Ayunoterapia Dr. Pablo Saz
Ayunoterapia Dr. Pablo Saz
Ayunoterapia Dr. Pablo Saz
http://cihotm.blogspot.com.es/2011/06/medicina-natural-y-ayuno-terapeutico.html
Durante este fin de semana pasado (28-29 de mayo de 2011) tuve la oportunidad y el
honor de participar –como parte del Postgrado de Medicina Natural de la Universidad
de Zaragoza- en un cursillo de iniciación al ayuno terapéutico, dirigido por el Dr.
Pablo Saz. Además del placer de la compañía de los participantes y del buen ambiente
general, fui tomando algunas notas que me gustaría compartir con todos.
Hay una primera etapa de entre 8 y 72 horas donde se hace la adaptación, se quema la
glucosa y se empieza a metabolizar la grasa. Es en este momento en el que empieza a
aparecer la acetona. El diabético tiene bloqueado este mecanismo y puede entrar en
coma por la bajada de glucosa.
Para evitar estos desequilibrios glucídicos suele funcionar bien el tomar zumos, ya que
la fructosa de la fruta surte esos beneficios.
El glucógeno de reserva aporta 4 calorías por gramo. Para mantenerlo se necesita agua y
eso obliga a conservar mucho peso para mantenerlo. Cuando la quemamos, 1 gr, de
grasa produce 9 calorías, pero necesita el doble de oxígeno y la sensación es de
bienestar físico y mental.
Si no quemas bien, necesitas más oxígeno y uno de los síntomas es “la pájara”. La única
forma de evitarla es el entrenamiento.
Los deportistas de resistencia deberían educarse en el ayuno para tener más fondo físico.
Se han hecho pruebas de comer muchos hidratos de carbono para poder resistir el
proceso, pero lo más importante es estar entrenado para gestionar bien la glucosa.
Hay que tomar grasas sin tóxicos: frutos secos sin tostar y sin sal y aceites no
calentados.
Se pueden estar muchos días de ayuno en función del nivel de grasa que se tenga en el
organismo.
La fruta permite una adaptación mejor porque es menos tóxica que la verdura (lleva
menos tóxicos). Durante el ayuno se va a producir una eliminación de tóxicos a nivel
físico y a nivel mental: esto puede producir una alteración en el sueño.
Hay un ciclo semanal muy antiguo que se enmarca dentro del ciclo lunar. Este ciclo
lunar tiene forma sinusoide. Durante la parte alta de ese ciclo (luna llena) conviene
descansar. Se ha intentado cambiar los calendarios, pero la gente enfermaba.
Lo bueno sería aprovechar el día de descanso para hacer el ayuno.
A cada día de la semana le corresponde una norma higiénica que tiene relación con una
necesidad vital y lo que haremos será darle descanso a esa necesidad vital. Por ejemplo,
el domingo, día del sol, es necesario beber, pero darle descanso exigiría que no se beba
durante ese día.
Para salir del ayuno es bueno pasar una o dos horas sin beber. Esta deshidratación es
muy buena para el organismo. Cuando tenemos sed, se dispara el mecanismo de
búsqueda. Este movimiento de búsqueda produce carbónico y agua. A veces funciona y
a veces no. La idea es entrenarlo y así el cuerpo intentará producirlo.
A la gente deportista se les recomienda que vayan bien hidratados para no sentir sed.
Pero hay otros entrenadores que entrenan a sus atletas para que sientan sed y además
manejan la dieta macrobiótica.
Sin hacer ejercicio, en nuestro organismo entra y sale una cantidad de unos cuatro litros
de líquido- Hay balnearios donde los asiduos –en un boca a boca popular- recomiendan
consumir hasta 10 litros de agua.
Las personas delgadas y con menos reservas, deberían entrenar el ayuno y tener un
cierto cuidado. En páginas de anoréxicas se recomiendan los libros de Pablo Saz sobre
el ayuno. El problema de la anorexia es un problema de INICIACIÓN. En otras
culturas, los adolescentes son dejados en el monte sin comida y eso hace que pierdan
esa rebelión adolescente. Una de las cosas que aprenden las anoréxicas es que el ayuno
es bueno. La anormalidad está en el límite que ponemos en el peso. La solución de la
anorexia no está solo en el psiquiatra.
El ayuno ha sido bien visto por los movimientos culturales y religiosos. Puede provocar
estados de conciencia y estados de claridad.
Cuando el cuerpo está enfermo, la tendencia es dejar de comer, tanto en animales como
en humanos. Esta reacción es la que utilizamos con carácter terapéutico. La grasa se
utiliza de reserva para épocas de hambre. Sin embargo, es importante movilizar las
grasas.
Se recomienda no gestionar más de 350 gr. de grasa diarios con el fin de no sobrecargar
al hígado en su funcionamiento. Una dieta uniforme y monótona puede producir mejoría
en ciertas enfermedades, pero esto solo dura un tiempo. La dieta de arroz y fruta cocida
Ketner (y Giovanetti) está indicada para enfermos renales. Se dejó de utilizar debido a
que aumentaron la posibilidades de pasar por diálisis, y ha dejado de utilizarse debido a
que se ha comprobado que con dietas simples y sencillas las personas han sobrevivido
sin problemas.
Durante el ayuno, los analgésicos se pueden reducir hasta una quinta parte porque, si no,
el efecto puede ser excesivamente potente. Los antiinflamatorios pueden perjudicar
seriamente la mucosa gástrica. El ayuno provoca la descalcificación, pero esto se
combate con el ejercicio que activa la recalcificación. Se suele aprovechar el ayuno para
quitar la medicación alopática.
La acetona que se genera en el ayuno es eliminada por el organismo, pero también este
la utiliza como combustible para funcionar. Además es un gran regulador de las células
nerviosas. En epilepsias refractarias a la medicación, la acetona mantiene a los pacientes
sin crisis.
Existe un terapeuta francés que hace quimioterapia a la salida del ayuno. Se intentó
inyectar células cancerosas en ratones durante un ayuno y se comprobó que estas
células no “prenden”. El ayuno actúa como preventivo. Las dietas hipocalóricas y el
ayuno combaten el cáncer. Las células cancerosas aguantan mucho y se mantienen con
mucha fuerza. En algunos tipos de tumor, el cuerpo se defiende con dietas
hipocalóricas, pero hay que mantener activo el sistema inmunitario para evitar que caiga
en picado o baje por el ayuno exagerado o desequilibrado.
Cuando pasan cuatro o cinco días de ayuno, se empiezan a consumir las reservas de
proteína y el cuerpo avisa con debilidad. También se aconseja el ayuno a las persona
intoxicadas con metales pesados, porque el organismo intentará eliminar estos tóxicos
de todas las maneras posibles: por piel, respiración, hígado, heces, orina…
Para salir del ayuno cualquier bebida alcohólica está desaconsejada porque se puede
atacar el hígado, que está sobrecargado por la depuración y el trabajo metabólico. La
cerveza está considerada una bebida relajante y con propiedades medicinales, al
contrario que el vino que puede producir otras alteraciones.
También hay gente que para salir del ayuno hace lavativas para mantener limpio el
intestino. Lo interesante es meter fibra para que se regule el intestino y también fruta
madura y de temporada. Se pueden tomar sales de Epson para ayudar a limpiar el
intestino además de estimular la bilis.
Tomar fibra, jugos de zanahoria o de verduras; frutos secos sin tostar y sin sal y las
legumbres (por su piel) son unas buenas costumbres para la salida del ayuno. No es
necesario tomar probióticos después del ayuno, salvo que haya problemas de flora
intestinal. Los gases intestinales mejoran la mucosa e indican que la función intestinal
está activa. Hay un dicho popular que dice: “El que pede fuerte y mea claro no necesita
de médico ni de boticario”.
A la salida del ayuno conviene seguir haciendo ejercicio para que el intestino se mueva.
Conviene estar uno o dos días sin tomar toxinas (alcohol, café…) porque es cuando se
recupera la grasa perdida. No tomar ni carne, ni pescado, ni lácteos, porque llevan
grasas calentadas, y el animal también acumula tóxicos en la grasa. El pescado con
omega 3 es bueno, pero está lleno de pesticidas y por eso no es recomendable. El
jengibre mata el anisakis y por eso se hacen vinagres con él.
Conviene mantener el mismo tiempo que ha durado el ayuno con una buena dieta sin
tóxicos (por ejemplo, ayuno de cinco días >> cinco días de dieta sin tóxicos). La soja es
la menos recomendable de las legumbres para romper el ayuno.