Opinión Legal PDF
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Opinión legal
A fin de evaluar a la luz del derecho vigente esa acusación, se hace necesario
responder, en el mismo orden en que serán enunciadas, las siguientes preguntas:
i) ¿cuál es el sentido preciso de la acusación constitucional; ii) ¿configuran una
infracción constitucional los hechos que la acusación explicita? ¿Qué tipo de
deliberación exige de parte de los representantes?
(I)
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Se trata de las consideraciones formuladas a propósito de la acusación constitucional en contra de la Ministra
de Educación, Marcela Cubillos, que en su momento conoció la Cámara. Atendido el carácter meramente
institucional de estas consideraciones, siguen siendo válidas aquí.
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Se trata de un principio al que todos los partícipes del sistema político deben
lealtad y que no deben transgredir por motivo alguno. Esa es la clave del régimen
presidencial que da sustento, en el caso de Chile, al debate democrático. La
distribución de competencias entre el ejecutivo y el legislativo es la clave de la
vida política chilena que la tradición constitucional chilena prefigura.
Transgredirla importa abandonar la lealtad al sistema político.
En efecto, uno de los deberes básicos de quienes integran los poderes públicos
es la lealtad irrestricta a las reglas institucionales. Esta es la base de la buena fe en
el juego político. Se transgrede esa buena fe cuando se obtiene beneficio de las
reglas, pero no se hace lo necesario para mantenerlas.
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El apartado que sigue -sobre la base de las orientaciones que se han explicitado-
examina este aspecto del problema.
(II)
Responder esa pregunta en este caso es muchísimo más simple que examinar si
un acto de gobierno cae o no bajo una regla constitucional, si la hiere o la infringe.
Y es más sencillo porque si los actos ordinarios de gobierno se ejecutan en medio
de circunstancias previsibles que caen bajo el control ordinario de las personas,
en este caso se trata de juzgar nada menos que medidas sanitarias adoptadas en
medio de una pandemia imprevisible y aún irresistible, una pandemia para la que
la ciencia -el mecanismo de control y de previsión más sofisticado con que cuenta
la cultura humana-- se ha declarado hasta ahora impotente. Y como se verá
acusar de conducta errática a un político en medio de circunstancias que
desorientan a la ciencia, no es posible desde el punto de vista jurídico.
Pero en este caso la acusación sostiene que el acusado no ejecutó la conducta que
debía ejecutar, como si esto último pudiese aseverarse, como si, ya no la
prudencia política, sino la ciencia y la experiencia comparada mostraran, incluso
luego de un año de intensa experiencia y estudios, que eso es suficientemente
sabido.
Las actuaciones de don Jaime Mañalich mientras fue Ministro de Salud y que
son objeto del reproche, acaecieron en medio de una pandemia que constituye,
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Para ello un breve examen sobre el sentido y los criterios para atribuir
responsabilidad jurídica pueden ser útiles.
Desde luego, desde el punto de vista jurídico -que en una acusación de esta
índole, y como ya se explicó, es fundamental- la responsabilidad se hace valer
cuando el sujeto de que se trata y cuyas acciones se pretende reprochar no lleva
a cabo la conducta que, en conformidad a la lex artis o la experiencia, debía
ejecutar. En esto consiste el juicio de reproche por negligencia o por culpa, tanto
en el ámbito civil como penal. El reproche desde el punto de vista jurídico
supone entonces que el sujeto desatendió el curso causal que estaba bajo su
cuidado, pudiendo tener el control del mismo. En suma, jurídicamente hablando
se efectúa un reproche cuando un determinado evento estaba bajo la esfera de
control del sujeto y este, pudiendo conducirlo, lo abandona.
Para responder esa pregunta es útil detenerse en las características que desde
antiguo se han atribuido a la política. La política es la esfera de lo contingente, de
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Ahora bien, en el caso que aquí se trata había -aún hay- eventos que escapan a la
esfera de control de cualquier persona u órgano. Para advertirlo basta señalar que
la ciencia, el quehacer humano por excelencia dispuesto para el conocimiento y
control de la naturaleza, se ha mostrado impotente para resolverlo.
Carlos Peña
Profesor de derecho
Universidad Diego Portales
Universidad de Chile