La Voluntad

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La Voluntad - Antonio Azorín

La novela describe la lucha interior de un personaje por encontrar una solución vital. Trata de
incorporarse a la vida de un ambiente que le es extraño. Se trata de un hombre que ha roto
psicológicamente con cuanto le ligaba a la realidad de sus circunstancias. Y busca desesperada y
sinceramente el porqué de su existencia. Así su vida se convierte en crónica de toda una
generación española.

El protagonista es Antonio Azorín, es joven dado a la reflexión. Tiene un cierto ímpetu


momentáneo, pero es anárquico. Es un periodista representativo de la época. Se forma en la
provincia entre seres arquetípicos, que a él le parecen extraordinarios. Estos seres son: el viejo
maestro Yuste, quien es un filósofo desencantado y melancólico de la vida, Justina, que vacila
entre el amor de Azorín y arrebatos místicos, decidiéndose al final por la religión, el tío de
Justina, Puche, quien alienta la religiosidad de ésta y el Padre Lasalde, enamorado de la
arqueología. Aparece otro grupo de varones que representan al intelectual de provincias.

Al final de la primera parte muere Justina y después el maestro Yuste. Azorín comienza a fijarse
en la voluntariosa e impetuosa Iluminada.

La segunda parte narra las andanzas de Azorín periodista por Madrid. Sus andanzas son casi
simbólicas, es decir, la picaresca de redacciones, la literatura. En esta parte acaba con dos
visiones melancólicas, las dos de cementerio: 1) el homenaje que tributan a Larra una serie de
literatos; 2) las meditaciones de Azorín en la biblioteca frente a periódicos viejos. En ambas
discurre con desesperanza sobre la inutilidad y vanidad de todo esfuerzo humano.

Vuelve de nuevo al pueblo. Cada vez está más posesionado por una progresiva decepción. Pasan
unos años y nos enteramos del final por unas cartas de Martínez Ruiz a Baroja. El corresponsal
llega al pueblo y pregunta por Don Antonio Azorín. Nadie le conoce. Al final se dan cuenta de
que se trata de Antoñico el marido de doña Iluminada. Este hombre ya ha perdido toda voluntad,
vegeta entre órdenes y gritos de mujer.

La voluntad y las demás publicaciones coetáneas representan una ruptura con las reglas
decimonónicas de la novelística. El protagonista es un desilusionado y un egoísta, representante
de los síntomas del mal del siglo. El yo agresivo se enfrenta con el yo contemplativo. El ser está
reducido a ser espectador de su propia vida.

Esta novela tiene abundantes alusiones autobiográficas y muchos detalles de los lugares son
reales. La novela nos presenta al protagonista en el momento de formular sus ideas sobre la
existencia y su vida en particular. Vuelve sobre la vida, para buscar elementos autobiográficos,
que explique su condición actual y cambiar los hechos elevándolos a un nivel simbólico.

Inventa a Justina, para agravar el destino trágico de su protagonista. Además, así pinta el
resultado del misticismo español, viéndolo con una mezcla de admiración y tristeza. Para él la
mujer representa la vida normal, la rutina. No siente un amor apasionado y romántico por
Justina. En realidad, podemos decir que en la primera parte de la novela no existe Azorín, pues
todo, le viene de fuera: los monólogos de Yuste, las conversaciones con el Padre Lasalde, en las
que él no interviene. Tan sólo lee y se pasea, escucha. Se forma a base de ideas, no por
experiencias.

Observamos por tanto que es tan importante el marco ideológico de la novela como la frustración
del protagonista. Las ideas que pone en boca del maestro Yuste y del padre Lasalde son las ideas
del propio protagonista-autor. Los protagonistas representan libros o autores: Yuste -
Schopenhauer, Montaigne y los anarquistas.
El protagonista aparece en la segunda parte en primer plano como yo rebelde. Su pesimismo
íntimo se consolida, disgregándose al mismo tiempo su voluntad. El grito y la paradoja
caracterizan su actividad y todo resulta inútil, un fracaso. Se siente envuelto en una danza
frenética hacia la muerte. Azorín pierde la capacidad y las fuerzas de actuar y se refugia en un
destructivo análisis de su condición. Se desarrolla el hombre-reflexión a expensas del hombre-
voluntad. España es la causa de su pesimismo.

Por falta de fe en el progreso o por falta de audacia, por la voluntad quebrantada sale victoriosa
la voluntad de Schopenhauer, fuerza negra del Universo, que juega inconscientemente con la
vida humana, sobre la voluntad de Nieztsche, afirmación de la voluntad, de la personalidad. Al
casarse con Iluminada y entregarse a la voluntad de su mujer y a la monótona vida de Yecla, se
muere el protagonista, al menos simbólicamente. Ha perdido la voluntad. Así también muere
España.

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