Georges Dumézil PDF
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Bernard Sergent
El chiquillo es buen alumno. Estudia latín y griego. Con sólo nueve años es
capaz de leer la Eneida -que no es, que digamos, el más fácil de los textos latinos.
Aprende también alemán, ayudado por su padre que le da a leer un libro de mitología
griega del gran especialista de la antiguëdad, Berthold Geor Niebuhr (1776-1831).
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Y es Bréal quien ha traducido el libro al francés, encabezando la edición (1866) con lo
que Dumézil calificará más tarde de « luminosa introducción ». Se hace cargo del
interés que el muchacho que le presentan siente por las lenguas y le regala su
diccionario sanscrito-francés, aconsejándole dirigirse a su sucesor, Antoine Meillet
(1866-1936), el lingüista francés más importante de la segunda mitad del siglo XX. Aún
no ha ingresado en la universidad cuando Dumézil ya tiene aprendido el sanscrito -y por
si fuera poco, el árabe- y leídos todos los libros escritos por Meillet hasta la fecha.
A principios del siglo XIX, Bopp y el danés Rasmus Khristian Rask precisan las
cosas estudiando sistemáticamente dichas lenguas. Se dan cuenta de que todas ellas -es
decir el latín, el griego, las lenguas germánicas, célticas, bálticas, eslavas, iranianas e
indias- presentan no sólo semejanzas de vocabulario -cuyo número aumenta
considerablemente en cuanto uno dispone de textos y de diccionarios- sino también, y
principalmente, semejanzas gramaticales, las cuales menos aún que el vocabulario
pueden explicarse por la casualidad o el préstamo de un idioma a otro.
A mediados del siglo XIX surge la idea de que si existió un idioma antecesor de
las lenguas históricas, los hombres que la hablaban disponían de una civilización y de
una religión. Se intenta entonces de reconstituirlas mediante la comparación entre los
mitos y los ritos de los diferentes pueblos de lengua indoeuropea.
Pero después de un gran entusiasmo fue preciso hacer marcha atrás: con una
salvedad, ningún nombre ni de divinidad ni de héroe parecía común a las diversas
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lenguas indoeuropeas; ritos y sacerdotes llevaban nombres diferentes; en cuanto a los
ritos y mitos que se habían estudiado (como el origen del fuego), existían en otros
ámbitos y no tenían nada específicamente indoeuropeo.
3. Lingustica y literatura
Eran mis primeros pasos […]Imagínense: ¡publicado en los Anales del Museo
Guimet! Un libro que se puso muy pronto en tela de juicio. Y que, como yo mismo lo
proclamo, era muy sujeto a dudas.
A fines del siglo XIX, el balance de los estudios indoeuropeos era negativo:
cuanto más progresaban los estudios puramente linguïsticos, tanto más marcaban el
paso los que versaban sobre la civilización y su presunta religión.
3
febrero de 1919, gana las oposiciones a cátedra de Letras clásicas (Agrégation) en
diciembre, da clases en un liceo, y lo abandona para preparar su tesis doctoral.
Mi libro era muy torpe. No lo vuelvo nunca a leer y sin embargo no consigo
realmente deplorarlo ya que desde mi punto de vista, no era sino el primer barrote
vacilante de la acrobática escala que me ha conducido a la terraza en la que me
encuentro ahora. Reflexionando sobre las tonterías que has dicho -al menos en mi
caso- es como terminas por descubrir probabilidades.
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1. Le festin d'immortalité. Étude de mythologie comparée indo-européenne, Annales du Musée
Guimet, n 34, Paul Geuthner.
Este especialista de las novelas del rey Arturo, menos opuesto a los trabajos de
un mitólogo, le propone trasladarse a Turquía para ocupar la cátedra de Historia de las
religiones que Mustafá Kemal acaba de crear.
5
En 1931, consigue el puesto de lector de Francés de la universidad de Upsala, en
Suecia, lo que le permite proseguir sus estudios sobre la religión germánica antigua y
aprender a fondo una lengua nórdica.
5. Los osetas
Descubre así un texto según el cual los Nartes se dividen en tres familias,
diferenciándose en fuertes, ricos e inteligentes. Lo cual a nuestro sabio le recuerda algo
y en 1930 publica un artículo sobre « La préhistoire indo-iranienne des castes ». Pues
tanto en Irán como en la India, se conoce la división de la sociedad en tres categorías
(que son efectivamente castas en la India) que corresponden a la división oseta:
sacerdotes, guerreros y poseedores de rebaños.
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Los Bori(i)atæ eran ricos en ganado (fons), los Alægatæ eran fuertes en
inteligencia (zund), los Æxsærtægkatæ eran valientes (bœhatær) y fuertes por los
hombres (lœg).
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los guerreros; la tercera: la abundancia, tanto aquella producida por el trabajo agrícola
como la representada por la colectividad -habían sido decubiertas.
2. Revue de l'histoire des religions, CVIII, recogido en Idées Romaines, Gallimard, 1986.
7. Mitología germánica
Las tradiciones reveladas por antiguos textos islandeses, los Edda, forman uno
de los conjuntos principales de la tradición europea medieval. Desde su trabajo de 1924
sobre la bebida de inmortalidad1, Dumézil había estudiado algunos de los mitos de los
Edda, y mostrado, por su parentesco con los mitos griegos, romanos o indios, que si su
transcripción databa de la Edad Media, el material mítico era mucho más antiguo.
Un texto que atestigua los últimos tiempos del paganismo en Suecia señala que
en el templo de Upsala se adoraba a tres dioses: Thor, el más potente, Wotan, que dirige
las guerras y proporciona el coraje; Fricco, dotado de un pene enorme, y que procura a
los hombres la paz y la voluptuosidad. Esos mismos dioses se encuentran en la Saga de
Egil: se invoca a Odin (=Wotan) para que se enoje contra un rey que ha despojado a
Egil, Thor, para ahuyentarlo; y a Freyr (=Fricco) y a Njördhr para que odien a aquel que
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saquea los santuarios.Y todos los mitos confirman esas definiciones: Odin es el dios
soberano, dueño de la magia (como Varuna, su homólogo indio) y de la victoria. Thor
es el fuerte, armado de un martillo, Freyr, con su padre Njördhr y su hermana Freya, se
ocupa de la fecundidad. La tripartición funcional es en la misma medida germánica, y
los mitos germánicos de los Edda son verdaderamente antiquísimos.
Mythes et dieux des Germains1 [Los dioses de los germanos], sale a la luz en
1939. Es el año del principio de la Segunda Guerra mundial. Dumézil es movilizado; a
causa de su conocimiento del país y de la lengua, se le manda a Turquía, destino que lo
salva de integrar el millón y medio de prisioneros de guerra franceses de mayo y junio
de 1940. El armisticio permite su desmovilización y su regreso a Francia.
Pero el nuevo régimen lo priva de su cátedra de L' Ecole pratique des Hautes
Etudes por haber tomado parte en una logia masónica entre1936 y 1939, ya que el
régimen francés de Pétain quería eliminar a los masones, igual que a los judíos, de los
servicios estatales.
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Los años de la guerra le dejan pues tiempo para trabajar. Publica numerosos
libros entre 1939 y 1948 -en su mayoría en las ediciones Gallimard. Componen dos
series, Les mythes romains2 y Jupiter, Mars, Quirinus3*– cuyos títulos revelan la
importancia tomada de súbito por el material propiamente romano en el trabajo de
Dumézil, incluso si dichas obras son siempre, correlativamente, la ocasión de cotejar los
datos romanos con los datos escandinavos, célticos o iranianos.
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Y los paralelismos míticos, que el siglo XIX había buscado en vano, se
multiplican: los talismanes del rey Numa tienen sus equivalentes entre los Celtas, los
Escitas, en el antiguo Irán; lo que se cuenta del segundo rey etrusco, Servio Tulio, tiene
su paralelo en la India antigua, tanto en el motivo del censo como en el de la vaca de
abundancia; el héroe Horacio Cocles se dedica, con los ojos, o con el único que tiene, 2 a
las mismas muecas que el Irlandés Cuchulinn o el Escandinavo Egil…
Los textos religiosos más antiguos de Irán, reunidos en el siglo IV de nuestra era
en un conjunto, el Avesta, ponen ante todo en escena a un dios soberano, y único en los
primeros escritos, Ahura Mazdâ. Pero a ese dios se le añaden entidades mal definidas
como los seis Amecha Spenta, a veces llamados « arcángeles » en el mazdeismo.
Dumézil conocía la religión persa desde sus primero trabajos: una de esas entidades se
llamaba Ameretãt, que es equivalente de la amrtâ (amrita) india, la ambrosiâ griega – su
tesis de 1924 contenía un capítulo sobre el tema1. En 1945 descubre que los nombres,
los empleos y más tardíamente los elementos puestos en relación con esas seis
entidades, permiten ver que se reparten según las tres funciones: Vohu Maha, el « Buen
Pensamiento » corresponde a la vertiente Mitra de la soberanía, y Acha, el orden, a
Varuna, pues la palabra es idéntica al antiguo indio Rta, orden cósmico del que Varuna
es el garante; Xchathra, la « Potencia » es el equivalente del ksatriya, el « guerrero »
indio; Armaiti, el « Pensamiento piadoso » que es la Tierra y la Madre de los Iranianos;
Hurvatat, la « Integridad », y Amereât, la « no muerte ». Como en Roma, la primera
función está expresada en sus dos aspectos (Mitra-Varuna), y la tercera, por una
pluralidad de figuras.
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11. Fecundidad de la trifuncionalidad
En los mitos y las literaturas que vengo estudiando, lo que más me ha llamado
la atención es la increíble diversidad de las variantes -proliferación y mutilación,
transferencias e inversiones, descentramientos, ósmosis etc.- que se forman sobre lo
que yo simplifico al presentarlo como un esquema común.
En cuanto a las triadas divinas organizadas según las tres funciones, después de
Upsala y Roma, Dumézil las descubre también en Iguvio, entre los Umbros del centro
de Italia, y en Lanuvio, en el Lacio.
Los mitos, y a veces los cuentos, suelen poner en escena ciertas elecciones -el
troyano Paris tiene que elegir entre Hera, que le brinda la soberanía, Atena que le ofrece
la conquista y Afrodita que le promete la mujer más bella del mundo; el rey iraní
Feridûn hace que elijan sus tres hijos: Salm quería grandes riquezas, y obtiene el
imperio romano: Tôz quería el valor, y conquista el Turquestán, Erico, devoto de la ley
y de la religión, recibe en herencia Irán y la India…-, culpas –dioses, héroes (Indra,
Héracles, el danés Starcatherus), cometen faltas que se reparten entre las tres funciones-,
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plagas -según un texto gálico, el rey legendario Lludd al ver que su reino estaba afligido
de una raza de « sabios » que lo entendían todo, de dos dragones que combatían entre sí,
de un mago que robaba todos los alimentos, y del mismo modo, las inscripciones reales
del rey persa Darío piden a Ahura Mazdâ que impida que aparezcan el ejército, las
malas cosechas y la mentira.
Son los mismos « lugares geográficos » los que estoy estudiando, sólo que se
multiplican. Si usted quiere, uno empieza por tener una visión global y confusa. Y a
medida que se precisa tal o cual punto, ve que los que estaban a oscuras hasta ahora, se
iluminan. Y surgen otros problemas.
1. Ver ficha 9.
Las dos mitologías más imponentes del mundo indoeuropeo son, y con mucho,
la India y la antigua Grecia. Era normal que proporcionaran, a lo largo del siglo XIX,
los dos pilares de la comparación mitológica.
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Dumézil, al principio, no derogó a la regla: su primer libro compara la ambrosía
con la
amr tâ 1, otro, del mismo año, trata del mito de las Lemnianas 2, luego, el tercero
y el cuarto abordan sucesivamente la semejanza entre los Centauros griegos y los
Gandharva indios y los mitos griegos del dios de Cielo, Urano, a la luz de los mitos y
ritos indios acerca de Varuna 3.
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El cuarto volumen de la serie "Jupiter, Mars, Quirinus", en 1948, se dedica
ampliamente a presentar el descubrimiento de un colega sueco, Stig Wikander (1908-
1983): estudiando el Mahabarata, la epopeya india más importante, éste último observa
que los héroes de ese relato épico, llamados Pandavas, son los hijos de los dioses
védicos de los que Dumézil ha mostrado precisamente que expresan las tres funciones.
Fue sólo después de 1945 cuando mi pequeña bomba de 1938 produjo algún
ruido […] En Upsala, el indianista Stig Wikander, menor que yo de diez años, encontró
en mis análisis los datos comparativos que le permitieron explicar la estructura del
Mahabarata.
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14. Estructura: Mitra -Varuna
Se trata pues de una tipología que opone un primer aspecto Varuna, violento,
alejado de los hombres, a otro, Mitra, pacífico, próximo a los hombres, que Dumézil
descubre en otras culturas que las de la India, pero como ella de lengua indoeuropea.
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afinidades con la tercera función; en cuanto al sabino Numa, toma consejo de la ninfa
de un manantial.
Otra pareja, menos contrastada que la anterior, pero que, recurrente, forma en
adelante un conjunto estructurado, es la que constituyen un tuerto y un manco. Por lo
demás, la pareja se vincula con la anterior.
Según los Edda, Odin es tuerto -ha dado un ojo a cambio de la sabiduría-, y T'yr
es manco -después de poner la mano en las fauces de un lobo, y de haber jurado en
falso.
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En la India esas dolencias se encuentran en divinidas distintas de Mitra y
Varuna, pero como ellas, de la esfera de la soberanía: Bhaga, próximo a Mitra, es ciego
(es él quien reparte los bienes entre los hombres); Savitri, próximo a Varuna tiene las
manos de oro -lo que recuerda un mito irlandés en que el rey de los dioses, Nuadu,
pierde el brazo derecho que será sustituido por un brazo de plata, pero eso permite a los
dioses realizar un acuerdo con sus adversarios, mientras que su sucesor, Lug, se entrega
a una danza mágica sobre una pierna y con sólo un ojo abierto.
Una vez más, la comparación entre la India y Roma permite a Dumézil, durante
el fértil decenio 1940-1950, descubrir un conjunto teológico tan sistemático que de
nuevo conviene hablar de estructura.
Pero si Vesta, Agni, Atar están con más frecuencia en cola que en cabeza es
porque otra figura divina puede ocupar el primer puesto. Y dicha localización no se
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debe tampoco al azar. En la India es a menudo Vayú, el Viento, quien abre una
invocación. Se sospecha que ocurría lo mismo con Vata su homólogo del Irán antiguo.
En Roma, ningún dios del Viento desempeña ese papel, que en cambio hace de modo
específico un dios Ianus (Jano). Ianus no es un dios viento; pero lo propio del viento es
circular, y el nombre de Ianus se basa en una raíz que significa « ir ».
El Cáucaso del Norte y la maravillosa costa por la cual éste aborda el mar
Negro y se prolonga largamente hacia el Sur, es un conservatorio de pueblos y de
lenguas de los más interesantes que subsiste en la tierra.
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sutilezas-, que va a ser un valioso auxiliar del investigador, ayudándole a registrar todo
lo que se puede de una lengua que se encuentra en peligro de muerte.
Ese trabajo con los Ubik, como el que realiza con los Circasianos, da lugar a
numerosas publicaciones.
Mucho menos conocida es una serie de artículos (cuatro, entre 1954 y 1957) en
que, después de un viaje al Perú, durante el cual se había lógicamente interesado por la
lengua local, el quechua, Dumézil observó una curiosa semejanza entre los seis
primeros nombres de los números en aquella lengua y su equivalente en turco.
Planteando, a partir de esas aproximaciones, las ecuaciones consiguientes, llegó a
vislumbrar todo un vocabulario común al quechua y al turco. Hasta la fecha, aquella
investigación no ha tenido continuación.
[…] basta con apelar al testimonio de la India: los himnos del Rig-Veda no
describen los ritos, pero sí revelan claramente los mitos.
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1
Rituels indo-européens à Rome ** (1954) muestra cómo algunos viejos
rituales, mal comprendidos por los Romanos, y después de ellos por los especialistas de
Roma, encuentran su explicación en los Brâhmana. Así, en los Fordicidia, los Romanos
sacrificaban el 13 de abril, una vaca preñada. A lo cual la India védica ofrece un
paralelo con el sacrificioo de la « vaca de ocho patas » es decir igualmente preñada. Y
no sólo expone con un mayor lujo de detalles cómo se operaba el sacrificio de las vacas
preñadas, sino que explica por qué era necesario que las vacas lo estuvieran. Y es de la
misma forma como queda esclarecida la oposición, en Roma, entre el templo redondo
de Vesta y los templos cuadrados de los otros dioses –formas que son, en la India, las de
dos de los tres fuegos del sacrificio védico-, o que el ritual romano del october equus,
caballo sacrificado en octubre, es comparado con el ritual indio antiguo llamado
achvamedha, mucho mejor conocido por los textos.
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Dumézil se jubila en 1968. Su pensamento ha evolucionado mucho desde el
descubrimiento inicial de 1938. Si en aquel entonces tenía tendencia a pensar que un
reparto social de los papeles había podido ser el origen de la tripartición funcional, se da
cuenta de que ha sido un sistema del mundo que permitía a los indoeuropeos analizar y
clasificar el mundo. Por lo demás, muy crítico para con su propia obra, rechazando
incluso todos los trabajos mitológicos anteriores a 1938, volviendo a menudo sobre los
temas tratados, decide aprovechar su jubilación para poner las cosas en limpio, separar
lo bueno de lo malo, sacar las consecuencias de sus obras de los tres decenios atrás.
La cuarta parte, « Epica minora », vuelve sobre el tema de las tres plagas, en la
India, en Irán, etc., y de la elección, ya sea propuesta a tres personajes (los hijos de
Feridûn5, los hijos de Guillermo el Conquistador), ya triple, y propuesta a un solo
personaje (Paris, Drona en el Mahabarata).
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se entregan a la franca comparación mitológica para el mayor goce tanto del autor como
del lector. En uno de ellos Dumézil estudia a un héroe guerrero, sometido a un rey, pero
al que eventualmente mata, y a veces triple pecador (los Indios Sisupâla y Jarâsandha, el
Escandinavo Starkadhr, el Griego Heracles), un curioso brujo (llamado Kavi Usan en el
Shanameh, Kâvya Uchanas en el Mahabarata) haciendo de él un personaje de la
tradición común indo-iraniana, o también un personaje de rey culpable de orgullo,
salvado por sus hijos, particularmente por su hija (son los Indios Yayâti, Yima, Vasu
Uparicara, el Irlandés Edchaid Feidled; por otra parte los nombres de las hijas deYayâti,
Mâdhavî y del Irlandés Medb, son idénticos: significan « embriaguez »).
Menos « épico » aún, el otro tomo se interesa por un grupo mítico y ritual
constituido por las leyendas romanas (del dios Neptuno, con sus festejos, los
Neptunalia), irlandesa (del pozo ordálico de Nechtan), e indoiraniana (del dios llamado
Apâm Napât, de funcionalidad también ordálica en Irán). El « material romano »
compone lo esencial del volumen: la investigación de Dumézil que había corrido los
primeros tiempos de Roma, de la historia a la mitología, prorroga su estudio hasta el
pleno periodo histórico, mostrando cómo la organización de una biografía según las tres
funciones tanto como la influencia de una mitología solar, han podido informar, en la
analística romana, la imagen de personajes reales. Los hombres cuya comparación
mitológica aclara las vidas, Camilo, Coriolano, Publicola, han vivido entre el VI y el IV
siglo antes de J-C.
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Les Dieux souverains des Indo-Européens1 [Los dioses soberanos de los
indoeuropeos] es un libro de síntesis con el que Dumézil tenía empeño desde mucho
tiempo atrás, y que permite recapitular uno de los asuntos más rigurosos que podía
presentar: el estudio completo de la pareja Mitra-Varuna2 en las diferentes religiones
indoeuropeas. Deja al cuidado de las generaciones futuras efectuar las síntesis sobre la
segunda y tercera funciones menos logradas…
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El análisis es pues una anamnesis: aclara lo que sabemos de los Escitas -por el
libro IV de las Historias de Herodoto, más que nada, y por otros escritores antiguos, la
arqueología, el decorado de los búcaros -gracias a la inmensa literatura oral dee los
Osetes. Ahí sobre todo se verifica la calidad de esa tradición: trátese del dios de la
guerra, de la diosa « que da luz y calor », de la enfermedad de la mujer que según
Herodoto afectaba a los sacerdotes de Enaria y que afecta al Narte Xaemyc, en la
leyenda oseta, del tema de los hijos de ciego, de la nieve de plumas (o de guata), de los
datos acerca de los rituales funerarios, o sobre el caldero del soberano, ya no es la
herencia indoeuropea lo que está a menudo puesto de manifiesto, sino dentro de una
tradición cultural específica, la larga continuidad cultural que va desde los Escitas hasta
un pequeño pueblo del Cáucaso.
Es poco: Grecia sigue sin figurar en las grandes obras siguientes. Totalmente
ausente (salvo en lo de la elección de Paris y la historia de Heracles) de los tres tomos
de Mythe et épopée, no será objeto de ninguna monografía. Está siempre aparte.
Más que nada son los helenistas, Lucien Gerschel, Jean-Pierre Vernant, Francis
Vian, Atsuhiko Yoshida, Bernard Sergent, quienes descubren poco a poco, en el mito de
las razas sucesivas de Hesiodo, en las leyendas de Tebas, en las tradiciones de
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Esparta o en la Iliada, tratamientos trifuncionales. Estos últimos revelan, al
propio Dumézil en primer lugar, cómo la tripartición funcional ha tomado formas
originales que hay que saber discernir en una materia griega aun más compleja que las
formas de los himnos védicos o las secas descripciones romanas.
Por lo demás, en esto también, Dumézil dejaba grano que moler para otros
investigadores.
Francia se honra de tener otro muy gran mitólogo en la persona de Claude Lévi-
Strauss. Su obra es bien conocida: yendo de la filosofía a la sociología, se interesó por
las estructuras simbólicas, pasando luego, para observarlas, a la mitología. Los cuatro
tomos de sus Mythologiques (1964-1971) son una de las obras capitales del siglo XX.
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valores de un grupo humano dado (los Indoeuropeos), mientras que el antropólogo
Lévi-Strauss ha hecho obra filosófica al establecer reglas psíquicas comunes a toda la
humanidad.
Pues, más allá de su común interés por los mitos, más allá del estructuralismo,
en realidad mucho menos ambicioso en Dumézil que en Lévi-Strauss, existía la
convicción de la seriedad, del rigor, de la exhaustividad en la documentación, que
garantizaba el avance de la investigación -por muy diferentes que hayan sido los
resultados.
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Dumézil ha sido siempre muy reservado acerca de aquel compromiso político, y
hasta 1980 no fue nunca atacado en Francia. Claro que surgieron muchas polémicas,
incluso bastante agresivas, pero versaban sobre su obra. Sin embargo, a partir de 1980,
aparecen varios artículos firmados por Carlo Ginzburg, Alain Schnapp, Jean-Paul
Demoule… y a quien atacan es al hombre. Esos acusadores tardíos sostienen que
Dumézil hubiera descubierto las tres funciones indoeuropeas o redactado algunos de sus
libros -principalmente el de 1939 sobre la religión germánica, que pretenden
desaparecido de las bibliotecas francesas- bajo la influencia de ideas nazis. De hecho, la
fuente es italiana, y es el especialista de la antigüedad Arnaldo Momigliano 1, quien, el
primero de todos, en 1963, toma posición en contra de Dumézil. Sus alegaciones, como
las de sus secuaces, fueron refutadas por Didier Éribon en 1992 2.
Pero ¿por qué cuajaron aquellos ataques? ¿cómo pudo seducir a algunos
espíritus en Italia, Francia, Estados Unidos, la inanidad de las tesis de Momigliano? La
razón profunda es política. Después de la segunda guerra mundial y de los horrores
perpetrados por los nazis en nombre de los « ancestros » arianos, « indogermánicos »,
una gran capa de la opinión pública mundial, por supuesto ignorante de las cuestiones
de lingüistica y de gramática comparada, sospecha de todo autor que aborda el tema
indoeuropeo.
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A la inversa de lo que piensan algunos, se puede ser como Bréal (que era judío),
Meillet (próximo a los comunistas) y Dumézil, indoeuropeanista, sin ser nazi.
1
. Curioso individuo, el tal Momigliano, un fascista activo en los años 30, y que se hizo
demócrata a partir del momento en que Musolini tomó medidas en contra de los judíos -y que supone en
Dumézil la misma versatilidad que en sí mismo. La posición de Momigliano ha sido explicitada por
Marco García Quintela, Dumézil (1898-1986), Madrid, Ediciones del Orto, 1999.
2
. Didier Éribon, Faut-il brûler Dumézil? Mythologie, science et politique, Paris, Flammarion,
1992.
3
. Ver fichas 5 y 6.
29
reseña del último libro de Dumézil. Éste último recibe copia del artículo antes de su
publicación y a partir de septiembre se establece un intercambio de correspondencia
entre Bruce Lincoln, Daniel Dubuisson y Dumézill. En carta del 9 de octubre, Dumézil
pide a Dubuisson que trate de obtener del americano la modificación de ciertos pasajes.
Pero es demasiado tarde y Dumézil recibe el artículo ese mismo día.
Su capacidad de trabajo estaba intacta: poco antes había fundado con Georges
Charachidze la Revue des études gorgiennes et caucasiennes.
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Georges Dumézil no quería fundar escuela: pensaba que su investigación tenía
un alcance universal. Sus manes pueden estar tranquilos. No hay escuela dumeziliana,
pero sí una corrientes de múltiples caños.
No deseo que se saque un libro de texto de lo que he hecho: el libro de texto sólo
conserva los resultados olvidando el recorrido que los ha producido. Ahora bien, en
nuestros estudios, lo fecundo, lo que puede inspirar, aunque sólo sea en vocación, a
investigadores más jóvenes, es la historia del camino con sus aventuras […]
31
Cronología
1933 Obtiene gracias a Sylvain Lévi un puesto en L'École pratique des hautes
études en donde dicta « mitología comparada indoeuropea ». Hasta 1938 sigue las
clases de sinología de Marcel Granet y redacta artículos de política para el diario Le
Jour.
32
1952 A partir de esa fecha y hasta 1972, Georges Dumézil efectúa viajes a
Turquía y al Cáucaso para estudiar las lenguas caucasianas. Hasta 1968, descontando
dos libros de síntesis (Les Dieux des Indo-européens, 1952, y L'idéologie tripartite des
Indo-européens, 1958) publica un sinnúmero de artículos sobre puntos particulares de la
herencia trifuncional entre los diferentes pueblos indoeuropeos.
1979 Entre 1979 y 1986 salen a la luz numerosos libros, que son en gran parte
Esquemas de mitología (Esquisses mythologiques).
1986 Georges Dumézil funda con Georges Charachidzé la Revue des études
géorgiennes et caucasiennes. Muere en París el 11 de octubre.
33
Le Crime des Lemniennes, [Librairie Paul Geuthner, 1924] Macula, 1998.
34
Jupiter Mars Quirinus IV, explication de textes indiens et latins, PUF,
Bibliothèque de l’École des Hautes Études, Sciences Religieuses, n 52, 1948.
Le Livre des héros. Légendes sur les Nartes, traduit de l’ossète, avec une
introduction et des notes de Georges Dumézil, Gallimard/Unesco, 1989.
Mythe et épopée I, L’idéologie des trois fonctions dans les épopées des peuples
indo-européens, Gallimard, [1968] 1993.
«La Préhistoire des flamines majeurs», Revue de l’Histoire des Religions, 1938.
35
«La Préhistoire indo-iranienne des castes», Journal Asiatique, 1930.
Los prefacios y otros textos « teóricos » de Dumézil han sido reunidos por Hervé
Coutau-Bégarie bajo el título: Georges Dumézil, Mythes et dieux des Indo-Européens,
Flammarion, 1992.
Françoise Desbordes
36
«Le comparatisme de Georges Dumézil. Une Introduction», Georges Dumézil,
Cahiers pour un temps, Jacques Bonnet et Didier Pralon (sous la dir. de), Centre
Georges Pompidou -Pandora Éditions, 1981.
Didier Éribon
Huguette Fugier
C.Scott Littleton
John Scheid
Sergent, Bernard
37
Del mito a la novela: La saga de Hadingus (Saxo Gramático, I v-viii) y otros
ensayos por Georges Dumézil, [F.C.E. México, 1973], Madrid, F. C. E. de España,
1993.
Mito y epopeya, por Georges Dumézil; [traducción del francés de Eugenio Trías]
: Seix Barral, Barcelona, 1977
Mito y epopeya, por Georges Dumézil; traducción de Sergio René Madero Báez,
México, Fondo de Cultura económica, 1996.
Nostradamus, Sócrates, por Georges Dumézil, tr. Juan Almela, México, Fondo
de Cultura económica, 1989.
38
Bernard Sergent, La homosexualidad en la mitología griega; prefacio de
Georges Dumézil; [traducción, Alberto Clavería Ibañez], Barcelona: Alta Fulla, 1986.
39