Peces Del Mishky Mayu (Río Dulce)
Peces Del Mishky Mayu (Río Dulce)
Peces Del Mishky Mayu (Río Dulce)
ARTURO POLTI
E. ARTURO POLTI
INDICE
Prólogo ............................................................................. 3
Descripción del Río Dulce ................................................. 7
Peces del Río Dulce - Descripción General ........................ 9
Descripción Particular .................................................... 11
Lista de los peces del Río Dulce ...................................... 17
La Pesca en el Río Dulce - La Pesca de los Ribereños...... 19
La Pesca Industrial ......................................................... 22
La Pesca Deportiva en General ....................................... 24
La Pesca Deportiva en Particular .................................... 26
Cebos que se emplean .................................................... 31
Advertencias al Pescador Novel ....................................... 32
Predicción del Tiempo ..................................................... 33
Protección de la Fauna Autóctona - El Río Dulce ............ 34
Despoblación .................................................................. 34
Repoblación ................................................................... 36
Legislación ..................................................................... 37
Reglamentación de la Pesca ............................................ 37
Comisión Protectora de la Fauna .................................... 38
Bibliografía ..................................................................... 40
DESCRIPCION DEL RIO DULCE
Los numerosos arroyos que descienden de la ladera oriental de las
sierras del Aconquija, forman el río Salí, que al entrar en territorio de la
provincia de Santiago del Estero por el Noroeste, con el nombre de río
Hondo, se dirige hacia el Noreste por un cauce encajonado entre altas
barrancas de tosca hasta pasar las Termas de Río Hondo; desde donde,
con el nombre de río Dulce, cambia de dirección, y, formando un gran
arco hacia el naciente, corre por un amplio cauce entre barrancas hasta
la ciudad de Santiago del Estero. Desde aquí, con dirección Sudeste,
corre por un lecho más amplio aún, para bifurcarse luego en dos brazos:
el Occidental, conocido con el nombre de río de Loreto, actualmente
seco, pasa por la orilla Noreste de las Salinas Grandes, cuyas aguas
recoge, y, con el nombre de río Saladillo, a causa del sabor que adquieren
las aguas, dobla su curso en dirección al Este; el brazo oriental, a su
vez, corre en dirección Sudeste hasta juntarse con el río Saladillo, cuyas
aguas recibe, formando a su paso numerosos esteros, para entregar
finalmente sus aguas a la laguna de Mar Chiquita.
El río es encajonado en el curso superior; en el curso medio cambia
de una a otra barranca, de uno a otro año. Más adelante, a causa de la
poca pendiente cambia continuamente de cauce.
El lecho, en la primera parte de su curso es de tosca, si bien recubierta
de arena; en la parte media, la capa de arena es más profunda y el río
forma muchos arroyos que desparraman las aguas depositando el limo
en una gran extensión; acentuándose esta característica en los bañados
de aguas tranquilas y en las grandes lagunas de agua dulce y permanente,
como las de Yacu Misqui, Porongos, Los Patos y otras.
El caudal de las aguas es muy variable. Durante los años de abun-
dantes lluvias en la cuenca del río, en la región serrana de Tucumán, se
calcula 220 m3 por segundo como promedio anual y en los años de sequía,
no pasa de 100 m3 por segundo como promedio anual.
Es asimismo notable la diferencia de caudal en un mismo año,
respondiendo al régimen de las lluvias, más abundante en verano que
en invierno. Se puede calcular en 15 m3 por segundo en setiembre y 200
m3 por segundo en marzo, aproximadamente.
Se inician las crecidas con los deshielos de los primeros calores de
primavera. Las lluvias tempranas de setiembre aumentan el caudal y
las torrenciales de los meses de verano desde octubre hasta febrero, lo
transforman en una imponente masa de agua turbulenta y sostenida,
que se prolonga durante los meses lluviosos de marzo y abril.
En mayo y junio comienza el descenso hasta que en julio y agosto el
caudal de las aguas queda reducido a su expresión mínima.
EL curso superior del río mantiene un caudal continuo durante todo
año, mientras que en el curso inferior disminuye y hasta se agota en la
época de estiaje, debido a la evaporación, a la absorción por las arenas
profundas del lecho y a los aprovechamientos de las aguas para regadíos
por medio de los canales públicos y acequias particulares.
Las aguas son dulces en el curso superior y medio, pero en el curso
inferior, después de unirse con el brazo llamado Saladillo, las aguas son
simultáneamente dulces o saladas según predomine el caudal de uno u
otro río; resultando lo segundo cuando llueve mucho en las Salinas
Grandes.
Dos canales públicos derivan del río, aguas arriba de la ciudad de
Santiago del Estero: el canal San Martín por la margen derecha y el
canal de La Cuarteada por la margen izquierda, cuyas tomas distan
respectivamente, siete y diez y siete kilómetros. De la márgen derecha
deriva también el acueducto municipal que cruza por el centro de la
ciudad. Aguas abajo de las tomas da los canales públicos derivan
asimismo una cantidad de acequias particulares.
Actualmente está construido el gran Dique Nivelador de Los Quiroga
a veintitres kilómetros aguas arriba de Santiago del Estero, para alimentar
la red de canales del Sistema de la Cuarteada, mediante un canal maestro
revestido, con capacidad de cien metros cúbicos por segundo. Esta obra
ha sido construida por la Nación en virtud de la Ley nº 12.259.
PECES DEL RIO DULCE
DESCRIPCION GENERAL
No son muchas las especies de peces que pueblan las aguas del río
Dulce ni distintas de las que existen en los ríos de aguas dulces de otras
regiones del país; pero tienen diferencias específicas que son propias del
ambiente donde viven.
Las aguas son hondas y torrentosas en el curso superior y anegadizas
y lentas en el inferior; dulce y salada en el superior e inferior respectiva-
mente; turbia en verano y clara en invierno; de temperatura distinta
tanto en invierno como en verano en las dos partes de su curso. El lecho
es de arena en e1 curso superior y de barro en el inferior; las barrancas
son de tosca en la parte superior y de limo en la inferior.
Estas circunstancias y otras más como la alimentación, el régimen
de los vientos y las lluvias, la luz solar, etc., influyen particularmente en
la vida de los peces.
Algunos peces están orgánicamente dispuestos para vivir en la
superficie de las aguas, otros en el fondo, y otros más, en aguas medias.
Entre los de superficie se encuentra el dorado, entre los de fondo, el
soco, entre los de aguas medias la boga y el sábalo.
Los de cada uno de estos grupos tienen costumbres, forma e instintos
diferentes: el dorado es veloz y viajero, el soco es lento y sedentario; el
primero es de forma aplanada en los flancos, el segundo es aplanado en
el abdomen; el primero tiene la aleta caudal bifurcada en dos lóbulos
alargados, el segundo tiene la aleta caudal formada por un solo lóbulo
redondeado; el primero persigue hasta dar caza a la presa, el segundo
asecha.
En cuanto a los sentidos, los de la vista y oído son agudizados y
amplificados respectivamente, por el medio, pero estas facultades son
mayores en los de superficie; el tacto es más desarrollado aún en los de
fondo; es notable la sensibilidad del soco a los cambios atmosféricos y,
particularmente, a las tormentas eléctricas.
Las lluvias de primavera traen aparejadas las primeras crecidas del
río. Los peces, atraídos por los insectos que arrastran las aguas en las
espumas se dejan llevar por la corriente hasta los lugares de aguas
tranquilas en los bañados y lagunas del sud, donde efectúan los desoves.
Estas lagunas constituyen, por consiguiente, los grandes criaderos
naturales que pueblan periódicamente las aguas del río mediante
migraciones en masa, coincidiendo con las épocas de bajante del caudal,
en forma continua o discontinua, conforme a las alternativas del mismo.
Una gran parte de los peces, siguiendo el curso de las aguas, penetra en
los canales y acueductos particulares donde indefectiblemente se
extinguen.
Durante los meses de invierno, los peces remontan la corriente en
procura de aguas hondas para protegerse de las heladas y en los meses
de estiaje, emigran asimismo para protegerse de las altas temperaturas
con el mayor caudal, o en procura de alimento que falta en las lagunas
de su nacimiento.
La gran mayoría de los peces son carnívoros. Su alimento lo constituye
los peces pequeños, los batracios, los gusanos, los insectos, las langostas,
etc., que procuran en la superficie o en el fondo de las aguas, entre las
ramas o en las barrancas desmoronadas. Algunos son succionadores,
como el sábalo que se alimenta con el limo del fondo, constituido por
materia orgánica en descomposición.
Las causas por la cuales se extinguen los peces son en general las
siguientes: las pestes, el agotamiento de las aguas, la pesca sin control,
la contaminación de las aguas y la entrada de peces en los canales
públicos y acequias particulares. Las pestes son las que mayores estragos
ocasionan a causa del contagio que se transmite de unos a otros y de un
río a otro río, hasta en las regiones más apartadas del país, sirviendo de
vehículo las aves acuáticas migratorias. En períodos de varios años se
hace presente en la población ictícola una enfermedad a manera de cólera
que obliga a los peces a emigrar en grandes cardúmenes desde los
bañados aguas arriba. Primeramente, son los pequeños los que se ponen
en marcha seguidos por los de mayor tamaño y finalmente los más
grandes siguen a los anteriores en igual fuga, día y noche. La corriente
arrastra a los enfermos aletargados que, devorados por los sanos, también
se contagian, para depositar sus despojos en las playas y palizadas.
El aumento del área cultivada trae aparejado el aumento de los
regadíos por los canales públicos y acequias particulares, lo cual ocasiona
una disminución notable cuando no absoluta en el caudal del río, aguas
abajo de las respectivas tomas, privando a los peces del elemento
indispensable para la vida.
Los canales y acequias son desde luego una de las principales causas
de la disminución de los peces. Los que penetran en esos cauces
impulsados por la corriente de los eventuales aumentos de caudal, no
pueden retornar al río y mueren sin remedio en las hijuelas y en las
tierras regadas.
También es causa de disminución la contaminación de las aguas
producida por los productos de los desagües de los ingenios de azúcar
de Tucumán, que traen en suspenso melazas y cobre de las calderas, lo
cual da a las aguas una coloración verdosa y ocasiona la dispersión de
los peces.
Es asimismo causa de disminución la forma de pesca sin límite ni
control, tanto en tamaño como en la época oportuna y con instrumentos
adecuados, a fin de conservar un plantel suficiente para satisfacer la
necesidad cada vez mayor de la población próxima a la costa del río.
El dique en construcción de Los Quirogas será sin duda alguna otro
factor fundamental en la extinción de los peces, no obstante la escala
construida para el paso de los mismos aguas arriba.
Las heladas ocasionan gran mortandad cuando los peces emigran en
procura del mayor caudal y temperatura. En el mes de julio, los
cardúmenes, que durante el día permanecen refugiados en los parajes
hondos, marchan aguas arriba en las horas tranquilas de la noche, por
las partes más cortas donde la resistencia es menor, favorecidos por las
tormentas y en particular por el viento sud que impulsa los movimientos.
Como el agua, en partes, no alcanza a cubrirles el lomo, entumecidos de
frío quedan tendidos en las playas. Algunos peces son recogidos por los
ribereños, otros reaccionan con el sol; pero una inmensa mayoría muere
noche a noche. Algunos alcanzan lugar propicio de aguas hondas en el
curso superior del río.
Los atajos construidos de ramas, obstruyendo todo el cauce del río,
con el objeto de levantar agua por los canales y acequias, impiden el
libre curso de las aguas y los peces. Los que quedan en los remansos, o
son exterminados por los pescadores que lancean en banda, o mueren
en las aguas descompuestas.
Estas causas han traído como consecuencia la notable disminución
de la población acuática desde algunos años a esta parte, y si tales
condiciones se acentúan, es lamentable prever la desaparición de la
fauna ictícola del río Dulce.
Esto es lo que ha sucedido en los ríos Primero y Tercero después de
la construcción de los respectivos diques San Roque y Río Tercero, en
Córdoba; lo mismo que en el río Carcarañá después de la construcción
del dique, en Santa Fe, lo que motivó la ley nacional nº 11.709 del año
1933 sobre construcción de escalas de peces en los diques construidos
o que se construyan, y luego, la instalación en Rosario de una Estación
Hidrobiológica dependiente de la División de Piscicultura del Ministerio
de Agricultura de la Nación, para repoblar mediante siembras las aguas
de ese río; lo que también se hace en los lagos de los diques de Córdoba.
DESCRIPCION PARTICULAR
EL DORADO
EL SÁBALO
LA BOGA
EL SOCO
EL BAGRE
EL CALIBAGRE
LA MOJARRA
LA PALOMETA
LA CHANCHITA DE AGUA
RATA DE AGUA
EL ARMADO
EL CHUJ CHUJ
LA MADRECITA
VIEJA DE AGUA
..........................................................................................................
Orden: Cyprinodontis
Familia: Fitzroyidae.
Género: Fitzroya lineata (madrecita).
..........................................................................................................
Orden: Gymnonathi.
Familia: Gymnotidae.
Género: Eigennanis virescens - Ratona.
..........................................................................................................
Orden: Nematognathi.
Familia: Doradidae.
Género: Pterodoras granulosus - Armado.
Género: Trae hiycoristis - Calibagre (apretador).
Familia: Pimelodidae.
Género: Pimelidela gracilis - Bagre (mocolo).
Familia: Callischthydae
Género: Callichthys - Cascarudo (chuj-chuj).
Familia: Loricariidae.
Género: Loricaria - Vieja (huipo)
..........................................................................................................
Serie: Kurtiformes.
Orden: Chromides.
Familia: Cielidae.
Género: Cichlosoma facetum - Chanchita.
LA PESCA EN EL RIO DULCE
La pesca en el río Dulce es muy diferente de la que se practica en
otras aguas dulces del país. Los peces son los mismos pero el ambiente
es distinto. Las diferencias son tantas y de naturaleza tan diversa, que
las artes empleadas requieren métodos apropiados.
El agua clara o turbia, fría o caliente, correntosa o lenta, honda o
corta; las márgenes barrancosas o playas, con o sin vegetación; indican
que, dentro del mismo lecho hay marcadas diferencias. A ellas se agregan
las cambios atmosféricos: viento, frío, calor, sol, nublado, neblina, lluvia,
etc.
Se comprende pues, porque los métodos, aparejos y cebos sean propios
de estas aguas.
La pesca se practica de tan diversas maneras, que por sus fines pueden
agruparse con las denominaciones siguientes:
Los ribereños practican la pesca con espinel, con caña y con flecha.
El espinel consta de dos o más tiras de piolín de algodón grueso del
cual penden, de cincuenta en cincuenta centímetros, piolines delgados
de treinta a cuarenta centímetros de largo en el que va atado un anzuelo
de paleta con la punta retorcida de tamaño mediano, como del número
cinco o seis.
Se clavan en el lecho arenoso del río, de distancia en distancia como
de cinco metros, estacas de dos a tres centímetros de diámetro por un
metro de largo, cruzando la corriente en lugares aparentes, en los cuales
se suspende la línea principal, de modo que los anzuelos no lleguen al
fondo. En cada anzuelo se coloca una carnada de anguila, caracol, rana,
u otra sustancia dura, para evitar que las bogas y mojarras las arranquen
con facilidad.
Colocada la línea principal antes de anochecer, el pescador, dando la
espalda a la corriente, cuelga los anzuelos mediante un nudo de moño,
tal, que al tirar de la extremidad con una mano, se desprenda con
facilidad, no así si se tira desde el anzuelo. La línea se tiende en un lugar
próximo a una hondonada donde el agua no llegue a un metro. Los
peces, en particular el bagre, que de día se refugia en los hondos, salen
de noche para marchar por el corto, aguas arriba o abajo según que el
caudal disminuya o aumente, en procura de alimento.
El pescador recorre dos o tres veces el espinel para retirar los que
están prendidos o para reponer la carnada. El conoce desde la orilla si
se ha prendido un bagre o un dorado, pues el primero solo da tres
coletazos en el agua, mientras que el segundo hasta seis.
Para retirar la línea, a la mañana siguiente, procede primeramente a
sacar los peces que coloca en un «sichanfe» que consta de un piolín de
uno a dos metros de largo con un palito atravesado en un extremo y en
el otro, atado un palito con punta, el que se introduce por la agalla y se
saca por la boca. Luego, con la precaución siempre de dar la espalda a la
corriente, desprende el moño que sujeta el anzuelo, los que se juntan en
un haz, procediendo luego con la línea principal.
En la pesca con anzuelo se utiliza una caña hueca, liza, delgada y
derecha, como de cinco metros. La línea consta de un piolín delgado de
algodón común, de tres metros de largo, de uno de cuyos extremos pende
un anzuelo de paleta de tamaño mediano (N° 6) amarrado con hilo delgado,
y provisto de pesas de plomo fijas al piolín, repartidas cerca del anzuelo
para que éste caiga perpendicularmente hasta cerca del fondo. El piolín
se ata por su parte media a la extremidad delgada de la caña y la parte
que no lleva anzuelo, se arrolla y anuda sobre la caña para reforzarla.
Cuando la pesca se efectúa desde la barranca, el pescador sostiene
la caña con ambas manos o la coloca entre un gancho y una horqueta de
palo clavados en la tierra (pesca con peón); cuando se efectúa desde una
playa o dentro del agua, la línea será más corta.
Los ribereños pescan caminando a lo largo de una correntada con el
agua a veces hasta la cintura. De esta manera se evita las dificultades
que ofrecen los árboles, los matorrales, las barrancas, las palizadas y
ramas. Asimismo se evitan las molestias que ocasionan las bogas y
mojarras.
Como cebo se emplea: para encarnar el espinel, anguila, rana, boga y
sábalo frescos; para encarnar el anzuelo, mojarra y rana fresca, boga
«dañada», tripa, «chilla» (estómago de sábalo) «oliscada».
La flecha de pescar consta de tres partes: el clavo, el tarugo y la caña.
El clavo, llamado «alma», es de hierro de treinta y cinco centímetros de
largo y un centímetro de grueso. Una de las extremidades termina en
punta; la otra, en un doblez en ángulo recto, la que penetra en un agujero
del tarugo. Este se construye con un palo blando, cilíndrico, como de
tres centímetros de grueso por treinta y cinco centímetros de largo.
Una de las extremidades. aguzada, lleva un canal donde se coloca el
clavo, que se envuelve y ajusta con alambre fino; la otra se embute en la
parte más gruesa de la caña y se la ata con alambre fino. La caña es de
las comunes; recta, alisada, delgada, rígida y liviana, enderezada a fuego,
previamente untada con grasa y prensada después. El largo de la caña
depende del destino que se le dé: la de lancear en los remansos es de
cinco metros y la de correr el pescado en el corto, es de tres metros.
Para lancear el pescado se alínean diez a más pescadores a lo largo
de una hondonada con sus respectivas flechas, y, mientras lancean,
gritan, para mantener el pez en movimiento. Esta operación la realizan
por espacio de varias horas, recorriendo largas distancias. Las pescados
colocados en los «sichanfes» son fácilmente transportadas por dentro
del agua; mientras que las «alineados» (heridos en jornadas anteriores,
aún las que han cicatrizado), son desechados. A las parajes u lugares
apropiados para este modo de pescar se le da el nombre de almona.
La pesca con flecha la practican una a varias pescadores corriendo el
pez, con el agua más abajo de la rodilla, hasta alcanzarlo para clavarle
la flecha y si no la arrojan a distancia de cinco a seis metros, sobre la
marcha y a la carrera.
La pesca más importante es la que practican las ribereños de noche,
con mechón. Muchísimos pescadores, en grupas ocultos en la márgen
del río, ante una pequeña fogata, esperan la voz de mando que se
transmite mediante gritos, de un extremo a otro, hasta un kilómetro de
distancia; anunciando que el pez, (sábalo en su gran mayoría) está
marchando, la que se conoce por el ruido particular que produce y se
siente a gran distancia. Las pescadores, con las mechones encendidas,
corren para cerrar el retorno de los peces al hondo. El pescador alumbra
al pez con el mechón y luego la coloca en la espalda para proyectarle su
sombra. El pez, cegado par la luz queda inmóvil, en cuya circunstancia
es clavado, y el ayudante lo coloca en el “sichanfe”.
Esta operación que se repite en la noche en forma vertiginosa, ofrece
un espectáculo imponente cuando en las tinieblas de las noches frías de
invierno cien hombres se desplazan silenciosas sobre las aguas
enrojecidas por la luz de los mechones.
Los mechones se construyen de suncho a sunchillo con el que se
forma un haz de un metro de largo por veinte centímetros de diámetro
en la base, terminando en punta la otra extremidad, que es por donde se
prende fuego.
Los pescadas se faenan en la playa del río. Después de sacarles las
escamas, se los parte por el lomo para extraer las vísceras. Se practica
una incisión entre hueso y cuero cerca de la cola, por donde se introduce
una caña que facilita el trasporte. Salados, se las pone a secar al sol, en
una cuerda, y el «charqui» que así resulta, depositado en lugar ventilado,
constituye una provisión para largo tiempo.
Los ribereños tienen dos maneras de cocer los pescados para su
alimentación: asados y hervidos. Se preparan asados: el sábalo, el bagre,
el dorado, la boga y el chuj chuj, y hervido solamente el bagre.
El «pescado de asar por excelencia es el sábalo que se prepara de esta
manera: partido por el lomo, después de escamado y extraídas las víscera,
(teniendo cuidado de no mojar ni lavar por dentro) se lo adereza con
cebolla y sal, y algunas veces con ají del monte; luego se lo pone al fuego
sobre una parrilla, de un lado y después del otro.
Los demás pescados se preparan de la misma manera. El sábalo es
preferido porque se alimenta de vegetales únicamente; luego le sigue el
dorado porque es carne magra. El bagre es poco apetecido por contener
mucha grasa y la boga por la misma causa y además porque se alimenta
de carne descompuesta. El soco no se utiliza porque su carne es magra
y seca, como la del salmón.
El chuj chuj (cascarudo) se lo prepara de una manera más sencilla:
tal como sale del agua se lo introduce en el rescoldo con fuego encima.
Una vez asado se tira con ambas manos de la cabeza y de la cola. Esta
arrastra el cartucho que forma la piel endurecida y con él el pequeño
tuvo digestivo. Adherida a la cabeza queda la espina dorsal y la pulpa
sin espina, aderezada con sal es lo que se aprovecha.
El bagre se prepara después de extraídas las entrañas, en caldo y
«saneo». El caldo no lleva más condimento que sal y cebolla de verdeo
mientras que el saneo se obtiene agregando al caldo, zapallo hasta
espesar. El caldo de cabeza de bagre se utiliza para restablecer a los
convalecientes, los que son llevados cerca del río, para aprovechar el
pescado inmediatamente de sacado del agua.
El aceite de pescado se obtiene en pequeña escala de la grasa de los
mismos, la que se coloca en ollas a calentar al fuego. A medida que la
grasa se derrite se extrae el aceite, el cual se emplea como lubricante
para las máquinas.
LA PESCA INDUSTRIAL
EL DORADO
LA BOGA
EL SOCO
LA MOJARRA
EL TIEMPO
DESPOBLACION
REPOBLACIÓN
REGLAMENTACION DE LA PESCA
II