CARBOHIDRATOS

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CARBOHIDRATOS.

Los carbohidratos o hidratos de carbono, son componentes alimenticios que no deberían faltar


en la dieta de cualquier individuo, siendo encargados de poder entregarle energía a nuestro
cuerpo, teniendo énfasis en el sistema nervioso y nuestro cerebro.

Son tan importantes para mantenernos en un buen estado de salud que la falta de ellos nos
puede provocar síntomas tan molestos e incómodos como lo son los mareos, los dolores de
cabeza o las arritmias, entre otros.

¿Qué tipos hay?

A grandes rasgos, podemos decir que hay carbohidratos de asimilación rápida y los de asimilación
rápida. Veamos en qué se diferencian:

Asimilación rápida

Simples

Llamados también monosacáridos, son aquellos que tienen un sabor es dulce. Los alimentos
suelen ser pequeños. A su vez, se distinguen varios tipos:

 Fructosa: es el más dulce. Se puede encontrar en la miel y en algunas frutas, como los
dátiles o la lima.
 Glucosa: es el más importante para las células, los músculos y sobre todo para el cerebro.
Se puede encontrar en las hortalizas y en las uvas.
 Galactosa: se encuentra principalmente en las células del hígado para producir glucosa a
partir de ella, en las glándulas mamarias para producir lactosa y en las membranas
celulares.

Complejos

Llamados también disacáridos, son aquellos que están compuestos por dos monosacáridos
unidos. No se pueden asimilar directamente, por lo que el cuerpo debe separarlos mediante la
amilasa -enzima digestiva- para poder digerirlos. Se distinguen varios tipos:

 Lactosa: es el azúcar de la leche. Es dulce, pero menos que la sacarosa.


 Sacarosa: se obtiene de la caña de azúcar y de la remolacha. Se usa a menudo como
endulzante del café o de los postres.
 Maltosa: está presente en las semillas.

Asimilación lenta

Los carbohidratos de asimilación lenta se forman por la unión de varios monosacáridos, por los son
también complejos. Dentro de este grupo, los principales son:

 Almidón: conocido como fécula, lo encontramos en las patatas, cereales, legumbres…


 Glucógeno: sirve como reserva en los animales, incluyendo a las personas. Se encuentra
en el hígado y en los músculos.
¿Para qué sirven los carbohidratos?

Tienen múltiples usos, que son:

 Energía: estos componentes alimenticios son utilizados por el organismo como fuente de


energía. Los necesitamos para vivir y también para poder movernos. Además, son muy
importantes para que el cerebro pueda funcionar bien.
 El cerebro obtiene la glucosa: este esencial órgano, el cual hacemos trabajar a diario,
necesita glucosa para poder llevar a cabo funciones tan básicas como leer.
 Mejoran el estado del ánimo: hay varios alimentos, como la pasta, los cereales, el arroz y
el pan que tienen vitamina B, la cual sirve para estar tranquilo/a. Pero esto no es todo: los
hidratos de carbono contribuyen a la asimilación del triptófano, que es un aminoácido
relacionado con la producción de la serotonina, un neurotransmisor encargado de regular
el estado de ánimo.
 Conseguimos tener una mejor salud: ya que los alimentos que los contienen, contienen
otros nutrientes como vitaminas o fibra, los cuales son fundamentales para tener una
buena salud.

¿Cuántos gramos de hidratos de carbono necesitamos al día?

La cantidad que necesitamos es de 45 a 65% de las calorías diarias totales, es decir, que si
consumimos 2000 calorías/día, entre 900 y 1300 de éstas deben provenir de los hidratos de
carbono, que serían entre 225 y 325 gramos/día.

LÍPIDOS.

Los lípidos son un conjunto de moléculas orgánicas (la mayoría biomoléculas), que están


constituidas principalmente por carbono e hidrógeno y en menor medida por oxígeno. También
pueden contener fósforo, azufre y nitrógeno.

Debido a su estructura, son moléculas hidrófobas (insolubles en agua), pero son solubles


en disolventes orgánicos no polares como la bencina, el benceno y el cloroformo lo que permite su
extracción mediante este tipo de disolventes. A los lípidos se les llama incorrectamente grasas, ya
que las grasas son solo un tipo de lípidos procedentes de animales y son los más ampliamente
distribuidos en la naturaleza.

PARA QUE SIRVE?

Los lípidos cumplen funciones diversas en los organismos vivientes, entre ellas la de


reserva energética (como los triglicéridos), estructural (como los fosfolípidos de las bicapas)
y reguladora (como las hormonas esteroides).

Los lípidos desempeñan diferentes tipos de funciones biológicas:

 Función de reserva energética. Los triglicéridos son la principal reserva de energía de los


animales ya que un gramo de grasa produce 9,4 kilocalorías en las reacciones metabólicas de
oxidación, mientras que las proteínas y los glúcidos solo producen 4,1 kilocalorías por gramo.
 Función estructural. Los fosfolípidos, los glucolípidos y el colesterol forman las bicapas
lipídicas de las membranas celulares. Los triglicéridos del tejido adiposo recubren y
proporcionan consistencia a los órganos y protegen mecánicamente estructuras o son
aislantes térmicos.
 Función reguladora, hormonal o de comunicación celular. Las vitaminas liposolubles
son de naturaleza lipídica (terpenos, esteroides); las hormonas esteroides regulan
el metabolismo y las funciones de reproducción; los glucolípidos actúan como receptores de
membrana; los eicosanoides poseen un papel destacado en la comunicación
celular, inflamación, respuesta inmune, etc.
 Función transportadora. El transporte de lípidos desde el intestino hasta su lugar de
destino se realiza mediante su emulsión gracias a los ácidos biliares y a las lipoproteínas.
 Función térmica. En este papel los lípidos se desempeñan como reguladores térmicos del
organismo, evitando que este pierda calor.

VITAMINAS.

Las vitaminas son sustancias presentes en los alimentos en pequeñas cantidades que son
indispensables para el correcto funcionamiento del organismo. Actúan como catalizador en las
reacciones químicas que se produce en el cuerpo humano provocando la liberación de energía.
La deficiencia o carencia de vitaminas en la alimentación puede producir trastornos, mientras que
una ausencia total de vitaminas en la dieta puede provocar enfermedades graves como el
escorbuto.

Las vitaminas se dividen en dos grandes grupos:

Vitaminas hidrosolubles: son aquellas que se disuelven en el agua. En este grupo se encuentran
las vitaminas C y las B1, B2, B3, B6 y B12. Su almacenamiento en el organismo es mínimo, por lo
que la dieta diaria debe de cubrir las necesidades de estas sustancias. Con la práctica de la
actividad física se produce gran número de reacciones metabólicas en las que están implicadas las
vitaminas, por lo que el ejercicio intenso puede provocar carencias de estas vitaminas siendo
necesaria la ingesta de suplementos.

Vitaminas liposolubles: el organismo las almacena en los tejidos, el hígado y la grasa. Son las
vitaminas A, E, D y K. Son solubles en los cuerpos grasos, son poco alterables, y el organismo
puede almacenarlas fácilmente. Dado que el organismo puede almacenarlas como reserva, su
carencia estaría basada en malos hábitos alimentarios. Existe el riesgo de saturación si se
consumen de forma excesiva e incontrolada.

¿Para qué sirven las vitaminas?

Cada uno de estos componentes posee funciones concretas y específicas, que son irremplazables.
Por este motivo, si se produce un desajuste en sus niveles (hipo o hipervitaminosis) o existe una
ausencia de las mismas (avitaminosis) el organismo no trabaja bien y se producirán alteraciones.
La mayoría de las vitaminas funcionan, entre otras cosas, como cofactores o co-enzimas de
reacciones químicas. Es decir, son elementos imprescindibles para que esa transformación,
minúscula pero constante, tenga lugar en nuestros órganos. Por ejemplo, sin vitaminas no se
puede obtener energía a partir de los alimentos o no funciona bien el sistema defensivo frente a
infecciones o las conexiones neuronales de nuestro sistema nervioso se ven alteradas.
Las vitaminas no aportan energía al organismo, es decir, son nutrientes acalóricos. Por este
motivo, en una dieta hipocalórica o adelgazante, no hay que reducir el aporte vitamínico.
MINERALES.

Los minerales son sustancias inorgánicas distribuidas ampliamente por la naturaleza y presentes


también en los alimentos. Son componentes esenciales para el ser humano, ya que no somos
capaces de sintetizarlos en nuestro organismo a partir de otros compuestos y debemos tomarlos
del exterior a través de la alimentación, con el objetivo de que nuestro organismo funcione
correctamente. Se encuentran en nuestro cuerpo formando parte de diversas estructuras como
dientes, huesos, sangre, etcétera.
Los minerales que se consideran esenciales en nutrición suman un total de 26. Entre los cuales se
detallan los que mayor necesidad de consumo tienen y los mejor conocidos: calcio, fósforo,
magnesio, sodio, potasio, hierro, cinc, yodo, cobre, manganeso y flúor.

Además de estos, hay otros muchos como el cobalto o el estaño con importantes acciones en la
maduración de los glóbulos rojos; el vanadio, que contribuye al metabolismo de las grasas; el
níquel, relacionado con hormonas; o el silicio, necesario para el crecimiento y renovación de los
huesos.

¿Para qué sirven los minerales?

Como resumen general se podría decir que los minerales poseen una función reguladora. La
mayor parte tienen relación con la obtención de energía a nivel celular, formando parte de
reacciones químicas. Muchos contribuyen al metabolismo de los macronutrientes: hidratos de
carbono, proteínas y grasas. Asimismo forman parte de muchas moléculas:
vitaminas, aminoácidos, hormonas, células sanguíneas, etcétera.

También es importante la acción estructural que aportan algunos de los minerales: calcio, fósforo,
magnesio... Por el contrario, hay que remarcar que los minerales no tienen función energética, por
lo que no aportan ninguna caloría.

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