Los Mexicas

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Introducción

En el año 1978, trabajadores de la compañía de Luz y Fuerza del Centro


encontraron cerca de la catedral de la Ciudad de México un monolito gigantesco
que Eduardo Matos Moctezuma, del Instituto Nacional de Antropología e Historia
(INAH), identificó como Coyolxauhqui. Este importante hallazgo arqueológico inició
un proceso de rescate del Templo Mayor, que se creía perdido desde tiempos
virreinales. A partir de entonces y gracias a estudios sistemáticos se han hecho
grandes avances en el conocimiento y comprensión del pasado mexica.

La mexica fue a la llegada de los españoles la cultura dominante


del posclásico mesoamericano (900-1521 d.C.). Los mexicas controlaban desde la
ciudad de México-Tenochtitlán a los pueblos del centro de Mesoamérica.
Construyeron una sociedad imperialista con rasgos políticos, económicos, sociales
y culturales que, en ciertos aspectos y a pesar de la conquista española, han
perdurado durante la etapa colonial y el México contemporáneo en forma de
palabras, ideas, símbolos, costumbres, tradiciones y también características
étnicas. La trascendencia de la cultura mexica nos obliga a conocer a profundidad
varios aspectos de su organización cultural.

Asimismo, estudiaremos
los siguientes aspectos:
Origen de los mexicas

Señal que reciben los mexicas para fundar su capital. Conjunto escultórico en el Centro de la Ciudad de México.

Mito e Historia

Hasta el día de hoy el origen étnico de los mexicas sigue siendo un tan incierto.
De acuerdo con la historia y mitología mexica, éstos emigraron de un lugar
llamado Aztlán “lugar de blancura” o “lugar de las garzas” y de la mítica cueva
Chicomóztoc “el lugar de las siete cuevas” y peregrinaron al Valle de México entre
los siglos XII y XIII.
Las fuentes históricas (el códice Xólotl, la Tira de Peregrinación y la Historia
Chichimeca de Fernando Ixtlixóchitl) describen a los mexicas como un grupo de
cazadores-recolectores de vida nómada, como primitivo y belicoso que gracias a
su contacto y mestizaje con pueblos sedentarios o toltecas se convirtió
paulatinamente en un pueblo culto con tradiciones civilizadas.

Cuadro cronológico del origen de los mexicas

 1111 - Salida del mítico Aztlán

 1220 - Llegada al Valle de México

 1279 - Los mexicas se instalan en Chapultepec

 1299 - Los mexicas son expulsados de Chapultepec

 1323 - Los mexicas son expulsados de Culhuacán


 1325 - Los mexicas se instalan en la isla de México-
Tenochtitlán

 1338 - Fundación de México-Tlatelolco


Los primeros años de los mexicas en el Valle de México no fueron fáciles. La
región estuvo bajo el dominio de los tepanecas de Azcapotzalco en el noroeste,
los acolhuas de Texcoco en el lado este y los colhuas de Culhuacán en la costa
sur, pueblos que gozaban de la supremacía política en la cuenca. Los mexicas
debían rendir tributo a los señores de las regiones y para lograr su ascenso
político establecieron vínculos con ellos. Al inicio actuaban como guerreros
mercenarios empleados por una de las facciones rivales del valle. Posteriormente,
a través de matrimonios formaron alianzas con Culhuacán y Azcapotzalco. Tras
años de errar logran establecer en 1325 su capital de México-Tenochtitlán.

Mexicas, Aztecas, Tenochcas o Nahuas

Generalmente se utilizan diferentes gentilicios para hacer referencia al pueblo


mexica. Mexica se deriva de uno de los nombres (Mexi) de su dios protector
Huitzilopochtli. Según el Códice Aubin los mexitin, un grupo de macehuales,
súbditos de los aztecas de Chicomóztoc, guiados por el sacerdote Huitzitl
(Huiztilipochtli) y su dios protector Tetzauhteótl (Tezcatlipoca) emigraron de su
tierra madre y decidieron cambiar su nombre a “mexicas”. Fue el gentilicio que
este pueblo utilizó para nombrarse a sí mismo y durante toda la época colonial fue
el nombre que utilizaron los cronistas indígenas y españoles para hacer referencia
a este pueblo. Así que parece no haber ninguna razón de peso para seguir
llamándoles aztecas.

En el mundo anglosajón el más común es Aztec o en castellano Azteca. Este


nombre significa “habitante de Aztlán” y hace referencia al origen histórico-
mitológico de los mexicas y otros pueblos como los chalcas y los huastecos, entre
otros. Según el historiador Miguel León Portilla fue a partir del siglo XIX que se
empezó a utilizar comúnmente y señala que “una posible explicación de por qué la
palabra azteca se impuso a la de mexica o mexicano se halla quizás en el hecho
que, aún poco antes de consumarse la independencia de México, se quiso
distinguir el nombre de los habitantes de todo el país, conocidos como mexicanos
y el del antiguo pueblo que había fundado la ciudad de México…” Y sobre todo
durante el siglo XX empezó a popularizarse el nombre para hacer referencia a
nuestro país y sus habitantes (Banco Azteca, El equipo azteca, el boxeador
azteca, etc.).

Tenochca Este gentilicio hace referencia a los mexicas que, guiados por su


entonces líder Tenoch, fundaron en el año 1 Pedernal (1325) en el lago de
Texcoco la ciudad de Tenoch-titlán. “Tenochca” significa habitante de Tenochtitlan.
Nahua nombre que hace referencia a los pueblos que hablan el idioma náhuatl y
hace referencia a diferentes grupos étnicos que comparten una herencia cultural
en común, provenientes de la Gran Chichimeca (la región de los cazadores-
recolectores que correspondía con Aridoamérica). Los mexicas son uno de los
diversos pueblos que hablan esta lengua.
México-Tenochtitlán
Durante sus primeras décadas de
presencia en el Valle de México, los
mexicas no tuvieron un asentamiento
fijo por su condición de extranjeros y
por conflictos internos. La leyenda cuenta que
los mexicas sacrificaron a la hija de un señor
de Culhuacán y esto provocó su exilio en unas
pequeñas islas situadas en una región
pantanosa del lago Texcoco. En 1325
fundarían Tenochtitlán (“lugar donde
abundan los nopales o tunas sobre piedra”) en
un lugar donde –según la leyenda- su dios
Huitzilopochtli, transformado en águila, les
revelaría el fin de su migración.

Diseño urbano

Al igual que Teotihuacán, la ciudad de México-Tenochtitlán había sido


cuidadosamente planeada y construida de acuerdo con principios políticos,
religiosos, militares y funcionales. Tenochtitlán cubría un área de más de 7 km 2 (se
estima hasta 12 km2) y tenía en su apogeo alrededor de 150 mil habitantes.

El centro ceremonial estaba dominado por el Templo Mayor, una pirámide con dos
templos gemelos dedicados a los dioses Tláloc y Huitzilopochtli y que, para los
mexicas, representaba el Coatépetl, la montaña sagrada, que almacenaba la
lluvia, los rayos y las semillas multiplicadoras de la vida. El templo era considerado
el centro del universo, la morada de los dioses y el lugar por excelencia en que los
hombres podían descender a los nueve niveles del inframundo o ascender a los
13 niveles de los cielos.

La construcción del Templo Mayor se


realizó en siete etapas, (una nueva
etapa cubría la anterior y así
sucesivamente), esta información
se obtiene de las investigaciones
realizadas en las excavaciones de
1978- 1981, para la séptima etapa en su
esplendor (así es como los españoles
encuentran la ciudad), su
extensión es de 6 mil 400 metros cuadrados
y el templo mayor es de 45 metros de
altura (casi a la altura de la biblioteca
central de C.U).
El recinto sagrado, con sus abundantes palacios, encarnaba al mismo tiempo el
creciente poder político y económico de los mexicas. También contaban con
escuelas, recintos para los sacerdotes y los guerreros, dos tlachtli (campo para el
juego de la pelota) y otras estructuras religiosas como el templo de Ehécatl-
Quetzalcóatl, el dios del viento. Fray Bernardino de Sahagún relata la presencia de
78 edificios dentro de la gran plaza principal de Tenochtitlan. Hasta el momento
(2012) gracias a las excavaciones realizadas se han podido encontrar 36
estructuras.

La ciudad de Tenochtitlán se dividía en


cuatro barrios o tlaxilacaltin –Moyotlan,
Cuepopan, Atzacoalco y Teopan-
principales, separados por calzadas que
corrían en dirección de los cuatro
puntos cardinales. Con la conquista de
Tlatelolco en 1473, esta ciudad se
convirtió en un quinto barrio. Cada
barrio estaba dividido por calpullis que
tenían sus propios dioses, templos,
líderes y funcionarios. Las familias se
establecieron en predios, con las
habitaciones agrupadas alrededor de un
patio y con dos puertas: una que daba
la calle y otra que daba a las
chinampas. En estos barrios las casas
de dos pisos, propiedad de nobles y
ricos mercaderes eran bastante
comunes.
Los encargados de los calpulli se dedicaban a la limpieza de la ciudad: en algunas
calles había braseros para incinerar basura y para los habitantes existía un
sistema de letrinas, “colocadas en puentes sobre los canales, de manera que el
excremento se iba acumulando en canoas que posteriormente lo trasladaban a
zonas específicas para procesarlo y venderlo como abono agrícola y como
ingrediente para el curtido de pieles.” (Florescano E. y Eissa F. (2009). Atlas
histórico de México. 67.).
Las calles de Tenochtitlan eran de tierra o canales y era posible llegar hasta el
recinto sagrado en canoa. La isla se conectaba con las riberas a través de tres
calzadas: la de Iztapalapa (actualmente calzada de Tlalpan y av. San Antonio
Abad), la de Tlacopan (actualmente calzada de México-Tacuba), y la de
Tepeyácac (actualmente Calzada de los Misterios). El tráfico y los embarcaderos
estaban rigurosamente ordenados. Las principales avenidas de acceso contaban
con puentes levadizos para dejar pasar a las canoas.
Gracias a la técnica chinampera la ciudad fue creciendo, pero al ser una isla
siempre lidiaba con graves inundaciones (1382, 1385, 1450 y 1499). El sistema
hidráulico de Tenochtitlan, la capital del imperio mexica, se componía de cinco
lagos: Xochimilco, Chalco, Texcoco, Xaltocan y Zumpango que abarcaban 2 mil
kilómetros cuadrados. La separación entre los mismos era en parte natural, pues
el agua de los manantiales de Xochimilco y Chalco difería del agua salada de
Texcoco, Xaltocan y Zumpango. A mediados del siglo XV los mexicas y
texcocanos construyeron la calzada-dique que uniría la ciudad con las chinampas
de Xochimilco. En esta época se delimitan también zonas reservadas a la pesca
de uso exclusivo de los tenochcas.
El agua de los lagos no era potable por su alto grado de salinidad o por su mal
sabor debido a las plantas y los animales. Para el abastecimiento de agua se
construyeron acueductos, como el de Chapultepec y se traían envases de agua
potable desde las riberas del lago, así como se hacía con otros alimentos.
Imperio mexica
Una vez establecido en Tenochtitlán los mexicas mostraron tenacidad y se
mantuvieron unidos, sirviendo a los pueblos de Culhuacán y Azcapotzalco
principalmente. En 1375 los mexicas consiguieron tener su
primer tlatoani reconocido por los demás ciudades-estado del Valle: Acamapichtli
(1375-1395), reconocido guerrero e hijo de un mexica y una princesa de
Culhuacán. Él y su hijo Huitzilíhuitl, quien se había casado con una hija del
poderoso señor Tezozómoc de Azcapotzalco participaron junto a los tepanecas en
las conquista de Mixquic, Xochimilco, Cuitláhuac y Cuauhnáhuac (Cuernavaca).

Su vinculación dinástica y la experiencia militar como mercenarios les resultaron


muy útiles a largo plazo. Estaban familiarizados con las tácticas de los capitanes
de guerra de los alrededores y recurrieron a esta ventaja para vencer a los
tepanecas de Azcapotzalco en alianza con los texcocanos de Nezahualcóyotl y los
tlapanecas de Totoquihuaztli (un grupo disidente de tepanacas) de Tlacopan
(Tacuba) en 1428. La derrota de Azcapotzalco fue consecuencia directa de una
serie de guerras por la sucesión de Tezózomoc de Azcapotzalco quien había
muerto en 1426. En este mismo año Chimalpopoca, el tlatoani mexica con sangre
tepaneca (nieto de Tezozómoc) fue asesinado y fue sucedido por Itzcóatl
(serpiente armada de pedernales), hijo ilegítimo de Acamapichtli.

Las ciudades-estado vencedoras formaron la Triple Alianza y a partir de entonces


esta unión de ciudades-estado o altépetl (cerro del agua) extendió su dominio
sobre la cuenca de México y sobre gran parte del centro geográfico del México
actual hasta la llegada de los españoles 91 años después.

Triple Alianza, Códice Osuna.


Según el historiador Pablo Escalante Gonzalbo la Triple Alianza “era una
necesidad; ningún reino del valle de México hubiera podido administrar solo el
complejo sistema de rutas y plazas de mercado, provincias tributarias y redes de
compromisos entre linajes nobles. Y no era nada más un asunto de capacidad
administrativa; era preciso respetar la autoridad tradicional de los reinos sobre
ciertas poblaciones y grupos étnicos. Esto nos ayuda a entender por qué los
mexicas y los texcocanos, que acababan de derrotar en la guerra a los tepanecas
de Azcapotzalco, invitaron a Tlacopan, reino tepaneca también, a incorporarse en
la alianza: había que contar con el ascendiente que los tepanecas tenían sobre los
pueblos del occidente del valle y de la zona de Toluca, en particular los
matlatzincas; además, la plaza de mercado de Azcapotzalco desempeñaba un
papel crucial en la economía del valle. Tlacopan obtenía sólo una quinta parte de
la tributación de los señoríos subalternos y tenía poco peso en la alianza, mientras
que Texcoco tenía una relación bastante simétrica con Tenochtitlán, excepto a la
hora de hacer la guerra: no hay duda de que los mexicas eran los líderes militares
de la alianza.” (En Nueva Historia Mínima de México Ilustrada. 94-95).

Batalla de los mexicas contra los de Cuitláhuac, Códice Duran.

Una vez consolidada la Triple Alianza en 1428 inició la expansión territorial del
imperio mexica. En su primera fase abarcó el Valle de México y partes de
Guerrero, Morelos y Puebla con Moctezuma Ilhuicamina se expandieron hasta
Veracruz y Oaxaca. Axayácatl consolidó el dominio de los mexicas sobre el centro
de México e incorporó el Valle de Toluca para luego sufrir una derrota ante los
tarascos de Michoacán, hecho que significó prácticamente el fin de la expansión
en esta región. Con Ahuizótl los mexicas llegaron a conquistar la huasteca, las
costas de Michoacán, nuevas regiones de Oaxaca y el Sosonusco en Chiapas.
Con Moctezuma Xocoyotzin el imperio estaba consolidando su poder en
Mesoamérica, incorporando nuevos territorios en el sur, presionando en particular
a los habitantes de la región de Tlaxcala.
Observa el siguiente mapa de la expansión del imperio mexica.

El establecimiento de este imperio se hizo posible gracias a su poder militar y a


una serie de estrategias y acciones. En primer lugar, en Tenochtitlán se reformó el
gobierno, se crearon nuevas instituciones imperiales y se militarizó a la sociedad.
Era común que los embajadores de la Triple Alianza, se dirigieran a las
autoridades de los pueblos para enunciarles las calamidades de la guerra, los
sufrimientos y los daños posibles, indicándoles que era preferible que aceptaran la
“amistad y protección del imperio”, enviando tributo en forma de oro, plumas y
mantos y que aceptaran en su templo una imagen de Huitzilopochtli. En segundo
lugar, permitían que los pueblos conquistados conservaran sus propias leyes,
costumbres, dioses y ceremonias, pero en algunos casos reemplazaban los
gobernantes locales y celebraban bodas para vincular las dinastías locales con el
linaje mexica. También reclutaban a los conquistados en futuras campañas
militares, compartiendo botines. En tercer lugar, los mexicas obligaban
-especialmente a las regiones lejanas- entregar enormes cantidades de tributo. Si
bien el imperio logró una expansión sin precedentes, ésta no fue aceptada por
todos los pueblos conquistados quienes se rebelaron en muchas ocasiones.
Rebeliones en contra del imperio mexica
El proceso de expansión territorial de los mexicas provocaría la resistencia de los
pueblos sometidos y los acechados por el imperio.

Un factor de debilidad del imperio fue su rápido crecimiento espacial en un


universo en el cual las grandes distancias, el paisaje escarpado y los medios de
transporte primitivos no permitían un fácil control centralizado. El dominio
dependía en gran parte de su poder militar. Los mexicas fracasaron, a pesar de
sus repetidos esfuerzos, en la conquista de Estados como Tlaxcala, Teotitlán y el
Tarasco en Michoacán, dejando regiones solamente parcialmente subyugadas y
potencialmente peligrosas.

El pago excesivo de tributos y la impunidad de los recaudadores de los impuestos,


los calpixques, era otro factor de descontento y rebelión de muchos pueblos. En
respuesta, los mexicas castigaban públicamente a sus gobernantes y
acostumbraban obligar a los más rebeldes entregar una mayor cantidad de
productos que no eran originarias de su área geográfica (por ejemplo: exigir
plumas de quetzal, provenientes de Guatemala a pueblos de la costa del Golfo) o
para demostrar su dominio psicológico y físico, exigían el envío de cestas llenas
de ciempiés, arañas o escorpiones.
En el corazón del imperio se tiene bien documentado el caso de Tlatelolco. Según
los testimonios, su gobernante Moquíhuix, humilló y maltrató en 1473
deliberadamente a su esposa, hermana del tlatoani Axayácatl. Éste lo interpretó
como una rebelión, lo que seguramente era, y procedía a castigar a sus vecinos.

Además durante cualquier proceso de sucesión de un nuevo tlatoani, se veía


como una oportunidad de rebelión en el imperio y obligaba al nuevo gobernante
mexica reconquistar o hacer valer de nuevo su poder mediante la negociación o el
establecimiento de nuevos alianzas. Así, Itzcóatl tuvo que hacer frente a tres
ciudades-Estado –Xochimilco, Mixquic y Cuitláhuac- de la región chinampera
cuando ascendió al poder y Azcapotzalco, Culhuacán y Coyoacán se rebelaron
cuando Moctezuma I sucedió a Itzcóatl. Es de notar, que los mexicas fueron casi
siempre capaces de sobreponerse en este tipo de situaciones.

Con respecto a la resistencia antiimperialista, la antropóloga estadounidense


Frances Berdan señala que a pesar de que la mayoría de las veces las rebeliones
fracasaban y a pesar de las terribles represalias, los sometidos continuaron
rebelándose. A nadie le gustaba ser conquistado, aunque nunca les incomodó
conquistar a otros. Nadie deseaba ser sometido. Nadie deseaba producir bienes y
servicios para mantener a los conquistadores, que tan escasamente les
retribuyeron. Si bien algunas ciudades-Estado de la Cuenca de México a veces
saquearon botines en su carácter de aliados, en los lugares más distantes se
quejaban, incomodaban y buscaban constantemente la oportunidad de rebelarse.
A veces se contenían por temor a represalias militares, pero intentaron romper los
yugos imperiales cada vez con más frecuencia, esperando que sus aliados los
auxiliaran y que el imperio se debilitara y ya no tuviera fuerza para
reconquistarlos. A fin de cuentas, fueron los españoles quienes se aprovecharon
de éste ámbito fragmentado, efímero e inestable para avanzar en su conquista de
los mexicas de Tenochtitlán.

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