Chicago War #1 - Deathless & Divide-1-1
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Esta traducción fue realizada sin fines de lucro por lo cual no tiene costo
alguno. Es una traducción hecha por fans y para fans.
Atte. MD
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Sinopsis Capítulo 10
Prólogo Capítulo 11
Capítulo 1 Capítulo 12
Capítulo 2 Capítulo 13
Capítulo 3 Capítulo 14
Capítulo 4 Capítulo 15
Capítulo 5 Capítulo 16
Capítulo 6 Capítulo 17
Capítulo 7 Capítulo 18
Capítulo 8
Capítulo 9
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Mentiras y amor. Así es como comienza una guerra.
Una vida por una vida. Esa es la manera de la mafia. Damian Rossi debe su
vida a un hombre que está listo para cobrar. Ese pago viene en la forma de un
matrimonio arreglado con la hija de otra familia líder en el Chicago Outfit. Él está
listo para seguir adelante, aunque eso signifique asegurarse de que Lily sepa que
ella es suya.
Cuando se trata de este mundo, no se puede confiar en nadie. Alguien está listo
para traicionar el Chicago Outfit por la promesa de algo mejor. Pero nadie juega
limpio y estos hombres juegan para siempre. Cuando la sangre comienza a pintar
Chicago de rojo, cuatro familias serán divididas por la lealtad, el odio y la
venganza. No hay escondite. No hay seguridad.
Nadie es inmortal.
Nadie
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Lily DeLuca se sentía como una piedra mientras miraba fijamente la
casa amarilla de dos pisos desde donde se sentaba al otro lado de la
calle. Inamovible y fría. Alguien debía haber estado ahí, gente nueva,
porque solía ser un azul pálido. Una acera de piedras de colores ahora
estaba en el camino de la entrada principal también.
Bueno, sabía que era diferente, por supuesto. Mayor. Una mujer
ahora y ya no una niña. Sabía que las casas no mantenían los sueños y
el amor protegido y seguro dentro de sus cuatro paredes, pero en
cambio, solo dan la apariencia de esas cosas. Ya no era ingenua y
estúpida para las cosas y personas que la rodeaba.
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Muchas personas en la zona probablemente sabían quién era, pero si
no lo hacían, seguramente reconocerían su nombre.
—Sí.
—Sí.
El celular de Lily sonó en su bolsillo por quinta vez desde que dejó la
casa de Dino hace un par de horas. Dino le había dado la maldita cosa
y se había llevado el que tenía, diciendo algo sobre teléfonos
desechables.
Lily pensaba que era solo una forma más de Dino para vigilarla.
Ignoró la llamada.
Las palabras que Dino le dijo a Lily cuando le ordenó que saliera de
Europa y viajara de regreso a Estados Unidos llenó su mente.
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Él estaba en lo correcto.
Ella huyó.
¿Cuánto tiempo tomaría antes de que el Outfit tomara algo más que
Lily amaba?
Para Lily...
Ni siquiera importaba.
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El peso de una deuda puede estrellar a un hombre. Era una de esas
cosas que una persona sabía siempre seguía justo detrás. Realmente
nunca te deja, incluso si parece que se fue.
Nueve palabras que nunca se habían sentido tan pesadas como esas
lo hicieron.
Siempre.
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tenía como cinco años, lo único que le quedaba era el Outfit y la gente
que lo criaba cuando sus tíos borrachos no podían.
—Me lo debes, D.
Así funcionaba.
—Te lo ganaste, D.
Crecer sin sus padres significaba que Damian pasaba mucho tiempo
bajo los pies de otros. Había sido un niño pequeño y flacucho.
Instantáneamente olvidable. Lo único que hacía soportable vivir en la
casa de sus tíos eran sus primos: Tomas, Lea y Cara. No es que ellos lo
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tuvieran mejor. Laurent y Serena Rossi no habían sido hechos para
tener hijos. Los cuatro niños pasaron más tiempo moviéndose de familia
en familia que realmente viviendo con sus tutores.
Un pequeño fantasma.
Damian suponía que eso funcionaba bien para él. Ser olvidable
siendo niño terminó llevándolo a su adultez y su carrera en el equipo.
No todos los hombres fueron cortados para ser asesinos. Nadie lo vio
venir. No tuvieron la oportunidad de verlo salir. Raramente se
sospechaba de él cuando apareció un cuerpo. Simplemente tomó la
llamada, hizo el trabajo, y siguió adelante. No se hizo ninguna pregunta
alguna vez.
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Damian rio. —No.
—Cinco años.
—Curiosidad.
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—Sí, lo que aprecio. Bueno, por lo que sé. Lily no… es muy cariñosa
conmigo. Es revisada una vez al mes. Fue mi única demanda.
—Terrance.
—¿Qué?
Obviamente no.
—Es bueno. —Dino metió sus manos en los bolsillos—. Joel nunca
lo hará como jefe, no bajo el mando de Terrance.
—¿Ah?
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—Sí, lo estoy observando.
—Oye…
—¿Qué diablos?
—No lo haría. Todavía eres joven para él, pero te está mirando. Te
está observando, D. Porque para él, lo tienes. Tú jodidamente escuchas
en lugar de huir a la maldita entrada. Tú sigue las reglas, tomas sus
llamadas, y haces lo que te pide. ¿No te has preguntado por qué no
tienes una tripulación propia?
—Porque estás demasiado ocupado con él. ¿Por qué te daría más de
lo que ya tienes con todos los demás y el jefe juntos? Eso significaría
que tendrías menos tiempo para su mierda. Y le gusta tenerte cerca.
¿Cuántas veces los chicos te llaman para el jefe, de todos modos?
—Unas pocas.
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—¿Sabes lo que oí decirle a Riley cuando llamó al jefe el otro día?
preguntó Dino.
—Sí.
Interesante y esclarecedor.
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Mantener la paz es mejor que iniciar una guerra con otra familia.
Terrance lo sabe. Sin embargo, él te invitó a acompañarlo. Eres la
primera persona que ha hecho eso, aparte de Ben y Riley, por supuesto.
—Pero no tú.
Ese no era uno de sus objetivos de vida. Ser jefe significaba ser
constantemente vigilado. De los funcionarios, de sus propios hombres y
del público. Nunca jodidamente terminaba. También significa ser un
blanco enorme para cualquier persona que tenía ojos para su posición.
A Damian le gustaba ser invisible cuando quería.
No.
Yo no.
Dino asintió una vez. Eso es lo que dije. Parece que mi tío piensa
que eres demasiado independiente para el trabajo. Tú tienes tu propia
mente, ¿sabes?
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Es cuando no puede manipular al jefe dijo Dino, riendo entre
dientes. Dios sabe que ha intentado durante años manipular a
Terrance a sus órdenes y a veces, ha tenido éxito. La mayoría de las
veces, Terrance ya tiene sus decisiones cementadas antes de Ben
DeLuca incluso lo piense. Ben podría ser un jefe si se le da la
oportunidad, pero prefiere sentarse en el banquillo y hacer que otros
hagan el trabajo, en realidad no estar delante y hacer el centro de sí
mismo. Eso es un problema.
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Pero lo que Ben quiere contigo no es importante. Aún no está en
ese camino. Dino aspiró profundamente, mirando hacia el cielo
nublado. He tenido suficiente aire fresco por el día. Entremos y
tomemos un café.
¿Acerca de mi tío?
Sí.
¿En una celda con barras para ventanas, paredes de cemento para
el arte, y Dios sabe quién como compañero de litera? Es el infierno.
Suficientemente cierto.
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—No, supongo que no lo hice. Dino colocó su taza en el escritorio
antes de tocar un dedo en el archivo de manila que tenía con él antes de
que Damian llegara por primera vez. La familia es importante para mí.
A pesar de lo que el Outfit intenta proyectar sobre la famiglia y toda esa
mierda, significa poco para mí. Porque eso es todo lo que es... mierda.
Cada hombre en el Outfit está en él para él y ha sido siempre así.
Somos codiciosos, somos excesivos, y lo sabemos. Todo el mundo está
celoso de otra persona, Damian. Tienes suerte de que no te importa lo
suficiente como para notarlo.
Dino tenía razón. Incluso Damian tenía que admitir que el enfoque
principal del Outfit era el dinero, hacerlo, y quién tenía más. Pero ¿no
era así como trabajaba la mafia?
Gales, Inglaterra.
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La cerveza podría ser mejor. Aunque amo los acentos.
Te extraño, D.
Con amor,
Lily.
—Bonita, ¿verdad?
Espera, ¿qué?
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Exigí, en realidad respondió Dino. Entonces, cuando se negó,
yo amenacé con enviar a alguien por ella. Afortunadamente, eligió no
desafiarme. Quería que ella tomara la elección.
No. Pensé que estaba obligado a trabajar con los oficiales, no que
quisiera.
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sentía como algo que Damian no podía entender. Mira lo bien que nos
ha separado a mi hermano y a mí. Lo dejamos hacerlo, sin siquiera
darnos cuenta.
Si Ben pensó por un segundo que la estaba dejando vivir la vida
que quería porque él se llevó todo lo demás que tenía, mi hermana
también me habría enterrado —dijo Dino. Cuando se trata de
nosotros, los hermanos DeLuca, Theo es el único inteligente porque
hacía todo lo que Ben quería sin preguntar. Yo también, pero siempre
tenía un objetivo subyacente.
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—¿Conocerla?
¿Cómo?
Dino sonrió con una mirada fría. Tengo que proteger lo que es
importante para mí, Damian. Mi hermana y mi hermano son
importantes. Theo lo hará bien, pase lo que pase. Es jodidamente
resistente, siempre y cuando mantenga su corazón fuera del juego. Lily,
sin embargo, no es lo mismo. Ella es demasiado obstinada para su
propio bien y no quiero pensar en alguien quitándole eso. Cuando yo no
esté, alguien más debe cuidar de ella. Y no puede ser Ben DeLuca.
Cristo. Dino hacía que prisión sonara como una sentencia a muerte.
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Te vas a casar con mi hermana.
¿Verdad?
Una vida por una vida, D. Así es como funciona esto. Además,
también funcionará a tu favor. Ambos sabemos que eres un pequeño
imbécil feliz haciendo lo que haces, Damian. No hay nada malo en eso.
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Lily, ¡muévete! ¡Ya llegamos tarde!
No.
Lily.
Tenía casi seis años cuando sus padres fueron asesinados, pero
todavía los recordaba. En su mente, sus recuerdos eran vívidos. Los
sueños que tenía de ellos lo eran aún más. Ella despreciaba cómo todos
los demás, incluyendo sus hermanos, actuaban como si las personas
que les dieron vida no hubiesen existido; como si las personas a las que
llamaban familia no fueran consigo.
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Dino no le dio una opción.
Estoy bien.
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Bien era un término relativo que no se aplicaba a Lily. Dino la
molestaba forzándola a volver a su hogar cuando lo estaba haciendo tan
bien por sí misma y sin las familias Trentini, DeLuca, Conti y Rossi
rodeándola. Su hermano mayor la puso en una escuela privada, la dejó
pasar la mayoría de los meses del año fuera del hogar, y luego firmó
más de una cuarta parte de su herencia para que Lily la usara como
mejor le pareciera después de graduarse.
¿Qué cambió?
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Estás enfadada conmigo murmuró Dino, manteniendo su
mirada fija en el hombre que estaba de pie en el altar.
Mucho.
Te crio.
¿Me crio?
Lily apretó los dientes ante el uso casual de ese nombre de mascota.
Otra vez.
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Eres una hija de la mafia intervino Dino rápidamente. Naciste
y fuiste criada como una DeLuca. Sí, eres una mujer, y también sabes
lo que eso significa. Aquí no tienes que tomar las decisiones, Lily. Sigue
las reglas y todo estará bien.
Reglas.
Era su vida.
Dino…
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Confíteor Deo omnipoténti, et vobis, fratres, quia peccávi nimis…
¿Quién era?
Mea culpa.
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Mea máxima culpa susurró.
Mea Culpa.
●●●
Lily DeLuca, mírate dijo Terrance Trentini con una sonrisa que
era demasiado grande para su gusto. Se quedó quieta mientras la
abrazaba, ahuecaba sus mejillas y la besaba en la frente. Te has
convertido en una joven hermosa, mia bella.
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Especialmente a Theo. A los veintisiete años, era más cercano en
edad a ella que Dino
Rápidamente miró algunas de las caras para saber quién estaba allí.
Las hermanas de Joel Trentini, Abriella y Alessa estaban en un rincón,
hablando en voz baja. Sus padres, Sara y Peter, no estaban muy lejos.
Los hermanos DeLuca crecieron llamándolos tía y tío, aunque no había
relación real.
—¡Lily!
Casi.
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Hablamos un par de días antes de que llegaras a casa dijo
Evelina, riendo.
¿Y?
Ah, pero tienes asuntos aquí, querida dijo Terrance con otra de
sus amplias sonrisas.
Dino le dio a Lily una mirada que la silenció antes de que pudiera
decir algo. Los tiene. Ya vamos a llegar a eso.
Damian.
¿Quién?
Oh.
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Espera, ¿qué?
Lily se sintió como si fuera parte de algún chiste cósmico que nadie
le había contado hasta ahora. Era realmente mierdoso el darse cuenta
hasta ahora.
Cuando Terrance se giró para hablar con su nieto, Joel, Lily se dio la
vuelta para enfrentar a Dino. Estaba segura de que su hermano mayor
podía ver la ira en su mirada. Decepción, dolor y náuseas rodaban en
sus entrañas como una gran y odiosa bola, recorriendo sus venas.
Dino…
Ahora no. Dino movió la cabeza hacia un lado y, con una rápida
disculpa a la familia y amigos, condujo a Lily por el pasillo y lejos de los
ojos de los demás. Cuando estuvieron solos, Dino soltó un fuerte
suspiro cargado de tensión. Tómate un segundo para pensar antes de
decir algo, Lily.
¿Tomarse un segundo?
Dino agarró la mano que Lily levantó para golpearlo. No era del tipo
de chica que golpeaba. No le gustaba la violencia. Curioso, teniendo en
cuenta que toda su vida se había reducido a algún tipo de violencia.
Toda lo que la mafia conocía era la violencia.
No sabes nada, así que detente ahora mismo. Dino apretó la
mano de Lily lo suficiente como para hacerle daño y para callarla.
Este no es el momento ni el lugar para cualquier clase de mierda, Lily. Y
sabes muy bien que no eres la primera a la que le sucede algo como
esto. En realidad, tienes suerte de haber durado tanto. Si fuera por
Ben, se habría casado contigo el día después de cumplir dieciocho años.
Deja de actuar como una mocosa.
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No podía respirar.
Lo que necesito que hagas es volver allí, saludar a Damian cuando
llegue, sonreír a esa gente, y ser agradable durante la cena. Serán dos
horas. Haz tu parte como la buena pequeña DeLuca que eres, como sé
que puedes ser.
Todavía podía.
Un Rossi.
Soy un ser humano. Soy una mujer libre, Dino respondió Lily
rápidamente. Puedo tomar mis propias decisiones sobre mi vida sin el
aporte de nadie. Me casaré con quien yo quiera, no con quien me
parezca apropiado.
No podía.
Lily…
Vete al infierno.
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Dino soltó una risa amarga. Ya tengo un pie en ahí, Lily. Solo
tengo tiempo prestado mientras espero.
A él no parecía importarle.
Mirar de cerca a este hombre era malo para Lily. Estaba en forma
con un cuerpo construido como el de un boxeador. El traje negro que
llevaba lo abrazaba perfectamente bien, y solo parecía aumentar el aire
fresco y confiado que traía. Un extraño desinterés le coloreaba las
facciones, pero en sus ojos parecía que la miraba directamente.
Miró hacia abajo entre sus cuerpos, notando que estaba relajado y
aparentemente indiferente por la situación en la que se encontraban.
Incluso sus manos se metieron en los bolsillos como si estuviera
esperando algo y no como si Lily lo estaba tocando.
Damian Rossi.
Hola.
Lily parpadeó.
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Su voz era un tenor oscuro que goteaba riqueza. La única palabra
salió de su boca sin que sus labios tuvieran que moverse. Tuvo el placer
de escuchar muchos acentos en sus viajes, pero el suyo era algo
completamente diferente.
Ah, ya veo.
¿Lo eran?
Sí.
Yo…
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Seré amable y jugar bien en esta cena dijo.
Las palabras rodaron sobre la piel de Lily como oro líquido. Podía
sentir el calor de su aliento en la nuca.
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Damian sorbió un vaso de coñac, dejando que los sabores de vainilla, especias
y flores se lavaran sobre su paladar mientras permanecía inmóvil en un rincón. Le
gustaban las sombras. Después de todo, era el mejor lugar para observar a la gente.
—De verdad vas a hacer esto, ¿eh? —preguntó Tommas, siguiendo la mirada
de su primo.
—Entonces…
Damian sabía que no tenía que decir más y Tommas no lo cuestionaría más en
la declaración. Tommas era consciente de que Damian había estado en deuda con
Dino durante mucho tiempo, aunque los dos hombres no lo discutieron.
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Si ser bonita era lo único que una chica necesitaba para hacerla algo especial,
Damian había visto más que suficiente de ese tipo de mujeres en su vida. No le
interesaba tener otra. Lily era hermosa, sin embargo. Damian no podía negarlo.
Sus ojos marrones brillaban, sobre todo cuando estaba animada por algo.
Durante la cena y la fiesta observó que Lily no sonreía mucho, por ninguna razón.
Pero cuando lo hizo, sus labios gruesos se curvaron de la manera más sexy. Con
pómulos altos, pequeños rasgos y unos buenos cincuenta centímetros más corta que
él en los talones, no era exactamente lo que él llamaría una belleza común.
No, ella tenía una belleza clásica. Como una vieja actriz de cine en blanco y
negro. No era el tipo de chica por la que iría. No le gustaba el tipo combativa y
testaruda. Tenía la intención de que su acuerdo con Dino sobre el matrimonio fuera
únicamente de negocios. Damian le debía a Dino, esto era lo que su amigo le exigía
para que lo pagara, y Damian planeó seguirlo hasta el final. Cada pedazo de ello.
—No, no es un problema.
Lily, sin importar cuánto tiempo pasara lejos del Outfit y sus reglas sofocantes
para las mujeres de la familia, sabía cómo comportarse. A Damian le gustó eso
también. Se preguntó qué haría falta para relajarse.
—Solo digo, Tommy. Me imagino que Theo siente lo mismo acerca de Lily a
casarse con un hombre seis años mayor que ella, uno que apenas conoce por
negocios, como Joel siente por ti y por Abriella.
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Damian se burló en voz baja. —Sí, lo sé.
—¿Cómo?
—No, pero ella es ocho años más joven que tú, Tommas, con un jefe de mafia
como abuelo y un maldito idiota como hermano mayor. Están buscando hombres
para ella y tú no eres uno de ellos. Debes limpiarte de esa tontería antes de que se
convierta en un hábito que no puedes romper y ella consiga matarte.
Perfecto.
Damian decidió dejarlo ir. Tenía lo suficiente de sus propios problemas como
era.
Dino quería que Lily estuviera a salvo y ganó la lealtad de Damian hace mucho
tiempo. Damian necesitaba pagar. Hombres como ellos no eran nada sin su palabra
y demasiados hombres en el Outfit parecían olvidarse de eso. Damian siguió su
palabra cada vez. Lily DeLuca no sería una excepción, incluso si eso significaba
que ella lo odiaba por ello.
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Tommas tarareó. —Es familia, hombre.
Cierto.
Damian escondió su sonrisa con su copa de coñac mientras Lily le lanzaba una
mirada penetrante por encima del hombro. Oh, sí, la chica estaba todavía enojada.
Él fingió no darse cuenta de que ella lo había pillado mirándola y en su lugar,
examinó la habitación mientras la mantenía en su periferia.
Lily estaba borracha si su quinto vaso de vino tinto era una indicación.
Escondió su mareo bien. Damian le dio crédito por eso.
Evelina se rio ligeramente cuando Lily desvió la mirada de Damian tan rápido
como lo encontró. —Es muy guapo y desde que es mi primo, eso es todo lo que
estoy dispuesta a decir sobre el tema.
—Cállate, Eve.
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Evelina se burló. —Esto significa que solo espero que llegue la oferta más alta,
Lily. Eso es lo que sucede cuando tu padre es el jefe del Outfit y tú eres su única
hija. Piénsalo, necesita competir con Ben y con quien más le guste a Terrance. Los
hombres como mi padre solo quieren subir y eso es todo lo que les importa un
bledo. Si no pueden llegar allí por su propia mano, usarán a alguien más para llegar
allí. Mi mano pasará a ser la que usarán, tal vez incluso para otra familia.
—¿Cuál?
—Oh, ¿quién?
—¿Y qué de Adriano? —preguntó Lily. ¿Tu padre va a hacer lo mismo con
tu hermano?
La voz de Evelina se bajó, pero Damian aún la oía mientras actuaba como si
las personas riendo y bailando tuvieran toda su atención. —Damian es un sujeto
agradable. Y tampoco estoy diciéndolo solamente porque es familia. No has estado
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por aquí en un largo tiempo. No lo conoces lo suficientemente bien como para
juzgarlo.
—Tú no eres quien se casará con él como una vaca en el mercado, Eve —dijo
Lily ferozmente.
—Preferiría verte con Damian Rossi que con cualquier otro hombre en el
Outfit.
Lily escupió una risa. —Solo estás diciendo eso porque no te sucede a ti. Si
tuvieses a tu padre o hermano engañándote de la forma en que Dino lo hizo
conmigo, estarías molesta más que nada. Toda esa rebelión que tenías en lo bajo de
repente se volvería un infierno mucho más ruidoso. Niégalo, Eve.
Evelina no se molestó en intentarlo. —Ya estoy molesta con mi padre, así que
eso es inútil. Escucha, Damian es algo callado como tú, y no le gusta ser el centro
de atención. Solía salir con tus hermanos cuando Theo tenía doce o algo así.
Tienen la misma edad. ¿No lo recuerdas en lo absoluto?
El rostro de Lily se oscureció mientras daba otro vistazo hacia Damian. —¿En
serio?
—¿Realmente no recuerdas?
Damian examinó a Lily por el rabillo de su ojo, notando cómo ella mordía su
labio inferior por la curiosidad.
—¿Cómo es eso?
—Ya sabes, como ser arrastrado por allí, de lugar en lugar, de persona a
persona. Solo... ustedes dos podrían tener algo en común en lo que a eso respecta.
No van a darte una opción, Lily, y obviamente, Damian aceptó el acuerdo por
alguna razón. Está decidido: tu opinión no posee importancia para ellos. Sé que es
barbárico y antiguo, pero va a suceder.
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su juicio, las cenas como la que el jefe había dado hoy serían consideradas un
anuncio de compromiso y una fiesta.
Damian decidió meterse y acabar con esa idea antes de que Lily pudiera estar
de acuerdo. Dino tendría un maldito ataque si Lily se ponía más ebria de lo que ya
estaba. —Gracias, Eve, pero ella está bien por lo que queda de la noche.
Damian le dio una sonrisa encantadora a una Evelina de ojos amplios. —De
nuevo, gracias, pero ya no más.
Lily giró y presionó su puño en su cadera. —¿Quién demonios crees que eres...?
Lily le entregó la copa de vino a una Evelina impresionada, sin una palabra.
Damian rio.
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No, chicas como Lily nunca hacían las cosas que querían hacer. También le
gustaba eso. Era demasiado malo que toda la cosa del compromiso no fuera a
funcionar de esa forma para ella.
Damian se aseguró de tomar nota sobre en cuál dirección se fue, solo por si
acaso. Evelina suspiró con una sacudida de su cabeza.
—¿Eso importa? —preguntó él—. No tengo que gustarle para que tenga mi
apellido.
—¿Cómo es eso?
Evelina no miró en su dirección cuando dijo—: No, solo creo que eres
horriblemente bueno en hacerle creer a los otros que estás haciendo lo que ellos
quieren.
—Demasiado.
Damian rio con fuerza. —Sí, bebiste demasiado. Dame eso, Eve.
Evelina caminó hacia él y le pasó su copa de vino, junto con la de Lily, pero no
antes de vaciar sus contenidos. —Siempre fuiste un jodido aguafiestas, D.
—Marcello no nos dejará hacer eso de nuevo, no luego de ese desastre hace
años dijo Terrance antes de tragar el resto de su vino tinto.
—No sé por qué te molestas en estar bien con ellos —murmuró Joel en voz
baja—. Con las familias Calabrese y Donati trabajando con nosotros, fácilmente
podríamos matar a todos los Marcello hasta que no haya nada. Podríamos
organizar un sindicato...
—Si tus hombres hubiesen hecho lo que se suponía que hicieran en primer
maldito lugar, cuando trabajamos en Nueva York, no tendríamos este problema
con los Marcello, Joel —dijo Terrance, regañando—. En lugar de eso, decidieron
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intercambiar balas con la familia dominante. Podrían no agradarme tanto los
Marcello, pero tampoco soy un idiota. Controlan Nueva York por una razón.
Tienen poder sobre las otras familias porque se lo ganaron. Están aliados de cerca
con los Sorrentos en Las Vegas. Así que, sí, vayamos justo al frente, actuemos
como toros en una tienda de porcelana, y comencemos una guerra que no podemos
acabar. Por qué no haríamos eso, ¿eh?
Damian suponía que entendía por qué Joel nunca llegaría a ser el jefe. El
hombre no sabía cuándo sentarse y quedarse callado.
—Paga un poco más para que lo traigan directo aquí, eso es todo —dijo el tío
de Damian, Laurent—. Continúen haciendo lo que hacemos.
Damian elevó la mirada ante eso, curioso. Usualmente, el jefe traería algo al
tema de esa forma, no otro hombre.
—James.
—¿Poletti?
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Dios, en italiano.
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—Sí.
Damian no estaba seguro de que Joel entendiera qué era el respeto. Cómo
Tommas era tan buen amigo de este hombre como de él, Damian no lo sabía.
Sospechaba que era porque Tommas y Joel tenían la misma edad y crecieron
juntos. Sin embargo, no eran nada parecidos.
Damian se volteó para irse con el resto de los hombres, pero se detuvo cuando
su jefe dijo—: Tú no, Fantasma.
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Terrance esperó hasta que la puerta de su oficina se cerrara, fulminando con la
mirada al último hombre quien se fue con un ceño fruncido: Joel. —Cristo, ese
chico es un problema esperando para ocurrir. Desearía que su padre hubiese sacado
la cabeza de su culo y se hubiese unido al Outfit como yo quería que hiciera. Él
habría hecho un buen jefe. Joel hace una condenada tontería bien y nada más.
Damian decidió no dignificar eso con una respuesta. Supuso que Terrance no
estaba esperando una, de cualquier forma.
Terrance golpeteó sus dedos por el escritorio con un ritmo rápido. —Ese chico
que él menciono... James. ¿Sabes quién es?
—De él.
Damian no parpadeó ante esa omisión. —Interesante, pero ¿qué tiene que ver
eso conmigo, jefe?
—Joel necesita entender que él no puede hacer demandas como estas, verás. Y
su pequeño espectáculo como el de esta noche ha estado pasando bastante a
menudo recientemente. No sé qué se le metió, pero siento que tengo que recordarle
simplemente quién está a cargo y por qué. Así que, tú vas a hacer eso por mí.
Él no podía pensar ni una sola vez en su carrera como asesino a sueldo para
Terrance que hubiese tenido que hacer un movimiento sobre la familia cercana o
amigos del jefe.
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—A Joel no le gustará eso, me imagino —dijo Damian.
Terrance hizo un sonido desdeñoso que salió tan frío como su orden cuando
dijo: Dejé que sus tonterías continuaran el tiempo suficiente. Es tiempo de que
comience a aprender que él no es el hombre que controla este espectáculo, mi
chico. Y parece que ahora, tienes trabajo que hacer, así que, ¿por qué estás de pie
allí?
No, ciertamente no lo era. Damian no se sentía muy animado con toda la cosa
y no estaba demasiado sorprendido sobre la orden, tampoco. Esto era quién era, y
una parte de vivir la vida que escogió. La matanza no siempre tenía que ser
justificada o incluso tener mucho sentido, no cuando el jefe lo ordenaba. Hombres
como Damian no tenían la opción de negarse, no si les gustaba estar con vida.
—Treinta mil por este, Damian —dijo Terrance—. Será transferido a la cuenta
cuando obtenga el primer rumor.
Treinta mil.
—Podrían contratacar.
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Damian se estiró por la perilla de la puerta y jaló la puerta para abrirla.
—¿Qué es?
Suya.
Damian se despidió de sus primos e ignoró a su tío y tía cuando los pasó en el
comedor. En lugar de estacionar su auto en el gran camino de acceso de Trentini y
correr el riesgo de quedarse bloqueado si quería irse temprano, Damian había
estacionado su Porsche 911 GT3 azul cobalto en la parte trasera de la casa. El auto
era su bebé. No vivía con un exceso de lujos, considerando que su pequeño ático de
dos dormitorios era tan modesto como podía serlo en el Wicker Park de Chicago.
El Porsche era su único espectáculo de riqueza.
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Damian suponía que esa era otra razón por la que le gustaba su elección de
carrera. Trabajar con la tripulación de Rossi para Tommas de vez en cuando le
valió dinero decente. Pero ser el sicario personal de Terrance cuando era necesario
era el verdadero día de pago para Damian. Mientras que nunca había dejado de
trabajar para el Outfit, y otras personas parecían pensar que él era su soldado
personal para utilizar cuando lo quisieran, Damian sabía que podía retroceder.
Mierda.
No era solo sobre lo que el jefe había estado tratando de enseñarle lentamente y
en silencio a Damian, tampoco. Se trataba de los hombres que los rodeaban y del
Outfit en su conjunto. Los hombres del Outfit estaban viendo a una persona de
importancia, alguien con una voz escuchada y una mano en el juego.
Excepto que Damian no quería su mano en ese jodido juego. Muchos hombres
podrían ser un buen jefeDamian podría ser un buen jefe. Pero no quería serlo.
Lily DeLuca.
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Un recuerdo pasó por su mente tan rápidamente que casi se lo perdió.
—Maldición, el tío Ben va a estar enojado, Lily —dijo Theo, su voz de doce años
quebrándose en el nombre de su tío.
Lily sorbió su nariz, apartando el pedazo de su vestido de verano para revisar el daño en
su rodilla. Estaba rasgada y sangrando terriblemente. Probablemente le dolía, pero aparte de
su bufido, Lily no lloró.
—Tal vez no deberían haberla dejado pasar sola —dijo Damian. A Dino tampoco le
va a gustar eso.
La mayoría de los amigos de Damian no dejaban que sus hermanas menores salieran con
ellos, pero como Theo y Lily no tenían padres y Dino estaba demasiado ocupado con
cualquier cosa que hiciera, Lily siempre estaba cerca. Ella no tenía muchos amigos porque
estaba demasiado ocupada siguiendo a su hermano. A Damian no le importaba porque era
muy tranquila.
—Significa que tenemos que decirle al tío Ben para que pueda llevarte al hospital.
—¡No!
Damian hizo una mueca. Cada vez que una niña lloraba, su estómago se sentía extraño.
Las chicas no debían llorar. —No duele, ¿verdad, Theo?
Damian mintió.
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Esas agujas dolían mucho.
¿Lily se acordaría de que él también que había estado alrededor algunas veces?
Lily ni siquiera parpadeó. —Pensé que Dino vendría a buscarme. O tal vez
Theo. Definitivamente, no tú, de todos modos.
—Fascinante.
Reanudando su marcha por el pasillo, Damian pasó junto a una calmada Lily.
Eso era suficiente para que Damian supiera que sus hermanos todavía la
llamaban así.
Damian se volvió hacia ella. La brisa del exterior flotó en el pasillo y esparció
la esencia del perfume florido de Lily por el espacio. Ella lo observó desde debajo
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de sus gruesas y oscuras pestañas, y se preguntó si quería irse tan lejos de él como le
fuera posible.
No había mucho espacio en el pasillo, así que girarse como lo hizo los dejó
directamente de frente. Lily tuvo que alzar la vista y Damian pudo ver claramente
la ira que aún ardía en su mirada. La hacía aún más bonita con ese destello de
desafío detrás de su oscura mirada. Sus labios fruncidos exigían atención.
Mierda.
—Sabes, no tienes que odiarme, Lily DeLuca. Podrías hacer todo este asunto
mucho más sencillo si solo aceptas lo que va a suceder y terminas con esto.
—Acabar con esto, claro. —Se burló Lily. Ser vendida como ganado, quieres
decir. Debería aceptar que no tengo opción de elegir a mi esposo o un futuro.
—Nop.
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—¡Dile, Theo! —Gesticulo Lily hacia Dino, con impotencia—. ¡Dile que no es
justo!
—No puedes tomar esa decisión, Theo —dijo Dino en tono firme y cortante.
—Terrance lo aprobó.
—También lo sé, D.
Dino apenas sonrió. —Todos lo sabemos. Él hará lo que diga porque también
necesita algo. En este mundo no existen manos solidarias. Todos ellos intentaran
tomar algo a cambio. Supongo que comienzan a comprenderlo.
—¿Y Lily?
Dino dejó caer el tenedor y la servilleta sobre la mesa, colocando los brazos a
ambos lados de su plato y miro directamente a su hermano. —¿Crees que Damian
es una mala opción?
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—No, pienso que es una buena opción —respondió Theo—. Bueno, para un
hombre que usa traje.
Theo alzó una ceja. —Podrías haber elegido a Tommas, es bueno para el
trabajo.
Dino y Theo actuaron como si no hubiera dicho nada. Ninguno de ellos apartó
la mirada del otro.
¿Qué?
Lily estaba tan confundida que era incluso cómico. Sus hermanos bien podrían
estar hablando en clave por lo que sabía.
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—Ella no es un Fantasma, tampoco —dijo Theo en voz baja—. ¿Pensabas en
eso Dino o solo estabas pensando en el pasado?
—Lo agradecería.
Theo lanzó una mirada a Lily que era todo menos una disculpa. —Lo siento,
pequeña. Por una vez en la vida, estás en esto.
Theo se presentó temprano sin una razón, intercambio menos de dos palabras
con Dino cuando su hermano mayor lo invito a cenar y ahora actuaban como
extraños otra vez. ¿En qué demonios se habían convertido sus vidas?
—Yo sí, ¿o planeas decirme cuantas calorías tengo que consumir al día,
también? Tal vez te gustaría darme una lista de cosas que debería y no debería estar
haciendo, como los kilómetros que corro por las mañanas o el color de mi
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pintalabios. ¿Qué debo vestir o como debo hablar y caminar? Vamos, Dino, ¿qué
más puedes hacerme? Déjame tenerlo.
—Lily…
Las palabras que Damian le dijo hace unos días resonaron en la mente de Lily
como una campana de advertencia.
—Deja de rogar, Lily —dijo Dino, sus palabras cortantes como el filo de una
espada—. Eres una DeLuca tanto si deseas serlo como si no. Los DeLuca no
ruegan, nunca lo hacemos y seguro como la mierda que no empezaras ahora. En lo
referente a lo que puedes o no hacer, ya sabes la respuesta a eso, así que no
comiences a pedirme indicaciones. Sabes lo que se espera de ti. ¿Qué más quieres
de mí?
—Eso intento.
●●●
—Ella va a hacer esto más difícil informó Evelina antes de tomar un trago de
su chai latte.
Lily le dio a su mejor amiga una mirada sucia. —Clásico, acampanado, encaje.
Lily rio entre dientes. —Ella sabe. Definitivamente blanco. Cuantos menos
susurros tengo que escuchar, mejor. No hay necesidad de dar a la muchedumbre de
perras más razones para actuar como ladridos de arañas que ya tienen.
Lily suspiró y miró las revistas. —He pasado la última semana discutiendo y
gritando con Dino.
—¿Y?
Lily pensó que la declaración era auto explicativa sin que necesitara entrar en
más detalle.
—¿Cómo diablos Dino consiguió que la iglesia accediera a pasar por alto el
asesoramiento obligatorio de la pareja por seis meses? —preguntó Evelina.
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—¿Es eso todo para ti? —preguntó su mejor amiga.
Evelina se encogió de hombros. —Tal vez Dino y Theo nunca te dejaron ir;
Solo pensaste que lo hicieron.
—Mierda.
—Sí.
—¿Perdón?
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Evelina observó a Lily como si fuera un venado dispuesto a atravesar el borde
de su copa. —Ya estás haciendo nada, nena.
—Háblame cuando seas tú, Eve. Déjame saber cómo te sientes entonces.
—Lo haré. Está destinado a suceder. Y espero que me dejes perra, gemir y
llorar mis malditos ojos porque no me voy a casar con el hombre que quiero.
Simple como eso.
—No lo haré.
Refunfuñando, Lily abrió una de las muchas revistas que Abriella trajo para la
comida. Abriella Trentini era muy parecida a Lily y Evelina en la forma en que
había sido criada alrededor del grueso negocio del Outfit. Era una niña de la mafia,
así que ella, como Lily y Evelina, probablemente sabía que no había manera
alrededor del arreglo hecho.
—Están planeando una gran fiesta —dijo Lily. Dino estaba trabajando en la
lista de invitados esta mañana. Fue ridículo.
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Lily ni siquiera estaba segura de querer saberlo, pero debido a que había estado
fuera de control con el Outfit y las familias involucradas durante los últimos años,
no tuvo más remedio que preguntar—: ¿Por qué es eso?
—Terrance hizo la llamada, Lily —dijo Abriella en voz baja—. Si Dino quería
alinearte con otra familia, tiene sentido para él hacerlo con una en quien confía. La
familia Rossi tuvo muy poco que ver con lo que pasó. Terrance y tu tío hicieron
todas las llamadas sobre ese desastre, ¿sabes?
—Entonces sabes por qué Dino elegiría un Rossi y no a alguien más cercano a
tu familia o un Trentini para alinearte en matrimonio.
—Y, ¿qué? ¿Dino no cree que alguien de la familia Trentini se casaría conmigo
porque nuestro padre era una rata? Eso es…
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—¡Oye!
—En serio, suficiente. —Recogió Abriella las revistas y las arrojó a su bolso de
mensajero—. Este día es ridículo. Esta boda en ridícula. Elige un vestido otro día.
Dino tendrá todo planeado y seguirá adelante independientemente de nosotras, así
que podríamos dejarle hacerlo. Tenemos mejores cosas que hacer.
—Siempre y cuando nadie nos vea —dijo Evelina—. Papi estará en un buen
ajuste y sabes que tu abuelo perderá la cabeza, Ella.
—Pero…
¿Siendo buenas?
Lily se mofó. ¿En qué maldito mundo vivían? Eran adultas, ¿verdad? —¿Y que
si lo descubren?
—No lo hacen, así que no es importante —dijo Abriella—. Eve solo está
pensando demasiado, como siempre lo hace.
—¡No lo estoy!
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—De acuerdo, no lo hace. Cállate sobre eso. ¿El lugar de Tommas? —preguntó
Abriella.
Abriella sonrió. —Él lo es. Y siempre sé cómo perder a los guardias que me
persiguen. Están demasiado avergonzados para llamar al abuelo y decirle que me
perdieron, porque saben en cuanta mierda estarían. ¿Qué tal si tomamos mi auto,
nos detenemos en el lugar de Tommas que renta para mí, después de que pierda
al…?
—Guau, espera —dijo Lily, inclinándose hacia adelante con interés—. ¿Qué
acaba de decir?
Por primera vez, Abriella parecía nerviosa. Ella no se encontró con la mirada
de Lily. —No es nada.
—¿Una familia capo te alquila un lugar privado y eso es nada? —repitió Lily
débilmente.
Abriella no apartó los ojos de Lily por un segundo. —Escucha, lo que hago es
lo que hago, Lily. Y me voy a asegurar que me voy a divertir mientras pueda antes
de que ya no pueda. No estoy buscando el permiso de nadie. ¿Todo en orden?
En el club de Tommas Rossi no podía caber otra alma dentro. Lily estaba
segura de eso. ¿Cómo el club no tenía a los jefes de bomberos llamando a la puerta
para retirar los cuerpos?, ella no lo sabía.
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—Oye, mírame —ladró Adriano—. No actúes como si no estuviera hablando
contigo, Eve.
—Tommas.
—Trabajo, quieres decir —dijo Abriella—. Alguien está traficando aquí para él.
Dios, nunca va a entender.
Lily tomó la brillante bebida verde cigarra que le ofreció Evelina y la inclino
hacia atrás para tomar un gran sorbo. El alcohol inundó su boca al instante junto
con el intenso sabor de la bebida. Cristo, era buena.
—No tan rápido —dijo Evelina, riendo—. Estarás tan hecha polvo que tal vez
no pueda llevarte a casa sin que Dino lo sepa.
Evelina agitó una mano con poca seriedad a su hermano antes de tomar un
trago de su mezcla de su Sourpuss y Seven-up. —En realidad no, hermanito.
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—¿Vas a ser una rata pequeña y correr a papá? —preguntó Evelina.
—Me lo debes.
—Mantendré mi boca cerrada sobre ti, pero alguien más necesita saber de ella
dijo Adriano, asintiendo con la cabeza hacia Lily.
Abriella hizo un puchero. —Iré a buscar a Tommas y veré qué puede hacer.
Ella necesitaba uno de esos para cada mano. Eran muy buenos.
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Ella había venido a descubrir que el apartamento alquilado de Abriella Trentini
podría ser una segunda casa con un armario completo incluido. Lily optó por no
hacer preguntas cuando se dio cuenta de los trajes de un hombre colgando junto a
los vestidos de Abriella antes. De nuevo, pensó que el nombre de Tommas Rossi
había sido mencionado más que suficiente para que fuera algo obvio.
Lily sonrió. Había sido demasiado tiempo desde que ella fue capaz de
divertirse, especialmente con Eve.
—Vamos a bailar.
No era el tipo de chica fiestera. Claro, Lily se divertía de vez en cuando, pero
nunca se soltaba. Se sintió tan bien bailar y ser solo otro rostro en la multitud…
alguien irreconocible y desconocida.
No un DeLuca.
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licor y colonia desconocida. Él no era la primera persona en agarrar al azar a Lily y
traerla para un baile o dos, así que no le importó. Sus caderas se movían al ritmo
con las del hombre y la música. Lily quería ver quién era el que decidió bailar con
ella, así que se volvió en su abrazo para encontrar a un guapo extraño con una
amplia sonrisa.
Ella no pensó que dar su nombre sería un problema. No era como si planeara
llevar a este hombre a casa.
—Lily.
—Hola, Carter.
—Gracias.
Y no tenía oportunidad.
Lily dejó que Carter la acercara como su mano rozando hasta su espalda
expuesta. Todo el tiempo, juró que podía sentir a alguien mirándola.
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—Oh, vamos, Tommas —dijo Abriella, sus mejillas enrojecidas—.
Eres un idiota. ¿Cómo Lily está teniendo un poco de diversión diferente
de…?
—Tú…
—Suficiente, Ella.
71
—Detente, Ella. Estás bebiendo y no quiero lidiar con esta tontería.
¿Sabes en qué clase de posición me has metido esta noche? —preguntó
Tommas.
Ouch.
Tal vez Damian podía entender por qué Tommas estaba haciendo la
mierda que era con Abriella, fuese lo que fuese. Tommas siempre había
querido que sus mujeres fueran un poco ásperas y difíciles. Abriella
encajaba perfectamente con esa factura.
—No hay problema, amigo. Solo son las diez; Dino probablemente no
ha empezado a perder la cabeza de que Lily no ha aparecido en casa,
todavía.
—Lo haré.
Damian se giró sobre sus talones y se alejó antes de que tuviera que
escuchar algo que no quería o no necesitaba saber. Rápidamente se
deslió dentro de la multitud de asistentes al club, buscando entre los
desconocidos rostros por el que conocía.
Damian pensó que estaría bien durante una maldita semana, pero
aparentemente no.
Lily bailaba con un hombre como si fueran íntimos. Las manos del
hombre estaban sobre su cuerpo, agarrándola por la cintura y cadera
antes de viajar más alto sobre el apretado vestido negro, que llevaba
Lily. Las manos del tipo también podrían haber estado encima de ella,
por el amor de la mierda. El maldito vestido era tan corto como la
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mierda. Demasiado corto. A Damian le hubiera gustado ver el vestido
adherido al cuerpo en ella en otro momento, en realidad.
Damian tenía que admitir que Lily era un espectáculo muy sexy.
Sí.
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Todavía no la dejaba ir. No retrocedió como se lo pidió, tampoco.
—¿Qué? —preguntó.
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—No se trata de que sea tu dueño, Lily. Es sobre el respeto. Y si
quieres salir y beber, ir de fiesta o hacer lo que sea, tienes que
asegurarte de que tienes al chaperón adecuado contigo. Sobre todo,
ahora que estás a punto de casarte conmigo. Evelina y Abriella podrían
correr tras las espaldas de todo el mundo haciendo cualquier cosa en el
infierno que quieran hacer, pero sabes mejor, y francamente, que eso
hacen.
—No. —La risa de Lily estaba llena de desprecio. Lo que tengo aquí
es a ti pensando que tienes algo que decir sobre las cosas que hago o no
hago. Una dosis de realidad, Damian. No es así. En lo absoluto.
—Llegará a gustarte.
—¡Damian!
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—¿Unas pocas?
—¿Tal vez?
—Algo así —respondió Lily en voz baja. Damian sintió que el codo de
Lily se le clavaba en el hombro mientras ella apoyaba su mano en su
palma—. ¿Quién te llamo?
—Tommas.
—Pequeña rata.
—No.
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—Desde que nos comprometimos.
—Entonces, ¿de todos modos, qué diferencia haría si les dice a mis
hermanos que estuve de fiesta sin una niñera?
—Y no lo hizo.
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—Escucha, si quieres salir, lo haremos. Solo tienes que preguntarme
o decirme. Lo que sea. No me importa. Pero no puedes salir así sola. No
se ve bien en tus hermanos o en mí tenerte dando golpes sin alguien…
—Nada.
—Atrapada, ¿verdad?
Lily tarareó en voz baja, el sonido siendo juguetón y travieso. Tal vez
ese era el alcohol en su sistema que le hacía hacerlo, pero a Damian le
gustaba escucharlo todo igual. —¿Oh?
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Su acto de dulzura no convenció a Damian ni por un segundo.
Sí.
Sí.
Bueno…
Oye, no sabes…
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Lily no se encontraría con su mirada. Me está casando como un
trozo de carne.
Pero…
¿Disculpa?
Lily aspiró una áspera bocanada, el labio inferior atrapado entre los
dientes. Yo…
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correctas, pero no puede hacer eso si realmente no entiendes sobre lo
que estás enojada.
Parcialmente.
Cierto dijo Lily. Pero no eres como yo, Damian. Todo el mundo
voltea la mejilla a lo que haces después de que esto se sigue adelante. A
nadie le importara un poco quien malditamente eres o lo que haces,
aunque tengas una esposa. ¿Yo? Estoy atrapada contigo, aunque tú no
tengas que estar atascado conmigo.
—¿Cómo qué?
Damian pensó que Lily necesitaba que la dejaran entrar a una parte
del plan de su hermano para finalmente comprender lo que Dino estaba
tratando de hacer por ella. —¿Sabes lo que me pidió que hiciera por ti?
¿Qué quería de mí como la otra mitad de esta ecuación con el
matrimonio?
—¿Qué?
Tal vez sí, pero era lo mejor que podía darle por ahora.
—Estás mirando un futuro bastante decente si dejas jodidamente de
luchar contra ella, Lily DeLuca.
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Lily parpadeó, sobriedad despejando su visión. —En realidad, te
estoy mirando a ti, Damian.
—No hay un tal vez sobre eso, cariño. Dame un poco de tiempo y te
daré todo lo que necesites.
—Es una promesa muy pesada —dijo ella—. Y esta vida no hace
nada más que romperlas, Damian.
Damian apagó las luces de su Porsche y dejó que el coche rodara por
la tranquila y oscura calle. Al comprobar su teléfono, pudo ver que
ninguno de los sensores dentro de su apartamento se había apagado, lo
que significaba que Lily seguía a salvo y dormía en su cama donde la
dejó horas antes.
El lado este del barrio de Chicago era tranquilo para ser tan
temprano. La mayoría de los hogares de clase media todavía estaban
oscuros, ya que el sol aún no había salido. Después de todo, a nadie le
gustaba levantarse antes del amanecer. Con el sol todavía bajo el
horizonte, los caminos ofrecían la luz de las farolas.
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La vida de otro hombre no valía ese precio.
Partió.
85
Lily abrazó la camisa de vestir con más fuerza alrededor de su silueta,
consciente de que no hacía nada por ocultar la extensión de sus piernas desnudas
mientras bajaba por el corto pasillo de un apartamento desconocido. Con el cabello
revuelto, los ojos cansados, y una sensación de hundimiento en su estómago, se
movía buscando encontrar el dulce aroma flotante del café.
Por qué no tomó su propia cama y le dio a Lily la cama de invitados, no estaba
segura.
La pequeña cocina proporcionó una vista de la gran sala de estar. Lily casi
tropezó con sus propios pies al ver a Damian desnudo de la parte superior, con
pantalones cortos cayendo bajo en sus caderas. Con cada tirón que daba hacia
arriba, su musculosa estructura sostenida de la barra colocada entre el marco de la
puerta de una habitación conectada, apenas reaccionaba al ejercicio. Como si no
costara nada, hizo varias repeticiones elevándose más mientras veía un programa
de noticias con el volumen bajo.
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Jesucristo.
Un sonido vibrante hizo que Damian se detuviera. Se dejó caer al suelo sin
hacer ruido alguno, cruzó el espacio hasta el sofá en dos pasos fluidos y golpeó algo
en el cojín. Damian se limpió el labio inferior con el pulgar; Lily lamió el suyo en
respuesta.
Terrance Trentini.
—Por casualidad noté la mención de un vehículo azul. ¿Qué fue lo que dijeron?
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—Todavía demasiado cerca para consolarme, muchacho. Eso no es como tú.
—Ya lo he comprobado.
—Pensé que lo harías antes. Estoy feliz de ver que terminó de cualquier
manera, pero, aun así, te tomaste tu tiempo.
Lily juró que había una sonrisa en la voz de Terrance cuando respondió. —
Hmm, no. Es hora de que entregue la terrible noticia a Joel, supongo.
Le disparó una mirada caliente por encima del hombro. La sola visión pareció
golpearla en el pecho con gran intensidad. —Hay cosas que es mejor no saber.
—Te ves increíble —dijo Damian en voz baja. Como si hubieras pasado la
noche rodando en las sábanas de alguien, que supongo que en realidad lo hiciste.
Se estremeció.
Maldita sea.
—No, ejercitarte.
Damian asintió una vez. —Si tengo tiempo, lo intento. Es una buena forma de
liberar el estrés.
—¿Qué más haces además de rastrear a las chicas en los clubes, hacer ejercicio
y ver las noticias en silencio?
Lily apretó los labios, la mirada intercalándose entre él y el lugar donde había
contestado el teléfono. —Sí, supongo que sí.
—Sí.
El segundo escalofrío que se arrastró por su espina dorsal vino por una razón
completamente diferente a la primera. Era un infierno mucho más frío, también.
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Cualquier cosa era lo suficientemente vaga como para que la imaginación de
Lily se volviera salvaje, pero señalaba lo suficiente como para que lo entendiera sin
que se lo dijera directamente.
—Huh.
—¿Oh?
Lily pensó en Dino y en las vagas razones que le había dado sobre por qué
Damian había sido su primera elección para ella. Tal vez unirla con uno de los
hombres más peligrosos era la manera de Dino de mantenerla a salvo. No estaba
segura de cómo se sentía al respecto.
—¿Cómo?
Damian se dio la vuelta y cruzó los brazos sobre su amplio pecho. Él asintió
con la cabeza y dijo: Te ves bien en mi camisa.
La declaración fue tan aleatoria que tomó a Lily fuera de guardia. Su voz había
bajado una octava, convirtiéndose en un tono rico y oscuro. Un calor instantáneo
floreció en su sexo y se extendió a su estómago.
—Sí. Es una lástima que tengas que quitártela solo para volver a ponerte ese
maldito vestido.
Buen Dios.
90
—No sé cómo hacer esto —dijo suavemente.
—No —dijo Lily, apartando la mirada de él. Me han dicho más que
suficientes veces que no tengo opción en el asunto.
—¿Y qué?
—No me gusta lo que haces. No me gustan las cosas de las que eres parte. No
me gusta que hayas aceptado esto, sin importar tus razones.
—Sí —dijo Damian, su risa saliendo como melaza negra. Lenta, gruesa y
cubriendo cada centímetro de ella que pudiera alcanzar. Eso es una perra,
¿verdad?
91
Lily hizo un gesto con la mano en desestimación. —Lo olvidé. También
Damian. Era tarde, Dino. Estaba divirtiéndome.
—¿Y?
—Porque Tommas hace negocios en ese lugar, Lily, y no del tipo que incluye
bebidas.
—Lo haré.
—Perfecto.
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—No dije que fuese agradable. Dije que era diferente.
El vestido de novia era sensual, desde luego, pero no era material para una
iglesia católica.
Lily posó y permitió que su amiga le tomara una fotografía. Abriella envió un
mensaje antes dejar de nuevo el teléfono en su bolso.
—O —dijo Abriella, con una mirada lasciva—, puedes usar seda para la noche
de bodas.
Lily se alejó de las chicas, no deseando que vieran el calor en sus mejillas. Se
olvidó de los malditos espejos que tenía enfrente.
Abriella estaba jugando con fuego y cuando eso pasaba, alguien siempre
terminaba quemado.
—Ella, por favor —rogó Lily—. Solo déjalo así. No fue nada.
—Está bien. —Abriella alzó las manos en señal de derrota—. La novia siempre
tiene la razón. No debemos hacer enojar a la princesa DeLuca.
Lily bufó. —Lo cuentas como si hay mucho más bajo la superficie, Ella.
94
—Cuéntanos —corrigió Abriella.
Lily hizo un gesto hacia el vestido de bodas. —No quiero hacer esto.
—Sí.
—Me gusta Damian —dijo Abriella en voz baja—. Él es… no sé, sincero. Eso
es difícil de encontrar en la gente que nos rodea. Con él, obtienes lo que ves. No es
propenso a esconder cosas a propósito.
—Estás haciendo que sea difícil —respondió Abriella con una sonrisa—. Lily,
no todos los matrimonios arreglados funcionan de forma que la mujer obtiene lo
que quiere.
95
—Sin embargo, no estoy obteniendo lo que quiero —trató de explicar Lily.
—¿Cómo?
—Probablemente —admitió.
—¿Todavía estarías molesta por el hecho de que esté involucrado con el Outfit?
preguntó Abriella.
Su corazón.
Sus creencias.
Lily soltó la primera cosa que vino a su mente. —Me dijo que quería que fuera
a él voluntariamente.
—A su cama.
—Vale, entonces…
Sí dijo Lily con un suspiro. Yo no esperaba eso tampoco. Sabes lo que
eso significa, ¿verdad?
96
La mirada de Lily atrapó al gerente de la tienda trayendo un hermoso vestido
acampanado ligeramente blanquecino, con intrincados bordados de perlas a lo
largo del escote de la novia. El vestido, cubierto por delicados encajes y adornado
con toques personales, recordaba instantáneamente a Lily de la pantalla de plata.
Abriella miró su teléfono vibrando. Oh, tengo una respuesta sobre el número
de seda.
Sí, de Damian.
¡Abriella!
97
Jesús.
Abriella miró hacia abajo cuando volvió a sonar el teléfono. Pero prefiere el
encaje negro.
Huh.
Evelina sonrió. Conozco una tienda en la calle, Lily. Tienen algunas cosas
fantásticas que se verían perfectas bajo ese vestido.
Sí, lo hizo.
Lily echó un vistazo a la parte superior del libro en sus manos mientras la
forma de Dino oscurecía la sala de estar. El asiento de la ventana se había
convertido en el lugar de descanso personal de Lily desde que llegó a casa. La luz
del sol la mantenía cálida y reconfortante. Ella también tenía una gran vista de la
gran propiedad del patio trasero. Le daba tiempo privado y tranquilo para pensar y
leer, o simplemente hacer lo que fuera.
98
Una cosa de última hora, supongo. Él está esperando en el vestíbulo.
¿Él?
Damian explicó Dino. Tendrás que cambiarte por algo más apropiado.
Un vestido, preferiblemente. Es para una cena con las familias Trentini y Rossi en
uno de los lugares más altos de Laurent. Damian lleva negro sobre negro.
Le lanzó a Dino una mirada sucia antes de empujar su novela bajo la almohada
en el banco de la ventana. Arriba, Lily hizo un trabajo rápido para encontrar un
vestido que sirviera para la cena, tacones plateados para emparejar y dar un toque
de color, y luego rápidamente se puso un poco de maquillaje rosa en sus mejillas y
labios. El rímel ayudó a pintar sus pestañas y el lápiz de ojos negro oscureció su
mirada.
Damian era la visión total de oscuro, misterioso y sexy allí de pie en su traje
como si fuera. Su prometido en espera sonrió mientras apreciaba su atuendo.
Puedo decirlo. Podrías haberme informado de que vendrías hoy dijo Lily.
No puedes rechazar una invitación con el jefe, Lily, aunque tengas un millón
de cosas más que hacer. Es lo más importante.
99
Lily se encogió de hombros. En su mente.
Como siempre lo estoy. ¿Cuál es el plan, de todos modos? Dino dijo algo
sobre una cena en uno de los restaurantes de tu tío.
¿Oh?
Lily encontró su mirada azul caliente y la buscó para cualquier tipo de motivo
ulterior. ¿Podía posiblemente saber de alguna manera que el ballet era una de las
cosas favoritas de Lily? Damian no soltó una sola indicación de que estuviera
jugando de nuevo.
No respondió Lily con una sonrisa. Pero recuerdo haberlo disfrutado la
primera vez.
100
Es un clásico. Uno de los ballets más favoritos y memorables. Muestra la
emoción verdadera y es una danza honestamente hermosa. Incluso la música es
increíble. Lily vio la sonrisa de Damian con el rabillo del ojo. ¿Qué?
Alguien, obviamente.
Como dije, no sé quién fue su cita, solo que no funcionó. Sin embargo,
cuando llamé para preguntarle si recibió a una invitación de cena en la casa de
Laurentno la tenía, por cierto, me preguntó si estaría interesado en llevarte al
ballet. No quería que los boletos de los balcones privados se desperdiciaran y al
parecer tienes un gusto por estas cosas.
Lo tengo admitió Lily. Pude ver un par en Europa, también. Ellos
fueron increíbles.
Apuesto eso.
101
periferia, la mirada de Damian atrapó la suya y él la sostuvo. El hombre no
parpadeó y ni siquiera parecía que estuviera respirando.
—Me gusta más cuando me sonríes y no me miras con los ojos abiertos —dijo
Damian.
—Estoy agradecido. —Su murmullo le bañó la piel como una onda lenta. Se
deslizó sobre cada centímetro de su piel expuesta como si sus nervios estuvieran
abiertos para su atención. Lily no tenía pista del porqué Damian tuvo un efecto tan
extraño en ella. —Y te ves hermosa, Lily. Las cosas hermosas deben ser admiradas.
Déjame admirar en paz.
Cuando dijo esas cosas, le costó mucho trabajo medir sus intenciones. Lo que
ella sabía, era que claramente le gustaba la influencia que tenía sobre ella. La
sonrisa natural de Damian se volvió casi satisfactoria mientras su mirada se
oscurecía.
¿Por qué si no, un hombre le daría cumplidos a una mujer, la llevaría a hacer
cosas que disfrutaba, y la miraría como si fuera una joya preciosa que podría ser
robada en cualquier momento?
102
Esos ojos azules de acero nunca vacilaron en la dirección de Lily.
La mujer que estaba detrás del podio asintió una vez y saludó a la pareja. La
mano de Damian encontró la pequeña espalda de Lily mientras pasaban por el
restaurante sin decir una palabra, pasando por varias mesas de clientes bien
vestidos. La mujer giró a la derecha, llevándolos a una sección privada con amplios
ventanales de pared a pared con vistas a la tranquila calle al lado del restaurante.
Lily rápidamente tomó nota de la gente sentada en una larga mesa. Varias
mesas deben haber sido empujadas juntas para la comida ya que parecía más una
reunión de la junta que una cena privada. El tío Ben de Lily se sentó junto a
Terrance Trentini. Laurent Rossi y su esposa Serena se sentaron frente al jefe del
Outfit junto a Tommas y su padre. Lily no esperaba ver a las hermanas Trentini en
la cena, pero tanto Abriella como Alessa se sentaban en sus sillas respectivas junto
a su madre y su padre en el lado del abuelo de la mesa. Joel, el hermano de Abriella
y Alessa, sorbe de una copa de vino junto a su padre. Incluso el jefe del equipo
estaba allí, Riley Conti y su esposa Mia como Evelina y Adriano.
Considerando que los miembros más altos del Outfit habían sido invitados a la
cena junto con sus familiares, Lily tuvo que preguntarse si esto era algo más que
una comida normal. La mesa estaba vacía de comida, pero todos tenían un vaso de
algo para beber.
2
En italiano – Dulzura.
103
—Sonríe, Lily —dijo Damian en voz baja mientras Terrance se levantaba de su
asiento para saludar a los dos recién llegados.
—Mucho —dijo Lily, plasmando una sonrisa en su cara por el bien de Damian.
Su comentario sobre el ballet no era mentira, pero su sonrisa para Terrance sí.
Lily todavía no se sentía cómoda con este hombre. Había ordenado el asesinato de
sus padres hace tantos años y su corazón no lo dejaba escapar.
—Gracias.
—Me alegro de ver que fuiste capaz de robar a Lily de Dino por la noche.
Terrance le dijo a Damian, sonriendo ampliamente.
—Se dirigía al extremo sur para una carga, así que no le importó que la robara
por la noche —dijo Damian.
104
—¿Ya ordenaste? —preguntó Damian.
—Un bufé de comida rápida. Habrá más que suficiente para elegir.
Terrance se sentó mientras el tío de Damian estaba de pie frente a él. Lily
aceptó los saludos de todos los demás en la mesa mientras Damian sacó su silla,
metida en la mesa y luego tomaba la abierta junto a la suya.
Serena Rossi se sentó directamente enfrente de Lily y sorbió vino tinto como si
fuera agua. En realidad, todos en la mesa tenían una copa de vino, incluso Adriano
Conti, que no tenía edad suficiente para beber.
Lily no podía dejar de notar como Abriella y Tommas evitaban mirarse el uno
al otro a toda costa. Mientras que una charla tranquila pasaba por encima de la
mesa mientras se traía una gran cantidad de comida para ser servida, los dos solo se
hablaban entre ellos si tenían que hacerlo. Nadie más que Lily parecía darse cuenta.
—Oh. Me encanta esa. ¿Cuántos años teníamos la primera vez que la vimos
juntas?
—Ocho, tal vez —dijo Lily. ¿No fue un grupo de nosotros? No puedo
recordar.
—¿Todos?
105
esos primeros años después del asesinato de sus padres que aparentemente
funcionó.
—Sí y lo odiaba.
—Yo era un adolescente con mejores cosas que hacer —dijo Damian
sonriendo.
—No, no lo hice.
Lily le creyó. Pero si era honesta, Damian pasó más tiempo mirándola
fijamente durante el ballet que viendo el espectáculo. Al menos, eso parecía.
Damian se puso rígido, disparando a su tía y a su tío una mirada al otro lado de
la mesa. Ni Laurent ni Serena parecían darse cuenta de la tensión que la
declaración de Riley causó a Damian. Lily lo hacía.
Terrance se rio a carcajadas. —Ah, sí, Fantasma prefería estar en las sombras
cuando era niño, ¿no?
—Eres uno para hablar —murmuró Joel. En serio, Damian sigue callado
como cuando era niño. A veces se pone nervioso, eso es todo lo que digo. ¿Hasta
dónde puedes confiar en un hombre silencioso?
106
Terrance se puso de frente. —Podrías aprender algo de Damian, Joel, si te
tomaras el tiempo para prestarle más atención. Como el hecho de que escuchar en
vez de hablar le lleva mucho más lejos.
Damian se estiró por dos copas de vino limpias y volteadas y le dio una a Lily.
Bueno, todavía estoy vivo, ¿no?
Damian cogió la botella de vino abierta y sirvió una copa para él y Lily. Su
silencio parecía irritar aún más a Joel Trentini.
Lily captó la sonrisa de Damian por el rabillo del ojo antes de que su prometido
le dijera: ¿Cuántos otros hombres pueden decir lo mismo?
107
Damian inspeccionó a los invitados en la mesa mientras comían,
charlaban y discutían los próximos eventos.
Como su boda.
108
Lily asintió y pasó el tenedor a través del pastel de hojaldre de
Damian cuando pensó que él no estaba mirando. —Sí —dijo ella antes
de llevar el bocado a su boca.
Seguro.
—Él ya ha hecho suficiente de eso por sí mismo con todo esto como
es —agregó Serena—. Tendrá suerte incluso si la mitad de la familia
Rossi es capaz de aparecer sin usar algo para ocultase los rostros. La
vergüenza, Dios mío.
109
—Oh —dijo Serena, moviendo un dedo en el aire—. Pero ella no,
Damian. Ella debería saber que nosotros no…
—Serena…
110
Serena intentó un extraño ruido de arrullo que salió totalmente
erróneo. En lugar de ser dulce como suponía que quería que sonara,
sonó como un confuso lío mezclado pesadamente con su alcoholismo.
Lo más probable porque ella estaba a tres hojas del viento y lista para
caer, Serena ni siquiera entendía las consecuencias de sus acciones.
Por lo general tenía un poco más de control de lo que estaba mostrando
ahora. Damian tuvo suficiente y no permitiría que Lily pasará por una
ronda de su tía abusiva solo porque la perra no podía aguantar el licor.
Damian gritó. Todos y cada uno de los controles que logró manejar
por el día se perdieron con tres simples palabras. Volviéndose sobre sus
talones para mirar a la perra a través de la mesa, Damian la fulminó
111
con la mirada. Rara vez mostraba emociones en la presencia de otros y
ciertamente no Mafiosos. Era un peligroso juego para jugar y mientras
Damian era muy bueno en el suyo, él nunca quiso darle a alguien una
apertura a uno de sus puntos débiles.
—Si crees que te doy una sola mierda por lo que piensas de mi o el
trato con la familia DeLuca, estás malditamente equivocada, Serena.
Traga otra copa de vino, tu sangre no es la bastante amarga.
112
jugó bien su parte, pero lo más probable era, que estuviera tramando
sobre Damian de un modo u otro.
113
Damian se encogió de hombros. —Solo... salgamos de aquí antes...
No llores, quería decírselo. Nunca dejes que una mujer como Serena
Rossi te vea llorar.
Lily DeLuca era mucho mejor de lo que Serena Rossi podía soñar
con ser, independientemente de las acciones pasadas de su padre. Lily,
Theo y Dino no eran su padre. Seguro, sus padres los habían hecho,
pero sus futuros no estaban dictados por acciones pasadas. Serena
podía decir sus tonterías todo lo que quería, pero eso no cambiaría nada
de lo que Damian pensaba.
La famiglia.
La familia.
Damian lo apreció.
115
Al primer baño que fueron era para mujeres. A Lily no parecía
importarle mientras abría la puerta y tiraba de Damian por dentro con
ella. Una mujer estaba en la fila de lavabos lavándose las manos.
—Esto es un…
Los ojos de Lily se apartaron de los suyos. —Ya no soy tan pequeña,
¿sabes?
116
—Una o dos veces. Encaja, hace mucho tiempo. Esa brecha de edad
entre tú y tus hermanos te hizo ciertamente un poco más pequeña que
ellos en el gran esquema de las cosas.
Lily sonrió. Salió honesto y verdadero. Damian podía contar con una
mano la cantidad de veces que esta mujer sonrió en su presencia y
realmente lo quiso decir. Le gustaba; quería ver más.
—El bebé oopsie —repitió Lily, aun tocándole la mejilla con suaves
roces. Recuerdo que mamá me dijo una vez que después de Theo, no
quería otro bebé porque tenía miedo de terminar con tres chicos
armando un escándalo.
Lily se rio. —No, ella nunca dijo eso. Tiene a su chica, ¿verdad?
—Sí.
—Lily…
—Pasé el menor tiempo posible con ella, pero, sobre todo, fuimos
criados por otras personas. Escucha, no le hagas caso.
117
aún la seguía agarrando mientras señalaba con su mano libre las
lágrimas sin derramar. No hagas eso, Lily. Ella no vale nada de lo que
yo o cualquier otra persona piensen cuando se trata de ti. Serena se
nutre de su necesidad de manipular y crear algún tipo de drama, no
seas una de sus víctimas.
—En parte.
Lily hizo un gesto con la mano hacia la puerta cerrada con una
fiereza e ira que se produjo de repente. —Esa... gente. Todos ellos.
—Solo lo etiquetan como una rata. Ni siquiera les importa que era
un hombre con hijos y una esposa, como si su vida no importara al
final porque no seguía sus reglas. Era más que el Atuendo, era mi
padre. Mi padre, está bien. Y me molesta que no pueda ser mi padre,
tiene que ser el hombre que los traicionó. Sigue siendo mi papá.
—Lo es, ¿verdad? —preguntó Lily en voz baja—. ¿Mío? ¿Por qué
tengo que fingir que no valía nada?
—Ellos son la familia —dijo Lily—. ¿No es eso lo que siempre nos
han dicho?
118
Damian se encogió de hombros, todavía pasando el pulgar sobre la
línea de su mandíbula. —Claro, pero espero que me pongas en esa
categoría eventualmente, también.
—Exactamente, Lily.
—No recuerdo mucho sobre ti. Quise decírtelo antes, pero ahora
parece un buen momento.
—Sí.
119
Lily esnifó, pero las lágrimas no llegaron en ese momento. —
Recuerdas mucho.
—¿Oh?
—¿No? —preguntó.
—Lo harás.
—El vino me dio también. —Lily se acercó y apretó las puntas de sus
dedos a lo largo de su corte—. No es tan malo, en realidad. No sé por
qué sangró tanto.
—Hmm.
—No.
—Bien.
—¿Por qué eso está bien? ¿No debería querer que tu familia les
guste?
—Pero…
121
agacharse para conseguir que la boca de ella estuviera sobre la suya
como quería.
—Tal vez.
122
—Damian…
—Silencio —repitió.
—Sí.
—¿Qué? —preguntó.
—Mentí. Sí, voy a hacer eso otra vez. Te voy a besar de nuevo porque
me gusta el sabor de tu boca y siempre tomo lo que quiero. Y realmente
estoy deseando averiguar si follas como besas, porque si es así, no
puedo esperar.
Los ojos de Lily ardieron con lujuria. —¿A qué estás jugando,
Damian Rossi?
—¿Estás seguro?
—Absolutamente lo hago.
123
Las yemas de los dedos de Damian entraron en contacto con los
labios de Lily y ella saltó en el momento en que él la tocó. La simple
acción envió un rayo de deseo y calor a través de todo su cuerpo. El
dolor entre sus muslos aumentó a medida que el hormigueo en los
labios se extendió a su lengua.
Suave y dulce.
Gentil y rápido.
124
siquiera estaba tratando y Lily ya estaba adivinando lo que ella pensaba
que quería.
¿Un matrimonio con este sexy y peligroso hombre sería algo tan
malo? Si la quería y podía tratarla como si le importara, ¿qué más
podría querer? Lily no le habían dado opciones con respecto a quien
Dino escogió para que se casara, pero estaba empezando a pensar si las
tuviera, Damian podría haber estado en la parte superior de su lista.
—Quería ver si querías algo de compañía esta noche —le dijo Evelina
a Lily—. Ya sabes, hablar mal de tus suegros con alguien o lo que sea.
—Difícil de creer que estés relacionado con ella —le dijo Lily a su
amiga.
Eso tenía que ser jodidamente imposible. Esos tres no eran como
para nada como su madre. En realidad, tampoco eran nada como su
padre. Bueno, por lo que Lily sabía de las gemelas Rossi. No era mucho,
125
pero dudaba que fueran tan horribles como su madre. Sobre todo, si
Damian hablaba de ellas con cariño.
—Limpié su corte.
Pero...
126
Lily quería discutir. Su amiga ya estaba corriendo del baño y de
vuelta en la dirección a su familia y amigos. Lily entendía por qué
Damian no soltaba su agarre. Dentro del baño, estaban a salvo por
ahora.
—¡Lily!
Tan mal.
No se detuvo.
127
Alguien más jadeaba un sonido gorgoteante y terrible. Como si no
pudiera respirar o hablar. Como si estuviera ahogándose en algo
mientras las palabras luchaban para salir.
—¿Jodidamente crees?
—¡Definitivamente blanco!
—¡No, respira!
—Lily...
Protege al jefe.
128
Siempre.
Se lo comía todo. Era más debilitante que el miedo. Por lo menos con
miedo una persona tenía la oportunidad de luchar o huir. Con el shock,
no había nada... solo quietud, reacción retrasada e incertidumbre total.
Por más que sus instintos le gritaran que se fuera, no podía dejar
que la sacara de allí, Sus amigos estaban dentro de ese restaurante.
Evelina seguía siendo un lío lloroso en el suelo, diciendo algo entre
sollozos que Lily no podía entender.
—Mia...
129
empujando a Tommas a un lado y haciendo las compresiones en su
pecho.
No quería esto.
—No.
—Sí.
—No sé nada.
130
Damian suspiró. —Entremos. Deberías acostarte o algo así. Te dará
tiempo para pensar.
Damian bajó del coche, caminó por el frente y luego ayudó a Lily a
salir como el caballero que era. No actuaba como si nada hubiera
pasado hace menos de una hora. No actuaba como si una mujer
hubiera sido asesinada y si se hubieran quedado ahí, también podrían
estar muertos.
Y…
¿Quería eso?
131
La mano de Damian encontró su muñeca, sus dedos cerrándose
alrededor de su mano con fuerza antes de que él apretara lo suficiente
para hacer que Lily se sintiera como si tuviera algún tipo de suelo para
estabilizarla.
—Quédate —dijo.
—Claro, cariño.
Cristo.
—¿No?
La única palabra estaba ligada con algo que Lily no podía descifrar.
Sonaba como una amenaza enredada con un millón de advertencias.
¿Por qué Dino buscaría a Damian por una respuesta sobre eso? Su
hermano sabía muy bien que habían estado en la cena.
—Podrías decirlo.
133
—¿A quién estás llamando? —preguntó Dino.
—Ella no va a responder.
—Me di cuenta.
134
¿Qué demonios había ahí para explicar?
—¿Perdón?
—Esto aquí mismo. —Lily agitó la mano entre ellos, tan frustrada
que su voz se volvió más alta. Este es por qué ya no somos cercanos.
Sigues preguntando y quieres saber, bueno aquí está. Porque eres como
ellos, no te importa un carajo nada ni nadie. Eres tan jodidamente frío
que ardes.
Oh, bueno.
La verdad duele.
—Lo hago bien por mi cuenta, gracias —le interrumpió Lily con
ferocidad. Y no soy su hija para ser cuidada.
135
El apartamento de Damian estaba tranquilo y oscuro mientras él
cerraba la puerta detrás de Lily, pero se sentía mucho más seguro y
reconfortante que el de su hermano. Lily marcó el número de teléfono
de Evelina y se llevó el teléfono a la oreja, deseando que su amiga
respondiera.
—Pero…
—Nada. No puede.
136
—Adriano, su padre, y Abriella. Tommas y el resto de mi familia no
se fueron. La familia Conti estará ahí en el hospital o donde sea.
Tenemos que permanecer alejados y esperar que el lado oficial de las
cosas sople lejos de nosotros.
—Eso no es justo.
—¿Qué?
—Llorar.
137
Damian se encogió de hombros. —Sí, bueno, ese soy yo. Así que no
lo hagas.
—No soy una llorona. Es solo que he tenido un día de mierda, eso es
todo. Todavía lo estoy procesando.
—Bien. No creo poder manejar a una mujer que hace una escena
por pequeñeces.
—Mucho.
—¿Por qué?
—¿Todavía la proteges?
138
Damian sonrió. —Las partes más importantes. Las que creo se
deben conservar.
—Así es.
Damian curvo los labios en una sonrisa pecaminosa, sus ojos azules
brillaron con malicia. —No me molesta.
—Eso dijiste.
139
—No eres tan mala elección —admitió Lily.
—Además, no creo que tu hermano sea tan idiota como para creer
que eres una especie de ángel, Lily. Y yo tampoco.
Lily suspiró mientras Damian movía las manos más arriba, bajo el
vestido, hasta encontrar su trasero. Deslizo la punta de los dedos bajo
el encaje de su ropa interior y rozó la piel a lo largo de su culo, donde la
curva del trasero se fusionaba con los muslos. No pudo evitar ceder a la
sensación de sus manos al tocarla. Alejó la ansiedad que todavía
persistía en su pecho y las horribles visiones que se reproducían en su
mente.
Lily fingió timidez. —Alguien dijo que tenías afición por ellas.
Cuando le bajo las bragas hasta los tobillos, dio un paso atrás para
quitárselas. Antes de que pudiese parpadear, le deslizó los dedos por la
parte posterior de las pantorrillas y de nuevo bajo el vestido. Sin previo
aviso le acarició el sexo desnudo.
—Depilado —señaló.
140
—Completamente —agregó Lily.
—Eres mía.
141
Las palabras de Damian fueron enfatizadas por dos de sus dedos
encontrando el cielo y el hogar dentro del caliente y apretado coño de
Lily. Él estaba en lo correcto. Estaba empapada, resbaladiza con su
excitación y mojándole los dedos maravillosamente. Su cuerpo tomó los
dedos sin una pizca de tensión. Se abrió para él, su sexo flexionándose
alrededor de sus dígitos mientras él los extendía al retirarlos y luego los
sumergía nuevamente.
142
Lily gimió. —¿Cada vez?
—Oh, puedo garantizar que habrá algo más que una vez.
—Dios, Damian.
—Mmm.
143
—Voy a follarte crudo. Hasta que cada pulgada de ti me sienta en
todas partes. Hasta que conozca todos los sonidos que haces y como
sabes completamente. Malditamente duro, cariño.
—Bien.
Lily DeLuca era una hermosa criatura, ojos amplios, picantes labios
rojos, desordenado cabello y un cuerpo rogando ser follado por él. Su
pecho se movía con sus respiraciones y todo lo que él podía pensar era
estando enterrado nueve pulgadas dentro de su coño y follarla hasta
que ya no podía pensar.
144
Ella se acercó de buena gana. Justo como él quería.
Damian pensó que eso podría tomar una poco más porque Lily era
tan malditamente obstinada cuando quería serlo, pero no estaba a
punto de quejarse que funcionó de esta manera.
Necesitaba estar a salvo, ser atendida; ser cuidada. Dino quería que
un cierto tipo de hombre le proporcionara esas cosas. Esa fue la
promesa de Damian, el trato. Planeaba mantenerlo.
Lily sonrió con una mirada sexy. —Lo estoy. Cuatro dosis al año
desde que tenía dieciséis años. Tampoco, he follado sin condón.
—¿Sí?
—Mía, Lily.
146
—Será mejor que te apresures y empieces a hacer eso un hecho,
Damian.
—Cállate y fóllame.
—¿Hmm?
Se congeló.
—No esta noche —añadió, usando la otra mano para agarrar la base
de su polla. Rodó la punta de su polla a lo largo de su húmeda
hendidura, amando la sedosa sensación de sus jugos en su longitud
desnuda—. Pero pronto.
—Buen Dios.
147
flexionarse alrededor de él mientras sus jugos le caían en las bolas, pero
no podía.
Fuera de control
●●●
—Sí, lo tengo —dijo Damian, presionando las almohadillas de los
dedos en las sienes—. Medio día, Junta con Carmela. Estaré allí.
148
Tomo su dulce tiempo tomando la vista de ella en la primera cosa de
la mañana después de pasar una apropiada noche en su cama, una que
lo incluyo estando allí con ella. El cabello de Lily era un lío
desordenado, pero lucia malditamente bien al mismo tiempo. Llevaba
una de sus camisas de vestir con solo dos botones en el centro y nada
más. Descalza, los ojos muy abiertos y sonriendo.
Punto a favor.
—Sí.
149
Damian se estremeció. —Sí. Eso es donde está, de todos modos.
Tuve esa información antes de que despertaras. Ella no está…
haciéndolo bien.
Lily rio secamente. —Eso no es del todo cierto, Damian. Todavía nos
tenemos que casar y todavía no lo he elegido.
—Qué tan rápido pasó eso, ¿eh? —preguntó Joel—. Tres segundos,
tal vez cuatro si tuviéramos suerte. Era plateado, gris, incluso.
—¡Era blanco!
150
pero como todos quienes vieron el auto estaban de acuerdo que las
ventanas estaban oscuras, nadie reconoció al tirador.
—Algo así.
—Podría haber sido la banda del lado este —dijo alguien—. Hemos
tenido muchos problemas con ellos.
—El auto era blanco —escupió Riley—. No fue una maldita banda.
Esto es… personal, ¿verdad? Quiero decir, si querían ir tras el jefe,
porque malditamente no lo hicieron, ¿eh? No es acerca del jefe, malditos
idiotas.
La ceja de Terrance se elevó, pero por una vez, el líder del Outfit no
corrigió la ignorancia y grosería de su jefe subalterno. Su esposa murió
en esa mierda, obviamente.
151
Dino se puso rígido al lado de Damian.
—No dije eso —dijo Riley, sus palabras se deslizaron hacia el final—.
Dije eso es personal, quiero decir, alguien cabreó a alguien más y ellos
están haciendo un punto.
—Lily.
152
Dino frunció el ceño. —¿De nuestro padre?
—Sí.
—Maldita perra. Supongo que olvido que su padre fue el policía más
sucio que jamás haya vivido.
—Él era sucio, tal vez por eso ella lo pasa por alto —sugirió Damian.
—Probablemente.
153
Damian se quedó inmóvil. ¿Cómo demonios Theo sabía sobre el
golpe a Poletti? Theo preguntó a su jefe acerca de ello, como sabía
Terrance fue el único para tomar la decisión. Pero eso era imposible.
Damian no le dijo una palabra a su amigo sobre el golpe.
Dino sabía…
Ouch.
154
Terrance lanzó un suspiro. —Joel, estás a más de una palabra para
conseguir mi boca en tus dientes.
—¿Perdón?
—¡Tu… Hiciste esto! —gritó Riley—. ¿Mi Mia, murió debido a ti?
—Creo que has tenido suficiente —dijo Terrance con calma a su jefe
subalterno. Hizo un ademán hacia uno de los guardias apoyado en la
silla detrás de él—. Ruck, llévalo a casa o…
—¡No iré a casa! —Riley dio otro traspié hacia adelante antes que el
vaso cayera de su temblorosa mano. Destruyéndose en el suelo, el ron
deslizándose a lo largo de las líneas en los azulejos. Todos los demás en
la habitación parecían demasiado congelados para hablar o moverse—.
¿Has hecho esto, Terrance? Dime.
—No tenías que serlo —dijo Riley—. ¿No es eso lo que siempre has
dicho, jefe? El hombre quien ordena el arma es tan sangriento como el
que aprieta el gatillo.
Riley rio con una risa borracha cuando el guardia dio un paso
adelante para sacarlo del club de strippers. El resto de los hombres que
se habían reunido para la reunión permanecieron callados hasta que el
jefe subalterno del Outfit estaba fuera del edificio y era seguro hablar de
nuevo.
155
Nadie se volvió hacia Damian por respuestas.
156
—Sé que has pasado un buen tiempo con el equipo Rossi
últimamente, pero retrocede hasta que este desastre se haya
desvanecido.
—¿Oh?
157
Lily agitó su mano a ciegas sobre su mesita de noche mientras su
rostro aún estaba empujaba en la almohada. Ella no sabía qué era ese
terrible sonido, pero necesitaba irse. Finalmente, encontró el teléfono
sonando y presionó la tecla de inicio, sabiendo que ignoraría la llamada.
Maldición.
158
Las mejillas de Lily se calentaron e intentó enterrar su cara más
profunda en la almohada. —Cállate. Estoy en la cama.
—No en la mía.
—Llamándote, cariño.
—¿Por qué?
—Sí. Levántate.
—Alguien me despertó.
159
Damian estaba de pie con los brazos cruzados y apoyado en uno de
los coches más hermosos que Lily había visto. Llevaba las líneas fuertes
y audaces haciendo el aspecto deportivo más elegante y sexy. La
pintura amarilla con reflejos negros seguro llamaría la atención.
No puede ser.
Santa mierda.
—¿Por qué?
—Sí.
160
Claramente alguien no lo había hecho.
Damian.
Maldita sea.
161
El ceño fruncido de Lily parecía que se había vuelto un accesorio
permanente en su rostro. Nueve días habían pasado desde la muerte de
Mia Conti. Los oficiales retuvieron el cuerpo hasta que no tuvieron
elección. Las causas de muerte eran obvias, pero el motivo no.
Nada más.
Lily agarró la mano de Evelina y apretó fuerte, dando a su amiga un
silencioso recordatorio de que estaba allí y que era tan querida. Era una
de las cosas que Lily deseaba que alguien hubiera hecho por ella
cuando era una niña enterrando a su madre.
¿Oh?
Tus padres.
No es justo.
La cuál era razón exacta por la que despreciaba esta vida y los
caminos de la mafia y el traje. Un asesinato era solo otro trabajo. Una
persona era simplemente otro cuerpo. Este fue otro día más. Negocio
como siempre, excepto para las personas que sufren. Claro, la famiglia
pondría un buen espectáculo para la familia con sus trajes negros,
palabras de remordimiento y abrazos de apoyo, pero no significaba
nada. Todo era mentira.
Siga adelante.
Evelina se secó los ojos con una mano. Papá está... confuso.
162
¿Confundido o confuso? preguntó Lily, frunciendo el ceño.
Lo hizo con Lily. Ella odiaba el Outfit por un largo tiempo después
de que se llevaron a sus padres. Ella no estaba segura de cómo el Outfit
había sido responsable de la muerte de Mia, si es que lo era, pero
probablemente regresó a algo que involucra a la mafia de una manera u
otra.
Por supuesto.
Lo he oído por teléfono el otro día hablando con alguien sobre un
golpe de Poletti o lo que sea dijo Lily. La represalia fue la palabra
que usó, creo. ¿Es eso lo que pasó?
¿Qué me perdí?
163
Sé lo mismo que tú, Lily.
Encantador.
Lo siento, no debería haber dicho nada le dijo Lily a Evelina,
limpiando el lío de la cara de su amiga de nuevo.
¿Lo hace?
Evelina y Abriella ayudaron mucho. Incluso con todo este... lío. Lily
las apreciaba más de lo que podía explicar adecuadamente.
Tuve suerte.
164
Lo se…
¡Tú!
¡No voy a iniciar una guerra cuando los hechos no están claros!
165
Su aire se alojó en su garganta cuando reconoció lo que estaba
sucediendo. El pequeño vínculo que existía realmente entre estas
personas estaba siendo destrozado por un asesinato. ¿Cuántos otros
asesinatos habían experimentado? ¿Cuántas personas habían perdido
la vida y apenas parpadeaban?
Riley saludó con la mano las puertas de la iglesia que daban a los
escalones del frente. Sal. vete. No eres bienvenido aquí; no a llorar
con mi familia o dar tu remordimiento falso y disculpas. No significan
nada, nada. ¡Vete!
¡Sal!
●●●
El funeral duró más de lo que Lily pensó que era posible. A través
de todo el servicio, se quedó junto a Evelina para darle a su amiga
comodidad y apoyo que podía. Damian se sentó en el otro lado de Lily
en el banco, callado como de costumbre. Una vez que las bendiciones
finales se habían dicho y el ataúd estaba libre de moverse para hacer su
camino al cementerio, Evelina y Lily se separaron por primera vez en
todo el día.
166
Él tenía un punto. Incluso así, Lily tuvo un tiempo difícil
correlacionando el desafortunado final de Mia Conti en algo merecedor
u honorable.
—Eh.
—Es inevitable.
—Tú no lo hiciste.
—¿Cerca?
—Muy cerca.
167
Damian se encogió de hombros. —Las cosas malas suceden cuando
la gente enojada se aflige.
—A veces.
—Gracias.
Ella pasó mucho tiempo con su amiga cuando pasó esos años
viajando por Europa que Lily estaba tratando de compensar lo que
había perdido. Nunca una vez su amistad se sentía tan fuera de lugar o
como si se hubiera enranciado. Algunos no lo hicieron. Algunas
amistades, las mejores, se apoderaron del lugar donde lo dejaron la
última vez sin perder el ritmo.
—¿De verdad?
168
mantenerla cerca, pero Lily casi no lo veía en una semana. Apareció
ayer para la cena en casa de su hermano, pero eso fue todo.
Abriella.
—¿Qué es?
—No lo he hecho.
Lily eligió no presionar a su amiga por ese lado. —¿Tu padre vendrá
a la boda?
169
que su mano estaba todavía en el mercado del matrimonio,
técnicamente—. Así que sí, me imagino que él estará ahí.
—Cómo…
—Pero papá…
—Suficiente, Adriano.
Riley suspiró con dureza, con los dientes apretados. —¿Por qué
haces esto hijo?
—¿Qué?
170
—La familia Lazzari niega represalias por el golpe contra James
Poletti —dijo Adriano con firmeza—. Otras personas están hablando,
también. Esto podría haber venido de la…
—¿Qué?
—Esto es por ella, ¿no es así? Estás preocupado por ella. Estoy tan
cansado de esta mierda, Adriano. No va a suceder, no después de todo
lo que ha pasado.
171
Lily siguió la pista de Evelina y decidió ignorar a los dos hombres
mientras llevaban a cabo su discusión en el vestíbulo.
—No me lo esperaba.
Lily tocó las muestras de tela con los dedos antes de preguntar—:
¿Va tras la familia Lazarri?
Theo no creía que la familia Lazzari tenía algo que ver con ello.
—¡Eve!
—Sí.
Lily no pudo.
172
Lily, frustrada y abrumada, estacionó su nuevo Maserati al lado de
la silenciosa calle, cambio las marchas a parking y apago el motor.
Después del espectáculo entre Riley y Adriano, acorto su noche con
Evelina. No sabía qué pensar de la respuesta de su amiga o la forma en
que se comportó ella, como si la venganza por la muerte de su madre
pudiese, de alguna manera, estar justificada.
Descartada.
173
¿Y por qué eso le molestaba tanto?
Dejo salir un respiro, abrió la puerta y salió del coche. La brisa fría
del aire de julio se arremolinaba alrededor por sus piernas desnudas. El
vestido que llevaba le caía justo arriba de las rodillas y la falda se
levantaba cada vez que el viento soplaba.
—Nuestros padres y los que les paso. ¿Por qué somos diferentes,
Dino? Por qué nadie lucho por lo que le pasó a mamá o…
Dino dejó escapar un gruñido. —Sí, lo sé. Eso está más allá de tu
alcance, Lily. Aun así, ¿a qué viene todo esto?
—¿Por qué?
—¡Ya que quiero saber porque nuestra madre fue tan diferente! Está
bien, comprendo que nuestro padre se volviera una rata, pero mamá…
174
—Lugar y momento equivocado —interrumpió Dino suavemente—.
Ella se encontraba en la casa con él y no se suponía que eso pasara.
Eso fue todo lo que me dijo Ben, Lily.
—No lo creo.
—Eres imparcial.
—¡Es lo mismo!
—Entonces, ¿por qué parece ser que cada hombre solo vela por sí
mismo? —preguntó Lily.
175
—Exactamente.
176
Damian descansó sobre el techo del Maserati, con la mirada fija en
la figura a través de la oscuridad. Por la acera, Lily colgó, puso la mano
sobre sus ojos y sacudió la cabeza.
Afortunadamente, no se rompió.
—¿Tener un acosador?
—Manteniéndote cerca.
177
—Así —Damian asintió, diciendo: Tuve una reunión con algunos
de la familia Rossi mientras visitabas a Eve y acabo de sorprenderte
antes de que te fueras. Pensé que te quedarías más tarde. ¿No tenías
esquemas de colores que terminar o alguna tontería?
—¿Cómo lo supiste?
—Oh.
—Nada, cierto. Por eso manejas sin rumbo por veinte minutos, te
parqueas en una calle al azar, y luego haces una llamada telefónica a tu
178
hermano mientras paseas de ida y vuelta. Vamos, Lily. ¿Luzco como un
maldito idiota?
—Mírame.
—Damian…
Lily parpadeó hacia él, humedad brillando en sus ojos castaños. Las
lágrimas llegaron a sus pestañas, amenazando con caer.
Instantáneamente, el estómago de Damisn se retorció con rabia y una
ráfaga inusual de tristeza y confusión.
Cristo.
179
—Lo entiendo. Nunca es simple, ¿verdad? ¿Qué te dijo Dino?
—El Outfit.
Ah.
Ahí estaba.
—¿Por qué?
—Le dije a Eve que la madre de otra persona podría morir por la
suya y al mismo tiempo, todo lo que podía pensar era en: ¿por qué no
alguien murió por la mía, también?
—Mi padre.
180
—No me avergüenzo de mis padres —dijo Lily.
—Creo que mi tío sabía que habría tomado a sus hijos y huido.
—Oh.
181
Justo así, sus lágrimas comenzaron a caer de nuevo. Las tripas de
Damian se retorcieron más fuerte ante la vista de ella, haciéndole sentir
todo tipo de cosas terribles. Se retiró del auto, cruzó los pocos
centímetros entre ellos, tomó su bello rostro en sus palmas y levantó la
cabeza de ella para poder mirarla fijamente.
—¿Hacer qué?
No le importaba.
Por desgracia, Damian todavía podía ver las lágrimas en sus ojos
luchando por caer y su respiración falló, diciéndole que estaba
conteniendo los sollozos.
182
—Lo estoy intentando —murmuró mientras sus labios tocaban los
de ella suavemente. Me pusiste triste por hablar de tus padres.
Lily rio, pero otra lágrima cayó por su mejilla. Damian se quejó en
voz baja al verla, alejándose de su tristeza.
—No me has hecho parar todavía, así que no debes querer sentirte
mejor. ¿Recuerdas?
Pequeña y listilla…
Realmente no quería.
—Huh.
184
—¿Y por qué mentiría sobre tus piernas, hmm? —preguntó,
sonriendo.
—¿Y?
—¡Y!
—Qué van a ver, ¿eh? Una mujer hermosa que consigue una follada
con un dedo en un coche hermoso en la oscuridad. Nada más.
Deberíamos dar a los vecinos un espectáculo. Apuesto a que nunca
antes han visto uno como nosotros.
—Jesús.
185
Hizo lo que le pidió antes de tirar de su chaqueta y acercarlo más.
Sus piernas se engancharon alrededor de sus caderas mientras se
inclinaba para otro beso abrasador.
Damian deslizó una mano debajo de sus bragas y usó la otra para
agarrar las puntas de su cabello. Lo juntó hasta la parte posterior de su
cuello, sujetándola firmemente en su lugar, y pasó sus dedos por los
sensibles labios de su coño. Empapado era un eufemismo. Con cada
golpe de sus dedos, sus fluidos aumentaban. Sus jugos cubrían su
mano mientras él ahuecaba su coño y metió un solo dedo.
186
Los aturdidos ojos de Lily, se encontraron con los suyos. —Tan
cerca.
Damian destelló sus dientes con una sonrisa. —Lo que quieras,
cariño.
—¿Qué…
187
Damian regó besos a través de la frente de Lily. Se estremeció,
tarareando un sonido contento bajo su aliento. El más leve brillo de la
transpiración salpicaba su piel y sus ojos eran salvajes y oscuros con la
lujuria. Le encantó la visión de ella en ese capó con las piernas
esparcidas a su alrededor, sus bragas empapadas por sus propios jugos
y mirándolo como si estuviera lista para otra ronda.
Lo hizo.
—Eres horrible.
—¿Oh?
—Absolutamente no.
188
—¿Quién fue la última mujer con la que follaste?
—Mentiroso.
—Eres imposible.
—No deberías. No. Me importa. Eres importante para mí. Nada más
importa al final, pero eso.
Mierda.
189
—Eres muy observadora —dijo Damian.
—Sí.
—Mi vida.
Lily lo miró fijamente por más tiempo del que le gustaba antes de
decir: Una vida por una vida.
—Sí.
—Y tú me das la tuya.
●●●
Damian bajó su ventana mientras Lily salía del Maserati y cerraba la
puerta del conductor.
Lily rodó los ojos, pero hundió el botón de bloqueo, como le dijo. —
Nadie sería lo suficientemente estúpido como para robar un vehículo de
la entrada de los DeLuca, Damian.
190
—Sabes, podría simplemente enviarte un mensaje de texto cuando
vaya y venga de alguna parte.
—Suena bien.
—Mañana, Lily.
—Hola.
191
—Mientras sea feliz.
192
Dino se echó a reír. —Bueno, mientras siga viva al final de todo esto,
no me importa lo que haga falta. Incluso si eso significa que las cosas
que tienes en tu cabeza te mantienen enfocado.
—Por lo que Lily dice sobre Eve, Riley Conti está a dos pasos de ir
tras la familia Lazarri.
193
—Santa mierda —siseó Theo, quitándole el control a Dino. Golpeó
varias veces el botón de volumen para subirlo. Mira ese auto, Dino.
194
dado una confirmación real. Este bar, en particular, es propiedad de un
miembro de alto rango en la Mafia de Chicago. La familia Conti ha
tenido una larga relación con el Outfit y el crimen organizado en
Chicago. Riley Corrado Conti fue absuelto hace unos meses de varias
rondas de cargos por extorsión. Este tiroteo es solo un incidente de
varios que han ocurrido durante las últimas semanas. Todos tienen
alguna relación con la mafia o las personas involucradas pueden ser
vinculadas de regreso al Outfit.
Dino asintió, aún sin verse afectado por la escena. —Esto realmente
va a molestar a alguien.
—Mira cómo sigue desde aquí —murmuró Dino. Entiendo por qué
no fue un lugar de DeLuca o Trentini, hasta donde llega.
—¿Cómo qué?
195
El dormitorio principal de Dino estaba directamente al otro lado del
pasillo del de Lily. Lo había oído moverse en su habitación durante
bastante tiempo antes de se quedará dormida. A su hermano le gustaba
trabajar antes de bañarse y se fuera a dormir.
—Es duro de negar cuando fue capturado por la cámara —dijo Theo.
196
Laurent ha sido cortado a medias por más años de los que me gustaría
recordar.
—No importa —dijo Theo con firmeza—. Serena no tiene nada con
Lily o Damian. El arreglo no fue hecho entre Laurent y Dino. Fue hecho
entre Dino y Damian. Ella no tiene voz y lo sabe.
—No.
—No puede.
197
—¿Qué sucede? —preguntó Lily, metiéndose también en la
discusión. Probablemente no debería haberlo hecho. Quiero decir, si
Laurent hizo un punto al ir tras el negocio Conti, ¿eso no demuestra
que es leal a Terrance?
Por primera vez desde que Ben llegó esa mañana, en realidad atrapó
a Lily con su atención. Deseaba no haberlo hecho. La mayoría del
tiempo ella pasaba bajo el radar de su tío y le gustaba de esa manera.
Esto no se sentía igual en absoluto.
—Significa que está mucho más cerca de los chicos de las calles y de
los equipos que Terrance. Riley también tiene poder, aunque Terrance
no quiera admitirlo.
—Muchos más. Todo lo que hizo fue poner una grieta entre Terrance
y Riley. Más grande que la que ya estaba allí. Algunos equipos, incluso
parte del de tu tío, están golpeándolo en nombre de Riley debido a lo del
tiroteo. Los DeLuca son leales a los Trentini, o solían serlo. Ben está
luchando por mantener a su gente a la línea en beneficio de Terrance.
Laurent hizo una gran declaración para el equipo Rossi al ir tras el
negocio Conti.
198
—¿Y lo de Lazarri? —preguntó Lily.
—Esto es un desastre.
Como la boda.
—Lo sé.
¿De verdad?
—¿Cara y Lea?
Damian dijo: Las gemelas no dicen que no a una buena fiesta. Son
dos años menores que yo y más cerca de tu edad.
Lily no quería parecer desagradecida o infeliz, pero quería a Evelina
como su dama de honor. Evelina era su mejor amiga. El día de la boda
de Lily estaba cerca. La mayoría de las cosas habían sido fijadas,
programadas y hechas para el día, pero algunas cosas las dejaron para
última hora. Dejar a Evelina fuera de la fiesta no era un problema
técnico. Pero era uno grande para el estado emocional de Lily.
—No soy el Outfit, Damian. No le hice esto a Eve. ¿Qué está tan mal
conmigo?
—Sí.
199
—Tienes el apellido equivocado.
200
que habían estado en la suya, por el bien de su tío tampoco habían
venido. La tensión entre los invitados mantuvo a la multitud en un
rugido aburrido y con pocas risas.
Lily no sabía si era cierto o no. La cena había sido una cosa de
última hora, así que quizás fue por eso que menos gente se presentó
para celebrar. Lily tenía la sensación de que ese no era el caso en
absoluto.
—Lo haré.
—Porque nos preocupamos por ti, tonto —respondió Cara con los
ojos abiertos—. Odio ver que asientes cabeza con alguien que no puedes
soportar. Eso no es justo.
—Y mamá dijo...
201
—Vamos, Damian —dijo Lea—. Ambos parecen cercanos como para
ser un negocio.
202
—Sí.
Celoso.
¿Hmm?
Solo espero que tu pecho se hinche para que puedas batir tus
puños.
¿En serio?
Y tú dices que los celos son horribles para una persona le burló
Lily, sonriendo.
Damian negó con la cabeza, sin poder contener sus risitas. No,
dije que los celos me parecen terribles. No dije nada sobre cómo se ven
en mí.
Entonces lo estás.
¿Hmm?
Celoso aclaró Lily. Antes de que pudiera decir algo, Lily dijo:
Ya es tarde, lo has admitido.
Te gustará.
Lo intentaré.
204
¿Cuántos de ellos tenían un asiento de primera fila en el pequeño
espectáculo de Lily y Damian?
Déjalos.
Lo hago, Lily. Me gusta que la gente sepa lo que es mío; marcando
mi territorio, por así decirlo. Esto parece una buena manera de hacerlo
sin molestarle en el proceso.
Lily no quería que fuera ella, pero no pensó que Damian iba a darle
una gran opción.
205
Seré feliz de que pueda agregar otra manera de mostrar que eres
mía. Y…
¡Agáchate!
206
Estamos bien le dijo Damian como si sabía que necesitaba oírlo.
Las manos de Damian corrían por los lados de Lily, calmándola sin
decir otra palabra. Todavía temblaba como una hoja al viento, pero no
estaba tan mal con él allí.
¡Lily, mírame!
Antes de que pudiera responder, las sirenas y las luces pasaron por
delante de la casa de Trentini.
207
Incapaz de responder a Damian porque sus pulmones simplemente
no funcionaban correctamente, Lily miró el desastre en su lugar. Había
gente ayudando a otros a salir del camino. Muchos parecían haber
golpeado el pavimento como lo habían hecho Lily y Damian. En la parte
delantera de la casa donde la familia Trentini había estado con su tío y
las gemelas Rossi, tomó forma en una escena mucho más devastadora.
Dios.
Más sangre.
Mucha más.
Levantó su barbilla para poder mirarla a los ojos con esa intensa
forma que detenía su corazón y la hacía pensar en que había mucho
más de lo que ella podría saber. Estaba tratando desesperadamente de
no enamorarse de él, pero había algo en él que no podía negar. Algo que
seguía haciendo su viaje, sorprendiéndola a cada paso.
Él ni siquiera lo intentaba.
208
Damian deslizó su pulgar sobre sus labios temblorosos. —¿Qué
viste?
Era Damian
209
Lily reprimió un escalofrío, recordando el sonido de los gritos de
Cara. No era algo fácil de escuchar, pero era aún peor saber las noticias
con personas y policías rodeándote. No hubo privacidad para la familia,
ni un momento para que sus corazones se rompieran.
—Pero…
210
Damian caminó a través de la UCI tranquilo con un paso suave y su cabeza
hacia abajo. Arrebatando la bata blanca de laboratorio en la parte posterior de la
silla de una enfermera mientras que el hombre estaba distraído por una cara bonita
había sido bastante fácil. Parecía que la atención de Damian estaba completamente
absorta por la información en el portapapeles que había robado de una estación
fuera de la UCI, pero en realidad, estaba examinando a la gente a su alrededor.
Como siempre, casi nadie lo notó mientras paseaba por la unidad del hospital
con su bata blanca de laboratorio, sus pantalones oscuros, y el estetoscopio
colgando descuidadamente alrededor de su cuello como cualquier buen doctor lo
haría. Entre el trabajo, los pacientes y los visitantes, el personal de enfermería se
mantuvo ocupado y se movían constantemente de una cosa a la siguiente. No
tuvieron tiempo para interrogar al médico desconocido en el piso que podría estar
allí simplemente por solicitud de otro médico o la familia de un paciente.
Ben DeLuca yacía bajo de sábanas blancas, escondido con seguridad en sus
confines. Los ojos del hombre estaban cerrados y se quedó boca abajo en la cama
mientras Damian cruzaba el espacio para conseguir un mejor vistazo de él. Un tubo
insertado a través de la garganta de Ben estaba atado al ventilador, manteniéndolo
respirando y vivo.
211
Por ahora.
En coma.
El coma no había sido más que una decisión médica diseñada para darle al
viejo cuerpo de Ben la oportunidad de recuperarse más sin dolor, sin angustia
emocional, ni distracciones. El ventilador era necesario para mantener los
pulmones dañados de Ben. Según Dino y el papeleo que Carmela, la esposa de Ben,
recibió con el fin de continuar con el coma inducido médicamente, Ben tendría una
mejor oportunidad de recuperación a largo plazo, lo mejor que podía esperarse, si
iban por esta ruta.
Especialmente una vez que todo fuera descubierto. Lily siempre estaría a salvo.
Eso no hizo que Damian se enojara menos.
Cada vez que pensaba en los ocho agujeros de bala en la parte trasera del
Maserati de Lily, su rabia hervía, amenazando con derribarlo con calor
envenenado. Demasiado cerca. Eso había estado demasiado cerca.
212
Cada minuto o algo así, las pantallas parpadean y se restablecían. Brindando el
rápido intervalo de un segundo en el que los signos vitales de Ben no estaban siendo
monitoreados.
213
—Lo conseguirás muchísimo más fácil que la mayoría de mis victimas lo
hacen, Ben —dijo Damian, sabiendo que el hombre no podía oírlo de todos modos.
Una sombra cruzó las ventanas cubiertas delante de la habitación de Ben, pero
siguió adelante. Damian esperó unos buenos tres minutos y luego esperó otros dos.
Todo el tiempo, su respiración se mantuvo estable y su determinación nunca vaciló.
Cuando estuvo seguro de que el corazón de Ben DeLuca había dejado de latir o
su función cerebral se vería seriamente afectada por la pérdida de oxígeno, Damian
esperó a que las máquinas se reajustaran una vez más. Desconectó sus cables de la
máquina y los reemplazó con los de Ben de nuevo. Sacó la pinza de oxígeno de su
dedo índice y la deslizó de vuelta sobre la de Ben. Damian presionó con fuerza
alrededor del material de goma, de manera que cualquier evidencia de su huella
dactilar en el interior se habría ido o manchado con la de Ben, y él recolocó el tubo
de respiración del aparato a la boca de Ben. El pecho del hombre comenzó a
levantarse y a caer de nuevo con la ayuda de la máquina, pero Damian sabía que ya
era demasiado tarde.
Siempre había un ligero retraso, pero no mucho, antes de que las máquinas en
la estación de frente muestren las advertencias también. Damian los había
observado en los últimos dos días cuando él y Lily iban y venían, visitando a las
pocas personas que habían quedado atrapadas en medio del tiroteo de la casa
Trentini.
Con la facilidad que ellos pasaban por alto a un asesino. Damian ya ni siquiera
le importaba. Ser capaz de mezclarse significaba que era solo otra cara en la
multitud. Su trabajo era mucho más fácil gracias a otros errores estúpidos.
214
Todavía despreocupado y tranquilo, Damian abotonó su camisa de nuevo,
agarró el portapapeles y salió de la habitación. No cerró la puerta cuando salió y se
dio la vuelta para caminar por el pasillo de la misma manera en que vino.
Manteniendo su mirada en el papeleo del paciente desconocido, Damian se deslizó
fuera de las puertas de la UCI, mirando atrás justo a tiempo para ver a las
enfermeras entrar a la habitación del hospital de Ben DeLuca.
—Guapo —evaluó Lily, sus manos revoloteando sobre las solapas del
esmoquin de Damian.
—¿Eh?
—Mucho.
215
a la boda. Parecía que planificar la boda y obtener todos los detalles de último
minuto juntos se había convertido en una especie de calmante para Lily. Damian
estaba más dispuesto a alimentar eso por ella. Cuando ella había venido a su
apartamento antes, él hizo todo lo que le pidió solo para darle otra cosa en la que
enfocarse, además de las personas del hospital y el desorden de Outfit.
—Sí.
—¿Acerca de?
Lily lo miró a través de sus gruesas pestañas. —¿Me estás diciendo que no los
sabes?
—Hmmm.
—Ben.
Ah.
—Línea plana.
216
—Mucho tiempo.
—Ella está más preocupada por el deseo final y el testamento que por su
muerte. Estaba al teléfono con los abogados acordando con Theo.
—Algo así. —Lily se quedó en silencio mientras pasaba sus manos por el
esmoquin una vez más—. Están abriendo una investigación sobre la muerte de Ben.
Lo llaman sospechoso.
—Aparentemente.
Lily asintió. —Tal vez. Pero a lo mejor deberías deshacerte de esa bata de
laboratorio en tu basurero Damian.
Jesucristo.
Este no era la Lily que pensó Damian que conocía. No podía negar que le
gustaba esta actitud imperturbable que ella lucía. Si sus vidas se van a unir
permanentemente a través del matrimonio, es probable que no sea la primera vez
217
que encuentre algo que lo conecte con un éxito. E incluso si no encontraba algo, la
chica sabía lo que era.
—Lily…
—No vi nada —murmuró Lily, deslizando su corbata azul clara debajo del
chaleco a juego—. Para ti, no vi nada.
Bueno, entonces…
—Como me dijiste una vez, una muerte siempre significa algo para alguien. La
suya significa poco para mí, no me importa el porqué. Estoy más curiosa por
cómo.
Damian atrapó sus manos que vagaban, necesitando que se quedara quieta por
un momento. —Fantasma.
Oh.
Cuando la mano de ella rozó la entrepierna de sus pantalones por quinta vez,
Damian sonrió. Lo había hecho más que suficientes veces para tener su polla dura.
La cresta de su erección se tensó contra la lisa tela. Sin duda, ella podía sentir lo
que había hecho sus suaves roces.
Ella lo miró con esos ojos marrones. Nada sobre la sonrisa que le dijo
inocencia. La chica sabía exactamente lo que estaba haciendo. —¿Em?
—Viniste hoy aquí para una medición y ambos sabemos que el maldito
esmoquin me queda perfectamente. ¿Por qué estás aquí realmente?
—Lo siento.
—Así que necesito una excusa para venir a verte. Esta pareció una buena y
funcionó para mantenerte por una hora.
¿Cuánto tiempo había sido desde que folló o incluso de que sintió a esta
hermosa chica debajo de él?
Demasiado.
Ella tenía razón; ellos habían estado ocupados con la vida y sinsentidos.
Antes de que Damian pudiera preguntar a qué se refería, Lily estaba sobre sus
rodillas. Su habilidad para hablar jodidamente se había perdido mientras
desabotonó, bajó la cremallera y bajó sus pantalones alrededor de sus caderas. El
bóxer rápidamente tomo el mismo camino. Damian agarró lo más cercano que
pudo encontrar para tener soporte mientras la cresta de su polla se frotaba contra
los sedosos labios rosas de Lily. Y eso resultó ser el cabello de ella.
219
Lily no parecía importarle mientras el empuño los mechones rubios entre sus
dedos. Ella solo sonrió en la forma más pecaminosa, destellando sus blancos
dientes en él mientras su mirada brillaba con lujuria.
Joder.
Algo recatado y travieso cubrió su voz. El tono bajo y grave de sus palabras lo
golpeó directamente en su pecho y se disparó hacia su dura longitud como el acero
en su mano. Se estremeció mientras lo acariciaba suavemente, pero usó la punta de
su uña con manicura para arrastrarla a lo largo de la vena pulsante en la parte
inferior de su eje.
Cristo.
—Damian…
220
El agarre de Damian en su cabello se tensó cuando los signos reveladores de la
masturbación de Lily comenzaron a imitar el ruido de ella chupando su polla. Los
sonidos tranquilos y húmedos de sus dedos follando su propio coño lo volvieron
loco.
Lily soltó su polla y tiró de su falda más arriba. Le dio una vista de sus bragas
apartadas y sus dedos zambulléndose en su sexo una y otra vez. Sus jugos le
empaparon los dedos. Sus muslos se sacudieron.
Lily sonrió lo mejor que pudo alrededor de su polla antes de soltarla con un
pop. ¿Por qué?
Se corrió más duro de lo que esperaba, pero Lily tomó cada gota de él. Su
espalda se tensó mientras el calor llenaba su columna con un agarre sofocante. Lily
soltó su polla justo cuando su propio orgasmo recorrió visiblemente su cuerpo.
Damian la vio con la boca abierta, húmeda con su saliva y la de él, mientras sus
ojos se cerraban y su cuerpo se sacudía en sus propias manos.
221
Sí, muy bella.
Lily se lamió el labio inferior mientras pasaba sus dedos mojados sobre la
cabeza de la polla de Damian. Todavía estaba duro. Solo pensar en esta mujer lo
ponía así.
—Sí, acabo de checar —dijo Dino al otro lado de la llamada. Lily está fuera
por la noche. Cristo, apenas sí llegó a su habitación. ¿Qué hicieron hoy?
Damian sonrió. De ninguna manera iba a responder eso. Dino no quería saber
qué había hecho Damian que cansó a Lily tan malditamente mucho en el
transcurso de un día y noche. Dino probablemente no querría saber si se trataba de
una cama, ropa y muchos sonidos dulces de Lily.
—Está bien. Abriré la puerta. Te veré por la parte de atrás. Lo tengo cubierto,
así que deja la mierda en paz hasta que entre allí. ¿Suena bien?
—Perfecto, hombre.
Incluyendo a Lily.
222
luz expuso la entrada de la puerta de un garaje y una pequeña puerta lateral.
Damian eligió la puerta lateral.
Dentro del lugar, que era un poco más pequeño que un garaje de dos puertas,
Damian esperó a Dino. No se molestó en encender ninguna luz porque no sabía en
dónde demonios estaba el interruptor.
La puerta lateral se abrió, solo se veía la silueta Dino por el resplandor de la luz
de adentro. Dino encendió las luces, iluminando el espacio. La mirada de Damian
cayó a la forma grande y larga cubierta por una lona.
—Todo lo que necesitamos está en este garaje. Destrozaremos todo lo que sea
incluso remotamente reconocible con martillos hasta que sea un retorcido desastre.
Una vez que no sea más que trocitos, llamaré a un amigo para que tome las piezas
y las lleve a un depósito.
Dino se rio entre dientes. —Ni siquiera lucirá a lo que solía ser en el momento
en que terminemos. ¿Cómo estás con lo mecánico?
Cierto.
—Perfecto.
223
Dino agarró el borde de la lona oscura y tiró con fuerza. Debajo de la lona
había una suburban negra. Al ver el vehículo, la ira de Damian por el descuido de
Dino en el tiroteo en la casa Trentini regresó.
—Oh, cállate —ladró Dino, levantando el dedo medio hacia Damian antes de
que pudiera salir otra palabra. —Te dije que todo estaba bien.
—¡Destruiste su auto!
Dino puso los ojos en blanco. —Por amor a la mierda, D, su auto no podía ser
el único sin balazos. ¿No crees que se vería un poco sospechoso?
—Theo tiene una Stingray rojo cereza con rayas de carreras. El auto de Lily es
amarillo brillante por una maldita razón. Di los tiros correctos sabiendo dónde
estaban. Sabías que iba a estar allí, y lo manejaste como se suponía que debías.
¿Cuál es el problema, Damian?
—Es como si no hubieras pensado en ella, Dino —dijo Damian. ¿Crees que
iba a ser tan grande? ¿Crees que se iba a poner así de malo? ¿Te diste cuenta de lo
rápido que esto se saldría de control?
224
El nivel de frustración de Damian subió más. —Ben está muerto. Tienes lo que
querías, Dino.
La boda nunca había sido una artimaña. Desde el momento en que Dino se
acercó a Damian con sus planes, había quedado perfectamente claro que el
matrimonio tendría que suceder por el bien de Lily. Dino quería que su hermana
estuviera a salvo, quería que la cuidaran, y creía que para asegurarse de que su
protección y felicidad estuvieran garantizadas, tendría que conformarse con un
matrimonio seguro.
Ya que Lily estaba con el Outfit, quisiera o no, siempre habría un riesgo de
alguien más tomando el control si Dino no pudiera. Ahí es donde entra Damian.
Pero esa chica... esa chica no había sido como él pensaba que sería. En lugar de
simplemente tratar a Lily y al matrimonio como el negocio debió haber sido… la
deuda que Damian debía pagar… terminó por dejarla entrar. Se metió debajo de su
piel de la mejor manera, se hizo un pequeño hogar ahí y ahora estaba jodidamente
atrapado por ella.
Damian conocía la lealtad mejor que la mayoría. Dino ganó hace mucho
tiempo a Damian, pero ahora se preguntaba si valía la pena el precio.
—Es más que Ben —dijo Dino con firmeza. Siempre fue más que Ben.
—Pensé que fuiste el que le dijo a Lily que no culpara al arma —dijo Damian
en voz baja.
225
—Ahora mismo, la gente es el arma. Estoy corrigiendo esa mierda antes de que
empeore.
¿Lo estaba?
—Sí, hagámoslo.
Damian tomó la pistola de trinquete que Dino le ofreció y apretó el gatillo para
probar la herramienta. Dormitaba con un sonido fuerte, listo para ser puesto a
trabajar.
Dos horas más tarde, el Suburban tenía casi tres cuartos de sus partes
principales quitadas y reservadas. Estaba empezando a parecerse a nada más que
una cáscara de un vehículo. Una vez que estaban abajo la estructura y el chasis,
Damian y Dino podían tomar una antorcha y sierra de acero y cortarlo, también.
Entonces, realmente no sería nada más que chatarra de metal para ser quitado.
Desaparecido.
Damian levantó la máscara de su cara. La había puesto antes para evitar ingerir
demasiado polvo y mugre mientras trabajaban. —¿Cómo perdiste a la policía ese
día?
Dino no miraba hacia abajo mientras arrancaba el material que cubría el techo
de la Suburban. —Llegué a un pequeño camino de vuelta rápidamente y seguí
adelante hasta que estuve despejado. Deben haber tomado una ruta diferente. No
los vi ni una vez.
—Algo así.
226
Dino se rio. —Theo sospecha que he tenido una mano en ciertas cosas. O más
bien, él cree que he tenido una mano en empujar a ciertas personas. Nunca he
confirmado o negado nada.
Igual que Damian nunca mintió. Omitió una gran cantidad de cosas. Ha
hablado mucho sobre eso. Su juego era bueno, seguro. Mentir no tenía ningún
factor en eso.
Dino miró por encima de su hombro a Damian. —¿Hay algo más en tu mente,
o qué?
—Sí.
—Escúpelo, D.
Dino ladraba una carcajada. —Tú hiciste el lío de los Rossi, Damian.
Bastante cierto.
—El lado DeLuca de las cosas todavía no han hecho una elección dura y
rápida para alguno de los lados —dijo Damian—. Ben se ha ido, la brecha entre las
cuatro familias es demasiado grande, que no se podría tirar una piedra y golpear el
otro lado.
227
—El jefe.
Cuando Dino habló por primera vez de sus planes con Damian, no se
mencionó la división de las familias. No como había terminado, de todos modos.
Los problemas con el golpe Poletti simplemente inclinó la balanza a favor de Dino.
Dio una manera justificable y razonable de guardar la sospecha total del tiroteo
del restaurante siendo un trabajo interior. Dino eligió seguir con eso. Damian no
tenía otra opción más que seguir. Al igual que con todo lo demás, el problema solo
creció. La paranoia creció. La ira de Riley Conti ayudó a cubrir aún más las huellas
de Dino y Damian.
—Ambos.
La rabia que Damian había estado reteniendo sobre los agujeros de bala en el
auto de Lily finalmente se derramó. Ya no podía controlarlo.
Damian estaba muy bien listo para saltar el infierno sobre ella.
228
—Como dije…
—Demasiado cerca.
Dino suspiró. —Su vehículo no era el único que tenía agujeros de bala.
—No lo estaba.
229
Lily entró a la oscura y vacía cocina. Sacando un vaso del armario, inclinó la
taza bajo el grifo del fregadero. Se había despertado de un sueño profundo por
ninguna otra razón que su garganta seca y necesitaba un trago.
Damian también.
Pensó que eso no tenía importancia. Tal vez Dino y Damian tuvieron negocios
y se reunieron o algo así. Volviendo a la oscura casa, Lily se detuvo al pie de la
230
escalera. El débil sonido, algo que Lily estaba segura nunca había escuchado antes,
zumbaba desde el fondo de la casa. El ruido se hizo más fuerte, como metal
moliendo metal.
Tal vez debería haber dado vuelta, regresando a casa, y pretender que no vio
nada, pero algo en el interior de Lily no la dejaba. Antes de que entendiera sus
propias acciones, Lily había bajado los peldaños de la cubierta y estaba a medio
camino en el patio trasero.
Cuando Lily estaba a solo un par de pasos de la puerta del garaje, su corazón
podría haber caído de su pecho a través del césped. El vehículo… conocía ese
vehículo. Conocía su forma porque la imagen de ello permanecía impresa
permanentemente dentro de sus recuerdos desde aquel tiroteo en la casa Trentini.
No importaba que todo lo que quedaba del vehículo no era nada más que un marco
de acero y metal retorcido negro.
Lily se giró sobre sus talones, necesitando alejarse de ese vehículo y lo que todo
significaba. No llegó muy lejos. El molinillo se apagó justo cuando dio sus primeros
pasos. Escuchó una amortiguada maldición antes de que la familiar voz se
convirtiera en algo mucho más claro.
—¿Lily?
No
¿Por qué?
231
Todo en el interior gritada esas dos sencillas palabras. Nada estaba bien. Todo
era tan malo y repugnante.
Lily giro sobre sus talones en el pasto cubierto de rocío. —¿Por qué?
—¿Por qué esta eso aquí? —le interrumpió, su voz apenas quebrándose a un
susurro.
—Porque lo es.
—Dino…
No, Lily no quería escuchar eso, tampoco. Se volvió hacia la casa y se alejó tan
rápido como pudo de Damian. El sonido de la herramienta que él había estado
sostenido resonó con un chasquido cuando lo dejó caer al suelo de cemento.
—¡Lily!
¿Qué había hecho su hermano? Ese vehículo solo podía significar una cosa.
Dino tenía una mano en el tiroteo. Casi la había matado en el proceso. Y
Damian… estaba ayudando a deshacerse de la evidencia. Damian lo sabía,
también.
Oh, dios.
Recuerdos y cosas que Lily pasó por alto pasaron volando por su mente una
tras otra. Conversaciones susurradas y desorbitados comentarios hechos por Dino y
Damian a veces.
232
—Algún día, realmente ella podría entender.
—Obviamente alguien está saliendo a probar un punto con alguien más en el Outfit…
Luego, estaba Damian. Eso probablemente le dolió más. Había pasado gran
parte del último día en la cama de Damian. Su cuerpo aún podía sentir los efectos
secundarios de sus horas de amor después de que hubiera terminado. Damian la
tocó como si le importaba, como si la quisiera. Le hizo creer eso.
Casi había llegado a los escalones, pero la atrapó primero. Las manos de
Damian, las que permitió tocar y conocer su cuerpo, agarraron sus muñecas y la
hicieron girar rápidamente para enfrentarlo. En el momento que la libero, se
abalanzó sobre él con toda su fuerza. Su palma conectó con la mejilla de él, el crac
reverberando a través del patio casi silencioso. Damian se tensó y se apartó
bruscamente de ella como si estuviera preocupado de que pudiera golpearlo de
nuevo.
—¡Maldito idiota! —gritó Lily, dejando que las lágrimas cayeran libremente—.
¡Me mentiste!
233
Damian dio un paso adelante, más cerca de Lily. Ella retrocedió uno,
necesitando espacio. —Tal como dije. No me golpees de nuevo. Yo nunca te he
golpeado. Nunca te golpearía. No me golpees.
—Se fue. Recibió una llamada de Tommas hace una hora. Riley finalmente
tomó represalias. El equipo Rossi tuvo un gran éxito. Terrance quería que los
hombres se reunieran y discutieran lo que iban a hacer de aquí en adelante.
—Me mentiste.
Damian dio un paso adelante, apretó una mano sobre la boca de Lily, y la
agarro con fuerza. —Cállate. Yo no lo hice todo. De hecho, hice muy
malditamente poco. Lo único que hice fue mantenerte a salvo mientras eso estaba
sucediendo. Maldición, Lily, para y escúchame.
—¡Estuve allí, Damian! Durante el tiroteo, ver a esas personas… ¿era eso parte
del plan también?
234
—Nadie miraría a Dino si tú o Theo estaban en los lugares donde fueron las
escenas.
¿Lugares?
¡Lugares!
—¿Más de uno? —preguntó Lily, sintiendo que el aire estaba siendo exprimido
de su pecho.
¿Cómo no lo viste?
¡No lo hizo!
—Le enviaste un mensaje a él ese día —dijo Lily, recordando ese hecho.
—¿Por qué?
235
—Exactamente por la razón que ya te dije, cuando preguntaste ese día. Para
hacerle saber que nos marchábamos y te llevaría a casa.
—Así yo podía estar allí, pero en realidad no estar allí, ¿verdad? —preguntó
Lily, odio hinchándose en su corazón.
—Fui tu peón. De Dino también. Eso es todo lo que siempre fue. Y esa noche.
Sabias como roto y dolorido tenía el corazón por Eve y por lo que pasó, y te deje
follarme. Usaste el lugar en que estaba para meterme en la cama, imbécil.
—Mentira —dijo ella, señalándolo con la mano—. Eres igual que Dino. Estás
apuntando a un lugar y vas a usar la espalda de todos los demás para dar un paso
adelante mientras llegas allí. La mía no será una que rompas en el proceso, Damian
Rossi.
—No sabía que iba a ser tan malo, sabía que Dino tenía planes —continuó
Damian, sin darle la oportunidad de respirar o pensar—. Innegables personas… él
quería que se fueran. Hice eso, sí. Ayude, sí. Pero la mierda sucedió. En lugar de
solo mirar a los hombres dentro del Outfit cuando el desastre del restaurante
ocurrió como Dino quería, Riley se enfocó afuera. Nadie planeaba eso. Nadie
pensó en eso. Simplemente se mantuvo creciendo.
—¡No soy feliz! —grito Lily—. Tengo el corazón roto. Estoy… disgustada.
Damian retrocedió, dolor parpadeando en sus ojos azules. —No digas eso.
—Es verdad. Después de todo, de toda la mierda que me has dado, te odio.
Lily sintió que todo su cuerpo dentro se balanceaba, reaccionado a sus palabras
y a la verdad oculta en ellas. Solo empeoró tanto que de alguna manera se enamoró
de este peligroso y oscuro hombre. Porque ella no sabía nada de él en absoluto.
Tomó los trozos y piezas que le daba por lo que eran, confió en él, en sus acciones y
palabras… pensó que le importaba.
236
Pero su corazón todavía se hinchada y golpeaba, deseando a Damian. Lily
odiaba que no pudiera contralar esa reacción porque él no la merecía. Nada de eso.
—Lo siento.
—No, no lo sientes. Todo lo que hiciste fue mentirme. Me hiciste pensar que
dabas una mierda; me hiciste creer que me querías. Lo único que querías era
usarme.
—¡Para casarte conmigo por mi hermano! Nunca me habrías mirado dos veces
de lo contrario —dijo Lily, prácticamente gritándole—. Dios, Damian, solo
admítelo. ¡Por una vez, dime la verdad!
—Nunca he hecho las preguntas correctas, eso es a lo que estás dando vueltas
dijo Lily, burlándose—. Todo eso significa que no era más que un maldito
mentiroso. ¿Es el arreglo matrimonial incluso real o fue otra de las distracciones de
Dino?
Lily ya no podía hacer esto. No podía quedarse de pie allí mirando al hombre
quien no había hecho otra cosa que mentirle una y otra vez; un hombre quien la
utilizo para su propia ganancia y quien ella aun esperaba para casarse.
—Te odio —dijo Lily, necesitado herir a Damian como él la lastimó—. Te odio
tanto.
—Lily…
Lily giro sobre sus talones antes que Damian pudiera conseguir otra palabra en
el borde. Lo escucho avanzar hacia ella mientras se echaba a correr por los
escalones de nuevo. Por qué no podía dejarla sola, no lo sabía.
Damian la alcanzó unos pasos más tarde. Su mano agarró su delgada camisa
de dormir y la jaló, haciéndola deslizarse sobre el húmedo césped. Lily tropezó ante
el movimiento sorpresa, cayendo al roció cubriendo la hierba. Damian trató de
atraparla, pero terminó en el suelo, también.
Enojada, herida, y más confundida que nunca, Lily rodó sobre su espalda y le
dio una patada. Le golpeó con los puños, gritando cada horrible cosa que podía
237
pensar en decir y escupir. Todo el dolor aplastándole el corazón con un terrible
peso saliendo en un vómito de palabras y lágrimas.
Lily sintió los pulgares de Damian recorrerle los pómulos como para enjugarle
las lágrimas. Él no podía quitarlas porque la inundación seguía viniendo. Cada
inhalación que tomaba era acompañada por un sollozo que le dolía profundamente
dentro de su pecho
—Te gusta esto, ¿eh? —pregunto Lily, burlándose de él—. ¿Te gustan mis
lágrimas, Damian? ¡Son todas para ti esta vez!
—Hechos.
—Estúpido.
238
—Tal vez —gruño Damian—. Tal vez lo soy. Te dije una vez que mis motivos
estaban envueltos completamente en ti y eso era la verdad. Las cosas que te
importan, las personas que podrían lastimarte o la mierda frenándote… quería
arreglarlo para ti. Nunca te he mentido.
—Sí, lo hiciste.
—¡No lo hice! Había cosas que no necesitabas saber, no controlo a Dino, Lily.
Así que hice lo siguiente mejor, manteniéndote a salvo, mientras él hacia lo que
demonios quería.
Pronto, preferiblemente.
—Dino quería que estuvieras a salvo mucho tiempo después de que no tuviera
el control para mantenerse así. Sabía que, con ciertas personas desaparecidas,
podría ocurrir un desastre. Uno que podría a las familias en el centro de la atención
y luchando unas con otras. Él no quería que de alguna manera fueras utilizada
como una ficha de cambio entre cualquier persona. No hoy, mañana, ni dentro de
cinco años.
—No me importa.
239
también me hicieron leal a él. Comprendí lo que él quería hacer y por qué lo haría.
El Outfit es tan jodido a veces. Codicioso, excesivo y lleno de mamadas y mentiras.
—Eres un mentiroso —dijo Lily, esperando que eso lo haría enojar lo suficiente
para liberarla.
No lo hizo, no completamente.
—Dime la verdad por una vez —dijo Lily, su voz un susurro—. Hazme creer lo
que dices. Porque ya no suena nada verdadero. Nada.
Lily ahogó un sollozo mezclado con una amarga risa. —Ahora, eso creo.
Un escalofrío recorrió el cuerpo de Lily, pero no tenía nada que ver con el frío
y húmedo suelo. Sus palabras se lavaron sobre su piel y sentidos con una calmante
y veraz cualidad que solo la hirió más.
—Eres tan bueno es este juego —dijo Lily, odiándolo por ello.
—No juego. No contigo. Habría fingido cada pequeña maldita cosa que tenía
que hacer para hacer feliz a Dino, pero no tenía que hacerlo. Contigo, no tuve que
fingir nada.
—Detente —demandó Lily—. Deja de jugar este juego conmigo. Déjame sola.
Seguiré las reglas de Dino y mantendré la maldita boca cerrada sobre lo que sé. Me
240
casaré contigo porque no tengo opción, pero puedes dejarme sola mientras lo hago.
Encuentra a otra puta para mantenerte satisfecho, pero mantente alejado de mí.
Lily rio sombríamente. Sus lágrimas cesaron finalmente. —Creo que tengo
razón y eres demasiado cobarde para admitirlo.
Los dedos de Damian presionaron su piel expuesta del estómago de Lily donde
su camisa había subido. La presión de las yemas mordió su carne con el más ligero
toque, prometedor y dulce. Ella despreciaba el hecho de que no se podía negar a la
dura arista de su erección cavando en su pelvis. Eso la excitó, a pesar de lo enojada
y herida que estaba.
Lily adoraba a este hombre. Había entrado en sus afectos ciegamente por él,
confiando en lo que pretendía ser. No se dio cuenta de que alguien como Damian
podía tener el mismo efecto en ella hasta que estuvo en primera fila y en el centro,
exigiendo su atención. Sin intentarlo de verdad, la hizo caer de cabeza.
Estúpida.
—No.
—Eres un idiota.
—Lo eres. No tenía ninguna razón para permitirte entrar, Lily. No para mí o
para quien yo era. No necesitaba invitarte a mi vida o mi cama antes del
matrimonio. No tenía que dar una mierda por ti ni intentarlo. No tenía que gustarte
si yo no quería, pero lo hiciste tan malditamente fácil. ¿No entiendes eso? Podía
haber tratado este arreglo como solo eso… negocio. Si eso es todo lo que, pensada
de ello y de ti, habría sido infernalmente más sencillo dejarte pelear con Dino y
estar esperando al final del pasillo cuando él te obligara a bajar para encontrarme.
¡No tenía que hacer nada de esto!
241
Lily se estremeció ante lo que sus palabras implicaban. —Estás mintiendo otra
vez. Todo lo que hiciste fue hacerme confiar en ti, así nadie sospecharía lo que tú y
Dino hicieron.
—No tenía que hacerlo. Eso no me importaba. No tenía que esconder nada.
Dino, sí, pero yo no.
—Estás…
—Cállate —dijo Damian, sus ojos azules brillando en los de Lily con una
ferocidad que le impedía respirar—. Escucha lo que te he dicho. Piensa en ello y
por una vez, escúchame. Dios, necesito que me escuches, Lily. Por favor.
Lily gimoteó, sintiendo que sus dedos andaban por el borde de sus pantalones
cortos. —Yo no.
Damian sonrió y la vista solo enojó más a Lily. Teniendo la mano libre le dio
la capacidad de golpearlo de nuevo, pero le atrapó la muñeca antes de que pudiera.
Golpeó su mano al suelo junto a su cabeza. Lily se quedó quieta, sorprendida. Su
cuerpo, por otra parte, estaba más caliente que nunca.
—Deja de golpearme —dijo Damian, arqueando una ceja—. Eres mejor que
usando tus manos para mostrar ira. Las palabras funcionan igual de bien.
Lily lloró, sus lágrimas cayendo libremente otra vez. —Estoy enojada conmigo,
también.
Damian trazó el labio tembloroso de Lily con la yema del dedo antes de secarle
las lágrimas. —Odio cuando lloras.
242
—Y estás enojada porque sabes que me importa —respondió Damian, nunca
rompiendo el contacto visual con Lily—. Me importa lo suficiente para protegerte.
Me importa lo suficiente para permitirte entrar.
—Te amo —Inhaló ella, adolorida en el interior—. Podrías haber hecho todo
esto sin hacerme enamorarme de ti, Damian.
—Nunca traté de hacer que eso sucediera —dijo Damian en voz baja.
—Me lastimaste —gimió Lily—. Las cosas que amas no deben lastimarte.
—Lo siento —Damian pasó el pulgar sobre su boca de nuevo con el más suave
toque cuando dijo—: Pero debes saber que hay tanto acerca de ti que amo, Lily.
Amo la forma en que sonríes porque no lo haces lo suficiente. Amo que eres
tranquila y no necesitas ruido cuando estás a mi lado para mantenerte entretenida.
Amo cuando me permites hacerte feliz, aunque no te gusten muchas cosas sobre
mí.
—Dios, detente.
Pero podía.
243
—Muchas personas están sufriendo debido a esto. No puedo estar bien con eso,
Damian. No sé cómo mirar a otro lado.
—Nunca ha sido solo sobre ti, pero mi única prioridad eras tú mientras eso
sucedía —explicó Damian—. No tienes que mirar a otro lado, pero cuando estés
lista, todavía voy a estar de pie aquí, cuando vuelvas a mirarme. Lamento que me
odies ahora mismo, pero te amo y deseo que lo escuches.
Lily exhaló un suspiro, mordiéndose el labio inferior. —¿Por qué hiciste esto?
—No lo hice.
Dino.
—¿Pero?
244
Las entrañas de Damian se retorcieron en un nudo mientras Lily
yacía debajo de él, todavía llorando. Lloró en silencio. No lastimó menos
a Damian. Sus lágrimas todavía cortaban cada centímetro de su piel,
cortando el músculo y clavándose en sus huesos. Ella no podría
entender cómo le afectó su dolor.
Lily rio, pero incluso el sonido era triste. —No te molestes. De todos
modos, soy un desastre.
—Mi desastre.
245
—Y eso solo me hace dudar sobre todo cuando se trata de ti. —Lily
giró la cabeza para mirar hacia un lado. ¿Hay algo así como hombres
buenos que hacen cosas malas?
—Lo sé.
—Ya lo sabes.
—Deja de hablar.
—Yo solo…
246
—¿Qué? —preguntó Damian, acunando su barbilla en la mano.
Dime lo que necesitas, Lily.
—No entiendo.
—Todavía no.
—Con el tiempo.
—Lo sé.
Él siempre lo ha sabido.
—Lo sé.
—Pero te amo.
—Lo entiendo.
—Lo sé.
247
disculparse, si sus palabras no hacían el trabajo, le mostraría. En lugar
de besarla duro y profundo, exigirle que prestara atención a su
distracción y dejar que hiciera el trabajo, se tomó su tiempo amando su
boca hasta que ella comenzó a besarlo lentamente.
Otra lágrima cayó por el rabillo del ojo. Damian la limpió con la
yema del pulgar con la misma rapidez.
—De verdad.
—¿Damian?
—¿Sí? —preguntó.
248
—Mierda —dijo Damian cuando los dientes de Lily se clavaron en su
mandíbula. Besó el lugar con el más suave toque de sus labios antes de
que su lengua golpeara su piel para probarla. El calor y la sangre
inundaron su polla. Lily…
Santo Jesús.
—Dios.
Lily rio, el sonido sin aire, pero grueso. —Siempre sabes cómo
tomarme diciendo eso al final.
Mierda.
A él.
A Damian le encantaba.
249
—Justo como pensaba —murmuró Damian.
Sosteniendo a Lily con una mano, Damian usó la otra para guiar su
polla hacia su sexo. Rodó la cabeza de su miembro a través de los labios
carnosos de su coño, dejando que sus jugos cubrieran la punta de su
pene. Dejó su polla ahí, dejándola descansar en la unión de su sexo
para poder moler su dureza en su suave y húmedo calor.
Felicidad.
—¿Más?
—Mmm.
—Tuya.
Tocó sus labios otra vez, sintiendo su lengua golpear contra la yema
de sus dedos.
251
—Tuya —dijo con una ternura que esperaba.
—Ahí... justo jodidamente allí —dijo Lily, su voz apenas por encima
de un susurro. Oh, Dios mío, Damian.
—Solo esto.
Otro empuje llevó sus palabras a casa. Sus dulces fluidos brotaron
alrededor de su polla mientras se retiraba y volvía a entrar, moviéndolos
a ambos sobre la hierba mojada. Damian tiró de su camisa, rasgándola
más mientras la acercaba más a él. Lo suficientemente cerca como para
poder morderle el labio inferior y saborear el calor de su sangre en su
lengua. Lily se encontró con cada movimiento de sus caderas, tirando
más fuerte de su cabello cuanto más besaba y mordisqueaba su boca y
mandíbula.
Los gritos de Lily se volvieron más fuertes, como dulce música para
sus oídos. —Tan cerca.
252
Podía sentir cada centímetro de sus paredes flexionándose alrededor
de su eje mientras la follaba. La mano de Damian cavó en el suelo
blando, necesitando algo estable. Las piernas de Lily se tensaron
alrededor de sus caderas, sus talones clavándose en su espalda baja y
empujándolo contra ella con cada embestida.
—Tienes que ser más abierto conmigo. Cada día. Sin importar qué.
Cada vez que pregunto. Sin omitir.
253
Damian besó un camino sobre su mandíbula, su cuello sucio y su
clavícula.
—Te amo.
—Que me necesitas.
—Cásate conmigo.
—Yo…
Las lágrimas se deslizaron desde las esquinas de los ojos de Lily. Por
una vez, Damian no trató de borrar la prueba de sus emociones que
generalmente lo lastimaban tanto.
—Sí.
254
—Para siempre —dijo ella.
Sí.
No, no lo estoy dijo Lily, sin romper la mirada. Estas ahí para
encontrarme al final.
Siempre.
Entonces sí.
Damian tuvo dificultad para mantener sus instintos más bajos bajo
control mientras miraba a Lily. Él mordió y besó los labios de un rojo
sonrosado. El cabello de ella era un desastre a causa de sus manos y su
follada frenética. Se veía malditamente hermosa. Como si hubiera
estado él todo sobre ella.
¿Eso es…?
Nada. No vi nada.
256
Dándote compañía contestó finalmente Tommas.
Lo intento.
257
¿Estás seguro?
Absolutamente.
Cariño.
258
Es lo mismo. El ligero tono vertiginoso que tenía le dijo a
Damian que su chica había estado bebiendo esas feas cosas verdes de
nuevo. Oh, él es lindo, Ella.
¿Eh?
Eres terrible.
Siempre.
260
—Ciao —saludó Dante cuando la pantalla parpadeó con la foto de
don Marcello—. Marcello al habla. Si hablas más fuerte que un ratón, la
próxima vez que te vea no terminarás gratamente.
Dante se rio. —Siempre lo son. Sin andarse por las ramas, ¿qué
quieres?
261
—Deberían —dijo Dante lentamente, levantando una ceja—. Por lo
general se pasa a través de la vid y no con una llamada directa con un
rostro real detrás del golpe, Damian.
—Terrance.
262
—Probablemente —dijo Damian honestamente—. Pero sé que tienes
unas cuantas fichas en el charco aquí abajo y un nuevo jefe podría
hacerte algo bueno también.
—Lo haré —dijo Dante—. Deberías haber salido de los radares de los
otros jefes solo para estar seguro.
—¿Sí?
—Lo hicimos, pero desistí. Aprecio la idea, pero ya sabes cómo va.
—No, pero mi esposa tiene sus maneras. ¿Te casas por amor?
263
—No era por amor —dijo Damian.
—¿Pero?
264
—Ojos muy abiertos, déjame verlos —ordenó la artista del
maquillaje.
Abriella sonrió, moviendo su mano a un lado así ella podía ver a Lily.
¿Estás nerviosa?
265
Para nada.
—¿Emocionada?
—Mucho.
A Lily le encantó.
Genial.
266
mientras recitó las palabras de las oraciones que ella no podría olvidar.
Una y otra vez. Una vez más…
Lily pensó que nadie conocía a Theo lo suficiente como para saber
que su comportamiento no era más que un truco para atraer a la gente.
Podría ser tan despiadado como Dino, pero tenía una manera más
limpia de hacerlo.
267
Lily sonrió. —Siempre. Entra.
—¿De verdad?
—Cállate.
—Bueno. Estaba pensando que tal vez tendría que robarte de aquí y
llevarte a la frontera mexicana o algo así.
Lily resopló en voz baja. —Claro. ¿Qué tan lejos crees que
llegaríamos?
268
Theo atrapó su mirada y la sostuvo. El destello más breve de algo
desconocido pasó por sus ojos antes de que desapareciera. —Lo habría,
Lily. No quiero verte infeliz ni apartada. Eres demasiado buena para
eso, pequeña. Siempre lo fuiste. Deberías tener un hombre que te adore
y se preocupe por ti, porque lo eres todo para él.
—Sí, supongo que Dino no lo hizo tan mal después de todo, ¿eh?
Entendió, pero eso no lo hizo más fácil para ella cuando era solo una
niña sin mamá, papá y hermanos que la trataban como si fuera solo
otro de los chicos. En aquel entonces, Lily siempre había apreciado que
sus hermanos la involucraran en las cosas que hacían cuando crecían.
Especialmente porque los tres hermanos DeLuca estaban tan separados
en edad, sin embargo, Theo y Dino siempre mantenían a Lily cerca a su
manera.
269
opiniones guardadas con fuerza. Ciertamente no esperaba que
cambiara esa parte.
—Sí, pero tienes que hacerlo rápido. Fue bastante difícil traerla
hasta aquí, sin mencionar que alguien todavía tiene que recuperarla.
270
—De nada.
—¿Tu padre?
—No es importante.
—¿Y?
Evelina negó con la cabeza. —No puedo. Theo tenía razón, no puedo
quedarme mucho tiempo. Lo más probable es que papi se entere por
alguien que yo vine, de todas formas. No quiero ser la próxima persona
en su lista de mierda.
No me importa.
Sí.
Finalmente.
Lily levantó los brazos para dejar que Abriella y Cara le deslizaran el
vestido de novia sobre su cabeza. Rápidas y silenciosamente, las chicas
pusieron el vestido en su lugar y comenzaron a cerrar cientos de
diminutos botones de perlas a lo largo de la espina dorsal de Lily.
272
al principio, pero ahora no podía esperar. La emoción estaba
empezando a filtrarse un poco más con un minuto muy pasajero.
Cara Rossi dio un paso atrás mientras Abriella alisaba las olas de
encaje. Mientras que la mayor parte del día había transcurrido con
felicidad, sonrisas y algunas lágrimas de alegría, Cara estaba pasando
por un momento difícil. Ella lo ocultó bien, pero Lily lo sabía.
Estoy…
Abriella puso los ojos en blanco. Eres la novia, Lily. Se supone que
no debemos preocuparte hoy.
No lo estaba.
273
Me molesta cuando mientes para mi beneficio señaló Lily.
Cara lanzó un sonido triste. No sé cómo hacer otra cosa en este
momento.
Sé honesta dijo Lily. Dime algo sobre Lea y tú. O incluso solo
tú. Lo que sea. Dame cualquier cosa.
274
Por cierto, alguien está aquí para verte.
¿Huh?
Abriella saludó a Lily con la mano. Ven aquí, pero mantente detrás
de la puerta.
Se supone que no debes estar en este lado de la iglesia dijo Lily.
275
—Sí. Pude haberlo dado a otra persona para que te lo entregara,
pero yo quería hacerlo. Me escabullí de Tommas y Theo cuando tuve la
oportunidad. No pasará mucho tiempo antes de que se den cuenta de
que no me toma diez minutos mear.
—Dame tu mano.
—Me di cuenta hace unas noches que olvidé algo importante sobre
todo esto —dijo Damian. Me sentí como un idiota y tuve que hacerlo
bien. Pero no llegó hasta ayer y no se te permitió verme. Realmente
quería que te lo pusieras cuando caminaras en el altar hacia mí.
—Va a coincidir.
—Cállate, Ella.
276
Lily unió su brazo con el de Dino mientras esperaban detrás de la
pequeña progresión de la fiesta de bodas. Solo Abriella, Cara y una
joven de la familia de Damian actuaron para la fiesta de Lily. Tommas
sería el padrino de Damian mientras Theo reemplazaba un ujier. Para
una lista de invitados tan grande, eligieron una fiesta pequeña.
Dino dio unas palmaditas a la mano de Lily. Era la primera vez que
veía a su hermano en toda la mañana y él apenas dijo una palabra.
Ya casi…
277
hacer esto por ti. No creo ser lo suficientemente digno como para estar
en su lugar y hacerlo por él. Necesito saber que vas a estar bien, Lily.
Lily vio como las puertas se abrían para que Abriella entrara por el
pasillo.
Dino asintió. —Debe ser. Dios sabe que nunca tuviste ninguna de
esas tonterías de parte mía.
Oh.
278
Dino asintió. —Sí. Es muy especial para mí. Esperé mucho tiempo
para finalmente poder dártelo como se suponía que debía hacer.
—Es mejor que los tengas, Lily. Theo y yo vamos a ir al mismo lugar
sin importar cuánto oremos. Tú no.
—¿De verdad?
279
centró en el hombre que la esperaba de pie en el altar con las manos
detrás de la espalda.
Con esa única acción, ella estuvo pegada a su lado otra vez.
280
Damian torció una sonrisa, riéndose con Lily fuera de su abrazo
antes de acercarla nuevamente. La espalda de ella se acomodó contra
su pecho mientras besaba la suave piel de su cuello. Olía a rosas y
sexo.
—Tú ya lo hiciste. Varias veces. Aquí hay mucha gente —dijo Lily,
girando en los brazos de Damian.
281
atención y elogio. Lily no necesitaba maquillaje y el precioso vestido
para hacerla perfecta, pero le encantaba verla hecha de la misma
manera.
—Demasiado.
Ah.
Mierda.
—¿Por qué?
282
—Porque estaba demasiado ocupado pensando en la última vez que
use estos pantalones. Sabes, cuando estabas de rodillas con mi pene en
tu boca y prácticamente me chupaste…
Lily chilló el sonido más lindo antes de que cubriera su boca con su
mano. Incluso con el rubor en sus mejillas, podía ver claramente que se
enrojecían aún más. Damian rugió de risa, sacudiendo a los dos. Su
volumen atrajo la atención de varios invitados que estaban cerca, pero
solo parecían reírse de su diversión. Probablemente no tenían la menor
idea de por qué se estaba riendo Damian.
—¡Damian!
—¿Qué?
283
Esposa.
Estaba casado.
—¿Eh?
—Sí.
—Eres mi esposa.
284
—Bueno, terminaré tu noche bien con un baile —dijo Lily.
285
no giró la gran silla de la oficina cuando Terrance Trentini cerró su
puerta.
—Sí, bueno…
—¿Por qué?
286
Terrance miró fijamente a Damian, pero ni una sola vez le dio algo
de atención a la pistola y al silenciador. El entendimiento se asentó en
los rasgos del viejo hombre mientras dijo—: Dino DeLuca.
—Él podría decir eso, pero puedo asegurarte que está lejos de la
verdad —contestó Terrance, todavía sin molestarse—. Ese hombre
puede jugar su parte bien. Hace que todos crean que sus lealtades
están completamente envueltas con el Outfit, pero miente tan bien
como respirar. Lo obtiene de su padre. Dino nunca me perdonó por
matar a sus padres.
—¿Perdón?
287
—No te crie, simplemente te ayudé cada vez que estabas cerca.
Justo lo mismo que hice con Tommas y sus hermanas.
Suficientemente cierto.
Terrance levantó una sola ceja. —Por supuesto, tenía otros motivos.
288
Tenía que volver a la recepción y pronto si no quería que notaran su
ausencia. El viaje estaba a unos buenos veinte minutos del palacio
Trentini. No hay tiempo para juegos.
—Más que él. Tengo llamadas todo el tiempo de tus hombres que
quieren cosas.
—Yo…
289
—Más tiempo que tú. —Damian sonrió, sabiendo que parecía cruel—
. Y si Riley también está fuera de la piscina ¿quién queda?
—¿Pero?
290
forma de cuidar de Terrance. Ahora, lo veía solamente como Terrance
haciendo que Damian pensara que le importaba un comino.
No importaba.
—Eso creo.
291
de los planes de la boda o incluso por el lado de Lily en lo que respecta
a la familia. Era casi como si Dino quisiera que el hombre pareciera sin
importancia para la familia DeLuca.
Damian soltó una carcajada. —¿Cómo qué? Mira todas las cosas que
ha hecho, Terrance. Mira la gente que ha matado y los problemas que
ha empezado. ¿Qué podría hacer que él no haría si quisiera?
—No lo creo. Dino siempre creyó que cometí un error con él y sus
hermanos cuando eran niños. Sé que lo hice cuando hice que mataran
a sus padres, pero Joseph DeLuca no me dio otra opción. Traté de
compensarlo a lo largo de los años con Dino y Theo, pero claramente mi
remordimiento nunca llegó lo suficiente. O tal vez sí y su conciencia
simplemente no le deja hacer lo que la tuya es capaz de hacer.
Damian apretó los dientes con tanta fuerza que le dolieron. —¿Y qué
es eso?
Mierda.
¿Matarlo?
292
—Ambos sabemos que sí —dijo Damian, nunca bajó el arma.
—¿Lo haces?
—¿Qué es?
Dino, sin embargo, tenía algunas cosas por las que responder.
293
Un hombre vestido con traje se escurrió rápidamente del lugar sin
siquiera bajar el inodoro y desapareció del baño. Una vez que la puerta
se cerró, toda la atención de Damian se volvió hacia Dino otra vez.
—No, cállate. A menos que vayas a decir algo que valga la pena
escuchar, no quiero oír otra maldita cosa saliendo de tu boca, imbécil.
Hice el trabajo final esta noche, lo seguí como dije que lo haría. Pero no
tuvo nada que ver contigo, ¿verdad? Se suponía que eso era todo para
mí. Eres tan mentiroso, Dino. Cristo, no es de extrañar que tus ojos
sean marrones. Estás tan lleno de mierda que está empezando a
mostrarse.
294
Importaba mucho.
295
Lily suspiró aliviada cuando Damian le quitó los tacones. Después
de estar con esas malditas cosas durante unas buenas doce horas,
estaba feliz de verlos partir. No pudo ocultar el pequeño gemido que se
le escapó cuando los fuertes y hábiles dedos de Damian trabajaron los
arcos de sus pies.
—Tan bien.
Ella frunció los labios. —Soy más pequeña que tú por varios
centímetros, incluso en tacones.
296
—¿Qué pasa, Damian?
—Nada, cariño.
—Damian…
—Bueno.
Damian bajó aún más sus bragas, arqueando las cejas. —¿Encaje
negro?
La risa oscura de Damian rodó sobre sus sentidos como dulce miel.
Las vibraciones de su diversión le hicieron cosquillas a su sexo sensible
mientras mordisqueaba y lamía sus pliegues. Abrió más las piernas,
necesitando ver lo que estaba haciendo. Usando sus manos para
apoyarla en el borde de la cama, Lily apoyó la parte superior de su
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cuerpo para poder ver a Damian comerla. Su boca estaba manchada
con su excitación y podía oler el aroma de su sexo que ya flotaba en el
aire. Los ojos azul acero de Damian la observaron desde abajo, una
sonrisa maliciosa curvando las comisuras de su boca hacia arriba
mientras lamía una línea desde su hendidura hasta su clítoris.
Esa tenía que ser la mejor cosa que hubiera visto en su vida.
—Yo…
—Arriba —ordenó.
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Lily se derritió en el diván cuando las yemas de los dedos de Damian
bailaron por su columna cubierta de encaje. En su estómago con la
cabeza apoyada en su regazo, estaba cómoda y satisfecha. También la
excitaron como ninguna otra cosa, ya que su nuevo esposo la mimó con
trozos de fruta cubiertos de chocolate y sorbos de champaña. La
lencería transparente que llevaba no ocultaba nada de su vista y sus
manos comenzaron su viaje de ambulante una vez más.
—Damian…
Damian se rio, el sonido sonó profundo y gutural. —Tal vez no, pero
sé lo que quiero y puedo apostar que te va a gustar muchísimo si solo
abres esa bonita boca tuya, comes esta fruta y me dejas seguir jugando
con tu dulce coño.
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aviso. El grito de sorpresa de Lily se disolvió en un profundo gemido
cuando curvó sus dedos con fuerza en su punto G.
—Santa mierda.
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—¿De verdad? —preguntó Lily.
—Acerca de tu cuerpo.
—Es tuyo.
—Lo eres.
—Te dije una vez que quería tenerte de cualquier manera que
pudiera. No estaba mintiendo.
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—No. Abre tus piernas. Muéstrame lo mojada que estás y juega
contigo misma. Quiero que sientas lo excitada y caliente que estás en
este momento.
—No te dije que pararas —dijo Damian sin levantar la vista mientras
descartaba sus pantalones y bóxer. Sigue jugando para mí, Lily. Te
quiero mojada todo el tiempo.
—Continúa.
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Lily no se había dado cuenta de lo cerca que estaba de su orgasmo
antes de que la recorriera. Se sentía como un lío de gritos, piel sudada y
alegría. Damian la besó, nunca se apartó. Antes de que Lily pudiera
comprender lo que estaba pasando, Damian la había recogido y luego
volvió a sentarse en el diván con ella encima de él. La espalda de Lily
presionó su pecho cuando su brazo se envolvió alrededor de su cintura.
La mantuvo sobre él y cuando se sintió lo suficientemente estable como
para sostener su propio peso, la dejó ir.
—Dios.
—Bueno. Relájate.
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—Joder —siseó Damian.
—Es…
—¿Hmm?
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salían de la garganta de Lily aumentaron hasta que sus muslos
temblaban y el sudor recorría su espalda.
Y cuando cayó...
Siempre.
—Sí, bueno, tendrá que serlo por ahora. El momento que pueda,
iremos a Europa y podrás mostrarme todos los lugares que visitaste y
estuviste.
—¿De verdad?
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—Muy.
—Probablemente va a doler.
Bien, entonces.
—¿Lo es?
—Sí —dijo.
Ella le creyó.
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—¿No crees que es un poco molesto que tengamos que pasar
nuestro primer día después de nuestra luna de miel en la iglesia? —
preguntó Lily.
—Lo eres.
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—Claro, cariño.
Lily se movió para bajar por los grandes escalones, pero Damian la
llevó de vuelta a su lado. —¿Qué…?
—Cierto.
—¿Oh?
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—No, muchos recuerdos.
Una explosión como la que Lily nunca había oído antes perforó el
aire. Lo que sea que iba a decir se perdió cuando la vista del fuego y
metal volando llamó su atención. Sus orejas resonaron por el volumen
mientras una ráfaga de calor y presión cubrió los escalones de la
iglesia. Damian la cubrió al instante, empujándola hacia atrás por las
puertas abiertas de la iglesia a medida que los gritos empezaban a
hacerse eco.
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La gente los empujó, tratando de volver a la seguridad de la iglesia.
Su corazón cayó a los escalones de cemento y se rompió en pedazos
mientras observaba el auto de su hermano ser envuelto en otra ola de
llamas.
—¡No!
—¡Dino!
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La frente de Lily se frunció. —¿Así que, cuando lo encendió, explotó?
Oh.
Eso solo dejó a Lily con un sentimiento más enfermo que antes.
—No, y creo que es hora de que te vayas —dijo Lily, de pie desde su
silla.
—No tengo nada que ofrecer y hemos cumplido todo lo que pudimos,
a pesar de que no nos dio ninguna opción —interrumpió Lily con
firmeza.
—No, eso es lo que está diciendo. O más bien, lo que no hará porque
es un cobarde.
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A la mierda esto.
¿Cómo podría?
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Los combates entre las familias solo habían crecido peor desde la
boda de Damian y Lily. El asesinato de Terrance Trentini parecía
inclinar a la familia Trentini sobre el borde. Lily recordó cuando Damian
recibió esa llamada de telefónica en su perfecta luna de miel. Estaba
segura de que era la causa de la muerte del jefe del Outfit.
Sin embargo, las cosas estaban mal entre las cuatro familias y
empeorando mucho.
—No sé.
Guerra.
—Lily…
—¿Lo prometes?
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Dios, ella lo esperaba.
—Mi corazón duele —dijo Lily en voz baja, dispuesta a alejar sus
lágrimas.
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