Manual Escala-1r Nivel
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ESCALA PRIMER
NIVEL
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CONTENIDO
FBVC 101:
INTRODUCCIÓN A LOS INCENDIOS FORESTALES .........................................................5
FBVC 102:
PRINCIPIOS BÁSICOS DEL COMPORTAMIENTO DEL FUEGO ........................................11
FBVC 103:
LA EMERGENCIA POR INCENDIO FORESTAL. SISTEMA DE MANEJO DE EMERGENCIAS .......37
FBVC 104:
LA PREDICCIÓN DEL COMPORTAMIENTO DEL FUEGO. SISTEMA CAMPBELL ......................47
FBVC 105:
OPERACIONES DE EXTINCIÓN ..................................................................................55
FBVC 106:
SEGURIDAD EN INCENDIOS FORESTALES ..................................................................87
FBVC 107:
PRIMEROS AUXILIOS ...............................................................................................97
FBVC 111:
OPERACIONES DE EXTINCIÓN CON AUTOBOMBAS FORESTALES ...............................112
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MANUAL
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NIVEL
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INTRODUCCIÓN.
En las sociedades modernas, los incendios forestales son considerados catástrofes a evitar. Estos
ocasionan daños a infraestructuras y bienes, y en algunos casos generan grandes daños ecológicos.
Pero es en la pérdida de vidas humanas donde los daños nos resultan inasumibles. Por ello la so-
ciedad y sus representantes diseñan políticas y cuerpos de emergencias con el objetivo de erradicar
los incendios de nuestro paisaje.
“Fuegos no programados o no controlados que afectan de diversas formas a los terrenos forestales
como recurso económico, protector o recreativo.”
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Según el manual del Combatiente de IIFF del Plan Nacional de Manejo del Fuego del 2006, en
Argentina se recurre a las siguientes definiciones:
“Incendio forestal es un fuego que se propaga libremente por la vegetación con efectos no deseados
para la misma.”
O bien:
“Es un fuego que se propaga sin estar sujeto a control humano, con efecto no deseado para la ve-
getación”
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Otra definición sencilla es la podemos encontrar en el Programa de Evaluación de Recursos Fores-
tales de la FAO 2010:
Otra definición mucho más completa es la que se desarrolla en el marco del Congreso Internacional
sobre IIFF de Sevilla en el 2007:
“Es cualquier quema de vegetación viva o muerta fuera del ambiente urbano o de construcciones. Su
alcance abarca los incendios programados o no programados en bosques naturales, bosques plan-
tados, áreas naturales protegidas, praderas, pastizales, matorrales, arbustos y otros tipos de vegeta-
ción, incluyendo los incendios en turberas, marismas, ciénagas y pantanos. También comprende los
fuegos de superficie o de copas en vegetación agrícola de cualquier tipo, cuando el fuego no ha sido
programado y ejecutado como parte de una técnica agrícola aceptada. Un fuego en este contexto
comprende también un incendio que desde un área natural u otra área, afecta a un ambiente rural o
Como ejemplo ponemos la definición existente en la legislación española, concretamente en: Ley
43/2003, de 21 de noviembre, de Montes:
“Incendio forestal: el fuego que se extiende sin control sobre combustibles forestales situados en el
monte.”
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1.2. La problemática actual de los incendios forestales.
EL PROBLEMA.
En los últimos años hemos venido observando como los incendios forestales son noticia en muchas
partes del mundo, en unos casos por sus consecuencias dramáticas, como el incendio de Portugal
del 2017 en el que perecieron 64 personas, en otros por la pérdidas millonarias que ocasionan,
caso del incendio de Fort McMurray del pasado año en Canadá o del centro de Chile en 2017, o por
el pánico social que originan dando lugar a la evacuación de miles de personas a una zona segura
(España 2012, Australia 2009, Grecia 2007)
LOS ANTECEDENTES.
El ser humano desde sus inicios ha vivido del entorno, al principio como nómada y posteriormente
de manera sedentaria a través de la agricultura, la ganadería y la explotación forestal. Hasta finales
del Siglo XIX, mantenía un equilibrio con el entorno y con el fuego, pero dicho equilibrio se rompió
tras la llegada de la revolución industrial, que provocó el éxodo rural y el abandono de una economía
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rural y local por una economía globalizada. Este hecho significativo generó un cambio en nuestro
paisaje y en nuestra percepción del fuego.
Por un lado, el abandono de la economía rural y localizada provocó que las zonas despobladas sin
gestión ni explotación alguna fueran conquistadas de nuevo por la vegetación forestal, generando
un paisaje más continuo y con mayor carga de combustible. El resultado no se hizo esperar: incen-
dios forestales más intensos y continuos en nuestro nuevo paisaje. Por otro lado, la sociedad se fue
urbanizando, perdiendo la alianza que había mantenido con el fuego durante miles de años, para
considerarlo ahora como un enemigo al que derrotar; en esta ocasión el resultado fue que los incen-
dios forestales comenzaron a percibirse como un problema social.
EL RESULTADO.
Como respuesta, empezamos a desarrollar dispositivos contra incendios forestales con el objeto de
defender los nuevos valores de esa nueva sociedad frente a la amenaza del fuego. Los incendios
forestales han evolucionado, sobre todo en el último siglo, como consecuencia de las acciones hu-
manas. El éxodo rural de los años 50 cambió el paisaje, lo hizo más continuo, provocando incendios
más grandes. El abandono de la actividad agrícola y forestal desde los años 60 han provocado la acu-
mulación de más y más combustible, lo que generó incendios más intensos. La bonanza económica
de los años 90, y una falta de regulación urbanística, provocó que la sociedad urbana se desplazara
de nuevo al mundo rural para sus vacaciones y disfrute, construyendo casas y urbanizaciones en
zonas de alto riesgo. Aparece así lo que conocemos como la interfaz urbana forestal, y el incendio
deja de ser un problema forestal para convertirse en una emergencia social.
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LA RESPUESTA.
Frente a estos cambios la respuesta de nuestra sociedad siempre ha sido la misma, aumentar y me-
jorar los recursos de extinción, sin darnos cuenta de que estábamos agravando el problema. La es-
pecialización, profesionalización y modernización de nuestros dispositivos en las últimas décadas ha
hecho que actualmente seamos muy eficaces en la extinción de conatos (incendio menor de 1ha) por
la rapidez de respuesta y de los incendios de baja y media intensidad, por la capacidad de desplie-
gue de un gran número de recursos, tanto aéreos como terrestres, en un reducido margen de tiempo.
El problema es que el territorio que evitamos que se queme con nuestra respuesta, no es menos
vulnerable a quemarse en sucesivos años si no lo gestionamos correctamente, porque sigue acu-
mulando vegetación y por lo tanto combustible, que tarde o temprano quemará y lo hará de manera
cada vez más intensa, fuera de capacidad de respuesta de nuestro dispositivo. Este hecho es lo que
denominamos LA PARADOJA DE LA EXTINCIÓN: cuanto mejores y más eficaces somos apagando
el incendio pequeño y mediano, estamos promoviendo sin quererlo, las perfectas condiciones para
tener un gran incendio forestal, al cual no vamos a ser capaces de enfrentarnos.
Para dar una respuesta a un problema complejo como el de los incendios forestales, es necesario
acciones adecuadas. Y lo que parece evidente es que debemos cambiar el modelo de respuesta,
pues seguir respondiendo de la misma manera, con más recursos y una falta de gestión forestal, no
va a solucionar el problema, sino que lo va a agravar y va a poner en riesgo a muchas personas, entre
ellos a los bomberos forestales y pilotos que han de enfrentarse a auténticos “infiernos” cargados
de incertidumbre.
Hemos de educar a la sociedad sobre la realidad de los incendios forestales, hacerles comprender
que el fuego es un elemento más de nuestro ecosistema, que debemos convivir con él y que deben
desarrollar una cultura de autoprotección frente a los riesgos naturales. Debemos promover la ges-
tión forestal, que incentive la vuelta a una economía rural y localizada, a través de la agricultura, la
ganadería extensiva, el uso de la biomasa forestal, etc.; de esta manera conseguiremos generar un
paisaje discontinuo, con una estructura más resiliente frente a los incendios forestales.
Debemos reintroducir el fuego en nuestros ecosistemas a través de las quemas prescritas e incendios
de baja intensidad, que ayudarán a gestionar el combustible y generarán espacios abiertos que me-
jorarán la diversidad y la supervivencia de nuestros ecosistemas. Debemos mejorar la coordinación
entre administraciones que atienden a un incendio forestal. Por ello se hace imprescindible estan-
darizar protocolos y establecer un sistema de manejo de emergencias único, basado en un sistema
formativo común. Estos son nuestros retos a corto y medio plazo, que debemos empezar a trabajar
ya mismo, pero que llevará su tiempo.
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2.1. Factores, dinámica y física del fuego.
Desde que existe en la tierra el combustible vegetal y el comburente en forma de oxígeno, existen
los incendios forestales; el calor era proporcionado por los rayos y la lava de los volcanes. Es por ello
por lo que los incendios forestales llevan moldeando el paisaje desde hace millones de años, hasta
tal punto que muchas especies vegetales han evolucionado siguiendo estrategias adaptativas frente
al fuego.
Nuestros ecosistemas son dinámicos, están en constante cambio, adaptándose a las nuevas condi-
ciones climáticas del momento y a las perturbaciones naturales, sequías, riadas, incendios foresta-
les, tormentas, etc. A si mismo, los cambios socioeconómicos del último siglo y la falta de gestión
forestal que compense el abandono rural han cambiado el paisaje y su estructura, favoreciendo el
desarrollo de incendios más grandes e intensos. Por todo esto, los incendios forestales evolucionan
con el cambio de los ecosistemas que los sustentan.
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Incendios de California del 8 y 9 de octubre del 2017. Fotos: National Weather Service y NOAA de los EEUU.
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2.1.2. Conceptos generales del fuego.
o Combustible
o Oxigeno
o Calor
La Reacción del Fuego o Proceso de Combustión es un proceso inverso al que realizan las plantas
con la fotosíntesis. En esta, las plantas utilizan la energía de la radiación solar, el dióxido de carbono
y el agua, para crear celulosa y expulsar oxígeno. El proceso de la fotosíntesis se puede representar
esquemáticamente como:
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El Triángulo y el Tetraedro del fuego.
Fases de la Combustión.
1. PRECALENTAMIENTO.
A un combustible forestal se le debe suministrar calor para hacer aumentar su temperatura hasta los
100°C, provocando la pérdida de agua interna (principalmente del combustible muerto). Hasta que
no pierda esta no se puede generar llama. Según se acerca al punto de ebullición del agua, se co-
mienzan a desprender gases poco inflamables (básicamente vapor de agua). Al aumentar la tempe-
ratura del proceso, la desecación avanza hacia el interior de la madera. Al aumentar la temperatura
hasta los 200°C también se vaporizan las resinas acumuladas
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2. COMBUSTIÓN DE GASES - PIROLISIS.
La temperatura va aumentando y empieza a volatizarse las resinas, aceites, etc. De la madera, has-
ta alcanzar los 300°C - 400°C produciéndose una alteración del color de la madera. Es un signo
evidente de que se ha comenzado el proceso de pirólisis (rotura por fuego). Es la descomposición
química que padece la madera por el efecto del calor. Al pirolizarse la madera desprende gases
inflamables y deja un residuo carbonoso negro denominado carbón vegetal. La reacción de pirólisis
profundiza en la madera a medida que el calor continúa afectándola.
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3. PUNTO DE IGNICIÓN – AUTOINFLAMACIÓN.
4. COMBUSTIÓN GASEOSA.
5. COMBUSTIÓN SÓLIDA.
Se acaban las llamas y comienzan las brasas. El grueso de la capa carbonizada aumenta con la
combustión. Esta capa es un buen aislante del calor, limita el caudal de calor que penetra hacia el
interior de la madera, y limita la pirólisis, que va disminuyendo al agotarse el volumen de madera sin
pirolizar. Al disminuir la intensidad de la pirolización no se puede mantener la combustión gaseosa,
el aire entra en contacto directo con la capa carbonizada y facilita la combustión incandescente si
las pérdidas de calor radiante no son demasiado elevadas.
6. ENFRIAMIENTO.
Las tres primeras fases son previas al paso del frente del fuego, la cuarta es el frente del fuego pro-
piamente dicho, y las dos últimas ya son posteriores al frente del fuego visible.
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Tipos de Combustión.
1. Combustión Completa: Se produce cuando los 3 elementos del triángulo del fuego están en
la proporción adecuada. Indicadores:
✔✔ Humos blancos.
✔✔ Cenizas blancas.
2. Combustión incompleta: Se produce cuando los 3 elementos del triángulo del fuego NO es-
tán en la proporción adecuada. Indicadores:
✔✔ Humo negro.
✔✔ Consumos incompletos.
Antes de ver el proceso de transferencia del calor debemos definir una serie de conceptos básicos
de la inflamabilidad que mejoraran el entendimiento de este proceso.
INFLAMABILIDAD.
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Transferencia de calor de forma directa.
o CONDUCCION: Transferencia de calor por contacto directo entre dos cuerpos. La trans-
ferencia de energía calorífica se realiza de las zonas de mayor temperatura hacia las de
menor temperatura debido a la interacción molecular.
✔✔ Convección natural.
✔✔ Convección forzada.
o
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Radiación solar concentrada a través de una lente. Foto: Fa- Convección en quema controlada, Gran Canarias. Foto Juan Caa-
fernandez95 maño, 2009.
✔✔ Distancia de Emisión.
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2.2. Factores que afectan al comportamiento del fuego.
Los factores que condicionan el comportamiento del fuego son 3 y se reflejan esquemáticamente en
forma de triángulo.
✔✔ COMBUSTIBLE.
✔✔ METEOROLOGÍA.
✔✔ TOPOGRAFÍA.
El Combustible.
Combustible es todo aquel material vegetal, vivo o muerto que se encuentra en condiciones de arder.
El combustible es el único factor de los que forman el triángulo del comportamiento sobre el que
1. Cantidad.
2. Humedad.
3. Tipología.
1. Humedad.
2. Densidad.
3. Continuidad.
4. Compacidad.
5. Cantidad (carga)
Otras características:
1. Forma y Volumen.
2. Tamaño.
3. Temperatura.
Quema de combustibles. Foto Juan Caamaño, 2009.
4. Composición química.
5. Distribución.
6. Ubicación.
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La Meteorología.
El Triángulo de la Meteorología.
1. Temperatura.
2. Viento.
3. Humedad Relativa
1. Temperatura: La temperatura de los combustibles y la del aire que los rodea están estrechamen-
te relacionadas y sufren muchas veces grandes cambios en tiempos muy cortos y entre lugares
muy próximos.
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2. Viento. Los cambios en la velocidad y dirección del viento pueden ser muy grandes en tiempos
muy cortos y entre lugares muy cercanos, y están muy afectados por la topografía y la vegetación
del lugar donde se desarrolla el incendio.
Diferentes momentos de toma de datos de Viento, Temperatura y Humedad Relativa en una quema controlada. Foto
Juan Caamaño, 2009.
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La Topografía.
El Triángulo de la Topografía.
1. Pendiente.
2. Exposición.
3. Relieve.
1. Pendiente: Influye sobre la intensidad con que llega la radiación solar a la superficie. Favorece
2. Exposición. Existen dos exposiciones principales, solana y umbría, que determinan dos zonas
claramente diferenciadas al ser más calurosas y secas las solanas y tener en general menor
cantidad de combustible.
3. Relieve: Las formaciones del terreno como, valles, cañones y gargantas, crestas y collados,
afectan al desarrollo del incendio y a las tareas de extinción.
Se aprecia efecto de la pendiente y la exposición a favor de la progresión del incendio. Foto: BRF
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2.3. Efectos en el incendio.
Los bomberos deben estar atentos a los efectos del comportamiento del incendio en la ignición, la
intensidad y la velocidad de propagación de los incendios forestales. Aunque cada uno de los com-
ponentes del entorno afecta a todos los factores individuales, ciertos componentes influyen en un
determinado tipo de comportamiento.
La velocidad de propagación es el espacio recorrido por un frente de fuego por unidad de tiempo. La
velocidad es un factor que también limita la capacidad de control del incendio. Según el uso que se
haga de esta información, hay que tener en cuenta la velocidad de diferentes aspectos del incendio:
En condiciones meteorológicas normales un GIF avanza con una velocidad de 4-6 Km/h (70-100
m/min). Si las condiciones meteorológicas le son especialmente favorables, la velocidad puede so-
brepasar las cifras anteriores hasta llegar a más de 8 Km/h (135 Km/h) Pero estos incendios no son
los más rápidos, un fuego de rastrojo de cereal en un día seco de verano, cuando hace días que no
llueve, avanza aproximadamente a 12 Km/h (200 m/min) No podemos confiar en que un cortafuego
cubierto de hierba seca o un campo de rastrojo nos sirva de barrera y detenga el incendio, pues la
presencia de combustible fino disponible hará que el fuego se desplace más rápidamente. La cabeza
del incendio es la parte del incendio que se propaga de forma más activa. Lo que más nos interesa
es la velocidad de propagación hacia delante, es decir la propagación de la cabeza del incendio, ya
que suele ser el tipo de propagación más difícil y peligroso para controlar. En algunas situaciones,
la ignición de focos secundarios a grandes distancias puede afectar la velocidad de propagación.
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La conjunción entre la longitud de la llama, la intensidad, y la velocidad de propagación definen el
tipo de incendio, su comportamiento y nuestra capacidad de extinción eficaz. Estas características
del comportamiento del incendio también marcan el nivel de seguridad para los bomberos. Cuanto
mayor sea la velocidad de propagación y/o la longitud de llama, mayor deberán ser las precauciones
que tomar (individuales, tácticas, y organizativas). La velocidad de propagación y la longitud de
llama están interrelacionados. Si aumenta la velocidad de propagación, también lo hará la longitud
de llama, así como la intensidad del incendio. Sin embargo, la longitud de llama no dirige necesa-
riamente la velocidad de propagación.
Cuadro que relaciona la velocidad de propagación y el calor por unidad de superficie con la altura de llama y por tanto
con el tipo de ataque. Fuente: Bombers de la Generalidad de Cataluña.
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2.3.2. Longitud de llamas.
La altura de llama es el largo medio de las llamas en la cabeza del incendio (L). Sin viento ni pen-
diente esta longitud (L) es igual a la altura de la llama (H) . Esta variable se utiliza para estimar la
intensidad lineal del fuego.
Los principales parámetros físicos de la llama: Longitud de llama (L) y altura de llama (H)
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Entre otras cosas, se usa para estimar el tamaño de la zona de seguridad necesaria, es decir, la dis-
tancia de separación entre los bomberos y las llamas, equivalente a, al menos, cuatro veces la altura
de llama máxima medida en suelo nivelado. Sin embargo, el calor convectivo del viento y los efectos
del terreno aumentarán la separación necesaria. Cuando las llamas están inclinadas, la altura de
llama puede ser menor que la longitud de llama.
La longitud de llama es la distancia de la llama desde la base hasta el extremo. Si la llama está
inclinada, entonces lo que cuenta es su longitud, no la altura. Se mide en metros. La longitud de
llama será el principal indicador de qué tipo de maniobra de extinción utilizar, nos hará modificar las
tácticas del ataque, y nos permitirá saber si la capacidad de extinción que presentamos al incendio
tendrá eficacia y se podrán realizar las actividades de extinción con seguridad.
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2.3.3. Intensidad Lineal.
La intensidad lineal del incendio es la cantidad de calor que se libera en el frente de un incendio por
unidad de longitud, también se puede definir como la potencia calorífica total por metro de amplitud
del frente. Su unidad en el SMD es el kilovatio por metro (Kw/m; también se puede medir en Kcal/
ms)). La intensidad lineal del incendio se ve influida por:
✔✔ Pendiente y velocidad del viento: Los incendios son más intensos cuando se propagan
pendiente arriba o a favor del viento, debido a que el calentamiento por convección es
más eficaz.
La intensidad lineal de fuego es el limitador real de la capacidad de extinción, nos dice el punto
hasta el que nos podemos acercar al incendio para poder extinguirlo, así como si el agua se presen-
ta como un medio eficaz de extinción. La intensidad es el factor que mejor define el alcance del
comportamiento del incendio, la virulencia y las condiciones extremas que rodearán a este incendio.
Calor generado por unidad de superficie, durante el tiempo que esta área permanece dentro del
frente de llamas (Kcal/m²)
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2.3.5. Eficiencia en la radiación.
El viento:
✔✔ Si el avance del frente de llamas es en la misma dirección del viento, este acerca la
llama a los combustibles y aumenta la radiación sobre ellos.
La Pendiente:
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2.3.6. Geometría del incendio forestal.
Una vez que se inicia un fuego en un punto, las llamas se extienden a su alrededor formándose
una línea perimetral que va ardiendo y dejando en su interior una zona ya quemada. Si el terreno
fuese llano, la vegetación uniforme y no soplase el viento, el fuego avanzaría por igual en todas di-
recciones, creando un perímetro de llamas con forma circular. Cuando sopla el viento o el terreno
es inclinado, este perímetro en llamas suele adoptar una forma de elipse, y el fuego tiene distinta
intensidad y velocidad en distintos puntos de dicho perímetro.
Si además tenemos en cuenta las enormes variaciones que pueden darse en la pendiente, en el
viento y en la continuidad del combustible, podemos llegar a tener una gran variedad de formas o
geometrías asociadas a la propagación de los incendios.
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2.3.7. Partes de un incendio.
Debido a la gran variedad de geometrías que puede adoptar un incendio y teniendo en cuenta la
dirección de propagación de esté, se deben distinguir las diferentes partes de un incendio.
Partes de un incendio.
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✔✔ Cabeza o frente principal del incendio: Es la parte donde el frente puede avanzar más rápido
cuanto más fuerte es el viento o la pendiente y suele indicar la dirección del avance principal
del incendio. Se le asocia a velocidades, intensidades y alturas de llamas mayores.
✔✔ Cola: Suele ser la parte contraria al avance principal del incendio o cabeza. Se le su-
pone de menor velocidad, intensidad y altura de llama.
✔✔ Flancos (izquierdo/derecho): Son las partes del perímetro que se encuentran entre la cabeza y
la cola, una a cada lado del avance del incendio. Por su posición respecto al avance se le asocia
con velocidades, intensidades y alturas de llama intermedias entre las de cabeza y cola.
Otras partes que nos podemos encontrar asociadas a las formas o perímetros de un incendio son:
✔✔ Dedos: Se llaman así a las prolongaciones más o menos estrechas de cabezas o flancos
que se separan del perímetro principal.
✔✔ Entrantes o bolsas: Se conocen así a las partes sin quemar que quedan entre el perí-
metro principal y las prolongaciones de dedos.
✔✔ Islas: Son aquellas zonas sin quemar que se quedan dentro del perímetro del incendio
(también se las puede llamar bolsas)
✔✔ • Focos secundarios: Son áreas quemadas sin contacto con el perímetro principal.
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2.3.8. Clasificación de fuegos y Tipología de incendios.
Ahora debemos conocer las diferentes Clases de Fuego y Tipos de Incendios que nos podemos en-
contrar.
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§ Copas.
· Copas Pasivo: es el fuego que avanza por las copas de los árboles, acoplado a un fue-
go de superficie y no independiente de él. Su propagación principal es por superficie.
· Copas Activo: es el fuego que avanza por las copas de los árboles de forma indepen-
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diente al fuego de superficie. Su propagación principal es por las copas de los árboles.
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b) Tipología de incendios: según el motor que lo mueve.
§ Viento: Incendios dirigidos por el viento general. Presentan columnas tumbadas, períme-
tros y flancos alargados, siguen ejes de cresta y puntos altos.
§ Topográfico: Incendios dirigidos por los vientos de ladera que siguen las pendientes. Muy
influenciados por la exposición al Sol, son incendios que tienden a quemar barrancos y
vaguadas enteras.
Incendio topográfico de Segura de la Sierra, Jaén, 2017. Foto: Plan INFOCA Andalucía.
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§ Convectivo: Incendios dirigidos por la enorme cantidad y disponibilidad del combustible.
Generan columnas convectivas que aumentan el desarrollo del fuego. De movimiento
errático e imprevisible.
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2.4. Retroalimentación del incendio. El Ambiente de fuego.
¿Por qué algunos incendios se mantienen mientras otros crecen con gran rapidez? ¿Qué pasa cuando
un incendio se amplía y se intensifica? ¿Cómo interactúa el incendio con su entorno?
El desarrollo vertical de esta tercera dimensión, la columna convectiva de humo de un incendio, se ve afectada
por tres factores: la intensidad del incendio, la estabilidad de la atmosfera inferior y los vientos en altura.
La Intensidad del incendio determina el desarrollo vertical del incendio y la columna de humo con-
forme la energía calorífica generada por el incendio se libera a la atmósfera.
Los incendios de baja intensidad crean suaves corrientes entrantes en el borde del incendio que
alimentan una limitada columna convectiva de humo sobre el fuego. En los incendios de baja in-
tensidad, los factores relacionados con su propagación (meteorología y topografía) controlan en gran
medida el incendio. El incendio afecta muy poco al entorno, y causa modificaciones menores en las
condiciones meteorológicas en proximidad del incendio.
Izquierda, quema bajo arbolado en baja intensidad; derecha quema bajo arbolado en alta intensidad. Gran Canarias. Foto: Juan Caamaño, 2009.
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Los incendios de alta intensidad crean corrientes entrantes mucho más fuertes en los bordes del incendio,
que contribuyen a alimentar una columna convectiva capaz de alcanzar varios miles de metros de altura. Los
incendios de alta intensidad pueden controlar marcadamente el entorno donde se desarrollan, y sus efectos
pueden modificar considerablemente las condiciones meteorológicas (como la velocidad y dirección del vien-
to, y la temperatura) cerca del incendio y en las zonas contiguas.
Independientemente de que sean grandes o pequeños, normalmente los incendios forestales de gran intensi-
dad afectan la atmósfera verticalmente en gran medida. Una columna de convección asociada bien desarro-
llada y la formación de remolinos de fuego ilustran los efectos verticales del fuego en la atmósfera.
Los vientos en altura son los vientos que afectan a la columna convectiva. Los vientos fuertes tien-
den a inhibir el desarrollo vertical de las columnas convectivas y pueden inclinar la columna de
humo de manera que permanezca cerca del suelo según se va alejando del incendio. Sin embargo,
en un ambiente muy inestable los vientos pueden ser erráticos durante periodos, o bajar su veloci-
dad. Durante estos periodos sin un vector de propagación claro por el viento, el desarrollo vertical de
la columna de humo se puede intensificar y aumentar la posibilidad de transporte de pavesas cuando
estos vientos se vuelvan más fuertes.
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2.5. Terminología de incendios forestales.
En este conjunto de secciones de comportamiento se utiliza terminología de incendios forestales para descri-
bir los conceptos básicos del comportamiento de estos incendios. La capacidad de describir las características
de un incendio es el primer paso hacia la comprensión del comportamiento del incendio.
Uno de los factores que controla el crecimiento del incendio es su ubicación. Un incendio situado en un
entorno de fuego abierto es aquel en el que los combustibles y el fuego están expuestos a las condiciones
y elementos meteorológicos (viento, radiación solar) y, por tanto, tiene más posibilidades de reaccionar a
los diferentes elementos meteorológicos que un incendio situado en el interior de un dosel arbóreo cerrado.
Sin embargo, una vez que el fuego se extienda a la cubierta arbórea, pasará a estar dominado por un en-
torno abierto. El cambio de entorno cerrado a abierto en poco tiempo puede aumentar dramáticamente la
intensidad del incendio y su velocidad de propagación. Recuerde que los incendios forestales son fuentes
de calor que pueden y de hecho interactúan con su entorno. Las dimensiones de esta esfera de influencia
dependerán de las dimensiones y la intensidad del incendio, es decir, de su producción de energía calo-
rífica. La posición física del incendio, y el efecto de protección del terreno y la vegetación circundante,
es a menudo un factor que contribuye al posible comportamiento futuro del incendio.
El frente de llamas es la zona de un incendio en el que el fuego está en movimiento, donde la com-
bustión principalmente produce llamas. Detrás de la zona de llamas, la combustión es principalmen-
te incandescente o implica la quema de combustibles más grandes (más de 7 a 8 cm de diámetro).
35
2.5.3. Tipos de propagación.
En cualquier incendio podemos diferenciar ciertas áreas según sea el tipo de propagación que mues-
tra. Esta propagación se ve influida por el viento, pendiente, o cambios en el tipo de combustible.
Hay cuatro tipos de propagación de fuego: de cabeza, de cola, de flanco, y de succión del frente
principal. Estos términos describen el comportamiento y la propagación del incendio forestal, así
como el tipo de propagación de fuego necesario para completar una operación de fuego técnico.
§ Propagación por succión del frente principal. Como hemos visto anteriormente, la propa-
gación de un fuego se puede dirigir mediante el viento y / o la pendiente, otra forma de
direccionar el frente de un fuego es mediante la succión de la corriente de aire creada
por el frente del incendio principal. Cualquier fuego consume oxígeno del aire, a la vez
calienta el aire por convección y éste se desplaza en altura, estos fenómenos crean un
vacío de aire que se llena de aire fresco de la zona. El relleno de este vacío genera una
corriente de aire en dirección al fuego, corriente que será más intenso a medida que el
fuego sea también más intenso.
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3.1. Introducción al Sistema de Mando de Emergencias.
La creación de un sistema de mando de emergencias (SME) que suponen los incendios forestales
se justifica por dos hechos importantes. Por un lado, los incendios producen graves daños sobre el
medio natural por lo que las Administraciones Públicas están obligadas a minimizar las pérdidas
que podrían ocasionarse.
Por otro lado, el incendio forestal puede generar, en su avance, situaciones de grave riesgo para personas
y bienes que requieran la adopción de medidas por las administraciones que salvaguarden su seguridad.
Ambas perspectivas han de abordarse desde una óptica integradora basada en la coordinación de las actua-
ciones que han de dar respuesta a la emergencia. La integración ordenada de estas cuestiones da lugar a un
sistema estructurado y eficaz, que es lo que conocemos como Sistema de mando de incidentes, el cual rep-
resenta el marco en el que se deben integrar las diferentes Administraciones Públicas, así como las entidades
u organizaciones de carácter público o privado cuando tienen que abordar una emergencia de esta índole.
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✔✔ • Dirección. ✔✔ • Planificación.
✔✔ • Logística.
La organización del SME desarrolla cinco funciones principales para la dirección de una emergencia:
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Dirección.
El Director Técnico de Extinción tiene la responsabilidad de dirección global de toda la organización plantea-
da para hacer frente al incendio forestal. Establece los objetivos de la intervención. Independientemente del
nivel del SME que tengamos desplegado, por sencilla que sea, deberá ser dirigido por un Director Técnico de
Extinción, aunque no se desempeñen completamente todas las funciones de dirección.
Operaciones.
La Sección de Operaciones desempeña en la organización del SME la responsabilidad de dirigir las acciones
Planificación.
Logística.
En la organización del SME la Sección de Logística tiene la responsabilidad de suministrar los servicios y el
apoyo que se precisen para atender todas las necesidades del incidente.
Económico – Administrativa.
La Sección Económica y Administrativa controla los gastos de la extinción, realiza contratos, presupuestos y
busca financiación. (En el caso de España esta sección no se desarrolla)
DTE
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3.1.2. Principios de Gestión del SME.
Para crear dicha estructura de mando el SME cuenta con una serie de principios esenciales que
facilitan el esquema organizativo para dirigir la intervención ante una emergencia. Aplicando estos
principios se llegará a construir un organigrama que, en su desarrollo completo, garantizará el estab-
lecimiento de los elementos básicos de gestión en situaciones de emergencia. Estos principios son:
2. Dirección por Objetivos: Todas las etapas y decisiones tienen que estar encaminadas a la con-
secución de los objetivos.
MANUAL ESCALA PRIMER NIVEL
3. Cadena de Mando: Garantiza que cada recurso solo tiene un único supervisor o mando al que
reportar.
4. Transferencia de Mando: Necesario que por necesidades de la emergencia el mando deba ser
asumido por personas de mayor o igual rango.
8. Gestión de Recursos: Organización de los recursos para poder obtener una mayor efectividad de
estos, mantener la capacidad de control y reducir las comunicaciones.
10. Control de Recursos: Necesidad de conocer en todo momento la situación de los recursos a
través de su supervisor.
11. Comunicaciones: Plan de comunicaciones común con diferentes redes de comunicación según
niveles.
40
3.1.3. Instalaciones del SME.
La organización que plantea el SME para la organización y dirección de una situación de emergencia
considera unas instalaciones tipificadas, que son, fundamentalmente, las siguientes:
o Puesto de Mando
o Helibases
o Helisuperficie
El DTE tendrá que determinar cuándo establecer estas instalaciones considerando que la prioridad
debe situarla siempre en las necesidades que plantee la situación de emergencia.
41
Centro de Recepción de Medios (CRM)
El Centro de Recepción de Medios debe estar situado cerca de las áreas concretas de trabajo de los
recursos, contemplando el SMI una distancia tal que se garantice un tiempo de traslado inferior a
5 minutos.
CRM ubicado en cruce de caminos con acceso a las zonas de trabajo y símbolo que identifica el CRM. . Foto: Inma Cantero,.
Helibases.
Helibase, CEDEFO Srra. Nevada durante el incendio de Motril del 2006. Foto: BRF..
42
Helisuperficies.
Las Helisuperficies son emplazamientos temporales, dentro del área dela emergencia, donde los
helicópteros pueden tomar tierra y despegar con seguridad, para que en ellas pueda subir o bajarse
el personal, equipamiento, suministros diversos, etc.
43
3.2. Fases del ataque a un incendio.
De forma genérica la organización normal de un primer ataque con los medios de despacho au-
tomático suele ser la siguiente.
MANUAL ESCALA PRIMER NIVEL
Cuando llegamos a un incendio pretendiendo planificar y organizar un primer ataque, debemos tener
bastante claros una serie de esquemas mentales y de aspectos que no se deben pasar por alto, sobre
todo en cuanto a la información que debemos recopilar y evaluar antes de planificar nuestro ataque.
Generalmente se suele establecer tres fases que nos van a ayudar a organizarnos mejor cuando lle-
gamos al incendio y planeamos controlarlo mediante un primer ataque. Estas fases son:
a) Reconocimiento.
b) Evaluación
c) Planificación.
Bien es cierto que en la práctica la diferenciación entre estas fases se disuelve bastante, de manera
que el proceso suele quedar reducido a: Reconocimiento y Evaluación-Planificación. Estas dos úl-
timas etapas, en la práctica, se producen simultáneamente ya que conforme se van planeando las
distintas alternativas de ataque, se va también evaluando la viabilidad de cada una de ellas.
44
Esquema de intervención en ataque ampliado.
El ataque ampliado es necesario cuando el fuego no ha podido ser controlado por los medios que
realizan el primer ataque y se hace preciso traer más medios desde otras zonas. El paso del primer
ataque al ataque ampliado se producirá a solicitud del Director Técnico de Extinción, teniendo en
cuenta el comportamiento actual y previsto del fuego, así como la efectividad de los trabajos que es-
tán realizando los medios de que dispone. Esta solicitud será aprobada por la Central de Operaciones
que dará las órdenes oportunas para que acudan medios de refuerzo.
o Periodo de permanencia en
el incendio de los recursos
actuales y recursos adiciona-
les solicitados.
45
Esquema de intervención en un gran incendio
Este esquema genérico de Intervención en un Gran Incendio se correspondería con lo que denomina-
mos un Ataque Ampliado de tercer ó cuarto nivel. Se consideran incendios especialmente peligrosos
aquellos que escapan al ataque ampliado (de segundo nivel), aquellos cuya duración se prolonga
más de las 24 horas o los que afectan a una superficie de más de 500 hectáreas. Los grandes incen-
dios, que pueden afectar a miles de hectáreas se incluyen dentro de esta clase.
Su control requerirá la movilización de gran cantidad de medios, muchos de los cuáles deberán lle-
gar desde largas distancias. El manejo eficaz y seguro de estos medios exige su distribución dentro
de una estructura cuyo organigrama se presenta a continuación, así como su funcionamiento de
acuerdo con un plan de operaciones establecido para el caso concreto y revisado según evolucionen
las circunstancias del incendio.
MANUAL ESCALA PRIMER NIVEL
Helibase, CEDEFO Srra. Nevada durante el incendio de Motril del 2006. Foto: BRF, Plan INFOCA, Andalucía.
46
MANUAL
ESCALA PRIMER
NIVEL
47
4.1. Principios Teóricos.
El Sistema de Predicción Campbell (CPS) y su lenguaje asociado, es un sistema de análisis del com-
portamiento actual de un incendio para extrapolarlo al comportamiento futuro.
Para ello el CPS simplifica cada uno de los tres factores del comportamiento del fuego (combustible,
meteorología y topografía) en aquellas variables que considera que afectan más directamente a la
propagación del incendio. Esto es:
1. COMBUSTIBLES: Los combustibles presentan un gran número de variables como son la hume-
dad, la densidad, la continuidad, compacidad, cantidad, forma, tamaño, composición química,
distribución, ubicación o temperatura. De todas ellas la temperatura es una variable que condi-
ciona sobre todo a la humedad y que está en función a la exposición al Sol que varía a lo largo
del día. Es por ello por lo que la EXPOSICIÓN es el factor que se toma como referencia en el
MANUAL ESCALA PRIMER NIVEL
2. METEOROLOGÍA: Las variables que condicionan las diferentes escalas de la meteorología son
numerosas también. Son entre muchas otras, la temperatura, la humedad, la presión atmos-
férica, la nubosidad, la precipitación, el viento, etc. De todas ellas el VIENTO es la que afecta
de forma más evidente el comportamiento de los incendios en el monte, ya que su presencia
puede deberse a varios de los otros factores como la temperatura de las laderas o la presión
atmosférica.
3. TOPOGRAFÍA: Aquí también encontramos numerosas variables que cambian según se va des-
plazando el fuego por la superficie del monte. Los diferentes accidentes topográficos que con-
dicionan el comportamiento del fuego tienen en común de una manera u otra una mayor o
menor PENDIENTE por lo que esta variable se antoja de vital importancia en todas las demás.
No nos olvidemos que la exposición de los combustibles es un factor dependiente también de
la topografía.
Una vez que tenemos definidos las tres variables en las que debemos fijarnos vamos a estudiar cómo
afectan al comportamiento del fuego y al resto de variables del comportamiento.
48
Exposición.
La exposición u orientación de los combustibles a la radiación solar nos da una idea de lo frio o cali-
ente que se encuentran estos. La exposición de los combustibles tiene una incidencia directa sobre:
· b. El tipo de vegetación que encontramos en una exposición u otra está condicionado por el es-
En primer ligar vemos que la ladera expuesta al Este (Oeste en el hemisferio Sur) es la que
recibe los primeros rayos de luz calentándose rápidamente para luego iniciar una progresiva
pérdida de ese calor. El pico máximo de temperatura lo alcanzará alrededor de las 9:00 UTC
u hora solar que dependiendo de la época del año podrá variar en una o dos horas.
49
La siguiente exposición que se verá afectada es la Sur (Norte en el hemisferio Sur) Se observa que
tanto el aumento como la perdida de temperatura son muy parecidos con el pico máximo de tem-
peratura alrededor de las 13:00 UTC, siendo este el máximo de temperatura que se alcanza en todas
las exposiciones.
Por la tarde será la exposición Oeste la que más calentamiento sufrirá con su máximo alrededor de las
18:00 UTC y con una temperatura muy elevada debido al calentamiento progresivo durante todo el
día y a la insolación directa de estas laderas durante la mayor cantidad de horas de sol por las tardes.
Viento.
oxigenarlas y desecar los combustibles por delante. Por tanto, hace que el fuego sea más eficiente
a favor de viento que en contra, al quemar más cantidad de combustible al mismo tiempo. De esta
variable nos interesa conocer su módulo o intensidad y su dirección de avance.
Pendiente.
La pendiente como ya se definió en los módulos anteriores, es un factor muy importante en el análisis
sobre el terreno ya que favorece el ascenso del frente de llama a mayor velocidad debido a que pone
los materiales combustibles más cerca de la radiación, aumentando su temperatura y desecándolos.
Incendio con pendiente, viento y exposición a favor del avance. Foto: BRF..
50
4.2. La Lógica de Campo.
El CPS es un sistema muy sencillo de manejar con las tres variables básicas que se desprenden de
cada uno de los tres factores del comportamiento del fuego. Con ellos el sistema realiza un análisis
sintético del comportamiento que facilita la toma de decisiones basadas en el comportamiento pre-
visto del fuego.
La Alineación de Fuerzas.
La lógica de campo está basada en la conjunción de las tres variables, exposición, viento y pendiente
en la llamada alineación de fuerzas, es decir referido a un frente de avance del fuego, la afectación
Tras la observación de la alineación de fuerzas de un frente, se deben identificar otros valores que
cuantifiquen el comportamiento del incendio para que en el caso de extrapolar esos resultados a otras
zonas del incendio podamos ver si en realidad su comportamiento es el mismo. Estas variables son:
o Longitud de llama.
o Velocidad de avance.
51
Capacidad de Control.
Este es un concepto de un gran valor a la hora de diseñar las estrategias y tácticas y se basa en definir
si unos recursos dados son capaces de trabajar en un frente de llama, a lo que se define como “dentro
de capacidad de control” o por el contrario no son capaces de trabajar en dicho frente, es decir están
“fuera de capacidad de control”.
Esto capacidad se define conociendo las dos variables anteriores más las capacidades tácticas o de
maniobras que tienen dichos recurso. Resumiendo, para saber si un recurso dado puede o no trabajar
en un frente debemos conocer:
o Longitud de llama.
o Velocidad de avance.
Vamos a definir a continuación varios términos o conceptos que facilitan la comprensión del esquema
básico de propagación de un incendio y a su vez crean una nomenclatura sencilla para entendernos.
Carreras.
o Carreras principales: distancia y superficie recorrida por un frente en plena alineación (3/3)
o Carreras potenciales: distancia y superficie que un frente podrá recorrer en plena, media
o nula alineación (potencial)
52
4.2.3. Ventana de Actuación.
Definimos Ventana de Actuación como el espacio y el tiempo del que disponen las unidades de com-
bate para controlar el frente de llama, entre un punto de inflexión y el siguiente.
Como ya hemos dicho, cada vez que el incendio llegue a un punto de inflexión se produciré un cam-
bio, ya sea “a mejor” o “a peor” (punto crítico) El tiempo que tarde el frente en llegar a ese lugar y la
distancia a recorrer, constituyen el margen de maniobra del que pueden disponer las unidades, para
el control del frente de llama.
Es de vital importancia que el cálculo de las ventanas de actuación sea lo más acertado posible por
el enorme riesgo que pueden correr las unidades de combate. Se puede dar el caso de que no dé
tiempo a realizar las maniobras de control antes de que el frente llegue al punto de inflexión, con lo
Algo que todas las unidades deben recordar siempre es que cualquier maniobra debe estar basada en
el comportamiento actual y futuro del incendio, y que estás deben ser siempre maniobras ganadoras,
en el caso de que no puedan serlo, por falta de tiempo o espacio (ventana de actuación), se deberá
desistir de su intento y buscar nuevas oportunidades.
Las ventanas de actuación se pueden ajustar con el empleo de una táctica u otra sobre el frente de
ataque. La clave del éxito estará en la táctica o maniobra de ataque empleada. Cuando la ventana
de actuación es estrecha, deberemos aumentar nuestra capacidad de extinción con maniobras más
rápidas y agresivas (maquinaria pesada, contrafuegos, etc.), o con tácticas que aumenten la ventana
de actuación, ralentizando la velocidad del frente de llamas (lanzamiento de retardante)
53
4.3. Lenguaje de comunicación.
Llegado el momento de comunicar la previsión del comportamiento del incendio, se deberá trans-
mitirla de forma que sea comprendido por todos y sin que se pierda o se malinterprete la información.
El lenguaje debe basarse en construcciones hechas, breves para su transferencia vía radio y cono-
cidas por todos.
A continuación, exponemos un ejemplo de lo que podría ser un protocolo de comunicación del com-
portamiento de un incendio, analizado desde el punto de vista del CPS.
2. Alineación de fuerzas: plena alineación (3/3), media alineación (2/3) sin exposición etc.
3. Carreras principales.
MANUAL ESCALA PRIMER NIVEL
5. Carreras potenciales.
6. Ventana de actuación.
Análisis CPS; Incendio topográfico; Objetivo: Parar la cabeza; Estrategia: Ataque Indirecto; Táctica: Descarga retardante por debajo del punto de
inflexión en nula alineación.
54
MANUAL
ESCALA PRIMER
NIVEL
55
5.1. Organización.
Hoy en día cuando se inicia un incendio en un terreno forestal cada vez, en menos ocasiones se
limita a propagarse exclusivamente por combustibles forestales. Cada vez es más común que estos
incendios afecten a superficie agrícola y a superficie urbana, afectando a los bienes personales y lo
que es peor, a la vida de las personas. Por todo ello los incendios forestales han dejado ser un prob-
lema exclusivo de los montes para ser un problema de emergencia social.
MANUAL ESCALA PRIMER NIVEL
Existen unas prioridades básicas a la hora de fijar los Objetivos Básicos de un dispositivo de extinción.
Estos Objetivos Básicos difieren de los Objetivos Específicos de la extinción, en que no definen estrate-
gias destinadas a la supresión del fuego si no que se limitan a indicar la importancia de los valores a
salvar y proteger.
56
1. Las vidas humanas: deben ser lo primero a proteger dentro de cualquier emergencia y por tan-
to también en los incendios forestales. Nos encontramos con diferentes personas que pueden
verse afectadas por un incendio forestal:
o Personal interviniente: en toda emergencia la seguridad debe empezar siempre por las
personas que acuden a socorrer la emergencia. Debemos tener en cuenta que estas per-
sonas nunca deben poner su vida en riesgo y convertirse en parte del problema a solu-
cionar. Es necesario recordar que la mayor cantidad de víctimas en incendios forestales
forman parte del personal que acude a socorrer.
o Afectados con vinculación por daños: suelen ser propietarios de viviendas o bienes.
Deben ser considerados como un grupo que soporta un gran estrés debido al riesgo de
pérdida de sus bienes. Es habitual que se generen situaciones de tensión entre estos y
los medios de extinción que deberán ser tratadas con la mayor profesionalidad posible.
o Afectados sin vinculación con los daños: son personas que se encuentran por la zona
del incendio y que se ven sorprendidas o atrapadas por este, tales como excursionistas,
2. Los bienes materiales: entran dentro de esta categoría las viviendas y otras infraestructuras
(cabañas, graneros, establos, silos, naves, etc.), el mobiliario, maquinaria, vehículos, cultivos,
ganado, productos forestales, etc. El orden de importancia estará en función del valor económi-
co.
3. El medio ambiente: aunque los dispositivos contra incendios forestales son creados precisa-
mente para la protección del medio ambiente, este es el último bien a proteger dentro de una
emergencia por incendio forestal.
57
5.1.2. Fases de la extinción y Tipos de Ataque.
Desde que se inician las labores de extinción de un incendio forestal hasta que se concluyen, la ex-
tinción pasa por unas fases que debemos diferenciar, debido a que en ellas se desarrollan diferentes
tácticas y/o maniobras. Además, en algunos países estas fases representan diferencias legales que
han de ser tenidas en cuenta.
Fases de la extinción.
Existen tres etapas o fases básicas en el combate de un incendio forestal, que responden a tres es-
tados muy claros de este:
1. Ataque: Fase de combate directo a la llama. Se desarrolla mientras las acciones están destina-
das a contener el avance del incendio.
2. Control: Una vez contenido el avance principal del incendio. Se desarrolla cuando el avance del
incendio ya ha sido contenido y se intenta completar la línea de control.
MANUAL ESCALA PRIMER NIVEL
3. Liquidación: fase posterior al control de las llamas. Se realizan labores de vigilancia y control
puntual.
Tipos de Ataque.
Es importante destacar también que dentro de la fase de Ataque existen diferencias notables según
la dimensión que las operaciones tengan, en este sentido podemos diferenciar tres tipos de ataque:
4. Ataque Inicial o Primer Ataque: son los primeros estadios de la emergencia por incendio forestal,
que comienza desde el aviso de incendio y el despliegue de los primeros medios de extinción y
continua hasta que estos médios no son capaces de hacerse con el control de la emergencia y
se necesita el despliegue de más recursos.
5. Ataque Ampliado: son los estadios de la emergencia que van desde que se despliegan más me-
dios a la extinción en vista que los de ataque inicial no son capaces de controlar el incendio y
termina en cuanto son necesários relevos para los primeros medios y la incorporación de recur-
sos que en principio no estaban ascritos a esa zona de actuación.
6. Ataque a Gran Incendio Forestal (GIF): a patir de que los medios en ataque ampliado no son capaces
de hacerse con el control y empieza a ser necesario el relevo de los primeros medios en ser desplegados.
Planes de Ataque.
No podemos dejar de mencionar aunque sea de forma suscinta, la existencia de los Planes de Ataque. Para
cada una de las fases de la extinción necesitaremos un Plan de Acción concebido para dar respuesta a las
necesidades de dicho ataque. En ese sentido tendremos dos tipos de Planes de Acción Básicos.
58
1. Plan de Ataque NO Escrito: es un plan concebido por el primer mando en llegar para la fase de
ataque inicial. Este Plan debe ser desarrolado en la cabeza del mando y aunque en principio
pueda ser desarrollado sin necesidad de ser escrito se considera oportuno que sea apoyado por
formularios tipo ICS-201 del sistema de manejo de emergencias amaricano o simplemente con
la toma de datos en una libreta.
2. Plan de Ataque Escrito: es lo más aconsejable para cualquier situación, pero es totalmente
imprescindible para las fases de ataque ampliado y ataque a gran incendio.
Dichos planes deben cumplir con unos apartados mínimos que den respuesta a todas las necesi-
dades de la emergencia. Esto se verá más adelante.
59
5.2. Métodos de ataque. Estrategias y Tácticas.
El tipo de ataque esta relacionado con la altura de llama y la velocidad del frente que tenemos que
atacar.
60
5.2.1. Ataque Directo.
Es cuando la línea de control del incendio se establece sobre el mismo borde del incendio, atacando
directamente las llamas y rematando el trabajo sobre el mismo sitio.
o A.D. con Herramienta Manual: ataque con herramientas de corte eliminando el combus-
tible justo al borde del frente de llama o por sofocación con lanzamiento de arena con
palas o con bate-fuegos. Se utiliza sobre frentes de llama de baja intensidad.
61
o A.D. con Bate-fuegos o Mochila-Bate-fuegos: Maniobra de sofocación con bate-fuegos o
de sofocación y enfriamiento en maniobre combinada de mochila extintora y bate-fue-
gos. Se emplea en combustibles más ligeros, con intensidades y velocidades más altas
que en el anterior.
MANUAL ESCALA PRIMER NIVEL
o A.D. con Extintor de Explosión: maniobra de ataque directo donde la colocación de los
extintores de explosión se realiza justo antes del paso del frente de llama.Trabaja por
sofocación y enfriamiento.
62
o A.D. con Autobomba/Tendido de agua: maniobra muy efectiva incluso con intensidades
medio-altas. Aumenta la capacidad de extinción en ataque directo y permite el trabajo
de consolidación con herramientas manuales por detrás. Trabaja por enfriamiento del
frente.
Ataque directo con tendido de manguera desde autobomba. Incendio de Serranillo del Llano, Salamanca. Foto: Colección BRIF La Iglesuela,
MAPAMA.
Ataque directo con maquinaria pesada, Incendio de Sevilleja de la Jara, Toledo. Foto: Juan Caamaño, BRIF La Iglesuela, MAPAMA, 2005.
63
o A.D. con Medios Aéreos: Se trata de una maniobra que los medios aéreos pueden hacer
de forma individual o preferiblemente apoyados en el trabajo combinado con una cuadri-
lla en tierra especializada en este tipo de trabajos (brigadas helitransportadas) Resulta
un trabajo muy efectivo que aumenta la velocidad de avance sobre el perímetro. El me-
dio aéreo enfría el combustible, bajando la intensidad y altura de llama y posteriormente
entra la cuadrilla en consolidación, remate y extinción del frente.
MANUAL ESCALA PRIMER NIVEL
Trabajo combinado de helicóptero con cuadrilla terrestre en ataque directo. Foto: Inma Cantero.
Dibujo de ataque directo con aeronaves con y sin apoyo terrestre. Dibujo: Juan Caamaño.
64
5.2.2. Ataque Indirecto.
Es cuando la línea de control del incendio se establece a bastante distancia del frente de llama y se
utilizan técnicas de contrafuego, apoyadas en infraestructuras estables o construidas.
Apertura de línea de defensa en ataque indirecto. Incendio Quiroga, Lugo 2006. Fotos: Colección BRIF Pinofranqueado, Cáceres, MAPAMA.
65
o A. I. con Extintor de Explosión: se trata de la colocación de los extintores de explosión
sobre una franja de terreno donde el fuego pasará. Se colocan con tiempo y distancia
suficiente para que el personal se retire de la zona.
MANUAL ESCALA PRIMER NIVEL
Extintores de explosión colocados a la espera de que pase el frente de llama. Fotos BRF..
Varios momentos de la quema de ensanche sobre flanco izquierdo Guadalajara. Fotos: Juan Caamaño.
66
o A. I. con Maquinaria Pesada: Es la realización con maquinaria pesada de una línea de
defensa a cierta distancia y con tiempo suficiente. Tiene de ventaja la rapidez de ela-
boración, el menor esfuerzo del personal y la anchura de la línea. Es una táctica que se
puede realizar de forma combinada con quema de ensanche con cuadrillas por detrás
de la máquina.
Realización de línea húmeda con espuma en ataque indirecto. Foto: Plan INFOCA, Andalucía.
67
o A. I. con Medios Aéreos; Retardantes/Líneas Húmedas: Es la realización mediante lan-
zamiento con medios aéreos, de líneas húmedas con retardantes por delante del frente
de llamas.
MANUAL ESCALA PRIMER NIVEL
Esquema del trabajo en ataque indirecto de medios aéreos junto con quema de ensanche. Dibujo: Juan Caamaño.
68
5.2.3. Ataque Paralelo.
Es cuando la línea de control del incendio se establece a cierta distancia y se avanza de forma
paralela al incendio apoyándonos en la construcción de una línea de defensa o una infraestructura
próxima (camino, pista, etc.)
o A.P. con Línea a Dos Pies: es la apertura de una línea de defensa paralela al frente de
llamas y a corta distancia de este (“a dos pies”) La anchura no tiene porque ser igual a
la de una línea de defensa normal pues se pretende dejarla controlada por el personal
que cierra la línea, ya sea con herramientas manuales o con quema de ensanche.
o A.P. con quema de ensanche: Es la realización de una pequeña quema siguiendo el eje
paralelo a los flancos, lo habitual es apoyarse en una línea a dos pies y posteriormente ir
quemando el lado del frente de llamas.
69
5.3. Metodología de actuación con herramientas manuales. Características.
Las herramientas manuales que normalmente se utilizan en los incendios forestales deben ser:
o Eficientes y versátiles.
o Ligeras y duraderas.
o Normalizadas.
1. BATEFUEGOS.
MANUAL ESCALA PRIMER NIVEL
o Cuidados: No dejar el batefuegos en una zona donde pueda pisarse por personas o vehícu-
los, ya que los mangos pueden partirse. Antes de almacenarlos, sacudirlos en posición
vertical con la pala hacia arriba, ya que en su interior puede haberse introducido tierra,
ceniza, etc. No dejar durante
mucho tiempo el batefuego en
contacto con el fuego pues las
gomas pierden sus propiedades
de dureza. No apoyarse en el-
los ni golpear con mucha fuer-
za para evitar que sedoblen los
mangos o quiebre la inserción
con la goma. Batefuegos. Foto: Vallfirest.
70
2. PALA FORESTAL O PALÍN.
o Definición: Herramienta versátil de acero forjado compuesta de una placa acerada, liger-
amente cóncava, de forma ojival, con filo en su contorno lateral y ojo en su lado posteri-
or, para enastarla en un mango de madera.
o Utilización: La pala puede trabajar por sofocación en ataque directo al aportar tierra suel-
ta por excavación, para ser lanzada sobre las llamas. Y en ataque indirecto mediante la
apertura de líneas de defen-
sa, para la eliminación hasta
suelo mineral del combusti-
ble por excavación, raspado,
corte y tronchado.
3. PULASKI.
o Definición: También se denomina hacha-azada. Está compuesta por una hoja de acero
en forma de azada y otra hoja de acero con forma de hacha, en el extremo opuesto y un
astil de madera introducido en un hueco existente entre las dos hojas de acero.
o Utilización: Se emplea en ataque directo aportando tierra suelta por excavación para
ser lanzada sobre las llamas o brasas. Y en ataque indirecto en líneas de defensa en
la eliminación del combustible por corte,
excavado, raspado y tronchado de este.
71
4. AZADA.
o Definición: Herramienta formada por una placa de acero forjado con cierto ángulo de in-
clinación respecto al astil o mango que se inserta en un ojal en el lado contrario del filo.
o Utilización: Se emplea en ataque directo aportando tierra suelta por excavación para
ser lanzada sobre las llamas o
brasas. Y en ataque indirec-
to en líneas de defensa en la
eliminación del combustible
por corte, excavado, raspado y
tronchado de este.
5. GORGUI.
o Utilización: Se emplea en ataque directo aportando tierra suelta por excavación para
ser lanzada sobre las llamas o brasas. Y en
ataque indirecto en líneas de defensa en
la eliminación del combustible por corte,
excavado, raspado y tronchado de este.
72
6. CALABOZO.
o Definición: Herramienta formada por una cuchilla de acero con uno de los lados afilado
y terminado en un extremo curvo; la cuchilla va sujeta a un astil de madera.
o Utilización: Se emplea en
ataque indirecto en líneas
de defensa en la elimi-
nación del combustible
por corte de este.
o Mantenimiento: Revisar y
afilar los filos de corte, re-
visar el astil en busca de
Diferentes modelos de Calabozos, tajamatas ó podones. Foto: BELLOTA.
roturas o astilladuras.
o Definición: Herramienta formada por una hoja plana y rectangular de acero, en uno de
los lados lleva un filo sencillo y en el opuesto hay seis dientes para rastrillar. El astil va
introducido en una vaina de acero sujeto por un perno y esta sujeta por 4 remaches al
centro de la hoja
o Utilización: Se emplea en
ataque directo sobre combustibles
muy ligeros y suelto tipos hojaras-
ca y acículas mediante rastrillado
y en ataque indirecto en líneas de
defensa en la eliminación de com-
bustibles ligeros por corte, raspa-
do y rastrillado de este.
73
8. ANTORCHA DE GOTEO.
o Definición: Herramienta formada por varios elementos: Mecha de amianto recubierta por
una rejilla metálica, montada al extremo de una lanza hueca con arco anti-retorno que
se enrosca mediante un anillo de cierre en el otro extremo a un recipiente metálico o de
aluminio (de un 1 litro a 5 litros) con una válvula de admisión de aire.
o Mantenimiento: Revisar la camisa de amianto por si estuviese quemada (no dejar que se
mantenga encendida sin aporte de combustible) Comprobar que la válvula de admisión
no esté atorada por suciedad del combustible o del exterior.
MANUAL ESCALA PRIMER NIVEL
Antorcha de goteo de 1 litro. Foto: Vallfirest. Antorchas de goteo de 5 litros. Foto Juan Caamaño.
9. MOCHILA EXTINTORA.
o Mantenimiento: Limpi-
ar el filtro y boquillas, así
como el engrase del em-
bolo y los cueros.
Mochilas extintoras, flexible (izquierda) y rígida (derecha) Foto: Vallfirest.
74
10. MOTOSIERRA.
o Definición: Herramienta mecánica con un elemento de corte formado por una cadena
con dientes afilados que gira a gran velocidad sobre una guía o espadín.
11. MOTODESBROZADORA.
75
12. EXTINTOR DE EXPLOSIÓN.
76
5.3.2. Línea de defensa con herramientas manuales
Consiste en una faja de terreno desprovista de vegetación y limpia hasta el suelo mineral, construida
con herramientas manuales o mediante el empleo de maquinaria.
El objetivo de la línea de defensa es servirnos de apoyo para realizar maniobras que permitan con-
tener y controlar el avance del fuego.
Para la construcción de líneas de defensa hay que tomar una serie de consideraciones fundamental-
es y que además se deben ejecutar de forma organizada y sistemática.
§ Estudiar el trazado de la línea, que no deberá tener curvas ni quiebros, a ser posi-
ble lo más rectas posibles.
§ Deben comenzar y terminar en puntos de anclaje seguros.
§ Evitar construirlas en sentido descendente que impliquen rutas de escape ascen-
dentes y que dejen el fuego por debajo.
77
Localización de Líneas de Defensa.
§ Si el fuego asciende la ladera, se localizarán al otro lado de las divisorias.
§ Si el fuego desciende la ladera, se localizarán en los fondos de barrancos con especial
atención a las medidas de seguridad.
§ La línea debe quedar anclada en sus dos extremos. La línea debe apoyarse en las barre-
ras naturales o artificiales que sirvan de acceso a los medios de extinción y de escape
en caso de necesidad.
§ Para una mayor eficacia en la construcción de la línea, se pensará en aprovechar zonas
sin combustible.
§ La línea no debe tener entrantes ni salientes. Evitar líneas sinuosas y ángulos cerrados.
Hacer la línea lo más corta posible y usar la ruta más fácil.
§ La línea debe contornear los focos secundarios. Circunscribir el área donde los focos
secundarios son muy numerosos y es imposible extinguirlos uno a uno.
§ La línea debe estar suficientemente separada del frente del fuego, teniendo en cuenta
su velocidad para que dé tiempo a terminarla.
§ Localizar la línea a una distancia adecuada del fuego, de forma que éste no la alcance
durante su construcción, antes de haberse terminado.
MANUAL ESCALA PRIMER NIVEL
§ Dejar el tiempo suficiente, para que la línea no sólo pueda ser construida, sino que dé
tiempo a extinguir focos secundarios y realizar la quema de ensanche, en el caso de que
se lleve a cabo.
§ Sortear los peligros (acumulaciones de combustible), dejando una distancia segura res-
pecto a ellos, de forma que queden siempre en el área del incendio.
§ Velar por la seguridad del personal; localizar la línea siempre por la ruta más segura.
§ En líneas demasiado largas, debe quedar alguien vigilando la evolución del incendio
para dar aviso en caso de peligro.
1. Método alterno: Con toda la cuadrilla trabajando en línea, cada operario trabaja una porción del
terreno igual que la de los demás, donde deberá eliminar todo el combustible desde la parte
aérea hasta el suelo mineral. Una vez acabado, avanzará hasta la primera posición y volverá a
comenzar el trabajo. Para trabajar en método alterno, todos los operarios deberán tener la mis-
ma herramienta y lo más polivalente posible.
2. Método progresivo: Con toda la cuadrilla trabajando en línea, cada operario trabaja una parte
del combustible, empezando por el primero que trabaja la parte aérea hasta el último que tra-
baja la parte subterránea hasta suelo mineral. El trabajo se hace progresivo y toda la cuadrilla
avanza a la vez. Para este método los componentes deben llevar herramientas distintas.
78
5.4. Metodología de actuación con instalaciones de manguera.
Elementos de un tendido.
MANGUERAS.
Son tubos flexibles, provistos de racores en sus extremos, para la conducción del agua hasta el
fuego. Las más utilizadas son confeccionadas con fibras sintéticas. Las mangueras pueden acop-
larse en aparatos como devanaderas móviles y carretes para una mayor rapidez y comodidad en su
despliegue. En general se utilizan de tres tipos:
1. Mangueras de conducción.
Las mangueras de conducción son aquellas en las que el agua circula por ellas con una presión positiva
(presiones por encima de la atmosférica), homologadas por normas UNE, las más usuales son las de
70mm, 45mm y 25mm de diámetro. Por su composición existen dos tipos con características distintas:
o Mangueras de succión.
También denominados co-
múnmente mangotes, inclu-
yen varios tipos de armaduras
para mantener la sección. Son
de gran diámetro y construidas
para resistir presiones atmos-
féricas negativas (presiones
inferiores a la atmosférica). Al
igual que las de conducción
los diámetros son homologa-
dos por normas UNE, aunque
existen de 90mm y 110mm
las más comunes son las de
Mangueras de 25mm de 3 capas (izquierda) y 4 capas (derecha). Foto: VALLFIREST.
100mm.
79
LANZAS.
La lanza es el elemento final de la instalación, por el que saldrá el agua o agente extintor de la con-
ducción y con el que podremos dirigir el chorro. Es decir, convierte la energía de presión en energía
de velocidad (cinética). Las características hidráulicas principales de las lanzas son el caudal, la
presión y los diámetros del acoplamiento del orificio de salida. Por ello, en principio podemos clas-
ificar las lanzas de las instalaciones en función de sus parámetros en:
o Chorro compacto o sólido.
o Boquillas pulverizadoras o niebla.
o Caudal constante ó Caudal variable.
o Caudal variable y presión constante.
Hoy en día existen diversos tipos de lanzas que pueden combinar los efectos anteriormente comen-
tados (chorro-pitón, setas, turbo-jet, pistola, etc. ). Constan, en general de un racor para acoplar
la manguera y de un dispositivo de salida con un orificio menor y generalmente regulable por el que
sale el agua. Actualmente se utilizan lanzas con las cuales se puede lanzar agua en forma de chorro
sólido, cortina o pulverizada a través de difusores que actúan en varias posiciones.
MANUAL ESCALA PRIMER NIVEL
RACORES.
Son dispositivos que permiten acoplar las mangueras entre sí o a las tomas de agua, bombas, lanzas
u otros accesorios. Hay racores de tipo simétrico y de tipo asimétrico
El modelo de racor normalizado en España es el llamado de tipo Barcelona.
REDUCCIONES.
Son piezas compuestas de dos semi-racores de diferente diámetro que sirven para empalmar dos
mangueras de dimensiones distintas.
BIFURCACIONES.
Piezas de unión que sirven para dividir una línea de entrada con un diámetro determinado en dos
líneas de salida con diámetros inferiores. Generalmente disponen
de dos o más llaves de paso con sus correspondientes salidas.
80
5.4.2. Tipos de instalaciones de mangueras.
El tipo de instalación dependerán del camino a recorrer, topografía del terreno, tipo de incendio,
etc., pudiéndose clasificar en:
a) Instalaciones horizontales
Son las que se utilizan en zonas llanas. Se pueden componer con cualquier tipo de mangueras y se
caracterizan por no necesitar presión para subir cota.
o Las inclinadas pueden ser ascendentes o descendentes, por encima o debajo del nivel
Instalación Escalonada.
81
5.4.3. Partes de una instalación de mangueras.
Aunque las situaciones existentes en los incendios son muy diversas, y según el caso particular se
adopte el sistema o sistemas adecuados a la situación, se puede considerar que la instalación com-
pleta para sofocar un incendio consta de tres partes:
a) Instalación de “aprovisionamiento”
Es la que va desde la fuente de suministro a
la bomba o tanque del vehículo. Dicha insta-
lación suele hacerse con mangotes de aspira-
ción o con mangueras de 70mm si se apro-
visiona el vehículo desde un hidrante u otra
autobomba. Si la fuente de suministro es el
propio tanque del vehículo entonces no existe
esta instalación.
Instalación de aprovisionamiento desde balsa con mangote de aspiración.
MANUAL ESCALA PRIMER NIVEL
82
5.4.3. Descripción de Instalación de ataque.
La instalación de ataque consistirá en una línea de aproximación de gran diámetro con la que evitar
pérdidas de carga hasta la entrada al lugar, en donde se conectará una pieza de bifurcación que
permita continuar con mangueras de ataque hasta el foco.
El identificar a través de un mismo lenguaje los diferentes puntos por donde transcurre la insta-
PUNTO DE MANIOBRA.
Lugar cercano al foco desde donde se encuentra la bifurcación y desde donde es posible reducir o
cortar en caudal procedente de la bomba hacia la línea de ataque
LÍNEA DE ATAQUE
Tramo de mangueras unidas, que partiendo del Punto de Maniobra llega hasta el Punto de Ataque.
La manguera semi rígida de primera intervención es una línea de ataque.
PUNTO DE ATAQUE
Es el lugar desde donde se ve el foco y desde donde se lanza el agente extintor contra el fuego.
Un incendio que sea atacado desde varios puntos precisará de una línea de maniobra por cada dos
puntos de ataque, a menos de que se disponga de piezas de trifurcación.
83
5.4.4. Plegado y desplegado de la instalación.
Las mangueras que se encuentran en los vehículos tendrán que utilizarse en situaciones de emer-
gencia, con prisas y con nervios, por ello se prestará especial atención a su correcto enrollado.
Estarán todas ellas sujetas por una cinta elástica que mantendrá prieta su espiral. Las mangueras
que una vez enrolladas queden fofas o que sus racores están excesivamente distanciados, no se
permitirán en los vehículos de urgencia.
MANUAL ESCALA PRIMER NIVEL
Es el que suele traer la manguera de fábrica y se consigue enrollando de racor a racor. No se debe
usar este plegado en mangueras de 25 m para ataque progresivo, al lanzar la manguera interesa que
se queden los dos racores juntos para empatar en punta de lanza. Si se puede aconsejar para líneas
de aproximación, sin agua y con mangueras de 45 o 70mm.
El plegado doble es común para los diámetros de manguera de 45 y 25mm. La manguera extendida
en el suelo y doblada por la mitad, un tramo encima del otro.
El extremo superior deberá estar algo más corto (el largo de una bota), cogiéndola por la mitad se ha
de enrollar sobre si misma, teniendo que quedar sus racores casi juntos una vez plegada.
84
3. Enrollado Paralelo / Plegado en Paralelo.
Es el plegado más seguro, se usa en mangueras de 25 mm y se recomienda para uso con mochilas
porta-mangueras (la mochila queda más compacta y es más difícil de que se desenrollen solas o al
manipularlas) o cuando los armarios vienen preparados. En este caso se han de igualar los extremos
y ampliar la superficie de apoyo doblándola por la mitad y haciéndola girar en paralelo como si se en-
rollaran dos mangueras al mismo tiempo. Es imprescindible sujetarla con un elástico para mantener
prieto el rollo.
Es la forma que más volumen ocupa y más incómoda es de desplegar, pero la más rápida para doblar
y recoger y transportar en el monte. Se pueden recoger directamente desde la posición que se quedó
desconectada del tendido o colocarla en doble con los racores siempre hacia abajo para facilitar
la salida del agua. Se agarrará el extremo superior ya sea en simple o en doble y se ira enrollando
sobre el antebrazo de forma simultánea en uno y otro antebrazo. Siempre seremos nosotros los que
nos moveremos hacia el extremo de la manguera con el fin de evitar que los racores arrastren por el
suelo. Una vez plegadas, transportadas y guardadas en e camión, se deberá proceder a enrollarlas en
base con tiempo y tranquilidad de una de las formas anteriormente mencionadas.
DESPLEGADO DE MANGUERAS.
El desplegado de mangueras, será un ejercicio en el que se insistirá, ya que únicamente la práctica
continuada y repetitiva conseguirá que se adquiera la habilidad necesaria y las diferentes técnicas a
emplear, según el tipo de instalaciones, sean de alimentación o de ataque, en lugares amplios y limpios
o estrechos y con obstáculos, sobre suelo plano en instalaciones horizontales o verticales. Todas ellas
se lograrán desenrollando, extendiendo y uniendo entre sí las mangueras que transporta el vehículo.
Se supone que las mangueras alojadas en el vehículo se encuentran correctamente enrolladas por la
mitad, prieta su espiral, sobresaliendo ligeramente un racor por encima del otro y siendo abrazado
el conjunto por una cinta elástica.
La facilidad y el correcto desplegado, se debe más al bombero que ha enrollado la manguera que al
bombero que la lanza para desenrollarla.
85
1. Desenrollado en lugares amplios
Cuando se dispone de espacio y teniendo cierta práctica, se pueden desenrollar las mangueras, co-
giéndolas con una sola mano sin doblar el codo, lanzando el rollo perpendicular con el suelo.
Para ello se han de introducir tres dedos en las últimas vueltas de la espiral en mangueras de 45
m/m o de 70 m/m y sujetando sus racores con los dedos pulgar e índice, se avanza el pie izquierdo
cuándo se ha de soltar la manguera derecha y viceversa.
MANUAL ESCALA PRIMER NIVEL
El brazo que sujeta la manguera se mantiene casi estirado, dándole un solo balanceo pendular de
impulso, parecido a un lanzamiento en la bolera. Los tres dedos soltaran la manguera aumentando
la presión de los dedos pulgar e índice que sujetan los dos racores. Este sistema, permite trasladar
una manguera en cada mano, incluso las de 70 m/m más pesadas, y lanzar una y otra, sin cambiar
de mano ni modificar la posición de traslado ni sacar las cintas elásticas.
En el incendio se empleará el sistema que menos falle. Si al bombero le falta práctica, puede dejar
el rollo de manguera plano en el suelo conectar un extremo y estirar el otro extremo, vigilando que
no se enganche hasta extender totalmente la manguera. Este sistema provoca que el propio peso de
la manguera le produzca un deterioro excesivo por rozamiento con el suelo.
86
MANUAL
ESCALA PRIMER
NIVEL
87
6.1 Pirámide de accidentalidad.
Los niveles de la pirámide muestran que para eliminar los accidentes más graves se debe prevenir
los accidentes leves, la pirámide contiene los siguientes niveles: 1 representa los accidentes fatales,
MANUAL ESCALA PRIMER NIVEL
que puede ser mortal o incapacidad permanente 10 son accidentes graves con pérdida de tiempo,
con o sin daño material 30 son aquellos accidentes leves con daños materiales, con o sin lesión 600
son aquellos casos de riesgo en donde no se produjo lesión ni daño
El último nivel está constituido por las condiciones inseguras, cuya cuantía no es fácil de determi-
nar, ya que no existe un parámetro general para la creación u ocurrencia de los mismos y para que
se genere un incidente o accidente puede haber uno o varios actos y condiciones inseguras.
88
6.2. Protocolo OACEL- LACES. Aplicación.
El protocolo OACEL (LACES por sus siglas en inglés) es un protocolo o cadena de seguridad para todas
las actuaciones de extinción en incendios forestales. Nace del estudio de numerosos casos de acci-
dentes donde se detectaron que siempre se producía un error en uno o varios puntos de esta cadena.
3. COMUNICACIÓN / COMUNICATION.
Es de suma importancia el mantener la comunicación constante por radio u otros medios entre las
unidades y el P.M.A. y con el observador asignado.
89
6.3. 13 situaciones de riesgo.
Del estudio de los casos de accidentes que se mencionó anteriormente, se extrapolaron 13 situaciones
de riesgo que siempre se producción en los accidentes y que corresponden con uno o varios de los
eslabones de la cadena de seguridad OACEL-LACES.
Dichas situaciones de riesgo no implican que sean situaciones donde no se puede trabajar, si no que
se trata de situaciones que tenemos que tener muy presentes para extremas las normas de seguridad.
2. Cuando se combate el incendio en ladera con caída de material rodante, fuente de nuevos focos
secundarios.
5. Cuando nos encontramos en una línea de defensa con combustibles no quemado entre nosotros
y el incendio.
MANUAL ESCALA PRIMER NIVEL
6. Situaciones en que nos resulte difícil acceder a las vías de escape, bien sea por la orografía, o
bien por las condiciones intrínsecas de la vegetación.
8. Desconocimiento de los factores a nivel local, que definen el comportamiento del incendio
forestal.
9. Cualquier maniobra de ataque directo al fuego con vehículo de incendios bajo condiciones
extremas.
90
6.4. 10 normas de seguridad.
A diferencia de las 13 situaciones de riesgo en las cuales podemos trabajar extremando las normas
de seguridad, estas 10 Normas de Seguridad deben cumplirse SIEMPRE. Son normas básicas que
disminuyen la probabilidad de que el riesgo nos afecte.
1. Manténgase informado sobre las condiciones actuales del Tiempo Atmosférico y su pronóstico.
2. Manténgase siempre enterado del comportamiento del incendio, ya sea por observación directa
del mismo o por la información recibida.
3. Cualquier acción contra el incendio debe basarse en el comportamiento actual y futuro de este.
5. Mantener un observador siempre y cuando las condiciones de trabajo sean especialmente pe-
ligrosas.
8. Se deben dar y recibir instrucciones claras, precisas y asegurarse de que todos las entienden.
Norma GENERAL:
91
6.5. Equipos de protección Individual (EPI)
“Cualquier equipo destinado a ser llevado o sujetado por el trabajador para que le proteja de uno
o varios riesgos que puedan amenazar su seguridad o su salud, así como cualquier complemento o
accesorio designado a tal fin”
Dicho equipo debe estar homologado y certificado por una entidad nacional o supranacional que
garantice su correcta fabricación y diseño específico para las labores a las que se destina. Tendrá
siempre una fecha de fabricación, una fecha de caducidad y una etiqueta de homologación y certifi-
cación, además de presentar instrucciones de uso del fabricante en el idioma del trabajador.
Debe de ser ergonómico, personal e intransferible y nunca generará mayor riesgo que el que han de
proteger.
MANUAL ESCALA PRIMER NIVEL
Asimismo, hemos de ser conscientes que un EPI no disminuye el riesgo, tan sólo minimiza las con-
secuencias de éste y que debe ser usado junto con las medidas de protección colectivas.
Los EPIs están clasificados en diferentes categorías, en función de los riesgos de que proteja:
1. Categoría I: Equipos que protegen de riesgos mínimos como agentes atmosféricos, agresiones
superficiales e inclemencias meteorológicas.
2. Categoría II: Equipos que protegen contra riesgos de grado medio o elevado que no tienen
consecuencias mortales o irreversibles, éstos son los destinados a la extinción de incendios
forestales.
3. Categoría III: Equipos que son los que disminuyen las consecuencias debidas de los riesgos
mortales o irreversibles, éstos son equipos contra agresiones químicas, caídas a gran altura,
riesgos eléctricos, etc.
1. Indica Conformidad con las Exigencias. 3. Indica número del organismo certificador.
2. Indica Categoría del EPI. 4. Pictograma de la norma para la cual esta certificado.
92
6.5.2. Tipos de EPI.
Cubrenucas acoplado al casco, mascara facial (centro) y pasamontañas (derecha). Fotos: VALLFIREST.
93
Botas Extinción / Botas Mixtas (Categoría II / III)
De cuero y ajustadas al tobillo, de media caña o caña entera, con cordones ignífugos y sin hebillas ni
punteras de acero. Nos protege de torceduras y caída de objetos sobre el pie (poco peso). Protegen
también de posibles cortes y golpes contra las herramientas u objetos.
MANUAL ESCALA PRIMER NIVEL
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Casco forestal / Casco Mixto (Categoría II)
De material no metálico ni conductor de la electricidad ni inflamable, resistente a golpes y calor. For-
mado por el caso, arnés que lo sujeta al cráneo y barbuquejo que lo sujeta por debajo de la barbilla.
Nos protege en caso de caídas y de golpes en la cabeza, aparte de posibles pavesas.
Gafas anti impactos (izquierda) y anti impactos e integrales (derecha). Fotos: VALLFIREST.
95
6.5.3. Equipos complementarios.
De los equipos que no forman parte del EPI pero que son imprescindibles para el combatiente des-
tacamos los siguientes:
Cinturón
Ciñe la ropa al cuerpo y permite transportar objetos como la cantimplora. Si se combina con trinchas
permite distribuir la carga entre lumbares y hombros.
Botiquín
Existen dos tipos básicos de botiquines: los de vehículos e instalaciones y los personales. El personal
debe incluir:
§ 2 gasas para quemaduras de 10x10 cm.
§ Tiritas de varios tamaños, impermeables y adhesivas.
§ Apósitos de gasa esterilizada.
§ 1 manta aluminizada impermeable.
§ 1 pastillero completo.
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§ 1 rollo de esparadrapo.
§ 2 tampones de alcohol 5x5 cm.
§ Tintura para borde de heridas o yodo.
§ Tijeras.
§ Venda elástica de 6x400 cm.
§ Vendas de gasa.
§ 2 apósitos estériles de 6x8 cm.
§ 1 folleto de primeros auxilios.
§ 1 folletos con teléfonos de Cruz Roja o servicios de urgencia.
Son muy recomendables los apósitos para quemaduras, las cremas para quemaduras, las pinzas (in-
cluso del tipo depilatorias), suero o colirio, imperdibles, agua oxigenada, un torniquete de neopreno,
puntos de sutura rápida (aproximadores), una relación del contenido del botiquín (para reponerlo
cuando haga falta). Debe revisarse la caducidad de los productos.
Cantimplora
Imprescindible que sea de aluminio y con cierre de rosca.
Aconsejable que tenga algún tipo de regulador de suministro de líquido.
Recubierta con fieltro que pueda humedecerse y con sistema para colgar del cinturón.
Muy recomendable el uso de la “camel bag” con mochila o trinchas.
Linterna
De tipo frontal que sea adaptable al casco, ya sea específica para enganche al casco o con cinta
elástica, para que deje libre las manos.
Muy recomendable el uso de la “camel bag” con mochila o trinchas.
96
MANUAL
ESCALA PRIMER
NIVEL
97
7.1. Actuaciones básicas en primeros auxilios.
Concepto de Socorrismo:
El socorrismo consiste en prestar los primeros cuidados, en el mismo lugar de la emergencia, a
aquellas personas que han sufrido un accidente o enfermedad repentina, hasta que llegue la ayuda
especializada. De estos primeros auxilios va a depender la evolución posterior del paciente.
Objetivo:
Los objetivos fundamentales a la hora de prestar los primeros auxilios son:
3. Ayudar a la recuperación.
MANUAL ESCALA PRIMER NIVEL
Premisas:
Las premisas o Normas Generales que debe recordar todo socorrista son:
b) Hacer una composición de lugar, para determinar la realidad del accidente y sus posibles
consecuencias.
h) Tranquilizar a la víctima.
98
7.1.2. Pautas de actuación.
Las pautas de actuación incluyen la llamada conducta P.A.S., es decir, las fases que debe asumir
cualquier persona que va a intervenir en un accidente y que resumimos en tras:
1 2 3
PROTEGER ALERTAR SOCORRER
1. Proteger el lugar de los hechos: ante posibles nuevos accidentes para así proteger nuestra inte-
gridad y la de los accidentados.
99
7.2. Soporte Vital Básico.
El soporte vital básico (SVB) es un nivel de atención indicado para los pacientes con enfermedades
o lesiones que amenazan la vida, aplicados hasta que el paciente reciba atención médica completa.
El SVB se desarrolla a través de la llamada Cadena de Supervivencia es el conjunto de acciones
-sucesivas y coordinadas- que permite salvar la vida (y mejorar la calidad de la sobrevida) de la per-
sona que es víctima de una emergencia cardiorrespiratoria. Esta cadena se compone d los siguientes
eslabones:
2. Valoración de la ventilación.
o Comprobar la respiración.
100
7.2.2. Valorar la ventilación.
La evaluación inicial o primaria nos ayuda a identificar cuáles son las lesiones o condiciones que
pueden poner en peligro la vida del paciente. Debe ser rápida y eficaz. Y se aplica para pacientes en
quienes se ha demostrado la inconsciencia
A: Comprobar que la vía aérea este abierta y sin riesgo de obstrucción. Se abre la boca en busca de
algo que pueda obstruir la vía aérea, en caso de haber algo a nuestro alcance lo retiramos haciendo
un barrido de gancho con el dedo índice, en caso de no haber nada vamos a hacer la técnica de
inclinación de cabeza (maniobra frente -mentón)
B: Se evalúa que la ventilación esté presente o no. Se utiliza la regla nemotecnia VES:
Hay que determinar si respira por sí solo, con qué frecuencia y que tan profundas son las respira-
ciones.
101
7.2.3. Comprobar pulso cardiaco.
Comprobando el pulso cardiaco nos aseguramos que está llegando la sangre a todas las zonas del
cuerpo. Si no se evidencia pulso tras palpación de no menos de 5 segundos o no existen otros signos
de circulación eficaz, se iniciarán maniobras de reanimación cardiopulmonar.
Debemos contabilizar cuantas pulsaciones hay en un minuto y detectar si es débil o fuerte.
Existen diferentes zonas para tomar el pulso.
Pulso carótido: se coloca el dedo índice y medio en el mentón, se sigue en línea recta hacia el car-
tílago cricoides (manzana de adán) y se recorre lateralmente 2cm aproximadamente haciendo cierta
presión.
Pulso radial: se descubre la muñeca, con el dedo índice y medio se sigue la línea del dedo pulgar
hasta la muñeca y se ejerce presión hacia el hueso.
Pulso braquial: este se utiliza sobre todo en niños debido a que ellos tienen mucho más sensible el
nervio del cuello. La manera de tomarlo es descubrir el brazo, el dedo índice y medio se colocan en
MANUAL ESCALA PRIMER NIVEL
el bíceps y se recorren hacia la cara interior del brazo separando los músculos y haciendo presión
hacia el hueso.
Nunca debes tomar el pulso con el dedo pulgar, ya que podrías confundirte con tu propio pulso.
102
7.2.4. Maniobras de reanimación cardiopulmonar.
PARADA CARDIORESPIRATORIA.
La reanimación cardiovascular básica, RCP-B, es el conjunto de maniobras que hacemos con nues-
tras manos ante una situación de PCR, con el fin de sustituir la función que falte en la víctima y
facilitar una posible recuperación posterior de la misma. En otras palabras:
o El boca a boca y
PARADA CARDIACA.
La parada súbita del corazón provoca inmediatamente una parada tanto de la circulación, como de
la respiración. Esto, a su vez, hace que no llegue sangre oxigenada y con nutrientes a los tejidos.
§ Ventilación manual:
2. Hacer una inspiración profunda e insuflar el aire por la boca, la nariz de la víctima, o el estoma
en caso de personas traqueotomizadas.
3. Comprobar que el tórax de la víctima se eleva con las insuflaciones lentas y desciende tras dejar
su boca u orificio por el que se insufla libre.
103
Deberemos intentar conseguir dos insuflaciones efectivas, si ello no es posible, revisar la boca y
orofaringe de la víctima en busca de cuerpos extraños, y la maniobra de apertura de vías aéreas que
estamos empleando. Una frecuencia adecuada podría ser la de 10 insuflaciones de aire espirado en
aproximadamente un minuto, tras las que deberá. revalorarse signos de circulación, si no los hay o
tenemos dudas iniciar masaje cardíaco.
§ Compresión torácica
Las compresiones torácicas efectivas hacen que la sangre circule hacia los órganos vitales como
el corazón y el cerebro durante la RCP y cuanto mejor sea la técnica de compresión sobre el tórax,
mayor será el flujo sanguíneo que se produce. Para que éstas sean efectivas los reanimadores com-
primen con firmeza y rapidez, a razón de, al menos, 100 veces por minuto para todas las víctimas,
excepto los recién nacidos. La víctima debe estar acostado sobre una superficie firme y el reanima-
dor situado a un lado del sujeto.
Palpar el reborde costal del esternón hasta identificar la apófisis xifoides. A unos dos o tres centí-
metros por encima de la misma y siempre situados sobre el tercio distal del esternón, tendremos
el punto que nos servirá de referencia para situar el talón de la mano derecha. Según últimas reco-
MANUAL ESCALA PRIMER NIVEL
mendaciones (2005), se colocan las manos en el centro del pecho de la víctima, en lugar de perder
más tiempo en utilizar el método de "el borde de las costillas". Situar la mano izquierda encima de
la derecha, entrelazar los dedos y sin que estos toquen el tórax, efectuar presiones manteniendo los
brazos extendidos de manera perpendicular al tronco de la víctima. Las compresiones deben hacer
que el pecho se hunda 5 cm.
Se debe permitir que el pecho recupere completamente su posición normal después de cada compre-
sión y la compresión y la relajación deben durar el mismo tiempo. Durante el regreso de las paredes
del tórax la sangre vuelve a llenar el corazón. Si el reanimador no permite que el pecho vuelva a
expandirse o vuelva a la posición original después de cada compresión, se reduce el flujo sanguíneo
durante la siguiente compresión, ya que el corazón no se habrá llenado adecuadamente de sangre.
Intente limitar el número de interrupciones de las compresiones torácicas, cada vez que se interrum-
pen la sangre deja de circular.
104
Diversas instituciones internacionales recomiendan una relación compresión-ventilación de 30:2
para todos los reanimadores únicos y todas las víctimas, excepto recién nacidos, desde lactantes
hasta adultos,4 es decir, después de 30 compresiones, abrir la vía aérea y hacer 2 insuflaciones. Para
esto se utilizan diversos elementos de barrera y mejora de la maniobra al abrir vías, como la cánula
y el reanimador orofaríngeo. Volver a buscar el área del esternón y repetir la secuencia indefinida-
mente (30:2), sólo se interrumpen las maniobras en caso de que aparezcan signos de circulación:
el paciente respire, se mueva o tosa, o en el caso de que el reanimador esté extenuado o de que sea
relevado por el Sistema Médico de Emergencias. En caso de que recupere los signos de circulación,
el paciente se colocará en posición lateral de seguridad.
105
7.3. Traumatismos.
Un traumatismo es una situación con daño físico al cuerpo. En medicina, sin embargo, se identifica
por lo general como paciente traumatizado a alguien que ha sufrido heridas serias que ponen en
riesgo su vida y que pueden resultar en complicaciones secundarias tales como shock, paro respira-
torio y muerte.
7.3.1. Esguinces.
Separación momentánea de dos superficies articulares.
Signos y síntomas:
Actuación:
· Dolor.
· Reposo.
· Inflamación de la zona.
· Elevación de la
· Impotencia funcional. zona afectada.
7.3.2. Luxaciones.
Separación permanente de dos superficies articulares.
Signos y síntomas:
· Dolor.
· Inflamación.
· Deformidad.
· Impotencia funcional.
Actuación:
106
7.3.3. Fracturas.
Pérdida parcial o completa de la continuidad de un hueso.
a. Fractura Cerrada: Se rompe un hueso, pero la piel que lo recubre permanece intacta. No hay
herida.
b. Fractura abierta: Se rompe la piel que recubre al hueso, poniendo en comunicación el hueso con
el exterior. Conlleva riesgos adicionales de hemorragia y de infección.
Signos y síntomas:
· 1. Dolor.
· 2. Inflamación y amoratamiento.
· 3. Deformidad.
· 4. Impotencia funcional.
· 5. Crepitación.
· 8. No reduzcas la fractura.
· 9. Inmoviliza el foco de la fractura incluyendo las articulaciones adyacentes con férulas rígidas.
· 10. Si la fractura es
abierta, controla la hemo-
rragia y cubre la herida con
apósitos estériles antes de
proceder a su inmoviliza-
ción.
107
7.4. Hemorragias.
Salida de sangre como consecuencia de la rotura de un vaso sanguíneo.
o Exteriorizadas: la sangre sale por orificios naturales (nariz, oído, boca, ano o genitales)
o Arteriales: producidas al romperse una arteria. La sangre es de color rojo vivo y sale a
borbotones, coincidiendo con el latido cardiaco. Son las más peligrosas.
o Venosas: producidas al romperse una vena. La sangre es de color oscuro y sale continua,
MANUAL ESCALA PRIMER NIVEL
como babeando.
Signos y síntomas:
· Pupilas dilatadas.
· Náuseas y vómitos.
108
Actuación:
Hemorragias Capilares:
· Lo más probable es que el sangrado cese a los pocos minutos gracias al mecanismo de coagulación.
Hemorragias Venosas:
· Colocar al afectado en posición cómoda, preferentemente horizontal y con los pies en alto.
· Colocar al afectado en
posición horizontal y evi-
tar que se enfríe, abrigar
si es necesario, esta ac-
ción contribuye a preve-
nir el shock.
109
7.5. Quemaduras.
Las quemaduras son lesiones en el tejido producidas por una variación de calor, comprometen la piel
y otros tejidos dependiendo de la profundidad. Pueden ser provocadas por diversos agentes; fuego,
líquidos o sólidos calientes, electricidad, radiaciones, químicos y rayos solares.
· 13. Profundidad:
· 15. Localización: Una quemadura en el rostro puede afectar visión y vía aérea y tienen general-
mente un mal pronóstico. En extremidades podrían dejar secuelas invalidantes, en zona peria-
nal puede afectar el proceso de micción (orinar) y ser más propensa a infecciones.
o Líquidos calientes (escaldaduras), producen lesión más profunda de la dermis, tipo se-
gundo grado.
110
Actuación:
· 1. Retirar a la víctima del agente causal para evitar progresión del daño. En cada caso se reco-
mienda:
o Fuego: cubrir con una manta (ahogar el fuego), en caso de no tener más recursos, hacer
que
o Electricidad: cortar corriente eléctrica, usando palos secos o varillas plásticas para reti-
rar cables de energía, nunca usar agua ni objetos metálicos ya que transmiten la corrien-
te en vez de detenerla.
· 3. Limpiar con abundante agua, de preferencia solución salina (suero fisiológico), dejar correr
a chorro, no debe ser muy fría ya que existe riesgo de hipotermia en superficies quemadas ma-
yores al 10%. No usar pomadas, cremas o antisépticos.
· 4. Cubrir con trapo limpio, preferentemente gasa estéril, y trasladar a un centro asistencial.
· 5. Dar a beber agua si el estado del paciente lo permite (consiente y de menor gravedad)
111
MANUAL
ESCALA PRIMER
NIVEL
112
11.1. Introducción a la hidrología.
Presión.
Presión es la fuerza normal ejercida por un peso sobre una superficie determinada:
Presión Atmosférica.
El aire es el gas más conocido. No es un compuesto químico, sino una mezcla de gases diferentes,
principalmente nitrógeno (alrededor de un 78 %) y oxígeno (alrededor del 21 %). La atmósfera es
la masa de aire que rodea la Tierra y determina, a causa de su peso, una presión sobre los cuerpos
situados en la superficie terrestre. Así, se llama presión atmosférica a la fuerza por unidad de super-
ficie ejercida por la atmósfera sobre los cuerpos situados en la superficie de la Tierra.
El valor de la presión atmosférica, medido al nivel del mar, es equivalente a la presión que hace una
columna de mercurio de 760 mm, o bien una columna de agua de 10 metros. Para medir la presión
se utilizan manómetros que miden según las siguientes unidades:
Una atmósfera equivale a la presión de una columna de 760 mm de mercurio, a la de una columna
de 10 m de agua y a 1 bar, aproximadamente.
113
Presión Hidrostática.
Llamamos presión hidrostática a la presión que se ejerce en un punto cualquiera de un líquido debi-
do al propio peso de este o a su empuje y que será constante en el tiempo. Los sistemas hidráulicos
aplican un principio según el cual, la presión aplicada a un líquido contenido en un recipiente se
transmite con la misma intensidad a cualquier otro punto del líquido (Principio de Pascal).
Cavitación.
La cavitación es el fenómeno que más problemas nos puede generar en el bombeo. Podría descri-
birse como el sonido de golpeteo o el patinaje que se genera en la bomba debido depresiones a la
entrada de la bomba. El resultado es que el caudal se vuelve errático, falla el bombeo y pueden
producirse daños internos en rodamientos, sellos, etc. (BORIS CISNEROS, H.).
“En resumen, la cavitación es una condición anormal que puede producir pérdidas de producción,
daños al equipo y lo peor de todo, lesiones al personal”.
Los profesionales deben estar capacitados para detectar rápidamente los signos de cavitación, iden-
tificar correctamente su tipo y la causa que la produce para así poder eliminarla o atenuarla. Una
comprensión correcta de los conceptos envueltos es clave para el diagnóstico y corrección de cual-
MANUAL ESCALA PRIMER NIVEL
Caudal.
Caudal es el producto de la sección del tubo de corriente por la velocidad del fluido en la misma.
Q= S x V
Se mide en metros cúbicos por minutos u horas o en litros por segundo, minuto u hora (m³/min;
m³/h; L/s; L/min; L/h).
Una propiedad a la que veremos múltiples aplicaciones prácticas es aquella por la que se establece
que un fluido incompresible que pasa por un tubo de corriente a una velocidad determinada aumen-
ta esa velocidad cuando disminuye la sección del tubo.
Ecuación de continuidad: (Teorema de Bernouilli, Efecto Venturi).
S1 x V1 = S2 x V2
114
Pérdidas De Carga.
En su recorrido por una conducción, los líquidos están sometidos a resistencias o rozamientos en
la pared y a unas pérdidas de energía en los codos, válvulas, llaves de paso y cambios de sección.
Los rozamientos y pérdida de energía del líquido en su circulación se manifiestan en unas pérdidas
de presión. Estas pérdidas, que varían en el mismo sentido que el caudal, se llaman “pérdidas de
carga” y aumentan con:
Golpe De Ariete.
El fenómeno llamado golpe de ariete se produce debido a la sobrepresión que aparece en una tubería
o manguera, por la variación brusca del caudal, al cerrar una llave de paso o lanza, pudiendo llegar
a romper la conducción o bien soltar las bridas de un racor. La fuerza del “golpe de ariete” aumenta
con la velocidad a la que se efectúa el cerrado. En las instalaciones o tendidos largos este efecto se
amortigua por las propiedades elásticas de las mangueras que resisten los cierres de lanza siempre
y cuando se haya previsto una derivación al depósito del vehículo también llamado “retorno o recir-
culación”. Este último suele venir incorporado en el equipo por el fabricante.
Presión en Lanza.
La presión necesaria para que el bombero en punta de lanza pueda trabajar eficazmente debe supe-
rar las 2 atmósferas, siendo lo recomendable en una instalación progresiva, en la que se van a añadir
nuevas mangueras en la punta mediante el estrangulamiento o pinzamiento, entre 4 y 6 atmósferas.
Un aumento sobre esta presión retrasará y complicará la operación de añadido de manguera y nece-
sitará más bomberos auxiliares pinzando. No obstante, si la lanza se coordina con el operador de la
bomba se podrán alcanzar mayores distancias de proyección del agua o mejoras en las operaciones
de decapado del suelo con chorro sólido (construcción de la línea de defensa con agua).
115
10.1.2. Mecánica de fluidos.
La Mecánica de Fluidos es la parte de la física que estudia el comportamiento de los fluidos (líquidos
y gases). Los fluidos son cuerpos que adoptan la forma del recipiente que los contiene. Los fluidos
están constituidos por moléculas, las cuales están unidas entre sí por unas fuerzas de cohesión
relativamente pequeñas, por ello ofrecen poca resistencia a la deformación en sentido tangencial o
cortante y con ello son propensos a los diferentes cambios de forma. Cuando dicha ciencia se dedica
al estudio de los líquidos se denomina Hidráulica (por excelencia el líquido más importante es el
AGUA), está la podemos dividir en dos partes: La Hidrostática que se dedica al estudio de las pro-
piedades de los líquidos en reposo o equilibrio (por tanto su superficie es plana) y la Hidrodinámica
que se dedica al estudio de los líquidos en movimiento y todas las fuerzas que puedan generarse
con ellos.
El Agua.
Cuya fórmula química es H20 está compuesta por hidrógeno y oxígeno en la proporción de un gramo
de hidrógeno por cada ocho gramos de oxígeno. Los estados en que se puede encontrar son líquido,
sólido y gaseoso (vapor).
MANUAL ESCALA PRIMER NIVEL
10.1.3. Hidrostática.
Presión.
Definíamos la Presión como el efecto que ejerce una fuerza sobre una determinada superficie. En
los líquidos un punto cualquiera de una masa líquida está sometido a una presión en función única-
mente de la profundidad a la que se encuentra el punto. Otro punto a la misma profundidad tendrá
la misma presión.
116
Las unidades en que se mide la presión son muy variadas, siendo las más corrientes el Kg/cm², At-
mósfera, Bar, m.c.a. (metros de columna de agua) y su equivalencia es la siguiente:
1 Kg = 9,8 Nw
Principio de Pascal
El principio de Pascal dice que la presión que se realiza sobre un fluido se transmite instantánea-
mente, con la misma intensidad y en todas las direcciones del líquido. Como la fuerza es igual a la
presión multiplicada por la superficie, la fuerza aumenta considerablemente si se aplica a un fluido
encerrado entre dos pistones de área diferente
Este principio de Pascal dice que la presión que se ejerce sobre un punto cualquiera de la masa de
un líquido se transmite por igual en todas las direcciones, es decir, los líquidos son prácticamente
incompresibles (al comprimirlos no varían su volumen, aunque si su forma).
La presión que hace un sólido en virtud de su peso actúa en una sola dirección (vertical) y en un solo
sentido (abajo), sin embargo, la presión que hace un líquido en virtud de su peso actúa en todas di-
recciones (vertical, horizontal, inclinada) y en todos los sentidos arriba, abajo, derecha, e izquierda.
117
10.1.4. Hidrodinámica.
La hidrodinámica es la parte de la física que estudia los fluidos en movimiento y el comportamiento
del mismo cuando es sometido a esfuerzos o tensiones. Por ello, es importante el estudio de la natu-
raleza del fluido y sus propiedades físicas (peso específico, densidad, temperatura, calor específico,
viscosidad, etc.).
Una de las magnitudes más importante y que caracterizan el comportamiento de los fluidos es la
viscosidad, la cual se expresa a partir de su coeficiente de viscosidad y es la resistencia que posee
un fluido a cambiar de forma, la cual aumenta con la velocidad con que dicho fluido circule. En los
líquidos al aumentar la temperatura la viscosidad disminuye por la distensión que se produce en los
enlaces intermoleculares.
o Flujo Turbulento: Si el fluido circula deprisa, se aprecia su movimiento por los remolinos
y cambios de dirección (fluctuante y agitado)
MANUAL ESCALA PRIMER NIVEL
o Circulación libre será cuando el líquido se mueve por su propio peso (ejemplo de ello
son los depósitos elevados y canalizados a las viviendas), también llamada impulsión
por gravedad.
o Circulación forzada será cuando al líquido se le aplican presiones (ejemplo de ello son
las elevaciones del líquido a unos metros de altura por aplicación de las presiones de
una bomba de un vehículo).
En el caso de las conducciones que utilizan las autobombas, la circulación del agua por las dife-
rentes canalizaciones o mangueras será prácticamente forzada. La velocidad del agua en las con-
ducciones se suele expresar en metros/segundo (m/sg), y en la práctica no es recomendable que el
agua circule por las mangueras a una velocidad superior a 2,5 m/seg. Si se circula a velocidades
superiores se pueden presentar pérdidas de rendimiento importantes.
Caudal.
Se define como la cantidad de líquido (agua) que pasa por la sección transversal de un conducto en
la unidad de tiempo. Con lo cual su fórmula, unidades más utilizadas para medir los caudales, y sus
equivalencias son:
Q = V/t
Q = Caudal (m³/min, L / min, L/h) V = Volumen (L, m3) t = tiempo (s, min,h)
118
Principio de Conservación de la Masa.
Este principio basado en la incompresibilidad de los líquidos dice que la cantidad de materia líquida
que pasa por dos puntos cualquiera de una canalización en la unidad de tiempo es siempre la mis-
ma (constante). El caudal que circula por un conducto está relacionado con la velocidad que tiene
el agua en el conducto y con la sección transversal del conducto, es decir, el caudal depende de la
velocidad y de la sección.
Q=vxS
Nota: Hay que tener en cuenta que para una manguera (sección circular) que tiene el doble de diáme-
tro que otra, pasa cuatro veces más de caudal y si el diámetro es tres veces más grande, pasa nueve
Cálculo de caudales. Un ejercicio de aplicación es calcular el caudal máximo que puede pasar por las
diferentes mangueras de 25mm., 45mm. 70mm., teniendo en cuenta que la velocidad máxima reco-
mendada es 2,5 m /seg (1500 dm /min). Por ejemplo, para Mangueras de 25mm. Se quiere obtener
el caudal en litros/min., por tanto
Ecuación de Continuidad.
Como antes se ha comentado el caudal Q = S x V, es constante a lo largo de cualquier canalización y
por tanto en la conducción se ha de cumplir esto, pero como tienen diferentes diámetros (Ø) entonces
las secciones (S) serán diferentes, entonces para que se cumpla el principio de conservación de la
masa, las velocidades (V) no serán las mismas en cada uno de los puntos longitudinales considerados
de la conducción, esto es debido a que dicha velocidad debe de ajustarse para que la relación cons-
tante se siga cumpliendo.
119
Principio de Bernoulli.
Este principio nos dice que la suma de energías (debida a la presión o energía del flujo, velocidad y
altura de un líquido) en dos puntos cualesquiera de una canalización permanece constante. Vamos
a ver a que equivalen las tres componentes energéticas:
3. Energía de flujo: es la energía que un fluido contiene debido a la presión que posee.
La siguiente ecuación conocida como "Ecuación de Bernoulli" (Trinomio de Bernoulli) consta de
estos mismos términos.
a) Efecto Venturi
Este fenómeno se basa en el principio de Bernoulli, de forma que, si se disminuye la sección en una
canalización aumentara la velocidad del líquido para cumplir el principio de conservación de la masa
(ecuación de continuidad) y por tanto según Bernoulli aumenta la presión dinámica y disminuye la
presión estática.
120
b) Pérdidas de Carga (Pc)
Este fenómeno es debido a la resistencia que oponen las instalaciones a la circulación del agua
por las mismas y a la naturaleza del líquido (viscosidad), es decir debido al choque interno de las
moléculas del líquido y al rozamiento producido en las conducciones, lo cual se traduce en pérdida
de energía de presión por calor (Estas pérdidas se expresan normalmente en Atmósferas/100 m,
aunque hoy en día los fabricantes de mangueras suelen darlas en función de diferentes longitudes,
diámetros y caudales).
Las Pérdidas de Carga (Pc) dependen de:
1. La viscosidad del fluido: a mayor viscosidad, mayores pérdidas. Siendo las pérdidas directa-
mente proporcionales.
4. Diámetro de la conducción: Cuanto menor es este, mayores son las pérdidas. Dichas pérdidas
son inversamente proporcionales a la quinta potencia del diámetro.
5. Longitud de la conducción: Con igual diámetro a mayor longitud mayores son las pérdidas.
Siendo estas directamente proporcionales a la longitud de la instalación.
6. El caudal: Cuanto mayor sea este, mayores pérdidas. Son directamente proporcionales al cua-
drado del caudal.
8. Son independientes de la presión. Esto se entiende en general para cualquier tipo de instala-
ción, aunque en las mangueras al ser flexibles disminuyan las pérdidas ligeramente. Nosotros
las consideraremos independientes.
9. Una forma de calcular las perdidas de carga es por medio de tablas, gráficas, ábacos, etc., los
cuales vienen tabulados para cálculos teóricos aproximados o nos los proporcionan los fabrican-
tes según el tipo de conducciones suministradas.
La siguiente Tabla sirve para calcular las pérdidas de carga aproximadas para mangueras tipo Armtex
en función del caudal suministrado, diámetro y longitud de la manguera. También permite esta tabla
saber el tiempo de vaciado de un tanque teniendo como datos el caudal y la capacidad del tanque.
121
MANUAL ESCALA PRIMER NIVEL
Tabla 1: Ejemplo: Caudal 200 l /min, diámetro de la manguera 45 m /m. Con estos datos entramos en las casillas corres-
pondientes, que la pérdida de carga en 100 metros es de 2,0 kg/cm², y si queremos saber en 20 metros (una manguera),
es de 0,4 Kg /cm2. Si queremos bajar el caudal con una de las modernas lanzas de caudales regulable para ahorrar agua
y nos pasamos a líneas de 25 mm, vemos que la pérdida de carga en 100 metros es menor de 1,5 Kg/cm² l
122
10.2. Máquinas hidráulicas: Autobombas, motobombas y turbobombas.
10.2.1. Introducción
Las máquinas hidráulicas forman sistemas mecánicos que sirven para añadir o extraer energía de un
fluido (líquidos o gases). Se utiliza el término bomba para la máquina que añade energía al fluido
y más concretamente para el bombeo o impulsión de los fluidos a través de conducciones con una
cierta presión. Cuando una máquina extrae energía o funciona debido al consumo de energía de un
fluido se le denomina turbina. Nosotros debido a la utilización de estas máquinas en las instalacio-
nes de mangueras nos centraremos en el estudio de las bombas.
La energía que debemos suministrar a una bomba (en el argot bomberil, como presión en bomba)
dependerá de la altura de elevación del fluido (cota), de la presión en el punto de descarga (presión
en lanza), de la longitud y diámetro de la conducción, velocidad del flujo, propiedades del fluido
(densidad y viscosidad), rozamiento y pérdidas de carga en la instalación, etc.
123
Una tercera vía es usando la propia cisterna del vehículo, la cual está limitada a la capacidad que
ella tenga, ya sea 3000, 3500 o 4000 litros. Este sistema requerirá un abastecimiento periódico
con la ayuda de otra autobomba que efectúe un circuito de abastecimiento desde otro punto de agua
(por ejemplo, desde una nodriza).
Incluso el cuerpo de bomba puede funcionar con agua salada, teniendo cuidado en el tipo de mate-
rial del cual está confeccionado el estanque y lavando bien sus piezas. De hecho, el que las partes
sean de bronce, permite que resistan el agua salada. Pero por motivos de disponibilidad y ambien-
tales ni se suele, ni se recomienda el uso de aguas salinas.
Alta Presión.
Denominamos alta presión a la forma de trabajo en la que la bomba mediante elección del operador
(normalmente accionando la palanca de altas) se consiguen presiones de trabajo superiores a las 20-
25 atm. Para esta forma de trabajo se usa mangueras de 25mm. Este tipo de manguera suele tener
un recubrimiento para soportar altas presiones, aunque realmente es la relación entre el grosor de
la pared de la manguera y su superficie relativa la que justifica que aguante mucha más presión que
las mangueras de 45 y 70mm. Estas últimas no aguantarían los 50 bares de presión que podemos
MANUAL ESCALA PRIMER NIVEL
124
FBVC 111 OPERACIONES DE EXTINCIÓN CON AUTOBOMBAS FORESTALES
En general, un cuerpo de bomba no debe trabajar de forma intensa más de dos horas a alta presión
(normalmente cuando la instalación es ya muy larga o estamos apurando el límite de la bomba).
También es importante prevenir el ingreso de partículas o cuerpos extraños a la bomba (hacer uso de
los filtros), evitando desgastes y roturas en el cuerpo de la bomba.
Se deberá tener también especial cuidado cuando la cisterna esta algo vacía, el retorno o recircula-
ción de la bomba (mecanismo de seguridad para evitar sobrepresiones al cerrar lanza) puede estar
impulsando el agua muy turbulenta y esta formar burbujas. Esta agua gaseada como si de un refres-
co se tratara puede luego incorporarse a la bomba y provocar problemas de cavitación, calentamiento
de la bomba y sobre todo desgaste del equipo.
125
1.2.1. Tipos de bombas.
A) RECIPROCAS O ALTERNATIVAS.
1) La bomba de émbolo.
2) La bomba de martinete.
3) La bomba de diafragma.
B) GIRATORIAS O ROTATIVAS.
1) La bomba de engranajes.
2) La bomba Peristáltica o inductor de flujo.
3) La bomba mono.
MANUAL ESCALA PRIMER NIVEL
Dinámicas.
También denominadas de intercambio de cantidad de movimiento, ya que añaden movimiento al
fluido por medio de paletas, alabes o dispositivos especiales. En ellas no existen volúmenes cerra-
dos, pues el fluido incrementa su cantidad de movimiento mientras se mueve a través de pasajes
abiertos y convierte su alta velocidad en incremento de presión al salir a través de un difusor. Entre
ellas tenemos de dos tipos:
A) GIRATORIAS O ROTATIVAS.
1) Centrífugas o de flujo radial: La más usada en autobombas forestales.
2) Flujo Axial
3) Flujo mixto (axial-radial)
B) ESPECIALES.
1) Turbobomba.
126
Bomba Dinámica Rotativa Centrífuga.
Las bombas dinámicas rotativas centrífugas, son con mucho el tipo más frecuentemente utilizado
por los servicios contraincendios gracias a su rendimiento y presiones alcanzadas. Comunican al
líquido una elevada energía cinética que se convierte de la forma más adecuada en energía de pre-
sión. El caudal suministrado depende de la presión suministrada (inversamente, es decir a menores
presiones mayor caudal e inversa). Pueden bombear líquidos conteniendo sólidos en suspensión y se
puede construir en una gran variedad de materiales resistentes a la corrosión, o bien revestirse con
caucho o plásticos. De hecho, se utiliza para todas las operaciones de bombeo excepto cuando se
requiere una bomba de desplazamiento positivo o vencer una gran carga.
127
10.3. Instalaciones con mangueras.
Partes de la Instalación
Aunque las situaciones existentes en los incendios son muy diversas, y según el caso particular se
adopte el sistema o sistemas adecuados a la situación, se puede considerar que la instalación com-
pleta para sofocar un incendio consta de tres partes:
a) Instalación de “aprovisionamiento”
Es la que va desde la fuente de suministro a la bomba o tanque del vehículo. Dicha instalación suele
hacerse con mangotes de aspiración o con mangueras de 70mm si se aprovisiona el vehículo desde
un hidrante u otra autobomba. Si la fuente de suministro es el propio tanque del vehículo entonces
no existe esta instalación. El uso de motobombas auxiliares entra también en esta categoría, por
ejemplo, desde un embalse hasta la autobomba. Este tipo de instalaciones se caracterizan por bus-
car un caudal superior al de la salida de la bomba que además puedan llenar el tanque rápidamente.
128
las mangueras de los rodetes. El conductor, mientras, puede colocar una manguera en la salida de
altas de la bomba y luego una bifurcación donde se conectará la última manguera del rodete que
sea necesaria o la que quede.
Tienen la ventaja de tener un despliegue rápido hacia el punto final de la aproximación (sin agua)
siendo muy cómodo si además la brigada lleva rollos de mangueras en mochilas (normalmente 4
rollos con plegado doble o en paralelo). De esta manera, una brigada de 6 más capataz cargada con
mochilas (5) podrá extender 8 mangueras de una sola vez hacia el incendio y portar además otras
20 (aproximación al incendio: 160 m, prolongación o ataque: 400m. Total: 560m sin volver a la
autobomba a por más mangueras). Si no tuviéramos carretes o estos fueran insuficientes para llegar
al punto final de la aproximación continuaríamos con las mangueras de las mochilas, descargando
primeramente una a cada bombero auxiliar (para repartir la carga de trabajo).
En bombas de una sola etapa o que trabajen en bajas esta fase la podemos hacer con mangueras de
45mm o incluso de 70mm y luego reducir a 45mm. La ventaja es que se ahorra presión al disminuir
las pérdidas de carga aunque el gasto solo de llenado de este tipo de mangueras es enorme. Si la
129
terreno es abierto podremos añadir dos mangueras de una sola vez. Es recomendable para la mejora
de los tiempos de añadido de manguera, colocar un pequeño trozo de manguera racorada entre la
última manguera y la lanza, soltando entre mangueras cuando se desee empalmar nueva manguera.
Si no, nos quedará la tan engorrosa alternativa, en ocasiones, de hacerlo en la lanza (algunas las
lanzas de palanca son difíciles de sujetar en las maniobras de acople y desacople de racores). En
otros dispositivos se suele usar como método la unión de nueva manguera justo antes de la última
manguera (entre la última y la penúltima), con lo que se ahorran los problemas en lanza, pero luego
se pierde tiempo en desplegar dos mangueras, resolver los bucles y fallos de flujo por pinzamientos
involuntarios y además se pierde el agua de la última manguera.
Tipos de Instalaciones.
Los Tipos de instalación dependerán del camino a recorrer, topología del terreno, tipo de incendio,
etc., pudiéndose clasificar en:
a) Instalaciones horizontales
Son las que se utilizan en zonas llanas como fábricas, almacenes, etc. Se pueden componer con
MANUAL ESCALA PRIMER NIVEL
cualquier tipo de mangueras y se caracterizan por no necesitar presión para subir cota.
130
suministro el máximo diámetro posible para ir reduciendo este al de 25mm en punta de lanza y lle-
gar todo lo lejos que permitía el sistema. Ese problema en la actualidad se ha resuelto bastante con
el uso de las bombas combinadas y trabajando en alta presión como se vio anteriormente.
Cálculos de Instalaciones.
Una vez conocidas las instalaciones, vamos a ver como realizar cálculos de diversas instalaciones a
través de la presión en bomba necesaria y diversos ejemplos.
ECUACION DE DESCARGA. Pb = Pl + Pc + Ph
Como se ha comentado, dichos cálculos son teóricos por ser ideales (tendidos de manguera en buen
estado, perdidas uniformes, despreciar perdidas por piezas intermedias, racores, bifurcaciones, bu-
cles y pinzamiento), en la práctica se suele aumentar en un 20-25% los resultados obtenidos para
las pérdidas de carga, con lo cual la ecuación modificada será: Pb = Pl + (1,25 x Pc) + Ph
131
1.2.3. Utilización de instalaciones con mangueras en siniestros.
2.- Por otro lado, estableceremos la reserva en aquel lado en el cual se disponga de espacio para
poder maniobrar o desdoblar las mangueras, debiendo por ello estar dicho bucle ligeramente alejado
de la división o de los puntos de ataque.
3.- Otro punto importante es el emplear el menor número de mangueras y elementos de interco-
nexión posible, así como que las curvas y los bucles no produzcan ángulos vivos o estranguladores.
Esto es para evitar en lo posible las pérdidas de carga por longitud de instalación, curvaturas y ele-
mentos que dificultan el paso del líquido.
4.- Durante las operaciones de montaje, tendido o cambios de posición de las instalaciones de
mangueras, las lanzas deben permanecer cerradas para evitar pérdidas de suministro y mantener la
seguridad de las personas que intervienen o están cercanas a las mismas. Para ello se deberá tener
el retorno de la autobomba abierta. El protocolo de actuación es este caso será: bomba al ralentí y
retorno abierto. Según progrese la brigada irán pidiendo presión al conductor. Cuando l abomba esté
un poco acelerada se deberá cerrar ligera y progresivamente el retorno según pidan más presión des-
de punta de lanza. Cuando ya no se pueda cerrar mucho más el retorno (ojo no cerrar del todo para
evitar golpes de ariete al cerrar lanza o estrangular manguera), volveremos a tirar de acelerador hasta
que se vea que la autobomba está bastante acelerada. En ese momento pasamos a trabajar sobre
el límite por lo que se debería finalizar el ataque y comenzar el replegado o liquidación, continuado
la labor de ataque otra autobomba que se posiciones más cerca. Pero en ocasiones puede ser que
falte muy poco para controlar el fuego (por ejemplo, al cerrar la cabeza) y necesitemos aprovechar
al máximo la autobomba, que recordemos ya estaba cerca del límite. En este caso el operador de
132
bomba debe avisar a la lanza para que no cierre sin antes avisarle y cerrará el retorno totalmente, lo
que dará unos kilos extras. Así, si se desea cerrar lanza o estrangular para añadir una manguera, el
punta de lanza avisará de la operación y el bombero de la bomba abrirá el retorno, cerrándolo cuan-
do el ataque se reinicie. Si no lo hacemos así, el cierre de la lanza con el retorno cerrado casi con
total seguridad en altas presiones romperá las mangueras de la parte inferior de la instalación (en
ataque ascendente alguna de las cercanas a la autobomba). Esto se produce por la presión estática
generada, pasamos de presión dinámica (la del fluido en dirección de avance) a estática hacia las
paredes de la manguera.
5.- Es de vital importancia que durante la intervención el caudal y presión existente en las instalacio-
nes sea controlado por todos los bomberos que intervienen y en especial por el operador de bomba y
normalmente conductor, el portalanzas y el mando de las operaciones; los cuales se ajustarán a las
necesidades del servicio.
7.- En todo punto de ataque de una instalación debería de existir al menos dos hombres actuando,
de forma que el segundo hombre debe estar colocado a una cierta distancia adecuada (aproximada-
mente un brazo) del portalanzas para poder soportar y evitar las reacciones en lanza. Además, servirá
como medida de seguridad para los casos de perdida de equilibrio, relevos o auxilios.
8.- El punta de lanza (bombero encargado del ataque o protección al fuego) debe colocarse general-
mente un poco por encima del plano de las llamas o focos de ignición, debiendo conocer los chorros
más adecuados a cada de uno de los siniestros o incendios. Deberá controlar el estado térmico del
lugar y no romper el equilibrio termal, así como sentir, conocer y ser capaz de interpretar los sín-
tomas y variaciones del entorno y estructuras (lo cual es propio de la profesión: formación teórica
– práctica y experiencia).
9.- También debe evitarse cruzar tendidos de mangueras por lugares donde exista circulación roda-
da, de forma que las instalaciones discurran lo más paralelo posible a los viales o aceras.
10.- Es conveniente evitar daños y un buen cuidado de todos los elementos que componen las
instalaciones para perseverar una vida útil larga, así como evitar imprevistos de pérdidas de pre-
sión y caudal. Por ello las mangueras no deben pisarse, deben desenrollarse, arrastrarse y plegarse
cuidadosamente, evitar los cantos vivos y de corte, colocar protecciones adecuadas, alejarlas del
fuego y rescoldos, así como proceder a su lavado y secado cuando adquieran suciedad. También los
elementos de unión no deben ser golpeados, ni aplastados, evitar su caída y manejar con suavidad
las válvulas, abrazaderas o cierres para evitar los golpes de ariete (variaciones de caudal). Por último,
todo el material que componen las instalaciones debe revisarse periódicamente para que este en
133
correcto estado de uso y así no produzca imprevistos desagradables en las intervenciones.
Utilización de las lanzas y boquillas.
En las intervenciones de los bomberos en los siniestros y más concretamente en los incendios es
conveniente conocer los tipos de chorro o proyecciones que se pueden obtener con las lanzas tradi-
cionales o modernas que pueden existir en los servicios contraincendios. Por ello, estos los podría-
mos clasificar en:
b) Cono de ataque
Es un chorro de agua que puede realizarse normalmente con la mayoría de las lanzas modernas (tur-
bo-jet, setas, etc.), el agua esta debidamente pulverizada (gotas aproximadamente de 1 mm de grosor)
y generalmente se consigue con un ángulo de apertura en boquilla de 30º. Este tipo de chorro suele
utilizarse en fuegos exteriores (solares, industriales, forestales, etc.) donde los materiales poseen gran
aportación de comburente y por consiguiente generan llamas y desprenden mucho calor, además tam-
bién suele utilizarse en líquidos combustibles de alto punto de inflamación. En los fuegos interiores,
suele utilizarse para refrigeración de atmósferas recalentadas (ataque indirecto) o donde se pretende
airear el humo del interior hacia el exterior proyectando el cono de agua a través de los huecos que
posea el recinto. Es interesante resaltar que este tipo de chorro, aunque no alcance las distancias
del compacto, es suficiente para proyectarse a ciertas distancias venciendo las posibles corrientes de
agua, resistencia de las llamas, fuerza de gravedad; y además posee un mayor poder de penetración.
134
d) Niebla o pulverizada
Este tipo de proyección se consigue con aplicación de presiones importantes y difusores especiales o
lanzas preparadas para conseguir tal fin. Con ello se consigue una fina niebla (gotas de agua de me-
nos de 0,3 mm de grosor) proyectada a gran velocidad. Su empleo es útil para aprovechar la mayor
capacidad posible de refrigeración del agua, suponiendo en general un gran ahorro de caudal. Por
ello se suele utilizar, aumentando su eficacia, en la mayoría de los casos que se han comentado para
cortina o lluvia. Además suele ser muy útil en aquellos casos donde existen derrames de líquidos
derivados del petróleo con bajo punto de inflamación y no se dispone de otros agentes extintores
adicionales. Debido a su gran capacidad para absorber calor, este tipo de chorro suele ser muy uti-
lizado en fuegos interiores (barcos, sótanos, urbanos, etc., ...). Por último comentar que hoy en día
están apareciendo en el mercado lanzas y pistolas especiales que son capaces de pulverizar el agua
a tamaños de gota del orden de micra y con velocidades de proyección tan grandes que requiere el
control de la dirección de proyección para evitar lesiones en las personas o daños materiales.
135
trabajo al reducir los tiempos de corte en la prolongación de la instalación (añadido de manguera).
Cuando se realizan operaciones con gran cantidad de hombres y mangueras de máximo diámetro
como las defensivas de urbanizaciones, es importante verificar la presión y el tamaño de la boquilla
de las lanzas, pues la reacción en lanza será mucho más importante. Por ello, dichos hombres serán
colocados de forma que resistan dicha reacción, y que el último hombre de cada línea esté colocado
de tal manera que ante situaciones de emergencia pueda conducir hacia atrás al resto, manteniendo
la seguridad y la pantalla protectora, si fuera necesaria, durante toda la operación de retroceso.
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10. Espumas. Tipos y elementos para su producción.
Espuma.
Es un agente extintor formado, en un equipo o instalación hidráulica, por un agregado o conjunto
de burbujas que se obtienen al incorporar un gas (generalmente aire atmosférico) a una solución
acuosa denominada espumante, de manera que dicho agente extintor se manifiesta en una película
líquida que posee cierta tensión superficial. Ver características, parámetros, aditivos, aplicaciones,
etc., en el Anexo.
Espumante.
Es aquella solución acuosa formada por dos componentes fundamentales: el espumógeno y el agua.
Siendo la relación o proporción existente entre ambos elementos recomendada normalmente por
los fabricantes, de forma que pueden existir dosificaciones diferentes en función de la aplicación
diferente que se le quiera dar. Cuando esta solución pasa por la lanza expansora se mezcla con el
aire formando la espuma.
Humectante
Al igual que es espumante es aquella solución acuosa formada por dos componentes fundamentales:
el espumógeno y el agua, pero que no se la hace pasar por una lanza expansora si por una ordinaria.
Si falta la aireación la espuma no se dará, aunque este agua sigue teniendo cualidades mejoradas
contra el fuego enfriando el frente a su llegada. Es ideal cuando se usa espuma en matorrales y
pastizales densos, que se moje bien el interior de estos con el humectante, previo a la espuma. Si
no, puede ser que la espuma se quede en las copas partes altas del pasto y mientras esté seco en
su interior.
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10.4.2. Utilización de la espuma.
La utilización fundamental de la espuma va dirigida a detener y/o extinguir fuegos mediante la for-
mación de una película refrigerante. El fuego deberá invertir calor en desecar el combustible cubier-
to de espuma, con lo que los procesos de combustión se ralentizan y por tanto se frena y reduce el
avance hasta el punto de ser verdaderas líneas de defensa muy efectivas en fuegos de con compor-
tamientos leves como las colas o fuegos en retroceso (contraviento, contrapendiente, en umbrías).
Las burbujas en contacto con llamas se van deshaciendo lentamente y protegiendo el interior, aun
húmedo.
El uso de espumógenos forestales en punta de lanza, como el sistema PROPAC, permiten crear
rápidamente barreras contra el fuego en maniobras de defensa. Si la autobomba permite impulsar
en movimiento y el monte lo permite, las maniobras de tendido de espuma generarán su máximo
rendimiento, por ejemplo en ataque paralelo por la cola y los flancos en pastizales.
Podemos utilizarlas también para reducir o detener la generación de vapores inflamables proce-
dentes de líquidos o sólidos, aunque no estén quemándose. La espuma se disuelve, vaporizándose
su contenido de agua bajo el ataque del calor y las llamas. Es por eso que hay que aplicarla a las
superficies en fuego con suficiente volumen y velocidad como para compensar estar pérdidas y para
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proporcionar la cantidad suficiente que garantice que la película vaya avanzando, formándose a lo
largo de toda la superficie encendida, y se mantenga sin romperse en la superficie ya extinguida.
Además del fuego, otras causas también pueden disolver las espumas o romper la película formada,
como era: ciertos vapores o fluidos químicos y otros agentes extintores que puedan utilizarse en com-
binación con la espuma. Ráfagas de viento o la propia desecación, producto de la radiación directa
del sol, pueden mermar el espesor de la espuma.
Las soluciones de espuma son conductoras de electricidad, por eso no son recomendables para fue-
gos con presencia de electricidad. La espuma pulverizada resulta menos conductora que en chorro
compacto, pero, aún así, es más conductora que el agua pulverizada. Cuando se usa la espuma no
han de emplearse chorros de agua de tal forma que se rompa físicamente la capa de espuma. Los
chorros de agua pueden utilizarse para el enfriamiento de las zonas contiguas, o como una fina pul-
verización para reducir el calor radiante de las llamas.
Por todo ello, podemos decir que existen unas reglas generales que deben estar presentes cuando se
realicen instalaciones de espumas, siendo las más importantes las siguientes:
Cuanto más suavemente se aplique la espuma, más rápida será la extinción y menor la cantidad total
de espumógeno necesario.
La utilización con éxito de la espuma depende, así mismo, de la dosis que apliquemos. La dosis de
aplicación se define en términos de cantidad de solución espumante que llega a la superficie com-
bustible por fracción de tiempo (1/m2.min.)
El aumento de la dosis por encima del mínimo recomendado reduce generalmente el tiempo nece-
sario para la extinción. A pesar de eso, obtenemos poco avance relativo con incrementos de la dosis
de aplicación superiores a tres veces el mínimo recomendado.
Si la dosis de aplicación es inferior al mínimo recomendado, se incrementará el tiempo necesario
para la extinción, pudiéndose incluso no conseguirla.
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Si la dosis de aplicación es tan lenta que el límite de pérdida de espuma por la acción del calor
o por el ataque del combustible es igual o mayor a la dosis de aplicación, entonces, no podremos
extinguir el fuego.
La dosis de aplicación crítica es la mínima necesaria para la extinción del fuego, y eso en unas con-
diciones particulares conocidas.
La dosis de aplicación mínima de espuma es la que ha demostrado experimentalmente ser la más
práctica en términos de velocidad y cantidad de elemento espumante.
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1.2.4. Mecanismo de producción y aplicación de espumas.
Inyector o premezclador.
También denominado premezclador o dosificador, es aquel elemento que tiene la función de mezclar
el agua con una cantidad determinada de emulsor o espumógeno para obtener una solución espumo-
sa convenientemente dosificada. Este está formado generalmente por un tubo de un diámetro inte-
rior igual al de las mangueras a las cuales debe ser conectado, y provisto en cada extremo de racores
de tipo Barcelona, el cual se sitúa en las instalaciones entre dos mangueras, siendo su sentido de
colocación marcado a través de una flecha y alimentado por medio de una bomba.
Su principio de funcionamiento está basado en el efecto “Venturi”, de forma que el agua a presión
atraviesa a una cierta velocidad creando una depresión, que por efecto de succión provoca la llegada
del espumógeno por medio de un tubo conectado al inyector y que tiene el otro extremo sumergido
dentro de un recipiente que contiene dicho el emulsor. Es decir, el espumógeno es arrastrado por
la depresión que produce la corriente de agua con la cual se mezcla. Sin embargo, las pérdidas de
carga que se producen en él son importantes (del orden del 25%).
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a) Generadores de espuma de alta expansión con un reducido caudal de agua consiguen gran volu-
men de espuma, una presión de 7 bars a la entrada del generador garantiza una espuma con sufi-
ciente agua para refrigerar además de sofocar.
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c) Hidromezclador
cuando la bomba no dispone de dosificador o proporcionador de emulsor para formar espuma, es
necesario intercalar siempre en el extremo de la última manguera un hidromezclador portátil Z-2 o
Z-4 según la lanza que se vaya a emplear , la perdida media que supone para los diferentes caudales
es de 4 bars (ver tabla de espumas).
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espuma sea la menor posible (generalmente un solo tramo de manguera). Cuando se aplican espu-
mógenos convencionales o especiales (para extinción rápida y como protectores) se suele pulverizar
el liquido resultante para ocupar áreas mayores (extinguiéndose más rápido); sin embargo, se reco-
mienda que el grado de pulverización sea lo más grueso posible para que no se evapore el producto y
atraviese las llamas hasta depositarse en el combustible. La aplicación de la espuma para conseguir
la extinción de los fuegos de la clase A y B, se puede conseguir por medio de dos métodos o formas:
1. Sobre la superficie del combustible: Se trata de proyectar la espuma sobre la propia superficie
que tiene el combustible, esta puede ser de:
o Aplicación Suave: Cuando se lanza el chorro de espuma contra una pared, matorral o
sobre el suelo próximo al fuego, de forma que se desliza a través de la superficie y no se
sumerge en el combustible.
o Aplicación violenta: Cuando el chorro se hace incidir sobre la superficie del combustible
provocando la agitación y se sumerge en él.
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2. Bajo la superficie del combustible: Se trata de introducir el combustible en el propio interior del
combustible. Por ello, se necesitan equipos especiales que sean capaces de inyectarla a pesar de la
contrapresión ejercida por la estructura del combustible. A este mecanismo se le denomina también
inyección subsuperficial.
o BAJA EXPANSIÓN
§ EXTINCIÓN DE INCENDIOS DE LIQUIDOS Y SÓLIDOS.
§ CONFINADOS, EXTINCIÓN DE VEHICULOS.
§ ACTUACIÓN PREVENTIVA EN ACCIDENTES DE TRÁFICO.
§ SELLADO PREVENTIVO DE DERRAMES SIN INCENDIO.
o MEDIA EXPANSIÓN
§ SELLADO PREVENTIVO DE DERRAMES SIN INCENDIO.
o ALTA EXPANSIÓN
§ INUNDACIÓN DE VOLUMENES CERRADOS.
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FBVC 111 OPERACIONES DE EXTINCIÓN CON AUTOBOMBAS FORESTALES
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BIBLIOGRAFIA
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· Velez Muñoz, Ricardo. “Manual de prevención y lucha contra los incendios forestales” ICONA, 1981.
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