Rojas de Oquendo

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AÑO 4. Nº 1.

MARZO DE 1917

MATEO ROZAS DE OQUENDO


EL POETA MAS ANTIGUO DEL TUCUMÁN

Casi en los mismos días que D. Martín del Barco Centenera,.


tras de sus romancescas aventuras en el Nuevo Mundo, aportaba
a las playas nativas, en demanda de un Mecenas para la publi-
cación de la Argentina, otro vate, •español también, y guerrero
como Ercilla, de paso en la ciud~~~g\~~~rdoba, capital de la •
Nueva Andalrtcía, trasladábase a ultimos de abri:l del año del
Señor de 1593, a la escribanía pública de Juan Nieto, con un
legajo de papeles en la mano; y ante el notario referido y los
testigos del caso, ha11ándose presente el Justicia Mayor Gaspar
de Medina, declaraba "que haría tres años poco más o menos a
que comenzó a ocuparse en ,escrevir la descripción, conquista y
allanamiento de la Provincia de Tucumán, desde que en nombre
de Su Magestad entró a conquistarla e1 •capitán Diego de Roxas
hasta el govierno de Juan Rami~ez de V elasco, para servir a Su
Magestad con ella, haciendo !la r.elación .de las personas •que en
ella le an servido; la qual tiene acabada en trescientas hojas ·de
papel y dirigida al excedentísimo Condestable de Castilla; y por-
que está imposibilitado de ir a los rreinos de Castilila, a solicitar
la impresión del, dava ·e dió su poder cumplido tal qual en tal
ca~o ~e requiere, a Juan Ramirez ue Vdasco, governador destas
provincias, para que por él y ·en su nombre, representando su
propia persona, parezca ante Su Magestad y en su nombre se la
ofrezca, y pida y gane licencia para la impresión y parezca en
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el Tribunal ddl ,Santo Oficio, a cuya corrección la somete, a soli-


citar el ·examen della; y po11que en el tiempo que se a ocupado
en escrebilla a recibido del dicho Juan Ramirez de V elasco, mu-
chas buenas obras, ,las 1qua>les an sido y son de mas intere'Se del
que le pudiera da'r ila impresión de la dicha obra, ,libremente"
sin fuerza ni violencia ninguna, estando ausente el dicho Juan
Ramirez de V elasco de la raya de su jurisdicción ( I), en
presencia del dicho capitán Ga:spar de Medina y de los testigos
infrascriptos, hazía e hizo donación pura e inrrebocable del dichQl
libro .llamado Famatina . .. , en manos dd dicho Gaspar de Me-
dina, .su la part~ y nombre del dicho governador. Juró a Dios y
a la •eruz y a 1as palab\as (2) ,de los Sanfos ,quatro evangelios
que aora ni en üempo alguno no hará esclamación ni pedirá
a:bs·olución ni relaxación de este juramento, y si lo hiciere, incurra
en pena de perjum y de perdimiento de todos sus bienes para la
rreal Cámara, y dió este dicho poder y donación al dicho Juan
Ramirez de Velasco sin limitación a!lguna, para todos a,quellos
ca:sos y cosas tocantes a la impr,esión de dicho libro, y si fuer·e
su gusto, 'la pueda vender libremente a quien más le diese por
ella ... ; y ansi mismo para que pueda hacer dona:ción de su pro-
pio der,echo en 1los rreinos de Castilla o en éstos, a la persona¡
que más gusto le diere, con tal condición que el nombre de•f
dioho libro no se 1e pueda mudar ni entremeter en ella más de
veynte e dos cantQs que lleva escritos en trecientas hoxas, ni le
quite el nombre del autor, y haziéndose qualquiera cosa destas,
rreboca ,e anula este dkho poder e don,adón ... "
La escritura cuyo contenido más esencial acabo de transcri--
bir, y que irá reproducida más adelante, lleva al pie 1a firma del
otorgante, dueño de 1os manuscrito§ - MATEO Ro~AS DE
ÜQUENDO - y la suscriben, a su vez, Gaspar de Medina, teniente
Je guLerudUur Je CúrJuLa, unu Je lo;, perwnajes más notables

(1) De la jurisdicción de Córdoba, se entiende.


(2) Pabras, está en el original.
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de la conquista, como testigos, Miguel · de Ardiles (el Mozo) y


Juan de Mitre, y por último, en calida:d de escribano público y
de cabildo, Juan Nieto, los tres descubridores, conquistadores y
pobladores primitivos de dicha provincia.¡
El manuscrito, cuya existencia ignorada hasta hoy, acaba
de señalarnos, a través de las sombras del pasado, el instrumento
público citado, se nos presenta, de suyo, envuelto en las sombras
del misterio; no diré a manera de una momia cuya procedencia sea
preciso identificar, sino más bien como un fósil extraño, no clasi-
ficado aún, que a raíz misma de su hallazgo, impone una labor
reconstructora. De los datos que arroja el precioso documento,
relativos a la obrf .?,~.1,~t;;.?~f~~~;deducimos que el título de
11
ella debía de ser, \rri'as 'ó menos;·~ así: FAMATINA o Descripción,
Con.quista y Allan~miento de la 'Provincia de Tucumán desde la
1

entrada de Diego de Rojas hasta el gobierno de Juan Ramírez de


Velasco-¡-IJ~atheo Rozas de Oquendo. Año de MDIC!ll.
~~·"''··
'•''í" l J:!.,n'"virtlldJ de esta circunstancia, el manuscrito cuya memo- ,
k- • •• ,f!,' ' 1

ría acwbamos de exhumar, ofrece, desde luego, un rasgo de pon- '


derable semejanza con el libro de C~ntenera: simi'litud que se
acentúa aún más, por la analogía del asunto, a extremo de que
si, a ser posible~ ahondáramos en él, quizás arribadamos a la
conclusión de que el poema de MS~-teo Rozas !de Oquendo, a estilo
del de Barco de Centenera, no fué sino. "una mezda de histo.ria
y geografía americanas" ( 3).
Según se ha visto, el Famatina se componía de veintidós
cantos, una media docena menos que e!l poema· de1 arcediano,
todos los cuales se desarroUaban en trescientas fojas útiles. S.e-
guíase inmediatamente después de la portada, la Dedicatoria,
concebida tal vez, como todas las similares de la época, con las
melosidades y la entonación 11ena ddl ditirambo. Diríase que
d sabor épiro ne 1:os ·estrofas inci11io a su antor a elegir para

(3) Navarro Lamarca: "Notas biográficas y biblio~ráficas" a la edi-


-ción facsimilar de la Argentina. Buenos Aires, 1912.
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Mecenas a la más alta autoridad militar de su país. Del Barco


había consagrado su poema al marqués de Mora; Rozas de
Oquendo puso sus versos bajo los auspicios del Condestable de
Castilla.
Mas, ¿qué suerte correrían estos últimos? No lo sabemos.
Desde luego, nada ni nadie de que tengamos noticia, podría hoy
por hoy, autorizar en nuestro espíritu la duda sobre la llegada
efectiva de los pliegos, en que aquéllos se registraban, a manos
del poderdatario de su autor. El s.egundo período gubernativo
de Ramírez de Velasco en eS<ta provincia feneció a mediados
de r 593, fecha más o menos para la que tenía proyectado su
regreso a España, pero tuvo que diferirlo, para responder al
juicio de residencia que, de conformidad a las disposiciones
vigentes, le promoviera su sucesor: finalizado el cual y mien-
tras .daba la última mano a los preparativos de su viaje a
la península, víno1le el norpbramiento de gobernador interino clel
Río de la Plata, expedido en favor suyo por el virrey del Perú.
A·ceptada por V elasco esta designación, encaminóse en breve a
su nuevo destino. Por desgracia, su administración, sabia y pa-
ternal, como la que hiciera en la vecina provincia, duró muy
poco. Sorprendióle la muerte al año siguiente, en la ciudad de
Santa Fe. "En los at'chivos de las ciudades de aquella goberna-
ción - dice Jaimes Freyre - existen las ordenanzas que
dictó durante su breve período". Mas, en lo que atañe al
paradero de los originales que fueran confiados al extinto, el
historiógrafo citado guarda silencio. ¡Oh, si se encontrase el jui-
cio sucesorio y los inventarios de Juan Ramírez de Velas·co!. ..
¡Oh, si mañana alguno de nuestros rebus<;adores de pape'les, pro-
visto, no diré del intus légere :de los antiguos filósofos, sino de
una partícula de radium, traducida en .experiencia, inteligencia,
tenacid<11d, abnegación y patriotismo, penetrase en algunos de los
departamentos de nuestro aroh1vo n<licional, d~mde, a despecho de
su dirección actual, aventajadísima bajo todos respetos, yacen
en confusa mezcla, a manera de pirámides amorfas, un sinnú-
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mero de legajos, de expedientes y actuaciones de todo género,


a igual ·que de datas y materias distintas, y revolviendo pacien-
temente, metódicamente, esos pele-meles documentales, diese con
los manuscritos de1 poema de Oquendo ! Ese tal, con sólo este
hecho, habría pr.estado a las letras argentinas, y sobre todo a;
nuestra historia, un servicio inapreciable y proporcioná!dose a sí
propio esos goces sabrosísimos, inconfundibles e indefinibles, del
descubridor.
Pero también' pudieron cruzar, tal vez, esos p:1iegos, llevados
por manos extrañas, el océano, para ir a engrosar más tarde,
tras de una serie de vicisitudes, los tesoros documentales del
Archivo de Indias o del de Simanéas, desde cuyos anaqueles
aguardarán hasta hoy, como otrora ·el paralítico de Síloe, al
.hontinem que vaya a remover esas piezas y librarlos de la oscuri-
dad y del olvido.
Pero a esta nota de luz y de esperanza, podría asociarse
todavía, muy a pesar nuestro, la de timbre pesimista. Acaso los
originales del Famatina fueron blanco de algún desmán icono-
clasta, parecido al que entregó a las llamas los manuscritos del
primer historia¿or del Tucumán ( 4) ~Que siempre en l¡:ts filas
de la inconsciencia o de la maldad ha tenido imitadores Eros-
··~, /'~ ' 1 ,•• ,·· '
tratO ! ':'\¡ AA '•"' '\' r, \

Et'Vsilencio unánime de nuestros historiadores y cronistas


respecto a Rozas de Oquendo y el no menos deplorable que
guardan acerca ;del mismo los arohivos públicos de la vieja pro-
vincia del Tucumán, con excepción del de Córdoba, nos autorizan
hasta cierto grado, para pensar que el autor del Famaf'ina debió
de venir junto con Ramirez de V elasco a este país. Radicóse en
Santiago y tuvo a su cargo, en calidad de encomendero, a los

( 4) Me refiero al Dr. D. Cosme del Campo, también arcediano, cuya


íHografíl!., Junto con la relación de aquel hecho deplorable, he publicado
en la primera entrega de la "Revista de la Universidad Nacional de
'Córdoba", agosto de 1914; desde la pág. 33 a la 40.
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e e
indios de los pueblos de amiquín y anchanga, de aquella juris-
dicción. A!sistió en compañía del mismo gobernador a las jorna-
das de los valles de Calchaquí y de los Y acampis, en el último de
los ·cuales echó Ramírez (el 20 de mayo de r 59 r) los cimientos
de la ciudad de la Rioja, habiendo sido uno de los fundadores
nuestro héroe, que en carácter de tal suscribió d acta correspon-
diente, cabiéndole además el honor de figurar en~.S,Jl:•.¡j!)li!Íl3!l&ri"ª}'.tm:;;,.~
t~ con el cargo de contador de la real hacienda ( 5) . Su
firma es una de las .que aparecen estampadas al pie del poder
otorgado e'l 21 de junio de aquel año, por los vecinos de la ciudad
·de Velasco, en favor de Alvaro Abreu de Figueroa, teniente gene-
ral a guerra que fuera del Tucumán, para presentarse ante el
rey a darle cuenta de la nueva fundación y conquista y pedir
mercedes, conforme a la instrucción que le acompañan ( 6) .
Dos años más tarde encontramos a nuestro poeta-guerrero
en Córdoba, extendiendo (a r8 de abril de r 593) ante el escri-
bano Juan Nieto, además de una escritura por la que vende a Bar-
tolomé N aharro "ciento e ochenta hanegas de comida de maiz
·e trigo ... , y todo el algodón que se obiere recoxido .e recoxiese
en dicho año, y toda la myel y cera.. . . y tQdas las demás cosas
que obiere rrentado y caydo en el pueblo de Canchanga y Cami-

(5) Como de tal fundador de la ciudad de Todos Santos de la Nueva


Rioja y tesorero de Su Majestad, hacen mención de Ro!a;s de Oquendo,
Martín de Moussy: 0\\lscr.iption de la Confeder. Arg., III, 409; Zinny:
Hist. de los Gob., III, 358; la Revista de Buenos Aires, VII, p. 530 y sig,,
y Marcelino Reyes: Bosquejo histórico de la Prov. de la Rioja, desde la
pág. 11 adelant~. Eso sí, que el nombre de nuestro poeta aparece desfigu-
rado en algunos de los libros citados: Moussy lo ·da por Marco de Rojas de
.Qgüendo; Zinny y Reyes por Mateo Rojas de Oquendo; y en fin, la
1
Revista de B. A. lo trae igual que de Mous!JY, P,ero a~!\dJendo la s a Marco,! }
del último. En los manuscritos de mip'eferencra¡está Matheo Rosas de
·Dquendo. ''" l'
(6) Arch. de Trib., Córdoba, leg. 40.
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quín, de su encomienda" ( 7), - otra, la memorable "de Poder y


donación" en pro de Ramírez de Vdasco, a la luz de la cual
hemos podido descubrir en las lejanías de lo pretérito, las páginas
. del Famatina, pero sólo momentáneamente, rápidamente, a través
de velos y de brumas, como el vólumen volans de la visión del
Profeta.
Según este manusnito, valioso e interesante, no pode-
mos ya reivindicar en favor de D. Luis José de Tejeda
- cronológicamente hablando - el cetro de la primacía en la
historia literaria de la vieja gobernación que regéntaron los
Cabrera y los V elasco. Pero, como esta prelación no ultrapasa
de hecho las fronteras de la virtualidad, ya que desgraciada¡..
mente podemos dar por descontada 1a pérdida del Famatina, queda
no más, inconmovible e indemne, sobr-e sp glorioso pedestal, el
autor de las Coronas. 1
Hay adeniás otra razón, que sólo en secreto me . art:revo a
formularla a los oídos del lector: Luis de Tejeda fué un "criollo":
noster est!
El vate de Cótidoha continúa siendo, pues, con sobradísimo
d€recho, el primer poeta del Tucumán ( 8).
e:~ '
PABLO CABRERA.
Pbro.
Marzo de 1917.

(7) Arch. cit., protoc. de Juan Nietp, correspondiente a la mencio-


nada fecha, fol. 382.
(8) He aquí el texto de la escritura referida:
En la ciudad de Cordoba a diez -y siete dias del mes de Abril de myll e
quinientos e noventa e tres años, ante el capn. Gaspar de ·Medina Ten-gente de Govor.
e Justa. Ma-yor desta dh.a ciudad y ante mi el. presentn scribo. -y ts. pareció presente
Mateo Ro<;:as de Oquendo ve~o. de la ciudad de Santiago del Estero :9' d~xo que él
abrá tres años poco mas o menos, que cenenc;:ó a ocuparse en escrevir la descripción,
conquista y allanamiento de la· Prova. de Tucumán desde que en nombre de su Magd.
entró a conquistarla el Capn. Diego de Roxas hasta el govierno de Juan rramirez de
Velasco, para servir a su Magd. con ella, haziendo la relación de las pérsonas que en
ella le an servido;-la qua! tiene acabada en trec;:ientas hojas de papel 'Y dirijjda al ex-
<;:elentisimo Condestable de Castilla, -y por que está imposibilitado al presente de yr. a
e
los rre:vnos de Castilla, a solicitar la -ympresion del dava dio su poder cumplido tal
qua! en tal c~so se rrequiere a Juan rramírez de Velasco, govor. destas pravas. para
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que por él y en su nombre rrepresentando su propia persona, parezca ante su Magd. y


en su nombre se la ofrezca Y pida y gane licencia para la ympresion Y parezca en
el Tribunal del Santo Oficio a cuya correc;ion la somete. a solicitar el esamen della
y por que en el tiempo que se a ocupado en escrebilla a rrecibido del dho Juan tra-
mirez de Velasco, muchas buenas obras las quales an sido y son de mas ynterese del
que le. pudiera dar la ympresión de la dha obra, libremente sin fuerc;a ni violencia nin-
guna, estando ausente el .dho Juan rramírez de Velasco, de la raya de su juridic;ion
donde IÍbremente pudiera hazer otra cosa, en presencia del dho Capn. Gaspar de Me·
dina y de los testigos yflfraescriptos hazia e hizo donac;io'ñ pura e ynrrebocable del
dho libro llamado Famatina, de Mateo Roc;as de Oquendo y en manos del dho Capn.
Gaspar de Medina de la parte y nombre del dho govor. juro a Dios y a la cruz
y a las palabras de los Santos quatro evangelios que aora ni en tiempo alguno no ha·
rá esclamación ni pedirá absoluc;ion ni rrelaxación deste juramento y si lo hiziere in·
curra en pena de perjuro y de perdimiento de todos sus bienes, para la rreal Cámara,
y generalmente dio este cho poder y donac;ion al dho Juan rramirez de Velasco sin
limitac;ion al,guna para todos aquellos casos y cosas tocantes a la ympresión del dho
libro y si fuere su gusto la pueda vender libremente a quien mas le diere por ella Y
rrenuncio todas e qualesquier leyes que hayan en su fabor y la que dize que la gene-
ral rrenunc;iac;ion d¡e leyes fecha non vala y lo rrelebo en forma y el mysmo poder
otorga a sus sustitutos uno o dos o los que fuese su b61tintad y ansimysmo le da po-
der para que pueda hazer donac;ión de su propio derecho en los rreynos de Castilla o
en estos a la persona que mas gusto le diere. con tal condicion que el nombre del dho
libro no se le pueda mudar ni entremeter en elló mas de. veynte e dos cantos que lle·
ba escritps en trecientas hoxas ni se le quite el nombre del autor y haziéndose qual-
quiera cosa destas, rreboca e anula este dho poder e donac;ion antes de jurarla; Y pa-
ra el saneamiento deste dho poder e donac;ion, obligo su persona e bienes avidos e
por aver y otorgo esta escritura en forma qua! parec;erá firmada del dho Capn. Gas-
par de Medina y del dho otorgante al cual doy fee que conozco yo el pre\lente scribo, ·
siendo presentes por testigos Myguel de Ardites y Juan de Mitre vznos. desta dha
ciudad y Diego Tristan rresideC~te en ella-En cuya presencia de los d:hos testigos Y
Capn. se celebró el dho juramento.-Gaspar de Medina---'Matheo Rosas de Oquendo
-Ante mi-Jhuan Nyeto-escribo. puco. e de Cabdo.-(Protoc.' de 1595-94-fol. 581.) )\

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