El Genio Chapuzas
El Genio Chapuzas
El Genio Chapuzas
Introducción
Hubo una vez un genio, de esos que salía de lámparas maravillosas concediendo deseos,
que se hizo tristemente famoso por sus chapuzas.
Nudo
Cada vez que alguien frotaba la lámpara, y el salía a responder "¿Qué deseas?", surgía una
gran nube de humo y volaban cientos de cosas por los aires. Y si alguno de sus amos
quedaba con ganas de pedir un deseo, al concedérselo, el regalo salía entre una nube de
porquería y cubierto de polvo.
Tantas y tan penosas eran sus chapuzas, que nadie deseaba tener un genio así. Su lámpara
terminó sirviendo sólo para dar patadas, como un bote cualquiera, y el genio estuvo años
sin salir, triste y deprimido.
Hasta que un niño solitario encontró la lámpara y pudo escuchar los lamentos del genio.
Entonces decidió hacerse su amigo, y su único deseo fue poder entrar y salir de la lámpara
para estar con él. Éste se mostró encantado, pero en cuanto el niño puso el pie en la
lámpara, comprendió el problema de aquel genio chapuzas. No es que fuera un mal genio,
¡es que no podía ser más desordenado! Todo estaba tirado por cualquier sitio, sin importar
si se trataba de joyas o libros, barcos, o camellos, y se notaba que no había pasado un
plumero en años. Como era un genio, tenía de todo, y como la lámpara también era
pequeña, estaba todo tan apretujado que era normal que saltara por los aires en cuanto se
movía la lámpara y el genio trataba de conseguir algo.
El niño se llevó las manos a la cabeza, y el genio se excusó diciendo que el trabajo de un
genio era muy importante y no tenía tiempo para esas cosas, Pero su amigo, que recordaba
los buenos consejos de su madre, le explicó que cuanto más importante fuese su trabajo,
más orden debía guardar con todas sus cosas, y juntos se dedicaron a dar un buen repaso a
la lámpara. Les llevó unos cuantos días, pero al terminar, todo estaba reluciente y cada cosa
tenía su sitio especial. Resultaba facilísimo encontrar cualquier regalo y cogerlo sin romper
nada.
Desenlace
Así, el genio volvió a ser admirado y respetado por todos, y aprendió que nada grande
puede llegar a conseguirse sin tener orden y limpieza con cada cosa pequeña.
Punto 10: Había una vez un pulpo tímido y silencioso, que casi siempre andaba solitario porque,
aunque quería tener muchos amigos, era un poco vergonzoso.
LA DIOSA DE LA YUCA
Unguí era la diosa que controlaba el crecimiento de la yuca, una planta de clima cálido de la que
se extrae una harina alimenticia. ... De día, Unguí se escondía debajo de la tierra y la yuca perdía la
fuerza que ella le había dado durante la noche.
Zeus, Hera, Poseidón, Ares, Hermes, Hefesto, Afrodita, Atenea, Apolo y Artemisa son siempre
considerados dioses olímpicos. Hestia, Deméter, Dioniso, Hades, Perséfone, Hebe, Asclepio, Eros,
Pan y Heracles, después de ser divinizado, son los dioses variables que completaban la docena.