Bokser, Judit. Multiculturalismo
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net/publication/331212216
Multiculturalismo
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RESUMEN / ABSTRACT:
This article analyzes the concept and problematic of multiculturalism, considering the
different perspectives with which it has been approached and the moments through
which it has gone through. The chapter considers that the concept includes several
theoretical and practical dimensions that have overlapped: the descriptive, the
philosophical and the public policy. It also considers that the social and temporal contexts
in which multiculturalism has developed, and the consequent debates around it vary in
scope and meaning. From this perspective, it offers a multi-demographic analysis of
multiculturalism incorporating both the collective dimension of the culture, as well as the
identitary processes of individuation.
multiculturalismo es visto como el problema mas que como la
respuesta. La segunda dimensi6n, que conlleva un acercamiento
de filosofta politica, representa el ambito privilegiado de discu
si6n acerca de la conveniencia del multiculturalismo, esto es, sus
costos evaluados moral y eticamente, por 10 que el multicultura
lismo aparece como una respuesta posible, ciertamente no la
necesaria ni la unica. La tercer dimensi6n de acercamiento corres
ponderia propiamente a la formulaci6n de politicas publicas: el
analisis de las formas institucionales y politicas mediante las
cuales opera y puede operar el multiculturalismo.
Otros autores han sugerido distinguir conceptualmente en
tre el concepto de 10 multicultural, para el que reivindicarian la
dimensi6n descriptiva sociol6gica de la sociedad del concepto de
multiculturalismo como postura y politicas asumidas frente a la
diversidad y su expresi6n en el ambito publico."
Ciertamente el deslinde as! como las articulaciones entre es
tos niveles permiten una ampliaci6n de los horizontes practices,
programaticos y filos6ficos sin cancelar los ejes de complejidad
involucrados. Las tres dimensiones no han mantenido una sepa
raci6n cabal, toda vez que en parte de la literatura conternpora
nea la descripci6n del fen6meno se media por opciones concep
"Richard Bellamy, Liberalism and Modern Socie0>. Cambridge, Polity Press, 1992.
1997,
sona particular en cllos".!' Paralelamente, sin embargo, rechaz6
un relativismo que conduce al hombre a ser cautivo de la historia
sin la capacidad de ponderar, evaluar y juzgar, por 10 que al tiem
po que no acepto las [erarquias culturales impuestas por la fuerza,
estaba preocupado por la posibiIidad de un igualitarismo cultural
que podia derivar en una barbarie consentida. A su vez, el punto
de que las culturas nunca son unitarias, ni indivisibles u organicas:
por el contrario, son una conjuncion de ideas, elementos, patro
nes, conductas distintivas la condujo a plantear que mientras la
inmersi6n en culturas especificas puede darle a los hombres acce
so a 10 universal, s610 estandares universales pueden proveer los
medios para evaluar aspectos espedficos de las cuIturas desde
fuera del marco de su propia exclusividad. Recordar esto resulta
fundamental de frente a la cuesti6n de la diferencia y su expre
si6n en el ambito de 10 publico.
Por ello, el debate conternporaneo busca deslindar y relacio
nar las diferentes formas de multiculturalismo,afirmar un mul
ticulturalismo que valora positivamente la diversidad, que no es
un "creador de diversidades"." Mas aun, c6mo la diversidad
conjuga la realidad de las sociedades al gcnerar esquemas de
convivencia entre distintos grupos e individuos que son atrave
JBYash Ghai, "Public Participation and Minorities", Minori0' Group International Report,
Londres, Brill Academic Publisher, 2003, pr. 5-28.
J9Ian Katzelson, op. cit.
des colectivas no han militado contra la idea de sociedad civil
sino que, por el contrario, las asociaciones voluntarias se han
organizado legitimando sus intereses diferenciales y sus logros
conjuntos en el nivel institucional y aquellos en los no fue acep
tado el principio de autonomia individual y de igualdad como
sustrato de la vida politica y, consecuentemente, de las asocia
ciones.i" En el primer caso, la interacci6n mutua entre valores
grupos con el Estado estana definida por una racionalidad ins
trumental y ninguno se presenta como, ni representa, una
perspectiva moral alternativa a la sociedad en su conjunto. De
alli que el interrogante en torno a la posibilidad de la democracia
nos remita tambien hacia la necesidad de distinguir los valores
particulares conducidos por colectividades como grupos de inte
res 0 bien como universos metafisicos-morales alternativos y en
conflicto. Ello incide de manera directa en la dimension univer
sal de la propuesta ciudadana.
Aun ante el hecho de que la distinci6n entre libertades
politicas y civicas, por una parte, y las libertades culturales, por
la otra, esta muchas veces diluida, confundida y, por 10 tanto,
se plantea la compatibilidad 0 no de las primeras con otros
valores, la democracia aqui tiende a afirmarse en escala global,
de modo tal que como idea-proyecto, en su caracter generali
'OAdam Seligman, The Idea ofCivil Society, Nueva York. The Free Press, 1992.
al configurar al mundo como un espacio a la vez unico y dife
renciado, alientan las expresiones colectivas y permiten, por
primera vez, construir identidades y comunidades indepen
dientemente de sentimientos, espacios y fronteras nacionales.
Las posibilidades que abren este nuevo tipo de aproximaciones
tambien nos orientan a pensar la ciudadania a partir de la li
bertad para crear comunidades, para incorporarse a las existen
tes 0 bien rechazarlas.
La ampliaci6n social de la ciudadania y, simultaneamente,
los riesgos de fragmentaci6n 0 feudalizaci6n de la vida publica
emergen como desafios a la vez diferenciales y compartidos. El
despliegue de nuevas aspiraciones de reestructuraci6n de las es
feras publica y privada, asi como un cambio en la l6gica de la
acci6n colectiva e individual en el marco de sociedades que re
conocen su caracter multicultural y han asumido nuevas formas
de automovilizaci6n y de ordenamientos politicos instituciona
les que bus can revigorizarse alientan la reflexi6n hacia los nexos
entre ciudadania, democracia y globalizaci6n.
De este modo, democracia y ciudadania se yen alentadas par
procesos que, definidos en clave de los prerrequisitos del orde
namiento politico, dan cuenta de que la democracia depende no
solo de la justicia de sus estructuras basicas sino tambien de las
cualidades y actitudes de sus ciudadanos. Ello resulta tanto mas
relevante a la luz del binomio de inclusi6n y exclusi6n ciudada
na en los marcos de las identidades colectivas y del pluralismo
dores de sus identidades multiples. Este tipo de transformacio
nes han sido pensadas desde la critica a las figuras de la
modernidad en terrninos de un cuestionamiento de las culturas
del yo y del otro, de la alteridad y los subalternos. Cabe destacar
que en el posmodernismo la reivindicacion del subalterno, de su
derecho a hablar, de definirse a el mismo en su propia voz se
mantuvo siempre desde una perspectiva comunitaria. Esta di
mension de grupo ha sido vista como la primordial alrededor de
la cual se construye el sujeto social en el intercambio y en el
renovado dialogo para la deconstruccion de los poderes y la
construccion de nuevas geometrias de poder mas equilibradas 0
por 10 menos mas confrontadas. Sin embargo, en necesario tener
en cuenta que el reconocimiento a la diferencia no solo debe
confrontar perspectivas esencialistas y jerarquicas de la diferen
cia, sino tambien cuestionar la inconmesurabilidad posmoderna
de la diferencia. La cual tiene su estrategia al hacer de la alteri
dad un absoluto no sujeto a norma alguna, tanto sustantiva
como de procedimiento, desemboca facilmente en un relativis
mo total y en un debilitamiento de los ordenamientos institu
cionales que garantizan la convivencia humana."
Hoy, sin embargo, si se reconoce la vigencia de identidades
colectivas, se plantea en nuevos terrninos el lugar de 10 comu
2SPauI Gilroy, The Black Atltantic: Modernity and Double Consciousness, Londres y Nueva
York, Verso, 1993a.
"Umberto Eco, Tratado de semiotica general, Madrid, Lumen, 1979.
parada, se combinan para generar nuevas estructuras, objetos y
practicas" .28
La naturaleza "tangible" de 10 hibrido plantea la recupera
cion del aspecto inmaterial de la cultura, de la conforrnacion
binaria de todo sistema de significacion como un conjunto de
estructura y de practica, una combinacion de intencion y ac
cion,"? de culturas constituida y vivida.t? No es tema nuevo en
el debate en las ciencias sociales, sobre todo las antropologicas,
tratar la dimension polar de la cultura como categoria funcional
al analisis de las relaciones humanas." por un lado, sin duda hay
una dimension material, la de la practica, de los objetos, de las
conductas, de las conversaciones, que es la dimension observable
y a partir de la cual se fijan las fronteras entre culturas, el refe
rente primario para establecer las distinciones. Sin embargo,
tarnbien en un nivel mas cognitivo e intangible la cultura se
plasma en la experiencia cotidiana de individuos y comunidades,
"William Rowe y Vivian Schelling, Memory and Modernity: Popular Culture in Latin
America, Londres, Verso. 1991, p. 231. .
"Nestor Garda Cancllni, Culturas hibridas , Mexico, Grijalbo, 1990, p. III.
'·Sherry Ortner, "Theory in Antrhopology Since the Sixties", Comparative Studies in
Society and History, 1984, pp. 126-166.
30Marshall Sahlins, "Individual Experience and Cultural Order", en WHo Krustel
(cornp.), The Social Sciences: Their Nature and Uses, Chicago, University of Chicago Press,
1982, pp. 35-48.
3IAlessandro Lugo, "Reflexiones sobre la teoria de la Frontera", en S. Michaelson y M.
Johnson, Teoria de la frontera, Barcelona, Gedisa, 2003, pp. 66-69.
una definicion de multiculturalismo a "doble velocidad": por
un lado, el aspecto visible de la convivencia intercultural en
marcos sociales e institucionales caracterizados por la partici
pacion de los individuos y las colectividades en la esfera publi
ca; por otro, el fragmentado universo de la individualidad ca
racterizado por un dinamismo constante que, siguiendo a Brian
Stress;" se conforma mediante una serie de "ciclos de hibrida
cion", en los cuales pas amos de formas aparentemente homo
geneas a otras mezcladas y despues otra vez hornogeneas sin
que ninguna sea total mente pura.
A la luz de esta doble perspectiva que se mueve sobre el eje
que liga la experiencia colectiva de la diversidad cultural con la
dimension individual de la experiencia de la reconfiguracion de
la identidad y de la otredad, se abre el paso a un replanteamien
to del concepto de multiculturalismo y de su funcionalidad para
la definicion y la cornprension de las actuales condiciones de
convivencia entre seres humanos.
Si las identidades colectivas se presentan como un territorio
de construccion de identidad y de accion individual y grupal, es
en el nivel de las relaciones interpersonales donde la definicion
de una pertenencia univoca e incuestionable resulta ya imposi
32Brian Stross, "The Hibrid Metaphor, From Biology to culture", Journal of American
Folklore, vol. 112, num. 445, EVA, American Folklore Society, 1999, pp. 254-267.
ciente complejidad que hoy implica cualquier forma de
convivencia multicultural. En este nuevo escenario caracterizado
por la porosidad de las fronteras materiales y simbolicas, donde
los loci de construcci6n de identidad individual y colectiva se
configuran como espacios desterritorializados y sobrecargados
de significados que se vinculan con referentes cada vez mas
diversos, el concepto mismo de multiculturalismo exige ser re
visado, ampliado.
Parece entonces posible, retomando a Massey, alegar la emer
gencia de un nuevo "sentido global del espacio" que caracteriza
la experiencia cotidiana del multiculturalismo como un proceso
de ablandamiento de los lazos entre cultura y territorio, y como
consecuente afirrnacion del hecho de que "cualquier lugar es el
focus de una muy peculiar mezcla de relaciones sociales mas lo
cales y al mismo tiempo mas amplias"."
Desde ambas perspectivas, entonces, se exige hoy una nueva
sintesis conceptual que al tiempo que reconoce la vigencia y la
renovada fuerza de las identidades colectivas primordialistas,