
· Hematíes.
· Moco, por la inflamación de las vías urogenitales.
· Líquido prostático.
· Semen, en el caso del hombre.
· Material fecal.

3.3. Olor.
La orina normal tiene un olor característico que varía según la densidad de la misma
y dependiendo de su concentración. Las condiciones patológicas del paciente también suelen
alterar su olor habitual, como es el caso de las embarazadas, infecciones, obstrucciones, etc.,
las cuales dejan un olor característico.
Los principales olores anormales son:
- Amoniacal: por descomposición de las proteínas y degradación de la urea (por
la acción bacteriana).
- Cetónico: por descomposición y degradación de los ácidos grasos.
- Pútrido: por infección intensa.
- Fecaloide: fístulas vesículo-intestinales.

3.4. Espuma.
Si la orina normal se agita levemente, la espuma que se forma es blanca, abundante y
fugaz, siendo persistente en el caso de contener proteínas y una cantidad excesiva de pigmentos
biliares.

3.5. Aspecto.
La orina normal y reciente es clara y límpida, apareciendo al tiempo una ligera turbidez
constituida por mucus, células epiteliales y leucocitos que sedimentan, o bien tras precipitación
de los cristales que pueda contener.

Tema 1. Análisis de la muestra de orina 13


Una orina nebulosa no es necesariamente patológica, ya que la turbidez puede ser
provocada por la precipitación de dichos cristales o sales amorfas, bien fosfatos o uratos,
dependiendo del pH y aspecto de la misma.
Por su parte, la orina turbia y reciente tiene importancia clínica, ya que suele deberse
a la presencia de pus, sangre, bacterias y cuerpos grasos libres, y variaciones de pH (acidez de
la orina), como hemos descrito anteriormente.
- En las orinas ácidas los uratos precipitan provocando gran turbidez y un
sedimento blanco rosado o rojo ladrillo.
- En las orinas neutras o alcalinas precipitan los fosfatos y carbonatos, que dan
lugar a un enturbiamiento y a un sedimento blanco.
En resumen, entre los errores más frecuentes que se suelen cometer por el paciente,
el personal encargado de la recogida de la muestra o el técnico que realiza su procesamiento,
destacan los siguientes:
- No cerrar el recipiente herméticamente.
- Recogida de la orina normal en un tubo no cónico.
- Pérdida de una muestra del día de una orina de 24 horas.
- Fallo al descartar la primera muestra de una orina de 24 horas.
- Mala conservación o refrigeración insuficiente de una orina de 24 horas.
- Retraso en el envío de las muestras al laboratorio.
- No realizar el análisis de la orina normal en menos de una hora.

4. DETERMINACIONES MEDIANTE LA TIRA REACTIVA


Para la realización del análisis urinario con sedimento se utilizan las tiras reactivas, una
técnica para el diagnóstico in vitro. Manualmente, una vez sumergida la tira en la muestra, se
esperará un minuto aproximadamente, tras el cual se podrá observar en la tira un cambio de
color en cada una de las posiciones que contiene y cuyos resultados se calculan en base a la
comparación óptica de este cambio de color, el cual corresponde a un intervalo de concentración
definida. Existen interferencias de algunos fármacos y el ácido ascórbico que producen orinas
coloreadas.
Automáticamente se utilizan unos aparatos capaces de medir ininterrumpidamente
las orinas que introduzcamos, lo cual agiliza el análisis urinario y cuyos resultados se
transmiten directamente al ordenador. Estos aparatos deben ser sometidos a un determinado
mantenimiento diario a primera hora de la mañana, principalmente mediante una calibración
del mismo, tanto del fotómetro como de la densidad. Esto nos ayuda a una menor incidencia
en falsos positivos.
El frasco que contiene dichas tiras reactivas contiene un conservante que las mantiene
deshidratadas y en condiciones óptimas para su uso, debiendo almacenarse a temperatura

14 Tema 1. Análisis de la muestra de orina


ambiente (entre 20-30 ºC) y bien cerrado. Hay que tener en cuenta que, a pesar de su fácil y
rápida utilización, estas tiras presentan reacciones químicas complejas y múltiples, por lo que
debe evitarse cualquier condición que altere sus propiedades.
La técnica conlleva los siguientes pasos:
- Agitar suavemente la muestra (sin exceso para evitar la formación de espuma)
para
- Mezclar bien sus componentes.
- Sumergir brevemente la tira de ensayo en la orina (no más de un segundo).
- Escurrir el exceso de orina.
- Colocar la tira de ensayo en el analizador.
Las tiras reactivas realizan una serie de mediciones que nos indican la excreción urinaria y
cualitativa del paciente. De todas ellas, tan sólo cuatro nos indicarían la necesidad de estudiar el
sedimento urinario, una vez sobrepasado cierto margen que podríamos denominar «patológico».

A. Parámetros para el sedimento urinario.


4.1. Leucocitos (leucocitaria).
La presencia de leucocitos en orina indica la existencia de una infección urinaria. Se
estudiará el sedimento con un valor igual o superior a 25 leucocitos/microlitro.

4.2. Nitritos.
Cuando la tira reactiva indica la presencia de nitritos positivo, conlleva a considerar la
presencia de una bacteriuria, la cual puede deberse a una contaminación o a una infección
urinaria. Un resultado negativo no excluye la posibilidad de una bacteriuria, ya sea por que
el tiempo de incubación de la orina en vejiga ha sido insuficiente, o bien, por la existencia de
microorganismos que no convierten los nitratos en nitritos al carecer de la enzima necesaria
para ello.
Dicha reacción positivia nos indicaría la existencia, en cantidad apreciable, de aquellas
bacterias que reducen los nitratos urinarios a nitritos por la acción enzimática de ciertas
bacterias presentes en la orina, requiriéndose una población bacteriana vesical de un mínimo de
4 horas en vejiga, ya que no todas las bacterias de la vejiga urinaria son capaces de transformar
los nitratos. Hay microorganismos que reducen el nitrato a otros productos (amoniaco, óxido
nítrico, etc) por lo que darán un resultado negativo a los nitritos.
Si la prueba es positiva, se tendrá que pensar en hacer un cultivo siempre que la muestra
haya sido apropiadamente recogida; hay que tener en cuenta que se producen falsos positivos en
muestras mal recogidas y guardadas, debido a sus contaminantes y a la proliferación bacteriana
que sufre la muestra de orina ante un retraso en su procesamiento.

Tema 1. Análisis de la muestra de orina 15


También pueden producirse lecturas falsas positivas por ciertas medicaciones que
colorean la orina en rojo o viran a rojo en un medio ácido.
Por su parte, falsos negativos se muestran como resultado del ácido ascórbico, el
urobilinógeno o un pH bajo.
Se estudiará sedimento urinario cuando el resultado sea positivo.

4.3. Proteínas.
La presencia de proteínas en orina o proteinuria indica una enfermedad renal causada
por que el glomérulo no retiene el paso de las proteínas desde el plasma al filtrado glomerular,
siendo la gravedad de esta patología directamente proporcional a su cuantificación; la proteína
tiene un nivel tubular máximo de reabsorción muy bajo, de manera que un aumento de la
filtración o de la producción satura rápidamente el mecanismo de reabsorción.
La proteinuria puede ser causada por cualquiera de las diversas clases de proteínas
presentes. Las proteínas plasmáticas con un peso molecular bajo pasan a través de la membrana
glomerular y suelen ser reabsorbidas por las células tubulares proximales. La albúmina es
aparentemente filtrada, pero sólo en cantidades muy pequeñas. La glucoproteína secretada por
las células tubulares distales y las de la rama ascendente del asa de Henle constituye alrededor
de un tercio o más de la pérdida total normal de proteína.
En las orinas normales existe una pequeñísima cantidad de proteínas que varía entre
2-8 mg/dl de orina, unos 150 mg/24 horas, según el volumen de orina. Puede existir una
proteinuria falsa o por contaminación, como la que se agrega a partir de una leucorrea
vaginal, menstruación, semen y varias secreciones. La inmuglobulina A en secreciones de las
vías urinarias, enzimas y proteínas procedentes de las células epiteliales tubulares, otras células
descamadas y leucocitos con otras proteínas que se encuentran en muy pequeñas cantidades
en la orina normal provocan una falsa proteinuria.
Por tanto, las proteínas derivan del plasma y de las vías urinarias, siendo su constitución
principalmente albúmina sérica (un tercio de su valor), mientras que el resto son proteínas
plasmáticas, como globulinas muy pequeñas.
Existen diferentes situaciones no patológicas que aumentan la excreción de proteínas,
como el ejercicio o la deshidratación; en estas personas sanas se pueden exceder los niveles
normales. Para diferenciar una excreción proteica normal de la anormal se requieren pruebas
selectivas y no deben detectar menos de unos 8-10 mg/dl en un adulto normal con un flujo
de orina corriente; una muestra aislada puede ofrecer un resultado de proteínas falsamente
bajo.
El uso de las tiras reactivas da resultado positivo en las proteínas cuando la orina contiene
más de 30 mg/dl de proteínas. Su alta sensibilidad depende de la presencia de proteínas para

16 Tema 1. Análisis de la muestra de orina


generar color (error proteico de Sörensen), variando según el grado de dilución y el pH de la
orina; una muestra muy concentrada o con un pH muy alcalino puede dar un falso resultado
positivo, mientras que una muestra muy diluida (poliuria) nos podría ofrecer un falso resultado
negativo. Además, las tiras reactivas pueden no detectar proteínas de bajo peso molecular
(proteinuria de Bence-Jones), o que no sean albúmina. Siempre que el resultado sea positivo
se debería de efectuar una determinación cuantitativa en orina de 24 horas.
En condiciones normales, la albúmina no es detectable en orina; sin embargo, es la
primera proteína que aparece en varias enfermedades del aparato urinario (glomerulonefritis,
pielonefritis, riñón cístico, infección de las vías urinarias y nefrosis), en las infecciones crónicas
del hígado, en los estados febriles, después de ejercicio intenso o como consecuencia de fuertes
emociones y, en las mujeres, durante la menstruación.
En un paciente normal, la excreción de albúmina en la orina no sobrepasa los 30 mg/24
horas. La microalbuminuria es la eliminación urinaria de albúmina entre 30 y 300 mg/24 horas,
siendo, actualmente, el primer marcador para detectar la existencia de una afectación renal
incipiente. La progresión de esta enfermedad hacia estadios más avanzados es influenciable por
distintas medidas de intervención como el estricto control glucémico, modificaciones dietéticas,
medidas farmacológicas como la prescripción de inhibidores de la enzima de conversión
(IECAS), que se han demostrado eficaces en retrasar el avance de la nefropatía diabética, aún
en ausencia de hipertensión.
Las cantidades de albúmina superiores a 300 mg/24 horas se consideran ya como
proteinuria mayor.
Cuando exista una proteinuria excesiva es fundamental determinar como se elimina,
dado que la proteinuria puede ser transitoria o constante. Esta última puede ser, por otra parte,
ortostática o persistente:
- La proteinuria transitoria se presenta en alteraciones febriles, en asociación a una
cardiopatía, anemia grave, alteraciones del tiroides y en crisis abdominales. La proteinuria es
mínima, mientras que otras pruebas renales son normales y desaparece al resolverse la condición
subyacente.
- La proteinuria ortostática o postural es frecuente en niños, adolescentes y adultos
jóvenes. La orina recogida por la mañana no contiene cantidades anormales de proteínas,
mientras que la obtenida después de estar en posición erecta o en movimiento contiene grandes
cantidades. El hallazgo de proteinuria ortostática en los jóvenes indica un proceso benigno,
pero en el anciano representa serias alteraciones del parénquima.
- La proteinuria persistente se asocia a nefropatías primarias y a alteraciones que
implican el parénquima y la circulación renal. A partir de los 0,3 g/kg de peso corporal suele
indicar un síndrome nefrótico
Se estudiará el sedimento urinario cuando su valor sea superior a 50 mg/dl.

Tema 1. Análisis de la muestra de orina 17


4.4. Hematuria.
La hematuria es la presencia de hematíes en orina, que puede ser macroscópica
(observable a simple vista) o sólo reconocible en el sedimento urinario. El color de la orina debe
presentarse como roja, por la presencia de hematíes, hemoglobina o mioglobina. La hematuria
presenta una combinación de hematíes intactos, hematíes degenerados y hemoglobina libre.
La hematuria es relativamente frecuente, la hemoglobinuria infrecuente y la mioglobinuria
rara.
Debido a la importancia diagnóstica de pequeñas cantidades de hematuria y a la
tendencia de los eritrocitos a sufrir lisis en la orina, una prueba selectiva que investigue el
hem es un suplemento útil al examen microscópico del sedimento. Sin embargo, un problema
corriente que plantea esta prueba es la inhibición de la prueba de tira reactiva al hem, a
menudo debida al ácido ascórbico, cuando hay eritrocitos presentes. Este problema recalca la
necesidad de pruebas microscópicas de rutina para el diagnóstico de hematuria, ya que la «falsa
hematuria» que indicaría la tira reactiva se debería a la presencia de hemoglobina disuelta.
La hematuria suele aparecer en:
- Enfermedades o traumatismos en cualquier lugar de los riñones o de las vías
urinarias.
- Enfermedades hemorrágicas.
- Con los anticoagulantes.
- El uso de fármacos como la ciclofosfamida.
En personas sometidas a un ejercicio excesivo la hemorragia procederá de la mucosa
vesical, pudiéndose observar hematuria en el 18 % de individuos después del ejercicio. En la
hematuria microscópica, el número de hematíes no guarda relación con el significado de la
lesión causal.
La presencia de hematuria debe ser descartada tras una recogida traumática (como la
punción suprapúbica traumática), o su contaminación con sangre vaginal de una paciente en
fase de menstruación.
Se estudiará el sedimento con un valor igual o superior a 25 hematíes/microlitro.

B. Parámetros complementarios no apreciables en el sedimento.


4.5. Hemoglobina y mioglobina.
La hemoglobinuria es la presencia de hemoglobina disuelta en orina que procede de la
descomposición o ruptura de los hematíes.
Cualquier causa de hemólisis puede provocar hemoglobinuria, indicando una hemólisis
intravascular apreciable, y no extravascular. La hemoglobina libre se fija a la haptoglobina del
plasma, y una vez saturada la capacidad de fijación, la hemoglobina disociada pasa a través

18 Tema 1. Análisis de la muestra de orina


del glomérulo. Algo de hemoglobina es reabsorbida por las células tubulares proximales, siendo
excretado el resto. Estas células metabolizan la hemoglobina a ferritina y hemosiderina, que
más tarde puede detectarse en las células descamadas y en los cilindros del sedimento urinario.
La hemoglobinuria verdadera es infrecuente, por lo que una prueba positiva con un
sedimento urinario normal sugiere la búsqueda de eritrocitos en una muestra de orina fresca.
Al igual que con los hematíes, el ejercicio intenso produce la presencia de hemoglobina
en orina por la ruptura de los hematíes procedente de las vías genito-urinarias o de causa
intravascular, a través de un traumatismo directo de los pequeños vasos sanguíneos, como
marcha, carrera, karate, etc. El umbral renal es de 100-140 mg/dl de plasma.
La mioglobina es una porfirina ferrosa similar a la hemoglobina que es liberada por
degeneración del músculo, observándose en orina después de lesiones por compresión y
traumatismo muscular. Cuando es liberada al organismo, no va unida a ninguna proteína, por lo
que es rápidamente excretada por el riñón, siendo más tóxica para el riñón que la hemoglobina.
El umbral renal de mioblobinuria es de 20 mg/dl de plasma.
Tras una destrucción aguda de fibras musculares se libera mioblogina, que es rápidamente
eliminada en la sangre y excretada por la orina en forma de un pigmento rojo pardo. Si se
presenta en el riñón gran cantidad de mioglobina, puede producirse anuria por lesión renal.
La distinción entre hemoglobinuria y mioglobinuria es difícil en el análisis de orina. En ambos
casos, la orina es de un color rojo oscuro o pardo, y se observan algunos eritrocitos en el
sedimento, además de posibles cilindros de pigmento.
Esta destrucción de fibras musculares viene motivada por la realización de ejercicios
intensos, sobre todo en personas no entrenadas; son las temidas «agujetas» en su grado máximo.
Típicamente el paciente presenta dolor muscular a la presión o calambres y evacua una orina
de color rojo pardo 1 o 2 días después del ejercicio, aclarándose la orina en 2 ó 3 días. Además,
se suele observar proteinuria, hematuria, mioglobinuria y cilindros hialinos, granulosos y
pigmentados.
La prueba de la tira reactiva para los compuestos de hem (hemoglobina y mioglobina)
se basa en la liberación de oxígeno del peróxido presente en la orina reactiva por la actividad
del hem de la hemoglobina libre, eritrocitos lisados o mioglobina. Esta es una de las razones
por la que la orina debe ser bien mezclada antes de su análisis, para que los eritrocitos intactos
y sedimentados también puedan ser valorados.
La sensibilidad de las tiras reactivas está reducida con un alto peso específico de la
muestra, no produciéndose la lisis de los eritrocitos, y cuando los niveles de proteínas son
altos. La presencia de nitrito en grandes cantidades puede retardar la reacción, mientras que
la peroxidasa microbiana asociada a la infección de las vías urinarias puede provocar una falsa
lectura positiva, así como los contaminantes oxidantes.

Tema 1. Análisis de la muestra de orina 19


La hemólisis intravascular apreciable presenta una demosiderina en orina 2 o 3 días
después de un episodio agudo. Debido a la presencia intermitente de esta hemosiderinuria,
los niveles de hierro urinario pueden cuantificarse para establecer una hemólisis intravascular
crónica.

4.6. Densidad.
La densidad muestra la relación existente entre el volumen urinario y los sólidos disueltos
en la misma, variando en proporción directa con la cantidad de sustancias disueltas y en
proporción inversa al volumen urinario. Por ello, aumenta durante una dieta seca, ofreciendo
una orina oscura, y disminuye tras la ingestión de líquidos.
Su cuantificación nos informa de la capacidad de concentración urinaria del riñón y,
por tanto, del trabajo renal. Las principales sustancias que forman parte del peso específico
de la orina normal son el cloruro sódico (25 %), la urea (20 %), los sulfatos y los fosfatos. Los
adultos con una dieta sólida y líquida normal producen una orina con un peso específico de
1,016-1,022 en 24 horas.
Cuando la orina contiene cantidades elevadas de glucosa y proteínas puede provocar
interferencias en la medición de la concentración total de solutos, por lo que es recomendable
la realización de la osmolalidad urinaria, que se efectúa con la ayuda de un osmómetro.
En ocasiones, los componentes del sedimento urinario no se conservan bien en la orina
diluida, por lo que una baja densidad indica que el examen microscópico puede no producir
resultados muy precisos.

4.7. pH.
El pH urinario nos indica la capacidad del riñón para mantener una concentración normal
de hidrogeniones en el plasma y en los líquidos extracelulares, es decir, la concentración de
hidrogeniones libres.
El estudio del pH de la orina permite detectar los intentos del riñón para compensar
la situación en las alteraciones del equilibrio ácido-base, ya que la capacidad de intercambiar
hidrogeniones por cationes y la formación de amoníaco disminuyen si la función tubular se
altera.
El glomérulo excreta todos aquellos ácidos no volátiles que no pueden ser eliminados
por el pulmón tras la actividad metabólica del organismo, dando lugar a una orina normal
ligeramente ácida (pH = 6,5), logrando con ello el equilibrio ácido-base. Las células del túbulo
distal intercambian hidrogeniones por sodio del filtrado glomerular y la orina se acidifica. Se
denomina orina ácida aquella inferior a 6,5 y orina alcalina aquella superior a 6,5.

20 Tema 1. Análisis de la muestra de orina


El pH puede oscilar entre los límites de 4,5 y 8, estando muy influenciado por el tipo
de alimentación; las dietas ricas en proteínas cárnicas y la ingestión de ciertas frutas como
los arándanos acidifican la orina, mientras que la alcalinización de la misma se produce tras
la ingestión de una dieta rica en ciertas frutas y vegetales, especialmente cítricos.
También algunos fármacos pueden también modificar el pH de la orina, circunstancia
que puede ser aprovechada desde el punto de vista terapéutico. Por ejemplo, en la gota el
exceso de ácido úrico en la orina puede ocasionar cálculos renales de ácido úrico, con lo que la
alcalinización de la orina puede evitar la formación de tales cálculos, al aumentar la disolución
del ácido úrico.
En el caso de una orina alcalina (8-8,5) se debe sospechar siempre la presencia de
bacterias productoras de ureasa que generan amoníaco, como las especies de Proteus.

4.8. Glucosa.
La glucosa no suele aparecer en la orina normal, tan sólo lo hace cuando un incremento
de la concentración de azúcar en sangre induce una carga de glucosa en el filtrado, sobrepasando
la capacidad de reabsorción del filtrado.
El umbral renal es la máxima concentración de glucosa en la sangre (unos 180 mg/dl) a
partir de la cual los túbulos renales son insuficientes para reabsorber glucosa (disfunción tubular
renal), por lo que aparece en orina. También puede aparecer glucosuria cuando los túbulos
proximales no realizan una adecuada función de reabsorción (glucosuria normoglucémica).
La orina puede contener otras sustancias reductoras como la lactosa, galactosa,
pentosas, ácido homogentísico y ácido ascórbico, cuya presencia puede indicar la presencia
de enfermedades poco frecuentes como la fructosuria, galactosuria, o alcaptonuria.
El seguimiento de la glucosuria es útil para el seguimiento de un paciente diabético,
al igual que durante el embarazo, existiendo un aumento del índice de filtración glomerular,
donde no toda la glucosa filtrada puede ser reabsorbida, detectándose glucosuria a niveles de
glucosa en sangre relativamente bajos.

4.9. Cuerpos cetónicos.


Cuando el organismo utiliza en su lisis metabólica grandes cantidades de ácidos grasos
para satisfacer sus necesidades energéticas, debido a una falta de hidratos de carbono, se
producen los cuerpos cetónicos, que son los productos generados de este metabolismo graso
incompleto. Su presencia es indicativa de acidosis, dividiéndose en tres clases bien diferenciadas:
- Ácido acetil-acético o ácido diacético (20 %).

Tema 1. Análisis de la muestra de orina 21


- Ácido Beta-hidroxibutírico (78 %).
- Acetona (2 %), siendo el ácido aceto-acético el precursor de los otros dos que
se forman.
Su presencia en la orina se debe a ciertas condiciones patológicas, como un ayuno
prolongado, sobrecarga de lípidos en la dieta, diabetes mellitus (acidosis diabética) y en la
hipoglucemia debida a una sobredosis de insulina en el tratamiento de la diabetes. Tanto la
cetonemia y la cetonuria se aprecian habitualmente en la diabetes mellitus no controlada.

4.10. Pigmentos biliares: bilirrubina y biliverdina.


Cuando la hemoglobina sufre su ruptura y degradación en las células reticuloendoteliales
del bazo, hígado y médula ósea se forman los pigmentos biliares, formados por bilirrubina y
biliverdina. Su presencia en orina indican la existencia de enfermedades que comprometen
las funciones del hígado y de los conductos biliares. Se encuentran presentes en la ictericia,
anemia y enfermedades hemáticas y biliares.
Las células reticuloendoteliales del bazo y de la médula ósea son las encargadas de
reducir la biliverdina a bilirrubina para posteriormente ser transportada al hígado a través
de la sangre. Una vez en el hígado, se va a conjugar con el ácido glucurónico, atravesando el
glomérulo renal y aparecer en orina. Generalmente, su nivel en sangre no es lo suficientemente
alto para que aparezcan cantidades detectables en la orina.
La bilirrubina conjugada (pigmento biliar presente en pacientes ictéricos con una
enfermedad hapatocelular) se hace hidrosoluble y puede pasar a través del glomérulo del
riñón hasta la orina. Esta es excretada con la bilis al duodeno. Su aparición en orina indica una
obstrucción al flujo de la bilis desde el hígado, como cálculos biliares en colédoco o un carcinoma.
También puede aparecer cuando la presión intracananicular se eleva por inflamación periportal
o fibrosis, y por hinchazón de los hepatocitos. Dará lugar a una orina oscura y espumosa, de
color amarillo a marrón, confiriendo también una espuma amarilla.
La bilirrubina no conjugada en la sangre no puede pasar a través de la barrera glomerular
del riñón.
La orina del adulto normal contiene alrededor de < 0,02 mg de bilirrubina/dl.

4.11. Urobilinógeno.
La bilirrubina conjugada que se ha formado en el hígado es vertida al intestino a través
de los conductos biliares al duodeno, formando un complejo con colesterol, sales biliares
y fosfolípidos. Ésta no es absorbida en el intestino delgado, mientras que en el colon, las
glucuronidasas de las bacterias intestinales y de una enzima especial hidrolizan el conjugado,
transformando la bilirrubina libre en urobilinógeno, mesobilirrubinógeno y estercobilinógeno.

22 Tema 1. Análisis de la muestra de orina


Se forman así dos clases de compuestos:
- Estercobilina, excretada con las heces en forma de urobilinas coloreadas.
- Urobilina, al ser llevada al riñón para ser excretada.
En la orina se excretan cantidades mínimas de urobilinógeno, mientras que en heces la
proporción es mayor. Una pequeña cantidad de urobilinógeno es absorbida en la circulación
portal desde el colon y viaja hacia el hígado, donde se excreta no conjugada con la bilis.
Normalmente, una pequeña cantidad alcanza los riñones.
Su presencia sólo muestra indicios en la orina normal. Se presenta en enfermedades
hepáticas, pulmonías y escarlatina.
La excreción normal es de 0,5-2,5 mg/24 horas. La reabsorción tubular está disminuida
y la excreción aumentada en una orina alcalina, como sucede después de las comidas. Su nivel
está disminuido en la orina ácida. Cuando existe una lesión o disfunción hepática se excreta
más urobilinógeno de lo normal por el riñón.

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Tema 1. Análisis de la muestra de orina 23

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