Disturbios Microcirculatorios
Disturbios Microcirculatorios
Disturbios Microcirculatorios
Studierende der tiermedizin. Bgr. von Theodor Kitt. Hgs. Von Leo-Clemens Schulz.
Enke Verlag Stuttgart. 10 Auflage 1990
DISTURBIOS MICROCIRCULATORIOS
Para este fin funciona la circulación sanguínea con sus partes: corazón,
vasos sanguíneos mayores de suministro y drenaje así como la circulación
terminal, también la sangre contenida en este sistema de conductos. Los
disturbios en la circulación y las anomalias de la sangre y de la linfa llevan a
daños del intercambio metabólico de los órganos.
1. Disturbios circulatorios del lado del corazón (Disturbios cardiacos)
1. Estasis sanguíneo (hiperemia: haima= sangre) en el pulmón con dilatación de los capilares;
2. Daño dependiente de la insuficiencia de O2 con aumento de la permeabilidad;
3. Salida de fluido sanguíneo a los alvéolos pulmonares como consecuencia de una presión
hidrostática mantenida (transudado estásico con contenido moderado de proteína);
4. Estadio del pulmón estásico agudo con peligro para la vida;
5. Refuerzo por un deficiente drenaje linfático con tendencia a la bronquitis estásica. Salida de
eritrocitos así como su destrucción en macrófagos alveolares (macrófagos alveolares= células de
falla cardiaca con acúmulo de hemosiderina)
6. Estímulo de proliferación por incremento del exudado rico en proteína (colagenización así como
transformación del colágeno en aquel del tipo I= induración);
7. Estadio del pulmón estásico crónico.
Los vasos sanguíneos mayores y medianos intercalados entre el corazón y la circulación terminal
juegan un papel secundario como causa de disturbios circulatorios sistémicos en los animales
domésticos. En contraste, en el humano los vasos medianos debido a su fuerte tendencia a los
cambios arterioescleróticos se encuentran en primer plano de la patología vascular. En los
animales domésticos aparecen las angiopatias arterioescleróticas de manera muy esporádica.
De gran interés para la patología general comparada son las investigaciones que indican un
considerable proceso de reorganización en las paredes arteriales del cerdo dependiente de la
estación anual. Se encuentran los picos máximos de colesterol en el plasma en invierno, por el
contrario, la mayor solidez de las paredes arteriales se sucede algo más tarde en el principio de
año (Fig. 8.1). También hay aumento continuo del contenido de hemoglobina y del Na y K hasta
el verano. Estos hallazgos indican que los vasos arteriales no solo sufren procesos de
reorganización dependientes de la edad.
La función de la RVT no es uniforme en los diferentes órganos. Esto se hace claro cuando se compara la
estructura morfológica.
En el denominado tipo clásico (Fig. 8.3) se trata de una representación simplificada del curso del lecho capilar.
No corresponde a las condiciones verdaderas. El tipo puente se caracteriza por un vaso recto transversal, que
en la parte inicial posee una capa muscular discontinua, y en la distal sólo muestra en el sitio de origen de las
ramificaciones capilares estructuras musculares de contracción. Este vaso central, también denominado canal
central (puente a-v), representa la circulación en reposo, mientras que por los capilares laterales, circulación
nutricia, sólo fluirá circulación de manera facultativa cuando el mecanismo de contracción lo permita. Este tipo
representa una especialidad regional particular del mesenterio pero también se observa en forma similar en otras
regiones vasculares terminales. Frecuentemente se encuentra el tipo red (malla). Tanto la musculatura como la
dermis no poseen ningun vaso arteriovenoso en puente del tipo precapilar. En contraste se observan en otras
RVT, también en la denominada microred, cortocircuitos arteriovenosos en la forma de vasos musculares del tipo
de las arterias más pequeñas o arteriolas colaterales a la red capilar. Una forma especial de la RVT es el tipo en
asada. Se encuentra en la membrana sinovial, el ojo, en determinadas regiones de la piel y en forma
transformada en el glomérulo renal. Todos estos órganos sufren, como órganos denominados de superficie
límite, especiales condiciones de permeabilidad. Al mismo tiempo son sitio predilecto de enfermedades
reumatoideas en el humano y los animales, puesto que las diferentes condiciones hemostáticas de las asas
capilares facilitan la colonización de patógenos e inmunocomplejos en estos sitios.
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1. Autoregulación miogénica: Su fundamento es la capacidad de las células
musculares lisas, independiente del suministro nervioso, de permanecer por
periodos prolongados de tiempo en un estado de contracción moderado. En
el primer plano de la regulación de este tono de reposo se encuentra la inestabilidad de las
membranas para los iones calcio. La permeabilidad es alta cuando la musculatura lisa entra en
tensión. La entrada de calcio activa los filamentos contráctiles y garantiza el tono basal asi como la
autoregulación miógena. Asi se acorta la musculatura vascular en cada aumento de la presión
intravasal y lleva a un estrechamiento del volumen vascular.
No es posible determinar cuál de los mecanismos regulatorios controla de manera decisiva la RVT bajo
condiciones espontáneas. La evaluación de la sensibilidad de las diferentes porciones de los vasos frente a
estímulos nerviosos es bastante dificil, puesto que ya en las observaciones intravitales por excitacion del animal
o por cambios inducidos por la narcosis son de esperar alteraciones en el tono. Un cambio en la sensibilidad en
el lecho capilar ("reactivity") es también condicionado por factores humorales en la sangre circulante.
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Las contracciones de las arterias pequeñas y de las arteriolas producidas espontánea o experimentalmente se
pueden extender a porciones vasculares más grandes en la forma de un espasmo vascular segmental o
solamente hacerse presente localmente, con lo cual se produce un cambio similar a una contracción y dilatación
peristáltica lo que deforma los vasos en forma de huso. La receptividad a estímulos que inducen estrechamiento
de los vasos aumenta en sentido distal de las pequeñas arterias hacia las metaarteriolas y capilares con
esfinteres. Pero la contractibilidad en estos lugares es sensiblemente más fluctuante que en las arterias grandes.
La actividad de los esfinteres ejerce la mayoría de las veces una interrupción intermitente del flujo. Si esta
interrupción no lleva a un cierre total, se puede llegar a un estrechamiento p.e. por estancamiento temporal de los
leucocitos hasta una completa interrupción del flujo.
Muchas vénulas de manera excepcional son capaces de una contracción y frecuentemente muestran una
actividad rítmica. Bajo condiciones fisiológicas parecen no reaccionar o hacerlo de una manera muy perezosa,
mientras que en circunstancias patológicas permiten observar fuertes contracciones espontáneas.
Algunos vasoconstrictores y vasodilatadores:
Vasoconstrictores: Adrenalina, noradrenalina, serotonina, histamina en los grandes vasos,
prostaglandina en altas concentraciones, leucotrienos, oxígeno, angiotensina, vasopresina,
endotelina, ergotonina, pitresina, efedrina, fisostigmina, cloruro de bario, vagotonina, fuertes
estímulos táctiles y acústicos.
Vasodilatadores: Bradikinina, acetilcolina, histamina en vasos pequeños, prostaglandina en bajas
concentraciones, hipoxia, narcosis, cisteina, glucagón, glutatión, sulfato de hierro, nitritos,
inflamación, sueño, temperaturas por encima de 20oC, acidosis tisular.
El principal deber de la RVT es junto a la regulación de la circulación el intercambio de nutrientes en los tejidos.
Este intercambio en los capilares sólo es posible cuando la velocidad de flujo de la corriente en el área capilar es
diminuida de forma sustancial (Fig. 8.4). En el área capilar del mesenterio es unas 500 veces más lenta que en
las arterias mesentéricas. En la porción arterial la presión sanguínea capilar es todavía más alta que en la
venosa. De esta manera se da una presión del fluido en dirección al tejido pericapilar. En la porción capilar
venosa por el contrario predomina la presión osmótica de la proteínas sanguíneas, cuya fuerza hidrofílica
posibilita una corriente de fluido en dirección al lumen capilar. En las venas postcapilares aumenta de nuevo la
velocidad de la sangre.
Esto es posible en un mismo órgano por medio de una función alternante (Fig. 8.5). No es
imprescindible que, como se representa en la figura por razones esquemáticas, una región vecina
deba ser totalmente desconectada. Pueden ser reducidas únicamente regiones capilares
completas en la musculatura y en el sistema nervioso en favor de porciones del intestino y el
hígado durante la digestión. Por el contrario, durante una mayor actividad muscular o un aumento
de la función del sistema nervioso se sucede una restricción de la región capilar del mesenterio.
De la misma manera debe ser facilitada una expansión de la corriente en un campo inflamatorio
amplio por un cierre o una reducción relativa de otras regiones vasculares.
La desconexión de algunas o muchas áreas capilares a favor de otras puede tener lugar por
contracción de las arterias localizadas proximalmente y una reducción de la perfusión capilar, en la
cual las principales cantidades de sangre en la región terminal son desviadas a través de
grandes anastomosis arterio-venosas o por los canales centrales. En las
perfusiones alternantes las fases de contracción tienen una duración de unos pocos segundos a
algunos minutos. El cambio en si mismo necesita de unos pocos segundos. En total la cantidad de
fases de contracción en el mesenterio bajo condiciones fisiológicas debe superar a aquella de
las fases de dilatación, lo que corresponde a un relativo estado de isquemia de un lecho capilar
particular. No se debe asumir sin embargo que estas observaciones en el
mesenterio son aplicables a todos los órganos. Es bien conocido que la capacidad de
dilatación del diámetro del área capilar es bastante grande (intestino 500 veces, pulmón 300
veces). Los secuestros de sangre en el sistema vascular del área esplácnica,
en especial en el cerdo, son una temida consecuencia del shock . También los
órganos parenquimatosos como el hígado y el riñón pueden ser especialmente involucrados como
"órganos shock" en colapsos circulatorios periféricos.
Este término expresa que la selección de los metabolitos que salen a los
tejidos, es determinada en primer lugar por la estructura variable de la
paredes vasculares en conjunto con el medio intra y extravascular. La
permeabilidad en dirección al espacio extravascular no se limita sólo a los capilares como se creía
anteriormente, sino que se puede extender a arteriolas y pequeñas venas. En especial se
encuentran involucradas las vénulas.
Entre la permeabilidad fisiológica de la pared vascular para los componentes acuosos,
metabolitos moleculares y células y el aumento patológico de la permeabilidad no
existe ninguna diferencia de principios.
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3. Los mecanismos cambiantes de la parte capilar arteriolar a la venosa
así como las relaciones de las presiones osmóticas y oncóticas.
4. Sustancias vasoactivas
La dependencia de las sustancias permeantes frente a la estructura y función de la pared vascular
está representada en las Figs. 8.6 y 8.7. Al metabolito permeante que se hace cada vez más
grande en la Fig. 8.6 (espectro: molécula de agua hasta células sanguíneas) corresponde el
comportamiento de la pared vascular en la Fig. 8.7 (espectro: permeación invisible por difusión y
ósmosis hasta extravasación indiscriminada después de la desintegración patológica de la pared
vascular). También demuestran ambas figuras las transiciones graduales entre las condiciones
fisiológicas y patológicas.
La mayor parte del intercambio metabólico pasa las membranas interna y externa del
endotelio y la membrana basal sin cambio alguno de éstas por filtración. Los componentes
acuosos dejan el lumen principalmente por un complicado sistema de uniones interendoteliales
protegidas. Por el contrario, cantidades mayores de fluidos así como proteínas
aniónicas hacia el tejido atraviesan la célula endotelial por las múltiples vías
del transporte vesicular. El tiempo de paso de la citopemsis toma unos 30 seg . Un
elemento estructural de una permeabilidad más fuerte es aquel que se produce
por un desdoblamiento de la membrana "fenestración sin diafragma". Las
aperturas interendoteliales, y también el grado de permeabilidad fisiológico máximo que existe,
se encuentran específicamente en ciertos órganos (p.e. los sinusoides del
hígado), o se originan por una reacción activa de las células endoteliales, más raras veces
como consecuencia de fenestración o en casos patológicos por daño y pérdida de algunas
células endoteliales.
Por acción de la histamina (tipo inmediato de aumento de la permeabilidad en inflamación) los orificios se
observan sólo en las vénulas, mientras que después de la secreción de prostaglandinas (tipo retardado en la
inflamación) principalmente en la parte venosa capilar. Los orificios se cierran por retroceso de las células
endoteliales o con la ayuda de trombocitos. Los cóagulos de fibrina son rapidamente disueltos por fibrinolisis por
el sistema de la plasmina de la pared vascular. No se encuentran aperturas interendoteliales en los grandes
vasos puesto que son muy pobres en activadores del plasminógeno.
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importancia también es su función de "esqueleto" estático. La membrana basal
también sirve como riel guia para la regeneración de los vasos sanguíneos.
8.3.4.5 Factores que influyen en la permeabilidad vascular de una forma directa o indirecta
Entre ésta y la hiperemia con aceleración de la corriente existen muy tenues límites. En
casos de hiperemia activa sostenida o por estímulos muy fuertes se llega de manera refleja a un
estrechamiento de los vasos precapilares musculares. Esta constricción no es del todo completa
tanto que la sangre se estanque. El estadio de la contracción es pasajero y se corresponde en
parte con el estadio de la centralización del shock. La presión sanguínea aumenta de manera
temporal, con lo cual se puede dar un aumento en la aceleración de corta duración de la corriente
sanguínea en el área capilar. Muy rápido sigue una relajación de los con una
dilatación de todos los capilares localizados en el área de la irritación.
La sangre capilar es predominantemente venosa. Esta región hiperémica aparece de color rojo
azuloso. En la hiperemia con disminución de la corriente sostenida se llega finalmente a las
mismas consecuencias que la hiperemia por congestión . El acúmulo de desechos del
metabolismo lleva a la salida de componentes acuosos, proteicos y finalmente
corpusculares de la sangre. Tales hiperemias se ven frecuentemente en asocio con la
hiperemia activa de la inflamación.
Antes del punto de no retorno tiene lugar un síndrome de emergencia, el cual se caracteriza por
una combinación de procesos tanto hemodinámicos como hemostáticos y debe suceder
indiscutiblemente para la iniciación de todos los pasos de defensa acoplados, en especial durante
una inflamación o en forma generalizada al principio de cada infección y en caso de shock. Con el
fin de diferenciarlo de la ulterior reacción de defensa en los tejidos se le denomina síndrome
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vascular. Este se corresponde con las dos fases de la reacción vascular durante el aumento de la
temperatura (Fig. 8.8). En forma análoga se lleva a cabo la activación con transición a disfunción
de la RVT en el estadio paralítico del shock, en el cual se llega a una apertura casi simultánea de
todos los capilares (Fig. 8.5). Es especialmente manifiesta esta forma de la hiperemia en el cerdo
unida a una coloración azulosa (cianosis) en el área del abdomen, orejas y dorso nasal.
Todas las venas de diámetro grande disponen de válvulas, con excepción de las venas intracraneales,
intratorácicas e intrabdominales. Las válvulas conducen la corriente sanguínea, la que con la contracción de la
musculatura corporal recibe un apoyo de avance, en dirección al corazón.
2. Una forma especial de la hiperemia condicionada por el corazón es la denominada
hiperemia hipostática o por declive. Se observa especialmente en la agonía,
cuando la disminución de la actividad cardiaca no puede expulsar la sangre de las
partes bajas del cuerpo en contra de la ley de gravedad. Ella se acentúa por una precipitación de
la sangre después de la muerte. En decúbito lateral de los animales las porciones de los órganos
localizadas en las partes más bajas se llenan de sangre (p.e. en el decúbito lateral derecho el
pulmón, el riñón y la mucosa conjuntival derechos), lo que puede se juzgado aún en el animal vivo.
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Las consecuencias más graves de la infartación son debidas al más alto grado de descenso del
efecto de "limpieza de la sangre" con el correspondiente aumento de la tensión de CO 2. Se
presentan marcadas hemorragias, que por el permanente flujo de sangre arterial se van a
ubicar en los espacios perivasculares laxos del intersticio intestinal posterior al aumento de la
permeabilidad de la región terminal. La presión hidrostática es tan grande que por
ejemplo en el caso de la torsión intestinal empieza a resumar sangre a través del peritoneo y no es
raro encontrar rupturas peritoneales con hemorragia de la cavidad abdominal. Este proceso
de la infartación hemorrágica se caracteriza por un "ahogamiento en la propia sangre".
Las consecuencias de una hiperemia por congestión en los órganos parenquimatosos se ejemplifica mejor con la
congestión del hígado. Frecuentemente se produce por insuficiencia cardiaca derecha, en donde la sangre
estancada lleva a dilatación de las venas centrales de los lobulillos hepáticos, lo que finalmente tiene como
consecuencia, necrosis y necrolisis de los hepatocitos vecinos. La deficiente irrigación lleva además, debido a
deficiente nutrición del órgano, a atrofia más o menos marcada de las células parenquimales así como a un
crecimiento reactivo del tejido conectivo. No es raro que junto a la atrofia y debido a la mala nutrición del órgano
se presente infiltración grasa de las células parenquimatosas.
También las venas grandes pueden dilatarse por trechos largos (ectasia= dilatación) o sufrir
expansiones localizadas (varices). Estos sitios dilatados y adelgazados pueden
reventarse y llevar a hemorragias. Por dilatación de una vena las válvulas no entran en contacto
de tal manera que se hacen insuficientes. Una consecuencia adicional de las venas dilatadas son
las trombosis.
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En el pulmón también es frecuente la congestión en la insuficiencia izquierda. Se observa regularmente en el
cerdo en casos de erisipela por endocarditis en la válvula bicúspide. Además de edematización generalizada se
llega a salida permanente de sangre, durante lo cual se pueden formar las denominadas células de falla
cardiaca. Estas se pueden detectar en el esputo y tienen significado diagnóstico.
8.3.6 Anemia
Mientras que la anemia generalizada es más un campo de responsabilidad de la patología clínica,
en la patología general será tratada de manera resumida la composición de la sangre; por el
contrario, la anemia localizada es un campo importante de la patología
general. Cuando fluye muy poca sangre a través de la RVT se habla de oliguemia (oligos=
poco), puede ser causada por pérdida de sangre o por deficiente perfusión funcional. La completa
falta de sangre regional se denomina isquemia.
En la terminología médica se utilizan de manera indiscriminada los términos oliguemia e isquemia.
aumento de tamaño
Una isquemia por compresión puede suceder como consecuencia del
de un órgano vecino o por fluidos que ocupen espacios contiguos, p.e.
por exudados de la pleura en la tuberculosis del perro. Las compresiones locales son también
causadas con frecuencia por tumores. Una isquemia artificial es causada por el uso de
torniquetes. Con la envoltura de un miembro con bandas elásticas se puede expulsar
aproximadamente el 70% del contenido sanguíneo de la parte corporal involucrada.
8.3.6.2 Isquemia por obstrucción u obturación
Un vaciamiento total o parcial del lumen vascular puede suceder por la presencia de trombos o
por el arrastre de émbolos desprendidos de trombos, esto es, por obturación. Una
obstrucción se encuentra cuando el impedimento se localiza en la pared misma del vaso.
Así se pueden desencadenar cierres parciales o completos por espasmos vasculares, p.e.
reflejos como la palidez de la piel por situaciones de miedo o por el secuestro de
la sangre en la región esplácnica en el curso de un colapso circulatorio . Se
observan anemias espásticas en cada situación de frio intenso sobre la piel y en casos de
duración prolongada lleva a la muerte de partes periféricas del cuerpo (gangrena por
congelación).
En el humano se encuentra esporádicamente la muerte simétrica por gangrena de los dedos tanto
de los pies como de las manos en casos de abuso de cigarrillo (enfermedad de Raynaud). Se
producen además isquemias reflejas en los escalofrios de la fiebre. También la puede visualizar
uno mismo cuando sumerge una mano en agua helada, con lo cual la otra mano igualmente se
vaciará de sangre y disminuye de volumen. Finalmente, algunos productos químicos pueden llevar
a espasmos vasculares, p.e. en el caso del ergotismo por el alcaloide del centeno,la ergotamina.
Como consecuencia se observa con cierta frecuencia en bovinos y aves la muerte de los dedos de
los miembros posteriores y la caida de la parte gangrenada. De la misma manera se pierde el
extremo de la cola en las ratas posterior al cierre repetido de lo vasos por trombos de la cola en
caso de erisipela experimental.
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Es todavía discutible la patogenesis de los espasmos vasculares en casos de epilepsia y la angina péctoris. En la
primera se presume que espasmos locales llevan a anemia y no infrecuentemente a hemorragias redondeadas
en el cerebro, con lo cual se desatan los episodios de epilepsia. En la angina péctoris existe por lo general ya un
estrechamiento vascular por engrosamiento de la íntima en arterioesclerosis, que por espasmos vasculares
pueden llevar a una crisis grave de nutrición del corazón.
El cierre total de arterias terminales se expresa de manera grave, puesto que llevan a infarto.
Entre las arterias interlobulares del riñón no existen o sólo hay débiles uniones
colaterales, de tal suerte que en un cierre de los vasos no puede ser garantizado un suministro
suficiente de sangre de los vasos vecinos. Una susceptibilidad similar se encuentra en el bazo
y en la sustancia gris de la médula espinal.
Las consecuencias de la isquemia total consisten en una necrosis rápida del tejido no
perfundido. En la anemia relativa los tejidos macroscópicamente están pálidos, de
menor volumen y a causa de la disminución del intercambio metabólico la región es más
fría que las áreas vecinas. Al corte aparecen menos jugosas. La disminución en el suministro
de oxígeno así como el de los nutrientes llevan a disturbios de la nutrición y reducción en la
capacidad de función. Según el grado de la necesidad de oxígeno y del intercambio metabólico
tiene lugar tarde o temprano atrofia, después la necrosis de la parte anémica . La células
ganglionares mueren a los 10 minutos, el epitelio renal después de una hora
y la musculatura después de 3 horas de la interrupción del suministro de
sangre. También los capilares en estas regiones se dañan, de tal manera que después del
control de la anemia local y del reflujo sanguíneo se pueden observar hemorragias.
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En disturbios de la nutrición que llevan a caquexia general en casos de infecciones graves es
suficiente una isquemia por compresión leve sobre los sitios corporales con soporte óseo (p.e. en
la protuberancia de la cadera) para causar decúbito.
Las oscilaciones de la cantidad y mezcla de la sangre que se apartan del margen de variación
fisiológica, pueden llevar a graves crisis circulatorias.
La composición normal de la sangre oscila fuertemente entre las diferentes especies animales
(Tab. 8.1).
La cantidad de sangre en los animales sacrificados es extraordinariamente variable. Ella constituye en proporción
al peso corporal: en el equino 1/10, en el canino 1/12, en el gato 1/20, en el cerdo 1/30, en las aves 1/12, en el
conejo y cobayo 1/20.
Una disminución de la sangre por regla general está ligada a reducción de la porción de
células sanguíneas. No se trata aquí del término en el sentido de anemia (a= sin, haima=
sangre) por la falta de sangre, sino en una disminución, una oliguemia (oligos= poco).
En la necropsia no se pueden determinar las pequeñas diferencias de la anemia. Sólo en anemias severas con
disminución grave de la cantidad de eritrocitos es determinable por la palidez más o menos manifiesta en la piel
no pigmentada y en las mucosas así como en el parénquima no pigmentado de los órganos.La aparición del
color propio de los órganos a cambio del color rojo fuerte puede indicar igualmente una anemia.
Las formas individuales de las anemias se determinan en el laboratorio clínico por conteo de las células y del
contenido de hemoglobina así como por el tamaño del hematocrito como función de una posible concentración
de la sangre, ellas son tratadas de manera detallada por los clínicos.
Posterior al consumo de alimentos ricos en lípidos se puede llegar a una lipidemia digestiva en los
animales, una lipidemia de ceba. Algo similar sucede en las narcosis con cloroformo y en
destrucción de tejidos pero especialmente en situaciones de stress, donde los niveles séricos de
colesterol están aumentados. Este hecho podría ser una predispocisión esencial para el efecto
promotor de arterioesclerosis en las situaciones de stress. En el stress del transporte al matadero
se aumenta en los bovinos el nivel de lípidos de la sangre alrededor de cuatro veces el valor
normal.
Los eritrocitos además de su papel como transportadores del oxígeno son de gran significado para
la hemorreología.
La viscosidad de la sangre disminuye a medida que el diámetro de los vasos se hace más pequeño y alcanza
finalmente el valor del plasma en los capilares. Con la viscosidad cambia igualmente la fricción interna. Esta
puede ser medida en la sangre con la ayuda del reoscopio en la forma de la tensión de empuje. Se trata de la
fuerza tangencial efectiva, que obliga a un desplazamiento de lamelas de fluido y de esta manera de la corriente.
Como lo demuestra la Fig. 8.12, la tensión de empuje es muy grande en las cercanías de la pared. En los
grandes vasos disminuye en dirección axial hasta un factor de 0, aumenta entre 5 a 25 veces en los capilares.
Durante el paso de la sangre desde la aorta a los capilares las fuerzas de fricción se hacen más grandes a
medida que las células entran en los vasos pequeños. En este paso los GRO se deforman de su aspecto
"normal" de superficie bicóncava y la "agregación latero-terminal" en los grandes vasos se tranforma en los
capilares en estructuras parecidas a balas de fusil aisladas (paraboloide), que con la tensión menor de los
postcapilares venulares vuelven a tomar la forma original (Fig. 8.12). Aquí dejan reconocer la tendencia a una
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"agregación latero-lateral", la denominada formación de pilas de moneda. Esta última es muy manifiesta en
condiciones patológicas (precipitación positiva de la sangre).
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corriente marginal de plasma,la cual en los vasos grandes es de sólo unas µm de espesor, mientras que en los
vasos postcapilares importantes en los procesos patológicos, tiene algo más de 100 µm.
Labilidad de la suspensión
El tercer punto de vista, importante para muchos procesos patológicos, se aclara por las
condiciones reológicas especiales en el área de las vénulas postcapilares.
Como ya se mencionó, se disminuye la tensión de empuje en la region postcapilar alrededor de 25 veces, de tal
manera que en condiciones normales la totalidad de los componentes sanguíneos se distribuyen sobre todo el
lecho vascular y las células móviles en su lento fluir se adhieren facilmente a la pared y pueden emigrar. Como
se aprecia en la Fig. 8.15 la totalidad del diámetro de esta clase de vasos es muy grande, lo que significa que
una porción considerable del volumen sanguíneo permanece en estas vénulas.
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El principal deber de la hemostásis es la impermeabilización de la pared vascular y
el mantenimiento de la fluidez de la sangre.
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En todas las situaciones críticas se llega tanto a una activación de la
coagulación como a la estimulación del sistema antagónico de la fibrinolisis.
La transformación de la protrombina en trombina por el complejo acelerador en el sistema
plasmático necesita además de la activación de los factores IX, VIII, V y X así como la
participación del factor plaquetario 3 y del calcio.
Hipocoagulabilidad
Formación de la fibrina
Sólo la fibrina estabilizada por el factor XIII predispone a los fibroblastos para la
proliferación. De esta manera conduce todos los procesos reparativos, esto es, la
formación del tejido de granulación.
En la enfermedad por deficiencia del factor XIII por consiguiente no puede tener lugar la
reparación. De igual manera los fibroblastos de un cultivo celular, que contenga fibrina, sólo
comienzan a brotar cuando ha tenido lugar la estabilización de la fibrina por la adición del factor
XIII.
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Factores mitogénicos de la sangre
Fibrinolisis
Fibrinolisis y reparación
La diferente capacidad de reparacion de los tejidos es condicionada por las diferentes propiedades
tromboplásticas de los órganos, en especial por el diferente contenido de activador del
plasminógeno.
El factor se encuentra en grandes cantidades en vasos, que desde el punto de vista de lesión son
propensos a daño vascular y trombosis de tal suerte que está en capacidad de controlar
antagónicamente los procesos de coagulación. En contraste, los órganos parenquimatosos
contienen poca actividad fibrinolítica. Esta última también es especie específica.
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Paralelo a los disturbios de la hemostásis van a ser activados el sistema de las kininas por medio del factor XII y
por medio de la plasmina la cascada del complemento. Estos factores ejercen su función sobre la pared vascular
en parte directamente, en parte indirectamente a través del sistema de las prostaglandinas sobre la
permeabilidad vascular. La permeabilidad de la pared vascular es además aumentada por mediadores que se
encuentran en los trombocitos (histamina y serotonina) y que son liberados en la fase viscosa de la metamorfosis
(). Los mismos mediadores son liberados también de los gránulos de las células mast que se encuentran en
todas partes del tejido conectivo perivascular.
Tanto en los animales como en el humano son posibles los disturbios de la hemostásis en
todos los estadios de la cascada de la coagulación . En Veterinaria la púrpura
isotrombocitopénica de los lechones juega un papel importante. En este caso,
durante la preñez de la cerda se forman anticuerpos contra las plaquetas del feto, los cuales sólo
después del parto y a través de la leche materna llevan a destrucción de los trombocitos del recién
nacido y provocan una propensión a las hemorragias. Recientemente se conoce la deficiencia
del factor VIII en cerdos. La falta de este factor antihemofílico lleva no solo a hemorragias sino a
una aumentada perfusión de lípidos en la pared arterial.
En el humano también se conocen diátesis hemorrágicas por la falta de los factores I, II, VIII,
IX, X, XI, XII y XIII. De igual manera hay diferentes formas de trombocitopenias. Se encuentran
diátesis hemorrágicas adquiridas en muchas formas de disturbios del parénquima hepático,
cuando la síntesis de los factores de coagulación se ve perjudicada.
Las toxinas bacterianas, los virus o las enzimas pueden de manera directa llevar
a un daño del endotelio y una ruptura del sistema de barrera tejido-sangre y finalmente a
necrobiosis así como a un desprendimiento de las células endoteliales. En este caso
se desencadena una adhesión y agregación de los trombocitos con liberación de mediadores de
las plaquetas y finalmente toda la cascada de la coagulación con liberación de trombina. Este
proceso corre paralelo a cambios exudativos que resultan del daño al endotelio . De
otro lado la permeabilidad aumentada es mantenida también por los mediadores de la regulación
de la RVT (p.e. liberacion de histamina y serotonina por las células mast). Frecuentemente la
cascada de la coagulación va a ser activada exageradamente sólo por la
leucocitosis que se presenta en infecciones así como por el FNTα liberado.
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Ambas vías del desencadenamiento llevan morfológicamente primero a un
trombo plaquetario y después de la formación de los monómeros de fibrina a una
trombosis hialina diseminada, finalmente, después de una continuada polimerización
de la fibrina a un trombo rico en fibrina. Para el curso de la coagulopatia es
importante qué tan fuerte se encuentra inhibida la fibrinolisis en este proceso.
Adicionalmente, los diferentes productos de la disociación del fibrinógeno influyen
sobre la coagulación y aumentan de manera esencial la permeabilidad vascular.
Ya a las pocas horas después de la aplicación del patógeno de virulencia moderada se presenta una caida de las
lipasas plasmáticas y de todo el complemento así como un incremento del nivel de cortisol (reacción
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inespecífica de stress). Después de 24 h empieza el consumo de los factores de coagulación V, VIII, XII y de
los trombocitos en un 55- 90%. El más alto punto del consumo en la rata se encuentra al 3er día paralelo al más
alto punto de la liberación de la interleukina-1 (IL-1) y del factor de necrosis tumoral (FNTα). Igualmente cae
el complemento completo continuamente hasta el día 8. Los factores de coagulación se empiezan a normalizar
rápidamente a partir del día 4-6 de manera variable.
Como consecuencia directa de este disturbio de la hemostásis se llega a un aumento constante de la
permeabilidad, con lo cual la masiva exudación perivascular del fibrinógeno es compensada por un aumento
en el fibrinógeno sanguíneo en tres a cuatro veces. Al inicio de esta crisis de permeabilidad se lleva a cabo la
masiva colonización de las bacterias a los órganos de manifestación, pero inmediatamente después también la
migración de las células blancas encargadas de la defensa. Además, la incorporación de la fibrina en el tejido
conectivo perivascular junto con muchos factores mitogénicos participan en la dirección de las primeras fases
de sintesis de las células conectivas sésiles después del día 8 para los eventuales pasos reparativos
necesarios.
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Se observa una activación del sistema de la coagulación en muchas enfermedades de los vasos,
así p.e. en la invasión de la íntima arterial por el Strongylus vulgaris en los equinos.
Junto con la activación sistémica del sistema intrínseco y extrínseco también se forman trombos
locales.
Trombosis de segregación
Los trombos de segregación se originan casi exclusivamente por lesión de los
vasos, èstas primero son cubiertas inmediatamente por trombocitos. Como ya se mencionó,
las plaquetas en el estadio de la metamorfosis viscosa inician la cascada de la coagulación.
En lesiones pequeñas el proceso puede detenerse en el estadio del trombo plaquetario. En las
más grandes sin embargo se continuan depositando otros agregados de
plaquetas que por las condiciones de la corriente se acumulan en forma de olas, las
cuales corren transversalmente a la dirección de la corriente. En estos conglomerados de
trombocitos quedan incluidos algunos granulocitos neutrófilos. Al mismo tiempo se
extienden hilos de fibrina entre los componentes celulares, en cuya malla
quedan atrapados unos pocos GRO. El tamaño del proceso y las condiciones hemodinámicas
locales determinan si la sedimentación de los componentes aislados se lleva a cabo en capas o
en forma similar a agregados de corales (Fig. 8.22). Las deposiciones en forma de capas
aparecen sobre todo en lesiones vasculares grandes planas, p.e. causadas por bacterias, como
se observan en la aorta de la rata experimentalmente en erisipela.
Las lesiones cortantes por el contrario causan la mayoria de las veces el tipo
del trombo en agregado de coral. Frecuentemente se mezclan las dos formas. La
estratificación indica que durante la formacion del trombo todavía exitía en la porción del vaso una
corriente sanguínea. Con la ayuda de las características siguientes es posible diferenciar
entre un trombo por segregación de un trombo por coagulación y la
coagulación postmortem:
30
Los trombos por coagulación aparecen siempre que la columna de sangre se estanca
en casos de predisposición a la coagulación generalizada.
Se originan por ligaduras de los vasos, pero también son vistos en la dirección de la
corriente detras de los trombos por segregación, esto es, en la región de sotavento.
No poseen arquitectura microscópica típica. En correspondencia con la columna de sangre que se
va endureciendo lentamente, todas los componentes de la sangre se distribuyen difusamente
en una malla de fibrina.
Ellos aparecen frecuentemente en la parte de la cola del trombo mixto. En este caso el trombo de
segregación más blanquecino corresponde a la cabeza, luego sigue la parte media con porciones
intercaladas blancas y rojas y finalmente la en cola el verdadero trombo por coagulación. También
él se puede diferenciar bien macroscópicamente del trombo por segregación por los siguientes
parámetros:
Coágulo postmortem
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Arterias: En muchos equinos en la región de la raíz del mesenterio, pero también en otras
arterias, se pueden observar trombosis de origen parasitario por el Strongylus vulgaris. En
arterias medias aparecen las trombosis causadas por filarias en todos los animales así como en
la erisipela del cerdo y en la arteritis viral del caballo.
8.4.3.1 Embolía
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Los corpúsculos más grandes alcanzan tarde o temprano los lúmenes pequeños de la
región terminal y aquí son atrapados.
Si llega una formación corpuscular a una rama pequeña de un vaso se
convierte en un émbolo. El proceso (transporte y taponamiento) se
denomina embolia.
Vías de la embolia
Los émbolos del intestino, estómago o bazo que llegan a la zona porta deben
atascarse en el hígado (embolía hepática). Pero también desde la vena umbilical se
sucede una embolía al hígado, En el ternero el Ductus arantii es una unión directa entre
la vena umbilical y la vena cava. De esta manera pueden igualmente llegar émbolos al pulmón.
Muy rara vez pueden pasar émbolos a través del agujero oval desde el corazón derecho al
izquierdo (embolía paradójica). Se habla de una embolía retrógrada cuando algunos émbolos,
p.e. en la vena cava posterior, por presión venosa negativa (pulso venoso en éstasis por llenado o
por fuertes accesos de tos) son forzados de manera retrógrada a recorrer un trayecto en contra de
la corriente.
Formas de la embolía
Consecuencias de la embolía
35
confluencia de dos infartos anémicos contiguos se puede perder la forma de cuña. La
forma del infarto en la musculatura, hígado y encéfalo es irregular dependiendo de la
estructura de la circulación colateral.
El infarto muere por así decirlo por desecación de la región por necrosis de
coagulación. La infartacion se ahoga en un fluido tisular en la forma de un edema
necrótico.
Los coágulos originados en las venas pueden igualmente llevar a una infartación
hemorrágica. Ellos causan además condiciones de congestion con la formacion de
edema. Tanto en la trombosis como en el infarto el tejido puede morir esterilmente. Se
habla entonces de una trombosis blanda o de un infarto blando o de un trombo o
infarto infectado, cuando son invadidos primaria o secundariamente por bacterias.
Metástasis
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Las metástasis pueden no solo ser transportadas por los vasos sanguíneos sino también
por vía linfática con entrada a la corriente venosa o retrógrada-linfógena por
diseminacion en contra de la corriente linfática o como implantación o metástasis por
contiguidad por contacto directo de un órgano con otro o por las vías de los canales
naturales del cuerpo.
37
El colapso se define como una insuficiencia circulatoria de aparición súbita,
que tiene como consecuencia una pérdida de la conciencia. La recuperación
(adaptación) después de un corto tiempo es posible en la mayoría de los
casos.
La etiología del shock, esto es, el desencadenamiento de una "insuficiencia circulatoria" aguda es de
naturaleza múltiple.
Una substracción aguda de la sangre circulante es causada por pérdida de sangre (trauma con
ruptura de grandes vasos, hemorragias del estómago-intestino, úlcera), pérdida de plasma
(disminución del fluido por diarrea incontrolable o vómito, posterior a quemaduras disturbios de la
permeabilidad) o disminución del retorno venoso.
La Fig. 8.33 debe resaltar que a los factores causantes del shock
respectivamente .....................
Cuando es posible compensar el déficit del volumen sanguíneo por remplazo de fluidos y se corrige la
homeostásis ácido-base, es posible una recuperación rápida del animal. Cuando no tiene lugar de nuevo el
llenado de la aurícula derecha, casi por completo vacía, la RVT es desconectada de la macro circulación por
apertura de las anastomosis arteriovenosas y por una selectiva vasoconstricción arteriolar.
Esta fase denominada como centralización del shock, antes denominada colapso de
tensión, lleva, por contracción compensatoria de las arteriolas (aumento de la
presión sanguínea) a un suministro suficiente del corazón y del cerebro. En el
animal, con el objeto de la compensación de diferentes RVT desconectadas (región
esplácnica, tejido subcutáneo, pulmón, riñón y otros órganos denominados órganos shock) la
disminución de la velocidad de la corriente causa una deficiencia de oxígeno con
disturbios del metabolismo y un inicio de acidificación , lo que está unido a una
39
disminución de la secreción en el riñón, glándulas salivares y mucosa
gástrica. La deficiente formación de moco en la pared gástrica, aunque sea
pasajera hasta la recuperación del animal, puede ser la causa de una úlcera estomacal.
Los síntomas clínicos del primer estadio del shock son: palidez, piel
húmeda, mucosas anémicas, pulso filiforme rápido, oliguria, acidosis de la
sangre y diarrea.
La compensación de este estadio del shock corresponde a la reacción de emergencia descrita por CANNON y
representa una parte (reacción de alarma) del término acuñado por SEYLE síndrome de adaptación. Este se
caracteriza por un tono simpático máximo con la influencia de catecolaminas así como glucocorticoides de la
médula adrenal y de vasopresina del lóbulo posterior de la hipofisis.
En este estadio del shock es posible una compensación rápida, puesto que no se
encuentran todavía daños celulares o metabólicos marcados.
Una salida del círculo vicioso del shock (adaptación) todavía es posible en el
curso del segundo estadio (Fig. 8.33).
Las fases previas al suceso del shock clínico deben ser entendidas como un prerrequisito útil
para los mecanismos de defensa de mantenimiento de la vida contra la causa
desencadenante, como en el caso de infecciones, inflamaciones e intoxicaciones.
La hipoxia cada vez más en aumento a causa de la disminución de la velocidad de la
corriente, la aparición de productos del metabolismo de las proteínas (proteínas
modificadas), la acidosis metabólica cada vez más marcada y el aumento de la
permeabilidad, por el contrario son claros procesos patológicos. La formación
aumentada de fibrina y la adhesividad aumentada de los trombocitos llevan
a la formación de microtrombos y coagulopatia de consumo.
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8.7.2.3 Estadio 3: Insuficiencia irreversible de la red vascular terminal
(lesión de órganos)
La fase paralítica del shock (el denominado colapso de distensión) lleva a daños
orgánicos considerables. Por una deficiente irrigación de la región terminal se presenta una
autointoxicación del organismo. Según resultados de investigación experimental reciente la
fase refractaria del shock además de una microtrombosis es condicionada de manera esencial por
una insuficiencia cardiaca.
En el shock hiperagudo, como por ejemplo en la miopatía por sobrecarga del cerdo, las
lesiones de las membranas son causadas por lactoacidosis y menos por disturbios de la
coagulación.
Los estados de shock como causa de muerte son más numerosos en los
animales que en el humano como consecuencia de la mayor frecuencia de
enfermedades infecciosas e intoxicaciones. De manera inversamente proporcional
a su significado se encuentra la posibilidad de diagnóstico postmortem en el marco de los
exámenes de rutina. Para los principiantes los animales muertos especialmente en shock agudo
no ofrecen ningún hallazgo de necropsia. Sólo con la experiencia puede ser valorada desde el
punto de vista diagnóstico la distribución típica anómala de la sangre. Ella varia
de acuerdo con la especie, pero es característica, de tal forma que al examinador la disposición de
los denominados órganos shock (Fig. 8.35) le debe ser conocida.
Los cambios microscópicos generales que aparecen en los diferentes órganos pueden
llevar a cambios secundarios de los órganos según lo grave de la manifestación,
ellos son: adhesividad aumentada (sticking-effect), agregaciones intravasculares
de trombocitos y eritrocitos, defectos en el endotelio vascular, microtrombos,
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disturbios de la permeabilidad con exudación, infiltración grasa de los
parénquimas, acúmulo aumentado de eosinófilos granulocitos en el tejido y necrosis.
Especialmente en el shock prolongado, durante el cual los animales como consecuencia de una
buena resistencia pueden compensar la causa exógena por varios días hasta semanas, aparecen
en el intersticio de diferentes órganos reacciones de tejido conectivo marcadas con fibrosis
focales(p.e. fibrosis pulmonar, fibrosis focal de la corteza renal así como aumento del tejido
conectivo perivascular, en especial en la región de los vasos sulcocomisuriales a ambos lados del
canal central en la médula espinal).
Cambios típicos de los órganos después de shock en los animales son : Canal gastro-
intestinal: disturbios graves de la permeabilidad con edematización de la
mucosa, defectos vasculares, hemorragias petequiales, infartaciones hemorrágicas
(colapso de distensión), erosiones de las mucosas y úlceras.
Las úlceras gástricas que aparecen en diferentes especies animales fueron interpretadas por
SEYLE como síntomas inespecíficos de stress. Ellas indican que el shock representa una posible
complicación del síndrome de adaptación. Los disturbios de la hemostásis que aparecen a los 30
minutos del seguimiento llevan a hemorragias submucosas en las cimas de los pliegues
mucosos. Estas facilitan una pérdida de la capa de moco protectora de la autodigestión y llevan en
pocas horas a úlcera que, sin embargo, pueden curar muy rápidamente.
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el intersticio) con degeneración de los neumocitos tipo I y una proliferación reactiva de los
neumocitos tipo II.
Hígado: En la fase aguda del shock sólo se ven leves cambios del hígado en la
forma de una activación de los macrófagos y un leve edema intersticial . En el shock prolongado
se encuentra metamorfósis grasa de las células hepáticas que va acompañada de necrosis
de células aisladas, así como fibrosis focales, las cuales se pueden iniciar en la triada portal pero
también en los lobulillos hepáticos. Los fibroblastos y las células de depósito graso (células de Ito)
participan en la colagenización.
8.7.4.2 Resistencia
La salud es una buena capacidad de adaptación frente a todos los estresantes físicos y síquicos
comenzando por las exigencias más leves hasta las causas capaces de producir enfermedad.
Con la disregulación endocrina pueden ser observadas reacciones de defensa tanto dismunidas
como exageradas (Fig. 8.37), de tal manera que pueden resultar las denominadas
enfermedades de adaptación. Este término sin embargo se encuentra cuestionado, puesto que
en él se han incluido por ejemplo todas las enfermedades autoinmunes. De otro lado
investigaciones de la medicina veterinaria experimental indican que las enfermedades
reumatoideas con fenómenos autoinmunes aunque no son influidas de manera causal ni
cualitativa por stress síquico sí lo son en cuanto al grado de su expresión.
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A.C. Guyton eighth Ed. Chap. 14 Overview of the circulation, and medical physics of
pressure, flow, and resistance.
Aprox. 84% of the entire blood vol. is in the systemic circulation, with 64% in the veins,
13% in the arteries, and 7% in the systemic arterioles and capillaries. The heart contains
7% of the blood and the pulmonary vessels 9%. Most surprising is the very low blood vol.
in the capillaries of the systemic circ.
Aorta 2.5 cm2; Small arteries 20 cm2; arterioles 40 cm2; capillaries 2500 cm2; venules 250
cm2; small veins 80 cm2; venae cavae 8 cm2.
Note particularly the much larger cross-sectional areas of the veins than of the arteries,
averaging about four times those of the corresponding arteries. This explains the very
large storage of blood in the venous system in comparison with that in the arterial system.
Because the same vol. of blood flows through each segment of the circulation each
minute, the velocity of blood flow is inversely proportional to its cross-sectional area. Thus
the velocity averages 33 cm/seg in the aorta but 1/1000 of this in the capillaries, or about
0.3 mm/seg. However, since the capillaries have a typical length of only 0.3 to 1mm, the
blood remains in the capillaries for only 1 to 3 seconds.
The P in the aorta averages 100 mm Hg. Also, because the pumping by the heart is
pulsatile, the arterial P fluctuates between a systolic level of 120 mm Hg and a diastolic
level of 80 mm Hg. As the blood flows through the systemic circulation, its P falls
progressively to aprox. 0 mm Hg by the time it reaches the termination of the venae cavae
in the R atrium.
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The P in the sytemic capillaries varies from 35 mm Hg near the arteriolar ends to 10 mm
Hg near the venous ends, but their average "functional" P in most vascular beds is about
17 mm Hg.
In the pulmonary arteries, the P is pulsatile, just as in the aorta, but the systolic P is about
25 mm Hg and a diastolic P of 8 mm Hg, with a mean pulmonary aterial P of only 16 mm
Hg. The pulmonary capillary P averages 7 mm Hg. Yet, the total blood flow through the
lungs each minute is the same as that through the systemic circulation.
There are three basic principles that underlie all functions of the system:
The blood flow to each tissue of the body is almost always precisely controlled in relation
to the tissue needs. When tissues are active, they need much more blood flow than when
at rest, occasionally as much as 20 to 30 times the resting level. Yet, the heart normally
cannot increase its cardiac output more than four to seven times.
The cardiac output is controlled mainly by the local tissue flow. When blood flows through
a tissue, it immediately returns by way of the veins to the heart. Fortunately, the heart
responds to this increased inflow of blood by pumping almost all of it immediately back into
the arteries. In this sense the heart acts as an automaton, responding to the demands of
the tissues. But the heart is not perfect. therefore, it often needs help in the form of special
nerve signals to make it pump the requiered amounts of blood flow.
In general, the arterial P is controlled independently of either local blood flow control or
cardiac output control. The circulatory system is provided with a very extensive system for
controlling the arterial P. For instance, if at any time the P falls significantly below its
normal mean level of about 100 mm Hg, a barrage of nerves reflexes within seconds
elicits a series of circulatory changes to raise the P back to normal, including increased
force of heart pumping, contraction of the large venes, and generalized constriction of
most of the arterioles. Then, over more prolonged periods of time, H and days, the kidneys
play an additional major role in P control
Flow through a blood vessel is determined entirely by two factors: (1) the P difference
between the two ends of the vessel, which is the force that pushes the blood through the
vessel, and (2) the impediment to blood flow through the vessel, which is called vascular
resistance. The flow through the vessel can be calculated by the followinf formula, which is
called Ohm's law:
P
Q= ----
R
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in which Q is the blood flow, P is the P difference (P 1 - P2) between the two ends of the
vessel, and R is the resistance.
It should be noted that it is the difference in P between the two ends of the vessel, not the
absolute P in the vessel, that determines the rate of flow. For instance, if the P at both
ends of the segment were 100 mm Hg and yet not difference existed between the two
ends, there wolud be no flow despite the presence of 100 mm Hg P.
Ohm's law expresses the most important of all the relationships that the reader needs to
understand to comprehend the hemodynamics of the circulation.
BLOOD FLOW
Blood flow means simply the quantity of blood that passes a given point in the circulation
in a given period of time. The overall blood flow in the circulation of an adult person at rest
is about 5000 ml per minute. This is called the cardiac output because it is the amount of
blood pumped by the heart in a unit period of time.
When blood flows at a steady rate through a long, smooth vessel, it flows in streamlines,
with each layer of blood remaining the same distance from the walls. Also, the central part
of the blood stays in the center of the vessel. This type of flow is called laminar flow or
streamline flow, and it is opposite to turbulent flow, which is blood flowing in all
directions in the vessel and continually mixing within the vessel.
When the rate of blood flow becomes too great, when it passes an obstruction in a vessel,
when it makes a sharp turn or when it passes over a rough surface, the flow may become
turbulent rather than streamline, usually forming whorls in the blood called eddy currents.
When eddy currents are present blood flows with much greater resistance than when the
flow is streamline because the eddies add tremendously to the overall friction of flow in the
vessel.
The tendency for turbulent flow increases in direct proportion to the velocity of blood flow,
in direct proportion to the diameter of the vessel, and inversely proportional to the viscosity
of the blood divided by its density in accordance with the following equation:
v. d
Re= -----
in which Re is Reynolds' number and is the measure of the tendency for turbulence to
occur, v is the velocity of blood flow (in cm/ second), is the vicosity (in poises), and is
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the density. When Reynolds' number rises above 200 to 400, turbulent flow will occur at
some branches of vessels but will die out along the smooth portions of the vesels.
However, when Reynlods' number rises above aprox. 2000, turbulence will usually occur
even in a straight, smooth vessel. Reynolds' number even normally rises to 200 to 2000 in
large arteries; as a result there is almost always some turbulence of flow in the root of the
aorta and at the major arterial branches.
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