Las Metaforas en Preciosa y El Aire

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Las metáforas en "Preciosa y el aire” de Federico García Lorca.

Una
propuesta de análisis.

Introducción.

De todos los poemas del Romancero Gitano de Federico García Lorca, es “Preciosa
y el aire” el que más ha llamado mi atención, por ello, he decidido abordarlo en este
ensayo. De tal forma que el objetivo de este trabajo es hacer una propuesta de
análisis del poema complementada con otros estudios sobre el mismo romance.
Esto con el fin de dar un análisis completo, ya que en muchas de las ediciones solo
se tratan los aspectos de simbología más destacables y comúnmente trabajados por
Lorca, dejando así descuidadas varias estrofas que, a mi parecer, contienen figuras
muy bellamente trabajadas por el autor que dan sostén al poema. Para ello, me
detendré a reflexionar sobre algunos versos que, según mi humilde punto de vista,
no se han examinado tan vastamente como otros en la versión del Romancero
Gitano de Luis Martínez Cuitiño, edición con la cual trabajé para escribir este ensayo
y que, por tal motivo, corresponderán a ella todas las citas del poema.

Para lograr el objetivo planteado más arriba, revisaré cada estrofa y explicaré lo que
haya descubierto en ella para luego enriquecer el análisis con las notas de Martínez
Cuitiño, así como con las de otros estudiosos. Ahora bien, quisiera aclarar que, al no
ser yo una experta en poesía, mi análisis se limitará a las observaciones e
intuiciones que me arrojó el texto a lo largo de su lectura. No pretendo descubrir
cosas que los conocedores de la lírica de Lorca seguramente ya han descubierto.
No, mi fin es, más bien, resaltar los aspectos que más me han parecido cautivantes
del poema.

En cuanto al manejo de los conceptos retóricos y poéticos que utilizaré a lo largo de


este ensayo, debo decir que me ceñiré a las definiciones dadas en el Diccionario de
retórica y poética de Helena Beristáin. Además, en las notas al pie de página sólo se
indicará al nombre del autor, la obra a la que se está refiriendo y la página de donde
se sacó la cita, pues la bibliografía completa podrá ser encontrada al final del
ensayo.

Antes de empezar con el análisis, me gustaría hablar un poco sobre la estructura


del poema. Como bien lo dice el nombre del libro, éste se trata de un romance, una

1
forma poética de la tradición literaria española, que consta de 58 versos octosílabos
con rima asonante e - e en los versos pares. Se ha dicho que Lorca en el
Romancero combina lo viejo con lo nuevo del romance, y que es ahí donde radica
su innovación, poéticamente hablando. A propósito quisiera citar lo siguiente:

El romance lorquiano tiene puntos en común con el romance viejo, y con el


nuevo: la fusión de aspectos propios de ambos, aunado, por ejemplo, a su
original componente metafórica (claramente moderna y vanguardista) hacen
del romance lorquiano algo nuevo, imaginativo (en tanto que mezcla elementos
del romance viejo y nuevo), pero también inspirado (precisamente por ese
repertorio inaudito de metáforas y símiles)1.

Si bien no niego estas afirmaciones, sí creo, en lo personales, que el romance de


“Preciosa y el aire” es, más que un romance con elementos nuevos o viejos, un
romance único, lo cual trataré de demostrar en este ensayo. Sin más, procederé con
el análisis.

Esclareciendo metáforas.
Para empezar, el mismo nombre de la protagonista de este romance ya nos hace
alusión a una de las obras de Cervantes: La gitanilla. Al respecto puedo rescatar
una descripción de la Preciosa cervantina:

Salió la tal Preciosa la más única bailadora que se hallaba en todo el


gitanismo, y la más hermosa y discreta que pudiera hallarse, no entre los
gitanos, sino entre cuantas hermosas y discretas pudiera pregonar la fama 2.

Ahora bien, la Preciosa del romance lorquiano no sólo es la gitana bailadora,


hermosa y Honesta de Cervantes, sino que también pertenece al mundo pagano 3,
como se verá a continuación.

Este romance se halla estructurado alrededor del mito antropomórfico del viento, el
cual puede rastrearse hasta los mitos griegos. Esto establece un intrincado
espejismo de referencias paganas y clásicas 4 dentro del poema. Pues, si ponemos
atención en él, hay una serie de alusiones a lo pagano en los elementos de la
naturaleza; y a lo clásico, por ejemplo, en el lugar donde se describe que está
1
Itzíar López Guil, “'El romance de la luna, luna' y la teoría poética”. p. 99-100.
2
Miguel de Cervantes Saavedra. La gitanilla. [En línea].
3
Trevor J. Dadson y Dereck W. Flitter. "Máscaras poéticas en el Romancero Gitano". La poesía
española del siglo XX y la tradición literaria. p.25.
4
Trevor J. Dadson y Dereck W. Flitter. op.cit. p. 26

2
Preciosa, y hay una fuerte referencia al mito de Apolo y Dafne en la imagen del
laurel al lado del sendero.

Antes de pasar a la parte formal del poema y continuar con el análisis, es pertinente
proporcionar una definición que explique los términos poéticos que se utilizarán a lo
largo de estas páginas. De esta forma, metáfora será entendida, de acuerdo con
Helena Beristáin, como:

fundada en una relación de semejanza entre los significados de las palabras


que en ella participan, a pesar de que asocia términos que se refieren a
aspectos de la realidad que habitualmente no se vinculan. Es decir, la metáfora
implica la coposesión de semas (unidades mínimas de significación) que se da
en el plano conceptual o semántico (o la coposesión de partes, dada en el
plano material o referencial, cuando la metáfora no es lingüística […]), y en
esta figura se manifiesta la identidad parcial de dos significados, paralelamente
a la NO identidad de los dos significantes correspondientes 5.

Otro concepto importante que será vital para este ensayo es el de sema:

Un sema es un rasgo distintivo de un semema. Un semema es el conjunto de


los sernas, o sea de los 'rasgos semánticos pertinentes' que generalmente se
realizan en un lexema, esto es, en una palabra, considerada en un contexto y
una situación de comunicación6.

Habiendo dicho esto, pasemos ahora a la estructura formal del poema. Al observar
la primera estrofa se nota la prevalencia de un lenguaje metafórico. De principio a
fin, tenemos una serie de metáforas que nos presenta el ambiente inicial:

Su luna de pergamino

Preciosa tocando viene

por un anfibio sendero

de cristales y laureles.

El silencio sin estrellas,

huyendo del sonsonete,

cae donde el mar bate y canta

5
"Metáfora". Diccionario de retórica y poética. México: Porrúa. p. 308. Impreso.
6
“Sema”. Diccionario de retórica y poética. México: Porrúa. p. 435. Impreso

3
su noche llena de peces.

Los cuatro primeros versos nos explican que Preciosa viene tocando un instrumento
musical mientras camina por una ribera en la noche. Se construye de la siguiente
forma: en “Su luna de pergamino / Preciosa tocando viene” hay, a mi parecer, un
juego que ha pasado desapercibido. Ahora pasaré a analizar semánticamente las
palabras “luna” y “pergamino” para intentar explicar dónde radica el juego del que
hablo. En un primer examen encontramos los semas:

<luna>7: abstracto + no animado + femenino + amarillento + manchas + redondez +


luz +resplandor + superficie + visual + óptico8.

<pergamino>: concreto + no animado + masculino + amarillento + manchas + plano


+ rectangular + superficie.

Tenemos entonces dos conceptos que comparten ciertos semas en común. Ahora
bien, los versos dicen “luna de pergamino”, por lo que yo interpreto que se está
hablando de un instrumento musical que toma de luna los semas: redondo,
amarillento y con manchas. Sin embargo, el análisis del concepto pergamino no
aporta nada útil en este contexto. Por lo que a mi parecer sería necesario hacer un
segundo examen, pero esta vez no solo de <pergamino> sino de la frase prepositiva
<de pergamino> donde encontraríamos los siguientes semas:

<de pergamino> material elástico + vibratorio + percusión 9 + auditivo10 + audible11 +


sonoro12.

De esta forma obtenemos la idea de un instrumento musical de percusión, redondo,


plano, amarillento y con manchas pues está hecho de pergamino, que al vibrar
emite sonido. Descripción que concuerda, como se revelará más adelante en el
poema, con la de un pandero. Este es un análisis que no es nuevo, ya muchos otros
autores lo han abordado. Sin embargo me era necesario hacerlo para explicar por
7
He decidido utilizar los símbolos <> para distinguir la palabra que se va a analizar bajo el criterio
lingüístico de que entre éstas deben escribirse las grafías, entre diagonales los fonemas y entre
corchetes los alófonos.
8
"Óptico". Diccionario de la Real Academia Española. Def. 2. adj. Perteneciente o relativo a la visión.
Madrid. 2014. rae.es
9
Para dar estos tres últimos semas me respaldo en el trabajo de Diego Gómez Fernández, “Apuntes
para una lingüística de la metáfora”, p. 56.
10
Diccionario de la Real Academia Española. Def. 2. adj. Perteneciente o relativo al órgano del oído.
Madrid. 2014. rae.es.
11
Diccionario de la Real Academia Española. Def. 1. adj. Que se puede oír. Madrid. 2014. rae.es.
12
Diccionario de la Real Academia Española. Def. 1 adj. Que suena o puede sonar. Madrid. 2014.
rae.es.

4
qué creo que en estos versos hay una metáfora sinéstesica en cuanto a la forma de
describir el pandero como una “luna de pergamino”. Según Helena Beristáin la
sinestesia es un:

Tipo de metáfora [...] que consiste en asociar sensaciones que pertenecen a


diferentes registros sensoriales, lo que se logra al describir una experiencia en
los términos en que se describiría otra percibida mediante otro sentido 13.

Recordemos entonces los semas de luna: visual, resplandor, luz, óptico, frente a los
semas del segundo análisis de pergamino: percusión, auditivo, audible, sonoro. Aquí
se está jugando con dos sentidos, la vista y el oído. Los versos “Su luna de
pergamino / Preciosa tocando viene” atribuyen a un instrumento musical, el aspecto
de la luna que, además de ser amarillenta y con manchas, resplandece e ilumina,
características que pueden ser percibidas por la vista, a la vez que se le dan otras
características, como la capacidad de emitir sonido, es decir, de ser percibida por el
oído. Por lo tanto, estos dos versos están constituidos por una metáfora no solo en
el sentido del material con el que está hecho el pandero y de su aspecto, sino que la
metáfora va más allá, en una forma sinestésica, mezclando los sentidos de la vista y
el oído.

Pasemos ahora a los siguientes cuatro versos de esta primera estrofa: “El silencio
sin estrellas, / huyendo del sonsonete, / cae donde el mar bate y canta, / su noche
llena de peces”. Es interesante lo que nos encontramos aquí, pues tenemos una
metáfora singular: la metagoge. Al respecto dice Beristáin que es una:

metáfora de un tipo especial, denominada "metáfora sensibilizadora",


prosopopeya o personificación o metagoge), en virtud de que lo no humano se
humaniza, lo inanimado se anima (como ocurre siempre con la metáfora
mitológica).

Está metáfora animifica al silencio que huye y al mar que bate y canta. Tenemos
silencio por noche, metáfora que alude a la calma proveniente de ésta cuando todos
duermen. Sin estrellas podría referirse a que es una noche nebulosa, donde las
nubes no dejan ver las estrellas14.

De igual forma hallamos que el silencio huye del sonsonete, un ruido repetitivo, que
posiblemente proviene de la luna de pergamino de Preciosa. Así, se completa una
13
Diccionario de retórica y poética. Helena Beristáin. pp.466-467.
14
Walter Dobrian. García Lorca: su Poema de Cante Jondo y Romancero Gitano analizados. p. 173.

5
metáfora donde: el silencio = noche, y el día = sonsonete (ruido). La noche huye del
día y cae en el mar, como suele decirse: “cae la noche”.

Posteriormente, en el último verso: "noche llena de peces", la noche = agua del mar,
de modo que ésta adquiere el color de la noche: el negro, su característica
oscuridad. Tenemos un mar nocturno. Finalmente, con el análisis de este último
verso podemos desentrañar el sentido de la metáfora completa: "el mar bate y canta
su noche llena de peces". El mar, animificado, arrulla y mece sus aguas llenas de
peces, con la melodía misteriosa proveniente del pandero de Preciosa.

La imagen proporcionada es la de una noche silenciosa, calmada y sin estrellas:


sosegada. Los cuatro versos finales de esta estrofa nos dan el preámbulo de la
tempestad que se desatará unos versos más adelante, ya que describe la situación
inicial, la de una noche aparentemente tranquila que en realidad encierra la
inquietud previa a la tempestad.

Prosigamos entonces con la siguiente estrofa:

En los picos de la sierra

los carabineros duermen

guardando las blancas torres

donde viven los ingleses.

Y los gitanos del agua

levantan por distraerse

glorietas de caracolas

y ramas de pino verde.

Los primeros cuatro versos resultan muy distintos de los anteriores y de los que le
siguen. Se aprecia una narración fluida, sin interrupciones marcadas por comas
como en la primera estrofa. No hay metáforas. Algunos estudiosos han considerado
que Lorca maneja una narración limpia porque la:

acumulación metafórica es evidente en lo que respecta al mundo mágico de


los gitanos, en tanto que cuando pasa al mundo más civilizado, de los ingleses
[…], sus versos se tornan prosaicos15.

15
Luis Martínez Cuitiño en su edición anotada del Romancero Gitano de García Lorca. p. 46.

6
Se aprecia claramente un cambio al hablar de lo que está fuera de lo mitológico y
que representa la razón.

No obstante, en los siguientes cuatro versos se retoma el lenguaje metafórico


porque se vuelve a hablar de los gitanos, quienes para Lorca tuvieron un papel
fundamental en su obra, pues como él mismo expresa:

El Romancero gitano es el poema de Andalucía; y lo llamo gitano, porque el


gitano es lo más elevado, lo más profundo, más aristocrático de mi país, lo
más representativo de su modo y el que guarda el ascua, la sangre y el
alfabeto de la verdad andaluza y universal 16.

En los versos finales de esta estrofa podemos observar entonces que el lenguaje
metafórico va de la mano con el mitológico tema de los gitanos. Nuevamente se
presenta una metagoge, se animifica la naturaleza: "Y los gitanos del agua /
levantan por distraerse / glorietas de caracolas / y ramas de pino verde", donde
gitanos = olas del mar17. Esta metáfora puede explicarse desplegando los semas de
gitano y de ola de la siguiente forma:

<gitano>: humano + dinámico + nómada + territorio no definido + movimiento


constante + desplazamiento + disperso.

<olas del mar>: dinámico + movimiento constante + desplazamiento + disperso +


indefinido + sin límites.

Podemos apreciar que ambos conceptos comparten algunos semas, de modo que
aquí es donde reside el motivo de la metáfora. Los gitanos, al igual que las olas del
mar, se mueven constantemente, se desplazan de un lado a otro sin tener un lugar
definido. Ambos se encuentran dispersos, los gitanos alrededor del mundo, y las
olas en el inmenso mar.

En la siguiente estrofa

Su luna de pergamino

Preciosa tocando viene.

Al verla se ha levantado

16
García Lorca, Federico. (1991), Obras Completas. Tomo III. España, Aguilar. Citado en María
Fernanda Guevara Fonseca, El Romancero Gitano: un texto gitano. Trabajo presentado para optar
por el título de profesional en estudios literarios. p. 48.
17
Según el análisis de Walter Dobrian. p. ??

7
el viento que nunca duerme.

San Cristobalón desnudo,

lleno de lenguas celestes,

mira a la niña tocando

una dulce gaita ausente.

Regresan los versos "Su luna de pergamino / Preciosa tocando viene" abriendo la
escena en la que aparece el viento lividinoso: "Al verla ha despertado / el viento que
nunca duerme, el cual despierta antropomorfizado como un "San Cristobalón
desnudo", referencia que corresponde a la de San Cristobal, patrono de las solteras,
que en la tradición oral es injuriado por la suegra insatisfecha con su yerno 18. Ahora
bien, Lorca desantifica al santo cuando personifica al mítico viento lujurioso y
perseguidor de mujeres19 como un “San Cristobalón desnudo / lleno de lenguas
celestes”. En este último verso, lenguas celestes es equivalente a relámpagos 20, los
cuales constituyen una metáfora que volverá a repetirse un par de veces más
adelante en el poema a base de la luz cósmica del relámpago que, con su
insistencia en lo luminoso y lo caliente, acentúan el perfil masculino y agresivo de la
figura mítica21.

Además, el viento queda revestido con la fecundidad que le otorgan las metáforas
luminosas del rayo y del relámpago, pues:

Los rayos simbolizan una emanación luminosa que se expande desde un


centro, sol, santo, héroe, genio, sobre otros seres. Expresan una influencia
fecundante, de orden material o espiritual. Todo ser radiante es de naturaleza
ígnea y está emparentado con el sol. Puede calentar, estimular y fecundar, o al
contrario […]22.

Y el relámpago de igual forma:

Simboliza la chispa de la vida y el poder fertilizante. Es el fuego celeste de


inmensa fuerza y temible rapidez: puede ser benéfico o nefasto […]. El

18
Martínez Cuitiño. op. cit. p. 46.
19
Walter Dobrian. op.cit. p. 174.
20
Ibid.
21
Monserrat Roda Teixido. "La mujer en el Romancero Gitano". p. 227
22
"Rayo". Diccionario de los símbolos. Barcelona: Herder. 1986. Impreso.

8
relámpago se compara a la emisión del esperma, simboliza el acto viril de Dios
en la creación23.

Como podemos ver, esta estrofa da inicio a la acción, pues la calma aparente
termina cuando el viento despierta y amenaza a Preciosa en los siguientes versos
con un diálogo en el que el viento se dirige a Preciosa pidiéndole, en un lenguaje
lascivo, sus favores: "—Niña, deja que levante / tu vestido para verte. / Abre en mis
dedos antiguos / la rosa azul de tu vientre". En los últimos dos versos podemos
observar cómo se caracteriza al viento como un amante cósmico, tan antiguo como
el tiempo. Un viento-amante que va en busca de la inocencia azul, propia de la
ausencia de pasión, de Preciosa24 .

La estrofa siguiente continua con la reacción de pánico de la gitana: "Preciosa tira el


pandero / y corre sin detenerse. / El viento-hombrón la persigue / con una espada
caliente". Aquí volvemos a encontrar otra metáfora a base de la luz cósmica del
relámpago que insiste de nuevo en lo luminoso y lo caliente como característica de
lo viril y lo mítico. Asimismo, el amante cósmico y agresivo, completa su figura
desmesurada con sus denominaciones aumentativas: San Cristóbalón, viento-
hombrón.

Ahora bien, el poema continúa hablándonos del viento, pero ahora explicando lo que
causa el viento en el ambiente: "Frunce su rumor el mar. / Los olivos palidecen. /
Cantan las flautas de umbría / y el liso gong de la nieve". Todas estas circunstancias
son provocadas en el ambiente por el fuerte viento. Una estrofa después, podemos
observar que la voz poética interviene y exhorta a Preciosa a que corra, asimismo,
se continúa con otra viril metáfora luminosa: "¡Preciosa, corre, Preciosa, / que te
coge el viento verde! / ¡Preciosa, corre, Preciosa! / ¡Míralo por donde viene! / Sátiro
de estrellas bajas / con sus lenguas relucientes". El verso cuarenta del poema,
"¡Míralo por donde viene!", Martínez Cuitiño lo atribuye a la saeta tradicional y
además menciona que éste ya ha sido usado anteriormente en su Libro de poemas
y en el Poema del cante jondo25. En estos versos también se encuentra presente el
aviso de tradición popular, que advierte a las jóvenes de no andar solas en el
campo26.

23
"Rayo, relámpago". Def. 1.Diccionario de los símbolos. Barcelona: Herder. 1986. Impreso.
24
Rosario Marínez Galán. "El simbolismo en el Romancero Gitano". p. 41.
25
Martínez Cuitiño. op.cit. p. 47.
26
Trevor J. Dadson y Dereck W. Flitter. La poesía española del siglo XX y la tradición literaria. p. 25

9
Finalmente, las cuatro estrofas finales retoman los versos prosaicos de la segunda
estrofa: "Preciosa, llena de miedo, / entra en la casa que tiene, / más arriba de los
pinos, / el cónsul de los ingleses". Ante el peligro que corre, la gitana decide
refugiarse en un lugar donde no hay espacio para lo mítico. A mi modo de ver, los
carabineros van en su auxilio porque representan el raciocinio y la lógica de un
cuerpo armado: "Asustados por los gritos / tres carabineros vienen, / sus negras
capas ceñidas / y los gorros en las sienes".

Preciosa a pesar de estar en un lugar donde el viento ya no puede alcanzarla sigue


siendo precavida: "El inglés da a la gitana / un vaso de tibia leche, / y una copa de
ginebra / que Preciosa no se bebe". Preciosa rechaza el trago que le ofrece el
inglés, porque sabe que el viento no es el único peligro del que debe cuidarse, sino
también el hombre de carne y hueso.

Al fin, Preciosa ha logrado escapar del viento. Es interesante ver como en estas
últimas estrofas se abandona definitivamente el lenguaje metafórico y se prosigue
con un lenguaje narrativo donde los recursos poéticos no van más allá de la métrica
y la rima. Junto con este abandono del lenguaje mítico, parece ser que el viento
queda neutralizado de alguna manera, pues sobre las tierras de lo occidental su
poder es inhibido. Su dominio no es válido dentro de la civilización y su poder queda
neutralizado: "Y mientras cuenta, llorando, / su aventura a aquella gente, / en las
tejas de pizarra / el viento, furioso, muerde".

A modo de conclusión

10

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