Sentencia No C105 de 1994
Sentencia No C105 de 1994
Sentencia No C105 de 1994
C-105/94
Según la Constitución, son igualmente dignas de respeto y protección las familias originadas en el
matrimonio o constituídas al margen de éste. La igualdad pugna con toda forma de discriminación
basada en el origen familiar, ya sea ejercida contra los hijos o contra descendientes de cualquier
grado. De tiempo atrás, la ley colombiana ha establecido la igualdad de derechos entre los hijos
legítimos, extramatrimoniales y adoptivos. En virtud de la adopción, el adoptivo ingresa a la familia
y se convierte en parte de ésta, del mismo modo que los hijos de la sangre. La igualdad de
derechos y obligaciones entre los hijos legítimos, extramatrimoniales y adoptivos, no termina en
ellos: continúa en sus descendientes, sean éstos, a su vez, legítimos extramatrimoniales o
adoptivos. Toda norma que establezca una discriminación basada en el origen familiar, es
contraria a la Constitución. Son contrarias a la Constitución todas las normas que establezcan
diferencias en cuanto a los derechos y obligaciones entre los descendientes legítimos,
extramatrimoniales o adoptivos, pues al igual que los hijos tienen iguales derechos y obligaciones.
Demanda de inconstitucionalidad de los artículos 61 (parcial); 222; 244; 249; 260; 411 (parcial);
457 (parcial); 465 (parcial); 537 (parcial); 550 (parcial); 596; 1016 (parcial); 1025 (parcial), 1047,
1226 (parcial); 1242; 1236; 1253; 1259; 1261 y 1266 (parcial) del Código Civil.
Actor:
Magistrado Ponente:
I. ANTECEDENTES
El ciudadano León Darío Puerta Amaya, en uso del derecho consagrado en los artículos 40,
numeral 6 y 241, numeral 4o., de la Constitución, presentó ante esta Corporación demanda de
inconstitucionalidad contra varios artículos del Código Civil.
Por auto del veinticinco (25) de agosto de 1993, el Magistrado Sustanciador admitió la demanda,
ordenando la fijación del negocio en lista para asegurar la intervención ciudadana dispuesta por
los artículos 242, numeral 1o., de la Constitución y 7o., inciso segundo, del Decreto 2067 de 1991;
el envió de copia de la demanda al Señor Presidente de la República y al Señor Presidente del
Congreso de la República, como al Señor Procurador General de la Nación para que rindiera su
concepto.
Cumplidos los requisitos exigidos por el Decreto 2067 de 1991 y recibido el concepto del señor
Procurador General de la Nación, entra la Corte a decidir.
"Artículo 61.-En los casos en que la ley dispone que se oiga a los parientes de una persona, se
entenderá que debe oírse a las personas que van a expresarse y en el orden que sigue:
"3. El padre y la madre naturales que hayan reconocido voluntariamente al hijo, o éste a falta de
descendientes o ascendientes legítimos.
"4. El padre y la madre adoptantes, o el hijo adoptivo, a falta de parientes de los números 1o., 2o.,
3o.
"5. Los colaterales legítimos hasta el sexto grado, a falta de parientes de los números 1o., 2o., 3o.
y 4o.
"6. Los hermanos naturales, a falta de los parientes expresados en los números anteriores.
"7. Los afines legítimos que se hallen dentro del segundo grado, a falta de los consanguíneos
anteriormente expresados.
"Si la persona fuere casada, se oirá también, en cualquiera de los casos de este artículo, a su
cónyuge; y si alguno o algunos de los que deben oírse, no fueren mayores de edad o estuvieren
sujetos a potestad ajena, se oirá en su representación a los respectivos guardadores, o a las
personas bajo cuyo poder y dependencia estén constituídos".
"Artículo 222.-Los ascendientes legítimos del marido tendrán derecho para provocar el juicio de
ilegitimidad, aunque no tengan parte alguna en la sucesión del marido; pero deberán hacerlo
dentro de los plazos señalados en el artículo precedente".
"Artículo 249.-Sólo el supuesto legitimado, y en el caso del artículo 244 sus descendientes
legítimos llamados inmediatamente al beneficio de la legitimación, tendrán derecho para
impugnarla, por haberse omitido la notificación o la aceptación prevenidas en los artículos 240,
243 y 244".
"Artículo 1259.-Si se hiciere una donación revocable o irrevocable a título de mejora, a una
persona que se creía descendiente legítimos del donante, y no lo era, se resolverá la donación.
"Lo mismo sucederá si el donatario, descendiente legítimo, ha llegado a faltar por incapacidad,
indignidad, desheredación o repudiación".
"Artículo 260.-La obligación de alimentar y educar al hijo que carece de bienes, pasa, por la falta o
insuficiencia de los padres, a los abuelos legítimos por una y otra línea conjuntamente.
"El juez reglará la contribución, tomadas en consideración las facultades de los contribuyentes, y
podrá de tiempo en tiempo modificaría, según las circunstancias que sobrevengan".
"1. Al cónyuge.
"5. Modificado. L.75/86, art. 31. A los hijos naturales, su posteridad legítima y a los nietos
naturales.
"10. Al que hizo una donación cuantiosa si no hubiere sido rescindida o revocada.
"No se deben alimentos a las personas aquí designadas en los casos en que una ley se los niegue".
"Artículo 457.-Modificado. D. 2820/74, art. 51. Son llamados a la tutela o curaduría legítima:
"1. El cónyuge, siempre que no esté divorciado ni separado de cuerpos o de bienes; por causa
distinta al mutuo consenso.
"2. El padre o la madre, y en su defecto los abuelos legítimos.
"4. Los hermanos del pupilo y los hermanos de los ascendientes del pupilo.
"Cuando existan varias personas en el mismo orden de prelación señalado en este artículo el juez,
oídos los parientes, elegirá entre ellas la que le pareciere más apta y podrá también, si lo estimare
conveniente, elegir más de una y dividir entre ellas las funciones".
"Artículo 465.-Son obligados a prestar fianza todos los tutores o curadores, exceptuados
solamente:
"3. Los que se dan para un negocio particular sin administración de bienes.
Podrá también ser relevado de la fianza, cuando el pupilo tuviere pocos bienes, el tutor o curador
que fuere persona de conocida probidad y de bastantes facultades para responder de ellos".
"1. Modificado. D. 2820/74, art. 52. Al cónyuge no divorciado ni separado de cuerpos; o de bienes
por causa distinta al mutuo consenso.
"2. A los ascendientes legítimos o padres naturales: los padres naturales casados no podrán
ejercer este cargo.
"3. A los colaterales legítimos hasta el cuarto grado, o a los hermanos naturales.
"El juez o prefecto tendrá libertad para elegir en cada clase de las designadas en los números 2o. y
3o., la persona o personas que más a propósito le parecieren.
4. A sus padres o hijos naturales; los padres naturales casados no podrán ejercer este cargo.
"El juez o prefecto elegirá en cada clase de las designadas en los números 2o., 3o., 4o. y 5o. la
persona o personas que más idóneas le parecieren.
"A falta de todas las personas antedichas tendrá lugar la curaduría dativa".
"Artículo 596.-Los que profesan diversa religión de aquella en que debe ser o ha sido educado el
pupilo no pueden ser tutores o curadores de éste, excepto en el caso de ser aceptados por los
ascendientes, y a falta de éstos por los consanguíneos más próximos".
"Artículo 1016.-En toda sucesión por causa de muerte, para llevar a efecto las disposiciones del
difunto o de la ley, se deducirán del acervo o masa de bienes que el difunto ha dejado, inclusos los
créditos hereditarios:
"1. Las costas de la publicación del testamento, si lo hubiere, y las demás anexas a la apertura de la
sucesión.
"5. La porción conyugal a que hubiere lugar, en todos los órdenes de sucesión, menos en el de los
descendientes legítimos. El resto es el acervo líquido de que dispone el testador o la ley".
3. El consanguíneo dentro del sexto grado inclusive que en el estado de demencia o destitución de
la persona de cuya sucesión se trata, no la socorrió pudiendo.
4. El que por fuerza o dolo obtuvo alguna disposición testamentaria del difunto o le impidió testar.
5. El que dolosamente ha detenido u ocultado un testamento del difunto, presumiéndose dolo por
el mero hecho de la detención u ocultación".
A falta de cónyuge, llevarán toda la herencia los hermanos, y a falta de éstos aquél.
Los hermanos carnales recibirán doble porción que los que sean simplemente paternos o
maternos".
"Artículo 1226.-Asignaciones forzosas son las que el testador es obligado a hacer, y que se suplen
cuando no las ha hecho, aun con perjuicio de sus disposiciones testamentarias expresas.
3. Las legítimas
"Artículo 1242.-Derogado. L. 45/36, art. 30. Modificado. L. 45/36, art. 23. El artículo 1242 del
Código Civil quedará así:
"La mitad de los bienes, previas las deducciones de que habla el artículo 1016 y las agregaciones
indicadas en los artículos 1243 a 1245, se dividen por cabezas o estirpes entre los respectivos
legitimarios, según el orden y reglas de la sucesión intestada; lo que cupiere a cada uno de esta
división es su legítima rigorosa.
"No habiendo descendientes legítimos, ni hijos naturales por sí o representados, con derecho a
suceder, la mitad restante es la porción de bienes de que el testador ha podido disponer a su
arbitrio.
"Artículo 1253.-(Reformado. L. 45/36, art. 24)". El artículo 1253 del Código Civil quedará así:
"De la cuarta de mejoras puede hacer el donante o testador la distribución que quiera entre sus
descendientes legítimos, sus hijos naturales y los descendientes legítimos de éstos y podrá asignar
a uno o más de ellos toda la dicha cuarta, con exclusión de los otros.
"Los gravámenes impuestos a los asignatarios de la cuarta de mejoras, serán siempre a favor de
una o más de las personas mencionadas en el inciso precedente.
"La acción de que habla el artículo 1277 del Código Civil, comprende los casos en que la cuarta de
mejoras, en todo o en parte, fuere asignada en contravención a lo dispuesto en este artículo".
"Artículo 1236.-La porción conyugal es la cuarta parte de los bines de la persona difunta, en todos
los órdenes de sucesión, menos en el de los descendientes legítimos.
"Habiendo tales descendientes, el viudo o viuda será contado entre los hijos y recibirá como
porción conyugal la legítima rigorosa de un hijo".
"Si el difunto hubiere declarado expresamente, por acto entre vivos o testamento, ser su ánimo
que no se imputen dichos gastos a la legítima, en este caso se considerarán como una mejora.
"Si el difunto, en el caso del inciso anterior, hubiere asignado al mismo legitimario, a título de
mejora, alguna cuota de la herencia o alguna cantidad de dinero, se imputarán a dicha cuota o
cantidad; sin perjuicio de valer en lo que excedieren a ella, como mejora o como el difunto
expresamente haya ordenado".
"Artículo 1266.-Un descendiente no puede ser desheredado sino por alguna de las causas
siguientes:
"1. Por haber cometido injuria grave contra el testador en su persona, honor o bienes, o en la
persona, honor o bienes de su cónyuge o de cualquiera de sus ascendientes o descendientes
legítimos.
"2. Por no haberle socorrido en el estado de demencia o destitución, pudiendo.
"4. Por haberse casado sin el consentimiento de un ascendiente, o sin el de la justicia en subsidio,
estando obligado a obtenerlo.
"5. Por haber cometido un delito a que se haya aplicado alguna de las penas designadas en el
número 4 del artículo 315, o por haberse abandonado a los vicios o ejercido granjerías infames; a
menos que se pruebe que el testador no cuidó de la educación del desheredado.
"Los ascendientes podrán ser desheredados por cualquiera de las tres primeras causas".
B.) LA DEMANDA
Sin embargo, considera el actor que la igualdad que reconoce el precepto constitucional
mencionado, no sólo debe entenderse para los derechos surgidos entre padres e hijos, sino para
todas aquellas personas que forman parte de la familia, es decir, los ascendientes, descendientes y
colaterales. Igualdad que no es reconocida en la normatividad demandada, y que tampoco puede
entenderse existente hoy con la vigencia de la Ley 29 de 1982, pues se repite, esta ley sólo
reconoció la igualdad entre hijos legítimos, extramatrimoniales y adoptivos.
Por otra parte, considera que el artículo 596 del Código Civil desconoce la libertad de cultos, la
libertad de conciencia, el libre desarrollo de la personalidad y el derecho a la igualdad ante la ley,
sin discrimación en razón a las creencias religiosas, al establecer como un requisito para ser
guardador, el de profesar la misma religión del pupilo.
El inciso final del artículo 1047 del Código Civil, es inconstitucional porque prevé una
discriminación en contra del hermano medio, al disponer que éste sólo tiene derecho a la mitad de
la porción hereditaria que le correspondería al hermano carnal, discriminación, que podría tener
fundamento, dice el actor, en los lazos afectivos que se dan entre los hermanos carnales. Sin
embargo, interpretando al demandante, es inconstitucional la norma porque no tiene en cuenta
que entre un hermano medio y uno carnal puede existir el amor y cariño predicable de los
hermanos carnales.
C. INTERVENCIONES.
Dentro del término constitucional establecido para intervenir en la defensa o impugnación de los
artículos acusados, presentaron escritos la Directora General del Instituto Colombiano de
Bienestar Familiar, I.C.B.F., y el ciudadano designado por el Ministerio de Justicia.
La doctora Martha Ripoll de Urrutia, Directora General del ICBF, solicita a la Corporación declarar
exequibles las normas acusadas.
Considera, que corresponde al legislador ajustar la normatividad que regula las relaciones
familiares, a la nueva perspectiva constitucional que reconoció la igualdad existente entre la
familia originada en el matrimonio y aquella producto de la voluntad libre y espontánea de un
hombre y una mujer para constituirla.
El ciudadano designado por el Ministerio de Justicia, afirma que le asistiría razón al demandante,
en relación con la inconstitucionalidad de las normas del Código Civil acusadas, si la Ley 29 de 1982
no fuese tan clara al reconocer la igualdad de derechos y obligaciones entre los hijos legítimos,
extramatrimoniales y adoptivos, y no hubiera derogado toda la normatividad que fuera contraria a
tal precepto.
Entonces, derogados todos los artículos que establecían discriminación entre unos hijos y otros,
por su origen familiar, un pronunciamiento de la Corte declarando la inconstitucionalidad de tales
normas sería inocuo.
En relación con la supuesta inconstitucionalidad del artículo 1047 del Código Civil, considera que
esa disposición responde a una ley natural, según la cual, las relaciones de los hermanos carnales,
son por lo general, más intensas que las existentes entre hermanos medios. Por tanto, una norma
que permita a aquellos una mayor participación en la sucesión en relación con la de quienes no
tienen en común sino a uno de sus padres, no puede desconocer ningún precepto constitucional.
Pero, de existir el mismo amor entre una y otra clase de hermanos, la supuesta desigualdad que
alega el actor, se soluciona en el testamento, donde se puede reconocer una partición en la
sucesión, mayor a la que prevé la norma acusada.
Finalmente, solicita la declaratoria de constitucionalidad del artículo 596 del Código Civil, porque
es una norma que a diferencia de lo que opina el demandante, respeta la libertad de cultos, la
libertad de conciencia, y el libre desarrollo de la personalidad del menor.
El artículo 222 del Código Civil, además de desconocer el principio de igualdad consagrado en los
artículo 13 y 42 de la Carta, vulnera el derecho de toda persona a acceder a la administración de
justicia, artículo 229 del mismo estatuto, por el sólo hecho del origen familiar.
Los artículos 1025 y 1266 resultan contrarios a la Constitución, al no reconocer a los ascendientes
y descendientes ilegítimos, la facultad de desheredar a quienes producen graves atentados contra
ellos o sus bienes, tal como está consagrado para la ascendencia o y descendencia legítima.
Por otra parte, considera que el artículo 1047 es exequible, pues no establece diferencia alguna
entre los hermanos, por razón de su origen familiar.
Otra cosa, es que la norma prevea que los hermanos carnales hereden el doble de lo que puede
heredar un hermano medio, en el orden hereditario de los hermanos. La distinción que este
artículo establece, tiene su razón de ser en los lazos afectivos existentes entre hermanos carnales.
Si estos mismos lazos existen entre un hermano carnal y uno medio, ello podrá reflejarse en el
testamento.
Para finalizar, justifica la exequibilidad del artículo 596 del Código Civil, argumentando que si las
guardas y curadurías buscan proteger los intereses, libertades y derechos de aquel que no pude
dirigirse así mismo, no puede encomendarse tan importante labor a quien profese creencia
diferente a la de su pupilo, por la influencia "negativa" que ese hecho podría producir en aquel.
Influencia negativa, explica el Ministerio Público, que se produciría por el eventual conflicto entre
la religión heredada por el pupilo y la practicada por el guardador, y no por los postulados de cada
una de ellas. Conflicto que repercutiría en el desarrollo de la personalidad del menor, que es el
sujeto más débil de la relación.
Primera.-Competencia.
La Corte Constitucional es competente para conocer de esta demanda, según el numeral 4 del
artículo 241 de la Constitución.
La igualdad consagrada por la norma citada fue ratificada por el inciso sexto del artículo 42 de la
Constitución, así: "Los hijos habidos en el matrimonio o fuera de él, adoptados o procreados
naturalmente o con asistencia científica, tienen iguales derechos y deberes".
El artículo 1o. de la Ley 29 de 1982 fue la culminación de un proceso comenzado en 1936, con la
ley 45 de ese año. Sobre ese proceso hacia la igualdad y sobre los efectos del artículo 1o. de la ley
29 citada, dijo la Corte Constitucional, en la sentencia |C-4|7, de febrero 10 de 1994:
"La igualdad de los hijos. El proceso que condujo a la igualdad de los hijos legítimos y
extramatrimoniales en Colombia, comenzó con la Ley 45 de 1936 y culminó al dictarse la Ley 29 de
1982.
El artículo 52 del Código Civil clasificaba los hijos ilegítimos en naturales, de dañado y punible
ayuntamiento, que a su vez podían ser adulterinos o incestuosos. La denominación de ilegítimos
era genérica, pues, comprendía todos los que no eran legítimos. Pero, además, el artículo 58
llamaba espurios los hijos de dañado y punible ayuntamiento; y el 57 denominaba simplemente
ilegítimo al hijo natural o al espurio a quien faltaba el reconocimiento por parte del padre o de la
madre.
Esta clasificación era tan degradante y contraria a la dignidad humana, que el hijo natural, es decir,
el "nacido de padres que al tiempo de la concepción no estaban casados entre sí", reconocido o
declarado tal "con arreglo a la ley", era un verdadero privilegiado en relación con las otras
categorías de ilegítimos. Basta recordar que los hijos nacidos fuera de matrimonio solamente
podían ser reconocidos por sus padres o por uno de ellos, cuando no eran de dañado y punible
ayuntamiento, según el texto del artículo 54 de la Ley 153 de 1887.
Aún en el siglo XIX, la discriminación era un mal de la época, que se manifestaba a pesar de las
declaraciones de principios. Así, los franceses que habían consagrado en el artículo primero de la
"Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano" el principio según el cual "los hombres
nacen y permanecen libres e iguales en derechos", mantuvieron vigentes en el Código Napoleón
normas injustas cuyo rigor solamente se atemperó en este siglo. Por ejemplo, el artículo 335 que
prohibía el reconocimiento "de los hijos nacidos de un comercio incestuoso o adulterino".
Pero el trato inequitativo no se quedaba en las palabras. En tratándose de la sucesión por causa
de muerte el hijo natural, privilegiado como ya se vió, soportaba un régimen aberrante: según el
artículo 1045 del Código Civil, reformado por el 86 de la Ley 153 de 1887, cuando en la sucesión
intestada concurrían hijos legítimos y naturales, la herencia se dividía en cinco (5) partes, cuatro
(4) para los legítimos y una (1) para todos los naturales.
A partir de 1930, el ímpetu transformador de la República Liberal se plasma en leyes en favor de
quienes han sido tradicionalmente desprotegidos, como la mujer, los hijos no legítimos y los
trabajadores campesinos: leyes como la 28 de 1932, 45 y 200 de 1936, son un salto formidable en
el proceso hacia una sociedad igualitaria.
La Ley 45 de 1936 cambia la situación de los hijos naturales; establece la patria potestad sobre
ellos, que el Código no permitía; permite el reconocimiento como naturales de los hijos
adulterinos; y mejora la participación sucesoral del hijo natural en la sucesión intestada, al
asignarle la mitad de lo que corresponde a uno legítimo.
Viene luego la Ley 75 de 1968 que modifica la Ley 45 de 1936, al establecer la presunción legal de
paternidad natural y dictar normas en defensa de la mujer, los hijos menores y la familia.
Después, el Decreto ley 2820 de 1974 introduce reformas en la institución de la patria potestad,
en beneficio de la mujer y de los hijos naturales.
Finalmente, el artículo 1o. de la Ley 29 de 1982, consagra la igualdad no sólo entre los hijos
legítimos y los naturales, sino entre unos y otros y los adoptivos: "Los hijos son legítimos,
extramatrimoniales y adoptivos y tendrán iguales derechos y obligaciones". Desaparecen así todas
las desigualdades por razón del nacimiento: en adelante, en tratándose de derechos y obligaciones
habrá solamente hijos, diferentes solamente en sus denominaciones de legítimos,
extramatrimoniales y adoptivos".
De esta base hay que partir para estudiar los cargos que se formulan contra diversas normas del
Código Civil, pues algunas están derogadas o modificadas por el mencionado artículo 1o. de la Ley
29 de 1982, por lo cual no hay porqué afirmar que son inexequibles comparadas con el inciso
sexto del artículo 42 de la Constitución, o que ésta los derogó.
Tercera.-¿Hasta dónde se extiende la igualdad consagrada por la ley entre los hijos legítimos,
extramatrimoniales y adoptivos?
Y el inciso segundo agrega: "El Estado y la sociedad garantizan la protección integral de la familia.
La ley podrá determinar el patrimonio familiar inalienable e inembargable".
c) Por lo mismo, "la honra, la dignidad y la intimidad de la familia son inviolables", sin tener en
cuenta el origen de la misma familia.
d) Pero la igualdad está referida a los derechos y obligaciones, y no implica identidad. Prueba de
ello es que el mismo artículo 42 reconoce la existencia del matrimonio.
En conclusión: según la Constitución, son igualmente dignas de respeto y protección las familias
originadas en el matrimonio o constituídas al margen de éste.
Lo anterior lleva a una conclusión lógica y justa: así como antes la desigualdad y la discriminación
se transmitían de generación en generación, ahora la igualdad pasa de una generación a la
siguiente. Basta pensar en los sentimientos de los hombres, para entender porqué la
discriminación ejercida contra el hijo afecta a su padre, como si se ejerciera contra él mismo.
En apoyo de esta tesis, está el inciso primero del artículo 13 de la Constitución: "Todas las
personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma protección y trato de las autoridades
y gozarán de los mismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por
razones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica". Es
evidente que la igualdad pugna con toda forma de discriminación basada en el origen familiar, ya
sea ejercida contra los hijos o contra descendientes de cualquier grado.
Y lo que se dice de los descendientes legítimos y extramatrimoniales debe predicarse igualmente
de la descendencia basada en la adopción. No repugna a la lógica ni a la justicia, el aceptar que la
adopción da lugar a una descendencia que tiene iguales derechos y obligaciones que la basada en
la sangre, legítima o extramatrimonial. A esta conclusión se llega por estas razones.
De tiempo atrás, la ley colombiana ha establecido la igualdad de derechos entre los hijos legítimos,
extramatrimoniales y adoptivos. Ya se hizo referencia al artículo 1o. de la Ley 29 de 1982. Además,
el artículo 97 del decreto extraordinario 2737 de 1989, llamado Código del Menor, dice:
"Adoptante y adoptivo adquieren, por la adopción, los derechos y obligaciones de padre o madre e
hijo legítimo". Y el inciso sexto del artículo 42 de la Constitución, ratifica la igualdad.
Sexta.-La igualdad de derechos y obligaciones no termina en los hijos: se extiende a todos los
descendientes.
Todo lo dicho lleva a esta conclusión: la igualdad de derechos y obligaciones entre los hijos
legítimos, extramatrimoniales y adoptivos, no termina en ellos: continúa en sus descendientes,
sean éstos, a su vez, legítimos extramatrimoniales o adoptivos.
Es evidente, por todo lo dicho, que toda norma que establezca una discriminación basada en el
origen familiar, es contraria a la Constitución. Partiendo de esta base, se examinarán las normas
demandadas.
Siguiendo el orden de la demanda, el análisis de cada una de las normas, es el siguiente, con la
advertencia de que todas hacen parte del Código Civil:
1o.-Artículo 61.
El ser oído en un proceso, como ocurre en los de interdicción, es un derecho que se ejerce en
cumplimiento de la obligación de solidaridad entre las personas ligadas por parentesco.
Es claro que al limitar el derecho descrito a los descendientes y a los ascendientes legítimos, se
está discriminando en contra de quienes no lo son. En consecuencia, se declarará inexequible la
palabra legítimos de los ordinales 1o. y 2o.
Por el contrario, en tratándose de los colaterales legítimos y de los afines legítimos a que se
refieren los ordinales 5 y 7, debe conservarse el calificativo, porque el referirse solamente a los
colaterales y a los afines introduciría el desorden en las familias. Además, el argumento según el
cual la igualdad de derechos y obligaciones se transmite de generación en generación, se hereda,
no vale en relación con los colaterales.
2o.-Artículo 222.
3o.-Artículo 244.
Según este artículo la legitimación aprovecha a la posteridad legítima de los hijos legítimos. Por lo
mismo, si es muerto el hijo que se legitima, se hará la notificación a sus descendientes legítimos.
La legitimación de acuerdo con el principio de igualdad de derechos, aprovecha a la posteridad en
general y no sólo a la legítima. Por lo mismo, la notificación a que se refiere el inciso segundo,
debe hacerse a todos los descendientes, sean legítimos, extramatrimoniales o adoptivos.
Son inexequibles, por lo tanto, las expresiones legítima del inciso primero y legítimos del segundo,
y así se decidirá.
4o.-Artículo 249.
Al prohibir al testador asignar la cuarta de mejoras a quien no sea descendiente legítimo suyo o
descendiente legítimo de su hijo natural, vulnera la igualdad de derechos el inciso primero del
artículo 1253.
Y también vulnera tal igualdad el artículo 1259, según el cual "si se hiciere una donación revocable
o irrevocable a título de mejora, a una persona que se creía descendiente legítimo, y no lo era, se
resolverá la donación". Lo mismo que el calificativo de legítimo dado al ascendiente en el inciso
segundo del mismo artículo.
Por consiguiente, serán declaradas inexequibles las expresiones legítimos contenida en el inciso
primero del artículo 1253, y legítimo empleada en el artículo 1259.
6o.-Artículo 260.
Esta norma estatuye que "la obligación de alimentar y educar al hijo que carece de bienes, pasa,
por la falta o insuficiencia de los padres, a los abuelos legítimos por una y otra línea
conjuntamente".
7o.-Artículo 411.
Por el contrario, sería opuesto a la equidad extender el derecho a todos los hermanos eliminando
la calidad de legítimos exigida por el numeral 9 del artículo 411. Téngase en cuenta que los
hermanos extramatrimoniales que únicamente son hijos del mismo padre, es posible que ni
siquiera se conozcan entre sí, y no serían parte de la misma familia. Además, hay que tener
presente que el inciso sexto del artículo 42 de la Constitución consagra la igualdad de derechos y
obligaciones entre los hijos, no entre los hermanos.
En esta materia solamente la ley, si se considera conveniente, podrá establecer los alimentos
legales a favor y a cargo de los hermanos extramatrimoniales.
Por estas razones se declararán inexequibles las palabras legítimos empleadas en los ordinales 2o.
y 3o. del artículo 411, y legítimo del ordinal 5o., del mismo artículo.
Y se declarará exequible la palabra legítimos usada en el ordinal 9o. del mismo artículo.
8o.-Artículos 157 y 537.
Es contrario a la igualdad el que solamente sean llamados a la tutela o curaduría legítima, los
abuelos legítimos. Por ello se declarará inexequible la expresión legítimos que emplea el ordinal
2o. del artículo 457.
Y por el mismo motivo, es contrario a la Constitución el limitar la curaduría legítima del disipador a
los ascendientes legítimos, como lo hace el ordinal 2o. del artículo 537, modificado por el artículo
52 del Decreto 2820 de 1974.
Pero como la expresión completa utilizada es "A los ascendientes legítimos o padres naturales",
habrá que decretar también la inexequibilidad de las palabras "o padres naturales", por dos
motivos: el primero, que los padres naturales están comprendidos entre los ascendientes; el
segundo, que si se dejaran las palabras "o padres naturales" podría entenderse que los únicos
ascendientes extramatrimoniales llamados a ejercer la curaduría son los padres, lo cual no es
verdad.
En cuanto al artículo 550, modificado por el 54 del Decreto 2820 de 1974, pugna con la igualdad
de derechos y obligaciones el deferir la curaduría del demente solamente a los descendientes y
ascendientes legítimos, como lo hacen los ordinales 2o. y 3o. de este artículo. Será, por lo mismo,
decretada la inexequibilidad de la expresión legítimos empleada en tales ordinales.
En cambio, por todo lo que se ha dicho, no contraría la Constitución la misma palabra legítimos
referida a los colaterales, que trae el mismo artículo en el ordinal 5o.
9o.-Artículo 1016.
Este artículo consagra las deducciones que deben hacerse de los bienes que ha dejado el difunto,
antes de llevar a cabo las disposiciones del testamento o de la ley.
El ordinal 4o. ordena deducir previamente la porción conyugal a que hubiere lugar, "en todos los
órdenes de sucesión, menos en el de los descendientes legítimos". Es decir el derecho a la porción
conyugal, definida por el artículo 1230, como "aquella parte del patrimonio de una persona
difunta que la ley asigna al cónyuge sobreviviente que carece de lo necesario para su congrua
subsistencia", prevalece sobre el derecho de cualquier heredero que no sea "descendiente
legítimo". Se establece así un privilegio, inaceptable según la Constitución, en favor de los
descendientes legítimos.
10o.-Artículo 1025.-El ordinal 2o. de este artículo establece como causal de indignidad para
suceder como heredero o legatario, el haber cometido atentado grave contra la vida, el honor o
los bienes de la persona de cuya sucesión se trata, de su cónyuge o de cualquiera de sus
ascendientes o descendientes legítimos.
Como es igualmente censurable el atentado cometido en perjuicio de todos los ascendientes, sean
o no legítimos, se declarará inexequible el calificativo de legítimos que el ordinal 2o. emplea en
relación con los ascendientes o descendientes, calificativo contrario a la igualdad.
11o.-Artículo 1047.
Al parecer, el demandante confunde los hermanos carnales, es decir los que son hijos del mismo
padre y la misma madre, con los hermanos legítimos; y equipara los paternos, que son aquellos
hermanos sólo por parte de padre, y los maternos o uterinos, hijos de la misma madre pero de
distinto padre, con los hermanos extramatrimoniales. Pero, son conceptos diferentes: una cosa es
ser hermano carnal, o paterno o materno, y otra, completamente diferente, ser hermano legítimo
o extramatrimonial.
En nada contraría la igualdad, el que el inciso tercero del artículo 1047 establezca que, en la
sucesión intestada, los hermanos carnales recibirán doble porción que los que sean simplemente
paternos o maternos. Esta es una norma que se ajusta a la lógica y a la justicia. Basta este
razonamiento: el extraño, el que no es hermano, nada hereda; el hermano paterno o materno,
comúnmente llamado hermano medio, hereda la mitad de la herencia del hermano carnal; y éste
hereda toda la herencia, porque no es hermano medio, sino hermano completo. Hay que tener
presente que se trata de la herencia entre hermanos, es decir, cuando alguien hereda a quien es
su hermano.
12o.-Artículo 1226.
Por las razones que se expusieron en relación con los artículo 1253 y 1259, es opuesto a la
igualdad de los descendientes el ordinal 4o. del artículo 1226 que limita la cuarta de mejoras a los
descendientes legítimos. El testador puede asignarla a uno cualquiera de sus descendientes,
independientemente de que su calidad se origine en el matrimonio, en la unión extramatrimonial
o en la adopción. Por este motivo, se decretará la inexequibilidad de la palabra legítimos empleada
en el ordinal 4o. del artículo 1226.
13o.-Artículo 1236.
En concordancia con lo dicho en lo tocante al artículo 1016, ordinal 4o., y por las mismas razones,
es contrario a la Constitución el calificativo de legítimos que aparece en el inciso primero del
artículo 1236, que establece:
"La porción conyugal es la cuarta parte de los bienes de la persona difunta, en todos los órdenes
de sucesión, menos en el de los descendientes legítimos".
Por consiguiente, en concurrencia con todos los descendientes, la porción conyugal será igual a la
legítima rigurosa de un hijo, al declararse la inexequibilidad del calificativo de legítimos que el
inciso primero transcrito da a los descendientes.
14o.-Artículo 1242.
Según el artículo 1242, el testador solamente puede asignar la cuarta de mejoras a sus
descendientes legítimos, a sus hijos naturales y a los descendientes legítimos de éstos. Esta norma
es contraria a la Constitución en cuanto excluye de la posibilidad de ser asignatarios de la cuarta
de mejoras a quienes no sean descendientes legítimos del testador, o de sus hijos naturales. La
igualdad entre los descendientes, se repite, cobija a quienes tienen su calidad por el matrimonio,
por la unión extramatrimonial y por la adopción.
15o.-Artículo 1261.
Según el inciso primero de este artículo, "Los desembolsos hechos para el pago de las deudas de
un legitimario, descendiente legítimo, se imputarán a su legítima, pero sólo en cuanto hayan sido
útiles para el pago de dichas deudas".
Como esta norma consagra un privilegio en favor del descendiente legítimo, es contraria a la
igualdad. En consecuencia, la expresión legítimo utilizada en el inciso primero, será declarada
inexequible.
16o.-Artículo 1266.
El ordinal 1o. de este artículo consagra como causal de desheredamiento haber cometido injuria
grave contra el testador en su persona, honor o bienes, o en la persona, honor o bienes de su
cónyuge, o de cualquiera de sus ascendientes o descendientes legítimos.
El inciso segundo de este artículo establece la acción de reforma del testamento en favor de los
descendientes legítimos cuando el testador dispone de la cuarta de mejoras en favor de otras
personas. La acción de reforma se concede en tal caso a los legitimarios.
Como ya se explicó que la cuarta de mejoras, en virtud del principio de la igualdad, puede
asignarse a cualquier descendiente y no sólo a los legítimos, es contraria a la Constitución esta
palabra referida a los descendientes. Por esto, será decretada su inexequibilidad.
18o.-Artículo 596.
Este artículo establece la incapacidad de quienes profesan diversa religión de aquella en que debe
ser o ha sido educado el pupilo, para ser tutores o curadores, "excepto en el caso de ser aceptados
por los ascendientes, y a la falta de éstos por los consanguíneos más próximos".
La Constitución asigna a los padres el deber de educar a sus hijos mientras sean menores. Como la
religión es parte de la educación para quienes profesan alguna, es apenas lógico que los padres
enseñen a sus hijos la propia. Lo cual concuerda, por otra parte, con el derecho fundamental de
los niños a la "educación y a la cultura", reconocido por el artículo 44.
Lo que sería contrario a la libertad religiosa sería imponer a un incapaz, en especial a un menor, un
tutor o curador que profesara una religión distinta.
Además, esta incapacidad desaparece cuando media la aceptación de los ascendientes o de los
consanguíneos más próximos.
Hay que tener en cuenta que esta norma se refiere exclusivamente a quien es incapaz en razón de
la edad, por lo cual hay que elegir entre el derecho del menor a ser educado en la religión de sus
padres, y el que tiene un presunto candidato a curador o tutor, a no ser discriminado por causa de
su religión. No puede haber duda: prevalece el derecho del incapaz.
III.-CONCLUSIONES.
1a.) La Constitución consagra la igualdad de derechos y obligaciones entre los hijos legítimos,
extramatrimoniales y adoptivos. Esta igualdad se transmite de generación en generación.
2a.) Declara, además, a la familia núcleo fundamental de la sociedad, tanto si se constituye por el
matrimonio como por la voluntad responsable de conformarla. Independientemente de su origen,
el Estado y la sociedad garantizan la protección de la familia.
3a.) Está prohibida toda discriminación, en particular la que se ejerza por razón del origen familiar.
4a.) Son contrarias a la Constitución todas las normas que establezcan diferencias en cuanto a los
derechos y obligaciones entre los descendientes legítimos, extramatrimoniales o adoptivos, pues
al igual que los hijos tienen iguales derechos y obligaciones.
5a.) En consecuencia, serán declaradas inexequibles aquellas normas demandadas que establecen
trato discriminatorio en contra de alguna clase de descendientes o ascendientes.
6a.) En guarda de la seguridad jurídica, los efectos de esta sentencia comenzarán al día siguiente a
aquel en que quede surtida su notificación.
IV.-DECISION.
RESUELVE:
Primero.-Decláranse INEXEQUIBLES las siguientes palabras, contenidas en los artículos del Código
Civil que se determinan a continuación:
a) En el artículo 61, la palabra legítimos, que aparece en los ordinales 1o., 2o. y 3o.;
d) En el artículo 1253, la palabra legítimos, que aparece dos (2) veces en el inciso primero; y en el
artículo 1259, la palabra legítimo que aparece en los incisos primero y segundo;
e) En el artículo 260, la palabra legítimos, que aparece en el inciso primero;
f) En el artículo 422, la palabra legítimos que aparece en los ordinales 2o. y 3o., y legítimo que
aparece en el ordinal 5o.;
Segundo.-Decláranse EXEQUIBLES las palabras que aparecen en los siguientes artículos del Código
Civil, así:
a) En el artículo 61, la palabra legítimos que se emplea en los ordinales 5o. y 7o.;
Quinto.-Los efectos de esta sentencia se causarán a partir del día siguiente a aquel en que se
notifique.
Presidente
ANTONIO BARRERA CARBONELL
Magistrado
Magistrado
Magistrado
JOSE GREGORIO HERNANDEZ GALINDO
Magistrado
Magistrado
Magistrado
Magistrado
Secretaria General